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En muchos aspectos los cambios que tienen lugar en la mujer son muy similares al hombre, por
ejemplo: la excitación es más lenta. Una mujer joven quizás solo necesite de 15 a 20 seg. De
excitación para lubricar su vagina, mientras que en la mujer de edad avanzada esto puede demorar
hasta 5 minutos. Esta lubricación es menos copiosa que en la joven. La mujer añosa puede notar que
no tiene lubricada la entrada de la vagina- introito- e interpretar erróneamente que no esta lubricada
en absoluto, cuando en realidad la lubricación no se exterioriza por una menor producción y
posiblemente por la adopción de posiciones que dificultan su salida por gravedad La erección del
pezón en la fase de excitación es similar a la de las jóvenes, aunque es menos intenso el aumento de
tamaño de las mamas por la vasodilatación y su enrojecimiento. Mujeres jóvenes con mamas flácidas
pudieran presentar también este problema. La reacción del clítoris durante el acto sexual no muestra
diferencias apreciables con las mujeres de menor edad, si se cumplen todas las fases del acto sexual
(excitación, meseta, orgasmo y resolución) A pesar de que es cierto que la disminución en la
producción de estrógenos en el periodo postmenopáusico disminuye el trofismo vaginal y su
secreción, se ha comprobado en mujeres añosas con una buena actividad sexual, que presentan una
mucosa vaginal mas gruesa y rugosa que aquellas con vida sexual pobre, lo que indica que la
inactividad sexual contribuye a los cambios involutivos vaginales Puede producirse una irritación
mecánica de la uretra y la vejiga, si las paredes vaginales se mantienen finas y menos elásticas. Esto
puede provocar deseos imperiosos de orinar durante o inmediatamente después del coito, así como
molestias durante la micción en las horas y días posteriores. Tampoco al principio del coito se
observan en la mujer añosa los cambios típicos en los labios mayores como aplanamiento,
separación y elevación, y es menos la vasodilatación de los labios menores. Lo primero se debe a la
disminución del tejido adiposo y elástico de esa zona.
La actividad secretoria de las glándulas de Bartholin es mas lenta en la mujer que envejece. Otro
cambio en la anciana es el debilitamiento de la musculatura vaginal y de la zona perineal, por lo que
existen menos contracciones de la vagina durante la fase de la plataforma orgásmica; es menor la
elevación uterina, fenómeno fisiológico en la fase de meseta orgásmica; y las contracciones uterinas
del orgasmo se hacen mas débiles y, en ocasiones, dolorosas, por ser mas espásticas que rítmicas. Sin
embargo, estos sucesos no eliminan el orgasmo ni suprimen la sensación de placer y, por lo tanto,
podemos decir que el avance de los años no pone un limite preciso a la sexualidad femenina.
Cambios fisiológicos en el hombre que envejece Alrededor de un 5 % de los hombres que pasan de
los 60 años experimentan lo que se conoce como el climaterio masculino. Esta condición viene
caracterizada por alguno o por la totalidad, de los siguientes rasgos: debilidad general, cansancio,
falta de apetito, disminución del deseo sexual, menoscabo o pérdida de potencia irritabilidad y
dificultad de concentración. Estas alteraciones son imputables a la baja producción de testosterona y
pueden solventarse o mitigarse mediante inyecciones de esta sustancia. La edad afecta de diversos
modos la fisiología de la respuesta sexual del varón 1- Para lograr la erección del pene necesitan más
tiempo y más estimulación directa 2- En conjunto, las erecciones son menos firmes que cuando eran
más jóvenes. 3- Los testículos se elevan solo parcialmente en relación con el perineo y lo hacen con
mayor lentitud que en los varones más jóvenes. 4-Se reduce la cantidad de semen y disminuye la
intensidad de la eyaculación. 5- Por lo general se observa una menor necesidad física de eyacular. 6-
Se prolonga el periodo refractario, es decir, el espacio de tiempo posterior a la eyaculación en que el
hombre es incapaz de lograr una nueva erección y emisión de semen. Con la edad disminuyen la
masa y la fortaleza muscular, por tal motivo suele existir una disminución de la tensión muscular
durante la excitación sexual.
n muchas ocasiones los varones que presentan los síntomas anteriormente expuestos se inquietan y
piensan que están enfermos. En otros casos es la esposa quien se siente alarmada. Por ejemplo:
muchos hombres de edad gozan del sexo, aunque no siempre eyaculen, pero si la mujer o la
compañera no son conscientes del proceso fisiológico subyacente, pueden llegar a pensar que
carecen de atractivo o que no son bastante diestras como amantes Algunos hombres a medida que
envejecen no tienen una idea exacta de como debería ser su vida sexual y pretenden tener
erecciones firmes al instante y en todas las situaciones sexuales, y se preocupan cuando no pueden
hacer el amor dos veces en una noche. Debido a la errónea interpretación de estos cambios, el
hombre de cierta edad es mas propenso que otros individuos a mostrar síntomas de angustia
anticipatoria sobre su desempeño sexual. Efectos del proceso de envejecimiento sobre la actividad
sexual Existen un grupo de factores que se añaden a los cambios propios de la edad y se interponen
en el desarrollo normal de la vida sexual en el hombre y mujer mayor de 50 años. La falta de
estímulos sexuales provocada por una vida sexual monótona, poco variada, puede llevar
progresivamente a una perdida de interés en la actividad sexual. Una menor intensidad de relaciones
sociales, la perdida de atractivos corporales de la pareja y la creencia de que es incorrecto tener
fantasías sexuales en esta época, se unen para disminuir la búsqueda del acto sexual. El agotamiento
físico y psíquico propio de la ancianidad disminuye el interés por el contacto y crea temor por el
cansancio extra que pueda producir este y sus consecuencias físicas. Master y Johnson en estas
edades recomiendan posiciones no agotadoras, como es el coito en decúbito lateral. La preocupación
por el trabajo o las preocupaciones económicas llevan a desviar el interés sobre la actividad entre los
40 y 60 años. En el mundo moderno esta es una etapa de
una adecuada educación y comprensión de los cambios fisiológicos del sexo en Ia tercera edad y se
reconozca que esto no es exclusivo de las edades más jóvenes. "La vejez no significa omitir una vida
sexual plena" Las disfunciones sexuales pueden manifestarse al comienzo la vida sexual de la persona
o pueden desarrollarse más adelante. Algunas de ellas pueden desarrollarse paulatinamente con el
tiempo, y otras pueden aparecer súbitamente como incapacidad total o parcial para participar de
una o más etapas del acto sexual. Las causas de las disfunciones sexuales pueden ser físicas,
psicológicas o ambas.
Capítulo IV Disfunciones sexuales Las Disfunciones Sexuales pueden definirse como todos aquellos
trastornos en los que los problemas fisiológicos o psicologicos dificultan la participación o la
satisfaccion en las actividades sexuales (Labrador, 1987, 1994). En general, se caracterizan por una
alteración del deseo sexual, por cambios psicofisiológicos en el ciclo de la respuesta sexual y por la
provocación de malestar y problemas interpersonales. Las disfunciones sexuales comprenden los
trastornos del deseo sexual (Por ejemplo, deseo sexual hipoactivo, trastorno por aversión al sexo),
trastornos de la excitación sexual (Por ejemplo, trastorno de la excitación sexual en la mujer,
trastorno de la erección en el varón), trastornos del orgasmo (Por Ejemplo, disfunción orgásmica
femenina, disfunción orgásmica masculina, eyaculación precoz), trastornos sexuales por dolor (Por
ejemplo, Dispareunia y vaginismo), disfunción sexual debida a una enfermedad médica, disfunción
sexual inducida por sustancias y disfunción sexual no especificada. Según estadísticas serias,
aproximadamente una de cada tres personas y una de cada dos parejas presenta algún tipo de
disfunción sexual tomando como criterio los estándares acordados por la comunidad cientifica. Si
bien la gravedad del trastorno varia en cada caso desde un grado leve hasta el grave, pasando por
diversos matices, generalmente se produce algún tipo de dificultad en el individuo y en la pareja, que
depende de diversos factores: el significado que se le da al trastorno, las interpretaciones que se
tejen alrededor del mismo, el momento evolutivo de la pareja y el tipo de vinculo que se establece, la
calidad de la comunicación, la estima del individuo, las expectativas de solución y fundamentalmente
la información que se posea, entre otros factores Causas Los factores emocionales que afectan a la
vida sexual incluyen tanto problemas interpersonales (como problemas de pareja o falta de confianza
y comunicación) como psicológicos del individuo (depresión, miedos y culpa, traumas, etcétera).
Los factores físicos incluyen drogas (alcohol, nicotina, narcóticos, estimulantes antihipertensivos,
antihistamínicos y algunos medicamentos psicoterapéuticos), lesiones de espalda, hiperplasia
prostática benigna, problemas de riego sanguínedo, daños nerviosos (como heridas en la médula
espinal), diversas enfermedades (neuropatía diabética, esclerosis múltiple, tumores y, raramente,
sífilis terciaria), fallos en varios sistemas orgánicos (como el corazón y los pulmones), desórdenes
endocrinos (problemas en tiroides, pituitaria o glándula suprarrenal), deficiencias hormonales (déficit
de testosterona, estrógeno o andrógenos) y algunas enfermedades congénitas. Clasificación Se han
propuesto diferentes sistemas de clasificación de las disfunciones sexuales, desde el ya clásico
propuesto por Master y Johnson (1970) que se reducía a un lista de problemas, pasando por las de
Kaplan (1974, 1979) que intentan organizar una clasificación en función de la fase del ciclo sexual en
que aparece el problema o de aspectos situacionales o temporales de éste. Las clasificaciones
actuales hacen referencia a sistemas multiaxiales (Schover et al, 1982), en los que se incluyen, entre
otras, dimensiones como satisfacción sexual, fase ciclo sexual alterado, dolor coital, duración del
problema, globalidad, etc. Labrador (1987) propone una visión integradora do Hombres Mujeres
Problemas roblemas de deseo- Exceso nterés sexual Problemas en la Problemas de generar erección.
Falta de excitación general excitación sexual Problemas de mantener erecciórn. roblemas referidos
Ausencia de eyaculación. al orgasmo Exceso Déficit Déficit Dificultad en alcanzar el orgasmo. Falta de
orgasmo. (orgasmo prematuro) (orgasmo retardado) Dispareunia Fobias sexuales Frecuencia de
relaciones Eyaculación precoz. Eyaculación retardada Dispareunia Fobias sexuales Frecuencia de
relaciones Otros problemas En estos problemas hay que considerar, además: a) Si son primarios o
secundarios, b) Si son absolutos o situacionales c) La gravedad o intensidad del problema (si es total
o parcial Clasificación de las disfunciones sexuales (Labrador, 1987)
Parece ser, que hasta la década de los noventas no existía una clasificación universalmente aceptada
de las disfunciones sexuales (Carrobles y Sanz, 1991). Aquella que goza de una más amplia difusión es
la que se publica en el DSM-IV (APA, 1994) y su antecesor DSM-III-R (APA, 1987). Las disfunciones
sexuales suelen clasificarse en cuatro categorías: 1. Desórdenes del deseo sexual o anafrodisia.
Puede deberse a una bajada del nivel normal de producción del estrógeno (en las mujeres) o la
testosterona. Otras causas pueden ser la edad, la fatiga, el embarazo, la medicación (como los SSRIs)
o enfermedades psiquiátricas, como depresión o ansiedad Desórdenes de la excitación sexual,
previamente llamados «impotencia» en los hombres y «frigidez» en las mujeres, aunque ahora se
usan términos menos críticos: para los hombres, se emplea el de «disfunción eréctil» y para 1
mujeres se utilizan varios diferentes alusivos a los diversos problemas. Estos desórdenes se
manifiestan como aversión o elusión del contacto sexual con la pareja. Puede haber causas médicas
para estos problemas, como insuficiente riego sanguíneo o falta de lubricación vaginal. Las
enfermedades crónicas también contribuyen, así como la naturaleza de la relación entre las partes.
Desórdenes orgásmicos, como el retraso persistente o la ausencia de orgasmo tras una fase normal
de excitación sexual. Estos desórdenes ocurren tanto ern hombre como en mujeres. De nuevo, los
antidepresivos SSRI son con frecuencia culpables. 2. as 3.
