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Un trastorno es definido como síntoma cuando las manifestaciones que aparecen en el momento
de crisis y las manifestaciones que se dan en momentos más relajados, dan señales de la
existencia de una patología. Unos trastornos no se pueden definir desde el concepto de ideal, pero
es necesario conocer los comportamientos "ideales" como punto de referencia, para normalizar al
niño que presentan una patología buscando la mayor calidad de vida posible, a la hora de realizar
una intervención. La sociedad debe tener en cuenta el concepto de ideal para aceptar las
necesidades y diferencias especiales de los niños que tienen algún tipo de patología. Un trastorno
es definido como proceso dinámico cuando le damos la oportunidad a la patología de realizar un
proceso de cambio y entendemos ese proceso como dirigirse hacia la posibilidad de normalizar lo
más posible las manifestaciones de un trastorno. En ese proceso dinámico, influye el criterio de
adaptación al entorno, sobre todo porque el ambiente puede colaborar en la interiorización o no
de los trastornos que afectan al desarrollo cognitivo, social y afectivo
Las alteraciones en la infancia son aquéllas que superan la conflictividad. Que se sitúa entre los
parámetros de un conflicto propio de su etapa. Si la alteración se interioriza en el niño, entonces
nos encontramos ante un trastorno. Suelen estar relacionados con conflictos de vida cotidiana.
Los trastornos en la etapa infantil son patologías que se en la propia etapa. Estos pueden
superarse dentro de la propia etapa infantil y no aparecer en las etapas posteriores. También se
refiere a esos trastornos que dándose en la etapa infantil, cambian por otros trastornos en la
adolescencia o en la adultez Los trastornos de la etapa infantil son patologías que aparecen y se
desarrollan en la infancia y se mantienen en el resto de las etapas.
Es una alteración del movimiento que sobrepasa el conflicto propio de ¡a etapa (2.3. hasta 4 años).
Cuando permanece más allá de los cuatro años, puede desaparecer como alteración si es tratada
por un profesional. Si el niño interioriza la alteración, se convierte en un trastorno. Como trastorno
manifiesta: capacidad de concentración lábil, una explosión motriz, un descontrol de movimientos,
ansiedad, falta de escucha a lo que se le dice, hay una clara desaceptación deI niño por parte de su
entorno. Si su entorno es intolerante con sus manifestaciones, si es coactivo cuando se
manifiestan sus síntomas, él se autocastiga o provoca a los adultos con sus reacciones para ser
castigado.
4. Realiza un cuadro de doble entrada con los trastornos de conducta, tipos y
manifestaciones. (pág. 561)
Realmente el abandono es una experiencia sentida en lo más interno por el niño, vivencialmente
siente la falta de actividad. Cuando supera la fase de angustia del abandono, empieza a derivar el
sentimiento y se autoculpa. Piensa que merece el abandono. La angustia provoca una confusión
interior que le desestructura en todos los sentidos (Cognitivo, afectivo, social). La angustia le lleva
al miedo, pánico, a sentirse muy amenazado por todas partes, desconfía del adulto Carecer de
contactos que le lleven al conocimiento de sensaciones afectivas, conforma a su alrededor una
serie de manifestaciones corpusculares muy negativas. Mientras, las figuras de apego culpabilizan
al otro del niño "desobediente", malo, consentido.