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PROFESOR: DR. RAMON ALBERTO SALAS.

ALUMNO: LEGUIZAMON, FEDERICO IGNACIO

PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL PENAL:

JUICIO PREVIO:
El artículo 18 de la Constitución Nacional preceptúa que ningún habitante de la
Nación puede ser penado “sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso.” Se trata
de una prohibición de punir si antes no se ha formulado un juicio fundado en una ley ya vigente
al producirse el hecho que se juzga y contenido ese juicio en un proceso regular y lega.
Debe tratarse de un juicio realizado con la garantía judicial y por el órgano
jurisdiccional, mostrado en definitiva en una sentencia que, con imposición de pena, concluya un
procedimiento cuyo objeto haya sido el hecho enjuiciado. Además, esa pena impuesta debe estar
prevista en una ley anterior a ese hecho.
Conforme aL principio nulla pcerta sine iuditio, a nadie se le puede aplicar una
sanción sino como resultado de un juicio jurisdiccional previo.
Este juicio está conformado por; acusación, defensa, prueba, y sentencia firme.

PRINCIPIO DE INOCENCIA:
La condición de "penado" no podrá existir sin una previa y concreta declaración
jurisdiccional de responsabilidad penal, contenida en un pronunciamiento firme conclusivo del
proceso regular y legal. Se trata del fallo condenatorio, definitivo y firme, que convierte en
culpable al sometido a proceso.
Antes de ese fallo el imputado gozará, de un estado de inocencia, al igual que
ocurre con cualquier habitante de la Nación aún no sometido a proceso ese estado no se
destruye ni con el procesamiento ni con la acusación; tampoco lo destruye la sentencia que no
ha obtenido autoridad de cosa juzgada. Resumiendo se es inocente hasta que se demuestre lo
contrario o dicho de otra forma nadie puede ser considerado culpable sin un sentencia.

JUEZ NATURAL:
"Juez natural" es el tribunal impuesto por la Constitución para que intervenga en
un proceso dado. Tanto "juez" como "comisiones" expresan el órgano jurisdiccional que se
manifiesta en el tribunal. Se prohíbe el tribunal ex post (acto y el especial o el extraordinario,
cualquiera sea la persona sometida a juzgamiento). Al término "juzgado" hay que entenderlo en
sentido amplio, comprensivo de todo el proceso penal y no sólo de la sentencia o el juicio.
La fórmula actual es: Nadie podrá ser "juzgado" por otros jueces que los instituidos
por la ley antes del hecho y de acuerdo con la Constitución.
INVIOLABILIDAD DE LA DEFENSA:
Enfáticamente, la Constitución Nacional {art, 18) declara la inviolabilidad de la
defensa en juicio de la persona y de los derechos. No puede ser quebrantada ni por el legislador
ni por el tribunal.
Una de sus manifestaciones, normada también constitucionalmente, es la
prohibición de obligar a declarar contra sí mismo en causa penal.
La defensa penal no puede evitarse ni impedirse; ni renunciarse. Se debe proveer
de ella a quien no pueda o no quiera ejercitarla; constituye una obligación para los órganos del
Estado: nombramiento de defensor oficial.
Son manifestaciones irrestringibles de la defensa del imputado durante todo el
proceso, las siguientes:
a) Su intervención en el proceso, o sea la posibilidad de estar jurídicamente en él como
imputado para hacer valer sus intereses materiales y las garantías formales.
b) La posibilidad de declarar cuantas veces quiera, mientras no perturbe la marcha del
proceso.
c) La elección de defensor de confianza.
d) La introducción de pruebas para confirmar su inocencia o acreditar circunstancias de
menor responsabilidad.
e) La alegación para contradecir el fundamento de las pretensiones dirigidas en su contra:
discusión, informes, interrogatorios a testigos y peritos, análisis y méritos.
El ejercicio de la defensa se asegura con la debida regulación de estas
manifestaciones.
Puede advertirse en la evolución doctrinaria y legal una clara evolución hacia la
idea operativa de que el derecho de defensa debe garantizarse a través de la amplia participación
del defensor. Esto es lo que se entiende como "defensa técnica" (Vázquez Rossi, La defensa
penal), que aparece como imprescindible complemento e integración de la defensa material. La
asistencia, asesoramiento, contralor y representación letradas se configuran como un requisito
esencial del debido proceso y como el necesario contrapeso de la intervención de la Fiscalía.

