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INTEGRANTES
Delgado Guerrero Suker 20171456C
Tirado Ramírez Yeferson 20171185J
DOCENTE
Ing. Palacios Albújar Doris
2018-II
El lado latente del Morro Solar
Punto de encuentro, Universidad Nacional de Ingeniería 7:30 am. Junto con mi
compañero estábamos listos para partir a la que sería una de las experiencias más
gratificantes de nuestra futura próxima profesión, ingeniería de minas. Geología era el
curso a estudiar, un curso que llenó todas nuestras expectativas y que nos impulsó a
conocer más estudios fuera de las aulas, estudios en el campo.
-Y a nosotros nos toca uno de los transportes, si bien es cierto el más rápido, pero a la
vez el más incómodo y estresante de todo Lima. (Entre risas) Quita esa cara y
prepárate para el metropolitano- Jefferson estaba en lo cierto. Pagamos nuestro
derecho a entrar por medio de una tarjeta, donde divisamos una cola enorme, una que
parecía no tener fin. Siendo las 7:40 am tuvimos que calmar las ansias por ya llegar al
lugar, entre toda la gente, desesperados por expulsar todas esas ganas de querer
aprender y desarrollarse como ingenieros, porque eso transmitía la salida, ejercer la
profesión que habíamos elegido de entre todas.
Acompañado del extraño cielo limeño, que en ese día por pura coincidencia nos
mostraría su lado más alegre, empezamos nuestro rumbo en compañía de la ingeniera
y aproximadamente 15 compañeros de las diferentes escuelas de la facultad a la que
pertenecemos. A nuestra izquierda el producto de la geología, de la formación de
grandes estructuras y una infinidad de cosas por examinar y estudiar, a nuestra
derecha el océano que azotaba partes de la costa. Justo a la vista del océano hicimos
una parada donde logramos observar los espigones, que sirven para frenar las olas y e
impedir el socavamiento de los acantilados. Se podrían decir que eran pequeñas
flechas arenosas, las cuales servían también para que las partículas sueltas se depositen
en un lado de la costa “ganando playa” y que el club había aprovechado para sus
causas.
Fijando la vista hacia el lado izquierdo miramos los estratos, compuestos según
explicaciones de areniscas, lutitas y limolitas en su mayoría. La geometría y la forma de
estas eran muy notorias e increíbles, se notaba también la discontinuidad de algunos
estratos, así como la repetición y omisión de estos en algunas zonas; Jefferson con
asombro y sabiendo que se vendrían cosas mejores dijo: este es el comienzo.
Encontramos un nivel de diferencia de lutita y arenisca que resolvió algunas dudas que
no habían quedado claras. Estábamos tan entretenidos en catalogar con fotos todo
aquello observado y tratar de efectuar todos nuestros sentidos al momento de
examinar que nos quedamos atrás del grupo. Con Jefferson entramos en una charla
sobre de lo que ya conocido en aulas estábamos observando en el campo. Cuando de
pronto a lo lejos se escuchó la palabra yacimiento. Fuimos a indagar sobre lo que
estaban hablando ya que el término yacimiento es muy resaltante e importante en
nuestra carrera. Llegamos y tratamos de preguntar el porqué de haber utilizado este
término. Entramos a una conversación que tenían nuestros compañeros con la
ingeniera y pedimos que nos detalle otra vez lo expuesto en ese momento donde
pudimos escuchar la explicación que fuimos a buscar. Habían encontrado en una
cavidad cristales tipo blanquecinos, que después con ayuda logramos identificar como
cristales de yeso, un mineral muy corriente, pero que particularmente no lo había
observado en materia prima. La profesora nos decía que antes esa cavidad pudo haber
más del mineral, pero aficionados a la geología como nosotros ya había recogido su
muestra respectiva, dicho esto no tuve más remedio que tomar una muestra para
tenerla también en mi colección.
Creí que había terminado todo, y nos encontraríamos más cosas interesantes, pero
ocurrió la vez 21 que la geología sobresaldría mis expectativas. La noté cuando la
profesora dibujo en una pizarra el dique, según su dibujo había 3 más, di vuelta miré
hacia arriba y los noté, era un dique fallado en tres porciones. Se notaba una tonalidad
de verde en el dique, que daban la notoriedad de que se trataba de la andesita en los
tres diques. Cerca a ese punto en una curva de la carretera se encontraba la
culminación de la formación del salto de fraile y empezaba la formación la Herradura,
y a la vez comenzaba con el miembro la Virgen; es decir, esa zona era el área de
contacto entre las formaciones. La diferencia de estas formaciones la logramos ver por
el color de las rocas, que en la formación la Herradura se volvieron oscuras, y además
hubo un contacto oblicuo ubicado en esa curva. Comparando con la situación del
inicio, las ganas aumentaron, el libro de apuntes ya se llenaba, más cuerpos
hipabisales, más formaciones, más geología; esta sensación era la que tanto había
buscado desde mi ingreso a la universidad.
Estando todos reunidos en la zona del contacto, la ingeniera digo que nos acerquemos
al acantilado a observar el movimiento de las olas del mar; me invadió una sensación
de enorme tranquilidad al apreciar el mar de otra forma, de forma geológica.
