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La creación de valor en una compañía debiera ser un objetivo transversal dentro de la

organización. Pero, ¿qué se entiende por “creación de valor”?, ¿cómo se mide? ¿Cómo se
mejora? La respuestas están indisolublemente ligadas a lo que definimos o entendemos, al
menos desde la perspectiva de la gestión financiera, por la misión de una empresa.
Desde la mirada financiera, la misión la entendemos como la maximización del valor de la
empresa, como resultado de un proceso de creación de valor, ciertamente en un contexto
de restricciones o consideraciones no solo legales, sino también morales y éticas.
El proceso de creación de valor consiste básicamente en la capacidad de la empresa para
tomar decisiones que le permitan alcanzar un valor presente de sus flujos de caja futuros
mayor que el requerido para recuperar lo invertido y pagar los costos de su financiamiento.
La creación de valor nada tiene que ver con “creencias”. Bien entendida, es más que
simplemente la dimensión económica o ética de cómo dirigir una empresa. Es un imperativo
de sobrevivencia.
¿Cuáles son los ámbitos de creación de valor, desde una perspectiva financiera?
Si bien son tres las grandes categorías de decisiones financieras que se deben tomar como
parte de la gestión financiera de una empresa: las decisiones de inversión, las de
financiamiento (combinación de deuda y patrimonio) y las de dividendos; las dos primeras
son las más significativas y será por lo tanto en las que nos concentraremos.
Veamos las decisiones de financiamiento. ¿Cuándo se “crea valor” como resultado de ellas?
¿Bajo qué circunstancias podríamos esperar que se cree valor en la empresa, solo como
resultado de sus decisiones de financiamiento? La respuesta es cuando como resultado de
un cambio en la estructura de financiamiento de las inversiones, seamos capaces de
disminuir su costo promedio ponderado. Es decir, cuando seamos capaces de disminuir lo
que conocemos como el Costo de Capital Promedio Ponderado de la empresa (CCPP).
En este momento, sin embargo, debemos reconocer que el principal determinante del CCPP
de una empresa viene dado por el riesgo propio de su negocio (siendo teóricamente
riguroso, por aquella parte que no se puede diversificar), por lo que resulta difícil pretender
cambiar significativamente un CCPP, si estamos hablando de una empresa que no cambia
significativamente su negocio.
Es por ello que, si bien es posible generar disminuciones del CCPP de una empresa que se
mantiene en el mismo negocio, dicha disminución es una tarea compleja.
En último término, estas posibilidades de creación de valor se generan cuando somos
capaces de lograr un financiamiento para nuestras inversiones cuyo “costo” (CCPP) sea
menor a aquel que debiera ser, algo que difícilmente ocurre.
DOS GRANDES CAMINOS
Veamos ahora las posibilidades de creación de valor como resultado de decisiones de
inversión. En términos generales, hay dos grandes caminos para lograrlo:
Emprender buenos proyectos. La idea es que estos sean capaces de generar beneficios
futuros, en montos tales que nos permitan devolver a quienes los aportaron, los recursos
utilizados para el desarrollo de la inversión, pero además “compensar” a cada uno de ellos,
el costo de oportunidad en que incurrieron por el financiamiento aportado (deuda o
patrimonio).
En finanzas sabemos que ello ocurrirá cuando la rentabilidad del proyecto no solo sea
positiva (algo que no es suficiente), sino mayor que el CCPP del proyecto. Cuando eso
ocurre, decimos que el proyecto tiene VAN positivo. Para lograrlo, el análisis de las distintas
estrategias debe ir acompañado de una total comprensión de los procesos generadores de
flujos de caja de la inversión y de los riesgos asociados. El solo hecho de obtener utilidades,
¡no es suficiente!
Mejorar la gestión financiera de los recursos de la empresa. Cuando como resultado de lo
anterior, lo que se consigue es generar los mismos recursos futuros de nuestros proyectos,
pero con menos recursos invertidos, ¡estaremos creando valor! y lo que se requiere
entonces, es que el responsable de la gestión financiera de la empresa tome como parte de
sus responsabilidades, no solo la evaluación o la implementación de las decisiones de
inversión, sino también la “gestión” de los recursos invertidos.
Si producto de una rigurosa gestión de los créditos a los clientes o de las existencias de la
empresa, los mismos beneficios futuros se pueden lograr con menos recursos invertidos, sin
alterar su riesgo, ¡se estará creando valor!, y eso es tarea de muchos, pero entre ellos del
gerente de finanzas. La tarea de creación de valor, va más allá de una mera gestión de
tesorería.
MÁS NEGOCIOS CREATIVOS
A modo de conclusión: El más sólido proceso de creación de valor de una empresa sigue
siendo aquel que se fundamenta en buenas decisiones de inversión. Esto es, en la
capacidad de generar ideas de negocios creativas (la capacidad de las empresas de
innovar), fundamentadas en ventajas competitivas verdaderas (¡no ilusiones!), sustentables
en el tiempo, con la mayor flexibilidad posible de modo de permitirnos modificar nuestras
decisiones sin incurrir en grandes costos y que, por último, en caso de fracaso no signifiquen
a la empresa tener que incurrir en altos costos de abandono, ¡esta es la misión!
La creación de valor es un “imperativo”; las organizaciones que crean valor se mantienen en
el tiempo, las que no, terminan por extinguirse.
Decisiones de inversión: un caso
El desafío no es ser capaces de devolver al dueño solamente lo invertido, sino crear
proyectos que le generen recursos por sobre su inversión y su costo de oportunidad
El siguiente es un caso sencillo que busca explicar el concepto de “creación de valor” como
resultado de una decisión de inversión.
Supongamos que estamos iniciando una empresa (ABC), a través de un proyecto que
requiere una inversión, hoy, de $10.000. Como financiamiento usaremos $4.000 de deuda,
la que tendrá un costo anual de 10%, y $6.000 de aportes de capital de los dueños, cuyo
costo de oportunidad supondremos es de 15% anual (Figura 1).
Nuestro proyecto dura solo un año y al término de este, venderemos las inversiones
realizadas al comenzar el proyecto.
Entre otros supuestos simplificadores, estimamos que todos los ingresos y gastos que
genera el proyecto son caja al terminar el período (año), que no hay impuestos y que no hay
cambios en los valores de mercado de los activos en que se invirtió al comenzar el proyecto,
entre otros.
TAREA NADA FÁCIL
El desafío de la creación de valor no es ser capaces de devolver al dueño solamente lo
invertido, ni siquiera lo invertido más su costo de oportunidad; el desafío es invertir en
proyectos que le generen recursos por sobre esos dos conceptos (inversión y costo de
oportunidad); solo entonces estaremos creando valor para la compañía. Tarea nada fácil por
cierto, pero que es el verdadero desafío de la empresa.
FINANZAS PÚBLICAS Y VALOR PÚBLICO
En el sector público, el propósito general de Las finanzas públicas no parece tan claro, ya
que lo que los directivos han de producir para generar valor es aún ambiguo. El objeto del
trabajo directivo en el sector público es crear valor público, del mismo modo en que el del
trabajo directivo de sector privado es crear valor.
Creación de valor
Se habla de creación de valor como la capacidad que tienen las empresas o
sociedades para generar riqueza o utilidad por medio de su actividad
económica. En el ámbito de la dirección estratégica se define a la creación
de valor como el principal objetivo de las sociedades mercantiles y su razón
de ser.

