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Control judicial

de audiencia
pública

Derecho
Procesal IV
(Procesal Público)
Control judicial de audiencia pública
El control Judicial de los Actos
Administrativos que deben ser precedidos de
Audiencia Pública o de otras formas de Participación
Ciudadana.
Tal como hemos visto hasta aquí, la intervención de los interesados tanto en el procedimiento
administrativo como en el proceso judicial estuvo ligada a la detentación de un derecho subjetivo,
interés legítimo, derecho de incidencia colectiva o interés difuso.
Sin embargo, la vigencia de nuevos paradigmas y el avance del concepto de la democracia
participativa han ido motivando en el derecho comparado la estructuración de diversos
mecanismos que permiten la ingerencia del ciudadano en la toma de decisiones estatales. Entre
dichas figuras se destacan el Lobby, los documentos de consultas, las audiencias públicas, el
acceso a la información pública, entre otros.
En seguimiento de esa tendencia mundial a la que hicimos referencia, en nuestro país se dictó
hace unos años el Decreto 1172/0321 que -entre otros aspectos22- vino a regular lo relativo al
derecho de acceso a la información pública y al régimen de audiencias públicas en el ámbito del
Poder Ejecutivo Nacional. Dicha norma, dispone en sus considerandos que dichos recaudos
constituyen un “prerrequisito de la participación que permite controlar la corrupción, optimizar la
eficiencia de las instancias gubernamentales y mejorar la calidad de vida de las personas al darle
a éstas la posibilidad de conocer los contenidos de las decisiones que se toman día a día para
ayudar a definir y sustentar lo propósitos para una mejor comunidad”.
A partir de ello, se impone la necesidad de analizar en esa unidad lo relativo a estos dos últimos
mecanismos en virtud de su preponderancia cualitativa y cuantitativa en la actualidad.

Funcionalidad política y jurídica de las audiencias públicas.


La audiencia pública es un procedimiento administrativo que posibilita la participación de los
ciudadanos y un mecanismo de consenso de la opinión pública. A partir de ello, cabe decir, que no

21
B.O. 4/12/2003.
22
También regula lo relativo al régimen del lobby, la participación en la elaboración de normas generales,
entre otros.
consiste pura y exclusivamente de un cauce de gestión que permite mayor ingerencia de los
ciudadanos en las decisiones que si no se trata de una exigencia jurídica.
En el ámbito nacional, algunos marcos regulatorios de los servicios públicos como el del gas
natural23 y la energía eléctrica24 prevén la obligatoriedad de la instrumentación de las audiencias
públicas previo al dictado de algunos actos administrativos como aquellos que disponen la
modificación tarifaria25. También, se ha dispuesto su implementación en el marco de la
renegociación de los contratos dispuesta por la ley 25.651.
A nivel provincial la ley 8835 en su Art. 20 autorizó al ERSEP a la convocatoria de audiencias
públicas. En consonancia con ello dicho organismo mediante el Anexo “B” de la Resolución
General Nº 326 previó el mecanismo de participación pública en cuestiones de naturaleza técnico-
económicas, regulatorias o de control de los servicios públicos; de conflictos entre usuarios,
prestadores y municipios o de cualquier otro asunto en el que, por su trascendencia social o
complejidad, fuera necesario, oportuno o conveniente recabar la participación simultánea y
contradictoria de los actores involucrados.-atribuyéndole un carácter consultivo y no vinculante
destinado a garantizar transparencia y eficiencia en la toma de decisión.
De ello, se deriva que las posiciones, opiniones, información y todos los elementos que se aporten
de una manera válida durante el procedimiento deberán ser tomados en consideración y
valorados por la autoridad regulatoria.

