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MITOLOGÍA GRIEGA

La mitología griega está formada por un conjunto de leyendas que provienen de la


religión de esta antigua civilización del Mediterráneo oriental. Los griegos, aunque
no practicasen la religión, conocían estas historias, las cuales formaban parte de su
acervo cultural.

Los dioses del panteón griego adoptaban figuras humanas y personificaban las
fuerzas del Universo; al igual que los hombres, los dioses helenos eran
impredecibles, por eso unas veces tenían un estricto sentido de la justicia y otras
eran crueles y vengativos; su favor se alcanzaba por medio de los sacrificios y de
piedad, pero estos procedimientos no eran siempre efectivos puesto que los dioses
eran muy volubles.

La mitología griega es absolutamente compleja, llena de dioses, monstruos, guerras


y dioses entrometidos. Algunos estudiosos afirman que llegó a haber hasta 30.000
divinidades en total.

La familiaridad con los grandes mitos de la antigüedad clásica es tan esencial a la


cultura de una persona moderna como pueda serlo el conocimiento de la historia o
el de las ciencias físicas. ¿Puede creerse medianamente culta una persona que no
conozca la leyenda de Prometeo, que no haya oído hablar de la culpa y expiación de
Edipo, de la inmensa pasión de Fedra, de las heroicas hazañas de Hércules o de las
interesantes aventuras de Ulises?

Esta mitología comparte una estrecha similitud con la mitología romana, en cuanto a
los nombres de varios dioses y personajes de importancia. También se relacionan
en cuanto a la parte mitológica de la religión; creencias, tradiciones y todo lo ligado
o referente a Mitología.

Dioses del Olimpo

Zeus (Júpiter romanos) | Hera (Juno romanos)


Afrodita (Venus romanos) | Apolo | Ares (Marte) | Artemisa (Diana) | Atenea (Minerva)
Dioniso (Baco) | Hades (Plutón) | Hefesto (Vulcano) | Hermes (Mercurio) | Poseidón
(Neptuno)

Guerra de Troya | Origen del Universo | Religión griegos y romanos | La


Gigantomaquia
Grandes Poemas Épicos (Iliada-Odisea-Eneida) | Concepción vida de
ultratumba | Los Argonautas | Guerras de Tebas
El heroísmo de una hermana (Tragedia griega)

Héroes y Semidioses
Aquiles | Belerofonte | Edipo | Heracles (Hércules) | Odiseo (Ulises)
Los últimos Tantálidas (I) (II) | Perseo y Andrómeda | Teseo | Jasón | Los Heraclidas
A

Aconcio y Cídipe Acteón Adonis

Agamenón Ajax (Áyax) Alcestis

Alcmena Amaltea Amazonas, Las

Andrómaca Andrómeda Anfiarao

Antígona Apolo y Daphne Aracne

Ariadna Arión Aristeo

Asclepio (Esculapio
Ascanio romanos) Atalanta

Atis (Attis) Atlas Atreo

Bato Bóreas

Cadmo Calchas Calipso

Calisto Caribdis Caronte

Casandra Cecrops Ceix y Alcíone

Centauros, Los Cerbero Cibeles

Cíclopes Circe Clitemnestra

Cloris (Flora romanos) Creón Cronos (Saturno romanos)

D
Dafnis Dánae Danaides, Las

Dédalo Deméter (Ceres romanos) Deucalión y Pirra

Dido Diomedes Dioscuros, Los

Dríades, Las y Oréades,


Las

Éaco Eco y Narciso, La Ninfa Egeo

Electra Eneas Eolo

Erinias, Las (Las Furias


Enio (Belona romanos) Eos (Aurora romanos) romanos)

Eris, La diosa Eros Escila

Esfinge, La Eurídice Europa

Faetón Fauno Febe

Filemón y Baucis Fortuna Fedra

Furias, Las

Galatea Galatea y Polifemo Gaya (Terra romanos)

Ganímedes Gea Genios

Gigantes, Los Gorgonas, Las Gracias, Las

Grifo, El

Harmonía Harpías, Las Hebe

Héctor Hecate Hele y Frixo

Helena Hestia (Vesta romanos) Helios (Sol romanos)

