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Curso de formación en Dolor para enfermería

MÓDULO 3
VALORACIÓN DEL DOLOR
Arana I.M., Guillen V., Pernas R., Orbegozo A.

“Neque porro quisquam est qui dolorem ipsum quia dolor sit amet, consecteur, adipisci velita”
“No hay nadie que ame el dolor mismo, que lo busque a él y quiera tenerlo, simplemente porque es dolor...”
Finibus, Bonorum et Malorum. Marco Tulio Cicerón (45 a.C.)

1. ASPECTOS RELACIONADOS CON LA PERCEPCIÓN DEL DOLOR

1.1. subjetividad del dolor

Según la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP comité de taxonomía 1994)
“El dolor es una experiencia subjetiva producida por un daño tisular, actual o potencial, o descrito en términos de este.”
Podemos hablar del dolor desde un enfoque puramente biológico, hablar del dolor crónico y agudo, de la
intensidad del dolor, etc. pero, en esta ocasión, hablaremos del dolor desde un enfoque más psicológico y social,
de aquellos aspectos que influyen de manera determinante en la percepción del dolor y, por lo tanto, de la parte
más subjetiva del mismo.
Si observamos que el término dolor viene del latín “poena”, cuyo significado es pena y/o castigo, podemos
entender el concepto que, en determinadas (muchas) culturas y sociedades, se tiene del dolor (ver MÓDULO 1)
y, como en muchos casos, la expresión del mismo (de dolor) puede estar censurada o al contrario, demostrarse
de una manera pública y evidente, todo ello relacionado con la aceptación del mismo en el entorno en el que nos
encontremos. Esto nos hace plantearnos una respuesta bio-psico-socio-cultural ante el afrontamiento del dolor:
- Biológica: respuesta corporal ante el dolor (umbral del dolor, nivel de tolerancia, signos físicos: rubor, calor,
dolor, tumor e impotencia funcional, etc.).
- Psicológica: respuesta afectiva del dolor. Hay trastornos psicológicos que nos pueden producir dolor,
(ansiedad, depresión).
- Social: el entorno hace desarrollar en la persona su capacidad interna para afrontar el dolor, desarrollando (y
ha desarrollar) un comportamiento individual con el entorno.
- Cultural: la sensación de dolor es innata al individuo, pero podemos hablar de una cultura del dolor inmersa
en la propia historia y evolución cultural del hombre.
1.2. Percepción del dolor

Una vez vistos los cuatro aspectos que influyen en la experiencia del dolor, podemos entender que el mismo
es una construcción cultural y social que ha tenido y tiene significados diferentes a través de todas las épocas,
culturas y grupos sociales.
En cuanto a la percepción subjetiva del dolor no existe una evidencia real de que, a más experiencias físicas
de dolor sufridas (nocicepción), más adaptación al dolor exista, ya que debemos considerar lo expuesto
anteriormente, la influencia de factores biológicos y psico-socio-culturales del entorno en el que se desarrolla la
persona.
Por lo tanto, al intentar conocer el impacto del dolor ante la persona que lo sufre, debemos (tenemos que) tener
en cuenta:
- La expresión verbal (siempre subjetiva)
- El lenguaje no verbal
- Las exploraciones físicas
- La conducta motora manifiesta
- La respuesta cognitiva
- La respuesta emocional
El manejo del dolor es uno de los objetivos esenciales dentro del abordaje asistencial, y uno de los más
complejos por el carácter individual de cada experiencia*.
* (Holland, 1982; Gómez-Batiste y Roca, 1989; Sanz, 1988; Barreto et al., 1990)

1.3. Relación dolor y calidad de vida

Hay numerosos estudios que relacionan el dolor con la calidad de vida, en concreto en el realizado por Rodríguez
y cols. (2001) con datos recogidos en diversas unidades del dolor en España, se observa una relación directa
entre calidad de vida e intensidad de dolor.
Simon et al. (1999) considera que cualquier definición de calidad de vida debería incluir alguno de los siguientes
aspectos:
- Las capacidades cognoscitivas, conductuales y de bienestar emocional
- El sentimiento subjetivo de bienestar y satisfacción vital
- Las condiciones socio-materiales objetivas de existencia y la percepción subjetiva de las mismas
- La satisfacción derivada de las condiciones materiales reales, concretas y psicológicas de las personas
- La percepción subjetiva del nivel de salud personal y su capacidad para comportarse de una forma
subjetivamente satisfactoria
- La percepción de la utilidad del significado de vivir
- La satisfacción de las necesidades básicas del ser humano
Como se puede ver, existe una relación directa entre la calidad de vida y el nivel de salud de las personas, en
el que influye directamente el nivel de tolerancia al dolor, siendo los tres aspectos subjetivos y, por ello, únicos en
cada individuo.
1.4. Afrontamiento del dolor