El Procedimiento. El procedimiento de audiencia pública deberá respetar los principios de


juridicidad, informalismo, participación, oralidad, instrucción e impulso de oficio, gratuidad, y
economía procesal.
La decisión que disponga la convocatoria a audiencia pública deberá ser notificada a los sujetos
que puedan resultar alcanzados por la decisión que se adopte y deberá dársele la difusión y
publicidad adecuada. Este último aspecto es de suma importancia a los fines de lograr la
concurrencia de la mayor cantidad de interesados posibles.
En consonancia con ese objetivo, el Art. 7º del aludido cuerpo normativo dispone que “la
convocatoria deberá darse a conocer mediante la publicación en el Boletín Oficial de la Provincia
de la resolución que así lo disponga”, y que la misma deberá ser difundida, por al menos tres días
sucesivos con una antelación no menor a veinte días hábiles de la fecha de la audiencia, mediante

23
Ley 24.076.
24
Ley 24.065.
25
GORDILLO, A., op. cit. pág. VI, 21.
26
28/8/2001.
aviso en por lo menos un diario de circulación provincial y además, en su caso, en otro de alcance
en el lugar de celebración de la audiencia. También podrá disponerse la difusión adicional a través
de medios de comunicación radial, televisiva o electrónica.”
En dicho avisos deberá especificarse claramente a) La relación sucinta del objeto de la audiencia;
b) la indicación precisa del lugar en donde puede recabarse mayor información y obtenerse copia
y vista de las presentaciones y demás documentación pertinente; c) el plazo para la presentación
de la solicitud de participación de los interesados, pretensiones y prueba; d) lugar y fecha de
celebración de las audiencias; e) breve explicación del procedimiento y f) toda otra información
que la autoridad pública estime pertinente.

Legitimación. Podrán participar toda persona física o jurídica - pública o privada - que acredite
derecho subjetivo o interés legítimo, difuso o de incidencia colectiva, relacionado con la temática a
discutirse en el procedimiento. A esos efectos, los interesados deben inscribirse con un plazo de
anticipación no inferior a tres días hábiles de la fecha de iniciación de la misma. La inscripción se
instrumentará por medio de un formulario confeccionado el efecto por el Ente y se asentarán en
un registro de participantes, de acuerdo al orden cronológico en que han sido recibidos, debiendo
acreditar en esa instancia la situación y formular por escrito sus pretensiones o posiciones,
adjuntando la prueba que obrare en su poder y ofreciendo aquella en que hubiera de valerse.
Antes, del comienzo de la audiencia, el Directorio será el encargado de resolver acerca del
derecho a participar en la audiencia, decisión que en caso de ser negativa puede ser recurrida de
acuerdo a los parámetros analizados. Asimismo, quien no haya sido admitido podrá intervenir en
la calidad de oyente y formular preguntas.
Una vez abierta la audiencia pública por el Presidente del ERSEP se procederá a la lectura de la
resolución y del aviso de convocatoria. Seguidamente, se nominará los participantes admitidos y
acreditados y en el orden de su inscripción en el registro de participantes, se dará lectura a las
pretensiones o posiciones propuestas, se incorporará la prueba acompañada y se hará constar la
ofrecida por los interesados.
A partir de entonces, comienza la etapa del debate en donde se concederá la palabra en forma
sucesiva a cada participante a fin que ratifique, rectifique, fundamente o amplíe su presentación
original. Finalizada esa fase, el Directorio proveerá a la prueba ofrecida y dispondrá su producción
inmediata, siempre que ello sea posible. De lo contrario se pasará a un cuarto intermedio.
Una vez receptada e incorporada la totalidad de la prueba, se concederá la palabra a los
participantes a fin de hacer mérito de ella y expongan conclusiones. Acto seguido, se dará por
clausurada la audiencia pública y pasará el asunto a resolución del Directorio que deberá
expedirse dentro del plazo de treinta días hábiles.
La resolución que se dicte será publicada en el Boletín Oficial de la Provincia de Córdoba y
difundida del modo indicado en el Artículo 7°, con el propósito de darle una adecuada difusión
también será notificada personalmente o por cédula a los participantes.
Tal como lo hemos expuesto en unidad anterior la resolución que se adopte causa estado y agota
la vía administrativa sin necesidad de recurso administrativo alguno, pudiendo ser revisado
judicialmente por el fuero contencioso administrativa dentro de los treinta días hábiles judiciales.

La participación social en la preparación de las decisiones


públicas y la prevención y combate de la corrupción.
Como corolario de lo afirmado en el punto anterior, la audiencia pública así como los demás
mecanismos de participación previstos, permiten en la práctica el control de los ciudadanos del
desenvolvimiento de los funcionarios públicos dentro de los márgenes de la ética pública.
A diferencia de lo que acontecía en otros tiempos en donde las cuestiones gubernamentales se
discutían en el mayor de los secretos, en la actualidad la presencia del ciudadano permite la
fiscalización de las decisiones públicas y el conocimiento de las decisiones estatales evitando, de
ese modo, el oscurantismo estatal y posibilitando el control de la corrupción estatal.

