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CaRTOG^AFÍ\H!

STÓR1CA

del ^E^cuentRodeDos

^My^DOS
A AC DROGRAPH] CA 1 ABVLA . AuchHenrHonciio
rCKOVATOTJyS TERRARVM OREIS GEOGRAPHI

Aqva
Cartografía Histórica
del Encuentro de Dos
Mundos
jí Cartografía Histórica v
|\del Encuentro de Dos,
Mundos

INSTITUTO NACIONAL DE ESTADISTICA, INS^TUTO GEOGRÁFICO NACIONAL


GEOGRAFIA E INFORMÁTICA.
MÉXICO ESPAÑA
1992
# D- R. 1992 Insiiiuco Nacional de Esudimca, Geografía
(Informática de México.
Av. Héroe de Nacozarí, 2301.
C. R 20290, Aguixalícture, Ags.
México.
© D. R, 1992 Dirección General del Instituto Geogrifico
Nacional de España.
Ministerio de Obro Públicas y Transportes.
General Ibiña de Ibero, 5.
28071 Madrid, España.
Quedó hecho el depósito que marca la ley.
ISBN; 908-892-788-0,
84-7819-044-9.
ÑIPO: 162-92-019-5.
Depósito legal: M-35.912-1992.
impreso en España.
Prinstdin Seam.
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992

Presentaciones
Presentación
del Lic. Carlos Salinas de Gortari
Presidente de México

"W" ~T ¡vimos hoy en la era de la comunicación casi instantánea. También en un mundo de


1 / creciente interrelación económica y de intensos intercambios comerciales y
m/ culturales entre las más diversas naciones de la Tierra. Resulta difícil, en este contexto.

INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992


* imaginar que hace apenas quinientos años muchas regiones desconocían mutuamente
la existencia de otros pueblos y civilizaciones. Estos hechos contribuyen a explicar la importancia de
la tra\rsia colombina del Atlántico, que propició el encuentro de los nmdos europeo y americano;
que abrió los vastos caminos del océano hacia el pleno conocimiento de la geografía terráquea
La imagen de este largo proceso quedó registrada, en buena medida, en la cartografía de la época.
En este libro se recoge esa historia visual que nos ofrecen hs mapas antiguos: los medievales, los
portulanos, las cartas náuticas, los espléndidos atlas flamencos de finales del siglo XVI. que ya
registran una incipiente nueva visión del mundo.
Esta obra, que se preparó conjuntamente por el Instituto Geográfico Nacional de España y por el
Instituto Nacional de Estadística. Geografía e Informática de México, es un claro ejemplo de la
cooperación internacional de buena voluntad.
En el cuerpo de este Atlas se estudia la cartografía de antes y después de Colón. Se ha puesto especial
cuidado en reproducir y analizar los primeros mapas en que se registró el territorio de lo que hoy es
México. Además, como una aportación original, se dedica un capítulo a la cartografía indígena,
hasta hoy tan poco difundida, que elaboraron pintores de códices o tlacuilos de los pueblos nahuas.
mixtéeos y mayas. De este modo, por medio de la obra cartográfica de ambos mundos, se ilustra el
complejo encuentro de nuestras geografías y de nuestras culturas.
España y México han compartido largos tramos de su historia y hoy se esfuerzan, como naciones
soberanas y sociedades abiertas, por intensificar ¡a dinámica de su cooperación en los más diversos
campos.
A la luz de esas ideas responde la obra que presentamos hoy.

j—
Presentación
de S. M. Juan Carlos I
Rey de España
4É&

La cartografía, como representación gráfica del territorio, constituye el mejor exponente de


¡a /ustoria del fiambre sobre la Tierra, de la evolución de sus asentamientos, del
aprovechamiento de los recursos, del progreso de su conocimiento científico y técnicoy sus
afanes por conocer nuestro planeta.
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992

Me parece muy acertado que una obra de esta importancia se edite en este año conmemorativo del
encuentro de los mundos americano y europeo, ilustrando nuestra memoria y los grandes progresos
iniciados entonces por el hombre.
Gracias a la meritoria iniciativa del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática de
México y del Instituto Geográfico Nacional de España, hoy podemos admirar estos magníficos mapas
históricos, incluidos los hasta ahora mal conocidos, pero bellísimos, de épocas precolombinas.
Este Atlas Histórico es un compendio geográfico de la cultura comím que compartimos México,
España y el resto de las naciones de nuestra Comunidad Histórica y rinde homenaje a (odas las
personas que, con imaginación, tenacidad y conocimientos científicos, se esforzaron durante siglos
para ofrecer a sus pueblos la más completa información sobre la Tierra que a lodos nos alberga.
MÉXICO ESPAÑA
J
¡.bCKilAkiim H J JfcNDA V CREPITO PlTiLÍCO MINISTRO DE OBRAS PÚBLICAS \ TRANSPORTA
Dr. Pcdm Aspe Armella Eiono. Sr. D. José Borrcil Fonteile
i'KíilDLNTK [>t'J (SsTm.TO SAOOS'-J Df. LvAl'tnVA SECRETARIO DE ESTiOO ('ARA LAS POLÍTICAS DEL AGUA
íiEíKLKAfL* L IS'FORMA UCA >fj VIEI)H> AMPIENTE
Dr. Carlos M. Jaique Uribe Excmo. Sr. D. Vicente AJbero Silla
D¡R£CrOa GENERAL v>[ '"".F.-TX/Ra(lA DIRECTOR GENERAL DH INSTITITO GEOGRAFICO NACIONAL
Lic. Nésior Duch Gary limo. Sr. D. Ángel Arévalo Bañoso
DIRiCi OR i.iKjRDIN fTM >R Dr CíOCRaRA SlKLURtCIüRÜtNEKAl DE PROCEROS CARTOGRAFICOS
C. Giampiero Beliucci Cisuíuti limo. Sr. D. Ángel Garría San Román
DIRECCIÓN V COORDINACIÓN GENERAL DE LA OBRA
BioL Francisco TaJoJu Takaki Dr. Ing. D. Femando Aranaz del Rio
Director de Cartografía Temática Jefe del Área de Cartografía Temática y Atlas Nacional.

INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992


ÍNEGI. Méxito. ÍGN. España.
IS7LACE Y COORDINACION EN MÉXICO ENLACE Y COORDINACIÓN EN ESPAÑA
íng. Francisco Haoaen Albitcs, Subdirector de Normatividad Lic. Águeda Saúco Escudero, IGN.
y Desarrollo, INEGI.
Lic. libertino Pintoja Cuzmán, Subdirector de Estudios
del Sudo, INEGI
COORDINACION EDITORIAL
Lic. Martín Reyes Vaywade, Director, Comunicación limo. Sr. D. Ángel García San Román, Subdirector Genera]
y Ediciones Tlacuilo. S. A. de C. V. de Procesos Cartográficos, IGN.
INVESTIGACIÓN CARTOGRÁFICA
Juan C. León Martinez Belén Jack Sanz-Cruzado
Víctor M. Riiix Nadal Juan Antonio García Rodríguez
Aarón Villar Guerrero Pilar Sinchez^Drtii Rodríguez
Alvaro Ayala Ibarra Vicente Medina Perez
Alfonso C. Sanz Núñez
REDACCIÓN DE LA OBRA
Martin Rcyw Vgytsade, Michel Amodúw Kolpa,
Francúco González Gómez, Víctor M. Rjjíz NauJal,
Águeda Saúco Escudero, Jorge Tap pan Alayola ít)
El capítulo de Cartografía Indígena fue preparado por la
Dn_ Carmen Aguilera Garda, del Instituto Nacional de An-
tropología e Hiícorúde Mélico.
Agradecimientos

Por iu colaboración v en particular por taher prmnudii uiiliur iui ^ctm:s canr^rificoi > jutnri/ar la reproduc-
ción At mjpn y pílanos iiiifiiulo Je >u¿ lulecduiiB. k- Ca ni ranrroriü de a Lu m guíenla instiiucitmn »
penonu.
f.N Mf.xu.o
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• Archivo General de la Nación.


Leonor Onü Monaitcrio, Directora General
Victoria San Vicente Tello. Directora Je Archiva Hiu<'>ria>Central.
■ Mapolea «Manuel Orozco y Berra*.
Secretaria de Agricultura v Recurso» Hidriulkw.
Vicu.f Hernindei Ortiz, jefe.
* Biblioteca Dt. Euxbio DivaJos Hurtado del Instituto Nacional de Antropología e Historia
Maria I croa I raneo, Directora General del IN'AH.
Biela María Goruilei Cicero, Directora de la Bihlimea.
F.v fcil'ANA
* Archivo de la Corona de Aragón, Barcelona.
María Luz Rodrigue/ Olivara, conservadora.
* Archivo General de India*, Sevilla,
fcuarío l'arra Cala, directora.
Maila Antonia Colomán Alhajar, comervadora.
* Biblioteca Nacional. Madrid.
Alicia Girón Díaz, directora.
Carmen Liter Mayayo. jefe Servicio de Cartografía.
Manuel Sinchei Mariana, jefe Servicio de ManiucritoL
■ Fundación Caía de Alba. Madrid
Jaúi Aguirrc, duque de Alba.
Jomí Manuel Calderón, bibliotecario.
■ Muko de America, Madrid.
Juan Goniilcr Navarrctc, dirwor.
M.' Concqxjón Garda SiU, cuiuervadora jefe Sección Colonial.
* Muk« Marítimo, Barulona.
Ulga López y Miquel. wnwivadura.
* Muro Naval, Madrid.
0. Vicente Ruj-n, director {1).
]uvf I. GoniÜQ-.AIIei Hierro. dircnur.
María l-uiu Martín Merit, invciiigadnra
ttclín Rj"cta Novo, utrncrvaiiora.
* Servido Geográfico del E¡írnio, Madrid.
H^ctcit Saíichu Ceñirá, coronel ¡de.
Angel PaladiniCuailrado. coronel.
Luí» Mjgalkrte» l'cmak cniucn-ador.
tN FR4NUA
• Diblioiícj Nacional, l'aríí,
Monique Pelletia.
BiMioieca ítitme.
Ervsin MJLTKÍ. Ci:«ifi
BibluHra S'xzúulc Calíale, Ftaenói
Caria Guidu-J.: [tc.>rur.li , JiliMniT
BiWioifd Nniuaíle Miidana. Vencen,
(jura Siiran <>j*{urrini. iih-iitivaitvfj.
E_\ Gr.l.s BSLTP-M
• British Libran. Londits-
MithiflJ iloggan
CM. Hklí. Dípjt/ix.'ii i>f Manuicripu.
• British Museum, Loadles
• Natioca? Muidme Museum, Greenwich.
Rnbcn BJd*-.n. «iserver.
Lv U>i ETTWi AMf.R.'.A
♦ The Library oí Coagrcn. Washington. D C
Gary L Fispatri J:. Gcufcraphv and Map Divuinn.

INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992


* Upptala UajvHiictubtbUaick.
Aia Heru: tripón. «¡«nervadura.
r-uniEi EkJ Lir.i . coajenaiiora.
En u Vaticano
* Biblioteca Apostólica Vatican». Gndad ddVuioiio.

ADVERTENCIA
Cofinóuye para nosotros ua bono/ pono hoy en tut nunca au obra Cartegrafo H'mórua dt¡ Encumno de Do Murtdei. realización con-
jiinnjiolidariadclotojguiumcnitnloartDgáfícDidcMixíiX) y Etptia.
Ene cabafo de coü&oi^6n lal y dtacainc La proíesioiula apañóla y maionas no ha estado aento dedifioiludo, asmo son, par
un bdo, la lejinü física. y por otro, d difamu enfoque y pUnteanúento con que Im ¿conuámiaiux histórico! que not ocupan se ven desde
ambo* Wo* del Atlindco.
Ha sido preciso un arduo afume pja compaginar sentimiento» e ideas qje (vidaKCjoenie resultan mis ftcil de intercambiar en un
¡diana común. Pero preósaiDcntf b de ese idioma común, coa na diversas y acepciones, coo sus lógicas vivencias y
desarrollo en Espala y en cada uña de las nuevas oadona del con tima) te descubierto por Colín, ahora káf quinseino» añiu. ha obligado a
una urea complementaria, cual ha sido intentar que el testo escrito diento misma leído por un maicuoqtK leído per un espaAoL
A veces. las palabf». h» opresiones. Us cotutrwrione» graffiaiiala y aun ántigicas le i caigan yexpisnn diuiaummicctt Mexico y en
Espafa. Por dio petümai un margen de compresión al lector ta mniono o español y le sufrimos que piense qie, en raen momentos, al otro
bdo ád Adintiao puede Jnbcr un cspafiol o un mexicano que at¿ ley ado ace libro y que aií sintiendo análogas vrtcnñv
En ¿ tenD se hao tzmpdo palabras de tutano idioma común como min y repoúum, de origen latino, y áíbtrrtuU (in), de origen áía-
be. boy pdakammic fuca de uso.
Oír» como atoé, dvptny} p ¡strmkvnu job alternativa vil ida de anmtni, ditparo tupervívienu, Algunas otras, como dneUnde. geni-
W o rapodar aún perfeaaawiK definidas en d Dicóourio de (a Lengua Española de la Real Academia.
En ese Dkóoiurio encoommc*, coino primen acepciín de«representar o figurar uji objeto en una superficie con las lineas y los
fAnm mnumii-nltt* fVatll 1« milfuXAr. A- rttr AÍÍmiil* ,:«r.pn. ..Bp oMI U realización de tTUpaS y
similares.
AnÜopmaur oainc coa estompa, «cualquier efigie o figura trasladada al papel u oua materia, por medio dd tórculo o prensa, de la W-
aún de meo] ojmdsa en que coi grabada, o de la piedla lítogrffia en que esd dibujada», y etumperia.
La palabra indio se ja milriadn en tamo que aplicase al anopio poblador de Amtío» eiW^ww como «origjiiahodd pals de que se tra-
ía,. Tfmhifri ptrtjrBUtiin se usa fuera de todo centeno rdigúwo como «viaje por tiemu airaftak, y asi ocurre en numeroso* ovo* osos.
Nuoni Idjuacctniin da pin cflo y mucho mii.
índice

Presentaciones por:
# Líe. Carlos Salinas de Gortarí. Preádente ComorudoraJ de las Lado* Unid» Moá-
8
• S. M. Juan Carlos I, Rey de Espato 9
Introducción 15
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992

