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AP TRE TY No castante, hay una verdad esponténea anterior a la cienca y ala Glosofia, silencio y autorrecogimiento 2 la ia a la epistemologia o a la his- mo condicién para entrar luego pedagégicos 0 de cualquier far en las explicaciones de la mporanea. Al contrario, de la misma manera desde mi ventana los arboles estos son actos de una concien- Mi vida se precipita siempre ntes, la condencia transcurre de lo que no es ella misma; no tos actas aisiadamente confi- més poderoso que los otras para nediata acerca de mi existendia y undo real hacia el cual corre y se , antes de cualquier razonamiento que de pronto, come por encanto, les pensamientas y las palabras se organizan. Mucho menos conozco la dave de las cosas sensibles que percibo, en la intuicién inmediata las cosas no me revelan Su secreto; no obs- tante, antes de cualquier radocnio, en es la aplicacién de reglas de correspondencia, y e! para- digma que caracteriza la manera de abordar y proce- sar la informacién en una comunidad centifica no es una suma de reglas y prescripciones, sino més bien un “ejemplar”, un modelo gestaltico o un patrén intuiti- vo que funciona como matriz procesadora de- datos, tal como lo explicaremos mas adelante. Aqui, lo qu queremos mostrar es que aunque ningun axioma,-ni teorema, ni formulacién tedrica puede autoprodamar se conto verdad primera y fundamental, s! existe una verdad anterior, primera y prerreflexiva, una vivenda de la verdad y de la certeza, y las mismas operaciones légico-formaies serian incomprensibles sino est sen previamente gestadas en las op manera inmediata. natural que el. conocimiento Por otra parte, pare al fin de cuentas esté estable y seguro, mas agradable mano para el individuo y para-el colectivo soci esta perspectiva, el conccimiento es mas especulacién, y su verdad s cas ttiles que trae al mejoramiento y la-trat cién progresiva de la re: necesidades y problemas def in: vo social. Cuando el énfasis en el criterio de verdad Se pone en la utilidad individual, estamos frente a a verdad de los pragmatistas, como William James John Dewey, ambos psicopedagogos nortesmerica- nos bastante influyentes. Cuando e! éniasis se pone en la transformacién y progreso del colectivo social, estamos frente a la verdad de los manxistas. En am- bos casos, no sélo el sujeto construye su objeto.de Conocimiento come proponia Kant, sino que este co- Nocimiento ha de ser al mismo tiempo transfocinador de la cosa en si (la revolucién kantiana llevada mucho més lejos), a partir de la redefinicién del sujeto cog- Roscente ya no sdlo por su naturaleza raconal con SUS esquemas légico-formales, sino también por su naturaleza empirica, con sus determinantes y nece- COvecameNTe + PAITENCLOSIA OF LA Peeasose & EN La puwécnca de entender para transformer el conocimiento contribuye a estabilizar su Poeeoenceseaoeananeeseeeeeeeeeg ee Los pRAGMATISTAS sobrevaloran tanto la satisfaccién de las necesidades subjetivas, que subordinan la tarea de entender la realidad tedricamente. de proyeccién y realizacién personal y colectiva, que influyen y relativizan notablemente el conocimiento. Con una diferencia mas importante aun frente a Kant mientras para éste la naturaleza humana racional con sus esquemas a priori estan ya predeterminados, para los maraistas tanto los esquemas racionales como los aspectos empirico-bio-psico-saciales se generan a pos- teriori, en permanente construccién hacia el futuro, a partir de la experiencia, de la praxis, de la progresiva solucién a los problemas histérico-sociales Més atin, pragmatistas y marxistas reconocieron no sélo el caracter activo y selectivo del sujeto cognoscen- te sino también un cierto cardcter pasivo y receptor de estimulos y sefiales del medio ambiente natural y socio- cultural, en interaccién con el cual el individuo produce sus experiencias que le permitirén no s6lo interpretar cada vez mas fielmente la realidad sino también con- tribuir progresivamente a su pleno autodesarrollo. Es precisamente este doble movimiento del sujeto que conoce, activa y receptivamente, el que ha confirmado Piaget al determinar en forma experimental la “asimila- cién" y la “acomodacién” como dos momentos simul- téneos e inseparables en el proceso de conacimiento, como lo veremos luego. Pero en cuanto a la capacidad del sujeto de reestructurar tedricamente el objeto en sus caracteristicas y relaciones esenciales, no podemos pasar por alto el contraste exis- tente entre la teoria del conocimiento pragmatista y la teoria marxista. James se opone a que el conocimiento pueda llegar a representar 0 reproducir la realidad, pues [a necesidad te6rica se reduce a un problema de “con- cordancias” entre juicias, objetos y modos habituales de ‘reacci6n al interior de la conciencia: “La verdad especu- lativa se produce al interior del enten: imiento, puesto que ella consiste en el acuerdo de algunas operaciones y de algunos de sus objetos, con otras operaciones y Otros objetos; acuerdos que consisten en felaciones per- fectarente definibles”2, Semejante explicacién de, la "wale aes La Kes dea verdad, Agu, ai, 1960. "= Peossouia ott conocimewto

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