El debido proceso y la participación de los interesados en las


audiencias públicas.
De acuerdo a lo analizado hasta aquí, el cumplimiento de la realización de la audiencia pública en
los casos en que está prevista su implementación con carácter obligatorio se erige en cauce que
permite el resguardo de la garantía del debido proceso (Art. 18 CN).

Incidencia de la audiencia pública en los elementos del acto


administrativo y en su control.
El incumplimiento de la autoridad administrativa en la instrumentación de la audiencia pública
antes de tomar una decisión, determina la nulidad absoluta del acto administrativo en aquellos
casos en que ha sido prevista como obligatoria por encontrarse viciada el acto administrativo el
elemento procedimiento.
A los fines de ilustrar esta temática, traemos a colación lo sentenciado por la Corte Nacional en la
causa “Adidas”27. En tal caso, la actora y otras empresas del rubro del calzado promovieron una
acción de amparo en contra del Estado Nacional, solicitando la nulidad de una resolución del
Ministerio de Economía por medio de la cual se dispuso la salvaguardia a la importación de
calzados provenientes de terceros países del MERCOSUR, basándose en que la normativa
vigente a los fines de tal prórroga requería, previamente, la realización de una investigación entre
las partes interesadas y la Comisión Nacional de Comercio con las audiencias públicas
respectivas. El Tribunal -remitiendo al dictamen de la Procuradora- confirmó lo decidido en las
anteriores instancias, en cuanto habían hecho lugar al amparo por encontrarse manifiestamente
viciado el elemento forma, por la omisión del procedimiento de audiencia pública.
Más recientemente, el Alto Tribunal in re “Defensor del Pueblo”28 en donde se impugnaba por vía
de amparo una resolución de la Secretaría de Telecomunicaciones se declaró la nulidad de tal
acto administrativo en virtud de que no se había realizado la audiencia pública. En tal sentido,
señaló que la omisión infundada, por lo demás de otorgar a los usuarios la posibilidad de
participar, con carácter previo y como requisito de validez, en la elaboración de la resolución
2926/99, resulta manifiestamente ilegal, lo que habilita la procedencia de la acción de amparo.
Además, debe tenerse en cuenta que si la autoridad administrativa al dictar la decisión no analiza
las observaciones realizadas en el ámbito de la audiencia pública, el acto administrativo portará un
vicio en la motivación que determinará su nulidad absoluta e insanable.

El derecho de acceso a la información pública. Régimen nacional y


provincial. Legitimación. Limitaciones.29
El acceso a la información pública constituye un derecho humano fundamental, reconocido en la
mayoría de los sistemas jurídicos comparados y supranacionales por el cual se permite a toda
persona acceder a datos, registros, expedientes y a cualquier tipo de información que se
encuentre en poder de autoridades públicas o privadas que lleven adelante cometidos públicos.

27
Fallos, 325:1038, “Adidas Argentina y otros” (2002)
28
Fallos, 329:4542, “Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires”, (2006) Disidencia de los jueces
Lorenzetti y Zaffaroni.
29
Sobre el tema puede verse: BUTELER, Alfonso, “Algunos lineamientos del derecho de acceso a la
información pública”, El Derecho, Suplemento de Derecho Administrativo, 25/07/2008, pág. 4 y ss.
De esta manera, este derecho se erige dentro del Estado de Derecho en un cauce de
participación ciudadana, por cuyo conducto se procura fomentar la transparencia de la actividad
estatal y el control del ejercicio del poder público y de la corrupción.
Cabe destacar, que este derecho, posee un antiguo antecedente en el derecho comparado que se
remonta a la Real Ordenanza Sueca sobre la libertad de prensa del año 1766 y que a partir de
entonces, se ha propagado por numerosos países conjuntamente con la democracia entre los que
se destacan España (Art. 105 Inc. b de la Constitución)30, Estados Unidos (Freedom of Information
Act de 1966), Francia (Ley del 17 de junio de 1978), Italia (Ley del 7 de agosto de 1990) y la Unión
Europea (Art. 42 de la Carta de Derechos Fundamentales)31
El dictado del Decreto 1172/0332 vino a cubrir un vacío legislativo en la materia al regular lo
relativo al acceso a la información pública en el ámbito del Poder Ejecutivo Nacional.
A pesar de la existencia de esa plataforma normativa, en nuestro país, esta novel herramienta
todavía no ha calado hondo en los operadores jurídicos del derecho público. Por un lado, los
ciudadanos desconocen las bondades de este mecanismo y por el otro, cuando la información es
requerida al Estado o a los particulares estos son renuentes a permitir el conocimiento de su
actividad.
A partir de ello, en el presente apartado procuraremos analizar lo concerniente a la situación
actual derecho de acceso a la información pública con el objeto de establecer sus lineamientos
principales en el sistema argentino y de dejar planteados algunos interrogantes actuales sobre
dicha temática.