A la hora de afrontar el dolor, es indudable que el tratamiento farmacológico tiene gran importancia, pero no es
más que una parte del control multidimensional del dolor.
En el caso del dolor crónico la persona lo vive como situación estresante. Las repercusiones del dolor crónico
pueden ser numerosas y las personas que lo sufren pueden tener cambios importantes en el entorno familiar,
social, laboral, económico, etc. Ante esta situación, la persona intentará buscar la manera de controlar y afrontar
el dolor. Esto lo hará con esfuerzos cognitivos y de comportamiento continuamente cambiantes.
Factores que influyen en el afrontamiento del dolor:
1) La capacidad del sujeto para manejar una situación según las características contextuales.
2) Los recursos (internos y externos) con los que cuenta para hacerles frente.
3) Las características personales (sexo, edad, personalidad).
Varios autores exponen que las estrategias de afrontamiento que predicen una mejor adaptación al dolor crónico
incluyen:
- Conductas encaminadas a aliviar el dolor (afrontamiento conductual)
- Procesos cognitivos para reinterpretar o ignorar las sensaciones de dolor y distraerse del mismo*.
*(Keefe, et al, 1989; Lawson et al., 1990)
Queda patente así la relación entre la personalidad de cada individuo, la capacidad de afrontamiento ante
la situación y la posterior adaptación a la nueva situación con dolor. Y, entre todo ello, interactúan de forma
constante los factores sociales y culturales (Figura 1).

FACTORES
SOCIALES

FACTORES PERSONA FACTORES


BIOLÓGICOS CON DOLOR PSICOLÓGICOS

FACTORES
CULTURALES

Figura 1. Interacción de los factores sociales y culturales


Conclusión

• El dolor tiene una dimensión claramente bio-psico-socio-cultural, en la que según la personalidad del
individuo, se desarrolla de una manera u otra el afrontamiento del dolor.

• El dolor afecta de una manera clara a la calidad de vida del individuo.


• El dolor es claramente subjetivo. Como las experiencias y vivencias en relación con el dolor son únicas para
cada persona, no se debe poner en duda la percepción de dolor de cada individuo. Además del tratamiento
farmacológico, podemos desarrollar otros tratamientos para un abordaje/afrontamiento adecuado desde el
punto de vista cognitivo o psicológico.
2. HABILIDADES EN LAS RELACIONES INTERPERSONALES EN LOS CUIDADOS
DEL DOLOR

Según Epicteto de Frigia (50 -135) filósofo grecolatino: “Así como existe un arte de bien hablar, existe un arte
de bien escuchar”.
Y según Paúl Watzlawick: “No podemos no comunicar… Toda comunicación implica un compromiso y por
ende, define una relación. Una comunicación no solo transmite información sino que al mismo tiempo,
impone conductas”.
Como profesionales de la salud deben saber establecer una buena comunicación con las personas a las que
atienden para ofrecer unos cuidados de calidad.
Las relaciones interpersonales en Enfermería no deben considerarse como dones innatos de la enfermera, sino
que pueden y deben ser aprendidas, entendiendo que en la relación con el paciente está el eje de los cuidados.

Aspectos a tener en cuenta en los cuidados de las personas con dolor


1. Conseguir un buen tratamiento sintomático.
2. Conocer cómo percibe el paciente su enfermedad y qué siente como amenazas subjetivas.
3. Establecer un pacto terapéutico basado en la confianza y respeto.
4. Facilitar y dar soporte a las relaciones afectivas
5. Atender a la expresión de sentimientos sobre el sentido de la vida
La comunicación es un punto clave en todo el proceso.

2.1. La comunicación

La palabra comunicación deriva del latín “communicare”, que significa “compartir algo, poner en común”.
Las personas al comunicarse, obtienen información respecto a su entorno y pueden compartirla con el resto.
La comunicación es, por tanto, un acto propio de la actividad psíquica, que deriva del pensamiento, del lenguaje y
del desarrollo de las capacidades psicosociales de relación.
Esta comunicación se realiza a través de mensajes verbales (cognitivos y afectivos) y no verbales (conductuales y
afectivos). Es importante, por ello, lo que se dice, como se dice, lo que no se dice y lo que sentimos.

