Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Los propósitos de la Animación Sociocultural se encuentran unidos a los términos de: vitalizar,
dinamizar y estimular.
La Animación Sociocultural persigue, de forma intencional y por medio de la participación, dinamizar y
vitalizar las potencialidades de los individuos y de los grupos, a fin de que logren la creación de su propia
cultura y la construcción crítica de su realidad.
Características de la participación:
Activa y comprometida: Participar es toar parte de o en algo, compartir algo entre dos o más
personas. Se trata de contribuir a los procesos de desarrollo desde posturas críticas al tiempo que
constructivas y responsables orientadas a la mejora.
Auténtica y significativa: Los procesos de participación deben encaminarse a buscar soluciones
a necesidades reales, a situaciones cercanas que preocupan a los sujetos y colectivos. Consisten
en promover la colaboración para resolver cuestiones sentidas como prioritarias para propiciar el
cambio.
Procesual y no ocasional: No puede quedar limitada ni reducida a momentos puntuales. Por
tanto, se debe ejercer de forma permanente, día a día, no con carácter puntual.
Realista y factible: Se ha de concretar en propuestas de acción, en decisiones que se puedan
conseguir, que sean viables, para que no se convierta en una mera coartada para personas o
colectivos con dificultades para asumir auténticos compromisos.
Facilitadora del enriquecimiento personal y del de la comunidad: La relación interpersonal
en el marco grupal conlleva la participación, supone la práctica del principio de solidaridad y el
compromiso igualitario con las tareas colectivas y el avanzar hacia el progreso de la comunidad.
A pesar de las diferencias anteriores, ambos conceptos deben considerarse como objetivos estratégicos
complementarios, pues la conservación y extensión de la cultura patrimonial no tiene por qué oponerse
necesariamente al cultivo y potenciación de estrategias tendentes a la realización cultural.
Es bipolar, es decir, para todo valor existe un contravalor (salud, enfermedad; riqueza, pobreza)
Es jerárquico, esto es, unos valen más que otros en caso de conflicto o elección (la seguridad
vale más que la comodidad, la vida más que el dinero).
-La Declaración Universal de los Derechos humanos de 1948. En ella se pueden diferenciar dos
tipos principales de valores:
Constitutivos de una vida digna: la dignidad humana, la libertad, la autonomía y la
responsabilidad personal, la educación y la igualdad y diferencia personal ante los derechos junto
a las diferencias culturales o de la propia individualidad.
Valores que conforman la sociedad democrática: la paz, la solidaridad, la tolerancia, la
justicia y el coraje cívico como fortaleza de ánimo en las convicciones propias y coherencia entre
los pensamientos y los hechos.
-La carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Ordena los derechos de los
ciudadanos europeos en civiles, políticos, económicos y sociales; agrupándolos en 6 grandes
capítulos: Dignidad, libertades, igualdad ante la ley y ausencia de discriminación, solidaridad, ciudadanía y
justicia.
-La Constitución Española de 1978. Proclama determinados valores entre los que podemos destacar:
La libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político, como valores superiores de un Estado
social y democrático de derecho.
La dignidad de la persona, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los
derechos de los demás como fundamento de la paz social.
La igualdad de todos y el rechazo total a cualquier tipo de discriminación.
La participación en la vida política, económica, cultural y social.