Você está na página 1de 16

MANEJO INTEGRADO DE MALEZAS EN HORTALIZAS

INTRODUCCIÓN.

El cultivo de hortalizas requiere un enfoque particular del manejo de las malezas. Las
áreas de cultivo de hortalizas por lo general son reducidas pero producen cultivos de alto
valor comercial y gastronómicamente apreciados. Los frutos y los cultivos de hoja
proporcionan ingresos importantes para los agricultores y los trabajadores a nivel local o
regional. En el caso de España, en el año 1999 existían 395 300 hectáreas de hortalizas
cultivadas en pequeñas áreas con una producción estimada en cerca de 12 millones de
toneladas.

El riego es una característica de estos cultivos en el Mediterráneo o en zonas áridas. El


tipo de riego usado también influye sobre el manejo de las malezas según los distintos
sistemas en uso: el riego tradicional por inundación o el riego por surcos o los sistemas
más modernos por regadores, goteo o infiltración. Sin embargo, los herbicidas tienen un
comportamiento diferente: su incorporación es afectada por el agua y por ello la
selectividad de los cultivos es, por lo tanto, substancialmente limitada. Las áreas
tradicionales de cultivos de hortalizas están por lo general situadas vecinas a corrientes
de agua, lugares inundables, deltas de los ríos o zonas pantanosas, por lo que si se usan
herbicidas, su impacto ambiental y condiciones de uso deben ser debidamente
considerados.

Un cierto número de hortalizas son producidas bajo cubiertas de plástico lo cual puede
afectar el comportamiento del herbicida reduciendo su volatilidad y los fenómenos de
condensación, condiciones bajo las cuales la selectividad de los cultivos podría ser
modificada.

Como resultado de todos estos problemas y en razón de las pequeñas áreas cultivadas con
hortalizas, las compañías químicas no muestran gran interés en desarrollar herbicidas
específicos para el manejo de las malezas en estos cultivos. Esta falta de interés puede
traer también como consecuencia el retiro del mercado de algunos herbicidas selectivos
como ha ocurrido con naptalm, bensulide y otros en el mercado europeo. En los Estados
Unidos de América también existe preocupación por los herbicidas que se aplican en los
cultivos menores; en este país, el proyecto IR-4 tiene por objetivo buscar soluciones a los
problemas del manejo de herbicidas por los horticultores (Arsenovic y Kunkel, 2001).

Otro aspecto relacionado con la complejidad del uso de los herbicidas es su persistencia
en el suelo la cual puede afectar los cultivos siguientes en la rotación como resultado de
los herbicidas sobrantes que permanecen en el suelo. En muchos lugares las rotaciones
de los cultivos de hortalizas son muy rápidas e intensivas y la toxicidad de los herbicidas
puede afectar el cultivo siguiente si el ciclo del cultivo anterior fue muy breve.

Es necesario considerar todos esos aspectos así como las preocupaciones de los
consumidores sobre la probable presencia de residuos de plaguicidas en los frutos, hojas
y raíces de estos cultivos y las estrictas limitaciones para la comercialización y la
exportación que pueden invalidar muchas jornadas de trabajo y la resistencia de los
trabajadores. Por lo tanto, es imperioso hacer un uso cuidadoso de los herbicidas para lo
que se deben seguir atentas prácticas de cultivo, especialmente cuando hay interés en
obtener un producto de calidad reconocida.

Existe gran interés en la integración de las prácticas de labranza con el control químico
en razón de la reducción del impacto de los herbicidas y el costo de la mano de obra.
Mientras que los herbicidas tienen una función importante en la horticultura extensiva,
mecanizada y al aire libre, el control manual de las malezas es una práctica común en el
cultivo de hortalizas, incluso después del tratamiento con herbicidas (p. ej., los frijoles
verdes pueden necesitar 5-15 h/ha y los tomates trasplantados 50-90 h/ha).

FLORA DE LAS MALEZAS

La composición de la flora de malezas presentes en los cultivos de hortalizas debe ser


claramente determinada. En base a estos datos se podrán planificar los mejores métodos
de control a ser aplicados. Es un hecho bien conocido que las malezas están bien
adaptadas al cultivo que infestan en razón de sus características morfológicas y
fenológicas. Un ejemplo de esta situación es el caso de las zanahorias donde otras
umbelíferas como Ammi majus, Torilis spp., Scandix pecten-veneris y Daucus spp. son
las especies dominantes. Un cultivo de primavera puede ser infestado por dos
generaciones de especies: primeramente aquellas adaptadas a las temperaturas frías tales
como Capsella bursa-pastoris, Chenopodium album y Polygonum aviculareseguidas
más adelante por malezas adaptadas a temperaturas estivales más altas como Portulaca
oleracea, Solanum nigrum, Cyperus rotundus y Amaranthus retroflexus.

Algunas especies anuales con un ciclo corto tales como Sonchus oleraceus, Poa annua,
Senecio vulgaris y Stellaria media también pueden crear problemas en algunos cultivos
de hortalizas en ciertas etapas de la rotación de cultivos.

