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La ideología y la transformación del sujeto*

Ideology and Transformation of the Subject


Recibido: enero 3 de 2007 Revisado: diciembre 3 de 2007 Aceptado: enero 17 de 2008

Edgardo Ruiz Carrillo**,


Luis Benjamín Estrevel Rivera*** Universidad Nacional Autónoma de México - UNAM-

Abstract
The purpose of the material is to describe and to try to understand how
the subject is transformed in his/her way of thinking and perceiving real-
ity when the process of learning occurs within the context of a group of
people. In this way, the subject is being impacted not only by a simple
group of words but by an entire ideological situation which might not be
the personal or the preferred one. It is during the process of expressing
ideas when wording is organized, both one’s own and the other’s. When
subjects are able to incorporate to their conscious external signs, those
signs come with an entire set of social values and with the point of view of
a specific social group, even though the subject does not belong to those
values and points of view. This is how languages are not only groups of
linguistic elements, but a series of prejudices and values of interests and
personal positions from community members.
Key words authors:
*
Trabajo teórico basado en un Proyecto de Investi- Conversartion, ideology, consious, perception.
gación financiado por la subvención del Programa Key word plus:
PAPIME PE300306 de la Universidad Nacional Consciousness - Methodology Learning, psychology of Dialogue, Transformation of
Autónoma de México, en la linea de “Investiga- the Subject, Ideology
ción en el aula”.
**
Doctor en Investigación Psicológica por la Uni-
Resumen
versidad Iberoamericana, Maestría en Psicobio- Pretendemos entender cómo el sujeto queda transformado al participar y
logía por la Facultad de Psicología de la UNAM. aprender al lado del otro; al incorporar la ideología propia de su comuni-
Miembro del SIN, nivel 1. Profesor Titular “A” en dad a su práctica, al institucionalizar sus sentidos de la realidad y trans-
el área de Psicología Experimental Humana de formarse en similar a los otros. Es en el discurso transformador del sujeto
la Facultad de Estudios Superiores, Iztacala de la donde se organiza la palabra, tanto ajena como propia. Es la conciencia,
UNAM. Área de interés en la Psicología y Educa-
que puede así hablar consigo misma, porque ella, al incorporar voces dife-
ción e Investigación en el Aula desde una pers-
pectiva Histórico Cultural-Dialógico-Compleja. rentes, logra ahora expresar posturas distintas, ideologías dispares y con-
Autor de artículos y capítulos de libro en Investi- siderar al sujeto en su diferencia. Así, el ser humano siempre se encuentra
gación en el Aula. Correo electrónico: edgardol@ rodeado de objetivaciones de la ideología, pues las cosmovisiones, creen-
servidor.unam.mx cias y estados de ánimo únicamente llegan a ser una realidad ideológica
***
Licenciado en Psicología por la Facultad de Estu- al plasmarse mediante las palabras. Cuando incorporo a mi conciencia un
dios Superiores, Iztacala de la UNAM. Maestría signo, lo incorporo ya empapado con la valoración social, con el punto de
en Psicología Educativa por la Facultad de Psico- vista de un grupo determinado, aun cuando no necesariamente pertenez-
logía de la UNAM. Catedrático en el área de Psi- ca a ese grupo, lo que importa es mi grupo de referencia.
cología Experimental Humana de la Facultad de
Estudios Superiores, Iztacala de la UNAM. Área Palabras clave autores:
de interés en la Psicología del Desarrollo y la Edu- Diálogo, ideología, conciencia, percepción.
cación desde la perspectiva psicogenética Wallo- Palabras clave descriptores:
niana e Histórico Cultural-Dialógico-Compleja. Metodología en conciencia (Psicología), Psicología del aprendizaje, Diálogo,
Correo electrónico: strevel@servidor.unam.mx. Ideología

Univ. Psychol. Bogotá, Colombia V. 7 No. 1 PP.33-41 enero-abril 2008 ISSN 1657-9267 33
E dgardo R uiz C arrillo , L uis B enjamín E strevel R ivera

Este trabajo pretende entender cómo el sujeto proceso creador continuo, en el cual la palabra se
queda transformado al participar y aprender al transforma adquiriendo nuevos sentidos (Bajtín,
lado del otro. Es decir, al incorporar la ideología 1988).
