a g e n da
Apuntes para la teoría
del Derecho Electoral
Introducción
E
n los últimos 10 años en México
(1990-2000), el tema y la materia
electoral han sido no solamente
muy debatidos, sino también, y de mo-
do serio y responsable, se ha revisado,
corregido, ampliado y sistematizado. El
Derecho Electoral, con todo esto, ha
sorprendido a muchos y ha logrado,
con impresionante rapidez, su espacio
de autonomía.
Originalmente, fue una rama depen-
diente estrechamente al estudio del De-
recho Constitucional, y podría decirse
que hasta olvidada, pero en la década
de los ochentas, se preparó para su de-
rivación, primero junto con el Derecho
Político, dentro del cual se confunde o
complementa; y al mismo tiempo se
nutre. Se puede decir que aquí es donde
se empieza a perfilar verdaderamente el
derecho electoral, para que en los no-
ventas se impulse hasta adquirir su au-
tonomía de los dos anteriores.
Coincide este momento, los noventas,
con el establecimiento de los órganos
* Director de Capacitación del Instituto Electoral del Estado deMéxico.
p o lí t i ca e l ec t o ra l
Lic. Roberto Arzate Kanán*
electorales ciudadanizados. Este criterio
autonómico del Derecho Electoral tal
vez no es compartido por todos; pero,
de manera innegable, la sistematiza-
ción y dinamismo del derecho electo-
ral, desde entonces, no ha parado, sino
por el contrario, cada día se revisan y
modifican criterios electorales que van
ampliando sus consecuencias, y con
ello lo colocan, por mérito propio, en
un estrato no sólo diferente, sino ade-
más actual y actuante.
Las perspectivas del derecho electoral y
de su teoría son diversas, y esto obede-
ce a que las teorías, el derecho y lo elec-
toral lo son en sí.
A finales del siglo XX, la Política, la
Democracia, la Economía, la Psicolo-
gía, así como una infinidad de disci-
plinas y ciencias, principalmente las
sociales y las vinculadas a éstas, así
como también las diversas y comple-
jas interacciones humanas con y en la
sociedad mexicana, han puesto de ma-
nifiesto la necesidad de nuevas reglas,
también electorales, estas últimas,
además, se han transformado en alta-
mente dinámicas.
103
Estas reglas no son todas jurídicas, pero
las que el derecho electoral ha ido reco-
giendo, perfeccionando y sistematizan-
do en esta rama nueva y autónoma de-
nominada Derecho Electoral.
La base primordial del estudio del Dere-
cho en general y del Electoral en lo par-
ticular, debe partir de un análisis cuida-
doso de su fundamento teórico, para
que, una vez conocidas las diversas pos-
turas, éstas confirmen el grado científi-
co, técnico y artístico del derecho elec-
toral del que hablaremos en las
siguientes páginas de este texto.
El derecho electoral, y esta teoría reco-
noce las diversas perspectivas, puntos
de vista, que dentro de la materia elec-
toral confluyen y que recíprocamente
retroalimentan.
Las elecciones son un fenómeno social
complejo, dinámico, debatible por exce-
lencia y aun por su propia naturaleza; las
elecciones incluyen a la llamada feno-
menología electoral, la que contiene, en-
tre otros elementos, al elector, al candi-
dato, a los partidos políticos, a los
órganos o autoridades electorales (justa-
mente el Cuarto Poder Real), al gobier-
no, la gobernabilidad, la legitimidad, etc.
Esta fenomenología a la que hemos he-
cho referencia es estudiada por la teoría
del derecho electoral y sirve para ubi-
carlo, pero no solamente como el regu-
lador normativo de las elecciones, sino
para ampliamente comprenderlo desde
sus profundas raíces, sus cuatro grandes
pilares de edificación, a saber: la axioló-
gica, la prescriptiva o descriptiva nor-
mativa, la técnica y la de debate; esta
última se subdivide en debate instru-
mental o analítico y debate dogmático.
La idea y el concepto: el conocimiento
En la mente de los seres humanos nos for-
mamos o tenemos la imagen de las cosas,
la figura o la forma de ellas, denominada
también representación. Estas cosas pue-
den ser existentes o no, conocidas o des-
conocidas, abstractas o concretas y a esta
representación mental le llamamos IDEA;
Vgr: la idea “Luz” además de ser una pa-
labra, nos da otras ideas tales como brillo,
calor, sol, energía, foco, vela. Todas estas
palabras son también ideas y cada una de
ellas representan mentalmente, o nos
asocian con la idea de Luz. Y es posible
que sea a la inversa, es decir al sol lo aso-
ciamos con brillo, energía, calor, etc., y
también las otras palabras, en un intermi-
nable juego de ideas. Las cosas abstractas,
y aun las inexistentes, también están re-
presentadas y las vinculamos mental-
mente, por ejemplo: aun cuando parezca
absurdo los extraterrestres, nos evocan a
los “marcianos”, a la ciencia ficción, etc.
