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VIOLENCIA SOCIAL:

1.La Violencia y sus características

1.1Teorías sobre la Violencia

1.1.1Teorías Individualistas
1.1.1.1 Teoría Psicopatológica
1.1.1.2 Teoría de la incidencia del alcohol y las drogas

1.1.2Teorías Psico – Sociales


1.1.2.1 Teoría de la Agresión – Frustración
1.1.2.2 Teoría del aprendizaje social
1.1.2.3 Teoría de la actitud propia
1.1.2.4 Teoría de la interacción simbólica
1.1.2.5 Teoría del intercambio

1.1.3 Teorías socio – Culturales


1.1.3.1 Teoría funcional
1.1.3.2 Teoría de la cultura de la violencia
1.1.3.3 Teoría estructural
1.1.3.4 Teoría del conflicto

2.Delincuencia Juvenil
2.1 Las Pandillas
2.2 Las Barras Bravas
2.3 Los Pirañitas

3. Violencia Familiar
4. Violencia y maltrato Infantil
5. Violencia Sexual
6. Violencia y medios de comunicación
7. Masculinidad y violencia
8. Comportamientos asociados a la violencia

1. Violencia Social

Al analizar la compleja relación existente entre el mundo interno de la persona y su


entorno socio cultural, se explica que la violencia cotidiana no es un fenómeno
individual sino la manifestación de un fenómeno interaccional.
Las formas de la violencia cotidiana están referidas a aquellos hechos violentos que
afecta la vida diaria de la gente que comprende las infracciones y delitos,
especialmente, las agresiones y robos que son estadísticamente las más significativas.

“La violencia no es un fenómeno aislado, sino un problema común en todo los


conglomerados urbanos. En general, afecta a todas las sociedades que están en
proceso creciente de urbanización. Es decir, en la medida en que el mundo se urbaniza,
surge la violencia independientemente de su grado de desarrollo como un fenómeno
característico de las sociedades modernas”.

Las investigaciones económicas llevadas en nuestro país muestran la existencia de


una marcada relación entre las alzas y las bajas del ciclo económico y el crecimiento o
decrecimiento de los delitos contra el patrimonio (por ejemplo, hurtos y robos).

La medición de la violencia cotidiana en el Perú se basa en fuentes de información,


como la periodística, las imágenes audio visuales de la TV y los datos oficiales cuyo
objetivo es el registro adecuado de los hechos violentos; aún así, existe lo que se
llama la “cifra negra” que es la diferencia entre la realidad de los delitos, la
denuncia de las víctimas y el registro por el sistema de seguridad pública. Este es un
problema que es común a todos los países del mundo.

La encuesta de victimización en lima metropolitana llevada a cabo por el INEI,


(ENVILM), por iniciativa de la Comisión Especial, es uno de los más significativos
instrumentos para el diagnostico de la violencia en la capital hasta hoy desarrollados.
La Encuesta fue realizada en Lima Metropolitana, a una muestra de 8,643 personas de
12 y más de edad, tomando en consideración 2,473 hogares de Lima y Callao
distribuidos en los diversos sociales y zonas geográficas.

Aquí los principales resultados:

Incidencia General. De acuerdo a los resultados de la Encuesta, el 12% de las


viviendas fueron victimas de robo y el 11.2% sufrieron intento de robo durante 1997.

Del mismo modo, del total de 2,473 hogares entrevistados el 69.7% tienen algún
miembro que fue víctima de algún acto violento en 1997.
Incidencia de delitos. Se encuentra que los más comunes son el robo a la persona e
intento de robo a la persona, que constituyen, respectivamente el 44.9% y 21.1% del
total de delitos registrados en la entrevista a los hogares afectados.

Localización de las acciones delictivas. En el caso del robo a la persona e intento de


robo a la persona, el 65% de los hechos acontecieron la víctima se hallaba transitando
por la vía publica y el 18.9% cuando se hallaba en un vehículo de transporte público.

Seguridad en los hogares. Asimismo, el 80.7% de los hogares entrevistados


expresaron que sus viviendas cuentan con alguna medida de seguridad para protegerse
de los actos violentos.