Cartografía anterior al Descubrimiento 25


• El Nuevo Continente y lia mitos • La autógrafo antigua • la anxtgnSa medieval # U ortografía
musulmana • Las oíos náurias o portulanos • La avances (toacas y la cxploraááo dd Atlánóa) •
La cartografía que precedió al DexubrimicniD
Cartografía dr Descubrimiento 51
# la viaja de Colón # Las primeras teptestaacntts aflogrifias dd Nuevo • Lot Jacú-
brimioum hispano-lusitanos ai la cartografía halíama t Affi&ica eo la anogoJk italiana • La primerea
mapas de M£xiu>
Cartografía Indígena 99
# Introducción # Mesoamérúa y el irte je la autepsfia l la lcüiíjovííími mesoaaKócaaa y la «kna-
dón de los mapas • Estriña de los primeras cronistas • Elcmenam caítc^rtíkas en los códices • Muera
y cordilleras * Orna wptaimm y aminas • Cuapn ¿e agua • Planos • Mapas y piaou dd período
colonial • Tro mapas de tutu de pncgiásadón • Mapas dd Valle y la úuikd de Mfcifco • Ma^as
circulares # Planos • Condusionei
Cartografía local y regional de u Nueva España 135
• Poblados y Juntdicdono # Lindo» y propiedad de la riera • Retinar» yogrífias • CartopaJu
novohúpana e Dudado y ngions en la arregafia Europea
Cartografía de la Mar del Sun 167
# Las amolle de Milico • Los ioiuruim de la Eqwüeria # Lai apfcnoones par Caifomá ■
Mapas y mitos eo la orografía del lirooü Pacífico
La cartografía del Nuevo Mundo: Una ucapitulación 195
• Cartografía poroiguoa • Francia e Ingluan m d Septentrión # Los narros ¿¿loa • U» dorunios
españoles en los mapas holandeses
Fuente consultadas 213
Indo Onomástico 216
Introducción

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Los mapas tan los ojos de la historia.
Paráfrasis de Ahrahan Ortclius

uando en b madrugada La llegada de Colón a la isla Guanahaní, re-


de! 12 de octubre de bautizada entonces como San Salvador, perte-
1492, a la luz de la luna, neciente al archipiélago de las Bahamas (antes
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992

Rodrigo de Triana. vigía llamado de las Lucayas), significó, en muchos


de La Pinta, divisó la es- sentidos, un gran salto para la humanidad. El
leía blanca del oleaje volumen y la forma de nuestra morada planeta-
rompiendo en la playa de ria al fin se iban a conocer; las diversas culturas
aquella isla y distinguió su silueta oscura, se di- y sociedades humanas, antes dispersas como
ce que —al tiempo que proferia d anhelado hormigueros aislados en un gran jardín, entra-
grito de «¡Tierra! ¡Tierral— se consumaba el rían en contacto y, también, en choque; se ace-
descubrimiento de América, d acontecimiento leró la hegemonía accidental, la europeización
histórico que quizá más repercusiones ha teni- del orbe, la astronomía y la geografía; se expan-
do para la humanidad cniera. dió el catolicismo y la lengua castellana, la es-
INTRODUCCION

davitud negra y d mestizaje americano. En fin,


son múltiples los fenómenos históricos y cientí-
ficos que se vinculan, incuestionablemente, al
arribo de las carabelas colombinas a las Antillas
Mayores. Como sea que se le quiera llamar a
este acontecimiento —descubrimiento, en-
cuentro o invención de América—, sus conse-
cuencias lucron enormes.
Aunque, en verdad, lo que sucedió a las dos
de la mañana de aquel día fije sólo el principio
del llamado •descubrimiento de America». Lo
trascendente era que se habla logrado la trave-
sía del océano Atlántico, se habla trazado la ru-
ta de ida y vuelta de España a las Antillas, vía
las Canarias, y ello aceleró la era de las grandes
exploraciones oceánicas. Pero América tardaría
mis de tres siglos en ser verdaderamente descu-
bierta y explorada en su integridad geográfica,

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pues todavía a finales del siglo XVIII las expedi-
ciones de Malaspina en 1791, de Caamaño en
1792 y de Dionisio Alcalá Galiano y Cayetano
Váida ese mismo año permitieron terminar de
conocer la extensa costa septentrional del Paci-
fico americano y descartar para siempre el mito
del estrecho de Anián, de un pasaje marino in-
teroceánico. Hasta entonces no se acabó de
descubrir el perfil costero del continente ameri-
En cuanto a su territorio, todavía a media-
dos del siglo XIX existían regiones no explora-
tías en el noroeste de Canadá y Estados Uni- gleses, franceses, holandeses, alemanes y hasta cxictdmi
MlU< Nínlcotos- Oleo lobrr ida.
dos, en la Amazonia y en varias regiones de tusos, así como algunas famosas individual da- " ^
Suramérica. Incluso ciudades prehispánicas tan des de origen italiano, entre las que se encuen-
importantes como Machu Pichu (rieron descu- tran el propio Colón, Vespucio, los Caboto y
biertas en pleno siglo XX (1912), así como Bo- Vcnazzano.
nampak en la selva lacandona (hasta mayo de El registro más directo y objetivo de esta
1946), siendo sitios arqueológicos de superfi- larga aventura nos la ofrece la cartografía histó-
cie, o sea, no fruto de excavaciones, sino con rica, o sea. los viejos mapas en donde se fueron
grandes estructuras a la vista, pero en regiones plasmando los nuevos conocimientos geográfi-
inexploradas por el llamado mundo civilizado. cos. Para seguir la huella de cientos de expedi-
El verdadero descubrimiento de América ciones que consumaron el pleno descubrimien-
entonces no pudo ser resultado de un momen- to de América se recurre comúnmente al texto
to, de un solo acto o de una determinada expe- de los cronistas, a los diarios de navegación, a
dición. EJ 12 de octubre de 1492 marca apenas los relatos de viajeros y a otras fuentes docu-
el inicio de un largo proceso de explorado ría mentales. Pero lo que permitía realmente con-
geográficas, conquista y colonización, que se sagrar cualquier descubrimiento geográfico era
prolonga por siglos en todo el vasto territorio registrarlo en los mapas. Tanto era asi que, co-
del nuevo continente y en d cual participan, mo es bien sabido, el nombre mismo de Amé-
primero y destacadamente, los navegantes espa- rica surgió de un bautismo cartográfico consu-
ñoles y portugueses, pero luego también los in- mado en el mapa de WaJdsecmüIlcr, de 1507,
CastockaHa Hktúiuca Da Encuentko de Dos Mundos

