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é
Dr. M< Euwe y H. Kramer

EL MEDIO JUEGO

TOMO 1
EL VALOR RELATIVO DE
LAS PIEZAS

Ediciones Limitadas Catalán


Conde Borre!!. 1 00 - BARCELONA- 1 5
Traducción del alemán:
PEDRO CHERTA CLOS

© KURT RATTMANN
Hamburgo

© Para la edición castellana


EDICIONES LIMITADAS CATALAN

RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS


Este libro no puede ser reproducido,
en todo ni en parte, sin permiso

Impreso en España - Prinred in Spain

ISBN: 84-85 103-22-X (Obras completas)


84-85 103-23-8 (Tomo 1)
84-85 103-24-6 (Tomo 11)
Depósito Legal: B-11 .09 6-1984

Impreso en Gráficas Ampurias. Barcelona


EL MEDIO JUEGO
1 - 11
P R Ó LO G O

Después d e las series « A perturas» y « F i n a les» y a publi cadas, m e


permito hacer a lg u n a s cons1derac1ones respecto a l a edición d e u n a se­
rie « E l medio 1ueg0>>. Au nque en esta se presentan problemas fu nda­
menta l m e nte disti ntos, es c laro que ta nto l a s a pe rtu ra s como los fina­
les desarro l l a n. cada u n o a su tiem po, u n pa pe l ese n c i a l en el medio
juego. Por e l lo es su m a m ente difícil conocer a fondo la teoría del medio
juego st a ntes no se ha estud iado la técn i ca de las a pe rtu ra s y l os fina­
les, y esta es la causa de qu e esta serie aparezca e n ú lti m o l u g a r. Des­
de hace ya u nos d iez a ños ten ía proyectada con m i colaborador de en­
tonces Ha ns K m och u na serie sobre e l medio juego, y conj u nta me nte
venía m os labora ndo en u nos esqu e m a s pa ra el trata m iento de d icha
fase de la partida, que en la teoría ajedrecística requ iere un trabajo pro­
fu ndo.
E n los pri meros a ños que siguieron a la guerra no había m os ten ido
ocasión de l leva r a cabo n uestro trabajo, y com o qu iera que e l Sr.
K m och fin a l m e nte aba ndonó l os Pa ises B ajos, tuve que renu n c i a r a su
im portante ayuda, que ta n va l i osa fue para mi en su colabora ción de
las senes sobre a pertu ras y fi nales.
Estoy satisfecho de que con la ayuda de un maestro hola ndés como
e l Sr. K ra m e r haya pod ido l leva r a térm i n o l a serie «El medio juego», en
cuyos esquemas ha colaborado eficazmente.
Qu isiera que el m u ndo del ajedrez hola ndés a ce pta ra esta n u eva se­
'
ne de la m isma forma qu e lo h izo con las a nteriores.

D r. M . EUW E

7
I NTRO DUC C I Ó N G E N E RAL

La iniciación al medio juego puede producirse de diversas maneras. La


más corriente y normal es cuando se precisa el apoyo o entrada del mate­
rial en juego, una vez concretadas las características formaciones de peo­
nes. Se parte de una posición determinada como base fundamental, pero
como quiera que esta posición puede variar constantemente,· deben valo­
rarse todas las posibilidades, de más a menos, según sea el carácter de la
citada posición. Tales posibilidades se denominan en la terminología aje­
drecística «características de la posición» y estas características repre­
sentan una pauta para la iniciación al medio juego.
Es indispensable discernir el carácter más o menos «estático» de la
posición en el tablero a fin de poder pasar a una nueva situación que pue­
de presentarse, y que se podría calificar de «dinámica». Por ejemplo, si en
un momento determinado de la partida se organiza un ataque en el flanco
de rey, es preciso conocer al propio tiempo el «dinamismo» que contenga
la posición.
Es comprensible que ambas circunstancias se complementen: puede
emprederse un ataque en el flanco de rey en el que se colabore de mane­
ra distinta una formación de peones, y contrariamente, una agresiva for­
mación de peones puede estar orientada hacia otro sector del tablero.
Si bien inicialmente una- posición, tanto estática como dinámica, debe
adaptarse a sus características esenciales, es frecuente su paso a forma­
ciones más complejas. El tratamiento del medio juego debe efectuarse de
manera subjetiva, toda vez que a menudo cada caso puede ser una excep­
ción de la regla. Puede haber solamente una jugada única, pero general­
mente se puede elegir entre diversas jugadas cuyos factores «subjetivos»
desempeñen un papel .diferente, y con ello, aparte el estatismo o dinamis·
mo mencionados, puede hallarse una tercera salida como punto de parti­
da.
Al iniciarse el medio juego deben tenerse en" cuenta diversas circuns­
tancias. Por mucho que se teorice o sistematice, una cosa no debe olvi­
darse. Tanto el principiante como el jugador más o menos experimentado
han podido aprender en un libro sobre el medio juego ciertos conocimien­
tos que puede poner en práctica en el transcurso de la partida, y si sus ex­
periencias no son muy extensas (por ejemplo, sobre las formaciones de
peones), el esfuerzo puede resultar baldío.

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Concretando: pueden utilizarse para el tratamiento de una materia
ciertos puntos de vista previamente estudiados, pero la última palabra la
tiene la práctica. las «características de la posición>J y otros conocimien­
tos estudiados sobre el curso de la partida deben ser refrenados por la
práctica de la misma. la ejecución de cualquier tema precisa experiencia.
Experiencia en el es tudio de la literatura ajedrecís tica y en especial expe­
riencia en la resolución de los múltiples problemas que presenta una posi­
ción.
Fundamentados en las precedentes consideraciones, trataremos en
es ta serie sobre el medio juego los temas siguientes, que consideramos
muy importantes para la práctica de la partida:

l. El valor relativo de las piezas.


11. · Formación del centro. Caracterís ticas
111. Diversas formaciones de peones.
IV La lucha por las líneas abiertas. estáticas.
V Peones débiles.

VI. La iniciativa.
VII. Características de ataque al rey. Características
VIII. la defensa.
IX. La transigencia. dinámicas.
X. Desarrollo y transición.

XI. Deficiencias conocidas. Caracterís ticas


XII. El es tilo individual. Subjetivas.

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I NTR O D U CCI Ó N PARA EL TO MO 1

C u ando se qu ieran va lorar l a s diversas pieza s tomando el peón


como base, se puede a pl ic a r la siguiente rel a ción, de m e n os a m á s;

Peón 1 Caba l lo 3 1/2 Dama 10


A lfi l 3 1/2 Torre 5 1/2

Esta va loración es i m porta nte pa ra el pri ncipia nte; s i n embargo, el


jugador con m á s expe.riencia conoce rá pidam ente que e l va lor de las
piezas no se expresa sólo en cifras, toda vez qu e el m ismo pu ede ser
va riable seg ú n la posición, j u gada por j u gada.
E l va lor a proxi mado de las piezas debe ca l c u l a rse ten iendo e n cuen­
ta la ca ntidad de casi l l a s que cada u n a de e l l a s puede dom i n a r. y asi­
m ismo la presión rel ativa que pueda ejercer sobre las m ismas. Consi­
dera ndo, como pu nto de pa rtida, la tota lidad de casi l la s del table ro, es­
tablecemos la va lora ción sigu iente:
·

M ín i m o M á ximo M ín i m o M áx i m o
Peón 1 2 A lfi l 7 13
R ey 3 8 Torre 14 14
Caba l lo 2 8 Dama 21 27

En este cuadro resa lta espe c i a l mente la dife rencia qu e indica m os


entre caba ll o y a lfi l. qu e no obsta nte, debe conside ra rse de forma a pro­
xim ada . En este caso. el va lor de l a s c ifra s es m u y relativo. M ie ntras el
a lfi l dom ina sola m e nte casil la s del m ismo color, e l caba l l o puede dom i­
n a r ind istinta mente casi l la s bla n cas o negras. de m a nera que ocu pa ndo
u n a casi lla blanca su ca m po de a cción es sobre casi l las negras, y vice­
versa. En consecu encia, un a lfi l atacado por un caba l l o no puede en­
fre nta rse d i recta mente a esta pieza.
Por lo genera l , l a s piezas no pueden desplegar toda su eficacia en el
medio juego cuando su radio de a cción está e ntorpecido por otras pie­
zas, propias o contra rias. E l objetivo es, en consecu encia, procu ra r el
mayor dom i n i o de casillas pa ra las m ismas. Este es e l pri n c i pa l proble­
ma o resolver, ta nto en e l ca m po posicion a l como en e l combinativo.
Hace a p roximada m e nte un siglo la m ayoría de l os m aestros, sin

1 1
uuaa mt1uenc1ados por•el tipo rom á ntico del j uego, daban preferencia a l
caba l l o sobre el a lfi l.
En la a ctu a l idad e l caso es a la i nversa, natu ra l m ente exceptuando
determ i nadas posiciones. Hasta que pu nto puede considera rse su bjeti­
va mente esta cuestión es difíci l de decidir, pero si se puede afi rm a r
que, genera l m ente, l o s d o s a lfiles s o n m á s fue rtes que l o s d o s caballos,
y a ú n que c a ba l l o y a lfi l. Sin embargo, no hay duda de q u e en determ i­
nadas posiciones n o es ra ro que un caba l l o pueda ser superior a un a l­
fil.
La compensa ción de la c a l idad por la ventaja posicio n a l es u n tema
que precisamente en l os ú ltimos tiem pos h a despertado genera l ate n­
ción, e n especia l a través de gra n n ú mero de partidas jugadas en R usia.
Desde luego, n o es fácil decid i r cuando el sacrificio de calidad está sufi­
cientemente com pensado.

12
'
S E C Cló N 1 : E L ALF I L

E n l a introdu cción y a hem os m e n ci onado la d iferencia entre a lfil y


caballo: a nteriorm e nte era prefe rido el caballo; a ctua lm e nte el a lfi l.
Pero no se puede afi rm a r rotu nda m ente que un a lfil sea su perior a un
caba llo, y viceversa. Ta m poco se puede deci r que un a lfi l de casillas
bla n ca s sea superior a u no de casillas negra s, a u nq u e suene a parado­
j a . Este es el eterno proble m a de los a lfiles.
Un a lfi l que dom i na u na diagonal i m porta nte es más útil que otro si­
tuado e n un rincón, l i m itado por sus propios peones. Por ello va m os a
dividir esta sección en dos pa rtes:

1 A: El a lfi l a ct ivo.
2 B : El a lfi l m a lo.

1 A: El alfil activo

U n a lfil a ctivo es táctica mente positivo c u a ndo las ca racterísticas


de la posición no ofrezcan sól idas ba rrera s de peones en el tablero. O
bien si las citadas ba rreras de peones se esca lonan en casi llas de color
contra rio al a lfi l. Este se denomina entonces el « a lfil bueno».
El a lfi l a ctivo puede infl u i r de m a nera i m portante e n el tra nscu rso de
la pa rtid a . El ba ndo poseedor del m is m o puede org a n izar e n buenas
condiciones una forma de ataque, a menudo decisiva .

Posición 1

(el alfil activo posibilita a las blan­


cas iniciar un ataque contra el rey;
partida A lekhine-Junge, Varsovia
1 942).

El a lfi l situado en la d iagonal


2TD - 8 C R de las blancas es m uy
fuerte, y no puede ser expu lsado
fác i l m e nte. El ava n ce P4AD­
P5AD de las negra s perm iti ría la
colocación todavía mejor de di­
cho a lfil en su casi lla 5 0 . S i n
e m ba rgo, las blancas h a n de
preven i r la m a niobra C 3 C- C 5 A D

13
de las neg ras, que m e rm a ría la N o 6 . ... R xA por 7 . DxP+; ni 6 .
efect �vidad del repetido a lfi l . . . .TxA p o r 7 . D 5 C+, seguido de
TxT+.
1 . C 5A C3C
7. TxT C 5T
Después de 1 . ... CxC 2 . PxC ! , 8. P3C D!
las blancas a menaza ría n P6A,
que no podría n i m pedi r las ne­ A ho ra seg u i ría a 8 . ... CxP 9 .
gra s con P3A por la clavada del T 1 -8T; si 8 . ... TxT 9 . D 5 C+; y s i
a lfil situado en 3 C D . 8 . ... D x P 9. TxT m ate.

2. D 3 R Las negra s aba ndonaron.

A m e na za n o s ó l o 3 . D 5 C CxC
4. PxC C 2 D 5. TxC TxT 6. P6A
P3C 7. D 6T con m ate i m pa ra ble, Posición 2
si no ta m bién sen c i l l a mente 3.
CxC TxC 4. TxT D xT 5 . DxC . (un alfil activo a cos ta de un peón
retrasado; partida Pilnik-Kramer,
2 . ... CxC A msterdam 1 950).

Elim i na ndo el enem igo más


pe ligroso. Pero ofrecía mejores
perspectivas 2 . ... C 3 C 5 A, con lo
cual el a lfi l blanco resu lta ría i ne­
fi caz en su a poyo al ataqu e.

3. PxC P4A

P a ra intercepta r el pel i g roso


a lfil. Después de 3 . ... C4D 4.
D 3 A C 3A, sería m u y fu e rte 5 .
P4C ! , c o n ataque i m para ble.

4. P6A! PxP

Forzado, a nte la a menaza 5 .


D 5C . Con su ú lt i m a j u gada
( P3 D - P 4 D ) las negras han toma­
5 . D6T P4A do la iniciativa e n el centro, y
a menazan P5D pa ra tener
Caso contra ri o, la situación del m ayor l i be rtad de m ovim ientos,
a lfil bla n co e n 2AD decid i ría . o PxP s i m p l ificando la tensión
centra l. Pu ede observa rse que
6 . AxP+!! DxA existe u na dife rencia esencial

14
entre ambas posibi lidades. El al­ presión sobre la casi lla 30 de las
fi l blanco de 2 A O pie rde activi­ blancas e l a lfil de 2AO queda
dad, sin q u e valga inmediata­ pasivo, m ie ntra s que 5 . TO 1 O
mente A3C a causa de P 5 A O . sería contestado con 5 . ... OxPT.
P o r otra pa rte, después de PxP Por otra parte, 5. TR 1 O a liviaría
las negras se han creado u na de­ la presión que ejercen la blan ca s
bilidad en su casi lla 40, que las sobre el P R . n egro.
bla ncas pueden expl ota r a base
de C 3 R - C 5 0, a u nque e n todo 5 . A3C D!!
caso, esta m a n iobra no podía
i m pedirse. Pero esta profu ndamente me­
ditada j ugada dem u estra todo lo
Las blancas, en esta posición, contra rio.
conti n u a ron de ma nera un tanto
sorprendente con: 5 . ... DxP
6. DxD TxD
1 . PxP DxP 7. CxP CxC
2. D 2 R A2C 8. TxC P5A(7)
3. A5C !
Lá posición de las negras es
N o vale ensegu ida 3 . C x P CxC su m a mente incómoda, mientras
4. O xC por el m a te en 2 C R ; ni las piezas blancas han logrado
tam poco el intento de a ctiva r el gra n a ctividad. Con la ju gada del
a lfil con A3C pa ra ga nar u n texto las negras pretenden redu­
peón, q u e sería contestado así: cir la a cción del a lfi l de casi llas
3. A 3 C 0 2 0 4. CxP C xC 5. O xC blancas adversa rio, pero ello es
A 3 0 y las negras, a ca mbio del sólo pa rcia lmente.
peón, tendría n u na fu erte posi­
ción agresiva . La « pu nta » de la j ugada q u i nta
de las blanca s consiste en la si­
3 .... TR 1 R gu iente varia nte: 8 . ... A 3 0 ? 9 .
4. A4TR ! TxT+ CxT 1 O. A 2 A T40 1 1 . A 4 R
T4T 1 2 . AxA TxA 1 3 . AxP, con
N o sólo s e a menaza A 3 C R , re­ un fina l fá cilmente ga nado.
forzando el ataque sobre el P R
negro, s i n o q u e a l propio tie m po 9 . A2A TD 1 D
cede la casi l l a 5 C R a l caba l l o; las 1 0. TD 1 R R1 A
negras han de considera r, por
consigu iente, la cont i n u a ción 5 . A hora, desa pa recido el P 3 0
A 3 C O segu ido d e 6 . C 5 C R . bla nco, la posición d e l a lfil en l a
casilla 2AD es todavía mejor
4 . ... TD 1 D que e n la diagonal a nteriormente
ocupada. En lugar de la jugada
Aparentemente, las negr�s tie­ del texto, q u e pierde un peón, las
nen u na buena posición; por la negras podía n elegir la a lternati-

15
va 1 O .. A 3 D . Después de 1 1 .
. .

AxC ! AxT 1 2. AxT! ( pe ro no 1 2.


TxA por 1 2 . ... PxA, n i ta m poco
1 2 . AxA por 1 2 . ... P 3 A) 1 2 . ...
AxPT+ 1 3. R xA TxT 1 4. C 3 C, las
blancas, con dos piezas contra
torre y u n peón tienen m ejores
posibilidades, pero la pa rtida no
está decidida. Este tem a será
exa m inado « con l u pa » en la sec­
ción 4, apartado 4 B .

1 1 . AxPI

U na desagradable sorpresa
pa ra las negra s. N atu ra l mente,
no va le 1 1 . ... CxA por 1 2. AxA+, Esta posición, a la que se ha
pe ro había n previsto 1 1 . ... P 3 C llegado a la práctica m u chas ve­
1 2 . A 5 C C 1 C, c o n la posibilidad ces, ofrece u n excelente ejem plo
de segu i r la línea 1 3 . AxC AxA de la a ctividad del a lfil. Los pro­
1 4. TxT+ TxT 1 5. TxT+ R xT. Pero blem a s que se presenta n pa ra
las blancas tendrían m ejor; 1 1 . ... a m bos ba ndos son cla ros: las
P3C 1 2 . A5C e 1 e 1 3 . A 1 A! , y bla ncas tienen que jug a r a l ata­
a h ora el c a m bio AxC no puede q u e d i recto pa ra m ateria l iza r su
evita rse ( 1 3 . ... C3A 1 4. A6T ventaja en el desa rrollo; contra­
m a te! ), y las blancas q u eda ría n ria m e nte, las negra s tienen toda­
con u n peón de ventaj a . vía que resolver la « pa pe leta »
q u e rep resenta la i n actividad de
1 1 . ... A3 D su a lfi l .
1 2. TxT+ CxT
1 3. A2A 1 . ... P4C D

y las blanca s ga n a ron a p rove­ Las negra s q u i e ren a ctu a r a u ­


chando su ventaja m a terial . torita ria m ent, e .

2. A3C P5C

Para, despu és de s e r j u gada l a


Posición 3 torre blanca conti nua r con 3 . ...
A3T, q u edando resu elto el pro­
(una conocida posición en el ble m a de las negras.
Gambito de Dama ortodoxo: las
perspectivas de· las blancas se 3. P6A
aclaran en la partida Euwe­
Thomas, Hastings, 1 935). U na desa gradable j u gada i n-

16
·
termedia ,· que debil ita la posición Pero no 9. A 3 C ? TxT 1 O. TxT
del e n roque de las negras. Si en­ DxP+ �mate segu ido.
segu ida 3. TxP, con 3 . ... DxP+ 4.
·R 1 T A 2C, la posición no da ría a 9 . ... T0 1 0 7
las blancas ventaja a precia ble.
Pierde rá pidam ente. E ra nece­
3 . ... PxP sa rio 9 . D 5 C, segu ido de D 2C.
. . .

4. TxPAO OxP+
5. R 1 T A2C 1 0. 0 5 C T3 0

Consecuente conti nu ación La otra defensa contra la a m e­


q u e a ctiva el juego del a lfil de las naza de m ate en 6 A R , o sea 1 O.
negras. Pero a hora se m a n ifesta­ . . D 5 D ta m bién pierde ensegui­
.

rá la debi l idad de su e n roque. Es da después de 1 1 . A 5 D ! ! : 1 1 . ...


i m porta nte constata r que 5 . . .. D 2C 1 2 . TxT+ TxT 1 3 . TxT+ DxT
A 3 R , pa ra prepa ra r u n final con 1 4. D 5 R+D 2 C 1 5 . D 8 R +; o bien
la e l i m i n a ción de a m bos a lfi les 1 1 . ... TxT 1 2 . DxT+ R 2 C 1 3 .
costa ría u n peón: 6 . AxA PxA 7 . D 5 C+ R 1 A 1 4 . D 8 C+ R 2 R 1 5 .
D 4C+ D 4 C ( s i 7 . :. . R 1 T, enton­ T 1 R+.
ces 8. T7 A) 8. DxPR+ R 1 T 9 .
TxP ( caso de 9 . ... T 1 C R , 1 O. 1 1 . AS O !!
T2AR , y si 9 . ... TR 1 R , entonces
1 O. 07 A ! ) . Ta m bién despu és de El a lfi l cu l m i na a l m á x i m o su
5 . ... P4A, con 6. T3A R , o bien 6 . a ctiva m a n iobra .
D 5T l a s bla ncas obtendría n u n
ataque decisivo. Las negra s _a ba ndona ron.

6. TOxP 05R
7. 0 2 0 R1T
Posición 4
N o 7 .. TD 1 D? 8 . D 5 C+ R 1 T
. .

9. TxP, gana ndo inm ediatamen­ (como las negras pueden conver­
te. tir en inofensivo un alfil en el
Gambito de Dama ortodoxo; parti­
8. AxP T01 A da Stahlberg- Trifunovic, Amster­
dam 1 950).
A menaza 9 . T7 A; pero 8 . ...
. ..

TD 1 D ofrecía m ejores posi bili­ La posi ción es muy parecida a


dades pa ra ta blas: 9 . D 5C T 1 C R ! la del eje m plo a nterior; pero sin
1 O. AxT TxA 1 1 . T8A DxP+, con e m ba rgo hay u n a pequeña pero
fin a l de e m pate; o bien 9. D 2A R ! i m porta nte diferencia. Las ne­
D 2 R 1 O. A 3 C TxT 1 1 . D xT+ D xD g ra s tienen situ ada la dama en la
1 2 . TxD A4 D ! , etc. casilla 3AR, en l u g a r de 2 R . C on
el lo, el pe ligro q u e significa el
9. T6A-2A a va n ce P6A de las blanca s no

17
3. D2A A2D

No ensegu ida 3 . ... P4CD? por


4 . PxP PxP 5 . AxPC TxA 6 . TxA.

4. T3 D TD 1 D
5. 020

J u gada a l pa recer m u y fuerte,


toda vez que a m enaza el a lfi l de
20 y el peón de 4TD s i m u lta­
nea mente. En caso de que las
negra s j u gasen a h o ra 5 .. A 1 A,
.

podría seg u i r 6 . D xP I TxT 7. AxT


D xPC 8. P6AI y las blanca s ob­
tendría n de repente u n fue rte
existe por el m omento, y pueden ataque.
dedica rse a resolver el problema
del desa rrollo del a lfil situado en 5 . ... P4C D !
la casilla 1 A D . 6 . PxP

1 . ... P4TD! U n g rave e rro r sería a hora 6 .


T6 D ? por la respuesta 6 . ... A 1 A !
P repa ra ción del ava nce P4C D . E l intento d e g a n a r u n peón con
L a j u gada del texto tiene u n do­ 6. AxPC PxA 7. TxA TxT 8 . D xT
ble objetivo: u no, expu lsa r el a lfil DxPC 9 . D xPC DxD 1 O. PxD T 1 C
blanco de la diagonal 2TD 8 C R conduci ría a u na posición con
c o n la a menaza P4C D y P 5TD, escasas posibil idades pa ra ga­
caso de que dicho a lfil se retire a na r.
su casilla 3 C D; y otro, si el repe­
tido a lfi l se reti ra hacia la casilla 6. ..
. PxP
3 0, seg u i r con P5CD a m enazan­ 7. AS O A3AI
do la torre contra ria y gana ndo 8. P4R
un tie m po pa ra poder situ a r su
a lfil en la casilla 3TD. Despu és'de 8 . AxA TxT 9 . D xT
DxA las blanca s q u eda ría n con
2. P4TD l i gera desventaja , toda vez q u e
la m a yoría de peones negros en
A 3. P3TD seg u i ría 2 . ... P4CD el fla nco de da m a es m á s pel i ­
3 . A2T P 5 C 4. T5A A3T, segu i­ g rosa que la m a yoría de peones
do de 5 . ... A4C, con lo c u a l las blancos en el fla nco de rey
negras resuelven defi nitiva men­
te el problema del repetido a lfi l. 8. ... AxA

2 . ... T1 C y después de 9 . PxA D 3 C D+ 1 O.

18
D 2AR DxD+ 1 1 . RxD se acorda­ 1 .... C2R
ron las tablas. 2. D3A D3A
3. DxP D4A+
Posición 5 4. R2T TBD
Repentinamente las negras
(un ejemplo de la partida Pole­ han conseguido una fuerte con­
taiev-Flohr, Moscú 1 95 1 , en el tra-amenaza (mate en la casilla
cual el alfil activo se impone al ca­ 8CR) no fácil de parar, toda vez
ballo) que 5 . P4C sería contestada con
5 .. . 0 3 0+ 6. T 3 C T6D. que da­
ría a las negras seno contra¡ue­
go. mientras que 5 P4T sería
contestado con 5 P4CR, que
también acarrearía dificultades.
5. T3R!
Esta torre neutraliza la amena­
za de la dama negra en la diago­
nal 1 CA-7TD Desde luego. no
puede ser capturada a causa de
DxC+ y mate a la s1gu1ente en
7 CD.

5 .... P4CD
Como quiera que una ¡ugada
Aunque la situación de ambos defensiva no resuelve nada ( 5
reyes carece casi totalmente de T2D 6. DxPR o aún 6. D3A) las
la protección de piezas ligeras, negras efectúan un último es­
parece ser que las negras tengan fuerzo.
me¡ores perspectivas. sobre
todo teniendo en cuenta el peón
6. DxPR C1 A
de venta¡a. Pero el hecho de que 7. P5T
el alfil sea más efectivo que el Cortando el paso al rey negro
caballo contrario proporciona las hacia su casilla 3 CD.
blancas me¡ores posibilidades en
esta pos1c1ón. El alfil no sólo pro­ 7 . ... D2A
tege la debilidad del enroque La amenaza era 8. 07 A+.
blanco, sino que influye en el
ataque que sigue de manera de­ 8. D4R D1C
cisiva. 9. D4C

1. P4A Con la doble amenaza 1 O.


DxP+ y 1 O. DxT.
Inicialmente debe desalo¡arse
al caballo de su fuerte pos1c1ón. Las negras abandonaron.

1 �
1 8: El alfil malo

C u a ndo los peones forma n en el tablero u na ba rrera fija, i n m óvil, es


de suma i m portancia dispone r de un a lfil que pueda ataca r los peones
adversarios. E ntonces se ca l ifica este a lfil de « a lfil bueno». Su ventaja
consiste en que no sólo puede hostil iza r peligrosa m e nte d ichos peones
contra rios, si n o que ade m á s n o encuentra en su ca m i no a los peones
p ropios. E n el caso contra rio, este a lfil se cal ifica como « a lfil m a lo».
E n consecuencia, pod ría considera rse el « a lfil m a lo» como u na c i r­
cu nsta ncia que puede con d u c i r a la pé rdida de la partida. Pero este a r­
g u m e nto es justo sola mente en pa rte. E l « a lfil m alo» puede dese m pe­
ñar otros papeles i m portantes. C u a ndo disponga de un a decuado pu nto
de a poyo, del c u a l n o pueda ser desa lojado por los peones contra rios,
i n cluso puede llega r a se r más fuerte que el « a lfil bueno».
E n las va ria ntes de ru ptu ra con los peones de dama ( por eje m plo,
peones bla n cos en 5 0 y 4 R ; peones negros en 4 R y 3 0 ) los a lfiles de
rey son los « m a los» pa ra a m bos bandos. E l blanco en m ayor m ed ida,
toda vez que la forma ción exije pa ra las blancas m ayor ca ntidad de
peones de bloqueo. G enera lmente, es ind ispensable dispone r e ntonces
del PAO e n su casilla 4AO pa ra poder efectu a r u na eventua l ru ptu ra
P 5 A O, y a menudo ta m bién el PAR en su casi lla 3 A R pa ra la protec­
·
ción del PR contra la ru ptu ra P4A R de las negras. Además, no es fácil
uti l iza r este a lfil fuera de la cadena de peones. Los casos en los que
puede situ a rse bien a poyado en las casi lls 3TR, 4 C R y aún 6R, o e n las
casi l l a s 5CO o 6AO p ropias son basta nte ra ros. Otra cosa es c u a ndo se
trata de l a lfil de rey de las negras. É ste puede situa rse n o sólo e n la dia­
gonal 1 C R - 7TO (vista desde el lado de las blanca s; por ejem plo en la
varia nte 1 . P4R P 4 R 2. C3AR C3AD 3. A4A A4A 4. P3A 0 2 R 5. P40
A 3 C 6 . 0-0 C3A 7. T 1 R P30 8. P 5 D ) si no ta mbién con frecu e n cia en
la diagonal 1 A 0-6TR (ta m bién vista desde e l lado de las bla ncas) . E n
a m bos casos el « a lfi l m a lo» s e convierte e n u n a pieza val iosa q u e m u­
chas veces el bando bla nco ofrece ca m b i a r por su propio a lfil de casi­
llas negras.
El caso es a ná logo cua ndo las va ria ntes de ru ptu ra se forma n con
los peones de rey ( peones blancos en 4 0 y 5R; peones negros en 4 0 y
3 R ). En posiciones de este tipo queda el « a lfi l m a lo» fuera de la cadena
de peones ( por eje m plo, después de 1 . P4R P3AO 2 . P40 P40 3 . P 5 R

20
A4A) . Dentro de la cadena ( por ejem plo, 1 . P4R P 3 R 2 . P4D P 4 D 3 .
P5A) puede el a lfil desa rroll a rse a m enudo por l a s casi l las 3TD o 4 C D
para s e r enfrentado a l a lfil b u e n o de las bla ncas para su cam bio, y en
otros casos existe la posibilidad de ser a ctivado por las casillas 2 D - 1 R
hacia 3 C R o 4TR . Pa ra poder enju ic iar a l « a lfi l m a lo» en u na posición
determinada es preciso tener en cuenta el m ateria l que todavía se en­
cuentra en e l tablero. La desventaja del « a lfi l m a lo» es m á s evidente a
m edida que la pa rtida a va nza hacia el fin a l . D e ello se deduce la im por­
tante conc l u sión de q u e el « a lfil m a lo», en función de tra bajo conju nto
con otras piezas puede ser fue rte, y que esta fuerza dism inuye a m edi­
da que a u m e nta l a posibilidad de cambios, o que quede relegado a po­
siciones en las q u e su a ctivida d quede necesa riamente redu cida.
C onsecuente m e nte, en el fin a l •de l a pa rtida el problema del « a lfil
m a lo» tiene a ú n m á s c l a ro enj u i c i a m iento. N o a sí en el j uego medio, y
por ello l i m ita m os los ejem plos sigu ientes a posiciones en las c u a les
existen todavía piezas fue rtes.

Posición 6 taja pa ra las negras. En esta po­


sición va m os a com proba r c o m o
(El «alfil malo» dentro de la cade­ puede l lega r a a m pl i a rse d i c h a
na, sin punto de apoyo; partida pequeña ventaja .
Zvetkov-Smyslov, Moscú 1 94 7).
1. ... TxT
2. TxT DSR+
3. A1 A TxT
4. DxT D4R !

Aquí, cam biando las da m a s,


las negra s ya podía n habe r en­
trado en u n fin a l con sólo l os a l­
files de casillas blancas, dado
que sus peones del flanco de
da m a está n situ ados en casi l l a s
negras. Pero esta ventaja es to­
davía demasiado reducida pa ra
intenta r g a n a r: 4 . ... D xD+ 5 . R xD
R 2A 6 . R 3 R R 3A 7 . P 3 C R R 4 R
8. P4A A4A 9 . P4T R , y l a s blan­
cas pueden contin u a r la resis­
A consecuencia del peón en tencia.
5 D, el a lfil blanco tiene menos
a ctividad q u e el a lfi l negro, y ello E l objetivo de l a j u gada del
puede l lega r a ser u na seria ven- texto es c l a ro: forza r el ava nce

21
del PAD bla nco, con lo cua l su 9 . ... A5RI
a lfi l tendrá todavía menor ca m ­ 1 0. R 3 C
p o d e acción.
O b i e n 1 O. A 2 C A 6 D 1 1 . D 6 R
5. 0 2 R 0 5 0+ D 4 R + 1 2. D xD PxD 1 3 . P 3 C
R 2 R , segu ido de 1 4 . ... A 7 A .
Pero no 5 . ... DxPD por 6 .
D 8 R+, y las b l a n c a s ganaría n. 1 0 . ... D 4 R+
1 1 . R2A D5A+
6. R2T R1 A 1 2. R1 R R2C
7 . P4A7 1 3. 020 D4R
1 4. 03A
E ste tipo de jugadas sólo debe
efectu a rse cuando no exista otra N orma l en este tipo de posi­
posi bil idad. Aqu í toda vía era vá­ ciones. A causa del « a lfi l m a lo» y
lido 7 . D 3 A+ R 2C 8. P3A D 4 R + pa ra no entra r en u na va riante
9 . R 1 C A2C 1 O . A4A. peor, dadas las consta ntes a me­
nazas por pa rte de las negra s,
7. ... A4A las blancas optan por forzar el
8. P4C R 7 ca m bi o de damas. Pero ello es
como « atraer la lluvia hacia la
S i gue este peón situ ado en gotera », toda vez que el fin a l re­
casi lla bla ncal Lógico era 8 . . su lta nte está i rremediablemente
P 3 C R , segu ido de P4TR . Las perdido.
bla ncas te ndría n entonces oca­
sión de enfrentar los a lfiles pa ra Por otra pa rte, h abía poco
su ca m bio, bien sea por la casilla pa ra elegir. Por ejem plo: 1 4.
3TR, o event u a l mente por la ca­ D 3 R P4C R ! 1 5 . R 1-D 0 5 0+ 1 6 .
s i l l a 2 C R . Después de la ju gada DxD PxD 1 7 . P4C R 3A, y l a s ne­
del texto la ventaja de las negra s g ra s también ga n a ría n .
em pieza a tener ca rá cte r decisi­
vo. 1 4 . ... DxD+
1 5. PxD
8 . ... A8C
El trata m iento del fin a l que se
9. P3T
ha producido ya no corresponde
a l te ma sobre el m ed i o j uego. N o
D espu és de 9 . P3C D4R+ 1 O. obsta nte, damos e l cu rso si­
DxD PxO, el final de a lfiles está gu iente de la pa rtida con a n ota­
ganado por las negras: 1 1 . P3T ción a breviada, para constata r
A7A 1 2 . P4C PxP 1 3 . PxP que la desve ntaja del « a lfil
P4TD ! 1 4. PxP PxP 1 5 . P 5 A P 5T m a lo» es tota l m e nte decisiva:
( 1 6 . A4A A 6 C ! ) y las blancas S ig u i ó todavía 1 5 .... P 4C R ! 1 6.
tendrán que sac rifica r su a lfil por R2A R 3A 1 7 . R 3 R R4R 1 8.
el PTD adversa rio. A2 R A7A 1 9 . R 2 D A8C 20.

22
R3R P3TR 2 1 . A3A A7A 22. 1 . D4T A2D
A2 R P3T! 23. R2D AST 24. 2. D7T
R3R P4C ! 2S. PxP PxP 26.
A3A A6C 27. A2 R ASA! 28. Va lora ndo exa cta m e nte las
AxA PxA 29. P4TD RxP 30. circu nsta ncias que ofrece la po­
PST R3A 3 1 . R4R P4D+ 32. sición, las blancas i m piden el en­
R5R PSD 33. PxP P6A 34. frenta m iento de los alfi les. La j u ­
P S D+ R2D 3S. P6T P7A 36. g a d a d e l texto no perm ite 2 .. ..
P7T P8A=D 3 7 . P8T=D O SAR, A3A, a causa de 3. DxP.
mate.
2 . . .. A!R
3. T!C T3 D
Posición 7 4. P4TD R2T

(el alfil malo delante de la cadena Las negra s no pueden i m pedir


de peones y en posesión de un la progresión del PTD bla nco. A
punto de apoyo; partida Botvinnik­ 4 . ... O 1 O segu i ría 5 . P5T PxP 6 .
Kan, Leningrado 1 939). TSC.

S . P ST PxP

Con la espera nza de pode r se­


g u i r a 6. DxPAD con 6 . . .. P 5T! ,
etc.

6. DxPT T3T

Al no pode r evita r la pérdida


del PAD , las negras in�entan el
contra-ataque.

7 . DxP T7T
8 . D3 R !

I m pide 8 . . . . D 4 C y a menaza 9 .
E l a lfil de las blancas es m a lo, P5A.
toda vez que está ju nto a tres
peones propios en casillas del 8 . ... D3T
m is m o color. Pero como q u iera 9 . T8C D ST
q u e este a lfil está situ a do en u na 1 0. R 2T T6T
casilla dela nte de dichos peones,
sin obstá c u l o a lg u n o, es precisa­ En sus comentarios a esta
m ente dicho « a lfil ma lo» un pa rtida B otwinn i k indica contra
buen cola borador del triu nfo de 1 O . . .. 0 7 A la bon ita conti n u a ­
las bla ncas. ción sig u iente: 1 1 . D 3 C T S T ( 1 1 .

23
... A 5 T 1 2. AxP) 1 2. TxA D BA
1 3 . D 6 C+ PxD 1 4. A B C+R 1 T 1 5 .
A 7 A + R 2T 1 6 . PxP, m ate.

1 1 . D5A T7T
1 2. TST DxT

Pierde sin n i n g ú n contrajuego.


Las negras podía n aquí resistir
mejor con 1 2 . ... 07 A 1 3 . TxT
DxT 1 4. D 7 R 0 7 0 . E n caso de
1 5. D xA? , las negra s a l ca nza ría n
el e m pate por jaque perpétuo:
D 5 A+ 1 6 . R 1 C D6R+ 1 7 . R 1 A
D B A+ 1 8 . R 2A D 7 D+ 1 9 . R 3A
D 6 D+ 20. R 4 C D 7 R +, etc. Pero
las bla ncas tienen m ej o r j u ga ndo m inar con em pate, d a do que di­
1 5 . DxP R ! , con u n fi n a l fácil­ chos a lfiles son de distinto color.
mente ganado. N atura l mente, esta expresión no
se refiere a l color de l a s piezas,
1 3. AxD TxA si no a l col o r de las casillas o
1 4. DxP AJA diagona les que cada u no de
1 5. D7A ellos puede d o m i n a r.

Las negra s abandon a ron. M u chos j u ga dores tienen u n


m iedo cerva l a nte e l hecho d e
que e l fin a l c o n l o s a lfiles de d is­
tinto color, la ventaja de d os e
Posición 8 incluso tres peones no pueda ser
suficie nte pa ra g a n a r. « Pe ro a n­
(lucha entre el alfil malo fuera de tes del fin a l los d i oses h a n pues­
la cadena y el alfil malo dentro de to el medio j u ego», d ijo el D r. Ta­
la cadena: partida Keres­ rrasch repetidas veces. E n el me­
Kons tantinopolski Moscú 1 948). dio juego los a lfiles desig u a les
pueden se r m uy fue rtes e n pa rti­
M ientras e l « a lfil m a lo» de las das de ataque. E l l o es m u y lógi­
negra s tiene a su disposición co, precisa mente porque a m bos
u na d iagona l libre en la cual pue­ a lfiles discu rren sobre diagona­
de dese m peñar cierta a ctividad, les distintas, y uno no puede de­
el « a lfi l m a lo» de las blancas fende r lo que el otro puede ata­
está obligado a jugar u n pasivo ca r.
pa pel. Es evidente que esta ven­
taja de las negra s puede l lega r a En la posición 8 las negra s tie­
ser va lorizada en el m edio juego. nen posibi l idad de ata q u e en el
E n el fi na l la pa rtida podría te r- flanco de rey, y podre m os com-

24
proba r en la misma q u e debido a 1 2. R 1 T
los a lfi les desig u a les l a presión
sobre la posición bla nca puede N o 1 2. D 2 A por 1 2 . . . PxP 1 3 .
.

progresa r consta nte m ente. TxP TxP ! 1 4. DxD TxT+ y m a te a


la siguiente j u gada.
1 . ... P5.A!
1 2. ... T·4c
N o pe rmite el desa rrollo del a l­ 1 3. P 3 C D A3T
fil blanco ha cia su casilla 3 R , y a l
m is m o tiem po impide la protec­ Las negra s m a ntienen íntegras
ción del PR bla nco con la ju gada sus posibilidades de ataque. S i­
P4A R . La defe nsa de este peón túa n inmejorablemente todas
en 5AR contra el a lfil contra rio sus piezas, mientra s las blancas
debe ser cuidadosa, a fin de q u e sólo pueden quedar a la expec­
e l mencionado a lfil q u e d e prá cti­ tativa .
ca m ente inactivo.
1 4. T1 C PxP
2. A2 0 A3T 1 5. OxP D5R
3. TR 1 R T1 C
4. 040 A5A M uy incóm odo pa ra las bla n­
cas. E l a lfil no puede abandon a r
E l « a lfil m a lo» em pieza a des­ la defensa d e l P R , y su protec­
plega r u na inqu ieta nte a ctividad. ción con 1 6 . T1 D no es posible
por 1 6 . ... TxPC. E l ca m bio de da­
5 . A3A 01 R mas ta m poco sirve, toda vez q u e
6. 0 1 0 T2C desem boca ría en u n final fá cil­
7. P4TO m e nte ganado por las negra s,
cuyas piezas dominan todo el ta­
Es claro que la ju gada lógica blero.
7. P4CD seguida de 8. P4TD
ta m poco tendría efectividad, 1 6. D2A A6 0 !
toda vez q u e las blancas no pue­
den l leva r a cabo la ru ptu ra E l a lfil está destinado a ocupar
P5CD. la casilla 5R pa ra reforza r el ata­
que de m a ne ra decisiva .
7. ... 030
8. T3T P5C
1 7. P4C O
9. A40 T2C
1 0. P3A
D espués de 1 7 . T 1 R , la res­
Forzado a nte el pla n de las ne­ puesta 1 7 . ... TxPC es defin itiva :
g ra s T4A-T4T- D 3T. 1 8 . TxD TxD 1 9 . TxA T8A+ y
m ate a continu a ción; o bien 1 9 .
1 0 . ... P4TR T 1 R A5R + y ta m bién e s m ate
1 1 . T3A T4A seguido.

25
17 . ... D4A 28. P7A DxPT+
18. P5C A5R 29. R1 D DxP
19. PxP TxP 30. P6A P4R
20. TxT TxT 31. AxP P5D!
21. DxT+ AxD+
22. RxA D5R+ 1 nic10 d e una bien calculada
23. R1 A P6A! combinación final.

La Jugada del texto, que ame­ 32. A6C P6D!


naza mate en dos jugadas, es la 3 3 . T1 A
mejor en esta posición. Contra­
riamente, no valdría 2 3 .... DxA., O bien 33. AxD PxT+ 3 4. RxP
a causa de 24 P7A. P7A, y las negras ganan.

24. A3 R D3C 33 .... DxA


25. R 1 R D8C D+ 34. P7A DxP
26. R 2 D 3 5 . TxD P7A

Forzado, toda vez que s1 26. Las blancas abandonaron.


T1 A, sigue 26. .. 060; y s1 26
R 2A 08TR, ganando enseguida
en ambos casos. Estos e1emplos permiten al
lector tener una idea aproximada
26 . ... D7C+ de cuando un alfil es «bueno» o
27. T2A «malo». según sea la pos1c1ón en
que se halle situado. General­
O bien 27. R30 D7R+ 28 mente las características son d1-
R4D P7 A 29. P7 A D 5C+. ganan­ fíc1les de precisar. y 'en las Sec­
do. ciones que siguen tendremos
ocasión de volver sobre este
27 . ..
. DxP tema.

26
SECCIÓN 2 EL CABALLO

En la Sección precedente ya hemos tenido ocasión de comprobar


que el alfil. en una posición ab1-erta, es por lo general superior al caballo
�pos1c1ón 5 ). S1 queremos profundizar en las causas que motivan tal
circunstancia, podremos comprobar fácilmente que el alfil es más
apropiado para la lucha a distancia. mucho más cuando su radio de ac­
ción se extiende simultáneamente a ambos flancos del tablero. Contra­
riamente, el caballo es más efectivo en la lucha de cerca, y además, no
está sujeto a las casillas de un color determinado. Ésta es también la
causa de que en un final con peones en un sólo flanco, el caballo suele
ser más fuerte que el alfil
En el medio juego el caballo desarrolla su mayor potencia cuando
puede disponer de un punto de apoyo en el centro del tablero. Este
punto de apoyo se produce casi siempre en pos1c1ones fijas de peones,
en las cuales el juego semi-cerrado (variante de ruptura, «muro de pie­
dra», etc.), favorece la me¡or colocación de un caballo
Gran importancia tiene, naturalmente, el lugar donde se halla el
punto de apoyo para el caballo. Vamos a analizar brevemente sus posi­
bilidades:

El caballo en la sexta· fila horizontal


proporciona, generalmente, ventaja dec1s1va. La defensa puede ser efi­
caz cuando sea posible eliminar dicho caballo a costa del sacrificio de
la calidad (una torre).

El caballo en la quinta fila horizontal


proporciona buenas perspectivas de ataque. Este caballo es. normal­
mente, más fuerte que un alfil.

El caballo en la cuarta fila horizontal


desempeña un buen papel no sólo en un posible ataque, si no también
en la defensa.

El caballo en la tercera fila horizontal


es muy útil, especialmente en el bloqueo de peones contrarios. Desde
esta fila el caballo puede actuar no sólo en la defensa, si no también
cooperar cuando se trate de activar el ataque.

27
En la práctica puede ocu rrir que el caballo d isponga de dive rsos
pu ntos de a poyo. En este caso e l tem a de la defensa resulta rá extre m a­
da mente difícil, y será necesa rio orden a r en lo posible todos los recu r­
sos existentes pa ra frena r su expa nsión. En determ inadas posiciones la
actividad del caballo puede l legar a ser devastadora .
U n « a lfi l m a lo», en u n a posición ce rrada, no puede c o m pa ra rse a l a
a ctividad d e u n caba l lo, y a ú n el m ismo « a lfi l bueno» tiene a m e n u d o
m u chas dificu ltades para neutra lizar la eficacia d � u n caba l l o. E n este
caso, genera l mente es a consejable intenta r el c a m bio de u na pieza por
otra.
Los sigu ientes eje m plos dan una buena i m a gen de la eficacia del
caba llo. Al fi nal de esta Sección vere m os dos casos lím ites que i l u stra n
l a s disti ntas características del juego entre u n a lfil y u n cabal lo. Ta m­
bién podre m os constata r el repentino a u mento de valor de u n ca ba llo a
través de u n ca m bio en la estructu ra de ba rreras de peones.

28
Posición 9 de obtener una columna abierta
pa ra la torre.
(el caballo tiene diversos puntos
de apoyo; partida Guimard-Dr. 2. D2R R2C
Euwe, Groninga 1 946). 3. C2C

La jugada 3 . C 5A+ sería u na


pé rdida de tiem po pa ra las blan­
cas, toda vez que después de 3 .
... R 1 A! el caba llo tendría que re­
gresa r a su casilla a nterior.

3 ..
. . P4T
4. P4T PxP

I m porta nte ju gada intermedia,


que i m pide a las blancas la
event u a l P 5 C R si la da ma negra
a ba ndonase esta casilla.

5 . PxP?

El caba llo negro está ya bien D a ocasión a las negras pa ra


situado en su casi lla 4AD, pero a prender u na combina ción deci­
a ún pu ede a lca nza r el em plaza­ siva . E ra necesaria 5. TxP .
m iento en su casi lla 5 0 media n­
te la m a n iobra C 6 C- C 5 D, lo c u a l, 5 . ... TxP+I
en dete rm i nadas c i rcu nsta ncias 6. CxT T1 T
puede ser todavía m ejor. Contra­
ria mente, el caba l l o de las blan­ M u cho m ejor que 6 . ... DxC+, a
cas difíc i l m e nte puede mejora r cuya j u gada segu i ría 7 . D 2TR .
su preca ria situ ación. N at u ra l ­
m e nte, puede l legar hasta su c a ­
7. R2C
silla 6AD a través de 2AD y
4 C D , pero dada la confi g u ra ción
de peones existentes, q u eda ría Ta m bién despu és de 7 . T3T
a l l í com pleta m e nte desplaza do, TxC el caba llo negro se s u m a ría
toda vez que no sería fác i l obte­ al ataque de forma decisiva. Por
ner la indispensable colabora­ ejem plo, 8 . TxT D xT+ 9. R 2C
ción de las demás piezas blan­ C 6 D ! ; o bien 8. D 2T TxP S. T7T+
cas existentes en el tablero. R 3A 1 O. T 1 A R +T5A, etc.