La relación interpersonal
Es una interacción recíproca entre dos o más personas.
Se trata de relaciones sociales reguladas por las leyes e instituciones de la interacción social.
En toda relación interpersonal interviene la comunicación, que es la capacidad de las personas para obtener
información respecto a su entorno y compartirla con el resto de la gente.
Las relaciones interpersonales funcionan como un medio para alcanzar ciertos objetivos y como un fin en sí mismo.
El proceso comunicativo
Está formado por la emisión de señales (sonidos, gestos, señas) con el objetivo de dar a conocer un mensaje.
Para conseguir una comunicación adecuada se requiere de un receptor con habilidades que le permitan
decodificar el mensaje e interpretarlo. Si falla la comunicación, la relación interpersonal será complicada.
Elementos que pueden distinguirse en el proceso comunicativo:
- Código: sistema de signos y reglas que se combinan con la intención de dar a conocer algo
- Canal: medio físico a través del cual se transmite la información
- Emisor: quién desea enviar el mensaje
- Receptor: a quién va dirigido

La comunicación adecuada para un cuidado de calidad


La voluntad de escuchar y explicar son cualidades esenciales que debe poseer un profesional de la salud. La
vivencia ante una situación concreta de salud o enfermedad es única para cada persona, por lo que siempre
deberemos tener en cuenta sus creencias, valores y costumbres. Son por tanto, cualidades a tener en cuenta
en un profesional de la salud:
A. Las cualidades profundas:
- La empatía: nos permite ponernos en el lugar del otro con la finalidad de comprender los sentimientos y
situaciones de esta persona.
- La contención emocional.
- La asertividad.
B. Las cualidades de superficie:
- La calidez.
- El respeto.
- La cordialidad.
C. La escucha activa
Al escuchar transmitimos al otro nuestra disponibilidad, y esto no solamente lo hacemos con los oídos, sino
también con el lenguaje no verbal, los silencios, la distancia interpersonal, la mirada, el tacto, etc.
D. La capacidad de transmitir
Es comunicar a la persona que le estamos dedicando toda nuestra atención y que aceptamos lo que nos dice
sin juzgarle. Crear un clima en el que el paciente se encuentre cómodo para expresar todo lo que considere
importante.
E. El manejo del lenguaje
Hacerse entender, que se consigue acercándose a la realidad del otro.
F. La creación de defensas
Saber hasta dónde se puede uno implicar sin sufrir psicológicamente (p.ej Burn-out).
Con el buen manejo de la comunicación, se consigue establecer un clima de confianza entre el paciente y el
profesional de la salud haciéndo partícipe a aquel de sus propios cuidados, siendo ésto lo que permite unos
cuidados individualizados y de calidad, centrados en la persona y en sus necesidades tanto físicas como
psicoemocionales.
Necesidades psicoemocionales de los pacientes:
- Seguridad: confianza en el equipo sanitario, en su familia y cuidadores. Garantía de no abandono.
- Aceptación: reconocomiento de sus posibilidades actuales, sentirse aceptado y comprendido.
- Amor: necesidad de amar y ser amado.
- Pertenencia: sentirse miembro de una familia, de un grupo.
- Autoestima: sentirse útil e importante.
- Necesidades espirituales. Autorrealización: encontrar sentido a la vida, a la enfermedad y al sufrimiento.

Los sanitarios tienen la tarea de conseguir que el paciente y su familia pierdan el miedo a expresar sus
sentimientos y/o emociones para poder orientar de una forma adecuada su comportamiento.