Las comunidades de malezas pueden estar formadas por varias especies pero muchas de
ellas están más adaptadas a un cultivo específico. Por ejemplo: Echinochloa crus-galli,
Amaranthus spp., Chenopodium album, Polygonum aviculare, Portulaca
oleracea ySolanum nigrum son especies dominantes en los tomates trasplantados. Sin
embargo, cuando los tomates son sembrados directamente son más frecuentes varias
malezas gramíneas tempranas tales como Alopecurus myosuroides,
Avena spp., Lolium spp. y varias especies de Brasicáceas y Asteráceas.

Del mismo modo, las malezas frecuentes en las cebollas de siembra temprana
son Capsella bursa-pastoris, Sinapis arvensis, Poa annua, Sonchus spp., Polygonum
aviculare. En las cebollas trasplantadas o en los cultivos de siembra tardía también son
frecuentes Echinochloa spp., Portulaca oleracea, Solanum spp., Setaria spp. Las
malezas parásitas también pueden ser un problema en los cultivos hortícolas: Orobanche
crenata en leguminosas, apiáceas y lechuga, O. ramosa en solanáceas y
cucurbitáceas, Cuscuta spp. en leguminosas, tomate, zanahoria, cebolla y espárrago
(García-Torres, 1993). Algunas malezas específicas son características de una
determinada área, región o país; por ejemplo, Galinsoga parviflora en
Polonia, Polygonum arenastrum en Israel, Ambrosia artemisiifolia, Cirsium
arvense y Amaranthus hybridus resistente a la triazina en Francia, Abutilon
theophrasti en Italia, Cyperus rotundus en España, Marruecos y Portugal (Tei et
al., 1999, 2002).
En los cultivos de hortalizas los mayores problemas son causados por las malezas de hoja
ancha ya que las malezas gramíneas son mejor manejadas por las rotaciones o pueden ser
fácilmente eliminadas con el uso de herbicidas selectivos de aplicación foliar.

Con un conocimiento completo de la fenología de las malezas y otros factores


(temperatura, lluvia y sistema de riego) a nivel local, es posible predecir cuando y en que
cultivo ciertas malezas podrán causar problemas. Obviamente, en los cultivos bajo
protección de plástico, la emergencia de las malezas ocurre antes que al aire libre y el
crecimiento de las malezas es mayor.

CLASIFICACIÓN DE MALEZAS

La clasificación de las malezas desde el punto de vista agropecuaria es de gran


importancia, debido a que se determina el método de control. Las malezas se clasifican
como sigue:

1.- En Base al Tipo de Hoja:

a.- Zacate o maleza de hoja angosta: El zacate tienen tallos huecos y circulares,
con entrenudos duros y cerrados. Las hojas son alternadas con venas paralelas con mayor
longitud que anchura. Algunos ejemplos que afectan la producción de hortalizas son el
zacate Johnson, zacate estrella, zacate chino, etc.

b.- Malezas de hoja ancha: Son un grupo muy variable de plantas, pero la
mayoría tienen flores muy llamativas y hojas con venas en forma de red. Son fácilmente
distinguidas de los zacates en base a la estructura de la hoja y el hábito de crecimiento.
Algunos ejemplos de malezas de hoja ancha son el quelite, trompillo, correhuela, girasol,
etc.

c.- Coquillo: El grupo de plantas tipo coquillo son muy parecidas al zacate; sin
embargo, tienen el tallo en forma triangular y relleno con hojas extendiéndose en tres
direcciones. Hay coquillos anuales y perennes, estos últimos son de mayor dificultad para
controlar, por ejemplo el coquillo amarillo se reproduce por semilla, rizomas y tubérculos.
Es decir, extiende sus rizomas en el perfil del suelo y al final de los rizomas desarrolla un
tubérculo que es muy resistente a las inclemencias del suelo y ambiente. Además, es
tolerante a los herbicidas comúnmente utilizados.

2.- En Base a Longevidad:

a.- Malezas anuales: Malezas anuales como lo describe el mismo nombre


completan su ciclo en un año. Es decir, germinan, crecen, maduran, producen semillas y
mueren en menos de un año. Pueden ser zacates, coquillo o malezas de hoja ancha. Su
vida puede iniciar en cualquier época del año dependiendo de temperaturas, duración del
día y lluvias normalmente. Por ejemplo, hay especies que germinan en primavera y
mueren en el invierno o antes, estas son las malezas que atacan a los cultivos de hortalizas
de temporada caliente. Otras germinan durante el otoño y terminan su ciclo en la
primavera. Algunas malezas dependen exclusivamente de la presencia de lluvias y otras
de la concentración de oxígeno en el suelo, estas últimas normalmente están latentes a
profundidades mayores a 30 cm. Sin embargo, al realizar las labores culturales (rastra ò
arado) se mueven mas cerca de la superficie en donde la concentración de oxígeno es
mayor y como consecuencia germinan.

b.- Malezas bianuales: En comparación con las malezas anuales, las malezas
bianuales son muy pocas. Germinan las semillas en el otoño y desarrollan un sistema
radicular extenso y hojas pequeñas y compactas durante el primer año, en el segundo año
maduran, producen semillas y mueren. Como ejemplo de maleza bianual podemos
encontrar a la zanahoria silvestre.