propia de su comunidad a su práctica, al institu- La palabra siempre aparece llena de un con-
cionalizar sus sentidos de la realidad y transfor- tenido o de una significación ideológica o prag-
marse en similar a los otros; en el aprendizaje mática. Así es como comprendemos la palabra y
de distintos valores culturales a través de las di- respondemos únicamente a una palabra que nos
ferentes generaciones. Al ser actor creador de afecta en una situación ideológica o vital, palabra
lo social y, al mismo tiempo, enajenado por sus compartida, construida y comprendida al lado del
aprendizajes. otro (Voloshinov, 1992). Los hablantes pueblan
Es en el aprendizaje, como una forma de inte- de significado sus mundos a través de las palabras,
riorizar los diálogos, donde se da la coexistencia aprendiendo de las mismas. Lo anterior implica
y empatía con el otro y hacia el otro. Pero el diá- compromisos de carácter social e individual.
logo, como forma de comprender y estar al lado Toda palabra expresa a “una persona” en su
del otro, requiere ser mantenido, y no que uno se relación con “la otra”. En ella me doy forma a mí
pierda en él. Se requiere conservar la separación mismo desde el punto de vista del otro; a fin de
o diferencia entre los interlocutores, aun cuando cuentas, desde el punto de vista de mi colectivi-
ambos papeles los ejerza la misma persona. dad. La palabra es el puente construido entre el
En esta unidad separada nada está dado de yo y el otro. Si un extremo del puente está apo-
una vez y para siempre, pues, con cada nuevo yado en mí, el otro se apoya en mi interlocutor.
paso, los conocimientos anteriores adquieren un La palabra es el territorio común compartido por
nuevo sentido, lo que implica que estamos trans- el hablante y su interlocutor (Voloshinov, 1992).
formándonos. De esta manera, al momento de ser empleada,
Como consecuencia de lo anterior, el conoci- contempla y transforma en su uso, tanto a quien
miento ya no puede pensarse como una posesión la dice como a quien se espera la reciba. En este
individual y resultado de una reflexión solipsista diálogo de transformación, aprendizaje y confor-
sobre el mundo, sino como una respuesta, esto mación del sujeto, el discurso se organiza como la
es, como la recepción activa del discurso del palabra acerca del que está presente, del que oye
otro. Situación que implica la necesaria interde- y del que puede contestar (Bajtín, 1988; Zavala,
pendencia de los objetos y de las personas (Zava- 1992).
la, 1996). Lo anterior permite afirmar, siguiendo a Ba-
Pero esa interdependencia genera una liber- jtín (1988), que sólo una orientación dialógica,
tad interior, e inconclusividad y falta de solución formadora y participativa toma en serio la pala-
final para la persona. Esto es, la persona se cons- bra ajena y es capaz de apreciarla como una pos-
tituye en relación con los otros, pero no lo hace tura que tiene un sentido, como otro punto de
en forma terminal, pues siempre se encuentra en vista. Mi palabra establece un nexo más próximo
proceso de transformación, co-aprendiendo al con la ajena sin fundirse, pero sí transformándose
lado del otro; proceso que la lleva a concebir al con ella al mismo tiempo; sin disolver en sí su
otro como alguien ajeno pero como un otro entre significado, sino resignificándola y comprendién-
los otros. Igual sucede con la persona misma. dola de otra manera. Es decir, conservando ple-
Esto es, toda persona no es “él” o “yo” sino namente su independencia en tanto que palabra,
un “tú”, con valor pleno, lo que implica que es únicamente gracias a una orientación dialógica
otro “yo”, que finalmente es equitativo y ajeno interior.