Características y cualidades de un buen comunicador


La comunicación es una herramienta indispensable para los profesionales de la salud, sobre la cual, en la
mayoría de los casos, no reciben una formación adecuada dejandola al criterio o al sentido común del propio
profesional.
Se ha escrito mucho sobre las técnicas de comunicación, pero hay otras “virtudes” que también son importantes
y que algunos autores como Mayerhoff y Swanson han clasificado y aplicado a los cuidados en general.
• Mayerhoff (1971), afirma que el conocimiento implica la capacidad de sentir lo que el otro experimenta,
mientras que la dedicación da firmeza y carácter particular a la tarea de cuidar:
- Dedicación
- Confianza
- Paciencia
- Humildad
- Honestidad
- Conocimiento del otro
- Respeto al proceso del otro
- Esperanza
- Valentía
• Swanson (1991), define como habilidades excelentes:
- El conocimiento o comprensión de un hecho con su significado tal y como se vive en la vida del otro.
- Estar con el otro, es decir, estar emocionalmente presente con el otro.
- Hacer lo que el otro no puede por sí mismo.
- Ayudar o facilitar al otro las transiciones de la vida, el paso por las situaciones desconocidas.
- Sostener la fe en la capacidad del otro para “tirar” hacia delante y afrontar las adversidades.
La capacidad de comunicación de la enfermera no es un don innato, sino que existen técnicas, características y
cualidades de comunicación que se pueden y se deben aprender.
Características de un buen comunicador en “cuidados ante el dolor”:
-Capacidad de escucha
-Reconocimiento de las distintas etapas psicológicas
-Capacidad de observación
-Saber entender los silencios
-Capacidad de manejo de las diferentes situaciones que se puedan presentar, (negación, ira...)

Cualidades del buen comunicador en “cuidados ante el dolor”:


- Calidad humana
- Madurez
- Sentido común
- Competencia

Técnicas de comunicación:
- Debe conocer y manejar distintas técnicas de comunicación para poder afrontar diferentes
situaciones ante el paciente y la familia

2.2. Cómo informar a los pacientes con dolor

Uno de los puntos más delicados en el campo de los cuidados es que información dar y cómo darla.
Es importante establecer un buen vínculo interpersonal con el enfermo y su familia y esto demanda mucho
tiempo, dedicación y una postura de escucha e interpretación.
Es necesario conocer al paciente, qué sabe sobre su situación, qué quiere saber realmente, cuáles son sus
miedos y cómo puede recibir y aceptar mejor la información. Para ello se requiere un abordaje específico e
individualizado.
Solo con una buena comunicación lograremos que el enfermo y su familia puedan afrontar mejor esta situación
vital, y ser capaces de manejar las diversas dificultades que se plantearán a lo largo de la enfermedad.
Se debe tratar al paciente y su familia con una actitud de respeto, mantener en todo momento la comunicación-
sin olvidar la no verbal (como tocarle, cogerle la mano), hablar al paciente cuando se realice algún cuidado
proporcionando apoyo y soporte durante el proceso y ofrecer la información adecuada en cada momento.

Posibles dificultades en la comunicación con pacientes con dolor


- Comunicación dificultosa entre las partes implicadas.
- Situaciones estresantes o límites.
- Entorno inadecuado (lugar, tiempo, etc.).
- Manejo inadecuado de los sentimientos de los enfermos y de la familia.
- Enfermos pertenecientes a familias conflictivas.
- Enfermos pertenecientes a familias que se sienten privadas de sus derechos.
En estos casos, el manejo de la comunicación puede ser complicado, pero siempre podemos participar activamente
en el proceso compartiendo, dialogando, valorando al otro, “dejar al otro ser otro”, aceptando que es diferente,
respetando esas diferencias y buscando soluciones conjuntas que respondan a sus necesidades y que perduren.
Conclusión
• La comunicación es una capacidad innata del ser humano pero los profesionales deben aprender y desarrollar
las cualidades y capacidadesque no tengan de forma innata.
• Las técnicas de comunicación son muy importantes, pero también lo son las cualidades como la empatía, la
asertividad, la calidez, el respeto etc. que hasta hace algunos años se consideraban dones de la enfermera, (dedicación,
confianza, paciencia, humildad, honestidad etc.) y que hoy por hoy deben ser características y cualidades de todo buen
profesional sanitario.
• Gracias a estas técnicas y cualidades es posible conseguir el acercamiento y conocimiento del otro, lo
que nos permite cuidar de forma más humana y cercana al paciente, cubriendo las necesidades que tanto
enfermeros como pacientes pueden detectar en el proceso de la enfermedad que conlleva el padecimiento
del dolor.

