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http://mascotafiel.com/como-aumentar-la-inmunidad-de-mi-perro/
Medio ambiente: humedad del aire baja, la contaminación por polvo, limpieza, etc.
Gusanos: son muy comunes sobre todo en períodos de calor, también común
recaídas por la resistencia de los cuerpos de los principios activos se utilizan. Siempre
es bueno investigar Isospora y Giardia.
Comida: en primer lugar debemos dar una buena calidad de alimentación o una
alimentación natural balanceada y de buena calidad, la comida es esencial para el
buen desarrollo de la inmunidad, por lo tanto, debe respetar la edad y el tamaño del
perro para conseguir una alimentación adecuada.
Vacuna: la vacuna es esencial para que el perro se inmunice y una estancia protegida de
numerosas enfermedades contagiosas en el futuro vamos hablar sobre todo de los riesgos
y beneficios de la vacunación en exceso.
Control de ectoparásitos: dan preferencia por productos naturales y homeopáticos, porque
los insecticidas también bajan la inmunidad.
Para aumentar la inmunidad de su perro incluir en la alimentación:
Ajo: 1 diente de ajo 2 veces por semana aumenta la inmunidad de su perro.
Huevo: 1 huevo cocido o crudo 2 veces por semana ayuda a aumentar la inmunidad.
Polvo de la levadura de cerveza: coloca diariamente en los alimentos, además impulsar la
inmunidad evita las pulgas.
Yogur: 2 a 3 veces por semana aumenta la inmunidad.
http://www.ehowenespanol.com/vitaminas-reforzar-sistema-inmunologico-perros-
manera_519158/
Suplementos de vitaminas
Tu veterinario puede sugerirte que acompañes la dieta regular de tu perro con unos
suplementos vitamínicos. Es importante que entiendas el papel que estos suplementos
juegan en la salud de tu perro, ya que no todos los perros requerirán el mismo tipo o
cantidad de suplementos. La vitamina C es un antioxidante y ayuda al sistema inmune a
combatir los radicales libres que causan enfermedades. La vitamina C es necesaria para la
formación adecuada de huesos y tejido y se ha demostrado que combate las células
cancerígenas. Los suplementos de vitamina C dados a los perros enfermos pueden ayudar a
hacer que se recuperen rápido al reforzar su sistema inmunológico y ha demostrado ser
prometedora en el tratamiento de la displasia de caderas y la artritis. El complejo B es
necesario para la función adecuada del sistema nervioso. El estrés puede causar que los
niveles se caigan rápidamente; un sistema inmunológico comprometido causa bastante
estrés en el cuerpo de los perros más jóvenes. Las vitaminas B específicas que ayudan a
reforzar el sistema inmunológico son: B2 (riboflavina), la cual ayuda a que el sistema
inmune produzca anticuerpos; B5 (ácido pantoténico) es importante para el sistema inmune
y la función suprarrenal y ayuda a combatir las alergias, inflamación e infecciones; B6
(piridoxina) es requerida en el uso de algunos minerales para un sistema inmune saludable;
B9 (ácido fólico) es necesario para la formación de glóbulos rojos y proteína para el
metabolismo, la cual es necesaria para la función adecuada del sistema inmune; B12
(cobalamina) es la vitamina para "sentirse bien" y a menudo dada a las mascotas
deterioradas para aumentar su energía. La vitamina E es considerada una vitamina
maravillosa y es útil en sanar enfermedades, mejorar el sistema inmunológico, disolver los
tumores y mejorar la función de todos los órganos internos. La vitamina E también tiene
otra cantidad de beneficios y es el suplemento número 1 sugerido por los veterinarios.
http://www.srperro.com/consejos/salud-perruna/remedios-naturales-para-reforzar-las-defensas-
de-tu-perro
A continuación tienes algunas de las plantas que impulsan de forma natural el sistema
inmune. Los perros viejitos y los que tienen problemas pulmonares agradecerán
tomar alguna de ellas a modo de prevención, pero también es conveniente tenerlas a
mano en cuando notes que tu perro tiene menos energía de la habitual o que ha perdido el
apetito.
Estas pueden ser señales de que su sistema inmunológico está empezando a luchar contra
algún “invasor”. Aunque no son medicinas, sino suplementos nutricionales, por supuesto,
lo mejor es acudir a tu veterinario, preferiblemente holístico, es decir, que tenga
conocimientos de medicina herbal, terapias naturales, etc., ya que así te podrá aconsejar
lo más adecuado para tu perro en concreto.