o cartas marinas a los planisferios y mapamun-


que tuyo amplia difusión en Italia, Francia,
dis. de los mapas manuscritos a ios grabados,
Alemania y los Palies Bajos, y aunque en Espa-
primero en madera y luego en planchas de co-
ña se siguió llamando al nuevo ennríneme con
bre, en forma paralela al desarrollo de la recién
la también equivoca expresión de «las Indias» y
inventada imprenta. La cartografía quedó vin-
pese a las protestas de fray Bartolomé de las
culada estrechamente al desarrollo de la astro-
Casas por la injusticia que tal nombre encerra-
nomía y a los sistemas de medición de longitud
ba contra Colón, quedó para siempre denomi-
nado América. y latitud geográficas, a través de sus propios sis-
temas de proyección gráfica de los grados, pa-
En la cruda] decimosexta centuria se produ-
ralelos y meridianos que daban medida al orbe.
jo, a consecuencia de todo lo anterior, un gran
auge y desarrollo de la cartografía. Se trascen-
El sistema de proyección de Mercator lo con-
dieron las concepciones geográficas medievales;
virtió no sólo en el más importante cartógrafo
de su siglo —título que le puede disputar Or-
se recuperó primero y se superó después la obra
del gran Ptolomeo; la elaboración de mapas y
tclius—. sino también en el padre indiscutible
UMl fJTTÜtOMl Vi US CASAS. Ofc» sela convirtieron
fabricación de instrumentos de navegación
de la cartografía moderna.
en una importante industria ai-
La elaboración de mapas se convierte tanto
lobrc id». BiblaMca Cokmbmz. Scri-
teunal. Se evolucionó de los viejos portulanos
en una ciencia como en una de las artes aplica-
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992

das mis importantes del Renacimiento, vincu-


lada al auge de la estampa y a las escuelas de
grabado mis destacadas de la época. En los me-
jores mapas se pueden reconocer Jos estilos gó-
ftsms tico, renacentista, barroco y neoclásico, que su-
cesivamente predominaron en la arquitectura y
las artes plásticas. Leonardo da Vinci, Durero,
Holbein y otros grandes maestros se involucra-
ron en algún momento en la elaboración y de-
coración de mapas. Por su técnica y su estilo
gráfico, la cartografía desarrolló sus propias es-
cudas y tendencias: la mallorquína, la italiana,
la flamenca, la francesa, etc., y sus grandes
maestros, de Agnese y Gastaldi a Ortelius, de
Mrrcator y Hondius a la familia Blacu, de San-
son d'Abbeville a la familia De l isie.
Pero los mapas también se convirtieron en
instrumentos de poder, en una época marcada
por la pugna entre las casas gobernantes de las
monarquías absolutas, las guerras religiosas y
las disputas por el dominio de los mares, de las
rutas comerciales y los nuevos territorios. Cada
descubrimiento geográfico se volvió secreto de
Estado, la elaboración de mapas se sometía a rí-
gidos controles y supervisión cotidiana, como
sucedió en España a través de la Casa de Con-
tratación de Sevilla. Los monarcas se disputa-
ban d talento de los mejoro cosmógrafos, ge-
neralmentc portugueses o italianos; se ejerda el
espionaje cartográfico y las «-cartas de marear*
eran uno de los mis codidados bolines de los
piratas y corsarios en sus correrlas por los mares
Lnthoduooon

Es quizá por este celo, esta excesiva defensa


del secreto geográfico, por lo que existen mu-
chas lagunas en la historia de la cartografía,
muchos mapas importantes de los que se tie-
nen referencias ciertas pero que nunca se han
encontrado: empezando por los del propio
Cristóbal Colón, pues no hay precisión, sólo
vagas suposiciones, sobre los que utilizó en sus
viajes ni sobre los que él mismo pudo trazar de
las nuevas tierras, a no ser por un pequeño
apunte parcial del litoral norte de la Española
(Haití) que se le atribuye. De igual manera 110
se ha encontrado ninguno de Américo Vespu-
cio, aunque menciona varios en sus canas y
era reconocido experto en este arte, hasta tal
punto que fue el primer Piloto Mayor nom-
brado con dicho título por el rey Fernando de

INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992


Aragón.
Tampoco se ha encontrado —y esto es lo
más increíble— ningún ejemplar del llamado
«Padrón Real», o sea, el gran Mapamundi ofi-
cial que mantenían a buen recaudo, permanen-
temente en proceso de actualización, el Piloto y
el Cosmógrafo mayores de la Casa de Contra-
tación de Sevilla, quienes recibían la informa- tonces, por lo que su estudio aún sigue siendo U SAXTA MARI*. Reproducción a a-
ción de los pilotos de todas naves y expedicio- una. apasionante aventura. ak. Muico Marítimo de Bi/cdoru.
nes españolas por el mundo. Se tienen Al conmemorar el Quinto Centenario del
registros, actas, decretos reales y una extensa Encuentro de Dos Mundos, el Instituto Nacio-
documentación, casi semanal, de las activida- nal de Estadística, Geografía e Informática de
des de la Casa de Contratación y muchas refe- México, a través de su Dirección General de
rencias respecto a dicho Padrón Real', pero ab- Geografía, y el Instituto Geográfico Nacional
surdamente. en medio de iodo ese papeleo de España, han decidido sumar fuerzas para
burocrático, jamás se pudo conocer uno sólo preparar y publicar este libro de cartografía his-
de los mapas. Hoy en día a lo sumo se puede tórica, que reproduce y analiza algunos de los
suponer que tal o cual mapa refleja lo que cm principales mapa* vinculados al llamado •des-
el Padrón Real, por ser obra de alguno de los cubrimiento de América*, que se encuentra en
cartógrafos mayores al servicio de la Casa de las mapotecas y archivos de ambos continentes.
Contratación, corno Ribeiro o los Chaves, ma- Cabe aclarar, un embargo, que al empren-
pas que llegaron al acervo del Vaticano o a ma- der esta empresa editorial fue necesario tener
nos de cónsules y príncipes de otros reinos y en cuenta qué otros proyectos similares estaban
que se conservan ahora en las bibliotecas de en marcha o se habían ya realizado cu otros
esos países. paisa. Y, en cfcao, son ya varias los libros de
No cabe duda, entonces, de que los viejos cartografía histórica que se han publicado con
mapas de la ¿poca de los descubrimientos, ade- motivo de los 500 años del viaje de Colón,5 y '1 Pulido, I9SS.
más de su alto valor artístico, de su aporte a la entre ellos destacad de Kenneth Nebcnzhal . NihcruhiL AtUi if Ctbimha ¿nd
tht Gnat Diuorrrm. 1990. Publicado
ciencia geográfica y al mejor conocimiento de Por su parte, la Organización de los Estados en el tmimo ifio también en Inglaterra
nuestro mundo, encierran también muchos de Americanos y el Instituto Panamericano de por Timo Boolu Lid. de landre y en
España por Editorial Magisterio Espa-
los misterios de la historia y algunos de los se- Geografía e Historia, desde 1982 establecieron ñol. S. A., de Madrid, con el tirulo:
cretos mejor guardados, fruto de las navegacio- un Grupo de Trabajo de Cartografía Histórica AtUi it Celia y let GrvUn Drm-
bnmiftuu. Existe también una «lición
nes oceánicas de las potencias coloniales de en- que se propone «confeccionar v publicar un
Oj rocMfw HstOwca do. Encuentro dé Dos Munuos

que es hoy México y antes fue la Nueva Espa-


ña, que abarcó gran parte de la América sep-
tentrional.
De esta manera, tras repasar brevemente d
desarrollo de la cartografía europea anterior a
Colón y los primeros ya clásicos mapas que re-
gistraron los resultados de las navegaciones ini-
ciales a América, el libro se adentra en el análi-
sis de la cartografía que fue revelando d perfil
geográfico de México, los primeros mapas de
las costas y el territorio cuya exploración se ini-
ció oficialmente con el viaje de Hernández de
Córdoba en 1517. Sin embargo, surge aquí el
misterio y la polémica cartográfica en virtud de
que en varios mapas de la primera década del
siglo XVI, anteriores a las expediciones oficial-
mente registradas, aparece ya trazado d golfo
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992

de México (Caverio, 1504-1505; Waldscemti-


llcr, 1507) y se aprecian también las penínsulas
de Yucatán y La Florida (esta última figura ya
en el mapa de Camino de 1502). ¿Cómo es
posible si aún no hablan sido exploradas estas
regiones? ¿Quién navegó antes las aguas del
golfo? ¿Quién verdaderamente «descubrió» lo
que hoy es México?
En este capítulo se analiza también la pri-
mera cartografía de Yucatán, que la representa-
ba como isla, error que ddinitivamentc se co-
rrigió en la segunda mitad del siglo XVI.
Se incluye un capítulo especial respecto a la
cartografía indígena mesoamcricana, tema de
grandísima importancia pero muy poco estu-
diado todavía, conforme a la tendencia de sub-
valorar las aportaciones autóctonas americanas.
Hoy tenemos claro, gracias al estudio de las
MAM m LOS ISJCUBIUM1INT0S DÍGO- a das his nil ico de iodo el entínenle americano pictografías o códices mayas, nahuas y mixté-
UW. 1493. Autor docoaocidú. Giba- desde su descubrimiento hasta d año 1850* en eos, que existía una gran tradición de elabora-
do en madera tubft pjpd
siete volúmenes, de los cuaja apareció el pri- ción de mapas entre los pueblos de Mcsoaméri
mero en 1989, editado en México, con d titu- a, como lo testimonian diversos cronistas y lo
lo: Precedentes Carwgrdfim del Dacubrmtmte demuestra la abundancia de planos y mapas
de América. hechos por manos indígenas en los anos poste-
A la vista de estos yotroj libros similares', d riores a la conquista.
ÍNEGI de México y d 1GN de España, que- Se desprende de ello que también en el te-
riendo hacer una contribución novedosa en la rreno de la cartografía se produjo un encuentro
materia, decidieron orientar cite atlas histórico de dos mundos y que mostrar sólo los mapas
' Cabe mencionar tambiAi J. Brian conmemorativo
ceso
dd Quinto Centenario al pro-
más amplio dd descubrimiento de Améri-
de manufactura y estilo europeos, como co-
Harley, Míj» anJ tht Columbian múnmente se hace en los libros sobre cartogra-
Enteur.lm. 1990. Gula ilimink de la ca, dd que hemos habkdo antes, y derivar la fía de América, ha sido otra más de las unilaic-
apoüóón viajen del miaño titulo pa- recopilación cartográfica, concretamente, al
trocinada por The National Endow- ralidades c injusticias de la cultura occidental
ment lor the Human hies. proceso de descubrimiento del territorio de lo que debe empezar a corregirse, sobre todo aho-
Imhodccoon

