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Análisis sobre el poema sinfónico “Los Preludios” de Franz Liszt

Un gran virtuoso, devoto y romántico, de carismática personalidad e inmensa popularidad (sobre todo
entre las mujeres); Franz Liszt, músico y compositor Húngaro, es considerado uno de los más grandes
pianistas de su época y sin duda alguna, un artista cuyo legado perdurará por muchos años, siendo el
“poema sinfónico” uno de sus mayores exponentes.

Hacia mediados del sigo XIX en Europa, la música académica, a pesar de seguir sirviendo
principalmente a la sofisticada alta sociedad, empezó a alejarse de la música que hoy conocemos como
clásica y a consolidarse bajo ciertos parámetros: Dado que la iglesia gradualmente dejó de comportarse
como una institución patrona de la música, esta empezó a servir otros propósitos y la música sacra dejó
de tener la importancia que tenía en el pasado. De la misma forma empezó a disminuir el mecenazgo
aristocrático, lo que hizo que los compositores se inclinaran a dar prioridad a los gustos de las grandes
audiencias y a los amantes de la música. Por otro lado, dado que la música romántica exigía un alto
nivel técnico para los músicos, los interpretes amateur fueron gradualmente reemplazados por
profesionales y virtuosos. Se podría decir que gran parte el éxito de Liszt en su época fue debido a su
dominio del piano y a sus muy entretenidos y a veces teatrales conciertos (cabe resaltar que el
concepto de recital de piano solista se lo debemos a Liszt), en estos conciertos, con su virtuosismo y
musicalidad, deslumbraba a todo tipo de audiencias, de la misma forma que Paganini lo hacía con su
increíble técnica en el violín. Dado que no solo era un gran pianista sino también un brillante compositor,
su reputación creció por toda Europa al punto de ser nombrado Director Musical en la corte de Weimar,
en 1843, donde pasó varios años escribiendo y dirigiendo la orquesta de la corte.

En cierta forma “Los Preludios”, tal vez el más famoso de sus 13 poemas sinfónicos, tuvo origen en
1844, cuando se celebraba un banquete en Marsella en honor a Liszt y conoció al poeta francés Joseph
Autran. Luego de unos poco días, el poema “Los Vientos” de Autran fue musicalizado para coro mixto y
piano, seguido de otros tres poemas del mismo autor: “Los Océanos”, “Las Estrellas” y “la Tierra”, más
adelante los orquestó y agregó una obertura: “Los Cuatro Elementos” (después llamada “Meditaciones
Sinfónicas”) pero no fue sino hasta 1852 que Liszt decidió reescribir esta obertura y transformarla en un
poema sinfónico, lo llamó “Los Preludios” nombre de un poema del autor Francés Alphonse de
Lamartine. El poema hacía parte de una colección titulada “Nuevas meditaciones poéticas” y a Liszt le
pareció este un texto más adecuado para acompañar la obra, también decidió incluir un prefacio (no
escrito por Lamartine) para la primera publicación del score (dedicada a la princesa Carolyne Sayn-
Wittgenstein, el amor de su vida):

“¿Qué es la vida sino una serie de preludios hacia aquel himno desconocido,
la primera y solemne nota que entona la muerte?
El amor es el reluciente ocaso de toda existencia; pero en cuyo
destino están los primeros soplos de felicidad ininterrumpida por tormenta
alguna, el deleite mortal en el cual se disipa su fina ilusión; el fatal
relámpago en el que se consume su altar; y donde el alma esta cruelmente
herida, emisor de una de aquellas tempestades ¿que no nos tienta a tomar
un descanso en el campo? Sin embargo el hombre difícilmente se da a sí
mismo tiempo para el regocijo de la quietud bienhechora que en primer
lugar abrazo en el seno de la naturaleza, y cuando “la trompeta suena su
alarma,” se apresura hacia el poste peligroso, cualquiera que sea la guerra
puede ser, lo que le pide a sus filas, en orden hacia el ultimo reponerse en
combate la entera conciencia de sí mismo y la entera posesión de su
energía.”
La obra, a pesar de ser monumental y épica, fue bastante controversial y un poco difícil de asimilar para
el público, ya que en general, la audiencias se sienten más cómodas cuando la música “nueva” es
familiar y cercana a las piezas a las que están acostumbradas. Liszt sabía esto y a demás prefería si la
narrativa que el público percibía era la misma que él había concebido, por esto era muy común que se
anexara a sus obras un prefacio o programa escrito por él que incluso servía como herramienta para que
los directores y las orquestas procesaran, entendieran y memorizaran mejor las obras, ya que estaban
cargadas de pasajes cromáticos, solos y secciones camerísticas bastante desafiantes para el interprete.

La forma de Poema Sinfónico como tal es una invención del mismo Liszt y se le atribuye como una de
mayores contribuciones a la música académica: es música orquestal, usualmente de un movimiento,
que evoca o acompaña a una historia, pintura, paisaje u otro tipo de narración o escenario no musical
(un programa) y pretende recrear todas las características estructurales de una sinfonía de cuatro
movimientos en un solo episodio musical continuo invocando todas las secciones de una forma sonata,
se podría decir que es la “evolución” de la forma sonata.
Una de las herramientas más poderosas en la música de Liszt es la estructuración temática o más bien
monotemática usada en sus obras, es decir, a partir de un tema absoluto se derivan todos los demás
temas creando una constante variación y transformación temática. Es así como logra crear una
narración musical fluida para la audiencia, pues el cambio de eventos pasados genera un sentido de
evolución y de movimiento emocional.

La obra está dividida en cinco secciones:

- La primera en forma de prólogo (la pregunta). La primera idea temática es sugerida por las cuerdas y
luego por los vientos, siempre modificandola hasta el punto en que la presentan los bronces (c. 20)
con el motivo original en las cuerdas cada vez mas desarrollado hasta llegar a un molto ritenuto sobre
la dominante, que al resolver a la tónica el tempo cambia a Andante Maestoso (c.35). Mientras las
cuerdas agudas arpegian, los fagotes, trombones, tuba, cellos y los bajos, exponen el tema (esta
parte podría ser considerada la primera area temática de una exposición en una forma sonata).

La ola que besa la orilla,


¿De qué se está quejando a sus orillas?
Por qué la caña en la playa
Por qué la corriente está a la sombra
Ellos hacen acordes tristes?
Lo que gimió la paloma
Cuando, en el silencio del bosque
Solo con la fiel paloma,
El amor que bate sus alas,
Besos sofocan su voz?

- En la siguiente sección se presenta una variación temática de carácter ligero y de armonía más
estable y simple (el amor). El tema es introducido en Do mayor por las cuerdas (c. 47) y luego de una
simple modulación a Mi mayor el tema se vuelve a presentar pero esta vez con el corno. Vuelve a Do
(c.63) pero esta vez con un carácter más oscuro que sirve como puente para modular a Mi mayor
(c.70) en donde se presenta una variación del tema en las violas en div. y en los cornos, el tema se
desarrolla, por medio de variaciones en la progresión armónica y de contrapuntos temáticos y
expresivos en los violines hasta llegar a un poco a poco acelerando en una sección casi climática
desembocando en Do mayor y repitiendo en Sib mayor para finalmente modular a Mi mayor (c.101) y
mostrar el tema completo una última vez en el corno, seguido de el tema cortado a la mitad en la
flauta. (esta sección podría ser la segunda area temática de una exposición en una forma sonata).

Y tú, a quién reservas en voz baja


La dulce sonrisa de la felicidad
Y la mirada que te emborracha,
Mátame, hazme descansar
¿De qué te quejas sobre mi corazón?

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