las obligaciones en relación al trabajo de menores vienen establecidas
principalmente en el capítulo IV del decreto supremo. Tal y como dispone la norma, el colectivo de menores no podrá ser empleado en aquellos trabajos definidos como prohibidos, siendo estos trabajos considerados como peligrosos, penosos, nocivos que puedan atentar contra la moralidad del trabajador ¿Cuál es la realidad del trabajo de menores Un Estudio sobre Trabajo Doméstico de Niños, Niñas y Adolescentes en hogares de terceros en Bolivia apoyado por Unicef nos indica que no todas las actividades desarrolladas se consideran trabajo infantil según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ya que la participación de menores en algunas tareas como pueden ser las de ayuda comunitaria, familiar o que no atenten contra su voluntad e integridad para la persona. Sin embargo, la magnitud, la elevada precariedad y la explotación laboral de niños, niñas y adolescentes en diferentes sectores de Bolivia es uno de los problemas más críticos del país. Según datos de estudios realizados en 2011, en América Latina existen alrededor de 80 millones de niños y niñas que viven en situación de pobreza, y de ese total el 17,9% (equivalente a 32 millones) vive en situación de pobreza extrema. En el caso boliviano, la pobreza es y ha sido una de las causas más frecuentes enlazadas al trabajo infantil, motivando a las familias a una migración del campo a la ciudad, deslumbrados muchas veces por los mitos de progreso, desarrollo y modernidad que se suelen asociar a las áreas urbanas. Un ejemplo de esto es el caso de Santa Cruz, donde debido a su dinamismo económico recibió una fuerte migración proveniente de áreas rurales. Pero sin embargo, el espacio urbano no necesariamente ofrece este sueño y estas oportunidades, ya que los trabajos disponibles, además de ser pocos, suelen ser empleos circunscritos al mercado informal con bajos niveles salariales y altas tasas de precariedad laboral y vulneración de los derechos humanos fundamentales.
Un estudio de la Encuesta Nacional sobre Trabajo Infantil (ETI) nos
indica que de los niños y adolescentes trabajadores de 7 a 13 años desempeñan funciones peligrosas por su naturaleza alrededor de un 11% trabaja 36 o más horas a la semana; 18% lleva cargas pesadas y 7% maneja maquinaria pesada; 49 % está expuesto al frío o al calor extremos, 28 % al polvo o gases, 11 % a instrumentos peligrosos, 4,4% a gas, fuego o llamas y 3,4% a ruidos fuertes o vibraciones; 20,3% declara haber recibido gritos con frecuencia, 5,9% golpes o maltrato físico, 5,2% insultos con frecuencia y 2,9% prohibición de salidas”. Las peores formas del trabajo infantil en Bolivia - Minería Según los inquietantes datos del artículo, los niños y adolescentes constituyen casi un (46%) de la población de los centros mineros y de las 38.600 personas que se dedican a la actividad minera, 3.800 son niños y adolescentes (10% del total de personas ocupadas en esta área).
Los menores de 12 años trabajan por especie, es decir, a cambio de
una porción de carga o de residuos de los que extraen mineral, mientras que los adolescentes pueden llegar a cobrar 200 Bs al mes. En estos casos, su trabajo representa el 14% del ingreso total del hogar. - Zafra de la caña de azúcar Todos los años entre los meses de mayo y noviembre, unas 35.500 personas trabajan en las regiones cañeras para cubrir la zafra. En Santa Cruz, aproximadamente 7000 niños y adolescentes trabajan en esta actividad. De esta cifra, un 22% tiene entre 9 y 13 años. - Zafra de castaña En el procesamiento participaban poco menos de 450 niños y niñas, y casi 1.400 adolescentes. En la época de colecta, que va de diciembre a marzo, trabajan diariamente entre las 7 de la mañana y las 5 de la tarde y permanecen en la zafra 67 días en promedio. En el ciclo productivo del proceso que va abril a noviembre, 2 de cada 3 niños y adolescentes trabajan generalmente durante 5 días a la semana, entre las 2 y las 7 de la mañana, antes de ir a la escuela En febrero del presente año 2018 el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) declaró inconstitucional el artículo 129 del nuevo Código Niña, Niño y Adolescente (CNNA), que autorizaba "excepcionalmente" el trabajo infantil por cuenta propia desde los 10 años y por cuenta ajena desde los 12 años." Bolivia era el único país que bajaba la edad La disminución de la edad permitida para trabajar (de 14 a 10 años) lo cual estaba legalizando la explotación infantil". De hecho, esa situación "condujo en los últimos años que varias instancias internacionales emitieran censuras y críticas al Estado boliviano y también a las ONGs (organizaciones no gubernamentales) que apoyaron en su momento ese despropósito", señaló. De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Trabajo Infantil 2008 Magnitud y características del trabajo infantil en Bolivia se estima que en el país existen 3 millones 37 mil (3.037.000) niños y adolescentes de entre 5 y 17 años en situación de trabajo infantil. Esta cifra representa más o menos el 30% de la población total, es decir, de cada diez personas, tres se encuentran en condición de trabajo infantil - adolescente. Según datos recogidos por el Ministerio de Educación, a través del Registro Único de Estudiantes (RUDE) y la Unión de Niños y Niñas Adolescentes Trabajadores de Bolivia, en el país hay más de 34.000 menores que trabajan y estudian al mismo tiempo. El factor pobreza ahonda la situación El psicólogo e investigador en temas de niñez Jorge Domic Ruiz, contactado por este medio, considera que el trabajo infantil está ligado a condiciones de pobreza familiar y también, más aún en el caso boliviano, a una situación cultural. En este último caso dice que "es más considerado como un valor social que coadyuva a su crecimiento y desarrollo". La pobreza y la carencia de roles parentales bien establecidos llevan a que los niños y niñas salgan a las calles a buscar sustento. "Hay situaciones que obligan a que los niños tengan que asumir roles de adultos, teniendo que ocuparse de la alimentación y vestido de ellos mismos y, muchas veces, de sus hermanos, de sus progenitores"