Fundamento constitucional. El derecho al acceso a la información pública tiene fundamento


constitucional tanto en las cláusulas de la Carta Magna como en los instrumentos internacionales
incorporados a la Ley Fundamental por la vía del Art. 75 Inc. 22, luego de la reforma de 1994.
Entre los primeros, cabe destacar, el Art. 1 en cuanto establece el sistema republicano de
gobierno e impone la publicidad de los actos públicos y el Art. 33, en tanto esta última disposición
constitucional “proporciona fundamento suficiente a la obligación de dar publicidad a todos los

30
Esa cláusula constitucional establece el derecho de los ciudadanos a acceder a los archivos y registros
administrativos, salvo que ello atentare contra la seguridad del Estado, la averiguación de los delitos o la
intimidad de las personas.
31
Cfr. SÁNCHEZ MORON, M., op. cit., pag. 454.
32
B.O. 4/12/2003.
actos de gobierno dado que, esa norma, reconoce los derechos que emanan de la soberanía del
pueblo”33
El Art. 38 de la C.N., por su parte, brinda apoyatura constitucional en lo relativo a los partidos
políticos al exigir que se garantice a los mismos el acceso a la información pública.
A su vez, el Art. 41 luego de consagrar los derechos relativos al medioambiente obliga a las
autoridades a proteger el mismo y a la información de carácter ambiental y el Art. 42, por otro
lado, establece el derecho de los consumidores y usuarios de bienes y servicios a una información
adecuada y veraz.
En lo que hace a los instrumentos internacionales que detentan jerarquía constitucional,
reconocen el derecho de acceso a la información pública la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (Art. 13.1), la Declaración Universal de Derechos Humanos (Art. 19) y el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Art. 19 Inc. 2), al establecer que todo individuo
tiene derecho a recibir información y difundirla por cualquier medio.
Valga destacar, por último, el carácter operativo de este derecho, independientemente de las
previsiones normativas que existan sobre la posibilidad de conocer la información pública a nivel
nacional, provincial o municipal.

Objeto de acceso. El universo de la información pública se halla compuesto por toda aquella que
pueda ser comunicable34; es decir comprende todos los expedientes, archivos, registros, bases de
datos y documentos escritos, fotografías, grabaciones, otros, que se encuentren en poder de
autoridades públicas o privadas que realizan un cometido público o que reciben un subsidio
estatal en los términos del Decreto 1172/0335.
El acceso a la información pública implica, entonces, la posibilidad de conocer los documentos
administrativos, la normativa administrativa y los procedimientos que se tramiten ante las
autoridades públicas y la que se halla en manos privadas, con las salvedades a que haremos
referencia más adelante.

Principios que rigen el acceso a la información pública. La esencia adjetiva e instrumental del
pedido de acceso a la información pública, torna aplicables algunos principios propios del