a mi “yo”. Con ese otro “yo” se puede establecer Por tanto, una palabra jamás es del todo pro-
un diálogo que se realiza en el presente de un piedad de una persona, pues incorpora las va-

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loraciones previas, lo aprendido con ella y que quieren de la palabra, pero considerada como un
subsisten como eco. fenómeno total y concreto, y que tan sólo vive en
Otro aspecto importante sería la distinción la comunicación dialógica. Ésta tiene lugar entre
entre significado y sentido, esto es, entre lo que conciencias que reflexionan entre sí, y se com-
un diccionario dice y el matiz particular que unos prometen no sólo con las palabra del otro, sino
hablantes específicos crean en una situación co- con lo que enuncia de sí mismo y del otro en su
municativa concreta, y cuyo resultado sería la constitución como sujeto.
apropiación de la palabra. De esta manera, los enunciados deben for-
Una última cualidad de la palabra sería su po- mar parte de las enunciaciones de dos personas
lifonía, esto es, simultáneamente es nuestra pala- y establecer contacto, contemplarse y respon-
bra y la palabra ajena. En otros términos, expresa derse entre sí; deben emitir juicios que puedan
tanto la posición personal, lo que entiendo yo y lo ser discutidos. En este sentido se aproximan la
que pretendo entender que me es ajeno. Así, en propuesta translingüística y el enfoque histórico
la palabra coexisten de forma sutil varias voces, cultural, en la medida en que pretende explicar
que aprenden y transforman sentidos que se in- los procesos mentales del hombre, integrándolos
teraniman de diversas maneras, de modo que, en a los escenarios culturales, históricos e institucio-
una misma intervención, puede haber más de un nales en que tienen lugar (Bajtín, 1988; Stubbs,
acento, una postura, una visión del mundo. Por 1987; Wertsch, 1993).
ello, lo que importa es poder identificar primero Las enunciaciones sólo existen en el interior
quién está hablando en cada momento para, de de relaciones sociales que ellas mismas ayudan
esta manera, estar en condiciones de determinar a conformar. Igualmente, introducen en ellas,
los cambios de voces y perspectivas ideológicas por necesidad, aspectos como el pluralismo y el
que se dan, sin que necesariamente haya indica- relativismo, la responsabilidad individual y la in-
ción externa alguna (Wertsch, 1993). tersubjetividad en la co-comprensión de inten-
Como corolario de lo anteriormente expues- ciones y necesidades del sujeto (Bubnova, 1996;
to, se tiene que cuando Bajtín habla de la pala- Stubbs, 1987).
bra entiende a la lengua en plenitud, compleja, Como lo plantea Vygotski (1993), la pala-
viva, mientras el análisis lingüístico ve sólo las bra –o signo– es internalizada. No obstante, de
palabras y las interrelaciones entre sus aspectos acuerdo con lo hasta aquí mencionado, no se in-
abstractos (fonéticos, morfológicos, sintácticos, ternalizaría un signo neutro y uniforme, sino una
etc.), y no la percepción artística viva y el análisis construcción y representación interna del mun-
sociológico concreto. do. Se trata de una palabra poblada por miríadas
El discurso es un esqueleto que se cubre de de voces que implican otras tantas posturas.
carne viva sólo en el proceso de percepción artís- Así, al momento de internalizar un signo,
tica. Es aquí donde descubre las relaciones entre ocurre lo mismo con las posturas y, por tanto,
personas, únicamente reflejadas y fijadas en el con las formas en que las cosas son representa-
material verbal, por lo tanto, en el proceso de co- das. Gracias a que la internalización no es una
municación social viva (Voloshinov, 1995a). De calca sino una transformación, de aquí se deri-
aquí que exija una forma nueva de estudio. varía una orientación del pensamiento, es decir,
Hay que considerar, sin embargo, que las re- habla interna (Wertsch, 1993).