ra que se conmemora el Quinto Centenario. Y en sus manos y describe dos mapas indígenas
aunque la tarea es difícil, dada la destrucción importantes, uno que aparentemente contenía
de códices que consumaron los conquistadores, rodo el centro de México hasta la costa del gol-
en alguna medida se puede intentar descubrir fo y otro de Tenochtitlán y*las lagunas que la
mucho del lenguaje y estilo de la cartografía in- rodeaban.
dígena prehispánica estudiando los códices que La conclusión es obvia: seguramente la in-
perduraron y sobre todo las pictografías, mapas formación contenida en estos mapas indígenas
y planos que los pueblos indígenas siguieron fue aprovechada para trazar a su vez los prime-
produciendo en la época colonial, especialmen- ros mapas, al estilo europeo, de lo que hoy es
te para servir como elementos de prueba en los México; en particular se detecta su influencia
litigios sobre tierras. en el plano de Tenochtitlán y en el primer im-
Otro problema, aún más difícil de dilucidar, preso del litoral del golfo de México, que apa-
será definir cuál fue la aportación de esta carto- recieron en la edición de 1524. hecha en Nu-
grafía indígena al mejor conocimiento geográ- remberg, de la segunda carta de relación de
fico de los propios europeos. Hernán Cortés y
Bernal Díaz del Castillo reconocen que utiliza- Hemos seguido hasta aquí, en el capitulado
ron los mapas indígenas para orientar sus expe- del libro que ofrecemos al lector, el proceso his-

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diciones a las zonas productoras de oro en el tórico cartográfico del descubrimiento del per-
hoy estado mexicano de Guerrero y a las Hi- fil oriental de la Nueva España, o sea. de la
bueras. así como que conocieron un mapa mc- configuración de sus litorales y de la forma ge-
xica de todo el litoral del golfo de México gra- neral de su territorio. Mucho más lento aún. CAimruciONK DI santa H_ MJ-
cias al cual ■descubrieron» la cuenca del rio naturalmente, fue el proceso de registro en ma- niuaita onguuL Archivo de la Camiu
Coatzacoalcos. Pedro Mártir de Anglería tuvo pas de sus regiones tierra adentra, el desarrollo di Angón. (Lucclaru. HipaAi.
Cut kjc turn Hjstowca oa Encuentro de Dos Munuc»

de ui» cartografía detallada del interior de la les puertos, hasta la edición de 1579 del gran
Nueva Eípam, de sus divisiones territoriales, arlas de Abraham Onclius Thaurum Orbis Te-
su* accidentes geográficos, sus cordilleras, ríos y rrarum, que contiene dos mapas con amplia to-
lagos, sus poblaciones principales, con la co- ponimia y detalle de regiones novohispanas:
rrespondiente toponimia. En el mano capitu- uno con el título de Hispaniae Novae Sivae
lo, por lo tanto, se analiza el desarrollo de esta Magnae, Recens el Vera Descriptio, que abarca
cartografía local y regional en el primer siglo de todo el centro de México, Michoacán y la Nue-
la Colonia, cuyo mayor estímulo se derivó de va Galicia, y otro titulado Culiacanae, Americae
los frecuentes litigios sobre linderos y usufructo Regtonis Descriptio, que comprende una buena
de tierras enrre los señoríos indígenas y Jos en- porción del noroeste actual de México, o sea,
comenderos. así como por d interés de la Co- de los estados de Nayarit, Sinaloa y Sonora, en
rona española en conocer ios recursos humanos el cual Ortelius comete el increíble y curioso
y naturales con que contaba el virreinato, lo error de nombrar como «Tropicus Capricorni»
que dio lugar a las importantísimas Relaciona el que es de Cáncer. De cualquier modo, como
Geográficas elaboradas en el último tercio del lo señala Henry Wagner, éstos son «los prime-
siglo XVI, fuente inagotable de la cartografía ros publicados que tienen siquiera la apariencia
• Taper. L 71-72, II. 228. novohispana. de ser verdaderos mapas del interior de la Nue-
va España»4.
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• Oitc 1962.98-115. En Europa, los cartógrafos registraban muy


