FACULTAD DE CIENCIAS CONTABLES, FINANCIERAS

Y ADMINISTRATIVAS

ESCUELA PROFESIONAL DE CONTABILIDAD

ELEMENTOS OBJETIVOS Y SUBJETIVOS EN LA CESIÓN DE CRÉDITOS.

ASIGNATURA:
INTRODUCCIÓN A LA CONTABILIDAD DE
INSTITUCIONES FINANCIERAS

DOCENTE:

MG. CPCC. RAFAEL AGUILAR SALINAS

CICLO:

IX - K

INTEGRANTES:

ALBITRES DEZA, INGRID YUDIT.

HUAJACHI DUEÑAS, JENNY ELIZABETH.

CHIMBOTE – PERÚ

2017
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ELEMENTOS OBJETIVOS Y SUBJETIVOS EN LA CESIÓN DE CRÉDITOS

I. SUJETOS EN LA CESIÓN DE CRÉDITOS

1.1. Planteamiento preliminar

Una de las notas más características de la cesión de créditos la encontramos

en el aspecto subjetivo de esta institución, con independencia de cuál sea la
causa sobre la que se sustente (compraventa, donación, permuta, dación en
pago, etc). Si bien la cesión es el resultado del pacto entre dos partes, cedente
y cesionario, sus efectos se extienden sobre la figura del deudor cedido, quien
habrá de cumplir su prestación frente a un nuevo acreedor.

1.2. Las partes en la cesión

A. El cedente

El acreedor que transmite un crédito no sólo deberá tener capacidad de

obrar, sino también poder de disposición sobre el mismo. En torno a este
requisito, en la STS 3 enero 1981 se afirma que, en el concreto caso
juzgado, la cesión de un crédito llevada a cabo por un factor mercantil no
es válida, como consecuencia de la insuficiencia de su apoderamiento
para celebrar esta suerte de negocio jurídico. Ante la alegación de la
presencia de buena fe por parte del cesionario que con él contrató, el
Tribunal Supremo acude a lo dispuesto en el artículo 286 del Código de
Comercio, y considera nula la cesión, pues esta operación no
representaba uno de los “actos de giro y tráfico del establecimiento”.

B. El cesionario

El adquirente también habrá de gozar de la capacidad de obrar precisa

para el concreto negocio jurídico sobre el que se cimiente la cesión del
crédito. Por este motivo, por ejemplo, cuando la misma se sustente en un
contrato de compraventa, será de aplicación lo dispuesto en torno a la
capacidad exigida al comprador en los artículos 1458 y 1459 del Código
civil. En nuestro país, en suma, el vigente Código civil no alberga
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ninguna regla especial en torno a la capacidad que han de tener las partes
que proceden a acordar la cesión de un crédito. Como consecuencia de
ello, a tal efecto, debemos acudir a las normas sobre la capacidad exigida
para llevar a cabo los actos en cuya virtud se verifica la cesión en cada
caso.

1.3. La doble cesión de un mismo crédito a diversos cesionarios

El régimen jurídico aplicable a la transmisión de créditos es el referido a los

bienes muebles, excepto cuando se hallan garantizados con hipoteca, pues en
esta última hipótesis gozarán de la consideración de inmuebles. Por otro lado,
la venta de un crédito que previamente ya se ha enajenado no es válida, pues
el cedente se ha despojado de la titularidad del crédito al llevar a cabo la
primera disposición; en tal caso, la segunda enajenación resulta inválida.
Cuando intervienen terceros hipotecarios –al tratarse de cesiones inscritas en
el Registro de la Propiedad– resultará aplicable lo dispuesto en el segundo
párrafo del artículo 1473 del Código civil, y se conferirá preferencia a quien
primero inscriba la cesión en el Registro con buena fe.

II. EL OBJETO DE LA CESIÓN DE CRÉDITOS

2.1. El crédito cedido

A. Regla general: la transmisibilidad

La cesión de créditos se halla “caracterizada por su contenido de cosas

incorporales”. En relación con la cuestión referida al objeto de la
transmisión, al estudiar el concepto de la cesión de créditos, pudimos
comprobar la enorme amplitud que en el artículo 1112 del Código civil se
confiere a su posible objeto, en el que han de entenderse incluidos,
naturalmente, los derechos de crédito (siempre y cuando no lo prohíba la
ley, ni exista un pactum de non cedendo, ni se trate de una prestación
personalísima por parte del acreedor).

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B. Excepciones

B.1. Prohibición legal de transmitir

En ellos se excluyen del ámbito objetivo de la Sección referida a la cesión

de créditos los derechos y deberes con origen en el Derecho Público; por
ejemplo, la ley que otorga un derecho a determinadas prestaciones de la
seguridad social puede disponer que dicho crédito resulte intransmisible.
Tampoco esta Sección es aplicable a los derechos y deberes propios del
Derecho de Familia. Por otra parte, se reconoce que las transmisiones de
bonos, de inversiones en valores, de letras de cambio o de otros
instrumentos negociables gozan de sus específicas regulaciones.

B.2 Derechos de carácter personalísimo

La transmisibilidad de los derechos se halla supeditada, evidentemente, a

las normas que limitan o prohíban su cesión. Toda cesión de un derecho
altera la posición del deudor de algún modo, ya que viene obligado a
cumplir la prestación a favor de otra persona distinta, que puede mostrar
una actitud más estricta que el acreedor primigenio en relación con la
ejecución del derecho.

