Você está na página 1de 4

El mercado laboral está conformado por un conjunto de factores, que hacen referencia: a la población

económicamente activa, femenina y masculina, a la edad promedio de los trabajadores, a los niveles
de educación, a la demanda y dinámica de los sectores productivos y sociales, a los niveles de
capacitación y de formación que estos requieren; a la calidad del trabajo, representada por los niveles
de subempleo e informalidad, a las escalas de ingresos laborales, para nuestro caso, para los recién
egresados de las universidades, y a las normas del derecho laboral, entre otros.

Se denomina mercado de trabajo o laboral al conjunto de relaciones mercantiles entre empleadores


(oferentes de empleo o demandantes de trabajo) y personas que buscan trabajo remunerado por
cuenta ajena (oferentes de trabajo o demandantes de empleo). El mercado de trabajo tiene
particularidades que lo diferencian de otros tipos de mercados (financiero, inmobiliario, de materias
primas, etc.); principalmente en la cobertura de los derechos laborales y la necesidad de
garantizarlos sistémicamente.

El mercado de trabajo es regulado por el Estado a través del Derecho Laboral y por una modalidad
especial de contrato, los convenios colectivos de trabajo. La normativa aplicable a las relaciones
laborales semana, de las medidas dispuestas por las instituciones legitimadas para su gestión y
control. Los derechos y obligaciones de las relaciones laborales se regulan con sujeción a este orden
normativo:

1º) Leyes y reglamentos del Estado.

2º) Convenio colectivo sectorial.

3º) Contrato laboral líbre y equitativamente acordado.

4º) Usos y costumbres de ámbito local o regional.

Los empleadores y empleados precisan de acciones y reacciones frente a las regulaciones que
afectan a la utilidad y a la eficiencia de éstos. El equilibrio entre ambos agentes laborales dependen
de estos extremos:

-Cuantía salarial.

-Término o duración del contrato.

-Condiciones y cláusulas contractuales.

-Condiciones y competencias del puesto de trabajo.

-Seguridad laboral.

-Otros.

No obstante, el salario es la magnitud más sensible en la estabilización o regresión entre las dos
figuras laborales. Obedeciendo al comportamiento decreciente de la demanda agregada, un
aumento salarial (inflación) supone un mayor coste laboral y una disminución de la oferta de
empleo; ante un descenso salarial sería viceversa.

Las personas están en permanente movimiento, ingresando y saliendo de las organizaciones. En


situaciones de empleo y desempleo.
Según Chiavenato, en su libro “Administración de Recursos Humanos”, quinta edición, el mercado
laboral o de empleo está conformado por las ofertas de trabajo o empleo hechas por las
organizaciones en determinado lugar y época. Está definido por las organizaciones.

El mercado de recursos humanos, está conformado por el conjunto de individuos aptos para el
trabajo, en determinado lugar y época. Lo define el sector de la población que está en condiciones
de trabajar o está trabajando.

Es decir está formado por los candidatos reales y los candidatos potenciales.

El mercado de recursos humanos y el mercado laboral, dice Chiavenato, que actúan como imágenes
ante un espejo, es decir, el comportamiento de uno influencia sobre el comportamiento del otro”.

En Economía, hablamos de demanda y oferta de trabajo. La primera es realizada por las


organizaciones y la segunda por las personas que ofrecen su trabajo.

Esta dinámica de demanda de trabajo y oferta, no está en perfecto equilibrio, de lo contrario


estaríamos viviendo en un cuento maravilloso, sino que siempre está desplazada hacia un lado de
un continuum, entre demanda y oferta de empleo.

En virtud de lo antes expresado, confluyen dos propuestas o polos; los empleadores que procurarán
extender su beneficio y los trabajadores quienes con toda lógica, tienen como objetivo maximizar
la remuneración a percibir que les permita obtener potencialmente, la mayor satisfacción a sus
necesidades.

Así las cosas, éste antagonismo existente entre empleadores y empleados es regulado por el
Derecho del Trabajo, a través de cuyas normas jurídicas, se equilibrará lo que se considera es una
relación entre el 'poderoso económicamente', el empleador, y el 'débil jurídico', el empleado.

Quisiera hacer una reflexión personal acerca de cómo percibo estos mercados en la vida real. Creo
que están conformados por las relaciones sociales que se establecen, permanecen, se rompen y se
vuelven a crear.

¿Qué quiero decir con esto? Cuándo las personas buscan trabajo, generalmente inician haciendo un
sondeo que implica preguntar sobre alguna vacante a los amigos, parientes, a las relaciones más
laxas. Luego de este ámbito, comienza la búsqueda más “formal”, la lectura de los clasificados de
diarios, el envío de cartas de presentación, CV, entre otros.

Cuando las empresas buscan candidatos para cubrir alguna vacante, lo hacen según la política de la
empresa, primero entre sus propios empleados, también reciben recomendaciones de “conocidos”
de sus propios empleados, luego mediante consultoras, carteles en la empresa, colocación de avisos
en diarios, entre otros canales para que los candidatos acudan a la empresa ante la demanda de
empleo.

Como vemos, son todas actividades que involucran y se valen de las relaciones entre las personas,
actúan como catalizadores, por eso cuanto más amplia sean nuestras redes, mayores son las
posibilidades de conseguir empleo, o detectar necesidades en ambos mercados para aquellos que
consideran que pueden resolver estas cuestiones de demanda y oferta.

Los empleos, tienen “fecha de vencimiento”, dependen del tipo de contrato de trabajo que se
proponga, de la actividad de la empresa, de las situaciones -necesidades personales del trabajador.

Por lo tanto el cultivo de estas relaciones sociales se vuelve cada vez más necesario e importante.
El ser “visible” es una condición para estas redes de relaciones.

Me gusta pensar a estos mercados como grandes redes, de relaciones sociales, que hacen mover la
demanda y oferta de trabajo. Si hablamos de relacionarnos, es fundamental saber comunicarnos
eficientemente porque es la primera imagen que ofrecemos ante personas que conocemos y ante
otras que no conocemos.

La demanda de trabajo está compuesta por las empresas o empleadores, que compran servicios. La
oferta de trabajo se compone por los trabajadores, quienes venden su servicio. La interacción de
ambas determina los salarios en el mercado laboral, aquél donde los individuos intercambian
servicios.

Podemos clasificar el mercado en trabajo primario, donde los salarios son altos y la rotación es baja;
y en trabajo secundario, donde los salarios son bajos y la rotación es alta. Para garantizar el
funcionamiento del mercado primario se acostumbra mantener salarios altos; sin embargo, la buena
paga puede mantener, más no asegura, la eficiencia y motivación constante de los trabajadores.

Hoy en día, la oferta y demanda de trabajo se puede comparar con la compra y venta de productos,
ya que a medida que la oferta aumenta, la demanda baja su precio, en este caso el salario y
viceversa. Los trabajadores prefieren trabajar cuando el salario es alto y las organizaciones prefieren
contratar cuando el salario es bajo, pero a su vez exigiendo altas competencias.
Hoy en día la formación profesional es un factor primordial tomado en cuenta por las empresas
para la contratación de personal, junto con las habilidades necesarias, exigen la experiencia en el
campo de trabajo.

Você também pode gostar