Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
En el teatro español anterior a 1936 este teatro está trabajado para un público en particular
el cual es la burguesía, cuyo agrado va a partir de Echegaray o Benavane incluso el sainete
o la revista. Los exitosos textos teatrales no llegaron a representarse en los escenarios
dado a sus temas, ya que el público que asistía a las representaciones no admitía esta
muestra de obras; por ello los empresarios prefieren promover títulos sencillos, poco
innovadores, que consigan fácilmente el aceptamiento popular. La censura de la época,
en especial en el teatro en épocas de autoritarismo político.
La comedia burguesa asimismo conocida como benaventina, por ser Jacinto Benavente
su escritor más figurado. Tras dejar definitivamente los dramas de Echegaray, Benavente
acuñó un modelo dramático al mandato de la burguesía en su momento, que a su vez lo
convirtió en el escritor más notable del siglo. La comedia burguesa estaba protagonizada
por personajes de clase alta; plantea conflictos típicos del conjunto social, como:
infidelidades conyugales esporádicas, desamor, hipocresía y calumnia, con un progreso
dramático repleto de habilidad y una expresión hábil e ingenioso, no falto de ironía, no
obstante, no se cuestiona el ordenamiento social de la época.
El teatro cómico
El teatro cómico este estilo era preferido por las clases populares; bajo esta corriente se
agruparon diversos espectáculos como la zarzuela, el café teatro o el sainete, que alcanzó
con Carlos Arniches una extensa propagación. Este autor recuperó la práctica de las
piezas breves del siglo de Oro o del XVIII para mostrar una galería de tipos extravagantes
madrileños, con sus problemas cotidianos y su cualidad definida de conversar. Los
hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero llevaron a escena una Andalucía bella y
superficial, en la que todos los problemas acaban solucionándose.
En el teatro cómico podemos recalcar las tragedias grotescas, en las que, sin dejar los
rasgos humorísticos, Arniches plantea aspectos de la colectividad española ya tratados
por los noventayochistas: la cerrada razón de provincias, la deshonestidad de las clases
dirigentes o la iniquidad nacional como en “La señorita de Trevélez”; el astracán
fundamentado en juegos de palabras, equívocos fáciles y parodias de varios medios
teatrales. Su enorme procursor fue Pedro Muñoz Seca, autor de “La venganza de don
Mendo”, ridiculización de los dramas históricos modernistas.
Sería en los primeros inicios del pasado siglo cuando los Quintero encontrarían una
creación significativa dentro de su trabajo. A partir de la década de los veinte, surge un
público pequeño burgués que pretende controlar el teatro y hacer algunos intentos tímidos
de reformas para agradarle al público.
Los Quintero habían habituado a su público burgués a un teatro en el que no tenían cabida
alguna los conflictos incómodos, el escándalo de los ánimos tranquilos, y donde el final
oportuno era la gota que colmaba el vaso cómico. Todo se reduce a un ámbito familiar
lleno de afectos, amoríos y rondadas a muchachas, la exaltación del casamiento y la
protección de la felicidad. Total, va y viene de la nostalgia a la hilaridad, entre la severidad
intolerante y la permisividad comprensiva. Pero la falta se hace metafísico ni abstracto,
se trata de lo más adherido a la vida.
Su cambio dentro del género radicó, luego, en esa mixtura de clasicismo y moderación,
inventando un desconocido ejemplo de humor, fuera del chiste accesible o el retruécano,
que sólo deleitaba el período que duraba la carcajada. Con un trabajo finísimo de
pulidores el costumbrismo y la comicidad, se fundirán así mismos con el sentimentalismo
y lo melodramático. Es así como estos hermanos lograron adentrarse en la comedia
burguesa lanzando obras como el genio alegre en donde los personajes cobran vida en
contextos de la clase alta dando lugar a el contexto de la época, esto tiene cabida con el
contexto histórico de la época porque todos sus contemporáneos iban por la misma línea
de escritura de comedias de teatro.
Bibliografía