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Autores:
Pedro Michel Jiménez Pérez*
José Alberto Sánchez Guerra**
Merlin Beatriz Martí del Río ***
Tutores:
Dr. Dainer Aguilera Pérez****
Dra. Yanaisa Noraida Fernández Corrales*****
2018
‘‘Año 60 de la Revolución’’
Resumen:
A todos los que de una forma u otra hicieron posible la realización de este trabajo,
a nuestra Revolución y a su invicto Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz por sus
enseñanzas y por habernos dado la oportunidad y el orgullo de ser estudiantes
universitarios cubanos de las Ciencias Médicas; a todos Muchas Gracias.
Introducción:
General:
Específicos:
Se utilizó como universo todos los pacientes con reportes de reacciones adversas
a medicamentos en el Hospital Carlos Manuel de Céspedes en el año 2016. Como
muestra intencional se seleccionaron los 47 pacientes cardiópatas con reacciones
adversas a medicamentos más frecuentes reportadas en pacientes ingresados en
la Sala de Cardiología del Hospital Carlos Manuel de Céspedes en el 2017.
40-44 F 6 12.76
45-49 F 8 17.02
50-54 F 9 19.14
55-59 M 3 6.38
60-64 M 21 44.68
Total - 47 100
En este caso en ambos sexos se demostró relativa igualdad arrojando que los
grupos de edades más afectados fueron de 50-54 años de edad con un 19.14%
en el sexo femenino y de 60-64 años con un 44.68% en el sexo masculino, siendo
el grupo menos afectado el de 55-59 años con un 6.38%.
Tabla 2: Reacciones adversas a medicamentos más frecuentes reportadas en
pacientes ingresados en la Sala de Cardiología del Hospital Carlos Manuel de
Céspedes en el 2017.
Cefalea 30 63.82
Agitación 1 2.12
Epistaxis 2 4.25
Hipotensión 3 6.38
Mareo 1 2.12
Náuseas 2 4.25
Prurito 1 2.12
Tos 2 4.25
Total 47 100
Gráfico 1:
Cefalea
Agitación
Epistaxis
Erupción cutánea
Hipotensión
Mareo
Náuseas
Prurito
Tos
Leve 37 78.23
Moderada 10 21.27
Grave 0 0
Total 47 100
Gráfico 2:
Leve
Moderada
Grave
La mayor cantidad de pacientes sufrió una reacción adversa leve con 37 de los
47 pacientes representando esto un 78.23%, las reacciones adversas
moderadas ocurrieron en 10 pacientes constituyendo un 21.27% y de severidad
grave no se contabilizó ninguna reacción adversa para un 0%.
Tabla 4: Relación de grupos farmacológicos con mayor índice de reacciones
adversas reportadas.
Antianginosos 34 72.34
Antibacterianos 2 4.25
Anticoagulantes 6 12.76
Antihipertensivos 3 6.38
Total 47 100
Gráfico 3:
Analgésicos no opioides
Antianginosos
Antibacterianos
Anticoagulantes
Antihipertensivos
Fuente: Base de datos de reportes de reacciones adversas del Hospital Carlos Manuel
de Céspedes en el 2017.
El grupo farmacológico con mayor cantidad de reacciones adversas reportadas son los
antianginosos con 34 casos, representando así un 72.34%, también los anticoagulantes
con 6 reportes constituyendo un 12.76% de reacciones adversas y los antibacterianos y
analgésicos no opiodes teniendo estos 2 reportes cada uno significando un 4.25%
respectivamente. El grupo farmacológico más insidioso fue el de los antianginosos, pero
hay que tener en cuenta que estos son los más utilizados.
Total 47 100
Gráfico 4:
Dinitrato isosorbida 10 mg x 10
tabletas.
Nitroglicerina 5 mg x 5 ml ámpulas
(glicerol trinitrato)
Estreptoquinasa 750,000 u
bulbo.(heberkinasa)
Enalapril maleato 20 mg x 30
tabletas
Espasmoforte x 5 ml x 1
ámpula.(camilofina 50mg /
metamizol 1,25mg)
Fuente: Base de datos de reportes de reacciones adversas en Hospital Carlos
Manuel de Céspedes en el 2017.
Un efecto colateral es una reacción que depende del mecanismo de acción del
medicamento, aparece casi siempre cuando es administrado y la intensidad es
dependiente de la dosis, en general no son peligrosas para la vida del
paciente.(6)
Estos resultados se encuentran dentro del amplio intervalo descrito por los
diferentes autores (10%-20%), para estudios de monitorización hospitalaria
(Schimel ,1964; Seildy 1964; Smith, 1966; Ogflvie y Ruedy, 1967; Sidel, 1967;
Hurwith y Walde, 1969; Gardner y Watson, 1970; Vakil, 1971; Caranasos, 1976.