Hermafrodito Hero y Leandro Hespérides, Las

Himeneo Hipno Hipólito

Horas, Las

Ícaro Ifigenia Ilitía


Ino Io Íon

Irene o Eirene Iris

Jacinto

Layo Leda Leto (Mitos Maternales)

Leúcade, Isla de

Marsias Medea Melampo

Ménades (Bacantes
Meleagro romanos) Menelao

Midas Minos Mirra

Minotauro, El Moiras, Las Momo

Morfeo Musas, Las

Narciso Némesis Ninfas, Las

Níobe Nix (La Noche) Nudo gordiano. El

Océano Orestes Orfeo

Orión

Pan Panacea Pandora

Paris Pasifae Patroclo

Pegaso Pelops Pélope

Penélope Penteo Perséfone

Perseo Pigmalión Piramo y Tisbe

Polifemo Polixena Priamo

Procris y Céfalo Progne y Filomela Prometeo

Psique

Q
Quimera Quirón

Radamanto Rea Rómulo

Salmacis Sarpedón Salmoneo

Sátiro Selene, La Semele

Sileno Sisifo y Belerofonte Sirenas, Las

Tanatos Tántalo Temis (La Justicia)

Tetis Tifón Tiresias

Triton

Urano

Zeto y Anfión
ORÍGENES

La mitología griega, en su periodo más importante, se desarrolló en el siglo VIII a. C. Tiene


varios rasgos distintivos, como por ejemplo, los dioses se parecen exteriormente a los
seres humanos y revelan, al igual que ellos, sentimientos. Los griegos creían que los
dioses habían elegido el monte Olimpo, en una región de Grecia llamada Tesalia, como su
residencia. En el Olimpo, los dioses formaban una sociedad organizada en términos de
autoridad y poderes, se movían con total libertad y formaban tres grupos que controlaban
sendos poderes: el cielo o firmamento, el mar y la tierra. Fueron tres las colecciones
clásicas de mitos: La Teogonía de Hesíodo y la Iliada y la Odisea de Homero. Este
material se basa en la Teogonía de Hesíodo. La teogonía es una especie de
sistematización de las confusas tradiciones anteriores, en ella el mito es el tema
dominante. Pero, ¿qué es el mito? Mucho se ha escrito tratando de dar una exacta
definición; lo único cierto es que el mito es una forma especial de pensamiento que permite
al hombre interactuar con su espacio natural y de esta manera también reconocerse como
parte de una comunidad específica. Es un grave error considerar que el mito es un modo
de pensamiento reservado a las sociedades “primitivas”. El mito es y ha sido siempre la
defensa espontánea del espíritu humano ante un mundo ininteligible y hostil. La anterior
reflexión nos llevaría a afirmar que en el mito se encuentra el origen de las religiones, sin
embargo debe considerarse que los “espíritus” de los bosques, de la luz, de las aguas, no
son divinidades, sino solamente presencias capaces de actuar en dominios sobre los que
el hombre no tiene ningún poder. El mito griego está en estrecha relación con la religión,
pero no llega a confundirse con ella. A pesar de toda la confusión que preside la
conformación de la mitología griega, esa inmersa materia llegó a clasificarse y a
ordenarse.
Según Hesíodo, al comienzo no hay nada más que espacio, nada orgánico, nada que
pueda ser descrito. Luego, después de ese vacío, se dibuja la primera de las realidades,
que limita y comienza a darle un sentido: la Tierra, Gea (Tellus) la base segura de todo lo
que en el mundo ya se encontraba dividido, pues bajo la Tierra seguía existiendo un
espacio vacío donde todo era Caos (Chaos). Ese Caos engendra el Erebo, el vasto
espacio subyacente, en que más tarde tendrán su lugar los infiernos. En el vacío ubicado
por encima de la Tierra, instala esta a su primogénito, Urano (el Cielo), que emana de ella.
Al mismo tiempo que se da esta división orgánica del universo, tiene lugar el nacimiento de
Eros (Cupido), el Amor, que es aquí el principio abstracto del Deseo, y no todavía el
pequeño dios maligno, perverso y alado. En los orígenes mismos de la creación del
universo, era imprescindible crear el Amor, este es el motor universal; es quien provoca las
uniones del principio cósmico, los engendramientos que ni la imaginación concibe. Erebo,
hijo de Caos, tuvo un hermano llamado Noche. Sin embargo Gea, después de haber
engendrado a Urano, dio a luz a las Montañas y las Ninfas (Driada o Nereida), que en ese
momento son genios de las Montañas. A Gea también corresponde la maternidad de
Pontos (el Mar, principio masculino, la Ola poderosa). La diosa Noche engendra dos hijos:
Éter y Día. El primero es la clara y pura luz que se adivina en las más altas regiones de la
atmósfera; la luz de los dioses. Por su parte el Día, ilumina a los mortales, y alterna con su
madre la Noche.