“Creo que el mejor regalo que puedo recibir de alguien es el ser vista por él, escuchada por él. El mejor
regalo que puedo dar es el ver, escuchar, comprender, y tocar a otra persona.
Cuanto esto se produce siento que el contacto se ha realizado.”
Virginia Satir
3. Valoración del paciente con dolor EN ENFERMERÍA.
Escalas de valoración

Para conseguir un adecuado control y tratamiento del dolor es necesario medirlo. El proceso de atención de
enfermería se inicia con la etapa de valoración y le siguen las etapas de diagnóstico, planificación, ejecución y
evaluación. La valoración es el punto de partida de cualquier proceso de cuidados enfermeros.
El dolor es un dato (muy) subjetivo y, por tanto, la mejor valoración es la que nos proporciona el propio paciente
que es el que está viviendo esa experiencia. No existe un instrumento de medida universal, pero a través de las
escalas de valoración, el paciente nos puede indicar, de una manera bastante fiable, su nivel de dolor. El objetivo
será doble:
- Conocer el nivel de dolor del paciente en toda su magnitud para garantizar una analgesia adecuada.
- Valorar la efectividad del tratamiento pautado y los efectos adversos de los fármacos.
Se trata, fundamentalmente, de obtener un dato cuantitativo de la intensidad del dolor que sufre el paciente. Una
valoración más completa debe incluir una descripción de las características cualitativas que lo acompañan.

3.1. Valoración cuantitativa del dolor

Nos da una medida de la intensidad de dolor que tiene el paciente. Para ello se utilizan las Escalas de Valoración
del Dolor.
Las escalas son unos instrumentos de medida que nos van a transformar la percepción subjetiva
del paciente en un dato numérico y, por lo tanto, objetivo. Permiten objetivar un fenómeno
fundamentalmente subjetivo y sujeto a una gran variabilidad individual.

Ventajas de las escalas


- Poner valor objetivo a la experiencia dolorosa
- Poder utilizar todos el mismo lenguaje
- Evitar sesgos derivados de nuestras creencias y percepciones
- Permitir evaluar de forma continua el dolor y el plan terapéutico
Las escalas deben ser:
- De uso sencillo
- Útiles para todos los tipos de dolor
- Poder aplicarse a niños, adultos y ancianos independientemente del nivel cultural
No existe una escala ideal; pero sí disponemos de un amplio abanico de escalas que nos van a permitir valorar el
dolor en las distintas situaciones clínicas.
A la hora de utilizar una escala, lo ideal será usar la que mejor se adapte al paciente, según el contexto y
circunstancias en que se vaya a emplear.
Dentro de las escalas tenemos dos grandes grupos: subjetivas y objetivas
Escalas subjetivas
Tienen como única fuente de información al propio paciente. Se han mostrado como las más útiles en la práctica
clínica habitual. Pueden ser:
- Unidimensionales
- Multidimensionales
Escalas Subjetivas Unidimensionales
Valoran solamente una dimensión del dolor, la intensidad del mismo. Las más utilizadas son:
- Escala verbal simple
- Escala numérica
- Escala visual analógica
- Escalas de expresión facial
- Escala analógica luminosa
- Escala de grises de LUESHER
- Escala de Anderson

Escala verbal simple. Define el dolor utilizando un lenguaje sencillo y del que podemos establecer una
relación entre categorías y un equivalente numérico.
0- No dolor
1- Molestias
2- Dolor ligero
3- Dolor moderado
4- Dolor intenso, fuerte
5- Dolor insoportable
El inconveniente es que la misma palabra puede tener significados diferentes para distintos pacientes.
• Escala Visual Analógica (EVA). Se compone de una línea continua de 100 mm con los extremos marcados
por 2 líneas verticales que delimitan la experiencia dolorosa entre no dolor y máximo dolor imaginable.
- No dolor (puntuación 0)
- Máximo dolor imaginable (puntuación 10)
El paciente marcará aquél punto de la línea que mejor refleje su dolor; la parte posterior se encuentra
graduada para que los profesionales que lo valoran obtengan así un valor numérico de la intensidad del dolor
del paciente (Figura 2).
La misma línea puede servirnos para evaluar la mejoría alcanzada con el tratamiento. Hablamos entonces de
EVA de Mejora, donde en el extremo izquierdo aparece la no mejora y en el derecho la mejoría completa.