Desórdenes de dolor sexual, que afectan casi exclusivamente a las mujeres y se conocen como
Dispareunia (intercambio sexual doloroso) y vaginismo (espamos involuntarios de los músculos de la
pared vaginal que dificultan o impiden el coito). La Dispareunia puede ser provocada en las mujeres
por una lubricación insuficiente (sequedad vaginal). 4. La lubricac o bien a cambios hormonales
provocados por la menopausia, el em lactancia. La irritación provocar sequedad, así como también el
miedo y la ansiedad por el acto sexual No están claras cuáles son las causas exactas del vaginismo,
pero se cree que un trauma sexual anterior (como una vialación o abusos) puede desempeñar un
pape ión inadecuada puede deberse a una excitación o estimulación insuficiente barazo o la debida a
cremas y espumas anticonceptivas puede también l importante. Otro desorden sexual femenino
doloroso se denomina vulvodynia o vestibulitis vulvar que parece estar relacionado con problemas
en la piel de las zonas vaginal y vulvar. Se desconocen sus causas Síntomas Desórdenes sexuales
psicológicos La cuarta edición del Manual diagnóstico y estadistico de los trastornos mentales
enumera los siguientes desórdenes sexuales psicológicos: .Desorden sexual hipoactivo . Desorden de
aversión sexual (elusión o falta de deseo de intercambio sexual) Desorden de excitación sexual
femenina (fallo de la normal respuesta de excitación sexual: lubricación, etcétera) Desorden eréctil
masculino Desorden orgásmico femenino Desorden orgásmico masculino Eyaculación precoz
Dispareunia . . Vaginismo Disfunción sexual secundaria . . Parafilias
Deseo Sexual Inhibido o Hipoactivo (DSI) "Apatía Sexual", "Falta de deseo sexual" o "Falta de interés
por el sexo" El deseo sexual y la respuesta sexual del ser humano son procesos muy complejos, que
incluyen estímulos y reacciones tanto cerebrales como mecánicas. En ellos interviene el organismo
en su totalidad, en un proceso psicosomático que incluye . La actividad cerebral . La actividad
hormonal La actividad cognitiva Esta última es la que engloba tanto las experiencias sexuales o
"aprendizaje" del individuo como sus motivaciones e intereses en el momento de la respuesta sexual
Cuando un eslabón de esta complicada cadena se desincroniza del resto, tanto el deseo como la
respuesta o conducta sexual del hombre o la mujer se ven afectados. Estos son los problemas de la
primera fase de la respuesta sexual: La fase del deseo. Una persona sana se interesa por la
sexualidad, sobre todo después de llegar a la pubertad. El deseo es más intenso en algunas épocas
que en otras. Disminuye cuando una persona está demasiado absorbida por su trabajo u otras
actividades y aumenta cuando la persona tiene una oportunidad sexual excitante y cuando está en
companía de una persona que le atrae mucho. El deseo puede ser demasiado fuerte o demasiado
débil. Se considera un trastorno el hecho de que el deseo sexual de una persona sea tan intenso que
la sexualidad se convierta en una obsesión o preocupación constante. Este estado se considera
ninfomanía" en las mujeres y "satiriasis" en los hombres. Es mucho más habitual encontrarnos con
personas que no sienten casi nunca necesidades sexuales; no sienten deseos de salir con personas
del sexo opuesto, no se masturban, no tienen fantasías sexuales y no se excitan en situaciones
sexuales. Hablamos entonces del problema del bajo deseo sexual. Este proceso recibe la
denominación de trastorno del deseo sexual hipoactivo o inhibido. Son muchas las personas que lo
padecen, aunque no todas legan a una consulta profesional para
Otra de las causas frecuentes es un inadecuado perfil hormonal, en especial un bajo nivel de
andrógenos. La testosterona es necesaria para mantener el deseo no sólo en el hombre, sino
también en la mujer, aunque en ésta los niveles normales son mucho más bajos. También habrá que
considerar a la s personas que padecen de insuficiencia renal, diabetes, etc. Causas Psicológicas
evitar el alcoho Aunque a veces el problema puede estar motivado por alguna anomalía orgánica
(carencias hormonales, trastornos endocrinos, insuficiencia renal, etc.) lo más normal es que el
problema obedezca a causas psicológicas como un bajo nivel de autoestima, estados depresivos,
excesivo estrés o ansiedad, una historia de abusos sexuales o mala relación de pareja por mencionar
a algunas. Esta disfunción requiere un programa de tratamiento más largo y más completo que otras,
aunque el terapeuta en este caso puede ayudarle a descubrir las causas que motivan dicha
inapetencia sexual y a proporcionarte recursos necesarios para que dicho deseo se vea
incrementado. La pérdida del deseo sexual es considerada por el manual de trastornos mentales
DSM-IV dentro de los "trastornos sexuales y de la identidad sexual", como "trastornos del deseo
sexual". Se enumera así el trastorno llamado: "Deseo sexual hipoactivo", considerado como la
disminución o ausencia de fantasías o deseos de actividad sexual de forma persistente o recurrente.
El trastorno provoca un malestar acusado o dificultades de relación interpersonal, y no se explica
mejor por la presencia de otro trastorno, ni se debe a los efectos de una sustancia o a una
enfermedad médica. También podría enmarcarse la pérdida del deseo sexual en los "trastornos de la
excitación sexual". Cuando siempre ha existido un bajo deseo sexual se lo considera un problema
"primario", y es "secundario" cuando no siempre ha ocurrido. Aún así, hay permanentes variaciones,
por ejemplo, aquellas mujeres que experimentan una falta
total de interés en el sexo, pero responden a los estímulos de la pareja y consiguen excitarse, hasta
las que rechazan la relación sexual. En la mujer aparece como la disfunción más común. Síntomas Por
lo general, la persona afectada por el trastorno de deseo sexual inhibido o hipoactivo siente un
marcado desinterés por la actividad sexual. Situaciones con una alta carga erótica pueden no
afectarle en lo más mínimo. En el plano de la pareja esto puede tener consecuencias importantes.
Aunque un buen número de individuos no acusarán ante su partner esta situación, y seguirán
manteniendo relaciones sexuales que satisfagan a su pareja, ellos sentirán una gran apatía. En otros
casos, la ausencia de deseo y hasta las disfunciones que pueden aparecer en carácter reactivo
(impotencia, Dispareunia, anorgasmia) hará que la actividad sexual de la pareja se debilite y hasta
desaparezca, lo cual lleva generalmente a serios problemas de relación. En los casos en que la falta
de interés sexual se debe a la insatisfacción por la actual pareja (variante situacional), el individuo
podrá conservar deseo por otros objetos sexuales que puede ser normal o hasta exageradamente
intenso. Cuando el individuo afectado no tiene una pareja estable, el problema puede perdurar por
años, e incluso perpetuarse. En todos los casos, lleva a una situación de gran insatisfacción personal.
Signos y exámenes Con frecuencia la evaluación médica y los exámenes de laboratorio no revelan
una causa física. Sin embargo, se recomienda verificar los niveles de testosterona (la hormona
responsable de originar el deseo sexual) tanto en los hombres como en las mujeres, particularmente
en aquellos hombres que presentan deseo sexual inhibido. El examen se realiza mediante una
muestra de sangre que debe obtenerse antes de las 10:00 a.m., momento en el cual los niveles de
hormonas masculinas se encuentran en su punto más alto. Es probable que la entrevista con un
especialista en terapia sexual revele las posibles causas. En el trastorno por aversión al sexo, la
persona evita de manera activa todo contacto genital. Este problema se cataloga a veces como fobia
al sexo, ya que, al igual que en la
s fobias, en el trastorno por aversión al sexo se producen intensas reacciones corporales incrementos
de la tasa cardiaca, sudoración intensa, aumento de la tensión muscular) tan sólo con imaginar
alguna actividad sexual. Por ello su tratamiento es similar al de otras fobias y se basa
fundamentalmente en técnicas de exposición Etiología Las causas más frecuentes de aversión sexual
están en relación con actitudes negativas hacia la sexualidad debidas a una educación rígida e
inadecuada, a experiencias previas de violencia sexual (violaciones, incestos), a presiones constantes
por parte de la pareja sexual para realizar algún tipo de actividad sexual no deseada, o a experiencias
sexuales "desagradables" a causa de problemas de la identidad de género Criterios Diagnósticos El
primer criterio diagnóstico que propone el sistema DSM-IV-TR es la aversión extrema persistente
hacia los contactos sexuales genitales con una pareja sexual. Junto a este criterio, es necesario que la
alteración provoque malestar acusado o dificultades en las relaciones interpersonales. La CIE 10
difiere en varios puntos de los criterios anteriores para este trastorno: en primer lugar, incluye en él,
las presentaciones clínicas caracterizadas por actividad sexual que da lugar a "sentimientos
frecuentemente negativos e incapacidad para experimentar cualquier tipo de placer"; en segundo
lugar, excluye casos en los que esta aversión se debe a la ansiedad que produce la propia práctica de
las relaciones sexuales. También incluye, como en las demás disfunciones sexuales, el criterio
temporal, que exige una duración mínima de los criterios clínicos de seis meses. Prevalencia La
frecuencia de este trastorno es significativamente inferior a la del otro trastorno del deseo sexual, el
DSI. No existen datos fiables respecto a la prevalencia real de este trastorno. Diagnóstico Diferencial
Debe establecerse respecto a los siguientes casos: Otro trastorno del Eje I: no se efectúa diagnóstico
adicional de trastorno por aversión al sexo si la aversión se explica mejor por la presencia de otro
trastorno
del Eje I, como el trastorno depresivo mayor, el obsesivo-compulsivo o el causado por estrés
postraumático Fobia Especifica: a pesar de que el trastorno por aversión al sexo puede cumplir los
criterios de fobia específica, no debe efectuarse este diagnóstico adicional. Aversión sexual
ocasional: si no es persistente ni recidivante o no se acompaña de malestar intenso o dificultades en
las relaciones personales, no se consideran trastorno por aversión al sexo. Adicción al Sexo El
concepto de adicción sexual se ha desarrollado en los últimos 20 años para referirse a personas que
tratan compulsivamente de mantener relaciones sexuales y que presentan conductas impulsivas
caracterizadas por alteraciones conductuales cuando no satisfacen estos impulsos sexuales. Travin
considera que el concepto de adicción al sexo se deriva del modelo de adicción a sustancias tales
como la cocaína o la adicción al juego (ludopatía) Como en toda adicción, en el caso del sexo existe
una dependencia psicológica y física y aparición del síndrome de abstinencia si se frustra la conducta
deseada. El sistema DSM-IV-TR no incluye el término "adicción sexual", tampoco es un trastorno
universalmente reconocido o aceptado Diagnóstico y características clínicas Las personas con esta
adicción muestran una necesidad persistente de experimentar relaciones sexuales recurrentes y son
incapaces de controlar sus impulsos sexuales, que incluyen todo tipo de fantasías o conductas
sexuales. Las primeras referencias sobre casos de adicción al sexo datan del siglo XIX. Uno de los
autores más relevantes, Richard von Krafft-Ebing, denominó a esta enfermedad "hiperestesia sexual';
este autor consideraba que podía aparecer en personas sin psicopatología previa Otros términos
relacionados con la adicción al sexo son la "Hipersexualidad" o la "ninfomanía", se habla de
Hipersexualidad cuando una persona tiene exigencias sexuales superiores a las que su pareja es
capaz de satisfacer; en cambio, la ninfomanía se considera una patología sexual caracterizada por el
deseo excesivo o patológico por
el coito experimentado por la mujer. Existen más mitos que realidades respecto a este trastorno, ya
que apenas hay estudios científicos, pero parece evidente que las pacientes ninfómanas suelen
presentar una o más disfunciones sexuales, principalmente el trastorno orgásmico femenino
Trastornos de la excitación sexual Los trastornos de la excitación sexual se dividen en: el trastorno de
la excitación en la mujer. Este grupo abarca el trastorno de la excitación sexual en la mujer, definido
como el fallo parcial o completo en obtener o mantener la respuesta de tumefacción y lubricación
propia de la excitación sexual hasta la terminación de la actividad sexual, o bien como la carencia de
una sensación subjetiva de excitación sexual y de placer durante la actividad sexual: y el trastorno de
la erección en el hombre, definido como el fallo parcial o total en obtener o mantener la erección
hasta el final de la actividad sexual, o la falta de sensaciones subjetivas de excitación sexual y placer
durante la actividad sexual. El fallo en la obtención y mantenimiento de la erección en el hombre es
el más frecuente de todos los trastornos de la excitación sexual, y es habitualmente denominado
impotencia (para distinguirlo asi del trastorno de la erección que se produce por falta de sensaciones
subjetivas de excitación y placer). En ambos trastornos de la excitación, se establecen varios subtipos
en función de diferentes variables: r Según el inicio del trastorno: De toda la vida: el trastorno de
excitación está presente desde el inicio de la actividad sexual. v Adquirido: el trastorno de excitación
aparece después de un período de actividad sexual normal, sin ningún tipo de alteraciones. Según el
contexto en el que aparece el trastorno: General: la falta de lubricación en la mujer o en la
incapacidad para obtener una erección en el caso del hombre no se limita a ciertas clases de
estimulación, situaciones o a la pareja sexual.