1 . . .. T1 T 7 . ... DxC
8. P 5 C C6C
La i ntención es c l a ra . Se trata 9 . T1 C R

29
P a ra que el rey pueda refu g i a r­ 1 . AJA T1 0
se en la casilla 1 A R . 2. ·p3T T2 0
3. P4C D
9 . ... C7DI
C on sus ú lt i m a s jugadas las
L a ju gada « pu nta» d e la com­ blancas h a n fijado los peones
binación. La casilla 1 A R de las contra rios del fla nco de d a m a en
blancas qu eda bajo la a cción del casil las blanca s, o sea de l m is m o
caba l l o, y la capt u ra de éste cos­ c o l o r que su a lfil, de m a nera que
ta ría la da ma ( D 7 T+) . el fin a l de a lfi l contra caballo
ofrecería las mejores perspecti­
1 0. R2A CxP R + vas para su bando. La desventa­
ja está que con ello las negra s
L a s blancas abandona ron. podrá n disponer d e su segu ndo
pu nto de a poyo pa ra el ca b a l l o
en 5 A D .

Posición 1 O 3 . ... 01 0

(el caballo con punto de apoyo Amenaza de in mediato 4 . ...


contra el «alfil bueno)); partida C 3 C 5. D 1 T TxT+ 6 . D xT DxD+ 7 .
Rossolimo-Kramer, Beverwijk
, AxD C 5A, ganando u n peón.
195 1).
4. T1 AO

P a ra poder e l i m ina r e l pe l i g ro­


so caba llo media nte AxC; pero
a hora esta pieza se desplaza ha­
cia su segu ndo pu nto de a poyo.

4 . ... C3C
5. 05A C 5A
6. TxC

N o hay nada mejor, segú n de­


m u estra n las sigu ien tes va rian­
tes: a) 6 . P4T C 7 D 7. A 1 D C 5 R
8 . D 2A CxPA! 9 . D xC TxA+, y las
negra s ganan, com o m ín i m o, un
segundo peón; b) 6. T3A T 6 D ! ,
Las blancas tienen en esta po­ etc.; c ) 6 . A 2 R T4 D 7 . D 7 T TxP
sición la debi lidad de su peón 8. AxC 0 7 0 ! 9. T 1 A PxA 1 O.
5 R . Para com pensa rla en cierto DxPT P6A, etc.
m odo ha n de procu ra r la inacti­
vidad del caba l lo contra rio. 6 . ... PxT

30
7 . OxP 03C Con su últi ma jugada ( 1 .
C4D 5 C) las blancas fa ci litan a l
G a naba rá pido 7 . ... T6 D 8. adve rsa rio la sigu iente l iqu ida­
A 7 C TxPT 9 . AxP D 7 D ! ción:

8. A2 R P4T 1. ... CxC


9. 04A PxP 2. P RxC AxC
1 0. PxP T40 3. PxA P6T!
11. AJA 4. A4 0 AxA
5. TxA PxP
O bien 1 1 . P5C D 1 C 1 2 . D 6A+ 6. OxPCO P3C
R 1 C 1 3 . P4A D 3 C+, y las negra s
obte ndría n u n decisivo ataque. Las negras han qu edado con
u n espléndido caba llo contra un
1 1 . ... T5 0 «a lfi l ma lo», y e l l o represe nta
1 2. 06A+ R1 C u na ventaja decisiva. Contra ria­
1 3. A2C OxP mente, las blancas carecen de
toda iniciativa .
y las negras g a n a ron.
7 . T2 0 04A
8. T2 R C60!

E l caba llo negro no aba ndona­


Posición 1 1 rá tota lmente su privi legiada po­
sición. Pero con esta jugada pre­
(un caballo con punto de apoyo tende m ejora r la actividad de las
contra un «alfil malo» sin punto demás piezas de su bando.
de apoyo; partida O'Kelly-Najdorf,
·

Dubrovnik 1 950). 9. TxT+ TxT


1 0. 02A 04R
1 1 . T1 0 C4A

Ahora el asu nto está. c l a ro; las


negra s a menazan p enetra r e n la
sépt i m a fila horizonta l, y al pro­
pio tiempo e l ava nce P 5 T R .

1 2. P4TR 07R
1 3. 020 OxP C
1 4. T1 R TxT
1 5. OxT 07C
1 6. P4A

O bien 1 6 . D 8 R + R 2 C 1 7 .
D 8A D D xPA 1 8 . DxP C 5 R , y e l

31
PC R bla nco está perdido. Se S i en l u g a r d e esta r todavía e l
puede observ a r la i m portante a lfi l e n s u casilla d e origen ocu­
colaboración del caba l lo en toda pa ra su casi l l a 3AD las bla ncas
a cción desde la casilla en que tendría n ventaja, toda vez que
está situado. en. esta posi ción abierta su a cti­
vidad sería ópti m a . En la prece­
1 6 . ... R1 A dente posición tienen las negra s
u na pequeña su perioridad en de­
A hora ya no perm iten las ne­ sa rrol lo y la posibil idad de pro­
gras la entrada de la d a m a con­ cu ra r a su caba l l o un pu nto de
t ra ria por su casilla S R . a poyo.

1 7. P 5A D4R 1. T1 R TR 1 D
1 8. D 1 AR DxPA 2. A2 D D4A
1 9. DxD PxD J. T 1 AD C4R!
20. AJA C5R 4. D2A C6D
21 . AxP C6A 5. T1 A
22. AJA CxPT
Sería m a lo 5 . T2 R CxT 6 . DxD
Las bla ncas a bandonaron. CxT+ 7. R 1 A TxA, y las negras
ga n a ría n.

5 . ... D5C
Posición 1 2 6. TD 1 D D7R

(la lucha del caballo contra el alfil I m pide la a ctiva ción d e l a lfi l
en una posición abierta; partida contra rio por su casilla 3 A D .
Mitche/1-Nimzowitsch, Berna
1 93 1). 7. D 1 C T4D
8 . AJ R

E n las c i rcu nsta n c i a s q u e con­


cu rren, el a lfil está mejor situado
a q u í que en la casilla 3 A D , toda
·
vez que a menaza el PTD contra­
rio y a l m ismo tie m po defiende
el PAR . Sin e m ba rgo, las negras
lograrán m ejor posición por su
ventaja de espac i o.

8 . ... TD1 D
9 . T2 D D4T
1 0. TR 1 D

La intención de las blancas es

32
desa loj a r el caballo de su fu e rte así, los resu ltados de la ocupa­
posición, y l u ego ganar e l PTD ción de la casi lla 60 por e l caba­
de las negra s con su a lfi l. Es llo son evide ntes. E l rey bla nco
cierto que ya podría n tom a rlo queda inseg u ro e n e l ce ntro,
ensegu ida con 1 O. AxP C 5A 1 1 . m ie ntras las pieza s negras está n
TxT DxT 1 2 . P 3 A D 7 D 1 3 . A2A, m u y bien situadas.
neutralizando la a m e naza d i rec­
ta. Pero las negra s dispondría de 1 7 . ... C4R
una pe ligrosa conti n u ación: 1 O. 1 8. A4A TxT+
... C 5A 1 1 . TxT TxT! , con la tra i­ 1 9. TxT T3AD
dora a menaza 1 2 . ... C 7 R + 1 3 .
R 1 T DxP+! ! 1 4. R xD T4TR , Es im porta nte pa ra las negras
mate. conse rvar por lo m enos u na de
las torres, dada la ya menciona­
1 0 . ... P3C D da situ a ción del rey blanco en el
centro del tablero. M as c a m bios
El caba llo no puede ser toma ­ en este m o mento sólo favorece­
d o : 1 1 . TxC? DxT+! 1 2 . D x D TxT, ría n a las bla ncas.
y las negra s, por la a menaza de
m ate, queda ría n con cal idad de 20. 040
ventaja.
N at u ra l mente, no 20. D xC por
1 1 . P3A D3C 2 0 . ... T3 R .
1 2. D2A P3TR
1 3. R 1 A 20. ... C3C
2 1 . A6D
I n iciación de u na prolija ma­
niobra pa ra desa loj a r el fu erte Los papeles se han tru ncado.
caballo. Ahora es e l a lfil e l que ha e ncon­
trado u n provisional pu nto de
1 3. ... R2T a poyo.
1 4. D3A
21 . ... D6T
S i ensegu ida 1 4. P 3 C R , sigue 22. R3R OSA
1 4 . ... D4A 1 5 . R 2 R C 5 A+! 23. T1 D D7C
24. 020 D6T
1 4. ... T1 -3 D 25. 050 T7A
1 5. P4C D P4TR 26. T2 D
1 6. P3C D4A
1 7. R2R N o 2 6 . D xPA? D 7 C ! , y las ne­
gras gana ría n.
Las blancas han a lcanzado su
objetivo: el caba l lo es expu lsado 26 . ... T6A+
y deberá conform a rse con un 27. T3 D TSA
papel más m odesto. Pero a ú n 28. DxP DxPT

33
2.- El Medio Juego
Posición 1 3

29. D5A T5A (diversidad de opiniones respecto


al caballo y al alfil malo; partida
Las negras pueden crear a m e­ Flohr-Goldberg, campeonato de
nazas consta nte m e nte. Ahora Rusia 1949).
intenta n DB C+. Pero todavía fa l ­
t a el « gi ro» fin a l .

30. T 1 D T6A+
3 1 . R4D!

3 1 . T 3 D pe rm iti ría a las ne­


gras u na continu ación decisiva:
3 1 . ... DBC+ 3 2 . R 4R TxT 3 3 .
DxP+ A 1 C 3 4 . R xT D B D+, y e l a l ­
fil está perdido.

3 1 . ... TxPT
32. R 5 D T6A
33. R 6 R ?

Un grave e rror, qu e pre cipita Se ha l legado a esta posic ión


el fin de la l u c h a . E ra precisa la después de las J u gadas siguie n ­
j u gada 3 3 . R 4D, con la c u a l las tes:
blancas te n í a n buenas posibil i­
dades pa ra logra r el e m pate. Por 1. P4D P 3 R 2. C3AR P4AR 3 .
eje m plo, 33 . ... D7 CD? 34. DxP+ P3C R C 3AR 4 . A2C P4D 5 .
A 1 C 3 5 . DxC TBA+ 3 6 . R 3 R TxT 0-0 AJO 6 . P 4 A P3A 7 . P3C
3 7 . DB R + R 2T 3 8 . D5T+ con Ja­ D2R 8. A2C 0-0 9. D2A A2 D
qu e pe rpetuo. 10.C 5 R C 3T.

E n la revista rusa de ajedrez


3 3 . ... D7 R+ « Sch a c h m aty» Flohr comentó
34. R7A a m plia me nte esta pa rtida, y cu­
ri osa m ente, sus notas se presta n
Ame naza mate, y contra 34 . . . . a u n a dive rge ncia de opin iones.
0 7 A D a l pa recer ju gada ú nica, A la m isma posic ión se l legó a n­
seg u i ría 3 5 . DxD TxD 3 6 . T 1 TO . teriorme nte en u n a pa rtida K o­
tov-G oldberg, que continuó 1 1 .
34 . ... T2A+! C 2 D A 1 R . A su término, F l o h r
conve rsó c o n a m bos a dversa ­
y mate a la sigu iente j u gada ( 3 5 . ri os, e indicó su cree ncia de q u e
·
AxT D 2 R , mate) . l a s b l a n c a s debía n h a b e r efec-

34
tuado la captu ra CxA, pero n i n­ D2C P4 TR 2 1 . P4C P 5T 22.
guno de los dos contrinca ntes P5C PTxP 23. PAxPC D3T 24.
conside raba justo c a m b i a r el ca­ C4A T2 R 25. P3R T2T 26. A 1 T
ba llo por e l « a lfi l m a lo » . En la C4T
presente partida tuvo Flohr oca­
sión de poner en práctica su Am enaza CxPC . H asta aqu í la
pu nto de vista . pa rtida ha ten ido un desa rrollo
c l a ro. Las negras ataca n en el
1 1 . CxA DxC flanco de rey, m ientras las blan­
cas tratan de abrir líneas en el
D a da la debilidad de la cadena de d a m a .
de peones 3 A D - 4 D - 3 R -4A R , e ra
im porta nte para las negras trata r 27. D 2 A R C2D 28. PCxP
de conse rva r su a lfi l de casi l l a s
bla ncas. Ahora, s i las b l a n c a s l o ­ F l o h r i ndica que 2 8 . C 3 D era
gran abrir l íneas. la fa lta de dicho mejor, toda vez que este caba l l o
a lfil puede i nfl u i r deci siva me nte se ría m á s a ctivo en s u nuevo
en el desa rrollo duir decisiva­ e m plaza m ie nto que su oponente
mente e n el desa rrollo de la l u­ situado en la casi l l a 4 TR
cha, seg ú n Floh r.
28 .... PCxP 2 9 . PxP CxC
1 2. C2D P4C R
1 3 . C3A D2C No 29 . . . . P R xP por 3 0 . TxP
1 4. D 1 A! P 5 C ( ?) DxT 3 1 . AxP+.

Flohr opi na que esta jugada es 30. P RxC P RxP


forzada, pero nosotros creemos
que con ella las b l a n cas pueden Ta mbién después de 30. . ..
i n c l i n a r la ba la nza a su fa vor. Las PAxP 3 1 . T6A C 3 C 3 2 . T 1 R , la s
blancas te ndrá n u n impmta nte blancas tendrían ventaja .
pu nto de a poyo pa ra el caba l l o
en la casi l la 4A R , c o n posibi l id a ­ 3 1 . TR 1 R C3C 32. T5 R C5A
d e s de desa rrol l a r u n a t a q u e por
este sector. M ejor era 1 4 La s negras ceden un peón,
C 5 R , con buen ¡uego pa ra las toda vez que la ju gada pasiva
negras. 32. T 1 AR 3 3 . D 2 R ofrecería
pe rspectivas poco favorables.
15. C 5 R C1 C
16. A3TD 3 3 . TxPA?

Ca mbia ndo el a lfil büeno de E ra me¡or 3 3 . TxPD T 1 C 34.


las negras. T 5 A T7C 3 5. TxPAD D4T 3 6.
T 1 AxC TxD 3 7 . T8A+ R 2 C 38.
1 6 . ... AxA 1 7. DxA C D2D 1 8 . R xT DxP+ 3 9 . A 2 C , gana ndo, se­
C3D TR 1 R 1 9. TD1 A C 1 A 20. gún comentó Flohr.

35
33 . ... T1 R 34. T5C+ T2C R ped i r q u e con 1 . ... P4AR l a s ne­
35. T 1 R 7 gras tomen la i n i ciativa .

U n grave error e n a pu ro de A nteriorm ente ya he m os co­


tiempo. El resto de la pa rtida ya m e ntado que el a lfil m a l o fuera
no tiene para nuestro objetivo de la cadena de peones puede
m ayor im porta ncia. S o l a mente converti rse en u na pieza va liosa
pa ra su consta ncia la a nota m os si las figu ra s resta ntes colaboran
a continuación: en su m isión. Las negras pod ría n
a hora confi rm a r esta a precia ción
35 . ... TxT+ 36. DxT TxT 37. continua ndo 1 . ... PxP! 2 . TxP
D 8 R+ D 1 A 38. D6 R+D2A P4A! Por ejem plo: 3 . PxP? D 6 R ,
39.DxD+ RxD 40. PxT C3D 4 1 . con ventaja ( 4 . T3A D x D 5 . TxD
A2C C4A 42. R 2A CxP D 43. TxP); o bien 3. TD 1 AR PxP 4 .
P4TR ! PxP ap. 44. AxPT C 3 R C x P TxT 5 . TxT T 1 A R 6 . TxT+
4 5 . P6C+ R3A 4 6 . R 3 R R4R R xT 7 . P3TR A3C, con juego ni­
47. R 3 D P4A 48. A4C . Tablas. ve lado. En l u g a r de ello las ne­
gra s j u g a ron:

1 . ... P3AR ?
Posición 1 4
y sigu ió
(un caso límite con el alfil malo
fuera de la cadena de peones, 2. T3A R2C
contra un caballo; partida Henne­ 3. P 5A! P4C R
berke-Kramer, Baarn 1 949). 4. T3T D2A
5. P4C R

La situ ación ha cambiado to­


ta lmente: el a lfi l ha quedado
práctica mente fue ra de ju ego,
m ientra s el caba l l o se ha conve r­
tido en una pieza m u y fue rte.

Posicion a l m e nte las bla ncas


tienen a hora u na posición gana­
da, toda vez que contra la ma­
niobra T5T- C 3A-R 2C-T 1 T y
P4TR , las negra s tienen poco
que opone r. En su vista , las ne­
g ras podría n . responde r 5 . ...
P4T R , sa crifica ndo u n peón,
Las blancas a caban de j u g a r 1 . pero con ello tam poco cambia­
P4A R , evidentemente pa ra i m - ría n el signo de la partida.

36
Posición 1 5 posición a ctiva ndo la l u cha en
a m bos fla n cos: el a lfi l de las
(todavía un caso límite en la lucha blanca s será « m a lo», m ientras el
del caballo contra el alfil; 5. ª parti­ caba l l o logra rá plena a ctividad.
da del match Botvinnik-Flohr,
1 933). 2. PxP P4A
3 . PxP PxP
4. A1 A C3D

E l caba l l o es la pieza idea l


pa ra el bloqueo de peones l i bres.
La cas i l l a 3 D de las negra s co­
rresponde aquí al l l a m a do « ca m ­
p o d e bloqueo». L a i m porta ncia
de este tipo de bloqueo ha sido
muy considerada en los ú lti m os
tie m pos. M ás adela nte volve re­
m os con m ayor deta l l e sobre
este tem a .

5 . D3T R 2A
6. A3 D P5A
7 . A2A P6A
En esta posición quedó la pa r­
tida a plazada. La opinión genera l Es m ejor 7 . . D 3 C+ 8 . R 1 A
..

era d e q u e l a s blancas podía n R 2 R , a u nque ta m bién con 9 .


ganar despu és de 1 . A3A, pe ro R 2 R l a s blancas consigu i ría n e l
más ta rde B otvi n n i k dijo que las em pate, opina B otvín n i k en s u s
negras podían a lca nza r el e m pa ­ a n á l isis.
t e c o n l a ju gada que sigu ió en el
cu rso de la pa rtida. 8. D4C C5A!
9. DxP D4A+
1 . P4C D P4D! 1 0. R 1 T DxP+

Un bon ito sacrificio de peón, Tablas por jaque pe rpetu o.


con el c u a l las negras rom pe n la

37
SECCI ÓN 3 E L PA R D E A L FI LES

U na buena noción de la efi cacia com binat1va de las piezas se obtie­


ne en e l final, en las posiciones de m a te contra el rey sólo. Con e l a lfi l y
el caballo, u n a posición de m a te es de d1fíc 1 I logro; con los dos cabal los
sola m e nte se obtiene en casos excepciona les; pero con los dos a lfiles
es muy senci l lo, toda vez que estas dos piezas se com plementan fácil­
me nte en u n tra bajo conju nto. Con e l lo qu eda dem ostrado que el pa r
de a lfi les representa u na fu erza considerable, y a ú n, que u n caba llo y
u n a lfil son prefe ribles a los dos caba l los.
S i n e m ba rgo, en el m edio j u ego deben considera rse las c1 rcu n stan­
c1as que concu rra n pa ra hacer u na va loración exacta, difíci l y a veces
i m posible de efectuar, dada la existencia en el ta blero de otras piezas y
en especia l de todo tipo de cadenas de peones. Pero se puede afi r m a r
sin ninguna duda que en u na posición c o n va rias diagona les abiertas
puede e l a lfil desa rrol l a r su potencia de j u ego, y e l lo es muy i m porta nte
y a veces sign ifica u n a venta1a decisiva. Alfil y cabal lo. o dos caba l l os,
contra dos a lfi les, tienen por lo genera l el va lor que pueda confe ri rles el
ca rácter m á s o m enos ce rrado de la posición, en la c u a l la ex1stenc1a o
fa lta de pu ntos de a poyo dese m peña un i m porta nte pa pel . Pero incluso
en las m ejores condiciones debe el ju gador que tenga los dos ca ba l los,
o el a lfil y caba llo, tom a r las debidas preca u c iones. Por e1e m pl o, u n
caso corriente es que el j u gador c o n e l pa r de a lfiles s e encuentre en
dificu ltades en u na pos ición ce rrada, pero fi n a l m e nte a ú n puede ga nar,
o hacer ta blas, s1 el contra rio, en sus a m ie nto de u na m ayoría de peo­
nes en el fla nco de d a m a puede ut1l 1za rse el pa r de a lfiles.
Quere m os l la m a r la atención toda vía en las dos c i rcu nsta ncias si­
gu ientes:
a) En el fi nal, la potencia del pa r de a lfiles es considerable, y su ac­
tividad puede com pensa r la au sencia en el tablero de piezas con
m ayor va loración. Por el lo. norm a l m e nte no es de te m e r e l cam­
bio de piezas m a yores ( da m a y torres).
b) La posesión del pa r de a lfi les puede converti rse con frecuencia
en ventajas de otro tipo. Con el c a m bio de u n o de los a lfiles
puede, por eje m plo, logra rse que el que reste en e l tablero cobre
m ayor a ctividad, e inc l u so toda vía deb i l itar la posición de peo­
nes del adve rsa rio.

39
3 A: Dos a lfil es contra alfil y caba l lo

Posición 1 6 da de su caba l l o de rey; a tal


efecto, esta pieza va destinada a
(el par de alfiles contribuye a la su casi l la 3 R , pa ra host i liza r el
debilitación de los peones adver­ A D de las bla ncas.
sarios, partida Trifunovic- Van
Scheltinga, A msterdam 1 950). ·
1 0. P4D C3R
1 1 . A 1 AD
U na conocida posición en la
a pertu ra de los cuatro caba l l os S orprendente a pri m e ra vista,
( 1 . P4R P4R 2. C3AR C3AD 3. esta j u gada es l a mejor. E l a lfi l
C3A C3A 4. ASC ASC 5 . 0-0 qu eda bien situado en su casi l la
de origen, desde la c u a l a ctúa en
la diagonal 1 A D - 6TR , y even­
tu a l mente puede situ a rse en la
casi l l a 3TD, que dom ina la dia­
gona l 3TD - 8A R .

1 1 . ... P4A

Las negras q u i e ren forz a r u na


liqu idación en el centro.

1 2. A1 A

N o 1 2 . PxPR PxP 1 3 . CxP, a


ca u sa de 1 3 C 2A, con ataque
. ...

s i m u ltáneo a dos piezas.

0-0 6. P3 D P3D 7. ASC AxC 8. P a rece norm a l e l ava n ce 1 2.


PxA D2R 9. T1 R), que en otro P 5 D , pe ro entonces, sigu iendo
tiem po fue m u y pra cticada. La con 1 2 . . C 2 A 1 3 . A 1 A P4CD ! ,
. .

posición es sem i- ce rrada y a lgo las negras obtendría n buen con­


debilitada por pa rte de las blan­ t rajue go en e l fla nco de d a m a .
cas a ca u sa del peón doblado en
l a col u m na a lfi l dama; pero por 1 2 . ... T1 D
otra pa rte este bando posee el
pa r de a lfi les, l o que sign ifica K e res i nd i ca a q u í, como mejor,
u na com pensación i m porta nte. 1 2 . ... PAxP 1 3 . PxP D 2A, pero
en la posición resu lta nte las ne­
9 . .. . C1 D g ra s no esta ría n exentas de d ifi­
c .u ltades. El j uego q u eda abierto
C o m o pri m e ra precau c i ón l a s y las bla ncas tefldría n buenas
negra s han de resolver la clava- perspectivas con 1 4. A 2 C .

40
1 3. - P 5 0 C1 A da ción ventajosa. E ra m ejor 1 9 .
... A 5 C, a lo c u a l las blancas de­
Con la espera nza de a ctiva r el bía n responde r 20. D 2 D y 2 1 .
juego de este caba l l o por la casi­ A3D.
lla 3 C R . M ás elástico parece 1 3 .
... C2A, prepa ra ndo u n eventu a l 2 0 . CxA OxC
avance P4C O . 2 1 . A3 0 03A
22. AxC I
1 4. P4A C1 R
1 5. P3C U n g i ro ca racterístico. Las
blancas ceden el pa r de a lfi les,
E l plan de las bla ncas es cla ro: pero debil itan la posición de
prepa ración del avance del PAR , peones contra ria caso de 22 . ...
abriendo l íneas pa ra el pa r d e a l ­ PxA, o bien penetra n con la torre
fi les. en la sé pt i m a horizonta l si 2 2 . ...
D xA.
1 5 . ... P4A?
22 . ... PxA
P a ra a nticiparse al citado pla n 23. T 1 C P4C R
de las bla ncas, pe ro t a m poco se­
ría satisfa ctoria una pol ítica de Costa rá pronto u n peón, pero
espe ra; por eje m plo, 1 5 . . C 3 C
..
no era mejor 23 . . . P 3 C 24. T6 R
1 6 . P4TR A 5 C 1 7 . D 3 D y las
.

0 5 0+ 2 5 DxD PxO 2 6 . T 1 D
negras tendría n q u e efectu a r el
.

TD 1 A 2 7 . TxP 4 D .
cambio 1 7 ... AxC a nte la pe rs­
.

pectiva de C2T y P 5TR por pa rte 24. A3 R T2 0 25. 04C T2AR


de las blancas. 26. T 1 AR 03C 27. TxT OxT 28.
AxPC .
1 6 . PxP AxP
1 7 . C4T!
C o n u na sa na m a yoría d e peo­
Las blancas quieren obtener nes, un buen a lfil y u na pequeña
en todo caso d iagona les abiertas ve ntaja de desa rrollo, las blancas
pa ra sus a lfiles. han de ga n a r. En la pa rtida si­
gu ió:
1 7 . ... 020
1 8. P4A
28 . ... C2A 29. A4AI 03A 30.
Persistiendo en el m ismo obje­ 01 O P3CO 3 1 . 030 T1 R 32.
tivo; a bri r la posición. T1 AR P4C O 33. PxP 0 5 0+ 34.
OxO PxO 35. AxP CxPC 36.
1 8 . ... PxP A4C P4T 3 7 . AxP T1 T 38. A4C
1 9 . AxP C3C? TxP 39. P 6 0 T1 :r 40. P 7 0 C2A
4 1 . T8A+, y las negras aba ndo­
Facil ita a las blancas u na liqui- n a ron.

41
Posición 1 7 sus objetivos su rge de pronto la
estrategia de las negras los a lfi­
(el par de alfiles es más importan­ les dom i n a n todo el tablero y
te que la posición de peones: par­ como consecu encia de su agre­
tida Smyslov-Botvinnik. Moscú siva presión logra rá n una ventaja
1949) decisiva . S i gu ió:

1 2. R 1 T T1 C R
1 J . P4A A2 D
1 4. AJA T1 AD
1 5 . CxC ?

Exa cto e ra 1 5 . C 02 R C4T 1 6 .


P 3 C O . segu ido de 1 7 . P3A O . La
j u gada del texto refuerza el cen­
tro de las negras.

1 5 . ... PxC
1 6. C2R P4D!

S i l a s negra s demora sen este


ava n ce u na jugada más, da ría n
( 1 . P4R P4AD 2 . CJAR ocasión a l a s blancas pa ra j u g a r
CJAD J. P4D PxP 4. CxP CJA 1 7 . P4A O .
5 . CJAD PJD 6 . A5C R PJR 7 .
A2 R A2 R 8. 0-0 0-0 9 . C4D5C 1 7 . P 5A?
PJTD 1 O . Axe PxA 1 1 . C4D
R 1 T) . La s blancas siguen su plan
pa ra de rru i r la cadena de peones
Las c i rc u n sta ncias estra tég i ­ de las negras. Pero era mejor la
c a s s o n a q u í a p roxi m a d a mente prepa ración de P4AO media nte
las m is m a s que en el eje mplo 1 7 . P 3 C O o bien 1 7 . 02 0.
anterior; par de a lfi les a ca m b i o
de u na debil itada posición d e 1 7. .. � D2A
peones. E n la conti n u ación ve re­ 1 8. P4A PxPAD
m os como las blancas j su aten­ 1 9. 040 P4A
ción a las líneas abiertas. Sor­ 20. DxP4A AJ O
prende nte mente, a m bos planes 21 . PJC R A4C
no se i n te rfieren. y a ú n parece 22. D2A PxP !
que las negras favorezcan las 2J. PxP
m a n iobra s def a dve rsa rio: sus
peones l legarán a ser doblados y Las blancas han l ogrado su
a i slados. Pero en el m omento en objetivo. Todos los peones ne­
qu e las blanca s han consegu ido gros son débi les.

42
23 . ... T0 1 R Ta m bién el pa so a l final con
24. T2A 2 9 . TxT D xT 30. DxD TxD no de­
'
ja ría . esperanzas a las blancas; si
E ra a considera r 24. D 2 D pa ra estas defendiera n entonces el
i m pedi r la ent rada de la torre P5AR, segu i ría A4 R .
que sigue. S i entonces 2 4. . ..
AxC 2 5 . AxA AxP, las blancas
podría n conti n u a r 26. A3A! Pero 29. ... A4A
las negras tend ría n m ejor: 24. 30. P3C
... A4 R , segu ido de T1 D.

24. ... T6 R C uesta la ca l idad, pero ta m ­


25. A2C b i é n otras j u gadas solu ciona ría n
bien poco. Las blancas podría n
La jugada natural 2 5 . C 3A po­ prolonga r la defensa con 3 0 . TxT
d ría se r contestada con 25 . ... AxT! 3 1 . D 3 A D 4 R 3 2 . D xD TxD
A3A. Entonces no va ldría 2 6 . 3 3 . P 3 C , pero después de 3 3 . . . .
AxA p o r 2 6 . ... D xA+ 2 7 . R 1 C TxP 3 4 . P x P AxP. l a s negra s ga­
AxP ! ; y si 2 6 . A2C, entonces 2 6 . na ría n ensequ 1da .
... D 2 C ! , segu ido de A4R -A5 D .
Con e l l o las piezas negras a lcan­
za ría n su m ayor grado de efica­ 30 . ... T8 R
cia. 3 1 . º PxP AxPAD

25. ... 02R


26. C 1 C Sería precipitado 3 1 . . .. AxC
3 2 . DxA A 7 A+ por 3 3 . TxT DxT+
N o hay nada mejor; con otra 3 4 . D 1 A.
jugada de caba l l o las negras po­
d ría n seg u i r con T8 R+, decidien­
do rá pida m ente. 32. A 1 A TxT 33. DxT T1 O
34. D2A A4D 35. D3A ASO 36.
26. ... A6 0 030 D6R 37. DxD AxD 38.
27. 0 2 0 P 5A A2C AxT 39. AxA T7 0 40. C2R

Esta j u gada sign ifica un exce­


le nte pu nto de a poyo pa ra el a lfi l E l PTD no se pu ede sa lva r: 40.
situado en 6 0, y a l propio tie m ­ P4TD T7 T 4 1 A6A T8T, ganan­
p o s e abre una nueva diagonal do.
pa ra e l a lfi l de casillas negras. La
a menaza i n m ediata es 2 8 .
A 5 C . segu ida de 2 9 . . . . T8 R . 40 . ... TxP

28. T3A T1 R
29. T1 o Las bla ncas a ba ndona ron

43
Posic i ón 1 8 1 0. PAxP

(el par de alfiles en posición abier­ M ejor que 1 O. PCxP, que fa ci­
ta; partida Reshevsky-van den l ita a las negras la respuesta 1 O .
Berg, Ams terdam 1 950). ... A3T! C o m o consecuencia, las
blancas no podrían aprovechar
la ventaja del pa r de a lfi les, toda
vez que a 1 1 . C5C segu i ría la
fu erte respuesta 1 1 . ... C 5 R .

1 0 . ... PAxP?

No 1 O. ... CxP 1 1 . CxC PxC 1 2 .


PxP D 4T+ 1 3 . A 2 D DxPA
1 4.A4C y las negra s pe rde ría n la
cal idad; pero 1 O . ... P R xP ! es me­
jor q u e la j u ga da del texto. S i 1 1 .
PxP, con 1 1 . ... A3T las blancas
ya no podría n m a nte ner e l pa r
de a lfi les.

11. PTxP PxP


Las precedentes j u gadas fu e­ 1 2. A2 R C3A
ron las sigu ientes: 1 3. P5C C4TD
1 4. A3T
1 . P4D C3AR 2. P4AD P3R
3. C3AD A5C 4. P 3 R 0-0 5. Por el m o m e nto, las blancas
CR2R P4D 6. P 3TD AxC+ 7. se l i m itan al desa rrol lo de todas
CxA P3CD 8. P4C D! P4A? su s piezas. La posibil idad de 1 4.
D 4T C 5 A 1 5. AxC PxA 1 6 .
En l a defensa N i m zo- l ndia DxPA A 2 C perm i te g a n a r u n
ocu rre con frecuencia q u e las peón, pero deja a l a s negras con
negra s deben ceder a l a dve rsa ­ u na posición muy a ctiva . C on ra ­
ri o la ventaja del pa r de a lfi les. zón prefie ren d a r otro a i re a l a
En compensación obtienen, nor­ l u c h a y rese rv a r e l pa r de a lfiles
m a l m ente, e l dom i n i o eventu a l pa ra « caza m ayor» .
de su casil l a 5 R , y c o n e l lo pue­
den da r a l juego u n carácter 1 4 . ... T1 R
sem i-ce rrado. Pero en esta parti­ 1 5 . 0-0 A4A
da no logran ta l objetivo, y e l l o
m otiva q u e las blancas puedan C o m o qu iera que u na conti­
orga nizar u n · rá pido ata q u e . Si­ nuación m á s tra nqu i l a como 1 5 .
gu ió: . . . A 3 R ofrece pocas perspecti­
vas, sobre todo teniendo en
9. P DxP PCxP c u enta la deb i l idad de su PTD,

44
las negra s juegan al contra­ de 2 6 . . P4C! (en lugar de 26 .
. . . ..

ataque. T4R ) e l tem a no sería fá c i l pa ra


las bla ncas.
1 6.· A5A C5R
1 7. A4C O ! CxC 24. AxA
1 8. AxC3A C5A
1 9. 040 04C U na solución elega nte. Ta m ­
20. OxP O ! b i é n era ganadora la continua­
ción 24. D 3A.
Las blancas no se conform a n
c o n ga n a r el PTD, y obligan 24 . ... TxO
prá cticam ente a l adversa ri o a 25. AxPA+ R1T
sa crificar u na pieza. Por otra pa r­ 26. AxT8 R OxA 1 R
te, 20. TxP TxT 2 1 . DxT A 5 R 27. TxP 0 1 AO
condu cía a u na posición basta n­
te com plicada. N o hay otra defensa, toda vez
que 2 7 . . . . T4C no va ldría por 2 8 .
20 . ... CxP T R 1 T. y a ú n 2 8 . P6C segu ido de
2 1 . PxC OxP R+ 29. P7C.
22. R 1 T A3C !
L a j u gada d e l texto encierra
J ugada clave. N o ensegu ida todavía una pequeña tra m pa :
2 2 . . . . DxA6A 2 3 . DxA TxA 2 4 . 2 8 . AxP+ R 1 C 2 9 . TBA+ DxT 3 0 .
DxPA+ y m a te segu ido. AxD T8D, mate.

23. A5TR ! 28. P6C

El m is m o te m a , pero con otra La s negra s aba ndona ron, toda


va riante ( 2 3 . . .. AxA 24. DxA vez que si 2 8 . ... D4A R sigue 2 8 .
DxA 2 5 . DxPA+ R 1 T 2 6 . P 6 C ! R 1 C, y a c u a lqu ier otra j u gada
P x P 2 7 . TxT TxT 2 8 . O S A+ y de dama, por eje m plo D 1 CD ga­
mate a la próx i m a ju gada . na ría TxP.

23 . ... T0 1 0 ?

Ta mbién despu és de 2 3. . ..
DxA dispondría n l a s blancas de
u na fuerte conti nuación: 24.
AxA PTxA 25. DxP+ R 2T 2 6 .
T4T, y a hora n o valdría 2 6 . ... Posición 1 9
T4R por 27. T4T+ T4T 2 8 . TxT+
PxT 2 9 . DxPT+ R 1 C 3 0 . 0 5 0+. (el par de alfiles es compensado
Sin e m ba rgo, las negras tend ría n por la ventaja en el desarrollo;
en esta l ínea de juego una conti­ partida Lilienthal-Botvinnik, Mos­
nuación mejor, ya que después cú 1 935).

45
A 9. P4AD puede segu i r,
como m ejor, 9 . . . . e 2 R . Por ejem­
plo 1 O. A3D PxP 1 1 . PxP e4A!
1 2 . Axe D4T+ y 1 3 . ... DxA, con
buen j u ego pa ra las negras, toda
vez que el ce ntro bla nco es vu l­
nerable.

9 . ... C3AD
1 0. AJ O PxP
1 1 . PAxP P4R !
1 2 . PxP

L a « pu n ta » d e l a ru ptu ra cen­
tra l por pa rte de las negras está
en la s i g u i e nte va ria nte: 1 2 . P4R
e 5 A ! 1 3 . Axe PxA 1 4. P5D
( 1 . P4D C3AR 2 . P4AD P3R D4T+ 1 5 . R 1 A e4R, con muy
3. C3AD A5C 4. P3TD AxC+ 5 . buen j uego pa ra l a s negras. La
PxA P 4 A 6. P 3 A P4D 7 . P 3 R j u gada 1 2 . e 2 R costa ría a las
0 - 0 8 . PxP D CxP ) . bla n c a s u n peón: 1 2 . ... PxP 1 3 .
PxP exP! 1 4. exe D5T+ 1 5 . P 3 e
En esta posición, produ cida Dxe .
ta m bién e n la Defe nsa N i m zo-
1 ndia, tienen las negras como 1 2 . ... CxP-4R
com pensación al par de alfiles una 1 3. A4 R C 5A D ( ?)
u na ventaja en el desa rrollo con
vista s a la pronta m ovil ización F u e rza e l ca mbio de u n o de
de sus efectivos de ata qu e. Ta l l os a lfiles y de m uestra a l m is m o
ve ntaja puede va l o riza rse m e ­ t i e m p o lo d ifíc i l que es e n aje­
dia nte la a pe rtu ra del ju ego, a u n ­ drez efectua r c i e rtas va l o ra cio­
qu e es difíci l de e n j u icia r si e l l o nes. Pero posteriores a ná l isis
puede, en tales ci rcu nsta ncias, han dem ostrado que e n esta po­
se r suficie nte para opone rse a la sición el pa r de a lfi les no res u l ta
potencia de los citados a lfiles. de ma siado pe l i groso. Después
En e l a nte rior e1emplo hemos de 1 3 . . . . e 3A R ! l a s negras ob­
visto qu e el retraso en el desa ­ te n d ría n, posibleme nte, cierta
rro l l o de las negras propició a u ­ ventaj a :
tom á tica me nte e l dom i n i o del
tablero a los a lfi les de las blan­ a ) 1 4 . A4e exA ! 1 5 . AxT e 6D+
cas. Aqu í la situación es di stinta, 1 6 . R 1 A e 5 R - 7 A 1 7 . D2A exT.
como va mos a ve r a conti n u a ­ b) 1 4 . A3A D2A 1 5 . D4D exA !
ción. 1 6. Pxe P3A.
c) 1 4 . A 2 A e 6D+. y las bla ncas
9 . A2 D tend ría n ta m b ién que re n u n c i a r

46
a l par de a lfiles, como sigue en
la pa rtida.

1 4. D 1 A CxA
1 5 . DxC C3A
1 6 . A3 D !

L a s blancas y a no tienen y a n o
tienen e l pa r d e a lfi les, pero por
otra pa rte, la i n iciativa y ventaja
en el desa rro l l o de las negras
han desa parecido. E l ju ego está,
poco más o m enos, igua lado.
Para nu estro te ma el sigu iente
cu rso de la pa rtida ya no tiene
objeto, pe ro lo a nota m os a con­
tinuac ión:

1 6 . ... T1 R 1 7 . C 2 R D3C 1 8. E l m étodo de Stei n itz se refiere


C4D! C4D 1 9. A4R CxP 20. a posiciones com o la a nterior, o
DxC P4A 21 . 0-0 PxA 22. PxP sea de tipo a bierto, a u n que por
T1 D 23. C 5A! DxD+ 24. CxD otra pa rte tam poco puede consi­
A3 R 25. TR 1 D TxT+ 26. TxT dera rse ésta como tota l mente
T1 AD 2 7 . C5A R 1 A 28. C 6 D abierta, toda vez que las bla ncas
T6A 29. CxP TxP 30. C 5A R 2 R dom i n a n los pu ntos de a poyo
3 1 . CxA RxC 3 2 . R 2A P3C. Ta­ 40 y 5 R propios. La desa pa ri­
blas. ción de estos puntos de a poyo
media nte el ava nce de peones
de las negras es el tema básico
de l sistem a de Steinitz. A ta l
Posición 20 efecto, las piezas contra rias de­
ben se r condenadas a una cierta
(aprovechamiento sistemático del inactividad, y enton ces no será
par de alfiles; partida Rosenthal­ difíci l a l poseedor del pa r de a lfi­
Steinitz, Viena 1 8 73). les monta r un ataqu e . Todo esto
es m u y se n c i l lo, pe ro en los
Ste i n itz fu e el pri m e ro en e m ­ tie m pos de S te i n itz no pa recía
plear u n siste m a pa ra obte ner el tener se ntido. S u adversa rio fa ­
máximo provecho de la ve ntaja cilita rá en este ejem plo la ta rea
qu e sign ifica el pa r de a lfi les. avanzando i nnecesa ria m e nte u n
Como es conocido, a pl icó por peó n, pero ha\' que tener e n
vez pri m e ra dicho siste ma en la cue nta q u e entonces se conside­
presente pa rtida y esta es la ra ba qu e pa ra neutra liza r el pa r
causa de que no ren u n cie m os a de a lfi les ba sta ban los dos ca ba­
com enta rla a conti n u a ción . l l os, y a ú n caba l lo y a lfi l .

47
La pa rtida sigu i Ó : e. ... P4CR
9. TD 1 D
1 . ... P4AD

Desa l oj a r a l caba llo de su casi­


lla 4 0 . J u stifica ción de la precedente
jugada. Ahora 9. .. DxP se ría
.

2. C3A P3C contestada con 1 O. DxP, y si 9 . ...


A2C 1 O D 3C DxP, entonces 1 1 .
R esta ndo actividad a l a lfil con .. 0 7 A TxT 1 2 . TxT A4D 1 3 . D 7 D,
trario en la diagon a l 1 C R - 7 T D . y las bla ncas ha brían liberado su
juego.
3. C 5 R D3R
4. D3A A3TD
5 . TR 1 R P3A 9. . . . A2C
1 0. D3C T4D I
N u evo ataque al caba l l o pa ra
desa lojarlo de u na buena posi­
ción.
Ahora s e evidencia la debili­
6. C4C P4T dad posicional de las blancas. Su
PAR es prá ctica mente insa lva ­
O bl iga nueva m e nte a retroce­ ble.
der este ca ba llo hacia u na posi­
ción menos activa .

7 . C2A D2A 1 1 . TxT DxT


1 2. T1 D
Pa ra seguir con A2C, provo­
cando otra debilitación en la
gra n diagonal de casillas blan­ S i 1 2 . D 3T, entonces 1 2 . ...
cas. P5C.

8. P5A7
1 2. ... DxPA
1 3. D7A A4D
N atura l mente, las bla n cas in­ 1 4. P3C D T1 R
tenta n obtener contrajuego, pero 1 5. P4A A2A
en rea l idad no logra n más que 1 6. A1 A T7 R
debilitar su posición. Un m aestro 1 7. T1 A D7A
m oderno habría j u gado posible­ 1 8. D3C DxPT
m ente 8 . P 3 C D , para contesta r a
8 . . A 2 C con 9 . D 3 C '/ luego in­
. .

tenta r la a ctivación del a lfil vía Las negras ga n a ron sin mayo­
1 AD - 2 C D . res dificu ltades.

48
3 B: Dos a lfil es contra dos caba l los

Posición 2 1

(los caballqs en una posición ce­ Este caba llo pretende llega r
rrada: partida Wolf-Rubinstein, hasta su casilla 5 A R , vía
Teplitz-Schonau 1 922). 1 TR - 3 C R .

2. D3A

A menaza ga n a r un peón conti­


nuando 3. AxC TxA 4. PxP PxP
5. D 5A+, pero dada la posición
estratégica presen te, ello no tie­
ne efe cto positivo a lgu no.

P a ra las blancas e ra n tres las


posibil idades a exa m i n a r:

1) Ca mbiar de i n m ediato u n a l­
fi l por un caba l l o ( 2 . AxC
TxA) y prepara rse pa ra la l u ­
cha del b u e n a lfi l ( 3 . P 3 A ! )
contra el otro caba l lo.
Es fá c i l comprender que los
dos caba l l os tienen m ejores 2) C a m b i a r el caba llo tan pron­
perspectivas que los dos a l fi les to este se instale en su casi­
cuando la posición está ce rrada. l l a 5AR antes m encionada,
E n este eje m plo se da la c i rcu ns­ pero entonces qu eda ría u n
ta ncia además de que la casilla a lfil m a l o contra u n caba llo.
5 A R de las negras constituye un
pu nto de a poyo para la i nsta la­ 3) D ej a r que la pa rt ida siga su
ción de u no de sus caba l los. En c u rso, sin c a m b i a r n i n gu n o
consecuencia, es com prensible de los d o s a lfi les. E n este
que las blanca s traten de ca m ­ caso es ne cesa rio e ncontra r
bia r u n a lfil p o r u n caba l lo e n u n plan para a ctiva r el juego
u na ocasión favora ble. E l lo signi­ de a m bos a lfiles.
fica que la lu cha puede dese m ­
boca r en u n fi nal de caba l lo con­
tra a lfi l, te m a que h e m os tratado En el cu rso poste rior de la par­
en la S ección Pri m e ra de esta tida podre m os com proba r que
obra . las posibil idades 2 y 3 son des­
En la posición 2 1 sigu ió: ventajosa s pa ra las bla ncas, y
por esta ca u sa e ra mejor desa ­
1 . ... C2A rro l l a r la posibil idad 1 .