HOMOLOGACIÓN
ESCALA EVA- DESCRIPCIÓN
ESCALA VERBAL SIMPLE
00 No dolor
21 Molestias
42 Dolor ligero
63 Dolor moderado
84 Dolor intenso, fuerte
10 5 Dolor insoportable

Figura 2. Regla EVA


• Escala Numérica Verbal. Se pide al paciente que nos valore de 0 a 10 su dolor, de manera que:
0: No dolor
10: El peor dolor que se imagine

• Escala de expresión facial. Rostros con diferentes expresiones que representan a una persona que está feliz
porque no siente dolor hasta la que está triste porque siente algo de dolor o llora porque tiene mucho dolor.
A cada rostro se le asigna una puntuación y se pide al paciente que seleccione el rostro que describe mejor
cómo se siente.
Muy útil en personas con deterioro cognitivo, incapacidad de comunicación por problemas idiomáticos,
(inmigrantes,) niños postverbales y ancianos (Figura 3).

Figura 3. “ESCALA DE EXPRESIÓN FACIAL”

HOMOLOGACIÓN
ESCALA DE EXPRESIÓN DESCRIPCIÓN
FACIAL/ EVA
0 (0) Muy feliz sin dolor
1 (2) Duele sólo un poco
2 (4) Duele un poco más
3 (6) Duele aún más
4 (8) Duele bastante
5 (10) Duele tanto como puedas imaginar

• Escala analógica luminosa. Constituida por un sistema de colores codificados que se disponen a lo largo de
una línea. Cada color representa un determinado nivel de dolor que va de la ausencia de dolor hasta un dolor
insoportable. El paciente debe marcar un determinado color que refleja la magnitud de su dolor.

• Escala de grises de LUESHER. En ella hay diferentes marcas en una gradación de color que van del blanco
(ausencia de dolor) al negro (dolor máximo). Además de darnos un valor numérico, los diferentes tonos de gris
se correlacionan con el estado de ánimo del paciente.
Existe también una escala de rojos de características muy similares a la de grises.
• Escala de Anderson. De utilidad en dolor postoperatorio, permite valorar el dolor en relación con el reposo/
movimiento en un solo dígito.

PUNTOS CRITERIOS
0 No dolor
1 Sin dolor en reposo y dolor ligero al movimiento o tos
2 Dolor ligero en reposo y dolor moderado al movimiento o tos
3 Dolor moderado en reposo y dolor severo al movimiento o tos
4 Dolor severo en reposo y dolor extremo al movimiento o tos
5 Dolor en reposo torturante

Escalas subjetivas multidimensionales: permiten evaluar no sólo la intensidad, sino otras características y
cualidades del dolor, lo que nos da una descripción más completa de la situación. Son poco útiles en dolor
agudo, válidas en situaciones experimentales y en dolor crónico.

• McGill Pain Questionaire. Valora tres aspectos del dolor a través de un cuestionario de 100 preguntas
dividido en tres apartados:
1. Cualidades sensoriales: localización, aspectos táctiles, aspectos temporales y propiedades térmicas.
2. Cualidades afectivas: tensión emocional, signos vegetativos, miedo.
3. Aspecto evaluativo o cambios que experimenta el dolor.

• Test de Lattinen. Consta de cinco preguntas, cada una con 5 puntuaciones posibles, de 0 a 4, en las
respuestas de tal forma que la puntuación puede ir de 0 a 20. Los grupos de preguntas son:
“Valora cinco parámetros”
Más fácil de utilizar pero con menor sensibilidad para valorar los distintos aspectos del dolor crónico.

Parámetros
0 1 2 3 4
/Puntuación
Intensidad ausente leve moderado intenso insoportable
Frecuencia nunca raro frecuente muy frecuente continuo
Consumo de
ninguno ocasional moderado alto excesivo
analgésicos
Disminución de la
ninguna ligera moderada alta incapacidad
actividad física
Despertar Despertar
Sueño normal Insomnio total Precisa hipnótico
ocasional frecuente
Escalas Objetivas
Con las escalas objetivas, es el propio observador quién va a inferir un determinado valor a la intensidad de dolor
que sufre el paciente. La valoración la hace, generalmente, el personal sanitario.
Estas escalas se basan fundamentalmente en la observación del comportamiento o actitudes que adopta
el paciente como pueden ser: la postura corporal, el grado de movilidad, la tensión muscular o bien datos
fisiológicos como T.A., F.C., datos analíticos, etc.
No son escalas muy fiables ya que se pueden producir importantes sesgos si el observador carece de
experiencia en la valoración del dolor, no tiene criterios bien definidos de valoración o tiene juicios o estereotipos
sobre lo que debe de doler. Tienen su importancia en pacientes incapaces de comunicarse verbalmente de forma
adecuada, pacientes comatosos y niños preverbales.
Surgen de la creencia de que en todo dolor “siempre hay modificaciones físicas y/o conductuales” que pueden
servirnos para valorarlo correctamente. No se tiene en cuenta que el organismo, por sus propios mecanismos de
defensa, trata de normalizarse lo que no significa que no exista dolor en ausencia de trastornos fisiológicos y/o
conductuales.
Pueden ser:
Escalas objetivas conductuales
Son muchas las conductas que existen y están relacionadas con la experiencia dolorosa: expresiones
faciales, posturas corporales, quejidos, disminución del nivel de actividad, ingesta de medicación analgésica o
absentismo laboral.
Estas escalas de valoración se basan en una serie de criterios definidos de manera objetiva que pueden ser
valorados tanto por personas cercanas al paciente como por personal entrenado. La persona que observa
estos criterios debe anotar si estos se manifiestan y, si es así, su frecuencia, duración e intensidad.
• Escala basada en el comportamiento del paciente Behavioural Pain Assessment Scales (BPAS).
Importante en pacientes con deterioro cognitivo-sensorial.

