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publicación psicoanalítica

diciembre de 2004

precio del ejemplar $ 5

año 9

31
ENCUADRE
PSICOANALÍTICO ALBERTO LOSCHI
El objeto del encuadre. Vivencia de
dolor y experiencia de satisfacción.

ADRIANA SORRENTINI
Encuadre psicoanalítico ¿por qué?
Su fundamento teórico.

FIDIAS CESIO
Encuadre de la sesión psicoanalítica.
Asociación libre y abstinencia.

LILIANA DENICOLA
Reflexiones sobre la práctica:
el encuadre.

CARLOS ISOD
De la forma.
El rito psicoanalítico.

CARLOS E. BARREDO
Encuadre: lo institucional,
lo instituyente.

LAURA PUGNALI
Encuadre: bases para un
encuentro psicoanalítico.

“Las condiciones de posibilidad de la experiencia en general son a la vez las condiciones


de posibilidad de los objetos de esa experiencia.” Emmanuel Kant
N° 31 SUMARIO

Sumario
El objeto del encuadre. Vivencia de dolor
y experiencia de satisfacción.
Alberto Loschi 3

PUBLICACIÓN PSICOANALÍTICA CUATRIMESTRAL Encuadre psicoanalítico ¿por qué?

31
Su fundamento teórico.
Editorial “La Peste” S.R.L. Adriana Sorrentini 9
Loreto 1520 - 1º “B”
(1426 ) Ciudad de Buenos Aires Encuadre de la sesión psicoanalítica.
Tel / fax: 4833-6114 Asociación libre y abstinencia.
e-mail: lapeste@fibertel.com.ar Fidias Cesio 17

Reflexiones sobre la práctica: el encuadre.


Editores
Liliana Denicola 21
Fidias Cesio
Mario Cóccaro De la forma. El rito psicoanalítico.
Liliana Denicola Carlos Isod 27
Carlos Isod
Alberto Loschi Encuadre: lo institucional, lo instituyente.
Carlos E. Barredo 40
Adriana Sorrentini

Encuadre: Bases para un


Coordinación General encuentro psicoanalítico.
Mario Cóccaro Laura Pugnali 44

Ilustración de tapa
Mariana Di Nardo de Faillace

Diseño Gráfico
Andrés Mendilaharzu
Secciones
Editorial 2
Impresión
El Taller
Mesa Redonda “La sombra del objeto” 36

Las responsabilidades que pudieran


derivarse de los artículos firmados
corren por cuenta de sus autores.
La reproducción total o parcial de un
Tema del próximo número
artículo está permitida con la autorización
escrita de la Dirección de La Peste y
Necesidad y deseo
mencionando la fuente. Registro Nacional
de la Propiedad Intelectual en trámite.
2 DICIEMBRE DE 2004 N°31

 EDITORIAL 

N o deja de provocar cierto estu-


por recorrer el listado de los his-
toriales paradigmáticos del psi-
coanálisis y ver que, en su mayoría, no
son precisamente éxitos terapéuticos.
ciente para dar figurabilidad a nuestros
hallazgos, poniéndose el acento en que
“es perder el tiempo; lo importante es
revisar nuestro comportamiento, ‘po-
nerse las pilas’ y producir las correccio-
Así desfilan Dora, El Hombre de los Lo- nes necesarias para ser exitosos”.
bos, Un Caso de Homosexualidad Fe-
menina; hasta los logros en el análisis de Llegamos a la conclusión de que tan
Elizabeth von R. son relativizados en diversos argumentos tienen una fuente
Análisis Terminable e Interminable. El común en aquello que nunca explicitan:
del Hombre de las Ratas podría ser con- el lugar que tiene, en nuestro quehacer,
siderado exitoso, pero no falta el doloro- el vínculo personal con nuestros pacien-
so comentario final acerca de que la gue- tes. No es ajeno a ello el hecho de que
rra se ocupó de malograr los efectos nuestra hipótesis clínica fundamental
benéficos del tratamiento. Uno se pre- destaca la existencia de procesos transfe-
gunta qué clase de marketing usaba renciales y contratransferenciales, y que
Freud que, en lugar de ‘vender’ sus éxi- éstos deban ser esclarecidos para dar lu-
tos exhibía, no digamos sus fracasos, pe- gar a la superación de los síntomas.
ro sí sus dificultades. Nos parece encon-
trar en ello un mensaje implícito: que el En una cultura que desprecia los vín-
trabajo psicoanalítico debe ser evaluado culos personales, en los que la anónima
por su coherencia, no por su “éxito”. Es- cajera del supermercado ha reemplaza-
ta reflexión viene a cuento por las perió- do al almacenero, los gimnasios a los
dicas “campañas” que intentan menos- clubes y a las sociedades de fomento,
cabar nuestro método terapéutico, los sistemas de medicina prepaga –con
incitadas por colegas que desarrollan su interminable catálogo de profesio-
otras modalidades terapéuticas y publi- nales por especialidad– al médico de
citadas ampliamente por los medios. cabecera y hasta las guarderías al cui-
dado materno, el psicoanálisis sigue
A diferencia de otros tiempos, en los ofreciendo un espacio para que dos se-
cuales la denostación corría por los ca- res humanos se encuentren con el obje-
rriles de herejía e inmoralidad que caían to de investigar y profundizar el víncu-
sobre la teoría y la práctica psicoanalíti- lo establecido entre ambos.
ca en tanto ponen el acento sobre el ori-
gen sexual de los síntomas psiconeuró- El tema elegido por La Peste de Tebas
ticos, las acusaciones siguen ahora las para este número es el de encuadre. Los
vías de los valores predominantes en artículos girarán, seguramente, sobre
nuestra época: eficiencia, economía de las reglas de juego que regulan la rela-
tiempo y dinero, y algo difícil de enun- ción analista-paciente. Esperamos que
ciar conceptualmente que tiene que ver en sus páginas podamos encontrar chis-
con “lo que la gente busca”. Hemos pa- pazos de ese clima particular que carac-
sado de ser pecadores a ser anacrónicos. teriza las sesiones psicoanalíticas, tan
También es criticado el hecho de que a difícil de transmitir.
veces recurramos a la historia del pa- Comité Editor
ALBERTO LOSCHI EL OBJETO DEL ENCUADRE 3

El objeto del encuadre


Encuadre y realidad - vivencia de
dolor y experiencia de satisfacción
ALBERTO LOSCHI*

E l psicoanálisis presenta
hallazgos notables pero
los mismos, a diferencia
de lo que ocurre en las discipli-
nas científicas, son volátiles,
EL OBJETO DEL CUAL
NOS OCUPAREMOS
SÓLO ES HALLADO EN EL
PSICOANÁLISIS Y, MÁS
¿qué es el objeto? La respuesta
a esta pregunta la encontramos
en la experiencia y en el marco
del encuadre. De ahí el interés
de reflexionar sobre éste.
tienden rápidamente a borrar-
se, opacarse. Forma parte de su ESPECÍFICAMENTE, EN Habida cuenta de las muchas
idiosincrasia el requerir ser ha- EL ‘LABORATORIO’ DE cosas que se han dicho y escrito
llados cada vez y eso ocurre en sobre el encuadre queremos hoy
ESTA DISCIPLINA, QUE
el espacio-tiempo de la sesión considerarlo desde un vértice
psicoanalítica. ES EL ENCUADRE. particular para poner de realce
su función. Para ello nos valdre-
Un ejemplo de esto es ‘el objeto’. mos de una analogía que facilite el hacer
El objeto del cual nos ocuparemos sólo es ‘más visible’ el objeto de nuestro comentario.
hallado en el psicoanálisis y, más específica-
mente, en ‘el laboratorio’ de esta disciplina Si lo pensamos en el sentido fotográfico,
que es el encuadre. Así como los neutrinos el encuadre es lo que enmarca una imagen
sólo se hallan en laboratorios ultra especiali- y pone en foco un detalle, un elemento de la
zados y en el marco de la física, este objeto misma. Con esta operación el cuadro que
sólo se halla en el encuadre y en el marco del así se logra queda separado de la realidad.
psicoanálisis. Si esto es realizado con arte el efecto es que
Tal limitación no le quita un ápice de valor la realidad queda suspendida para dar lu-
al hallazgo. Nadie duda del valor de los gar a algo que impresiona y actúa en quién
neutrinos aunque jamás hayamos visto uno lo observa por otra cualidad que ya no co-
y esto es así porque su venir a la existencia rresponde a la realidad y que hasta puede
en el seno de la física está preñado de conse- resultar más real que la realidad. El encua-
cuencias. Lo mismo ocurre con el objeto en dre así entendido logra plasmar algo que no
psicoanálisis. Pero, a diferencia del neutri- es visible en la realidad y que suscita la pre-
no, este objeto se volatiliza tan pronto que- gunta ¿dónde está eso? ¿en la realidad? ¿en
remos hablar de él. Es un objeto esquivo, la foto? ¿en el que la observa? Por otro lado
celoso, que sólo se muestra en la intimidad ¿en qué consiste ‘eso’? Es evidente que re-
del encuadre, en condiciones especiales y en sulta inútil tratar de responder; tales pre-
ausencia de testigos. Cuando luego quere- guntas sólo valen para aludir a ‘eso’, que si
mos comunicar esta experien- bien es inaprensible, se destaca
cia el concepto se desliza hacia AL SUSPENDER LA por sus efectos: las vivencias
versiones más triviales que re- que despierta y, sobre todo, la
ducen su dimensión: ¿es el ob- LUZ DE LA REALIDAD cualidad de ser algo que ‘da
jeto real externo? ¿el de la fan- ‘ESO’ MUESTRA que hablar’. Es algo que sin ser
tasía? ¿el de la identificación? SU PROPIA LUZ. realidad crea realidad.
¿el perdido? ¿un fantasma? Concluimos así que ese efecto

* fax (054) (011) 4784-7611 / e-mail aloschi@fibertel.com.ar


4 DICIEMBRE DE 2004 N°31

no sólo no depende de su pare- riar, pero en condiciones stan-


cido con la realidad sino que es EN LA PERSONA DEL dard nos procuramos en lo po-
un requisito para que tenga lu- ANALISTA, ASÍ sible un ambiente libre de los
gar desprenderlo de la misma y estímulos que llamamos de la
sólo entonces, si la operación ha
CONSIDERADA, SE realidad. En ese encuadre tiene
sido bien lograda, tiene fuerza PRESENTA ‘EL OBJETO’. lugar el sueño.
de convicción y actúa. Al sus-
pender la luz de la realidad ‘eso’ muestra su Del mismo modo el encuadre en psicoaná-
propia luz. lisis enmarca y crea un espacio-tiempo que
se recorta del de la realidad. La frecuencia,
Si nos trasladamos a un ámbito vecino a la duración y regularidad de las sesiones no
fotografía, el cine, este efecto es aún más no- depende sólo de la necesidad del paciente
table. Se trata de la proyección sobre una y/o del analista sino de ese espacio-tiempo
pantalla plana, bidimensional en una atmós- particular; es una necesidad del encuadre.
fera oscura que apaga la realidad. En ese Se ha señalado, pero no está de más recor-
fondo de oscuridad se recorta un marco, la darlo, que la posición del paciente recostado
pantalla, en el que se enciende una danza de en el diván, inhibido el polo motor, suspen-
imágenes virtuales. Del otro lado está el es- didos los estímulos externos, sobre todo vi-
pectador, pero ¿no resulta reducido llamarlo suales, remeda la situación del dormir. Y así
espectador? Espectador da la imagen de al- como durante el dormir no todo el psiquis-
guien sentado en su butaca, pasivo, en una mo duerme, del mismo modo, en la sesión
sala oscura. Todo eso corresponde a la reali- psicoanalítica, los estímulos inconscientes
dad. Pero el que ve y asiste a una película no sólo se mantienen activos, sino que se
¿está sentado en una butaca? ¿pasivo en una presentan con mayor nitidez al apagarse la
sala oscura, rodeado de otros en la misma si- luz de la realidad cotidiana. Y se presentan,
tuación que él? ¿dónde estamos mientras ve- concentrados, en la persona del analista.
mos la película? ¿en la butaca? ¿en la panta-
lla? ¿cuál es ese espacio? En la persona del analista, así considerada,
Muchas películas juegan con este efecto se presenta ‘el objeto’.
haciéndolo manifiesto y procurando así re- Esto ya lo indica Freud en un temprano
doblarlo. Recordemos por Ej. “La Rosa Púr- texto. Dice al final de “El olvido de los sue-
pura del Cairo”. ños” en el capítulo VII de “Interpretación de
El cine cuenta con estos distintos espacios los sueños”:
que recuerdan ‘la otra escena’ de la que ha-
bla Freud: la realidad; la ficción; la realidad “Cuando pido a un paciente que deponga toda
mezclándose con la ficción; la ficción que reflexión y me cuente todo lo que se le pase por la
crea dentro de ella otra ficción que resulta cabeza, me atengo a la premisa de que no puede
más real que la realidad. Todos estos efectos deponer las representaciones-meta (inc) relativas
no pueden lograrse sólo con la realidad. Cu- al tratamiento, y me considero con fundamento
riosamente la realidad tridimensional suele para inferir que eso que él me cuenta, en aparien-
ser más chata y pobre en dimensiones que cia lo más inofensivo y arbitrario, tiene relación
esta ‘otra escena’ proyectada en la pantalla con su estado patológico. Otra representa-
bidimensional del cine y capaz de crear esos ción-meta (inc) de la que el paciente no tiene sos-
otros espacios. Esa ‘otra escena’ se acerca pecha es la de mi persona. La apreciación plena
más a la verdad. Verdad más o menos siem- y la demostración en profundidad de esos dos
pre velada por la chata realidad cotidiana. esclarecimientos pertenece a la exposición de la
técnica psicoanalítica como método terapéutico.”
Pasando ahora a los sueños, terreno cerca-
no al cine y más afín al psicoanálisis, encon- Siguiendo el consejo de Freud, de com-
tramos lo mismo. Freud decía prender cabalmente y en pro-
de éstos que eran la via regia de ASÍ COMO LA REALIDAD fundidad el sentido de lo que
acceso al inconsciente. Y es un SE ‘APAGA’ EN EL aquí expresa al subrayar ‘esos
hecho, a veces no suficiente- dos esclarecimientos’, conclui-
mente remarcado, que el sueño
ESPACIO DEL mos que en la persona del ana-
para presentarse requiere tam- ENCUADRE, EL OBJETO lista se presenta el objeto de la
bién un encuadre especial. Den- ‘SE REALIZA’. patología del paciente; el objeto
tro de ciertos límites puede va- que enferma. Y ocupar ese lu-
ALBERTO LOSCHI EL OBJETO DEL ENCUADRE 5

gar le da al analista la llave para actuar sobre


el ‘estado patológico’.
Tal objeto no existe en la realidad, aunque
allí despliega sus efectos que se aprecian so-
bre todo en ‘el estado patológico’. Es en el
marco particular de la sesión que tiene posi-
bilidad de venir a la existencia.

Decíamos que en fotografía el encuadre es


lo que enmarca algo para que se pueda ver.
Traducido a la sesión diremos que el dispo-
sitivo del encuadre lleva al analista a ocu-
par ese ‘foco’, a acercarse a ese ‘lugar’, que
no existe fuera de ese espacio. Es el lugar de
‘el objeto’.
Así como la realidad se apaga en el espacio
del encuadre, el objeto se ‘realiza’. El encua-
dre y su aprovechamiento por parte del ana-
lista logran poner ‘en foco’ ese objeto, siem-
pre esquivo en el espacio de la realidad.

Pero ocupar ese lugar despierta en el ana-


lista fuertes resistencias.
En la medida que se acerca a ese lugar se
excitan las resistencias del yo del analista, las ▲ Mondrian / Composición
que se manifiestan como contratransferen-
cia, principalmente angustia; una medida de movimientos psíquicos que guardan rela-
la cercanía del objeto. ción con el encuadre. Para ello haremos in-
El yo, narcisista, se defiende de quedar tervenir la vivencia de dolor, que Freud ca-
identificado al objeto y la contratransferen- racteriza –aunque sin desarrollarlo– como la
cia es un índice de esa proximidad. Podría- contraparte de la experiencia de satisfacción.
mos definir metapsicológicamente la contra-
transferencia como la sobreinvestidura de la Podemos decir que el punto cero del en-
imagen yoica narcisista, que actúa como de- cuentro entre analista y paciente consiste en
fensa frente al peligro de la identificación un destello traumático que se alucina negati-
con el objeto. vamente. Este ‘vacio’ de imagen es rodeado,
En ese momento el analista pasa a ser co- ocupado (catectizado) por la imagen de
mo un órgano afectado hipocondríacamente. transferencia, que se constituye al modo de la
La metáfora nos parece apropiada porque el imagen de deseo –una alucinación positiva–.
compromiso es total; es una presencia que, Lo que queremos destacar es que esa ima-
tanto para el analista como para el paciente, gen de transferencia incluye una no imagen
se torna insoslayable. Todo se centra y se –la alucinación negativa– (suscitada por la
concentra en la situación analítica. Al igual estimulación de la vivencia de dolor), cuya
que un órgano hipocondríaco, el analista es presencia actúa como un atractor; señala el
todo el horizonte del paciente en un clima de lugar del objeto que atrae la transferencia.
acentuada e inestable tensión. Desde esta perspectiva podemos decir que el
Metapsicológicamente podemos decir que objeto del que nos ocupamos corresponde a
en ese momento el analista, como objeto, en- lo que no es imagen de la imagen.
carna la rechazada vivencia de dolor y ve-
mos al paciente debatirse con la misma. Para explicarlo de otra manera recurramos
a la metapsicología.
LA VIVENCIA DE DOLOR – Freud describe el deseo como ‘aquella co-
ALUCINACIÓN NEGATIVA Y rriente psíquica que partiendo del displacer
tiende hacia el placer’. Destaquemos en es-
ALUCINACIÓN POSITIVA ta definición que el deseo parte del displa-
Procuraremos ahora brindar una descrip- cer; esto quiere decir que el deseo incluye
ción más pormenorizada de los cambios y en sí el displacer. Además, el deseo consiste
6 DICIEMBRE DE 2004 N°31

en la desinvestidura de ese dis- que de esta inhibición se sustrajera


placer que desplaza su catéxis DESDE ESTA es también inasequible para el se-
hacia la imagen de placer. Esto PERSPECTIVA PODEMOS gundo sistema a consecuencia del
resulta claro en la otra defini- principio de displacer”.
DEFINIR EL OBJETO
ción de deseo que da Freud: ‘la
investidura plena de la imagen DEL QUE NOS El abandono de la representa-
de satisfacción’. El deseo impli- OCUPAMOS COMO ción displacentera es sustituido
ca la desinvestidura de la vi- LO QUE NO ES IMAGEN por otra que evita el displacer, y
vencia de dolor y, correlativa- resultará ésta la que se presenta-
DE LA IMAGEN.
mente, la catéxis de la imagen rá a la conciencia. Esta sustitu-
de satisfacción. ción es descripta por Freud co-
De este modo la percepción capaz de exci- mo ‘trasposición de los valores psíquicos’. De
tar la vivencia de dolor es retirada de la con- aquí resulta que el valor psíquico de lo que se
ciencia. Dice Freud en el capítulo VII de “In- presenta a Cc queda acentuado y, a la inver-
terpretación de los sueños”: sa, es retirado el valor psíquico de la repre-
sentación reprimida. Todo ello no puede de-
Investiguemos la contraparte de la vivencia jar de afectar al examen de realidad, que es
primaria de satisfacción, la vivencia de terror llevado a cabo por Cc y permite pensar que la
frente a algo exterior. Supongamos que sobre el construcción-realidad presenta, en mayor o
aparato primitivo actúa un estímulo perceptivo menor medida, cierta cualidad alucinatoria.
que es la fuente de una excitación dolorosa. En-
tonces sobrevendrán prolongadas y desordenadas El asociar del paciente, que presenta al
exteriorizaciones motrices hasta que por una de análisis los datos de la conciencia, está a su
ellas el aparato se sustraiga de la percepción y, al vez determinado por este mecanismo y en él
mismo tiempo, del dolor; y cada vez que reaparez- queda acentuado el valor psíquico de aque-
ca la percepción, ese movimiento se repetirá ense- llo que vino a sustituir a lo reprimido. A la
guida, hasta que la percepción vuelva a desapa- inversa, la atención flotante consiste en la
recer. Pero en este caso no quedará inclinación disposición del analista a ser sensible a la
alguna a reinvestir por vía alucinatoria o de otra percepción del valor devaluado por la repre-
manera la percepción de la fuente de dolor….Es- sión. Tal participación del analista influye así
te extrañamiento respecto de lo penoso, nos pro- en el examen de realidad y en la dinámica de
porciona el modelo y el primer ejemplo de la re- la transferencia, que dejará de estar regida
presión psíquica” exclusivamente por el principio de placer
y/o la compulsión de repetición.
El contenido de esta frase nos acerca al me- El encuadre (que incluye asociación libre y
canismo de la alucinación negativa que en atención flotante) no sólo pone distancia de
“Adición metapsicológica…” hace corres- la realidad por sus condiciones de forma,
ponder a la desinvestidura del sistema Cc. tiempo y lugar sino también, al introducir
Esta desinvestidura de Cc, cuyo ejemplo otra variable entre principio de placer y
paradigmático Freud lo encuentra en la compulsión de repetición, modifica la cons-
amentia de Meynert, se diferencia de la re- trucción-realidad.
presión que consiste en el retiro de la investi- Principio de placer y compulsión de repe-
dura Prec. La misma diferencia puede esta- tición son las líneas de fuerza que constru-
blecerse entre desmentida y represión. Se yen la realidad del sujeto. Es importante en-
puede decir que la desmentida acontece en- tonces introducir otra variable que permita a
tre Cc y Prec; la investidura Prec se mantiene la vivencia de dolor otro destino que el ser
(sabe que la mujer no tiene pene) pero la per- borrada y/o repetida. Esta inclusión de la vi-
cepción se ha retirado de la con- vencia de dolor que sortea la re-
ciencia. La represión actúa entre petición –lo que es posibilitado
Prec e Inc; se mantiene la inves- PRINCIPIO DE PLACER por el encuadre– modifica el
tidura Cc pero se retira la Prec. Y COMPULSIÓN DE examen de realidad y, en conse-
No obstante hay una relación REPETICIÓN SON LAS cuencia, el campo de la concien-
entre ambas. Recordemos que cia. Principio de placer y/o
“el segundo sistema sólo puede in-
LÍNEAS DE FUERZA compulsión de repetición son
vestir una representación si está en QUE CONSTRUYEN LA destinos que implican como re-
condiciones de inhibir el desarrollo REALIDAD DEL SUJETO. quisito la desinvestidura de la
de displacer que parta de ella; lo vivencia de dolor.
ALBERTO LOSCHI EL OBJETO DEL ENCUADRE 7