del grupo de edad seleccionado la prevalencia de DE crece de forma muy significativa: 17,7 % entre
40 y 50 años y 67,7 % entre 60 y 70 años . Etiología Entre las causas orgánicas más frecuentes se
estima a las deficiencias hormonales (fundamentalmente una disminución en la testosterona),
factores de tipo vascular que dificultan la afluencia de la sangre a los cuerpos cavernosos del pene o
su retención en éstos, lesiones neurológicas (especialmente de la médula espinal), lesiones en el
propio pene o testículos, problemas en la uretra o próstata, etc. Así mismo, la impotencia puede ser
secundaria a diversas enfermedades, como hipertensión, diabetes, arterioesclerosis, hipogonadismo,
esclerosis múltiple, etc. Por último, muchos fármacos de uso relativamente frecuente pueden
producir disfunción de la erección. Entre ellos pueden mencionarse los antidepresivos (tricíclicos,
IMAOs y litio), antihipertensivos (betabloqueantes, diuréticos), hormonas (corticoides y estrógenos),
barbitúricos y tranquilizantes mayores. De entre todas las sustancias cabe destacar, por su frecuencia
de uso, el efecto negativo que tiene sobre la erección el consumo de alcohol, el cual, como diría
Shakespeare, tiene un doble efecto sobre los "apetitos amorosos", por un lado "provoca el deseo",
sin embargo, "impide la ejecución" (Macbeth, acto II, escena 3) Entre las causas psicológicas de la
Disfunción Eréctil ocupa un lugar importante 1a ansiedad y la preocupación obsesiva por lograr una
erección adecuada, por lo tanto, el hombre no se centra en disfrutar de la situación, sino que está
pendiente de si se consigue una erección y "cumple", lo cual genera una notable ansiedad,
propiciando el desarrollo de trastornos de la erección En muchos casos, el episodio inicial es una
disfunción situacional (ejemplo, por ser la primera relación con esa persona, por estar cansado, por
consumir alcohol). Ese primer fracaso puede hacer que en sucesivas relaciones aparezca una
preocupación excesiva por lograr un rendimiento adecuado y miedo a que se repitan los problemas
acaecidos en la relación anterior, lo que provoca en el hombre que adopte el papel de espectador,
dedicándose a autoobservarse en lugar de implicarse en disfrutar de la situación. En
consecuencia, la situación de relación sexual se hace cada vez más ansiógena, dificultando así la
consecución de una erección apropiada: la respuesta de erección depende de la activación del
sistema nervioso parasimpático (SNP), mientras que la ansiedad supone la activación de la otra rama
del sistema nervioso autónomo (la simpática), por lo tanto la aparición de la ansiedad (activación
simpática) inhibe la acción del parasimpático lo que dificulta entonces el llenado y retención de
sangre en los cuerpos cavernosos del pene y en consecuencia la erección. De este modo se produce
una espiral del deterioro progresivo: falta de erección-preocupación-ansiedad- mayor bloqueo de la
respuesta de erección-incremento de la ansiedad, etc. Por lo tanto, si la persona intenta llevar a cabo
una serie de conductas para forzar la respuesta de erección (afrontamiento activo), se producirá un
incremento en la secreción de adrenalina y noradrenalina, las cuales producen efectos similares a los
del sistema nervioso simpático, pero más duraderos, con lo que se dificultará aún más la obtención
de la erección (Labrador, 1992), incrementando a su vez los sentimientos de frustración. Por
consiguiente, se produce una asociación entre relación sexual y ansiedad, fracaso y frustración, de
modo que cualquier estímulo o situación que anticipe una relación sexual, o que exija una erección,
se convertirá en aversiva, por lo que el sujeto tratará de evitarla, pudiéndose llegar al abandono de la
actividad sexual (al menos de aquella que requiere de una erección) Por último, hay que destacar
que ciertas fobias sexuales especificas (miedo o ansiedad ante los genitales femeninos, ante el
cuerpo de la mujer desnudo, al embarazo, a las infecciones de transmisión sexual, etc) facilitarían
también la aparición del trastorno de la erección. Diagnóstico diferencial Para confirmar el
diagnóstico de DE es necesario establecer el diagnóstico diferencial respecto a algunos trastornos: .
Trastorno de la erección debido a una enfermedad: se produce exclusivamente por efectos
fisiológicos de una enfermedad médica, como diabetes Mellitus, esclerosis múltiple, neuropatías, etc.
Etiología Existe un gran número de factores que pueden estar implicados en la aparición o el
mantenimiento del trastorno de la excitación en la mujer y solo el 10 % se deben a causas orgánicas
o al consumo de sustancias. Entre los factores psicológicos se hallan el excesivo control durante las
relaciones sexuales, lo que impide una atención adecuada a la estimulación y a las sensaciones
placenteras, una educación sexual restrictiva, la falta de información sexual, experiencias sexuales
iniciales traumáticas o escasamente satisfactorias y un nulc conocimiento del propio cuerpo. En
cuanto a los factores fisiológicos, se ha demostrado que la alteración en los niveles de testosterona,
estrógenos, prolactina y tiroxina está relacionada con esta disfunción sexual. Además, los fármacos
con propiedades antihistamínicas o anticolinérgicas producen una reducción de la lubricación
vaginal. Trastornos del Orgasmo Según el DSM-IV-TR se encuentran tres tipos de trastornos: el
trastorno orgásmico femenino, el trastorno orgásmico masculino y la eyaculación precoz. Los dos
primeros trastornos se definen como el retraso o la ausencia persistente o recurrente del orgasmo
después de una fase de excitación normal en la actividad sexual, considerada como adecuada en su
foco, intensidad y duración. Por otro lado, la característica fundamental de la eyaculación precoz
consiste en la aparición de un orgasmo y eyaculación persistente o recurrente en respuesta a una
estimulación sexual mínima antes, durante o poco tiempo antes de que la persona lo desee En
ambos trastornos del orgasmo, masculino y femenino se pueden establecer distintos subtipos en
función de la variable a tomar en cuenta: Según el inicio del trastorno:
De toda la vida: indica que el trastorno del orgasmo ha existido desde el comienzo de la actividad
sexual. . Adquirido: el comienzo del trastorno sexual ha ocurrido después de un periodo de actividad
sexual normal. Según el contexto en el que aparece el trastorno: . General: se señala que la
disfunción orgásmica no aparece exclusivamente con ciertas clases de estímulos, situaciones o
parejas . Situacional: la disfunción orgásmica se limita a ciertos tipos de estimulación, situaciones o
parejas Según los factores etiológicos asociados al trastorno: . Debido a factores psicológicos:
indicado para los casos en los que es fundamental el papel de estos factores en el inicio, la gravedad,
la exacerbación o la persistencia del trastorno orgásmico. Las enfermedades médicas y/o el consumo
de sustancias no desempeñan ningún papel en su etiología. . Debido a factores combinados: este
subtipo está indicado cuando los factores psicológicos están implicados en el inicio o en el
mantenimiento de los síntomas y además la enfermedad médica o le consumo de sustancias
contribuyen a la aparición del trastorno del orgasmo, aunque sin ser causa suficiente. Trastorno
Orgásmico Femenino Orgasmo femenino inhibido o anorgasmia Se la define como una ausencia o un
retraso del orgasmo, tras una fase de excitaciórn normal, durante una actividad sexual que se
considera adecuada en cuanto a tipo de estimulación, intensidad y duración. En aquellos casos en los
que la mujer es incapaz de alcanzar el orgasmo durante el coito si falta la estimulación manual del
clítoris, no se hace el diagnóstico de disfunción orgásmica a menos que la respuesta se deba a algún
tipo de inhibición psicológica
Criterios diagnósticos Puesto que la mujer muestra una amplia variabilidad en el tipo o en la
intensidad de la estimulación necesaria para alcanzar el orgasmo, deben tenerse en cuenta factores
como la edad, la experiencia sexual y la estimulación sexual recibida. Además, el trastorno ha de
provocar malestar acusado en la mujer o dificultades en sus relaciones interpersonales. Dichos
criterios son los establecidos por el sistema DSM-IV-TR y compartido prácticamente en su totalidad
por la CIE-10 a excepción del criterio de temporalidad establecido por esta última, que indica una
duración mínima del trastorno de seis meses. Además, la CIE-10 establece un único cuadro
diagnóstico para la disfunción orgásmica, aplicable tanto a varones como a mujeres. Diagnóstico
diferencial El diagnóstico de trastorno orgásmico femenino debe realizarse posteriormente al
diagnóstico diferencial de los siguientes casos: . Trastorno sexual debido a una enfermedad médica:
cuando la disfunción se debe exclusivamente a los efectos fisiológicos de una enfermedad médica,
como por ejemplo una lesión medular . Trastorno sexual inducido por sustancias: cuando la
anorgasmia se debe exclusivamente a los efectos fisiológicos directos de una sustancia
(antidepresivos y neurolépticos) Otro trastorno del Eje I: no debe establecerse el diagnóstico de
trastorno orgásmico femenino si la dificultad para llegar al orgasmo se explica mejor por la presencia
de otro trastorno del Eje I, como el trastorno depresivo mayor. Problemas orgásmicos ocasionales:
cuando no son persistentes o recidivantes o si no se acompañan de malestar significativo o
dificultades interpersonales, no se consideran trastorno orgásmico femenino y tampoco si los
problemas se deben a una estimulación sexual no apropiada. Etiología Master , Johnson y Kolodny
indican que son los factores psicológicos en el 95 % de los casos los causantes de la anorgasmia
femenina y estiman que únicamente el 5 % se explican a través de causas orgánicas. Entre los
factores orgánicos potencialmente
Por lo tanto, la eyaculación tiene una doble función: la reproductora y la sexual. Clasificación de las
alteraciones eyaculatorias Los trastornos de la eyaculación se clasifican según su forma de
presentación, evolución y cronología Aneyaculación La aneyaculación se caracteriza por la ausencia
de eyaculado y presencia de orgasmo, que se produce por las contracciones ritmicas del suelo
pélvico y de los músculos perineales. En muy raros casos también se puede asociar la ausencia de
orgasmo, en cuyo caso tiene una base psicopatológica asociada al no deseo de paternidad La
aneyaculación suele producirse por una patología neurológica de base: Denervación simpática:
Simpatectomía Linfadenectomía retroperitoneal Cirugía abdominopélvica Mieolopatías:
Traumatológicas Esclerosis en placa Esclerosis lateral amiotrófica Siringomielia Espina bífida .
Neuropatía periférica: Diabetes Mellitus > Fracturas pélvicas Intervenciones quirúrgicas
Farmacológicas: antidepresivos Etiología psicógena
El diagnóstico se basará en la anamnesis y en la ausencia de espermatozoides y de sustancias
prostáticas y de vesículas seminales, como el citrato y la fructosa en la orina postorgasmo.