C.- Malezas perennes: Las malezas que viven más de dos años son consideradas
como perennes, se reproducen por partes vegetativas o asexual, tales como tubérculos,
bulbos, rizomas o estolones (tallos). Algunos también producen semilla como es el caso
de zacate Johnson. Durante el invierno normalmente están latentes incluso sin la parte
aérea de la planta. Con el inicio de la primavera brotan utilizando sus reservas en la raíz.
Otros ejemplos muy comunes en nuestra zona además del zacate Johnson podemos
mencionar al coquillo y la correhuela. La clasificación de las perennes en base a su tipo
de raíz y proceso reproductivo se describen a continuación:

a.- Perennes simples: Se reproducen por semillas, pero al cortar


segmentos de su raíz se pueden reproducir. Normalmente a causa de daño mecánico al
realizar las labores culturales (cultivada, rastra o arado). En este caso se incluyen algunos
árboles y arbustos silvestres.

b.- Perennes con bulbo: Este tipo de malezas se reproducen en la parte


superior con semillas y con bulbos en el suelo. En este caso podemos mencionar el
coquillo y cebollas silvestres.

c.- Perennes trepadoras: Producen semillas, pero además, rizomas y


estolones. Como ejemplos podemos mencionar a la correhuela.

Las malezas perennes son más difìcil de controlar por su potencial de reproducción y
resistencia a las inclemencias del tiempo.

COMPETENCIA DE LAS MALEZAS

Solo unos pocos cultivos de hortalizas son buenos competidores porque cubren el suelo
tapando las malezas. Algunos ejemplos son el repollo (Brassica spp.) o las alcachofas.
Pero muchas de las hortalizas como las liliáceas, las zanahorias o los pimientos, en las
latitudes templadas crecen lentamente y cubren poco el suelo sufriendo una fuerte
competencia de las malezas no solo por agua, nutrientes y luz sino incluso por espacio.
Por lo tanto, si el control de malezas no se lleva a cabo en forma oportuna probablemente
no haya producción. Hay muchos ejemplos de problemas de reducción de los
rendimientos de los cultivos (Labrada, 1996) que indican la gran sensibilidad de las
hortalizas a la competencia temprana de las malezas y la necesidad de controlarlas en las
primeras etapas de crecimiento.

La competencia de las malezas es particularmente seria en el caso de los cultivos


hortícolas de siembra directa. El período crítico de la competencia de las malezas (o sea,
el período durante el cual debe ser hecho el control de las malezas) es por lo general
mayor en las siembras directas que en los cultivos trasplantados. Por ejemplo, si en un
cultivo de pimientos trasplantados las malezas deben ser controladas entre la segunda
semana hasta el tercer mes después del trasplante para prevenir una pérdida de 10 por
ciento, el control de malezas en la siembra directa de pimiento debe ser hecho durante los
cuatro primeros meses después de la emergencia para prevenir la misma pérdida (Medina,
1995). Aparentemente algunas técnicas tradicionales incrementan la competitividad del
cultivo (p. ej., trasplante, camas levantadas). Obviamente, las condiciones del tiempo y la
densidad de las malezas tienen una gran influencia en la duración de los períodos críticos.
Una ola de frío que afecte a algunos cultivos de hortalizas puede provocar un crecimiento
lento, una mayor competencia y mayores pérdidas de rendimiento.

ALMÁCIGOS

Muchas hortalizas son cultivadas en almácigos para obtener plántulas adecuadas para el
trasplante al campo. Los suelos dedicados a los almácigos son por general más livianos,
con buena inclinación y fertilizados para obtener una buena emergencia de las plántulas.
Los almácigos por general son regados por inundación y protegidos por plástico. Muchas
técnicas de control de malezas ya han sido descriptas en el trabajo de Labrada (1996).
Ahora se agregan algunas posibilidades de manejo de las malezas.

Falsos almácigos

Los falsos almácigos son usados algunas veces para los cultivos de hortalizas cuando
otras prácticas selectivas de control de malezas son limitadas o no están disponibles. El
éxito de tal operación depende del control de la primera generación de malezas emergidas
antes de la emergencia del cultivo y con un disturbio mínimo, lo cual reduce las
generaciones subsiguientes de malezas. Básicamente esta técnica consiste en lo siguiente:

1. Preparación del almácigo dos a tres semanas antes de la siembra para obtener
la máxima germinación de las semillas de las malezas cerca de la superficie del
suelo.

2. Siembra del cultivo con el mínimo disturbio del suelo para evitar que las nuevas
semillas de malezas se encuentren en condiciones favorables para su germinación.

3. Tratar el campo con un herbicida no residual para eliminar todas las malezas
germinadas (William et al., 2000) inmediatamente antes o después de la siembra
pero antes de la emergencia del cultivo.

