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• Jurisdicción: Función soberana del Estado, realizada a través de una serie de actos
que están proyectados o encaminados a la solución de un litigio o controversia,
mediante la aplicación de una ley general a ese caso concreto controvertido para
solucionarlo o dirimirlo.
• Proceso: Conjunto complejo de actos del Estado como soberano, de las partes
interesadas y de los terceros ajenos a la relación sustancial. Actos todos que tienden
a la aplicación de una ley general a un caso concreto controvertido para solucionarlo o
dirimirlo”, que en materia agraria se concreta al Juicio Agrario.
Toda teoría relativa a las funciones estatales y los poderes que éstas desempeñan,
legislativa, ejecutiva y jurisdiccional, comprende toda situación de aplicar normas
sustanciales al caso particular y concreto, sin interesar la órbita de que Poder del Estado
se encuentra el órgano que la ejerce, pero siempre cuando ese órgano surja de la ley
formal en sentido estricto, como acto emanado del Poder Legislativo y contenga además,
todos los atributos que exige el ejercicio de la jurisdicción, personificación competencias
y proceso a seguir en la resolución de las cuestiones.
CAPITULO PRIMERO
Disposiciones Generales
Artículo 1o.- Los tribunales agrarios son los órganos federales dotados de plena jurisdicción y
autonomía para dictar sus fallos, a los que corresponde, en los términos de la fracción XIX del artículo
27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la administración de justicia agraria
en todo el territorio nacional.
Art.27
XIX. Con base en esta Constitución, el Estado dispondrá las medidas para la expedita y honesta
impartición de la justicia agraria, con objeto de garantizar la seguridad jurídica en la tenencia de le
(sic DOF 03-02-1983) tierra ejidal, comunal y de la pequeña propiedad, y apoyará la asesoría legal
de los campesinos.
Son de jurisdicción federal todas las cuestiones que por límites de terrenos ejidales y comunales,
cualquiera que sea el origen de éstos, se hallen pendientes o se susciten entre dos o más núcleos
de población; así como las relacionadas con la tenencia de la tierra de los ejidos y comunidades.
Para estos efectos y, en general, para la administración de justicia agraria, la ley instituirá tribunales
dotados de autonomía y plena jurisdicción, integrados por magistrados propuestos por el Ejecutivo
Federal y designados por la Cámara de Senadores o, en los recesos de ésta, por la Comisión
Permanente.
Párrafo adicionado DOF 06-01-1992
La ley establecerá un órgano para la procuración de justicia agraria, y
Tal fue el origen reivindicatorio y jurídico de las llamadas “acciones agrarias”, que fueron
los medios racionales de justicia administrativa de que se valieron el Estado y los
gobiernos revolucionarios para promover el reparto agrario y para remediar la
mencionada injusticia en el campo.
Mediante decreto de 9 de enero de 1937, publicado en el Diario Oficial del día siguiente,
se reformó el artículo 27 constitucional, indicando en su fracción X que los núcleos de
población que carezcan de ejidos o que no pudieran lograr su restitución por falta de
títulos, por imposibilidad de identificarlos o porque legalmente hubiesen sido enajenados,
serán dotados de terrenos, tierras y aguas suficientes para constituirlos, conforme a las
necesidades de su población. Y en su fracción XII estableció las bases de procedimiento
administrativo a que debía sujetarse el ejercicio de las acciones agrarias de restitución o
dotación de tierras o aguas.
Al efecto, advertimos que el artículo 4o. Constitucional indica que la ley protegerá y
garantizará a los pueblos indígenas y a sus integrantes el efectivo acceso derecho de la
acción a la jurisdicción del Estado, así como que los juicios agrarios en que aquellos
sean parte, se tomará en cuenta sus prácticas y costumbres jurídicas.
De las figuras jurídicas que podrán ejercitar los sujetos agrarios para defender sus
bienes inmuebles incluiremos entre otras: la controversia por límites entre ejidos,
comunidades y pequeñas propiedades; la restitución y el reconocimiento del régimen
comunal; los juicios de nulidad contra resoluciones dictadas por autoridades agrarias; los
conflictos relacionados con la tenencia de la tierra ejidal y comunal; las nulidades en
materia agraria, así como los resultantes de actos o contratos que contravengan las leyes
agrarias; las omisiones en que incurra la Procuraduría Agraria y que deparen perjuicio a
ejidos y comunidades, así como a los pequeños propietarios, avecindados o jornaleros
agrícolas; las controversias relativas a los contratos de asociación o el aprovechamiento
de tierras ejidales; la reversión y la ejecución de convenios y laudos arbitrales.