Parámetros 0 puntos 1 punto 2 puntos


Frunce el ceño, mandíbula
Tensión en los músculos de
Expresión facial Relajada apretada, frecuentemente /
la cara, frunce ceño, muecas
constantemente
Frecuentemente movi-
Quieto relajado, Inquietud movimientos oca-
Inquietud mientos, inquieto, incluye
movimientos normales sionales, cambio de posición
extremidades o cabeza
Tono aumentado, flexión
Tono muscular Tono muscular normal Rigidez muscular
de dedos de manos y pies

Vocalización No hay sonidos anormales Ocasionalmente gemidos, Frecuentes o continuos


(paciente intubado) gritos, quejidos gemidos, quejidos, gritos

Lucha contra el ventilador Tolera ventilador (no se Lucha, pero tolerando Lucha contra el ventilador:
(paciente intubado) activan alarmas) (las alarmas se apagan bloquea la ventilación y
espontáneamente) las alarmas se activan con
frecuencia

Tranquilizado por el tacto, Difícil confortarlo con el


Consolabilidad Relajado, contenido
se le puede distraer tacto o hablándole

Escala de Behavioural Pain Assessment


• Escala PAINAD. Similar a la anterior
Elemento/
0 1 2
Valor en puntos
Respiración laboriosa y
Respiración laboriosa
Respiración independiente ruidosa: largos periodos de
Normal esporádica; cortos periodos
de la vocalización hiperventilación; respiraciones
de hiperventilación
de Chyne-Stokes
Gemidos o lamentos
Llamadas problemáticas
esporádicos, habla de tipo
Vocalización negativa Ninguna repetidas, gemidos o
baja con una calidad negativa
lamentos altos; llantos
o de desaprobación
Expresión facial Sonriente o inexpresiva Triste, asustada, ceñuda Muecas faciales
Tenso, de sufrimiento, anda Rígido, puños cerrados,
Lenguaje corporal Relajado de un lado a otro, no deja de rodillas levantadas, se aparta
moverse o la aparta, la golpea

Se distrae o se tranquiliza No es posible aliviarlo,


Capacidad de alivio No necesita alivio
por la voz o el contacto distraerlo o tranquilizarlo

Escala PAINAD

• Escala CRIES. Importante en neonatos.

Parámetros 0 puntos 1 punto 2 puntos


Llanto No Agudo-consolable Agudo-inconsolable

Requiere O2
0,21 ≤ 0,3 >0,3
por Sat O2 < 95

FC o TA aumentada < del FC o TA aumentada > del


FC y TA Estable o menor al basal
20% basal 20% basal

Muecas, ceño fruncido y


Expresión facial Normal Muecas, ceño fruncido. quejido de tonalidad baja
sin llanto.

El niño ha dormido Despierto muy


Periodos de sueño Despierto constantemente
normalmente frecuentemente

Escala de valoración del dolor en neonatos “CRIES”


• Escala LLANTO. Similar a la escala CRIES. Es la primera escala observacional validada en lengua castellana.