Por examen de realidad no (y/o en la compulsión de repe-


debe entenderse el examen de SI EL CUMPLIMIENTO tición). Se trata de una realidad
algo ya dado, que está allí, afue- DE DESEOS GUARDA con cualidad alucinatoria, que
ra, independiente de nosotros y NUESTRO ‘DORMIR’, ocupa el lugar dejado vacante
que sólo depende de un ade- por la alucinación negativa de
cuado ‘examen’ reconocerla y EL OBJETO, QUE la percepción que excitó la vi-
tomar contacto con ella. Más REINVISTE LA VIVENCIA vencia de dolor.
bien consideramos la realidad, DE DOLOR, ES LO
tal como da a entender Freud QUE NOS DESPIERTA. Como tal cumplimiento de
en “Esquema de psicoanálisis”, deseo en general no comprome-
como otra instancia psíquica, ESTA ‘REALIZACIÓN’ te a todas las instituciones del
cuya arquitectura y construc- DEL OBJETO SÓLO yo, no llega a darse lo que
ción resulta del conjunto de la ACONTECE EN EL Freud describe para la amentia:
actividad psíquica. En tal cons- CALOR DE LA la sustitución total de una reali-
trucción, la participación aluci- dad por otra, en la que la ima-
natoria tiene su importancia, TRANSFERENCIA. gen de cumplimiento de deseo
que puede ser mayor o menor. se da en tiempo presente, como
Modificar esta cualidad alucinatoria no ya cumplido. El cumplimiento es parcial, la
quiere decir que entonces veremos la reali- imagen de deseo no llega a la conciencia en
dad ‘tal cual es’, sin distorsión; quiere decir tiempo presente sino en optativo –me gusta-
poder incluir en ella, en mayor o menor me- ría que… –, esta pantalla imaginaria que apa-
dida, lo atinente a la vivencia de dolor. Y es rece como telón de fondo de la conciencia
esta inclusión la que determina una modifi- duplica la realidad en una realidad que es y
cación sustancial en el examen de realidad. otra que debería ser. El resultado de esta du-
plicación es que se constituye una realidad
Entonces, repasando lo dicho, el lugar de- en falta, a la que justamente le falta ese cum-
jado vacante por el rechazo de la conciencia plimiento de deseo que, sin embargo, está
es ocupado por una fantasía de deseo que
configura la creencia en su realidad. Tal
creencia, como explica Freud, depende del
retiro de la investidura Cc, que suspende en
ese punto el examen de realidad. Así dice en
“Adición metapsicológica…”

“La amentia es la reacción frente a una pérdi-


da que la realidad asevera pero que debe ser des-
mentida (Verleugnung) por el yo como algo in-
soportable. A raíz de ello el yo rompe el vínculo
con la realidad, sustrae la investidura al sistema Servicios bibliográficos
Cc de las percepciones (o quizá le sustrae una
investidura cuya particular naturaleza puede
en psicoanálisis,
ser todavía objeto de indagación). Con este ex- psicología, humanidades.
trañamiento de la realidad queda eliminado el
examen de realidad, las fantasías de deseo –no
reprimidas, por entero concientes– pueden pene- Búsquedas personalizadas.
trar en el sistema y ser admitidas desde ahí co-
mo una realidad mejor. Una sustracción así pue- Libros, revistas.
de ponerse en el mismo rango que los procesos
de la represión.”
Solicite su newsletter
Lo que Freud describe en la dimensión pa- semanal gratuito.
tológica de la amentia puede servirnos para
explicar el funcionamiento ‘normal’ del sis-
tema Cc y cómo éste lleva a cabo el examen www.vivilibros.com
de realidad. El resultado es que se constitu-
ye una realidad a predominio imaginario, info@vivilibros.com
sustentada en el cumplimiento de deseo
8 DICIEMBRE DE 2004 N°31

presente como faltante. Este vestidura de la imagen yoica


efecto de ‘falta’ resulta de la alu- SI HASTA ESE narcisista, que se protege de la
cinación parcial del cumpli- MOMENTO EL OBJETO identificación con el objeto.
miento de deseo. ERA PERO NO Tal identificación es un peli-
La realidad ‘en falta’ es la que gro y, de producirse, da lugar a
suscita las quejas neuróticas. La EXISTÍA, AHORA, actuaciones porque resulta in-
queja es una máscara con que AL SER NOMBRADO, soportable.
se denuncia y se presenta el PUEDE EXISTIR. Pero, en la medida que el ana-
cumplimiento parcial de deseo. lista se da cuenta (darse cuenta
Corresponde a una construc- implica la participación de Cc,
ción-realidad a predominio imaginario. disuelve la alucinación negativa) puede en-
carnar ese lugar de objeto y hablar desde él,
De allí la importancia que el encuadre per- sin quedar identificado al mismo o saliendo
mita el recorte de esa realidad. de esa identificación. De ese modo toma la
En la medida que se logra suspenderla en fuerza del objeto y la vehiculiza en las pala-
el espacio-tiempo del encuadre, en su lugar bras de su construcción, que dan cuenta del
aparecerá otro cumplimiento de deseo, tam- acto que allí tiene lugar y permiten nombrar
bién de índole alucinatoria: corresponde a la al objeto. Si hasta ese momento el objeto era
dimensión de la transferencia que se organi- pero no existía, ahora, al ser nombrado, pue-
za alrededor de la investidura de la expe- de existir. Esta ‘realización’ del objeto sólo
riencia de satisfacción. acontece en el calor de la transferencia.
Pero el carácter alucinatorio de esta última Tal construcción no está hecha desde el yo
es accesible al psicoanalista, que participa en narcisista del analista ni se dirigen al yo nar-
la misma como protagonista. El destino de la cisista del paciente. Habla desde la escena y
dinámica transferencial, cuando puede desa- a la escena. El paciente escucha la construc-
rrollarse, lleva al ‘despertar’, lo que se anun- ción, que en tales condiciones atraviesa las
cia por la reinvestidura de la vivencia de defensas narcisistas y las palabras que escu-
dolor que estaba oculta, negativizada en el cha actúan trayendo el objeto a la existencia;
cumplimiento de deseo (dolor en transferen- una suerte de exorcismo.
cia). El objeto de ese dolor está encarnado
por el analista. La construcción da palabra a la vivencia
de dolor, desviándola así del puro cumpli-
Puede plantearse cuál es la importancia miento de deseo y/o de la compulsión de
del reinvestimiento de la vivencia de dolor. repetición. Como dice el poeta, ‘dad palabras
Ocurre que el rechazo de la misma man- al dolor, el dolor que queda sin palabras
tiene congelada la construcción-realidad en daña el corazón’.
la dimensión alucinatoria (cumplimiento de
deseo y/o compulsión de repetición). Su in-
clusión implica una suerte de ‘despertar’
que reinstala la capacidad de actuar, interac- Bibliografía
tuar con la realidad, devolviendo a ésta su 1 Cesio, F. “La transferencia”

carácter dinámico y cambiante. Con tal ‘des- XXV Congreso Latinoamerica-


pertar’ se descubre que no toda la vida es no. Guadalajara. Méx.
sueño… ni pesadilla. 2
—————– “La Sombra del objeto. Melanco-
lía”. La Peste de Tebas N 30
Si el cumplimiento de deseo guarda nues- 3 Freud, S. “La Interpretación de los sueños”.
tro ‘dormir’, el objeto que reinviste la viven- Amorrortu editores TV
cia de dolor es lo que nos despierta. Por lo 4 Freud, S. “Complemento metapsicológico…”

mismo, su presentación no está libre de vici- Amorrortu editores TXIV


situdes. Al contrario, desata las turbulencias 5 Loschi, A. “Yo dolor”. La peste de Tebas

más difíciles de atravesar en un análisis, tan- N 16


to para el paciente como para el analista. 6 Loschi, A. “Identidad-Mismidad. Las para-

dojas del yo”. La Peste de Tebas


Como antes dijimos el analista resiste ocu- N 19
par ese lugar y el signo de tal resistencia se 7 Nasio, J.D. “Cómo trabaja un Psicoanalista”.

anuncia como contratransferencia, princi- Paidós


palmente angustia: un índice de la sobre in- 8 Turjanski, E. “Una idea del dolor”.
ADRIANA SORRENTINI ENCUADRE PSICOANALÍTICO ¿POR QUÉ? 9

Encuadre psicoanalítico
¿ por qué ?
SU FUNDAMENTO TEÓRICO

ADRIANA SORRENTINI*

C onsecuentes con la propuesta de pen-


sar el psicoanálisis y, por lo tanto, pen-
sar la clínica psicoanalítica, nos encon-
tramos ante la necesidad de reflexionar acerca
del marco, el límite, dentro del cual se desa-
contiene la idea de un trato-con el otro, un
pacto, convenio o acuerdo entre partes que
se obligan o comprometen a cumplir con lo
convenido, se lleva a cabo entre el yo del ana-
lista y el yo del solicitante. En este caso, el fu-
rrolla cada unidad de este proceso 1 que es la turo analizado explicita sus expectativas, du-
sesión y más aún, la cura, mientras dure. das y reparos respecto de la cura que desea
Tenemos entonces que encuadrar, enmar- comenzar y el analista responde claramente
car, delimitar, circunscribir, cómo y dónde se en qué medida y condicio-
lleva a cabo tanto el tratamiento en general nes piensa que podrá ayu- “...realizar una
como la sesión en su singularidad, dando darlo. Consecuentemente operación lo más
cuenta del fundamento teórico que lo sus- establecerá las condiciones acorde posible a las
tenta y porqué es necesario establecerlo para en las cuales se llevará a
que sea posible el análisis. cabo el tratamiento, la fre-
reglas del arte”
Desde los escritos técnicos prometidos por cuencia de sesiones y su exige tomar en
Freud y varias veces postergados, algunos duración, conviniendo ho- cuenta la abstinencia
de los cuales vieron la luz entre 1911 y 1913 rarios y honorarios, moda- y el encuadre...
en la forma de cuatro artículos iniciales lidad y fechas de pago, va-
mientras que otros dos aparecieron entre caciones e interrupciones, como se ve, lo que
1914 y 1915 coincidiendo con el estallido de hace al compromiso mutuo que involucra
la Primera Guerra Mundial. Desde entonces los aspectos formales de un contrato.
se repiten lecturas y conceptos de manera Otro punto que requiere acuerdo es el que
más o menos dogmática resaltando lo cir- define la manera en que se desarrollarán las
cunstancial en desmedro de su contenido sesiones, el marco o encuadre dentro del
profundo, consecuentemente, tan poco dis- cual transcurrirán los encuentros: mientras
cutidos como acatados. al analizado se le pedirá que se recueste y di-
Es nuestra intención, entonces, crear el in- ga todo cuanto surja en su mente, esforzán-
terés para una discusión profunda acerca del dose por omitir toda crítica o censura a sus
encuadre, el marco dentro del cual se va a pensamientos, por inconvenientes, improce-
desplegar lo pulsional y el deseo en la sesión. dentes, absurdos o desagradables que le pa-
rezcan; que no intente establecer una cohe-
rencia lógica en su discurso a la manera de
Algunas precisiones una conversación social, sino que privilegie
necesarias: las ocurrencias que acudan a su mente aun-
Una primera diferenciación es la que sepa- que le parezcan intrascendentes; finalmente,
ra aquello que denominamos ‘contrato’, del que no calle ningún pensamiento, palabra,
‘encuadre’ propiamente dicho. El primero, imagen, sensación o afecto que sobrevenga

* Gelly 3550 6ª B (1425) BA Argentina / tel / fax (054) (011) 4802-0200 / e-mail adrianasorrentini@fibertel.com.ar
1 Proceso: acción de ir hacia delante.
10 DICIEMBRE DE 2004 N°31

durante la sesión aunque le repugne verbali- de lo manifiesto del relato) sino en “abando-
zarlo, indicación que Freud resume en un narse por entero a sus “memorias inconscien-
precepto: “Diga, pues, todo cuanto se le pase tes”; 3 sólo desde esta escucha, repito, el ana-
por la mente”. lista ‘oye’ asociación libre a partir del
Por otra parte, el analista le asegura que oi- discurso de su analizado. De otra manera se
rá atentamente cuanto diga y se comprome- da un diálogo que puede ser todo lo com-
te a transmitir su interpretación. Para que es- prensivo y empático que podamos imaginar,
to sea posible debe disponerse a discernir el pero que no es un diálogo psicoanalítico, no
material inconsciente en hay análisis, solamente relatos y opiniones
La responsabilidad todo cuanto se le comuni- desde lo manifiesto.
recae sobre el que absteniéndose de sus- Freud recomienda concentrar nuestras
analista, quien en tituir la censura resignada fuerzas espirituales en una meta única, la de
por el paciente por una “realizar una operación lo más acorde posi-
virtud del lugar que propia, mucho más dañi- ble a las reglas del arte.” Esto exige tomar en
ocupa es conciente na. Freud describe esta es- cuenta otro elemento indispensable para el
del poder que le cucha de una manera pre- encuadre: la regla de abstinencia, sin la cual
confiere la cisa: el analista “debe volver éste es imposible. La abstinencia es garantía
hacia el inconsciente emisor del encuadre y éste es el marco regulatorio
transferencia de del enfermo su propio incons- que posibilita el despliegue de la escena in-
imagos ciente como órgano receptor, consciente en la sesión psicoanalítica.
primordiales... acomodarse al analizado como
el auricular del teléfono se
acomoda al micrófono”. Es decir que cuando el
¿Qué es la abstinencia
paciente habla, llegan a nuestro oído sonidos y porqué es condición ‘sine
que configuran huellas acústicas ligadas a qua non’ para el análisis?
significados y evocan una representación-
palabra (Wortvorstellung) en lo preconcien- Joan Corominas data este término en 1444,
te, palabra que atribuimos al paciente. Aho- proveniente del latín ‘abstinentia’, que refie-
ra bien, Freud continúa diciendo que a partir re a la acción de privarse parcial o totalmen-
de la incitación de estas “..ondas sonoras, lo in- te de satisfacer apetitos y tiene que ver con
consciente del médico se habilita para restablecer, sobriedad, continencia y templanza. Evitar
desde los retoños a él comunicados de lo incons- el exceso, moderar la fuerza, sujetar los sen-
ciente, esto inconsciente mismo que ha determi- tidos a la razón.
nado las ocurrencias del enfermo.”2 Es claro por- Por eso, ‘abs, teneo’, mantener alejado;
qué no es tolerable ninguna resistencia en el ‘manum abstineo’, no tocar; ‘omne ius belli
analista, quien de otro modo no podría hacer abstineo’, no usar de ninguno de los dere-
consciente y comunicar lo discernido desde chos de guerra; Y así sucesivamente el in-
lo inconsciente; afectado por la represión, su transitivo abstenerse ‘meo nomine’, de ha-
percepción analítica perturbada ofrecería blar de mí’; ‘abstineo voluptatibus’, …de
múltiples ‘puntos ciegos’ (W. Stekel, 1911). placeres, etc.
Parece ocioso destacar la importancia del Es casi literal la interpretación de esta con-
análisis del analista ya que su deficiencia dición: Es necesario mantener una distancia
anula toda posibilidad. respetuosa y no inmiscuirse en la vida priva-
“…el tratamiento Estamos enunciando “la da del analizado. Evitar el contacto físico, ex-
psicoanalítico se regla fundamental del psicoa- presiones afectivas corporales. No hacer uso
nálisis”, la de la libre aso- del poder que le confiere la transferencia sal-
edifica sobre la ciación, y su par comple- vo para analizar. No hablar de sí mismo ni
veracidad.” mentario y determinante proponerse como ejemplo. Abstenerse de
desde el analista, una par- dar curso a la satisfacción de demandas se-
ticular escucha marcada por la “atención li- xuales, de la seducción, sabiendo que surgi-
bremente flotante” o parejamente suspendida. rá de manera directa o desplazada.
Sólo desde esta manera de oír, regida por un Es clarísimo que la regla de abstinencia, in-
voluntario ‘no fijarse’ en algo particular (abs- dicada por Freud, nos señala el lugar de la so-
tenerse de todo interés o curiosidad acerca briedad, la continencia y la templanza, prohi-

2 Freud, S. –Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico (1912), T XII, AE.


3 Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico (1912), ya citado.
ADRIANA SORRENTINI ENCUADRE PSICOANALÍTICO ¿POR QUÉ? 11

biendo todo exceso que podría surgir desde el


lugar de poder e idealización en el que está
colocado el analista, en virtud de la transfe-
rencia desde los objetos grandiosos origina-
les, las imagos infantiles del analizado.
La prohibición recae sobre el analista,
quien en virtud de la responsabilidad del lu-
gar que ocupa, debe ser conciente del poder
que lo inviste a partir de la transferencia de
las imagos de los objetos primordiales que el
analizado realiza sobre él. Sostendrá estas
imagos amenazantes y culpógenas con el fin
de analizar, cuidándose de ‘actuar’ desde la
idealización y el poder que estas le confie-
ren, so pena de perder su lugar de analista y
ocupar el de ideal con la consiguiente des-
trucción del análisis.
En Puntualizaciones sobre el amor de
transferencia (1914/15) Freud insiste en el
principio de “dejar subsistir en el enfermo
necesidad y añoranza como unas fuerzas
pulsionantes del trabajo y la alteración, y ▲ Mondrian / Ciudad de Nueva York 1
guardarse de apaciguarlas mediante subro-
gados.”, lo único que el analista podría ofre- dupla analista-analizado, su aplicación y
cer si cediera a las demandas. cuidado es de exclusiva responsabilidad de
Y aquí se alegra de poder sustituir la im- quien conduce la cura.
posición moral por el miramiento por la téc-
nica analítica para obtener el mejor resulta-
do a la par que una posición ética, ya que “el
Unas palabras
tratamiento psicoanalítico se edifica sobre acerca de la sesión:
la veracidad”. La sesión psicoanalítica resulta de un parti-
Vemos entonces que los motivos éticos se cular encuentro entre dos personas en un ám-
suman a los técnicos en cuanto a la prescrip- bito singular. Es absoluta-
ción de la abstinencia, no se trata de imposi- mente diferente de otros …los motivos éticos
ciones morales sino de la propia posibilidad encuentros posibles, así lo
de análisis aplicando correctamente los prin- pensemos en términos
se suman a los
cipios teóricos que sustentan la técnica. asistenciales, afectivos, técnicos en cuanto a
El psicoanalista sabe que trabaja con las confidenciales, o de cual- la prescripción de la
fuerzas más explosivas, las mociones pulsio- quier otro orden. Se rige abstinencia, no se
nales reprimidas-sepultadas, las que requie- por la circulación de pala-
ren la máxima cautela y escrupulosidad en bras, afectos y vivencias,
trata de imposiciones
su manejo 4 y conllevan el peligro de hacerle en un campo transferen- morales sino de la
olvidar la técnica y la misión a la que se com- cial donde la palabra ve- propia posibilidad
prometió, cediendo a la tentación de obtener hiculiza las intervencio- de análisis.
una satisfacción inmediata mediante una ac- nes del psicoanalista.
tuación en lugar de analizar la escena, olvi- En primera instancia
dado de la abstinencia. se impone considerar dos parámetros: el es-
Es importante enfatizar la necesariedad de pacio y el tiempo en el que transcurre, des-
la aplicación de la regla de abstinencia más tacándose su carácter original.
allá de toda otra consideración, simplemen- El espacio –el consultorio– es un lugar
te porque de otro modo el análisis es imposi- concreto y profano 5 que, en virtud del en-
ble o por lo menos extremadamente deficita- cuadre establecido, asume las características
rio. Si bien atañe a ambos integrantes de la de un espacio virtual ‘sagrado’ –fano–, un

4 Puntualizaciones sobre el amor de transferencia, (Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis,III).
S. Freud, T XII, AE, pág.168y sig.
5 Profano, refiere a la vida secular, la que pertenece al mundo de los hombres, opuesto a lo sagrado.
12 DICIEMBRE DE 2004 N°31

‘círculo mágico’ 6, un ‘centro’ 7 en el que es tinuos intentos de ‘desacralizarla’ banalizan-


convocada y puede desplegarse la escena do el ritual del encuadre con argumentos
trágico-incestuosa en todo su esplendor ‘modernos’, algo semejante a la “lógica de so-
ominoso 8. Vemos surgir un espacio ‘sacer’ pas y argumentos de albóndigas” que cita Freud
donde se lleva a cabo la ‘ceremonia’ oficiada vinculado al amor de transferencia.
por el analista, en el presente atemporal de En cuanto al tiempo, los cincuenta minutos
la escena inconsciente. pactados en el contrato y repetidos varias
Mircea Eliade 9 sostiene que toda hierofa- veces cada semana corresponden al tiempo
nía (algo que manifiesta lo sagrado) transfi- profano, el del reloj, que en la sesión tendrá
gura el lugar que fue su teatro haciendo del otra característica:
espacio profano un espacio Habrá que considerar al tiempo como periodi-
“…seguirá siendo sagrado, hecho que impli- cidad y eternidad: En la magia y en la religión
‘periodicidad’ significa la utilización indefi-
imprescindible el ca la idea de la repetición
de esa manifestación pri- nida de un tiempo mítico hecho presente.
psicoanálisis mordial que transfiguró, Todos los rituales tienen la cualidad del
practicado con singularizó ese espacio ais- ‘ahora’, al igual que el presente atemporal de
arreglo al arte, no lándolo del resto, del espa- lo inconsciente, donde el tiempo mítico en el
amortiguado, que cio profano que lo rodea. que tiene lugar el acontecimiento re-presen-
Queda asegurada esa área tado es siempre actual. Así, en la sesión psi-
no teme manejar y para la perseverancia de coanalítica todo es actual, original, aunque
dominar en bien del esa sacralidad donde se re- los tiempos verbales establezcan un pasado
enfermo las más pite la manifestación con la y un futuro que, en función de la resistencia,
peligrosas mociones única condición de pene- se consignará más o menos remoto.
trar allí, tomar parte en esa En lo religioso, el creyente se siente contem-
anímicas.” fuerza y comunicarse con poráneo de los acontecimientos transhistóri-
el más allá. Contacto siem- cos que, repetidos en el tiempo teofánico 10,
pre peligroso si no se está preparado y no se son presente. Religión y magia comparten
cuenta con ritos y prescripciones. De allí par- un marco temporal que remite al presente
te la resistencia al encuadre en psicoanálisis. del indicativo que es el tiempo verbal de la
Recupero estas memorias de la humanidad sesión en virtud de la sincronicidad de lo in-
para validar la idea de que la sesión psicoa- consciente, en ella todo es actual, presente,
nalítica re-crea, construye, un particular es- ahora. Es esta una cualidad vivencial indis-
pacio en el que se despliega la escena incons- pensable para la eficacia terapéutica del psi-
ciente, la que describe el analista que, siendo coanálisis, el que de otra manera carecería de
copartícipe pleno en el campo transferencial, convicción reduciéndose a una interesante
logra rescatarse y poner palabra al afecto y la explicación teórica.
vivencia que irrumpe en lo real de la sesión. El ‘ritual’ 11 del encuadre, unido a la perio-
Es justamente esta característica ambivalente dicidad, la repetición y el eterno presente
del espacio ‘sacer’ que atrae y repele, que es –características del tiempo mágicorreligio-
útil y peligroso, contacta con la muerte y la so 12 – cuya contemporaneidad con los mo-
inmortalidad, la causa del rechazo a conside- mentos míticos es condición de su eficacia,
rar esta cualidad negativa y terrible en rela- instala a la dupla psicoanalítica en un tiem-
ción con la sesión psicoanalítica y de los con- po ahistórico en el que los antepasados 13 es-

6 Tiene por objeto primordial establecer una barrera entre dos espacios heterogéneos, un adentro donde
sucede lo mágico y un afuera de material profano.
7 ‘Centro del mundo’, ‘ónfalos’, remite al que Pausanías describe en Delfos, situado en el centro de la Tierra.

Varrón describe al ‘ónfalos’ como una tumba, la de la serpiente sagrada de Delfos, Pythonis. Es considerado
como un punto de intersección del mundo de los muertos, el de los vivientes y el de los dioses; una tumba
puede ser un ‘centro’, un ‘onfalos’ de la Tierra: “Mortis et vitae locus”.
8 El sentimiento religioso. Sorrentini, A.. La Peste de Tebas nº 17, año 2000. BA.
9 Mircea Eliade. Tratado de historia de las religiones. Ed. ERA. Mx. Pág. 328.
10 Teofánico remite a la manifestación del dios, pensamos en el ideal, lo inconsciente que siempre ‘es’.
11 Ritual, en cuanto refiere a un conjunto de reglas establecidas que se repiten de igual manera, cada vez.
12 Mircea Eliade-Tratado de Historia de las Religiones. E. ERA, 1972, Mx.
13 Los infinitos ex-yoes de la filogenia; los objetos primordiales con las identificaciones primarias previas a

toda catexis de objeto. (S. Freud, El yo y el ello, AE, T XIX).