Esta asociación, vinculación o represen-
tación mental de imágenes, formas, co-
sas, colores, etc., le llamamos Concep-
to, que también se le conoce como la
noción, es decir, el concepto es el pen-
samiento que une, asocia, vincula las
ideas y se expresa en palabras.
El conocimiento es la relación que un ser
humano establece intelectualmente en-
tre su pensamiento y los objetos que lo
rodean, en otras palabras, el conocimien-
to enlaza el entendimiento lógico del
hombre con el mundo en el que vive.
104
La definición
Definir es fijar, precisar y enunciar cla-
ra y exactamente el significado de una
palabra; explicar o delimitar la natura-
leza de algo.
La definición describe, trata de explicar
o exponer la visión de algo, cosas, obje-
tos, seres, sean materiales o inmateria-
les, aunque generalmente esta descrip-
ción se realiza de manera estática.
Esta descripción, puede ser restringida o li-
mitada, y normalmente trata de identificar
ese algo por aproximación, más o menos
precisa; y puede haber tantas definiciones
como personas que intenten hacer una.
La clásica definición es la aristotélica que
identifica al objeto a definir por el género
próximo y por la diferencia específica.
La definición analítica es aquella que
identifica los elementos incluidos en la
extensión del objeto definido.
La ciencia
El conjunto de conocimientos coheren-
temente ordenados, organizados, siste-
matizados y jerarquizados, relativos a
una rama del saber humano, se deno-
mina ciencia.
Es importante señalar también, que la
ciencia puede ser verificada, después
de haberse investigado y probado los
hechos, objetos o fenómenos, respecto
de los cuales se construye el análisis
correspondiente.
105
Ahora bien, las ciencias sociales son las
que se encargan del estudio cuyo obje-
to de atención son los diversos aspectos
de las sociedades humanas, dentro de
las cuales se pueden mencionar al Dere-
cho, las Ciencias Políticas, la Economía,
la Administración Pública o de Empre-
sas, la Sociología, la Psicología, etc.
La teoría
La teoría es el estudio serio de una parte
del conocimiento debidamente organiza-
do, verificable, especulativo, sistemático,
ideal e independiente de toda aplicación,
pero también es una propuesta con carác-
ter científico que puede ser demostrable.
La teoría se conforma con una serie de
conceptos extensos y profundos que re-
lacionan la causalidad de los mismos con-
ceptos con sus respectivos efectos. Deben
ser tratados o abordados dentro de un
análisis suficientemente serio que descri-
be esos efectos con una visión dinámica.
Inicialmente la función de la teoría debe
ser la de describir, explicar lo más deta-
llado posible todo lo relacionado con lo
que conforma y contiene el tema tratado.
Más allá de Kelsen. El ser y el deber
ser del Derecho
Hans Kelsen con la Teoría Pura del De-
recho, hizo evolucionar y revolucionó
no sólo el concepto y la definición del
mismo, sino que además lo ubicó con la
distinción del mundo fáctico y del mun-
do normativo, en el cual este último se
circunscribe a los hechos y a los actos
del deber ser. Si el mundo fáctico es lo
que es y puede explicarse de manera pre-
cisa, es común interpretar que el mundo
normativo, el mundo del derecho es el
mundo del deber ser. Como ejemplo del
mundo fáctico y de todo aquello que
existe, como el rayo, el sol, entre todas
las cosas y fenómenos naturales respon-
den a reglas exactas, precisas e inmuta-
bles, y estas reglas únicamente pueden
alterarse porque los hechos de la natura-
leza queden modificados por su propia
condición: el sol sale todas las mañanas
y esta regla es inmutable y precisa; de
igual manera el rayo es una gran con-
centración de energía y ésta puede me-
dirse, probarse y además es demostrable.
A partir de esto podemos construir todo
lo que estos u otros fenómenos natura-
les implican en sí mismos.
El mundo normativo o jurídico es una
herramienta creada por el hombre y pa-
ra el hombre; es un instrumento que as-
pira a establecer una conducta huma-
na, que es valorada y aprobada por la
sociedad debe ser respetada por los in-
tegrantes de la comunidad con el obje-
tivo de lograr una convivencia armóni-
ca, y en el caso de que la conducta de
uno de los integrantes no se apegue a lo
dispuesto será sancionada por la autori-
dad respectiva, pero también conforme
a lo señalado por la norma.
