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CAJAMARCA
Tema
Mercado de bonos de carbono
Autores
Docente
Asignatura
Ecología
Introducción
Desde 1995, este órgano de las Naciones Unidas, reúne anualmente a representantes
de 195 países para debatir y negociar una serie de acuerdos para cuidar el planeta.
Desde ese año se han organizado 19 COP. La primera fue realizada en Berlín.
Los participantes hablaron sobre los recursos que asignan los países, tanto en su
territorio como en el extranjero, para adaptarse al cambio climático,
además replantearon las formas en que se minimizarán los efectos del calentamiento
global.
COP20, Son las siglas de la Vigésima Conferencia de las Partes de la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. La conferencia se ha llevado
a cabo en Lima, Perú.
COP21, constituye una etapa decisiva en la negociación del futuro acuerdo internacional
previsto para después de 2020, con el objetivo de que todos los países, y entre ellos los
mayores emisores de gases de efecto invernadero (países desarrollados y países en
desarrollo), estén vinculados por un acuerdo universal sobre el clima. En septiembre de
2012, el presidente de la República francesa, François Hollande, anunció la candidatura
de Francia para ser la anfitriona de este gran evento en 2015.
Otro punto a tratar, pero ahora dentro del país es El Mercado de Carbono, el cual ha
sido creado para permitir a los países y empresas de países industrializados cumplir con
mayor facilidad sus metas de reducción de emisiones acordadas en el Protocolo de
Kioto. Consiste en un espacio de compra y venta de certificados de reducción de
emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero).
Por último se hablara del mercado de bonos de carbono en el Perú haciendo un breve
análisis de lo que se viene desarrollando en colaboración con las entidades ecológicas
Mercado de bonos de carbono
1. Bonos de carbono
Los bonos de carbono (también llamados "Créditos de Carbono") son un mecanismo
internacional de descontaminación para reducir las emisiones contaminantes al medio
ambiente; es uno de los tres mecanismos propuestos en el Protocolo de Kioto para la
reducción de emisiones causantes del calentamiento global o efecto invernadero (GEI
o gases de efecto invernadero).
En Nueva York, el 9 de mayo de 1992 se adoptó la Convención Marco de las Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático en la que se reconoce que el problema del cambio
climático es real. En la convención se fija como objetivo estabilizar las emisiones de
gases de efecto invernadero, en un plazo suficiente para que los ecosistemas se
adapten naturalmente al cambio climático, sin que la producción de alimentos mundial
se vea amenazada y que el desarrollo económico internacional continúe de manera
sostenible.
En esta convención se les pide a los países industrializados que periódicamente se
realicen inventarios (mediciones) de las emisiones de gases, para de esta manera poder
conocer el alcance real del problema y comprobar que las medidas aplicadas han
cumplido con los objetivos. Se toma como punto de referencia las emisiones del año
1990 para así poder comparar y comprobar los resultados. De esta manera, los países
que forman parte de la Convención tomarán en cuenta la necesidad de reducir sus
emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en sus decisiones respecto a la
agricultura, actividades industriales, energía, uso de recursos naturales, entre otras.
Actualmente la Convención se considera casi universal ya que 195 naciones han sido
ratificadas.
El 11 de diciembre de 1997 se celebra el Protocolo de Kioto (Japón), que pone en
práctica los tratados de la Convención. Fueron 37 países industrializados y la Unión
Europea los que ahí se comprometieron a estabilizar las emisiones de gases de efecto
invernadero. A diferencia con la Convención que solamente alentaba a los países a
reducir sus emisiones GEI, el Protocolo de Kioto los comprometía a tomar acciones para
lograr este objetivo.
Los países que formaron parte del Protocolo reconocieron que durante los últimos 150
años habían sido los principales responsables de los elevados niveles de emisiones de
gases de efecto invernadero, resultado entre otras cosas, de la quema de combustibles
fósiles. Para el Protocolo, se debe de tratar de manera diferente a los países
desarrollados que a los que están en vías de desarrollo. A los primeros se les exige que
regulen sus emisiones ya que son los principales contaminadores por sus actividades
industriales, mientras que a los segundos solamente se les motiva a hacerlo
entendiendo que su posición económica no es la óptima para tomar medidas drásticas.
El Protocolo ha sido influencia para que los gobiernos hagan leyes y políticas para
cumplir con sus compromisos, y a empresas para que consideren el impacto que tienen
sus actividades en el medio ambiente. Cabe señalar que sólo las partes o países que
hayan aceptado y ratificado el Protocolo se verán obligadas a cumplir con las normas.
