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a. Juegos de lenguaje
Lo que Wittgenstein denomina “juego de lenguaje” es entendido como
“sistema abierto de palabras y expresiones lingüísticas integradas con las
acciones a las cuales se encuentran ligada; sistema constituido por
conjuntos de actividades sujetas a reglas. El lenguaje en general se
encuentra conformado por una multiplicidad variable de juegos de
lenguaje(1). Pero ¿por qué varios y no solo uno?, fundamentalmente esto
obedece a la diversidad de significados o sentidos que se le pueden dar
a los elementos básicos del lenguaje en su uso. Ahora bien, el juego
lingüístico no es más que la contextualización del lenguaje, y a partir de
esto intentar comprender lo que los participantes en el juego desean
expresar, mas no ponerlo en términos de nuestro propio juego, primero
porque el nuestro es diferente y obedece a otro tipo de lógica, lo que no
lo permitiría, y segundo porque no sería una comprensión fiel al sentido
por el cual se originó.
b. El juego científico
Cobra cuerpo y entra a formar parte de un juego lingüístico lo que
conocemos como la ciencia, y en esta dirección es que la
consideraremos, desde la perspectiva de su especialidad y su
particularización. La ciencia es el cuerpo de conocimientos
sistemáticamente organizados, exactos y verificables de la realidad, que
son falibles, pero que tiende a la búsqueda de objetividad, denominados
teorías que a su vez son conjuntos de leyes o regularidades referidas a
hipótesis o conjeturas, que están sujetas a ser verificadas o refutadas. Es
ante todo conocimiento de algo, de un objeto, que se aprehende a través
de un método.
Esta división coloca a la ciencia pura como algo intocable y libre de poner
en cuestión, porque sus objetivos son muy claros y nobles, como si no lo
realizaran seres humanos; no obstante sí se puede por lo menos intentar
libremente. En cambio la técnica, la tecnología y en general la ciencia
aplicada con esta división salen muy mal libradas, porque son las que
utilizan el conocimiento científico, lo aplican a la vida práctica y ésta se
afecta, ya sea positiva o negativamente; entonces a la que hay que llevar
a la silla eléctrica no es propiamente a la ciencia pura.
c. Fin de la razón
Al igual que cualquier tribu comunica sus visiones “míticas” del mundo y
que no son tomadas en serio, y hasta se ríen de ellas, pero son
igualmente tribales que la ciencia, la única diferencia es el poder y el
tamaño de la tribu.
Ahora bien, por qué razón debemos preferir la ciencia como único
sistema de conocimiento válido, cuando nos encontramos con tales
aberraciones, es decir la utilización del saber para dominar e ideologizar.
d. La hermenéutica
2. La ciencia natural
Los problemas científicos son solo uno de los tantos que existen a nivel
del conocimiento; los problemas del conocimiento son tan solo unos al
interior del saber, y estos a su vez son tan solo unos de los que inquietan
al hombre. Así, ¿es justo ver a la ciencia como “paradigma del saber”?
Así las cosas, una teoría no es una generalización empírica, y los datos
inducidos de las experiencias jamás producirán teorías directamente,
porque “el camino no va de los datos a la teoría, sino de los datos al
problema, del problema a las hipótesis, y de la hipótesis a la teoría, y
luego a la inversa, de la teoría y la evidencia a una proyección que podrá
someterse a contrastación con la ayuda de otro elemento de evidencia y
de otras teorías”(34).
Parece paradójico que los científicos siempre nieguen los hechos y las
experiencias, sabiendo intrínsecamente que sus creaciones,
imaginaciones, (teorías), comienzan y terminan con los hechos. Es por
tal razón que surge uno de los problemas principales referente a las
teorías, su función y composición, y que algunos piensan que ya no es
relevante.
Ahora podemos decir que una teoría factual natural, como en la física, es
una elaboración de hombres que hacen ciencia, utilizando una
herramienta fundamental como lo es la matemática, pero también la
teoría debe referirse y tener una relación con los objetos que dice
representar; por lo tanto una teoría puramente matemática y formalizada,
solo es coherente tenerla en las ciencias formales; pero como nuestro
interés se encuentra en las ciencias que tienen que ver con hechos y
objetos naturales, creemos en la necesidad, que las teorías en ciencias
naturales requieren de una relación entre lo estrictamente teórico, es
decir lo que no es observable, lo independiente de los hechos, y lo
observable, lo que se puede observar al interior del objeto al cual nos
estamos refiriendo. Esto es precisamente el resultado de la capacidad de
la experiencia humana, porque se da solamente a niveles intermedios y
de hecho todo fenómeno (hecho experienciable) es o bien (i) el efecto de
decenas de miles de hechos microscópicos inobservables, o bien (ii) uno
de un enjambre multitudinario de acontecimientos que constituyen un
solo hecho de un sistema gigante inobservable, como la sociedad o al
universo. En cualquiera de los dos casos los objetivos mismos (correlatos
de la teoría), con todas sus propiedades, se encuentran fuera del alcance
de la experiencia personal y tienen que ser por consiguiente objeto de
hipótesis. Pero en ambos casos controlamos nuestras construcciones
mediante la observación de lo que es observable(35).