33
Cfr. GELLI, María Angélica, Constitución de la Nación Argentina, comentada y concordada, Buenos Aires,
La Ley, 2003, 2ª Ed. act. y ampl., pág. 22/3
34
Cfr. CARRANZA TORRES, Luis y PALAZZI, Pablo I., “Derecho de acceso a la información pública y
derecho de acceso a la información privada (habeas data): semejanzas y diferencias”, J.A. 2003-IV, pág. 68.
35
Cfr. BASTERRA, M., op. cit, pag. 411/412.
procedimiento administrativo general que resultan insoslayables para el correcto desenvolvimiento
de este cauce específico.
Salvo excepciones que deben establecerse por vía legislativa e interpretarse con carácter
restrictivo: “Toda persona tiene derecho solicitar, acceder y recibir información que posee o esté
bajo el control del Estado Nacional”.
Además de ser congruente, la información que se brinda debe ser completa y no parcializada,
salvo que se encuentre limitada por norma expresa, tal como lo ordena el Art. 4 del Decreto
1172/03.
Sin embargo, debe tenerse presente que si la información está parcialmente limitada y el
otorgamiento de la que se puede brindar induce a confusión, no se entiende o pierde sentido
puede ser limitada en su totalidad por la autoridad estatal.
A los fines de acceder a la información no puede exigirse al requirente el pago de tasas, aranceles
o contribuciones, ni tampoco contar con patrocinio letrado obligatorio, pues de otro modo se
estaría disuadiendo a quien pretende conocer la información.
En tal sentido, el Art. 9 de Decreto 1172/03 prescribe que el acceso público a la información es
gratuito en tanto no se requiera su reproducción pero si pretende sacar copias estas son a costa
del solicitante así como todo otro tipo de soporte;
La información que se brinda debe ser verdadera y auténtica36, siendo responsable de ello el
funcionario que se encuentra obligado a brindarla. Contribuye a cumplir con este principio el hecho
de que se permita el acceso a los documentos en sus formatos originales.

La titularidad del derecho informativo. Debe brindarse la información a cualquier persona que
la solicite sin limitación y por eso este principio tiene íntima relación con el que se ha enunciado al
inicio de este punto. El derecho a acceder a la información pública debe ser extendido a todos los
ciudadanos37 e incluso a los sucesores universales de personas fallecidas38 por tratarse de un
derecho de titularidad universal39, criterio que ha sido seguido por los ordenamientos de Estados

36
Cfr. Art. 4º Decreto 1172/03.
37
MENDEZ, Luis M., y PALAZZI, Pablo A., “Un caso de derecho de acceso a la información pública”, E.D.,
180:426.
38
En este sentido, el art. 24 de la Ley 18.381 (D.O. Nº 27.607 del 7/11/08) establece que la acción de
acceso a la información podrá ser ejercida por el sujeto interesado o sus representantes y en caso de
personas fallecidas, por sus sucesores universales, en línea directa o colateral hasta el segundo grado, por
sí o por medio de apoderado.
39
Cfr. GAMERO CASADO, Eduardo y FERNÁNDEZ RAMOS, Severiano, Manual básico de derecho
administrativo, Madrid, Tecnos, 2007, 4ª Ed. pág. 265.
Unidos, Francia, Canadá, Brasil y Colombia40 sin poder exigirse ni siquiera, la justificación de las
razón que lleva al interesado a pedirla.
Esta solución, afortunadamente ha sido plasmada en el Decreto 1172/03 en su Artículo 6º al
establecer que: “Toda persona física o jurídica, pública o privada, tiene derecho a solicitar,
acceder y recibir información, no siendo necesario acreditar derecho subjetivo, interés legítimo ni
contar con patrocinio letrado”.
Tal circunstancia y la amplitud con que ha sido formulado este derecho, permite sostener que los
extranjeros también detentan el derecho para requerir la información pública 41, de conformidad a
lo dispuesto por el Art. 20 C.N. en cuanto establece que gozan de los mismos derechos que los
ciudadanos argentinos42.

Legitimación. Ahora bien, del hecho de que una persona sea titular del derecho informativo no
puede derivarse sin más, la circunstancia de que posea siempre y en todos los casos legitimación
activa para requerirla ya que ello dependerá de la naturaleza de la información que se solicita y de
los derechos que pueda comprometer la misma. Pues, por ejemplo, no podrá solicitarse el acceso
a un expediente administrativo en donde se está tramitando un sumario administrativo a un tercero
pues se estaría afectado su derecho a la intimidad. Ello revela que si bien la legitimación es
amplia habrá que adecuar esa regla a cada caso particular.
La cuestión relativa a la legitimación activa en materia de información pública implica un cambio
en la concepción tradicional del derecho administrativo nacional y local que sólo tutelaba la
situación jurídica subjetiva de aquellas personas que detentaban un derecho subjetivo, un interés
legitimo o un derecho de incidencia colectiva, relevando a la figura del interés simple a una simple
denuncia a la administración.
En materia de acceso a la información pública, en cambio, cualquier persona –aún la que es titular
de un interés simple- se encuentra habilitada para requerirla y en caso de que sea denegada o
brindada parcialmente, puede utilizar todos los mecanismos administrativos y judiciales previstos
al efecto en el ordenamiento jurídico.
En lo hace a la legitimación pasiva, entre los sujetos obligados a proporcionar la información se
encuentran todas las administraciones públicas centralizadas, descentralizadas, entidades
autárquicas, autoridades de control, empresas y sociedades estatales, universidades nacionales,