ADRIANA SORRENTINI ENCUADRE PSICOANALÍTICO ¿POR QUÉ? 13

tán presentes, lo infantil es presente, la pul-


sión exige su descarga ‘ahora’ en lo actual vi-
vencial de la sesión, donde el objeto está pre-
sente en la persona del analista.
Y en este ahora “...seguirá siendo impres-
cindible el psicoanálisis practicado con
arreglo al arte, no amortiguado, que no teme
manejar y dominar en bien del enfermo las
más peligrosas mociones anímicas.”
También en las ceremonias mágicas y reli-
giosas es fundamental la regla de abstinen-
cia, que es condición para el análisis del de-
seo en la sesión psicoanalítica.
La abstinencia consiste en la denegación
(Versagung, frustración) de la acción específi-
ca que de ordinario sigue a la excitación libi-
dinal. Es ineludible y comprende a ambos
protagonistas.
La técnica analítica impone al médico el
mandamiento de denegar/se la satisfacción
de las demandas de amor o sexuales, direc-
tas o desplazadas, puesto que tan sólo se
brindarían subrogados malogrando cierta-
mente la posibilidad de análisis, en oposi-
ción a la recomendación de que “en la medida
de lo posible, la cura analítica (se ejecute) en un
estado de privación –de abstinencia–“ capaz de
poner en primer plano al deseo ya que la
frustración hará subsistir “necesidad y añoran- Suscripciones
za” como motor del trabajo analítico.
El analizado no suele recordar lo olvidado o
reprimido sino que lo actúa en la transferen-
cia repitiendo sin saber que lo hace “sus inhi-
Mensajes
biciones y actitudes inviables, sus rasgos patológi-
cos de carácter(...) sus síntomas”, de tal manera
que adquirimos la convicción de que “no de- Co-respondiendo
bemos tratar su enfermedad como un episo-
dio histórico, sino como un poder actual” que
“el enfermo vivencia como algo real-objetivo
y actual” (Freud S. Recordar, repetir y reelab-
Números atrasados
orar. T XII, AE). Mientras el analizado repite
y, con el progreso de la cura se abren paso en
esa repetición mociones pulsionales nuevas
que aun no se habían manifestado, el analista
irá poniendo palabra, interpretando, con el
fin de “tramitar mediante el recuerdo algo que el
paciente preferiría descargar por medio de la ac-
4833-6114
ción..” y así, lentamente, mediante el desplie-
gue de la neurosis en el campo transferencial,
como vivenciar real-objetivo, se va logrando lapeste @ fibertel.com.ar
la alteración terapéutica del yo, un cambio
psíquico, donde la reelaboración (durcharbei-
tung) de las resistencias del ello constituye “la
pieza del trabajo que produce el máximo efecto al-
terador sobre el paciente y que distingue el trata-
miento analítico de todo influjo sugestivo.” Sola-
mente la resistencia del analista lo impedirá.
14 DICIEMBRE DE 2004 N°31

crean las condiciones para su despliegue en


La frustración inevitable el campo transferencial.
Hemos reflexionado acerca de la necesidad En La interpretación de los sueños pode-
del encuadre y cómo éste se basa en la regla mos discernir “la naturaleza psíquica del de-
de abstinencia para sostener una técnica psi- sear” a partir del apremio de la necesidad.
coanalítica eficaz, guardia- Una necesidad corporal, interior, impone
La abstinencia na a su vez de la ética en la una excitación que intenta ser descargada
que transcurre la cura. por la motilidad o una expresión emocional
consiste en la Las referencias freudia- sin resultado alguno, hasta que el encuentro
denegación nas al concepto de absti- con el objeto satisfaciente proporciona la
(Versagung, nencia se asocia natural- descarga produciendo una “vivencia de satis-
frustración) de la mente con conceptos tales facción que cancela el estímulo interno” y se
como: privación, prohibi- acompaña de una cierta percepción cuya
acción específica ción, denegación/ frustra- ‘imagen mnémica’ (recuerdo del objeto que
que de ordinario ción. En el cap. II de El por- satisfizo la necesidad nutricia o sexual) per-
sigue a la excitación venir de una ilusión (1927) manece asociada a la huella impresa por la
libidinal. Es propone unificar la termi- excitación que produjo la necesidad; ante
nología: “llamaremos ‘frus- una repetición de esa necesidad surgirá una
ineludible y tración’ (denegación) al hecho moción psíquica que intentará reinvestir la
comprende a ambos de que una pulsión no pueda imagen mnémica de esa percepción para
protagonistas. ser satisfecha; ‘prohibición’, a restablecerla –identidad de percepción– jun-
la norma que la establece, y to a la vivencia de satisfacción primera. Esa
‘privación’, al estado produci- moción es el deseo y la reaparición de la per-
do por la prohibición.” Los deseos pulsionales cepción es el cumplimiento de deseo, cuyo
que la cultura prohibe “son los del incesto, el camino más corto va desde la excitación pro-
canibalismo y el gusto de matar.” Asombrosa- ducida por la necesidad hasta la investidura
mente los tres se mantienen vigentes y gene- plena de la percepción. Tal “reaparición de la
ran el núcleo del malestar en la cultura. 14 percepción”, si no es acotada, culmina en alu-
La libido se extraña de la realidad frus- cinación o realización alucinatoria de deseo
trante y se vuelve hacia la fantasía creando (Wunscherfüllung).
nuevas formaciones de deseo o reanima hue- Tenemos entonces que el sueño es un cum-
llas de formaciones de deseo reprimidas y, plimiento de deseo, y que las mociones pul-
mediante la regresión, alcanza las mociones sionales no cesan en su aspiración de realiza-
de deseo infantil reprimido-sepultado, los ción durante la vigilia, hecho que se
retoños trágicos. manifiesta en los síntomas psiconeuróticos,
En 1912, en Sobre los tipos de contracción en la psicosis, en la transferencia...
de neurosis, la frustración –también exami-
nada en la 22ª Conf. de introducción al psi- La transferencia
coanálisis (1916/17)– tanto de
Los deseos origen externo como interno, Una vez establecido el encuadre, paciente y
pulsionales que la participa fuertemente en la analista se encuentran sometidos a la regla
causación de las neurosis, in- de abstinencia, la que prohibiendo toda ac-
cultura prohibe “son cluyendo la neurosis resultan- tuación tendiente a dar satisfacción a la de-
los del incesto, el te de una frustración narcisis- manda sexual directa o desplazada, indica
canibalismo y el ta, y pasa a ser un instrumento claramente qué se espera de cada integrante
gusto de matar”, dentro de la clínica freudiana, de la dupla analítica: que el analizado se re-
recreándola en la sesión me- cueste en el diván privado de la visión del
siempre vigentes en el diante la regla de abstinencia, analista y hable sus pensamientos y emocio-
núcleo del malestar elemento indispensable de la nes. Que el analista permanezca sentado en
en la cultura. técnica, como lo son la transfe- su sillón escuchando el discurso del analiza-
rencia y la contratransferencia. do, con la disposición de oír asociación libre,
Dado que el síntoma neurótico está consti- el metadiscurso, abandonándose a sus me-
tuido por el cumplimiento de un deseo in- morias inconscientes para intervenir median-
consciente y su correspondiente formación te una interpretación y/o construcción acerca
reactiva, observamos que en la sesión se del material brindado por su analizado.

14 Sorrentini, A. Crueldad, paradoja de la humanidad. La Peste de Tebas nº 29,año 2004. BA.


ADRIANA SORRENTINI ENCUADRE PSICOANALÍTICO ¿POR QUÉ? 15

Esta particular situación de intimidad y que adquiere convicción ante la vivencia


confianza promueve el despliegue de la –Erlebniss– 17 que tiene lugar en lo real de la
transferencia –Übertragung–, tanto la intrap- sesión, acompañada de reacciones afectivas
síquica que abarca la representación pre- y neurovegetativas correspondientes a ma-
conciente y la palabra de la asociación libre, nifestaciones de lo actual, somático, expre-
como la que recae sobre el analista, ‘objeto sando una transferencia di-
contemporáneo’ investido libidinalmente, ferente en la persona del la reacción
correspondiente a la moción que se conserva analista, que lo convierte resistencial lleva a
en lo inconsciente por un objeto infantil 15. en el objeto original.
La situación de privación, propia del en- El sueño que aportaba actuar, perdiendo
cuadre, excita el deseo que logra su cumpli- cumplimiento de deseo en la abstinencia, el
miento a la manera del sueño, invistiendo al la sesión se transforma en encuadre y la
analista en tanto representación preconcien- sueño de angustia desen- oportunidad de
te reciente e insignificante, con las catexis co- cadenando el afecto sofo-
rrespondientes al objeto reprimido, el del cado, y finalmente es pe- analizar.
complejo de Edipo. Este proceso prosigue, sadilla, se interrumpe la
mediante la regresión libidinal encontrando asociación libre y de la vertiente psíquica se
los retoños trágicos –tragedia de Edipo–16 pasa a la expresión somática, letargo, actua-
capaces de procurar una realización alucina- ción, reacción terapéutica negativa, a menos
toria de deseo vívidamente experimentada, que el analista aporte una construcción des-

15 Recordemos que ‘inconsciente’ e ‘infantil’ corresponden en este caso a la cualidad de un determinado material.
16 Una unidad sellada:incesto-parricidio-castración, diferente del complejo secundario que se expresa en el
amor tierno, la ambivalncia ante el progenitor del mismo sexo y la amenaza de castración. Cap.III de El yo
y el ello, T XIX. AE, BA.
17 Vivencia es el término propuesto por Ortega y Gasset para la palabra alemana Erlebniss e indica meramente

que algo es vivido, pero no decide si fue un acontecimiento real. Difiere de ‘experiencia’, la que
precisamente se hace con algo objetivo.
16 DICIEMBRE DE 2004 N°31

ominosa. Es algo original actual,


que sólo tendrá existencia a partir
de la palabra del analista que, de-
construyendo el cúmulo de afecto-
angustia-vivencia-soma-muerte,
describe la escena y construye el
acto con palabras que traducen el
drama en lugar de actuar la tra-
gedia. Transformar la tragedia en
drama es pasar de la prehistoria a
la historia del sujeto; es aportar la
metáfora faltante a ‘eso’ pulsional
actual para que adquiera nivel re-
presentacional y simbólico ingre-
sando a la tramitación psíquica.
Ahora sí es posible recurrir a la
reconstrucción de la que nos ha-
bla Freud proponiéndola al ana-
lizado, quién finalmente selec-
cionará, decidirá, acerca de su
pertinencia. Señalo esto para re-
▲ Mariana Di Nardo cordar otro aspecto de la absti-
nencia, el que limita nuestra in-
cribiendo la escena actual que los involucra. tervención al análisis dejando al yo del
Es la transferencia de lo trágico incestuoso paciente la realización de la nueva síntesis.
perteneciente a lo sepultado, aquello que ja- Considerar de esta manera el recurso téc-
más fue conciente y se presenta con cualidad nico de la construcción amplía nuestras posi-
actual vivencial, carente de representación y bilidades de trabajo analítico, permitiéndonos
palabra, con expresión somática, hipocon- incluir para su tramita-
dría e ideas de muerte. ción psíquica contenidos
La aseveración freudiana de que el análisis que jamás pasaron por la “Es sólo una cuestión
del paciente transcurre simultáneamente al conciencia, y tratar pato- de técnica analítica
autoanálisis del analista y que si éste no es logías de las denomina- que se consiga o no
capaz de realizarlo tampoco está capacitado das ‘graves’. Nuestra in- traer a la luz de
para analizar, conserva íntegros su sentido y sistencia en diferenciar el
su vigencia. Sostenemos esta simultaneidad fundamento teórico con- manera completa lo
desde la asimetría que plantea el hecho de tenido en las indicaciones escondido”. Y la
que el psicoanalista está atravesado por un técnicas, de las formas buena técnica es
prolongado análisis personal que le permite vaciadas de sentido, trata nuestra ética.
mantener la abstinencia junto al analizado, de enfatizar la imprescin-
hablar desde el objeto transferido sin actuar dibilidad de elementos
la moción en juego. tales como la abstinencia y el encuadre que
Se trata de vivencias intensas, de un alto hacen posible nuestra tarea analítica, apelan-
voltaje pulsional, donde ser soporte del obje- do a nuestra creatividad para adaptar las in-
to que emerge en la escena sexual exige una dicaciones a las circunstancias, conservando
actitud analítica de renuncia narcisista y pos- siempre el encuadre interno para no perder
tergación de las propias mociones pulsiona- de vista las modificaciones circunstanciales
les, conscientizadas durante la experiencia y asegurarnos que concurren a posibilitar el
que está teniendo lugar en la sesión, para dar análisis y no son expresiones racionalizadas
cabida a la escena inconsciente. La reacción de las resistencias, puntos ciegos y dificulta-
resistencial lleva a actuar, perdiendo la absti- des del analista. El análisis, autoanálisis, rea-
nencia y la oportunidad de analizar. nálisis y la interrogación constante hacia
La construcción que proponemos es la que nuestras opciones, serán de gran ayuda.
realiza el analista a partir de la emergencia Dirá Freud que, finalmente, “Es sólo una
de lo actual, una vivencia que irrumpe e in- cuestión de técnica analítica que se consiga o no
terrumpe la atención flotante del analista traer a la luz de manera completa lo escon-
por el impacto traumático de la presentación dido”. Y la buena técnica es nuestra ética.
FIDIAS CESIO ENCUADRE DE LA SESIÓN PSICOANALÍTICA 17

ENCUADRE DE LA
SESIÓN PSICOANALÍTICA
Asociación libre y abstinencia

FIDIAS CESIO*

C onocemos los lineamientos generales


del encuadre en la sesión psicoanalíti-
ca. La misma transcurre dentro de un
lapso de 50 minutos, el paciente recostado
en el diván asociando libremente y el analis-
neurovegetativas, y la que nos introduce en
el cumplimiento de deseos5 con la creación
de la imagen que ahora tiene lugar en la re-
lación con el analista. Por otro lado la regla
de la asociación libre nos introduce a la con-
ta sentado en su sillón, en atención flotante, sideración de las transferencias en las que la
interpretando cuando lo crea oportuno. Am- palabra desempeña un papel fundamental.
bos, paciente y analista se abstienen de sa- En lo que sigue nos ocuparemos predomi-
tisfacer sus necesidades. Esta última dispo- nantemente de de esta última regla, para co-
sición configura la regla de abstinencia. La mo conclusión integrar a ambas, la transfe-
misma y la de asociación libre son las funda- rencia actual y la psíquica.
mentales del encuadre. De la primera me
ocupé en trabajos previos, en particular en LA ASOCIACIÓN LIBRE
mi trabajo sobre la transferencia1 y la reto-
mo y trabajo también en esta contribución. La palabra.6
Vimos entonces como la abstinencia estimu- En general decimos que la asociación libre
la la transferencia de las frustraciones fun- esta constituida por el relato del paciente, oí-
damentales, es decir, establece el complejo do por el analista, de los pensamientos que
de castración en lo ‘real’2, y el deseo y su pasan por su conciencia. Cuando hablamos
cumplimiento que se manifiesta en la ima- de palabra nos referimos a la imagen acústi-
gen que aparece en la conciencia. ca percibida por el analista de un vocablo su-
La regla de abstinencia establece en la sesión puestamente proferido por el paciente.7 Esos
la transferencia propia de lo ‘actual’3, la ‘trans- sonidos percibidos por el analista pertene-
ferencia actual’4, ‘real’, a la que conocemos cen a una palabra cuando la imagen acústica
por sus manifestaciones celulohumorales- excitada en él se liga con el significado de un

* Gelly 3550 6ª B (1425) BA Argentina / tel / fax (054) (011) 4802-0200 / e-mail fidiascesio@fibertel.com.ar
1 Cesio, F,: Las fuentes de la transferencia. Imago. N°82, Agosto 2004
2 Denominamos ‘real’ a la realidad que transcurre en la sesión psicoanalítica dentro del encuadre de la

misma. Se expresa en el mundo interno, en lo ‘actual’, en el campo de lo celulohumoral-neurovegetativo,


3 Actual es la ‘sustancia’ inconsciente que se manifiesta en alteraciones del ser en términos de neurosis

actual. Se trata del transcurrir de lo ‘real’, de la realidad ‘interna’, celulohumoral-neurovegetativa, en el


encuadre de la sesión psicoanalítica.
4 Transferencia actual es la que transcurre de inconsciente a inconsciente, que se expresa en el medio interno,

que es manifiesta sobre todo en los afectos y en lo representado por lo somático.


5 El cumplimiento de deseos es la manifestación del deseo que sobreviene a consecuencia de la frustración de

la necesidad. El deseo carga la imagen del objeto que una vez la satisfizo, la que aparece entonces en la
conciencia.
6 Cesio, F. y colaboradores. Freud y la palabra. Ediciones Kargieman. Buenos Aires. 1992.
7 Tengamos en consideración que también las palabras que el analista dice son oídas por él mismo por vía

aérea y ósea formando así parte de las que llegan al analista en la sesión.
18 DICIEMBRE DE 2004 N°31

signo perteneciente a una lengua conocida y de palabra tiene que ver con la intensidad de
con la representación-palabra y cosa, presen- la frustración que la gestó. Cuando la frus-
tando así al objeto en su conciencia. tración es muy importante la imagen se ma-
nifiesta en alucinación –sueños y delirios– y
Recordemos que la imagen acústica más el no alcanza a constituir el signo de la lengua.
significado constituyen el signo de la lengua En el caso contrario, cuando hay satisfacción
–semejante a como aparece una palabra en el de la necesidad y una débil frustración de la
diccionario– y que la representación-palabra misma –siempre la hay– la imagen acústica
(Wortvorstellung) –que ubicamos en lo pre- de palabra derivada de esa frustración unida
consciente y en el yo inconsciente– está cons- a un significado constituye el signo de la len-
tituida por las innúmeras experiencias gua que a su vez se liga con la representa-
nombradas por este signo, y que la represen- ción-palabra, la representación-cosa y con la
tación-cosa (Sachvorstellung) –inconsciente, cosa del mundo, constituyendo al objeto, al
reprimida primariamente– comprende las que presenta en la conciencia; es un proceso
huellas que han dejado las ‘cosas del mundo’ indispensable para alcanzar la satisfacción
(Das Ding) en el aparato psíquico, que no de la necesidad.
han pasado por la conciencia.
Entre estos dos extremos, la imagen-aluci-
Como ya dijimos en nuestros trabajos pre- nación y la imagen del signo de la lengua
vios todas las imágenes, incluidas las del sig- que presenta la objeto en la conciencia, tene-
no de la lengua, presentan en la conciencia el mos toda la gradación imaginable. Estas
cumplimiento de deseo8, aunque las de la pa- consideraciones son validas para toda ima-
labra son por mucho las más importantes en gen, aunque en función del análisis la de pa-
el proceso analítico. Visto en sentido inverso labra es la más significativa. 9
el proceso sigue los siguientes pasos: las co-
sas del mundo (das Ding), las de la realidad, La represión tiene lugar entre la represen-
dejan su impronta en lo inconsciente, y van a tación-palabra y la representación-cosa y se-
constituir en el mismo la representación-cosa cundariamente actúa sobre la representa-
(Sachvorstellung); los retoños de las mismas ción-palabra y el signo (olvido de palabras,
alcanzan al yo inconsciente ligándose a la re- en particular la de los nombres). Cuando la
presentación-palabra (Wortvorstellung) pu- represión de la representación-cosa es inten-
diendo entonces llegar hasta la conciencia sa alcanza a la representación-palabra mas
cuando se ligan con los signos de la lengua y no a la del signo, el mismo tiene entonces una
en menor medida con otros signos. ligadura muy débil con la representación-
palabra y cuando las palabras correspon-
La complejidad que encontramos en la es- dientes son emitidas tienen cierta ‘liviandad’
tructura de la palabra se expresa en las trans- (un ejemplo lo encontramos en personas que
ferencias entre sus componentes; así la hay al hablar una lengua que conocen sólo su-
entre imágenes acústicas por semejanza de perficialmente, dicen palabras que no se
sonido; entre significados del signo de la len- atreverían a decir en la propia lengua en la
gua; entre representaciones-palabra y entre que el signo está plenamente ligado a la re-
representaciones-cosa y por fin entre los di- presentación-palabra y cosa).
versos componentes de la palabra que aca-
bamos de describir. Más allá de la palabra, que por alcanzar la
El papel que le cabe a la imagen acústica conciencia está caracterizada por poseer

8 Cesio, F.: Reflexiones sobre la pornografía y la transferencia. La Peste de Tebas. N° 28, 2003. Crueldad. La
Peste de Tebas N° 29, 2004. La sombra del objeto...Melancolía. La Peste de Tebas. N° 30, 2004 y Las
fuentes de la transferencia. Imago. N°82, Agosto 2004.
9 Analizando el fetichismo desde el punto de vista del cumplimiento de deseos nos encontramos con que el

fetiche aparece como derivado de la imagen del último objeto que cubre la ‘vista’ de la castración creando
la ilusión de completud al negar la evidencia del significado de castración que tiene la falta del pene en la
mujer. Como ocurre con el cumplimiento de deseos en general partimos de la idea de una frustración sexual
original, la castración fálica, que trae consigo la creación del deseo y la carga de la imagen que una vez
satisfizo la necesidad, en este caso la bombacha cumplió ese papel. El fetiche propiamente dicho, con su
carácter concreto, corresponde no ya al cumplimiento sino a la ‘realización’ del deseo, la imagen que
cumple el deseo encontró ahora una expresión concreta.
FIDIAS CESIO ENCUADRE DE LA SESIÓN PSICOANALÍTICA 19

tiempo y espacio, está lo actual, absoluta- nes actuales, afectivas, están, condensadas,
mente inconsciente, carente de tiempo y es- un número infinito de ‘palabras anteriores’.
pacio, que, como ya vimos, aparece en la Con el uso de las ‘construcciones’ buscamos
conciencia como realidad objetiva en térmi- descubrir en lo actual los textos que nos ha-
nos de afecto y otras manifestaciones somáti- blan de sus contenidos. Otra manera de ex-
cas, y que, cuando hace síntoma configura la presarlo es decir que con la ‘construcción’
neurosis actual. En este último caso el analis- buscamos traducir esas lenguas arcaicas a la
ta percibe alteraciones afectivas y/o somáti- nuestra para así procurar, tal como con la
cas; el letargo es un ejemplo paradigmático histeria, deshacer el síntoma ‘actual’, somáti-
de presentación de lo actual. co –angustia, hipocondría, letargo, y demás
manifestaciones somáticas–.
Lo ‘actual’ acompaña a la palabra en térmi-
nos de ‘cuota de afecto’, mas, de todos mo- El ‘lenguaje’ contenido en lo actual, cuan-
dos hay una continuidad entre la palabra y do tiene impedido alcanzar la palabra de la
lo actual. La encontramos cuando la palabra lengua presente se manifiesta por otros ca-
es plena, cuando la imagen acústica presen- minos, los de los afectos en general, y cuan-
ta en la conciencia al signo más la represen- do estos últimos están sofocados se mani-
tación-palabra y representación-cosa, y, más fiestan en síntomas de neurosis actual
allá, lo actual –el ello y la pulsión– y las co-
sas del mundo. La palabra adquiere enton- Llegamos así a la conclusión de que las
ces intensidad y matices, una identidad, dis- manifestaciones actuales, somáticas, los
tinta en cada ser humano. En este caso parte afectos, están a la espera de que encontre-
de lo actual, que en otras circunstancias es mos la clave que nos permita su traducción a
cuota de afecto, es ahora palabra. nuestra lengua, para hacerlas accesibles a la
interpretación al ligarlas a la palabra.
Agreguemos que a lo actual –lo reprimido
sepultado– le adscribimos lenguajes, los de Una metáfora que tiene un valor extraordi-
lo yoes anteriores10 11 cuyos textos, en tiem- nario para hablar de la búsqueda de esa cla-
pos remotos dieron lugar a ataques histéri- ve nos la da el encuentro de la piedra de Ro-
cos que hoy aparecen como afecto. –Ver los setta y la investigación de Jean Francois
llamados 9 y 10 al pié de página–. Son len- Champollion que hizo posible traducir el
guajes crípticos que, de manera oscura, pro- lenguaje jeroglífico egipcio a las lenguas mo-
fundamente inconsciente, participan en la dernas.12 En la piedra había una versión en
polisemia que caracteriza la palabra. Si- Griego, otra en Demótico y por fin una en Je-
guiendo esta hipótesis en las manifestacio- roglífico egipcio de un mismo texto. Cham-