Medidas de seguridad preferidas por los hogares. Entre las medidas de seguridad
preferidas por los hogares, se tiene que el 86.5% tiene puertas de seguridad reforzada
con cerrojo, el 45.9% ha puesto enrejado en puertas y ventanas, el 27,5% dispone de
perros guardianes, el 7.6% se protege con armas de fuego, mientras el 5.2%ha
instalado un sistema de alarma en su domicilio.

Medidas de seguridad personales preferidas. En relación a las medidas de


seguridad personal adoptadas por la población para protegerse, el 88.6% de
entrevistados han optado pr alguna medida. Entre las de mayor frecuencia están:
llevar menos dinero consigo (81.6%), tratar de no salir por las noches (59.2%), evitar
tomar taxi cuando se está solo (42.8%) y cambiar de ruta continuamente al salir o
llegar a la casa (38.7%).

Medidas de seguridad con los hijos. El 52.6% de los hogares entrevistados


declararon que habian adoptado medidas de seguridad respecto a sus hijos que
estudian. Las mas frecuentes son: prohibirles que vayan a algunos lugares (85.3%),
reducirles los permisos o los horarios para salir por las noches (75.2%) y decidir que
alguien los lleve y recoja del colegio (57.1%). La Encuesta también revela que el 7.3%
había optado por cambiarlos de colegio y el 9.6% adopto otro tipo de medida de
seguridad.

Medidas de seguridad sobre los vehículos. Entre los entrevistados que disponían de
vehículo particular en 1997, el 47.8% dijo que su vehículo tenia un sistema de alarma
para protegerse de los robos. Según zona de residencia, el porcentaje de entrevistados
que contaban con alarma en su vehículo particular se eleva a 57% en los conos centro
y sur (Chorrillos, San Juan de Miraflores, Surco, Villa El Salvador, Villa Maria de
Triunfo. Santa Maria del Mar, Pachacamac, Lurín, San Bartolo, Punta Negra, Punta
Hermosa y Pucusana). El 39.9% indicó que sus vehículos contaban con seguro contra
robos.

Los problemas de la seguridad ciudadana. En relación a los problemas que más


afectan a los barrios limeños, el 61.7% de los entrevistados manifestó que los robos
callejeros son los que ocurren con más frecuencia en su barrio o localidad. La
drogadicción fue mencionada por el 57.9% en tanto que la peleas entre pandillas fue
señalada por el 53% de los encuestados. Sobre la presencia del alcoholismo y las
peleas callejeras respondieron el 47.9% y 39.1% de entrevistados, respectivamente.

Seguridad colectiva. Sólo el 4.7% de entrevistados indicaron que contaban con


rondas vecinales. Asimismo, se encontró que el 13.7% de los informantes dijeron que
en su barrio habían contratado vigilantes particulares pagados por ellos mismos. Sobre
el periodo de formación de rondas vecinales. El 56% manifestó que fueron formados
antes de 1997, el 23.4% mencionó que lo hicieron en el primer semestre de 1997 y el
18% dijo que su formación data del segundo semestre de 1997.

1.1Teorías sobre la Violencia

1.1.1Teorías Individualistas

Explican en términos de alguna cualidad especifica del individuo; esta cualidad se


basa en aspectos biológicos, tales como los genes y cromosomas y en algunas
características adquiridas, como la personalidad agresiva o los defectos personales.

1.1.1.1 Teoría Psicopatológica

Postula que la violencia es originada por una anormalidad intrapsíquica. De acuerdo a


esta teoría, los individuos son violentos debido a alguna aberración interna,
anormalidad o característica defectuosa, lo que incluye el inadecuado control de
impulsos, el sadismo, las personalidades psicopáticas y tipos indiferenciados de
enfermedad mental.

Las desventajas de esta teoría pueden resumirse en que no explica qué rasgos de la
personalidad anormal están asociados con la violencia, y el hecho de incluir muchos
de los actos violentos en la categoría de enfermedades mentales.
1.1.1.2 Teoría de la incidencia del alcohol y las drogas

Se trata de una “sabiduría convencional” o una creencia popular más que una teoría
desarrollada. Se explica la violencia a partir de que dichas sustancias actúan como
desinhibidotas que liberan las tendencias violentas que existen en los humanos,
rompiendo las inhibiciones en el súper ego.