Una de las tres propuestas que se incluyeron en el Protocolo para estabilizar las
emisiones de GEI fueron los bonos de carbono, presentada en 1993 por la economista
argentina Graciela Chichilnisky.
El sistema ofrece incentivos económicos para que empresas privadas contribuyan a la
mejora de la calidad ambiental y se consiga regular la emisión generada por sus
procesos productivos, considerando el derecho a emitir CO2 como un bien canjeable y
con un precio establecido en el mercado. La transacción de los bonos de carbono —un
bono de carbono representa el derecho a emitir una tonelada de dióxido de carbono—
permite mitigar la generación de gases invernadero, beneficiando a las empresas que
no emiten o disminuyen la emisión y haciendo pagar a las que emiten más de lo
permitido.
Las reducciones de emisiones de GEI se miden en toneladas de CO2 equivalente, y se
traducen en Certificados de Emisiones Reducidas (CER). Un CER equivale a una
tonelada de CO2 que se deja de emitir a la atmósfera, y puede ser vendido en el
mercado de carbono a países Anexo I (industrializados, de acuerdo a la nomenclatura
del protocolo de Kioto). Los tipos de proyecto que pueden aplicar a una certificación
son, por ejemplo, generación de energía renovable, mejoramiento de eficiencia
energética de procesos, reforestación, limpieza de lagos y ríos, etc.
En un esfuerzo por reducir las emisiones que provocan el cambio climático en el
planeta, como el calentamiento global o efecto invernadero, los principales países
industrializados -a excepción de Estados Unidos- han establecido un acuerdo que
establece metas cuantificadas de reducción de emisiones de gases de efecto
invernadero (GEI) para el 2012: el Protocolo de Kioto. Para cumplir se están
financiando proyectos de captura o abatimiento de estos gases en países en vías de
desarrollo, acreditando tales disminuciones y considerándolas como si hubiesen sido
hechas en su territorio.
Sin embargo, los críticos del sistema de venta de bonos o permisos de emisión,
argumentan que la implementación de estos mecanismos tendientes a reducir las
emisiones de CO2 no tendrá el efecto deseado de reducir la concentración de CO2 en
la atmósfera, como tampoco de reducir o retardar la subida de la temperatura. Según
el estudio de Wigley, 1999, la implantación del Tratado de Kioto cumplido por todos los
países del mundo, incluido los Estados Unidos, causará una reducción de 28 partes
por millón (ppm) para 2050, o reducirá la temperatura predicha para ese año en
0,06 ºC o, si no, retrasará la fecha en que debería cumplirse el aumento dicho en 16
años.
2. Protocolo de Kioto
Desde hace décadas existe una creciente sensibilización respecto del impacto
medioambiental de las actividades humanas que se concretan en el cambio climático.
Para dar respuesta a esta circunstancia y marcar una hoja de ruta sostenible surge lo
que conocemos como el Protocolo de Kioto.
El Protocolo de Kioto sobre Cambio Climático es el resultado más significativo del
esfuerzo colectivo y global para buscar un marco conjunto que permita luchar contra el
cambio climático. De esta manera se establecen unos límites cuantificados y obligatorios
de emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) para los países que lo ratifican, y que
son jurídicamente vinculantes para éstos.
“Las partes (…) se asegurarán individual o conjuntamente de que sus emisiones
antropogénicas agregadas, expresadas en dióxido de carbono equivalente, de los gases
de efecto invernadero (…) no excedan de las cantidades atribuidas a ellas (…) con miras
a reducir el total de sus emisiones de esos gases a un nivel inferior en no menos del 5%
al de 1990 en un periodo de compromiso comprendido entre 2008 y 2012.
Todas las partes (…) formularán, aplicarán, publicarán y actualizarán periódicamente
programas nacionales y, en su caso, regionales que contengan medidas para mitigar el
cambio climático y medidas para facilitar una adaptación adecuada; tales programas
guardarán relación, entre otros, con los sectores de la energía.”
Presenta como objetivo global la reducción de un 5% en las emisiones respecto de
1990 (cubre los 6 principales GEI), focalizado mediante un compromiso de los 38 países
industrializados incluidos en el Anexo Uno del Protocolo con objetivos jurídicamente
vinculantes y calendarios de cumplimiento. No se han fijado objetivos para países en
vías de desarrollo.
Los plazos marcados son muy claros:
La duración de este segundo periodo del Protocolo es de 8 años, con metas concretas
al 2020. Sin embargo, este proceso denotó un débil compromiso de los países
industrializados, tales como Estados Unidos, Rusia, y Canadá, los cuales decidieron no
respaldar la prórroga.