10 “El núcleo que mantiene unido a ese ensemble (conjunto que define al afecto) es la repetición de una
determinada vivencia significativa. Esta sólo podría ser una impresión muy temprana de naturaleza muy
general, que ha de situarse en la prehistoria, no del individuo sino de la especie. Para que se me
comprenda mejor: el estado afectivo tendría la misma construcción que un ataque histérico y sería, como
éste, la decantación de una reminiscencia” Freud, S. (1917). Conferencias de introducción al psicoanálisis.
Conferencia 25. La angustia. Pag. 360 Obras Completas. T XVI.
11 “Opinamos que también los otros afectos (además de la angustia) son reproducciones de sucesos antiguos,

de importancia vital, preindividuales llegado el caso y en calidad de ataques histéricos universales, típicos,
congénitos, los comparamos con los ataques de la neurosis histérica, que se adquieren tardía e
individualmente, ataques estos últimos cuya génesis y significado de símbolos mnémicos nos fueron
revelados con nitidez por el análisis.” Freud, S. (1926) Inhibición, síntoma y angustia. cap VIII T. XX, pag.126.
12 Estela de basalto negro en la que figura una inscripción que fue la clave para que se descifraran los

jeroglíficos egipcios y sobre la que se cimenta la moderna egiptología. La encontraron las tropas francesas
en 1799 cerca de la ciudad de Rosetta, puerto en el brazo oeste del Nilo, cerca de la ciudad de Alejandría;
en la actualidad se encuentra en el Museo Británico de Londres. La piedra se grabó en el año 197 a.C. y
contiene un edicto en loor al rey de Egipto, Tolomeo V. Dado que la inscripción aparece en tres alfabetos
distintos, el jeroglífico, el demótico y el griego, quienes lo estudiaron fueron capaces de descifrar el
contenido en sus grafías jeroglífica y demótica porque lo compararon con la grafía griega. Jean François
Champollion, egiptólogo francés, llegó en solitario a esta conclusión, al darse cuenta de que en los textos
jeroglíficos figuraban dos cartuchos que encerraban los nombres de los soberanos, el de Cleopatra y el de
Tolomeo. (Enciclopedia Encarta)
20 DICIEMBRE DE 2004 N°31

pollion, apoyándose en la griega pudo tra- un bebé en el que las vicisitudes de la frus-
ducir la jeroglífica. tración y de la satisfacción se manifiestan de
La escritura jeroglífica egipcia tallada en manera armónica, la inevitable frustración
las paredes de los palacios y tumbas de que acompaña a la satisfacción dará lugar al
Egipto con el descubrimiento de Champo- deseo y su cumplimiento con la formación
llion fue accesible a la lectura, agregando así de imágenes, entre las que se destacará la de
a la cultura un inmenso tesoro. Tomando el la palabra: ‘mamá’. En este caso la imagen,
desciframiento de los jeroglíficos egipcios formando parte de la palabra presentará al
como una metáfora aplicable a la investiga- objeto participando en el encuentro del obje-
ción de las ‘lenguas’ crípticas encerradas en to de satisfacción de la necesidad.
lo ‘actual’, lo comparamos con la construc-
ción psicoanalítica13, entendiendo a esta últi- La vertiente fundamental en nuestra concep-
ma como un intento ‘champollionico’ de tra- ción de la constitución del ser la concebimos
ducción a nuestra lengua de las arcaicas haciéndolo nacer de las cosas del mundo, de
‘talladas’ en el soma. la impronta de la realidad en ‘lo inconscien-
Cuando ante una manifestación de neuro- te’. Constituye al ello, a la pulsión, al afecto,
sis actual logramos construir e interpretar a lo actual. Nunca fue conciente.
un texto que se aproxime al que motivó La otra vertiente esta dada por la per-
el síntoma, el mismo desaparece, tal cepción por la conciencia, la que cons-
como ocurre con los de conversión tituye al yo-conciencia, precons-
histérica. Claro está que es impo- ciente y yo inconsciente.
sible una traducción completa Ambas vertientes confluyen en
que haga palabra moderna lo inconsciente reprimido.
a esos textos ocultos y es
por eso que alguna En la constitución
manifestación ac- de la transferencia
tual, afecto, siem- en la persona del
pre está acompa- analista la asocia-
ñando la palabra. ción libre es funda-
mental. Las palabras del
Cuando la represión arras- paciente oídas por el analis-
tra a la representación-cosa y ta recorren el camino que seña-
palabra, en la conciencia perma- lamos en los párrafos preceden-
nece el signo de la lengua, entonces tes, y, conmoviendo su inconsciente,
la imagen cobra un relieve excepcional excitando afectos y textos, se confunde
hasta ser alucinación; en cambio, con la transferencia actual. Esta últi-
cuando la frustración es débil la ima- ▲ Mondrian / Rombo ma, excitada sobre todo por la regla
gen también lo es, aunque de todos con líneas grises de abstinencia, deja su impronta en lo
modos genera imagen de palabra que inconsciente del analista. Como re-
configura el signo de la lengua, el que pre- sultado de esta confluencia del yo y lo ac-
senta en la conciencia la palabra con su repre- tual se constituye la imago14.
sentación-palabra y cosa más la cosa del
mundo. En este caso una parte de la excita- De manera un tanto arbitraria decimos
ción ‘actual’, que en otro caso sería afecto, da que mientras la interpretación toma como
intensidad y un plus de sentido a la palabra material las palabras constitutivas del len-
y el resto de lo ‘actual’ acompaña a la palabra guaje del yo, la construcción intenta traducir
como cuota de afecto. el ‘lenguaje’ de lo actual a través de la crea-
ción de escenas verbales que, al darle ligadu-
Como un intento de aclarar lo que acaba- ra con nuestra palabra, lo hace pasible
mos de decir concebimos que en el caso de también a la interpretación.

13 ’Construcción’: se trata de la que hacemos a partir de nuestras ocurrencias, interpretaciones y sentimientos.


14: El concepto de imago, semejante al de objeto, es definido según Laplanche y Pontalis en los siguientes
términos: “Se elabora a partir de las primeras relaciones intersubjetivas reales y fantasmáticas con el
ambiente familiar, es la pervivencia imaginaria de los participantes. Es más que una imagen, es un
esquema imaginario adquirido. La imago se objetiva tanto en sentimientos y conductas como en imágenes.”
(‘Diccionario de psicoanálisis’. Ed. Labor. 1968.)
LILIANA DENICOLA REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA: EL ENCUADRE 21

Reflexiones sobre la
práctica: el encuadre
LILIANA DENICOLA*

En cierta calle hay una cierta puerta titución pública). Esto último generaba in-
Con su timbre y su número preciso tensos debates acerca de cómo estaba insta-
Y un sabor a perdido paraíso lada la transferencia (con el terapeuta, con la
J. L. Borges institución etc).

E
El modo de trabajo, adaptado a las circuns-
l encuadre de la sesión analítica remite tancias, no era cuestionado. Se observaban
a una serie de reglas que la tradición los efectos que el mismo producía. Toda la
ha convertido en exigencias o condi- práctica estaba presidida por el encuadre
ciones para el transcurrir de un análisis, al “ideal” que surgía de nuestra experiencia in-
extremo que su ausencia le resta, según algu- dividual, que procedía a su vez de una tradi-
nas opiniones, su atributo de psicoanalítico. ción analítica.
Cuando reviso todos estos años de desem- Nos acompañaba una evolución del psi-
peño en la clínica recuerdo cuando en “el La- coanálisis, en particular en Argentina, que a
nús” (década del 60) atendíamos con pocos partir de un impetuoso
elementos teóricos aún, pero con entusiasmo, movimiento inicial, ori- Tres son los elementos
convicción y solidaridad a tantos pacientes. ginó desarrollos que sin
con que cuenta un
¿Había un encuadre?. El que se podía. Sin apartarse de su raíz por
embargo, los pacientes evolucionaban favo- el imperativo de las analista para
rablemente. condiciones de prácti- desarrollar su
En el Centro de Salud Mental N° 1, jóvenes ca, producían sus pro- técnica: la asociación
y creadores, implementamos (exigidos por pios despliegues teóri-
libre, la abstinencia
la cantidad de consultas y sin imposiciones) cos (terapia de grupo,
una modalidad novedosa para ese tiempo en de pareja, de niños, de y las condiciones del
el tratamiento de púberes. Los pacientes familia etc.). encuadre. Sólo las dos
evolucionaban en la medida de las expecta- El analista adquiría un primeras pueden ser
tivas de ese momento. ¿Había un encuadre espacio dentro de la so-
consideradas como
para nuestra tarea? ciedad, entraba a formar
Todos teníamos como referencia (por aná- parte de ideales cultura- reglas, es decir
lisis personal y por la práctica privada) el les y conquistaba un lu- normas o pautas a las
denominado “encuadre ortodoxo”. No nos gar entre las distintas cuales debe ajustarse
deteníamos ante la posibilidad de crear y re- profesiones.
el analista y el
belarnos contra lo establecido. Sin embargo A lo largo de estos
había un punto que no cedíamos, ese era la años la sociedad ha su- paciente, mientras
abstinencia y (en la medida que la institu- frido modificaciones, que el cumplimiento
ción lo permitía) cierta monotonía de horario también el psicoanáli- del encuadre
y lugar, de espacio y tiempo. sis, el que-hacer del
pertenece al orden de
El tiempo de duración del tratamiento era analista, también ha pa-
acotado (aproximadamente un año) y estaba decido, imperceptibles las recomendaciones.
alterada la disposición física del encuadre modificaciones. Comien-
tradicional (no teníamos diván y los honora- za la dificultad en las distintas áreas que lo
rios consistían en el pago de un bono a la ins- comprende: su transmisión que no es ense-

* fax (054) (011) 4831-0354 / e-mail ldenico@ciudad.com.ar


22 DICIEMBRE DE 2004 N°31

ñanza, la curación que se da por añadidura, cuando menciona reglas lo hace advirtiendo
su finalización terapéutica que desde algún el peligro que ellas conllevan, el de conver-
punto de vista es interminable pero que a la tirnos en censores de aquello que convoca-
vez es finita, y las condiciones de su práctica mos y el de sacralizar un orden, vaciando así
que no están explicitadas o definidas ni res- de contenido la rica experiencia analítica.
ponden a exigencias inapelables, a la manera Freud vislumbró el riesgo de que su palabra
de otras ciencias. Esto conlleva innumerables se convirtiera en discurso dogmático y que
consecuencias pues ubica al psicoanalista y al su obra fuera transformada en escritura re-
psicoanálisis en un lugar podríamos decir de velada. Con la ambigüedad y reticencia con
no lugar. A tal extremo que querer definir es- que habló de la técnica quiso evitar las reglas
tas ambigüedades puede llegar a convertirse fijas y en consecuencia una cierta fetichiza-
en resistencia de un pensar psicoanalítico. ción de las mismas. Ex profeso utilizo el con-
Por ello y a esta altura de nuestros conoci- cepto de fetichización pues muchas veces se
mientos, después de haber transitado y sido define o se diferencia el tratamiento psicoa-
admitida en diversos centros asistenciales nalítico por la presencia o no del diván. Éste
públicos, querer definir la práctica, sólo por se ha convertido en fetiche que se dibuja so-
las condiciones de encuadre, iría en desme- bre el vacío de reglas fijas.
dro de su riqueza de posibilidades. Tres son los elementos con que cuenta el
analista para desarrollar su técnica: la aso-
El psicoanalista no es un técnico aunque a ciación libre, la abstinencia y las condicio-
veces se lo consulta como técnico, no aspira nes del encuadre. Sólo las dos primeras pue-
a una curación por lo menos como objetivo den ser consideradas como “reglas “, es decir
explícito, se le pide que en forma rápida y normas o pautas a las cuales debe ajustarse
eficaz alivie el sufri- analista y paciente, para realizar su tarea;
El lugar donde miento por el que se le mientras que el cumplimiento del encuadre,
transcurre la consulta y con un méto- según Freud, pertenece al orden de las reco-
do sin tiempo predeter- mendaciones. Por otra parte si nos detene-
experiencia minado y oneroso debe mos en los artículos dedicados a la técnica
analítica, el tiempo responder a una socie- dentro de la obra freudiana, observaremos
con límites, el pago dad que por distintas que estos no siempre dan indicaciones preci-
por lo que se recibe y razones, exige una res- sas de cómo llevarla a cabo, sino que más
puesta pronta y econó- bien puntualizan las dificultades con que se
la abstinencia visual, mica. Podríamos decir puede encontrar el psicoanalista Quienes de-
son condiciones que que hasta resulta enig- saprueban el psicoanálisis como técnica, sue-
rehabilitan el mático y hasta milagro- len centrar las objeciones en elementos del
momento de la caída so que el psicoanálisis encuadre tales como tiempo y honorarios.
sobreviva a tantos ava- Elementos cuya fundamentación su creador
del narcisismo. tares y existan interesa- dejó precisamente con cierta sombra. De es-
dos en profundizarlo. ta omisión podemos deducir por lo menos
El tiempo indefinido del tratamiento y la dos consecuencias: Una, que deja al analista
abstinencia sensorial del encuadre, no puede en una posición de ambigüedad suficiente
ser alterado o modificado sin consecuencias, como para generar y sostener la transferen-
por ello cada cual que se autorice a sí mismo cia (desconocimiento que lo ubica en dueño
como analista, los adoptará o no, de acuerdo de un misterioso saber, difícil de alcanzar), y
a una elección singular y de posibilidades. otra, que le exige a éste la continua revisión
No definen un psicoanálisis pero su altera- y elaboración de una técnica nunca del todo
ción (ya sea por parte del analista o del pa- aprehensible, es por esto que la sensación de
ciente)genera significantes y pueden ser en- imprecisión con respecto a su instrumento
tonces utilizados como monitoreo durante el de trabajo es constante.
transcurso de la cura
La asociación libre y la atención flotante
son fundamentalmente las que promueven
Reglas en la práctica
la escucha analítica, más allá de las circuns- Cuando le solicitamos al paciente que re-
tancias espaciales o temporales en que se de- nuncie a la voluntad de decir o no decir, es-
sarrolle un tratamiento. tamos facilitando el avance pulsional. Decir
Freud se ha ocupado en especial de no todo implica sortear la censura que impone
transmitir normas taxativas. Por el contrario, la lógica secundaria. Todo aquello que dé
LILIANA DENICOLA REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA: EL ENCUADRE 23

noticias de lo pulsional, producirá resisten-


cia a la introducción en el tratamiento.
El analista no permanece ajeno a todo este
proceso y para lograr una actitud pareja-
mente flotante, deberá “abandonarse a su
Suscripciones
propia actividad inconsciente evitar en lo
posible toda reflexión y toda producción de Suscríbase a La Peste
hipótesis conscientes, no querer fijar en su de Tebas y recíbala en
memoria nada de lo oído, y aprehender de
este modo, con su propio inconsciente, lo in- su domicilio 15 días antes
consciente del analizado”.
Esta libertad en la asociación que como sa-
de su presentación.
bemos no es tal, ya que en ella interviene un
ineludible determinismo psíquico, se com- ($20 por 5 números)
plementa con la otra regla a respetar, la regla
de abstinencia. Todo este proceso clínico es
facilitado por la monotonía de las condicio-
nes del encuadre. 4833-6114
Con el inicio del tratamiento se producen
tres derivaciones: a) desviaciones que el pa- lapeste@fibertel.com. ar
ciente mantiene secretas y que correspon-
den a ciertas actividades, preferencias o
costumbres (nuevas o adquiridas junto con
el tratamiento) y que son especialmente ca- ENVÍOS AL INTERIOR SIN COSTO ADICIONAL
tectizadas. b) derivaciones más peligrosas,
de carácter compulsivo y que generalmente
llevan el sello del castigo. Entre ellas puede
Números atrasados
hallarse la contracción de una grave enfer- Los lectores interesados en adquirirlos
medad. c) un tercer destino, deseable a la pueden solicitarlos a través de
marcha del análisis que buscará la satisfac-
nuestras vías de comunicación
ción en la misma situación analítica, es de-
cir en el lugar donde se ha generado la re-
nuncia pulsional.
La privación proviene de la persona del Suscripción a
analista y por lo tanto es a ella a quien se di-
rige la demanda de gratificación. De esta
manera, la “virtuosa” abstinencia como la Deseo suscribirme a La Peste de Tebas durante 5 números.
denomina Freud, se convierte en pilar de la
transferencia y las condiciones del encuadre
Nombre:
en lugar revelador.
Pero la abstinencia puede ser elevada a la D.I. (DNI-CI):
categoría de virtud y de allí, con un paso se
transforma en hipermoralidad. Freud vis- Dirección:
lumbró este peligro y por ello no constituyó Localidad:
a la abstinencia en un absoluto: “El concepto
de abstinencia no supone la ausencia de toda Cod. Postal:
satisfacción (cosa naturalmente imposible) Tel.Fax.:
ni ha de interpretarse en su sentido vulgar
de abstención del comercio sexual, sino que Profesión:
entraña un significado diferente, mucho más
Dirección donde desea recibir la publicación:
estrechamente enlazado a la dinámica de la
adquisición de la enfermedad y de su cura-
ción”. Esta exigencia de renuncia y perma-
nencia en la abstinencia significará una carga Firma:
difícil de sostener y el impulso a claudicar, a Forma de Pago: cheque o giro efectivo
hacer pequeñas concesiones, constituirán
“tentaciones” cotidianas. De esta manera el

24 DICIEMBRE DE 2004 N°31

psicoanálisis se convierte en enemigo tam- se de atributos tales como los de eternidad,


bién para el analista. Reubicar el adversario incondicionalidad, modelo a imitar etc., de-
en la enfermedad será un paso decisivo en mandas que el analizando suele traer consi-
todo análisis. Ubicarse en deseante de anali- go. Sin embargo la monotonía con que estas
zar, renunciando a ser deseable, será lo más normas se cumplen, otorgan a las sesiones la
difícil para el analista pues ello exige renun- posibilidad de construir la ilusión de dar
cias narcisistas. cumplimiento a estas demandas. La repeti-
Para el analista la resistencia al psicoanáli- ción monótona y uniforme de las condicio-
sis se halla en el mismo núcleo de su méto- nes del encuadre, sin contenido que las justi-
do, pues sus reglas o las recomendaciones de fique (poseen cierta arbitrariedad) hacen que
su creador pueden llegar a ser instrumenta- la sesión se convierta en terreno fértil a la
das como absolutas y sagradas y constituirse compulsión de repetición, de presentación
así, en técnicas de sumisión a las que el com- de la pulsión de muerte.
ponente masoquista de toda neurosis suele ¿A qué damos albergue entonces cuando
prestarse solidario. Y aún más en fetichizar- recibimos e iniciamos el tratamiento de un
se en la utilización del diván, mientras que- paciente en análisis?.
dan ocultos los otros ejes mencionados. Las limitaciones de horario y lu-
Considero que la diferencia esencial del gar, más la abstinencia visual y
psicoanálisis con respecto a otra práctica, se motora incorporan “cortes” y
halla en el combate que realiza contra la ten- ellos hacen presente una im-
tación de dirigir la vida del paciente o de posibilidad, es decir que
intentar su reeducación emocional. La cura con el encuadre inclui-
es un efecto y no una intención y el secreto se mos una posibilidad
halla en el manejo de la transferencia. (la del tratamiento analí-
La transferencia conlleva una escena repe- tico) y a la vez una imposi-
tida e inacabada que insiste en realizarse y bilidad (la de la arbitrariedad
que a su vez se instala en la escena inédita, en el encuentro).
con lo real del analista. Estas normas no agregan nada
Podemos decir que la abstinencia será ne- nuevo al encuentro de analista y anali-
cesaria para impulsar la labor analítica, pero zado, a lo sumo destacan algo que es inhe-
sólo en un grado suficiente como para que rente al mismo, la posibilidad ilusoria de
no llegue a convertirse en resistencia. consumar una historia de amor inconclusa. El
Del examen de las dos reglas que guían la analista se ofrece en su abstinencia, en el ho-
labor analítica podemos concluir la existen- rizonte del encuadre, a participar en esta his-
cia de una libre asociación que no es tan libre toria con la promesa de darle una solución fi-
y de una abstinencia que no debe ser tan ab- nal. En otra ocasión hemos afirmado que tal
soluta. Una posición teórica como la enun- historia es la repetición de la eterna escena del
ciada difícilmente pueda concretarse en re- niño excluido, expulsado y humillado por la ▲ Mondrian
glas fijas para su practica. pareja de los padres y ella será el núcleo uni- color con lín
versal de la nachspiel (epílogo sin solución de
continuidad) del neurótico. A través de esta
Recomendaciones escena, con sus múltiples variantes indivi-
para la práctica duales y míticas, la neurosis insiste en lograr
un epílogo satisfactorio. Esta sería una de las
Con el término encuadre solemos referirnos tendencias que forma parte del conflicto. La
a condiciones estables dentro de las cuales se otra, coexistente, es la de mantener a este epí-
desenvuelve el tratamiento psicoanalítico, a logo en suspenso, conservando así la ilusión
saber, horarios, lugar, honorarios y supresión de posibilidad y de no enfrentarse a una nue-
del polo motor y visual en el analizado. va privación. Digamos de paso, con respecto
Freud le da a estas condiciones el carácter a esto último, que la abstinencia que impone
de advertencias, no de exigencias, lo que el analista puede ser aprovechada por esta úl-
permite suponer que si bien ellas optimizan tima tendencia y convertir lo que es regla en
nuestra tarea, son requisitos que admiten instrumento de la resistencia.
cierta plasticidad en su utilización. No defi- El lugar donde transcurre la experiencia
nen la técnica sino que la perfeccionan. analítica (que no es cualquier lugar), el tiem-
Es de considerar que el cumplimiento de po con límites, el pago por lo que se recibe y
estas reglas abstienen al analista de revestir- la abstinencia visual, son condiciones que re-
LILIANA DENICOLA REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA: EL ENCUADRE 25

habilitan el momento de la caída del narci- vo del encuadre que es el significado de hos-
sismo. Por la renuncia que en cada sesión se pitalidad, de hogar, de lugar en este tiempo
exige, el análisis transcurre con un malestar de no lugares. Efectivamente, quizás no da-
de fondo que se hace protagónico, trágico y mos la dimensión necesaria, o quizás no se
atentatorio a la continuidad de la labor en nos ha planteado hasta este momento la im-
cuanto busca consumar las apetencias des- portancia de que haya alguien en un lugar
pertadas. Es así que el analizando busca bo- del planeta que aguarde al hombre de hoy.
rrar tiempo, espacio y todo aquello que in- Hombre de un siglo donde las fronteras se
troduzca el principio de realidad. borran y los idiomas se pierden en la bús-
Destaquemos entonces que el encuadre in- queda de un idioma universal..
troduce condiciones de monotonía, unifor- Pensando esta cuestión de lugar y de no lu-
midad y genera un imposible, convocando gar, de lugares de tránsito como destino re-
de esta manera a la expresión en sus fronte- cordé que hace mucho tiempo una analizada
ras, de la compulsión de repetición. exigida a realizar por su actividad frecuentes
viajes, narraba un sueño recurrente, que sur-
Trabajamos en un lugar repetido en gía durante las noches siguientes a su regreso
el que intentamos no realizar cam- a casa. En su sueño aún no había regresado.
bios, ámbito que representa al Semidormida, casi como continuación del
mismo analista. Lugar físico y sueño, miraba una cajita que estaba sobre su
analista se confunden en la mesita de luz. Esta cajita que poseía hondos
realidad psíquica. Surge significados históricos (la asimilaba al costu-
el interrogante si con rero de su mamá que de pequeña solía revi-
la aplicación de las sar y jugar), tenía una inscripción, que daba
condiciones del encuadre cuenta de su función GOOD HOUSEKEEPING.
en un siglo diferente al que Este semidespertarse era acompañado con el
se originó el psicoanálisis se inquietante pensamiento de que no podía ser
producen otros efectos. Los ana- que esa cajita estuviera en un hotel de otro
listas en general concordamos en país, no la había llevado consigo.
que es la escucha lo que define un psi- En el sueño aún se hallaba en tránsito en-
coanálisis, pero las condiciones en que se tre el último país y su casa, los tesoros de su
desarrolla ese encuadre, insistimos, tiene “cajita” y de su “casita”, que seguramente
sus consecuencias. pensó correrían algún peligro, estaban en
Es importante considerar que el hombre de tránsito. He observado que luego de un via-
hoy a diferencia del hombre del siglo pasado je algunas personas continúan en el sueño
transita por autopistas y viaja en trenes de viajando, ignorando su regreso.
gran velocidad, vías rápidas que lo alejan de Veamos otra experiencia de la que fui tes-
lo que se denomina el terruño, de su comar- tigo recientemente: de regreso de un congre-
/ Planos de ca natal, de aquello que contiene las marcas so aguardaba junto algunos colegas en esas
neas grises de su historia y de lugares donde conversar horas intermedias y de tránsito la salida de
con testigos de acontecimientos pasados. un segundo avión. Frente a mí, a unos me-
Es un mundo donde las fronteras se pier- tros atrae mi atención el hecho de que a una
den, donde en pocas horas cambiamos el colega se le acerca una monja y al poco tiem-
huso horario y nuestro organismo acusa el po entablan conversación. A distancia podía
impacto. La transitoriedad de la que nos ha- observar que mi colega la escuchaba y la
blaba Freud se ha angostado y lo perecedero monja hablaba. Más tarde me relató la ana-
se ha vuelto aún más rápidamente perecede- lista en cuestión, que la presentación de la
ro. Los analistas, en oposición a ello, propo- religiosa consistió en aquello de ¿Ud. es psi-
nemos al que nos consulta un compromiso cóloga no? Y de allí en más le planteó que su
de lugar, de referencia y hasta de encuentro interrogante fundamental se hallaba en el
uniforme, con las menores alternativas y por qué de su vocación religiosa.
cambios posibles. Quizás en esto resida el En un aeropuerto, en tránsito, fugaz en-
valor del encuadre analítico. cuentro de un analista al que se lo reconoce
Marcio Giovannetti1 en su último trabajo, y una desconocida que le plantea un interro-
pone el acento en un aspecto cierto y positi- gante fundamental en su vida.