49
2 . ... TD 1 R sa efectivida d del a lfi l situado en
3. D3R su casi l l a 3 C R . La ú nica posi b i l i­
dad de activarlo por la d ia gonal
D e nuevo una m a n i obra .t ácti­ 1 C R - 7TD ta m poco valdría, toda
ca. Ahora las blancas a m enazan vez que las negras pueden j u g a r
ganar u n peón m edi ante 4. PxP en u n m o mento dado P4A D . En
PxP 5 . DxPT. S i 3 . ... PxP 4. PxP a m bos casos el repetido a lfi l
CxPR? entonces seg u i ría 5. DxC « m orde ría» en u na va l la de gra ­
DxD 6 . TxD TxT 7 . A 3 D , y even­ n ito.
tu a l m ente, 8 . P3A .
9 . ... PCxA
3 . ... P3C D 1 0. D2A P4C R
4. A5C ?
E l cu rso poste rior de la pa rtida
C on esta j u gada las blancas corresponde mejor a l a n á l isis de
renu ncian defi nitivam ente a la la Sección 2, en c l a ra dem ostra ­
posibil idad 1 ). ción de que las posibil idades con
el te m a de esta Sección 3 pue­
4. T1 D den i nterca mbia rse. E l poseedor
5. P4TD C 1 T! del par de a lfi les debe tener en
cuenta siem pre este caso, . toda
La s negras no temen la a per­ vez q u e con frecuencia es pre c i ­
tu ra de l a col u m na TO, ya que de s o el ca m bi o de u no de los a lfi les
ser a sí hu bieran interca lado la por u n caba l l o contra rio.
ju gada 5 . ... P4TD .
1 1 . P5D
6. P 5T C3C
7. P3A C5A C i e rra a ú n m á s la pos1c1ón y
8. A1 A R 1 T! sitúa otro peón en u na casi l la del
9. AxC m is m o color del a lfi l . Las blancas
debían haber Jugado este a lfi l a
La s bla nca s e ligen la segu nda una de las casi l la s 4AD o 5 C D .
posi b i l idad, y con e l l o la lucha se P uede· obse rva rse q u e el cam bio
inclina a favor del adversa rio. PTxP ta m poco resue lve nada,
Pe ro, l había mejor? C on la ú l ti­ toda vez que las negras contes­
m a ju gada de las negras y den­ ta ría n 1 1 . . . . PAxP, a briendo la
tro de la tercera posibi l i dad a l u ­ colu m na AD pa ra el ataque con­
dida, el caba l l o situ ado en 5 A R tra l os peones bla ncos situados
es m u y fu erte. La s negra s pue­ e n la m i s m a .
den preparar u n plan, por eje m ­
p l o T2A para conti n u a r C 2 D ­
C 1 A - C 3 C y T D 1 A R , con dom i­ 11. ... P4T
n i o tota l de la col u m na AR . Las 1 2. A2C R2C
blancas difíc i l m e nte pueden 1 3. D2R T1 TR
oponerse a l m ismo dada la esca - 1 4. R2A

50
E n caso de 1 4. D 6T podría se­ l u m na CD se c u a rtea. De todos
g u i r 1 4 . ... R 3 C , toda vez que 1 5 . m odos, si las blancas h u biera n
D xPT se ría contestado con 1 5 . ... j u gado 2 7 . D 5T para i m pe d i r u n
T 1 T 1 6. D 7 C TR - 1 C D 1 7 . D 6 A eventual avance P4TD, segu i ría
PCxP, c o n ventaja pa ra las ne­ 27 . . . . D l CD 2 8 . D 3 T D2T 2 9 .
gra s. D5T C 2 C 3 0 . D4T TxT! 3 1 . PxT
D 7 A+; o bien 2 7 . D 5T D 1 CD 2 8 .
1 4. ... T1 T! R 2 R D 2T! , con l a a m enaza 2 9 . . . .
1 5. TR- 1 C D C2D C 2 C 30. D4T TxT 3 1 . PxT D 6 R+.
1 6. D5C PTxP
1 7. PTRxP C4A 27 . ... D1 CD
1 8. T1 T T5T! 28. T1 T
1 9. TxT PxT
20. A3T · Después d e 2 8 . R 1 A TxT+ 2 9 .
D xT DxD+ 3 0 . R xD e l fina l está
1 m pide 20. ... P6T 2 1 . AxP perdido pa ra las blanca s, toda
D 5T+ 2 2 . R 2 C D 6 C+, ga nando. vez qu e las negras qu eda ría n
con un peón l ibre en cada fla nco.
20 . ... PxP Podría segu ir 30 . ... C 5T 3 1 . P4A
C 6A+ 3 2 . R 1 A C 7 R+ 3 3 . R 2 D
C reando u n peón l i bre e n la c a e 3 4 . A 2 C P6T 3 5 . A 1 T P4T,
col u m na TD. y las negras ga nan fá c i l m ente
( indicado por K m oc h ) .
2 1 . DxP
2 8 . ... P4T!
Si 2 1 . TxP, seg u i ría 2 1 . ... P3T
22. D 1 C D 1 D . segu ido de T1 CD,
con deci siva ventaja pa ra las ne­ 1 nespe radamente, este peón
gra s. se pone en m a rc h a . Las blancas
no pueden captu rarlo, toda vez
21 . ... 01 o que a 2 9 . DxP segu i ría 29 . ...
22. T1 C D T1 C T7C 30. D 3T C 6 C+ 3 1 . R 3 D
23. T4C P3T D4C+ 3 2 . P4A D 3 C ! , y m a te se­
24. R2R T3C guido.
25. D1 T R3C
26. R2D R4C 29. A2C P5T
30. 01 A D 1 TR
D efiende el PTR , i m pide u n 31 . D 1 AD T3T
posible ava nce de P C R , y corta 32. A1 A T1 T
toda pos i b i l idad de contraju ego 33. A4A P6T
a las blancas. 34. A2T D2T
35. T3T C2D
2 7 . T1 C 36. D1 A D1 T
37. T1 T C4A
E l bastión defe nsivo en la co- 38. D1 A

51
Estas ú ltimas j u gadas se han
efectuado con gra n apuro de re­
loj. Pero a h ora el tiem po ya se
ha supe ra do.

38 . ... T1 con

Principio d e u n bonito final.


La s negras sacrifican los dos
peones l i bres pa ra fac i l ita r a sus
piezas la entrada en e l ca m po
contra rio. La a menaza inmedi ata
es 3 9 . ... T7 C .

3 9 . DxP T 1 T 40. D 2 C P6T!


4 1 . A4A D 5T 42. A2 R 07 A! 43.
TxP
y pueden, en caso necesa rio, re­
Todas las jugadas de las blan­ fu gia rse en l a s casil l a s 1 TD y
cas son prácticam ente forzadas. 1 TA , m ientras los caba llos preci­
san de pu ntos de apoyo pa ra
43 . ... D6R+ 44. R 1 R C5T. m a nte ner su posición en el cen­
t ro del tablero .
F i na l mente, el caballo da el Los pu ntos de apoyo s o n a q u í
golpe decisivo. a lgo i nsegu ros, y podrán ser m i­
nados pronta mente.
La s bla ncas abandonaron.
Esta pa rtida fue d isti n9u ida con Sigu ió:
un pre m io de bel leza.
1 . A1 TD

P a ra i m pedir el ca m bio de
Posición 22 este a lfil por u no de los caba l los.
Un grave e rror se ría 1 . AxC -4A?
(los caballos en posición abierta: por 1 . .. C 6A+.
.

socavado del punto de apoyo; par­


tida Capablanca-Milner Barry, 1 . ... T1 C R
Margate 1936).

En esta posición ve m os dos S i 1 . . . . P4TR 2 . AxC - 5 R PxA


a lfiles en la zona central contra 3. AxC PxA 4. D5C, y las negras,
dos caba l l os, ta mbién com pleta ­ pe rde ría n ma teria l .
mente centra l izados. L a dife re n­
cia es evidente; los a lfiles con­ 2. P5T! TD- 1 AR
trolan las dos diagona les l a rgas 3 . P 5A!

52
S a cu d i endo ta m bién el a poyo Llega m os a esta posición des­
del otro caba l lo. pués de las j u gadas 1 . P4D P4D
2. P4AD C3AD 3. C3AR A5C
3 . ... P4D 4. D4T Axe 5 . P R xA P 3 R 6.
C3A A5C 7. P3TD AxC+ 8 . PxA
Posibil ita una com binación de­ C R 2 R 9. T1 C D T1 C D, y era la
c isiva, pe ro con otra s j u gadas se segu nda vez que se prod u cía e n
a centu a ría e l dom i n i o de los a lfi­ u na pa rtida entre Alekhine y C a­
les blancos sobre todo e l tablero. lle. E n la anterior las blancas j u ­
g a ron 1 O. P x P , y después de 1 O .
4. AxP+! PxA ... PxP 1 1 . A J O 0-0 1 2 . 0-0 0 3 0
5. DxP D+ R3A 1 3 . D2A C 3 C 1 4 . P4AR CD2 R
6. P4A D3A 1 5 . P 3 C TR 1 D 1 6 . T 1 D P 3 C 1 7 .
7. AxC+ R2R . P4TD, e l juego se niveló, a u nque
8. A6 D+ más ta rde las blancas logra ron
i n c l i n a r la ba l a nza a su favor pre­
La s negras a ba ndon a ron, toda vio c a m bi o de uno de los a lfiles y
vez q u e si 8 . ... CxA 9. PxC+ DxP crea ndo un peón l i bre en la co­
1 O. T1 R+ R 2D 1 1 . DxP+ D2A l u m na de da m a .
1 2. TO 1 D m ate, y se a p recia cla­
ra mente que no hay otra l ínea de 1 0. A3 D
juego que sa lve la pa rtida .
Alekh ine consideró que esta
j u ga d a e ra m ejor que 1 O. PxP.
Posición 2 3

(los caballos en posiciones semi­ 1 0 . ... PxP ( ?)


cerradas; partida Alekhine-Colle,
Baden-Baden 1 925). El Dr. La sker, que comenta
esta partida en su conocido l i bro
de enseñanza de ajedrez, censu­
ra con ra zón esta ju gada y reco­
m ienda 1 O . . . 0-0. La s negra s
.

h a n d e procu ra r e l m a nte n i m ien­


to de u n peón en su casilla 40
para evitar la a pe rtura de la d i a ­
g o n a l 1 TD- 8TR , vista desde e l
lado de l a s bla ncas. P a ra las
blancas se ría i nteresa nte poner
e n juego su AD por la casilla
3TD, dom i nando la di agona l
3TD -8A R , pero e l l o precisa e l
ava nce del a islado PTD, que po­
dría ser atacado fá c i l m e nte por
el a dyersa rio, dada su debil idad.

53
1 1. AxPA 0-0 Am enaza 2 1 . P 5D.
1 2. 0-0 C4D
1 3. D2A CD2R 20 . .. ; C1 R
1 4. A3 D P3TR 21 . P4TD T2C
1 5. P4AD C3C D 22. T1 R C3A
1 6. T1 D C3C - 1 A 23. TD 1 D T2 D
1 7. P4A 24. A2A P3T( ?)

Ta m bi é n a q u í siguen las blan­ Las negras debía n haber juga­


ca s el ya conocido método de do a q u í 24 .... D2A. Entonces, e n
Ste i n i tz, que consiste en e l ava n­ ca so de 2 5 . D2 R no se ría bueno
ce de un peón propio para i m pe­ 2 5 . ... DxP por la conti n uación
d i r la formación de u n punto de 2 6 . D5 R ! DxD 2 7 . PxD TxT 2 8 .
a poyo pa ra u n ca ba l l o a dversa­ TxT C 2 T 2 9 . T7D. Pero e l Dr.
rio. N o obsta nte, aqu í las blanca s Lasker i n d ica la posi b i l idad de
debe n obra r con cierta cautela, jugar 25 . ... TA 1 D! , que perm ite
dada la escasa solidez de su a las negras m a ntener l a posi­
centro. Por otra parte, no es a ción. La « pu nta» está en que l a s
considerar el ava nce P 5 AD, que negra s, despu és de 2 6 . P 5 D
deja ría a las negras el pleno do­ PAxP 2 7 . AxC PxA 2 8 . D4C+, s u
m i nio de su ca silla 4 0 . rey puede esca par hacia la casi­
lla l A R .
L a táctica d e las bla nca s se
ba sa en el event u a l ava nce de 25. D 2 R ! D1 C
los peones P4D- P5D o P4AR ­
P5AR en qiso necesario, a u n q u e A q u í era recomendable 2 5 . ...
e l lo pueda sign ifica r el sacrifici o T 1 R. pa ra ceder la cas i l la 1 A R
d e u n peón . Es de obse rva r que pa ra e l rey propio.
las negras está n e n u n a posición
pa siva; la posible l i beración me­ 26. P 5 D !
dia nte el ava nce P4AD e n deter­
minado m omento, pod ría a brir lí­
neas a l pa r de a lfi les de las blan­ L a ru ptu ra l a rga m e nte espe ra ­
ca s. da.
1 7 . ... P3C D 26 . ... PAxP
1 8. A2C P3AD 27. Axe PxA
28. D4C+ R1T
Las posibles ru ptu ras de las
bla ncas, P5D o bien P 5 A A , que­
dan a sí asegu radas por pa rte de La concl u sión de esta pa rtida
l a s negras. ya no inte resa a l te ma que trata­
m os, pero es i n structivo obse r­
1 9 . D2R C3D va r com o las bla ncas obtienen
20. D5R cierta ventaja.

54
29. P SAR ! 4 1 T3CR+ R 1 A 42. DB C+, etc .,
o bien 41 . . . . R 2 T 4 2 . D 4 R+.
A m e n a za ganar enseguida con
30. D4T R 2 C 3 1 . T3 R . C o m o 40. T3C+ R2T 4 1 . TxT RxT
qu iera qu e ta m bién s e a t a c a e l 42. D3CR+ R 2T 43 . D3C R 2C
peón d e 6 R . las n e g ras s e ve n 44 . P3T
forzadas a entrar en la l i qu ida­
ción que sigue. P a ra em pre nder u na a c:ción
decisiva las bla ncas deben dar
29 . ... CxP 30. AxC PxA 3 1 . « a i re» a su rey.
DxP 0 1 O 32. PxP
44 . ... 01 O 45. 03C+ R2T 4 6 :
Ha l legado el m o m e nto de ha­ O S A 0 2 0 4 7 . T3 D P 3 A
cer balance: las blancas tienen
u n peón l i bre, que i m pide en D e nuevo u na debilitación.
g ra n ma nera la m ovil idad de las esta vez i nevitable, dado que las
piezas contra rias, y además el negra s se encuentran práctica­
fla nco de rey de las negras está me nte en « zugswa ng» . Despué s
muy debil itado. Por consigu ien­ d e 4 7 . . . . R 1 C . las blancas podría
te, el pa r de a lfiles ha rendido reforza r su posi ción con 4 8 .
buenos i ntereses. T3 C R + T 3 C 49 . P 6D! ( 49 . . . . TxT
5 0 . PxT DxPT 5 1 . D7 R ! ) .
E n la conti n u a ción ve re mos
como las blancas u t i liza n todos 48. 0 4 0 0 1 O 49. D4AD
los medios a su a lca nce pa ra a u ­ 020 50. T4D R2C 5 1 . 0 3 0
m e nta r su ventaja . R 2A

32 . ... T3 D 33. D4A R 2T 34. Las negras no tienen nada me­


04R+ R 1 T 35. D3R R2C 36. JOr:
030
a) 5 1 . . . . D 1 A 5 2 . D3 C R + y 5 3 .
Obliga la respu esta que sigu e; DxT
con e l l a . la m a yoría de peones
negros e n e l fl a nco de d a m a b) 5 1 . . . . D2 R 52 . DxP DB R+
pierde considera ble efica c i a . 53. R2T D4 R+ 5 4 . DxD PxD
5 5 . T 1 D R 3A 5 6 . R 3C. y en
este fi n a l de torres las b l a n ­
36 . ... P4TD 37. T3 R T1 C 3 8 . cas no tendrían qu e sa lva r
T3T 0 2 0 39. 0 3 R P4A grandes d ificu ltades pa ra
i m ponerse .
U na n u eva debilitación . pero
39 . . . . T 1 T 40. D4A, con la a m e­
naza T1 D - 3D, segu ido de c) 5 1 . . . . R 2T 52. P4C R 3 C 5 3 .
T3D- 3 C R +. no es m ej or. toda PxP+ DxPA 5 4 . T4C R+, g a ­
vez qu e si 40 . . . . TxP? . entonces n a ndo.

55
d) 5 1 . ... R 1 T 5 2 . D 3 R TxP 5 3 . O bien 5 2 . ... PxP 5 3 . 0 7T+
DxP+ R 1 C 5 4 . 0 6C+, segu i­ R 1 A! 5 4 . DxP+ R 2A 5 5 . TxP, ga­
do de DxP+. na ndo.

e) 5 1 . ... R 1 A 5 2 . D 3 R R 2 C 5 3 .
T4T. 53. PxP D 1 R 54. T4R D4T
5 5 . T4C R D2A 56. D 3 R D2TR
f) 5 1 . ... R 1 A 5 2 . D 3 R TxP 5 3 . 57. T6C .
DxP+ R 2 R 5 4 . D 7 C+ R 3 R
5 5 . D 8 C+, y las blanca s ga­
nan, sea c u a lqu iera la res­ Las negra s a ba ndona ron, toda
puesta de las negras. vez que si 5 7 . ... P4 T, sigue 5 8 .
0 3A D , con m ú l ti ples y decisivas
52. P4CI R1 A a menazas.

56
SECC I Ó N 4 LA CALI DAD

La ventaja de la cal idad .es decisiva . Sobre ello no pu ede ca ber du da,
y así lo m a n ifesta m os en la i n iciaci ón de este a p a rtado.
Pero en la práctica ocu rre con frecuencia que u no de los ba ndos,
con la ca lidad de ventaja, se ha de conforma r con el em pate, y a ú n
puede llega r a perder la pa rtida. E n ta les casos, e l l o es debido a q u e e l
adversa ri o tiene a c a m b i o d e la cal idad u na adecuada compe nsación.
El objetivo principa l de esta secc ión es, por consigu iente, determ inar
cua ndo dicha com pensación es suficiente.
E m peza rem os con u no de los casos m á s frecuentes en los que se
logra la ventaja de la cal idad, o sea c u a nd o u n caba l lo logra a lcanza r la
sexta fila horizonta l protegido por u no de los peones propios. S i el ad­
ve rsa ri o no puede ca m bi a r este caba l l o con u na de su s pieza s ( a lfil o
caba l lo), y la posición lo requ iere, existe la posibil idad de ca m b i a rlo por
una torre, lo que e n defi n itiva se define como el «sacrifi cio de la ca l i ­
d a d » . E n com pensación p o r la pé rdida d e la torre s e g a n a m u chas ve­
ces no sólo la m olesta pieza, sino también el peón que le si rve de pu nto
de a poyo, a u nque e l l o no es por lo genera l equ ivalente ( posición 2 4 ) .
E l j u sto va lor d e la ca l idad podría expresa rse i ndica ndo que corres­
ponde a prox i m a d a m ente a u n a pieza ( a lfi l o ca ba l lo) y ju nto con u n
peón y medio. Pero e l lo n o e s posible, y cua ndo e l ba lance e s d e torre
con pieza y dos peones, pu ede considera rse como m u y suficiente.
M ás interesa nte que la va lía de la com pensación m a terial es a ve­
ces la posición resu ltante. P recisa me nte en los ú lt i m os tiem pos este
te ma ha l l a mado la atención de los expe rtos. Por eje m p lo, es com pen­
sación basta nte u n caba l l o y u n peón e n posición agresiva ( posición
2 5 ), o bien un caba l l o y un peón con superioridad posiciona l en el cen­
tro ( posición 2 9 ) .
E n el caso d e q u e el sa crificio d e ca l idad sea escu eto, es dec i r, sin e l
a co m p a ñ a m ie nto d e n i n g ú n peón, la compensa ción puede concreta rse
en otro tipo de ventajas. U na de ellas puede tener el pa r de a lfi les como
fa ctor dom i na nte. E l pa r de a lfiles y un peón l i bre protegido ( posiciones
26 y 2 7 ) , a sí como el par de a lfiles y una debi l itación del contra rio en el
fla n co de rey ( posición 28), puede su poner un factor dete rm ina nte de
equ i l i brio.

57
Ta mbién el sacrificio de la ca l i da d por u n a lfil «fi a n c hetado» debe
se r considerado se ri a m ente, toda vez que en m u c hos ca sos d icho a lfi l
puede ser u n pu nto fu erte de la defensa en el fla nco de rey.
Va mos a dividir esta secc ión en dos pu ntos, o sea:

4 A: Torre contra a lfi l o ca ba l lo, y


4 B : Torre contra dos piezas l i geras.

También este segu ndo caso es i nteresante, y aún muy i m porta nte,
toda vez que se presenta con frecuencia e n la práctica. La torre no
equ iva le a las dos pi eza s lige ras, a u nque en com pensación se obtenga
un peón de ventaja . I ncluso a veces no son suficientes dos peones, es­
pecia l me nte cua ndo las dos piezas son el par de a lfiles. La pote n c i a de
las dos piezas es extra ord ina ria e incluso suelen ser m u y efect iva s en
posiciones abiertas de ataque contra el rey. Pero es i m porta nte logra r
la decisión en el medio juego, toda vez que en el fi n a l las posibil idades
de em pate se a c recienta n pa ra el bando de la torre.

58
4 A: Torre contra alfil o cabal lo

Posición 24

(un peón no compensa la calidad,· DxA 8. T1 A P3AD 9 . A3 D


partida Kramer- Thomas, Utrech.t P4AR 1 O. 0-0 0-0 1 1 . C 5 R
1949). CxC - 5 R 1 2 . PxC A2 D 1 3 . C 2 R
A 1 R 1 4. D 2 A D2AD 1 5 . P4A
D 2 R 1 6 . PxP P RxP 1 7 . C40
T 1 A? 1 8. AxC PAxA 1 9 . C 5 C !
T1 O 2 0 . C 6 D TxC 2 1 . PxT DxP .

Apa rte la ventaja de u n peón,


las negras no tienen otra com ­
pe nsación por la cal idad, toda
vez que su a lfil es el « m alo» ( la
mayoría de peones se encuen­
tra n en casil las blancas) . Conti­
n u a ndo a hora las blancas con
22 D 5 A ( dada la conocida reg la
de que u n a ventaja materi a l
debe a provecha rse mejor e n el
fi n a l ) . podría seg u i r 2 2 . ... DxD
23. TxD P 3 C D 2 4 . T3AD P4A,
Las blancas h a n ganado la ca­ con lo cual la situación c a m bia
l idad por u n conocido proced i ­ fu nda m e nta lmente. E l a lfi l negro
m iento. Logra ron situ a r u n c a b a ­ me1ora ría su posición juga ndo
l l o en la sexta f i l a horizontal A4C - A 6 D , con plena efectivida d .
( conpárese este ejem plo con la P o r otra pa rte, ca bría la posibili­
i n t rodu cción a esta secc ión 4 ) : dad de ava nzar el P O , con lo c u a l
su m a yoría en el ce ntro pod ría
1 . P40 C 3 A R 2. P4AD P3R l legar a ser pe ligrosa, toda vez
3. C3AD P4D 4. A5C A2 R 5. que te ndría dos peones pasados
C3A CD2D 6 . P3R C5R 7. AxA en caso de PxP, o avanza r este

59
peón hasta la casilla 6 0 . En a m ­ El ca m bi o de damas condu ci­
b a s va ria ntes l a s negra s tendrían ría a u n fi n a l poco c l a ro: 3 4 . DxD
suficie nte compe n sa ción por la PxD 35. R 2A A4C, y la l i bertad
cal idad. de los peones negros l i m ita ría la
acción de las piezas bla n ca s.
22. OJAi
34 . ... R3C
Por un lado prepara la sigu ien­ 35. T8T R 4T
te m a n iobra, que fija los peones
con tra rios en casi l l a s de color O bien 3 5 . ... R 2T 3 6 . P 5 A
bla nco, y por otro a poya u n D 7 R 3 7 . R 2T, segu ido de 3 8 .
eventu a l ava nce P 5 A-P6A. O SA.

22 . ... A2 D 36. R 2T
23. P4C D P3TD
A m e naza 3 7 . 0 6 0 D xP 3 8 .
Previene las intenciones del P4C+R 5T 3 9 . 0 7 R+ P 4 C R 40.
contra rio; si 2 3 . ... P3CD segu i ría D xPCR+ PxD 4 1 . TBT, m ate.
24. P5AI ( 2 4 . ... AxP 2 5 . D xPA) .
36 . ... D7R
24. 040 P3T 37. T8C R
25. TR 1 D D2R
A hora, a 3 7 . ... R 3 C seg u i ría
Se a m e n a zaba D xPR . 3 8 . 0 4 0 ; y a 3 7 . ... P4C R 3 8 .
0 6 0 , etc. El a lfil d e l a s negra s
26. P4TD R2T está completa m ente fue ra de
27. PSCI j uego.

L a s torres precisan d e l íneas La s negra s a bandon a ro n .


abiertas pa ra desa rrollar plena­
mente la pote ncia de su j uego.

27 . ... PTxP
28. PxP T1 TD Posición 2 5
29. PxP AxP
(un peón y una fuerte posición de
Si 2 9 . ... PxP, con 30. T1 T las caballo por la calidad; partida Dr.
blancas conseguiría ocupa r con Lasker-Janowski, match 1 909).
u na torre la séptima horizonta l.
U n ca ba l l o en e l centro del ta­
30. T1 T T6T blero protegido por un peón pro­
31 . TxT DxT pio e i nataca ble pa ra los peones
32. T1 T D6C contra rios, es más fue rte que un
33. P3T 060 a lfi l y casi tanto como u na torre
34. DSAI (Ta rrasch ) .

60
H u biera sido mejor 2 . R 2T (2 . ...
DxP 3 . DxP ) .

2. ... TxP
3. TxT DxT
4. T3 R

C uesta otro peón, pero las


blancas no disponen de ·otra lí­
nea de ju ego m ejor. Las posibili­
dades más i m porta ntes, segú n
i nd icado por Ta rrasch, son:

l. 4. T3T P 5 R ! 5. TxP P 6 R 6 .
T3T P 7 R , gana ndo.

1 1 . 4. T1 D C6A 5. T1 A R P 5 R ,
En la posición del diagra m a las etc.
negras pueden ga nar ensegu ida
el PAR bla nco situa do en su ca ­ 4 . ... D 8C+
silla 5 A R , y además, el débil 5 . R 2T DxPC
peón en su casi l l a 5 0 precisa de 6. P4C P5T
consta nte defensa por u n a pieza
m ayor. Todo ello com pensa la El plan de las negras se con­
ve ntaja de la calidad que tienen creta e n el avance de los peones
las bla ncas, segú n de m u estra la del flanco de da m a , al tie m po
conti n uación de la pa rtida . que se i m pide la activiación del
j u ego a l a dve rsa rio.
1 . T1 AR D2A
7 . R3T
Las negras pod ría n captu ra r
d e i n m ediato el P A R contra rio: Si 7. T3TR, sigue 7 . . . . O B R .
1 . ... TxP 2. TxT DxT, pero se en­
contra ría n con u na sorpresa en 7. ... D5A
la conti n u ación: 3 . DxD CxD 4. 8 . D4R
T3A R C 5 D ( ? ) 5. T6A R 2 C 6.
·

TxP ! PxT 7. P 7 A, y las blancas No ensegu ida 8. R xP por 8 . ...


ga naría n. C 4A+

Por ello las negras prefieren 8 . ... R2C


eludir el ca m bio de d a m a s. 9. RxP OSAR !

2. D2C ( ?) Antes de poner en m a rcha los


peones del fla nco de da m a, las
Favorece el pla n de las negras. negras i m piden e l a cceso del rey

61
blanco a su casilla 5 C R , j u gada R 4C P 6 R , las negras ganarí a n
que sería contestada con 1 O . ... fác i l mente.
D 3A+. y m a te a la sigu iente.
1 9. . .. DxD
1 0. P3T P4T 20. TxD C 7 A!
1 1 . R3C DBC R+!
Con esta fina j u gada las ne­
Las bla ncas a me nazaban 1 2 . gras i m piden que su peón l ibre
T 1 R D 5A D 1 3 . T 1 TR . pueda ser deten ido. S i 2 1 T4TR
P 7 C 2 2 . T1 T, sigue 22 . ... C6T.
1 2. R 3T
2 1 . TxP P7C
Forzado, toda vez que si 1 2 .
R 4T, sigue 1 3 . ... D 7T+ 1 3 . T3T L o más sencil lo, pero ta m bién
07 AR+ 1 4 . T 3 C R C 7 R , y las 2 1 . ... PxT ganaba, como i nd ica
b l a ncas ya pod ría n aba ndonar. el D r. Ta rrasch en su l ibro « La
pa rtida de ajedrez modern a » : 2 2 .
1 2 . ... 07A P 6 D P 7 C 2 3 . PxP ! P8C=D 2 4 .
P8A=D D 8TR+ 2 5 . R 4C C 6 R+
M a ntiene la torre en su posi­ 2 6 . R 3C D 7 C+ 2 7 . R 4T 0 7 A R +
ción, ya que si 1 3. T1 R segu i ría 2 8 . R 3T D 6A+ 2 9 . R 4T C 7 C,
1 3 . ... C6A, y si 1 3. T3AD o bien mate.
1 3 . T3 C R . entonces 1 3 . ... C 7 R .
22. T7 R+ R1A
1 3 . P5C P5C 23. TxP PBC=D
1 4. PxP PxP 24. TBA+ R2R
1 5. R 4C DBC+ 25. T7A+ R1 D
26. T7 D+ R1 R
Esta Ju gada es i n necesa ria. 27. TxP eso
M ejor era 1 5 . ... P6C, toda vez
que 1 6 . T3T D 8 C+ 1 7 . T3C La s blancas a ba ndona ron.
0 8 0+ obliga a l rey bla nco a si­
tu a rse en la col u m na TR .

1 6. R 5T 0 7 T+
1 7 . R4C P6C
1 8. T1 R Posición 2 6

A m enaza 1 9 . T 1 TR . (la calidad está compensada por


dos ventajas posicionales: el par
1 8. ... D7AD de alfiles y un peón libre protegi­
1 9. R 5T do; partida Selesniev-A lekhine,
Triberg 1 92 1 ).
Después de 1 9 . DxD PxD 2 0 .
T 1 AD R 3 C 2 1 . R 4T P 5 R 2 2 . S i gu ió:

62
3 . ... C4A( ?)

U na i m precisión que las blan­


cas a provechan de fina m a nera .
J u sto era 3 . . . . T 1 A, segu ido de
4 . . . A6A, o bien 4 . . . . C 3 C .

4. C3C!

La s negras h a b ía n ca lcu lado que


esta jugada no era posi ble, dado
que el PTD blanco queda i nde­
fe nso. Pero s1 a hora 4 . . . . CxP, si­
gue 5. T1 T C4A 6. CxP AxT 7 .
TxA R 2 C ( se a m enaza ba 8 .
AxP! ) 8 . C 6 A , y las bla ncas esta ­
1 . ... T5C ! ría n m ejor.
2. AxT P AxA
4 . ... C2D

A ca m bi o d e l a cal idad l a s ne­ U na decisión difíci l , pe ro 8 . . . .


gras obtienen u na serie de ven­ T 1 A D 5 . CxC DxC 6 . T R 1 A A 6 A
tajas posiciona les: 7 . D 3 C ! D 5 0 8 . TxA I PxT 9 .
T 1 A D concedería a l a s b l a n cas,
a) un peón l i b re protegido. com o m ín i m o, la i g u a l d a d .

b) el pa r de a lfiles. 5 . P 5A!

c) la posi b i l idad de ataca r los Exacto. El PA O está prácti c a ­


peones blancos débiles si­ m ente perdido, pero c o n esta J U ­
tuados en 4 TO y 4AD res­ g a d a las b l a n c a s c a m b i a n s u a lfil
pectiv a m ente. « ma lo» .

d) la casi lla 4AD . 5. ... Ax.A


6 . P xA! PxP
Segú n A l e k hine, estas circu ns­ 1 . TR 1 R
ta ncias compensa n l a rg a m e nte
la ca l idad sac rificada. Ta m bi é n 7 D4A sería u n a
b u e n a conti n u ación. A l e k h r ne
3. C 2 D ha bía calcu lado contesta r 7 . . .

D 3 0 8 . CxPT C 4 R 9 . 0 3 C T 1 T.
E l caba l l o es la pieza ideal con excelentes pe rspectivas a
pa ra el bloqueo de u n peón l i bre; ca m bio del peón sacrifi cado.
véase la introdu cción a la Sec­
ción 2. · 7 . ... C4R

63
8. T3 R 1 3 . ... P&ell

Ale k h i ne i nd ica a q u í la posibi­ U n ava n ce tota l me nte i nespe­


l idad de 8 . DxP C 6 A+ 9 . R 1 A rado.
DxD 1 O. CxD C 7 D+ 1 1 . R 2C CxT
1 2 . TxC T 1 D ! , ventajosa pa ra l a s 1 4. Txe
negras. Pero u n a n á l isis poste­
rior de m u estra que 9 . R 2 C ! es Otra s posibilida des son:
mejor pa ra las bla ncas: 9 . ... CxT+
1 0. TxC DxD 1 1 . CxD T 1 A 1 2 . l. 1 4 . DxC P7C 1 5. T1 C DxD
C 3 C, o bien 1 O ... T 1 A 1 1 . DxD
. 1 6. TxD P 6 A, y los peones
TxD 1 2 . CxP T2T 1 3 . C 6A, etc. u n idos y l ibres son i ndiscu ti­
blemente muy fue rtes. U na
8. ... T1 A bon ita va ria nte es 1 7 . C 3 D
9. T1 AO 020 T 5 A 1 8 . C x P T 5 C ! 1 9 . T4R
1 0. P40 ese R 1 A 20. T1 A D P4A! 2 1 .
11. T4R C 3 D PxT 2 2 . CxT PxC 2 3 .
P 5 T A x P 2 4 . P6T R 2A, ga­
Aquí ca bía la posibil idad para na ndo ( A le k h i n e ) .
las bla ncas de devolve r la ca l i ­
dad crea ndo u n peón libre, pe ro 1 1 . 1 4 . T4A D4T 1 5 . TxC P 7 C,
ello no sign ifica ría n i nguna me­ de forma a n á loga a l c u rso de
jora . Después de 1 1 . PxP CxT la partida .
1 2. PxC DxPT, los dos peones l i ­
bres del fla nco de da m a son 1 4. ... P7e
muy fuertes. 1 5 . OxPe

1 1 . ... P5A A hora es práctica m e nte obli­


1 2. esA gado, toda vez que a u n a j u gada
de torre hacia cualqu ier casilla
La ú n ica continuación viable de la pri m e ra línea horizontal se­
contra la a menaza 1 2 . ... C 3A, gu i ría 1 5 . ... AxP ! , con la conse­
segu ida de 1 3 . ... DxP D . Si 1 2 . cuente e i m pa ra ble m a rcha de
CxP sigue 1 2 . ... DxPD 1 3 . CxP los peones l i bres.
TxC ! 1 4 . DxT DxT 1 5. DxPC
AxP, gana ndo. 1 5 . ... OxT
1 6. TxP
1 2. ... 04A
1 3. 0 2 R Al pa rece r, las blancas han re­
suelto m u y bien todas las pe li­
E n esta jugada ten ía n las blan­ grosas com plica ciones. Han de­
cas pu estas su s espera nzas. vuelto la ca l idad, pero han con­
Ataca n no sólo el cabal lo, sinó segu ido la i n i c ia tiva en el fla nco
los peones de rey y a lfil da m a si­ de d a m a y a ú n m a ntienen la
m u ltá neamente. ventaja de un peón.

64
1 6 . ... P4T!

Pero esta j u gada m uestra el re­


verso de la meda lla: las negras
inician un ataque en el fla nco de
rey con evidente pel igrosidad, de
ta l forma que i nc l u so i n c l i n a n a
su favor las mejores posi bil ida­
des. Pero la lu cha se a pa rta a ho­
ra del tem a que ven i m os tratan­
do, o sea el sac rificio de la ca l i­
dad, y va m os a seg u i r la i ntere­
sa nte pa rtida hasta su fi n, pero
sin comenta rios:

1 7. D 2A P5T 1 8. 0 3 0 T1 O!
1 9 . P3A D4T 20. D4R PxP 2 1 . E n la posición 2 6 ya hemos
PxP 04C! 22. R2C 0 7 0+ 23. visto que la coloca ción de u na
R 3T A3A! 24. T2A 03T+ 25. torre con pu ntos de a poyo e n
R2C R2C 26. P4C T1 TR 27 . u n a col u m na abierta ofrece posi­
R2A T1 C O I 28. R2R T5C 29. bil idades de ga n a r, si además se
T2 D D7T+ 30. R3R D8C+ 3 1 . está en posesión del pa r de a lfi­
R 2 R AxP 32. C 3 0 T8C ? 33. les, a u nq u e ello signifique el sa­
C 1 A! A6A 34. DxT D 7 C+ 35. crificio de la calidad. En la posi­
R3D DxT+ 36. R 4A 0 5 0+ 37. ción 27 ta l vez sea esta l a ú nica
R3C A8T 38. R 3T D4A+ 39. posibilidad pa ra las negras, dada
R2T A3A 40. P5C DxP+ 4 1 . la débil estru ct u ra de sus peones
C3C DxPC 42. 0 1 R D 7 C+ 43. e n el fla nco de da m a .
020 DxP 44. DxP P4C 45.
0 1 R D6A 46. DxD AxD 47. 1 . ... T5 D!
P5T AxP 48. CxA P5C 49. C4A 2. C2R?
P6C 50. C20 R3C 5 1 . R2C
R4A 52. C3A R5A 53. C 1 C P a ra capt u ra r la torre · con el
R 6 R 54. R2A R 7 A 55. C 3T+ caba llo, conserva ndo el a lfi l. Esto
A BA. La s bla ncas a ba ndon a ron. trae sobre el ta pete un intere­
sante problema, que ya hemos
ten ido oca sión de comentar
( véanse la i ntrodu cción a la Sec­
ción 2, y la posición 2 6 ) . Y con
los- conoc i m ientos que ya tene­
Posición 2 7 mos sobre el tem a pode mos
a precia r que la e lección de las
(un caso análogo a l de la posibili­ blancas es fa lsa; debía n habe r
dad 26; partida Liublinsky­ j u gado 2 . AxT PAxA 3 . C4T
Botvinnik, Moscú 1 943). P4AD 4. C 2 C, segu ido de C 3 D .

65
N o olvidemos que el caba llo es 8. A2A P4C
la pieza adecuada pa ra el blo­ 9 . P4C R ?
queo de los peones l ibres con­
t ra ri os. L a s torres blancas n o tienen
n i nguna l ínea a bierta, y por ello
La m isma va ria nte se podría no puede n a ctua r con eficacia.
todavía e legir en la p róxi m a j u ­
gada, o s e a 3 . AxT PAxA 4. C 1 A E n consecuencia, el mejor pla n
y 5. C3D. consiste en a brir u na colu m n a
pa ra l a s torres en el flanco d e
2 . ... A1 A da m a m edia nte P 3TD y P4C D ,
3. CxT PAxC natura l m e nte, previa la necesa­
4. A2A ria prepa ra ción. É sta es, proba­
blemente, la i nte nción de las
De n u evo u n a pequeña i ne­ bla ncas, pero a ntes q u ieren ce­
xactitu d: este a lfi l esta ría mejor rra r el fla nco de rey. Pero esta
en la casilla 20, desde la c u a l idea es fa lsa: las negra s no per­
dom i n a ría las d o s d i a gonales y m iten este cie rre, y tras la j u ga ­
podría ofrecer mayor a poyo a l da d e l texto obtienen nu evos
posible a va nce d e peones e n e l pu ntos de ataque.
fla nco d P. da m a ( P3TD-P4C D ), y
a l m is m o tiem po, a u n eventu a l
ava nce d e l P A R e n e l otro fla n ­ 9 . ... PxP a.p.
co. 1 0. AxP C

4 . ... P4AD M ejores pe rspectiva s ofrecía


5. T1 AR P4A 1 O. PxP! A6T 1 1 . P 4 C R AxT 1 2 .
6. A3C TxA, segu ido d e 1 3 . A 3 C . Con
ello la partida da ría repe ntina­
1 nduciendo a l a dversa rio al m ente u n nuevo g i ro, queda ndo
ava nce P 5 A R . a m bos ba ndos con u n a lfil de ca­
sillas neg ras, bueno e l de las
6. .. . A2D blancas (A3 C R ) contra el m a l o
7. TD1 R de las negra s (A2A D ) ; n o obs­
ta nte, las mejores perspe ctivas
A 7 . P4A podría segu i r 7 . ... se ría n pa ra las negra s, que d is­
A3A! , con lo cual las negra s ten­ pondría n de más l i be rtad de m o­
d ría n dos peones l ibres y u n i dos vim ientos y en consecuencia,.
(8. P R xP P 5 R ! ) . P e ro después de m a yores posi bil idades de ata­
la ju gada del texto las blancas que, concretadas espe c i a l mente
a menazan ya el citado a va n ce : 8. en el posible ava nce de sus peo­
P4A A 3 A 9 . PAxP AxP- 5 R 1 O. nes de torre ( P5TD o P4TR ) .
TxA PxT 1 1 . DxP. P a ra el trata m iento d e este tipo
de posiciones nos rem it i m os a la
7 . ... P5A a nterior Sección 1 .

66
1 0 . ... A6T · 2 1 . AxP C TxT
1 1 . T2A P4T 22. AxA T6R
1 2. T2 D P5TR
C orta ndo a las blancas las ú lti­
El método de Stei nitz refe rido mas espe ra n zas, basadas en un
al aprovecham iento del pa r de fin a l con a lfiles de d i stinto color.
a lfi les ta m bién es em pleado Con la jugada del texto las ne­
a q u í. Las pieza s negra s dom i n a ­ gra s obten d rá n dos peones li­
rá n l o s pu ntos de a poyo de las bres y u n idos, y con e l l o ya no
figu ras contra rias. preocu pa demasiado el color de
los a lfi les.
1 3. A2A T1 A R
1 4. T3 D T5A
1 5. R1T R2T 23. A6C TxP R
1 6. T1 C R 24. AxPA T7 R
25. T1 D A5C
U n i ntento de opos1c1on a la 26. P3TR
decisiva ru ptu ra P5C de las ne­
gras.
Caso contra rio, seg u i ría 2 6 . .. .
1 6 . ... A1 D A6A+ y 2 7 . ... T7 C+.
1 7. D2R D2AR
26 . ... AxP
De nuevo se a menaza P 5 C . A4A
27. P4C
28. A6 D P6D
1 8. 0 1 D
29. PxP P6T
P a ra contesta r a 1 8 . ... P 5 C
con 1 9 . P x P TxA 20. TxA. Es i m ­ Las bla ncas a ba ndona ron.
po rta nte constata r que 1 8 . A 1 R
sería contestado con 1 8 . ... P 5 C ! Con la debi l itación del flanco
1 9. PxP AxP! 2 0 . TxA TxT 2 1 . de rey de las blancas, l os sacrifi­
DxT D 8A+, segu ido de 2 2 . . .. cios de ca l idad que h e m os visto
DxT, con un fi n a l ganado por las en los ú lt i m os eje m plos han te­
negras. n ido un rá pido y decisivo efecto.
Espec i a l m ente, debido a la crea­
1 8 . ... D4T! ción de un pu nto de a poyo en
u na col u m n a abierta en el centro
A hora ya no hay defensa posi­ del ca m po a dversario. A conti­
ble contra el ava nce P 5 C, y por n u ación veremos todavía dos
ello las blancas se deciden por eje m p los en pa rtidas de torneo,
u na a cción a la desespera da . que a m a yor abundam iento,
confi r m a n lo m a n ifestado en re­
1 9. A3 R DxP+ lación con este t i po de posicio­
20. DxD TxD nes.

67
Posición 2 7 a

(el punto de apoyo en la sexta fila;


tercera partida del match Najdorf­
Trifunovic, 1 949).

A 6 C 5 . AxT RxA 6. 0 6 0+ 02R


7 . OxO+ TxO 8. T8 0+, y las ne­
gra s a ba ndonaron.

En esta posición la pa rtida Posición 2 8


conti nuó:
(la calidad es tá compensada por
1 . T01 R! CxT 2. PxC T0 1 R 3. el par de alfiles y una debilitada
05A P40 4. AxP O A2R 5 . A4R posición en el flanco de rey;
T1 O 6 . P4A R ! P3A 7 . R 2T T40 match Bronstein-Boleslavski,
8. AxT PxA 9. T3 R T1 CR 1 O. 1 950).
T3C 01 A 1 1 . OXP O TxT 1 2.
AxT P4A 1 3. A2A R 2T, y las En esta conoci d a posición ( 1 .
negras a ba ndonaron sin espera r P40 C3AR 2. P4AO P 3 C R 3.
la respuesta d e l adversa rio. C3AO P40 4. PxP CxP 5 . P4R
CxC 6. PxC P4AO 7. A4AO
A2C 8. C 2 R 0-0 9. 0-0 PxP 1 O.
PxP C3A 1 1 . A3 R A5C 1 2.
Posición 2 7 b P3A C4T 1 3. A3 0 A3 R ) el sa­
crificio de cal idad, j u gando 1 4.
(punto de apoyo en la sexta fila; P 5 D, es m u y fue rte.
partida Guimard-Mitchel, Mar del
Plata 1 949). El m otivo de ello radica en las
sigu ientes circu nsta ncias:
En esta posición l a s bla n cas
ganaron con: 1 . T6 R CxT 2 . 1 .: Las blancas m a ntienen el
P OxC 0 2 A 3 . A4A 0 2 T 4. AxP pa r de a lfiles.

68
a l g u n a a ca m bio de la debil idad
de su fla nco de rey.

1 6. Á 6TR D3C+

La conti n ua ción de la pa rtida


demuestra que la dama no tiene
aquí una situa ción seg u ra . Por
ello era prefe rible 1 6 . ... T 1 R 1 7 .
C4A A2A ( 1 8. A S C O ? ? D 3 C+) .

1 7 . R 1 T!

La s blancas valoriz a n como


mejor su ventaja posiciona l que
el recobra m iento de la cal idad.
E n otra pa rtida entre los m ismos
1 1 .: D esa pa recido el a lfi l de ca­ contendientes ( B uda pest 1 9 50)
sillas negra s de este ba ndo, ocu rrió que las bla nca s, con 1 7 .
el P C R ava nzado hasta su C 4 D recupera ron la cal idad: 1 7 .
terce ra fila horizonta l es u na ... A 2 D ( se a m e nazaba 1 8 . T 1 C
debil itación del esq u e m a de D4A 1 9 . T5C D 6T 20. CxA) 1 8.
peones. T 1 C D4A 1 9 . T 1 A D D 3 C 20.
AxT TxA 2 1 . P4TR 030, pero
1 1 1 .: La s blancas tienen mayoría esta línea de juego no basta pa ra
de peones en el ce ntro, lo ga n a r.
cual sign ifica una ventaja
pa ra el ba ndo atacante. C on­ 1 7 . ... TR 1 D(?)
tra ria mente, la m a yoría de
peones negros e n el flanco La ú n ica ma nera de conserva r
de da ma no podrá logra r la ca l idad, pero no por e l l o mejo­
cierta i m porta ncia hasta e l ra n las perspectivas de las ne­
fin a l . gras, como demuestra la conti­
nuación. E ra mejor 1 7 . ... A2A.
1 4. P 5 D ! AxT
1 5 . DxA P3A 1 8. T1 C D D4A!

N u eva debil itación, que de to­ Forzado, como pode m os com­


dos modos es necesa ria, toda probar con las sigu ientes va ria n ­
vez que las blancas a m e nazaba n tes:
recobra r l a ca l idad con 1 6 .
A6TR , con ataque a la torre y a) 1 8 . ... 0 3 0 1 9 . D 3 A P3C 20.
am enaza de mate s i m u ltá nea­ A4AR D2D ( o bien 20 . ...
mente. Con el lo, las negras ya no D4A 2 1 . DxD PxD 22. A 7 A)
tend ría n com pensa ción m ateri a l 2 1 . A 5C D, g a n a n do.

69
b) 1 8 . ... D 7 A 1 9 . D 3 A D 5T 20. menos las m ismas pe rspec­
A4A R , gana ndo. tivas pa ra a m bos ba ndos.

c) 1 8 . ... D 2A 1 9 . A4A R , y a ho­ 1 9 . ... P3C


ra no va ldría 1 9 . ... D 1 A por
20. T1 AD; de m a ne ra que D espués de 1 9 . C 5 A 2 0 . D 3A,
las negras no disponen de las negras pe rde ría n u na pieza .
otra jugada que 1 8 . ... D 4A,
efectuada en la pa rtida .
20. A4C D2A
1 9 . A2 D ! 2 1 . T1 AD D2C
L a s bla ncas disponía n todavía O bien 2 1 . ... D 2 D 22. C 4 D
de otra línea de ju ego, o sea 1 9 . A2A 2 3 . A 5 C D 2 C 24. AxC PxA
T 5 C , c o n la « pu nta» 1 9 . ... D 6T 2 5 . A6A, gana ndo.
20. A2A A 2 D 2 1 . A 1 A, y las ne­
gras no tienen otra conti n u a ción 22. D 1 C !
que 2 1 . ... D xA+ 22. D xD AxT
2 3 . C 4 D A 2 D 24. D 3 T, etc., que
deja a las negras con dos torres C o n la doble a menaza 2 3 . PxA
contra la da ma, pero con posi­ y 2 3 . Axe .
ción i nfe rior.
22 . ... TD 1 C
Pero sin em ba rgo, 1 9 . T5C no Con esta j u gélda las negra s
es tan fu e rte com o la j u gada del pierden sin re m isión; pero ta m ­
texto, según d e m u estra n los si­ b i é n c o n 2 2 . ... A 1 A 2 3 . C4A ! ,
gu ientes a ná l i sis de Flohr, des­ con la a m enaza 24. P 5 R , las
pués de 1 9 . ... D 6T 20. A2A
blancas tendría n u n ataque ga­
TD 1 A ! !
nador.