No existe una comprobación científica sobre esta afirmación, pues no puede


establecerse una relación directa entre el alcohol y la violencia.

1.1.2Teorías Psico – Sociales

Estas examinan la interacción del individuo en su medio social, localizando la fuente


de la violencia en estas relaciones (frustraciones interpersonales, proceso de
aprendizaje o actitudes propias que reflejan las actitudes de los demás).

1.1.2.1 Teoría de la Agresión – Frustración

Postula que la conducta agresiva se presenta cuando una actividad determinada se ve


bloqueada. La persona tiende a agredir a los objetos que bloquean sus fines
importantes, o desplaza la agresión a un objeto “más seguro”. Esta teoría propone que
la tendencia a responder agresivamente se inicia al interior de la persona, aunque los
patrones culturales puedan acentuar o inhibir la agresión.

1.1.2.2 Teoría del aprendizaje social

Esta concepción asume que la violencia es un fenómeno aprendido por el individuo.


La violencia es vista como producto de la asimilación satisfactoria de conductas
violentas que son las que proporcionan al individuo el conocimiento de las respuestas
y estímulos que debe asumir.

1.1.2.3 Teoría de la actitud propia


Se refiere al hecho de que las personas que llevan a cabo conductas que deben ser
valoradas socialmente, obtienen respuestas negativas de su medio o reacciones que
desvaloran su esfuerzo; la persona se va formando una imagen negativa de su propio
esfuerzo y del valor verdadero de las conductas socialmente aceptables. Esta actitud
disminuye su autoestima en perjuicio de la interacción con los demás.

1.1.2.4 Teoría de la interacción simbólica

Esta teoría sostiene que el proceso de interiorización de la violencia se inicia cuando


la persona participa como observador de un episodio de agresión, luego como
participante directo (victima o victimario). Si durante ese episodio obtuvo una
respuesta significativa de parte de los otros – por ejemplo “obtuvo lo que quería o
llamó la tención” – se desarrolla en ella un sentimiento de violencia.

1.1.2.5 Teoría del intercambio

Tiene como principal supuesto que la interacción está guiada hacia la consecución de
recompensas y la evasión de castigos. Una recompensa recíproca permite una
interacción continua; de lo contrario, esta interacción se rompe o se produce un
desequilibrio. De este modo, una relación de permanente insatisfacción entre padres e
hijos suele producir violencia.

1.1.3 Teorías socio – Culturales

Estas examinan las estructuras o disposiciones sociales tales como las normas, valores,
organización institucional u operaciones del sistema, para explicar la violencia.

1.1.3.1 Teoría funcional

Propone que la violencia cumple la función de alertar sobre el mal funcionamiento de


algo, si no es a corto o mediano plazo. El acto violento se convierte en algo tan visible
que las partes no pueden obviar el problema.

Ocurre que muchas veces los modos alternativos de solucionar conflictos y


desigualdades son desconocidos para las personas involucradas, o no están
disponibles para ellas hasta que un acto violento sirve de catalizador para traer en
escena métodos no violentos de cambio. Por lo tanto, a menos que estemos
preparados para convivir con la desigualdad y la injusticia, es casi inevitable la
presencia de actos violentos que hagan posibles los cambios necesarios.

1.1.3.2 Teoría de la cultura de la violencia

Tiene por premisa que la violencia está distribuida de modo disparejo en la estructura
social, encontrando sus más altos índices en los estratos socioeconómicos bajos. Esta
distribución diferencial de la violencia viene a ser una función de las normas y valores
culturales concernientes a ella, lo que implica que la violencia es una respuesta
aprendida por los miembros de un grupo cultural o subcultural formado; por eso, parte
de la socialización.

Así, la familia puede convertirse en un terreno de entrenamiento para la violencia; en


ella se aprende que para ser miembro afiliado de la subcultura se espera que la pareja
emplee la violencia hacia el cónyuge y los hijos, o permita el uso de la fuerza interior
del grupo familiar. Para los efectos, la cultura se considera como una entidad
estructural con su propia dinámica e influencia en la conducta.