laciones dialógicas no se dan entre palabras (en A partir de lo anterior, la misma noción de
el sentido lingüístico), ni entre oraciones, pues pensamiento se vería transformada pues:
son usadas en el plano de la lengua, sino entre El pensamiento del hombre no es sistemático sino
enunciaciones. Así, las relaciones dialógicas son, dialógico, es decir no sólo es ordenado sino inten-
por definición, extralingüísticas, puesto que re- cionado y propositivo. Por eso exige respuesta y

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objeciones, consenso y disensión: únicamente en atmósfera debe ser percibida como la palabra
la atmósfera de esta confrontación libre se pue- acerca del que está presente y no sobre el ausen-
de desarrollar el pensamiento humano y artístico. te, esto es, debe ser un discurso de la segunda
(Bajtín, 1996, como se cita en Podgorzec, 1996, persona y no de la tercera (Bajtín, 1988).
p. 119)
Bajo tales circunstancias, la interacción en-
Así, el pensamiento implica y exige el diálogo tre las personas adquiere un nuevo matiz, pues
tanto con los otros como con uno mismo. El pri- ahora será concebida como la operación que se
mer punto ya había sido desarrollado por Vygots- da entre un mínimo de dos individuos que viven
ki (1993), pero aceptar el segundo tiene una en sociedad, relación que es recíproca y trans-
seria implicación, ya que “el resultado del pen- formadora, en la que cada uno es consciente del
samiento circular dialógico tiene consecuencias otro, y espera ciertas acciones y reacciones que
epistemológicas ciertamente distintivas: significa sean acordes con las circunstancias. En otras pa-
una aceptación de la pluralidad interna, del len- labras:
guaje poblado por lo otro, el otro, vaciado por la La relación del hombre con su medio ambiente y
ausencia” (Zavala, 1991, p. 35). de los hombres entre sí; así como las circunstan-
De esta manera, si se habla de pluralidad in- cias en las que ocurre, los propósitos para los que
terna se trastoca la idea de consciencia, pues, de se realiza y los resultados de la acción, constituyen
ser unitaria, se ve transformada en una multitud. en el hombre experiencias y aprendizaje subjetivo
Puede, así, hablar consigo misma, porque ella, al que cuando se repiten regularmente permiten que
incorporar voces diferentes, expresa ahora postu- anticipe los resultados de su acción frente a obje-
ras distintas, ideologías dispares y logra conside- tos y circunstancias similares a los experimentados
con anterioridad. (Jiménez-Ottalengo & Paulin-
rar al sujeto en su diferencia. La consciencia deja
Siade, 1985, p. 7)
de ser acallada y, por una especie de dios omnisa-
piente, se ve cambiada por voces que aprecian al- Esas expectativas desarrolladas en la medida
gunos aspectos de las cosas, pero no todos, y que, en que la persona adquiere experiencia, logran
precisamente por eso, requieren hablar entre sí. tener un significado especial al formar parte de
Por ello se establece un diálogo interior marcado un sistema de experiencias y expectativas que
por las condiciones sociohistóricas en que se ha sólo pueden ser transmitidas a los otros si la ac-
constituido la persona, y en el que una voz tien- ción concreta e individual se vierte en signos
de a predominar, pero jamás a anular a las otras. que posibilitan su abstracción y generalización.
Esto genera la heterogeneidad de las enunciacio- Con ello permite su conocimiento significati-
nes, y da cuenta, de manera diferenciada, de las vo, que alcanza sentido en el sujeto cuando los
necesidades del sujeto (Wertsch, 1993; Zavala, otros atraviesan por situaciones similares. En
1991). esta relación se emplean objetos que tienen un
Si bien lo anterior se relaciona con el diálo- significado, por medio del lenguaje compartido y
go interno que las consciencias pueden estable- co-construido, a partir del cual las experiencias
cer entre sí, la situación cambia cuando una de pueden ser transmitidas, conocidas y vividas por
ellas se dirige hacia los demás, ya que para que los otros (Jiménez-Ottalengo & Paulin-Siade,
la autoconciencia domine la estructuración de la 1985).
