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Gracias al avance tecnológico, fundamentalmente en los últimos años, cada vez se abren más y
nuevas posibilidades para prolongar la vida útil de los materiales procedentes de los residuos.
Es posible establecer directrices para la mejor opción de gestión para los diferentes residuos,
así surge el principio de jerarquía (aprobado en el Consejo de Ministros de la UE, celebrando el
27 de junio de 2006), adoptado por la ley española.
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Prevención Prevención Prevención Prevención Prevención
Esquema 1.3. Principio de jerarquía en el tratamiento de residuos.
Hoy en día pocos son los que discuten la necesidad de aplicar este principio, aunque existen
algunas divergencias acerca e los niveles de que debe constar y de su ordenación. Algunos
Estados miembros de la UE proponen la equiparación dentro el reciclaje y la valorización
energética, y otros, no ven la prioridad de reutilización sobre el reciclaje y proponen fundir
estos niveles.
Para cada clase de residuos, hay que analizar en detalle las diversas posibilidades de actuación
para reducir su volumen, su toxicidad o aumentar su reciclabilidad, aplicando las mejores
tecnologías disponibles. La prolongación de la vida útil de los productos es la primera
estrategia para prevenir o reducir la generación de residuos; hay que evitar el consumo de
productos de un solo uso y es preciso potenciar la producción y consumo de productos de
larga duración y reparación garantizada, intentando utilizar materiales reciclables y
renovables.
1.4.2. Reutilización
En la búsqueda del desarrollo sostenible, se hace cada vez más necesario valorizar las enormes
cantidades de residuos que genera la actividad humana. La reutilización consiste en la
utilización reiterada de un objeto o sustancias para el mismo uso inicial, con lo que se evita, o
se hace innecesario, el consumo de nuevas materias primas a la vez que se reduce la
generación de residuos; en algunos caso, la reutilización permite evitar que se conviertan en
residuos objetos que adquirirían la condición de tales de no ser reutilizados, que pueden ser
regenerados para volver a ser utilizados como aceites lubricantes; los disolvente, que pueden
ser extraídos y purificados para volver a ser utilizados como disolvente; resto de podas,
estiércol y residuos orgánicos urbanos para fabricar compost, etc.
La reutilización es una opción muy deseable desde el punto de vista ambiental y presenta
varios beneficios, algunos de los son:
Se ha llegado a decir que un residuo es, en realidad, una materia prima producida en un lugar
inadecuado en un momento inoportuno. Es evidente que no es posible decir eso de todos los
residuos, pero lo que queda claro es que una gran mayoría de los residuos que se generan
pueden ser utilizados, de un modo u otro, como fuente de alguna materia prima o de energía.
En esto consiste la valorización: aprovechar los contenidos materiales o energéticos de los
residuos para un fin útil.
Las posibilidades y modalidades de valorización son muy distintas en función del tipo de
residuo. No es lo mismo el estiércol que la escoria de un alto horno, pero ambos tienen en
común el hecho de que es posible extras de ellos algún beneficio ecológico o económico: la
fabricación de compost, en el primer caso, y su empleo para ciertas obras, en el segundo.
Reciclaje
Implantar una política a favor del reciclaje tiene importantes beneficios, ya que favorece la
creación de nuevas empresas. En España, el desarrollo del sector del reciclaje ha creado ya
varios miles de puestos de trabajo.
Valorización energética
La valorización energética ocupa el cuarto nivel de la escala de jerarquía, lo que viene a decir,
tal como afirma el PNIR, que sólo se deben valorizar energéticamente aquellos residuos que no
se hayan podido evitar, que no hayan podido ser reutilizados y tampoco reciclados.
1.4.4. Eliminación
La eliminación es la opción menos ecológica y se debe aplicar cuando no existe otra posible.
Cuando se habla de eliminación se entiende normalmente que se trata de vertido, como es el
caso de los residuos peligrosos, que se depositan en depósitos de seguridad o vertederos. Sin
embargo, existe una segunda modalidad de eliminación, la incineración sin recuperación de
energía que se aplica a ciertos residuos peligrosos muy concretos, como solo residuos
contagiosos, los de origen animal, etc.
Es necesario reducir al mínimo las cantidades destinadas a eliminación. Existe una normativa,
sobre los procedimientos y criterios de admisión de residuos en vertedero, que establece, con
carácter básico, las características que deben reunir los vertederos, así como los
procedimientos y criterios para la admisión de los residuos. También hay instrumentos fiscales
(impuestos y cánones al vertido) que ya se aplican en algunas Comunidades Autónomas, como
Madrid, Cataluña, Murcia y Andalucía, así como las tasas de muchas entidades locales que se
repercuten sobre el ciudadano.
Las normas legales vigentes establecen tres tipos de vertederos, para residuos peligrosos, no
peligrosos e inertes, son niveles de rigor, exigencias ecológicas y de seguridad diferentes. El
problema más grave en materia de vertederos en España es el de los vertederos incontrolados,
fruto de la herencia de muchos años de negligencia y abandono. Se está realizando un gran
esfuerzo, técnico y económico, para la clausura, sellado y restauración ambiental de estos
vertederos, pero aún queda mucho por hacer y acabar definitivamente con esta práctica debe
ser una prioridad.