Equinácea
Contiene equinacósido, un antibiótico natural que puede matar a muchos tipos de virus y
bacterias, estimulando al sistema inmunológico.
Pau d'arco
Es un árbol que proviene de las selvas tropicales de Brasil y otras zonas de América del Sur
y estimula el sistema de defensa del cuerpo y ataca activamente organismos patógenos.
Suma
Los nativos de la selva del Amazonas han utilizado la raíz suma desde hace más de 300
años. Además de en tratamientos contra el cáncer, diabetes, ayuda a prevenir resfriados y la
gripe. Si ya ha atacado la enfermedad, acelerará su curación.
Hongos medicinales
Astrágalo
Ha sido una hierba fundamental en la medicina tradicional china desde hace cientos de años
tonificando la energía. Tiene una capacidad estimulante del sistema inmunológico por sus
polisacáridos y saponinas. Por eso se usa en infecciones virales crónicas, resfriados, gripes,
etc.
Aloe vera
http://biovea.net/ec/product_detail.aspx?PID=4693&deptid=0&cid=0&OS=204&NAME=PET-
PROTECT%E2%84%A2-L%C3%8DQUIDO-PARA-EL-APOYO-INMUNITARIO-PARA-GATOS-PERROS-Y-
AVES-114ml
Cuando los perros sanos disfrutan de una alimentación natural variada no necesitan
suplementos naturales, pero en determinadas ocasiones, algunos perros tienen ciertas
patologías o necesidades que pueden mejorarse con suplementos, he aquí una lista de
los más utilizados por nosotros, como veréis algunos de ellos son típicos en nuestra cocina
y otros deben comprarse en herbolarios, parafarmacias, etc.
Lista de los 10 suplementos naturales para perros que consideramos más
importantes:
1. Espirulina
Ayuda a mejorar la masa muscular por su alto contenido en proteínas de gran calidad.
Desintoxica el organismo
Posee muchas propiedades más pero estás pueden ser las más resaltadas.
2. Aceite de salmón
3. Vinagre de manzana
Alivia los dolores articulares y musculares y también puede ayudar a los perros a
eliminar el exceso de grasa corporal, esto viene bien para los perros obesos pero sobre todo
para lo que tienen problemas articulares y les cuesta perder peso.
4. Levadura de cerveza
Un gran suplemento por muchos motivos, solo debemos tener cuidado de no excedernos en
su uso por su alto contenido en fósforo, o compensarlo con calcio, pero eso mejor hablarlo
con el especialista.
Es ideal para mejorar la piel y pelo, problemas alérgicos, por supuesto descartando los
perros que tengan alergia a la propia levadura.
Muy buena para regular el estreñimiento en los perros, por eso mismo hay que empezar
con poca cantidad pues puede producir diarrea y gases.
Y la función que más utilizamos nosotros, es por su acción repelente, por lo que durante
los meses de calor lo añadimos a su dieta diaria para que la tiamina (vitamina B1) actué
cambiando el sabor y olor de la sangre, lo cual conlleva a que los garrapatas, pulgas,
mosquitos, etc… sean repelidos y no tengan intención de morder a nuestros perros.
5. Kéfir
Tanto el kéfir de leche (según tolerancia del perro) como el de agua, poseen grandes
propiedades beneficiosas para perros y por supuesto para humanos, por lo que todos
podemos disfrutar de este producto natural.
Su mayor acción es digestiva, refuerza la flora intestinal y es muy buena para perros que
han sido sometidos a un tratamiento largo con antibióticos, ya que estos eliminan toda la
flora natural del perro sin excepción.
También ayuda a perros que sufren de gastritis, disminuyendo los malestares que suelen
tener por dicha patología.
Tratamiento de problemas con la vesícula biliar como piedras, y como no, estimula y
regula el sistema inmune del perro.
Hay muchas más propiedades por si queréis buscar más información sobre este producto, y
algo importante, el kéfir no se compra, se regala.
6. Harpagofito/árnica
Hay más antiinflamatorios naturales como la boswelia, cúrcuma, piper nigrum, salix
alba, etc.
7. Jengibre
Es una planta popular usada por muchas embarazadas para las náuseas, por lo que este
mismo beneficio podemos obtenerlo para nuestros perros cuando sufren de problemas
digestivos que conllevan náuseas y vómitos. Incluidos los mareos en coche.