imagen de la persona exige de la creación de una Con ello se evocan formas de comunicación
atmósfera que permita la manifestación y aclara- social particulares que integran a los objetos con
ción del discurso y la conciencia. el psiquismo, la objetividad mental de quien los
Por ello, la atmósfera no puede ser neutral, emplea. Ellos adquieren rasgos específicos sólo
pues todo en ella debe provocar, interrogar, pro- en conexión con una forma particular de rela-
blematizar y burlarse de la persona. Esto es, la ción social en la que se “espera” un objeto-uso-

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función psicológico ya conocido. Sin embargo, (Ibáñez, 1994). En el ámbito psicológico, la con-
en la medida en que dicha relación social plantee secuencia de esta situación para Vygotski (1993)
o proponga una nueva relación entre estos tres son las llamadas “funciones arcaicas”, esto es,
factores, puede generar una fractura, a condición las funciones que, en un momento dado, fueron
de que esta nueva relación pueda percibirse en superiores pero que, desaparecidas las condicio-
lo que tiene de diferente, y no por lo que tiene nes históricas que las produjeron y dotaron de
en común con lo anterior. (Small, 1991; Volos- sentido, subsisten como recuerdos funcionales de
hinov, 1995a). Cosa que conduce a aceptar que órdenes y prácticas sociales ya olvidadas, y por el
los valores asignados en la relación social han momento carentes de vigencia.
sido deslizados, pero que “ningún valor, positivo Entre las prácticas sociales caducas y las emer-
o negativo, es creado por el mismo extrañamien- gentes se establecen relaciones de oposición e in-
to, sino que gracias a éste simplemente se pone tegración que pueden revitalizar formas antiguas
en evidencia” (Bajtín, 1994, pp. 117-118). Todo y ya abandonadas, o dejar sin sentido prácticas
lo anterior nos conduce a una conceptualización otrora concebidas como importantes. Esto im-
diferente de lo que es lo social. plica que no sólo las prácticas, sino también los
saberes transformados y transformadores de suje-
tos y conocimientos aprendidos exigen el cambio
La realidad social
de la ciencia misma. Igualmente, requieren de la
Lo que denominamos realidad social no es algo concepción de que se pueden proponer teorías e
que preexista a la persona, sino que es produci- ideologías, pero que éstas son efímeras y siempre
da por la propia actividad de los seres humanos. se encuentran sujetas a revisión. Esto se debe a
Concebida como un proceso, situado en el tiem- que las relaciones entre los hombres, y entre ellos
po y en el espacio, durante su desarrollo es capaz y las cosas cambian constantemente y trascienden
de crear las condiciones para su propia transfor- (Ibáñez, 1994; Small, 1991; Rutland, 1993).
mación como sujeto y, con ella, la revolución en
los fenómenos sociales (Ibáñez, 1994).
De esta manera, todo fenómeno humano es
Ideología y transformación en el sujeto
intrínsecamente histórico. Lo que, de acuerdo Todo colectivo organizado posibilita y requiere
con Ibañez (1994), le confiere otras caracterís- que entre sus miembros y los ajenos se transfor-
ticas. En efecto, los fenómenos sociales no sólo men a través de la comunicación. Para ello se
son históricos porque cambian con el tiempo y crean obras cuya importancia radica en los vín-
porque son relativos al momento en el que se culos sociales e interacciones que establece, por
manifiestan, sino en el sentido en que tienen medio de los cuales la persona entra en contacto
memoria. Las características presentes del fenó- con la carga ideológica expresada en los objetos y
meno no son independientes de su genealogía, sus relaciones (Bajtín, 1994).
o, lo que es lo mismo, su forma actual resulta de Esto se da porque los colectivos, al interre-
las prácticas sociales y de las relaciones sociales lacionarse, generan interpretaciones de lo que
que lo fueron constituyendo y transformado en conciben como acontecimientos y no-aconteci-
las prácticas del sujeto. Es más, se puede conside- mientos. Esto es, proponen una visión de mun-
rar que todo fenómeno social lleva incorporada do, una cultura, que son expresadas en todos los
la memoria de las relaciones sociales que lo ins- objetos que crean y que introducen a la esfera
tituyeron como tal, y que han quedado sedimen- de las acciones sociales, a la comunicación. De
tadas en su seno. Como muy bien lo han visto los este modo establecen nexos particulares entre los
postestructuralistas, entre otros, no se puede dar objetos y su significado, resignificando la práctica
cuenta satisfactoriamente de un fenómeno si no del sujeto.