GENERACIÓN DE LOS TITANES

Urano y Gea adquieren preeminencia, de ellos nacen doce hijos, los Titanes y las
Titánidas. Los Titanes son seis: Océano, el mayor, luego Ceo, Críos, Hiperión, Iapeto y,
finalmente, Cronos (Saturno). Seis hermanas, las Titánidas: Tía, Rea (Cíbiles), Temis,
Mnemosine, Febe y Tetis. Algunos de estos nombres responden a funciones particulares
dentro del mundo, así, Temis, por ejemplo es la Justicia, Mnemosine es la memoria, quien
garantiza la duración del mundo, no gracias al tiempo sino a la alternancia entre el día y la
noche. Tetis es una divinidad marina; parece personificar la fecundidad femenina del Mar.
Se casó con Océano, y le dio más de tres mil hijos (los ríos del mundo), su morada está
situada lejos en el Oeste, en el país del Atardecer, todo rojo, que el Sol visita a diario al
bajar del cielo. Hiperión (el que viaja a lo alto) casado con su hermana Tía, engendra a
Helios y Selene (el Sol y la Luna). La mayor parte de los Titanes no existe más que en su
descendencia: Ceo, unido a su hermana Febe (la Brillante), engendra a Leto, que más
tarde será la madre de Artemisa y de Febo. Críos, con Euribia, una de las hijas de Gea y
del Pontos, engendró a Astreo que fue uno de los esposos de la Aurora (Eos), al gigante
Palas, y finalmente Perses, que fue el padre de la diosa Hécate -la señora de la noche-,
diosa de la Abundancia, de la Elocuencia, pero también temible maga, hábil para
metamorfosearse en perra, en loba, en asna, y cuya estatua de tres cabezas se erguía
frecuentemente en las encrucijadas. Iapeto se casó con Climena, hija de Océano y de
Tetis, que le dio cuatro hijos: Atlante (Atlas), el gigante que más tarde fue condenado a
llevar sobre sus hombros la bóveda del cielo, Menoetio, quien también participó en la
rebelión contra Zeus, y que por esa razón fue fulminado y sumergido en el Tártaro. El Titán
cuya descendencia reviste mayor importancia es Cronos. A partir de él se desarrollan los
destinos que llevan al poder a la generación divina de los Olímpicos. Los Cíclopes eran
también hijos de Urano y Gea, tres genios de la tempestad: Arges (el fulgor del
relámpago), Asteropes (las nubes de la tempestad) y Brontes (el estruendo del trueno),
luego los Hecatonquiros (los Ciembrazos), tres gigantes: Coto, Briareo y Gies. Urano
detestaba haber sido padre tan prolífico y por ello prohibía a sus hijos el ver la luz; les
obligaba a permanecer encerrados en las profundidades de la Tierra. Ya que Urano
imponía una continua fecundidad a su compañera, ésta planeó junto con sus hijos
mayores, la venganza. Ninguno de ellos aceptó, excepto el más joven de ellos, Cronos,
quien odiaba a su padre –no se sabe bien por qué-. Entonces Gea le confió una serpiente
de acero muy dura y aguzada, y cuando una noche Urano se acercó a ella para fecundarla
una vez más, Cronos que se encontraba expectante, le cortó con la serpiente los testículos
a su padre y los lanzó al espacio. La sangre del dios herido cayó en forma de lluvia sobre
la tierra y el mar, donde engendró aun otras divinidades. De esta sangre que cayó en la
tierra salieron las Erinias –Eumenides-: Alecto, Tisífone y Megera, las tres Furias, genios
crueles que viven en las profundidades del Infierno, donde torturan a los criminales, los
Gigantes y una nueva generación de Ninfas, las Melíadas, o Ninfas de los fresnos. Titán
Atlas De la sangre mezclada con semen, que cayó sobre el mar, nació la diosa Afrodita
(Espuma). Amor y el hermoso Deseo, la cortejaron en cuanto nació.