1 Marcio de Freitas GiovannettiHospitalidade na clinica psicoanalitica hoje.Congreso Latinoamericano de


Psicoanálisis 2004
26 DICIEMBRE DE 2004 N°31

Marc Augé2 señala los aeropuertos como lu- de un tren bala arrasa con esta analogía.
gares paradigmáticos de no lugar de la mo- Afortunadamente aún perduran lugares
dernidad y dentro de ese espacio infinito, anó- donde hallamos recortado del paisaje, una
nimo y de tiempo acotado por la espera a otro ventana y en ella una joven que mira, nos
destino, se produjo el encuentro entre un inte- mira pasar a los pasajeros en tránsito y no-
rrogante fundamental y alguien que podía es- sotros la miramos a ella con curiosidad y no
cucharlo. Se recortó un lugar de encuentro. sin cierta nostalgia. El encuadre, en su mo-
Además de la utilidad o no del las condi- notonía, también propone al hombre en
ciones del encuadre, de la comodidad para transito de nuestros días una lenta y deteni-
una práctica, debemos considerar los efectos da mirada a través del marco de una venta-
que produce, sus consecuencias en un con- na abierta a la fantasía.
texto cultural diferente a la Viena de cien
años atrás.
¿Qué ofrecemos, contra qué corriente na-
Para concluir
damos? En esta era de hombres migrantes, Considero que la utilización de un encua-
lo que ofrecemos es un lugar recortado, se- dre no es aleatoria, produce como hemos di-
guro, repetido, al que se puede regresar. cho consecuencias. El problema consiste en
El barrio, los comercios donde se dialoga- poder utilizarlo y no que el aferramiento al
ba con el dueño, las esquinas, la puerta de la mismo implique un sometimiento inhabili-
iglesia, lugares de encuentro y de intercam- tante. En cada caso, lo utilizaremos en forma
bio donde se practicaba lazos sociales, todo singular pero hay un punto que pienso que
ello ha desaparecido o se ha reducido. De no debemos ceder y que forma parte del nú-
aquellos clubes que propugnaban la unión y cleo de nuestro método, la abstinencia. Las
la benevolencia, la unión y el progreso pasa- disposiciones del encuadre coadyuvan a ella.
mos, significativamente, a los encuentros de El negativo del encuadre, su aspecto no vi-
solos y solas. Encuentro de individualida- sible y mudo, es la posibilidad de despliegue
des, de soledades anónimas. que da a la compulsión de repetición. Su po-
Concordamos con la afirmación de Lacan sitivo es el delimitar un lugar desde un pun-
que el psicoanálisis no es un humanismo. Lo to de vista geométrico, de intersección. Un
afirma en el sentido en que el sujeto del in- espacio donde se cruzan, se entrecruzan dos
consciente en tanto lugar vacío sin sustancia singularidades. Un lugar, de espacio, donde
ni identidad a priori está siempre en forma se teje una historia movilizada por la repeti-
contingente subordinado a diferentes proce- ción, cerrado, familiar y en consecuencia
sos de subjetivación. ominoso y una puerta, un umbral que repre-
Por ello no es posible senta el intercambio, el afuera, un más allá.
En esta era de una ética universal que A su vez provee el encuadre un transcurrir
hombres migrantes, determine lo que se de- repetido y uniforme, cercano a lo atemporal.
de no lugares, lo que be hacer con respecto a Renuente Freud a desarrollar una teoría de
ofrecemos es un lugar la esencia humana. Pe- la técnica, prefirió limitarse a una serie de re-
ro considero importante comendaciones. Sabía de la importancia de
recortado, seguro, que el analista reflexio- la palabra pero también que el encuentro en-
repetido al que se ne sobre los efectos de tre analista y paciente excedía el lenguaje.
puede regresar. las modalidades de su Quizás como Chesterton3 podemos finalizar
práctica en diferentes diciendo “ El hombre sabe que hay en el al-
contextos culturales. Qué ma tintes más desconcertantes, más innume-
ofrecemos con nuestro encuadre y cómo será rables y más anónimos que los colores de
significado dentro de las coordenadas en que una selva otoñal…cree, sin embargo, que
se mueve el hombre de nuestro tiempo. esos tintes, en todas sus fusiones y conver-
En el decir de Augé los lugares se han siones, son representables con precisión por
transformado en pasajes y ya aquella pro- un mecanismo arbitrario de gruñidos y de
puesta de Freud de que el paciente descri- chillidos. Cree que del interior de un bolsis-
ba lo que se le ocurra como cuando ve el ta salen realmente ruidos que significan to-
paisaje pasar por la ventanilla de un tren dos los misterios de la memoria y to-
resulta anacrónica. La idea de la existencia das las agonías del anhelo”.

2 Marc Augé. Los no lugares Gedisa. 2004


3 Citado por J. L.Borges en. El idioma analítico de John Wilkins. O. C. Emecé.1974
CARLOS ISOD DE LA FORMA 27

De la Forma
El rito psicoanalítico
CARLOS ISOD*

“Hay tiempo para mostrarse síntesis, el encuadre es, desde esa perspecti-
y tiempo para ocultarse; va, el formato de la sesión psicoanalítica.
Hay tiempo para hablar
y también tiempo para callar.” Intentaré pensar al encuadre desde el punto
Norman Brown de vista opuesto al que lo define como forma-
to, buscando su espíritu, su forma, “el principio
1. INTRODUCCIÓN activo que le da entidad” Algo así como ‘el ser’
del encuadre y sus condiciones de existencia;
a) Forma vs. Formato en síntesis, su obviedad. Pa-
rece tarea sencilla. Sin em-
Forma: Configuración externa./Principio activo que da bargo nos encontramos de CUANDO UNO TOLERA
a algo su entidad./Principio activo que con la materia inmediato con una dificul- ACOMODAR SU VISIÓN A
constituye la esencia de las cosas. tad, una resistencia. La for- LA FORMA COMO SE
Formato: Conjunto de características técnicas (...) ma tiene la particularidad PRESENTA ‘LO QUE ESTÁ
Obvio: Que se encuentra o pone delante de los ojos.1 de impactar de manera AHÍ’, RESULTA

E
traumática la conciencia,
COMPELIDO A SUPERAR
n psicoanálisis llamamos encuadre al que inmediatamente tiende
ESA INERCIA DEL
conjunto de operatorias y normas de a fragmentarla, atomizarla,
PENSAMIENTO QUE
procedimiento que enmarcan o regulan descomponerla en partes.
TIENDE A ORGANIZAR LO
la relación entre analista y paciente durante
el tratamiento 2. Desde otro punto de vista el Ejemplifiquemos esta afir- PERCIBIDO EN PLANOS,
encuadre es el conjunto estable de variables mación con un caso para- DIMENSIONES,
controladas que, siguiendo el modelo de las digmático: la presentación RELACIONES CAUSALES,
ciencias, permite aislar, evaluar y operar so- en familia de un recién na- CATEGORÍAS,
bre otra variable, la del comportamiento del cido. La jauría familiar, im- DESARROLLOS
paciente y, eventualmente, del analista, ga- pactada por la visión inso- TEMPORALES,
rantizando que esas variaciones no sean con- portable del objeto tabú, COMPARACIONES,
secuencia de modificaciones contextuales. procede de inmediato a su OPOSICIONES,
descuartizamiento, apenas FILIACIONES,
En ambos casos parece haber acuerdo simbólico. Así se dirá del ANTECEDENTES,
acerca de que encuadre es un título, nombre infante que sus ojos son de CONSECUENCIAS,
del conjunto, carente en sí de entidad y sig- la mamá, la nariz del papá, ABSTRACCIONES Y
nificación, salvo en lo que hace a denominar el pelo de la tía, la oreja de- GENERALIZACIONES.
la serie de convenciones que contiene. En recha del abuelo paterno,

* tel (054) (011) 4778-1504 / e-mail carlosisod@uolsinectis.com.ar


1 “Diccionario de la lengua española”. Real Academia Española. 22ª edic.
2 Las normas del encuadre devienen de la decantación de las propuestas freudianas en los llamados artículos

técnicos.
28 DICIEMBRE DE 2004 N°31

en ‘eso que es’ en tanto asimilan el percepto


a las categorías que la cultura, la represión y
la experiencia establecen en el yo con el fin
de atenuar el impacto traumático que provo-
ca en uno la brutal desnudez de ‘lo otro que
yo que está ahí fuera de mí’. En otra circuns-
tancia, el uso excluyente y abusivo de esas
operaciones defensivas incrementa la insal-
vable distancia entre los modelos que crea el
pensamiento y los existentes representados
por esos modelos. La distancia-resistencia
entre representación y cosa, entre mapa que
resiste y territorio resistido, lleva a una alte-
ración de sentido en el ser.

Cuando uno tolera acomodar su visión a la


forma como se presenta ‘lo que está ahí’, re-
sulta compelido a superar esa inercia del
pensamiento que tiende a organizar lo perci-
bido en planos, dimensiones, relaciones cau-
sales, categorías, desarrollos temporales,
comparaciones, oposiciones, filiaciones, an-
tecedentes, consecuencias, abstracciones y
generalizaciones.

Las imágenes planas en 3D (tres dimensio-


nes) y la atención flotante del analista son
dos buenos ejemplos de cómo se pueden
sortear las limitaciones de la percepción-
conciencia. Las primeras a través de lograr la
divergencia ocular, dando lugar a la percep-
▲ Mondrian / Frontispicio azul ción de la forma tridimensional oculta. En el
caso de la atención flotante, a partir de un
la izquierda del materno, las uñas de la her- desdoblamiento de la investidura conciente
manita, y así sucesivamente. en la escucha de tal manera que una parte de
la misma atiende a las palabras de las aso-
Cuando un cuadro o una pieza musical ciaciones mientras otra se hace sensible a las
nos impacta por desconocida, casi automáti- ocurrencias del analista, la polisemia y la
camente buscaremos un música de las palabras, lapsus, similicaden-
trazo, un fraseo que nos re- cias, tonos, reiteraciones, omisiones, etc.
LOS RITOS
cuerde a tal o cual obra, un
CEREMONIALES –ENTRE plagio de tal otra, intenta- Esas experiencias pueden parecer fragmen-
ELLOS EL ENCUADRE– remos ubicarlo en un esti- taciones en la conciencia, pero en rigor son
‘CREAN’ LOS MUERTOS lo, una escuela, una ten- todo lo contrario. En ellas la conciencia se
COMUNES GENERANDO dencia. O diferenciarlos, amplía hasta acomodarse de manera más efi-
LAZOS DE LEALTAD Y que es lo mismo. Lo impor- caz a la forma que se ofrece a su percepción.
FAMILIARIDAD ENTRE tante es relacionar, en to-
QUIENES PARTICIPAN DE dos los casos, eso que está b) Rito
DICHOS RITOS. EN ahí con lo ya conocido 3.
NUESTRO CASO, YA SEA Estilo: Modo, manera forma de comportamiento./Uso,
DESDE LOS SILLONES, YA Esas operaciones del pen- práctica, costumbre, moda.
SEA DESDE LOS DIVANES. samiento generan una in- Rito: Conjunto de reglas establecidas para el culto y
conveniente discontinuidad ceremonias religiosas./Válido, justo, legal. 4

3 El narcisismo del yo, la vida rutinaria y las políticas conservadoras tienen en común el aborrecer la
diferencia, “lo otro”.
4 Real Academia Española. Op.cit.
CARLOS ISOD DE LA FORMA 29

Desde Freud estamos habituados a pensar equivocó. Si comparó las


que un hecho trivial adquiere sentido, con- cruces que se forman por la PARA ACERCARNOS
dición patógena, no tanto por su cualidad intersección de triángulos A LA COMPRENSIÓN
intrínseca sino por los significados que va y rectángulos en los casille- DEL ENCUADRE EN SU
adquiriendo en sucesivas reinscripciones. Es ros β y δ, contrastándolos CONJUNTO TENEMOS
por esas significaciones que el acontecimien- entre sí y con las cruces QUE TRASLADAR LAS
to se perpetúa y mantiene su vigencia. De del casillero χ, también se IMPORTANCIAS DESDE
manera análoga, los ritos del psicoanálisis equivocó. Pero si observó LOS CONTENIDOS DEL
–como los de cualquier religión, arte o disci- el gráfico como totalidad, ANÁLISIS A AQUELLO
plina– trascienden y adquieren autonomía rápidamente se le hizo evi-
QUE SE PRESENTA, NO
respecto de las circunstancias y las intencio- dente que la cruz más gran-
COMO CONTENIDO, SINO
nes de quienes los inauguraron, ejercieron y de es la que divide el gráfi-
COMO CONTINENTE.
transmitieron, perpetuándose en el tiempo co en cuatro cuadros.
como estilo, rito de una subcultura. Un rito
que cumple la nada despreciable función de ¿Y qué tiene que ver este juego de pensa-
establecer lazos de comunidad entre aque- miento lateral con nuestro tema?. Justamen-
llos que lo practican. te, de la misma manera que para ‘ver’ la cruz
más grande tenemos que suspender la aten-
Los ritos ceremoniales –incluimos en ello ción dirigida a los contenidos de los casille-
al encuadre– son antes que nada fórmulas de ros, para acercarnos a la comprensión del
orden mágico que ‘crean’ los muertos comu- encuadre en su conjunto tenemos que trasla-
nes generando lazos de lealtad y familiari- dar las importancias desde los contenidos
dad entre quienes participan de dichos ritos. del análisis a aquello que se presenta, no co-
En nuestro caso, ya sea desde los sillones, ya mo contenido, sino como continente.
sea desde los divanes.
En varios sentidos el tema del continente no
2. CONTINENTE, CONTENIDO, es una cuestión menor. Viene a mi memoria una
CONTINU IDAD seductora fábula inventada por Luis Jalfén en
cierta oportunidad en que discurríamos acerca
“Dios nos libre de la visión única del significante. Decía Luis que le gustaba ima-
y del sueño de Newton” ginar que cuando nació Colón, sus padres
Norman Brown –paupérrimos tejedores genoveses 5– no dispo-
nían del más mínimo espacio en su habitación-
Observe el siguiente gráfico y señale dón- taller para ubicar en ella la elemental cesta don-
de está la cruz más grande: de dormía el niño. Por ese motivo lo ubicaron
frente al fogón, de cuyo dintel colgaban las en-
negrecidas ollas en que cocinaban los tristes
guisos que constituían su sustento. De tanto
mirar las cacerolas –los continentes respecto de
los guisos– en el pequeño Cristóbal fue nacien-
do la vocación –el deseo– que, ambición me-
diante, lo llevó a ser Almirante del Imperio y
descubridor del nuevo continente.

Decir que un continente


contiene contenidos no EL ENCUADRE,
agota en absoluto las signi- CONTINENTE
ficaciones del vocablo. En DEL PROCESO
efecto, continente conlleva PSICOANALÍTICO,
la idea de continuidad de ESTABLECE UN NEXO
todas las cosas que en él SIGNIFICATIVO ENTRE
están contenidas. Cuando LOS CONTENIDOS
Si Ud. comparó las cruces del casillero χ desde la geografía habla- POR ÉL CONTENIDOS.
para descubrir cuál es la más grande, se mos de continente no nos

5 Según las últimas investigaciones deberíamos cambiar ‘genoveses’ por ‘catalanes’.


30 DICIEMBRE DE 2004 N°31

referimos exclusivamente a una continui- es la actualización, en el


dad territorial rodeada de aguas oceánicas marco del vínculo psicoa- FREUD INVENTÓ EL
sino, fundamentalmente, a que las cosas que nalítico, del pacto fraterno PACTO FRATERNO EN EL
nacen, viven y mueren en él mantienen una descrito por Freud en Tó- CONTEXTO DEL RELATO
relación ecosistémica. Esta idea de que el tem y Tabú. Hoy día, lue- DARWINIANO PARA
continente establece un nexo significativo go de haber comprendido DAR FIGURABILIDAD,
entre sus contenidos es un punto importan- algo más acerca de que los A TRAVÉS DE ESA
te para desentrañar la naturaleza del encua- relatos míticos son elabo- METÁFORA, A LA
dre, continente del proceso psicoanalítico. 6 raciones secundarias que ALIANZA ENTRE
desde el aquí y ahora in- ANALISTA Y PACIENTE
3. EL PACTO DE LA ALIANZA. tentan establecer y fijar un SIN LA CUAL NO HAY
AMOR DE TRANSFERENCIA. origen, dar cuenta de que TRATAMIENTO POSIBLE.
lo que está acaeciendo es OTRA OCASIÓN EN QUE
“El amante, como Proteo, efecto de algo acaecido, EL PASADO SIRVE DE
se licuará ahora en el agua que fluye, diría que Freud resignificó METÁFORA Y PRÓLOGO
será ora un león, ora un árbol, el pacto fraterno en el con- IMAGINARIO A LA
ora un jabalí erizado.” texto del relato darwinia- TRANSFERENCIA.
Ovidio, “El arte de amar” no para dar figurabilidad,
a través de esa metáfora, a
Hace ya muchos años me atrapó la idea la alianza entre analista y paciente sin la
de que el contrato que establece el encuadre cual no hay tratamiento posible. 7 Así nos
encontramos una vez más con que la Histo-
ria –historia de la especie, historia personal,
historia relatada, historia construida– el
pasado, sirve de metáfora y prólogo imagina-

A nuestros rio a la transferencia.

El pacto fraterno –y el encuadre, al que

suscriptores metaforiza– implica la coartación e inhibi-


ción de las tendencias y metas sexuales y
hostiles entre quienes adhieren al mismo y
tiene como condición, para que ese acto de
coartación e inhibición se lleve a cabo de ma-

« nera eficaz, cierta medida de consciencia, de


aceptación y de elaboración de dichas ten-
dencias sexuales y hostiles. Es impropio y
contrario a nuestros postulados suponer que
El número 32 de “La Peste de Tebas” pueda morigerarse eficazmente algo cuya
–Necesidad y deseo– existencia positiva es negada, reprimida o
estará llegando a ustedes entre disociada. Sabemos que “lo reprimido crece
en la oscuridad”.
el 20 y el 30 de marzo.
Les pedimos se comuniquen Probablemente sea alrededor de esta cues-
con nosotros si para esa fecha tión que gira la primer obviedad, la primera
condición de existencia del encuadre, conti-
no han recibido el ejemplar nente del análisis. Me refiero a la aceptación
de la existencia de una disposición sexual y
libidinal, hostil y agresiva entre los actores
4833-6114 del análisis y, secundariamente, a una conve-
lapeste@fibertel.com.ar niente coartación e inhibición de la intensi-
dad de las mociones pulsionales que consti-
tuyen esa disposición.