1.1.3.3 Teoría estructural

Coincide con la anterior en el sentido de que la violencia se encuentra distribuida de


modo disparejo en la estructura social, y en que es un fenómeno más común en los
estratos socioeconómicos bajos. Añade que en estos sectores la gente experimenta
grandes frustraciones y que reacciona ante ellas con violencia, para finalmente
desplazar estas reacciones a toda situación que produzca estrés.

1.1.3.4 Teoría del conflicto

De acuerdo a ella, los individuos y grupos buscan mejorar sus intereses dentro del
grupo. Como estos intereses difieren de una persona a otra, aparece la violencia como
medio para hacer prevalecer sus intereses frente a los intereses de los otros. Habría
entre los miembros del grupo un intercambio de agresiones que deviene en más
enfrentamientos, generando más violencia.

Para el doctor Alfonso Mendoza “en una expresión violenta hay mecanismos que se
dan en la persona y que entran en juego para poder provocar determinados tipos de
reacciones. ¿Qué pasa en el mundo emocional de un individuo, en su esfera afectiva,
para que pueda actuar así?. Para que se genere una violencia destructiva
necesariamente se produce un mecanismo de negación del afecto. El que ejecuta este
tipo de violencia procede sin ninguna inhibición que se derive de la empatía; no hay
efecto alguno que frene la violencia, provoque compasión, culpa, honor o repugnancia.
En virtud del mecanismo de negación del afecto, el objeto del acto violento es visto de
forma cosificada frente al que se actúa, como si no despertara ningún sentimiento.

3.Delincuencia Juvenil

La delincuencia juvenil es uno de los problemas cruciales que afecta a la sociedad. La


delincuencia juvenil no responde necesariamente una variable social de los países
subdesarrollados, así lo prueban los altos porcentajes de delitos en sociedades desarrolladas,
así lo prueban los altos porcentajes de delitos en sociedades desarrolladas. Tampoco es un
fenómeno propio de determinada raza, condición social, nivel cultural o intelectual; en
definitiva se trata de un fenómeno universal.

Entre las causa que la mayoría de estudios señalan como las que originan este fenómeno, se
mencionan las siguientes:

 La pobreza, Bajo nivel de instrucción, Baja autoestima

 Desintegración familiar y migraciones internas

 Carencia de valores

 Presencia de conductas delictivas o peligrosas en el núcleo familiar

 Abandono físico y moral del menor, Problemas psicológicos

 Influencia del ambiente, Adicción a las drogas.


2.1 Las Pandillas

Están constituidas por grupos de niños y jóvenes de 12 a 24 años que pertenecen


generalmente a un mismo barrio, cuyos lazos de amistad refuerzan al unirse a la pandilla con
diversos propósitos, especialmente para cometer infracciones y delitos como el robo, el asalto,
microcomercialización de drogas, incluyendo delitos violentos que puedan acarrear la muerte.

Algunos estudios acerca del tema señalan el siguiente perfil de los integrantes:

Los iniciados, que son los que recién ingresan y tienen que ganarse un lugar en l grupo. Por
su edad son los más belicosos.

Los afirmados, son los que tienen más tiempo y su pertenencia y participación en el grupo es
mucho más estable.

De salida, generalmente son los mayores de edad que optan por ampliar sus actividades
vandálicas, agravando su situación al cometer delitos mayores o que deciden desarrollar una
vida normal.

Por su función en la estructura:

- El líder o cabecilla

- Hombres de confianza, que son los que establecen una relación muy cercana con el líder.

- Miembros de base, que son de dos tipo, los que estudian y/o trabajan y los que no estudian
ni trabajan.

- Informantes, que son los que recogen información y llevan al grupo.

- Embajadas, son los que se encaran de llevar los mensajes.