40
Cfr. DIAZ CAFFERATA, Santiago, “El derecho de acceso a la información pública: situación actual, y
propuestas para una ley”, Tesina presentada para acceder al título de Magíster en la Universidad Austral,
2007, Inédita.
41
En este sentido, el art. 3 de la Ley 18.381 (D.O. Nº 27.607 del 7/11/08)
42
Cfr. ZARINI, Helio J., Derecho constitucional, Buenos Aires, Astrea, 1999, 2ª Ed. act. y ampl., pág. 545/6.
personas públicas no estatales en lo que hace al cometido público delegado, e incluso empresas
privadas que tengan a su cargo cometidos públicos como los concesionarios de servicios públicos.
A esta nómina, el Decreto 1172/03 agrega las organizaciones privadas a las que se hayan
otorgado subsidios o aportes provenientes del sector público nacional, así como a las instituciones
o fondos cuya administración, guarda o conservación esté a cargo del Estado Nacional a través de
sus jurisdicciones o entidades y a las empresas privadas a quienes se les hayan otorgado
mediante permiso, licencia, concesión o cualquier otra forma contractual, la prestación de un
servicio público o la explotación de un bien del dominio público
Se ha señalado, desde la doctrina, que la reglamentación nacional no rige para las Universidades
Nacionales en virtud de su carácter autónomo establecido por el Art. 75 Inc. 19 de la CN y por la
Ley de Educación Superior (Nº 24.521)43. Cabe apuntar, que discrepamos con esa opinión en
tanto entendemos que el carácter autonómico no redime a las Universidades Nacionales de
brindar la información a los ciudadanos que la requieran en tanto integran la organización del
Poder Ejecutivo Nacional. Además, más allá de esa disquisición el carácter operativo del derecho
fundamental comprometido obliga a permitir su acceso.

Limitaciones. Como cualquier derecho, el de acceso a la información pública no es absoluto sino


que puede ser reglamentado y limitado por el legislador siempre que sea respetado el valladar de
la inalterabilidad y razonabilidad impuesto por el Art. 28 de la C.N.
Las limitaciones que se dispongan al derecho de acceso a la información pública son de carácter
excepcional y por ello, deben ser dispuestas por la autoridad competente 44, declaradas
expresamente por ley, reglamento o acto administrativo, estar debidamente fundadas 45, respetar el
principio de publicidad, y su interpretación es de carácter restrictivo46, de modo tal que permitan
alcanzar el principio de trasparencia47.

43
BRUNO DOS SANTOS, Marcelo A., FERNÁNDEZ LAMELA, Pablo M., y LOPEZ OLVERA, Miguel
Alejandro, “La participación pública y el acceso a la información: herramientas para mejorar la calidad
institucional. Comentarios al Decreto 1.172/03”, Revista RAP, 2004, esp. acápite II
44
El art. 13 del Decreto 1172/03 establece que “La denegatoria debe ser dispuesta por un funcionario de
jerarquía equivalente o superior a Director General”
45
Cfr. BRUNO DOS SANTOS, M. op. loc. cit.
46
GAMERO CASADO, E. op. cit. pág. 265; GELLI, M., op. cit., pág. 23; LAVALLE COBO, Dolores, “Un
nuevo avance jurisprudencial en el derecho de acceso a la información pública”, L.L., 2005-D, 847, esp.
pág. 849.
47
Cfr. SÁNCHEZ MORON, M, op. cit. pag.454.
Además, resulta aconsejable que en aquellas hipótesis en que se disponga expresamente la
reserva o limitación de una información se lo haga por tiempo determinado y razonable, aspecto
en que desafortunadamente ha guardado silencio el Decreto 1172/03.
Ingresando a las limitaciones concretas, debe decirse que n razón del interés público puede
restringirse el acceso a aquella información cuyo conocimiento pueda comprometer:
a) La seguridad o la defensa nacional48;
b) El secreto de Estado;
c) La investigación de delitos o la salud pública49;
d) Las estrategias de defensa en juicio de la administración50;
e) La confidencialidad en el manejo de negociaciones internacionales51
f) La política exterior52.
g) La eficacia de la administración, por ejemplo si va a disponer una investigación.
h) Los actos políticos53;
i) El desenvolvimiento del sistema bancario.
j) Los mecanismos de control público.