Protector estomacal, ayuda a que no se produzcan úlceras y por ello mismo bueno para
problemas como gastritis.
Aparte ayuda a la estimulación del páncreas, por lo que es ideal para perros con problemas
de insuficiencia pancreática.
8. Orégano
Es una especia que seguro que muchos de nosotros usamos de forma habitual para muchos
platos de cocina pero tenemos muchas más propiedades ocultas tras este alimento.
9. Cominos
Ideales para perros que a pesar de comer natural ciertos alimentos les producen digestiones
difíciles y en especial problemas de gases.
También ayuda con problemas bucales como mal olor, gingivitis y caries y posee
propiedades antibacterianas y vermífugas por lo que se puede usar como complemento
para desparasitar.
Todos los alimentos que dan estas pequeñas son buenos en cierta medida para nuestros
perros.
La miel es ideal como fuente energética rápida, muy nutritiva, buena para perros
debilitados.
La Jalea Real es un potente suplemento nutricional, rico en ácidos orgánicos con actividad
biológica, vitaminas, sales minerales, enzimas, hormonas, y antibacteriana.
El polen (evitar en alérgicos) tiene una concentración altísima de nutrientes para cualquier
estado de deficiencia, malnutrición, caquexia, anorexia, etc.
Por supuesto la dosis de todos estos suplementos depende del perro y debe ser
supervisado por un veterinario, también podéis comentarme vuestras dudas en este
mismo artículo y os las iré resolviendo.
http://www.castro-castalia.com/afecta.htm#.VxUVgjEbim8
Existen razones sobradas para saber que la mayoría de los alimentos cuantos son cocinados
pierden gran parte de su valor bionutritivo; al fin y al cabo, calentarlos y cocinarlos implica
que se alteren de manera importante –y a veces incluso nociva- sus estructuras moleculares,
lo que genera una mayor dificultad para su digestión; además está constatado que en el
proceso de calentado y cocinado, se destruyen gran parte de las enzimas, los ácidos grasos
esenciales, las vitaminas y los minerales que están presentes en los alimentos en crudo. Y
por si fuera poco, también se ha demostrado que cuando se elabora la carne a altas
temperaturas, se forman ciertos componentes que pueden ser cancerígenos y que acaban
por interferir con la propia estructura genética del que ingiere el alimento alterado.
Quienes abogan por la alimentación en crudo, sugieren que esta tiene muchas ventajas por
cuanto proporciona una mayor resistencia ante las enfermedades, ante las alergias, ante los
parásitos internos y externos, todo lo cual nos habla implícitamente de una mejor respuesta
del sistema inmune frente a tales agresiones; pero además añaden que los productos crudos
se digieren más fácil y rápidamente y se aprovechan mejor, y para colmo, dictaminan que al
ingerirlos así se propicia una mejor higiene bucal y se logra una mayor flexibilidad e
hidratación de la piel – piel, que dicho sea de paso, es también un importante aliado del
sistema inmune por cuanto constituye la primera y más extensa barrera frente a toda una
serie de agentes agresivos externos!.
En la primera mitad del siglo XX, durante la década comprendida entre 1932 y 1942, un
doctor en Medicina, Francis M. Pottenger Jr., llevó a cabo un estudio que aún ahora, setenta
y pico años después continúa siendo el único de sus características. Con ese estudio el Dr.
Pottenger pretendía investigar el comportamiento de las glándulas suprarrenales y para ello
tomó un total de novecientos gatos que dividió en dos grupos distintos; al primero de los
grupos en cuestión lo alimentó exclusivamente con comida cruda, al estilo de cómo se
alimentan todavía hoy los felinos salvajes y al segundo, le suministró comida preparada
tanto casera como industrial.
Quería demostrar que los animales salvajes en cautividad y la gran mayoría de los animales
domésticos (no sólo perros y gatos) fallecían mucho antes que los congéneres que se
desenvolvían en total libertad, y buscar en el comportamiento de las glándulas
suprarrenales las causas para este mayor y más temprano índice de mortandad.