La puesta en marcha de Kioto ha permitido una reducción del 22,6% en las emisiones
de gases de efecto invernadero con respecto a los niveles de 1990 en 37 países
industrializados y la UE, cuando el compromiso inicial era de una disminución del 5%.
3. Bonos de carbono en el Perú
A mantener “el bosque en pie” de nuestras Áreas Naturales Protegidas del Perú,
específicamente en el Parque Nacional Cordillera Azul (San Martín, Loreto, Ucayali y
Huanuco), Reserva Nacional Tambopata y Parque Nacional Bahuaja Sonene (Madre
de Dios), Bosque de Protección Alto Mayo (San Martín).
¡Usted tiene la oportunidad de elegir de acuerdo al proyecto al que decida contribuir!
¿Cómo se han beneficiado estas 4 ANP comercializando bonos de carbono?
¿Quiénes han apostado por adquirir bonos de carbono en áreas protegidas del Perú?
Desde hace varios años, el SERNANP viene impulsando los bonos de carbono, y desde
ahí han sido varias las empresas y hasta personas naturales que han apostado por
nuestras áreas naturales protegidas. Prestigiosas corporaciones y empresas de
diversos rubros como Disney, Paul Mitchell, Conservación Internacional, Microsoft,
United Airlines, Pacifico Seguros, Cóndor Travel, South Pole Carbón, Toyota del Perú
SA, International Unión for Conservation of Nature UICN, Althelia Climate Fund, Notaria
Paino, Open Plaza SA, han optado por compensar sus emisiones de carbono
adquiriendo créditos de carbono.
El proceso se canaliza a través de ONG (Conservación Internacional, AIDER y CIMA),
quienes son los responsables de los proyectos REDD y REDD+ a través de Contratos
de Administración con el Estado.
4. Mercado de bonos de carbono
En qué consiste el sistema de mercado de bonos de carbono?
El mercado de bonos de carbono consiste en la compra y venta de certificados
de reducción de emisiones (CERs), permisos de emisión, montos asignados
anualmente (AAUs), o unidades de reducción de emisiones (ERUs).
• Proyectos de Transporte
• Reducir emisiones usando las normas de cumplimiento con los más altos
estándares mediante la verificación de terceras partes.
- Permisos de emisión: son asignados por los gobiernos de países Anexo I a empresas
que son emisoras de GEI en función de los compromisos de reducción de emisiones
asumidos en el marco del Protocolo de Kioto. El mercado más importante es el europeo
(EU ETS – European Union Emission Trading Scheme), donde se transan permisos
llamados “EUAs” (European Union Allowances).
Los tres mecanismos del Protocolo de Kyoto son muy importantes para el mercado
regulado: el Mecanismo para un Desarrollo Limpio (MDL), la Ejecución Conjunta (JI,
siglas en inglés) y el Régimen para el comercio de derechos de emisión de GEI de la
Unión Europea (ETS, siglas en inglés).
Algunos países no han aceptado legalmente el Protocolo de Kyoto, pero tienen otros
esquemas de reducción de GEI vinculantes legalmente, a nivel estatal o regional. Los
países en desarrollo sólo pueden participar en el MDL. En general, para proyectos
AFOLU a pequeña escala en países en desarrollo, el mercado voluntario es más
interesante que el regulado, porque el mercado de MDL tiene unos mecanismos y
procedimientos bastante complejos para el registro de proyectos, que excluyen a la
mayoría de proyectos agrícolas, forestales y de reducción de las emisiones derivadas
de la deforestación y degradación de los bosques (REDD). No obstante, ofrecemos una
pequeña introducción a los MDL porque existen algunas posibilidades para proyectos a
pequeña escala (p. ej., sobre energías renovables). Además, muchas de las reglas
establecidas valen también para el mercado voluntario.
Con el Protocolo de Kyoto, los países en desarrollo no están obligados a reducir sus
emisiones de GEI, mientras que los países industrializados tienen que cumplir objetivos
específicos, que pueden ser logrados reduciendo las emisiones de GEI en su propio
país, implementando proyectos para reducir las emisiones en otros países, o
comerciando. Esto significa que los países que han satisfecho sus obligaciones con
Kyoto pueden vender sus excesos de créditos de carbono a países que encuentran más
caro cumplir sus objetivos.