Eyaculación retrógrada Se produce por una alteración en el cuello vesical; el líquido eyaculado pasa
en su totalidad o de forma parcial por la uretra posterior hacia la vejiga. En este caso se conserva la
sensación orgásmica. Esta patología presenta una especial trascendencia cuando se da en varones
jóvenes que contemplan el deseo de paternidad. Eyaculación Asténica La eyaculación asténica o
babeante se caracteriza por la pérdida de fuerza en el momento de la emisión del eyaculado. Se
produce sobre todo en pacientes afectos de patología medular por debajo de L1 Eyaculación
Dolorosa El dolor durante la eyaculación se produce por múltiples causas y depende del momento
exacto en el que aparece: Dolor preeyaculatorio: se debe a un espasmo prostático. Dolor
eyaculatorio: se suele producir ante la presencia de infecciones de la vía seminal y concretamente en
casos de prostatitis agudas. Dolor posteyaculatorio: preferentemente aparece de forma secundaria a
espasmos del esfinter anal y del periné. En los pacientes parapléjicos se puede asociar la eyaculación
asténica con una sensación dolorosa de la cara interna de los muslos. Eyaculación Refleja
La eyaculación refleja se produce en pacientes parapléjicos cuya lesión se sitúa por encima de Ll
Eyaculación Precoz La eyaculación precoz es la imposibilidad de controlar la eyaculación y se puede
producir antes, durante o inmediatamente después de la penetración provocando una sensación de
insatisfacción en ambos miembros de la pareja. Aunque siempre se ha preconizado su etiología
psicógena, existen factores orgánicos que la pueden producir: - Espina bífida Frenillo corto Procesos
infecciosos de la vía seminal Consumo de drogas: O Cocaina o Tabaco o Ciertos alucinógenos
Eyaculación Retardada También denominada por Master y Johnson "incompetencia eyaculatoria" La
disfunción orgásmica masculina u orgasmo masculino inhibido, también denominado "eyaculación
retardada", se define como la ausencia o el retraso del orgasmo en el hombre, tras una fase de
excitación normal, en el transcurso de una actividad sexual adecuada en cuanto a tipo de
estimulación, intensidad y duración. Los varones que presentan esta disfunción muestran muchas
dificultades para conseguir la evaculación durante el coito Normalmente este término hace
referencia al orgasmo intravaginal, pero también es posible en otras situaciones, como la
masturbación. En muchas ocasiones, cuando el varón oculta a su mujer la imposibilidad de llegar al
orgasmo intravaginal, la pareja puede presentar infertilidad de causa desconocida y este trastorno
puede desencadenar otras disfunciones sexuales o conflictos en la pareja.
etc. Una vez que el reflejo se ha condicionado puede persistir incluso aunque haya cesado la causa
original que favoreció la aparición del dolor
Pero, pese a todo ello, no es infrecuente el que las personas encuentren dificultades para conseguir
una "satisfacción sexual", de modo que -paradojicamente- la "necesidad" de una vida sexual
"optima" (nunca bien definida), la abundancia de "modelos sexuales" completamente inadecuados y
la escasa formación sexual han conducido a que aumenten los problemas sexuales, reales o
subjetivos, solicitándose cada vez más ayuda profesional en un campo en profundo cambio y en
constante revisión. 1. Hasta hace bien poco el criterio de salud sexual dominante en nuestra cultura
era el moral (lo saludable era "lo moralmente correcto" y lo inmoral era, además, desviado y
patológico); como, además, en nuestra cultura, la moral sexual era -como judeocristiana- sexofóbica
todo lo que no fuera "religiosamente correcto" era desviado, degenerado y patológico En este
sentido debemos recordar que la sexualidad era ? entendida, en este marco cultural-ideológico como
genitalidad, orientada a la fecundidad, legítima sólo dentro del matrimonio y siempre que estuviera
orientada a procrear... y, por supuesto, debía ser heterosexual; ni que decir tiene que el deseo
sexual, las demandas y el placer sexual eran cosas de hombres, las mujeres "normales y decentes"
"aceptaban" estas demandas dentro del matrimonio, a veces como imposición o "débito
matrimonial": la falta de excitación u orgasmo femenino no era ningún problema -tampoco lo era la
eyaculación precoz- y la masturbación y la homosexualidad eran consideradas como desviaciones
graves que implicaban patologías importantes; la sexualidad infantil y de los ancianos eran negadas o
ridiculizadas y, por supuesto, la anticoncepción "no natural" estaba prohibida La ciencia tan solo se
limitaba a sancionar lo que dictaba la moral: lo malo moralmente también era patológico. 2. Junto al
criterio moral se han manejado y catalogado otros criterios establecidos por los poderes dominantes:
Así tenemos el criterio penal o legal (normal y saludable sería lo no penalizado en la legislación y lo
prohibido o penalizado lo es por ser patológico y anormal); el criterio de la MASS MEDIA establece,
en una sociedad mediática, que lo saludable es lo propugnado por los medios de comunicación que
establecen "modelos
Descripción Clínica de las Parafilias más habituales Exhibicionismo: Consiste en obtener placer con la
exposición de los genitales a alguien fuera del contexto de una relación sexual, en lugares públicos
sin que después el sujeto actuante pretenda realizar una actividad sexual o bien en tener fantasías de
este tipo. El exhibicionismo, desviación que ocurre de forma casi exclusiva en hombres, es
posiblemente la más común de las desviaciones sexuales Se distingue porque, en vez de preparar al
fin sexual normal, lo reprime. En algunos casos, la persona es consciente del deseo de asustar o
sorprender al observador. Se obtiene excitación al mostrar los genitales en lugares públicos a
personas que, por lo general, son desconocidas. Es importante para el exhibicionista conservar la
sorpresa y la forzosidad de la observación de sus genitales. La excitación ocurre al anticiparse
mentalmente la situación y el orgasmo se produce por la masturbación. Con frecuencia se asocia el
inicio de estas conductas con alguna experiencia de excitación sexual que sigue a un episodio de
exposición accidental. Por ejemplo, mientras el sujeto se está vistiendo puede darse cuenta de que
está siendo observado por alguna mujer del vecindario o por algún familiar que entra
inesperadamente en la habitación, produciéndose turbación en ella, lo que puede provocar una
erección. Paidofilia (Pedofilia, pero no pederastia -con la que se suele confundir- que alude al
rufianismo o negociador del sexo): Es el deseo de mantener el contacto sexual y fantasías sexuales
con menores, generalmente heterosexuales (más frecuentemente), homosexual o ambas y sin
violencia física. También se conoce como infantosexualidad. El DSM-IV indica que para la calificación
de pedofilia como trastorno sexual es necesario que la conducta se prolongue durante un período de
al menos seis meses y que incluya fantasías, impulsos o comportamientos sexuales con niños
prepúberes o un poco mayores, por lo general de 13 años o menos.
Las conductas de la pedofilia van del simple exhibicionismo hasta la penetración. El adulto suele
ganarse la confianza y el cariño del niño y, por lo general, es alguien conocido o familiar. Se
distinguen dos variantes en la pedofilia: la sentimental homoerótica y la agresiva heterosexual. Los
sentimentales homoeróticos tienen poco o ningún interés por las mujeres; toda su capacidad sexual
se concentra en los niños y se concreta bajo la forma de caricias que provocan el orgasmo. Los
agresivos heterosexuales intentan satisfacer sus impulsos con niñas con métodos que van desde la
seducción hasta la violencia y que pueden terminar (muy pocas veces) en homicidio sádico-criminal.
Fetichismo: Alude a la excitación y satisfacción sexual del sujeto con objetos inanimados, tangibles y
manejables (p.ej. ropa interior femenina). A veces la excitación se obtiene llevando puestos algunos
de estos objetos (si es ropa, hablamos de travestismo fetichista) si el objeto de deseo es una sola
parte del cuerpo (cabellos, pies...) se habla de parcialismo, si el interés se centra en personas a
quienes se ha amputado una pierna -en la prótesis o el muñón- hablamos de monopedia, y si es en
los enemas, hablamos de klismafilia. Por tanto, es una anomalía del comportamiento sexual
consistente en la asociación de sensaciones eróticas con una parte del cuerpo o con un objeto o cosa
inanimada. Esta sustitución se hace sobre la base de otro objeto relacionado con el objeto normal,
pero que es totalmente inapropiado para el fin sexual. La excitación sexual al observar o manipular
objetos inanimados va acompañado por lo general de la masturbación. Sadismo sexual: implica la
excitación y el placer mediante actos reales y no simulados, que implican sufrimiento, dolor o
humillación de la víctima -si la pareja participa de forma voluntaria tenemos un binomio
sadomasoquista con una erotización del dolor- también recibe el nombre si se centra en latigazos y
con ciertas vestimentas de dominación o disciplina inglesa.
desnudo. Ambas conductas poseen un fuerte componente compulsivo, irrefrenable, mostrando los
sujetos aumento de su tasa cardíaca y sudoración ante la aparición de estímulos relacionados con
dichas actividades. Estos efectos físicos desaparecen tras la realización del acto voyeurista El
voyeurismo se da, en mayor medida, en hombres, mayoritariamente heterosexuales ya que es el
hombre el que depende más del sentido de la vista para alcanzar la excitación sexual Es necesario,
por lo tanto, distinguir entre voyeurismo y actividad sexual normal, en la que también se produce
una excitación al contemplar la desnudez. La diferencia estriba no sólo en el consentimiento o
conocimiento de la persona observada que, en el caso del voyeurista, rara vez existe, mientras que
en la actividad sexual normal se sobreentiende que sí, formando en este último caso parte de la
totalidad de la actividad, no siendo en sí misma la totalidad (la parte por el todo), sino también en la
exclusividad de la observación como conducta sexual, carente de interacción física interpersonal.
Frotteurismo: Se trata de la excitación y satisfacción sexual mediante el frotamiento de los órganos
genitales contra el cuerpo de una persona desconocida y sin su consentimiento en lugares públicos y
concurridos, generalmente en aglomeraciones dado que en ellos es más fácil escapar. Esta conducta
no es preludio de actividad sexual; en su mayoría la masturbación acompaña el recuerdo de tal
situación. Mientras se realiza el contacto, el individuo se imagina que está viviendo una verdadera
relación con la victima, pero permanece consciente de que para evitar una posible detención ha de
escapar inmediatamente después de tocarla El Frotteurismo suele ser pasajero, con prevalencia
entre los 15 y los 20 años de edad y comienza en la adolescencia. Posteriormente la frecuencia
declina gradualmente. El froteurista generalmente es una persona pasiva y aislada.
Fetichismo travestista: Es una Parafilia que se caracteriza por manifestar una ansiedad relacionada
con el deseo sexual y que implica la necesidad de"vestirse con ropa característica del sexo opuesto.
Solo se ha descrito en varones heterosexuales. Puede darse junto con disforia con respecto al propio
sexo, enmarcada en un trastorno de la identidad sexual. No obstante, lo más frecuente es que el
travestido no dese cambiar de sexo, sino simplemente experimentar el rol femenino ocasionalmente
con fuertes impulsos y fantasías de vestirse con ropas femeninas para excitarse, agregado al coito o a
la masturbación. Por lo general el individuo guarda una colección de ropa femenina que usa
intermitentemente para travestirse, momento en el cual habitualmente se masturba y se imagina
que es al tiempo el sujeto femenino y masculino de su fantasía sexual. Aunque su preferencia básica
es heterosexual, estas personas tienden a poseer escasos compañeros sentimentales y en ocasiones
han realizado actos homosexuales. No debe confundirse con el travestismo homosexual para ejercer
la prostitución, pues en este caso se trata simplemente de un uniforme de trabajo; tampoco con el
uso de ropas de mujer por parte de hombres para caracterizar papeles femeninos en el teatro, la
televisión o el cine, fenómeno llamado "transformismo" Tampoco se considera como trastorno en
casos de transexualidad, donde lo que se hace en realidad es adecuar el vestido con la identidad de
género. Parafilia no identificada La DSM-IV incluye en la categoría de "Parafilia no especificada"
aquellas que "no cumplen criterios para ninguna de las categorías específicas" y cita entre ellas:
Escatofilia telefónica: Excitación y satisfacción sexual mediante el acoso y abordaje telefónico a otros,
con conversaciones soeces y/o coprofílicas. Necrofilia: aquí el objeto sexual es un cadáver (a veces
asesinado previamente por el necrofílico, casi sádico) Parcialismo: atracción sexual sólo por
determinadas partes corporales.
