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INTRODUCCIÓN.
El cultivo de hortalizas requiere un enfoque particular del manejo de las malezas. Las
áreas de cultivo de hortalizas por lo general son reducidas pero producen cultivos de alto
valor comercial y gastronómicamente apreciados. Los frutos y los cultivos de hoja
proporcionan ingresos importantes para los agricultores y los trabajadores a nivel local o
regional. En el caso de España, en el año 1999 existían 395 300 hectáreas de hortalizas
cultivadas en pequeñas áreas con una producción estimada en cerca de 12 millones de
toneladas.
Un cierto número de hortalizas son producidas bajo cubiertas de plástico lo cual puede
afectar el comportamiento del herbicida reduciendo su volatilidad y los fenómenos de
condensación, condiciones bajo las cuales la selectividad de los cultivos podría ser
modificada.
Como resultado de todos estos problemas y en razón de las pequeñas áreas cultivadas con
hortalizas, las compañías químicas no muestran gran interés en desarrollar herbicidas
específicos para el manejo de las malezas en estos cultivos. Esta falta de interés puede
traer también como consecuencia el retiro del mercado de algunos herbicidas selectivos
como ha ocurrido con naptalm, bensulide y otros en el mercado europeo. En los Estados
Unidos de América también existe preocupación por los herbicidas que se aplican en los
cultivos menores; en este país, el proyecto IR-4 tiene por objetivo buscar soluciones a los
problemas del manejo de herbicidas por los horticultores (Arsenovic y Kunkel, 2001).
Otro aspecto relacionado con la complejidad del uso de los herbicidas es su persistencia
en el suelo la cual puede afectar los cultivos siguientes en la rotación como resultado de
los herbicidas sobrantes que permanecen en el suelo. En muchos lugares las rotaciones
de los cultivos de hortalizas son muy rápidas e intensivas y la toxicidad de los herbicidas
puede afectar el cultivo siguiente si el ciclo del cultivo anterior fue muy breve.
Es necesario considerar todos esos aspectos así como las preocupaciones de los
consumidores sobre la probable presencia de residuos de plaguicidas en los frutos, hojas
y raíces de estos cultivos y las estrictas limitaciones para la comercialización y la
exportación que pueden invalidar muchas jornadas de trabajo y la resistencia de los
trabajadores. Por lo tanto, es imperioso hacer un uso cuidadoso de los herbicidas para lo
que se deben seguir atentas prácticas de cultivo, especialmente cuando hay interés en
obtener un producto de calidad reconocida.
Existe gran interés en la integración de las prácticas de labranza con el control químico
en razón de la reducción del impacto de los herbicidas y el costo de la mano de obra.
Mientras que los herbicidas tienen una función importante en la horticultura extensiva,
mecanizada y al aire libre, el control manual de las malezas es una práctica común en el
cultivo de hortalizas, incluso después del tratamiento con herbicidas (p. ej., los frijoles
verdes pueden necesitar 5-15 h/ha y los tomates trasplantados 50-90 h/ha).
Algunas especies anuales con un ciclo corto tales como Sonchus oleraceus, Poa annua,
Senecio vulgaris y Stellaria media también pueden crear problemas en algunos cultivos
de hortalizas en ciertas etapas de la rotación de cultivos.
Las comunidades de malezas pueden estar formadas por varias especies pero muchas de
ellas están más adaptadas a un cultivo específico. Por ejemplo: Echinochloa crus-galli,
Amaranthus spp., Chenopodium album, Polygonum aviculare, Portulaca
oleracea ySolanum nigrum son especies dominantes en los tomates trasplantados. Sin
embargo, cuando los tomates son sembrados directamente son más frecuentes varias
malezas gramíneas tempranas tales como Alopecurus myosuroides,
Avena spp., Lolium spp. y varias especies de Brasicáceas y Asteráceas.
Del mismo modo, las malezas frecuentes en las cebollas de siembra temprana
son Capsella bursa-pastoris, Sinapis arvensis, Poa annua, Sonchus spp., Polygonum
aviculare. En las cebollas trasplantadas o en los cultivos de siembra tardía también son
frecuentes Echinochloa spp., Portulaca oleracea, Solanum spp., Setaria spp. Las
malezas parásitas también pueden ser un problema en los cultivos hortícolas: Orobanche
crenata en leguminosas, apiáceas y lechuga, O. ramosa en solanáceas y
cucurbitáceas, Cuscuta spp. en leguminosas, tomate, zanahoria, cebolla y espárrago
(García-Torres, 1993). Algunas malezas específicas son características de una
determinada área, región o país; por ejemplo, Galinsoga parviflora en
Polonia, Polygonum arenastrum en Israel, Ambrosia artemisiifolia, Cirsium
arvense y Amaranthus hybridus resistente a la triazina en Francia, Abutilon
theophrasti en Italia, Cyperus rotundus en España, Marruecos y Portugal (Tei et
al., 1999, 2002).