Según científicos sociales, los integrantes de las pandillas buscan los siguiente:

 Reconocimiento y reputación

 Identidad

 Afecto

 Sentido de pertenencia

 Dinero

 Cierta estructura (normas y disciplina)

 Afán de espectacularidad
2.2 Las Barras Bravas

El prototipo del comportamiento de las “barras bravas” esa dado por las agresiones y actos
vandálicos combinado con acciones delictivas de ataque a la propiedad, en la que la violencia
se convierte en un objeto de satisfacción.

Constituyen un fenómeno de las sociedades modernas, cuya categoría se ubica como parte
de la violencia urbana.

Sus características son las siguientes:

 Deseo vehemente de llamar la atención y de trascender socialmente en una


comunidad de donde siente haber sido excluidos.

 La satisfacción que significa la transgresión del orden.

 Los modelos conductuales transmitidos por los medios de comunicación.

 Falta de perspectiva hacia una realización personal.

2.3 Los Pirañitas

Son la expresión más objetiva de la desintegración familiar, la pobreza y el maltrato infantil. Es


un fenómeno típicamente peruano, fruto de un conjunto de condicionantes que han provocado
su exclusión social, y que aparece de la década de los ochenta.

No se organizan en función del barrio sino en relación a su “centro” de actividades,


normalmente las zonas urbano-comerciales.

3. Violencia Familiar

La violencia familiar empezó a considerarse como un problema social grave a inicios de los
años 60 cuando algunos autores describieron el “síndrome del niño golpeado”, redefiniendo el
maltrato a los niños y cuando la influencia periodística contribuyo a generar mayor conciencia
publica sobre este tema. Posteriormente en la década del 70, la creciente influencia feminista
atrajo la atención de la sociedad sobre las formas y las consecuencias de la violencia contra
las mujeres.

La violencia es un problema social, que ya no es posible considerarlo como un problema


privado sólo porque se ejerce al interior del ámbito familiar. Esta también involucra cuestiones
públicas y comunitarias tales como la salud, la educación, el trabajo y la seguridad.
Existen por lo tanto razones para dejar de considerarlo de ese modo:

(1) Las personas sometidas a situaciones crónicas de violencia dentro del hogar,
presentan una debilitación gradual de sus defensas físicas y psicológicas, lo cual se
traduce en un incremento de los problemas de salud (enfermedades psicosomáticas,
depresión, etc.).

(2) Se registra también una marcada disminución en el rendimiento laboral (ausentismo,


dificultades en la concentración, etc.).

(3) Los niños y adolescentes, que son víctimas o testigos de la violencia intrafamiliar,
frecuentemente presentan trastornos de conducta escolar y dificultades en el
aprendizaje.

(4) Los niños, que aprenden en su hogar modelos de relación violentos tienden a
reproducirlos en sus futuras relaciones.

(5) Un alto porcentaje de menores con conductas delictivas proviene de hogares donde
han sido victimas o testigos de violencia crónica.

Un alto porcentaje de los asesinatos y lesiones graves ocurridos entre miembros de una
familia, son el desenlace de situaciones crónicas de violencia domestica, (Corsi, 1995).

Lo que distingue a la violencia la mujer de otras formas de violencia, es la fuerza o coerción,


ya sea física, sexual, económica o psicológica. En ocasiones esta fuerza se aplica de manera
consciente para mantener el poder y control masculino; en otras no existe esta intención, sin
embargo, su efecto causa daños que refuerzan la subordinación femenina (Venguer, et al.,
1998).

4. Violencia y maltrato Infantil

El fenómeno del maltrato infantil ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad.


Las más diversas culturas han practicado el infanticidio, el abandono, el tráfico y venta de
niños, su mutilación, etc. Por otro lado, los niños por mucho tiempo han sido considerados
propiedad de los padres y por tanto, han estado expuestos a ser utilizados a su criterio. Ellos
conllevan a que la existencia del maltrato resulte ser un problema con grandes repercusiones
en el nivel psicológico, social, ético, jurídico y medico, el cual a la vez de un reconocimiento
profundo y demanda soluciones inmediatas, ya que es muy probable que la magnitud del
problema sea mayor a lo que se pueda pensar en razón de los hechos.