Vea m os:·
23. PxA
a) 2 1 . A 1 A D 3 D 2 2 . Tx C TxA
2 3 . PxA D 8 D+, ga na ndc;>. N ormal mente, u na torre con­
tra dos a lfiles sign ifica u na ven­
b) 2 1 . D 1 C D A2D 2 2 . A 1 A taja decisiva, pero en esta posi­
D 3 D 2 3 . TxC D 2A, gana ndo ción los a lfiles son todavía más
u na pieza. fu ertes. La s blancas ga n a ron rá ­
c) 2 1 . C 4 D ! TxA! 2 2 . CxT D 5T. pida me nte: 23 . ... C3A 24. AJA
Ahora no va le 2 3 . TxC ? DxT C4R 25. A5C TD 1 A 26. AxC
24. PxA por 24 . ... DxP ! , de TxT+ 2 7 . DxT PxA 28. A7 D
ma nera que las blancas po­ D3T 29. C3C DxP 30. P4T
dría n elegir entre 2 4 . D 2 C y T1 AR 3 1 . 05C T3A 32. DxT!
24. C 4 D , con poco m á s o las negra s a ba ndona ron.

70
Posición 2 9 ra nte el c u a l efect u a re m os los
comenta rios pe rtinentes.
(la calidad contra un peón y supe­
rioridad en el centro; partida 1 7 . C4R
Bronstein-Stahlberg, Blldapest
1 950). Continu ación exacta y fu erte.
Para dism i n u i r las posibil idades
de ata q u e del contra rio, las blan­
cas fu erz a n el cam bio de piezas
l i geras.

1 7 . ... 02R
1 8 . CxC+ OxC
1 9 . A5C C1 C!

N atu ra l mente, las negras pre­


fieren el cam bio de su « a lfil
m a lo» conserva ndo el caba l l o .

20. 04C AxA


2 1 . OxA 02A
22. P4AO

Las blancas i ntenta n c l a ra­


Esta posición se produ ce des­ me nte dis loca r la posición de los
pués de las sigu ie ntes j u gadas: peones centrales negros. No sir­
1 . P4R P3R 2. P40 P40 3. ven 2 2 . ... D 2A por 2 3 . D B R
C3AO C 3AR 4. A5 C A2 R 5 . mate, n i ta m poco 2 2 . ... PxP por
P 5 R C R 2 0 6 . P4TR P4AO 7. 2 3 . TBD+.
AxA OxA 8 . C5C 0-0 9 . C7A
PxP 1 O . CxT P3A 1 1 . OxP C3A Pero con la j u gada del texto se
1 2 . 020 PxP 1 3 . 0-0-0 C3A debil ita la casilla 4 D de las blan­
1 4. P3AR 030 1 5 . C 2 R A2 0 cas y además la posi ción del rey
1 6. C3A TxC . queda ba sta nte a i reada; a causa
de e l l o este ba ndo no podrá a l­
Es u n hecho conocido que el canza r sus objetivos. Era preferi­
poseedor de u n fuerte centro de ble 22. P3A.
peones tiene a u tom ática m ente
buenas perspectivas de ata q u e . 22. ... C3A!
El i ntento de lograr u n ta l centro 23. PxP C50
media nte el sa crific i o de la c a l i ­ 24. 030
d a d no es n u evo, y en la prá ctica
de la partida tiene éxito con bas­ N o 24. PxP? ? por 24 . ... D 5A+,
ta nte frecuencia . V a m os a verlo n i ta m poco 24. TxC es recomen­
en el cu rso de esta pa rtida, d u - dable por 24 . .. PxT 2 5 . PxP
.

71
DxPR 2 6 . R 1 C D 3 C R+, segu ido E ra, mejor 3 3 . T4 D C 3 A 34.
de DxP. T2 D . D espués de 34 . ... P5D 3 5 .
TD 2AR C4R . se lleqa a l a m is-
24. ... PxP ma posición que en la pa rtida,
25. TR 1 A pero . con u n tie m po de ve ntaja
para las bla ncas.
La ú n ica posibil idad de m in a r
el a poyo d e l caba l lo consiste e n 33 . ... C5A
el avance P4A. 34. T1 -2A(?)

25 . ... OSA+ Exacto era 34. T5-2A! P 5 D


26. R 1 C T1 D 3 5. P3C C6R 36. T1 R P6D 37.
2 7 . P3CR T2 D . etc., siem pre con posi b i l i ­
d a d e s de ga n a r las blancas. Por
La s blanca s qu ieren seg u i r otra pa rte, ta mbién era j u ga ble
adela nte c o n su plan c o n e l sa­ 34. T1 R .
srificio de este peón.
34. ... P5D
27 . ... DxPC 3 5 . P3C?
28. P4A DxD+
29. TxD C3A Esta j u gada pierde. C on 3 5 .
30. PxP CxP T5A las blancas todavía pod ría n
31 . T4 D C3A log ra r las tablas: 3 5 . ... P 6 D 3 6
32. T4 D-4AR C4R TxC P 7 D 3 7 . TxP TxT 3 8 . TBA+
R 2A 3 9 . T7A+ R 3A 40. TxPCD
Las negra s n o pueden perm itir T7T 4 1 . T4C .
la entrada de esta torre hacia la
ca silla 7 A R de las bla ncas. E l ba­
lance del m ate ria l n o es m a lo 35. ... P6DI
pa ra las negras, que a ca m b i o de 36. PxC P7D
u n a torre tienen un caba llo y dos 3 7 . TxP TxT
peones. Pero la pos ición no es
cla ra, toda, vez que las torres
blancas di sponen de col u m nas Y las negras ga n a ron (38.
a bierta s y por esta ca u sa las T5C D P 3 C D 39. T5R T5D 40.
blancas juegan ta m bién a hora P 5A TxP 4 1 . T8 R+ R2A 42.
pa ra ga nar. T8TD T5C D+ 43. R 1 T PxP 44.
TxP+ R3A 45. T5T P4C 46.
33. T5A( ?) TxP P5C, abando n a n ) .

72
4 B: Torre contra dos piezas ligeras

Posición 3 0

(el bando de las piezas gana por P3e R A2e 4. A2e P4A 5. 0-0
ataque; 3. ª partida del ma tch Ca­ PxP 6. exP AxA 7. RxA P40? 8.
pablanca-Alekhine, 1 92 7). P4AO! P 3 R ( ?) 9. 04T+ 0 2 0 1 O.
ese e3A 1 1 . PxP PxP 1 2. A4A
T1 A 1 3. T1 A A4A? 1 4. P4e O!
AxPe 1 5. Txe TxT 1 6 . OxA
e S R 1 7 . e20 exe 1 8. Oxe ( ?)
0-0.
S igu ió:

1 9. T1 O T4A
20. e40 T1 R
21 . e3e T4- 1 A
22. P3R

N at u ra l m ente no 2 2 . DxP,
toda vez que además de fac ilitar
a l adversa rio el paso a u n final
las bla ncas perde ría n pronta­
mente un peón: 2 2 . ... D xD 2 3 .
Au nque las negra s te ngan TxD TxP 2 4 . T2 D TxT 2 5 . AxT
aquí u na torre y u n peón a c a m ­ T7 A, etc.
b i o de d o s piezas l igeras, e n l a
práctica esta rel a ción de m ate­ 22 . ... 0 5T
rial favorece a l as blancas. Lógi­ 23. OxP
camente, este bando pod rá te­
ner fu ndadas espe ra nzas de in­ Las blancas se deciden por el
c l i n a r la ba l a n za a su favor a tra­ ataque, corriendo el riesgo de
vés de un j u ego de combinac i ón que pa ra el fin a l las negras dis­
agresivo, m i entra s que el a dve r­ ponga n de dos peones l ibres en
sa rio podrá adopta r u na táctica el fla nco de da m a . A hora las ne­
de s i m p l ifica ción que con vistas gra s tendrá n que atender a a m ­
a l fin a l le permita abrigar posibi­ bos fla n c os, y especial mente or­
l idades de e m pate. ga nizar la defensa en el de rey.

La posición 30 es un ejem plo 23 . ... T7A


clásico del e m pleo útil de la po­
tencia de las dos pieza s l i geras. No ensegu ida 23 . ... DxP por
La posición se prod ujo después 24. T1 TO segu ido de 2 5 . TxP .
de las jugadas sigu ientes: 1 .
P40 e3AR 2. e3AR P3e D 3. 2 4 . T2 0 TxP

73
Lo mejor. Después de 2 4 . ... Esta debil itación debía s e r evi­
DxP las bla ncas g a n a rían com o tada por las negras, y por e l l o
sigue: 2 5 . D 7 D T 1 A R 2 6 . TxT e ra a considerar 2 8 . ... T 1 C R .
DxT 2 7 . C40 0 4 A O 2 8 . C 5A, C o m o h a i ndicado Vu kovic, l a
con la a m enaza de 2 9 . C 7 R + tentadora conti n u a ción 2 9 . AxP+
R 1 T 3 0 . A 6 D , seg u ido de 3 1 . no es correcta, seg ú n d e m u estra
C 6 C+. la sigu ien te y com p l i cada varian­
te : 2 9 . . . . TxA ! 30. D 8 R+ T 1 C 3 1 .
2 5 . TxT DxT 0 5 R+ T2C 3 2 . C 5 A P 3 A ! 3 3 .
26. D6A T 1 AR D x P 0 4 D+ 3 4 . P 3 A D 7 0+ 3 5 .
27. C4D R1 T R 3 T 0 2 D , y l a s negras tendría n,
· · n e l caso de un eventual fi n a l

Deja l i b re la casi l la 1 C R pa ra ue peones e l P T O l i bre e i m pa ra­


la torre, previendo q u e la m isma ble.
sea atacada .
La continu ación exa cta pa ra
E l m aestro yu goeslavo Vu ko­
las bla ncas es, después de 2 8 . ...
vic i ndica las s1gu1e ntes pos1 b 1 l 1 -
T1 C R , e l ava nce P4 R ! con las si­
dades:
g u i e ntes posibildades:
1) 2 7 . . . . 04T 2 8 . A 6 0 T 1 O 2 9 .
1) 2 9 . . . . P3A 30. AxP PxA 3 1 .
P 4 R , seguido d e 3 0 . C 5 A
( caso d e 2 9 . . . . P3C, e nton­ O xPA+ T2 C 3 2 . C 6 R , ganan­
ces 30. A 7 R TxC 3 1 . D 8 A+ do.
y m ate segu ido.
2) 29 . ... 0 7 C 30. C3A D 6 C 3 1 .
2) 27 . ... T1 D 2 8 . P4R P3TR C 5 C P3A 3 2 . 0 5 C D 7T 3 3 .
D4 T, gana ndo la d a m a , o
2 9 . A 5 R P3A 30. C 6 R , ga­
m a te con C 7 A.
na ndo.

3) 27 . ... P3TR 2 8 . A6D T1 O 3) 2 9 . ... D4T 3 0 . C 3 A P 3 A


2 9 . P4 R D 7 0 ( 2 9 . . . . P 3 C ( 30 . ... 04A 3 1 . C 5 C ! 0 2 R
30. A 7 R ) 30. C 5 A P 3 C 3 1 . 3 2 . D 6T) 3 1 . A40 T 1 A R ( o
A4A D 2 0 3 2 . 0 6 A PxC 3 3 . bien 3 1 . ... P3TR 3 2 . P 5 R
AxP D 5 D 3 4 . P 5 R D 5 R+ 3 5 . PxP 3 3 . AxPR R 2T 34.
P 3 A D 7 R+ 3 6 . R 3T 0 8 A+ 0 2 A+ R 1 T 35. 0 6 C, ganan­
3 7 . R 4T T 5 D+ 3 8 . R 5 C, ga­ do) 32. 060 R 1 C 33. 0 6 R+
na ndo. R 1 T 3 4 . P 5 R PxP 3 5 . CxP,
gana ndo.
28. A5 R
29. C 6 R T1 CR
Con la a m e na za 2 9 . AxP+ R xA 3 0 . A4D P3TR
3 0 . C 5 A+, segu ido de 3 1 . 0 6A .
N u eva debil itación, p e ro 30 . ...
2 8 . ... P3A P4 TO se ría contestado con 3 1 .

74
CxP TxC 3 2 . DxPA D 1 C 3 3 . P4T, alfiles; partida Tartakower-
segu ido de P5T y P6T. Bogoljubov, Bled 1 93 1 ).

3 1 . P4T! ose
32. CxP !

La combinación decisiva . Las


blancas han l levado su plan a
cabo de m a nera i m pecable.

3 2 . ... D3C

No hay nada mejor. A 3 2 . ...


R xC sigue 3 3 . DxPA+ R 2T 34.
07 A+ y mate; y si 3 2 . ... TxC , de­
cide 3 3 . D xPA D 5 R+ 34. R 1 C!
D2C ( o 3 4 . ... D BC+ 3 5 . R 2T
D2T 36 . D B A+) 3 5 . DxPT+ R 1 C
3 6 . DxT+, y a hora, en el fi n a l de
peones las negras no tienen
nada que hacer, toda vez que el Se ha l l egado a esta posición
PTD negro se rá a lcanzado por el despu és de las sigu ientes j u ga ­
rey blanco. d a s : 1 . P4D P4D 2 . P4AD
P3AD 3. PxP PxP 4. C3AR
33. P5T D2A C3AR 5. C3A C3A 6. A4A P 3 R
34. C5A R 2T 7. P 3 R A2 R 8 . A 3 D 0 - 0 9.
35. D4R T1 R P3TD C4TR 1 O. A5 R P3A 1 1 .
36. D4A D1 A C5C R ! P 3 C R 1 2. CxPT PxA 1 3.
37. C6D T2 R CxT AxC 1 4. AxP C3A!
38. AxPA D 1 TD+
39. P4R T2C R Aqu í tienen las blancas u n a
40. AxT RxA torre y dos peones a ca mbio de
41 . C5A+ R 2A dos piezas l igeras. Ade m á s, el
42. D7A+ e n roque de las negras está des­
tru ido. E ntonces cabe suponer
Las negras a bandon a ron a n te que las bla ncas tienen compen­
el i n m i nente mate en dos j u g a ­ sación m á s que sufici ente. Pero
das c o m o m á x i m o. se da la c i rcu nsta ncia de que las
negras conse rva n los dos a lfi les,
y e l l o ha rá que la ta rea sea m u y
d ifíc i l .

Posición 3 1 S i gu ió:

(el bando de las piezas tiene dos 1 5 . P4C R

75
Am enaza 1 6. P 5 C C2T 1 7 . F u e rza la liqu idación que si­
D 5T. gue. M enos claro es 2 6 . ... AxPR
2 7 . D 4 D+ P4R 2 8 . DxA PxD 2 9 .
1 5. ... C2T TxD TxT 3 0 . P 5A, etc.
1 6. P4TR A2C
1 7 . AxC+ 27. 040+ OxO
28. TxO A4AO
La presión sobre las casillas 29. P5A!
4 D de las bla ncas a conseja esta
decisión. D espués de 1 7 . PxP El mejor contrajuego para las
CxP 1 8 . A2A, las negras pueden bla ncas. E n caso de 29. TD 1 D
seg u i r con 1 8 . ... C5A 1 9 . D 3 D segu i ría 2 9 . ... A 6 R +, con a m ­
C 1 A 2 0 . 0-0-0 A 2 D , y conti­ plias perspectivas para l a s ne­
nu ando con T1 A m onta r u n gra s.
fu erte ataque.
29 . . .
. · PxPA
1 7. ... RxA
1 8. 02A+ R1T Las _n egras prefieren conse rva r
1 9. PxP CxP el pa r de a lfiles. D espu és de 2 9 .
20. 0-0-0 A2 0 . . . AxT 3 0 . PxA tend ría n l a s blan­
21 . P5T T1 A cas posibil idades de pesca r en
río revuelto. Por ejem plo, 30 . ...
Las negras no tienen n i n g ú n A6R+ 3 1 . R 1 C CxPT+? 3 2 . PxC
interés en capt u ra r e l P C R a d ­ TxC 3 3 . P 7 C+ R 2T 34. P6 C+, ga­
versa rio, toda v e z que ello da ría nando. Ta m bién después de 30.
oca sión a q u e las torres bla ncas ... CxPT 3 1 . PxC AxC, m ejor l ínea
dem ostra ra n su fue rza e n la co­ de juego que la a nterior, las
l u m na CR a bierta . Prefieren con­ blancas podría n todavía pone r
centra r sus efectivos sobre el en dificu ltad a su riva l con sus
enroque contra rio. Sus dos a lfi­ peones libres en el fla nco de rey.
les prestarán a tal objeto u n
inestim able se rvicio. 30. TxP PxP
31 . R 1 C
22. P6T A1 A
23. P5C A1 R ! Ta l vez la ú nica posibil idad. E l
24. P4A A3C caba llo debe s e r desclavado ( 3 1 .
25. P4R R 1 D ? C 6 R+) .

O bra ndo en consecuen cia con 31 . ... P 6 R+


las j u gadas precedentes. A 25 . ... 32. R \T C3C
AxP R segu iría 2 6 . DxA PxD 2 7 . 33. T5 R A5 0
TxD TxT 2 8 . PxC. 34. T6 R A4AR

25 . ... C 5A La sedu ctora varia nte 34. ...


26. 0 3 0 D3C TxC ( 3 5 . PxT AxP+ 36. R 2T

76
A2A; o bien 3 5 . TxC PxT 3 6 . PxT 43. T4- 7 D A4A
AxP+ 3 7 . R 2T P 7 R ) se ría con­ 4 4 . TxP C P4T
testada con 3 5 . TxA!
M e rece ser observado que las
35. T7 R C 5A torres dobladas e n la sépt i m a
36. T4T CxPT horizontal no t i e n e n la suficiente
fue rza pa ra decidir.
O bsé rvese que las negras
qu ieren, e n cualquier ca so, con­ 45. P4T
serva r el pa r de a lfi les. Por ello
prefieren esta va ria nte a 3 6 . ... La s blancas no puede i m pedir
AxC 3 7. PxA CxP. Por otra pa rte, la m a n iobra que sigue, toda vez
la j u gada del texto defiende indi­ q u e a 4 5 . T3C segu iría 45 . ...
recta mente el a lfil, toda vez que A7A.
si 3 7 . TxA, sigue 37 . ... C 7 A+.

37. PxC AxC+


45 . ... A6 D
38. R 2T A7 D
46. T7C - 7 D P7R
39. T4AR A2T
47. TxA P 8 R=D
40. T4D
48. TxD AxT
No 40. T4- 7 A, por 40 . ... A 1 C .

40 . ... A 1 C+ E l fi n a l está ganado fá cilm ente


41 . R 1 C A2T+ para las negras. S ig u i ó todavía
42. R2T T1 C R 49. T5D R 2T 50. R 3 C R3C. 5 1 .
R4A T1 C 52. T5C T1 R 53.
Las negra s han repetido j u ga­ T5 0 T5R+ 54. T4D TxT+ 55.
das pa ra gana r tiem po. A hora se RxT A7 0 56. R 4A AxP . Las
i n icia la fa se decisiva . blancas a ba n dona ron.

77
SECCI Ó N 5 LA LU C H A CONTRA LA DAMA

A la pregu nta de c u a ntas piezas equ iva len a la da m a no hay n i ngu­


na respuesta concreta, toda vez que ello depende de la posición que
exista en el tablero.
E n la teoría de fin a les es sabido que la d a m a contra dos piezas l ige­
ras no puede gan a r, con escasas excepciones. La fue rza de la da m a
consiste e n s u m ov i l idad, que le ofrece pos ibles ganancias de materi a l
a través de jaques c o n a m enaza s i m u ltá nea a otra s fig u ra s no defendi­
das. C u a ndo este caso no se presenta, se desva loriza a utomá tica mente
la pote n c i a teórica de la d a m a .
H e m os dividido esta S ección en l o s sigu ientes a pa rtados:

5 A: La da m a contra dos pieza s l i geras.


5 B: La da m a contra tres piezas l i ge ras.
5 C: La d a m a contra torre y a lfil, o contra torre y cabal lo.
5 D: La d a m a contra dos torres.

La dama debe ga n a r e n el medio j u ego contra dos pieza s l igeras,


siem pre que d isponga de gra n m ov i l idad que la perm ita i nte rven i r acti­
va mente e n la l u c h a . P a ra la defensa la da m a no es a propiada, y ello
explica el hecho de que e n su lucha contra dos piezas l igeras resu lte a
menudo i nsuficiente en tal sentido.
Contra ri a m ente, la d a m a no es muy eficiente en la l u c h a contra tres
piezas l i gera s, en espec i a l cua ndo éstas pueden com b i n a r a cciones
ofensivas.
La d a m a contra torre y caba llo, o torre y a lfil, y a veces u n peón,
pueden conside ra rse com o fue rzas equ iva le ntes, pero ta m bién aquí
h a n de tenerse en cue nta com o elemento deci sivo las posibil idades de
ataque que la d a m a pueda tener.
Dos torres son m á s fu ertes que u na d a m a , si pueden actu a r conj u n ­
ta mente y el rey está bien a segu rado. S i estas condiciones no s e c u m ­
p l e n , la d a m a puede encontra rse en su eleme nto, y la práct�ca ha de-

79
m ostrado en i nfin idad de eje m plos que la da m a es su perior, especi a l ­
mente cuando la defe nsa del rey contrario es deficiente. E n t a l e s casos
la dama, con sus jaques consta ntes, tiene la i n i ciativa que en m u chas
ocasiones basta para obtener la victoria.
H e m os creído que dos eje m plos prácticos para cada u no de los ca­
sos e n u m e rados serán suficientes pa ra i l u st ra r los tem a s respectivos.
En ellos he m os tratado con preferencia desta car el j uego de las piezas,
en la form a que con m ayor frecuencia suele presen ta rse en el c u rso de
la pa rtida. N os perm iti m os especia l m e nte l l a m a r la atención a l lector
sobre los ejem plos del Apa rtado 5 C, así como de otros que ya hemos
visto a nteriormente y que nos pe rm iti m os recorda r ( véase el desa rrol lo
de las posiciones 1 , 7 , 8, o 1 3 en el comentario a la j u gada 3 3 ) .

80
5 A: La dama contra dos piezas l igeras

Posición 3 2 blancas tienen sus piezas bien


situadas. En consecu encia, las
(el bando de las piezas tiene ata­ blancas h a n de proc u ra r la deci­
que contra el rey; partida Spiel­ sión de la lucha a su favor em­
mann-Moller, Goteborg 1 920). plea ndo todos sus recu rsos a n­
tes de que el adve rsa rio mejore
su posición.

1 3 . P4TR A2 R

A 1 3 . . . P 5 C sigue 1 4 C 5 C
. .

D 3 C 1 5 . AxP, con l a a menaza


1 6 . P 5T y el ataque cont i n ú a .

1 4. CxPC D3C
1 5. CxP D Axe
1 6. PxA D7A7

M u cho mejor era sen c i l l a men­


te 1 6 . D xP. E n la casilla 7 A D la
dama no qu eda bien situada,
com o va mos a com proba r pron­
Posición después de las si­ ta m ente.
gu ientes j u gadas: 1 . P4R P4R 2.
P4AR PxP 3. D3A C3AD 4. 1 7 . A2 R
P3A C3A 5 . P4D P4D 6 . P 5 R
C 5 R 7 . A 5 C ? 0 5T+ 8 . R 1 A P4C Si l a s negras q u i e re a hora po­
9. C2D A5C R 1 O. CxC AxD 1 1 . ner en com u n i ca ción sus torres
CxA D3T 1 2. C6A+ R 1 0 , jugando 1 7 ... R 2 D , las blanca s,
.

con 1 8 . A4C+ les pondría n « u n


Es c l a ro q u e dos piezas meno­ pa lo entre l a s piernas».
res no compensan, e n c i rcu ns­
tancias norma les, la pé rd ida de 1 7 . ... C2R
la d a m a . E ste ejem plo, a sí como 1 8 . CxP4A P4AD 7
el sigu iente, sólo prete nden de­
m ostra r que en a lgu nos ca sos el L a s negra � tom a n el a su nto
ba ndo de las piezas pu ede d ifi­ m u y a la l i gera . E ra mejor 1 8 . ...

cu lta r la la bor de la da ma con­ P3AD, preparando 1 9 . . R 2A.


..

tra ria, e inc l u so logra r la victoria.


1 9. T3T! PxP7
E n la posición 3 2 las negras
tiene el rey despla zado en el Perd iendo la ú lt i m a ocasión de
centro del tablero, y además las pone r su d a m a en segu ridad. Las

81
negras tenían que haber jugado, Esta posi ción se produjo des­
por eje m p l o, 1 9 . ... R 2A 20. P 5 D pués de 1 . P4R P4R 2. C3AR
o bien 1 9 . ... D4A 2 0 . P4C R C3AO 3. P40 PxP 4. P3A PxP
0 2 0 2 1 . P 5 D , y a ú n así, la cosa 5. A4AO P30 6. 03C 020 7.
no resu lta ría fá cil. OxPA? P40! 8. PxP A5C 9. PxC
AxO+ 1 O. CxA PxP 1 1 . 0-0.
20. T3 0
La posición presenta a p roxi­
Se a menaza 2 1 . A 1 D, ganan­ m a d a mente las m is m a s ca ra cte­
do la da m a . Esta no tiene esca­ rísticas que el eje m plo anterior,
pe, pues a 2 0 . ... D 5T sigue 2 1 . pero e l j uego es m á s abierto, lo
TxP+. c u a l favorece a las blancas dada
la fá cil m ovilidad de sus a lfi les.
20. ... R 2A Es u rgente pa ra las negras a ce­
2 1 . A1 0 OxT+ lera r su desa rrollo, y pa ra ello
22. CxO debe ría n jugar 1 1 . ... D 4A ! pa ra
cu bri r el jaque 1 2 . T 1 R+ con 1 2 .
Y las negras a ba ndon a ron ... A3 R . M e nos bueno es 1 1 . ...
u na s j u gadas más tarde (22 . ... C3A 1 2 . T 1 R+ R 1 A 1 3 . A 3 R
PxP 23. PxP T0 1 O 24. A2 R P3TR 1 4. A S A+ segu ido d e 1 5 .
C4A 25. A4A R 1 e 26. T1 e T7 R , con ataque ga na dor.
P3C 27. P 6 R+ R 1 A 28. C 5 R ) .
Pero continuó:
Posición 3 3
1 1 . ... C2R?
(el bando de las piezas tiene el 1 2. AxP+! R1 A
par de alfiles y ataque contra el
rey; partida Marshall-Halper, Nue­ El fi n a l, después de 1 2 . ... R xA
va York 1 94 1). 1 3 . C S R+ es, por la configu ra ­
ción d e peones resu ltante, favo­
rable a las bla ncas.

1 3 . A3C A2C
1 4. A3 R C4A

F i ne, que a n a lizó esta partida,


y cuyos comenta rios util iza m os
a q u í fragm entari a mente, indica
que 1 4 . ... C 4 D no es mejor, a
ca u sa de 1 S . A S A+ R 1 C 1 6 .
C S R D 3 R 1 7 . TD 1 R , y l a s ne­
gras no disponen de conti n u a ­
c i ó n satisfa ctoria; p o r eje m plo,
1 7 . ... T1 R 1 8. P4A P3TR 1 9.

82
P5A D 3 A 2 0 . C 6 C R 2T 2 1 . S i 1 8 . ... R 2A, entonces 1 9 .
C4R ! , etc. CxPA+ d., segu ido de 20. CxT.

1 5 . A5A+ C30 1 9. AxT 01 0


1 6. C 4 0 20. T5 R T3T

L a posición negra padece del F i n a l m e nte puede entra r en


m ismo defecto que en el ejem­ juego esta torre, pero es ya de­
plo precedente: las torres no ma siado ta rde.
pueden entra r en j uego. Con la
jugada del texto las bla ncas con­ 2 1 . T0 1 R A1 A
vierten en i n ú t i l el i ntento de j u ­ 22. A3C A2 0
gar 1 6 . ... P 3 C, que sería contes­ 23. A3 R ! C4A
tado con 1 7. C 6 R+.
Otras posibilidades son:
1 6 . ... T1 R
1 7 . TR 1 R P4TR 1) 2 3 . ... T 1 T 24. A 5 C , segu ido
de 2 5 . A 7 R +, ganando.
C u esta la ca l idad, y con ello
las blancas qued a rá n con una 2) 2 3 . ... T3C 2 4 . TxP C 2 A 2 5 .
torre y u n a lfil a ca m bio de la A 5 A+ R 1 C 2 6 . T 7 R T3A 2 7 .
da m a . Pero 1 7 . ... TxT+ 1 8 . TxT C 4 R , gana ndo.
P4TR 1 9 . C 6 R+ R 2A 20. CxPA+
d., es todavía peor: 24. AxT PxA
25. C4R R2C
1) 2 O. .. R 1 A 2 1 . AxC+ D xA
. 26. C 5A R3A
2 2 . T8 R , m ate.
S i 26 . ... A 1 A, las blancas ga­
2) 2 0 . ... R 3A 2 1 . AxC D xA 2 2 . na ría n con 27. T8R D 5 D 2 8 .
T 6 R +, ganando. TxA, etc.

3) 2 0 . ... R 3C 2 1 . T6 R +, ganan­ 27. CxA+ OxC


do. 28. •A6 R

1 8. C 6 R+ TxC Las negras a ba ndon a ron.

83
5 B: La dama contra tres piezas l igeras

Posición 3 4

(una conocida variante de la De­ 1 1 . ... e3A


fensa lndia-Grünfeld; partida 1 2. A3 R ese
Kmoch-Prins, A msterdam 1 940).
E ra mejor 1 2 . ... C4T. La j u ga­
da del texto forza rá el ca mbio de
u no de los a lfiles blancos, pero
ello permititá la a pe rt u ra de la
co�u m na A R , que pronto se con­
vert i rá en preocupa nte.

1 3. 0-0 e7A
1 4. TD 1 D exA
1 5. Pxe P4AD?

U na j u gada errónea, q u e pro­


picia un rá pido fi n. Pero de toda s
formas, con otras j u gadas m á s
precisas ta m poco ca m b i a ría e l
signo d e la pa rtida.
Las ju gadas precedentes fu e­
ron las siguientes: 1 . P4D e3AR 1 6. e s e R !
2. P4AD P3eR 3. e3AD P4D
4. e3A A2e 5. D3e PxP 6.
E l P A R de las negras y a n o
DxPA 0-0 7. P4R P3e? 8. P 5 R !
puede defenderse, y el ava nce
A3 R 9 . PxC AxD 1 O. PxA RxP
práctica m e nte forzado del P R
1 1 . AxA.
preci pita el final d e la l u cha.

Las blancas está n mejor. U n 1 6. ... P3R


1 7 . TxP+!
poste rior a ná l isis d e esta posi­
ción de m u estra que las negras
no pueden em prender ninguna Las negras aba ndona ron, toda
acción i m porta nte, m ientras se vez que si 1 7 . ... TxT 1 8. CxPR+
evidencian pa ra este bando cier­ gana la dama, m ientras que 1 7 .
tos pe ligros. U no de e l l os es ... R 3T 1 8 . TxPTR+ condu ce a l
causado por la debilitación del m a te: 1 8 . ... R xC 1 9 . P4TR+ R 5 C
fiancheto-enroqu e, y por otra ( 1 9 .. R 3A 20. T.1 A R m a te) 20.
. .

pa rte, el peón en 3 C D ofrece A 2 R+ R 6C 2 1 . C 4 R m ate ( o bien


otra debi l idad pa recida al ca re­ 20 . ... T6A 2 1 . AxT+ R 4A 2 2 .
cer del a lfi l de casillas bla ncas. T 7 A R + D 3 A 2 3 . P4C R , m a te.)

84
P osición 3 5 que continuó: 1 8 . ... P4T! . 1 9.
C 5 R - 7 D+? R2C 20. AxP TR 1 A D .
(el rey del bando de la dama está L a s negras h a n podido poner en
inseguro; partida Fine-Grünfeld, juego esta torre. La pa rtida fina­
Ams terdam 1 936). lizó así: 2 1 . R 1 C A6A! 22. T4 R
AxP! 2 3 . R xA D 7 D+ 24. R 1 C
P4C 2 5 . A3<t 0 6 0+ 2 6 . R 1 T
D 6A+, con em pate por jaque
perpetuo. •

Ta m bién riespués de 1 8 . C 5 R
P4T! 1 9 . AxP m a ntienen las ne­
gra s cierto cbntrajuego, seg ú n
F i ne: 1 9 . ... T 1 A 20. R 1 C A 2 R
2 1 . TR 1 D R 2 C 2 2 . C 5 R - 7 D
TR 1 D .

L a j u gada d e l texto pone las


cosas aún m á s difíciles pa ra las
negras.

1 8. ... T1 A
Se l lega a . esta posi ción des­ 1 9. R 1 C P4T
pu és de las sigu ientes j u gadas: 20. TR 1 D A2 R
1 . P4D P4D 2. C3AR C3AR 3.
P4A P 3 R 4. C3A PxP 5 . P4R A menaza no sólo ga n a r u na
A5C 6 . A5C P4A 7 . P5R PxP 8. pieza con 2 1 . . . . AxC 2 2 . AxA
D4T+ C3A 9 . 0-0-0 A2D 1 O. D 4A R +, sinó ta m bién 2 1 . ... R 2 C,
C4R A2 R 1 1 . PxC PxP 1 2. A4T seguido de 22 . ... TR 1 D. Pero las
C5C7 1 3. DxCI AxD 1 4. CxPA+ blancas resuelve n el caso de for­
R 1 A 1 5 . TxP D4T 1 6. CxA+ ma sencilla y al propio tiempo
R 1 R 1 7. C6A+ R 1 A. refuerzan su posición.

Dada la i nsegu ridad de la posi­ 2 1 . C 7 D+ R1 R


ción del rey negro, el ba ndo de 22. A3C R
las pieza s tiene clara ventaja, ta l
vez decisiva .

1 8. AxP ! M a nte n iendo la presión. Con­


tra ria m ente, con 22. AxA R xA
Las blancas todavía tienen 2 3 . C 7 D - 5 R TR 1 D las negras
tie m po pa ra com pleta r el desa­ com pleta ría n su desa rrol lo.
rrollo. Algo pre m a t u ro es 1 8 .
C 5 R , q u e se j u gó en u na partida 22 . ... T1 C R
G ereben-G root, M u nich 1 9 3 6, 2 3 . P3TR
85
P a ra no perm iti r � 3 . ... T 5 C . de l a s negras 2 6 . ... D 4A R + 2 7 .
R 2 T T3A, sería refutado con 2 8 .
2 3 . ... T2C C 5A !

J ugada necesa ria para poder 2 7 . A5 R I


seg u i r eventua l m e nte con P3A y
P4R . E l i nicio d e u na bonita combi­
nación.
24. P3T
27. ... TxP
J ugada a l pa recer poco i m por­ 28. TxAI DxT
ta nte, pero que en rea lidad es 29. C6A+ R2R
muy fi na. La intención es, como 30. T7 D+ R1A
F i ne indicó más ta rde, dar u na 31 . A6D+ DxA
casilla de escape a l rey bla nco 32. TxD TxP
para prevenir un posible jaque 33. T3 D
por la da m a negra en su casilla
4AR . Con tres piezas a ca m bio. de
u na torre y dos peones las blan­
24 . ... P4C cas tienen ganada comoda men­
te la pa rtida. É sta continu ó:
En busca del contrajuego.
33. . .. R 2 R 34. CxP T8AR+
25. A3C P5C 35. A 1 D ! T 1 CR 36. C4D P4R
37. C6A+ R3R 38. R 2T TxA 39.
M ejor era 25 . ... D 3T 26. A 5 R TxT T4C 40. C4A+ PxC 4 1 .
TxP 2 7 . C 6 A+ R 1 A 2 8 . CxP TxP, C4D+ R 3A 42. T1 AR T4TD+
con cierto contrajuego pa ra las 43. R 1 C T5T 44. C3A T5 R 45.
negras, según F i ne. T1 R T3 R 46. TxT+ PxT 4 7 . R 2A
P4R 48. R 3 D R4A 49. C 2 D
26. PxP AxP R4C 50. R4R R 5T 5 1 . R x P RxP
52. RxP . La s negras a ba ndona­
E l i ntento de ataque por pa rte ron .

86
5 C: L a d a m a contra torre y alfi l , o torre y caballo.

Posición 36

(el bando de las piezas tiene ven­ P5D C 1 R 1 0. P3TR C4R 11.
taja en la posición; partida Naj­ 03C A1 A 1 2 . A2 R P3AD 1 3.
dorf-Ragosin, Saltsjobaden 1 948). 0-0 PxP 1 4.CxP D C3AD 1 5.
C3AR C 3 D 1 6 . T1 O A3 R 1 7.
D3T CxP! 1 8 . C 6A+ CxC 1 9.
TxD TRxT) .

U na torre, u n caba l l o y u n
peón es, por lo genera l , a m pl i a
com pensa ción p o r u na dam a . E n
nuestro eje m plo s e a ña de toda­
vía u na pequeña ventaja posicio­
nal que pe rmitirá, como m í n i m o,
u n próx i m o avance del PR de las
negra s, cuya m ovilida d ofrecerá
a este ba ndo las mejores pers­
pectivas en el j u ego.

20. A2 D?

Perm ite a las negras ga nar u n


( 1 . P4D C3AR 2. P4AD tie m po con s u C R , q u e pasa rá a
P 3 C R 3. C3AD P4D 4. C3A ocu pa r una casilla mejor. Era
A2C 5 . 03C PxP 6. DxPA 0-0 preferible 20. A 5 C R , o a ú n 2 0 .
7. P4R A5C 8 . C 5C R !? C3A 9. A3 R .

87
20. ... C5R 2) 2 3 . ... A4D 24. AJA C xA 2 5 .
2 1 . A3 R C3D D xC, y l a s blancas tendría n
22. T1 AD cierto contraju ego, si por
eje m plo las negra s siguen
1 m pide 2 2 . ... C 5A, pe ro no se 2 5 . ... AxPC 26. T 1 C A 5 D
evita la otra fu e rte evolu ción de 2 7 . D4A, etc.
dicho caba l l o que sigue en la
pa rtida. Con 2 2 . T1 R las blancas 23. ... A4D
hu biera n podido contestar a 2 2 . 24. A4A AxA
. . . C 4 A c o n 2 3 . A 1 A , pero natu­ 25. TxA P4R
ra l m ente, l a s negra s podría n se­ 26. A5C
g u i r de i n m ediato con 22 . ... C 5A
En l u g a r de esta j u gada, que
2 3 . AxC AxA 24. P 3 C D A4D, y
perm ite a la torre negra ocu pa r
el pa r de a lfi les podría desem pe­ u na casil l a mejor, e ra prefe rible
ñ a r un i m portante pa pel en el
26. A 2 D .
poste rior cu rso del j uego.
2 6. ... T8D+
22 . ... C4A 27. R2T P3TR
23. A4AR ( ?) 28. T1 A T2 D
29. A3 R P5R
E sta j u gada perm itirá gana r u n
tie m po a l a s negras en el avance Abre la d iagona l a l a lfi l y crea
de su P R . Pero las bla ncas ta m ­ a las negra s un m a gnífico pu nto
poco disponen d e base pa ra u n de a poyo en la casilla 60 pa ra
pla n sól ido q u e im pida e l domi­ sus piezas.
nio centra l por pa rte del adver­
sario. En el l i bro del torneo, Pire 30. C 1 R TD 1 D
recom ienda 2 3 . A4A D, pero las 3 1 . A5A
negra s ta m bién pod ría n seg u i r
entonces c o n 2 3 . ... AxA 24. TxA Las bla ncas no pueden i m pe­
P 4 R . La provocación de P 3 C D dir la entrada de las torres en la
de las negra s con 2 3 . ASA P 3 C colu m na abierta. S i 3 1 . A4A, se­
24. A 3 R , otra sugerencia d e g u i ría 3 1 . ... P4C R 3 2 . A 3 R
P i re, ta m poco resu lta ría m u y A 4 R + 3 3 . P 3 C R C xA 3 4 . D xC
efectiva después d e 2 4 . ... A 4 D . P4A y eventua l m e nte, 3 5 . . ..
L o mejor es, proba blemente, 2 3 . T7 D .
C 5 C , mencionado p o r K m och. 3 1 . ... - A4 R+
Por ejem plo: 32. P3C R

1) 2 3 . ... CxA 2 4 . CxA ! T3 D 2 5 . Forzado, toda vez q u e si 3 2 .


CxA C 4 D 2 6 . C5T, y las R 1 C decid iría 3 2 . ... T7 D 3 3 .
blancas ganaría n a la l a rga T 1 C ( 3 3 . T 2 A TxT 3 4 . CxT T8 D ,
un peón, nivelando el m ate­ m ate) 3 3 . ... T7 R , segu ido de
ria l . T1 D - 7 0 .

88
32 . ... T7 D 38. P4C T7C
39. R 1 D TSC+
Con la doble a menaza 3 3 . ... 40. R2D AJA!
AxPC R+ y 33 . ... AxP C D
I n iciación de un ataque decisi­
3 3 . T2A AxPC R+ vo.
34. R 2 C
4 1 . AxP C4R
Prepa ra u na a stuta tra m pa; 42. D4T
caso de que las negras sigan 34.
... AxP 35. AxA P6 R , entonces Con la intención de poner en
3 6 . D 3A! PxA 3 7 . TxT PxC=D j uego la da ma a través de 4 3 .
3 8 . TxT+ y 3 9 . DxD. D B R +. Pero ya es demasiado ta r­
de; no tendrá ocasión de a ct u a r
La s negras, en la j u gada 3 7 , eficazmente en la l u c h a .
pod ría n e l e g i r u n caba llo ( con ja­
que) en l u g a r de la d a m a . Ello 42 . ... C6A+
condu c i ría, después de 38. R 1 A 43. R2R e se+
TxT 3 9 . DxT C6A a u n final de
da m a contra tres caba l l os y dos Aquí quedó la pa rtida a plaza­
peones, que a pesa r de la venta­ da, y fue aba ndonada por N aj­
ja del m a teri a l no se ría fác i l de dorf sin rea nuda rla. Las negras
ganar, toda vez que l os caba l l os gana ría n despu_és de 44. R 2 D
no se a copla n con tota l efectivi­ C 6A+ 4 5 . R 2 R C 3 D 4 6 . D 7 D ( se
dad. Pero por otra pa rte, el rey a menazaba 46 . ... P4CD 4 7 . D 6T
blanco podría j u g a r 3 8 . R 2A! , C 5A, segu ido de C S C m ate) 4 6 .
con lo que despu és de 3 8 . ... TxT . . . c a e+ 4 7 . R 3 R TS D 48. C 4 D
3 9 . D xT el caba l l o de S R no ten­ T6 D+ 4 9 . R 4A C 7 R + 5 0 . CxC
d ría escape. T6AR+ 5 1 . R 4C P4 T, m ate.

34. ... A4R I


35. R 1 A TxT
Posición 3 7
U na pequeña inexactitu d . N o
era preciso ca m bia r a las blan­ (el bando de la dama al a taque,
cas, ésta mal situ ada torre. M e­ partida Euwe-Grünfeld, Zandvoort
jor era 3 5 . ... TS D ! 1 936).

36. CxT TBD+ ( 1 . P4D P4D 2. P4AD PxP 3.


37. R 2 R C3AR P3TD 4. P 3 R P 3 R 5.
AxP C3AR 6 . 0-0 P4A 7 . D2R
N o 3 7 . R 2C p o r 3 7 . ... C 5 T, C3A 8. T1 D P4C D 9. A3C P 5A
m ate! 1 O. A2A C 5 C D 1 1 . C3A CxA
1 2. DxC A2C 1 3. P 5 D PxP 1 4.
37 . ... TBC D . P4R A2R 1 5. P 5 R C 2 D 1 6.

89
La fuerte situ ación de este a lfil
no pe rm ite a las negras, a l m e­
nos por el m o mento, dom i n a r
c o n sus torres la col u m na d e
d a m a . N o s e p u e d e expu lsar d i ­
cho a lfil sin debil ita r el e n roque.

21 . ... TR 1 R

Las negra s ha bría n hecho me­


jor j u ga ndo 2 1 . ... A 5 R , con lo
c u a l ·e ste a lfil pod ría cola bora r
en la defensa del fla nco de rey.
A hora , las bla ncas va n a i m pedir
esta posibi l idad.

CxP D 0-0 1 7 . D 5A C4A 1 8. 22. T1 R T3 R


C6A+ AxC 1 9. TxD AxD ) . 23. T3 R TD 1 R ?

Al contra rio q u e e n l a posi ción P roba blemente, u n e rror deci­


anterior, aquí cada ba ndo tiene sivo. M ejor h u biera sido 2 3 . ...
sus pos ibi lidades. Las bla ncas P3T 24. A6A C 2 D ! Ta m bién 2 3 .
pueden orga niza r el ataque con­ . . . C 6 D era preferible a la j u gada
tra el enroque, a cuyo efecto el del texto.
P R puede coopera r eficazmente;
y las negras obtendrán el domi­ 24. P4TR
nio de la col u m na de d a m a , con
su pe rioridad m a n ifiesta en este Ahora las bla ncas, en caso de
sector. La posesión de un punto 2 4 . ... T3C R , pod ría n con testa r
de a poyo en la casilla 60 signifi­ con 2 5 . P 5T.
ca pa ra las negras un i m porta nte
deta l le. 24. ... P3T
25. A6A!
20. C5C
D ecisivo. Se a menaza 2 6 .
O bl iga a las negras a despren­ T3 C R P 3 C 2 7 . TxP+, etc.; y si
de rse del par de a lfiles, toda vez 25 . ... PxA 2 6 . PxP, con la doble
que u na debil itación en el e n ro­ a menaza D 4C+ y D xC . A obser­
que fa cilitaría al adversa rio su va r que 2 5 . ... C 2 D se ría u n gol­
tarea, dada la ventaja que repre­ pe en el va cío a c a u sa de 2 6 .
senta su m ate ria l . T3C R , toda vez q u e el rey bla nco
tiene u na casilla de escape ( 2 6 .
20. ... AxC ... CxA 2 7 . PxC TB R + 2 8 . R 2T) .
2 1 . AxA Aquí se puede com proba r la di-

90
fe rencia entre esta va ria nte y l a R 1 T 29. PxP, seg u ido de T3T
comentada en la jugada 2 3 . m a te (28 . R 3T 29. PxP+ R xP
. ..

30. T3C+ R 3T 3 1 . P4A ) .


25 . ... P3C
26. D4A R 2T 2 7 . ... P4A
·
21. A5C ! 28. PxP a .p.

Ata ca a l m ismo tiem po los Las negras abandona ron, a l no


peones TR y A R de las negras. h a be r eficaz defensa contra las
S i 2 7 ... PxA, sigue 28. DxPAR+
. m ú ltiples a menazas creadas.

91
5 D: La dama contra dos torres

Posición 38

(el bando de la dama tiene ataque dad, d a da su gra n m ovilidad, de


contra el rey; partida Janowski­ cre a r buenas perspectivas pa ra
Dr. Lasker, match 1 909). su bando.

E n la posición 3 8, la existencia
del peón blanco e n su casilla
6AR sign ifica u na decisiva ven­
taja .

S i gu ió:

1 . DxP7

D ecidía rá pida m ente 1 . D 5T,


con la a menaza 2 . D 6T+:

1) 1 . ... T 1 7 R+ 2 . D xT TxD+ 3 .
R xT, con u n fi n a l fá c i l m e nte
ganado.

2) 1 . ... T1 3R 2 . P5A T3 5 R 3 .
A 3 A T8 6 R 4. D 6T+, segu ido
Está a d m itido que por lo gene­ de 5 . DxT.
ra l dos torres son más fu e rtes
que la da m a . Pero en posiciones 3) 1 . ... T 1 5 R 2 . A 3 A T8 6 R 3 .
en las que el rey del bando de D xP R 1 R 4 . P4T R ; este
las torres está expu esto, a mena­ peón es m u y fuerte.
zado por jaques desde disti ntos
ángu los, la cosa cambia. La 4) 1 . ... T 1 6R 2 . A3A, entra ndo
d a m a tiene entonces la posibili- en el fi nal de 1 ) .