Hasta aquí lo enseñado por Hans Kel-
sen, pero más allá de él, y vale decir que
sin hacerlo de lado, sino ampliando y
actualizando su enorme aportación,
ciertamente el derecho es lo que es, pe-
ro también el derecho hoy es y debe ser
más allá del deber ser.
En otras palabras, si Kelsen expuso, y tie-
ne razón, que el derecho es lo que es y
que el derecho Es él deber ser, hoy afir-
mamos, también con razón, que el dere-
cho “es”, y además, actualmente, el de-
recho “es” más allá del mero deber ser.
Dentro de la Teoría del Derecho Elec-
toral, esta afirmación, esta síntesis
puntual del análisis que se expondrá,
nos permitirá arribar a los elementos
que la constituyen.
Si el derecho es o forma parte del mun-
do del ser, del mundo fáctico, significa
que la norma descriptiva Es, porque
cumplido y satisfecho el proceso legisla-
tivo de su creación, la norma en sí mis-
ma, incluida su descripción o prescrip-
ción del deber ser, que está contenida
en ella “es”. En síntesis, la actividad del
órgano legislativo, técnica legislativa
hace la ley, y esta ley “es” derecho, y es-
te derecho “es”. Más allá del deber ser
contenido en la norma jurídica.
En el mismo sentido, la actividad, reali-
zada con su particular técnica (acuerdos,
resoluciones, etc.) de los órganos juris-
diccionales (tribunales y jueces), tam-
bién “es” derecho, y esto se debe a que
mientras el juez no dicta su resolución,
la norma, el derecho está aún en su si-
tuación de Deber Ser; diríamos que está
un Ser jurídico latente dentro del deber
ser; pero en el momento que el tribunal
establece la sentencia correspondiente,
el mismo derecho separa el deber ser, de-
ja el deber ser y se transforma en ser.
En resumen, la actividad técnica juris-
diccional una vez desarrollada o desple-
gada transforma el deber ser en ser.
106
Por otro lado, el Deber Ser del derecho
está contemplado en la propia prescrip-
ción jurídica, en la norma, en la ley;
además, el deber ser es lo que ella ex-
presa. La norma jurídica indica cual es
el comportamiento humano esperado
por cada individuo en beneficio de la
sociedad, y la sanción aplicable para
aquel que se aparta de su imperativo;
sin embargo, en ambos casos es la ex-
presión o manifestación del deber ser.
Podemos señalar que la prescripción le-
gal además de contener la descripción
del deber ser, que ésta está construida o
formada por el legislador, el legislador
mismo atiende a consideraciones axio-
lógicas para su elaboración.
Es evidente, así, que la norma queda
fundada a partir de los valores, perso-
nales, pero sobre todo, comunitarios,
que el legislador, con su actividad de
elaboración de la norma, le imprime a
la disposición legal. De esta axiología se
construye el deber ser del derecho.
La delimitación entre el ser y el deber
ser del derecho se encuentra en los dos
teoremas siguientes:
Primero: las dos actividades del derecho,
realizadas ambas técnicamente, unas
por el órgano jurisdiccional al emitir
(dictar el derecho), por medio de acuer-
dos, resoluciones, sentencias, autos, etc.,
y otras efectuadas por el órgano legisla-
dor, al aprobar y expedir la ley (hacer el
derecho), ambas como tales se insertan
en el ser del derecho. El derecho “es”.
Segundo: la expresión del deber ser del
derecho es la norma jurídica misma, la
107
prescripción legal, que contiene intrín-
seca y esencialmente valores comunita-
rios, reconocidos, propuestos y acepta-
dos como norma; y además las
consideraciones axiológicas analizadas
por el legislador al elaborar esa ley, ex-
presan lo que la norma jurídica debe
ser. El derecho debe ser.
Elementos estructurales
del Derecho Electoral
Los grupos humanos organizados, las
sociedades, deciden la permanencia o
la desaparición de sus instituciones.
Las opciones de los seres humanos se
expresan dando la preferencia o selec-
cionando a las personas que reúnen las
características necesarias para otorgar-
les la oportunidad de servir a la colecti-
vidad. Este es un concepto de elección.
La palabra elección en sí misma expre-
sa la idea de lo ya señalado arriba; es de-
cir opción, selección, designación, pre-
ferencia; y en nuestra sociedad se
vincula con otros conceptos que, gene-
ralmente, se han estado relacionando,
tales como política y democracia.
