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el Mozo
Stephen Silverstein*
Baylor University
In 1595, Luis de Carvajal, the Younger, along with his mother Francisca and
sisters Isabel, Leonor, Catalina, and Ana, was jailed by the Inquisition in New
Spain for the second and final time. During their incarceration, Carvajal
composed letters that were addressed to his family members. If Carvajal’s
explicit addressees were his family members, his epistles also figure his
inquisitors as implicit interlocutors, who, as Carvajal well knew, were
intercepting his secret missives. In this way, the letters function as a hidden
polemic in which Carvajal struggles to defend a marginalized subjectivity.
Carvajal’s deliberate appropriation of elements from the master discourse
*Los comentarios crı́ticos de Alison Weber son la fuente de todo lo que pueda haber de
valioso en este trabajo. Asimismo agradezco las sugerencias de Fátima Fajardo Pastor
y Miguel Rivera. Por último, mi agradecimiento a los lectores anónimos y editores de
Mexican Studies/Estudios Mexicanos por promover este espacio de pensamiento
crı́tico.
Mexican Studies/Estudios Mexicanos Vol. 31, Issue 1, Winter 2015, pages 1–21. issn 0742-9797,
electronic issn 1533-8320. ©2015 by The Regents of the University of California. All rights reserved.
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University of California Press’s Rights and Permissions website, at http://www.ucpressjournals.com/
reprint.info.asp. DOI: 10.1525/msem.2015.31.1.1.
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2 Mexican Studies/Estudios Mexicanos
Introducción
Como reconoce Seymour Liebman, ‘‘[l]os únicos escritos existentes
conocidos de un judı́o en México durante la época colonial española
son las Memorias, las Cartas, el Testamento [y la poesı́a religiosa] de
Luis de Carvajal’’, compuestos entre 1591 y 1596, año en que él, junto
con su madre Francisca y sus hermanas Ysabel, Leonor y Catalina,
‘‘fue dado garrote hasta que murió naturalmente’’, se registra en el
proceso inquisitorial, y después ‘‘fue puesto fuego hasta que su cuer-
po quedó ardiendo en vivas llamas para que fuese hecho ceniza’’ en
un auto de fe.1 Aunque algunos historiadores han tratado los detalles
de la vida de Carvajal y de su familia, sus textos no han recibido
atención.2 El corpus, sin siquiera mencionar el canon, de las letras
hispanas no reconoce en los textos carvajalianos unos escritos colo-
niales de suma importancia, hecho más evidenciado en su ausencia
en los diccionarios y antologı́as que se centran en escritores latino-
americanos judı́os.3 El historiador Alfonso Toro nota en su Familia
-
Kalechofsky, eds., Echad: An Anthology of Latin American Jewish Writings (Marble-
head, Mass.: Micah Publications, 1980); Judith Laikin Elkin, Jews of the Latin American
Republics (Chapel Hill: U of North Carolina P, 1980). Yirmiyahu Yovel no lo menciona
en su sección ‘‘Jewish-Marrano Poets’’ (The Other Within: The Marranos: Split Identity
and Emerging Modernity [Princeton: Princeton UP, 2009]). Las únicas referencias a la
escritura de Luis de Carvajal que se pueden encontrar, fuera de los pocos textos que
empleo en este estudio, tratan de su poesı́a litúrgica, y están en Alfonso Méndez
Plancarte, Poetas novohispanos, primer siglo (1521–1621) (México, D.F.: Universidad
Nacional Autónoma de México, 1942); y Jesús Garcı́a Gutiérrez, La poesı́a religiosa en
México: Siglos XVI–XIX (Ciudad de México: Editorial México Moderno, 1919).
4. Alfonso Toro, Familia Carvajal (México, D.F.: Editorial Patria, 1977), 572.
5. Martin A. Cohen, ‘‘The Letters and Last Will and Testament of Luis De Carvajal,
the Younger’’, American Jewish Historical Quarterly 55 (1966): 455-456; Cohen, ‘‘The
Religion’’, 61–62; Miriam Bodian, Dying in the Law of Moses: Crypto-Jewish Martyr-
dom in the Iberian World (Indianapolis: Indiana UP, 2007), 70.