Para tratar este tema es importante hacer la diferencia entre el castigo, el cual se caracteriza
por una relativa “levedad” traducida en la ausencia de heridas, cicatrices o lesiones
significativas y principalmente por la “justificación pedagógica” tendiente a impedir la
repetición de una conducta juzgada como indeseable, mientras que el maltrato puede deberse
la forma de golpe empleada, la fuerza desproporcionada con el que fue inferido, la parte del
cuerpo en que fue recibido, el carácter repetitivo a veces descontrolado de la acción y la
intención (Ponde, 1995)

Los niños maltratados, con frecuencia presentan alteraciones psicopatológicas como;


retraimiento social, aislamiento, ausencia de expresión emocional y gestual, trastornos de
sueño, depresión, retraso en la adquisición del lenguaje, así como numerosos trastornos
psicosomáticos, además de los sentimientos de la soldad, abandono y rechazo de sus
padres.

La negligencia psicológica, es un modo pasivo de maltrato que se lleva a cabo no brindando


afecto, apoyo y valoración que todo niño necesita para crecer psicológicamente sano.
Mientras más temprano se presente esta forma de maltrato, mayores serán las
consecuencias en el niño.

Esta forma de maltrato se caracteriza porque el niño no tiene acceso emocional habiendo
periodos prolongados de incomunicación creándose una barrera de silencio y haciéndose
evidente la falta de atención por la baja interacción con sus padres aún con la presencia de
éstos, por ejemplo, no comer juntos, no compartir las experiencias cotidianas del niño, no
preguntar y menor aún asesorar las tareas escolares, etc.

Otra forma de maltrato físico pasivo es la negligencia física esta es una situación en la que
las necesidades físicas del niño, tales como la alimentación, vestido, higiene, protección y
vigilancia en situaciones riesgosas y/o cuidados médicos no son atendidas temporal o
permanentemente. En muchos casos el niño ha padecido lesiones o daño físico como
consecuencia directa de la conducta negligente de sus padres o tutores habiéndose requerido
atención medica. Esa negligencia en la conducta del os padres puede determinar que el niño
presente retrasos importantes en su desarrollo (intelectual, físico, social, etc.) los cuales
requieren de atención especializada. Por otro lado, la conducta negligente de los padres, en
general es causa directa de situaciones de rechazo hacia el niño en la escuela, en la calle,
etc.

5. Violencia Sexual

La sexual es la manifestación extrema del ejercicio de un poder preestablecido constituye


una agresión contra la libertad, la seguridad, la integridad física y metal, y la salud integral del
ser humano.

Asimismo, se reconocen diferentes factores predisponentes y desencadenantes de la


violencia sexual, tales como, el hacinamiento, la promiscuidad, la falta de valores, la
pornografía, los medios de comunicación, la falta de educación sexual. Por otro lado, tenemos
la desorganización, la perdida del respeto por las normas de comportamiento y convivencia, y
el debilitamiento del Estado.

Esta forma de violencia comprende principalmente dos aspectos:

(1) El acoso sexual, el cual lo constituyen aquellos actos repetidos o insinuaciones


verbales o físicas de carácter sexual, no solicitados, ni consentidos, ni deseados y
que van dirigidos a menoscabar la libertad de la persona sobre su cuerpo y su
sexualidad. Este provoca sensaciones de amenaza, disminuye la seguridad de la
mujer en sí misma y cuando este se genere en el medio laboral, provoca temor a
perder el empleo, a no ser promovido o ascendido y con frecuencia es seguido de
chantaje. El acoso sexual no es lo mismo que el flirteo voluntario mutuo.

(2) El abuso sexual lesiona a la mujer en su cuerpo y genera sentimientos negativos


hacia ella misma, máxime si estos ataques proceden de personas con quienes se
tiene alguna proximidad. Estos actos son calificados como violaciones extremas al
derecho a la libertad y a la autodeterminación sexual de las mujeres y los menores, y
son actos sumos de ejercicio del poder/dominación.

Por tanto, la violencia sexual (violación, acoso y abuso sexual) se pone al libre ejercicio de
una sexualidad libre y sana, expone a las mujeres a embarazos no deseados y a
enfermedades de transmisión sexual-SIDA, repercutiendo en este sentido negativamente en
la salud sexual y reproductiva de las mujeres.