En la literatura económica y especialmente la empresarial, el fin de una


empresa ha sido desde su origen las búsqueda del máximo beneficio posible.
La teoría de la empresa actualmente ha desarrollado esta idea y señala que
es la creación de valor el factor a tener en cuenta a la hora de diseñar un plan
de negocios y funcionar en una actividad.

Según la teoría de la empresa, las organizaciones mercantiles o económicas


basan su trabajo y funcionamiento en la creación de valor, es decir, tienen
unas expectativas en las cuales basan su trabajo y fijan unos determinados
objetivos para un determinado periodo de tiempo.

Medición de la creación de valor

La contabilización del valor creado cuenta con un gran número de


modalidades y posibilidades en la literatura económica dentro de la dirección
estratégica. Es decir, se trata de un campo de análisis y de estudio en el que
el propio concepto de valor es subjetivo y varía según el auto o investigador.
Por este motivo, la creación de valor es un parámetro complicado de
estimar con precisión.
La tendecia más extendia tiene en cuenta el beneficio obtenido, pero precisa
necesariamente también aquellos costes en los que la empresa ha incurrido
a la hora de lograr el mismo. De manera lógica, si los resultados obtenidos
son mayores cuantitativamente que los recursos empleados en la actividad
económica diremos que ha existido una creación de valor. En este aspecto,
se suele hablar del Principio fundamental del Valor Económico Agregado
o EVA, una medida que equivale al beneficio neto operativo de una compañía
menos el costo de todo el capital requerido a la hora de producir
esos ingresos.

Otra de las maneras más comunes para medir la creación de valor de una
empresa es el estudio del valor creado para los accionistas, debido a que
estos son los agentes propietarios de la misma y los más interesados en su
buen funcionamiento. Alternativamente en la gestión empresarial otra
tendencia es el estudio del valor de marca en diferentes momentos para
analizar su evolución.

Diferencia entre valor de la empresa y creación de


valor

Es importante no confundir el concepto de creación de valor con el de valor


de una empresa, ya que a menudo es un problema existente y que precisa
de explicación. La principal diferencia entre ambas definiciones es que el
valor de una empresa es una variable fondo, mientras que la creación de valor
es flujo y se desarrolla en un periodo de tiempo en cuestión.

Sí que es cierto que ambas variables se influyen mutuamente, ya que


empresas grandes tienen mayores posibilidades de crear más valor, y
alternativamente una empresa que logra crear mucho valor tiene más
posibilidades de supervivencia y de convertirse en una empresa más grande.

La creación de valor es el objetivo de toda buena gerencia. Si antes el objetivo fue la


maximización del beneficio, ahora este objetivo de beneficio ha sido suplantado por la
creación de valor. Pero, ¿cómo se mide el valor?. Esta cuestión muy sencilla en su
planteamiento a la hora de ponerla en práctica no lo es tanto. En síntesis podemos medir
el valor creado en la empresa considerando no solamente el beneficio sino también el
coste que ha supuesto generar ese beneficio. En definitiva si el beneficio obtenido
supera el coste de los recursos implicados, podremos decir que se ha creado valor. Si
esto lo trasladamos a la toma de decisiones de inversión significa que para que se cree
valor en la empresa el VAN de la inversión deberá ser positivo y por tanto estaremos
invirtiendo en activos que generan un valor adicional para la empresa. Pues bien en este
trabajo se pretende abarcar toda esta problemática referente a la medición del valor. En
primer lugar se muestra la definición de este objetivo, de creación de valor, en la
empresa y sus repercusiones sobre la labor del director financiero. En segundo lugar se
plantean cuales son los mecanismos de creación de valor en la empresa desde una
doble perspectiva. Por un lado considerando el descuento de flujos de caja libres y por
otro mediante el descuento de los flujos de caja libres para los accionistas. A
continuación se definen los diferentes métodos existentes para medir la creación de
valor en la empresa y se plantean las ventajas e inconvenientes de cada uno de ellos.
Por último se proponen otros métodos alternativos para la medición del valor que en su
mayoría tratan de paliar las limitaciones de los métodos anteriores.

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