En los cultivos de hortalizas los mayores problemas son causados por las malezas de hoja
ancha ya que las malezas gramíneas son mejor manejadas por las rotaciones o pueden ser
fácilmente eliminadas con el uso de herbicidas selectivos de aplicación foliar.
CLASIFICACIÓN DE MALEZAS
a.- Zacate o maleza de hoja angosta: El zacate tienen tallos huecos y circulares,
con entrenudos duros y cerrados. Las hojas son alternadas con venas paralelas con mayor
longitud que anchura. Algunos ejemplos que afectan la producción de hortalizas son el
zacate Johnson, zacate estrella, zacate chino, etc.
b.- Malezas de hoja ancha: Son un grupo muy variable de plantas, pero la
mayoría tienen flores muy llamativas y hojas con venas en forma de red. Son fácilmente
distinguidas de los zacates en base a la estructura de la hoja y el hábito de crecimiento.
Algunos ejemplos de malezas de hoja ancha son el quelite, trompillo, correhuela, girasol,
etc.
c.- Coquillo: El grupo de plantas tipo coquillo son muy parecidas al zacate; sin
embargo, tienen el tallo en forma triangular y relleno con hojas extendiéndose en tres
direcciones. Hay coquillos anuales y perennes, estos últimos son de mayor dificultad para
controlar, por ejemplo el coquillo amarillo se reproduce por semilla, rizomas y tubérculos.
Es decir, extiende sus rizomas en el perfil del suelo y al final de los rizomas desarrolla un
tubérculo que es muy resistente a las inclemencias del suelo y ambiente. Además, es
tolerante a los herbicidas comúnmente utilizados.
b.- Malezas bianuales: En comparación con las malezas anuales, las malezas
bianuales son muy pocas. Germinan las semillas en el otoño y desarrollan un sistema
radicular extenso y hojas pequeñas y compactas durante el primer año, en el segundo año
maduran, producen semillas y mueren. Como ejemplo de maleza bianual podemos
encontrar a la zanahoria silvestre.
C.- Malezas perennes: Las malezas que viven más de dos años son consideradas
como perennes, se reproducen por partes vegetativas o asexual, tales como tubérculos,
bulbos, rizomas o estolones (tallos). Algunos también producen semilla como es el caso
de zacate Johnson. Durante el invierno normalmente están latentes incluso sin la parte
aérea de la planta. Con el inicio de la primavera brotan utilizando sus reservas en la raíz.
Otros ejemplos muy comunes en nuestra zona además del zacate Johnson podemos
mencionar al coquillo y la correhuela. La clasificación de las perennes en base a su tipo
de raíz y proceso reproductivo se describen a continuación:
Las malezas perennes son más difìcil de controlar por su potencial de reproducción y
resistencia a las inclemencias del tiempo.
Solo unos pocos cultivos de hortalizas son buenos competidores porque cubren el suelo
tapando las malezas. Algunos ejemplos son el repollo (Brassica spp.) o las alcachofas.
Pero muchas de las hortalizas como las liliáceas, las zanahorias o los pimientos, en las
latitudes templadas crecen lentamente y cubren poco el suelo sufriendo una fuerte
competencia de las malezas no solo por agua, nutrientes y luz sino incluso por espacio.
Por lo tanto, si el control de malezas no se lleva a cabo en forma oportuna probablemente
no haya producción. Hay muchos ejemplos de problemas de reducción de los
rendimientos de los cultivos (Labrada, 1996) que indican la gran sensibilidad de las
hortalizas a la competencia temprana de las malezas y la necesidad de controlarlas en las
primeras etapas de crecimiento.
ALMÁCIGOS
Muchas hortalizas son cultivadas en almácigos para obtener plántulas adecuadas para el
trasplante al campo. Los suelos dedicados a los almácigos son por general más livianos,
con buena inclinación y fertilizados para obtener una buena emergencia de las plántulas.
Los almácigos por general son regados por inundación y protegidos por plástico. Muchas
técnicas de control de malezas ya han sido descriptas en el trabajo de Labrada (1996).
Ahora se agregan algunas posibilidades de manejo de las malezas.