6. Craig Kleinman estudia cómo, en la Memoria, ‘‘Carvajal can be seen as trying to
reinvent the signs that the nation had been using against him as a Jew’’, en Jews in
Space: On an American Road to Know Where (Tesis doctoral: University of Rhode
Island, 1995), 124.
7. En cuanto al concepto del sincretismo religioso de los cripto-judı́os, véanse:
David M. Gitlitz, Secrecy and Deceit: The Religion of the Crypto-Jews (Philadelphia:
The Jewish Publication Society, 1996), 118, 121–123, 569; y Nathan Wachtel, ‘‘Marrano
Religiosity in Hispanic America in the Seventeenth Century’’, en The Jews and the
Expansion of Europe to the West, 1450 to 1800, eds. Paolo Bernardini y Norman
Fiering (New York: Berghahn Books, 2001), 149–171.
4 Mexican Studies/Estudios Mexicanos
cartas fueron escritas; lo que sı́ sabemos es que por lo menos treinta y
nueve fueron interceptadas y preservadas por la Inquisición.13
Las cartas que Carvajal escribió en materiales perecederos, textos
que desaparecen, son una metáfora oportuna tanto para la cultura
como para la comunidad cripto-judı́a novohispana entre 1580 y
1640.14 A partir de la coronación de Felipe II de España como rey
de Portugal, en 1580, al menos cientos de cripto-judı́os se estable-
cieron en la Nueva España, pero para el siglo XVIII la presencia judı́a
habı́a sido borrada de la América española casi por completo.15
Según Solange Alberro, ni se puede hablar de una comunidad judı́a
en la Nueva España después de su gran persecución por la In-
quisición a mediados del siglo XVII.16 Los que sobrevivieron bajo el
panóptico inquisitorial lo hicieron por medio de un despliegue de
secretos y engaños, como observa David M. Gitlitz. Es por esta nece-
sidad de no producir evidencia incriminatoria que las fuentes pri-
marias de los cripto-judı́os americanos son tan poco frecuentes.17
Ronnie Perelis nota que, a diferencia de muchos de sus contem-
poráneos europeos, los cripto-judı́os americanos raramente dejaron
reportes textuales de sus experiencias.18 Ası́, las complejidades y
sutilezas de las prácticas de los cripto-judı́os se borraron con sus
cuerpos; sólo se conservan unos fragmentos de su cultura. Como las
efı́meras cartas que Luis escribió en peras, melones y plátanos, la
cultura judı́a de la Nueva España se desvaneció.
Debido a que muchas, si no la mayorı́a, de las cartas que Carvajal
les escribió a su madre y hermanas nunca llegaron a sus destinatarias,
éstas no pudieron haber respondido a sus preguntas especı́ficas, por
lo que Cohen postula que especuló que los inquisidores estaban
interceptando sus epı́stolas. Más allá de esta pista, al estudiar las
cartas más a fondo, Cohen encuentra varios indicios que nos señalan
esta probabilidad. De entre ellos, el ‘‘milagro’’, como Carvajal lo
13. Ibid.
14. Cohen las describe como ‘‘perishable letters’’ (ibid., 452). Agradezco a E.
Michael Gerli por sugerir esta metáfora.
15. Eva Alexandra Uchmany, ‘‘The Participation of New Christians and Crypto-
Jews in the Conquest, Colonization, and Trade of Spanish America, 1521–1660’’, en
The Jews and the Expansion of Europe to the West, 1450 to 1800, eds. Paolo Bernardini
y Norman Fiering (New York: Berghahn Books, 2001), 199.
16. Solange Alberro, ‘‘Crypto-Jews and the Mexican Holy Office in the Seventeenth
Century’’, en The Jews and the Expansion of Europe to the West, 1450 to 1800, eds. Paolo
Bernardini y Norman Fiering (New York: Berghahn Books, 2001), 182.