Los herbicidas recomendados son bypiridyliums, glifosato, sulfosato y glufosinato


amónico, entre otros. En los suelos de textura liviana tales como los suelos arenosos o en
medios artificiales de siembra, los tratamientos de herbicidas son riesgosos para algunos
cultivos, especialmente tomates. También es posible tratar el suelo con metham sodio
pero la siembra deber ser demorada hasta que el aceite está libre de metham, por lo general
unos 20 días. El uso de este fumigante es muy efectivo para el control de Solanum
nigrum en el cultivo de tomates
Solarización

Es un método efectivo para el control de enfermedades y plagas del suelo y puede


controlar también muchas malezas. El método ha sido descrito previamente por Labrada
(1996). El suelo debe estar limpio, con la superficie nivelada y húmedo antes de cubrirlo
con una lámina fina (0,1-0,2 mm) de plástico transparente y bien cerrada. El suelo debe
permanecer cubierto durante los meses más cálidos y soleados por un total de 30-45 días.
La temperatura del suelo debe exceder los 40 °C para tener efecto sobre las plagas del
suelo, incluyendo las semillas de malezas. La solarización del suelo es un método de
espectro amplio, simple, económicamente viable y respetuoso del ambiente. No afecta las
propiedades del suelo y por lo general los cultivos sucesivos producen mayores
rendimientos (Campiglia et al., 2000). También presenta algunas desventajas en su
ejecución. Por ejemplo, es necesario el riego previo -o una lluvia frecuente y abundante-
y el suelo debe ser mantenido en solarización, fuera de producción, por un período
mínimo de un mes. Los resultados a menudo son variables, dependiendo de las
condiciones del tiempo. Las altas latitudes frías o los lugares nubosos no son, por lo
general, adecuados para la solarización. Algunas especies pueden tolerar la solarización
como por ejemplo las especies perennes de raíces profundas: Sorghum halepense,
Cyperus rotundus, Equisetum spp. y también algunas malezas leguminosas de semillas
grandes. Después de la solarización el plástico debe ser recogido y la labranza profunda
con arado de reja debe ser evitada. Este sistema es más adecuado para pequeñas áreas de
cultivo de hortalizas pero ha sido mecanizado en grandes áreas para la siembra de tomates.
La solarización del suelo es muy usada en invernaderos de plástico en las condiciones del
sur de España. La biofumigación consiste en la incorporación de abono orgánico fresco
en el suelo en las parcelas a ser solarizadas. La descomposición de la materia orgánica
produce gases tóxicos debajo del plástico y fortalece los efectos biocidas. Normalmente
el suelo debería ser removido después de la solarización o la biofumigación para permitir
que los gases escapen del suelo antes de la siembra (Monserrat, 2001).

Control químico en los almácigos

Hay menos herbicidas registrados para su uso en almácigos que para los cultivos en el
campo. Algunos de los herbicidas recomendados han sido descritos por Labrada (1996).
La Tabla 1 muestra los herbicidas agregados últimamente.

Existen varios herbicidas de postemergencia para el control de las gramíneas -conocidos


usualmente como familias «fop» y «dim»- que podrían ser usados en almácigos de
hortalizas como por ejemplo cicloxydim (para cebolla y crucíferas), cletodim (cebolla,
tomate), fluazifop-butyl (tomate, pimiento, lechuga, puerro, cebolla). Las dosis deben ser
bajas para evitar problemas de fitotoxicidad (De Liñán, 2002).

Los tratamientos de herbicidas bajo plástico son siempre peligrosos y su aplicación debe
ser muy cuidadosa, los niveles de humedad y temperatura son elevados y las plantas
crecen rápidamente. La selectividad debería ser fácilmente perdida y pueden ocurrir
síntomas de fitotoxicidad, en algunos casos solo en forma temporaria. Los efectos a
menudos son erráticos. Estos casos deben ser enfrentados con prudencia y es aconsejable
hacer algunos ensayos antes de aplicar un tratamiento general.
Tabla 1. Herbicidas selectivos de preemergencia y de postemergencia temprana
para almácigos de hortalizas

CULTIVOS DE SIEMBRA DIRECTA Y TRASPLANTADOS

Rotación de cultivos

La rotación de cultivos es la sucesión programada de cultivos durante un cierto período


en la misma parcela o campo. Es un método fundamental de control para reducir la
infestación de malezas en los cultivos de hortalizas. La rotación de cultivos fue
considerada durante un largo tiempo como un elemento básico para obtener cultivos sanos
y de buenos rendimientos. Este concepto fue erróneamente eliminado con el uso de
mayores cantidades de agroquímicos. Sin embargo, en la actualidad la rotación de
cultivos está recuperando su valor dentro del contexto del manejo integrado de cultivos.
Clásicamente, las rotaciones de cultivos se han aplicado en la siguiente forma:

