1. EL CONTRATO DE TRANSFERENCIA.- Denominado también COMPRAVENTA
DE DERECHOS MINEROS, se encuentra establecido en el Art. 164° de la Ley de Minería, que a la letra dice: “En los contratos en que se transfiere la totalidad o alícuotas de concesiones no hay rescisión por causa de lesión”. En virtud de este contrato, se opera la enajenación, el traspaso, la transmisión de la totalidad o parte de los derechos mineros, el derecho conferido por el Estado, sea a personas naturales o jurídicas para el ejercicio de la actividad minera. 2. EL CONTRATO DE OPCION.- Es aquel en que el propietario de una cosa o derecho concede a otra persona, por tiempo fijo y en determinadas condiciones, la facultad exclusiva de adquirirlo o de transferirlo a un tercero.
3. EL CONTRATO DE CESION MINERA.- Llamado también ARRENDAMIENTO, el
mismo que consiste en ceder a otro el uso de la cosa. El Código Civil lo define diciendo: “Por el arrendamiento, el arrendador se obliga a ceder temporalmente al arrendatario el uso de un bien por cierta renta convenida”. 4. CONTRATO DE HIPOTECA.- Antes de empezar a tratar este tema definamos primero qué es un derecho real de garantía. Se llaman derechos reales de garantía a los que se constituyen asignando un bien al cumplimiento de una obligación, cuyo valor pagará la deuda. El bien puede ser asignado por el propio deudor o por un tercero, pero en todo caso, su valor estará destinado a cumplir la obligación. 5. GARANTIAS MOBILIARIAS.- Es el acto jurídico por el cual se conciertan las voluntades destinadas a hacer que una persona entregue o no a otra un bien mueble, en garantía del cumplimiento de una obligación. Se trata de un contrato real, pues en algunos casos se perfecciona con la tradición o no del bien que se da en prenda. La entrega o no entrega del bien dado en garantía mobiliaria puede hacerla el propio deudor o una tercera persona que garantice su obligación. Puede asimismo hacerse tradición física de la cosa, o constituirse una sin tradición, es decir, sin entrega del bien que queda en poder del deudor y a la que la doctrina ha venido a llamar “sin desposesión”.