El Derecho
Ahora bien, el instrumento que regula
la vida gregaria de los seres humanos,
desde cualquier lugar y en cualquier
tiempo, es el Derecho.
Por mencionar sólo una idea del Dere-
cho, diremos con Hans Kelsen, que el
Derecho es un orden coactivo… un mé-
todo que permite al hombre conducirse
de una manera determinada.
El Derecho es la expresión social de lo que
el ser humano desea al vivir en comuni-
dad, se traduce en las reglas de conducta
que se impone a sí mismo para lograr su
convivencia, con tranquilidad y seguridad.
El Derecho, objetivamente considerado,
son las normas o reglas de conducta so-
cial, cuya inobservancia es sancionada.
Subjetivamente el Derecho son las fa-
cultades que pertenecen al hombre, por
el solo hecho de serlo.
Inmerso en estos dos conceptos arriba
señalados, y permanentemente presen-
te y considerado, está el atributo y fin
primordial del Derecho, que es su pro-
pio e intrínseco valor: La Justicia.
El Derecho Electoral
Es necesario partir de la idea del Dere-
cho, de modo muy sencillo para permi-
tir expresar, debidamente ubicado, que
es el Derecho Electoral.
En este sentido diremos que el Derecho
Electoral, son las normas, métodos e
instrumentos de orden público e inte-
rés general que regulan la preparación,
la organización, el desarrollo y la vigi-
lancia de los procesos electorales.
Es una rama nueva dentro de la clasifica-
ción general del Derecho. Ciertamente,
su estudio sistemático y su construcción
metodológica ha estado elaborándose
desde hace unos pocos años, con el rigor
científico que merece a partir de las nue-
vas relaciones entre la sociedad y el po-
der público, con el empuje y el dinamis-
mo generalizado que hacen cada vez
más exigente cumplir los satisfactores
que demanda la comunidad.
El Derecho Electoral, encuentra su gé-
nesis, su origen, como todas las ramas
existentes del Derecho, en el Derecho
Constitucional, que es el que, además
de las garantías individuales y sociales,
establece las bases de la estructura gene-
ral, la organización y el funcionamiento
fundamental del Estado, y dentro del
cual ubicamos los derechos de petición,
de reunión, de asociación, de manifes-
tación y, evidentemente, el derecho de
sufragio. Esta palabra señala el deber y
la facultad de elegir a los gobernantes.
Esta es la facultad que se otorga a los ciu-
dadanos a participar en los asuntos pú-
blicos, y que se manifiesta concurriendo
a formar la voluntad del cuerpo electoral.
De este mismo derecho de sufragio se
desglosan el sufragio activo y el pasivo.
La titularidad del sufragio activo reside
en el elector; y el sufragio pasivo se ejerce
por el o los candidatos que se postulan a
los cargos públicos; es decir, el derecho a
elegir o ser elegido, respectivamente.
El sufragio y el voto
Es frecuente usar como sinónimo de
sufragio la palabra voto, sin embargo,
el voto es instrumento y expresión, es
también jurídica y técnicamente uti-
lizada en otros actos, como en la
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adopción de acuerdos de sociedades
de accionistas, en cuerpos colegiados
de diverso propósito o finalidad, e in-
cluso, para aprobar, adoptar o desa-
probar gestiones o administraciones.
Es cierto que tanto sufragio como vo-
to son derechos personales que se
ejercen por su titular.
Elementos del Derecho Electoral
Orden Público
Dentro de la definición de Derecho
Electoral encontramos sus elementos
que lo caracterizan y distinguen, tales
como el orden público, que más que
definir, intentaremos explicar con-
ceptualmente, en virtud de ser un tér-
mino muy controvertido, metajurídi-
co y no absoluto.
La idea de orden público encierra el de
ética social y economía popular, que
comprende la fórmula del bienestar ge-
neral, cuya función es asegurar y man-
tener el orden jurídico.
En un sentido muy sencillo, el orden
es la falta de desorden, en el cual las
libertades se ejecutan en paz, tranqui-
lidad y seguridad.
Se entiende también como la ausencia
de perturbaciones materiales, alboro-
tos, motines, sediciones, etc.
Interés Público
Otro elemento es el interés público, es-
ta expresión jurídica se usa frecuente-
mente como sinónimo de necesidad,
provecho, beneficio y utilidad, sin em-
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bargo, en todos ellos hay variantes, y
no todos tienen la misma jerarquía.
El interés vincula la noción de valor in-
trínseco, subjetivo, para la realización
de los deseos del hombre. A este valor el
individuo le establece una relación pe-
culiar propia y su aspiración personal.