92
1. ... T87 R+ Posición 3 9
2. RJA TxPA
J. A40 P4TO (el bando de las torres tiene ata­
4. ose e4A que; partida Euwe-Rubins tein,
5. OxP eso Mahrisch-Os trau 1923).
6. AJ R

I m pidiendo 6 . ... C 8 R +, segu ido


de TxPC+.

6. ... P40
7 . A2 0!

Se a menaza de nuevo 7 . . . .

C 8 R + 8 . DxC P 5 D 9. D4C+ P4A.


Con la j a gada del texto las bla n­
cas m a ntienen la posi ción a su
favor.

7. ... P4A
8. R Je e8A7
( 1 . eJAR P40 2. P40 eJAR
E ra prefe rible 8 . ... P 5 D , a u n­ J . PJ R P J R 4. AJ O P4A 5.
que ta m bién ganaban las blan­ PJeO eJA 6 . 0-0 AJ O 7 . A2e
cas con la l ínea de juego si­ 0-0 8. PJTO PJeo 9. e 5 R
gu iente; 9 . P5A! ( a menaza 1 O. A2e 1 0. e2D 02R 1 1 . P4AR
A6T+ R 1 C 1 1 . D 5 C ) 9 . ... C8A TR 1 O 1 2. TJA e5R 1 J. T3T
1 0. A6T+ R 1 C 1 1 . D 5 C T 1 D 1 2 . P4A 1 4. Axe P OxA 1 5. 0 5T
D 1 A CxPT 1 3 . D 4A R ! o bien 9 . Axe 1 6. OxPT+ R2A 1 7 . PAxA
. . . C 4 R 1 O . A6T+ R 1 C 1 1 . D 5 C T 1 T 1 8. OxT TxO 1 9 . TxT) .
T1 D 1 2. D 1 A P6D 1 3. D 1 R P7D
( 1 3 . ... C 3 A 1 4. D 4 R ) 1 4. AxP La s torres deben actu a r con­
T7xA 1 5 . D xC, y la ventaja de j u nta m ente pa ra poder obtener
las bla ncas es sufi cie nte para el m á x i m o provecho de su pode­
ganar. río. Esta condición no la ofrece
esta posición, y pa ra logra rla, las
9. Axe blancas h a n c fo i n te ntar T1 A R y
T4A.
La s negras a ba ndonaron, toda
vez que después de 9 . ... TxA 1 O . · 1 9 . ... A3T
D 2 D l a s negra s pierden su ú lti­
m a espera nza, el peón l ibre de El mejor con traju e go. Se i m pi­
dama. de T1 AR, y a l propio tie m po se
evita que el caba l l o se sitúe en la
casilla 60 vía 4AD .

93
20. e 1 A 0 2 0 ( ?) 27. P3T

Después de esta i m precisa ju­ Es c l a ro que a 2 7 . PxP segu i ría


gada la ventaja se rá pa ra las 27 . ... P6 R .
blancas. J u sto era 20. AxC TxA
2 1 . D 4C, y a hora no va ldría 2 1 . 27 . ... PxP
... T4A a ca usa de 2 2 . PxP!
A m e naza 28 . ... P 7 R .
2 1 . T1 O
28. e3e P7R
Sacrificio de u n peón pa ra me­
P a ra poder conti n u a r con 2 9 .
jora r el juego conj u nto de las
. . . C 6 R ; pero a hora el ataque d e
piezas bla ncas.
l a s bla ncas resu lta rá i m pa ra ble.
Algo mejor era 2 8 . ... C3A.
21 . ... exP R
22. P S O !
29. exP-2R e6R
30. TSe P3e
E l caba l l o queda atacado por
31 . e4A 02R
el a lfil de las blancas, y como
32. TxPe !
consecuencia, las negra s no po­
drá n i m pedir la a pe rtu ra de la
R efu tación definitiva a la juga­
colu m na de da m a .
da 2 8 de las negras. No va ldría
a hora 32 . ... D xT por 3 3 . T 7 C+
2 2 . ... ese
R 1 A 3 4 . C 6 R , m ate .
23. PxP+ OxP
24. T8- 8 0
32 . ... C4A
33. T6AR+ R1 e
E l objetivo y a ha s i d o conse­
34. TxA+ OxT1 R
gu ido, y las blancas ya a m e na­
35. Txe P6R
zan 25. T 1 - 7 0+, gana ndo de in­
36. T5e+ R 2T
mediato.
O bien 3 6 . ... R 1 A 3 7 . C 6 C+
24 . ... A4e
R 2A 3 8 . C8T+ R 1 A 3 9 . T5 R , ga­
25. P4A A1 R
nando el P R negro, y con ello el
26. T1 5 0 P5A!
resto se ría fá c i l .

E l mejor contraj uego pa ra las 3 7 . TST+


negras. La jugada 2 6 . ... C3A
costa ría, como m ín i m o, u n peón. Las negras a ba ndona ron, toda
Con la j u gada del texto las ne­ vez que despu és de 37 . ... R 1 C
gras intenta n crear u n peón libre, 3 8 . T8T+ las blancas ganan la
que se ría muy peligroso pa ra el da m a .
adversa ri o.

94
TO MO 1 1
F O R MAC I O N D E L C E NT R O
I NT R O D U C C I Ó N A LOS T O M O S 1 1 a l V

E l fran cés P h i lidor, maestro en ajedrez y m úsico, contem porá neo del
siglo XVI I I , dijo una vez que l os peones e ra n e l a l m a del ajedrez. Desde
entonces h a n transcu rrido casi dos siglos, y si bien es cierto que los
puntos de vista estratégicos y tácticos en ajedrez se han m odificado
profu ndam ente, la fra se de P h i l idor m a ntiene su va l idez en la a ctuali­
dad. Ta m bién hoy los peones son tan i m porta ntes, que en esta serie de
doce tom os opinamos que por lo menos cu atro de ellos está n dedica­
dos a confi rm a r ta l aserto.
E s necesario exa m i n a r las posiciones con peones desde diversos
ángu los. En pri m e r lü ga r debe conside ra rse con atención la posición de
los peones en e l centro. Por esta causa, quere m os en este segundo
tom o observar con m u cho cu idado las posiciones con peones situados
en las casillas centra les, o sea P 4 R , P4D, ta nto pa ra las bla ncas como
para las negras, en las cuales los citados peones dese m peñan u na mi­
sión primord i a l .
E n el tercer t o m o exa m i n a re m os posiciones en las cua les l o s d e m á s
peones cu m plen m isiones ta n i m porta ntes como l o s del centro. N or­
m a l m ente, la lucha se desa rrol la entonces en toda la su pe rficie del ta­
blero.
Dedica m os el c u a rto tomo a l trata miento de la lucha por las l íneas
abiertas. Ta m bién entonces i nfluye la situa ción de los peones, toda vez
que u na colu m n a sólo puede abrirse mediante el cam bio de peones o
sacrificio de piezas o peones.
� F i n a l m e nte, viene en e l q u i nto tom o e l aná lisis de posiciones con
peones dive rsos, como por eje m plo peones a islados o dobla dos. Por lo
genera l estos peones son débiles, pero a menudo en l íneas a biertas o
diagonales prestan a las respectivas piezas a poyo o refu e rzo en su mi­
sión.
Tal vez sorprenda al lector que en nuestros comenta rios m encione­
mos como hecho i m porta nte e l esta bleci m iento de puntos de a poyo en
determ inadas posiciones. Quizás no sea ello fu ndamenta l, pe ro convie- ·
ne tenerlo presente y entenderlo para su eventual a pl icación.
Un pu nto de apoyo precisa l os sigu ientes requ isitos:

97
1. De be ofrecer la posi bilidad de a poyo a u na pieza propia.
2. Debe, p o r lo menos, protege rse con u n peón propio.
3. D ebe i m pedi rse, a se r posible, el hostiga m iento de u n peón con-
tra rio.
·

4. Debe, a ser posi ble, situa rse en u na casill a centra l, mejor en el


ca m po contra rio, y que pueda m a ntenerse.

I ntenta re m os dem ostra rlo a través de un se ncillo ejem plo. Después


de 1 . P 4D P4D 2. A4A R , la casi lla 4AR no tiene pu nto de a poyo, a u n ­
que el a lfil pu eda event u a l m e nte s e r protegido c o n P3 R . Existe siem pre
la posibil idad de P3AR y P4R de las negras, previa prepa ración. C on­
tra riamente, si las negras j u gasen 2 . P4A R ? , el a lfil q u eda ría bien co­
. ..

locado.

98
SECCIÓ N 1 F O R MAC I Ó N C E NTRAL S I M É TR I CA

Las form a ciones centra les sim étri cas no son, genera l mente, a pro­
piadas como base de ope ra ciones de ataque. El m otivo es fá c i l m ente
com prensible: en la mayor pa rte de los casos se producen u na o m á s lí­
neas a biertas que a m bos bandos pueden ocu pa r con sus torres ( nece­
sa ria mente, pa ra i m pe d i r la penetra ción del bando contra rio) y los ca m ­
bios s o n inevitables. Son ra ros l o s ca sos en los que las bla ncas pueden
obtener ventaja, pero natu ra lmente son posi bles si han podido adelan­
ta rse en el desarrollo.
Va m os a d iferenciar cuatro ti pos de posiciones simétricas en el cen­
tro:

A) El centro se ha roto ( a m bos peones centra les de bla ncas y


· negra s han sido cam biados) .

8) Los peones de d a m a e n e l centro ( bla ncas P4D, negras P4 0 ) .

C) Los peones d e rey en el centro ( bl a ncas P 4 R , negras P4 R ) .

D) E l centro simétrico d e cua tro peones:


1 D 1 ) el peón de rey ava nzado ( bla ncas P 4 R - P 3 D , negra s
P4R - P 3 D ) .

1 0 2 ) El peón d e d a m a avanzado ( bla ncas P4D - P 3 R , negras


P4 D - P3 R ) . La posición resu lta nte de 1 D) ofrece las mejores
posibil idades de juego.

Otras posi ciones s i métricas en el centro perm iten con m ayor fa cili­
dad el desa rro l l o de piezas, la posesión de líneas abiertas y la situ ación
de los respectivos a lfiles.

99
1 A E l centro se ha roto ( l iquidación centra l ) .

L a liqu idación centra l puede considera rse como u na fase i m porta nte
del j uego de las posi ciones simétricas. N orma lmente, no es frecu ente
en el i nicio del juego, toda vez que con a usencia de peones en el centro
es difíci l a lca nza r posiciones prom etedoras en la a pertu ra .
N os l i m itare m os a u n solo eje mplo, en el c u a l puede a precia rse el
destacado papel de las respectivas pareja s de a lfiles, ya m e ncionado e n
el t o m o 1 d e esta serie ( posición 20) .

1 00
Posición 1 gadas como m ín i mo. A l go pasa­
do de m oda, pero digno de te­
(significación de la ventaja en · el nerse. e n cuenta.
desarrollo, según análisis del Dr�
Tarrasch basado en la partida Chi­ 1 2. ... A4R
gorin-Forgacs, Nuremberg 1 906). 1 3. 030 P4AR
1 4. A5 0+ A3 R
1 5. TR 1 R R1T

Las negras se e n cuentra n ya


a nte serias dificu ltades, toda vez
que pu eden disponer sólo pa r­
c i a l m e nte de la a ctividad de sus
piezas. S i, por ejemplo 1 5 . . ..
TA 1 D , resu lta ría desagradable
1 6 . AxA+ D xA 1 7 . DxT+ TxD 1 8 .
TxT+.

1 6 . AxA OxA
1 7. R 1 C!

Evita ndo el jaque i ntermedio


en la casil l a 5AA de las negra s, y
a m enazando, en consecuencia,
( J u gadas precedentes a la po­ 1 8 . A4D.
sición: 1 . P4R P4R 2. C3AO
C3AR 3. C3A C3A 4. A4A CxP E n la pa rtida que n o s ocupa si­
5. CxC P40 6. A3 0 PxC 7. AxP g u i ó, no obsta nte, 1 7. A 5 A, y las
A3 0 8. P40 CxP 9. CxC PxC negra s, después de 1 7 . ... TA 1 R
1 O. OxP 0-0). 1 8. A 1 C D 3AD 1 9 . A3T D xPC
20. D xP AxPT, sostuvieron la lu­
Este ejem plo dem uestra como cha . N osotros segu i rem os, des­
u na m í n i m a ventaja, desa rrolla­ pués de 1 7. A 1 C! el a n á l isis del
da con j uego exa cto, puede te­ D r. Ta rrasch ( « La partida de aje­
ner consecuencias decisivas. d rez m oderna» ) .

�igu ió: 1 7 . ... 03AR


1 8 . A40 AxA
1 1 . A3 R 02R
1 2. 0-0-0 Forzado, toda vez que si 1 8 � . . .

TA 1 A seg u i ría 1 9 . D 2 A AxA 20.


A las blancas les fa lta sólo u na D xT+ etc.
jug ada (TA 1 A ) para com pleta r el
desa rrollo. Por el contra rio, las 1 9. OxA OxO
negra s precisan todavía tres ju- 20. TxO TR 1 R I

1 01
A 20 . ... TD 1 D ? seg u i ría 2 1 . 25. R1A T7 R
TxT TxT 2 1 . R 1 A, y las blancas 26. P3C R P3CD
tendría n a cceso a la séptim a l í­ 27. TxPT TxPT
nea. 28. T6T T6T
29. TxP TxP
2 1 . T3 R ! TxT
22. PxT R1 C
23. T7 D T1 R
C u riosa mente, la pos1c1on si­
En este tipo de posiciones, el gue siendo simétrica, pero las
contra-ataque es la m ejor defen­ blancas tienen ligera ventaja en
sa. e l desa rrollo y ello resu lta decisi­
vo. Podría segu ir 30. P4T T6 R
24. TxPA 3 1 . P5T T 1 R 3 2 . P6T T1 T 3 3 .
P4C P 4 T 34. P 5 C P 5T 3 5 .
Ta m bién 24. R 1 A TxP 2 5 . T6A D , y las blancas ga n a rían
R 2 D, e s u na fu erte conti n u a c ión. por la a menaza 3 6 . P6C TxP 3 7 .
P 7 C . S i 3 5 . ... P6T, sigue senci­
24 . ... TxP l l a mente 36. T3A.

1 02
1 B: E l centro con l os peones d e dama. ( P4D contra P4D)

C u a ndo existe por a m bos ba ndos un centro con los respectivos


peones de dama, a u m e ntan las posibilidades estratégicas pa ra i m pedir
la s i m p l ifi cación. N atu ra l m ente, tam poco es fácil propic i a r la lu cha cen­
tra l, y sólo en el caso de una col u m na a bierta que perm ita el enfrenta­
m iento o posible ca mbio de piezas m ayores, pu ede com pl ica rse la po­
sición. Como es lóg ico, el i ntento de i ntensificar la lucha debe i n icarse
ya desde las prim e ra s ju gadas, siendo m u y a propiada pa ra e l l o la rup­
tu ra P4AD por pa rte de las blanca s, toda vez que rara m ente es a conse­
jable e n este caso la respuesta simétrica de las negras.
·
E l pu nto de a poyo ca racterístico pa ra esta forma ción de peones
( 5A D para las blanca s, 4AD pa ra las negras) tiene cierta i m porta ncia
que, n o obstante, n o se m a nifiesta de i nmediatd. Por eje m plo, y en caso
de enroques opuestos, corto pa ra las blancas y 'l a rgo pa ra las negra s,
las bla nca s pueden i ntenta r la colocaci(>n de u n caba ll o en su casilla
5AD, precedido de los ava nces P4CO- P4TD, y orga niza r u n pel i g ro�o
ataque. Por lo general, este ataqtle es más eficaz que el que pueden ini­
ciar las negra s en el flanco de rey, toda vez que es m á s difícil pa ra este
bando el control de un pu nto de a poyo equ iva lente.

1 03
Posición 2 1 1 . C3C!

(la eficacia del punto de apoyo en S e inicia la m a rcha hacia l a


5A D; partida Maroczy-Spielmann, casilla 5AO.
Bad-Sliac 1932).
1 1. ... T0 1 R
1 2. A3 R C5T
1 3. A2 R Axe
1 4. AxA C2R
1 5. A2R C2R-4A
1 6. A5C R CxP C !?

Este p rometedo r, pero final­


mente i ncorrecto sa crificio, es
efectu ado por S pi e l m a n n al
com proba r que después de 1 7.
AxC CxA 1 8. C 5 A las blancas
tendría n u na posi ción supe rior.

1 7 . RxC P3AR
1 8. A20 C 5T+
1 9. R 1 T P4TR
La a pertu ra de este pa rtida ( 1 .
P4R P 3 R 2. P40 P40 3. PxP Pa ra i m pedir A4C de las blan­
PxP 4. A3 0 C3AO 5. P3AO ca s.
A3 0 6. C3A C R2 R 7 . O;.O
A5C R 8. T 1 R 020 9. C 02 0 20. A 1 AR 04A
0-0-0) es u n ejemplo de la m a­ 2 1 . P4AR P4C R
nera como pueden l a s negra s
evita r la simetría . L a continua­ M ejor, pero a s i m i s m o insufi­
ción indica, sin e m ba rgo, que cie nte es la cont i n u ación 2 1 . ...
a lgo fa lla en esta posición. E l si­ AxPA ind icada por S p i e l ma nn e n
gu iente desa rrollo del juego de­ e l l ibro del torneo. Podría seg u i r
m uestra que las negra s, en vez 2 2 . AxA O xA 2 3 . 0 2 0 0 6A+ 2 4 .
del e n roque la rgo, debía n elegir R 1 C ! 0 4A 2 5 . 0 2A R ! C 6 A+ 2 6 .
el m á s segu ro e n roqu e corto. R 1 T, y las negras n o tienen sufi­
ciente defensa a nte la a menaza
1 0. P4C ! 2 7 . A2C.

La pri m e ra j u gada a g resiva 22. 0 1 C! T5R


contra el recién efectu ado e n ro­ 23. 030 P5C
que, que reviste su m a i m portan­ 24. C5A AxC
cia. 25. PCxA C6A
26. T2R TR 1 R
1 0. . .
. C3C 27. T2A P3A

1 04
28. TxC I P 3 R 2. P40 P40 3 . PxP PxP 4.
C3AR A30 5 . P4A C3AR 6.
Lo m á s sencillo. Las bla ncas P5A A2R 7 . A3 0 P3CO 8 . PxP
tienen a hora dos fu ertes a lfi les PTxP 9. 0-0 0-0.
por una torre.
E l avance del PAD de las blan­
28. ... PxT cas podría signifi c a r el a isla­
29. OxP 020 m iento de su P D si las negras
30. A3T P4A hu biesen efectu ado el cam bio
31 . OxP PxP en su qu inta jugada. Como
contra pa rtida, las blancas obte n­
Y las bla ncas ga n a ron con fa­ d ría n u n a ctivo j uego de piezas.
cil idad ( 3 1 . ... R 1 C 3 2 . AxP D 2 R
3 3 . D 5C ! T7 R 3 4 . DxD T 1 xD En cuanto a l posterior ava nce
3 5 . T 1 D T2C 3 6 . A 3 D T7 A 3 7 . P 5 A D , después de 7 . ... P 3 C D de
P5A! P4T 3 8 . P4TD R 2T 3 9 . las negras, no es a conseja ble
A 1 R T7T 40. A 3 C T2AR 4 1 . prosegu i r 8. P4CD por la fu erte
A 5 R , aba ndona n) . respu esta 8 . ... P4T D .

E n la posición d e l diagra m a el
P D de las blancas está a islado y
Posición 3 es vu lnerable, pero no lo es me­
nos el PA D de las negras.
(renuncia a la simetría por el
avance del peón alfil dama; parti­ 1 0. C3A
da Tartakower-Botvinnik, Gronin­
ga 1 946). M á s seg u ro es 1 O. A 5 C R se­
gu ido de 1 1 . C D 2 D , toda vez
que la sigu iente clavada por pa r­
te de las negra s es ciertamente
m olesta .

1 0 . ..
. A5C R
1 1 . P3TR A4T
1 2. P4C R

E n é rgica jugada, pero que a l


m is m o tie m pq sign ifica una de­
bil itación del fla nco de rey. S i n
e m ba rgo, despu és de 1 2 . A 2 R
las negras tendría n la iniciativa
con la in mediata j u gada 1 2 . ...
C 5 R , o precediéndola de la pre­
pa ración P 3 A D -A3 D -C D 2 D ­
J u gadas precedentes: 1 . P4R T 1 R , etc.

1 05
1 2. ... A3C 2 1 . ... C3C!
1 3. C5R AxA
1 4. DxA P3A
1 5. A5C? Aguda respu esta a la posible
conti nuación 22. DxPD+ DxD
Perm ite a las negras, m edian­ 2 3 . TxD C 5A! 24. T5 C D T1 AR
te combi nación, forzar el ca m bio 2 5 . TxP P6C ! , y las negras ga­
de a lgu n as piezas de ataque de nan a l no va ler 2 6 . PxP por 26 . ...
las bla nca s. C6T+ y 27 . ... TxT.

M ejor e ra 1 5 . A4A.
22. TxP D3A
1 5. ... CxP! 23. T5C T 1 AR
1 6. CxPAD 24. C4R O SA
25. 0 5 0+ R1T
Ú n i ca m a nera de evita r la pér­ 26. T5T T6T R ( ?)
dida de u n peón, que segu i ría a
1 6 . AxA CxC 1 7 . AxD CxC 1 8 .
AxP CxPC. Aquí las negras ganaban rá pi­
d a m ente sigu iendo 26 . ... P3T.
Posteriormente, e n R usia se Por eje m plo: 2 7 . D 6 R T6 R ! 2 8 .
ha i nvestigado esta posición, in­ DxC TxC 2 9 . T4T TxP 3 0 .
dicando la posibil idad pa ra las D x P C D T7 D . Después de la j u ­
blancas de prosegu i r con 1 6 . gada d e l texto y a es m á s d ifícil.
PxC! AxA 1 7 . R 2 C, segu ido de La conclu sión de la pa rtida la
1 8. T1 T, etc. a nota m os sin comentarios:

1 6. ... CxC
1 7. AxA CxA 27. TxT PxT 28. C3C C 5T 29.
1 8. PxC P4A! D4R C6A+ 30. R 1 T DxD 3 1 .
1 9. TD 1 R CxD T5A 32. T1 A P3T 33. T3A
P4C R ? 34. P 5 D P 5 C 3 5 . T3 R
Las blancas ceden u n peón T4A 36. C3A T3A 3 7 . T6 R
pa ra ganar tiem pos en defe nsa R2C 38. TxT RxT 39. P 6 D ( ?)
de su desma ntelada posición. R 3 R 40. C 5 D RxP 4 1 . CxP P4T
42. C4A+( ?) R4D 43. C 3 R+
1 9 . ... PxP R 5 R 44. P4T R 6 D 45. C 5 D
20. T5 R T6A . R 7 R 46. C4A+ RxP 47.
2 1 . D5C CxP-3T+ R 8A! 48. C4A P6C
49. C2C R 7 A 50. P5T P 5T 5 1 .
A m e naza 2 2 . TxC D xT 2 3 . C4A R8A 52. C2C P6T 53.
DxP D+, gana ndo la torre de C 3 R+ R 7 A 54. C4C+ R 7 R, y las
da m a . blancas abandona ron.

1 06
1 C: E l centro con l os peones de rey.

El centro con l os peones de rey ofrece las m isma condiciones estra­


tégicas que el centro con los peones de d a m a cuando· a m bos ba ndos
h a n e n rocado por el lado l a rgo. Pero e l l o ocu rre ra ras veces. El m otivo
fu nda m e ntal consiste a q u í en procu ra r el despeje de la colu m na de
da m a , lo que d ificu lta el e n roque l a rgo. En la práctica ocu rre general­
m ente que a m bos bandos e n roca n por el lado corto pa ra poner pro nta­
mente los respectivos reyes en segu ridad, y con ello dicho m otivo de
l u c h a ca m bia radica l mente.
E l pu nto de a poyo ca ra cterístico en este centro de peones de rey es
la casilla 5 A R ( eventu a lm ente 4AR ) pa ra las blancas, el cual constituye
u na i m portante base pa ra el desa rrollo del ataque en el flanco de rey
(véase la posición 2, en la c u a l el pu nto de a poyo en 5 A D tiene el m is­
mo sentido).
Además, es fác i l de com proba r que a q u í la ru ptu ra P4AR ( P5 A R ) es
más eficaz que la ruptu ra P4A D ( P 5 A D ) que hemos visto en el aparta­
do 1 B .
Conside ra ndo ta les circu nsta ncias, pu ede ded u c i rse q u e l a si metría
en el centro de peones de rey ofrece m ejores posibil idades de l u cha
q u e e n el citado a p a rtado 1 B .

Posición 4 Esta posición se produce des­


pués de las jugadas sigu ientes:
(el a vance del PA R; según la parti­
da Fine-A lekhine, Torneo A VRO 1 . P4R P4R 2. C3AR C3AD
1 938). 3. ASC P3TD 4. A4T P3D 5.
0-0 A2 D 6. P3A P3CR 7. P4D
A2C 8. PxP CxP 9. CxC PxC

Las blancas tienen cierta ven­


taja e n el desa rrollo, y pretenden
reforza rla a h ora c'on:

1 0. P4AR

Esta ru ptu ra, que parece pre­


m a t u ra, resu lta a q u í m u y fue rte.

1 0 . ... AxA

Además de la j u gada del texto,


las negras pueden considera r

1 07
ótras dos continuaciones, pero R 3 D 1 8 . CxPC+ R 3A 1 9 . C5T
a m bas resu ltan clara mente i nfe­ R 4C .
riores:
1 7. TxA P3C
1) 1 O . ... C 2 R 1 1 . PxP AxP 1 2 . 1 8. P4TO !
AxA+ D xA 1 3 . D 3 C .
Para forza r u na debi l itación
2) 1 O ... PxP 1 1 . AxP AxA? 1 2 .
. a nte la a menaza P 5T.
D xA+ 0 2 0 1 3 . D xD+ R xD
1 4. AxP R xA 1 5 . TxP+, y las 1 8 . ... R4R7
blancas ganan dos peones.
C o n l a esperanza de q u e l a s
1 1 . OxA+ 020 blancas contesten 1 9 . T O 1 A R .
C on 1 9 . ... P4AR ( 20 . P 4 C C 2 R )
U n sacrificio de peón que pro­ la posición tendería a l equ i l i brio.
bablemente es forzado, toda vez Exacto e ra 1 8 . ... P4TD, como
que si 1 1 . ... P4C D 1 2. D 3C, y demuestra la continuación.
las blancas presionan en la co­
l u m na A R y al propio tie m po dis­ 1 9. P3C
ponen de u n eventua l P4TD .
Sencil lo, pero m u y fu erte.
1 2. OxO+ RxO A m e naza prosegu i r con 20.
1 3. P.xP R3R T1 O, no da ndo tie m po a las ne­
1 4. A4A T 1 AR gra s pa ra consolida r el fla nco de
·

da m a .
Las negra s han de toma r in­
mediata m ente medidas pa ra re­ 1 9 . ... C3A
cuperar el peón. La m a niobra 1 4 .
... C 2 R 1 5 . C 2 D C 3 A es prol ija, N o 1 9 . ... P4C R 2 0 . T5A+ R xP
toda vez que las blancas con 1 6. 2 1 . P4C, y el rey negro q u e da in­
C3A a menazaría n C40 o bien defenso . a nte m ú ltiples amena­
C 5 C+. zas.

l 5. C20 AxP 20. C 2 0 C4T


1 6. C3C!
Algo m ejor e ra 20 . ... C 2 D; en
A menaza 1 7 . C 5 A+. Es evi­ la casilla 4 TR este caba l l o q u eda
dente que las negras, por la m a la desplazado.
situación de su rey, tienen d ifi­
cu ltades. . 2 1 . T2A R3R

1 6 . ... AxA N o e s mejor 2 1 . ... P4T p o r 2 2 .


P4C D .
U na tra m pa . i 1 7 . C 5 A+ las
negra s gana ría n u na pieza: 1 7 . ... 2 2 . P 5T T1 T

1 08
S i 2 2 . ... P�C D seg u i ría 2 3 . no se puede evita r la pé rdida de
C 3 C, c o n la a menaza 2 4 . C 5A, u n peón.
difícil de responder.
La pa rtida prosig u i ó todavía:
23. TD 1 AR! 26 . ... P3T 27. TxP+ R 3 D 28.
C3A P4C R 29. C4D T 1 R 30.
Con esta jugada las bla ncas T7TR T 1 T 31 . T1 -7 A TxT 32.
logra n u na ventaja decisiva . La TxT T 1 AR 33. TxP+ C3A 34.
« agudeza » está en la sigu iente C3A R 4A 35. C2D P5C 36.
va riante: 2 3 . ..: TD 1 AR 24. T6C C20 37. TxPC R C4R 38.
P4C R C 2 C 25. PxP PxP 2 6 . T5C R3D 39. T5A T 1 O 40.
T6A+ R 2 R 2 7 . TxPC D . C3A C6D 4 1 . T50+ R2R 42.
TxT RxT 43. P3C R2R 44. C2D
23 . ... TR 1 D P4T 45. R 1 A P4C 46. R2R, y
24. C3A R2R las negra s abandonaron.

O bien 2 4 . ... P3AR 2 5 . C 4 D+ Un posterior a n á l isis del trata­


R 2 D 2 6 . P4C R C 2 C 2 7 . TxP. m iento de la posición en el cen­
tro sigue en el tomo 1 1 1 , a p a rtado
25. PxP PxP 3A2 : Form ación del pu nto neu­
26. C 5C ! rá lgico. La significación de la ca­
silla 5AR de las blancas se a n a l i­
Ahora n o va le 2 6 . ... P 3 A por za en la posi ción 1 del tomo 1 .
2 7 . CxP T3 D 28. P4C R . Por ello,

1 09
1 O: E l centro sim étrico de cuatro peones.

1 0 1 : El peón de rey avanzado ( P 3 D - P4R de las blancas contra


P 3 D - P4 R de las negras)

C u a ndo todos los peones está n todavía en el tablero, el ca mbio m a ­


sivo d e el los no siem pre e s posi ble. Por e l l o, a m bos bandos deben pre­
pa ra r un plan de ataque idóneo. Los fu nda m entos de ta l plan consisten
en:

a) ava nzar el peón de da m a .


b\ avanza r el peón de a lfi l rey.

La posibil idad i ndicada en a) ( situado el peón en la casilla 3 0 ) se


produ ce ra ra m ente en la a pe rt u ra; por lo general se presenta la oportu­
nidad en el medio ju ego. El avance del P O en la a pe rt u ra ya ha sido tra­
ta do en a nteri ores a pa rta dos; en los sigu ientes vere m os va ri a n tes en
las que el peón citado llega hasta su ca s i l l a 5 0 .
E l centro s i m étrico d e cuatro peones s e forma genera l m ente e n las
' "
apertu ra s clási cas: C u atro cabal los, l ta l iana, Espa ñola, etc. E n otras, no
se produce con tanta frecuencia. No obsta nte, va m os a dedica rle el si­
gu iente eje m plo.

1 1o
Posición 5 ·

(las negras impiden la ruptura con resu lta ría tan fu erte, toda vez
el PA R; partida Sir George. Tho­ que las negras, con el P R• bien
mas-Rubinstein, Hastings 1 922). defendido, pueden m a ntener la
tensión centra l retirando el a lfi l
hacia la casilla 3 C D . M ás senci­
l l o hu biera sido aqu í 1 1 . C D 2 D
P 3 T 1 2 . A3 R !

1 1 . ... CxC
1 2. AxC-4T P3T

M uy bien jugado. Las negras


prete nd en prosegu i r con P4C
i m pidiendo así el avance P4A R
de las bla ncas.

1 3. R1 T P4C
1 4. A3C R2C
1 5. C2D D2R
1 6. A2A

Evidentemente, con la i nten­


R 06u lta esta posición después ción de segu i r con C 3 C , retra­
de las sigu ientes j u gadas: sando la ru ptu ra P4D de las ne­
g ras. Ello no obstante, el A R de
1 . P4R P4R 2. C3AR C3AD las negra s qu eda ría m u y bien si­
3. A5C P3TD 4. A4T C3A 5 . tuado en la casilla 3CD, y por
D2R P4C D 6 . A3C A4A 7 . P3A esta ca u sa hu biera sido mejor la
0-0 8. 0-0 P3D 9. P3D C 2 R ? m a n iobra T 1 R -C 1 A-C 3 R pa ra la
1 O. A 5 C 7 C3C. estrateg ia de las bla ncas.

S i gu ió: 1 6 . ... A2 D
1 7 . TR 1 R ( ?)
1 1 . C4T
Ahora esta jugada resu lta ino­
S i n razón j u stificada las blan­ portu na. Más consecuente era
cas ren u n c i a ron en la 1 O.ª juga­ prosegu i r con el plan 1 7 . C3C
da a la ru ptu ra P4D . A hora ya no A3C 1 8 . P 4 D .

1 11
1 7 . ... TD 1 R TxT a causa de 3 1 . ... O S A+ se­
1 8. P4TD7 gu ido de m a te; y ta m poco va le
3 1 . 0 1 R TxT 32. D xT A6A+ 3 3 .
Las blancas n o tienen nada R 1 C D 6 R+ 34. R 1 A A 7 C, m a te.
que ga n a r con la a pe rt u ra d' la
colu m n a TO . Segu ía siendo con­ 3 1 . T1 C D
secuente 1 S . C3C y 1 9 . P 4 D .
U n poco m ejor e s 3 1 . T 1 A R .
1 8. ... T1 TR K m och ha i n dicado q u e 3 1 . ...
1 9. PxP PxP P4AR no va ldría por 32. P40 !
20. C 1 A(7) P4TI ( pero no 3 2 . PxP DxP ! , con ven­
21 . P3A P5T taja pa ra las negras) . Por esta
22. A2A AxA cau sa las negra s tendrían que
23. DxA P5CR ! segu i r con 32 . ... P 3A R .

C o n l a fu erte a m en a za P 6 C ! 3 1 . ... P5C!

24. PxP CxPC Todo d e m a nera c l a ra y co­


25. D3A P 6T! rrecta. Si 3 2 . PxP sigue 3 2 . ...
T 1 C D y las bla ncas tendría n m u ­
Este peón no puede ser captu ­ chos pu ntos débiles e n s u posi­
rado por las bla ncas, toda vez ción.
que a 2 6 . PxP seg u i ría 26 . ... TxP
2 7 . D xT C7 A+. La a menaza es 32. A3C P3AR
2 6 . ... PxP+ 2 7 . DxPC TD 1 C R , 33. P4A
seguido d e R 1 A. P o r consig u ien­
te, es prácticamente forzado 2 6 . N o es mejor 3 3 . A 5 D por 3 3 .
P 3 C R , quedando e l P 6 T como . . . PxP, segú n d e m uestra n l a s si­
una a me naza latente. gu ientes va ria ntes:

26. P3CR 04C 1) 34. AxT P 7 A 3 5 . D xPA D


27. C 3 R T 1 T! D 6 R 3 6 . T 1 A R A6A+ 3 7 .
TxA O S A+, y m ate a la si­
O portu n a m ente, las negra s g u iente jugada.
i m piden· a l a dversa rio e l d o m i n i o
de la colu m na T O p o r sus torres. 2) 3 4 . PxP T6T! , ga n a nd o u n
peón ( K m och, e n « R ubins­
28. CxC AxC tei n ga na » ) .
29. D2A TxT
30. TxT T1 T!! 3 3 . ... P4AR
34. R 1 C PxP
La clave de .las j u gadas prece­ 35. T1 AR
dentes. La col u m n a a bierta será
a ho ra dom inada por l a s negras, O bien 3 5 . PxP T1 A R , y las
toda vez que no es posible 3 1 . negra s g a n a n fá c i l m e nte: 3 6 .

112
D l R A 6 A 3 7 . A2A A 7 C 3 8 . 39. 04R P7R
D 2 R T 6 A 3 9. T 1 R TxP 4 0 . PxT 40. T1 R P401
DxP, segu ido de P7T, m a te (Ta r­
ta kower). C o m o q u i e ra q u e la d a m a
blanca no puede aba ndona r l a
35. ... P6R col u m n a d e rey ( por D 6 R+) esta
3 6 . 07A+ R1 T j ugada obliga a la a pe rt u ra de la
37. 0 5 0 P3AI colu m n a A D , y a l m ismo tie m po
obstruye la gra n diagonal blanca .
I niciando un espléndido rem a ­
te. 4 1 . PxP TSA

38. OxPA T 1 AO Las blancas a ba ndona ron.

113
1 02: E l peón de dama avanzado ( P4 D - P 3 R de las blanca s contra
P4D - P 3 R de las negras)

Esta formación es más esta ble que la tratada bajo 1 D 1 y a d e m á s


m u y i m portante en la práctica d e l j uego m oderno. La ru ptu ra P 3 R - P4R
es, por lo genera l , m á s difíci l que P 3 D - P4 D comentada en dicho a pa r­
tado 1 D 1 , dada la prepondera ncia de la form a ción del centro s i m étrico
de cuatro peones. C on el peón de dama situado en la casi lla propia 40
es más factible la ru ptu ra P4AD, con la c u a l el pu nto crítico de la l u cha
se desplaza a l fla nco de da m a .
C o m o fu nda m ento táctico, el ava nce P 2 A D - P4AD s e efectúa y a e n
el i n i c i o d e l juego, a fin d e q u,e la jugada P 3 R d e l a s negras i m pida e l
cómodo desa rrollo d e su A D . Esta e s la lógica en q u e s e basa el g a m bi­
to de da m a . Por ello, la forma ción de peones inicial P4A D - P 4 D - P 3 R de
las bla ncas, y P4 D - P 3 R de las negras es clásica en el fla nco de da m a .
E l trata m iento de las posiciones de rivadas d e tal forma ción ha sido
a m plia mente a na l izado por I� teoría de a pertu ras, dada la com plej idad
que presenta . Un caso especia l es el de la a pertu ra Cal le, basada en u n
posterior ava nce P 3 R - P 4 R . A q u í nos conte nta re m os con u n solo ejem­
plo que, natu ra l mente, es u n o de los m u chos m odelos de form ación
que pu eden deriva rse de ta l siste m a .

114
Posición 6 1 6. CxP CxC
1 7. Axe ARxA
(el ataque se basa en la ruptura 1 8. PxA D2A
P3R-P4R: según una partida To­ 1 9. 03A
rre- Yates, Baden-Baden 1 925).
El ava nce P4R de las blancas
ha provocado la creación de di­
ve rsos pu ntos débi les en la posi­
ción de las negra s ( P5 A D ­
P 2 C D - P4CR -3AR -3TR ) . L a j u ­
g a d a d e l texto refuerza la pre ­
sión sobre a l�uno de dichos
pu ntos, además de la a menaza
d i recta AxA, segu ido de, even­
tu a l m ente, D 5T y T3 R .

1 9 . ... AxA
20. TxA TD 1 A
2 1 . P4TR!

Decisivo. Si 2 1 . ... PxP, sigue


22. T4C+ R 1 T 23. D 6A m ate; y
( 1 . P4D C3AR 2. C3AR si 2 1 . ... P3T, entonces 2 2 . PxP
P3C R 3. C3A P4D 4. A4A P3A PxP 23. D 5T D 2 R 24. T4C .
5. P 3 R A2C 6. A3 D 0-0 7 . 0-0
C D2 D 8. T1 R P4A 9. 020 21 . ... D2R
P3TD 1 O . C5R CxC 1 1 . AxC 22. PxP R1 T
P5A 1 2. A2 R A4A 1 3. A3A 23. D3R T1 C R
P3 R ) . 24. P4A P4C
35. T1 D TD 1 D
1 4. D 2 R ! 26. T4R-4D

Prepa rando la ru ptu ra P 4 R se Las bla ncas asegura n así el


provoca u na debilita ción en la dominio de la col u m n a de da m a
cadena de peones de las negras. a bierta.
La a menaza es, en rea l idad, 1 5.
AxC seg u ido de 1 6 . P4C R . 26 . ... D4A
27. R2A T 1 AD
1 4 . ... P4CR 28. T1 TR D2R

Ta mbién despu és de 1 4. . . . Las negras han procu rado sos­


P4TR 1 5 . P3TR P 5 T, las blancas layar dive rsa s a m enazas en las
tendría n ventaja con 1 6 . P4 R . ú lt i m a s ju gadas, pero a hora ya
no hay nada m ej or. Ta l vez era
1 5. P 4 R PxP preferible 2 8 . ... T2 C, a u nque

115
después de 2 9 . T8D+ T 1 C 30. 29. TxPT+ RxT
DxD TxD 3 1 . T7 D queda u na po­ 30. D3TR+ R3C
sición desespe rada. Después de 31 . D6T+ R4A
la ju gada del texto las bla ncas 32. D7T+ T3C( R 5C )
dan mate en cinco j u gadas. 33. D3T mate.

Los eje m plos de esta sección 1 no s e adaptan a u n tratam iento d e


tipo ú n i co en l a a pe rt u ra. E n l a s posic iones 2 y 3 hem os seguido la va­
ria nte del ca m bio de la Defensa F ra ncesa ( 1 . P4R P3R 2 . P4D P4D 3.
PxP PxP). En las restantes posiciones a n a l izamos la l u c ha con los peo- ·
nes de dama simétricos en el centro. Quere!1lOS significa r con e l lo que
pa ra conocer a fondo dichas a pert u ra s es p reciso estudiarlas con cierta
·cantidad de pa rtidas en las que se pra ctiquen las citadas varia ntes. Lo
m is m o vale ta m bién pa ra las demás posi ciones centra les que en esta
sección 1 se han tratado m á s profu nda m e nte, en com pa ra c ión con
otros apa rtados pre cedentes. Sin e m ba rgo, quere m os insisitir que es
en la práctica de la partida, cuando se presentan con cierta frecuencia
los temas tratados, donde se consolidan los fu ndamentos i m portantes
que hemos venido estudia ndo.

116
S EC C I Ó N 2 VENTAJA PO S I C I O NAL E N E L C E N TRO

Existe u na nota ble d ife rencia entre la ventaja posicional y la ventaja


material en el centro. La ventaja m ateria l se refleja en los casos en q u e
u no de los ba ndos t i e n e n su pe rioridad de peones centrales, m ientras
que la ventaja posicional consiste genera l mente en u na mayor m ovili­
dad de d i chos peo nes. La consecuencia es que las blancas ( s u pon iendo
que corresponda a este bando la iniciativa, l o que ocu rre norm a lmente
en la m a yoría de l os ca sos) tienen mejores posibi lidades de em plaza-_
m iento pa ra su s piezas.
B ajo este supuesto trata rem os en esta sección los tres ca sos si­
gu ientes:

1 . Las blancas h a n a l ca nzado, por lo menos con u no -de los dos


peones centra les, la q u i nta fi la horizonta l.
2 . Las bla ncas tienen situados a m bos peones centra les en la cuar­
ta fi la h orizonta l, enfrentados como m áxi m o a u no de los peones adver­
sa rios.
3. La s blancas tienen un peón centra l en la cuarta fi la horizontal, y
las negra s n ingu no.

E ntonces su rge la d ife rencia entre:

2 A: Posiciones sól idas.


2A 1 : Formaciones de ru ptu ra e n el enroq u e corto ( con a per­
tu ra de u na línea ju nto a los peones centra les) .
a) El peón de rey avanzado ( B l a n cas P 5 R , negras P3 R ) .
b ) E l peón d e dama avanzado ( blancas P 5 D , negra s
P3R).
2A2: Otras form aciones de ru ptu ra (véase tom o 3 )
( se trata a q u í de posiciones sin líneas abiertas ju nto a
l os peones centra les, por ejem plo P4 D - P 5 R pa ra las
bla ncas, y P 4 D - P 3 R pa ra las negras) .

117
2 B: Posiciones semi-sól idas.
28 1 : F lexibil idad en el centro ( bla ncas P 4 R - P4D, negra s
P3 D-P4R ) .
2 8 2: D iversas posiciones sem i- sólidas.

2 C: Posiciones central es móvil es.


2C 1 : El peón de rey m óvil ( bla ncas P4R , negras P 3 R , con la
col u m na de dama abierta) .
2C2: E l peón d e da m a móvil ( bl a n cas P 4 D , negra s P 3 D , c o n l a
colu m na d e rey abierta) .
2C3: E l centro m e d i o ( véase t o m o 3 ) . ( Se refie re a posiciones
centra les, como blancas P4D, negras P 3 R ) .

C o m o y a s e ha indicado e n la introdu cción a este tomo, sólo s e tra­


ta n en el m ismo posiciones e n las c u a les la acción ocu rra e n el sector
centra l del ta blero. E n las posiciones 2A2 y 2C3 n o concu rre esta c i r­
cu nsta ncia, y por ello se verá n en el tom o 3 .
Pasa m os a comentar prácticos ejem plos ca racte rísti cos c o n l a s ci­
tadas posibil idades. Antes, todavía u na conside ración genera l .
El ba ndo q u e d isponga de mayor l i be rtad d e m ov i m i entos debe evi­
ta r en lo posi ble el ca mbio de piezas, seg ú n prescribe u na conocida re­
gla. Al efecto, las blancas han de procu ra r u n fá cil y adecuado despla­
za m iento de süs piezas, m ie ntras las negras, por lo genera l e n defensa,
i ntenta rá n cambios, en especial de piezas de tipo l igero.
Por consiguie nte, evita ndo la s i m pl ificación, las bla nca s e l i m i na n
posi bil idades d e que incluso la i n iciativa ca m bie de m a n o e n determi­
nado m omento.

1 18
2 A: Posiciones sólidas

2A 1 : Formaciones de ruptura en el enroque corto ( con ape rtu ra de


u na línea j u nto a los peones centra les) .

a) El peón de rey a vanzado

Esta posición es determ i nada por la situación del PR blanco e n la


casi lla propia 5 R , el PR negro en su casilla 3 R , y la col u m na de da m a
abierta, l o q u e norm a l me nte se considera ventajoso pa ra las blancas. S i
las negra s h a n e n roca d o por el lado corto, las bla ncas tienen la oportu­
nidad de organ iza r un ataque di recto sobre el fla nco de rey. La situa­
ción del P R blanco e n la casilla 5R dificu lta a las negras la defensa o
control de su casil la 3 A R . Consecuentemente, las blancas han de pro­
c u ra rse a s i m ismo e l d o m i n i o de su casilla 4 R como pu nto de apoyo.
Por ello es a considera r por las negras, e n tales circu nsta ncias, el
e n roque l a rgo. N atu ra l mente, ta m bién este e n roque tiene sus i nconve­
n ientes ( s u casilla 3 0 ! ), pero no son de cará cter decisivo. En com pe n­
sac i ó n las negras tienen, por lo regular, el dom i n i o de los pu ntos de
a poyo q u e ofrecen sus casillas 4 0 y 4AR, m a yormente si el cam bio de
piezas es m asivo. Ta m bi é n la a pertu ra de la colu m na AR ( m edia nte
P3A R ) puede ofrecer en ciertas circu nsta ncias im portantes ventajas
pa ra las negras.

1 19
Posición 7

(las perspectivas de a taque de las 1 0. .. . A2 R


blancas, según la partida Euwe­ 1 1 . D2R C3A
Mattison, La Haya 1 928). 1 2. T 1 D C4D

C on otras j u gadas ta m bién po­


d ría n las blancas reforza r su po­
sición. Después de 1 2 . D 2A es
. ..

posible 1 3. A 5 C R , toda vez que


el ca m bi o de los a lfiles represen­
ta ría u na debil itación de la de­
fensa de las negras, y ade m á s,
por corre lación, de la casilla 3 D .
A 1 2 . ... A 2 D pod ría segu i r sen­
c i l l a m e nte 1 3. C 4 R , y si 1 3 . ...
P3TR , entonces 1 4. C 3C, con la
a m enaza 1 5 . D 4 R .

1 3. A4R I

Decisivo, toda vez que s i 1 3 . ...