Bestialismo (zoofilia): Aquí el animal se convierte en el objeto sexual para lo que puede ser incluso
entrenado (Es muy frecuente en ambientes rurales y en la adolescencia, como sustitutorio). No se
debe confundir con el sadismo con tortura de animales Coprofilia: Excitación y satisfacción sexual
mediante el contacto con heces u orina (urofilia), a menudo vertidos en boca o cara (lluvia de oro);
suele ir unido al sadomasoquismo. Vampirismo: placer sexual al succionar sangre (generalmente en
niños y mujeres) puede ir unido a la necrofilia Diagnóstico Los criterios diagnósticos de las Parafilias
se basan en las definiciones de las mismas que se han señalado para cada una de ellas y en dos
condiciones que necesariamente ha de verificar el trastorno para considerarse como tal: De una
parte, se requiere una prolongación temporal de, al menos seis (6) meses De otra, la conducta o
ideación ha de producir malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas
importantes de la actividad del individuo. Diagnóstico diferencial Hay que diferenciar las Parafilias del
uso de fantasías y comportamientos sexuales no patológicos o del empleo de los objetos como un
estímulo para la excitación sexual que presentan los individuos sin Parafilias. Asimismo, en
enfermedades mentales o cambios de personalidad debido a una enfermedad médica, intoxicación,
episodio maniaco o la esquizofrenia, puede existir una reducción de la capacidad de juicio, de las
habilidades sociales o del control de los impulsos, que en algunas ocasiones produce un
comportamiento sexual inusual Ha de recordarse por ello que las Parafilias sólo lo son cuando se
trata de las prácticas exclusivas o casi exclusivas que se emplean para obtener placer, se prolongan
en el tiempo y causan alteraciones personales, sociales o laborales del sujeto.
Capítulo VI Delitos sexuales y conductas sexuales de alto riesgo Delitos sexuales En los últimos años
se ha producido un interés creciente en todo lo concerniente a la sexualidad humana y
paralelamente en lo que respecta a la relación entre las leyes y la psicopatología. En nuestra sociedad
actual la violencia en general, y la violencia sexual en particular, son problemáticas de gran relevancia
que inquietan a los ciudadanos y a las autoridades. Ante una creciente alarma social, agravada a
menudo por los medios de comunicación, tanto los responsables de las instituciones, como los
expertos interesados en este ámbito, buscan medios para prevenir las conductas violentas. A pesar
de que los delincuentes sexuales presentan una tasa baja de reincidencia oficial ( que
internacionalmente se sitúa en un 20 % ) , la atención pública que suscitan sus delitos ha derivado en
la búsqueda de soluciones legislativas, en ocasiones drásticas, para afrontar el problema de la
violencia sexual y su reincidencia (Mercado y Ogloff, 2007). El consenso de profesionales tales como
psiquiatras, psicólogos, educadores sexuale trabajadores sociales y consejeros matrimoniales, es que
el material sexual no puede dañar a los adultos ni a los jóvenes. No obstante, persiste el argumento
de que la pornografía estimula a la gente a cometer actos criminales sexuales. Un estudio de 25 años
de duración del grupo Kinsey acerca de las ofensas sexuales muestra que la pornografía tiene un
efecto muy diferente de lo que comúnmente se cree. Para que un hombre responda con intensidad a
la pornografía, son importantes dos condiciones: juventud e imaginación, la última falta en los
ofensores sexuales.
La Criminalidad Sexual Delitos sexuales: Expresión generalmente empleada para referirse a acciones
que afectan a personas de cualquier edad y sexo, CONTRA SU CONSENTIMIENTO Y QUE PERTURBAN
SU DESARROLLO SEXUAL La investigación sobre delincuentes sexuales ha seguido diversos caminos.
Uno de ellos, necesariamente el primero, se ha dirigido a describir del modo más exhaustivo posible
tanto los comportamientos de agresión sexual, como las características demográficas y personales
más comunes de los propios agresores y de sus víctimas. Entre los estudios que se han realizado se
ha considerado la topografía de la excitación sexual, las actitudes hacia las mujeres y niños, las
distorsiones cognitivas y la competencia social de los agresores sexuales. El análisis se plantea a la luz
de los actuales conocimientos en la materia, de efectuar predicciones adecuadas del riesgo de
comisión de nuevos delitos sexuales (Garrido y Redondo, 2006). Los abusadores sexuales son
heterogéneos en las características de personalidad y psicopatología. Pueden o no tener trastorno de
personalidad y cuando lo hay, es principalmente del tipo limitrofe, con dificultad en el control de
impulsos y en lograr relaciones de intimidad. En el caso de violadores es más frecuente el trastorno
de personalidad antisocial. En general, presentan distorsiones cognitivas, dificultades en el desarrollo
de empatía y en la habilidad de entender y atribuir estados mentales a otros, lo que en la literatura
se ha denominado la teoría de la mente. Tienen especial habilidad para identificar niños vulnerables.
Si bien el consumo de alcohol y drogas es parte del debate abierto en torno a las características de
los abusadores y no se puede negar el efecto desinhibitorio de algunas drogas, se considera
importante tener en cuenta que muchas veces el abusador justifica su comportamiento inadecuado
por el uso de drogas, en un intento de no responsabilizarse del hecho (González, 2004) Modalidades
Estos delitos se pueden presentar en las siguientes circunstancias:
Hostigamiento: Es el asedio reiterado con fines lascivos a persona de cualquier sexo, valiéndose el
agresor de una posición jerárquica, derivada de las relaciones laborales, docentes, domésticas o de
cualquiera otra índole, que implique subordinación de la víctima. Abuso: Es la ejecución de un acto
sexual o la presión para ejecutarlo, sin el propósito de llegar a la cópula y sin consentimiento de la
persona Estupro: Es la realización de cópula con una persona mayor de 12 años y menor de 18, de la
que se obtiene el consentimiento mediante el engaño. Violación: Es la realización de la cópula
mediante violencia física o moral, con persona de cualquier sexo. El término violación es conocido
tradicionalmente como la penetración vaginal con el uso de la fuerza. No obstante, actualmente hay
una tendencia en ser utilizada la expresión violencia sexual, cuya definición legal es "la penetración
genital, oral o anal, por alguna parte del cuerpo del agresor o por objeto, utilizando la fuerza y/o sin
el consentimiento de la víctima" La violencia sexual, en particular la violación, es el crimen violento
más frecuentemente cometido en América. Alcanza, sobretodo, chicas adolescentes v mujeres
jóvenes . Sin embargo , su predominancia es subestimada , pues menos de 10 % de los casos llegan a
ser denunciados. La víctima muchas veces se opone a denunciar la violencia por varios motivos
miedo de represalias, vergüenza, sentimiento de culpa y debido al hecho del delito, en su mayoría,
haber sido practicado por parientes, personas próximas o conocidas. El médico, en particular el
ginecólogo / obstetra, debe estar apto para identificar posibles víctimas de abuso sexual, ofrecer
apoyo médico y psicológico, orientaciones cuanto a sus derechos, así como encaminamientos a la
asistencia legal.
Las desviaciones sexuales: su interés criminológico Una exploración realizada desde la lectura
cientifica presenta la evidencia de que la mayoría de los agresores sexuales se inician en su
desviación sexual en el período comprendido entre el final de la adolescencia y la primera edad
adulta, es decir, entre los 17, 18 y 25 años. En el estudio clásico de Abel y su equipo (Abel y Rouleau,
1989), estos autores encontraron que , en una muestra de 561 agresores sexuales , el 53,6 % había
iniciado sus intereses sexuales desviados antes de los 18 años, incluso, en el caso de violadores de
mujeres adultas , el 30 % informó que iniciaron su parafilia antes de esa edad. Estos datos confirman
que los delincuentes sexuales crónicos comenzaron su carrera sexual desviada a una edad temprana.
Por otra parte, es muy común hallar diversas Parafilias presentes entre los delincuentes sexuales, es
decir, en distintos estudios se ha encontrado que los violadores de mujeres adultas y los pedófilos
tienen una mayor tendencia a mostrar además otro tipo de Parafilias como el exhibicionismo, el
voyeurismo, el fetichismo, etc. La conducta delictiva sexual suele manifestarse junto a dificultades en
el establecimiento de emociones íntimas y de relación sexual. Normalmente, el delincuente sexual
siente un fracaso crónico de impotencia y de falta de asertividad con las mujeres, acompañado de
una incapacidad para el control de los impulsos hostiles y sádicos (Karpman, 1954). Para Abel y
Rouleau (1989), los delincuentes sexuales tienen un déficit general consistente en la falta de control
de su impulso sexual, y no déficits concretos de naturaleza emocional. Un punto que cobra especial
importancia es el estudio de las distorsiones cognitivas del agresor sexual. Para Becker y Abel (1985),
esas distorsiones, que frecuentemente están presentes entre los agresores sexuales, son necesarias
porque les permiten trasladar sus fantasías a la acción y así tienden a perpetuar su conducta sexual
desviada (Garrido, 1997). Relación entre sexualidad y criminalidad Criminología Se trata de la
realización de actos que atenten la sexualidad sin que medie consentimiento, aunque sin ejercer
violencia e intimidación, circunstancia que caracterizaría a la agresión sexual. En concreto, existen
tres supuestos en los que se
entiende que hay abuso sexual: cuando se ejecutan sobre menores de doce años, el abuso de
personas privadas de sentido o que padezcan un trastorno mental y cuando se realizan
prevaliéndose de una situación de superioridad (Garrido, 1998) Sexualidad humana En nuestra
cultura, un factor determinante entre lo sano y lo malsano en comportamiento sexual, lo constituye
el hecho de si dicha conducta fue motivada por sentimientos de amor o si sólo fue vehículo para la
liberación de ansiedad, hostilidad o culpa. La sexualidad sana busca el placer erótico, en el contexto
de la ternura y el afecto; Ia sexualidad patológica está motivada por las necesidades de confianza o
de alivio de fuentes no sexuales de tensión La sexualidad sana busca dar y recibir placer; las formas
neuróticas están desequilibradas hacia dar en exceso o tomar en abundancia. La sexualidad sana
discrimina al compañero sexual; los patrones neuróticos a menudo tienden a ser no discriminantes.
La periodicidad de la sexualidad sana está primordialmente determinada por tensiones recurrentes
eróticas en el contexto de la afectación. Por otra parte, los apetitos sexuales neuróticos son
desencadenados por necesidades no eróticas en su mayoría, siendo las necesidades eróticas la
minoría, más aptas de ser compulsivas en sus patrones de ocurrencia. Por supuesto, como lo señala
Judd Marmor (1971) "nuestras actitudes concernientes a la desnudez, virginidad, fidelidad, amor,
matrimonio y comportamiento sexual adecuado sólo son significativas dentro del contexto de
nuestras tradiciones culturales y religiosas Excluidos los problemas que atañen exclusivamente a la
función reproductora, el trastorno sexual puede definirse como un estado funcional que interfiere en
variable grado el ejercicio de la función erótica. De acuerdo con ello, los trastornos sexuales pueden
dividirse en dos grandes grupos: las disfunciones y desviaciones sexuales.
asumir la responsabilidad personal. El origen de todo ello habría que hallarlo, entonces, en las
características de las familias de los delincuentes sexuales, dominadas por el abuso del alcohol, el
abuso y la negligencia hacia sus hijos, actividades delictivas y aislamiento social. A lo anterior,
Marshall añade al conjunto de experiencias relevantes para comprender la etiología de la
delincuencia sexual el haber sufrido ellos mismos abusos en la infancia, lo que probablemente les
orientó para que consideraran esas experiencias como algo positivo, dado que cuando eran abusados
recibían atención de sus agresores, y en su edad adulta tienden a olvidar los aspectos emocionales
negativos de tales experiencias. Marshall y Barbaree crearon en 1990 un modelo comprensivo de la
etiología de la agresión sexual, donde tenían cabida las influencias biológicas, el contexto
sociocultural y el desarrollo psicológico del individuo. Es en este punto (en la psicología) donde
Marshall ubica el peso del proceso de convertirse en delincuente sexual , y para ello emplea el
concepto de " vulnerable " . ¿ Quién es " vulnerable " , Para Marshall, los niños que sufren un apego
con sus padres caracterizado por la indiferencia e inconsistencia (relación padres e hijos ansiosa-
ambivalente), o bien la frialdad y falta de cuidado y amor (relación de evitación) desarrollarán una
pobre autoestima, escasas habilidades sociales y muchas dudas a la hora de enfrentarse a los
problemas de la vida diaria (Garrido, 2005). Distorsiones Cognitivas en el delincuente sexual El
interés se centra en el hecho de que los pensamientos son los que, en primera medida, intervienen
para que se dé este tipo de conductas delictivas y, en particular, de un tipo de distorsión cognitiva
que se conoce como creencias irracionales. Las creencias irracionales son contradicciones o
desviaciones de la conciencia y de la realidad del individuo, caracterizadas por buscar una meta
personal, a partir de un pensamiento exigente, absolutista e inflexible.