se dilucida también su proceso de constitución

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En otras palabras, proponen conjuntos de y externos. Los primeros son aquellos que in-
ideas que dan sentido a sus acciones, horizon- corpora, mientras que los segundos son los que
tes ideológicos que se expresan en su totalidad rechaza. En este proceso de incorporar y desincor-
en todas y cada una de las obras que los grupos porar se observa un cambio en los sentidos que se
realizan. Así, las personas se encuentran siempre manejan, no de forma mecánica, que implicaría
inmersas en fenómenos ideológicos plasmados en ya el abandono de uno, ya la incorporación, sino
objetos concretos, en el material ideológico obje- que se sobreponen y contradicen (Bajtín, 1994).
tivamente accesible, como lo son las palabras, los Se puede, entonces, afirmar que:
gestos, los colores, las líneas. El medio ideológico es la conciencia social de una
Por tanto, el ser humano siempre se encuen- colectividad dada, conciencia realizada, materia-
tra rodeado de objetivaciones de la ideología, pues lizada, externamente expresada. La conciencia
las cosmovisiones, creencias y estados de ánimo propiamente individual puede llegar a serlo sólo
únicamente llegan a ser una realidad ideológica al después de manifestarse en estas formas del medio
plasmarse mediante las palabras, las acciones, la ideológico que le son dadas: en la lengua, en el
vestimenta, la conducta y la organización de los gesto convencional, en una imagen artística, en el
hombres y de las cosas. En una palabra, median- mito, etcétera. (Bajtín, 1994, pp. 55)
te un material sígnico determinado, compartido Ahora bien, Bajtín emplea profusamente el
y aprendido (Bajtín, 1994). Esto implica que la término “ideología”, pero le asigna diversos sen-
creación de la ideología y su concepción se dan tidos o acepciones.
durante el proceso de la comunicación social, in- La primera y más general permite concebirla
sertas en un proceso social que les da sentido y se como la pertenencia de una persona a una fa-
comparte en el aprendizaje participado. milia, profesión, etnia o nación, lo que condu-
Esto tiene varias repercusiones. En primer lu- ce a la conformación de tipos de vida similares
gar, se establece una estrecha relación entre la y a una primera conclusión: “Una construcción
autoridad y el pasado. Nuestra actitud con res- ideológica es ante todo social” (Bajtín 1993, p.
pecto al pasado no es la distancia ni la libertad 210). No la reduce a ser un fenómeno subjetivo o
con relación a lo transmitido, sino que siempre psíquico, pues lo ideológico se encuentra siempre
estamos dentro de tradiciones. Ello hace que no entre los individuos organizados y es su medio de
nos veamos como extraños o ajenos a lo que dice comunicación; está presente en todas las accio-
la tradición, sino como algo propio, que nos ins- nes, gestos, palabras, por ello, es algo externo a
tituye como sujetos. las personas. Éste es el ámbito de la ideología co-
Como segunda repercusión, si una sociedad tidiana, a la que considera como el conjunto de
busca satisfacer sus necesidades ensayando di- todas las experiencias vivenciales, las sensacio-
versas formas de acción, llega a un conjunto de nes cotidianas y sus expresiones, que reflejan la
soluciones “exitosas” que son estandarizadas y realidad social objetiva y las expresiones ligadas a
aprendidas, y que pasan al repertorio colectivo e ella, cuyo resultado es dar sentido a toda acción
individual de conocimiento compartido. De esta y estado “consciente”. De aquí se deriva que toda
manera, las experiencias de los sujetos se “cris- obra establezca nexos con esta ideología cotidia-
talizan” en configuraciones ideológicas y formas na, para poder adquirir un cierto sentido en el
culturales y socialmente diferenciadas de inte- quehacer del sujeto (Bajtín, 1993; Silvestri &
racción verbal. Es decir, se generan patrones de Blanck, 1993; Voloshinov, 1992; Zavala, 1992).
interacción verbal y situaciones comunicativas La ideología cotidiana presenta varios estra-
estructuradas y aprendidas (Hamel, 1987). tos. En el más básico se encuentran las vivencias
Es así como en toda obra existen relaciones originadas en situaciones causales y momentá-
cambiantes entre elementos ideológicos internos neas, por lo que son difusas, poco desarrolladas.