C 3 A - 5 C 1 4. P3TD CxC 1 5 .
PCxC C 4 D 1 6 . D 2A las negras
perdería n, como m ín i m o, u n
( 1 . C3AR P4D 2. P4A C3AR peón ( se a menaza ría 1 7 . AxP+ y
3. PxP CxP 4. P4D P3R 5 . P4R al m ismo tie m po 1 7 . P4A) .
C3C 6. C3A A2 R 7. A3D 0-0 8.
0-0 P4AD 9. PxP AxP 1 O. 1 3. ... CxC
P5R). 1 4. AxP+ R1 T

L a posición ideal d e ataque N o 1 4 . ... R xA 1 5 . D 2A+, y la


pa ra las bla ncas. Se a menaza de da m a negra esta ría perdida.
i nm ed iato el deci sivo sac rificio
de a lfil 1 1 . AxP+ R xA 1 2. C 5 C+ 1 5. PxC D4T
R lC 1 3. D 5T, etc. 1 6. A2A DxPA

1 20
1 7. D4R P3e
1 8. e se !

A m e naza 1 9. D 4TR+, segu ido


de m ate, m ientras que 1 8. ...
AxC 1 9 . AxA DxP fra casa tía por
20. DxD+ CxD 2 1 . A6A+.
·
1 s. ... ose
1 9. exPA+ TxC
20. DxP T2e
21 . D ST+ R1 e
22. A6T A1 A

Se a me naza ba '2 3 . D 8 R + A 1 A
2 2 . f-. xT R xA 2 3 . D 6C+, segu ido
de m a te. 23. e s e

23. AxT AxA R eshevsky indica a q u í l a s si­


24. T3 D guientes interesa ntes varia ntes:

Las negras abandonaron. 1) 2 3 . A 2 R AxC 24. AxA D 5T! ,


con fuerte ataque de las ne­
gras. Por ejem plo: 2 5 . P 3 C R
AxP+ 2 6 . R 2C AxP! , etc.

2) 2 3 . CxP AxC 24. PxA D 2T


Posición 8 2 5 . C 4A DxP, o bien 2 5 . ...
AxP+.
(un ejemplo de valor táctico; las
negras logran contrajuego · con 3) 2 3 . C 6 D AxC - 3 0 24. PxA
P3A R; partida Landau-Reshevsky, TxT! 2 5 .DxT ( 2 5 . PxD TxT+
Kemeri 1 93 7). 2 6 . A 1 A T 1 R 2 7 . e s e C 3A,
y l a s negras deben ganar)
Desde e l pu nto de vista estra­ 2 5 . ... D 3 A 2 6 . D 3 R AxC 2 7 .
tégico tienen a q u í l a s blancas las D xA DxD 2 8 . PxD T 1 D 2 9 .
mejores perspectivas: la posi­ A5C C3A 30. A6A R 1 A 3 1 .
ción negra está seri a me nte debi­ R 1 A T 1 A 32. A5C C4D, y
l itada en a m bos fla ncos. Pero las negras tendrían todavía
táctica m ente la cosa es disti nta posibilidades de ganar.
principa l m e nte por la posesió �
del pa r de a lfiles por pa rte de las 23. .
.. P3A
negras y la posibi l idad de con­ 24. PxP
tra-ataque por l a col u m n a a lfi l
rey. C onsecuencia de las jugadas

1 21
precedentes. N o son m ejores 25. RxA°
otras posibilida des, a u nque pue­
den ser conside rada s, como se Algo mejor e ra 2 5 . R 1 T TxP .
indica en el l ibro del torneo: N o v a l e segui r26. exPTD TxT
2 7 . TxT A 6 R ! 2 8 . T 1 R Axe 2 9 .
1) 24. e4R PxP 2 5 . e D 6 D ( a D xA T8A+, ganando l a s negras
2 5 . CxPT, o bien 2 5 . exP R , la dama.
segu iría 2 5 . ... Axe 2 6 . AxA
AxP+ 2 7 . R 1 T D 5T) 2 5 . ... 25. ... DxP+
Axe-:- 3 0 26. exA TxT 2 7 . 26. C3A
D xT D xe 2 8 . AxP D 3 e ! , ga­
na ndo. A u na j u gada del rey seg u iría
m a te en dos j u gadas como m á ­
2) 24. AxP Pxe (o tam bién 24. x i m o.
... PxA 25. DxP+ D2e) 2 5 .
AxC AxPA+ 2 6 . R 1 T AxP+ 26 . ... AxC
2 7 . R xA D 2 C D+ 2 8 . R 1 A 27. PxA DxPA+
D 8T+ 2 9 . R 2 R D 5 R , y el 28. R1 C T5A!
m a te es i m pa ra ble. 29. DxT CxD
30. A1 A T4A!
24 . ... AxPA+!I 31 . TB D+ R2C
32. T7 D+ R 3T
U n trueno que despierta a las
blancas de su dorado sueño. ·
Las blancas a ba ndon a ron.

1 22
b) El peón de dama avanzado

U na considera ción su perficial es suficiente pa ra com proba r que las


posic iones de este tipo ofrecen parecidas ca ra cterísticas a las comen­
tadas en a), « E l peón de rey ava nzado» . La ú nica diferencia consiste en
que, en luga r de un peón situ ado en la casilla 5 R , aquí está en la casilla
5 0, m ientra s que el punto de apoyo es la casilla 40 en lugar de l a casi­
l la 4 R . Pero sin e m ba rgo, el tema con e l P O avanzado presenta otros
problemas. El principal consiste en la situ a ción de a m bos reyes. N or­
m a l mente, estos quedan en segu ridad en el <dado corto», y consecuen­
temente, las posibil idades de ataque sin el apoyo d i recto del P R son
más redu cidas. En comparación, las blancas pueden eje rcer u na pre­
sión de bloqueo más constante sobre la posición central del adversa rio,
tema principal en esta formación.
D os eje m plos clásicos como demostración:

1 23
Posición 9 No es conveniente efectua r de
i n m ediato la ru ptu ra P 5 C R . An­
(la técnica del bloqueo; según una tes es necesa rio asegu ra r el ple­
partida Tarrasch-Marco, Viena n o dominio de esta casilla. El
1 898). ataque se i rá desa rrolla ndo de
m a ne ra pau latina.

21 . ... 01 o
22. A3C P 5T
23. R1T T1 T
24. TD 1 R I

U n típico eje m plo posiciona l.


Las blancas no q u ie ren perm itir
el c a m bio de torres. E s sabido
que todo ca m bio o s i m plifica­
ción favorece a l ba ndo que tiene
me nos expa nsión, y a q u í las
blancas lo evita n, de acuerdo
con la conocida regla. Así, la si­
tuación de las negra s resulta rá
todavía más incómoda.

Aqu í podem os com probar que 2 4 . ... C1 R


no solamente el P O situado en
50 presiona la posición negra, si Este caballo pasa a cu brir e l
no que ta mbién cola bora a este P O propio pa ra fa cilitar e l posi­
bloqueo el PAR situado en la ca­ ble desplaza m iento del a lfil si­
silla 5 A R . Ello dificu lta enorme­ tuado en 2 R . Tam poco sirve 24.
m e nte las posibil idades de con­ ... PxP 25. PxP T6T, a ca u sa de
trajuego a las negras, que sólo 2 6 . C4A AJAR 27. C 5T, etc.
disponen de una redu cida opor­
tunidad en el flanco de d a m a, de 25. C4A AJAR
difíc il progreso por fa lta del es­ 26. C 6 R
pacio preciso.
G ol pe decisivo. A 2 6 . ... PxC
En la conti nuación el D r. Ta­ seg u i ría 2 7 . PAxP, con ataque
rrasch m aterial iza de form a ins­ s i m u ltá neo a l A2 D y a l C 2TR .
tru ctiva la su pe rior posición de
las bla ncas. 26 . ... PxP
27. PxP D3C
· 1 e. ... P5C 28. CxT RxC
1 9. C2R P4TD 29. P5C
20. P4C C2T
21 . P4TR Em pieza el ataque d i recto.

1 24
29. ... PxP C 5 C+! 23. PxC D 5T+ 24. R 1 C
30. PxP CxP D xC, y l a s negras se ha ría n con
31 . 02TR R1 C la inici ativa.
32. CxC AxC
33. P6A P3C 22. 02A P5T
34. AxPC ! 23 . A2C C3C
24. T01 0 PxP
Las negras abanadonaron. 25. PxP T2T

Las negras han de quedar a la


espera de acontecim ientos.
Posición 1 O
26. T 0 1 R !
(Rubinstein lo asimila muy bien:
partida Rubinstein-Nimzowitsch. Con l a intención d e j u ga r
Berlín 1 928). oportu namente P 5 A R , contro­
·

la ndo la casilla 5R propia.

26 . ... TxT

Favoreciendo el plan de las blan­


cas. E ra mejor regresa r con T 1 T.

27. TxT C1 A

F a c i l ita ndo el ataque directo


de las bla ncas, pe ro aquí ya es
difíci l e ncontra r u na ju gada sa­
tisfa ctoria . Por ejem plo, a 27 . ...
A 1 A segu i ría 2 8 . ADxC PxA 2 9 .
C 5T, seguido d e D 2C . D e todos
l os m a les, todavía 2 7 . ... T1 T era
el m enor.
La posición ofrece parecidas
ca ra cterísticas a la a nterior. La 28. AxC ! OxA
diferencia esencial es que a q u í 29. C4R 03T
se ha cam biado d o s p i e z a s lige­ 30. P5A T6T
ras, lo que perm ite a las negras 31 . T1 C D T3T
mayor fa cil idad en la m a n iobra . 32. P4C!

2 1 . A1 A 01 0 A menazando 3 3 . P 5 C D 4T
3 4. A 2 R , ganando la d a m a .
P reviendo la u bicación del A D
negro en la gra n diagona l . S i 32 . ... P3A
a hora 2 2 . A 2 C , segu iría 2 2 . ... 33. R3C

1 25
M ovilización del rey para l i m i­ 3 7 . D8R+ C1A
ta r todavía más la l i bertad de 38. T7 R
m ovim ientos de l a da ma enemi­
ga. Las negras ya no tienen defen­
sa contra la a menaza 07 A+.
33 . ... A1 A
38 . . .
. P3C
Con la clara intención de pro­ 39. 07A+ R1T
segu ir C 2 D-C4 R . 40. T8 R T1 D

34. T1 R A2C La ú ltima espera nza de las ne­


gras; 4 1 . TxT? D 6 R+ 42. R 2 C
Ahora no valdría 34 . ... C 2 D , D 7 D+ 4 3 . A 1 C D 6 R+, con e m pa­
por 3 5 . CxP D ! TxC 3 6 . TB R+ te por jaque perpétuo.
R 2A 3 7 . TxA.
4 1 . DxPA+ R1 C
35. D2R 42. D 6 R+ R2C
43. P6A+
1 niciando el ataque final. La
a menaza es 3 6 . P4T, segu ido de Y las negras a ba ndona ron,
37. P5C. toda vez que en la próx i m a j u ga­
da l a s bla ncas pueden capt u ra r
35. ... C2D la torre s i n riesgo a lg u no.
36. CxP D I TxC

1 26
2 B: Posiciones semi-sólidas

2 8 1 : Flexibilidad en el centro

La «flexi bil idad en el centro» ( P4 D y P 4 R de las blancas, contra P 3 D


y P 4 R d e l a s negras) presenta pa ra l a s blancas u n a posición que, pa ra
poder ser m ejor valorizada y tener a m p lia l i bertad de m ovim ientos pre­
cisa el cambio de peones P R xP D por pa rte de las negras. E ste logro no
es fá cil, y m uchas veces la posición pasa a otras formac iones de tipo
centra l . A m bos adversa rios deben valoriza r, j u gada por j u gada, las ven­
taj a s o desventajas que pu ede acarrea r el paso a otro esq u e m a posicio­
nal.
Va loriza re m os las sigu ientes posibilidades:

1) C a m bio en la ca silla 5 R de las bla ncas. En caso de que las negra s


efectúen el cam bio de peones en la casilla 4R propia ( P DxP R ) ya
ha sido tratado en 1 C. Si las negras toma n con u na pieza en dicha
casilla, entonces se pasa a la « P osición Espa ñola » que trata m os en
el tomo 3, sección 2A 1 .
2) Con P5D de las blancas se llega a u na fo rmación agresiva, tratada
en el tom o 3, sección 1 A 1 .
3) L a ocu pación du radera d e l centro por ca m bio e n la casilla 4 0 d e
l a s blancas con u na pieza por este bando, también e s tratada e n e l
tom o 3 , sección 2 A 1 . I m porta nte e s tam bién pa ra l a s blancas l a
posibilidad d e efectu a r este cambio tom a ndo con el PA D, situa d o
en la c a s i l l a 3AD ( sección 3 : 3C) c o n l o cu a l s e configu ra el centro
clásico, pero genera l mente por poco tiem po; las negras deben
efectu a r i n m ediata m e nte el avance P 3 D - P4 D , con lo c u a l se resta­
blece otra vez una especie de centro flexible con las sigu ientes po­
sibilidades:
J a ) P4R - P 5 R de las blancas ( el centro espa ñol ) .
3 b) P R xP D por parte de l a s bla ncas, así como P D xP R de l a s ne-­
gras ( el peón de dama a i slado) .

1 27
La práctica ha dem ostrado que no siem pre es u n éxito para las blan­
cas forzar el abandono del centro por pa rte de las negras, especia l men­
te si se efectú a en m omento i noportun o. Por otra parte, las negras
ta m poco pupden perm itir que su contra rio provoque u na liqu idación
central medíante el ava nce del peón P2AA- P4AA cuando puede signi­
ficar u na ventaja de considera ción.
M enor im porta ncia tiene e l cambio de peones en e l centro si la si­
tuación de estos es P4D y P4A de las blancas contra P4D y P3A de las
negras. Para ma ntener la tensión centra l debe rían j u gar aquí las blan­
cas P3AA, pero ello significa u na debilitación poco deseable. Por consi­
gu iente, las blancas deben decidirse en ta l situación a defender el PA
propio con u na pieza, adela nta rlo, o ta m bién ca mbia rlo. U na excepción
pu ede considerarse la va riante de gambito en la defensa Caro K a n n ( 1 .
P4R P3AD 2 . P4D P4D 3 . P3AA), de la c u a l d a re m os u n eje m plo en el
a pa rtado principa l .

Posición 1 1

(las neg(as ceden el centro en el P 3 D 8. P 4TD P3TO 9 . P3T 0-0


momento oportuno; partida Ta­ 1 O. A5C R P3T 1 1 . A3 R )
rrasch-Alekhine, Baden-Baden
1 925). 1 1 . ... 01 011
E l propio Alekh ine cal ificó esta
j u gada como la de m ayor dificu l­
( 1 . P4R P4R 2. C3AR C l AO tad en toda la partida. La idea
3. A4A A4A 4. P3A A3C 5. tiene un doble objetivo: Aparta r
P4D D2R 6. 0-0 C3A 7 . T 1 R la da m a de la col u m na de rey,

1 28
1 5. ... C4R
1 6. A 1 A P4D!
1 7. TD1 D

El avance 1 7 . P4AR C 3 C 1 8 .
P 5 R , no vale, a ca u sa d e 1 8 . ...
C4T gana ndo un peón.

1 7 . ... P4A
1 8. C4D-3C D2A
1 9 . A4AR

C on 1 9 . PxP las bla ncas pue­


den provoca r una especie de li­
qu idación central, pero aquí las
circu nsta ncias no lo aconseja n,
ocu pada por u n a torre contra ria, toda vez que las negras queda­
y avanzar el PD previo el ca m bio ría n con el par de a lfi les: 1 9 . . ..

PxP. En la colu mna de rey podrá CxP 2 0 . C4A CxC 2 1 . AxC CxA
u bicarse, eventu a l m e nte, con la 2 2 . TxC TxT, etc.
TR propia.
1 9 . ... C6A+!
1 2. A3 D T1 R 20. CxC DxA
1 3. C D2D A2T 2 1 . PxP?

Previsión contra u na posible Perm ite a las negras orga niza r


debilitación centra l, que segu i ría u n ataque victorioso. E ra mejor
a u n eventu a l C4AD segu ido del 2 1 . P 5 R a cuya j u gada, segú n
ca m bio PxPR y P 3 C D . Alekhi ne, segu i ría 2 1 . ... A4A 2 2 .
D 2 D D x D 2 3 . TxD C 5 R 2 4 .
1 4. D2A T2- 1 D ( 24. TxP A3 R ! ) TD 1 D ,
c o n ventaja pa ra las negras, que
S obredefensa del PR, prepa­ conse rvan el pa r de a lfi les.
ra ndo la m a n iobra C 1 A R - C 3 C R .
21 . ... A4A!
1 4 . ... PxP ! 22. A3 D

En el m omento preciso, las ne­ Ta m bién 2 2 . D 2 D DxP 23.


gras ceden el centro. C 1 A A 7 A 2 4 . TxT+ TxT 2 5 . T1 R
C 5 R 2 6 . D4A P 5 A 2 7 . C4D AxC
1 5. CxP 2 8 . PxA D 5 C ! es ventajoso pa ra
las negras.
M ejor que 1 5 . PxP, que perm i­
ti ría 1 5 . ... C5CD, con a m enaza 22 . ... AxP
al a lfil de ataque de las bla ncas. 23. PxA DxC

1 29
24. TxT+ TxT E sta m a niobra fu e m u y critica­
25. A 1 A da . e n su tie m po por el D r. Ta­
rrasch en su l ibro « La partida de
Las blancas no pierden así u n ajedrez m oderna » . Segú n Ta­
segu ndo peón, pero pierden rrasch, con ella las negra s no
m ás: su rey. sólo ren u ncian a l m a nte n i m i ento
de su centro, si no que l i bera n a
25 . ... T4R las bla ncas su casilla 3AD pa ra
26. P4A T4C+ el cabal lo.
27. R 2T C 5 C+
28. PxC TxPC 1 1 . PxP P4D

Las bla ncas a ba ndonaron. Ta m poco esta j u gada fue gra­


ta a l D r. Ta rrasch.

1 2. P 5 R C5R
Posición 1 2
Esta es la posic1on q u e en
(el centro español se forma con nuestro comenta rio sobre el
juego flexible; partida Reti-Stoltz, « centro espa ñol>> hemos ind ica­
Estocolmo 1 928). do.

1 3. C3A CxC
1 4. PxC C4TI

En la pa rtida Lasker-
Tei c h m ann, Petersbu rgo 1 909,
las negra s j u g a ron m á s débil­
m ente sigu iendo 1 4 . ... P3A? 1 5.
P3TR A4T 1 6. P4C A2A 1 7 .
P6R.

. Es sorprendente q u e Ta rra sch,


después de habe r criticado el
j u ego de las negras en la pa rtida
que nos ocu pa, proponga aquí
1 4 . ... D2D con idea de m a n io­
( 1 . P4R P4R 2. C3AR C3AD bra r con C4TD, A 2A, A4A R , for­
3. A5C P3TD 4. A4T C3A 5. za ndo el cambio del a lfil de ata­
0-0 A2R 6. D 2 R P4C D 7. A3C que de las bla ncas, fo que signifi­
P3D 8 . P3A 0-0 9. P4D A5C ca que el sistem a no es tan m a lo
1 0. T 1 D ) . como pa re ce.

1 0. . .
. PxP E n esta pa rtida vere m os como

1 30
Stoltz sigue la idea de Ta rrasch, A 6 A TxA 2 8 . PxT D 1 A 2 9 . T3 R ,
con a precia bles resu ltados. s i n o ta m bién 2 4 . P4C D 2 D 2 5 .
A 7 C ! R xA. 2 6 . DxP+, gana ndo
1 5. A2A 020 las bla ncas. E s du doso que las
1 6. 0 3 0 ! negras tengan adecuada defen­
sa, toda vez que si 2 3 . ... A2R si­
Forza ndo la debil itación del gue 2 4. P4C D 2 D 2 5 . T3 R , y
flanco de rey de las negras. Si a hora no va le 2 5 . ... P4AR por
estas hu biera n jugado ya 1 4 . ... 2 6 . P6 R ! AxC 2 7 . PxD, etc.
D 2 D en luga r de 1 4 . ... C4T, se­
gún el comenta rio a nterior, no se
·
23. ... A1 A
habría producido. 24. A6T A6T
25. A1 A AxA
1 6 . ... P3C
1 7 . 03R TR 1 C F i n a l m ente, las negras se de­
ciden pa ra j u g a r a ganar.
Exce lente jugada. Al tie m po
que ceden la ca silla 1 A R pa ra su 26. TOxA R2C
a lfil, las negras prepara n el con­ 27. C 2 0 C5A
trajuego en el fla nco de d a m a . 28. C 3 C

1 8. 06T A1 A N atura l mente, las blancas n o


1 9. 04T A4AR q u i e ren cambiar l o s caba l los
20. AxA OxA para no abrir al a dversa rio la co­
21 . T1 R T3C l u m na C D . Su idea es ocupar el
pu nto de a poyo en 5 A D .
La s negras p retenden utilizar
todavía esta torre en la defensa 2 8 . ... P4CI
del fla nco de rey. S i n e m ba rgo
esta j u gada no es precisa, toda S orprendente j u gada. M ien­
vez que las blancas tienen la po­ tra s las bla ncas espera n el ata­
sibilidad de su m a r al ataque la que por el flanco de dama, de re­
torre vía 3 R . Este pel igro podía pente su rge por e l sector contra­
habe rse evitado con 2 1 . ... C 5A ! rio.

2 2 . A6T A6T 29. 03C P4TR


23. A1 A 30. P4TR

P a rece que las bla ncas ya se M enosprecia ndo las posibili­


conforma n con el em pate. S i n dades del adversa rio. H u biera
emba rgo, e ra m u y fu erte 2 3 . sido m ejor la previsora jugada
e s e, q u e ponía a l a s negras a nte 3 0 . P3TR .
u na situación desa g rada ble. Se
a m e naza no sólo 2 4 . CxPT R xC 30. ... T3C
2 5 . A S C+ R 1 C 2 6 . P4C D 1 A 2 7 . 3 1 . C 5A PxP

1 31
32. DxP C70

C o n esta j u gada y la sigu iente


las negras ponen en acción to­
das sus piezas pa ra ataca r al rey
bla nco.
33. R2T R 2T
34. T3 R TD- 1 C R
35. T 1 C R
Ahora sigue u na serie d e m o­
vi m ientos práctica m ente forza­
dos, que c u l m ina con la decisiva
j u gada 38 de las negras.
35. ... T5C
36. D6A DxD
37. PxO T5T+ P 5 A 1 8 . P3TD, con g ra ndes
38. T3T C6A+! com pl icaciones.
39. PxC TxT+
40. RxT TxT 1 1 . ... OxA
41 . CxP T8AD 1 2. C 1 A P4D
42. CxP P5C 1 3. C 5 R !
En l u ga r d e l in mediato avance
L a s blancas a ba ndona ron.
1 3 . P 5 R , las blancas e ligen u na
m a n iobra pa ra q u e, previo e l
Posición 1 3 ca m bio de cabal los, q u e d e pre­
pa rado el ava nce del PAR .
(la peligrosa mayoría de peones 1 3. ... 01 R
en el flanco de rey cobra activi­ 1 4. P3TD C3A
dad; partida Szabo-Euwe, Buda­ 1 5. CxC DxC
pest 1 940). 1 6. P5R CSR
( 1 . P4R P4R 2. C3AR C3AO 1 7. C3R 020
3. A5C P3TO 4. A4T C3A 5 . 1 8. P3A
0 - 0 P 3 D 6. T 1 R A2D 7 . P 3 A A h o ra puede com proba rse el
A2 R 8 . P40 0 - 0 9 . C 02 0 ) . resu ltado de las precedentes j u ­
9 . ... gadas. L a s blancas h a n conse­
PxP
1 0. PxP gu ido m ayoría de peones (4 con­
C5CO
1 1 . AxA tra 3) e n el flanco de rey, ade- ·

m á s de clara ventaja en el desa­


M ás agudo es 1 1 . A 3 C . E n rrollo.
u na partida pa ra e l ca m peonato
m u ndial E u we- K e res, 1 9 3 9, si­ 1 8. ... C4C
gu ió: 1 1 . ... P4A 1 2 . C 1 A A4C 1 9. P4A CSR
1 3 . C3C P4D 1 4. P5R C5R 1 5. 20. P5A TR- 1 R
CxC PxC 1 6 . TxP A6D 1 7 . T3 R 21 . D3A

1 32
M om ento i m porta nte. Las abierta a favor de las negras. Por
blancas a m enazan ganar u n otra pa rte, a hora son las negras
peón con 2 2 . CxP D . En conse­ las que tienen más peones cen­
cuencia, es preciso seg u i r P3AD, tra les, hecho que en un mom en­
dem orá ndose con ello la fu erte to dado puede infl u i r decisiva­
ru ptu ra P4AD de las negras. mente en el desa rrol lo de la lu­
cha.
21 . ... P3AD
22. P6A! A1 A 31 . D 5T T1 C R
32. T3A A4C
Forzado, toda vez que a 2 2 . ...
33. TD 1 AR TD 1 AR
PxP segu i ría 23. C4C, con a me­
34. C 6T
nazas difíciles de pa ra r.
A 3 4 . C4T? segu i ría 34 . ... TxT
23. PxP AxPC
3 5 . TxT C 3A, gana ndo.
24. C5A
Amenaza 25. D 4C P3A 2 6 . 34. ... AxA+
C 6T+, gana ndo l a d a m a . 35. TxA TxT+
36. RxT D3A+
24. ... D3R 37. C5A T1 AR
25. A3 R D3C 38. P4C R DxP
26. TD 1 D? 39. DxP+?
D a da la fu erte situ ación del U n error en posi ción desespe­
caba l l o de las negra s, no es fácil ra da. Si 3 9 . D 6T sigue 39 . ...
pa ra las bla ncas orga n iz a r una D B D+ 40. R 2 C DxP+ 4 1 . T3C
acción ofe nsiva d i recta . Pero la D 7 R+; y si 39. T3A, entonces
ju gada del texto posibil ita el ata­ 39 . ... D B D+ 40. R 2 C D 7 R+, ga­
que a l pu nto fue rte de las blan­ nando fá c i l m ente en a m bos ca­
cas ( P 5 R ) y de repente, la posi­ sos.
ción de las negras mejora cla ra­
mente. D e todo ello se deduce 39 . ... RxD
que en luga r de 2 6 . TD 1 D de la
bla ncas, era m á s exacto 2 6 . La s bla ncas a ba ndon a ron,
Tl AR. toda vez que si 40. T3T+, la sim­
P3A! ple respuesta 40 . ... R 1 C es sufi­
2 6. ...
D2A ciente.
27. C4T
28. T1 AR D3R
29. PxP AxP
30. C5A R1T
Posición 1 4
D espués de esta s pocas j u ga­
das ha ca m biado ostensible­ (la flexibilidad debe mantenerse
m e nte el sentido de la lucha. tanto tiempo como sea posible;
Con la e l i m i nación del P R blanco según una partida Smyslov­
el P D queda débil, y adem ás, la Liublinsky, campeonato de la
col u m na caba l lo rey queda URSS, 1 949).

1 33
g u i r con P3AR, reforzando el PR
propio y abriendo la d ia gona l
1 R -4TR pa ra el a lfi l de d a m a ne­
g ro.

1 0. A3e!

O pon iéndose a los pla nes de


las negras de m a nera efectiva .
N o sería eficaz el posible avance
1 O. P 5 D , toda vez que después
de 1 O . . . e 1 e 1 1 . A2A P3A 1 2 .
.

P4A PxP 1 3 . PAxP P4TD, seg u i ­


do de C 3T-C4A, las negras ten­
d ría n buen contraju ego.

( 1 . P4R P4R 2. e3AR e3AD 1 0. ... e2D


3 . A5e P3TD 4. A4T P3D 5. 1 1 . e1 A A3A
P3A A2 D 6 . P4D e3A 7 . e D2 D
A2 R 8 . 0 - 0 0 - 0 9 . T1 R ) . E ra a conside ra r 1 1 . ... R 1 T,
, >repa ra ndo 1 2 . ... P3A.
U na típica posición «flexible ».

9 . ... A1 R 1 2. e 3 R e2R
1 3. e4e e3e R
Esta, al pa rece r ra ra ju gada, 1 4. P3e
tiene u n doble sign ificado. En
pri m e r lugar despeja la col u m na Las blancas no pe rm iten la
de dama pa ra las negras, que en i nsta lación del caba l l o en la casi­
u n momento dado tienen la po­ lla 5 A R de las negras.
sibil idad de poder j u g a r P 4 D . Por
ejem plo, en u na va ria nte como 1 4 . ... A2 R
1 O. C 1 A PxP 1 1 . PxP P4D 1 2.
P5R C 5 R , el desa rrollo del j u ego Las negras no tienen demasia­
es parecido a l de la posición 1 3 do l i be rtad de m ov i m ientos, y
a nterior. por e l l o i ntenta rá n cierto despeje
con 1 5 . ... C 3A, para segu i r con
La segu nda posibil idad consis­ un posible CxC .
te en que la casit la 20 de las ne­
g ras qu eda l ibre pa ra la eventual 1 5 . P4T R ! e3A
coloca ción de u n caba l lo. Así, 1 6. ese P3T
después de m over el C R hacia 1 7 . exe+ AxC
20, este caba llo puede situ a rse
en 3 C D , atacando el a lfi l de 4TD, Todo transcu rre seg ú n el plan
y ofreciendo la posi b i l idad de se- previsto de a ntemano.

1 34
1 8. 05T! sin grave riesgo. Pero no es así;
seg u i ría 23. R 2 C AJAD 24.
Pero con esta fue rte ju gada T 1 T! T 1 R 2 5 . D 7T+ R 1 A 2 6 .
las blancas provoca n u na extor­ A 5 A+ T2 R 2 7 . D xC+! AxD 2 8 .
sión en la posición a dve rsa ria. TxA+ R 2 C 2 9 . TxD TxT 3 0 . AxT,
No serviría 1 8 . ... PxC por 1 9. y las bl a n ca s ga n a ría n.
PxP A2R 2 0 . DxC R 1 T 2 1 . D 5T+
R 1 C 2 2 . P 6 C , y las blancas ga­ 2 1 . A5 D!
na ría n.
Forzando u na debi litación en
1 8 . ... C1 T el esq u e m a de peones de las ne­
gras. No va ld ría ta m poco 2 1 . ...
Ta m bién después de 1 8 . ... PxC 22. PxP P J C R , por la jugada
C2R este caba l l o esta ría mal si­ intermedia 23. PxA !
tu ado; prosigu iendo 1 9 . PxP PxP
20. A 3 R , si 20 . ... C 3A? enton­ 21 . ... P3A
ces 2 1 . TD 1 D D 1 A 2 2 . D 6 C ! , 22. A3C A2D
etc. 23. TD1 D TD1 D
24. T2 D A1 A
1 9. PxP ! 25. TR 1 D TxT
26. TxT D2A
Las blan cas liqu ida n la « flexi­
bilidad centra l>> en el m omento A hora las blancas deben cal­
que considera n más oportu no. cular de nuevo si el caba l lo pue­
de ser captu rado. Por otra pa rte,
1 9 . ... PxP las negras puede n forza r u na
s i m p l ifica ción e m pezando con
A hora se ha formado un cen­ T1 D.
tro con los peones de rey que
hemos tratado en la Sección 1 , 2 7 . ASA!
a pa rtado 1 C . Las negras pod ría n
ta m bién j u g a r 1 9 . ... AxP para Fina j u gada que ofrece tres
bu sca r su sa lva ción en el « cen­ va ria ntes sorprendentes. ·

tro espa ñol» que trata m os en el


tomo 3 ( 2A 1 ), pero ello no ofre­ N o valdría 2 7 . ... PxC 2 8 . AxT
ce buenas perspectivas dada la R xA 2 9 . DxC+. Ta m poco sirve
m a l a situa c i ón de sus pieza s 2 7 . ... A 2 R 2 8 . AxA D xA 2 9 .
( C 1 TR ! ) . C 3 A T 1 R a ca u sa de 30. D x P R !
D xD 3 1 . CxD TxC 3 2 . TBD+ R 2T
20. A3 R D2R 33. TxA TxP? 3 4. A2A

Es interesa nte la continuación 27 . ... T1 D


20. ... PxC 2 1 . PxP P 3 C R 2 2 .
D4T A2C, con la c u a l pa rece A q u í se « esconde» la tercera
que las negras ga nan u n a piez � va ria nte.

1 35
28. TxT+ AxT P3AR P 3 R 4. A3 R C3AR 5 .
29. CxP ! CxC A3 0 P4A!)
30. A6C !!
La pa rtida se halla todavía en
M uy bonito! Este a lfi l no pue­ la a pe rtu ra, pe ro las bla ncas ya
de se r ca ptu rado, 30 . ... DxA, a tienen dificu ltades pa ra ma nte­
ca usa de 3 1 . DxC+ R 2T 3 2 . P 5T, ner la tensión en el centro. El
y el mate es i m pa ra ble. m otivo fu nda mental es la debi li­
tación de la diagona l 1 R - 4TR de
30 . ... 020 las bla ncas.
31 . AxA R 2T
32. AxC OxA- 1 O 6. P3A
33. A6C+
C uesta u n peón, pero por el
Las negras abandon a ron, toda m omento ello no tienen dema­
vez que pierden sin com pensa­ siada i m porta ncia, toda vez que
ción u n segu ndo peón. las blancas pueden obte ner cier­
ta com pensación con el despeje
de su col u m na A R .

Posición 1 5 Por otra pa rte, n o hay m ucho


pa ra e legir. El paso a u na forma­
(una intrascendente variante de ción con el PR ava nzado ( 6 .
fdlexibilidad» en el centro: El gam­ P 5 R ) perm ite a l a s negras satis­
bito de la defensa Caro-Kann; par­ fa ctorio contrajuego: 6 . .. PxP 7 .
.

tida Tartakower-Sultan Khan, AxPD C R - 2 0 8 . P4AR C3AD,


match 193 1). etc.

6 . ... PAxP
7. PAxP PxP
8. PxP CxP !

Este bonito giro es consecuen­


cia de la comentada debilitación
3. P3AR ( 9 . Axe D 5T+) .

9 . C3AR A5C+
1 0. C 02 0

Faci lita a las negra s la simplifi­


cación, pero 1 O. R 2 R acarrea ría
serías dificu ltades, toda vez que
rey bla nco quedaría expuesto al
«fuego cruzado» de las piezas
1 . P4R P3AO 2. P40 P40 3. contra rias. Por eje m plo, pod ría

1 36
segu i r 1 O . .. . C 3 A R 1 1 . D 4T+ El resto de la partida no ofre­
C3A 1 2 . A S C O ( 1 2 . C S R D 4T! ) ce, segú n nuestra opinión, de­
1 2 . ... A 3 D ! 1 3 . AxC+ PxA 1 4. m asiado interés. No obsta nte, la
DxPA+ A2 D ! , y no es posible 1 5 . ofrece m os ínteg ra, sin comenta­
DxA- 3 0 ? a causa de 1 5 . rios:
A4C+, ganando.
1 0. ... CxC 1 2 . ... C3A 1 3 . 0-0 0-0 1 4.
1 1 . CxC AxC+ T3A P4A 1 5 . A4AD A2 D 1 6.
1 2. DxA TD 1 AR C4T 1 7 . A2 R T1 A 1 8 .
P 5 D C5A 1 9. AxC TxA 20.
A ca m bio del peón sa crificado P3CD T5C R 2 1 . T1 D P4R 22.
las blancas poseen el par de a lfi ­ AxP T3A 23. T3C P 5A 24. TxT
les y la col u m na AR a bierta, AxT 25. T1 R P3CD 26. TxP
aunque ello no pa rece suficiente 020 27. P3TR ? AxP ! 28. PxA
com pensa ción. El centro blanco DxPT 29. D2C R ? T3C 30. DxT
queda m u y debilitado y las pe rs­ PxD 3 1 . AxP D6C+ 32. R 1 A
pectivas de ataque en el fl anco OSAD 33. T2 R 0 6 0 34. R2A
de rey son práctica mente inexis­ DxP D! 35. P4C P4C 36. P4T
tentes, ten iendo en cuenta que P5C 37. P 5T P 6C+ 38. R 1 R
las negras pueden jugar ya de P6A 39. T2 D D 5 R+ 40. R 1 A
i n m ediato P4AR . D 8C+. La s blancas a bandonaron.

Ade m á s de la ya comentada flexibil idad en el centro, existen otros


sistemas de fija ción parc i a l en dicho sector. Pero en la práctica se pro­
ducen con escasa frecuencia, y por e l l o tam poco querem os entra r con
deta lle en su aná lisis.
Son posibles las sigu ientes formaciones:

1) B la ncas P S D y P 2 R ( P 3 R -P4R ); negras P 3 D , P 2 R .


2) B la ncas P 5 R y P 3 D ; negras P 4 D y P3 R .
3) B la ncas PSR y P4D; negras P 3 R y P 2 D .

E n l a m ayoría d e los casos estas posiciones revie rten rá pida mente a


las forma ciones norma les. Pero a veces pueden m a ntenerse dura nte
cierto tiem po. A conti nuación da m os tres ejem plos rá pidos con la in­
tención de a c l a ra r mejor estos conceptos.

2 B 2 : Diversas posiciones semi-sólidas

Posición 1 6 ( 1 . P4D C3AR 2. P4AD


P3C R 3. C3AD P3D 4. P4R
(aplastante ventaja de espacio A2C 5. P3C R 0-0 6. A2C P4A
para las blancas; partida Donner­ 7. C R 2 R C3A 8. P5D C4R 9 .
van Scheltinga, Beverwijk 1 952). P3C A 5 C 1 O. 0 - 0 C6A+ 1 1 .

1 37
1 7. ... P4C D
1 8. AJAD PCxP
1 9. P CxP D2A
20. C2D P3R

La conclu sión de la pa rtida es,


pa ra nuestro pu nto de vista, es­
casa m ente interesante. S ig u i ó
2 1 . TR 1 C PxP D 22. TxT DxT
23. T1 C D D 1 A 24. PAxP A4C
25. D3R C2A 26. PxP AxA 27.
DxA C 1 R 28. C4R P5A 29.
D 5 R 020 30. P4TD AxP 3 1 .
C5A DxP 32. CxA D6T 33.
T1 T, y las blancas g a n a ron.

R 1 T! C 5 D 1 2. P3A CxC 1 3.
DxC A2 D ) .
Posición 1 7
S i gu ió:

P3TD (el punto de apoyo en la casilla


1 4. A2C
4D; partida Pi/lsbury-Lasker, Nu­
P repa ra nd o el ava nce P4C D , remberg 1 896).
para tener contraj uego en e l
fla nco de d a m a . D e be conside­
ra rse que e l avance 1 4 . ... P4R
de las negra s, intenta ndo el blo­
queo total del centro, no se ría
pe rmitido por las bla ncas que
contesta ría n 1 5 . PxP a p., que­
dando entonces como pe rma­
ne nte la debil idad del P O retra­
sado de las negras.
1 5. P4A C1 R
1 6. P5R T1 C
1 7 . C4R

La su perioridad de las bla ncas


es evide nte; cu a lqu ier intento de
l i bera ción por pa rte de las ne­
gras resu lta difícil de lleva r a En esta posición, natu ra l m e nte
cabo por el a peloton a m ie nto y li­ las blancas deben considera r el
m itación de espacio de sus pie­ avance de su P O a la casilla 40.
zas. Pero el caba l l o propio q u e i m pi-

1 38
de esta m a niobra está a h í muy La varia nte principal es como
bien situado pa ra a poya r la ru p­ sigue: 26 . ... 0 1 A 2 7 . D xPA D 3A
tu ra que se prod u c i rá en la ju ga­ 2 8 . A 5 C DxP+ 2 9 . P4D D 5 C 30.
da siguiente. D 7 A+ R2D 3 1 . AxA D xA 3 2 .
C 5A+ R 1 D 3 3 . CxP+ R 2 D 3 4 .
20 . ... AxP C 5 A+ R 1 D 3 5 . D xP+, gana ndo.

Las negras no ven el peligro 27. CxD TxC


'3n el fla nco de rey; toda vez que 28. ASA
la ru ptu ra P5AR de las bla ncas
pa rece necesa rio prepa ra rla con Dada la m a l a situació n del rey
el avance de los peones PCR y negro, la victoria de las bla nca s
PTR . es rela tiva mente cómoda. S i­
gu ió:
Pero, sorprendentemente, se
prod u ce de inmediato. 28 . ... T1 AD 29. AxA RxA 30.
D3R T3A 3 1 . D S C+ R2A 32.
2 1 . P SA!! PCxP T 1 A TxT+ 33. DxT T1 AD 34.
22. C4A P ST 01 R P6T 3S. PxP T1 C R+ 36.
R2A P ST 37. D4C T3C 38.
Las negras qu ieren i m pedir la R3A P6T 39. DxP TxP 40. OSA
coloca ción de l a dama bla nca en T3 R 4 1 . D7A R2R 42. R4A
su casi lla 3 C R . P3C 43. P4T T3AD 44. ose
A1 R 4S. RxP T3T 46. D7A+
23. T1 T! A2R R 1 A 47 . 0 8 0 P4C. 48. P6R
T2T 49. R S R P S C SO. 06 0+, y
Otras posibil idades son: las negras aba ndona ron.

1) 23 . ... D 2 R ? 24. CxPA PxC


2 5 . CxP, ganando.
Posición 1 8
2) 23 . ... A4A 24. CxPA!
(preparación sistemática de la
3) 2 3 . ... A 7 C 2 4 . TxC AxC 2 5 . ruptura; partida Colle-Capablanca,
TxA, ganando. Karlsbad 1 929).

24. TxC ! Esta posición ofrece la parti­


cu laridad de que las negras no
Con este bonito sacrificio de han avanzado todavía su PD
cal idad las blancas desvía n la (este está situ ado en 20 en l u ­
defensa del P R contra rio. ga r de 4 0 ) y en consecu encia,
su casil l a 4 0 está ocu pada por
24. ... AxT un caba llo propio, que al no po­
2S. C4AxP R PxC der ser atacado por ningún peón,
26. CxP R A2D ocu pa una casi lla de privi l egio

1 39
2 3 . TxD TxT+.

22. ... P3A


23. D4T?

La posición blanca se hu ndirá


a hora como un castillo de nai­
pes. N atu ra l m ente, también e ra
insuficiente 2 3 . A 2 D por 2 3 . ...
CxP! 24. AxC PxP 25. AJA P 5 R
2 6 . A 2 R P 6 R ! 2 7 . TxP R TxA;
pero según L. P rins era j u gable
2 3 . T3AR ! , que aún pe rm itía
ma ntener la lucha.

23 . ... T2AR
en el centro. De momento, las 24. A3A
blancas tienen toda vía posi bili­
dades de ataque en e l fla nco de Segu ía latente la a m enaza 24.
rey, y además, conse rvan el par ... CxP.
de a lfi les, pero más o me nos tar­
de pu ede producirse u n vuelco 24. ... 05A
en la posición. 25. A3 R

Es c l a ro que las mejores pers­ La ú n i ca posibilidad, pues si


pectiva s pa ra las negra s se fu n­ 2 5 . D 2A, de nuevo 26 . ... DxA+
da menta n en la a pe rt u ra de la decidi ría .
colu m na A R j u ga ndo P 3 A R ,
pe ro no de in mediato, toda vez 25 . ... CxA
que si ensegu ida 2 1 . ... P3A, si­ 26. AxA C4A
gue 2 2 . D4T T2A 23. AxP, ga­ 27. 01 R T2A
na ndo. 28. A4R DxP D+
29. R1T PxP
21 . ... TD 1 A 30. Axe P R xA
22. A1 O 31 . PxP T2 R
32. T3 R DxPC
Forzado, toda vez que 2 2 . D4T 33. P6R PxP
no si rve a ca u sa de 2 2 . ... C 3 A ! 34. TxP R2A
c o n a menaza d e mate; y 2 2 .
A 4 R ta m poco p o r 2 2 . ... DxA+ La s bla n ca s abandonaron.

1 40
2 C: Posiciones central es móviles

2 C 1 : El peón de rey móvil

Ya conocem os que el centro con los peones de rey ( bla ncas P4R;
negras P4R ), con la col u m na de da m a a bierta, ofrece pocas posibilida­
des pa ra com p l ica r el desa rrollo de la l u cha en el centro. Pero ta m bién
hemos visto que la situa ción de u n peón en 5 R, contra P3R de las ne­
gras, perm ite mayor l i be rtad de m ovim ientos y que el c itado peón
constituye una va liosa ayuda para un ataque d i recto en el fla nco de rey.
E l i nconven iente de esta posición ( debil idad de la casilla 5 0 ) se m a n i­
festa rá m ayormente a m edida que la partida vaya deriva ndo hacia el fi­
nal ( 2 A 1 ) .
Cu a ndo la posición centra l de peones no es ce rrada ( P4 R d e las
bla n ca s, P3R de las negras), siem pre es posible el paso a otras forma­
ciones. N atu ra l m ente, las bla ncas han de procu ra r el ava nce de su
peón hacia su casilla 5R pa ra logra r posiciones del tipo que hemos tra­
tado en 2 A 1 si la situa ción lo aconseja: caso contra rio, es preferible
ma ntener e l peón en su casi lla 4 R .
A l principio d e la partida, si los peones d e rey está n situados en su
casilla 3 R respectiva, su ava nce puede utiliza rse corriente m e nte como
fu erza de choque o bien en apoyo de las piezas propias, si ello no re­
percute en pe rju icio de la form ación conju nta . Es i m porta nte no ceder
el dom i n io de la diagonal 1 C R - 7TD a las negras en los casos en que los
peones bla ncos de rey y a lfi l rey se hallen ya avanzados en las casillas
5 R y 4AR propias.

Posición, 1 9

(lado negativo del a vance del PR;


partida Reshevsky-Rossolimo,
Amsterdam 1 950).

( 1 . P4D C3AR 2. P 4AD P3R


3. C3AD A5C 4. D2A P4A 5 .
PxP 0 - 0 6 . P 3 R AxP 7 . C3A
C3A 8 . A2 R P4D 9 . 0-0 PxP
1 O. AxP P4R?).
L a s negras quieren ya a q u í h a ­
ce rse c o n la iniciativa . L a inten-

1 41
ción es llegar con el P R a su ca­ 20. P3T TxT+( 7)
silla S R .
Las negras sim plifican el j u ego
1 1 . P3TO 02R con la idea de l legar rá pida men­
1 2. C5C R ! te a u na posición de em pate.
Pero sin duda no calcu la ron a
D e sba rata ndo e l plan d e las fondo los planes del adversa rio.
negras, que sin d u da habían cal­
culado 1 2. P4C D A3D, a mena­ 2 1 . OxT P3TO
za ndo P S R .
No va le 2 1 . ... P S R a causa de
1 2 . ... P3C R 2 2 . C S D CxC 2 3 . DxC, perdién­
dose el PR. Por otra pa rte, debe
La a menaza era 1 3 . C S D, que considera rse que dicho ava nce
gana ría rápidamente. deja ría sin control las casi llas S D
y S A R d e las negras, a l a vez que
1 3. P4C O A3C abriría la gra n di agonal de casi­
llas negras, propicia pa ra el ata­
A 1 3 . . ... A 3 D seg u ma 1 4. que di recto de las blancas con­
C S C- 4 R , ganando u n tiem po. tra e l enroque contra rio.

1 4. A2C A4AR
22. C5C-4R CxC
23. CxC A2A
Las negras no ren unc ia n toda­
vía a sus planes. A hora, a 1 S.
D 3 C seg u i ría 1 S . ... P S R ! , a ú n Para i m pedir 2 4 . D 6 D . Contra­
c o n el riesgo que su pondría el ria m e nte, no va ldría 23 . ... D 1 D a
dom i n io por las blancas de la causa de 24. DxD+ AxD 2 S .
gra n diagonal de casi llas negras C SA, ganando u n peón.
1 TD-BTR . En este m omento la
a m e naza de las negras sería 1 6 . 24. 0 5 0 !
. . . P 3 T R , hostigando e l C R de l a s
blanca s, sin buena casilla pa ra A m e nazando 2 S . C S A A 3 D
su retirada. 2 6 . CxPT PxC 2 7 . DxC.

1 5. A3 0 ! 24 . ... A3C
25. 060 R 1 A?
M anteniendo el control de su
casilla 4 R . C u esta un peón. M ejor era 2 S .
... A 1 D, después de lo cu a l es di­
1 5. ... AxA fíci l de precisar si las blancas po­
1 6. OxA TR1 0 d r1an m ateria l izar su pequeña
1 7. 02A T01 A ventaj a .
1 8. TR1 0 TxT+
1 9. TxT T1 0 26. AxP ! AxP

1 42
S i n duda, lo m ejor, toda vez C3A P3D 6. A2 D 0-0 7 . P3TD
que 26 . ... exA 2 7 . D xA deja a AxC 8. AxA P4TD 9. P 3 R D 2 R
las negras sin contrajuego. 1 O. A3 D P4R 1 1 . PxP PxP) .

