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¿Qué tiene de visual el razonamiento

diagramático 
 en Geometría Euclideana?


- diciembre 19, 2017
Según Kant, nuestro conocimiento geométrico, a diferencia del conocimiento aritmético y
analítico, está basado en nuestra intuición espacial. Esta hipótesis puede ponerse a prueba desde
diferentes perspectivas, como la histórico-filosófica. Desde esta perspectiva, la idea es que si
nuestro conocimiento matemático efectivamente está basado en intuiciones espaciales debe
haber algo en la manera como de hecho hacemos geometría en la que debe manifestarse cómo,
de hecho, apelamos a dicha intuición espacial. Tradicionalmente se ha pensado que el lugar
donde más claramente puede verse esto es en los diagramas de la geometría Euclideana. Si, de
hecho, la manera en que apelamos a los diagramas en pruebas geométricas Euclideanas
involucra intuición espacial, entonces es cierto que nuestro conocimiento geométrico está
basado en ella.

En años recientes, han aparecido muchas trabajos recientes en esta dirección (principalmente
por parte de Kenneth Manders, Marco Panza y Danielle Macbeth) y el consenso es que sí: de
hecho, la intuición espacial sí figura prominentemente en nuestro uso de diagramas en pruebas
de Geometria Euclideana. Sin embargo, esto solo demuestra la verdad de la mitad de la
hipótesis, también es necesario determinar si esto es algo peculiar de la geometría Euclidiana o
no, es decir, es necesario investigar si lo que se ha dicho sobre diagramas no puede decirse
también de formulas y otro tipo de representaciones que también se usan en matemáticas, como
los numerales. Tradicionalmente se piensa que formulas y diagramas son radicalmente distintos
y que solo los segundos son visuales y por lo tanto, requieren de cierta intuición espacial. Sin
embargo, al analizar más de cerca nuestro uso de formulas es claro que las cosas no son tan
simples.
Nuestra percepción visual juega dos papeles importantes en este tipo de razonamientos:
1. Un papel ergonómico: Usamos círculos – o, mas bien, curvas cerradas muy cercanas a
un círculo – para representar círculos, por ejemplo, porque esto nos ayuda a recordar
que representan círculos. En general, cuando es posible, en los diagramas Euclideanos
se usan figuras que se asemejan visualmente a lo que representan con el propósito de
permitirnos usar la percepción visual como mecanismo mnemotécnico para recordar
qué representa qué.
2. Un papel lógico: Usamos nuestra intuición espacial para identificar y manipular los
componentes significativos de los diagramas Euclideanos. Los diagramas forman parte
de un sistema de resolución de problemas analítico-sintético, donde se razona
no acerca de los diagramas, sino en los diagramas, y para lograr esto, es necesario que
podamos percibir la identidad y otras propiedades topológicas (pero no métricas) de los
diagramas.
El método analítico-sintético consta de dos partes complementarias, ambas esenciales: el
análisis y la síntesis. En el análisis, se busca representar el problema [a esto se le conoce como
su dimensión transformacional] de tal manera que sea fácil identificar visualmente sus partes
[a esto se le conoce como su dimensión descomposicional] que hagan explícitas los aspectos
que serán relevantes para darle una solución a través de la síntesis [a esto se le conoce como su
dimensión regresiva]. La síntesis, a su vez, consiste en la aplicación de un algoritmo que nos da
instrucciones sobre como transformar la representación que nos da el análisis, a partir de reglas
básicas de transformación que hagan referencia sólo a las partes de la representación que
obtuvimos a través del análisis (y que, por lo tanto, son fáciles de identificar visualmente), no
directamente a aquello de lo que trata el problema, hasta que salga, es decir, hasta que sea
fácil identificar visualmente la solución al problema, es decir, hasta que aparezca [lo que
Danielle Macbeth ha llamado el “pop up”] lo que Kripke llamó la representación terminal que
buscábamos. Análisis y Síntesis no tienen sentido sino como parte de un mismo sistema de
resolución de problemas: un análisis no es bueno si no corresponde con una síntesis (es decir si
no hace evidentes las partes con las que necesita trabajar la síntesis) junto con la cual resuelve
un problema y una síntesis no es buena si no corresponde a un análisis (es decir si no trabaja
con las partes que hace explícito el análisis) junto con el cual resuelve un problema. Además,
como he acentuado en mi presentación, tanto el análisis como la síntesis tienen un elemento
visual central.

Desafortunadamente, la propiedad (2) no es exclusiva de los diagramas de la Geometría


Euclideana. Aun más, (2) tampoco captura lo que es distintivamente visual de los diagramas, ya
que no se da en todo tipo de diagramas ni sólo en los diagramas. Danielle Macbeth reconoce ya
que algunos diagramas, por ejemplo, los aritméticos, no pertenecen a un sistema analítico-
sintético como el de los diagrams Euclideanos, pero también señala que hay otros ejemplos que
sí funcionan de manera análoga, como el sistema que Frege desarrolla para la lógica en
la Conceptografía. Sin embargo, en clase vimos que los numerales y las formulas – ejemplos
paradigmáticos de representaciones no-diagramáticas – también se usan para resolver
problemas de manera analítico-sintética. Por ejemplo, la manera en que comúnmente
calculamos multiplicaciones de enteros positivos de mas de un dígito es del tipo análisis-
síntesis: en el análisis se representa la multiplicación usando la numeración arábica (en la cual
es fácil de identificar visualmente sus componentes, es decir, los dígitos) poniendo los
numerales que corresponden a los multiplicandos uno sobre el otro de tal manera que sus
dígitos correspondientes a las unidades se encuentren uno sobre el otro (y, por lo tanto, lo
mismo suceda con los dígitos que corresponden a las decenas, centenas, etc.). Esta manera de
representar el problema sólo tiene sentido porque nos permite aplicar el algoritmo usual en el
que vamos añadiendo numerales, aplicándoles operaciones básicas de suma y multiplicación
hasta que aparece (es decir, hasta que se vuelve fácil de identificar visualmente), poco a poco,
el numeral que corresponde al producto que buscábamos.

Este proceso es tan visual y exactamente en el mismo sentido que una prueba geométrica
Euclideana. Por lo tanto, no podemos decir que (2) sea característico de los diagramas. (1), sin
embargo, parece un mejor candidato de lo qué es específicamente visual de los diagramas, ya
que ni los numerales ni las formulas explotan la semejanza visual para ayudarnos a recordar
qué significa cada símbolo. En otras palabras, ni los numerales ni las formulas se asemejan
visualmente a aquello que representan.

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