6 La palabra continente tiene también estrecha relación con continencia, una de cuyas acepciones alude a
moderación de las pasiones y, más específicamente a la abstinencia sexual, tema éste del que se ocupó
Cesio y que vale recuperar en cualquier reflexión sobre el encuadre psicoanalítico.
7 Isod, C. “La medida del hombre”. La Peste de Tebas, Nº 24.
CARLOS ISOD DE LA FORMA 31

Si supusiéramos que el se congregan desnudos, de


EL OTRO SÓLO INGRESA analista no inviste libidi- noche, junto a un lago helado ME ENFRENTO, EN MI
EN EL ESPACIO nalmente al paciente y al del Himalaya. Al lado de cada ESPECULACIÓN, CON
PERSONAL COMO vínculo con él, o si no hu- uno se pone una pila de cami- LA PARADOJA DE QUE
OBJETO Y SUJETO biera una complementaria setas mojadas y heladas: la ta- LO QUE SOSTIENE Y
DE INVESTIDURAS respuesta por parte del se- rea consiste en ponerse, hasta ALIMENTA EL ANÁLISIS
SEXUALES. ESA ES gundo a esa investidura, dejarlas secas, la mayor canti- ES DE LA MISMA
SU CONDICIÓN DE no habría análisis posible dad posible de camisetas antes NATURALEZA ÚLTIMA
EXISTENCIA. ESA ES, simplemente porque no ha- del amanecer. Donde el poder QUE AQUELLO QUE
bría vínculo humano posi- es real, la prueba es real, y el
TAMBIÉN, LA CONDICIÓN LO CLAUSURA.
ble. Tampoco habría análi- sistema de calificación es pas-
DE LA TRANSFERENCIA
sis posible si el analista no mosamente objetivo.”9
Y EL ANÁLISIS.
partiera de y el paciente no
llegara a admitir esa cuali- “La existencia específicamente humana
dad, si se soslayara esa cuestión, así como comienza con el reconocimiento de noso-
tampoco habría posibilidad de análisis si no tros mismos por parte de otro ser huma-
resultara injuriado el ataúd, la coraza autoe- no” 10. Empatía y reconocimiento 11. Empatía
rótico-narcisista con que los seres humanos que es portadora de investidura sexual 12.
nos protegemos de la vida y de la demanda Reconocimiento que consiste, en los térmi-
libidinal que impone la presencia de otro. nos de nuestra conceptualización, en inves-
En nuestra concepción el otro (en tanto que tidura sexual.
‘otro que yo’) sólo ingresa en el espacio per-
sonal como objeto y sujeto de investiduras se- Cuando decimos aceptación de la existen-
xuales. Esa es su condición de existencia. cia de otro estamos hablando de reconoci-
Esa es, también, la condición de la transfe- miento, de odio y amor. De reconocimiento
rencia y el análisis. de un semejante. Semejanza que inaugura lo
compartido, el nosotros. Y también de reco-
“Los síntomas, que para tomar un símil de la nocimiento de la diferencia en el contexto de
química, son un precipitado de tempranas viven- esa vivencia de semejanza. Hablar de recono-
cias amorosas (en el sentido más lato) sólo pueden cimiento de otro –por parte
solucionarse y transportarse a otros productos de otro, respecto de otro– …RACKER DESTACA
psíquicos en la elevada temperatura de la viven- es hablar de amor y odio en ESA CUALIDAD SEXUAL
cia de transferencia.” 8 Entiendo que Freud di- el ámbito específico de la DEL ANÁLISIS (…) EL
ce que el tratamiento psicoanalítico sólo es sexualidad. PSICOANÁLISIS NACIÓ
posible con pacientes que hayan logrado –y
DEL TORMENTOSO
conserven aún– algo de la capacidad de Y esa es la condición esen-
ROMANCE ENTRE
amar y de odiar (de elevar su temperatura). cial, a mi juicio, que esta-
BREUER Y ANA O. Y
Y esta afirmación es más válida aún en lo blece el vínculo analítico y
DE LOS APASIONADOS
que respecta al analista. su encuadre. Que la perso-
na que recurre a nosotros SENTIMIENTOS
“En el Tibet, la institución que expide títulos es en consulta nos provoque HOMOSEXUALES DE
el Colegio Ritual Mágico. Expide títulos en cam- esa necesidad de conocer y FREUD HACIA FLIESS.
pos del saber como la clarividencia y la telepatía; reconocer, de ser conocidos ESA FUE SU CUNA Y
también en calor interno: el calor interno es un y reconocidos. Admitimos ESOS SON SUS
control sobrenatural conferido por el yoga sobre que, como el lactante de la BLASONES. Y ESA ES
la temperatura del cuerpo. Permítaseme sucum- metáfora evolutiva, nos ubi- ‘LA BASE’ –EL AMOR
bir un momento a la fascinación del misterioso camos en el mostrador –el DE TRANSFERENCIA–
Oriente y contarles el procedimiento de exámenes lado del anfitrión en el es- DEL VÍNCULO ANALÍTICO.
para los cursos de calor interno. Los candidatos critorio– llevados por la

8 Freud, S. “5ª conferencia sobre psicoanálisis”. A.E.T.11. El destacado es mío.


9 Brown, N., “Apocalipsis y/o metamorfosis”.
10 Todorov. Suplemento cultural de Corriere de la Sera / La Nación de fecha 15 de agosto de 2004.
11 Freud, S., “Psicología de las masas y análisis del yo”.
12 Lo humano sólo puede ser acreditado por lo humano semejante, por cierto a través del amor que tiene la

cualidad de aceptar lo diferente, el odio. Ese reconocimiento de nosotros en otros, que de manera abreviada
llamamos investidura social, permite poner en evidencia que toda empatía es portadora de investidura sexual.
32 DICIEMBRE DE 2004 N°31

perentoriedad de la vida y por nuestras pul- tormentoso romance entre Breuer y Ana O. y
siones de autoconservación. Pero si no se de los apasionados sentimientos homose-
diera por aposición ese necesario movimien- xuales de Freud hacia Fliess. Esa fue su cuna
to de la sexualidad que, coartada, se expresa y esos son sus blasones. Y esa es ‘la base’ –el
como entusiasmo, curiosidad, cualidades es- amor de transferencia, como entiendo desta-
tas devenidas del amor de transferencia, es ca el texto de Freud antes citado– del víncu-
inconcebible suponer la construcción de un lo analítico.
vínculo analítico.
El impacto de la investidura sexual –y de
La mención al amor de transferencia obliga la moción hostil que implica– por parte del
a que nos detengamos un momento para su analista sobre la persona del paciente es, en
consideración. Siguiendo el camino trazado mi comprensión, la base incitante a partir de
por el pensamiento de Garma cuando habla la cual se establecen primero en y luego des-
del núcleo traumático que subyace a todo de el paciente la transferencia erótica y la
sueño y el de Cesio acerca de la tragedia edí- transferencia negativa que van a constituir
pica que subyace a toda manifestación neu- los ejes del análisis.
rótica, llamo aquí amor de transferencia al
fundamento pulsional del vínculo analítico,
su sentido y motivo, que, cuando es soslaya- 4. LAS MÁSCARAS DEL
do –no admitido, disociado, desestimado, PSICOANÁLISIS EL LUGAR
banalizado, no analizado– lleva a que se ma-
nifieste con total intensidad, tanáticamente,
DE LA TEORÍA EN EL
constituyendo la circunstancia que acaba con ENCUADRE PSICOANALÍTICO
él. Trasciendo así, en mi formulación, la ver-
sión acotada que habitualmente conocemos “laborare est orare”
bajo esa denominación. Aún así me enfrento
con la paradoja de que lo que sostiene y ali- Una vez admitida esa cualidad principal
menta el análisis es de la misma naturaleza del encuadre y del vínculo psicoanalítico
última que aquello que lo clausura. podemos ingresar en otra cuestión, en más
de un sentido vinculada con la anterior, que
Adhiero a la idea de que, en psicoanálisis, tiene que ver con el status que la teoría
curar es sinónimo de transformar 13 y que el guarda en nosotros. De la misma manera
trabajo psicoanalítico es transformación en que cierta disposición a la transferencia en
tono de ensoñación. El analista trabaja en un sus actores es condición de posibilidad para
punto intermedio entre el sueño y la vigilia, un análisis, considero necesario, para que se
entre la hiperrealidad del relato y los fantas- establezca el encuadre psicoanalítico, que el
mas del letargo, entre la tragedia y el pensa- analista haya realizado adecuadas y sufi-
miento, con un pie en la cordura y otro en la cientes transferencias –de investidura se-
aparente insensatez del delirio (de-lirium = xual, admitámos lo obvio– con la teoría que
fuera del surco). Y esto sólo puede ser llevado sustenta y es producto de su quehacer. Vale
a cabo en un clima de entusiasmo (entheos = decir que haya logrado la experiencia de
el Dios (Dionisos) en nosotros), de intenso afec- conmoverse, no sólo intelectual, sino tam-
to constantemente renovado. bién vivencialmente, en la ardua labor de
transvasar los conceptos, muchas veces
Cuando Racker 14 dice que el analista fun- enunciados en términos de las ciencias du-
ciona durante el análisis como una buena ras en los modelos de los textos madres de
amante, “como una mujer plenamente activa la teoría psicoanalítica, al lenguaje coloquial
dentro de su papel pasivo”, rescata, a mi en- del diálogo. Privilegiando la lectura psicoana-
tender, con esta analogía, esa cualidad se- lítica de los textos por sobre la lectura de los
xual 15 del análisis. El psicoanálisis nació del textos psicoanalíticos.

13 Brown, N., op.cit.


14 Racker, H. “Estudios sobre Técnica Psicoanalítica”
15 Digo sexual y no de la sexualidad, no porque ignore que el psicoanálisis se ocupa de sexualidad y no de sexo

sino porque quiero destacar que si bien sexo y sexualidad, así como genital y genitalidad son términos que
vale la pena discriminar, una diferenciación excesiva que olvide las coincidencias favorece la resistencia
que, bajo la forma de disociación e intelectualización, sirve a la represión.
CARLOS ISOD DE LA FORMA 33

¡Cuántas veces nos he- vivencias e interpretacio-


CONSIDERO NECESARIO, mos rebelado frente a la nes; no sólo con conceptos. LOS MODELOS
PARA QUE SE complejidad de las defini- CONCEPTUALES DEL
ESTABLEZCA EL ciones del psicoanálisis!, Entiendo que la teoría no PSICOANÁLISIS SON SUS
ENCUADRE ¡cuántas veces nos hemos ocupa en la práctica clínica MÁSCARAS, LOS
PSICOANALÍTICO, QUE resistido hasta el letargo el lugar de aplicación, sino DISFRACES CON QUE
EL ANALISTA HAYA por la dureza de algunos el de descubrimiento y PRESERVA SU ELEUSIS.
REALIZADO ADECUADAS conceptos!. Con el tiempo creación. Que con cada in- MÁSCARAS QUE
Y SUFICIENTES hemos ido admitiendo que tervención vuelve a escri- MUESTRAN ALGO Y
TRANSFERENCIAS esos enunciados ‘duros’, en birse la teoría, no que par- OCULTAN MUCHO. PARA
DE INVESTIDURAS ocasiones tan alejados de la timos de ella. Teoría que,
ACCEDER AL SECRETO
SEXUALES CON LA vivencia, son la manera al renacer en su fuente diá-
HAY QUE APRENDER LA
que tiene el psicoanálisis logal con el paciente, recu-
TEORÍA QUE SUSTENTA Y LETRA Y DESPUÉS
de preservar y defender pera “un fragmento de poe-
ES PRODUCTO DE ATRAVESARLA,
sus misterios. Partimos de sía no profanado”, en el
SU QUEHACER. TROCÁNDOLA EN
un párrafo de Brown: “... decir de Ezra Pound. Si
PRIVILEGIANDO IDEOGRAMA.
veo a las civilizaciones origi- eso no se da, sucede lo que
LA LECTURA narse en el develamiento de en términos generales po-
PSICOANALÍTICA DE LOS algún misterio, algún secreto; dríamos llamar la catequización del pacien-
TEXTOS POR SOBRE LA y expandirse con la publica- te 16. Catequización que convierte la inter-
LECTURA DE LOS TEXTOS ción progresiva de su secreto vención psicoanalítica en recitado del Credo
PSICOANALÍTICOS. y terminar agotadas cuando y que tiene como objetivo último la reafir-
ya no queda secreto alguno, mación del vínculo confesional del analista
cuando el misterio ha sido divulgado...” con una teoría cadavérica. Reafirmación que
delata más ambivalencia que convicción. El
De esta manera llegamos a pensar que los overol psicoanalítico es más apto que los ro-
modelos conceptuales del psicoanálisis son sus pajes sacerdotales para el eficaz desempeño
máscaras, los disfraces con que preserva su de nuestro oficio. El diálogo del analista con
Eleusis. Así Freud se disfrazará sucesivamen- sus pacientes y con sus libros debería estar,
te de biólogo, neurólogo, psiquiatra, endocri- en mi opinión, más abierto a la sensualidad
nólogo, psicólogo evolutivo, antropólogo, fí- de los afectos que a las salmodias eclesiásti-
sico, historiador. Máscaras que muestran cas, superyoicas.
algo y ocultan mucho. Es la diferencia que
hay entre el alfabeto y el ideograma: lo escri-
to con letras se lee, el ideograma se vivencia, 5. BREVE RECORRIDO POR
se interpreta. Para acceder al secreto hay que ALGUNAS CUESTIONES
transformar la letra en ideograma; primero
aprender la letra para después atravesarla.
PUNTUALES
Tolerar, quizás, que las lagunas teóricas sean Planteado lo que son a mi juicio las condi-
cegadas también con misterio: intuiciones, ciones esenciales –las obviedades– del en-

16 Propuse este concepto, con idénticos términos, en “El lugar de la técnica en la clínica psicoanalítica”.
Terceras jornadas del Circulo Freudiano. Bs.As., l980.

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34 DICIEMBRE DE 2004 N°31

cuadre psicoanalítico, el tema abarca una se- un sentimiento de insatisfacción. Teníamos


rie de contenidos técnicos acerca de los cuales mas desencuentros que encuentros.
valdría el esfuerzo explayarse, cosa imposi-
ble en un artículo de esta extensión. Cada Por lo general me coloco en una posición
uno de ellos merecería un trabajo de explo- interna frente a los honorarios en la cual lo
ración minuciosa. De manera que sólo voy a que paga el paciente son los honorarios de su
seleccionar un tanto arbitrariamente y guia- análisis, con los que mantiene su análisis, con
do por mi interés del momento un par de los que honra su análisis, más allá de un esti-
cuestiones técnicas sin pretender agotarlas. pendio por mi trabajo. De tal manera que si al-
En primer lugar voy a especular brevemen- guno presenta dificultades al respecto puedo
te, partiendo de una anécdota clínica, sobre destacar ante mí mismo la resistencia, o la
los honorarios y en segundo lugar sobre la disminución de su imagen de sí, o una acti-
frecuencia de las sesiones. tud retentiva, sin sentirme implicado de una
manera concreta y exclusiva en la defensa de
a) Una libra de carne mis intereses frente a un eventual agravio a
los mismos. Es en ese contexto que durante
Honorario: Que sirve para honrar a alguien./ Que tiene una sesión vivencié, a través de un pensa-
los honores pero no la propiedad de una profesión o miento que se organizó en mi conciencia es-
empleo./ Estipendio o sueldo que se da a alguien por tando en situación de atención flotante, que
su trabajo en algún arte liberal. ‘a veces la pobreza oculta la miseria’. Inter-
Estipendio: Paga o remuneración que se da a al- preté esa ocurrencia en términos de que los
guien por algún servicio./ Tasa pecuniaria fijada por ‘honorarios de pobre’ que pagaba el paciente
la autoridad eclesiástica, que dan los fieles al sa- se habían transformado, más por un cambio
cerdote para que aplique la misa a una determina- de sentido que de cantidad, en ‘honorarios
da intención 17. miserables’. Desde ahí pude empezar a com-
prender e interpretar sus tardanzas y ausen-
Hace algunos años tomé en tratamiento a cias como una forma de reparación maníaca
un paciente que estaba atravesando la con- (finalmente, si uno tomaba como dato los
tingencia de una crisis económica y laboral minutos efectivos de sesión, terminaba pa-
particularmente comprometida. Por ese gando bastante más que mis honorarios ha-
motivo fijamos un contrato con honorarios bituales) producto del sentimiento de culpa
provisorios acordes con sus posibilidades por mantener una situación de excepción en
de ese momento sin fijar previamente, co- su análisis cuando sus circunstancias econó-
mo suelo hacerlo en esos casos, el tiempo micas habían variado.
de duración de ese acuerdo, ya que no te-
níamos idea clara de cuanto le iba a llevar Extrañamente me encontré con que el pa-
recomponer su situación. Es conveniente ciente coincidía con mi diagnóstico de la si-
aclarar que el carácter provisorio del tuación pero que, al mismo tiempo, se sentía
acuerdo de honorarios había sido explici- poco inclinado a modificarla. Las cosas se
tado. La excepción duró varios años, en los aclararon con sus asociaciones, y con mis in-
cuales sólo apliqué sobre los honorarios el tervenciones a partir de las mismas. Un día,
porcentaje de incremento que aplicaba a a la expresión de su preocupación por la en-
los habituales que abonaba el grueso de los fermedad de un familiar le sucedieron una
pacientes. El análisis transcurrió sin con- asociación sobre la internación psiquiátrica
flictos para él ni para mí hasta que tuve in- de Maradona y otra asociación acerca de los
dicios fuertes de que su circunstancia eco- secuestros extorsivos y la angustia que le ge-
nómica objetiva había mejorado en forma neraba la eventualidad de verse expuesto a
notable. Junto con ese cambio en su vida una circunstancia semejante. La secuencia de
comenzaron a manifestarse una serie de las asociaciones parecía mostrar que el reco-
síntomas-actuaciones que delataban un nocimiento de la solvencia económica podía
conflicto: tardanzas, ausencias, superposi- conducir a la pérdida de la libertad.
ción de los horarios de las sesiones con
compromisos de otro orden, sumados al La idea de que necesitaba mantener mi vo-
hecho de un creciente malestar en mí que racidad –‘secuestrante’, ‘internante’– a raya
interpreté como la expresión palmaria de me pareció un tanto elemental, por lo cual

17 Real Academia Española. Op. cit.


CARLOS ISOD DE LA FORMA 35

decidí mantener esa interpretación posible convicción un número es-


en reserva y lo interrogué acerca de que co- caso de sesiones semanales, EL MONTANTE DE
nexión encontraba entre sus pensamientos. cuando se trata de perso- LIBIDO LIBERADA
Me sorprendió cuando respondió literal- nas cuya actividad habi- PUEDE ORIENTARSE,
mente: “latentemente hay una circunstancia eco- tual los aleja de la ciudad, EN UN PROCESO
nómica”. La alusión a lo latente me hizo pen- cuando son residentes en DE INTROVERSIÓN
sar en otros pensamientos de argumento localidades alejadas, o LIBIDINAL, AL YO
transferencial, latentes a sus asociaciones. cuando están atravesando MISMO DEL PACIENTE,
Mientras ordenaba mis ideas el paciente si- una circunstancia econó- PRODUCIENDO UNA
guió asociando, esta vez de manera más mica particular de carácter INDESEABLE ESTASIS.
comprensible para mí, acerca de que “cuando transitorio. Tengo en cuen- LA PRESENCIA REAL
se trata de una cuestión de vida o muerte, la pla- ta en ello la conveniencia DEL ANALISTA RESULTA
ta se consigue”. En ese momento pude enten- que implica el poder se- FUNDAMENTAL PARA
der lo que aparecía ante mí como núcleo del guir la secuencia de las GARANTIZAR, EN LO
conflicto. Interpreté que los términos se ha- asociaciones a lo largo de
POSIBLE, LA ADECUADA
bían organizado en su pensamiento en un las sesiones sin una incon-
REORIENTACIÓN DE ESE
orden de reversibilidad, al estilo de la opera- veniente discontinuidad.
MONTANTE LIBIDINAL.
ción matemática de la multiplicación, donde Pero hoy me quiero referir
el antecedente puede cambiar de posición a otra cuestión, con conno-
con el término que le sigue, de tal manera taciones metapsicológicas. Cuando un con-
que lo que aparecía como causa podía con- flicto inconsciente queda develado y hecho
vertirse en efecto y viceversa. Que si por una consciente, cuando una presentación in-
cuestión de vida o muerte se conseguía la consciente queda desinvestida, cuando se
plata, por conseguir la plata se configuraba produce un desprendimiento respecto de un
una cuestión de vida o muerte. Y que la re- objeto al que estaba fijada la libido, cuando
sistencia a modificar el monto de los honora- se levanta una represión, queda un montan-
rios se erigía frente a la vivencia –rechazada– te de libido flotante que tiende a fijarse rápi-
de que el análisis que estábamos desarro- damente a un objeto disponible, objeto que
llando era vivido como demasiado impor- puede ser del mundo externo y “adecuado
tante, al punto de ser sentido como una cues- para una acción eficaz” o ser un objeto del
tión de vida o muerte. En ese momento mundo interno, reforzando el montante de
apareció la típica confirmación descrita por su investidura, obligando a una nueva ope-
Freud ““nunca lo pensé” de esa manera, siem- ración de levantamiento de la represión y de
pre pensé que el análisis hacía a la calidad de vi- desinvestidura, y así sucesivamente o bien
da, nunca a la vida misma”. (Debo confesar –y esto es más comprometido– puede orien-
que, hasta ese momento y en esos términos, tarse a un proceso de introversión libidinal
yo tampoco lo había pensado). Para no dejar al yo mismo del paciente, produciendo una
un clima de suspenso, conviene aclarar que indeseable estasis libidinal. En ese proceso
la situación se resolvió, hasta ahora, en tér- la presencia real del analista resulta funda-
minos satisfactorios, a partir de que ambos mental para garantizar, en lo posible, la
admitimos que, en nuestra vivencia compar- adecuada reorientación de ese montante li-
tida, el análisis es, en más de un sentido, bidinal liberado, en principio hacia el inte-
cuestión de vida y muerte. Una vez más ... rés por el tratamiento, y posteriormente a
Tod und Sexualität 18. favorecer condiciones de satisfacción objeti-
va. Cuando el tiempo disponible para la
b) Tanto va el síntoma a su fuente, reelaboración es insuficiente, o la distancia
que al fin se rompe entre sesiones es excesiva, la garantía de
una adecuada reorientación libidinal com-
“El trabajo psicoanalítico es obra de restauración”. pite con la tendencia a la introversión. Esto
S. Freud.19 es definitorio cuando se trata de pacientes
con una marcada tendencia a esa vicisitud
No creo tener una posición a priori fren- libidinal, pero creo que es una cuestión a te-
te a la frecuencia semanal de sesiones. Es ner en cuenta en el tratamiento de
verdad que sólo ocasionalmente acepto con cualquier paciente.