Y se encontró con toda otra serie de respuestas, que no buscaba a priori, pero que nos deben
servir para la reflexión, por cuanto llegó a la conclusión de que los gatos alimentados de
forma más cercana a la natural (con carne fresca y leche sin pasteurizar), eran animales
mucho más sanos, más longevos, que se reproducían mejor y en más cantidad, cuyos
cachorros eran más vigorosos en el momento de nacer y se desarrollaban con mayor
facilidad y que todos ellos, cachorros, jóvenes, adultos y viejos, mostraban muchas más
ganas de vivir, eran más ágiles, más despiertos. Por el contrario, aquellos otros a los que
alimentó con leche pasteurizada, aceite de hígado de bacalao, restos de carne y otras
comidas que sobraban del comedor del personal hospitalario y vísceras, todo ello
previamente cocinado y también con los piensos que a la sazón empezaban a
comercializarse en los Estados Unidos con gran éxito, eran animales enfermizos, que
padecían toda clase de problemas, que tenían serios trastornos del comportamiento, que
padecían afecciones de piel, desarreglos hormonales, hepáticos, renales, cardíacos,
respiratorios, alergias, cáncer y artritis y que además se reproducían con escaso éxito, en
ocasiones produciendo incluso cachorros deformes... hasta que al final, tras unas pocas
generaciones, hasta eran incapaces de reproducirse siquiera.
Habiendo comprobado esto, Francis Pottenger Jr. optó por cambiar la dieta a los gatos de
primera y segunda generación que habían estado recibiendo la alimentación no-natural, y
llegó a una conclusión muy interesante: se precisaban hasta cuatro generaciones para
restaurar los niveles de salud, vigor y bienestar idénticos a los de esos otros animales que
desde el primer momento habían sido correctamente alimentados. Pero que era posible
producir una mejora sustancial, tanto física y mental, en ellos. Fue incluso más allá en su
experimento y pudo demostrar fehacientemente que una gata que fuera sometida durante
dos a tres meses a una dieta “cocinada” o “industrial” acababa por padecer serias
dificultades para reproducirse e incluso podía llegar a convertirse en estéril, mientras que
cualquiera de los hijos que paridos en estas circunstancias fuera alimentado con la dieta
“natural”, no mostraba ninguno de los trastornos observados en la madre, a medio, corto y
ni siquiera largo plazo.
El rigor de este interesantísimo estudio fue posteriormente avalado –ante las protestas y las
dudas suscitadas por algunos colegas que eran muy críticos con los resultados propuestos
por el Dr. Pottenger-, por un patólogo experto de la Universidad de California del Sur, Dr.
Foord, quien además trabajaba en el Huntington Memorial Hospital, que aún hoy continúa
siendo uno de los hospitales de referencia más importantes del país.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, hemos de suponer que tales resultados son
perfectamente extrapolables a la salud de nuestros peludos de cuatro patas y por lo tanto
hemos de reflexionar sobre ello.
Cuando un perro está letárgico, presenta cuadros de diarrea ocasionales, problemas de piel
de ida y vuelta, algunas alteraciones de carácter y no encontramos ninguna explicación para
nada de todo eso, es de suponer que su sistema inmune está debilitado, por cualquier causa
y de entre todas las posibles, cuando no se encuentren otras de fuerza mayor como alguna
enfermedad reciente, tenemos que considerar como probable una deficiencia importante en
su dieta. Máxime porque una buena nutrición retardará y minimizará el inevitable deterioro
físico y psíquico que se produce según se va envejeciendo y que como ya hemos visto por
activa y por pasiva está directamente asociado con un declinar del metabolismo y del
propio sistema inmune.
Y es que, de la misma manera que cuando un perro desarrolla una mayor actividad física,
necesita un aporte nutricional extra en forma de proteína y de carbohidratos, sobretodo,
también, cuando vive momentos de estrés, está superando las consecuencias de una
enfermedad o está afectada por esta, sea cual sea su índole, necesita de una alimentación
que ayude a promover la correcta función del sistema inmune y multiplique sus defensas.
Algunos expertos recomiendas para estos casos, el aporte suplementario puntual de ciertas
vitaminas y de varios minerales, amén de una mayor calidad en lo que a proteínas de
origen vegetal y natural se refiere.
Proteínas
Carnes rojas, huevos enteros cocidos con su cáscara, quinoa y alforfón son algunas fuentes
de proteína recomendadas para suplementación eventual durante determinados periodos de
tiempo.