u mTK í ooli M» po™5 dcmcniDS del inleríor de la Nueva Espa- En la edición de 1584 del Theatnim, Orte-
¡a> Mitiumo Ac Baicdoru. Esfaiu. ña. más allá de la gran capital y de los principa- lius añadió otros dos mapas de regiones no-
vohispanas: uno de La Florida, firmado por
Hicron Chiavcs (Gerónimo de Chaves, Cos-
mógrafo Mayor de la Casa de Contratación de
Sevilla de 1553 a 1568), que abarca dicha pe-
nínsula y toda la costa del golfo hasta el río de
las Palmas (hoy Soto la Marina, Tamaulipas);
otro titulado Guasiecan Reg. de toda la región
del Pánuco, desde el río de las Palmas hasta el
norte de lo que hoy es el estado de Veracruz.
Durante más de medio siglo éstos fueron los
mejores mapas de la Nueva España que se co-
nocieron en Europa, gracias a las sucesivas ree-
diciones del Theatrum y a las ediciones de otros
cartógrafos que simplemente los copiaban o
plagiaban; sobre todo el mapa de Hispaniae
Novae de Onclius fue muy reproducido, con
simples cambios en la cartela o en la decora-
ción, como en los atlas de Theodore De Bry
(1595). Mathias Quad (1600) y en las sucesi-
vas ediciones del Mercator-Hondius de 1606 a
1636».
Para continuar examinando el proceso del
descubrimiento cartográfico de México, se de-
dica un capítulo a los primeros mapas que tra-
zaron las costas del Pacífico o de la Mar del
Sur, desde Centroamérica hasta más allá del
Cabo Mendocino, pues todo ello fue el vasto
territorio de la Nueva España. En las enormi-
dades del septentrión americano se reanimaron
la imaginación, las fantasías y los mitos de los
Introducción

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TESTAMENTO I» CUSTOM OMÍW-
Minuicnio origiiuL Archivo Cenen]
de Indiu. Sevil a, tipiAí

exploradores y misioneros españoles: las siete A finales de ese agitado siglo XVI ya se había
ciudades de oro, las míticas Cíbola y Quivira. trazado en los mapas el perfil de lo que hoy es
los reinos de las. amazonas, el estrecho de Anián México; las penínsulas de Yucatán y Baja Cali-
o de Fuca, la California de las Sergas de Espían- fornia aparecían como talcs. Sin embargo, a
dián..., grandes mitos que dieron impulso a na- principios del siglo siguiente, los cartógrafos
vegantes y caminantes en una búsqueda frené- holandeses e ingleses empezaron a dibujar la
tica de riquezas o gloria que las más de las veces Baja California como una enorme isla, mal in-
terminaba en desastre o decepción, miios que formados por piratas y corsarios, que a su vez
también se expresaron en la cartografía. El lar- recogieron esta falsa noción de las noticias pro-
go litoral de la Alta California fue, para aque- paladas por fray Antonio de la Ascensión, fer-
llos primeros exploradores, una región hostil, a viente creyente de los mitos sobre el estrecho
pesar de que hoy es, irónicamente, una de las de Anián. Esta comedia de equivocaciones se
más ricas y prósperas de la Tierra. arraigó de ral manera gracias también a que va-
Caitt)g*afu Hivrruucn tjQ E.vi.ijlntko us Dtis Munixjs

rim iir los irormi:n r\pañolcs (como Torque- En el último capitulo de este libro se hace cl
mada v VctancunJ dieron ecu a b supuesta in- balance de la visión cartográfica sobre la Nueva
suLtiiLd de Hjjj Ciiifornia, que aún hasta España que se tenia al finalizar el siglo XM, lo
mediados del sida will « produjeron mapas cual revela cl verdadero grado de descubrimien-
won rue rrtur. Ijs oploracioncs v los mapas to de la America septentrional que se había al-
del padre t'u*ct>io Kino a principios de aquella canzado después de una centuria del primer
ccniuua restablecieron la certeza de que se tra- viaje colombino. Se analizan los aportes esen-
taba de una peninsula; sin embargo el asunto ciales de la cartografía española y portuguesa,
sjguio suscitando polémicos en Europa, hasta cl aprovechados y difundidos luego por los cartó-
purro que. tras las exploraciones de otro jesuí- grafos mallorquines emigrados a Mesina, como
ta. =1 padre I.oiisjj;. remando VI se sintió los Oliva y Joan Martines, a los que siguió ta
iomptíulo : expedir una Real (Cédula en I "4^ obra del prolífko Agnesc y de otros muchos en
que declaraba caictóricjmcnic que California halia y de Sebastián Münster en Basilca o Lr>-
riu rm una isla U amuralla sobre la Amena vaina, hasta llegar a la culminante cartografía
septentrional v lo que hoy es México se libró al holandesa, epítome del siglo que vio nacer In
fui Je este grotesco error que >c repitió en cien- verdadera geografía mundial.
tos de mapas pot mas de nn siglo.
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