Falsos almácigos
Los falsos almácigos son usados algunas veces para los cultivos de hortalizas cuando
otras prácticas selectivas de control de malezas son limitadas o no están disponibles. El
éxito de tal operación depende del control de la primera generación de malezas emergidas
antes de la emergencia del cultivo y con un disturbio mínimo, lo cual reduce las
generaciones subsiguientes de malezas. Básicamente esta técnica consiste en lo siguiente:
1. Preparación del almácigo dos a tres semanas antes de la siembra para obtener
la máxima germinación de las semillas de las malezas cerca de la superficie del
suelo.
2. Siembra del cultivo con el mínimo disturbio del suelo para evitar que las nuevas
semillas de malezas se encuentren en condiciones favorables para su germinación.
3. Tratar el campo con un herbicida no residual para eliminar todas las malezas
germinadas (William et al., 2000) inmediatamente antes o después de la siembra
pero antes de la emergencia del cultivo.
Hay menos herbicidas registrados para su uso en almácigos que para los cultivos en el
campo. Algunos de los herbicidas recomendados han sido descritos por Labrada (1996).
La Tabla 1 muestra los herbicidas agregados últimamente.
Los tratamientos de herbicidas bajo plástico son siempre peligrosos y su aplicación debe
ser muy cuidadosa, los niveles de humedad y temperatura son elevados y las plantas
crecen rápidamente. La selectividad debería ser fácilmente perdida y pueden ocurrir
síntomas de fitotoxicidad, en algunos casos solo en forma temporaria. Los efectos a
menudos son erráticos. Estos casos deben ser enfrentados con prudencia y es aconsejable
hacer algunos ensayos antes de aplicar un tratamiento general.
Tabla 1. Herbicidas selectivos de preemergencia y de postemergencia temprana
para almácigos de hortalizas
Rotación de cultivos
Cultivos mezclados
En regiones templadas:
lechuga + zanahoria
crucíferas + puerro, cebolla, apio, tomate
maíz + frijoles, soja
En las regiones tropicales donde esta técnica está muy bien adaptada a los sistemas
agrícolas tradicionales:
Estas medidas pueden ser muy útiles -pero lamentablemente son siempre olvidadas-,
están estrechamente relacionadas con las rotaciones de cultivos y son necesarias cuando
no se pueden tomar medidas directas de control de malezas por razones económicas. Se
basan en la reducción del banco de semillas y propágulos del suelo y el reconocimiento
temprano de las infestaciones.
Es necesario evitar la invasión de nuevas especies por medio del uso de material de
siembra limpio y prevenir la dispersión de semillas en el agua de riego, implementos y
máquinas; un registro escrito de la situación de las malezas en el campo es un elemento
útil. Otro aspecto importante es impedir la dispersión de malezas perennes o parásitas por
medio del uso oportuno de tratamientos y labranza y el uso del drenaje para prevenir la
propagación de algunas especies que necesitan altos niveles de humedad
(Phragmites spp., Equisetum spp., Juncus spp.). También se deben vigilar los bordes del
predio para prevenir invasiones, actuando solo cuando sea necesario y recordar que esos
bordes y los caballones son útiles para controlar la erosión y albergar fauna de utilidad
para los cultivos (Zaragoza, 2001).
Tal como ha sido indicado por Labrada (1996), la preparación adecuada de la tierra
depende del buen conocimiento de las especies de malezas prevalentes en el campo.
Cuando predominan las malezas anuales (crucíferas, Solanum, gramíneas) el objetivo es
colocarlas en la superficie y fragmentarlas. Si las malezas no presentan semillas con
latencia (Bromus spp.), es aconsejable la labranza profunda para enterrar las semillas. Si
las semillas presentan latencia esta práctica es incorrecta ya que esas semillas serán
viables cuando vuelvan a la superficie después de las operaciones de cultivo.
Las buenas prácticas de las operaciones mecánicas deben ser realizadas en condiciones
óptimas, incluyendo las siguientes:
Materiales de acolchado
Diphenamid ha sido aplicado con éxito en los cultivos de hortalizas pero actualmente no
se encuentra en el comercio. La mayoría de los herbicidas mencionados en la Tabla 2 son
inefectivos para el control de malezas perennes. Halosulfuron es un nuevo herbicida
selectivo para cucurbitáceas y otras hortalizas con acción contra Cyperus spp. (Webster,
2002).
El uso de cualquier herbicida en los cultivos de hortalizas requiere pruebas previas para
verificar su efectividad en las condiciones locales y su selectividad para los cultivares
disponibles de cada especie.