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La ideología y la transformación del sujeto

Por el lado de los estratos superiores se aproxi- senta una singular y unificada totalidad concreta,
man a los sistemas ideológicos, son más móviles y abarcando en una síntesis viviente e inmediata a
tensos, y reflejan con más nitidez los cambios en la ciencia, el arte, la moral, así como a otras ideo-
las relaciones entre las personas y los que se dan logías. (Bajtín, 1994, p. 55)
en los sistemas ideológicos (Voloshinov, 1992). Esto implica que todo acto de conciencia y
En un segundo nivel, la ideología es consi- toda acción humana se encuentran orientados
derada como un sistema de ideas y valores so- y determinados por el medio ideológico preva-
cialmente determinado. Se refiere a un tipo de leciente, pero, a la vez, ambas se determinan y
conciencia social y de clase, en el cual los signos transforman en el quehacer del sujeto compro-
ideológicos conforman el ambiente ideológico, metido con la comunidad. Tal circunstancia im-
que constituye la conciencia social de una comu- plica aceptar que todo hecho, aún el más aislado,
nidad, compartida y aprendida. De acuerdo con representa una parte subordinada al medio ideo-
Silvestri & Blanck (1993, p. 56): “El mismo signo lógico y que, por tanto, se encuentra determina-
puede reflejar los puntos de vista diferentes de do por él (Bajtín, 1994; Voloshinov, 1995b).
los distintos grupos sociales, mostrar relaciones
diferentes con la misma realidad objetiva”.
Ideología, lenguaje y aprendizaje
Finalmente, en la tercera acepción, el con-
cepto es aplicado al signo. Esto es, el signo in- Todo lenguaje presenta una serie de sistemas de
volucra un significado, la representación de otro categorías que proponen y perpetúan una cierta
objeto, pues, para Voloshinov (1992, pp. 31-31) visión del mundo. Si bien un lenguaje describe
“Todo producto ideológico posee una significa- más detalladamente ciertos campos de acción y
ción: representa, reproduce, sustituye algo que no otros, la riqueza léxica no ha demostrado ser
se encuentra fuera de él, esto es, aparece como por sí misma la que posibilite una cierta visión
signo. Donde no hay signo no hay ideología.” del mundo. Hay otro factor que es fundamental:
Pero representación y signo no son neutros. No las limitaciones impuestas por la realidad que in-
existen per se ni en el aire pues, cluso superan a las del lenguaje en caso de con-
tradicción (Bruner, 1986).
cuando incorporo a mi conciencia un signo, lo
incorporo ya empapado con la valoración social, De esta manera, el lenguaje determina una
con el punto de vista de un grupo determinado, serie de prejuicios y valoraciones, de posturas e
aun cuando no necesariamente pertenezca a ese intereses en los miembros de la comunidad. En
grupo –para el caso, lo que importa es mi grupo de pocas palabras, expresa las ideologías de las per-
referencia–. (Silvestri & Blanck, 1993, p. 56) sonas (Bubnova, 1996).
En este nivel, la ideología tiene contacto con Esto se debe a que, al producir enunciaciones,
la conciencia, pues “el medio de la conciencia es se elige las valoraciones que encierran las formas
el medio ideológico. Sólo por él y con su ayuda la de hablar, esto es, se eligen las palabras, sus com-
conciencia humana se abre paso hacia el conoci- binaciones y disposición a partir de sus valoracio-
miento y dominio de la existencia socioeconómi- nes implícitas.
ca y natural” (Bajtín, 1994, p. 55). En este acto el material verbal ofrece resisten-
Independientemente de la acepción empleada, cia a las nuevas valoraciones sociales. La palabra
todo medio ideológico se caracteriza por ser siem- es introducida a la obra o enunciación presen-
pre contradictorio, pues, hacia los otros (ya sea tando las diversas valoraciones sociales, respeta
personas, grupos sociales o culturas) se muestra las reglas que la lingüística impone para la com-
distinto, con acentos diferentes, mientras que: binación, esto es, considera las posibilidades de la
lengua, pero no se constriñe a ellas, ya que es por
para cada colectividad determinada y en cada medio de la valoración que una de esas posibili-
época de su desarrollo histórico, este medio repre-
dades se transforma en un hecho.