La ingeniera nos explicó la acción erosiva de las olas del mar y los tipos de roca que
podíamos observar en el acantilado, recalcándonos que se debe tener mucho cuidado
en un acantilado; ya que años atrás había ocurrido un accidente con un niño y por eso
las autoridades habían prohibido el ingreso hacia el mar, llegando incluso a cerrar las
escaleras que ellos mismos habían colocado para descender. Pero esto no era
impedimento para la gente imprudente, que sin acatar las leyes dadas estaban allí
pescando y exponiendo sus propias vidas; lo importante es que se veían felices y
parecían disfrutar del mar, aunque desconociendo todo lo que el mar con sus olas nos
quiere contar a nivel geológico.
Acabada la explicación en el acantilado pasamos al miembro La Virgen y lo notaríamos
rápidamente; ya que cambió el color y la forma de las rocas vistas en el anterior
miembro. -Esta zona está compuesta por lutitas negras bituminosas, con presencia de
yesos y nódulos- había dicho la ingeniera en la explicación inicial.
¿Y cómo supimos que eran calizas? Pues justamente un compañero había llevado ácido
clorhídrico, y al aplicárselo estas rocas efervescían; lo que indica una reacción química
propia de un ácido y una base. No era necesario ser muy observador para darse cuenta
de que las capas de sedimentarias estaban rodeadas por cascaras de color blanco; este
evento llamo mucho la atención de mi compañero Jefferson, quien inmediatamente le
pregunto a la ingeniera y ella respondió – son capas de yeso -. Lo interesante era que
esta vez estas capas de yeso eran muy delgadas y muy frágiles a comparación de las
vistas en el dique fallado.
Cuando el camino hacia una curva la profesora nos dijo que veríamos a otra cara de la
moneda (debo reconocer que al principio no entendí con exactitud a que se refería).
Unos metros más allá la ingeniera puso orden y mientras todos le dábamos la espalda
al mar nos explicaba sobre que estábamos viendo la parte posterior del dique fallado –
pueden observar aquí las tres partes del dique que vimos anteriormente – dijo la
ingeniera. Al principio; llegue a notar solo dos bloques del dique, uno que estaba en
toda la esquina de la curva y el que permanecía en el medio. Surgió mi interrogante:
¿Dónde esta la otra parte?, luego Jefferson me indicaría que la porción de dique que
faltaba se encontraba casi colindando con la carretera; grande fue mi asombro al
darme cuenta que esa porción de dique se extendía hasta la playa y había dejado rastro
en el acantilado, pues la andesita había desaparecido y se veían solo los bloques de
roca encajonante como si fuera una enorme tabla inclinada y rota por la mitad.
Y se acercaba el final del recorrido, aunque nos quedaba mucho por ver, llagaríamos al
final de la formación La Herradura. Pero … ¿Cómo supimos que ahí culminaba la
formación La Herradura?... pues se encontraba una última falla, la falla del Salto del
Fraile; dicha falla nos indicaba el fin de la formación La Herradura y el comienzo de la
formación Salto del Fraile. ¡Otra interrogante surgió – Ingeniera! Si la formación Salto
del Fraile es más antigua ¿Por qué esta al mismo nivel de la formación la Herradura? -
pregunto Jefferson. La ingeniera nos explicó que la respuesta estaba en la falla del Salto
del Fraile, la parte de la formación La Herradura había bajado con respecto de la
formación Salto del Fraile.
Luego fuimos con unos compañeros a observar la falla del Salto del Fraile de cerca y
poder sacar muestras de su material de falla, pero un compañero no podía distinguir
aun donde se encontraba la falla, estando aun muy cerca de ella … fue muy gracioso.
Pera volver más entretenido el recorrido, se nos ocurrió la genial idea de pagar al que
hace la interpretación del fraile y se lanza hacia el mar. Y había escuchado de él y su
trabajo; pero al igual que las formaciones vistas, terminó por sorprenderme. Luego de
lanzarse al mar, exponiendo su vida, el fraile volvió hacia donde estábamos todos y nos
empezó a contar la historia de amor que hay detrás de esta interpretación que él había
realizado para nosotros, una historia de un amor imposible en tiempos de la colonia.
Su narración fue tan teatral y muy bien interpretada que incluso pude sentir la enorme
tristeza en la que el verdadero fraile se encontraba al perder al amor de su vida.
Después de la tremenda interpretación descansamos un momento para asimilar tanto
la información brindada por la ingeniera y la narración del fraile.
Recuerdo que la última parada que hicimos fue para observar una estratificación que
se caracterizaba por tener dirección de flujo oblicuo, esta estructura sedimentaria si
estaba a nuestro alcance ya que era pequeña en comparación con las demás.
Habiendo culminado todo el recorrido; tuvimos que retornar por el mismo camino que
habíamos llegado. Yendo por la parte de la playa, observando el mar, veíamos todas las
formaciones y estructuras de forma diferente; era lógico, ya que ahora habíamos
adquirido el conocimiento dado por la ingeniera. En mi mente no dejaba de pensar en
cuanto más tiene por mostrarnos un paisaje y cuanto más aun desconozco.
Ese día fue uno de los días más provechosos que pude haber tenido y lo compartí con
mis compañeros, eso es lo que me puso más feliz aún.