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NACIONAL
Escuela Superior de
Ingeniería Textil
Grupo: TM35
INTRODUCCIÓN
Los productos desechables no empiezan su proceso con buen pie, ya que para
producirlos son necesarias toneladas de petróleo o de papel. Pero lo que más debe
alarmarnos sobre este tipo de productos es la contaminación que provocan una vez
que los hemos utilizado.
Su propio nombre lo dice, son “desechables” es decir que parten de la base de que
nunca van a ser reutilizados. Y esa no es una buena base cuando se quiere mimar
al medio ambiente.
Pero dentro de los productos desechables, hay unos que se llevan la palma en
contaminación. Se trata de los envases de espuma o poliestireno, que se suelen
usar para la comida rápida o para envasar la carne en las grandes superficies. El
poliestireno no sólo no se puede reciclar, sino que no se biodegrada nunca. ¿Y
dónde van este tipo de envases? Pues lamentablemente lo que ocurre con ellos es
que se van destruyendo en pequeños trozos y muchas veces llegan al mar,
contaminándolo de manera irreversible.
Earl Silas Tupper fue un Ingeniero Químico, empleado de una Planta Química donde
realizó experimentos con plásticos antes de la Segunda Guerra Mundial. Los
estudios sobre éstos comenzaban, por lo que sus virtudes eran desconocidas y
tenían mala reputación por parecer inadecuados para su uso; pero Earl quería
demostrar los beneficios del plástico, por ello crea Tupper Plastics Company en
1938, con tan sólo 31 años de edad.
Para sus experimentos necesitaba de los plásticos; pero durante la guerra, no podía
comprarlos porque los contratos eran concedidos a las Compañías más
importantes, por eso solicitó a sus antiguos jefes de la Planta le vendieran el material
sobrante.
Era desecho de polietileno, un residuo de la refinación del petróleo, negro, duro y
casi imposible de trabajar, pero que Earl Tupper logro purificarlo y convertirlo en un
plástico moldeable, transparente, suave y flexible.
Aún no satisfecho, quería una tapa que sellara herméticamente su envase, con la
idea de que los alimentos permanecieran frescos, que los líquidos no se derramaran
y que se pudieran colocar en el refrigerador en cualquier posición, por eso crea el
mundialmente famoso sello Tupperware®, cuyo diseñó fue inspirado por ¡la tapa de
una lata de pintura que conserva su contenido por años, evitando que éste se
evapore!
En 1946, introdujo más productos al mercado, con la marca Tupper Plastics TM, sin
embargo, aunque eran buenos, permanecían mucho tiempo en los estantes de
exhibición.
¿Cuál era la razón? no había nadie que enseñara a la mujer americana, las
características únicas de los envases, así como el funcionamiento y ventajas del
sello hermético Tupperware®.
Así, en 1949 vendía más productos Tupperware® que cualquier otro distribuidor,
por lo que fueron retirados oficialmente de las tiendas y Brownie Wise fue contratada
como Vicepresidenta y Directora General para el nuevo Sistema de Ventas Directas
o “Reuniones Hogareñas Tupperware”.