27. DxD+ RxD S ig u i ó:


28. A&A+ R3R
29. PxA R 4A 1 2. 0-0
30. C & D+ R xA
31 . CxPC M ejor es 1 2. e 5 e P 3T 1 3 .
e 4 R , y las negra s sol a m e nte po­
El trata m iento de este fi n a l es dría n avanzar el peón hacia 5 R
basta nte l a rgo. N os l i m ita rem os con e l a poyo del PAR, l o cual
a m a n ifesta r que las bla ncas ga­ tiene sus riesgos en esta posi­
na ron, no sin que las negras de­ ción. Las posi bilida des, tras di­
fendiera n tenazmente sus posi­ chas j u gadas, pod rían ser:
bil idades de em pate.
1) 1 3 . ... e 1 R 1 4. e3e, con el
control de las i m porta ntes
casillas 4R y 5AR propias.

Posición 20 2) 1 3 . ... exe 1 4. Axe P4A 1 5 .


A 5 D+ R 1 T 1 6 . 0-0, y las
(las ventajas de P3R-P4R de las bla ncas a menazan P4A R ,
negras, partida Dr. Euwe­ valorizando con e l l o el pa r
Reshevsky Moscú 1 948). de a lfiles.

1 2 . ... T1 R

N o valdría 1 2 . ... P 5 R , por 1 3 .


Axe P R xA 1 4. AxD PxD 1 5 . AxT.

1 3. A5A

N o hay m ejor defensa, pues


a hora 1 3 . e5e ya no vale por
1 3 . ... P 5 R ! 1 4. Axe P R xA 1 5 .
AxD PxD 1 6 . A 5 A T4R , y las ne­
gras ga n a ría n. Ta m poco si rve
1 3 . e 2 D P 5 R 1 4. Axe P R xA 1 5 .
AxD PxD 1 6 . A4T A4A ! , con
cla ra ventaja pa ra las negras.

1 3 . ... AxA
( 1 . P4D C3AR 2. P4AD P3 R 1 4. DxA D3R
3. C3AD A5C 4. D2A C3A 5 . 1 5. DxD TxD

1 43
Este fi nal ofrece mejores pers­ 2 1 . TR 1 A
pectiva s pa ra las negra s, que do­
m in a n la im porta nte casi l l a 5 R Prepa ra ndo, eventu a l mente,
( 4 R d e l a s bla ncas). C o n ello tie­ P5A
nen la posi bil idad de un futu ro
ava nce P 5 R , con dom i n i o sobre 2 1 . ... P4AD !
la casilla 6 0 y despeje de la ca­ 22. AJA
silla 4 R pa ra posibles evolu cio­
nes con los caba l los. Ta m bién 2 2 . PxP a p. TxP; o
2 2 . R 2 R C 3 C segu ido de TD 1 D
1 6. P4C D? resu lta ría favora ble pa ra las ne­
g ras.
Estrategica mente, este avance
está j u stificado com o prepa ra ­ 22 . ... CxA
ción de P 5 C D , pero táctica men­ 23. TxC P5R
te significa u na u n a debi l itación
del fla nco de da m a , como de­ Tras l a rga espe ra, las negras
m u estra la conti nua ción. E ra l ogran u na posi ción comentada
mejor 1 6 . TR 1 D, a u nq u e las ne­ en 2A 1 , que sin duda pu ede
gras con 1 6 . ... P5T tendría n u na conside ra rse ve ntajosa . D om i­
posición l igera mente ventajosa . nando la col u m na de da m a
Es a considera r 1 6 . C 5 C T2 R ( o abierta tienen posibles entradas
bien 1 6 . ... T R 1 R ) 1 7 . P 3 A P3T por su casi lla 6 0 , a pa rte la ex­
1 8 . C 3 T, segu ido de 1 9 . C 2A, y plotación de los pu ntos débiles
con e l l o el ava nce P 5 R de las 4AD y 3TD de las bla ncas. En la
negras q u eda ra ría controlado. conti n u ación pode mos com pro­
ba r de qué m a nera .R e shevsky
1 6. ... C5R resuelve estos problem a s técni­
1 7 . A2C P3A cos:

Amenaza PxP, gana ndo un 24. C 1 C C3C 25. C2R P4A


peón. 26. R 1 R T D 1 D 27. T2A R2A
28. C3C R3R 29. C1 A T6 D 30.
1 8. P5C C2R C3C P4C 3 1 . C2R C5T 32.
1 9. TR 1 D T3 D ! C 3 C R4R 33. C 1 A P4T 34.
P3A T6C 35. PxP PxP 36. T2A
P a ra si 20. TxT PxT! , poder C 7 C 3 7 . T2A C 6 D+ 38. R 2 R
atacar el PAD de las bla nca s, de T 1 A R 39. C2D T 7 A+ 4 0 . R 1 D
difíc i l protección. T7C 4 1 . TxT CxT+ 42. R 2A
TxP . Las blancas a ba ndona ron.
20. R 1 A C1 A

1 44
2 C 2 : El peón de dama móvil

La s posi ciones de centro con peones de d a m a m óviles ya h a n sido


comentadas en el caso de u n peón blanco en su casi l l a 4 0 y un peón
negro en su casi lla 3 0, con la col u m na de rey a bierta . E sta fo rmación
tiene i m porta ncia práctica cuando las blancas han situ ado ade m á s un
peón en su casilla 40. Caso contra rio, las negras tienen dos posibilida­
des:

1) J u ga r P40 esta bleciendo ya el conocido centro de peones de


d a m a , que ofrece escasas posibil idades de l u c h a .
2) P retender el dom i n i o de su casilla 40 c o n u na pieza, c o n perspecti­
vas de tener a lg u na iniciativa . Como eje m plo, vea m os el principio
de la partida Lewitt-Ca ro, C a m peonato de B e rl ín 1 9 0 5 : 1 . P4R
P4R 2 . C 3 A R C3AR 3 . CxP P 3 D 4. C3AR CxP 5 . P 4 0 A2R 6 . A3 0
C 3 A R 7 . 0-0 A 5 C 8 . P 3 C O C3A 9 . A2C 0-0 1 O. C 0 2 0 0 2 0 1 1 .
C4A ( e s mejor 1 1 . P4A) 1 1 . ... C 5 C ! 1 2 . P3TO CxA 1 3 . O xC C 4 0 .

Con el PAO blanco en la casilla 4AO las negras no tendría n esta po­
sibil idad, toda vez que a P40 las blancas podría n contesta r P 5 A O , y
con e l l o a lcanza r cierta ventaja de espacio. S i las negras a doptasen u na
actitud pasiva, siem pre queda en perspectiva u n avance P 5 0 ( 2 A 1 b) .

1 45
Posición 2 1 1 3 . C 5 D ! , conse rva ndo su redu ­
cida ventaj a .
(las blancas pretenden restringir
el juego adversario; partida Kons­ 1 2. T1 A P40
tantinopolsky-Panov,
. Moscú
1 946). Al fi n se ha creado e l centro
de peones de d a m a , pero las
condiciones que concu rren no
favorecen precisa m e nte a las
negras. Pero ta m poco era con­
vincente perm itir e l ava nce P 5 D ,
que libera ría la casilla 4 0 blanca
pa ra la ubicación de u n caballo.
N o resu lta n mejores 1 2 . ... C 2 R
por 1 3 . C4R ; o 1 2 . ... C 2 D por
1 3. C5D.

1 J. P5A C1 A
1 4. PJTR A4T

E ra mejor 1 4 . ... A 3 R , segu ido


de C 1 A- 2 R .

( 1 . P4R CJAR 2. P 5 R C40 J . 1 5. 020 PJTR


P40 P J O 4. P 4 A O CJC 5. PxP
P RxP 6. CJAO A2R 7. AJ A Ahora no va le 1 5 . ... C 1 A-2 R
CJA 8 . A2 R 0-0 9. C JA) . por 1 6 . P4C R , segu ido de 1 7 .
P5C.
E n esta conocida variante de
la defensa Alekhine las negras 1 6. TR 1 R PJT
padecen una posición restringi­ 1 7. T01 0 P4C R 7
da, en la c u a l el desplazado CR
dese m peña u n m odesto pa pel . Todavía no e s posible 1 7 . . . .

C 1 A - 2 R a ca u sa de 1 8 . P 4 C R
q , ... A5C A 3 C 1 9 . P4TR C 1 A 20. P 5 C,
con fu erte ataque. Pero con la
A 9 . ... A4A, las blancas po­ J u gada del texto se debil ita noto- ··
d ría n contesta r 1 O. P 5 D y 1 1 . ria m e nte la posición del enro­
C4D. q u e, c i rcunsta ncia que las blan­
cas va n a aprovechar de m a nera
1 0. P J C O T1 R brilla nte. M ás prude nte e ra 1 7 . ...
1 1 . 0-0 AJA A3C.

Si 1 1 . ... AxC 1 2 . AxA A4C, las


blancas podrían conti n u a r con 1 8. C RxP AxA

1 46
Tam bién después de 1 8. . .. Caso contrario, cae ría el PD
TxA 1 9 . PxT AxA 20. CxPA! R xC negro.
2 1 . D xA, las blancas tendría n u n
a taque decisivo. 2 1 . 05T+ R1 C
22. AxP 020

1 9. CxPA! O bien 2 2 . ... AxP 2 3 . TxA; o


a ú n 2 2 . ... CxP 2 3 . A 5 C A2C 24.
TDxC ! AxT 25. D4C A2C 2 6 .
Complemento de la j u gada a nte­ A6A.
rior de las bla ncas: la posición
del rey negro está tota l m ente 23. T3 R C4A
destrozad a . 24. CxP OxC
25. T3C+ CxT
26. 06C+!
1 9 . ... RxC
20. OxA C 1 A-2 R Las negras abandonaron.

1 47
SECCIÓ N 3 VENTAJA MATE R I AL E N E L C E N TRO

En los eje mplos de posiciones centrales que hemos comentado has­


ta ahora, tenía n am bos bandos u no o dos peones en el centro. La rela­
ción entre ellos era de 1 : 1 o de 2 : 2 . En las posiciones que segu ida­
mente trata re mos la relación es de 2 : 1 , 2 : O o 1 : O.
D iferenciaremos las sigu ientes posi bil idades:

3 A: El centro absoluto
( com prende todas las posiciones en que la relación sea 2: O, ex­
cepto las llama das de « peones colga ntes» en el centro -véase 3
8-, o sea : P2TD, P4D, P 4 R , P 2 A R , P 2 C R , P 2TR de las bla ncas; y
P2TD, P 2 C D , P2AD, P 2 A R , P 2 C R , P 2TR de las negras).
3 B: El centro «colgante»
( bla ncas: P2TD, P 2 C D , P2AD, P 2A R , P 2 C R , P2TR; negras
P 2TD, P 2 C D , P4D, P3R, P 2 C R , P 2TR ) .
3 C : E l centro clásico
( P4 D , P 4 R ; contra P 3 R o P 2 R )
3 D : E l centro neo-clásico
( P4 D . P 4 R ; contra P 3 D )
3 E : F l exibil idad en el centro con peones desiguales
( P4 D , P 4 R ; contra P 4 R )
3 F : La insuficiente m ayoría en el centro
3 F 1 : El peón de d a m a como rese rva ( P3 D, P4 R , contra P4R )
3 F2 : E l peón de rey como reserva ( P4 D , P 3 R , contra P 4 D )
3 G : E l centro «cabeza d e puente»
U na m a yoría de peones en un flanco, 4: 3, contra u na m ayoría de peo­
nes en el otro flanco ( 3 : 2 ) , con lo cual queda u na col u m na a bierta. E l
peón centra l d e u n a m a yoría sign ifica u n a « ca beza de puente » en e l
centro. Esta «cabeza de puente» puede forma rse en e l flanco de dama
( P2TD , P2CD, P 2 A D , P 4 D , P 2 C R P2TR, contra P2TD, P2CD, P 2 A D ,
P 2A R , P 2 C R P 2TR ) o en el flanco de rey ( P 2TD, P 2 C D , P 4 R , P 2A R ,
P 2 C R , P2TR contra P 2TD, P2AD P 2 A R , P 2 C R , P 2TR ) . Pa ra el trata­
m iento de estas posi ciones nos rem itimos a l tom o 3, 2C, en el cual los
peones no centra les dese m peñan una i m porta nte fu nción.

1 49
3 A: El centro absol uto

Es de suponer q u e el dominio de u n centro a bsoluto debe propor­


cionar decisivas ventaja s a su poseedor. D ispone consta ntemente de
m ayor l i be rtad de m ovim ientos, y ello debe fa cil ita r la situación idea l
para sus piezas. Pe ro en rea l idad, el ce ntro a bsoluto no es ta n fu e rte
como pudiera i m a g i n a rse. El m otivo debe bu sca rse en las col u m nas in­
termedias abiertas, a través de las c u a les el adve rsa rio puede ejercer
presión sobre el centro de peones. S o l a m e nte cu a ndo a las blancas (en
el supuesto que estas tenga n u n dominio absolu to en el centro) les sea
posible neutra l iza r dicha presión, pod rá n conside ra rse efectivas ta les
ventajas.
A continuación vienen dos ejem plos, a m bos con la D efensa Lasker
en el G a m bito de D a m a .

1 50
Posición 2 2

(demos tración de Ja conocida re­ tienen posi bilidad a l g u na de pre­


gla, que considera que un ataque sionar sobre el centro bla nco. A
de flanco tiene pocas posibilida­ ta l efecto ( especia l mente el
des de éxito cuando no se puede C4TD y la T4TR ) está n mal si­
influir en el dominio central; 2.
ª tuadas.
partida del match Eliskases­
Spielmann 1 932). P a ra j u stifica r la posición de la
torre en la col u m na TR, las ne­
g ras vienen prácticamente obli­
gadas a i nstru m e nta r un ataque
sobre el flanco de rey, pero ello
n o pa rece demasiado bueno,
toda vez que las bla ncas tienen
·s u s piezas muy bien situadas en
la zona centra l , dispu estas a
a c u d i r a la defensa ta n pronto se
req u ie ra su colocación en u n
m o mento determ inado.

1 7. ... A3 R .
1 8. T2A P4C R
1 9. T1 R T1 D
20. P5R! P5C
21 . C2D D 5T
( 1 . P4D P 3 R 2. P4AD C3AR
3. C3AD P4D 4. A5C A2 R 5 . Con este ataque, las negras se
P3R 0 - 0 6 . C3A C 5 R 7 . AxA adelanta n a la m a n i obra
DxA 8 . PxP CxC 9 . PxC PxP 1 O. C 4 R - C 6A+ del adve rsa rio.
D3C T 1 D 1 1 . P4A C3A 1 2.
PxP C4T 1 3. D3A TxP 1 4. A3 D 22. C 1 A P6C
P3C D 1 5 . 0-0 T4T 1 6. TD 1 A
P3A 1 7 . P4R ) . S orpre ndente conti nuación.
M ejores perspectivas ofrecía 2 2 .

En esta posición las negras no ... P4A R , a u nque las negras ten-

1 51
d ría n ta mbién dificu ltades des­ por ejem plo, 3 6 . ... T2 D 3 7 . TxT
pués de 2 3 . PxP ap. D xP-6A 24. AxT, decide 3 8 . P 6 R ! , etc.
T4 R ! , a l quedar la posi ción del
rey negro m u y desg u a rnecida .

23. T4 R ! PxPT+ Posición 2 3


24. R 1 T 02R
25. P4A P4AO (el centro está bloqueado; Partida
Bogoljubov-Eliskases, Stuttgart
O bien 25 . ... A4A 2 6 . C 3 C 1 939).
AxT 2 7 . CxT AxA 2 8 . DxA, se­
gu ido de 2 9 . C 6 A+. Algo mejor
que la j u gada del texto e ra toda ­
vía 2 5 . ... P4A R .

26. C3C T3T


27. P5A A40
28. T4C+ R1 T
29. 020 D1 A
30. P6A

A m e naza 3 1 . T7C, forza ndo el


consigu iente sacrificio de la cali­
dad.

30 . ... T3C
3 1 . AxT PAxA
32. C4R! ( 1 . P40 P40 2. P4AO P 3 R 3.
C3AO C3AR 4. A5C A2 R 5.
Ené rgica continuación, que in­ P3R 0-0 6 . C3A P3TR 7. A4T
cita a entra r en la bonita combi­ C 5 R 8. AxA OxA 9. PxP CxC
na ción sigu iente: 3 2 . ... A3R 3 3 . 1 O. PxC PxP 1 1 . 0 3C 0 3 0 1 2.
T4T TxP 3 4 . C 5 C ! ! TxD 3 5 . P4A PxP 1 3 . AxP C3A 1 4. 0-0
TxP2T+ R 1 C 3 6 . TxT, y a hora e l C4T 1 5 . 03A CxA 1 6. OxC
ataque bla nco e s i m pa rable: 3 6 . A3 R 1 7 . 03A A40 ) .
... A5A 3 7 . TD 7 D, o bien 3 6 . ...
0 1 R 3 7 . T7 C R + R 1 T 38. CxA. E l a lfi l d e l a s negras domina su
casilla 5 R , i m pidiendo el avance
32. ... C3A de los peones centrales del ad­
33. C60 PxP ve rsa rio.
34. TxP O! CxT
35. OxC A3 R 1 8. C5R TR 1 R
36. T7A 1 9. TR 1 R

Las negras abandonaron. S i , Fina ju gada, que prepa ra el

1 52
avance P4R y a l m is m o tiem po 22 . ... A5 R
resta eficacia a un posible con­ 23. C4A P4AD!
trajuego con 1 9 . ... P4AD de las
negras. E n este caso podría con­ E l centro bla nco, que hasta
tinuar 20. D 3T D 2 R 2 1 . P4R ! a hora esta ba sometido a pre­
Contra ri a mente, después de 1 9 . sión, es liqu idado con esta enér­
P3A la respuesta 1 9 . ... P4A D ! gica j u gada. N atu ra l m ente, las
se ría m u y fu e rte. negras quedan con u n peón ais­
lado, pe ro en esta posición ello
1 9 . ... P3AR no sign ifica u na desventaja deci­
20. C 3 D TD 1 D siva . S i gu ió: 24. PTxP PTxP 25.
2 1 . P4TD P3CD PxP DxP 26. DxD PxD 27.
TR - 1 AD T4R 28. P4T T1 AD
29. T7T P 5A 30. T3A T4C D
P a ra a poya r u n eventu al ava n ­ 3 1 . T4T T4C-4AD 32. P3A
c e P4A D , pero p o r otra pa rte fa­ A4A 3 3 . P4R A2D 34. T7T
cilita el contrajuego de las blan­ T1 -2A 3 5 . TxT TxT 36. P4C
cas en el fla nco de da ma. A5T 37. C5D T4A 38. P5T
A6C 39. R 2A T4T 40. R 3 R
22. P 5T R 2A 4 1 . C6C P 3 C ! 42. PxP+
R xP 43. C 5 D T7T 44. R4A T7 D
D espués de 2 2 . P 3 A A2A ( o 45. T3A T6 D ! 46. TxT PxT 4 7 .
bien A 2 C ) , n o se ría aconsejable R 3 R A 7 A 48 . C4A+ R4C 49.
el ava nce P4R por la presión CxP P4T! 50. PxP RxP 5 1 . C4C
contra ria sobre el pu nto 40 de AB O 52. C5D R 3 C 53. C 7 R+
las bla �cas. R 2A 54. C5A R 3 R . Ta blas.

1 53
3 B: E l centro '«colgante»

Contra riamente a lo q u e ocu rre en la mayor parte de las veces, la


formación de un « centro colga nte» ( peones en 2 A R y 2AD pa ra l a s
blancas; peones en 4 D y 3 R pa ra las negras, por eje m plo) más b i e n fa ­
vorece el desa rrollo de las negras.
Este caso se presenta a menudo en la Defensa F ra n cesa, si las blan­
cas renuncian al centro tradic ional y se cambian l os peones: el de D
bla nco por el de A D negro, y el de R bla nco por el de AR negro.
Entonces « cu e lgan>> los peones negros situados en 4 D y 3 R , y e l lo
significa que l os m ismos sólo podrá n ser apoyados o defendidos por
piezas, originándose u na posició n crítica pa ra a m bos ba ndos. La l u cha
es de nuevo pa ra el dom i n io de la casi lla 5R de las bla ncas. S i estas
pueden situar en la m isma u na pieza bien apoyada, pueden obtener
con frecuencia ventajas decisivas. Ta m bién puede ser ventajoso pa ra
las blancas el bloqueo de su casilla 5 R , i m pidiendo en todo m omento e l
ava nce P 4 R d e l a s negras; e l l o sign ifica ría u na debil idad pa ra l a s ne­
gras, y además un i m pedimento pa ra el ópti m o desa rrollo de este ba n­
do.
Contra ri a m e nte, favorecería a las negras un eventu a l avance
P 3 R - P 4 R , que perm itiría c i e rta ventaja de desa rrollo en el centro. Es
por e l l o m u y i m porta nte prever si el citado avance del P R va a ser posi­
ble.

1 54
Posición 24

(con e l dominio de s u casilla 5R, e l l o es o no favorable en esta


las blancas pueden lograr un ata­ posición, toda vez q u e se cede a l
que decisivo: tercera partida del contra rió el dom i n i o d e su casilla
ma tch Stoltz-Flohr, 1 93 1 ). 4R. M u y fuerte e ra 1 1 . . A 3 D.· .

1 2 . D 4T P3TR 1 3 . Axe ( 1 3 .
A 2 D P 4 R ) 1 3 . ... D xA 1 4. DxD
PxD, con lo ,cu a l las negras con­
se rv a n e l pa r de a lfi les y a l p ro­
pio t i e m po h a n refo rzado el cen­
tro.

1 2. 0-0-0 CxA+
1 3. TxC A2 D
1 4. C5R A1 R
1 5. D4T D2A
1 6. T1 R T1 A
1 7. T2 R

S obredefendiendo la casilla
pel i g rosa 2AD .

1 7 . ..
. P 5 0 ( ?)

( 1 . P4R P3R 2. P4D P4D 3. E ra mejor la conti n u a ción indi­


C 3 AD C3AR 4. P5R C R 2 D 5. cada por Stah lberg 1 7 . ... A 3 D !
D4CI? P4AD 6. C3A C3AD 7. ( de nuevo l a consigna: l u cha por
PxP P4A 8. PxP ap. CxPAR 9. la casilla 4 R ) . Por ejem plo, 1 8 .
D3C AxP 1 O. A5C R 0-0 1 1 . P4A AxC 1 9 . PxA C 5 R ! 2 0 . CxC
A3 D ) . TSA+ 2 1 . T 1 D TxT+ 2 2 . R xT
PxC, y el rey blanco queda peli­
1 1 . ... C5C D? grosa m e nte expuesto.

C on esta ju gada las negras 1 8. C4R CxC


p retenden queda r con el pa r de 1 9. DxC I A4C
a lfi les, pero es difícil opinar si 20. T3TR

1 55
La dom i na nte situ a ción de su 26. R 1 T DxP
caba llo perm ite a las bla ncas i n i­ 27� DxP C I
cia r u n fu erte ataque.
I m pide todo vuelco en la posi­
20 . ... T4A ción.

A 2 0 . ... P 3TR seguma 2 1 . 27 . ... D8C+


D 6 C ! AxT 2 2 . D xPR+ R 2T 2 3 . 28. R2C D 3 C D+
AxP, gana ndo. 29. DxD PxD
30. PxP T1 R
D espués de 20. ... P3CR el 31 . CxP
ataque prosegui ría, según S piel­
m a n n: 2 1 C4CI AxT 2 2 . DxPR+ Las negras a ba ndonaron.
R 1 T 2 3 . A6A+ TxA 24. CxT A4T
2 5 . C 5 D D3A 2 6 . D 5 R+ A 1 C
2 7 . C 6A+ R 2A 2 8 . CxA PxC 2 9 .
T3AR+ A 1 C 3 0 . T3 CR+ A 1 A 3 1 . Posición 2 5
D ST+ R 2 R 3 2 . T7 C+ R 3 D 3 3 .
DxP, etc. (el centro «colgante» queda blo­
queado; partida Nimzowitsch­
2 1 . P4C R I AxT Salve, Karlsbad 1 9 1 1 ).

E ra asi m ismo i nsuficiente la


conti n u a c ión 2 1 . ... TxA 2 2 .
D xPT+ A 1 A 2 3 . T3AR+, y las
bla ncas ganaría n. Por ejem plo:

1) 2 3 . ... T4A 24. PxT AxT 2 5 .


PxP+ AxT 2 6 . C6C+, y m ate
segu ido.

2) 2 3 . A 1 A 2 4 . D ST+ R 2 R
. ..

2 5 . D4T, gana ndo e n to­


das las varia ntes.

22. PxT P6D


23. P3AD A6T

Ú lti m o i ntento pa ra ca m bia r el


signo de la pa rtida. Con otras ju­ ( 1 . P4R P3R 2. P4D P4D 3.
gadas no se ve defensa contra la P5R P4AD 4. P3AD C3AD 5.
a m e naza PxP de las blancas. C3A 03C 6. A3 D A2 D ? 7 . PxP
AxP 8. 0-0 P3A 9. P4C D! A2R
24. A2 D ! AxP+ 1 O. A4AR PxP 1 1 . CxP CxC 1 2.
25. RxA 03C+ Axe C3A).

1 56
N i mzow itsch entendía como 22. T3 R P3C O
nadie las técnicas de bloqu eo a 23. T3C R1 T
las posiciones del adversa rio.
S obre este tem a inclu so escribió Se a m enaza 24. AxC.
un li bro. Aquí podem os com p ro­
ba r la a p l icación práctica de su 24. AxPTR
teoría de bloqu eo.
B onita j u gada decisoria . S i 24 .
1 3. C 2 0 0-0 ... CxA, sigue 2 5 . D 6 C R 1 C 2 6 .
AxPC R , ganando.
E ra a considera r antes 1 3 . ...
A4C, pa ra cambiar el a lfil de ata­ 24 . ... P4R
que bla nco. 25. A6C T2 R
26. T1 R 030
4. C3A! 27. A3 R P50

Ahora 1 4 . ... A4C costa ría u n F i n a l m ente, el bloqueo de l os


peón: 1 5 . A4D D 3 T 1 6 . AxA peones negros se ha roto, pero
DxA 1 7 . C 5 C, y el PR negro está ello no tiene a hora demasiada
perdido. i m porta ncia pa ra las blancas,
q u e conserva n el p a r de a lfiles y
1 4 . ... A3 0 tienen u n peón de ventaja.
1 5. 02R T0 1 A
1 6. A40 28. A5C TxP
29. TxT PxT
Cediendo la casilla 5 R a l caba­ 30. OxP R1 C
l lo. 31 . P3TO R1A
32. A4T A1 R
1 6. ... 02A 33. ASA 050
1 7. C5R A1 R
1 8. T01 R AxC Ante la amenaza 3 4 . A 3 C .
1 9. AxA 03A
20. A40 A20 34. OxO PxO
21 . 0 2A 35. TxT RxT
36. A3 0 R30
B loqueando defin itiva mente el 37. AxC PxA
centro de las negra s, antes de 38. R1 A A3A
em prender e l ataque sobre el 39. P4TR
e n roque contra rio.

2 1 . ... T2AR Las negras aba n dona ro n .

1 57
Posición 2 6 poco podría n las blancas contro­
l a r el centro con 9. D 2 R , a cuya
(los efectos de la ventaja en el de­ j u gada segu i ría 9 . .. P4 R ! 1 O:
.

sarrollo: partida van Scheltinga­ CxP CxC 1 1 . D xC T 1 R , y las ne­


van der To/, Leeuwarden, 1946). gras tendría n u na excelente po­
sición de ata q u e .

9 . ... P4R !

Enérgico, y a la vez agu do.

J O. PxP P5R

Consecue nte, toda vez q u e a


1 O ... DxP segu i ría 1 1 . C 3 A y a
.

1 O . CxP, 1 1 . A4AD, y en a m -
. . .

bos ca sos l a s blancas a liviarían


la presión.

1 1 . PxC DxA!

J u gada ú nica, pero suficiente.


No 1 1 . ... PxA 1 2 . D 3 C+ T2A 1 3 .
C 5 R ; o bien 1 2 . ... R 1 T 1 3 . PxP,
y en a m bos casos la ventaja se­
ría para las bla ncas�

( 1 . P4R P 3 R 2. P4D P4D 3. 1 2. DxD


P 5 R P4AD 4. PxP C 3AD 5.
C3AR AxP 6. A3 D P4A 7. PxP No vale 1 2 . C 5 R por 1 2 . ...
a p.? CxP 8. 0-0 0-0 ) . D xD 1 3 . TxD AxP+ 1 4. R xA
C 5 C+, etc.
Las negras tienen a q u í u n a re­
d u cida ventaja en el desa rrollo, 1 2. ... PxD
pero basta nte pa ra ca m b i a r to­ 1 3. C 5 R ?
ta l mente la situación. Se a mena­
za de i n m ediato P4R, y la p re­ Ante todo, a q u í e ra necesa rio
sión sobre la casilla 2AR de las com pleta r e l desa rrollo. Por
blancas es ciertamente m olesta . ejem plo, 1 3 . C3A PxP 1 4. C 4TD
A3D 1 5 A3 R , con cierto contra­
9 . P4A j uego.

A 9. A4AR seg u i ría 9 . ... C 5 R ! 1 3 . ... PxP


1 O . AxC PxA 1 1 . DxD CxD. Ta m - 1 4. CxP D ASO !

1 58
Las bla ncas han ganado u n TxA AxPA+, y las negras gana­
peón, pero s u posi ción e s incon­ ría n cómoda mente.
sistente. En pri m e r térm ino s u r­
ge la a m enaza 1 5 . A3T 1 6 .
... 1 5. ... AxA
T 1 D rD 1 D . 1 6. PxA A3T
1 7. T1 D TD1 D
1 5. A3 R 1 8. C2A TxT+
1 9. CxT C5R!
Pierde sin rem isión; pe ro tam ­ 20. C2A CxC
poco sa lvaba 1 5 . C 3 A A3 T 1 6 .
T 1 D TD 1 D 1 7 . C 2 R Axe 1 8 . Las blancas abandonaron.

1 59
3 C: E l centro clásico.

No hay duda que el centro clásico significa un cierto d o m i n i o en la


zona central, especialmente pa ra las blancas cua ndo logra n a lca nza rlo.
E n c u a nto a las d ificu ltades que com porta la consecución de ta l dom i ­
nio, nos re m iti m os a los eje m plos que h e m os visto y a en la sección 2
( 2 8 1 ), en los cu ales las negras, con la ru ptu ra P 3 D - P4 D , ro m pen el re­
fe rido centro. Aquí nos contenta m os con el a ná lisis de un solo ejem plo,
en el cual, a u nque el ataque su rge de m a ne ra separada, influ ye clara ­
m e nte en el m i s m o el dom i n i o centra l de l os peones blancos.

Posición 2 7

(el centro clásico como muro pro­ P4D PxP 6. PxP A3C 7 . C3A
tector; partida Leonhardt-Burn, C3A 8. 0-0 0-0 ) .
Karlsbad 1 9 1 1 ).
9 . A3C I

Como y a con oce m os, este es


el pri mer tem a que el poseedor
de u n centro clásico debe tener
en cuenta. La j ugada del texto
encaja pe rfecta mente en dicho
tema, toda vez q u e las negras
amenazaba n rom pe rlo con 9 . .. .

CxPR 1 O. CxC P 4 D .

9 . ... A5C
1 0. A3 R P3TR?

La debil ita ción de los peones


bla ncos que las negras pod ría n
forza r con 1 O . . AxC 1 1 . PxA,
..

representa ría en rea lidad un re­


forza m iento del centro bla nco: el
peón de rey queda ria supe rde­
( 1 . P4R P4R 2. C3AR C3AD fendido, m ientras que la colu m ­
n a C R pod ría a p rovecha rse pa ra
3. A4A A4A 4. P3A P3D 5.

160
el ata q u e . Ta m bién después de pueden e m p render n i n g u n con­
1 O. . . . T 1 R ! 1 1 . D 3 D AxC 1 2. trajuego eficaz.
PxA C 4TR 1 3. C 2 R D 3 A 1 4.
R 2C D 3 C+ 1 5 . R 1 T D 3A 1 6 . 1 7 . ... C2R
P4A, con la ocupación por l a s 1 8. R 1 T P40
torres de la colu m n a C R l a s
b l a n c a s tendrían ventaja. E ste conocido contragolpe,
que en c i rc u n sta n c i a s norm a les
La ú n ica pos ibilidad p a ra las es valioso pa ra las negra s, aquí
negras está é n e l consecue nte no a l ivia la estre c hez de la posi­
ataque con tra el PR bla nco, con ción.
1 O . . T1 R 1 1 . D 3 D A4TR 1 2 .
..

C 2 D A 3 C , a m e nazando 1 3. . .. 1 9. P5R C2T


P4D . Pero ta m bién a q u í las blan­ 20. P5A P3AR
cas p u e de n m a ntener s;u ventaja
juga n d o 1 3. P 5 D ! C4R 1 4. D 2 R . Las negras pretenden, por lo
m e n os, cerra r la posición, pero e l
peón pasado que a hora v a n a te­
11. 030 T1 R ner las blancas en la casi l la 6 R
1 2. C20 02R
l i m ita rá l a s pos i b i l i da des defen­
1 3. T0 1 R T0 1 0
sivas del adve rsa rio.
1 4. P3TO
21 . P6R P3A
D e m ostración de la i m poten­ 22. A4AR C1C
cia de las negras. La s blancas 23. C4T
pueden dedicarse con toda tra n­
qu ilidad a reforza r su posición. La l u c h a se traslada a hora a l
fl anco de da m a . L a a m e naza es
1 4 . ... 01 A 24. C xA PxC 2 5 . A 7 A.
1 5. P4A
23. ... A4T
A hora la a menaza ya es i m ­ 24. A2A 02R
porta nte. La s blancas pretenden 25. 03CR
cont i n u a r P5A, pa ra con P3TR
ga nar el AD de las negras. D e n uevo el te m a comentado
en el párrafo a nte ri o r, e m peza n­
1 5 . ... A1 A do con 26. P4C A 3 C 2 7 . CxA
1 6 . P3T R1T PxC 2 8 . A 7 A .
1 7 . P4C!
25 . ... P4C O
Con el centro tota l m ente ase­ 28. C 5A A3C
g u rado, las blancas e m pieza n el 27. P4C C1 A
ataque d i recto contra la posición 28. P4TO
a dversa ria . Dada la l i m itación de
sus posi b i l idades, las negras no Todo e l p l a n es m u y exacto.

1 61
Las blancas p rete nden segu i r 30. C 3 C -xP AxC-4A
c o n 2 9 . P 5 T AxC 3 0 . .PC xA, ga­ 3 1 . CxP ! AxP D
nando l a ca l idad, toda vez que
no si rve 30 . . . . A 2 C por 3 1 . A 6 D . N o hay sa lva ción. S i g u ió 32.
CxD TxC 33. A7A A4 R 34. TxA
28 . ... P4TD TxA 3 5 . TxP A2C 3 6 . DxT AxT+
29. C 2 D - 3 C PxPT 3 7 . R 1 C T1 R 38. AxP T2R 3 9 .
ose C 2 T 4 0 . T 1 D T 2 C 4 1 . DxT
O bien 29 . . . . PxPC 30. P5T AxD 42. T SQ. Las neg ras aban­
A2T 3 1 . A 7 A . do n a ro n .

1 62
3 D: E l centro neo-clásico

El centro neo-clásico es equ iva lente en el juego m oderno al centro


clásico que ya conoce m os pa ra las ape rt u ras de P R . S u formación pue­
de a pa recer en m uchas varia ntes del G a m bito de D a m a y en las Defen­
sas I ndias.
El centro neo-clásico es m enos peligroso pa ra las negras q u e el
centro clásico que he m os visto en 3 C , por l o menos en lo que se refie­
re al ataque d i recto sobre el rey. Sería favorable pa ra las blancas ava n­
zar el PR hasta su casi lla 5R, pero e l l o tiene el i m porta nte i nconvenien­
te que cede el dom i n i o de la casilla 40 de las negras pa ra la instalación
e(l l a m isma de u n a pieza de este bando. Sin e m ba rgo, el avance P 5 R
d e las blancas es u na posibil idad que a m bos adversa rios han d e consi­
dera r constantemente. Lo m is m o vale para el eventu a l avance del PO
bla nco hasta su casi lla 5 0, en el caso de que la posición lo perm ita o
aconseje. Lo i m portante no es a q u í orga nizar el ata q u e sobre el fla nco
de rey, si no conside ra r a tenta m e nte la posición de las piezas del ad­
versa rio.
E l a rm a más eficaz pa ra las negras es la presión que puedan ejercer
sobre la casilla 40 de las blancas. Esta presión puede concreta rse en
un momento determ ina do, en el avance del PR negro ( P3 R - P 4 R ) o
ta m bién en el del PAD ( P 2AD-P4A D ) . E n determ inadas circu nstancias,
i ncluso el PAR puede cola bora r en el ataque contra el centro.

Posición 2 8 ( 1 . C3AR P4D 2. P4D C3AR


3 . P4A P3R 4. C3A P4A 5.
(las blancas atacan en el flanco de PAxP CxP 6 . P4R CxC 7 . PxC
rey; partida Keres-Fine, Ostende PxP 8. PxP A5C+ 9. A2 D AxA+
1 93 7). 1 0. DxA 0-0 1 1 . A4A C2D 1 2.

1 63
2 0 . C 4 R , y este caba l lo en­
contra rá en la casilla 6 0 u na
posición idea l .

3) 1 8 . ... C 1 R ! 1 9 . C 5 C P3TR
20. C4R; las blancas tienen
buen j uego.

1 8 . ... P4C D!
1 9. TD 1 R P4TD
20. P4T P5C?

E ra mejor 2 0 . ... P x P 2 1 . AxPT


P3T. C on la j u gada del texto las
blancas tienen oportu n idad de
efect u a r u n a ru ptu ra centra l que
0-0 P 3 C D 1 3. TD 1 O A2C 1 4. ofrece ciertas g a ra ntías de ata­
TR 1 R T1 A 1 5. A3C C3A 1 6. que.
D4A).
2 1 . P5D! PxP
1 6 . ... D2A 22. P 5 R

N atu ra l m e nte, e l c a mbio de S orprendente j u gada interme­


da m a s favorecería a las negras. dia.
Con el m is m o el centro blanco
pierde fue rza, y adem ás, ya no 2 2 . ... C207
sería de temer u n ataque por el
flanco de rey. Por otra pa rte, fa ­ Después d e 2 2 . ... C 5 R 2 3 . P 6 R
cil ita ría a las negras la m oviliza­ P x P 24. TxC PxT 2 5 . C 5 C, el ata­
ción de su m ayoría de peones en que de las blancas es a pa ratoso,
e l fl a nco de dama. pero las negras podrían todavía
resistir, como dem u estra n las si­
1 7. 04T TR 1 D gu ientes va ria ntes indicadas por
1 8. T3 R el a ná l isis de K e res y R ei nfeld
poste riormente:
K e res indicó después de la
p a rtida q u e el ava nce 1 8. P 5 R ! 1) ,25 . ... D 6A 2 6 . AxP+ R 1 A
era fu � rte: 2 7 . D 4A+ R 2 R 2 8 . D 7AR+
R 3 D , y las blancas no tienen
1) 1 8 . ... AxC? 1 9 . PxC AxT 20. más q u e tablas por jaque
D5C R 1 A 2 1 . DxP+ R 1 R 2 2 . pe rpétuo ( 2 9 . D 4A+ R 2 R
TxP+ PxT 2 3 . D 8 C+ R 2 D 24. 3 0 . D 7 AR+) .
DxPR, m ate.
2) 2 5 . ... D 4 R 2 6 . D xPT+ R 1 A
2) 1 8 . ... C4D 1 9. C 5 C P3TR 2 7 . CxP- 3 R + R 2 R 2 8 . D 4T+

1 64
D 3A 2 9 . D 4C, y las negras
tienen m u c h o contraj u ego.

23. ese e1 A

Ta m bién despu és de 2 3 . . ..
P3T 24. P6R PxC 2 5 . PxP+ R xP
2 6 . T7 R+ tend ría n las blancas u n
ataque victorioso.

24. exPT exe


25. T3T OSA
26. Dxe+ R1 A
27. T3T-3R P5D

U n ú lt i m o intento.
e 2 D e3e 1 O . 0 3 0 P3AD 1 1 .
28. D ST+ R2R P3A A3 R ) .
29. DxP T1 A
C o m pa ra ndo con la a nterior
O bien 2 9 . ... A4D 3 0 . D 6A+ posición 2 8, obse rva m os que
R 1 R 3 1 . P 6 R ! , ganando. por u n a pa rte favorece a las ne­
gras la buena situa ción de su AR
30. D 6A+ R1 R en la casilla 2 C R , m ientras por
31 . P6R! otro lado se observa escasa li­
berta d de acción de sus piezas, a
L a s negras aba ndon a ron, toda pesa r de su excelente desa rrollo.
vez que si 3 1 . ... PxT, sigue 3 2 .
P R xP+ R 2 D 3 3 . A 6 R +, etc.; y s i 1 2. T 1 D e 3T
3 2 . ... TxP 3 3 . AxT+ R 2 D 34.
A 6 R +. P rim ordia lmente, las negras
qu ieren fija r el P D contrario y
com pletan el desarrollo no pe r­
m itiendo su ava nce, cosa que
podría su cede r con 1 2 . ... C D 2 D .
Posición 2 9
1 3. P3TD 020
(maniobra detrás de la línea fron­ 1 4. D2A!
tal; partida Botvinnik-Sm yslov, La
Haya 1 948). Se a menazaba 1 4 . ... TD 1 D .

( 1 . P4D e3AR 2. P4AD 1 4 . ... e2A(?)


P3CR 3. e3AD P4D 4. e3A
A2e 5. D3e PxP 6 . DxPA 0-0 Después de esta j u gada las
7 . P4R A5e 8 . A3 R eR2D 9. negras tendrá n ciertas dificu lta-

1 65
des, y por el lo, a u nq u e ta m poco ble era la prepa ra ción por las ne­
era muy convincente, tal vez hu­ gras del ava nce de su peón A D .
biera sido mejor la l ínea de juego
1 4 . ... AxP 1 5 . C 2 D - 1 C ! P4AD 28. P5R
1 6 . C 5 C TA 1 A 1 7. AxA PxA 1 8.
C 1 -3A! Después d e 2 8 . C x C PxC 2 9 .
TxT TxT 3 0 . P 5 R C4D 3 1 . DxP
Las bla ncas recupe ra n el peón, T7 A, las negras tendría n sufi­
pero su ventaja es m íni m a . ciente com pensación posicional
por el peón sacrificado .
. 1 5. C 3 C ASA
28 . ... CxC
E n vista de que la a menaza de 29. PCxC C4D
las blancas e ra 1 6. C 5A, que­ 30. P4A
da ndo con el par de a lfiles.
E ra preferible j u g a r pri m e ro
1 6. A2R AxA 3 0 . C 2 D, y luego seg u i r con
1 7. DxA TD 1 D P4A. Con la jugada del texto tie­
1 8. 0-0 D3R nen las negra s posibil idades de
1 9. C5A D1 A salvación gracias a la debil idad
20. R1T C2D del PD. contra rio.
21 . C3C P3C
. 30. ... C2R
E l ataque sobre el pu nto 4 D 3 1 . C2D C4A
d e las bla ncas práctica m e nte ya 32. C4R CxP!
no existe, y por ello es necesa rio
bu sca r otros planes. La jugada Las negras sac rifi can la ca li­
2 1 . ... P4R no va le a ca u sa de dad pa ra logra r, e n com pensa­
22. P 5 D , y por ello las negras ción, la destru cción del pode roso
pre pa ra n u n posible ava nce de centro blanco.
su peón AD.
33. Axe TxA
22. D4A D2C 34. C 6 D TxC
23. P4A P3R
35. PxT
Las negras tratan de i m ped i r,
en lo posible, el ava nce P5A. E ste peón se perderá pronto, y
las negras equ i l ibra rá n el m ate­
24. T1 A C3A ria l ( dos peones por la cal idad) .
25. A1 C T1 A Posición no fá cil de resolve r a su
26. T2AD TR 1 D favor por nin g u n o de los dos
27. D2R C4CI ba ndos en ta n complicado final,
en cuyo trata m iento no va m os a
De pronto, la posición se a g i li­ entra r por no correspohde r a l
za. N atu ra l me nte, l o m á s previsi- tem a q u e nos ocu pa .

1 66
Posición 3 0 1 6. A2T

(el ataque sobre la casilla 4D de A 1 6. A3C, las negras podrían


las blancas tiene éxito; partida Bo­ contesta r 1 6 . . C4T 1 7 . A2T
..

goljubov-Kramer, Travemünde C 3 C-5A 1 8 . D 3 R A4C! 1 9 . CxA


1 95 1). D xC- 5 C .

1 6. ... T2D
1 7 . T2A C 2T!

C on la intención de seg u i r con


C4C, y e l i m inar un i m po rtante
a poyo a la casi lla 4D de las blan­
cas.

1 8. D3R TD1 D
1 9 . A3C

Para conti n u a r con un posi ble


P4 TR en el caso de que las ne­
gras no jueguen ensegu ida C4C
y con ello, en cierta forma, de­
fender e l centro. Pero a hora ya
( 1 . P4D C3AR 2. A5C P4D 3. es ta rde.
C3AD P3A 4. P 3 R A4A 5. AJ O
AxA 6 . PxA P 3 R 7 . C3A A2 R 8 . 1 9. ... C4C
0-0 0-0 9 . T1 A C D 2 D 1 O. P4R 20. C2D
P3TR 1 1 . A4A PxP ! 1 2. PxP
D4T 1 3. D2R TR 1 D 1 4. P3TD Defensa i n d i recta del P D . S i
C 1 A) . 2 0 . ... TxP, segu i ría 2 1 . C 3 C .

E n esta posición s e h a ca m ­ 2 0 . ... D3C


b i a d o u na pieza, y ello fa vorece 2 1 . C2R
la posición de las negras que.
pueden m a n i obra r cóm oda men­ M omento crítico. L a s bla ncas
te, con mayor m otivo por care­ asegu ra n la defensa del PD y
cer las bla ncas de u na fig u ra ta n a menazan 2 2 . C4AD, o a ú n 2 2 .
i m porta nte para el ataque como P4A, rechazando c o n e l l o el ata­
es en esta ocasión el a lfi l de ca­ que de las negras.
sillas blancas. Consecu entem en­
te, las blancas tendrán que preo­
cu pa rse seriamente de la defen­
21 . ... P4AD!
sa de su centro.
G ol pe decisivo. A hora las
1 5. P3T C3C blancas va n a pe rder, como m í-

1 67
Posición 3 1

n i m o, u n peón, toda vez que 2 2 . (el peón alfil dama desempeña un


PxP AxP no se ría bueno por: buen papel; partida Ratner­
Botvinnik, Moscú 1 945).
1) 2 3 . D xA D xD 2 4 . TxD TxC,
ganando l a s negras u n peón.

2) 23. TxA T6 D ! ( no ensegu ida


2 3 . ... TxC por 24. A 7 A! ) 24.
A 7 A ( o bien 2 4 . C 4A D TxD
2 5 . CxD TxC 2 6 . C 4T CxP)
2 4 . ... TxD 2 5 . AxD PxA! 2 6 .
PxT PxT, c o n u n fi n a l gana­
do por las negras.

22. C4AO 03A


23. P3A PxP
24. 030 C2T
25. P4A?

N ueva debilitación que propi­


cia el ataque de las ne gras con­ ( 1 . P40 C3AR 2. P4AO
tra lo q u e queda del centro bla n­ P3C R 3. C3AO P40 4. PxP
co ( el peón 4 R ) . CxP 5. P4R CxC 6. PxC P4AO
7. A4AO A2C 8. C2R 0-0 9.
2 5 . ... C3A! 0-0 C 2 0 ) .