NON BIS IN IDEM:


Las normas constitucionales prohíben que se persiga penalmente a una persona
más de una vez por el mismo hecho. En la Constitución Nacional no está expreso pero fluye del
contexto de las declaraciones, derechos y garantías y de los pactos internacionales, pero en la
mayoría de las constituciones provinciales está expresamente.
¿Cuándo ha de estarse frente al mismo hecho? El hecho es la materialidad de la
conducta con sus elementos, objetivo, subjetivo y condicionantes de la imputación, con
abstracción de su calificación penal. Persona, objeto y causa de persecución, son las identidades
que deben coexistir para la identidad total.
Eadem personam es la proyección subjetiva. Sólo se protege a la misma persona
que está siendo perseguida, o cuya persecución concluyó ya por sobreseimiento, absolución o
condena firme.
Eadem re es la proyección objetiva. Se atrapa el hecho en su materialidad sin
atender a su significación jurídica; capta el acontecimiento y no el delito.
Eadem causa petenái es el elemento causal que pone en juego el agotamiento o
no agotamiento de la pretensión deducida. Es cuestión del poder de acción ejercitado que de
nuevo se intenta ejercitar con idéntico objeto o imputado.
En efecto, el “non bis in ídem” garantiza a toda persona que no sea juzgada
nuevamente por el mismo delito o infracción, a pesar de que en el juicio primigenio fue absuelto
o condenado por los hechos que se pretenden analizar por segunda ocasión.

IMPARCIALIDAD E INDEPENDENCIA JUDICIAL:


El sistema tripartito de gobierno se resuelve en la separación de los poderes y,
por ende, en la independencia de los órganos judiciales. Esto tiene mayor trascendencia en el
campo de la represión penal que no puede quedar librada a los vaivenes de los criterios políticos.
Independencia significa no subordinación de los tribunales penales a ningún órgano ejecutivo o
legislativo, sin perjuicio de la coordinación y contralor constitucionalmente establecidos.
En cuanto a la imparcialidad consiste en la capacidad del juez de sopesar los
argumentos y las pruebas presentadas por las partes en el proceso a fin de decidir a favor de
aquella que haya sustentado la posición más sólida. Su sentencia no debe estar entonces influida
por prejuicios ideológicos, ni amistades, ni odios, ni posiciones previas, sino únicamente por la
fuerza de los argumentos y de las pruebas en el proceso.
Un juez es imparcial cuando no tiene ningún interés en el objeto del proceso ni en
el resultado de la sentencia. Tiene una posición neutral respecto de las partes del proceso.

DERECHO A NO DECLARAR CONTRA UNO MISMO:


Para comprender el sentido de esta garantía es necesario relacionarlo con otra
garantía, que es la inviolabilidad de la defensa; debido a que una manifestación privilegiada de
ese derecho a defenderse es el derecho a declarar, es decir, el derecho a introducir válidamente
al proceso la información que el imputado considera adecuada. Por lo tanto, sólo si se considera
la declaración como una de las manifestaciones del derecho del imputado a defenderse, se
puede comprender que nadie puede ser obligado a declarar en su contra.
En el sentido más genérico, se puede decir que el imputado no tiene el deber de
declarar la verdad. Es decir, sea que declare la verdad o que oculte información, no estará
haciendo otra cosa que ejercer su derecho a la propia defensa, el tiene el poder de señorío de
su propia declaración.
La consecuencia más importante y directa es la siguiente: del silencio del
imputado, de su negativa a declarar o de su mentira no se pueden extraer argumentos a contrario
sensu.
También podemos decir que el tiene la facultad de confensar pero esta facultad
de confesar es personalísima, se funda exclusivamente en la voluntad del imputado y no puede
ser inducida por el Estado de ningún modo. Esto significa que no se pueden utilizar medios
violentos para obtener información (Azotes y tormentos/ Tortura); asi como tampoco ningún
mecanismo que menoscabe la voluntad del imputado como ser preguntas capciosas o
sugestivas, ni amenazar al imputado con lo que le podría suceder en el caso de que no confiese.

PROHIBICION DE LA TORTURA:
En el artículo 18 de Constitución Nacional expresa “Quedan abolidos para siempre
la pena de muerte por causas políticas, toda especie de tormento y los azotes”.
La tortura es la utilización de medios violentos para obtener de una persona cierta
información. Por "violencia" no se deben entender siempre los casos atroces, que a lo largo de
la historia antigua y cercana han ocurrido (golpes, paso de corriente eléctrica y otras tantas
aberraciones desarrolladas por el ingenio pervertido de algunos hombres). Por "violencia" se
debe entender todo mecanismo que tiende a la anulación de la voluntad de la persona, sea
mediante la aplicación de violencia corporal, violencia psicológica o mediante la adecuación de
medios químicos o hipnóticos que produzcan una anulación psíquica de la voluntad. Por ejemplo,
el empleo de psicofármacos o de la hipnosis deben ser considerados como medios violentos que
menoscaban la libertad y, por lo tanto, englobados con los demás medios violentos de obtención
de la información.
Por otra parte, no importa, para la evaluación de la tortura, la clase de información
que se pretenda obtener con ella. Toda información que se obtenga mediante tortura es una
información inválida para el proceso penal, sea que se refiera al propio imputado, o que se refiera
a otra persona o aun a otro asunto o circunstancia. El solo hecho de obtener información
mediante la utilización de medios violentos es, de por sí, suficiente para anular tal información.

BIBILIOGRAFIA CONSULTADA:

BINDER ALBERTO M, “INTRODUCCION AL DERECHO PROCESAL PENAL” AD HOC


BUENOS AIRES 1999.
JORGE A. CLARIÁ OLMEDO, “DERECHO PROCESAL PENAL TOMO I” RUBINZAL-CULZONI
BUENOS AIRES 1998.

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