En razón del interés privado puede vedarse el acceso a aquella información cuyo conocimiento
tenga la potencialidad para comprometer:
a) El secreto profesional, empresarial, científico, sacerdotal o comercial;
b) El derecho a la intimidad;
c) La confidencialidad de un dato54;
d) El derecho a la vida o la integridad física de una persona55. En esta última hipótesis puede
impedirse el acceso a documentos que contengan datos personales siempre y cuando el
que lo solicite no sea el titular de los mismos.

48
BASTERRA, M., op. cit., pag. 371.
49
Idem, pag. 172.
50
Cfr. Art 16 Inc. f) Decreto 1172/03.
51
LAVALLE COBO, D., op. cit. pag. 851.
52
Cfr. Art 16 Inc. a) Decreto 1172/03.
53
SÁNCHEZ MORON, M., op. cit. pag.458.
54
En este caso no se podrá acceder a aquella información que se encuentre en un registro pero que por vía
de habeas data ha sido sustraído de su conocimiento genera. Sobre el punto vid. BASTERRA, Marcela, “El
habeas data” en AA.VV. Derecho procesal constitucional, (Manili, Pablo L., coord.), Buenos Aires, Edit.
Universidad, 2005, pago. 151.
55
Crf. Art. 16 Inc. j) Decreto 1172/03.
En definitiva, tanto en las limitaciones que obedecen al resguardo del interés público como las que
protegen al interés privado, nos encontramos frente a la colisión de derechos que en caso de ser
necesario deberá ser ponderado por el juez a los fines de dilucidar qué interés debe prevalecer en
el caso concreto.
En el primer supuesto, se enfrenta el derecho del particular a conocer la información y el interés
público comprometido en la limitación o reserva de la información. Aquí, parece apropiado inclinar
la balanza en caso de duda a favor del particular y por consiguiente permitirle el acceso a la
información que solicita.
En cambio, consideramos cuando el acceso a la información sea potencialmente capaz de
violentar derechos de particulares como la intimidad, la salud, la vida, entre otros, la balanza debe
inclinarse en contra del acceso a la información.

Mecanismos de tutela. Para que el derecho al acceso a la información pública adquiera eficacia
resulta preciso que se instrumenten los mecanismos administrativos y jurisdiccionales que
permitan hacer exigible ese derecho.
En el ámbito nacional, el Decreto 1172/03 establece que en caso de que la información sea
denegada la vía idónea para obligar a la administración a proveerla es el Art. 28 de la Ley 19.549,
esto es el amparo por mora.
Esa indicación normativa, en principio, desplaza a la acción de amparo como mecanismo de tutela
del derecho a la información pública en tanto la vía expedita prevista en el Art. 43 de la CN queda
excluida por la existencia de una vía judicial más idónea.
Sin embargo, en nuestra opinión, la solución establecida en la legislación nacional resulta
incorrecta, dado que consideramos que es el amparo constitucional la vía correcta y útil para
lograr el acceso a la información pública, en tanto existe una afectación de derechos
constitucionales del más alto rango del interesado, tal como lo ha entendido la jurisprudencia
federal56.
Además, debe repararse en apoyatura de la solución que propiciamos, en que el objeto del
amparo por mora es el mandato de un pronto despacho a la administración para que se expida o
de curso a las actuaciones administrativas57, es decir una obligación de hacer, con lo cual la orden

