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FORESTALES
1. INTRODUCCIÓN
Cuando recurrimos al ataque indirecto como método de lucha, nos enfrentamos a fuegos
escapados o grandes incendios, con múltiples frentes en los que ha fracasado el ataque
directo por su rápida evolución o eventualmente por un retraso en la disposición de medios.
En cualquier caso, estaremos utilizando los procedimientos más antiguos y tradicionales,
aplicables cuando hay una desproporción entre la intensidad o extensión del incendio y los
medios disponibles para su extinción. En estos casos, la disyuntiva es verlo arder o atacar
con fuego estratégicamente dispuesto.
El uso del contrafuego precisa el estricto cumplimiento de los tres condicionantes siguientes:
1.- Garantizar que la SEGURIDAD de los especialistas o de cualquier posible usuario del
monte, no se compromete con el uso del fuego.
2.-Utilizar las TÉCNICAS adecuadas a las condiciones que van a determinar el
comportamiento del incendio y del contrafuego.
3.-Analizar la OPORTUNIDAD del momento de su inicio, ajustando al avance y geometría
del frente, el desarrollo previsible del contrafuego
2. LA SEGURIDAD.
De cualquiera de estas circunstancias, puede derivarse una situación de peligro por afección
de una vía de escape o alteración del frente de avance del incendio que comprometa la
seguridad de las personas.
3. LA TECNICA.
Las tácticas a adoptar para la lucha contra el fuego han de estar en consonancia con su
comportamiento, que a su vez irá determinado por la topografía, los factores meteorológicos
y los modelos de combustible. Dicho de otra forma, los métodos de extinción dependerán de
la inflamabilidad, altura y disposición de los combustibles, junto a las pendientes y
encañonamiento del terreno, así como temperatura, velocidad del viento y humedad relativa.
En una situación de incendio escapado, que afecte a combustibles de cierta altura, con
inflamabilidad alta, continuidad en su disposición, terreno quebrado y condiciones
climatológicas adversas, destacando la presencia de viento; puede establecerse que el
control de ese incendio requerirá métodos de ataque indirecto, entre los que habrá de
pensarse en la aplicación de técnicas de contrafuego.
En este gran incendio, la estrategia de lucha más simple, será su división en sectores a los
que aplicarles la reducción del frente de cabeza, mediante el ataque a sus flancos y en lo
posible orientar el avance hacia zonas de fácil control. Si el plan tiene éxito, finalizará con el
confinamiento del frente mediante ataque directo o contrafuegos.
Una situación digna de ser analizada con detenimiento, es la de un fuego descendente por
una ladera en el que el contrafuego se acomete a favor de la pendiente para encontrarse con
el frente. Cuando el combustible que mantiene el fuego en su descenso es de sotobosque y
existe cobertura arbórea que no ha sido alcanzada por las llamas al avanzar en contra
pendiente, el contrafuego a favor de pendiente puede incrementar la altura de llama y
provocar un fuego de copas que genere una situación más desfavorable que la inicial.
Uno de los elementos que influyen decisivamente en las tácticas de lucha es la altura de
llama. Con una altura de llama superior a 3,5 metros ha de pensarse en la utilización de
ataque indirecto, con o sin contrafuegos, pues ha de descartarse el ataque directo que desde
tierra es muy difícil y peligroso y desde el aire probablemente poco eficaz.
Si las circunstancias nos obligan al ataque indirecto y dentro de éste nos planteamos la
posibilidad de contrafuegos; salvaguardadas ya las condiciones de seguridad que hemos de
preservar en primer y destacado lugar, los aspectos técnicos a considerar son los siguientes:
3.- Una vez establecido el punto o línea de inicio y las condiciones de seguridad y defensa
más adecuadas, hemos de elegir el momento de aplicación de la quema más propicio. Para
ello ha de buscarse la sincronización de las condiciones meteorológicas más favorables y la
posición relativa del frente de avance que queremos controlar, previendo el frente de
encuentro de ambos.
4. CONCLUSIONES.
Ante situaciones poco claras para el uso de contrafuegos, es preferible esperar una evolución
favorable. Conviene insistir en que con el uso de contrafuegos nos hacemos responsables
directos de cuantos daños y situaciones de peligro puedan generarse, en consecuencia su
práctica ha de ir precedida de la certeza y confianza en la seguridad, la técnica, la
oportunidad y la adecuación de los medios dispuestos.