18 Freud, S. “Psicopatología de la vida cotidiana”. Olvido de nombres propios. El caso Signorelli.


19 Freud, S. “Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis”
36 DICIEMBRE DE 2004 N°31

 MESA REDONDA

La sombra del objeto


E l lunes 9 de Agosto se presentó el número 30
de nuestra revista. Los habituales comentarios
iniciales estuvieron en esta oportunidad a car-
go de Fidias Cesio. Luego de los mismos se dio co-
mienzo al debate.
po y, pasado un tiempo, empieza a moverse, apare-
ce la peste y termina por castrar a Edipo, cegándolo
y quitándole a Yocasta, lo que la arrastra a la muer-
te. La esencia de la tragedia gira, a su entender, al-
rededor de los celos.
Mario Cóccaro le pregunta y pregunta a los autores
Sara Hodara tomó la palabra para preguntarle a Ce- de los otros artículos acerca de qué objeto se trata
sio acerca de la relación que él establece en su tra- en la melancolía. En el trabajo que presentó junto a
bajo entre los celos y lo trágico-incestuoso. Hace la Sara Hodara definen ese objeto y encuentra conso-
pregunta para entender mejor cuál es la articulación nancias con el planteo de Cesio. De todos modos le
entre ambos y por qué ese privilegio de los celos en parece oportuno volver a plantear la pregunta.
relación con lo trágico frente a Fidias Cesio responde que en la melancolía, el su-
▼ Carlos Isod otros afectos. jeto catectizado por esa estructura pulsional trágica
Fidias Cesio responde, si- que pone en peligro su yo, se defiende de la misma
guiendo a Shakespeare, que deflexionándola y configurando un objeto que se
los celos son “ese monstruo de preste para ello. A partir de allí el objeto queda en-
ojos verdes”. Es la pasión más venenado por ese ‘amor’, son los amores que matan.
trágica, están en la esencia de Cuando efectivamente muere, esa estructura pulsio-
la tragedia edípica. Tomando nal vuelve sobre el yo, o mejor, vuelve a ocupar el lu-
como metáfora la relación del gar del muerto en el inconsciente sepultado y desde
bebé con la madre incestuosa, allí llega al yo. El yo, si encuentra otro objeto apro-
se incluye en esa escena el pa- piado, volverá a deflexionarlo y el ciclo se repite. Ca-
dre celoso que desplaza al be- so contrario el superyó lo ataca y lo destruye; es el
bé y de algún modo lo mata. suicidio. Otra alternativa es que esa estructura se
En Edipo Rey, Layo, celoso del derive hacia una conversión somática, que también
▼ Mario Cóccaro hijo que el oráculo anuncia termina matando al sujeto.
que lo va asesinar, manda a Diana Turjanski comenta que en esa concepción
matarlo y se queda con su es- parece no haber salida.
posa, Yocasta. Edipo sobrevi- Fidias Cesio responde que no hay salida excepto
ve, pero sigue con la tragedia que algún analista extraordinario logre y sea capaz
de su ‘muerte’ que lo lleva a de recibir el muerto, poder transformarlo, ponerle
buscar ese objeto odiado y ce- palabras y darle una tramitación que en lugar de ir a
lado, porque le sacó el lugar parar a la conversión vaya hacia la palabra. Cabe esa
junto a Yocasta, hasta que lo posibilidad, pero hay que tener en cuenta lo grave
mata. Luego de la venganza se que es la melancolía. Comenta risueñamente acerca
une a Yocasta. Pero Layo, el de un caso atendido por él, que tuvo un buen final.
muerto, está contenido en Edi- Ernesto Turjanski vuelve sobre la pregunta formula-
MESA REDONDA LA SOMBRA DEL OBJETO 37

da por Cóccaro acerca de la cualidad del objeto en tá en el duelo y no en la melancolía, la melancolía es-
la melancolía. Comenta que el título del artículo de tá en lugar del dolor, rechaza la vivencia de dolor.
Freud le sonaría mejor si en lugar de llamarse “Due- Puede haber en ella sufrimiento, malestar, pero no es
lo y Melancolía” se llamase “Duelo o Melancolía”. dolor. Incluso Freud mismo se pregunta por qué el
Porque parecería que quedaran incluidos en un mis- duelo es tan doloroso y no se pregunta lo mismo de la
mo proceso con pequeñas diferencias dependientes melancolía. Hay algo, ligado a la vivencia de dolor,
de la elección narcisista de objeto. Sin embargo da que marca una diferencia entre duelo y melancolía.
la impresión que el objeto perdido en la melancolía Sara Hodara se refiere a la diferencia entre dolor y
ni es perdido ni es objeto. No se puede perder aque- sufrimiento. Dice que en la melancolía hay una iden-
llo que nunca se tuvo y la melancolía se monta so- tificación directa y en la identificación directa no hay
bre una estructura donde nunca se tuvo al objeto. objeto. Considera que eso es la fuente del sufrimien-
Félix Giménez Noble retoma la cuestión de la defle- to melancólico. Da el ejemplo de Hamlet. Cuando
xión sobre un objeto de la carga pulsional del ello y Hamlet recita su ser o no ser, puede entenderse co-
hace un comentario sobre el término investidura. En mo ser él o ser el padre, la sombra que lo invade. Le
general se la asocia con ocupación pero hay otra parece que allí reside el sufrimiento de Hamlet.
acepción que vincula la palabra a una relación entre Fidias Cesio comenta que la palabra sombra es una
dos cosas y esa acepción es la adecuación; lo que condensación de sol y umbra, porque no hay sombra
mejor grafica esto es la adecuación que hay entre un sin sol. Señala esto porque siempre se descarta la
personaje que hay que poner en escena y el artista luz cuando se habla de sombra. De acuerdo a Freud,
que lo encarna. Está por un lado el actor, por otro el la representación cosa más la representación pala-
personaje y hay una tercera cosa que es lo que re- bra configuran el objeto. No hay objeto sin palabra.
sulta de esa adecuación. Esta significación acceso- El objeto es lo que la conciencia discrimina, recorta
ria de investidura tienta a profundizar en lo que re- y entonces puede hablar de eso. El objeto siempre
sulta de la conjunción de esas investiduras con lo es algo creado por la conciencia y en donde la pala-
que las soporta. En ese caso se trata de un objeto bra tiene su papel. Refiriéndose al dolor, comenta
que se crea en esa adecuación, y esto le da un sen- que cuando la necesidad no puede satisfacerse se
tido mucho más dinámico. También le pregunta a carga la imagen de aquello que pudo satisfacerla y
Cesio cómo entender el ataque del superyó al yo en esa imagen alcanza la conciencia como alucinación,
la melancolía. Comenta que le resulta difícil imagi- allí no habría dolor. Cuando la alucinación es plena
nar ese ataque y más tiende a pensar en un retiro de no hay dolor ni sufrimiento.
investiduras libidinales que le quitan vida al yo. Pero cuando hubo alguna sa- ▼ Fidias Cesio
tisfacción, cuando la frustra-
Hay un diálogo cruzado entre Sara Hodara, Félix ción no fue tan intensa, ahí sí
Giménez Noble y Diana Turjanski alrededor del su- puede pensarse que puede ha-
peryó que el grabador no pudo captar. ber dolor y sufrimiento.
Alberto Loschi señala que el
Ernesto Turjanski, pensando en esa tercera cosa que deseo incluye en sí el dolor.
aparece como resultado de la adecuación, lo asocia Recuerda que Freud lo define
con la sombra. La sombra no es una sombra platóni- como aquella corriente psíqui-
ca, de adecuación entre la idea y su sombra, más ca que partiendo del displacer
bien son sombras chinescas, fantasmáticas, que em- tiende hacia el placer, es decir
piezan a definirse en el transcurso de un análisis. No que en el punto de partida del
hay que buscarlas en la historia porque eso lleva nue- deseo está el dolor. Luego, el
vamente a la repetición. La posibilidad de salida de deseo consiste en la desinves- ▼ Alberto Loschi
la melancolía es la posibilidad de descripción de esa tidura de esa vivencia de dolor
sombra, la que cae sobre el yo y se apodera del suje- y en la catexis de una imagen
to. Esa identificación con el objeto suele entenderse de satisfacción. Esta última es
que se estructura sobre alguna característica del ob- de carácter alucinatorio y co-
jeto real perdido, pero eso es propio del duelo y le pa- mo tal vela la vivencia de dolor
rece importante subrayar, una vez más, que el duelo que está incluida en ella aun-
y la melancolía son dos procesos distintos. que negativizada.
Alberto Loschi, tomando la cuestión de la diferencia Diana Turjanski considera
entre duelo y melancolía señala que a su entender hay que lo que se quiere eludir es
un elemento importante que interviene en la misma el objeto que produce el dolor,
que es la vivencia de dolor. Esta vivencia de dolor es- no la vivencia de dolor. Ese ob-
38 DICIEMBRE DE 2004 N°31

jeto que produce dolor es el otro, es momento le pide que lo de-


lo que no podemos conocer, de lo je vivir, que no quiere más
que no tenemos imagen. Puede ser pensar en ella y la madre
que ese des-conocer sea porque pro- desde la muerte le respon-
voca un dolor. Ese dolor aparece de: “soltame vos a mi”.
cuando el otro se muestra diferente, Fidias Cesio refiriéndose a
cuando ya no es reflejo de mi imagen los muertos, dice que muer-
y eso guarda relación con los celos. to es una palabra que desig-
Señala que eso se puede seguir muy na un estado propio de lo in-
▲ Félix Giménez Noble bien en el ejemplo clínico que inclu- consciente, sepultado, hace ▲ Laura Pugnali
ye Cesio al final de su trabajo, cuan- a lo tanático. Tiene que ver
do la nueva mujer deja de reflejar la imagen de la con lo actual, que siempre es, nunca muere. No de-
muerta y se presenta como diferente allí aparecen be confundirse con el concepto de muerte que se
los celos y destruyen la relación. usa en otras disciplinas. Eso tanático tiene un poder
Félix Giménez Noble agrega que mientras la viva re- enorme, siempre está y ejerce su acción. Uno de los
fleja la muerta, la muerta está viva en ella… caminos que puede seguir es el de la melancolía. Si
Diana Turjanski acota puede hacerse palabra y, por ende, hay objeto –no ya
que la muerta estaba el muerto, que es una construcción–, el yo cobra po-

Invitamos en él, no en la mujer.


Fidias Cesio intervie-
der. Pero fuera de eso, los otros caminos son conver-
siones desde lo actual a las enfermedades somáti-
ne para destacar el po- cas, que también pueden matar al sujeto, al igual
El comité editorial de der que tienen los que el suicidio. Lo actual “es”; siempre en presen-
“La Peste de Tebas” muertos, que manejan te. Da un ejemplo en el que un paciente, al comen-
tiene el agrado de y ordenan nuestra vida. zar la sesión, dice que venía pensando en un sueño,
invitar a la Mesa En el ejemplo que se pero que al entrar se le olvidó, entonces a él se le
estaba comentando, la ocurrió decirle: entonces ahora estamos en el sueño.
Redonda que, con el mujer muerta tiene un Es interesante porque al perder la palabra se hace
tema ‘Encuadre poder enorme. actual, se vive el drama en la sesión.
psicoanalítico’, se Félix Giménez Noble Carlos Isod entiende que el muerto es el nombre
llevará a cabo el día continúa diciendo que que le damos a lo que el yo no pudo hacer propio, lo
13 de diciembre si la muerta estaba en que del ello no se hace yo. Ahora bien, cree que en
la viva, la viva no vivía la melancolía no hay que perder de vista la intencio-
a las 20:30 hs. en per se, sino a través de nalidad del yo en todo eso. Las fuerzas vienen del
Echeverría 2030, la muerta. A esto se re- ello, pero el yo alguna participación tiene en tanto
PB Capital). fiere el trabajo de Isod: no se resigna a dejar de lado lo que no le pertenece
cómo el objeto “queda y es desde esa megalomanía yoica que se le abre el
secuestrado” por estas espacio al muerto para que se presente. Es la gran-
estructuras. Esto permite pensar que cuando se re- diosidad de Hamlet la que lo lleva a atender al fan-
suelven esos secuestros se producen cambios enor- tasma del padre. El muerto es poderoso en la medi-
mes en las personas, luego de un duelo por ejemplo. da que el yo le abre las puertas.
Carlos Isod considera que no es la muerta la que Ernesto Turjanski piensa que no es útil pensar en la
ocupa el yo, sino que es el yo el que ocupa al obje- presencia del muerto, salvo, como decía Cesio, que lo
to y, en este caso, también ocupa su memoria; no le tomemos como un código para hablar de una estruc-
permite ninguna autonomía, ni siquiera estando tura que participa del proceso analítico. La sombra
muerta. Es el vivo del objeto es tal en función de la base narcisista que
▼ Sara Hodara y Susana Gorris el que se apodera la sustenta y lo que le da corporeidad no es el objeto
del muerto, no le real sino ciertos aspectos del narcisismo inconsciente
deja la elemental de ese objeto. Es el narcisismo inconsciente de los
autonomía de es- padres que proyectan en el hijo, más allá de lo mani-
tar muerto. fiesto. Es un aspecto del narcisismo que hace al con-
Sara Hodara re- tenido de la melancolía. Bajo esas condiciones la
cuerda un relato sombra del objeto lleva a la enfermedad melancólica.
en que un sujeto Porque no toda sombra genera melancolía.
llora a su madre Carlos Isod retoma la cuestión del narcisismo de los
muerta, en un padres. Son padres que no dejan que los hijos tengan
MESA REDONDA LA SOMBRA DEL OBJETO 39

problemas y son hijos que tienen el mismo valor que las


arman sus problemas para imágenes oníricas. En la melan-
poder seguir unidos a sus colía el fenómeno está muy cer-
padres. Es en ese apodera- ca de lo actual. Lo actual quiere
miento del otro que está la decir que no hay tiempo, tampo-
clave de la melancolía. co pertenece a lo psíquico. La
Félix Giménez Noble plan- actual-neurosis no es psíquica.
tea que si se resigna ese apo-
deramiento del otro, ocurre A partir de aquí y hasta el fi-
▲ Liliana Pontoriero lo que decía Cesio: la som- nal se estableció un diálogo ▲ Ernesto Turjanski
bra de ese objeto que se ha- cruzado sobre el concepto de lo
bía puesto en el otro vuelve sobre el yo y cuando actual entre varios de los participantes, diálogo que
vuelve al yo el superyó lo está esperando con el tri- el grabador no pudo captar con la fidelidad necesa-
dente para mandarlo al infierno. Cesio lo dice de esa ria para poder transcribirlo.
manera. Él considera que esa sombra no está exac-
tamente en el otro sino en una tercera cosa que re- Al terminar nos des- ▼ Diana Turjanski y Carmen Araujo
sulta de la adecuación entre los dos. pedimos hasta el próxi-
Diana Turjanski agrega que si el esquizofrénico, al mo encuentro, que ten-
dirigirse al objeto, se queda sólo con las palabras, el drá lugar el lunes 13 de
melancólico se queda sólo con las imágenes. diciembre a las 20.30
Fidias Cesio comenta que la palabra esquizofrénica hs. en el lugar de cos-
en rigor es una imagen. La huella acústica es una ima- tumbre. El tema del que
gen acústica, de la misma cualidad que la imagen de nos ocuparemos
deseo. Freud comenta que las palabras en los sueños será El Encuadre.

Indice de los números publicados


1- La Crisis del Psicoanálisis 11- Los Celos 22- Objeto (segunda parte)
Setiembre 1996 Marzo 1999 Diciembre de 2001
2- Los Analistas y el Dinero 12- Oedipus Tyrannos 23- Angustia
Diciembre 1996 Junio 1999 Marzo de 2002
3- La Pesadilla 13- Violencia y Actuación 24- Fidias Cesio
Marzo 1997 Octubre 1999 Junio de 2002
4- …de la Sexualidad 14- Poder 25- Complejo de castración
Junio 1997 Enero de 2000 Diciembre de 2002
5- …la Persona del Analista 15- Humor 26- Sentimiento de culpa
Septiembre 1997 Abril de 2000 Marzo de 2003
6- …Azar y Destino 16- Dolor y sufrimiento 27- Los Sueños
Diciembre 1997 Junio de 2000 Junio de 2003
7- El Padecer Actual 17- Religión 28- Pornografía
Marzo 1998 Setiembre de 2000 Diciembre de 2003
8- Trauma 18- Yo 29- Crueldad
Junio 1998 Diciembre de 2000 Marzo de 2004
9- Hipocondría 19- Yo (segunda parte) 30- La sombra del objeto
Setiembre 1998 Marzo de 2001 Junio de 2004
10- Las Intervenciones Psicoanalíticas 20- Aburrimiento 31- Encuadre psicoanalítico
Diciembre 1998 Junio de 2001 Diciembre de 2004
21- Objeto
Setiembre de 2001

pueden solicitarse a 4833-6114


40 DICIEMBRE DE 2004 N°31

Encuadre: lo institucional,
lo instituyente
CARLOS E. BARREDO*

Al recuerdo de Roberto Polito que, nes o modelos de funcionamiento para los


sabiendo no enseñarme, me hizo saber. analistas, indica que deben abstenerse de to-
do accionar que altere el funcionamiento or-
ganizado por la regla fundamental.
LO I N DI SCE R N I B LE. Se deduce entonces que la regla reúne: aso-
LO I N FLEXI B LE. ciación libre, atención flotante y abstinencia

E
como elementos de un conjunto en interrela-
l encuadre en psicoanálisis ha sido de- ción necesaria, sin la cual sería imposible le-
finido como lo que es necesario para gitimar cualquier interpretación como psi-
que una transferencia se despliegue. coanalítica.
Intento en este trabajo reflexionar sobre lo Cuando Lacan afirma que “al adentrarse en
implicado en esa necesidad. análisis el sujeto acepta una posición más consti-
Comienzo con la regla fundamental, la que tuyente que las consignas con las que se deja más
abre el juego delimitando el funcionar de la o menos engañar, la de la interlocución”, entien-
asociación libre. do que apunta a una posición que se estable-
En el intercambio con analistas en supervi- ce tomando como referencia la interrelación
siones o talleres clínicos me ha sorprendido, antes mencionada, en el seno del dispositivo
en ocasiones, la ausencia de su formulación freudiano. Artificio que cambia las reglas del
explícita, o reticencias al respecto. Práctica diálogo tal como se lo concebía antes del ad-
que se sostiene en la creencia de que es con- venimiento del psicoanálisis.
veniente omitir este acto y suplantarlo por Desde esa posición así establecida, el ana-
una modalidad de intercambio dialogado lizante se libra a un decir sin ninguna pre-
“más natural”. tensión de verdad, dirigido más allá de su
Al mismo tiempo es observable la perple- interlocutor circunstancial (su semejante,
jidad, el desconcierto teñido de increduli- quien lo enfrenta como alter ego en la oca-
dad, conque es recibida por los futuros sión) a ese Otro, no un ser sino un lugar,
analizantes, incluso los más advertidos so- también fijado por las condiciones de inter-
bre el método. Esto lleva a la rápida caída locución que el dispositivo freudiano estipu-
en el olvido de lo escuchado, lo que no de- la. En relación a este Otro deberá situarse el
ja de favorecer el efecto de sorpresa de la analista, para poder responder a lo que le es
interpretación cuando recoge los frutos de dirigido en el decir del analizante.
lo libremente asociado. En la interlocución así definida, la verdad
La contrapartida necesaria de lo prescripto no consiste en un contenido que un individuo
por la regla fundamental como asociación li- pueda formular como confesión, sino en un
bre para el analizante, es la atención flotante recorte de una trama simbólica que a su vez
para el analista. La ausencia o perturbación ubica un sujeto. Queda a cargo del analista
de esta última impediría la lectura de los decidir cuáles son las articulaciones de esa
efectos de la primera, anulando la eficacia trama que harán posible el buen corte, aquel
del procedimiento. que sancione la emergencia del efecto sujeto.
Otro tanto acontece con la llamada regla Este planteo contrasta con la idea del en-
de abstinencia, que más que formular patro- cuadre concebido como la sumatoria de re-

* tel (054) (011) 4833-5084 / e-mail calibar1@hotmail.com


CARLOS E. BARREDO ENCUADRE: LO INSTITUCIONAL, LO INSTITUYENTE 41

La función del encuadre así planteada no


está sujeta a medidas de flexibilidad o rigi-
dez originadas en ideales institucionales ten-
dientes a facilitar su instalación.
Muchos trabajos ilustran con ejemplos clí-
nicos soluciones exitosas conseguidas con
uno u otro criterio. Esto es posible porque la
eficacia lograda no resulta de ajustarse a una
norma, o modificarla, sino de una decisión
del analista en la dirección de la cura cuyos
efectos, incalculables a priori, permiten solu-
cionar un obstáculo y relanzar el análisis.
Como afirma el chiste acerca del embara-
zo, el dispositivo está presente o no, y esta
presencia es lo único que hace viable la ta-
rea de analizar (uno de los imposibles
freudianos).
También es lo que marca la diferencia,
irreductible en mi opinión, con cualquier
práctica psicoterapéutica orientada por una
ética del bien.
La emergencia del acting-out, inherente a
muchos momentos del devenir de un análi-
sis, será lo que nos indique que no hemos
podido sostener la posición del analista que
preserva el encuadre, y lo que nos llama a re-
tomarla, reubicando nuestro lugar en el jue-
go de relaciones de la transferencia.

LO I N STITUYE NTE.
LO QU E NO S E E N S EÑA.
▲ Mondrian / Tableau 1
El descubrimiento freudiano es el del cam-
quisitos independientes entre sí que funcio- po de las incidencias sobre el viviente de sus
nan como condiciones previas para que algo relaciones con el orden del lenguaje.
de un proceso se instaure. La repetición como saber imposible, real,
Quiero enfatizar la noción de un dispositi- muestra al lenguaje como aparato del goce
vo compuesto por relaciones entre términos, que se satisface recorriendo los mismos ca-
que distribuyen lugares asimétricos. minos en los que goza buscando sin encon-
De esta manera lo que encuadra es inhe- trar. Estatuto del goce en la insatisfacción.
rente, no deslindable del procedimiento mis- La imposibilidad remite a lo reprimido
mo de la cura al que rige en su operatoria, primordial, núcleo real opaco que al sus-
regulando sus transformaciones desde el ini- traerse hace del inconsciente ese saber no
cio hasta su desenlace. sabido. Imposible saberlo todo, no hay con-
La idea de un proceso lineal, secuencia na- cepto de lo real, sólo se lo aprehende en la
tural de configuraciones que se suceden en angustia.
el devenir de una cura, no parece reflejar el No es entonces abordable como episteme
acontecer de la experiencia en un análisis. transmisible, sino sólo por la vía de una éti-
La noción de dirección de la cura como ta- ca que lo hace accesible como equívoco, se-
rea del analista implica momentos singula- midecir cuya ley ya implica esa función del
res de decisión cuya eficacia sólo podrá leerse residuo en la verdad, que resiste en todo
en sus efectos. Actos que tienden a promover discurso.
la experiencia del inconsciente en un devenir El saber inconsciente que se produce en
de encuentros azaroso y discontinuo que da- momentos de retornos contingentes en la
rá como consecuencia un cambio en las con- cura, dando lugar a una articulación del de-
diciones de goce del sujeto. seo del analizante, no tiene existencia previa
42 DICIEMBRE DE 2004 N°31

al instante de su advenir en la transferencia. so, lo que no implica olvidar que verdad no


Es sólo esa consecuencia lógica del dispo- es exactitud y que tiene estructura de ficción.
sitivo: la función sujeto supuesto saber, lo Esta estructura, en la clínica, es lo que da
que lleva a postular retroactivamente su pre- cuenta de las distintas modalidades por las
sencia en Otro como “ya ahí”. que un sujeto ha constituído su relación
En toda interrogación sobre el saber es con el lenguaje y es por eso susceptible de
presupuesta esta función. Aunque sea míti- ser modificada en el interior de una rela-
camente, como inmanente al inicio es nece- ción de lenguaje.
sario postular esta figura de un sujeto al que El psicoanálisis es esa praxis de la palabra
se supone el saber que por estructura le fa- que da lugar a actos que sostienen la cues-
lla al sujeto. tión del hacer como causa, opuesto al deter-
Figura que responde así a esos huecos en minismo necesario (fatalista) del destino,
el origen debidos a que el sujeto es produci- promoviendo el margen de libertad posible
do por el significante, es un efecto del dis- del deseo.
curso que hace de todo hablante un objeto Sólo a través de esta dimensión deseante
para el goce del Otro. un acto analítico es posible. Lo ideales, la di-
Que el analista sitúe su posición en refe- mensión idealizante de la demanda del Otro,
rencia a ese objeto lo lleva a ubicarse como no permiten el acto ni aún queriendo pres-
causa del trabajo de la transferencia. Pro- cribirlo. Se restringen al terreno de la acción
mueve entonces, por medio de efectos de in- que se reduce a obediencias y rebeldías.
terpretación que apuntan a la inventiva del
sujeto, la emergencia del inconsciente como LO OSCU RO I R R E DUCTI B LE.
un saber sin sujeto que motivando la caída E L MARGE N. E L MALE STAR.
del sujeto supuesto saber, lo destituye.
Es esta experiencia de la transferencia, en En un excelente artículo sobre literatura y
tanto puesta en acto del inconsciente, por vía psicoanálisis, Ricardo Piglia plantea que el
de la interpretación como la “invención del género policial es la base sobre la cual hoy
analista” (tanto en sentido activo como pasi- vemos la realidad, bajo la forma del crimen.
vo), lo único instituyente en un análisis. En ese género la literatura discute lo mis-
Esta operación no puede sustentarse en mo que la sociedad aunque en otro registro:
ninguna demanda institucional, ya que el la no coincidencia entre la verdad y la ley.
objeto que la causa es, por definición, lo no El policial negro en especial despliega en
articulable en una demanda. Producto de un sus relatos, más allá de un crimen aconteci-
discurso que no lo puede nombrar, causa un do y de cuyos autores puede saberse desde
deseo: el deseo de analista como motor del un comienzo, que la investigación va deve-
análisis y de lo que en él es instituyente. Es- lando una urdimbre de relaciones que sos-
to, insisto, difiere de cualquier demanda de tiene intereses sórdidos, oscuros, pasionales
las instituciones ligada tanto a las necesida- a veces, corruptos en general. Panorama
des de organización de los lazos entre analis- que, como trasfondo de la realidad está des-
tas como a los procesos de reconocimiento tinado a permanecer, aún cuando pueda
de los mismos. verse afectado por la verdad que surja de la
Sólo haber atravesado la experiencia de un investigación del crimen acontecido. Verdad
análisis, o haber sido atravesado por ella, a la que ese trasfondo se opone y con la que
produce ese pasaje que hace de un analizan- está en tensión.
te analista. De allí lo indispensable del análi- La presencia de ese panorama y la descrip-
sis de formación (incluso “training” tiene ción de los oscuros lazos que lo sostienen en
mejores resonancias que nuestro término la ficción, ha dado a este género su función
“didáctico”). Esto implica que para que se de denuncia, de crítica social de la injusticia
inicie un análisis alguien tiene que haberlo y la irracionalidad.
terminado: haber resuelto una transferencia, En la conferencia de homenaje al centena-
destituído el sujeto supuesto saber. rio del natalicio de Freud, Lacan postula que
Llegado hasta allí, sabiendo de la existen- ante el interrogante sobre cómo ingresa en el
cia de esa figura ¿cómo sustentarla para po- ser hablante ese orden de relaciones tan aje-
sibilitar que otro se analice?. no a sus intereses vitales que incluso va en
Respuesta: el analista olvida haber llegado contra de ellos, el creador del psicoanálisis
hasta allí. Ese será su acto esencial: fingir ol- responde con la invención de un mito mo-
vidar que su acto es ser causa de ese proce- derno: el asesinato del padre primordial. Es
CARLOS E. BARREDO ENCUADRE: LO INSTITUCIONAL, LO INSTITUYENTE 43