Para los países en desarrollo, el MDL es el más interesante entre los mecanismos del
mercado regulado. Un país industrializado implementa un proyecto de reducción de
emisiones en un país en desarrollo. Puede tratarse de un proyecto de forestación, de
eficiencia energética o de energía renovable. Porque de la retención o recortes de GEI
se generan créditos de carbono (RCE). Estos pertenecen al país industrializado y serán
utilizados para compensar parte de sus emisiones internas de GEI y cumplir, así, sus
objetivos de emisión. Los proyectos apoyan el desarrollo sostenible en el país en el que
se ejecutan a medida que se lanza un proyecto nuevo o adicional, lo que contribuye a
ralentizar el calentamiento global. Con el proyecto se transfiere nueva tecnología al país
en el que se realiza, se hacen inversiones, se crean puestos de trabajo adicionales y se
reducen los impactos medioambientales. Todos los proyectos deben utilizar,
rigurosamente, un cronograma y metodologías de monitorización aprobadas por la
Junta Ejecutiva del MDL. Cualquier proyecto puede proponer una metodología para su
toma en consideración o seguir metodologías que ya han sido aprobadas. Hasta ahora,
han sido aprobadas cinco metodologías para agricultura, once para forestación/
reforestación y seis para biogás/residuos agrícolas. En este momento las reglas para
los proyectos AFOLU en MDL sólo tienen en cuenta tipos específicos de proyectos en
países en desarrollo (el Recuadro 4 recoge algunos ejemplos de tales proyectos):
Agricultura:
Reforestación
Forestación
El sector AFOLU ha sido muy restringido y sólo el 1,1% de los proyectos de MDL son
de forestación/reforestación. En julio de 2009 sólo había seis proyectos de
forestación/reforestación registrados como MDL y cuarenta y tres presentados para su
validación. La situación es más prometedora para los proyectos de energías renovables,
y unos ciento veinte proyectos tienen que ver con los residuos agrícolas y otros tantos
con el biogás (PNUMA Risoe, julio de 2009) 4. En el debate político actual varios países
apoyan la inclusión de REDD, agricultura y humedales en el Protocolo de Kyoto. Esto
significa que en el futuro se podrían registrar distintos tipos de proyectos AFOLU en el
MDL. Sin embargo, teniendo en cuenta que la Cumbre de Copenhague de diciembre de
2009 no ha desembocado en ningún acuerdo vinculante, no se pueden tomar decisiones
sobre los cambios propuestos.
Bajo el llamado MDL se pueden desarrollar actividades de proyecto a pequeña escala.
Estas se benefician de modalidades y procedimientos sencillos, no hay que pagar tasas
de adaptación y se aplican tasas reducidas de registro y administración. A los proyectos
agrícolas sólo se les permite aportar una reducción anual de emisiones de 60
kilotoneladas (kt) de CO2, mientras que a los proyectos de forestación/reforestación es
de 16 kt de CO2 (representa entre 400 y 800 hectáreas para un proyecto forestal típico
de especies de crecimiento rápido). Hay disponibles menos tipos de proyecto que para
los proyectos ordinarios de MDL, pero la mayoría de los mencionados anteriormente
están incluidos.
MERCADO VOLUNTARIO
Según el Ministerio del Ambiente, nuestro país tiene un enorme potencial para
desarrollar el denominado mercado del carbono al poseer 66 millones de hectáreas de
bosques en su territorio, así como el compromiso de conservar 54 millones de hectáreas
a través del Programa Nacional de Conservación de Bosques que se aplica en todo el
país. En ese marco, el mercado de carbono constituye una oportunidad de negocios
basada en la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero y en el desarrollo
de proyectos basados en la energía renovable. Dichos proyectos perciben grandes
beneficios no previstos por la venta de reducciones de gases de efecto invernadero,
mejorando su rentabilidad y permitiendo acceder a fondos ambientales o de
responsabilidad social ambiental, fortaleciendo la competitividad de las empresas y la
sostenibilidad ambiental. El Perú ha pasado de ser el octavo al sexto país ofertante de
Reducciones Certificadas de Emisiones (CER's). Pero, ¿qué son exactamente los bonos
de carbono? ¿Ofrecen realmente una posibilidad no solo de contribuir con el cuidado
del medio ambiente sino de hacer un buen negocio con su venta?