17. Gitlitz, Secrecy, xi.
18. Marrano Autobiography in its Transatlantic Context: Exile, Exploration and
Spiritual Discovery (Tesis doctoral: New York University, 2006), 276.
6 Mexican Studies/Estudios Mexicanos
que habı́a tenido con doña Ysabel de Carvajal, sobrina de don Luis,
hermana de Luis, el Mozo. El lunes 13 de marzo de 1589, doña Ysabel
fue aprehendida y llevada a la Casa Chata, nombre con que el pueblo
llamaba al palacio de la Inquisición, donde ya tenı́a su residencia como
prisionero su tı́o don Luis. El martes 9 de mayo del citado año fueron
aprehendidos Luis el Mozo y su madre.63
En las cárceles secretas Carvajal el Mozo meditó sobre su vida y
religión, y estimulado por los ayunos voluntarios, la oscuridad y la
soledad de la celda, empezó a experimentar episodios mı́sticos, los
cuales lo convencieron de proseguir como lı́der de la comunidad
judı́a en la Nueva España.64 Hallado culpable por la Inquisición,
Carvajal, para salvar su vida, se arrepintió y se reconcilió con la Igle-
sia.65 Ésta le ordenó que sirviese en el Hospital de los Convalecientes
de San Hipólito en la ciudad de México, lugar donde, dice Carvajal en
sus Memorias, su autobiografı́a escrita en tercera persona, ‘‘le afligian
no poco y ocupaban en otros seruicios como era barrer, lo cual hacia
regando primero el suelo con muchas lágrimas’’ (480). Carvajal no
lloraba por el trabajo impuesto, sino por tener que pecar de idolatrı́a
y no poder ‘‘volver a la compañia de su me. y hermanas’’ (480).66
Gracias a sus aptitudes lingüı́sticas—hablaba Mixteco, Zapoteco,
Náhuatl y Tarasco. Pronto se trasladó al Colegio de Santa Cruz, una
institución establecida para la educación de los indı́genas en Santiago
Tlatelolco.67 Aquı́ tuvo la suerte de tener acceso a la biblioteca del
rector, Pedro de Oroz, lo cual le facilitó la posibilidad de estudiar su
religión de antaño con voracidad (136, 480–481). El fraile Oroz
poseı́a el Pentateuco, los cinco libros de Moisés, que los judı́os con-
ocen como la Torah o Jumash. Su biblioteca también contenı́a los
Comentarios sobre el Pentateuco de Jerónimo da Azambujo de Olea-
ster, un dominico portugués, los cuales contienen los ‘‘Trece
Artı́culos’’ del judaı́smo formulados por Maimónides, teólogo judı́o
cordobés medieval.68
Aunque sabı́a que, si era acusado de nuevo de herejı́a, serı́a con-
denado a la hoguera, Carvajal continuó practicando el judaı́smo y
animó a otros a que hiciesen lo mismo.69 Adoptó el nombre de Yoseph
Las cartas
Como se mencionó arriba, en la primavera de 1595, antes de denun-
ciar a su madre y hermanas bajo tortura, Carvajal se comunicaba con
70. Ibid.
71. Ibid., 279–280.
72. Uchmany, La vida, 75.
73. Ibid.
74. Ibid., 75–76.
75. Ibid.; Cohen, The Martyr, 247.
Silverstein, La hibridación en las Cartas de Luis de Carvajal 15
Reflexiones finales
Queda claro que en ciertos casos Carvajal emplea elementos
católicos de manera inconsciente, como resultado de la influencia
católica, o al intentar a través de la teologı́a cristiana reconstruir un
judaı́smo menguado. No obstante, como hemos visto, hay otros
momentos en que Carvajal deliberadamente se apropia del discurso
dominante como estrategia contra-discursiva. Al referirse a las ‘‘blas-
femias’’ de los inquisidores y utilizar los términos ‘‘martyres’’ e ‘‘ynfi-
delidad’’, Carvajal emplea sı́mbolos y metáforas que están ı́ntegros en