Ajo
Sus cualidades como inmunoestimulante están más que demostradas, por cuanto tiene
capacidad antibiótica, antivírica y antiparasitaria y por lo tanto se le pueden administrar al
animal entre medio y dos dientes de ajo crudos al día (en función de la talla) durante
determinados periodos de tiempo; hay que hacer la salvedad de que el ajo no debe
administrarse en los días anteriores y posteriores a una intervención quirúrgica dadas sus
cualidades anticoagulantes.
Beta-carotenos
Son antioxidantes muy potentes que protegen las células del daño que producen los
antirradicales libres y demás tienen una propiedad exclusiva que es la de convertirse en
vitamina A, si bien, al hacerlo pierde sus propiedades antioxidantes. En todo caso se
recomienda la administración de vegetales de hoja verde oscura y de frutos cítricos durante
determinados periodos de tiempo, siempre en crudo, teniendo en cuenta que los vegetales
deben ser previamente triturados para facilitar su digestión y la absorción de sus nutrientes.
Asimismo se recomienda la administración de una dosis diaria de 15 i.u. de algún
preparado multi-vitamínico-mineral a base de beta-carotenos y Vitamina A.
Vitamina E
Es otro fantástico antioxidante que aumenta la función del sistema inmune (de las células
T); su administración es muy recomendable en los días anteriores y posteriores a la
vacunación y debe consultarse con el veterinario su empleo en esta situación. También se
recomienda su administración en situaciones de máximo estrés, en cantidades iguales o
superiores a 100 i.u para perros de talla toy, 200 i.u. para perros de talla mediana y grande y
400 i.u. para perros de talla gigante.
Complejo de vitaminas B
Cualquier complejo que contenga B1, B2, B3, B5, B6, B12, Ácido fólico, Biotina y Colina
es también recomendable, teniendo en cuenta que todas ellas ayudan a producir anticuerpos
y mejoran el comportamiento celular.
Vitamina C
Los perros de talla toy toleran una ingesta diaria de 500-1.000 mg; los de talla mediana y
grande 1.000-2.000 mg y los de razas gigantes 2.000-4.000 mg sin problemas. Es
importante tener en cuenta que como quiera que la vitamina C es hidrosoluble, debe
administrarse en varias dosis diarias hasta completar la cantidad recomendable y
preferentemente no menos de cuatro veces al día para asegurar su correcto
aprovechamiento.
Minerales esenciales
Cobre:
La deficiencia en cobre tiene una repercusión directa en la incapacidad del organismo para
resistirse a las infecciones, dado que disminuye la producción de glóbulos blancos y
anticuerpos. Por lo tanto se sugiere una ingesta diaria de 0,5 mg para perros toy, 1 mg para
perros medianos y 2 mg para perros grandes y gigantes.
Zinc:
es esencial para el sistema inmune y cuando existe una carencia se produce una merma en
el recuento de las células T; asimismo se sabe que la deficiencia en Zinc está directamente
relacionada con la aparición de ciertas formas de cáncer. Por eso se recomienda una dosis
diaria de 10 mg para perros toy, de 15 mg para perros medianos y de 30 mg para perros
grandes y gigantes.
Hierro:
cuando existe una carencia de hierro, las células no respiran adecuadamente dado que su
suministro de oxígeno disminuye considerablemente. Sin embargo no se puede abusar de su
ingesta dado que podría tener efectos contraproducentes y por lo tanto es necesario hacer
uso del hierro solo bajo prescripción veterinaria. Ciertos alimentos como el hígado, la carne
de vaca, de pollo y de pavo y el cerdo con ricos en hierro. La cantidad recomendada diaria
en la dieta del perro no debe exceder de 9mg para perros toy, 18 mg para perros medianos,
30 mg para perros grandes y 40 mg para perros gigantes.
Manganeso:
Selenio:
He aquí otro antioxidante que trabaja en conjunto con la vitamina E para incrementar la
producción de anticuerpos, cuando el organismo se ve agredido por antígenos. Está
demostrado que su carencia implica un descenso en el recuento de células T y hoy en día
son varios los médicos que han empezado a emplearlo ad libitum para el tratamiento de
ciertas enfermedades víricas, herpes e incluso SIDA: En el caso que nos ocupa, será
suficiente con aportar una cantidad igual a 25 mcg para perros toy y 50 mcg para perros
medianos, grandes y gigantes, al día.
http://www.naturpharma.com.ec/medicina-de-regulacion-fisiologica/guna-citomix.html