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Así, se puede entender que dos grupos sociales Bruner, J. (1986). Cultura y desarrollo cognitivo. En J.
que parten de presupuestos socioeconómicos dife- L. Linaza (Comp.), Acción, pensamiento y lengua-
rentes empleen las mismas palabras pero con una je (pp. 149-169). México: Alianza.
entonación y estilo diferentes. Asignarán una valo- Bubnova, T. (1996). Bajtín en la encrucijada dialógi-
ca: datos y comentarios para contribuir a la con-
ración particular a la misma palabra, enunciación u
fusión general. En I. Zavala (Coord.), Bajtín y sus
obra. apócrifos (pp. 13-72). México: Anthropos.
Por esto, se puede afirmar que una lengua se Hamel, R. E. (1987). El conflicto lingüístico en una
encuentra en un constante proceso generativo situación de diglosia. En H. Muñoz Cruz (Ed.),
inserto en un horizonte de valoraciones, lo que Funciones sociales y conciencia del lenguaje. Estu-
implica la diferencia de formas de aprendizaje de dios sociolingüísticos en México (pp. 13-44). Méxi-
enunciados, pero sobre todo de los sentidos usa- co: Universidad Veracruzana
dos por distintos grupos sociales. Al ser valoradas Ibáñez, T. (1994). La psicología social como dispositivo
las enunciaciones, son introducidas a la vida so- desconstruccionista. En B. Jiménez-Dominguez
(Ed.), Psicología social construccionista (pp.113-
cial en una época histórica dada y en un grupo
134). México: Universidad de Guadalajara.
social concreto. En este proceso se renuevan y
Jiménez-Ottalengo, R. & Paulin-Slade, G. (1985).
matizan las valoraciones. Interacción y cultura. En Sociolingüística de la in-
Así, entre la lengua como sistema abstracto y teracción. Instituto de Investigaciones Sociales (pp.
su realidad concreta se encuentra la valoración, 7-15). México: Universidad Nacional Autóno-
que es de carácter social porque organiza la co- ma de México.
municación. A escala individual jamás podrían Padden, C. (1992). La explicación popular en la ex-
haber aparecido el signo y lo ideológico (Bajtín, plicación de la lengua. En D. Middleton & D.
1994). Edwards (Comps.), Memoria compartida. La na-
turaleza social del recuerdo y del olvido (pp. 207-
La valoración no sólo se apoya en lo que se 219). Madrid: Paidós.
dice sobre las cosas, sino que implica a quien lo
Podgorzec, Z. (1996). Sobre la polifonía de Dostoie-
dice y las situaciones en que lo hace, y aprende vski. En I. Zavala (Coord.), Bajtín y sus apócrifos
a decirlas. De esta manera, en la medida en que (pp. 117-127). México: Anthropos.
los contextos en que se usa una lengua cambian Rutland, B. (1993). Hacia una teoría Bajtiniana de
y emergen otros en los que se emplea otra lengua, la evolución de la cultura. En R. Alvarado & L.
la primera va dejando de ser usada. Con ello se Zavala (Comps.), Diálogos y fronteras (pp. 331-
genera la impresión de que esa lengua no puede 349). México: Nueva Imagen.
ser aplicada en ningún lugar o actividad de forma Silvestri, A. & Blanck, G. (1993). Bajtín y Vigotsky: La
apropiada (Padden, 1992). En síntesis, se trata de organización semiótica de la conciencia. . Madrid:
Anthropos.
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el habla del sujeto queda significada.
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