Parámetros 0 puntos 1 punto 2 puntos

Llanto No llora Consolable o intermitente Inconsolable o contínuo

Actitud Tranquilo o dormido Expectante o intranquilo Agitado o histérico

Normorespiración Rítmica o pausada Taquipneico Irregular

Tono postural Relajado Indiferente Contraído

Observación facial Contento o dormido Serio Triste

• Escala FLACC

CATEGORÍA 0 puntos 1 punto 2 puntos

Expresión facial Normal Muecas Afligida

Piernas Relajadas Móviles Flexión

Actividad Normal Movimiento permanente Quieto

Llanto Sin Llanto Gemidos Llanto

Consolabilidad No requiere Distraible No consolable

Escala de valoración del dolor en niños “ESCALA FLACC”


• Escala PIPP (Premature Infant Pain Profile). Es una escala de medida multidimensional desarrollada para la
valoración del dolor en neonatos nacidos a término y pretérmino. Está muy bien aceptada por tener en cuenta
la edad gestacional. Se compone de siete parámetros que incluyen indicadores de conducta, desarrollo y
fisiológicos. Cada indicador se valora de 0 a 3. Un rango de 21 corresponde a una edad gestacional menor a
28 semanas, y para más de 36 semanas el máximo es de 18. Para todas las edades gestacionales un valor
menor o igual a 6 indica la no existencia de dolor o la presencia de un mínimo dolor, y valores mayores o
igual a 12 indican dolor moderado o intenso. La utilidad clínica ha sido establecida por comparación con la
escala CRIES. Ha sido validado para el dolor postoperatorio y para determinar la eficacia de la sacarosa en
intervenciones no farmacológicas en niños prétermino y grandes prematuros.

Proceso Parámetros 0 1 2 3
Gráfica Edad gestacional ≥ 36 sem 32 a < 36 sem 28 a 32 sem ≤ 28 sem
Observar al niño Comportamiento Activo/despierto Quieto/despierto Activo/dormido Quieto/dormido
15” Ojos abiertos ojos abiertos ojos cerrados ojos cerrados
mov. faciales no mov. faciales mov. faciales no mov. faciales
Observar al niño FC Max 0-4 lat/min 5-14 lat/min 15-24 lat/min ≥25 lat/min
30” Sat O2 min 0-2,4% 2,5-4,9% 5-7,4% ≥7,5%
Entrecejo fruncido Ninguna 0-9% Mínimo 10-39% Moderado 40- Maximo≥ 70%
Ojos apretados tiempo tiempo 69% tiempo tiempo
Surco nasolabial Ninguna 0-9% Mínimo 10-39% Moderado 40- Maximo≥ 70%
tiempo tiempo 69% tiempo tiempo
No Mínimo 0-39% Moderado 40- Maximo≥ 70%
tiempo 69% tiempo tiempo

Tabla 6. Escala PIPP de valoración del dolor en neonatos

Escalas objetivas fisiológicas


Los datos fisiológicos son útiles en determinadas circunstancias, sobre todo cuando la situación del
paciente no nos permite hacer otro tipo de valoración. Son poco fiables ya que el organismo, por sus propios
mecanismos de defensa ante las agresiones, tiende a buscar la normalización de sus funciones mediante
mecanismos de adaptación. Esto nos puede llevar a una valoración inadecuada del dolor. Dentro de los
parámetros fisiológicos, los principales son:
- Tensión Arterial
- Frecuencia cardíaca
- Datos bioquímicos
- Movilidad
- Tensión muscular
- Postura corporal
3.2. Valoración cualitativa del dolor

No sólo es importante hacer una valoración cuantitativa del dolor, también se deben tener en cuenta una serie de
cualidades que nos ayudan a describir y detallar el dolor como son:
1. Temporalidad y periodicidad. Inicio y duración del dolor.
- ¿Cuándo comenzó el dolor?
- ¿Cuánto tiempo lleva con el dolor?
- ¿Es continuo o intermitente?
2. Localización/es, distribución. Si el dolor es localizado, difuso, superficial, profundo.
- ¿Dónde le duele?
- ¿Es localizado o se irradia?
3. Características del dolor. Quemazón, hormigueo, descargas eléctricas; latidos o martilleo; dolor sordo y mal
localizado, punzante, penetrante, etc.
4.Factores que lo alivian o lo aumentan:
- Reposo
- Postura
- Actividad
- Factores psicológicos
5. Respuesta a la analgesia:
- Disminuye con analgesia o no
- Cede con analgesia o no
6. Síntomas asociados:
- Náuseas o vómitos
- Sudoración
- Debilidad
- Diarrea
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