Estas creencias no nacen solo de la tendencia humana a ver al mundo algo deformado y a extraer
conclusiones antiempíricas acerca de lo que ocurre u ocurrirá, sino de las afirmaciones sin
fundamento, pero exigentes e imperativas acerca de lo que debería ocurrir o es preciso que ocurra
(Tangarife, 2005). Además, estas creencias producen una consecuencia a menudo negativa, que, en
este caso, serían los delitos sexuales. Pero para hablar de creencias irracionales es necesario tener un
concepto más preciso de éstas. En primer lugar, se entiende la irracionalidad como cualquier
pensamiento, emoción o comportamiento que conduce a consecuencias contraproducentes y
autodestructivas, interfiriendo de forma importante en la supervivencia y estabilidad del organismo.
Según Ellis (2000), el comportamiento irracional normalmente presenta varios aspectos: 1. La
persona cree, a veces firmemente, que la irracionalidad se ajusta a los principios de la realidad,
aunque no en un aspecto importante. 2. La persona se aferra a la iracionalidad, se denigra o no
quiere aceptarse a si misma 3. La irracionalidad interfiere con la buena amistad entre los miembros
de sus grupos sociales primarios 4. La irracionalidad bloquea seriamente a la persona para conseguir
la clase de relaciones interpersonales que le gustaría tener. 5. También impide el trabajo lucrativo y
alegre en algún quehacer productiveo. 6. Por último, la irracionalidad interfiere en el logro de los más
caros intereses y en otros aspectos importantes. La mayoría de las irracionalidades que las personas
siguen ciegamente actúan contra el pensamiento de padres, compañeros y medios de comunicación
social, por lo que, en cierta medida, podrían orientar a abusadores sexuales a realizar sus conductas.
El roblema está en el grado de irracionalidades que éstos posean, pues, entre más rígidas sean, existe
mayor probabilidad que se aferren a ellas para cometer el delito.
Una particularidad de las irracionalidades es que las personas que se oponen fuertemente a varias
clases de ellas a veces son afectadas por las mismas, lo que estaría en estrecha relación con lo que
relatan algunos condenados, que siempre pensaron en lo atroz del hecho y en las condenas sociales
que esto conllevaría, pero, aún así cayeron presa de él. Haciendo mayor énfasis en las
irracionalidades, se debe tener en cuenta que muchas clases de pensamiento irracional consisten en
suprageneralizaciones, que inician con una observación sensata y terminan en una generalización
básica de una conducta. Existe evidencia, por demás, en cuanto a que las personas encuentran más
fácil aprender la conducta autodestructiva que la no destructiva, lo que hace que sean presa fácil de
ideas suicidas o actos en contra de la figura humana. Abuso Sexual: Se define como "cualquier clase
de contacto sexual con una persona menor de 18 años por parte de un adulto desde una posición de
poder o autoridad sobre el niño" El niño puede ser utilizado para la realización de actos sexuales o
como objeto de estimulación sexual. Se podría expresar en cuatro tipos de categorías: 1. Incesto: si el
contacto físico sexual se realiza por parte de una persona de consanguinidad lineal o por un
hermano, tío o sobrino. También se incluye el caso en que el adulto esta cubriendo de manera
estable el papel de los padres 2. Violación: Cuando la persona adulta es otra cualquiera no señalada
en el apartado anterior. 3. Vejación sexual: Cuando el contacto sexual se realiza por el tocamiento
intencionado de zonas erógenas del niño o para forzar, alentar o permitir que éste lo haga en las
mismas zonas del adulto.
4. Abuso sexual sin contacto físico: se incluirán los casos de seducción verbal explícita de un niño, la
exposición de los órganos sexuales con le objeto de obtener gratificación o excitación sexual con ello,
y la automasturbación en presencia del niño con el objeto de buscar gratificación sexual. Se
considera como abuso a toda participación de un niño o adolescente en actividades sexuales que no
está en condiciones de comprender, que son inapropiadas para su edad y para su desarrollo
psicosexual, forzada, con violencia o seducción o que transgrede los tabúes sociales". (Ministerio de
Salud de Chile, 1998) El termino abuso sexual designa el uso abusivo e injusto de la sexualidad.
Refleja la idea de que no existe relación sexual apropiada entre un niño y un adulto, atribuyendo la
responsabilidad de este tipo de acto exclusivamente al adulto. El acto sexual no sólo se reduce al
aspecto genital, recoge todo acto o gesto por el cual un adulto obtiene gratificación sexual Según la
definición de la OMS (1986), la explotación sexual de un niño implica que éste es "víctima de un
adulto, o de una persona evidentemente mayor que él, con fines de satisfacción sexual. El delito
puede tomar diversas formas: llamadas telefónicas obscenas, ultraje a pudor, voyeurismo, violación,
incesto, prostitución de menores" Por su parte, C.H. Kempe, fundador de la Sociedad Internacional
para la Prevención de los Niños Abusados y Maltratados, (1978) define el abuso sexual como: "La
implicación de un niño o de un adolescente menor en actividades sexuales ejercidas por los adultos y
que buscan principalmente la satisfacción de éstos, siendo los menores de edad inmaduros y
dependientes y por tanto incapaces de comprender el sentido radical de estas actividades ni por
tanto de dar su consentimiento real. Estas actividades sorn inapropiadas a su edad y a su nivel de
desarrollo psicosexual y son impuestas bajo presión, por la violencia o la seducción, y transgreden
tabúes sociales en lo que concierne a los roles familiares".
Todo abuso sexual, aunque sea sin violencia física, es forma de maltrato psicológico que tiene alta
probabilidad de producir daños en el desarrollo y salud mental del niño/a, los que pueden expresarse
en edades posteriores y ser de difícil tratamiento Los orígenes del abuso y la violencia sexual El abuso
y la violencia sexual son realidades presentes desde hace mucho tiempo, pero solo recientemente se
ha comenzado a tener conciencia social del problema Para explicar este problema, vale la pena
considerar que en la vida de cada ser humano convergen dos historias o desarrollos: por un lado, se
halla el desarrollo filogenético, que viene a ser el legado de los aprendizajes de la especie humana a
través de toda su historia y, por otro lado, se da el desarrollo ontogenético, basado en los
aprendizajes ocurridos durante la vida del propio sujeto. De este modo, en cada persona se
encuentran impulsos que la dotan de un potencial para desarrollar conductas barbáricas, de violencia
total y de sometimiento a toda costa al medio y personas que lo rodean; o, por el contrario,
desarrollar conductas humanitarias, propias de los aspectos más elevados, como el amor, el respeto,
la dependencia, la confianza y la búsqueda del bien común. Ambos potenciales coexisten en cada
individuo, predominando, eventualmente, uno u otro, según las circunstancias (Sierra y Scherles,
1997) Por otro lado, es claro que la vida familiar y las experiencias tempranas que rodean a esta son
determinantes de la conducta de un sujeto durante el resto de su vida. Al respecto, algunos factores
que suelen relacionarse con los abusadores son: 1. La presencia de serias dificultades para establecer
relaciones de parejas adecuadas y satisfactorias. 2. La realización de experiencias sexuales precoces
con sujetos de su misma edad 3. La posesión de una pobre capacidad autocrítica.
En el mundo hay redes de corrupción de menores todos los años, a quienes además se les incautan
miles de fotografías y videos de menores, que serán vendidas de particular a particular o mediante
catálogo y casi siempre en países distintos al de procedencia para evitar su posible identificación.
Conductas Sexuales de Alto Riesgo Son aquellas prácticas que aumentan el riesgo de adquirir una
enfermedad de transmisión sexual (ETS) El concepto de riesgo en el período juvenil se ha destacado
por la posibilidad de que las conductas o situaciones específicas conduzcan a daños en el desarrollo
que pueden afectar tanto el conjunto de sus potencialidades como deteriorar su bienestar y salud
(Weinstein, 1992). Factores de riesgo: " Aquellos elementos que tienen una gran posibilidad de
originar o asociarse al desencadenamiento de un hecho indeseable, o de una mayor posibilidad de
enfermar o morir" Pueden ser la causa de un daño o actuar como moduladores del mismo si influyen
en él. P. ej.: el alcohol y la conducción. Situaciones de riesgo: "Aquellas circunstancias que ofrecen un
riesgo a toda la comunidad o grupo social". P. ej: permisividad en el uso de drogas; las exigencias que
se imponen a la práctica de determinados deportes, o excesivo culto a la imagen corporal. Los
comportamientos de alto riesgo incluyen: Tener parejas sexuales múltiples. Tener (usted mismo) una
historia pasada de cualquier ETS. Tener una pareja con una historia pasada de cualquier ETS Tener
una pareja con una historia desconocida. Usar drogas o alcohol en situaciones donde puede haber
intercambio sexual.
Tener una pareja que se droga de forma intravenosa. Tener relaciones homo-u heterosexuales
"promiscuas". Sexo anal. Tener una relación sexual sin protección (sexo sin el uso de preservativos en
el varón o hembra) con una pareja desconocida. . ° . Beber alcohol o usar drogas aumenta el riesgo ya
que estos comportamientos aumentan la probabilidad de que una persona participe en una actividad
sexual de alto riesgo. Además, muchos de los organismos pueden transferirse mediante el uso
compartido de agujas u otro utensilio de consumo de droga. Los grupos de alto riesgo incluyen a
hombres homosexuales o bisexuales, usuarios de drogas intravenosas que comparten las agujas,
parejas sexuales de las personas que se incluyen dentro de los grupos de alto riesgo, niños que nacen
de madres con una ETS, y personas que recibieron transfusiones de sangre o productos coagulantes
entre 1977 y 1985 (con anterioridad a las normas orientadas a evitar la presencia de VIH en sangre y
hemoderivados) Un estudio recientemente publicado, en el que participa la Agencia de Salud Pública
de Barcelona , revela que el 80 % de los jóvenes que consumen excesivamente cocaína practica
también conductas sexuales de alto riesgo. Entre la muestra de los jóvenes consumidores de cocaína
, un 72,6 % de los que había practicado sexo sin protección había hecho un alto consumo de alcohol y
un 85,4 % se había dado un ' atracón ' de cocaína y alcohol, con dosis de alrededor de los 2,30
gramos. Este estudio pone en evidencia, una vez más, como los jóvenes que hacen un consumo
abusivo de drogas como el alcohol o la cocaína suelen practicar conductas sexuales que podrían
generar riesgos para su salud. Estas prácticas sexuales no seguras traen consigo, en numerosas
ocasiones, diversas enfermedades de transmisión sexual como el VIH-SIDA. La investigación sobre
conductas de riesgo en adolescentes documenta la asociación del consumo de alcohol y la conducta
sexual de riesgo (Cooper, Wood, Orcutt y
Albino, 2003; Donovan et al., 1985) ya que los jóvenes que consumen alcohol tienen mayor
probabilidad de reportar múltiples parejas sexual condón (Raj, Cheng, Levison, Meli y Samet, 2006;
Stueve y O'Donell, 2005). Para comprender esta asociación la investigación ha mostrado algunas
explicaciones teóricas que permiten entender la relación entre estas dos conductas (Cooper, 2002;
Jessor, 1998; Perry, 2002). es e inconsistente uso del Autores como Cooper (2002) y Perry (2002)
realizaron una revisión de la literatura de los modelos más importantes que vinculan el consumo de
alcohol y la conducta sexual de riesgo, entre los cuales se destacan: el modelo de las expectativas
asume que la conducta de los individuos después de beber alcohol se encuentra guiada por las
creencias preexistentes acerca de los efectos del alcohol sobre la conducta. Los individuos que creen
que el alcohol promueve la conducta sexual tienen mayor probabilidad de presentar conductas de
riesgo, que aquellos que beben alcohol y que no tienen estas creencias. La teoría de la desinhibición
postula que el consumo de alcohol induce el riesgo de la conducta, sin considerar las circunstancias,
asimismo señala que los efectos de la conducta son causados por el consumo de alcohol ya que hay
un decremento en el funcionamiento de áreas del cerebro como el lóbulo frontal, que es responsable
de acciones prudentes, el cual normalmente puede inhibir conductas inapropiadas. La teoría de la
miopía sugiere que las personas que han consumido alcohol pierden las habilidades cognitivas
necesarias para entender las diferentes señales presentes en su ambiente. De acuerdo con esta
teoría, los individuos constantemente se encuentran frente a dos tipos de señales, la primera se
refiere a señales que motivan o acentúan los beneficios de participar en conductas de riesgo (por
ejemplo, sentir atracción sexual por una persona); la segunda hace referencia a señales que inhiben
la conducta y que llaman la atención por los costos o consecuencias de participar en las conductas de
riesgo (P.e. adquirir una ITS). La misma teoría señala que una persona sobria posee el nivel de
funcionamiento necesario para atender y evaluar ambos tipos de señales, sin embargo, un individuo
que ha consumido alcohol es muy probable que se centre solamente en las señales que lo motiven a
realizar la conducta de riesgo.