En este orden de ideas “en una teoría son esenciales dos componentes:
primero, su estructura matemática y, segundo un conjunto de
aplicaciones propuestas”(36). O sea la relación que se establece entre el
núcleo de la teoría, su estructura matemática y subestructuras, y los
hechos observables. Es una concepción de teorías diferente de la que se
formuló con anterioridad, porque esta última no se concibe como un
conjunto de hipótesis que son verificadas, que equivaldrían a enunciados
y proposiciones, sino a una construcción que se compone de un núcleo
no enunciativo y uno aplicativo, lo que implica una gran divergencia entre
las dos, porque en la segunda un cambio en los hechos, en lo
observable, solo puede repercutir en la parte aplicativa, pero no en el
núcleo, que es la estructura matemática; lo que no sucede con la
concepción de las teorías como enunciados, ya que éstas al conformarse
por hipótesis, pueden perfectamente ser refutadas e inservibles para lo
que fueron formuladas.
b. Lo teórico y lo observacional
c. Hechos y teorías
Ahora bien, estas explicaciones son las que mejor puede dar la época,
así, son tomadas como ciertas en dicho momento, pero llega la
ocurrencia de una anomalía, provocando contradicción y crisis, haciendo
necesario un cambio, hay nuevos hechos y nuevas experiencias
[cruciales]. Se dice que hay un papel activo por parte del sujeto en la
observación, ya que ésta es controlada y planeada; de lo contrario sería
pasivo y no existiría observación y sí solamente percepción.
Según esto “hay solo una tarea que podemos legítimamente pedir a una
teoría, [paradigma] y es que nos dé una descripción correcta del mundo,
es decir de la totalidad de los hechos vistos a través de sus propios
conceptos”(57).
Ahora bien, esta convivencia de teorías tiene que ser coherente, es decir,
que exista compatibilidad entre ellas, en el caso de las auxiliares que en
últimas cumplen esa función; algo muy diferente es en el caso de los
paradigmas, porque en estos solo se acepta lo que la ciencia normal
permite, si no, se desecha o se omite. Por tal razón casi que se presenta
una clandestinidad con las teorías que intentan explicar los
contraejemplos o anomalías; que cuando la crisis se agudiza, salen a
flote a salvar la ciencia, pero no como auxiliares, sino como sustitutas.
Las diferencias entre Kuhn y Lakatos no parecen ser muchas, pero aun
así las hay. El desarrollo y la evolución de la ciencia son vistos desde la
perspectiva Lakatosiana como historia de la ciencia por lo que afirma que
ésta “ha sido y debe ser(**) una historia de programas de investigación
que compiten (o si se prefiere, de “paradigmas”), pero no ha sido ni debe
convertirse en una sucesión de períodos de ciencia normal; cuanto antes
comience la competencia tanto mejor para el progreso”(65).
3. ¿Teorización en contabilidad?
“Si alguien arguye que ha producido efectivamente una teoría científica con
la sola ayuda de los datos y un conjunto de reglas de descubrimiento y/o
invención, tendremos que concluir o bien que no sabe exactamente que
quiere decir “teoría”, o bien se ha engañado a sí mismo”. Bunge Mario.
Las teorías pueden tener “relevancia para la acción y para que suministre
conocimiento sobre los objetos de la acción, máquinas, por ejemplo, ya
porque se refiere a la acción misma, por ejemplo, a las decisiones que
preceden y guían la manufactura o el uso de máquinas”(68). Estas teorías
son tecnológicas, pero mientras las primeras son aplicaciones de teorías
científicas a situaciones aproximadamente reales, identificadas como
sustantivas; las segundas como operativas se refieren a operaciones de
complejos hombres - máquina, o lo que es lo mismo a operaciones
realizadas para el logro de un fin establecido. Las sustantivas son
directas aplicaciones de teorías científicas puras, las operativas son
construcciones independientes que tienen poco o nada que ver con las
teorías sustantivas.
Las teorías operativas, dice Bunge, hacen escaso uso del conocimiento
suministrado sustantivamente por las ciencias físicas, biológicas, o
sociales, realmente éste no les interesa; utilizan más bien un
conocimiento especializado pero no científico y el suministrado por las
ciencias formales.
Con este criterio, dos de los ocho primitivos que propone Mattessich(74) no
lo son, a decir: objetos económicos y sujetos económicos. Ahora bien, los
de número, valor, unidad monetaria, intervalo de tiempo, conjunto y
relaciones son claramente términos primitivos, que dan cuenta o hacen
referencia al carácter de la teoría, y tienen una mayor abstracción.