LAS PRINCIPALES DIVINIDADES

Luego de cumplir su venganza, Cronos se quedó solo para reinar en el mundo que apenas
se formaba. Alrededor de él se formaron nuevas generaciones. Noche engendró a la
Suerte, Kere (el Destino) y Thánatos (el Fallecimiento); también engendró el Sueño y toda
la raza de los Ensueños, así como a Momo, el dios del sarcasmo, y al Dolor, y a Némesis,
que es la venganza de los dioses, y castiga en los hombres todo acto. Por su propia
fecundidad, Noche engendró a las Hespérides, que son las Ninfas del Ocaso. Hay tres:
Aegle, Eritia y Hesperaretusa: Habitan en el Extremo Occidente, en las orillas del Océano,
no lejos de las islas Afortunadas, donde residen las Almas Felices. Diversos demonios
crueles también son hijos de la Noche, Apaté (Engaño), Filotes (Ternura), Geras (Vejez),
Eris (Discordia), que a su vez engendró otras calamidades: Olvido, Hambre, Los Dolores,
los Combates, los Crímenes, las Querellas, los Discursos embusteros, Anarquía, Desastre,
y Juramento (Horco). De esta manera el mundo se preparaba para recibir a los Hombres
disponiéndoles mil causas de sufrimientos.

LOS DEMONIOS DEL MAR

Pontos (la Ola) tuvo como primogénito a Nereo, a quien se llama el Viejo del Mar, porque
es leal y benigno a la vez, sin olvidar jamás la equidad. También Pontos engendró con
Gea, a Taumas, que más tarde fue el padre de la diosa Iris, encarnación del arco iris y
mensajera de los inmortales; luego a Forcis. Por su parte Nereo se unió con Doris, una de
las hijas de Océano, que le dio las Nereidas, cuyo número varía según las tradiciones: más
frecuentemente, se cuentan cincuenta, pero a veces son el doble. Entre las Nereidas sólo
algunas han recibido una leyenda en particular: Tetis, la madre de Aquiles, y Anfitrite, la
esposa del Olímpico Poseidón, dios del mar, y la siciliana Galatea. Las Nereidas jóvenes y
bellas, pasan su tiempo eterno, hilando y cantando en el palacio de oro de su padre.
Taumas hijo de Pontos, ha engendrado a la Arpías, Aelo y Ocipete (la borrasca y la
vueladeprisa) a las que a veces se añade una tercera hermana, Cileno (la Oscura). Estas
Arpías son genios malhechores, cuando caen sobre el mar, con toda la velocidad de sus
alas, nada les aguanta: Lo arrancan todo a su paso. Se las representa semejantes a
pájaros de presa, con garras agudas, y se asegura que viven en las islas Estrofadas, en el
centro del mar Jónico. Las tres viejas del mar son: Las Greas (Enio, Pefredon y Dino:
Viven en el Extremo Oriente, en un país cubierto de brumas, donde nunca sale el sol. Sólo
tenían un ojo y un diente las tres, sirviéndose de ellos por turno). Las tres Greas eran
hermanas de otros tres monstruos, las Gorgonas, llamadas Esteno, Euríala y Medusa.
Medusa era la única mortal entre las tres. Las gorgonas eran horribles, estaban armadas
con grandes defensas semejantes a las de los jabalíes: Sus ojos chispeaban y su mirada
era capaz de convertir en piedra a quien tuviera la osadía de mirarlas fijamente. Su
cabellera era hecha de serpientes, y alas de oro les permitían volar, vivían en los confines
del mundo. Perseo da muerte a Medusa quien había sido fecundada por Poseidón. De su
cuerpo al morir, surgen dos seres: Pegaso, el caballo alado, y Crisaor, el héroe de la
espada de oro, que a su vez, engendró al gigante Gerión el de los tres cuerpos, víctima de
Heracles y también a Equidna (la Víbora), un monstruo aterrador que se unió a Tifón y le
dio hijos: El monstruo perro Ortros, compañero de Gerión, Cerbero, el perro que guardaba
los Infiernos, la Hidra de Lerna, que había de ser muerta por Heracles, y la Quimera, a la
que más tarde combatiría Belerofonte.