1. alternando los cultivos con diferentes tipos de vegetación: cultivos de hoja


(lechuga, espinaca, crucíferas), raíces (zanahorias, papas, rábanos), bulbos
(puerro, cebolla, ajo), frutos (calabazas, pimiento, melón).
2. alternando gramíneas y dicotiledóneas tales como maíz y hortalizas.
3. alternando cultivos de ciclos diferentes: cereales de invierno y hortalizas de
verano.
4. evitando cultivos sucesivos de la misma familia: apiáceas (apio, zanahoria),
solanáceas (papa, tomate).
5. alternando pobres competidores de malezas (zanahoria, cebolla) con
competidores fuertes (maíz, papa).
6. evitando malezas problemáticas en cultivos específicos (p. ej., malváceas en
apio o zanahoria, parásitas y perennes en general).
Los siguientes son ejemplos de rotaciones de cultivos (Zaragoza et al., 1994):

En regiones templadas: pimiento - cebolla - cereal de invierno


melón - frijoles - espinaca - tomate
tomate - cereal - barbecho
lechuga - tomate - coliflor
papa-frijoles- crucíferas- tomate-zanahoria
melón - alcachofas (x2) - frijoles - remolacha de mesa - trigo
-
crucíferas

En regiones tropicales: tomate - ocra - habichuelas verdes


papa - maíz - frijol mungo

La introducción del barbecho en la rotación es esencial para el control de malezas de


manejo dificultoso (p. ej., perennes), limpiando el campo con métodos apropiados de
labranza o usando un herbicida de amplio espectro. También es importante evitar la
emisión de semillas de las malezas u otros propágulos.

Cultivos mezclados

El cultivo simultáneo de dos o más especies sembradas en forma adyacente es llamado


cultivo mezclado o cultivo intercalado. Los ciclos de las especies deben coincidir total o
parcialmente. Las ventajas son un mejor uso del espacio, la luz y otros recursos, la
protección física, un balance térmico favorable, una mejor defensa de las plantas contra
algunas plagas y menos problemas con las malezas ya que el suelo está mejor cubierto.
Los inconvenientes son la competencia entre los cultivos, un manejo y mecanización más
difíciles, mayor necesidad de mano de obra y control incompleto de las malezas. Algunas
veces los resultados son menos productivos que cultivando una sola especie. Por lo
general los cultivos «acompañantes» son plantas de crecimiento rápido y bajo, rastreras
o erectas o especies simbióticas. Algunos ejemplos incluyen:

En regiones templadas:

 lechuga + zanahoria
 crucíferas + puerro, cebolla, apio, tomate
 maíz + frijoles, soja

En las regiones tropicales donde esta técnica está muy bien adaptada a los sistemas
agrícolas tradicionales:

 maíz + frijoles + calabazas, yuca


 tomate + guandul, yuca
 caña de azúcar + cebolla, tomate
Medidas preventivas

Estas medidas pueden ser muy útiles -pero lamentablemente son siempre olvidadas-,
están estrechamente relacionadas con las rotaciones de cultivos y son necesarias cuando
no se pueden tomar medidas directas de control de malezas por razones económicas. Se
basan en la reducción del banco de semillas y propágulos del suelo y el reconocimiento
temprano de las infestaciones.

Es necesario evitar la invasión de nuevas especies por medio del uso de material de
siembra limpio y prevenir la dispersión de semillas en el agua de riego, implementos y
máquinas; un registro escrito de la situación de las malezas en el campo es un elemento
útil. Otro aspecto importante es impedir la dispersión de malezas perennes o parásitas por
medio del uso oportuno de tratamientos y labranza y el uso del drenaje para prevenir la
propagación de algunas especies que necesitan altos niveles de humedad
(Phragmites spp., Equisetum spp., Juncus spp.). También se deben vigilar los bordes del
predio para prevenir invasiones, actuando solo cuando sea necesario y recordar que esos
bordes y los caballones son útiles para controlar la erosión y albergar fauna de utilidad
para los cultivos (Zaragoza, 2001).

Preparación y labranza de la tierra

Tal como ha sido indicado por Labrada (1996), la preparación adecuada de la tierra
depende del buen conocimiento de las especies de malezas prevalentes en el campo.
Cuando predominan las malezas anuales (crucíferas, Solanum, gramíneas) el objetivo es
colocarlas en la superficie y fragmentarlas. Si las malezas no presentan semillas con
latencia (Bromus spp.), es aconsejable la labranza profunda para enterrar las semillas. Si
las semillas presentan latencia esta práctica es incorrecta ya que esas semillas serán
viables cuando vuelvan a la superficie después de las operaciones de cultivo.

