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Una persona normal miente cuatro veces al día, o 1460 al año y un total
de 88.000 a la edad de 60. La mentira más común es “Estoy bien".
En promedio, todos decimos cuatro mentiras por día. Hay diferentes tipos de
mentiras, y son muy diversas las causas que nos impulsan a mentir. En casa y en
el trabajo. Mentiras piadosas.
“El que dice que no miente, que tire la primera piedra”, dice la psicóloga Adriana
Guraieb.
“Por un lado nuestros padres nos dicen que no decir la verdad está mal, pero si
nos regalaban un juguete que era horrible y uno se animaba a expresarlo,
obteníamos un reto acompañado de ni se te ocurra volver a repetirlo. Así, el niño
se quedaba perplejo y dudoso”, destaca Guraieb.
De acuerdo a la integrante de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), hay
muchos tipos de mentiras y son diferentes las causas que impulsan a mentir.
Por temor
En algunos casos, ocupan un lugar de protección. Se tiene temor de perder un
trabajo, de no continuar una relación sentimental o de poner en riesgo el prestigio.
Evitando el castigo
Ante la ocurrencia de una sanción se puede incurrir en mentiras, tratando de
esquivar el castigo.
Resulta muy difícil asumir las mentiras pero, según una encuesta del diario Daily
Mail, el común de la gente dice cuatro mentiras al días, lo cual significaría emitir
unas 100.000 en toda una vida.
Mentiras blancas
Existen muchas mentiras admitidas socialmente. Son las afirmaciones que
tergiversan algún punto de la realidad pero que cuentan con cierto consenso
social.
“No todas son espinas en el jardín de la mentira, pues hay muchas de ellas que
son muy bien toleradas por la sociedad. ¿Qué sería de tanta gente, que tiene que
vender un producto, publicitar y promocionar las virtudes de algún producto?”,
resalta la analista Guraieb.
Hay un ritual ya asumido de la exageración, se suelen agrandar las cualidades de
lo que se trata de vender o promocionar.
“Se te nota”
Los especialistas también señalan que cuando una persona dice una mentira suele
evidenciar ciertos indicios corporales como por ejemplo:
el cuerpo se inclina hacia delante, levemente.
traga más saliva, puede tener más sed
se toca más la cara
evita mirar a la cara a su interlocutor
puede aumentar los lapsus en el discurso,
puede aumentar las negaciones (yo no lo hice, jamás se me ocurriría, yo no sabía)
disminuye el parpadeo, mira fijo.
Hay una probabilidad que el “65% de los postulantes a un puesto de trabajo falta
a la verdad”.
“El uso de mentiras por parte de los trabajadores para encubrir sus errores o
incapacidades, es habitual en todo el mundo por el miedo que sienten los
empleados al fracaso”, dice Gunther Ketterer en Empleo Internet