En algunas situaciones sociales, las señales que motivan la conducta sexual de riesgo son más
sobresalientes que las señales tener relaciones sexuales, es más probable que las señales que lo
motiven a tenerlas (P.e, estar en presencia de una pareja atractiva, que ha decidido tener relaciones
sexuales con el (la) adolescente) sean mas sobresalientes que las señales que lo inhiban (p.e un
embarazo) (McDonald, McDonald, Zanna y Fong, 2000). La teoría de a desinhibición y la teoría de la
miopía por alcohol, son similares en aseverar que el alcohol puede causar que los individuos no
puedan inhibir la conducta (Perry, 2002). que la inhiben, es decir, si un adolescente decide Un cuarto
planteamiento señala que una tercera variable se vincula con ambos comportamientos (consumo de
alcohol y conducta sexual de riesgo). Por ejemplo, una persona puede involucrarse en ambas
conductas para satisfacer su necesidad de buscar sensaciones (Cooper et al., 2003; Zuckerman y
Kuhlman, 2000), por un pobre control de impulsos (Cooper, 2002), por deficiencias en sus
habilidades de afrontamiento o para escapar de las emociones negativas (Crepaz y Marks, 2001).
Capítulo VII Evaluación y diagnóstico de los problemas sexuales Métodos y Técnicas de Evaluación de
las Disfunciones Sexuales Se puede decir que en la sociedad actual hemos pasado de la simple
eliminación del dolor a la búsqueda del placer. Un reflejo de esta situación es la demanda actual en la
solución de problemas relacionados con la vida sexual. Al hablar de disfunciones sexuales nos
estamos refiriendo a trastornos psicosomáticos que impiden al individuo realizar el coito o gozar de
él" (Kaplan, 1974). Son un conjunto de problemas de diversa índole (fisiológicos, cognitivos y
motores) que impiden o dificultan al individuo disfrutar de una forma satisfactoria de la sexualidad
(Labrador, 1987). Hay que diferenciar este concepto del de variación o desviación sexual. Mientras
que en la disfunción sexual no se produce una respuesta sexual óptima y satisfactoria ante los
estímulos adecuados (pareja sexual del otro sexo), en las desviaciones sexuales o Parafilias sí se
produce una buena respuesta sexual pero ante estímulos inadecuados (animal, niño, prenda de
vestir...) (Ascher y Clifford, 1976). Evaluación de las Disfunciones Sexuales Proceso de Evaluación Hay
diversos esquemas de evaluación realizados por distintos autores (Carrobles, 1981; Kaplan, 1,983;
Lara y Sánchez, 1986; Masters y Johnson, 1966), pero todos vienen a coincidir en lo mismo. Lo
primero que hay que tener en cuenta es si el individuo presenta en realidad una disfunción sexual;
puede tratarse de un sujeto con informaciones erróneas o con trastornos psicológicos graves como
obsesiones o delirios. Una vez descartadas estas posibilidades pasamos al diagnóstico de la
disfunción sexual. Seguidamente se pide al paciente que describa su síntoma, cuándo se inició,
cuando suele aparecer, cómo ha progresado... (Kaplan, 1983).
Las áreas que debe tocar toda evaluación en este tipo de trastornos son las siguientes: Área médica
Es fundamental descartar todas las causas orgánicas de la disfunción, pues ante un problema
orgánico el tratamiento psicológico tiene muy poco que aportar. Es importante por tanto disponer de
una historia clínica médica del paciente; éste debe incluir diversos aspectos como ingesta de alcohol,
de drogas, de fármacos enfermedades o anomalías físicas, etc. En esta área también se incluyen los
análisis o estudios realizados en laboratorio. Masters y Johnson disponen para sus evaluaciones de
uno de estos laboratorios. Se suelen hacer análisis de los niveles hormonales en casos de impotencia
y de inhibición del deseo sexual, supervisión de la tumescencia nocturna del pene, etc. (Kaplan,
1983). Una buena forma de descartar la organicidad de la disfunción es determinar la situacionalidad
del síntoma, es decir, si aparece sólo en determinadas situaciones podemos afirmar con toda
seguridad que el síntoma tiene un origen psicológico. Área Psíquica Hay que tomar en cuenta la
posibilidad de que la disfunción sexual sea un síntoma más de un trastorno psicológico grave (Kaplan,
1983). Para ello se debe recabar información acerca del estado mental del paciente. Si se utiliza la
técnica de la entrevista, la actitud y relación con el entrevistador ya suele dar una idea al respecto
(Kaplan, 1983; Lara y Sánchez, 1986). Hay que descartar posibles trastornos hipocondriacos,
obsesivo-compulsivos, depresivos, fobias, alucinaciones, etc. Area de la Sexualidad A la hora de
determinar la etiología una vez descartadas las causas orgánicas- es necesario llevar a cabo una
historia psicosexual. Kaplan (1983) inicia esta historia en las relaciones del paciente con sus familiares
(padres, hermanos...), en las características de estos y en la educación que ha recibido;
posteriormente desarrolla el curso evolutivo de la sexualidad del paciente. En este sentido, aspectos
importantes a tener en cuenta son el primer recuerdo erótico, los juegos eróticos compartidos, la
información sexual recibida, la masturbación, la vida coital, los comportamientos sexuales
desarrollados
(Lara y Sinchez, 1986). En esta área hay que hacer un examen de la condición sexual actual; el sujeto
debe describir de una forma my pormenorizada las experiencias sexuales actuales. Con lo cual
obtendremos información detallada de la interacción sexual de la pareja. Se debe tambien hacer una
descripción exacta de las causas inmediatas y contingencias del sintoma sexual (Kaplan, 1983) Área
de la Pareja Kaplan ( 1974 ) , considera que un 70 % de sus pacientes disfuncionales presentaban
además problemas de relación de pareja , y el 75 % de sus consultantes por problemas de pareja
manifestaban problemas sexuales. Existen diversas situaciones en la pareja que son causa de
disfunciones sexuales; podemos destacar el temor al rechazo por parte de un miembro que le lleva a
satisfacer exclusivamente los deseos sexuales de su compañero olvidando los suyos. También las
disfunciones sexuales pueden llevar a determinadas situaciones en la pareja, ejemplo, la frustración y
el resentimiento que puede desarrollar a lo largo del tiempo la compañera de un eyaculador precoz
(Álvarez - Gayou, 1986). Es importante recabar información acerca de la primera vez que se
conocieron qué tipo de atracción experimentaron, tipo de relaciones que llevan con el exterior
ambos miembros, cómo es su vida cotidiana, qué ajuste hay en la pareja... (Kaplan, 1983) Carrobles
(1981) propone un modelo de evaluación conductual, basado en los principios de la orientación
conductual que considera la conducta problema, según los estímulos desencadenantes y las
consecuencias reforzantes que llevan a mantener esa conducta EO- R (Cognitiva, Motora o
Fisiológica)- C A la hora de realizar la evaluación hay que conseguir información de cada uno de los
componentes El primer componente está conformado por los estímulos antecedentes de la conducta
Esta asociación entre estos estímulos y la conducta puede llevar, a través de un proceso.
Una vez que se ha conseguido una detallada recogida de información acerca de la problemática de la
persona y de los diversos componentes que rodean al problema se procede a formular las hipótesis
explicativas (Carrobles, 1981) Técnicas de Evaluación La técnica clásica de evaluación en el campo de
las disfunciones sexuales es la ya conocida entrevista. Hoy en día se la sigue empleando, pero ya no
de una forma exclusiva. Los psicólogos conductuales tratan de combinar esta técnica con otros
métodos que son propios de la evaluación conductual como los autoinformes, la observación y los
registros psicofisiológicos. La razón del dominio de la entrevista en este campo hay que buscarla en
los autores que han sido pioneros en la solución de los problemas sexuales. Masters es médico,
Kaplan es psiquiatra; es decir, siguen una orientación médica en la que la entrevista juega un papel
preponderante La entrevista Se trata de una entrevista semi-estructurada (preguntas abiertas y con
una secuencia más o menos prefijada) y bastante extensa. Masters y Johnson (1970) pueden llegar a
siete horas con una entrevista; Kaplan (1983) habla que en casos complicados puede llegar a las
cuatro horas. Esta extensa duración contribuye a crear un clima optimo entre paciente y terapeuta a
decir de Jacobson y Margolin (1979). Por otro lado, son varios los expertos que opinan que es bueno
que haya una pareja de terapeutas de distinto sexo a la hora de llevar a cabo la entrevista (Masters y
Johnson, 1970; Carrasco, Llavona y Carrasco, 1974; Lobitz y Lobitz, 1978). Ahora esto no siempre va
ser posible, por lo que en este caso el terapeuta deberá entrevistar por separado a los dos miembros
de la pareja. El terapeuta deberá crear durante la entrevista un clima óptimo, tranquilo, en el que el
paciente se pueda desenvolver de una forma natural; para ello se deben eliminar del ambiente todos
los prejuicios y valores negativos que suelen caracterizar la visión de la sexualidad que suele
presentar el paciente y utilizar un lenguaje que evite términos demasiado científicos o demasiado
vulgares (Carrobles, 1981; Masters y Johnson, 1970).
El primer paso es tratar de identificar el problema; para ello el paciente o la pareja deberán describir
detalladamente la causa por la que acuden a consulta. A veces, el problema que plantean es muy
específico o concreto; ejemplo, "no consigo la erección al intentar hacer el amor". Otras veces, la
descripción que hacen del mismo es muy vaga y difusa, por lo que el terapeuta deberá clarificar y
concretar el problema. Si son varios los problemas se deberá empezar por el primero que apareció y
tratar de seguir una secuencia de los mismos (Carrasco y cols., 1986). Entrevista para la Evaluación de
los Problemas Sexuales (Carrobles, 1985) Carrobles a la hora de la entrevista, describe una primera
parte que se centra en cuatro puntos: descartar la posibilidad de un trastorno orgánico, de un
trastorno psicológico grave, de problemas maritales graves y, en cuarto lugar, evaluar la motivación
de la pareja para solucionar el problema. Si se cumplen estos puntos se pasa a la evaluación del
problema sexual. Esta consta de dos partes: La Historia del Problema, que recoge información sobre
la infancia y medio familiar (ambiente familiar, formación religiosa, actitudes de los padres y/o
adultos respecto al sexo y experiencias sexuales) y sobre la pubertad y adolescencia (educación e
información sexual, primeras experiencias sexuales y relación socio-sexual con la pareja actual) En el
segundo bloque de la entrevista recoge información sobre la "Conducta Sexual Actual", en términos
de actitudes y creencias actuales respecto al sexo, conducta sexual (actividades sexuales distintas al
coito, posibles relaciones extramatrimoniales, comunicación entre la pareja, relación marital y estilo
de vida), dificultades o problemas sexuales (descripción del problema, aparición y curso del
problema, autoexplicación sobre el origen y/o mantenimiento del problema), expectativas y metas y
motivación. Debe ser aplicado a ambos miembros de la pareja por separado. Primera Entrevista de
Masters y Johnson (1970) Entrevista que tiene como objetivo recabar información sobre tres
bloques: Base Preliminar" (Información sobre aspectos comportamentales-sociales, descripción del
problema sexual, descripción de la vida sexual habitual del paciente, "historia
sexual de cada miembro de la pareja, opinión sobre la calidad de la relación por parte de cada
miembro de la pareja, motivación para el tratamiento e historia médica) Descripción Estadística de la
Pareja" e "Influencias y hechos en los ciclos de la vida" (infancia, adolescencia, 13-19 años, adultez
prematrimonial, matrimonio, percepción de sí mismo, sentidos especiales: tacto, visión, olfato y
audición, ancianidad y miscelánea) Para la administración de esta entrevista es necesaria la presencia
de dos entrevistadores, un hombre y una mujer, dado que deben responder a ella ambos miembros
de la pareja por separado con un terapeuta del mismo sexo. El tiempo de administración aproximado
es de cuatro horas sin exámenes fisiológicos y de siete horas con dichos exámenes Otras entrevistas
Modelo de Entrevista de Lobitz y Lobitz (1978) Pauta de Entrevista para la Identificación de
Problemas Sexuales en la pareja (Carrasco, Llavona y Carrasco, 1979) En evaluación conductual la
historia del problema no es un apartado fundamental; se recogerá simplemente la información
suficiente para hacernos una idea de las actitudes y conducta sexual del sujeto. Este apartado incluirá
tres fases importantes: infancia, adolescencia y relaciones actuales de pareja. En cuanto al análisis de
la conducta sexual actual deberá incluir el examen de los tres componentes: motor (conductas
manifiestas), cognitivo (pensamientos, creencias.) y fisiológico (emociones). En este apartado la
entrevista se centrará en las actitudes actuales hacia el sexô, en los tipos de actividad sexual
desarrollados y en el problema sexual (descripción, origen, curso intentos de solución...)