Cuando se encuentran malezas de especies perennes son necesarias herramientas


especiales según los distintos tipos de sistemas radicales. Las raíces pivotantes
como Rumex spp. o las raíces con yemas como Cirsium spp. deben ser fragmentadas y
para ello puede ser necesario un rotavador o un cultivador. Sin embargo, en el caso de
presentar rizomas frágiles como Sorghum halepense es necesario arrancarlas del suelo y
exponerlas en la superficie del suelo para su agotamiento; cuando se encuentran malezas
con rizomas flexibles como Cynodon dactylon es necesario arrancarlas y retirarlas del
campo, lo que puede ser hecho con un cultivador o una rastra. En el caso de los tubérculos
como Cyperus rotundus o de bulbos como Oxalis spp. deben ser cortadas cuando los
rizomas están presentes y desenterrarlas para exponerlas a condiciones adversas como
heladas o sequías. Esto puede ser hecho con arados de reja o de discos. El arado de cincel
es útil para drenar los campos húmedos y reducir la infestación de malezas higrófilas de
raíces profundas (Phragmites spp., Equisetum spp.,Juncus spp.). Estas son algunas de las
razones por las cuales siempre es necesario contar con información confiable sobre las
malezas.

El éxito de muchas operaciones de control de malezas depende del momento de su


ejecución (Forcella, 2000). La oportunidad de las operaciones mecánicas es sin duda
fundamental. Es necesario tomar acción contra las malezas anuales antes de que ocurra la
dispersión de las semillas. La eficacia de la labranza contra las malezas perennes es mayor
cuando las reservas de la planta se mueven en sentido ascendente (p. ej., Convolvulus
arvensis en primavera ya que en otoño hay más fragmentos de raíces) (Nogueroles y
Zaragoza, 1999).

Las buenas prácticas de las operaciones mecánicas deben ser realizadas en condiciones
óptimas, incluyendo las siguientes:

 densidad de la plantación hecha en función del ancho de la herramienta de trabajo;


 elección adecuada de las herramientas de trabajo;
 observación cuidadosa del desarrollo del cultivo y de la maleza y evitar demoras
en las intervenciones;
 regulación correcta de la profundidad de acción, velocidad de avance y ángulo de
ataque;
 el contenido de humedad del suelo es importante para una labranza correcta;
 no favorecer un incremento de la erosión: evitar la labranza paralela a la dirección
de la pendiente;
 analizar los pronósticos climáticos antes del trabajo: evitar la labranza si se han
pronosticado lluvias.
 En Alemania, se han obtenido pocos resultados negativos con el control mecánico
de las malezas. Las pérdidas medias de plantas después de carpir, aporcar y
rastrear fueron de 3,0 - 3,5 por ciento (Laber et al., 2000).
 Otra operación típica que requiere labranza mecánica es la incorporación del
herbicida al suelo. Algunos herbicidas volátiles comúnmente usados en el control
de las malezas en los cultivos de hortalizas (p. ej. trifluralin) deben ser
cuidadosamente incorporados al suelo a una profundidad correcta de 5 - 7 cm. El
implemento usado para su incorporación debe estar en buenas condiciones; por
ejemplo, las hojas del rotavador deben estar afiladas. Las hojas en forma de L son
las más adecuadas para la incorporación de los herbicidas pero si fuera necesario
se podría sustituir el rotavador por una rastra de dientes rígidos o flexibles. Los
terrones o el abono orgánico que no se hayan roto pueden reducir la eficacia del
tratamiento (Kempen, 1989).

Materiales de acolchado

El uso de acolchado plástico es muy popular en algunas áreas de cultivo de hortalizas.


Para impedir la trasmisión de la radiación fotosintética se usa un plástico opaco de modo
de detener el desarrollo de las malezas. Las ventajas incluyen además una mejor
conservación de la humedad del suelo y como consecuencia una menor necesidad de riego
y menos lixiviado del nitrógeno, una mejor conservación de la estructura del suelo y un
mayor rendimiento de las hortalizas, particularmente en las zonas áridas. Los
inconvenientes se encuentran sobre todo en el precio del plástico -si bien puede ser
reusado- y en los costos del trabajo. Algunas malezas perennes (p. ej., Convolvulus
arvensis, Cyperus spp.) no son controladas con este sistema y son necesarios cultivos
intercalados o tratamientos específicos. Es obligatorio retirar del campo todos los restos
del plástico y su quema está prohibida. El acolchado con plástico negro en los surcos del
cultivo y los cultivos intercalados son opciones satisfactorias para los productores de
tomate y melón orgánico en el sur de Europa. También pueden ser usados otros materiales
orgánicos como corteza, paja o residuos vegetales, sobre todo si se obtienen a bajo costo.
Sus ventajas son similares a las del plástico pero las malezas pueden en algunos casos
llegar a la superficie si la capa de cobertura no es lo suficientemente gruesa. Dependiendo
de los materiales usados se pueden encontrar problemas particulares (p. ej., peligro de
fuego cuando se usa paja, el viento o las inundaciones pueden mover la paja). Algunos
materiales pueden aumentar la población de enemigos de los cultivos tales como roedores
o caracoles. Por supuesto, siempre será necesaria la remoción manual de algunas malezas
(Nogueroles y Zaragoza, 1999).

Control químico de las malezas

El mejor enfoque para minimizar los insumos y evitar problemas ambientales es la


aplicación de herbicidas en el surco del cultivo, en una faja de 10-30 cm (Labrada, 1996).
La aplicación en fajas reduce el uso de herbicidas hasta un 75 por ciento, cuando se la
compara con la aplicación total. Las malezas en las zonas entre los surcos son controladas
por medio de trabajos culturales. La Tabla 2 muestra las opciones de herbicidas selectivos
que pueden ser usados en los cultivos de hortalizas.