Una encuesta anónima sobre sexo realizada en Lima Metropolitana por APOYO en 1990
reveló que sólo el 6% reconocía haber sido víctima de estos ataques, el 89% declaraba no
haberlo sido y el 5% no daba una indicación precisa. La proporción de víctimas es mayor al
considerar únicamente a la población femenina: el 10% de mujeres reportaron agresión
sexual. La muestra fue representativa de los cuatro estratos socioeconómicos (alto, medio,
bajo y muy bajo).

6. Violencia y medios de comunicación


En un estudio realizado en Chile en 1990, por investigadores de DIMARK, se
encontró que en el horario de 14 a 20:30 horas, que es el de mayor audiencia infantil, entre el
día lunes 16 de abril y el viernes 20 de abril, se registraron 632 amenazas, 618 agresiones
física, 538 disparos, 182 muertes violentos y 129 explosiones (el estudio registró además 134
relaciones amorosas ilícitas).

Al considerar la frecuencia con que estas imágenes se emiten, el canal 5 resultó


ganador con 33, 4 escenas por hora. Cifra impactante si se considera, dice el informe, que
tiene dos horas menos de programación que el resto de los canales.

Dos de los pioneros en el estudio de los efectos de la violencia sobre la conducta infantil son:
Aletha Huston Stein y Lynette Kohn Friederich. Estos psicólogos fueron los primeros en
demostrar a través de sus propias investigaciones y de la revisión del trabajo efectuado por
otros investigadores sobre el tema que <<los niños exhiben más conductas agresivas
después de ver modelos agresivos en TV que después de ver modelos no agresivos>>.

Otro fenómeno digno de destacarse respecto a la evidencia de que la TV influye en la


conducta humana está en la forma peculiar de ser procesado o decodificado en nuestro
cerebro este lenguaje electrónico.

De acuerdo a los estudios efectuados sobre los hemisferios cerebrales, existen


diferencias entre las funciones de ellos. El izquierdo se encarga fundamentalmente de
analizar lo racional, lo abstracto; de descomponer el todo en sus partes, de decodificar el
lenguaje tanto oral como escrito. El derecho, por su parte se encarga de lo emocional, de lo
intuitivo, de lo creativo de la gestalt. Por ende, es el que registra las imágenes, que a
diferencia de las palabras que son abstractas, ellas son concretas y por tanto sólo no s
pueden gustar o no. En todo caso el <<lenguaje>> de las imágenes es emocional, las que
no son analizadas racional ni críticamente.

Este hecho es muy reconocido por quienes trabajan en TV. Los mensajes
televisivos afectan a las emociones. La TV por sus características no se presta para
expresar ideas.

7. Masculinidad y violencia

La adquisición de la forma dominante de la masculinidad implica la intensificación de las


formas de placer asociadas a la actividad y la represión excedente de la habilidad de
experimentar placer de manera pasiva. Esta represión excedente se recompensa con los
placeres y preocupaciones del trabajo, el ocio, los deportes y la cultura.

La masculinidad, por lo tanto, exige la represión de necesidades y sentimientos que son


formas de expresión humanas y no sólo características de las mujeres, como generalmente
se cree.

La represión de la pasividad y la acentuación de la actividad favorecen el desarrollo de una


personalidad con agresividad excedente, lo que constituye la norma de la las sociedades
patriarcales aunque el grado de agresividad varíe de persona a persona y de sociedad en
sociedad.

Características de los Hombres Violentos

Señala J. Corsi (1987) que se consideran hombres golpeadores a quienes ejercen alguna
forma de abuso físico, emocional o sexual contra su esposa o compañera. De acuerdo con su
análisis , el encarar el trabajo con estos hombres se detectan factores específicos que
permiten entender la singularidad del problema. Entre las principales características se
mencionan que:

 Mantiene un sistema de creencias basado en los mitos culturales acerca de la


masculinidad y de la inferioridad de la mujer.

 Tienen dificultad para expresar sus sentimientos por considerarlo signo de debilidad,
lo cual lleva a que los conflictos sean resueltos violentamente por no saber hacerlo de
otra manera.