por la vía del crimen que ingresa en los hu- oponen a las referencias ideales que organi-
manos la ley. zan los intercambios institucionales.
Piglia señala como un elemento de atrac- De allí la permanente tensión entre la nece-
ción del psicoanálisis que este ofrezca, en sidad de las instituciones para los analistas y
medio de la crisis de experiencia contempo- el malestar que inevitablemente generan. La
ránea, una versión violenta y oscura del pa- historia del psicoanálisis abunda en ejem-
sado personal. plos al respecto.
El origen de esta versión de lo padecido El panorama actual parece indicar la con-
apunta a la noción de trauma como un saber veniencia de una alianza de intereses con
que se sustrae, sólo reconstruíble por la lec- medios académicos para fines formativos y
tura de sus efectos. Lectura que permite al- de expansión de nuestra disciplina. Se impo-
canzar una verdad que se puede formular ne ante ello la necesidad de reflexionar, sin
como un saber sobre lo acontecido traumáti- retroceder ante el desafío de desarrollar nue-
co, imposible de ser sabido. vas formas y ámbitos en los que preservar y
El detective es esa invención del género enriquecer el legado freudiano, sobre las
policial cuya función será investigar la falta vías a inventar para que esta nueva oportu-
de coincidencia entre la ley y la verdad, a nidad no se reduzca a un mero matrimonio
raíz de ese desorden evidenciado en el enig- por conveniencias.
ma oscuro como centro secreto de la socie- De ello resultará el marco institucional
dad. Se verá llevado a interpretar algo acon- que en el futuro encuadre nuestra
tecido de lo que quedan signos y puede práctica.
realizar esa función por estar fuera de cual-
quier institución. Esta ahí para hacer ver que
la ley, en su lugar institucional (la policía),
funciona mal.
Es a la vez el último intelectual en tanto Bibliografía
muestra que la verdad ya no puede perma-
necer en el ámbito de sujetos puros del pen-
sar (filósofos, científicos), sino que debe ser Barredo, C. (1992) “La mente es cosa seria,
construída en situación de peligro, y se dis- la interpretación es un chiste”. En
pone para hacerlo. “La misteriosa desaparición de
Su marginalidad responde al problema de las neurosis” Ed. Letra Viva,
cómo criticar la sociedad que lo determina, 1998.-
cómo hacerlo desde su interior, formando Barredo, C.; (1993) “Clínica de la angustia:
parte del universo que se analiza. Se suma a Paulucci, O. Acting-out y pasaje al acto”. En
esa posición la presencia de un elemento “La misteriosa desaparición de
extraño, inasimilable a toda institución en las neurosis”. Ed. Letra Viva,
el sistema de interpretación que encarna, y 1998.-
con el que enfrenta una historia que no es la Glasman, S. (1993) “Rasgos de método”.
de él, un crimen y una verdad que le son Conjetural N° 28.
ajenas, pero en las que está extrañamente Lacan, J. (1956) “Situación del psicoanáli-
implicado. sis y formación del analista en
Un analista no es un detective, sus lugares 1956”. En Escritos I. Ed.Siglo
de encuentro con la verdad y sus métodos XXI, Buenos Aires.
para provocar esos encuentros difieren de la —————————– (1955) Le Seminaire, Livre III
práctica detectivesca. “Les Psychoses” Ed. Seuil.
Comparten sin embargo su posición de ex- —————————– (1962) Le Seminaire, Livre X
centricidad respecto de los ideales que orga- “L’Angoisse”. Editions de
nizan el universo discursivo que habitan. L’ Association Freudienne
Lacan teorizó con el término de “extimi- Internationale.
dad” a la dimensión de profunda alteridad Piglia, R. (1997) “Los sujetos trágicos. Lite-
que nos habita intimamente y que caracteriza ratura y Psicoanálisis”. En
a eso por lo que el analista debe orientarse en “Formas Breves”. Ed. Temas,
su práctica. Algo que siéndole ajeno no deja Buenos Aires.
de implicarlo de modos extraños. Un objeto Rabinovich, D. (1989) “Una clínica de la pul-
privado, sin medida común, que no circula ni sión: las impulsiones” Ed.
es socializable. Características todas que se Manantial, Buenos Aires.
44 DICIEMBRE DE 2004 N°31

Encuadre: Bases
para un Encuentro
Psicoanalítico
LAURA PUGNALI*

E n una primera asociación podemos lla-


mar encuadre a aquello que enmarca el
tratamiento psicoanalítico. Es decir, co-
mo un círculo de tiza protector, trazará un
distingo entre dos espacios que tendrán le-
trando el psicoanálisis para advenir. En las
lindes del saber, Freud irá avanzando en su
autoanálisis y en la clínica, en las profundi-
dades del alma humana y teoría y técnica
irán tomando forma y fundamentación, mu-
galidades muy diferentes, dentro del cual chas veces modificándose mutuamente. La
ocurrirá un encuentro psicoanalítico. Lo po- hipnosis y el método catártico fueron aban-
demos pensar como una formación reactiva o donados y sustituídos por la asociación libre
como una expresión formal de lo que ocurre y la atención flotante. Sin embargo dejaron
entre paciente y analista. Pero sobretodo el como herencia el uso del diván y la regresión
encuadre se nos presenta como algo más que para producir la reanimación del recuerdo y
la suma de elementos que a él se adscriben: la posibilidad de ligar parte de la carga de
asociación libre-atención flotante, ley de abs- afecto en la palabra y en el pensamiento. La
tinencia, el uso del diván, honorarios, hora- angustia encontrará canales de expresión en
rios, frecuencia semanal, etc. la comprensión de los síntomas y en el anu-
El encuadre se instala en la díada paciente- damiento a la palabra, “porque permite a su
analista como una terceridad. Tomando el ca- afecto estrangulado el decurso a través del decir.”
rácter de una normativa a la que ambos se La palabra adquiere importancia tempra-
avienen a aceptar, entramando el encuentro namente para el psicoanálisis y es indisolu-
psicoanalítico con las vicisitudes del comple- ble de la trasferencia.
jo de castración. El encuadre hace posible la trasferencia, en
Entonces el encuadre se nos aparece como tanto le brinda a ésta la posibilidad de des-
algo necesario en un tratamiento psicoanalí- plegarse y a la vez se verá alcanzado por las
tico. Algo que se puede cumplir o transgre- vicisitudes de la misma. Decimos que la se-
dir, imponer rígidamente o pretender más sión misma es una construcción dada por el
laxo. La regla fundamental, asociación libre encuadre.
y atención flotante, junto con la instalación Las resistencias serán aquellas que se nos
de la ley de abstinencia son indeclinables, es presentan en el transcurso de un análisis en
decir, hacen al núcleo mismo del encuadre. forma ubicua y que podrán acantonarse con
Cuando decimos necesario, decimos que mayor facilidad en los elementos del encua-
es “algo” sin lo cual el encuentro psicoanalí- dre ya que podrían procurarse cierto carác-
tico no se produciría. Es decir, no es una con- ter de realidad. Podríamos encontrar un
tingencia, o un avatar de la comodidad del ejemplo de esta situación en un paciente
analista o del paciente, sino que se trata de que decide cambiar su domicilio de ciudad
un decantado de la clínica. Podemos pensar o tal vez de país y así la distancia es ahora
al encuadre como la “forma” que fue encon- la que condensa las razones para la inte-

* J. Salguero1930 1º F / tel (054) (011) 4824-8562 / e-mail laurapugnali@arnet.com.ar


LAURA PUGNALI ENCUADRE: BASES PARA UN ENCUENTRO PSICOANALÍTICO 45

rrupción del tratamiento.


Una buena coartada que
echa mano de la contunden-
cia de la realidad de las co-
sas del mundo para seguir el
camino de la resistencia que
se opone al análisis.

El psicoanálisis, abandona
la linealidad del pensamien-
to causa-efecto para aden-
trarnos a otras posibilidades
de pensar los fenómenos a
partir del concepto de resig-
nificación (nachtraglich). Así,
en esta lógica freudiana los
términos pierden el hilo dia-
crónico de los tiempos crono-
lógicos para adquirir la sin-
cronía de los tiempos lógicos.
Será en la sincronía de la se-
sión donde cada uno de los ▲ Mondrian / Construcción
elementos del encuadre se
verá alcanzado, y modificado a su vez, por rante la sesión y al que Freud le otorga el es-
las vicisitudes de la misma. Así podemos tatuto de requisito indispensable para ejer-
pensar al encuadre como una expresión del en- cer la función de analista. Este se “abandona-
cuentro psicoanalítico, donde cada uno de los rá a sus memorias inconcientes” sirviéndose así
elementos que adscribimos al mismo será la de su propio inconciente como instrumento
cabal formalización de los fundamentos con- del análisis, además de todo cuanto ocurra
tenidos en la sesión. en la sesión y pueda ser percibido y hecho
Entre éstos cabe hacer una distinción entre conciente por el trabajo de autoanálisis. En
la regla fundamental, asociación libre y su cambio si el analista fija su atención en deter-
contrapartida en el analista, la escucha en minadas representaciones o elimina otras,
atención flotante y la ley de abstinencia y los entonces “se corre el riesgo de no hallar nunca
demás componentes del encuadre. más de lo que ya se sabe.” Por lo que podemos
Podríamos pensar que horarios y honora- pensar que ambos términos contenidos en la
rios estarían más expuestos a estas vicisitudes. regla fundamental se copertenecen, son indi-
Reiteradas llegadas tarde o las dificultades solubles, es decir, la atención flotante escu-
que se presentan en el pago de los honora- cha asociación libre, o más aún, decimos que
rios serán expresión de la resistencia. la primera crea la segunda.
En la instauración de la regla fundamental,
REGLA FUNDAMENTAL: asociación libre y su complemento la escu-
ASOCIACIÓN LIBRE- cha en atención flotante, tiene consecuencias
en lo económico. Si pensamos en la atención
ATENCIÓN FLOTANTE como una sobreinvestidura, podemos pen-
Es uno de los pilares del encuadre y del sar que una atención parejamente flotante
método psicoanalítico. redistribuirá las cargas de investidura de la
A partir de su formulación paciente y ana- percepción. Dice Freud en la Interpretación
lista dejarán afluir sus asociaciones y ocu- de los sueños: “El monto de energía psíquica
rrencias libremente. Al paciente se le pide que así se quita a la actividad crítica, y con el cual
que sofoque la crítica y comunique todo puede elevarse la intensidad de la observación de
cuanto se le ocurra. Como contrapartida el sí, oscila considerablemente según el tema en que
analista escuchará distribuyendo pareja- se ha de fijar la atención.”
mente su atención entre las palabras del pa- La regla fundamental, enmarca la palabra
ciente y sus propias ocurrencias. La atención del encuentro psicoanalítico que tendrá, a
flotante queda por lo tanto ligada íntima- partir de ese momento otra legalidad que la
mente al autoanálisis, ése que transcurre du- de la lógica formal. Mediante la asociación li-
46 DICIEMBRE DE 2004 N°31

bre se afloja la eficacia del yo encargado de la El encuadre así dispuesto estaría pensado
represión y se hace posible el levantamiento como esa ley que se sirve de una norma pa-
de la resistencia, ya que pondrá en jaque las ra poder hablar de la trasgresión: incesto y
defensas yoicas acantonadas en la coherencia parricidio.
que le brinda el proceso secundario. Y así, en Cuando estos contenidos no son interpre-
un traspiés del lenguaje o simplemente en los tados, es decir cuando no pueden quedar ex-
nexos faltantes entre una representación y presados en la interpretación-construcción
otra, aparecerá el sujeto deseante en su ver- del analista dan lugar a manifestaciones co-
dadera dimensión. Será la escucha en aten- mo el “amor de trasferencia” o a actuaciones,
ción flotante, al abandonar la representacio- tanto desde el paciente como desde el analis-
nes-meta de la lógica del discurso manifiesto, ta. “Lo más resistido es el reconocimiento de los
aquella encargada de traer a la conciencia lo fundamentos sexuales, edípicos, en la trasferen-
que permanecía no sabido, coligiendo nexos cia, activados por el encuadre.” En este caso la
inconcientes entre una representación y otra ley de abstinencia podría pensarse en una
y encontrando en la palabra preconciente la formación reactiva, es decir, una imposición
trasferencia desde una idea inconciente. a la motilidad voluntaria que depende de
El yo-coherente del analista se podría ver una función yoica, al servicio del superyó.
amenazado si el discurso pierde los nexos ló- Así el encuadre toma el carácter de forma-
gicos del proceso secundario y esto modifi- ción reactiva defendiéndose de los demonios
caría la escucha en atención flotante para que él mismo convoca. La podemos pensar
quedar escuchando las representaciones-me- como el resultado de la resistencia acantona-
ta del discurso manifiesto que devuelven la da en el ideal del yo del analista que en esa
ilusión de síntesis y control yoico. función reactiva se extraña del yo ideal don-
de encontramos estos contenidos sexuales
LEY DE ABSTINENCIA incestuosos. De esta manera se sustraen a la
interpretación, quedando expedito el cami-
Es pieza esencial de la técnica psicoanalíti- no a la actuación.
ca, porque da a la sesión su fundamento sexual,
ya que en la prohibición a toda actividad se- DIVÁN: LA SESIÓN-SUEÑO
xual directa se excitan y convocan a su vez
los derivados de lo prohibido, el complejo de En el encuadre, el uso del diván, favorecerá
Edipo, en los retoños de lo reprimido-sepul- la inhibición del polo motor y de la percep-
tado primordial. El acatamiento de la ley de ción para iniciar un camino regrediente y la
abstinencia, que comprende tanto a paciente frustración instalada desde la abstinencia,
como analista, se entiende como la frustra- dará lugar, vía la regresión y movilidad de
ción de las necesidades, tomando las sexuales las cargas favorecida por el encuadre, a la se-
como su máxima expresión. El encuadre y la sión-sueño.
abstinencia, promueven la frustración reani- En ese sentido podríamos pensar una ana-
mando así el circuito del deseo, que promo- logía entre el contenido manifiesto (dado
verá y esforzará hacia una satisfacción. por las representaciones finales formales) en
El deseo no busca la satisfacción sino que se el discurso de un paciente y en el contenido
podría pensar al revés, que por la satisfacción latente que será posible escuchar por la aten-
que una vez existió se engendró el deseo de ción flotante; comparándola con un sueño,
retornar a aquella. Y el deseo queda buscando donde en su contenido manifiesto podremos
investir la imagen del objeto que una vez pro- encontrar, mediante la interpretación, los de-
dujo la satisfacción de la necesidad. Entonces seos inconcientes que hallaron cumplimien-
el deseo toma ese carácter alucinatorio y me- to en las imágenes oníricas después del tra-
tonímico con el que aparece en el sueño. bajo del sueño.
En la misma dialéctica podemos pensar a la Dice Freud en la interpretación de los sue-
ley y a la trasgresión. Porque hubo incesto- ños que el deseo se abre paso porque hay un
parricidio se instauró la ley. O sea, no hay ley rebajamiento en la censura y éste es posible
sin trasgresión. En la lógica del a posteriori la justamente por la inhibición del polo motor.
trasgresión funda la ley, la necesita. Y la ley a También la percepción externa queda aboli-
su vez será la que posibilite entender al inces- da y vía regresión y condensación, darán lu-
to-parricidio como tal. Antes de la ley esto gar a la reanimación de la huellas mnémicas
era, ocurría sin sanción alguna. Después de que posibilitarán el cumplimiento de deseo.
la interdicción se resignifica como prohibido. El encuadre es el responsable de la sesión-
LAURA PUGNALI ENCUADRE: BASES PARA UN ENCUENTRO PSICOANALÍTICO 47

sueño, donde el polo motor queda inhibido y les” y como participante en la ecuación sim-
la percepción del analista, por parte del pa- bólica, tendrá la posibilidad de atraer sobre
ciente, queda abolida, favoreciendo el camino sí, quizás más que otros componentes del
regrediente que llevará a una movilidad en encuadre, altos montos de investidura que
las cargas, posibilitando deshacer el falso en- subrogará al falo.
lace, para encontrar representaciones, ofre- Por lo tanto la castración del analista se ve-
ciendo así otra posibilidad en la modalidad rá convocada y participará activamente en la
de satisfacción. La frustración buscará a aque- posibilidad de aceptar o no el pago de hono-
lla representación que dé cumplimiento a un rarios ya que en éstos se acantonaría el po-
deseo, en tanto se irán sustituyendo las repre- der fálico del paciente. El paciente a su vez,
sentaciones en busca de una capaz de ser in- retendrá al dinero, actualizando la amenaza
vestida, ampliando el recorrido, consiguiendo de castración, entendiendo el pago de hono-
de esta manera una redistribución de cargas rarios como la entrega de una parte valiosa
que podrán sustituir, desplazar, diferir, por de su cuerpo.
último encontrar representaciones sustituti- Sabemos que la deposición de las heces en
vas, producir pensamientos (por su anuda- la fase anal es la primera disyuntiva que se le
miento con la palabra), que se opondrán a la plantea al niño, si entrega obediente, esa
descarga que esfuerza en un circuito escaso parte tan preciada de su cuerpo y altamente
de representaciones al que una vez fue fijada investida en favor del amor de objeto o la re-
la pulsión. Ofrecerá así la reelaboración la po- tiene para su satisfacción autoerótica, (libido
sibilidad de un mayor recorrido en la búsque- narcisista). En Sobre las trasposiciones de la
da de un objeto para la satisfacción. Dice pulsión, en particular del erotismo anal
Freud: “…esta reelaboración de las resistencias (1917) dice Freud: “O bien entrega obediente la
puede convertirse en una ardua tarea para el ana- caca, la “sacrifica” al amor, o la retiene para la sa-
lizado (….) En teoría se la puede equiparar a la tisfacción autoerótica, o más tarde, para afirmar
“abreacción” de los montos de afecto estrangulados su propia voluntad. Con esta última decisión
por la represión, abreacción sin la cual el trata- queda constituido el desafío (terquedad) que nace,
miento hipnótico permanece infructuoso.” pues, de una porfía narcisista en el erotismo
anal.” Aquí se le presenta al niño una prime-
Horario y honorarios rompen la díada nar- ra decisión entre la actitud narcisista y la del
cisista e introducen de lleno el complejo de amor de objeto.
castración. “Es la hora” pone fin al sueño Podemos seguir con otro de los términos
soñado por ambos. Esa terceridad, dada de la ecuación simbólica y avanzar hacia re-
por la hora de sesión establecida y acatada, galo: en realidad el niño no posee otro dine-
es un recorte al análisis que podría transcu- ro que el regalado, así, sus heces se convier-
rrir interminablemente en la atemporali- ten en el primer regalo que luego transfiere
dad del inconciente. al dinero.
En el intercambio entre ambos representa- En el historial del Hombre de los Lobos di-
do por los honorarios podemos encontrar al ce: “La columna de heces, en la medida que esti-
dinero como una condensación de lo fálico. mula la membrana intestinal erógena, desempeña
Ese dinero que circula entre ambos será la el papel de un órgano activo para esta última, se
expresión cabal del complejo de castración comporta como el pene hacia la membrana vagi-
con todas sus visicitudes. Sabemos que en el nal y deviene, por así decir, precursora de aquel
dinero “coparticipan poderosos factores sexua- en la época de la cloaca. La entrega de la caca a fa-

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48 DICIEMBRE DE 2004 N°31

mental convocado en la sesión.


La interpretación de estos ele-
mentos del encuadre son los que
llevan a promover el encuentro
psicoanalítico y darle mayor flui-
dez y tersura, levantando resisten-
cias. Es por medio de la atención
flotante que la intervención del
analista colija y construya los ne-
xos faltantes, levantando resisten-
cias y deshaciendo el falso enlace,
dándole al deseo nuevos cauces
que mirarán por un mayor reco-
rrido en busca de la satisfacción.
La abstinencia, promueve y per-
mite el desarrollo de trasferencias
sexuales, incestuosas, trágicas con-
tenidas en lo reprimido-sepultado
del complejo de Edipo con su ín-
tima imbricación al complejo de
▲ Mariana Di Nardo castración. Estos fundamentos son
los que definen la identidad del psi-
vor de (o por amor de) otra persona se convierte a coanálisis por lo tanto mantener el encuadre
su vez en el arquetipo de la castración, es el pri- implica sostener los principios del cuerpo teó-
mer caso de renuncia a una parte del cuerpo pro- rico del psicoanálisis tomando en cuenta los
pio para obtener el favor de otro amado.” Todas conceptos en los que se funda: el complejo
las vicisitudes comprendidas en el complejo de Edipo, el complejo de castración, el in-
de castración, como pieza fundamental no conciente, la represión, la resistencia,
sólo en la estructuración del aparato psíqui- la trasferencia.
co, sino también en el desarrollo libidinal
hasta la sexualidad adulta, que se imbrica
estrechamente con el complejo de Edipo, es-
tará en los fundamentos de la sesión y halla-
rá expresión en el encuadre. Bibliografía

CONCLUSIONES Cesio, Fidias, Psicoanálisis hoy: Desafíos y


perspectivas. Desafíos en la
A partir del concepto de resignificación técnica psicoanalítica. Simposio
podemos volver a pensar el encuadre como de Buenos Aires, Asociación
una formalización del encuentro que tiene Psicoanalítica Internacional,
lugar entre paciente y analista. 1996
El encuadre, con la inhibición del polo Cesio, F; D’Alessandro, N; Elenitza, J;
motor, la ley de abstinencia y la asociación Hodara, S; Isod, C; Wagner,A: Freud y la palabra,
libre, favorecerá el camino regrediente que Ed. Kargieman, Buenos Aires,
llevará al despertar de las huellas mnémi- 1992
cas. A la trasferencia intrapsíquica se le con- Freud, Sigmund, AE Tomo V (1900)
tinúa la trasferencia que tiene lugar en la Interpretación de los sueños.
persona del analista. —————————– Tomo XII (1912) Dinámica de la
El encuadre posibilitará y a la vez será ex- trasferencia
presión de la escena trasferencial que tiene —————————– (1912) Consejos al médico
lugar entre paciente y analista. —————————– (1913) Sobre iniciación del
Una baja frecuencia semanal de sesiones, tratamiento
reiteradas llegadas tarde o inconvenientes —————————– (1914) Recordar, repetir y
en el pago de los honorarios, que no son in- reelaborar
terpretados por el analista, podría hablar de —————————– Tomo XVII (1917) De la historia
la resistencia que esfuerza en ambos a de- de una neurosis infantil (Hombre
fenderse de ese núcleo incestuoso y funda- de los lobos)
“…A diferencia de otros tiempos, en los cuales
la denostación corría por los carriles de
herejía e inmoralidad que caían sobre la teoría
y la práctica psicoanalítica en tanto ponen el
acento sobre el origen sexual de los síntomas
psiconeuróticos, las acusaciones siguen ahora
las vías de los valores predominantes en
nuestra época: eficiencia, economía de tiempo
y dinero, y algo difícil de enunciar
conceptualmente que tiene que ver con “lo que
la gente busca”. Hemos pasado de ser
pecadores a ser anacrónicos.”

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