PRIMERA GENERACIÓN

En unión con su hermano la Titánida Rea, Cronos tuvo tres hijas: Hestia, Deméter y Hera,
y tres hijos: Hades, Poseidón y, finalmente, Zeus, el último. Una maldición pesada sobre
Cronos, luego de destronar a su padre, había rehusado dar satisfacción a Gea. Por no
haber liberado a sus hermanos, condenados a no ver la luz. Gea le prometió que también
él sufriría la suerte que había infligido a su padre, y que sería destronado por sus hijos.
Para prevenirse contra esa amenaza. Cronos devoraba los hijos que le daba Rea. Los
primeros cinco, se los comió. Pero cuando estuvo a punto de nacer el pequeño Zeus, Rea
decidió salvar a ese niño. Con la complicidad de Gea, encontró un asilo en una caverna de
Creta, donde dio a luz. Luego tomó una piedra y la envolvió en pañales, llevándosela a
Cronos y diciéndole que era su hijo. Sin enterarse de la verdad, Cronos, tomó la piedra y
se la comió. Zeus se había salvado al mismo tiempo que Cronos estaba condenado. Zeus
creció en el antro de Creta, confiado a la custodia de una nodriza, la ninfa Almatea, y de
jóvenes guerreros armados de lanza y escudo, los Curetas. Los Curetas (los jóvenes)
danzaban sin descando una danza guerrera en torno a la gruta donde reposaba el niño:
hacían el mayor ruido posible, entrechocando las armas y lanzando gritos de guerra. Todo
ello con el fin de cubrir el llanto de Zeus, impidiendo que Cronos lo descubriera y se
apresurase a devorarlo. Protegido, Zeus creció y adquirió toda su fuerza divina. Llegó el
momento en que había de cumplirse la promesa de Gea. Zeus tenía entonces por
compañera a una hija de Océano, Metis (Perfidia), que le dio una droga gracias a la cual
Zeus pudo hacer vomitar a su padre los hijos que había devorado anteriormente. Todos
volvieron a ver la luz. Con estos aliados, Zeus atacó a Cronos y a los Titanes, que fueron
en auxilio de éste. La lucha duró diez años. Finalmente un oráculo de Gea prometió a Zeus
la victoria si tomaba a los seres monstruosos precipitados antaño en el Tártaro por Cronos.
Obedeciendo, y realizando así el voto de Gea, a la que Cronos había engañado, Zeus
liberó a los monstruos, que se convirtieron en sus guardianes. Aquellos monstruos dieron a
los jóvenes dioses poderosas armas que figurarían entre sus atributos futuros. Así es
como los tres Cíclopes, forjaron para Zeus el trueno y el rayo, lo mismo que el relámpago:
y Zeus será, eternamente, el dios del cielo tempestuoso. También dieron a Hades un
casco que volvía invisible a quien lo llevara, por ello fue el dios del reino invisible, y reinaba
sobre las almas de los difuntos. Poseidón recibió un tridente mágico, cuyo golpe es capaz
de trastornar la tierra y el mar. Los Olímpicos se distribuyeron en el universo. Zeus obtuvo
preeminencia, y reinó sobre el cielo, Hades se contentó con la parte del mundo situada
debajo de la tierra, es decir, el mundo infernal. Poseidón fue el señor del mar.

