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TARSO

Cfr. Hech 9, 11; 9, 30

Tarso fue la capital de la antigua Cilicia durante el Imperio Romano, situada


actualmente a 15 Km. del Mediterráneo, esta dividida en dos por él rió Cydnos que la
atraviesa yendo a desembocar al lago Rhegma, antiguo puerto de la ciudad hecho en
otros tiempos era posible remontar él rió y acceder a la ciudad en barco como la hizo la
misma Cleopatra en el año 38 a.C. para reunirse con Marco Antonio.

En la región de Tarso se han encontrado huellas de la humanidad que se remontan al


Neolítico (5000 a.C.) Posteriormente estas tierras son ocupadas por los Hititas, los
Asirios, los Persas y finalmente por Alejandro Magno de donde sale para enfrentarse
con el emperador persa Darío III en la famosa batalla de Ipsos que tuvo lugar en el año
333 a.C. y que supuso el final del imperio persa. Al repartirse las tierras de Alejandro a
la muerte de este, esta parte pasa a las manos de Seleucos Nicator I, los Romanos
reemplazaran a los Seleucidas después de la conquista de la región por Pompeyo en el
64 a.C.; Cicerón, gran orador y escritor romano, será nombrado gobernador de Tarso en
el año 50 a.C.

Durante la época romana, siendo la capital de la Cilicia, Tarso se convirtió en una


ciudad prospera de alto nivel intelectual y con una famosa universidad, sobrepaso a
Alejandría y a Atenas y en ella vivieron muchos filósofos estoicos que quizás hayan
influido a Pablo.

En la época bizantiana, después de la aparición del Islam, tarso fue frecuentemente


atacada por los árabes porque se encontraba situada justo en la línea de frontera entre el
mundo musulmán y el cristiano. Finalmente fue conquistada por los Seleucidas en el
1071 de nuestra era y paso a ser una provincia otomana en el 1515.

Aquí la ciudad romana conocida por Pablo se halla a seis metros de profundidad
respecto a la ciudad moderna, manteniéndose todavía en pie uno de los tres arcos de
triunfo denominado la puerta de Cleopatra, pues se pretende que es el lugar por el que la
faraona hizo su entrada a Tarso, en el medio de los barrios modernos se han descubierto
mosaicos y algunos restos de la época paulina.

Pablo nació en Tarso, su padre era ciudadano romano, por esta razón el mismo tenia la
nacionalidad romana (Hech 22, 28) Una parte importante de su formación la recibe en
Jerusalén (Hech 22, 3) y hablando de sí mismo se define como “judío de pura sangre”
(Ph 3,5), hablaba el arameo (Hech 21, 40) y también por supuesto el griego, cuya
literatura y cultura conocía perfectamente, conocimientos sin duda adquiridos en los
círculos helenísticas de Tarso.

Después de su conversión y de su paso por Jerusalén vuelve a casa (Hech 9, 30, Ga 1,


21) ahí permanece unos diez años hasta que Bernabé viene a buscarlo para llevarlo a
Antioquia (Hech 11, 25-26), al comenzar su segundo viaje misional Pablo atraviesa
Siria y la Cilicia (Hech 15, 41) pasando sin duda por Tarso y las puertas de Cilicia,
quizas incluso en el tercer viaje vuelva a hacer lo mismo.

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