Diphenamid ha sido aplicado con éxito en los cultivos de hortalizas pero actualmente no
se encuentra en el comercio. La mayoría de los herbicidas mencionados en la Tabla 2 son
inefectivos para el control de malezas perennes. Halosulfuron es un nuevo herbicida
selectivo para cucurbitáceas y otras hortalizas con acción contra Cyperus spp. (Webster,
2002).

Tabla 2. Herbicidas selectivos para el control de malezas en los cultivos de hortalizas

Notas: 1) Momento del tratamiento: PP= presiembra; PPI= presiembra


incorporada; Pre= preemergencia; Post=postemergencia. 2) Malezas controladas:
GD= control satisfactorio de gramíneas anuales y dicotiledóneas en condiciones
normales. Gd= principalmente control de gramíneas. Dg= principalmente control
de dicotiledóneas. D= sólo control de dicotiledóneas. G= sólo control de
gramíneas. 3) Generalmente se refiere a cultivos trasplantados. Coles
(Brassica spp.) significa: brócoli, repollitos de Bruselas, repollo, coliflor, berza,
nabo y rábano; la selectividad puede variar. DS= siembra directa
Algunas veces puede ser usada la combinación de dos herbicidas con un diferente
espectro de control de malezas. Es posible mezclar dos herbicidas diferentes (p. ej.,
isoxaben + trifluralin, DCPA + propachlor, bensulide + naptalam) para obtener una mayor
eficacia, pero en todos los casos es necesario hacer ensayos previos. Algunos herbicidas
pueden ser probados contra la maleza parásita Cuscuta spp., tales como DCPA,
pendimethalin, pronamide e imazethapyr (García-Torres, 1993).

Para el control selectivo de malezas gramíneas en los cultivos de hortalizas se recomienda


el uso de algunos herbicidas foliares tales como cicloxidim (contra anuales: 0,1-0,25 kg
ia/ha; perennes: 0,3-0,4); cletodym (0,1-0,2), fluazifop-butyl (anuales: 0,15-0,25;
perennes: 0,5+0,25); haloxyfop-methil (0,05-0,2); propaquizafop (0,1-0,2); quizalofop
(anuales: 0,05-0,125; perennes: 0,1-0,2). Se debe tener presente que una sola aplicación
no es suficiente contras las malezas perennes. Su actividad foliar es fortalecida agregando
un surfactante no iónico o coadyuvante (Kempen, 1989; William et al., 2000; De Liñán,
2002).

El uso de cualquier herbicida en los cultivos de hortalizas requiere pruebas previas para
verificar su efectividad en las condiciones locales y su selectividad para los cultivares
disponibles de cada especie.

Efecto de los residuos en el suelo

Algunos herbicidas tienen una gran persistencia y pueden afectar los cultivos siguientes
incluídos en la rotación. Para evitar esto se recomienda el uso del arado de rejas o dos
pasadas cruzadas de cultivador después de la cosecha a fin de mezclar la capa de suelo
tratada con aquellas no tratadas y disipar los residuos de herbicidas. Las etiquetas que
lucen los productos deben siempre ser consultadas, especialmente respecto a los cultivos
sensibles a sembrar después del uso de los herbicidas.

En los climas cálidos y húmedos los residuos de herbicidas por lo general se disipan
rápidamente, pero es necesario tomar ciertas precauciones. Algunos ejemplos de las
recomendaciones indicadas en las etiquetas de los productos son:

Napropamide: después de un período de dos meses y siguiendo a la labranza es posible


sembrar, guisantes y judías verdes, habas, cereales, forrajeras, remolacha azucarera y lino.

Metribuzin: después de un período de tres meses y siguiendo a la labranza es posible


sembrar varios cultivos excepto cucurbitáceas, crucíferas, lechuga, fresas, girasol,
guisantes, remolacha de mesa y tabaco.

Trifluralin: después de la labranza es posible sembrar guisantes, frijol lima, haba, col,
lentejas, alcachofas, papa, cebada, girasol, alfalfa, tréboles y zanahoria. Espinaca,
remolacha de mesa, avena, maíz y sorgo no deberían ser sembradas antes de un período
de 12 meses.
Prácticas correctas en el uso de herbicidas

Un resumen del decálogo de las prácticas correctas en el uso de herbicidas para la


producción extensiva de hortalizas incluye (Zaragoza, 2001):