Klein, 1976; Jame, 1978). Estudios de detección de reacciones adversas a
fármacos cardiovasculares en pacientes hospitalizados existen muy pocos lo
cual dificulta la comparación de aspectos más específicos del estudio con los de
otros autores. Sin embargo, cabe destacar que la incidencia de reacciones
adversas a fármacos del grupo cardiovascular que hemos encontrado se sitúa
dentro de los intervalos que otros autores encuentran para reacciones adversas
a medicamentos en pacientes hospitalizados, de forma global. Es importante
destacar que este grupo de fármacos es uno de los más ampliamente utilizados
en nuestro medio, y por lo tanto es lógico que la incidencia de reacciones
adversas a medicamentos de este grupo esté sobreestimada. Debido a la
selección que sufren los pacientes por el hecho de ingresar en el Servicio de
Cardiología, en cuanto a las características intrínsecas de cada uno de estos
pacientes (patologías más graves, tratamientos con fármacos de margen
terapéutico más estrecho, utilización de varios fármacos simultáneamente)
contribuyen así mismo a sobreestimar en cierta medida nuestros resultados. Sin
embargo, podemos profundizar en algunos estudios cuyos resultados se alejan
de forma más considerable de los nuestros. Mille (1973-1974) y Jick (1974)
encuentran porcentajes de reacciones adversas a medicamentos durante la
hospitalización del 28,2% y del 30%, respectivamente. Estos estudios no utilizan
métodos de evaluación de causalidad de tal forma que incluyen cualquier
sospecha de reacciones adversas a medicamentos, englobando incluso aquellas
reacciones consideradas como dudosas, y consideran con mayor probabilidad
posible eventos patológicos, cuando en realidad no lo son. Si restásemos de
estos porcentajes aquellas reacciones adversas a medicamentos dudosas o bien
si todas las sospechas de reacciones adversas a medicamentos fueran
evaluadas por un Farmacólogo Clínico, como ocurre en el estudio realizado por
Borda (1968), estos porcentajes se acercarían a los encontrados en nuestro
medio.
Diez Jarilla y colectivo (1985) constatan un incidencia del 13,9%, cifras que se
encuentran así mismo cercanas a las nuestras y discretamente inferiores a las
encontradas en la fase piloto de Arnau y col.,(1984) de alrededor del 22% en
pacientes ingresados en servicios de Medicina Interna, Cardiología y
Neumología. No obstante este autor incluye en este porcentaje las reacciones
adversas a medicamentos que motivaron ingreso hospitalario,
(aproximadamente un 6%) cifras que nosotros hemos desglosado previamente
en nuestro estudio.
Los fármacos del grupo cardiovascular fueron responsables del 53,6% de las
reacciones. Estas cifras nos indican el alto consumo de fármacos de este grupo,
siendo lógicamente mayor en los pacientes ingresados en el área de Cardiología
que en los pacientes de Medicina Interna. Esto supone que el 73,5% de las
reacciones adversas a medicamentos en Cardiología eran debidas a fármacos
del grupo cardiovascular, obviamente el porcentaje de prescripciones de
fármacos de este grupo fue considerablemente mayor en el área de Cardiología
que en el de Medicina Interna.
Estos resultados sin embargo coinciden con los de algunos autores y se separan
relativamente de los resultados obtenidos por otros. Smith y col. (1966)
encuentran en su serie que los fármacos cardioterápicos son responsables de
un 10% de las reacciones adversas a medicamentos, sin embargo si a esta cifra
le sumamos aquellas reacciones debidas a diuréticos y antihipertensivos, 5,3%
y 3,7% respectivamente, grupos farmacológicos incluidos dentro del grupo C,
obtendríamos un porcentaje del 19%. La mayoría de los autores encuentran que
el 10-20% de las reacciones adversas a medicamentos son debidas a fármacos
cardiovasculares.
El tipo de fármaco más comúnmente implicado en la producción de reacciones
que encontramos en el área de Cardiología fueron los digitálicos, diuréticos, otros
antiarrítmicos, nitratos más vasodilatadores coronarios, y betabloqueantes
cardioselectivos. El 4-5% de las prescripciones de estos subgrupos, originaron
reacciones adversas. En el área de Medicina Interna sin embargo, fueron el
subgrupo de “otras medicaciones para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca”
(CO1A3A) y los antiarrítmicos los más representativos. El perfil de prescripción
en los distintos servicios justifican estas diferencias. No obstante es importante
recordar que los distintos subgrupos terapéuticos, originan reacciones adversas
con distintas frecuencias en ambos servicios.
Los porcentajes de los grados de causalidad obtenidos por otros autores, que
han utilizado otros métodos estructurados (Kramer, 1979; Karch y Lasagna,
1977) ofrecen resultados diferentes. La razón fundamental de este hecho, como
ya han publicado numerosos autores, es que la aplicación de distintos métodos
de evaluación de causalidad no da lugar a resultados superponibles (Koch-
Weser y col., 1977; Pere y col., 1986; Blank y col., 1979).