 Se encuentran emocionalmente aislados, ya que no cuentan con quién hablar de sus


problemas o de sus sentimientos.

 Recuerden frecuentemente al uso de racionalizaciones para explicar su conducta


violenta, sosteniendo que es la mujer quien los “provoca” , que no pueden controlarse
o que no saben lo que hacen.
 Perciben que su autoestima y su poder se encuentra permanentemente amenazados
y, ante la sospecha de la pérdida de control, intentan retomarlo a través de la fuerza.

 Muestran una actitud externa autoritaria que oculta su debilidad interior.

Al no reconocer la responsabilidad por sus actos, difícilmente piden ayuda para resolver sus
problemas.

8. Comportamientos asociados a la violencia

Podemos encontrar que existen una serie de comportamientos que se encuentran asociados
a la violencia, principalmente; el consumo de drogas, la delincuencia y la prostitución.

Respecto al consumo de drogas se dice que hay autodestrucción o autoagresión cuando


hablamos de consumo, hay violencia cuando nos referimos a toda la cadena de producción
relacionada al tráfico ilícito de drogas y a la microcomercialización, estando esta ultima más
ligada a la vida cotidiana.

En el Perú el 44% de accidentes como atropellos, choques y riñas callejeras están vinculadas
al consumo de alcohol y en una familia donde se abusa de alcohol o drogas hay un 28% de
mayor riesgo de abuso sexual y de violencia (Masías, 1998).

La misma autora señala que en los diversos estudios realizados por CEDRO se ha
identificado que la droga ilegal más usada en el Perú es la marihuana pero que presenta
efectos más dramáticos es la pasta básica de cocaína. En cuanto a la edad en la que se inicia
el consumo esta es cada vez más temprana, oscilando entre los 12 y 14 años; mientras que la
población declarada como consumidora oscila entre los 25 y 29 años. Respeto al sexo, las
mujeres cada vez están consumiendo más drogas, manteniéndose una proporción de 7
hombres por 3 mujeres. Finalmente las ciudades en especial los centros urbanos, son los que
tienen mayor disponibilidad de la droga y de mayor consumo.

El problema de la delincuencia se encuentra descrito en el área de violencia callejera. Cabe


señalar desde la perspectiva legal, que actualmente en nuestro país los delitos cometidos por
delincuentes civiles son juzgados y sancionados por la Ley Contra Terrorismo Agravado,
promulgado el pasado 23 de Mayo de 1998, mediante el Decreto Legislativo 895, el cual
contempla condenas no menores de 25 años y la cadena perpetua.

Ugaz: La delincuencia violenta no se controla con mayor represión de la ley sino con
“eficientes políticas de seguridad ciudadana” en la cual la prevención debe ser el elemento
fundamental.

Frente al problema de la prostitución cabe desatar que existen 2 posiciones antagónicas


respecto a ella: (1) La que indica que la prostituta es una mujer obligada por la necesidad
económica a dedicarse a la prostitución, considera a esta actividad como una gran
degradación y ve a la prostituta con lastima y horror. Sostiene que una mujer se dedica a la
prostitución como último recurso para vivir. (2) La otra posición es más liberal, sostiene que la
prostitución es sólo una opción personal, es decir, asume que una prostituta ejerce esta
actividad como producto de una libre elección (Mac Millan, 1992). La misma autora
considera que las mujeres entran con más facilidad a la prostitución cuando esta actividad
forma parte de su ambiente cultural, cuando es algo aceptable dentro de su comunidad y
cuando una amiga o conocida ha sido prostituta.

Se considera que existen diversas circunstancias por las cuales llega a ejercer la prostitución,
muchas de ellas marcadas por la violencia, el engaño, la desesperación y la dependencia
económica.

Bibliografía:

1. Corsi, J. (1995) Violencia Masculina en la Pareja. Una aproximación al


diagnóstico y a los modelos de intervención.
2. Venguer, et al., 1998

3.Zárate, P., Aragón, J., & Morel, J. (2013). Inseguridad, estado y desigualdad en
el Perú y América Latina. Lima, Perú: Edición digital del instituto de estudios
Peruanos.

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