Algunos herbicidas tienen una gran persistencia y pueden afectar los cultivos siguientes
incluídos en la rotación. Para evitar esto se recomienda el uso del arado de rejas o dos
pasadas cruzadas de cultivador después de la cosecha a fin de mezclar la capa de suelo
tratada con aquellas no tratadas y disipar los residuos de herbicidas. Las etiquetas que
lucen los productos deben siempre ser consultadas, especialmente respecto a los cultivos
sensibles a sembrar después del uso de los herbicidas.
En los climas cálidos y húmedos los residuos de herbicidas por lo general se disipan
rápidamente, pero es necesario tomar ciertas precauciones. Algunos ejemplos de las
recomendaciones indicadas en las etiquetas de los productos son:
Trifluralin: después de la labranza es posible sembrar guisantes, frijol lima, haba, col,
lentejas, alcachofas, papa, cebada, girasol, alfalfa, tréboles y zanahoria. Espinaca,
remolacha de mesa, avena, maíz y sorgo no deberían ser sembradas antes de un período
de 12 meses.
Prácticas correctas en el uso de herbicidas
Judías y guisantes verdes: las legumbres cosechadas deben estar libres de bayas
de Solanum, yemas de cardo, tallos de Amaranthus o silicuas de crucíferas. Las
rotaciones de cultivos, la siembra en líneas cercanas, el control temprano de las malezas
y las prácticas culturales (excepto en los suelos rocosos o con terrones) se combinan con
herbicidas para minimizar la competencia de las malezas y la contaminación del producto.
Un único tratamiento de postemergencia puede suprimir la competencia de las malezas o
la contaminación potencial de los guisantes cosechados.
Zanahoria y apio: las zanahorias suprimen las malezas cuando se combinan la distancia
entre surcos, la densidad de población, los métodos culturales y la aplicación de un
herbicida. Los métodos culturales también previenen la quemadura por el sol o que la
parte superior de las raíces tome color verde, por ejemplo cubriéndolas con tierra.
Remolachas de mesa: una combinación del control de malezas temprano, surcos a poca
distancia, población densa y métodos culturales suprimen la emergencia de malezas a
mitad o fines de la estación y después que el dosel foliar del cultivo se desarrolla.
Crucíferas y coles: la supresión de las malezas en los cultivos de crucíferas comienza con
la rotación de los cultivos que requieren diferentes prácticas de control de malezas e
interrumpen el ciclo de las malezas. La distancia entre surcos y la densidad de plantas son
variables para alcanzar un tamaño adecuado de la cabeza según la preferencia del mercado
y suprimir las malezas. El control temprano de las malezas incluye la aplicación de
herbicida y/o tareas culturales.
Ajo y cebolla: el ajo requiere un casi perfecto control de malezas dado que emerge
lentamente y madura en un período de 10-11 meses y nunca forma un dosel foliar debido
a la disposición vertical de las hojas cortas. Los horticultores, por lo tanto, a menudo
controlan todas las malezas inmediatamente antes de la emergencia del cultivo; aplican
al suelo un herbicida para el control de las malezas invernales y se agregan tratamientos
adicionales durante la primavera dependiendo de la invasión de malezas específicas. En
el caso de la cebolla, las malezas son manejadas con herbicidas selectivos combinados
con trabajos culturales frecuentes. Los cultivos invernales de cobertura fortalecen tanto
el manejo del suelo como de las malezas.
Tomate y pimiento: las malezas pueden ser manejadas por medio de una labranza
preparatoria y un herbicida presiembra en los cultivos trasplantados. La cobertura con
plástico negro puede ayudar a reducir la necesidad del control químico. La labranza
entresurcos o la aplicación de herbicidas postemergencia pueden controlar las malezas en
una etapa posterior. En los cultivos de siembra directa son necesarios tratamientos
químicos más intensos. El manejo de Solanum nigrum -una de las peores malezas en el
caso del tomate- se deberían recordar los siguientes puntos:
controlar químicamente los cultivos previos en los casos en que esto sea más
simple (remolachas, zanahorias, apio, espinaca);
esta maleza es más importante en los tomates trasplantados que en los de siembra
directa;
es recomendable la preparación de falsas camas de semilla;
aplicación de herbicidas (pendimethalin, oxifluorfen) al suelo en el momento de
la siembra, integrados con carpidas entre los surcos y/o por tratamientos a bajas
dosis divididas de metribuzin + rimsulfuron contra S. nigrum en sus primeras
etapas (hasta dos hojas) (Tei et al., 1999).
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