B.3 El controvertido supuesto del pactum de non cedendo

i. Respuesta en nuestro ordenamiento jurídico

En nuestro país, el hecho de preverse en el artículo 1112 del Código civil

la posibilidad de acordar la intransmisibilidad de un crédito permite, en
opinión de P, la configuración de un pactum de non cedendo que haga
imposible la transferencia del crédito del cedente al cesionario, salvo
autorización del deudor cedido.

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ii. Soluciones acogidas en los instrumentos jurídicos

internacionales

Una respuesta que puede adscribirse a la línea permisiva que nosotros

propugnamos, aunque con matices, ha sido acogida en los Principios
UNIDROIT, en su artículo 9.1.9 (sin embargo, en el artículo 9 de la
Convención CNUDMI parece no conferirse relevancia alguna a la buena
o mala fe del cesionario en estas hipótesis). Según se expone en los
comentarios al artículo 9.1.9 Principios UNIDROIT, si el acreedor
originario cede su derecho pese a la vigencia de un pactum de non
cedendo, los intereses respectivos del deudor y del cesionario habrán de
“ser puestos en una balanza”: aunque el deudor sufre una violación de
sus derechos contractuales, también el cesionario ha de ser tutelado. Así
pues, la regulación propuesta en este instrumento internacional trata de
tomar en consideración la composición de intereses presentes en estas
hipótesis. Los comentaristas estiman que es importante favorecer la
cesión de créditos como un medio eficiente de financiación.

C. La modificación del crédito cedido

Al escrutar la naturaleza jurídica de la cesión de créditos, se hizo explícita

referencia a la distinción que nuestra jurisprudencia identifica entre esta
figura y la cesión de contrato. En este sentido, en las decisiones
jurisprudenciales parcialmente transcritas se argüía que cuando no existe
reciprocidad de obligaciones porque el cedente ya ha satisfecho su deber
de prestación, nos hallamos frente a una cesión de créditos, en cuya virtud
únicamente se transfiere la posición acreedora del contratante
transmitente.

D. Supuestos especiales de cesión

a. Cesión parcial de créditos

Hasta este punto, para abordar las cuestiones que circundan la cesión de
créditos, hemos asumido como presupuesto que el objeto de la misma se

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halla constituido por la totalidad del derecho transferido, que se cede

como una unidad. Sin embargo, cuando la prestación es divisible y no se
ha pactado la exclusión de la cesión parcial, debe admitirse la transmisión
de una parte de un crédito. El interés económico de esta figura es
evidente, pues permite al titular de un crédito todavía no exigible solicitar
un préstamo de inferior cuantía a un tercero, y ceder al prestamista sólo
una parte de su crédito que sea suficiente para cubrir el montante de dicho
préstamo.

b) Cesión de créditos futuros

i. Admisibilidad de esta figura

Se puede llevar a cabo, si tomamos en consideración lo establecido en el

artículo 1271 del Código civil, la cesión de derechos todavía no
existentes, es decir, de créditos futuros, siempre y cuando no se efectúe a
título gratuito (ex artículo 635 CC). No parece que en el artículo 1529 del
Código civil se excluya esta posibilidad, que se contempla expresamente
en el segundo párrafo del artículo 1214 de la Propuesta de Modernización
del mismo. Como atinadamente se evidencia en los comentarios al
artículo 9.1.5 Principios UNIDROIT, la cesión de créditos futuros alcanza
una enorme relevancia económica.

ii. Efectos jurídicos

Si el crédito objeto de transferencia no llegara a ver la luz, o bien si su

surgimiento se produce a favor de persona distinta del cedente,
entendemos que dicha transmisión carecerá de objeto.

2.2. Los “accesorios” del crédito (el artículo 1528 del Código civil)

A. Los derechos accesorios

A tenor de lo dispuesto en el artículo 1528 del Código civil, la cesión de un

crédito “comprende la de todos los derechos accesorios, como la fianza,
hipoteca, prenda o privilegio”. En coherencia con esta previsión normativa, en
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el tercer párrafo del artículo 149 de la Ley Hipotecaria se dispone: “El

cesionario se subrogará en todos los derechos del cedente”.

La amplitud, la inconcreción y la vaguedad de la expresión legal “derechos

accesorios” provoca que podamos entender incluido en ella todo aquello que,
según la terminología del propio Código, se comprende en la idea de
“accesorios”, como pretensiones diferentes a la destinada a obtener la
prestación principal que ha sido objeto primario de la cesión.

B. Los privilegios

En el artículo 1528 del Código civil, nuestro legislador pretende que tenga
lugar la transmisión al cesionario no sólo de los “derechos accesorios” en
sentido estricto, sino también de las cualidades del crédito: los privilegios, así
como los medios con los que contaba el cedente para defender el crédito o
hacerlo efectivo. En relación con los “privilegios” aludidos en el precepto
analizado, en la STS 19 enero 1998 se indica que “el privilegio –el Código no
lo define salvo la referencia que hace su art. 1528–, se integra en el propio
crédito, –preferencia causal–, al ser inherente al mismo y lo cualifica
especialmente para dotarlo de dinámica preferencial de cobro con relación a
otros créditos”. Esta preferencia de cobro puede tener su génesis no sólo en el
texto de una norma, sino también en la voluntad concorde de las partes. En
nuestra doctrina se ha reiterado, de manera frecuente, que el artículo 1528 del
Código civil determina la transmisión de los privilegios cimentados en la
naturaleza del crédito o en su origen, mas no los derivados de la consideración
o cualidades personales del acreedor cedente.

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