SEGUNDA GENERACIÓN
Zeus tomó una esposa divina, Hesíodo le atribuye a Metis como primera compañera, Gea
y Urano, depositarios de los secretos divinos, revelaron a Zeus un oráculo del Destino: De
los hijos que nacieran de Metis y de él, el primero sería muy sabio y valiente, pero el
segundo sería un hijo de ánimo violento llamado para destronar a su padre. Previniendo el
peligro, Zeus se comió a Metis cuando ésta esperaba a su primer hijo. Zeus convocó al
dios forjador, Hefestos, y le ordenó que le hendiera la cabeza de un hachazo. Y así es
como, de la cabeza de Zeus, surgió una muchacha enteramente armada: era la diosa
Atenea, toda sabiduría y valentía. Temis, la Titánida, fue la segunda esposa de Zeus, era
ella la encarnación de la ley o la Equidad. De esa unión nacieron las divinidades que
llaman las Horas, y que son las estaciones, Eran tres, Hesíodo, las llama: Eunomía, Diké e
Irene, es decir, Disciplina, Justicia y Paz, pero los atenienses las conocían bajo los
nombres de Thalo, Auxo y Carpo, que evocan los tres principales momentos de la
vegetación: el nacimiento de la planta, su crecimiento y su fructificación. Zeus tuvo otras
tres hijas con Temis, Moiras (las Parcas): Cloto, Laquesis y Átropos, que rigen el destino
de todo ser humano. Aquel destino estaba simbolizado por un hilo, que la primera de las
Parcas sacaba de su rueca, que la segunda enrollaba y que la tercera cortaba cuando
llegaba al término de la vida que representaba. La tercera esposa de Zeus fue la Oceánida
Eurinome, que le dio también tres hijas, Kharites (las gracias), Aglae, Eufrosine y Talía.
Como las Horas, las Gracias son genios de la vegetación: Son ellas quienes transmiten la
alegría en la Naturaleza y en el corazón de los hombres. Viven en el Olimpo en compañía
de las Musas, presiden toda labor femenina. Deméter que era su hermana, dio a Zeus una
hija, Perséfone. Luego se unió a la Titánida Mnemosine, y tuvo de ella nueve hijas, las
Musas, “que se complacen en las fiestas y en la alegría del canto”. Las Musas también
patrocinan todas las actividades intelectuales, hasta las más altas, todo lo que libera al
hombre de la materia y le da acceso a las verdades eternas. Elocuencia, persuasión,
sabiduría, conocimiento del pasado y de las leyes del mundo, matemáticas, astronomía,
poesía, música y la danza son su dominio. Las Musas eran: Calíope, Clío, Polimnia,
Euterpe, Terpsícore, Erato, Melpómene, Talía y Urania.

GENERACIONES HUMANAS

[Las Generaciones Humanas]


MUSAS Y SU ESPECIALIZACIÓN

Calíope La poesía épica. Clío La historia. Polimnia la pantomima. Euterpe La flauta. Talía
la comedia. Erato la lírica coral. Tepsícore la poesía ligera y la danza. Melpómene la
tragedia. Uranía la astronomía. Después de Mnemosine, Zeus se unió con Leto, la hija del
Titán Ceo y de la Titánida Febe. De ella tuvo dos hijos, Artemisa y Febo. Maia, hija del
Titan Atlas, concibió al dios Hermes por obra de Zeus. Hera fue la última de las esposas
divinas de Zeus, que le dio un hijo. Ares, el dios de la Guerra, y dos hijas: Hebe,
personificación de la juventud (esposa de Heracles), e Ilitia, el genio femenino que protege
los partos. Zeus amó también mortales, sobre todo a Alemena, que le dio a Hércules, y
Semele, de la que tuvo a Dionisio, el dios del Vino. Hera, furiosa de verse así abandonada,
hizo nacer por sí misma, sin la intervención de Zeus, a un hijo divino, Hefestos, que
preside el trabajo de los herreros y de las artes del fuego. Se completa de esta manera, el
grupo de las grandes divinidades. En la época clásica se considera que existen doce
“Olímpicos”: Zeus, Poseidón, Hefestos, Hermes, Ares, Febo, Hera, Atenea, Artemisa,
Hestia, Afrodita y Deméter.

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