56
Cam. Nac. Fed. Cont. Adm., Sala III, 27/05/2005, “Centro de Implementación de Políticas Públicas E. y C.
y otro c/ Honorable Cámara de Senadores del Congreso de la Nación”; Ídem, 17/12/97, “Tiscornia Sofía y
otro c/ E.N. (M. del Interior) y otro s/ amparo ley 16.986”.
57
Cfr.IVANEGA, Miriam M., “El amparo por mora”, en A.A.V.V., Amparo, medidas cautelares y otros
procesos urgentes en la justicia administrativa, obra conjunta, Juan Carlos Cassagne (Director), Buenos
Aires, Lexis Nexis, 2007, pago. 93.
de brindar la información que se requiere al Poder Judicial constituye una obligación de dar para lo
cual ese mecanismo resulta inapropiado para encausar ese tipo de pretensiones. Además, debe
tenerse en cuenta, que el amparo por mora tampoco ofrece respuestas en aquellos casos en que
la información es expresamente denegada.
Sobre el punto, también se ha pronunciado la doctrina señalando que ante la denegación del
acceso a la vista de un expediente administrativo el mecanismo del amparo por mora resulta
inapropiado y que la vía correspondiente para obtener el acceso es el amparo genérico58.
Ante la falta de claridad en tal aspecto, resulta ilustrativo indagar acerca de los mecanismos
diseñados a tal efecto en derecho comparado. Así, en España, la Ley de Régimen Jurídico de las
Administraciones públicas y del Procedimiento Administrativo Común (Ley 39/1992) tiene normado
que en caso de que se deniegue la autorización para acceder a un expediente debe interponerse
un recurso en sede administrativa y acudir a la vía contencioso administrativa. En otros países
como Francia (La Comisión d´ accés aux documents administratifs) o en Reino Unido (Information
Comisions) se han creado órganos o autoridades independientes para resolver de manera ágil las
reclamaciones planteadas en este tipo de asuntos. En Italia, en cambio, se ha creado un proceso
judicial rápido y abreviado para atender los asuntos en donde se halla comprometido tal derecho59.

LEGISLACIÓN PROVINCIAL
En la Provincia de Córdoba rige la Ley 8803 de Derecho al Acceso al Conocimiento de los Actos
del Estado mediante la cual se puede tener acceso a la información pública que se encuentre en
manos de las autoridades provinciales y demás personas públicas descriptas en el Art. 1º.
Por vía del Art. 3º, se establecen las limitaciones al derecho de acceso que no varían de las que
hemos enunciado previamente a cuyas consideraciones remitimos en honor a la brevedad.
Es singular la solución que prevé el ordenamiento provincial para los casos de silencio o de
denegatoria del derecho de acceso a la información pública. Para el primer supuesto, esto es, si
se considera que existe negativa en brindarla, queda habilitada al ciudadano la acción de amparo
por mora de la Administración que deberá promoverse ante la Cámara Contencioso administrativa
en la capital o ante las Cámaras civiles en el interior de la provincia. Sobre el punto, cabe tener en
cuenta que la Ley Provincial que regula el amparo por mora exige como recaudo de legitimación
para su procedencia la detectación de un derecho subjetivo o interés legitimo y en estos casos, el
ciudadano no puede acreditar esa situación jurídica subjetiva. Sin embargo, dicha circunstancia no
puede obstar a su procedencia.

58
GORDILLO, A., op. cit. pág. XIII-25.
59
Cfr. SÁNCHEZ MORON, M., op. cit. pág. 461.
En cambio, para aquellos casos en que el Estado deniegue el acceso a la información sea que
invoque una limitación prevista en el Art. 3 u otra, o que la fundamentación fuere arbitraria,
insuficiente o aparente el ciudadano deberá iniciar una acción de amparo. En este caso, no
deberá concurrir al fuero contencioso administrativo sino a los tribunales ordinarios por ser éstos
los competentes para entender en las acciones de amparo.
Como recaudo formal, el Art. 9 dispone que la “denegatoria de la información debe ser dispuesta
por un funcionario de jerarquía equivalente o superior a Director General, en forma fundada
explicitando la norma que ampara la negativa”.
Bibliografías de referencia
Orgaz, J., Montesi, G., Ávalos, E. & Villafañe, L. (2004). Derecho Procesal Administrativo. Tomo
II. Córdoba: Alveroni Ediciones.
Manili, P. L. & otros. (2005). Derecho Procesal constitucional. Buenos Aires: Editorial
Universidad.

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