La variación consiste en el tiempo, en
el lugar, en cada sociedad y se calificará
por su índole moral, mística, espiritual,
económica, política, etc.
Cuando se pone en riesgo o en pugna
este valor, el derecho lo protege o lo re-
gula. Así surgen valores que el grupo so-
cial desea colectivamente procurar pro-
teger, reglamentar o salvaguardar.
El interés público es la concreción ma-
terial del deseo colectivo respecto a un
bien determinado. El Derecho intervie-
ne emitiendo, ante esta demanda so-
cial, una norma protectora de dicho
bien, otorgándole relevancia jurídica;
con esto el interés público se convierte
en una limitante al interés individual.
Políticamente, el interés público no
es la suma de los intereses particula-
res, ni tampoco algo alejado del
hombre o del grupo social, porque su
finalidad es el propio ser humano.
Algunos autores señalan que el interés
público es el bien común como con-
cepto jurídico-político
Proceso electoral
El siguiente elemento de nuestra defini-
ción es el que nos permite ubicarnos
con más precisión, y este es el proceso
electoral. Por tal, deberemos entender
el conjunto de actos ordenados por la
ley y realizados por las autoridades elec-
torales, los partidos políticos y los ciu-
dadanos, con el objeto de renovar pe-
riódicamente los cargos de elección de
los órganos del poder público.
Estos actos decimos que son ordenados,
porque implican un doble aspecto o
sentido: primero, son ordenados porque
están impuestos en la legislación electo-
ral; y segundo son ordenados porque
necesitan llevar o mantener una con-
gruencia, una lógica, una coherencia.
Etapas del proceso electoral
Un proceso electoral se desarrolla en
tres etapas fundamentales, a saber:
Actos Preparatorios de la Jornada elec-
toral, que comprende: la integración,
instalación y funcionamiento de los ór-
ganos electorales, el registro de candi-
datos, la regulación de las campañas
electorales, la integración y ubicación
de Mesas Directivas de Casillas, el regis-
tro de representantes de partidos políti-
cos y la elaboración de documentación
y material electoral.
La jornada electoral, que reglamenta la
instalación y apertura de casillas, el de-
sarrollo de la votación, los incidentes
de la jornada, el cierre de casillas, el es-
crutinio y cómputo y la clausura de la
casilla y la remisión del expediente, ac-
tas y paquete electoral.
Los actos posteriores, que se compone
por: la recepción del paquete electoral,
el depósito y custodia del paquete elec-
toral, el Programa de Resultados Electo-
rales Preliminares (PREP), los cómputos
de la elección, la publicación de resul-
tados y la calificación de la elección.
El sistema de partidos políticos
Dentro del Derecho Electoral se estudia
el sistema de partidos, que es la compo-
sición total de los Partidos Políticos de
un Estado, incluido el estudio de sus re-
glas y mecanismos de esa estructura. Se
analizan por ejemplo: el número de par-
tidos, su tamaño, sus diferencias, ideolo-
gías, su interacción, las relaciones entre
los grupos y con la sociedad, sus activi-
dades frente al sistema político, etc. Ade-
más se atiende a conocer su competitivi-
dad, su alternancia práctica e ideológica,
la hegemonía ideológica o pragmática.
En el estudio de partidos se distinguen
los hegemónicos, los únicos, los domi-
nantes, el bipartidismo o el pluralismo
moderado o polarizado.
El sistema electoral
También dentro del Derecho Electo-
ral se conoce del sistema electoral,
que es el conjunto ordenado de los
elementos que, relacionados e inter-
dependientes, contribuyen al logro
de la cabal expresión de la voluntad
popular por medio del sufragio.
En un sentido amplio lo entendemos
como las instituciones, normas y pro-
cedimientos que se involucran en los
procesos electorales, desde su inicio o
110
preparación, hasta la calificación fi-
nal de la elección y la integración de
los órganos del poder con los candi-
datos triunfadores.
En sentido estricto son los elementos téc-
nicos que permiten traducir las volunta-
des populares en posiciones del poder es-
tatal. Es el derecho de elegir y ser elegido.
Los tipos de sistemas electorales
El mayoritario, que es el que significa
que el mayor número de votos que ob-
111
tiene un partido, candidato o fórmula a
elegir es el triunfador, dando énfasis a
la toma de decisiones.
El uninominal que es la demarcación
territorial determinada en que se divide
el área geográfica para elegir tantos
puestos o cargos a ocupar.
La representación proporcional, que
significa que las curules o escaños se re-
parten entre las listas de candidatos, en
proporción al número de votos obteni-
dos por cada una de las listas, esto fa-
vorece la representatividad.