UN POCO DE HISTORIA
En 1992 la Organización de las Naciones Unidas advirtió que la actividad humana está
afectando la temperatura del planeta, debido al incremento en la concentración de gases
de efecto invernadero (GEl) en la atmósfera (dióxido de carbono, metano y óxido
nitroso). Estos gases se producen naturalmente y son fundamentales para la vida; pues
impiden que parte del calor solar regrese al espacio. Pero cuando su volumen aumenta
considerablemente, provoca temperaturas artificialmente elevadas que modifican el
clima. El decenio de 1990 habría sido el más cálido del último milenio y 1998 el año más
caluroso. En un esfuerzo por frenar este problema, se estableció la Convención Marco
de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC), de la cual el Perú es
miembro. Posteriormente se suscribió el Protocolo de Kyoto, por medio del cual los
países desarrollados y economías en transición se comprometieron a reducir las
emisiones de GEl en un promedio de 5.2% con respecto a 1990, entre los años 2008-
2012 (Período de Compromiso)
EL MARCO LEGAL-TRIBUTARIO
Rolando Cevasco, tributarista del Estudio Grau Abogados, considera que los proyectos
de Mecanismo de Desarrollo Limpio constituyen una oportunidad para las empresas
peruanas de generar riqueza a través de la comercialización de los CER's. Sin embargo,
advierte que a la fecha no existe un marco legal-tributario que permita desarrollar un
mercado apropiado para la comercialización de los CER 's, por lo que existe
incertidumbre respecto a su naturaleza jurídica. "Si bien podríamos considerarlos como
un bien intangible. Lo cierto es que habría que determinar si califican como un activo
financiero, existencia o inventario, un producto o subproducto, entre otros, con la
finalidad de determinar un tratamiento tributario adecuado y no incurrir en contingencias
futuras'; expresa el especialista. De su experiencia profesional concluye que en el sector
minero los proyectos MDL no vienen siendo desarrollados, aunque podrían resultar
interesantes para las empresas mineras en el marco de sus planes de cierre de minas,
por cuanto estos planes conllevan actividades de remediación ambiental.
En tal sentido sugiere evaluar la posibilidad de implementar proyectos MDL de
reforestación a través de los cuales se capture o almacene carbono. Con el resultado
de estos proyectos se obtendrían CER's, los mismos que podrían financiar los planes
de cierre de minas a través de su comercialización a entidades de países desarrollados
o industrializados que requieran estos certificados para cumplir con sus compromisos
de reducción y mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero.
DESARROLLO LIMPIO
En el Perú no somos ajenos a los efectos del cambio climático; temas como: el retroceso
de los glaciares, el Fenómeno del Niño, el Fenómeno de la Niña, entre otros, han sido
analizados para determinar el impacto que éste fenómeno tiene sobre nuestra
infraestructura, economía, agricultura y salud pública. Tomando en consideración que
aquellos que tienen menos recursos serán menos capaces de adaptarse al cambio
climático, debemos considerar a la adaptación como una estrategia necesaria y
complementaria a los esfuerzos de mitigación de los Gases de Efecto Invernadero, ya
que la ejecución e implementación de este tipo de medidas ayudará a reducir la
vulnerabilidad de nuestro país.
En el Perú, el Ministerio del Ambiente es el encargado de velar por el cumplimiento de
lo establecido en el Protocolo de Kyoto; por ello, y en cumplimiento con lo establecido
en el literal b del numeral 1 del artículo 4 de la Convención Marco de las Naciones
Unidas sobre Cambio Climático, se aprueba , mediante Decreto Supremo Nº 086-2003-
PCM, la Estrategia Nacional sobre el Cambio Climático estableciendo políticas y planes
de desarrollo que buscan reducir nuestra vulnerabilidad ante el referido fenómeno. Es
importante considerar que si bien todos los países nos encontramos afrontando el
mismo fenómeno, las políticas que se implementen en cada país deben estar
relacionadas a su situación particular.
En nuestro país las principales fuentes de emisión o generación de GEI son: - La
excesiva antigüedad de nuestro parque automotor - La deforestación de nuestra
Amazonía - La expansión de los sistemas de electricidad - Crecimiento económico, entre
otros. Por ello, nuestras políticas deben estar orientadas a generar o a impulsar
proyectos que proporcionen alternativas para mejorar alguna de las deficiencias antes
señaladas. El objetivo de la presente investigación es plantear la necesidad de una
política de incentivo de parte del estado peruano acerca de los proyectos de bono de
carbono, política que permitirá enriquecer la oferta de proyectos que reduzcan las
emisiones de CO2 en el territorio nacional y que puedan generar ingresos adicionales a
la sociedad. Otro de los objetivos que se propone con la presente observación es la de
mostrar que una política medioambiental adecuada conlleva a que se desarrollen
proyectos de bono de carbono para que estos sean sostenibles económicamente.
Conclusiones