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Ventaja y Desventaja del Cigarrillo Electrónico

Desde hace algunos meses, el cigarrillo volvió a los bares, las oficinas y los
edificios públicos. Con el vapor de los e-cigarettes volvió la polémica sobre el
tabaco, la nicotina y los espacios compartidos: ¿son nocivos? ¿afectan a los no
fumadores?

Argentina es el tercer mayor consumidor de tabaco de América Latina y el


Caribe, con una cantidad anual de 40.000 fallecimientos por afecciones
relacionadas con el cigarrillo. Aunque hace tiempo que se conocen los riesgos
para la salud que supone fumar, recién en la última década se han
implementado leyes restrictivas sobre el tema, que incluyen la prohibición de
fumar en lugares públicos cerrados, la regulación de la publicidad, el acceso a
programas para dejar de fumar, etc. Estas iniciativas han dado resultados
positivos: el consumo de tabaco en Argentina ha bajado sistemáticamente del
32,7% de fumadores adultos, en 2004, al 22,3% en 2012.

Sin embargo, el tabaco se resiste a abandonar los pulmones de los argentinos.


Los cigarrillos electrónicos son un nuevo dispositivo de consumo de tabaco que
ya no produce humo sino vapor. La persona que los fuma -o vapea- busca en
muchos casos dejar el cigarrillo, puesto que permiten disminuir
progresivamente la cantidad consumida de nicotina. En otros casos, los
vapeadores no quieren dejar de fumar, sino que quieren seguir haciéndolo pero
sin daño para su salud: ¿Sirve el cigarrillo electrónico para dejar de fumar? ¿Es
posible fumar saludablemente?

Con poco más de una década de vida, y apenas un año de introducción en


nuestro país, es muy poco lo que realmente se sabe del cigarrillo electrónico y
sus efectos sobre nuestra salud y la de quienes nos rodean. Te presentamos
tres ventajas, tres desventajas y tres riesgos del cigarrillo electrónico.

Tres ventajas

1. Ayuda a controlar el consumo de nicotina. A semejanza de los parches o


chicles de nicotina, el cigarrillo electrónico permite regular la cantidad ingerida;
la novedad que presenta es que también permite exhalar “humo”, como en un
cigarrillo común. Este es el principal argumento de sus defensores: que es una
herramienta útil para dejar de fumar gradualmente, sin la ansiedad que
presenta el abandono repentino.

2. Reduce los riesgos del humo. El cigarrillo tradicional contamina tu entorno y


es peligroso tanto para quien fuma como para quienes lo rodean. Buena parte
de los 400 químicos tóxicos y los 40 componentes cancerígenos que libera el
cigarrillo se consumen por el humo. El cigarrillo electrónico, en cambio, no
genera combustión, reduciendo sensiblemente la cantidad de químicos
incorporados al organismo y al ambiente.

3. Elimina el mal olor. Uno de los factores que genera mayor presión social
para dejar el cigarrillo es el olor que el humo deja en la boca, las ropas, las
manos y hasta los muebles de los fumadores. El líquido que produce el vapor
no tiene aroma, de manera que no deja rastros desagradables. Además es
incoloro, lo cual hace desaparecer las manchas que el tabaco deja en la piel y
los dientes de los fumadores.

Tres desventajas

1. Prolonga la adicción a la nicotina. Existe muy poca evidencia acerca de la


eficacia de los cigarrillos electrónicos para dejar de fumar. La adicción no es
sólo química, sino que incluye en general aspectos sociales y psicológicos que
el cigarrillo electrónico no elimina sino que, al contrario, imita (como el “humo” o
su consumo oral). Los fumadores, entonces, piensan que encontraron una
forma inofensiva de fumar y siguen consumiendo nicotina en esta forma,
muchas veces en niveles mayores a los de cuando fumaban.

2. No hay normas de seguridad uniformes y confiables. Se trata de un producto


en el que apenas hay regulaciones, no obstante lo cual lo usamos para
suministrar químicos a nuestro cuerpo. Desde productos sofisticados y caros
hasta aparatos sospechosos que se compran en la calle, su uso es muy
peligroso: existen denuncias por la explosión de baterías, por intoxicación con
cartuchos que perdían líquido y hasta por reacciones alérgicas al glicol de
propileno que contienen.

3. Todavía no se conocen todos los riesgos de su consumo. La evidencia


científica acerca de sus efectos es escasa: los estudios acerca de sus
beneficios para dejar de fumar se han realizado sobre poblaciones pequeñas, y
sus ventajas con respecto a otras técnicas (como los parches de nicotina) no
son tan concluyentes. Tiene efectos pulmonares leves inmediatamente
después de su consumo y contiene algunos agentes cancerígenos (como el
formaldehído y el acetaldehído), aunque todavía no hay investigaciones sólidas
acerca de su concentración y sus daños efectivos.

¿Vapear en la oficina?

Aunque los cigarrillos electrónicos se venden en nuestro país desde hace


tiempo, incluso en puestos callejeros, la verdad es que es ilegal: la
Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica
(ANMAT) prohibió su comercialización en 2011 por no haber “pruebas
suficientes que determinen que son seguros para el consumo humano”.

En un comunicado de 2014, el Ministerio de Salud de la Nación estableció que


la Ley nacional 26.687 incluye al cigarrillo electrónico en la prohibición de
consumir tabaco o sus derivados en espacios cerrados, incluidos los espacios
de trabajo.

De esta manera, y a pesar de que no sea el humo tradicional del cigarrillo, el


uso del cigarrillo electrónico se encuentra doblemente prohibido en los lugares
de trabajo y espacios cerrados de acceso público. Aún cuando no deje mal olor
ni libere al ambiente los cancerígenos ya conocidos por la combustión de
tabaco, todavía no se sabe qué efectos puede tener sobre la salud del fumador
y de quienes lo rodean.

Muchos médicos sostienen que, si se lo usa por un breve tiempo como medio
para dejar de fumar, los beneficios pueden superar los riesgos. La evidencia,
en este sentido, no es concluyente; por el contrario, el fumador puede
simplemente remplazar una manera de consumir nicotina por otra. Los
consejos, entonces, son a menudo contradictorios. Desde ya que, si una
persona no fuma, no tiene sentido que comience a vapear, porque tiene varios
riesgos y ningún beneficio. Si un fumador quiere dejar el hábito, es
recomendable que pruebe con cualquiera de los métodos ya validados y más
saludables.

Si, a pesar de todo, quiere experimentar con el cigarrillo electrónico, es


importante que lo consulte con un médico y sea consciente de los riesgos que
acarrea.

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