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Síntomas y Problemas
Las enfermedades que irritan, obstruyen o inflaman la piel pueden causar
síntomas tales como enrojecimiento, inflamación, ardor y picazón. Las alergias,
los irritantes, la constitución genética y algunas enfermedades y problemas del
sistema inmunológico pueden causar dermatitis, ronchas y otras afecciones en
la piel.
Muchos problemas de la piel, tales como el acné, también alteran su apariencia.
Las enfermedades de la piel llaman la atención, porque la piel enferma se ve
diferente a la piel sana. Se habla también de las llamadas "eflorescencias". En
eso se distingue la eflorescencia primaria como por ejemplo mancha (mácula),
nódulo (pápula), nódulo de pus (pústula), habón (urticaria), nudo (nodo ) o placa
de la eflorescencia secundaria como por ejemplo costra, hendidura (fisura,
laceración), caspa, úlcera. Algunas de estas eflorescencias no son por lo demás
conspicuas, en cambio otras hacen fuertes sentimientos de “Miss” (picor,
quemazón, dolor).
CONCEPTOS DE CULTURA DE GRANDES PENSADORES Y FILÓSOFOS
LA PERSPECTIVA FILOSÓFICA.
El estudio del concepto de cultura tiene como fundamento la pregunta por la
esencia misma del hombre: qué es, qué hace y por qué lo hace. Los filósofos
griegos representaban el concepto elitista de la cultura. Lo que parece ser
evidente del ser humano es que es capaz de simbolizar. Para el filósofo
existencialista Sartre (1960), la cultura es configurada por un "conjunto de
formas" en procesos de construcción, destrucción y reconstrucción, los cuales
constituyen la principal dimensión de la existencia de cualquier sociedad o sujeto
social. Las formas culturales de una sociedad determinada que vive estos
procesos de construcción, destrucción y reconstrucción, no hace recordar la
dialéctica Hegeliana de los procesos históricos. Por otro lado, Valentine (1970)
afirma que la cultura comprende todas aquéllas formas de observar el mundo y
de reflexionar sobre él, de comprender las relaciones existentes entre las
personas, los objetos y los sucesos, de establecer preferencias y propósitos, de
realizar acciones y perseguir objetivos.
André Malraux (1976) define a la cultura como "la unión de todas las formas de
arte, de amor, de pensamiento que, a través del curso de los milenios, han
permitido al hombre ser menos esclavo." La cultura es entonces una manera de
expresar la libertad, dice Malraux (1976) cuando afirma que "La cultura pues, es
liberación del hombre, liberación de la ignorancia, de la mendicididad política; la
cultura se nos presenta como el conocimiento de lo que ha hecho del hombre
otra cosa que un accidente del universo".
Béjar N. (1979) afirma que la cultura "es un proceso por medio del cual el hombre
se encuentra a sí mismo en su propio yo, en su familia, en su Estado nacional,
en la humanidad, puesto que su esencia como homo sapiens es un proceso
continuo de desbastar su medio y su persona, de "afinarse" es decir, de hacerse
más hombre, de encontrarse." Fundamentado en Kant, Nicola Abbagnano (1983)
conceptualiza la cultura como la formación, mejoramiento y perfeccionamiento
del hombre, al describirla como "la formación total y auténticamente humana del
hombre". Adorno (1986; citado por Espinoza y Pérez: 1994) afirma que " lo
específicamente cultural es precisamente sustraído a lo nudamente necesario".
Para dedicarse a él, hay que ver, cuál es el papel que juega la revolución peruana
en las relaciones internacionales y aparte de eso, de cuál es el papel que en
resumidas cuentas juega América Latina en el desarrollo internacional.
TYLOR
E. B. Tylor quien acuñó una de las definiciones más clásicas de la cultura, y
ya con el sentido que tiene hoy, en 1871, en Cultura Primitiva: "La cultura o
civilización, en sentido etnográfico amplio, es ese todo complejo que incluye
el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y
cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre en cuanto
miembro de una sociedad".
La definición, descriptiva y minuciosa de Tylor ha sobrevivido a la superación
de las tesis evolucionistas, debido a la precisión que encierra la misma, pero
también como consecuencia de su racionalismo. Tras ella se encuentran los
postulados de la antropología filosófica alemana de mediados del siglo XIX,
y especialmente los de G. Klem. No obstante, y ciertamente, el texto se
encuentra anclado en el ámbito de las doctrinas evolucionistas propias de la
adscripción de su autor y, asimismo, en el tiempo en que fue escrito aquél.