Ahora no valdría pa ra las blan­ E l centro neo-clásico propia­


cas 2 6 . C 5 R a cau sa de 26 . ... mente d i cho, aquí no ha llegado
CxC 2 7 . PxC DxP. Contra 2 6 . a forma rse, toda vez que pa ra
P 5 R l a s negra s pueden contes­ ello las negras debe rían efectu a r
ta r, se n cillam ente, con 2 6 . . .. el ca m bio PxP q u e en todo caso
C5R. queda en rese rva pa ra más ade­
la nte. Por ello tend ría m os q u e
26. C20 OxT! hablar aquí de u n « a m pl io» cen­
27. OxO P60 tro neo-c lásico.
28. 04A PxC
29. T1 R TxC 1 0. P4TO?

Y las negra s ga n a ron, i m po­ E n partidas poste riores se ha


niendo su ventaja materia l, tras m a n ifestado que aquí lo mejor
u n la rgu ís i m o final en la j u gada pa ra las blancas es prosegu ir
1 25 ( ! ). con 1 O. A 5C R ! Después de 1 O.
. . P3TR 1 1 . A3R las blancas ga-
.

1 68
na ría n u n tiem po continuando 1 5 . ... P 5A!
con 0 2 0, para e l ataque contra 1 6. 03T P4A
el PTR de las negras.
Si esta blece m os un bala nce
1 0 . ... 02A de la posición pode m os com pro­
ba r q u e la estrategia de las ne­
E n relación con e l comentario gras ha tenido en éxito tota l. E l
ante rior, las blancas tendrían centro d e l a s blancas ha q u eda­
a ho ra una fu erte y sencilla res­ do sin m ord iente, m ientras que
puesta j u ga ndo 1 2 . T 1 A. las casillas 4AO y 6 0 de las ne­
g ras ofrecen excelentes bases
1 1 . A2T de situación pa ra sus piezas.

Las consecuencias de la j u ga­ 1 7 . A5C


da precedente.
A 1 7. P3A pod ría seg u i r 1 7 . ...
1 1' . ... P3C P5A 1 8 . A2A P4C R .
1 2. A3 R A3TO
1 3. T1 R T0 1 0 1 7 . ... A3A
1 8. A6T T2A
La presión sobre el pu nto 4 0 1 9. PxP
d e l a s blancas juega a q u í u n i m ­
porta nte pape l . Triste decisión; pe ro pa ra 1 9 .
P3A y a es ta rde, toda vez q u e
1 4. 03C c o n 1 9 . ... P5A e l a lfi l d e d a m a
blanco quedaría ence rrado.
Con 1 4. P 4 A R tam poco s e i m ­
pediría el ava nce P4R d e las ne­ 1 9 . ... PxP
gras.
La ve ntaja de las negras es ta n
1 4 . ... P4R! grande que ren u ncia m os a se­
g u i r comentando. No obsta nte,
L a a menaza es 1 5 . ... P R xP 1 6 . da m os en a notación a breviada el
PxP AxC 1 7 . TxA PxP, forza ndo resto de la partida:
u n cambio en la posición centra l
favora ble pa ra l a s negra s. 20. P 5T P4C 2 1 . T01 O C4A
22. C3C A2 R 23. 0 1 A P5A 24.
1 5. P 5 0 C 5T 030 25. A7 C TxA 26. CxT
RxC 27. A1 C A 1 AO 28. 02A
L a continua ción 1 5 . PxPR OxP T1 T 29. 02R A3A 30. 05T
costa ría u n peón a las bla ncas, y A2 0 3 1 . A2A P 5 R ! 32. AxP
1 5 . PxPA no puede ten e rse en 04R 33. 03A T1 R 34. A3 0
consideración por la debil idad OxT+ 35. TxO TxT+ 36. A1 A
que produciría en el fla nco de C 5 R 3 7 . OxP CxPAO 38. 03C+
da m a . R 2A, y las blancas aba ndon a ron .

1 69
3 E: F l exibilidad e n e l centro con peones asimétricos

En la flexibilidad q u e hem os tratado en la sección 2 8 1 la relación de


peones en el centro e ra 2: 2. La ventaja de las bla ncas consi stía sóla­
m ente en una mayor l ibertad de m ovim ientos. Ahora vere m os posicio­
nes en q u e la relación es de 2: 1 , y con ello se esta blecen otras condi­
ciones.

A m bos ba ndos deben tener en cu enta las sigu ientes posi b i l i dades
(véase posi ción 3 2 ) :

1) La s blancas ca m bi a n el peón en su casi lla 5 R ( PO xP R ), y con ello


consiguen m a yo ría de peones en el fla nco de rey.
2) La s negras ca m bian e l peón e n s u casilla 5 0 ( PR xP O ) , lo q u e no
cambia sensiblem ente l o m a nifestado.
3) La s blancas juegan P 5 0 .

E sta ú ltima posi bilidad no e s por lo genera l demasiado i m po rta nte,


toda vez que las negra s no tienen g ra ndes difi cultades al no existir el
PO en su casil l a '3 0 .

1 70
Posición 3 2

(las blancas cambian e n s u casilla ( 1 . P4D C3AR 2. P4AD


5R; partida Pire-van Scheltinga, P3AD 3. C3AR P4D 4. P3R
Birmingham 1 95 1 ). P 3 R 5 . A3D C D 2 D 5 . 0-0 A3D
7 . C3A 0-0 8. P4R PxPA· 9.
AxP P4R ) .

1 0. A5C R

Contra 1 O. P 5 D l a s negras dis­


ponen de la buéna conti nuación
1O . C 3 C 1 1 . A 3 C PxP.
...

1 0. ... P3TR
1 1 . A4T D2R
1 2. T1 R

Las bla ncas pueden m a ntener


la tensión tra nq u i la m ente refor­
zando al propio tiempo la zona
centra l . Contra ria m e nte, las ne­
gras han de resolve r el problema
del desarrollo del fla n co de

1 71
dama, a fi n de q u e el a lfi l de ca­ 1 6. ... A5C
sillas blancas pueda pa rticipar 1 7 . 01 A
en la l u cha de forma activa. El
intento de efectu a rlo media nte M á s sencillo e ra 1 7 . P3A.
1 2 . ... P 3 e D ·permitiría a las
bla ncas el avance P 5 D ! , muy 1 7 . ... TD 1 D
fu e rte, toda vez que si 1 3 . . .. 1 8. A4TR
P4A, cedería n las negras su ca­
silla 5 e D a l adversa ri o pa ra si­ A hora la a menaza es no sólo
tua r el caba llo o el a lfi l, lo cual 1 9 . P 5 R , si no ta m bién 1 9 . Axe
crea ría aún m á s d ificu ltades al PxA 2 0 . DxP.
bando negro.
1 8 . ... P4C
1 2 . ... C3C 1 9. P 5 R

Parece u na buena solución a Después de 1 9. A3e, con 1 9 .


los problemas menci onados en . . . e4T l a s negras tendría n con­
el comenta rio a nterior, toda vez traju ego; pe ro la ju gada del texto
que si 1 3. A3e, segu i ría 1 3 . ... desba rata este plan: 1 9 . ... e4T
A5eR. 20. AxPe PxA 2 1 . DxP+, ganan­
do.
1 3 . PxP

Pero esta j u gada i nte rmedia


1 9. ... C2T
« echa agua en la sopa » . E l m oti­
20. A3C C4D
vo está en la va riante 1 3 . ... exA
21 . C4R ! C5C
1 4. PxA DxP D 1 5 . DxD exD 1 6 .
22. C6A+ CxC
P 5 R , ganando u n a pieza .
23. PxC C6D
24. D2A D4A R !
1 3 . ... AxP
1 4. CxA DxC N o 2 4 . ... GxT? p o r 2 5 . D 6e+, y
1 5. A3C D mate i n m e d iato.

A h ora la ventaja de las bla n­ 25. T3 R TR 1 R ?


cas es clara, toda vez q u e el pa r
de a lfi les se hará nota r pronto en E ra m u cho mejor 2 5 . ... e4A.
esta posición abierta . Las blancas tendrá n ahora un
ataque avasa l lador.
1 5 . ... D4TD
1 6. A3C 26. T7 R ! A4T

Las blancas no considera n Forzado, toda vez que si 2 6 . ...


basta nte la ventaja resu lta nte TxT 2 7 . PxT T 1 R, segu i ría 2 8 .
del ca m bio 1 6. Axe. Esperan ob­ P 3 A A 4 T 2 9 . T 1 D D4A+ 3 0 .
tener más con el pa r de a lfiles. D xD C x D 3 1 . TB D .

1 72
27. A7A T1 AO ( 1 . P40 P40 2. P4AO P3AO
28. A4AO A3C 3. C3AR C3A 4. P3R P3R 5.
C3A C 02 0 6 . 02A AJO 7.
O bien 28 . ... TxT 2 9 . PxT D 2 D AJ O 0-0 8. 0-0 02R 9. P4R
3 0 . DxC DxA 3 1 . D3TR A 3 C 3 2 . PxPA 1 O. AxP P4R ) .
DxP, etc.
Esta posición e s m u y parecida
29. 1'1 o a la precede nte. La ú nica dife­
rencia consiste en que, en la po­
Decisivo. A 2 9 . ... C 5A, o bien sición 3 2, las da m a s se ha llan
2 9 . ... C4A segu i ría 3 0 . AxP+! toda vía en sus respectivas casi­
Continuó todavía : 29. . .. llas de origen.
OxP-6A 30. TxT+ TxT 3 1 . AxC
AxA 32. OxA OxPC 33. P4TR Pero es una diferencia muy
PxP 34. 0 7 0 T3 R 35. 080+ i m porta nte. M ientras l a dama
ª
R2C 36. OxP OxPT 37. 04C+ negra está m u y bien situada en
R2T 38. 05A+ T3C 39. A5R su casilla 2 R , la dama blanca lo
03R 40. T8 0 !, y las negras está mal en su casi lla 2 A D . Por
abandonaron. de pronto, las negras ya a mena­
zan ganar u n peón con 1 1 . ...
PxP 1 2 . CxP AxP+ 1 3 . R xA
D 3 D+ 1 4. R 1 C DxC.

1 1 . TR 1 O PxP !
Posición 33 1 2. CxP C3C

(las negras cambian en su casilla A lekhi ne, cuyos poste riores


50; partida Davidson-A lekhine, comenta rios tra slada m os aquí,
Semmering 1 926). opina que esto es mejor que 1 2 .
... C 4 R 1 3 . A 1 A C 3 C 1 4. C 5A
AxC 1 5 . PxA C 4 R 1 6. A 5 C R ,
con buen juego pa ra las blancas.

1 3. A1 A T1 0

De nuevo se a m e naza el sa cri­


ficio AxP+, a u nque a q u í con otra
varia nte: 1 4. . .. AxP+ 1 5 . R xA
TxC 1 6 . TxT D4R+, etc.

1 4. P3TR A2A
1 5. A3 R

P reviendo de nuevo al sa crifi­


cio 1 5. . .. TxC 1 6 . TxT D 4 R .

1 73
1 5 . ... T1 R ! 26. PxA DxPT+
27. R1 C A7T+
M otivo, ningu no. Efecto, i m ­ 28. R1T C 5A
porta nte. L a pequeña ventaja 29. CxC
que tienen las negras será fina­
mente a m p l iada. S i 2 9 . Axe, sigue 2 9 . ... A6e+
y m ate en dos j u gadas.
1 6. A'3 D C4T
1 7. C3A-2 R P3C 29 . ... AxC+
1 8. T1 R C2D 30. R 1 C A7T+
1 9. C3AR (7) 31 . R 1 T D6A+

H a sta a hora las bla ncas se La ju gada clave de toda la


han ido defendiendo con cir­ combinación . S ig u i ó 32. R xA
.
cunspecc ión. Pero a q u í debían T4R 3 3 . D 5A TxD 3 4 . AxT D 4T+
haber j u gado 1 9. P4A pa ra se­ 3 5 . A 2e D xA, y pocas j u gadas
g u i r P5A y A 2 D , con cierto con­ despu és las blancas se rindieron.
traju ego.

1 9 . ... A3C
20. A5C Posición 34

E ra a considera r 20. AxA PxA! (las blancas juegan P4D-P5D;


partida Petrov-Stahlberg, Kemeri
20. ... D4AI 1 93 7).
2 1 . C3A

No es mejor 2 1 . DxD, a ca u sa
de 2 1 . ... exD 2 2 . e 1 A P3A 2 3 .
A 2 D exA 2 4 . exe e s e 2 4. P 5 R
A4A R , c o n juego supe rior pa ra
las negras.

21 . ... C4R
22. CxC DxC
23. A3 R A2A
24. C2R D7T+
25. R1A AxP!

Esta elega nte combinac ión,


que rem a cha la ventajosa pogi­
cional lograda por las negras, fu e
m otivo pa ra que se concediera a
esta partida u n pre m i o de belle­ ( 1 . P4D P4D 2. P4AD P3AD
za. ·3. C 3AD C 3AR 4. C3A P3R 5.

1 14
A5 C P3TR 6. AxC DxA 7 . D3C 1 9. A4C A3C
PxP 8. DxPA C 2 D 9 . P4R P4R ) . 20. TxP !

1 0. P 5 D E l ca m bio previo 2 0 . Axe TxA


sería m a l o, toda vez que las ne­
Es lóg ico q u e e n esta posición g ras, después de 2 1 . TxP T7 D
las blancas qu iera n ma ntener tendrían sobrada compensación
una formación cerrada. Caso por el peón sac rificado.
contra rio, con el ca m bio de pie­
zas, las negras tendría n a m plio 20. ... C3A
ca m po pa ra el juego del pa r de 2 1 . A3A T7 D
a lfiles, que podría n desa rro l l a r 22. P4TD !
u n i m porta nte pa pel.
El ava nce de los peones del
1 0 . ... C3C fla nco de· dama ofrece a las
1 1 . D3C A4AD blancas las mejores pe rspecti­
vas.
N o 1 1 . ... PxP, toda vez que la
respuesta 1 2. A 5 C+ sería m u y 22 . ... TD 1 D
fu erte: 1 2 . . . . A 2 D 1 3 . CxP D . 23. P4C D T1 - 5 D
Ta m poco vale 1 1 . ... P 4 A por 1 2 .
C 5 C D ! ( 1 2 . ... A J O 1 3 . CxPT) . Sería m a l o 2 3 . ... C x P a causa
de la ju gada i ntermedia 24. P5T!
1 2. A2 R 0-0 La línea de juego indicada en el
1 3. 0-0 A5C R li bro del torneo, 23 . ... T1 D - 6 0
24. C 3 R Axe 2 5 . PxA TxP R 2 6 .
Las negras no tem e n PxP, T7 A sería ta m bién ventajosa
toda vez que a ca m bio de la de­ pa ra las bla ncas. La j ugada de l
bil itación de su peón AD ten­ texto l i be ra la casi lla 1 D pa ra el
dría n sufic iente com pensa ción a lfi l.
por el a m pl i o ca m po de a cción
de sus a lfiles. No obsta nte, sería 24. T8A+ R 2T
razonable el cam bio 1 3 . ... PxP. 25. P5T A1 D
26. C 3 R ! TxPC
1 4. TD 1 A TR 1 D
1 5. C 1 D ! AxC S i 26 . ... exP, el l ibro del tor­
neo indica 2 7 . e 5 A como j u gada
N o hay otra solución. N o val­ ganadora, om itiendo el autor la
d ría 1 5 . ... A 1 A R 1 6 . PxP PxP respuesta 27 . ... TxPe . No obs­
1 7 . C 3 R A3R 1 8 . D 3A, y las ta nte, 26 . ... exP no es buena por
bla ncas ganaría n u n peón. la sencilla respuesta 2 7. TxA
TxT 2 8 . Axe+. Otra inexactitud
1 6. DxA DxD es indica r que las blancas pue­
1 7 . AxD C2D den obtener ve ntaja d�spués de
1 8. PxP PxP 2 6 . ... A 2 R 2 7 . e 5 A T2 D 2 8 .

1 75
T 1 e todo seg ú n el l i bro del tor­ Defen sa indirecta del PA R . S i
neo), ya que las neg ras podría n 3 2 . ... exP, sigue 3 3 . TxA; y s i
responder sim plem e nte 2 8 . . .. 3 2 . ... AxP, entonces 3 3 . A 3 D
AxP ( si 29. TxA sigue 29. . .. P4A 3 4 . Axe PxA 3 5 . P 6 D P 6 R
T8 D+ y mate a continuación). N o 3 6 . T 1 T.
obsta nte, efectu a nd o previa­
32 .. AS O
m ente 28. exA pa ra seg u i r con
. .

33. P6D C3A


29. T 1 e, las blancas tendría n
34. T7A T3C
mejor juego.
35. TxA
27. C 5 D ! TxC
E n é rgica conc l u sión.
Es mejor 2 7 . ... AxP 2 8 . exT
Axe 2 9 . T7 A P4TD 3 0 . TxP P5T, 3 5 . ... PxT
etc. 36. A3 D+ P3C
28. PxT AxP O bien 3 6 . ... R 1 T 3 7 . T8A+
29. T1 D T6C e 1 e 38. P7D.
30. R1A A3C
31 . A2R C5R 3 7 . TxPA+
32. T6A! Las negras abandonaro n .

1 76
3 F: La m ayoría i n a ctiva e n el centro

3 F 1 : El peón de dama como reserva

M ientra s el peón situado en la casi lla 4 R de las blancas no l legue a


se r ca m biado ( P3 0 - P 5 R / P4R ) la m a yoría de las bla ncas es inactiva,
pero sólida. Por consigu iente, este bando debe proc u ra r su permanen­
cia. La s negras pueden atacar dicho peón de dos m a nera s distintas:
u na, ava nza ndo el P O hasta su casi lla 4 0 ; otra, avanzando el PAR has­
ta su casilla 4AR .
E n e l sigu iente eje m pl o a m ba s forma s d e ataque juegan u n pa pel
i m po rta nte.

Posición 3 5 ASC R 8. P3TR AxC 9 . DxA


0-0) .
(las blancas se reservan el avance
P3D-P40, así como el avance E n la varia nte del ca m bi o de la
P2AR-P4A R: quinta partida del Apertu ra Española, las bla ncas
match Euwe-Kramer, 1940). juega n norm a l mente el PO hacia
su casilla 40, l o que genera l­
( 1 . P4R P4R 2. C3AR C3AD mente condu ce a un final e n el
3. A5C P3TD 4 . A4T C3A 5 . que la m ejor posición de los
0 - 0 A 2 R 6 . AxC P DxA 7 . P 3 D peones blancos es atenu ada por

1 77
seg u ido de P4A, o bien A 5 C .
1 4. e 3 R e3A
1 s. o s e P3T
U na debil itación decisiva del
e n roque negro. M ej o r era 1 5 . ...
C20 1 6 . D3C D 3A 1 7 . C 5 A
D 3 C, a u nq u e después de 1 8.
D4T las bla ncas d ispondría n ya
del ava n ce P4A R .
1 6. D3e e4T
1 7 . D3A e 5A
Forza do, pues si 1 7 . ... P 3 C
1 8 . C 5A ga n a ría u n peón; lo
m ismo q u e con 1 7 . ... C 3 A 1 8 .
la posesión por las negras del C5A D3R 1 9. D3C.
par de a lfi les. Aquí la situación D3A
1 8. e 5A
es otra. S i las blancas q u i e ren 1 9. P4D!
rom pe r con P40, previa prepa ra­
ción con C 3A-C 2 R -A 3 R -T 1 O o M i nando la posición del caba l l o
P3AD, las negras pueden entre­ d e las negras.
tanto ava nza r el P3AD hacia su
casi lla 4AD, para cam bia rlo en el 1 9 . ... P4e R
m o mento oportu no. Por esta La a menaza es 20. PxP DxP
causa las blancas buscan otro 2 1 . CxA, seg u ido de AxC. S i 1 9 .
ca m i no. ... C 3 R , o 1 9 . ... C 3 C,
. decidiría
20. CxPT+.
1 0. e2D e2D
1 1 . e4A P3eD? 20. Axe P RxA
U na debil itación en el flanco O bien 20 ... PCxA 2 1 . PxP
.

de da m a, que además pierde un AxP 2 2 . 0 5T AxP ( 2 2 . ... R 2T


tie m po. Era mejor 1 1 . ... A4C . 2 3 . CxP) 2 3 . TO 1 C, y ahora no
1 2. D 3 e A3 D valdría 23 . ... R 2T por 24. TxA
1 3 . D4e DxT 2 5 . DxP6T+ R 1 C 2 6 . C 7 R ,
m ate.
La inmediata a m e naza 1 3.
A6T pod ría se r contesta da con 21 . P 4e R ! D3R
1 3 . ... D 3A. Ahora ello no es po­ 22. P5R A2 R
si ble, toda vez que quedaría in­ 23. DxPAD TR 1 R
defenso el caba l lo situado en 24. DxPA P4TR
20. 25. P5D A1 D
1 3 . ... D2R 26. PxD

A 1 3 . ... C 3 A seg u i ría 1 4. D 2 R , La s negras aba ndon a ron.

1 78
3 F 2 : El peón de rey como reserva

En el G a m bito de D a m a y en diversas va riantes de la Defensa, I nd i a


s e produce c o n frecuencia la form ación centra l P 3 D - P3 R / P 4 D . Esta y
otras pa recidas formaciones son, por lo genera l, apropiadas pa ra la pre­
paración de ciertas operaciones en el fla nco de da m a ( por eje m plo, va­
ria nte del cambio en el G a m bito de D a m a : 1 . P4D P4D 2. P4AD P 3 R 3 .
C 3 A D C 3 A R 4. A 5 C C D 2 D 5 . PxP PxP 6 . P 3 R ) . L a ruptu ra P 3 R -P4R
sólo sera fa ctible en casos debida mente pre parados.
P a ra e l l o, la posición requ iere determ i nadas c i rcu nsta ncias:

1) El PD no ha de quedar debilitado.
2) L a prepa ración por m edio d e P 3 A R e s cierta m e nte deseable,
toda vez que sin e l la, despu és de j u g a r P 4 R , con PxP de las ne­
gras queda ría a islado el P D .
3) E l par de a lfi les es u na condición i m porta nte, toda vez que e n
todo ca so, después de P 4 R , la posición tom a rá u n ca riz tota l ­
mente abierto.

Excepci ona l mente, en u na conocida varia nte de la Defensa N i m zo


I ndia coinciden estas circu nsta ncias ( 1 . P4D C 3A R 2 . P4AD P 3 R 3 .
C 3 A D A 5 C 4. P3TD AxC+ 5 . PxA P 4 D 6 . PxP PxP) . L a práctica h a de­
m ostrado que e l conju nto de piezas blancas, situadas de m a n e ra a rm ó­
nica para a poya r el avance P 4 R , si este l lega a proda c i rse, dese m boca
en u na posi ción a veces decisiva en favor de las bla ncas.
En la l iteratu ra ajedrecística se encuentra n m u c hos casos en los que
el citado plan se logra plename nte ( B otwinnik-Capablanca, AV R O
1 9 3 8; E u we- B ogolju bov, Zu rich 1 9 3 4; Sza bo-K ottnauer, G ron inga
1 94 6 ; sólo pa ra citar algu nos), y su frecuente repetición en pa rtidas
m enos conocidas es con sta nte; en todas, la l u cha por el dom i n i o de la
casi lla 4 R de las blancas es especia l m e nte violenta.

1 79
Posición 3 6 1 0. 0-0 C1 A
11. P3A C3C
(preparación y ejecución de la 1 2. 01 R P4A
ruptura P3R-P4R; partida Taima­ 1 3. 02A
nov-Abramov, Campeonato de
Rusia 1 950). R eforzando la defensa del P O ,
a ntes de proceder a u na ruptu ra .

1 3. ... 02A
1 4. A2 0 P3C
1 5. C3C A2C
1 6. T0 1 R T01 0
1 7. P3T

Todo está prepa rado para pro­


ceder a u n a ru ptu ra centra l , toda
vez que los pu ntos 4R y 40 es­
tán suficientem ente proteg idos.
Sin e m b a rgo, un i n mediato
avance del P R no es oport u n o
todavía, según de m u estra la s i ­
guiente línea de juego: 1 7 . P4R
PxP D 1 8 . PAxP PxP 1 9 . PxP
C 5 C 20. D 2 R TxP ! C on l a jugada
( 1 . P40 C3AR 2. P4AO P3R del texto las blancas preparan la
3 . C3AO A5C 4. P3TO AxC+ 5. posibilidad que comenta m os.
PxA P40 6. PxP PxP 7 . P 3 R
0 - 0 8. A3 0 T1 R ) . 1 7 . ... 030

La s sigu ientes jugadas son fá­ Amenaza no sólo 1 8 . ... PxP


c i l m ente com pre nsibles.· Las segu ido de DxP, ganando un
bla ncas prepara n el avance P4 R , peón, si no que además i m pide
q u e l a s negras tratan de i m pedir. de nuevo la ruptu ra P4R por la
presión que se ejerce sobre la
casilla 40 de las bla ncas.
9. C2R C 02 0
1 8. A1 A T3 R
1 9. T2 R AJA
Con 9 . . . P4A 1 O. 0 - 0 P 3 C D
.

1 1 . C 3 C A3T, las negras pueden


dejar a l contrario sin e l pa r de al­ N o sería bueno doblar las to­
files, pero después de 1 2. AxA rres de la col u m na de rey, dado
CxA 1 3. 0 3 0, las blancas desa­ que se debi l itaría la cita da pre­
rro l l a rían cómod a m ente su ac­ sión sobre el punto 40 de las
ción en e l centro. bla ncas.

1 80
20. TR 1 R A1 T 2S . ... PxP R
26. PxP R PxP
Las negras ya no pueden se­ 27. PxP OxPT
g u i r reforzando su posición. 28. ASC!

2 1 . C SA Las blancas e m plean sus a lfi­


les de manera conocida con el
fin de debilitar los peones de la
Ahora las bla ncas el igen otro posición adversa ria (véase tomo
pla n . R etira n una pieza de apoyo 1 , 3A).
a la casi lla 4R pa ra reforzar la
defensa del peón situado en 4 0 . 28 . ... P3TR
29. ASCxC PxA
2 1 . ... 02A 30. C ST T1 0
22. A2 0 31 . CxP+ R1T
32. PSR ose
F i n a l m e nte, las blancas se de­ 33. A4R !
ciden a prepara r de nuevo el
ava nce P4R, que no es posible Pa ra eliminar o desvia r el peli­
efectu a r de i nm ediato. Por eje m ­ g roso a lfi l de las negras, y a l pro­
plo, 2 2 . P4R P x P R 2 3 . PAxP PxP pio tiem po defender i n d i recta­
24. PxP CxP! 2 5 . AxC AxA 2 6 . mente el P O .
TxA TxT 2 7 . TxT O xA+.
33 . ... AxA
22 . ... T0 1 R 34. TxA T2A
23. C3C! 030 35. P4T P4TO
36. P ST C2R
A través de las precedentes fi­
has m a niobras las bla ncas han Ahora las b l a n c a s pueden g a ­
log rado detraer la TO negra �e la n a r rá pida me nte j u ga ndo 3 7 .
colu m n a de O . Al quedar situ ada 0 3 R . Pero e l i g ieron otro ca m i n o,
en su casi lla 1 R , hay menor pre­ a s i m ismo ganador, pero m u cho
sión sobre el P40 de las bla ncas. m á s largo: 37. C4C C1 C 38.
CxP ! 02R 39. 04A 03R 40.
24. ASA T3-2 R C5A C2R 4 1 . CxC TxC 42.
2S. P 4 R ! T1 -3R R2T 43. T3 C R T2- 1 R
44. 03A P4A 4S. T4A T1 C R
Al fin e s posi ble este ava nce. 46. TxT RxT 4 7 . TxP TxP 48.
Las bla ncas consiguen pone r en T6A 0 1 R 49. 03CR+ R 2T 50.
m a rcha el ataque sobre el fla n co 05C. Las negras a ba ndonaron.
de rey. EL PTO que se va a pe r­
der ensegu ida no es i m porta nte
en estos m o m entos.

181
Posición 3 7 ra n la m a niobra C 3 R -C 2 C pa ra
forza r, con A4A R , el ca m bio del
(la aspiración de poder jugar a lfil de ataque de las bla ncas.
P3R-P4R en la variante del cam­
bio del Gambito de Dama; partida 1 2. TR 1 R C3R
Rubinstein- Weenink, Luik 1 930). 1 3 . A4T C2C
1 4. P3A?

Pa ra desba rata r el plan de las


negras, a u nque todavía a hora lo
mejor se ría 1 4. TO 1 C.

1 4 . ... A4AR
1 5 . P4R?

Será refutado tácti ca m ente.


La prepa ración estratég i ca de
esta ru ptu ra con 1 5. A2A ( cu ­
briendo el P 4 D ) no se ría de m a­
siado buena: 1 5 . ... AxA 1 6 . D xA
C 3 R 1 7 . P4R PxP 1 8 . PxP C 5 C
1 9 . C 3 A CxA 2 0 . R xA D 3 C, y e l
peón en 4 0 qu eda ría m u y débil.
( 1 . P4D P4D 2. P4AD P3R 3. No obsta nte, las bla ncas debía n
C3AD C3AR 4. A5C CD2D 5. haber optado bien sea por ésta o
P 3 R P3A 6 . PxP P R xP 7 . A3 D por otra conti n u a ción a ná loga.
A2 R 8. D2A 0-0 9. C3A T1 R
1 O. 0-0 C 1 A) . 1 5 . ... PxP
1 6 . PxP CxP!
En esta conocida posición lo
más prom etedor para las blan­ No enseguida 1 6 . ... DxP+ 1 7 .
cas es el ataque contra el fl a nco A2A; pero ta m bién l a j u gada del
de d a m a a dversa rio media nte texto está fu ndada bá sica mente
TD 1 C y P4C D - P 5 C D . En el tomo en la debil idad del PD blanco,
4 volve re m os sobre este te m a . según dem u estra la sigu iente
conocida com b i n a ción de m ate:
1 1 . C2D 1 1 . AxA D xP+ 1 8 . R 1 T C 7 A+ 1 9 .
R 1 C C 6T+ 2 0 . R 1 C D 8C+ 2 1 .
La s bla ncas basa n s u p l a n en TxD C 7 A, m ate.
el ava nce P 3 R - P4 R .
1 7 . AxC AxA-4T
1 1 . ... P3C R 1 8. P3C R DxP+
1 9. R 1 T A3A
U n exce lente siste m a , debido
a S a e m isch. La s negras prepa- Con dos peones de ventaja y

1 82
sólida posición, las negra s tienen El pla n d e l a s blancas e s cla ro.
ganada fá c i l mente la partida. S i­ D e ben a ctiva r su dom i n i o cen­
guió todavía : 20. C3A 04A 2 1 . tra l a base de los avances de
AxA CxA 2 2 . P4C R C 6 R 23. peón P 3 A R - P4 R . S e gú n F i ne,
02A AxC 24. PxA T01 O 25. las blancas ya debía n haber j u ­
T2 R T60 26. T0 1 R TxP 27. g a d o in mediata m e nte 1 O. P 3 A R ;
P4TR P3TR 28. P5T T5 R 29. no obsta nte, la j u gada que sigue,
PxP PxP 30. 04T 01 A 3 1 . 03T que i m pide A4A R , es com pleta­
CxP 32. TxT C7 A+. Las blancas mente lógica.
abando n a ron.
1 0. 030 P4TO!

C on el fin de conti n u a r P 5TO y


situ a r el caballo en la fu erte casi­
Posición 3 8 lla 5 A O .

(las blancas retrasan la ruptura en 1 1 . P4TO P3A


el centro: partida Botvínník­ 1 2. 0-0 C3C-2 0!
. Lílíenthal, Leníngrado-Moscú
1 94 1). La s negras juegan consecuen­
te m e nte . Este caba l l o está desti­
nado a coloca rse en su casilla
5CO, vía 1 C 0 - 3TO .

1 3. T1 O(?)

La s blancas se d e c i d e n por
u na política de espera, lo que
pe rm ite a las negra s m a n i obra r
tra n q u i la mente . E l m ismo B ot­
w i n n i k i ndi có poste riormente
que no creaba pel i g ro pa ra el ad­
versa rio el ava nce de los peones
P 3A R - P4 R , y que la mejor conti­
n u a ción pa ra las bla ncas e ra ju­
gar de i n m ediato 1 3. P 3 C O .

C ontra ri a me nte, el m a estro


a mericano F i ne, en un a ná l isis
de esta posiéión, opinó q u e 1 3 .
( 1 . P40 C3AR 2. P4AO P 3 R P 3 AR e ra ·perfectamente juga­
3 . C3AO A 5 C 4. P 3 R 0 - 0 5 . ble. I nd icó la sigu ie nte continua­
C R 2 R P40 6 . P 3 T O A2 R 7 . ción: 1 3 . P 3 A C 1 C 1 4. P4R PxP
PxP PxP 8 . P 3 C R C 0 2 0 9 . 1 5 . PxP C3T 1 6. A 3 R C 5 C O 1 7 .
A2C C3C). 0 2 0 A3R 1 8. P3T 0 2 0 1 9.

1 83
C4A A 5A 20. T2A, con buen Lógica cont i n u a ción de ataque
juego para las blancas. contra el P R bla nco; pero B ot­
w i n n i k ind i có que h u biera sido
Pero nosotros opina mos que mejor jugar pri m e ro 24 . ... P4TR
l a s negra s podría n j u g a r mejor: pa ra i m ped i r 2 5 . P4C R . S i n e m ­
1 3 . P3A P4A! 1 4. PxP CxP, con ba rgo, las bla n ca s n o l legaron a
excele nte contrajuego. efect u a r esta j u gada en el tra n s­
c u rso de la pa rtida.
1 3. ... e1 e
1 4. P3C C3T 25. TR l R AxA
1 5. C2T T1 R 26. TxA P4T
1 6. A2C AJ O 27. 020 D6T
1 7. Tl R 28. D3A T2 R
29. T1 T 030
Evidente me nte, con la inten­ 30. T2T TD 1 R
ción de prepa ra r todavía el ava n­ 31 . T2T- 2 R P3C
ce P4 R . 32. eJD Axe

1 7 . ... D2R Lógica m e nte, necesa rio. S i por


1 8. TD l D P3C R eje m plo 32 . ... C 2 D ( pa ra no per­
m it i r C 5 R de las bla ncas) el cen­
P a ra poder segu i r con A4AR , tro bla nco podría cobra r a ctivi­
presionando siem pre la casilla dad media nte 33. P4R !
4 R de las bla ncas.
33. DxA P4A
1 9. C4A A4AR 34. A1 A e2D
20. D2R C5CD 35. T1 D D2AR
21 . Cxe Axe 36. P4A
22. T1 AR A5C!
Pero no 3 6 . P x P C x P 3 7 .
A hora, c u a ndo la casilla 4 R DxPD por 3 7 . ... T2 D . C ontra ria­
bla n ca está tota l m e nte controla­ mente, 36. R 2C es mejor q u e la
da por las negra s, éstas fue rza n jugada del texto.
prácticame nte el avance P 3 A !
S i n e m b a rgo, las perspectiva s d e 36 . ... PxP
q u e las b l a n c a s pueda n l leva r 37. PxP
este peón hacia la casi l l a 4 R son
basta nte redu cidas, y conse­ Ta m bién era posible 3 7 . DxPD
cuente m ente, el peón situado en DxD 38. TxD .
3AR podrá conside ra rse como
u na debil itación que favorece el En la posición que se ha c rea­
ataque de las negra s. do después de la ju gada del tex­
to, se ha esfu mado la ventaja
23. P3A A4AR blanca en el centro y las negra s
24. Al A A6TD t i e n e n ligera su perioridad a l dis-

1 84
pone r de su casi lla 5 R como
pu nto de a poyo. Pero e l l o no es
decisivo. B otwinn i k perdió la
pa rtida a l cometer poste rior­
mente un error. La cont i n u a ción
ya no es i m porta nte, refe rida a
nuestro te m a , y la re prod u c i m os
en a nota ción a breviada: 3 7 . ...
TxT 38. AxT D2R 39. AJA C 3 A
4 0 . R2C T1 AD 4 1 . T 2 D D5C
( segú n B otwi n n i k, sólo 4 1 . . .
.

· R 2 C 4 2 . P 5 A C 5 R ofrece a las
negras pe rspectivas de triu nfo)
42. P5A T6A 43 . D 2 R P4CR
44. D5R! TxP ( a 44 . ... TxA? se­
g u i ría 4 5 . T2 R ! Por ello las ne­
gra s debía n h a ber ju gado R 2C
en la j u gada 4 1 ) 45. T2 R R 2C L a ru ptu ra P 3 R - P4 R e s causa,
46. AxP D T7C 47. A4A? ( 4 7 . por . lo genera l desventajosa pa ra
TxT DxT+ 4 8 . R 1 A derivaba ha­ las bla nca s, de que el PD se
cia u n fina l de tablas) 47 . ... TxT+ m a ntenga a islado en su casilla
48. AxT DxPT 49. AxP 07 A+ 40. E sta desventaja, no obsta n­
50. A2 R P 5T 5 1 . P 5 D D4A 52. te, q u eda hasta cierto pu nto
P4T DxP+ 53. DxD CxD 54. com pensada al adqu i ri r mayor l i ­
PxP P6T. Las blancas a ba ndo­ be rtad de m ovim ientos, e i n c l u ­
n a ron. so, eventu a l m e nte, pu eden las
blancas llegar a util iza r su casi lla
5R como base de fu t u ras opera­
c iones. Por consig u i e nte, a m bos
ba ndos deben presta r consta nte
atención a esta ru ptu ra centra l .
Pos i c ión 39
1 2. P4R PxP
(las blancas consienten el aisla­
miento del peón de dama,· partida Ésta es, pa ra n uestro te ma, la
R eshevs ki-Flohr, Torneo A VRO ju gada com entada. Pero que sea
1 938). buena es cierta m e nte discuti ble.
E ra a considera r se ria me nte 1 2 .
... P4A D .
( 1 . P4D C3AR 2. P4AD
P3C R 3. C3AD P4D 4. D3C 1 3. CxP CxC
P3A 5. C3A A2C 6. P3R 0-0 7. 1 4. AxC C3A
A2D P3R 8 . A3 D P3C 9. 0-0 1 5. A2A C4D
A2C 1 0. TD 1 D C D2 D 1 1 . PxP
P RxP ) . C orrientemente, la m a ne ra de

1 85
a provechar el a islam iento de u n en la próx i m a j u gada lo m á s ta r­
peón contra rio no es el ataque de las negra s debía n haber j u ga­
d i recto, si no la ocu pa ción de la do P4A D .
casilla i n m ediata a nterior, a ser
posible con u n caba llo. Con ello
se i m pide l a rgamente su posible 2 3 . A4 R T1 R ( ?)
avance. 24. AxC !

E n el tomo V trata remos toda­ Este ca m bio, q u e provoca u n


vía deta lladam ente este tema centro con peones s i métricos,
del peón aislado. e l i m ina la debil idad del PAD ne­
gro y activa el jueg o del pa r de
La posición que se ha creado a lfiles de l contra rio, n o parece
aquí no la va m os a a n a l izar con ser lo más adecuado en esta po­
sólo el tema básico del peón a is­ sición. Pero en la conti n u a ción
lado. H a y que tene r en cue nta de la pa rtida puede com p roba rse
ta m bi é ll' que las negras tienen que R eshevski valoró exa cta ­
mal situado el a lfi l de dama, y la me nte sus posib i l i dades.
debil idad del PA D . Estas consi­
deracione fueron tenidas en 24. ... PxA
cu enta, posi blemente, por las 25. C 5 R !
blancas al elegir como ju gada in­
mediata la ru ptu ra 1 2 . P4 R . Esta j u gada s e a poya en dos
pequeñas com binaci ones, o sea
1 6 . TR 1 R T1 R 25 . ... AxC 2 6 . PxA TxP 2 7 . A4A
1 7 . AJ O 020 D 3AD 28. P 3T! ; y 25 . ... Axe 2 6 .
PxA DxP 2 7 . DxPC D 2 R 2 8 .
Ante la posibil idad de la j u ga­ A 3 R , con ventaja para l a s bla n­
da C 5 R de las bla ncas, esta cas en a m bos casos.
d a m a esta ría mejor situada en
su casilla 3 0 . 25 . ... T1 AD
26. T1 R T1 R
1 8 . D4T TxT+ 27. P3T T3 R
1 9. TxT P3TD ( ?) 28. P4A D2R
29. T1 AD R 2T
Segu nda i nexactitud, que crea
u na nueva debil idad en el fla nco D efiende el P C R pa ra poder
de d a m a . E ra mejor 1 9 . ... T 1 D efect u a r P 3 A R , desa lojando el
( 20. DxPT? T 1 T) . caballo contra rio de su dom i nan­
te situación. No obsta nte, e ra
20. T1 AO 030 mejor 2 9 . ... A 1 A R .
2 1 . 03C T1 AO
22. P4TD P3T 30. A4C ! 05T

R eshevski i ndica que aqu í, o Con la espera nza de poder

1 86
contesta r a 3 1 . T7 A con 3 1 . ... esta posición llega remos en la
DxPA 3 2 . TxA D xP+. j u gada 40.

3 1 . OJAR AxC 36 . ... 07A


32. PAxA!
D espués de 3 6 . ... AxP, decide
De nu evo, u na respuesta sor­ 3 7 . D BA+ R 2T 3 8 . D 7 A+ R 1 C
prendente. A hora no es posible 39. P6R.
32 . ... DxP D+ por 33. R 1 T R 1 C
3 4 . T7 A P4A 3 5 . A 3A, y las 37. OxA OSA+
blancas ganaría n una pieza. 38. R 2T O SAR+
39. R1 C OxP+
32 . ... P4A 40. R1T OxA
33. T7A+ R1 C 41 . OxPCR+ R1T
34. 03A T3AO 42 . OxPT+ R1 C
35. TxT AxT · 43. 06C+ R1T
36. R1T 44. 06A+

C on 3 6 . D xA ! D xP D+ 3 7 . R 1 T
DxA, se a corta ba la partida. A Las negras a bandonaron.

1 87
Í N D I C E TO MO P R I M E R O

P ró logo a l a edi ción caste llana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..... 5


P ró logo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... 7
I nt rodu cción gen e ra l . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .... 9
I nt rodu cción pa ra el To mo 1 . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . • ..... 11

S ECCIÓN 1 : E L A LF I L . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
1 A : E l a lf i l a ctivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
1 8 : E l a lf i l m a lo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

S ECCIÓN 2 : E L CA BA LLO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

S EC C I Ó N 3 : E L PA R D E A LF I LES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
3A : Dos a lfi les cont ra a lfil y caba l lo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
38 : Dos a lfi l.as cont ra dos cab a l los . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49

S ECC I Ó N 4 : LA CALI DA D . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
4A : To rre contra a lf i l y caba l lo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
48 : To rre contra dos piezas ligeras . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73

S ECC IÓN 5: LA L U C H A CONTRA LA D A M A . . . .. . .. . . . ... . .. 79


5A : La d a m a cont ra dos piezas lige ras . .............. 81
58 : La d a m a cont ra tres piezas ligeras . ............ .. 84
5C : La d a m a cont ra to rre y a lf i l o to rre y caba l lo . . . . . . 87
5D : L a d a m a contra dos to rres . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . 92
Í N D I C E T O M O S EG U N DO

Fo rm a ción del C entro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .


. 95
I nt ro du cción pa ra los To mos 1 1 a l V . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. 97

S EC C I Ó N 1 : FO R M A C I Ó N C EN TR A L S I M ÉTR I CA . . . . . . . . . . .. 99
1A : L a l i qu i d a ción centra l . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . 1 00
1B: E l centro con dos peones de d a m a . . . . . . . . . . . . . . . 1 03
1C: E 1 centro con los peones de rey . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 O7
1D: E l cento sim ét ri co de cuat ro peones . . . . . . . . . . . . . . 1 1O
1 d1 : E l peón de rey avan zado . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . 1 1O
1 d2 : E l peón de dam a avan zado . . . . . . . . . . .. . .. . . .. . . . 1 14

S EC C I Ó N 2 : V E N TAJA POS I C I O N A L EN EL C EN T R O . . . . . .
. 1 17
. .

2A : Posi c iones só lidas . . . . . . .' . . . . . . . . . . .


. . . . . . . . .
. . . 1 19
2a 1 : Formaciones de ru ptu ra en e ! enroque corto . . . . 1 19
. .

a: E l peón de rey avan zado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 1 19


.
b: E l peón de d a m a avan zado . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . 1 23
2 8 : Pos i c iones sem i-só lidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . 1 27
2b 1 : F lexibi lidad en el centro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . 1 27
2b2 : D ive rsas posi c iones sem i-só lidas . . . . . . . . . . . . . . . 1 37 .

2 C : Posi ciones centra les móv i les . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 41 .

2 c 1 : E l peón de rey móvi l . . .. . . . . .


. . . . . . . . . . . . . . . . 1 41
. .

2 c2 : E l peón de dam a móv i l . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .


. . . . . . 1 45

S EC C I Ó N 3 : V E N TAJA M ATE R I A L EN E L C E N T R O . . . . . 1 49 . . . . . .

3A : E l centro abso luto . . . . . . . . . .. .. .


. 1 50 . . . . . . . . . . . . . . .

38 : E l centro « co lgante» . . . . . . . . .
. . . . . 1 54
. . . . . . . . . . . . . .

3C : E l centro clás i co . .. . . . . . .1 60
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

3 0 : E l centro neo-clási co . . . .. .. . . 1 63
. . . . . . . . . . . . . . . . . . .

3 E : F lexi bi lidad en el centro con peones


asi m ét ri cos . . . .... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . 1 70
3 F : La m ayo ría i na ctiva en el centro . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 77
3f 1 : E l peón de d a m a co mo reserva . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 77
3f2 : E l peón de rey como reserva . . . . . . . . . . . . . . . . ... 1 79
. .
E m C I C N ES U M�TADAS CATALÁN

C O LEC C I Ó N D E TO R N EO S S E LECC I O NA DO S

1 - Torneo l nterzonal de G ote mburgo 1 9 5 5 ( 1 .0 B ronste i n )


4 - C a mpeonatos de la U R S S 1 9 5 6 ( 1 .0 Tai manov )
5 - M e morial A l ekhine, M oscú 1 9 5 6 ( 1 .0 B otvi n n i k y S myslovi
7 - I V Torneo de Cand idatos, Y u goslavia 1 9 5 9 ( 1 .0 Tal )
9 - C a mpeonato d e l a U R S S 1 9 60 ( 1 .° K orchnoi )
1 O - V Torneo de Candidatos, C u ra<;ao 1 9 62 ( 1 .0 P etrosian )

C O LECC I Ó N G E N I OS D E L AJ E D R EZ

1 - M iguel Tal C a mpeón del M u ndo - C o mentan maestros espa ñoles

VA R I OS

P ráctica de ajedrez magistral - B otvinni k - Ta l 1 9 60 - M iguel Tal ( 3 .ª


ed ición a mpl iada con d i agra mas y fotografías )
N u evas ideas en l as a perturas - S okolsky (J u egos a biertos)
N u evas ideas en l a s a perturas - S o kolsky (J u egos se m i abiertos )
N uevas ideas en l a s a perturas - S o kolsky (J u egos cerrados)
Celadas en ajedrez - S o kolsky
C o mbinaci ones en ajed rez - R ic hter
E l medi o j u ego en ajedrez - D r. M. E u we - K ra mer tomo 1-i l . C olección
q u e constará de 1 2 t o mos

C O LEC C I Ó N DE M O N O G R A F fAS DE A P E RTU R AS

1 - La Apertura Espa ñol a - D r. M . E u we to mo 1


1 - La Apertura Espa ñol a - D r. M . E u we tomo 1 1
2 Defensa Francesa - D r. M . E u we
-

3 - D efensa C a ro- K ann - D r. M . E u we


4 Defensa sici l iana - D r. :vi . E u we
-

5 - Apert u ras sem i abiertas - D r. M . E u we


6 - Apertu ras a biertas - D r. M . E u we
7 G a mbito d a ma 1 y 1 1 - D r. M . E u we (en preparación )
-

8 - G a mbito da ma 1 1 1 - D r. M . E u we
9 - D efen sa B enoni - D r. M . E u we
1 O - Apertura 1 nglesa - D r. M . E u we
í 1 D efe nsa N i mzoind ina (en prepara ción )
-

1 2 - D efensa I ndias - D r. M . E u we

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