Autoinformes No es un método muy utilizado todavía en la evaluación de las disfunciones sexuales
Son útiles en la recogida de información y, a veces, ayudan a la pareja a descubrir otras formas de
enfocar o describir su relación.
Existe un gran número de autoinformes, para recabar información acerca de los conocimientos
sexuales del sujeto "Inventario de conocimientos sexuales" (Mc Hugh) "cuestionario de información
sexual" (Carrobles) Cuestionario para la evaluación de mitos y falacias sexuales" En cuanto a las
actitudes respecto al sexo "Inventario de miedos sexuales" (Annon) "Inventario de placer sexual"
(Annon) "Inventario de actitudes respecto al sexo" (Eysenck) En relación a la conducta sexual "Perfil
de respuesta sexual" (Pion) "Inventario de Interacción sexual" (Lo Piccolo y Steger) "Inventario de
ajuste sexual" (Stuart, Stuart y Maurice y Szasz) "Inventario de Satisfacción Sexual" (Golombok y
Rust, 1985) En cuanto a relaciones y ajustes maritales "Escala de ajuste marital (Locke y Wallace)
"Inventario de relaciones de pareja" (Stuart y Stuart) Autorregistros La ventaja que presenta la
autoobservación y el registro de conductas es la posibilidad de obtener información acerca de
conductas privadas que sería difíicil de conseguir a través de otros métodos Es fundamental para el
uso de esta técnica el definir y delimitar exactamente la conducta que se va registrar y determinar la
forma en que se va a realizar el registro. Los autorregistros nos sirven para determinar la frecuencia
con que se da una conducta, los sucesos que ocurren antes, o después de la conducta o la vivencia
que tiene el sujeto de la misma.
Esta técnica resulta especialmente útil en la evaluación del progreso de la terapia. De esta forma
podemos conocer claramente si la pareja lleva a cabo diariamente los ejercicios que se le
encomiendan, así como las sensaciones que les producen, el grado de dificultad, etc. Masters y
Johnson utilizan estos registros especialmente en la eyaculación precoz. Observación Este
procedimiento no es muy utilizado en la evaluación de las disfunciones sexuales dado las dificultades
que conlleva; a los típicos problemas de reactividad magnificados en la observación de conductas
sexuales hay que unir todos los problemas de tipo ético que supone el observar la actividad sexual de
otra persona Los tipos de observación que se han empleado son los siguientes: Observaciones
directas. Masters y Johnson (1970) en la eyaculación precoz utilizan a la mujer como observador
directo. Hartman y Fithian (1972) observan y registran directamente diversas actividades sexuales de
sus pacientes. Grabaciones en video. Serber (1974) graba actividades sexuales de sus pacientes y las
analiza posteriormente Examen físico de los genitales. Consiste en una exploración directa de los
genitales de cada miembro de la pareja en presencia del otro; el terapeuta muestra a los sujetos en
cuestión los respectivos órganos genitales. Esta es una práctica usada por Hartman y Fithian (1972) y
por Zussman y Zussman (1976). Kaplan (1983) es de la opinión de que esta técnica sólo se debe
utilizar cuando resuelva de una forma rápida alguna duda o interrogante acerca de la anatomía o
función de los genitales. Representación de Papeles. Se trata de una técnica de evaluación que fue
desarrollada por Hartman y Fithian en 1972 y consiste en observar la forma de actuar de la pareja en
una conducta semisexual.
¿ Ha sido difícil poder percibir las sensaciones pre - orgásmicas ( previas a eyacular ) ? Si() No() Has
sentido, en algunas oportunidades, falta de placer en tus orgasmos? S (No) Has consumido
ansiolíticos (sedantes, "calmantes para los nervios") o antidepresivos para intentar controlar mejor?
Sí No () ¿ Has percibido una disminución en el deseo o en la erección como consecuencia del
descontrol eyaculatorio? S) No) Si tienes 4 ó más de los anteriores síntomas, podrías estar
padeciendo de Eyaculación Precoz, Disfunción Sexual para la cual hoy la Sexología dispone de
efectivas soluciones con tratamientos específicos-terapias sexuales-a veces combinados con
fármacos Evaluación de la eyaculación retardada La situacionalidad del síntoma nos indica que la
disfunción es psicógena; en un sujeto que sea incapaz de eyacular durante el coito, pero si lo hace a
través de la masturbación se descarta la etiología orgánica. Una vez confirmado el carácter psicógeno
de la eyaculación retardada es necesario establecer una comparación entre la situación en la que el
sujeto consigue eyacular y aquella en la que no eyacula (normalmente el coito). De esta manera se
sabrá qué pensamientos y qué sensaciones experimenta el sujeto en cada situación. Normalmente, el
bloqueo se produce por una autoobservación obsesiva. Hay que saber si el sujeto tiene alguna
experiencia traumática relacionada con la eyaculación intravaginal. Evaluación de la disfunción sexual
general en la mujer La vasocongestión femenina en la respuesta sexual es menos sensible que la
masculina a enfermedades o drogas. El factor externo que puede provocar este problema es la falta
de estrógenos debida normalmente a la menopausia o a la extirpación de los ovarios. Una vez más
hay que considerar la situacionalidad del síntoma; si el síntoma es global hay que desconfiar de una
causa orgánica. Si se descarta esta posibilidad es
necesario examinar la historia psicosexual de la mujer, el tipo de relación que mantiene con su pareja
(compañero), si se siente identificada con él, etc. Evaluación de la alteración orgásmica en la mujer
Normalmente la alteración orgásmica en la mujer se suele dar de una forma situacional, por lo que se
descarta la organicidad del síntoma. Si el síntoma es global hay que saber si la mujer consume drogas
o si presenta alguna anomalía física en el clítoris; puede ser consecuencia también de alteraciones
neurológicas graves. El riesgo de una causa orgánica aumenta si el síntoma aparece de una forma
secundaria en una mujer que hasta ese momento experimentaba orgasmos. Una vez descartadas
todas estas posibilidades se pasa al análisis psicológico. Si la mujer no ha experimentado nunca un
orgasmo es importante saber que entiende la mujer por orgasmo y qué técnicas utiliza para lograrlo;
a lo mejor es simplemente una falta de información. Si la mujer consigue el orgasmo a través de la
masturbación pero no en el coito habrá que comparar ambas situaciones y ver qué pensamientos y
sensaciones desarrolla en cada una de ellas, qué tipo de estimulación recibe, qué actitudes tiene
hacia el placer sexual; saber si ejerce una autovigilancia sobre sí misma durante el acto sexual, si
desarrolla fantasías sexuales Evaluación del vaginismo Entre las causas orgánicas que provocan el
vaginismo están la endometriosis, inflamaciones de la pelvis, vaginitis, etc. Se trata de diferenciar el
vaginismo de un himen resistente o una fobia a la penetración, aunque pueden ir unidos vaginismo y
fobia. Descartados estos trastornos es importante centrarse en la historia psicosexual de la paciente
pues esta disfunción suele ser la consecuencia de un hecho traumático (violación, inces actitudes de
la paciente con respecto al sexo, al coito y a los hombres y si su compañero sexual presenta alguna
disfunción sexual (disfunción eréctil). to, dolores durante el coito). Es importante también conocer
las Evaluación de la dispareunia Más o menos la mitad de los casos de Dispareunia se deben a causas
orgánicas. En el hombre puede ser debida a inflamaciones o infecciones del pene, de los testículos o
de
Resumen En esta segunda unidad hemos tenido ocasión de estudiar las disfunciones sexuales y su
respectiva clasificación para ello hemos dado una aguda revisión de las fases de la respuesta sexual
por las que atraviesa todo sujeto sea mujer u hombre en condiciones normales y gozando de una
sexualidad sana, entonces se dio una mirada a los criterios de normalidad y anormalidad en
sexualidad y luego se estudió las fases de la respuesta sexual humana y las posibles patologías en
cada una de las fases, los científicos más lúcidos del siglo XX, como Masters y Johnson, Helen Kaplan,
Kinsey, entre otros destacados investigadores de la sexualidad humana, con sus estudios a fondo
permitieron dar a conocer una serie de aspectos vinculados con la problemática de las disfunciones
sexuales, muchas de las cuales se pudo comprobar no eran de orden médico o biológico sino
sociocultural y psicológico, lo que abrió puertas de par en par para nuestra ciencia, la psicología.
También apreciado alumnos a través de la historia misma de la humanidad, hemos podido
corroborar que las conductas anormales en el campo de la sexualidad constituyeron fenómenos
complejos y no siempre vistos con malos ojos, no sino hasta la edad media donde surgen las
prohibiciones morales y las condenas reales, el sexo se torna "tabú" y gobiernas en el oscurantismo
por larga data, muchos dogmas de fé se convierten en paradigmas y se incorporan tenazmente en el
inconsciente colectivo de las personas, generan pensamientos rígidos y distorsionados en torno a la
sexualidad v se la proscribe a lo "inmundo" y miserable de las penurias humanas, lo que lo hizo en
adelante frecuentemente incomprensible y generador de temor y vergüenza. La clasificación de los
fenómenos psicopatológico ha permitido identificar a las Parafilias en torno los aspectos anormales
de la sexualidad y responder a un proceso más amplio de categorización, donde se excluyen algunas
expresiones que originalmente eran consideradas patológicas como la opción sexual.
Por otro lado amable lector, cabe resaltar la importancia de otras ramas de la psicología como la
forense que ha permitido determinar perfiles psicológicos en el caso de los delitos y delincuentes
sexuales, los abusadores y todo aquel que ejerza poder sobre otra persona y abuse de ella coactando
su libertad de decidir libremente, o por su condición de niño(a) o de sufrir alguna alteración en sus
funciones cognitivas superiores no esté en condiciones de elegir libremente, recuerde la importancia
que tiene el conocer tanto los patrones normales como anormales del comportamiento humano, la
psicopatología nos entrega una serie de recursos que colaboran con el reconocimiento de patrones
desadaptativos y que en función a la evaluación psicológica es posible recoger de manera
sistematizada y sobretodo ordenada, información valiosa para delimitar los procedimientos a seguir
en función al diagnóstico sexológico. En la medida que vaya compenetrándose en el estudio de las
próximas unidades podrá empezar a delimitar que ante las diferentes expresiones de la patología
sexual existen estrategias psicológicas para hacerle frente de manera exitosa en la mayoría de los
casos, notará lo importante que resulta esta primera parte del estudio cientifico y los beneficios que
se obtiene de esta manera de enfocar los aspectos normales y anormales de la sexualidad humana.
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