Igualmente se formulan 19 supuestos básicos o axiomas que son
fórmulas o hipótesis no demostradas, pero que sirven de sustento o que
permiten demostrar otras que sí están convalidadas por la experiencia,
claramente estos axiomas si son demostrados por la experiencia,
dejando ver su no carácter de axiomas.
Una teoría para que sea adecuada en sus propósitos tiene según Bunge
unos requisitos sintácticos básicos, los cuales son: consistencia interna,
es decir que no se autocontradiga; consistencia externa como la
consistencia con toda teoría no rival del mismo campo; la independencia
de las primitivas, o sea que no sean definibles entre sí; y la
independencia entre los axiomas o supuestos iniciales básicos, que no
es más que los miembros no sean intertraducibles, o sea que ninguno de
ellos es derivable de los demás. En cuanto a lo semántico deben tener
una conexión conceptual, es decir que hay elementos o conceptos que
los relacionan entre sí(****).
a. Lo normativo y lo positivo
Así las cosas, se dice que hay un paradigma del beneficio - verdadero,
deductivo, de la utilidad en la decisión, de la teoría de la agencia,
etc.,(78) que no son tales, sino que son las guías que se tienen para la
presentación de la información, no son teorías que a partir de ellas se
explique una realidad, que puedan verificarse. Son todos normativos, ya
que se formulan para el logro de unas expectativas, unos objetivos
requeridos para el mantenimiento de unas relaciones contractuales, para
la construcción de teorías que resulta paradójico, porque partimos de un
paradigma, de una teoría contable, para intentar formar otra; o para la
utilización de la información que contribuye al mantenimiento del sistema
económico - político.
Al igual que con las ideas de Kuhn, las de Lakatos han sido estudiadas y
utilizadas para propósitos de entender el desarrollo de la contabilidad a
través de la historia. En esta dirección es que Cañibano(81) y Mattessich(82),
entre otros han asumido tareas como éstas y han identificado tres
programas de investigación cada uno.
a. El salvavidas: eclecticismo
Llegamos al reconocimiento de algunas inconsistencias, sobre todo a la
no aplicabilidad de la historia de la contabilidad con la propuesta de las
reconstrucciones racionales hechas por los filósofos de la ciencia para la
estructura y dinámica de las teorías en las ciencias físico - naturales. ¡Era
previsible!
Es entonces una red de teorías, cada una de ellas tendría una función
primaria, en la tradición Nº 1 denominada programa de gerencia, esta es
“la supervisión del principal sobre la dirección”; en la tradición o programa
de investigación Nº 2, correspondiente a la “valuación - inversión”
asignándosele la función de la “aproximadamente correcta valuación
económica de recursos y derechos”, que simplemente es el ajuste que se
debe hacer para los requerimientos bursátiles, pero que más bien
corresponde a aplicaciones en las finanzas que a la contabilidad, ya que
en las teorías de aquellas se ve reflejada directamente la teoría
económica neoclásica. Y de nuevo vemos su condición instrumental;
finalmente se encuentra la tradición Nº 3 que se denomina de
“información estrategia” correspondiéndole una función del estilo de
“diferentes costos para diferentes propósitos”.
Lo que este autor pretende es intentar aplicar, como él mismo lo dice, las
ideas de Stegmüller, Lakatos y Bunge a lo que él entiende por teoría
contable, que parece ser reflejada en las tres tradiciones que propone,
sustituyendo algunos planteamientos, conciliando otros, para terminar en
una mezcla de todo, sin interpretar que estas posiciones son divergentes
e inconmensurables. Y como se reconoce que no hay tales competencias
entre programas, paradigmas o como allí se identifican, se introducen las
tradiciones investigativas que reúnen todo y se complementan, siendo
esto la contabilidad.
Para probar esto solo basta con leer estas palabras de Mario Bunge(90)
... los filósofos del Círculo de Viena han sostenido que el criterio de
distinción entre ciencia y no ciencia (especialmente la metafísica) es el
tener sentido de los enunciados que constituyen la ciencia. Según esto,
un análisis del sentido bastaría para decidir si una disciplina es científica
o no. Examínese esa opinión y véase si no asciende a ciencia el arte de
la encuadernación de libros o la contabilidad.
La creencia en que las teorías físico - naturales, son el norte al que toda
disciplina que quiera llamarse científica y verdadera debe señalar, se ha
convertido en un sofisma, no hay razón para seguirlo. Ya no hay que
mirar hacia dónde vamos, antes de eso es pertinente mirar hacia dónde
podemos ir. Es teniendo una consciencia clara de quien se es, de los
límites que lo definen, así como una autorreflexión y autocrítica que se
puede tener la posibilidad de autoconstrucción.
Una teoría así podrá interpretarse y dar luz sobre lo que en la realidad
económica sucede, lo que se interprete de ahí en adelante ya no es
asunto contable; pero sí contribuye a una estrategia práctico - política,
para la construcción de una sociedad más libre, justa y equitativa.
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