 Inspeccionar periódicamente los campos para evaluar la importancia de las


malezas; identificar correctamente las principales malezas.
 Deben ser especialmente tenidos en consideración las malezas y su estado de
desarrollo.
 Seleccionar cuidadosamente el producto y su dosis, considerando los dos puntos
anteriores.
 Leer cuidadosamente la etiqueta del producto y seguir sus recomendaciones.
 Evitar las condiciones adversas en el momento de la aplicación: viento,
temperatura y lluvia; no demorar el tratamiento.
 La calidad de la aspersión se obtiene por medio del cálculo correcto de la dosis -
la superficie a tratar debe ser correctamente medida- y del funcionamiento
correcto del equipo de aspersión que debe ser calibrado y en buen estado,
especialmente los picos pulverizadores y el manómetro.
 Aplicar en banda o en manchas para ahorrar herbicida y reducir los residuos.
 Seguir las normas ambientales: evitar derramar líquidos y la deriva del viento,
respetar los setos, las corrientes de agua y las áreas sensibles. Enjuagar tres veces
todas las latas y envases y no reusarlos.
 Evitar la propagación de especies resistentes; el mismo herbicida o herbicidas con
el mismo modo de acción no deben ser usados en forma reiterada.
 Es esencial integrar el control químico de las malezas con labranzas oportunas
superficiales; tomar medidas preventivas, especialmente la identificación
temprana de las malezas.

Estrategia de manejo integrado de malezas para algunos cultivos de hortalizas

Algunas áreas agrícolas avanzadas han desarrollado sistemas de manejo integrado de


malezas. Algunas estrategias generales se resumen a continuación (William et al., 2000).

Judías y guisantes verdes: las legumbres cosechadas deben estar libres de bayas
de Solanum, yemas de cardo, tallos de Amaranthus o silicuas de crucíferas. Las
rotaciones de cultivos, la siembra en líneas cercanas, el control temprano de las malezas
y las prácticas culturales (excepto en los suelos rocosos o con terrones) se combinan con
herbicidas para minimizar la competencia de las malezas y la contaminación del producto.
Un único tratamiento de postemergencia puede suprimir la competencia de las malezas o
la contaminación potencial de los guisantes cosechados.

Zanahoria y apio: las zanahorias suprimen las malezas cuando se combinan la distancia
entre surcos, la densidad de población, los métodos culturales y la aplicación de un
herbicida. Los métodos culturales también previenen la quemadura por el sol o que la
parte superior de las raíces tome color verde, por ejemplo cubriéndolas con tierra.

Remolachas de mesa: una combinación del control de malezas temprano, surcos a poca
distancia, población densa y métodos culturales suprimen la emergencia de malezas a
mitad o fines de la estación y después que el dosel foliar del cultivo se desarrolla.
Crucíferas y coles: la supresión de las malezas en los cultivos de crucíferas comienza con
la rotación de los cultivos que requieren diferentes prácticas de control de malezas e
interrumpen el ciclo de las malezas. La distancia entre surcos y la densidad de plantas son
variables para alcanzar un tamaño adecuado de la cabeza según la preferencia del mercado
y suprimir las malezas. El control temprano de las malezas incluye la aplicación de
herbicida y/o tareas culturales.

Cucurbitáceas: el manejo de las malezas en los cultivos de cucurbitáceas requiere la


planificación e integración de varias prácticas. Las rotaciones de cultivos y el control
presiembra de las malezas susceptibles es absolutamente necesario. Muchos horticultores
preparan falsas camas de semillas seguidas por trabajos culturales, excepto en temporadas
excesivamente húmedas. La distancia entre surcos que favorezca el desarrollo del dosel
foliar y los métodos de cultivo pueden ser suplementados con la aplicación de herbicidas
dentro del surco. A menudo se siembran rompevientos de centeno entre los surcos y se
incorporan al suelo en el último trabajo cultural.

Cultivos de hoja (lechuga, escarola, espinaca): la siembra directa de la lechuga requiere


un par de trabajos culturales y el raleo o limpieza de malezas en forma manual, mientras
que las lechugas trasplantadas se cosechan a los 45 días después de uno o dos trabajos
culturales con menos trabajo de remoción manual de las malezas.

Ajo y cebolla: el ajo requiere un casi perfecto control de malezas dado que emerge
lentamente y madura en un período de 10-11 meses y nunca forma un dosel foliar debido
a la disposición vertical de las hojas cortas. Los horticultores, por lo tanto, a menudo
controlan todas las malezas inmediatamente antes de la emergencia del cultivo; aplican
al suelo un herbicida para el control de las malezas invernales y se agregan tratamientos
adicionales durante la primavera dependiendo de la invasión de malezas específicas. En
el caso de la cebolla, las malezas son manejadas con herbicidas selectivos combinados
con trabajos culturales frecuentes. Los cultivos invernales de cobertura fortalecen tanto
el manejo del suelo como de las malezas.

Tomate y pimiento: las malezas pueden ser manejadas por medio de una labranza
preparatoria y un herbicida presiembra en los cultivos trasplantados. La cobertura con
plástico negro puede ayudar a reducir la necesidad del control químico. La labranza
entresurcos o la aplicación de herbicidas postemergencia pueden controlar las malezas en
una etapa posterior. En los cultivos de siembra directa son necesarios tratamientos
químicos más intensos. El manejo de Solanum nigrum -una de las peores malezas en el
caso del tomate- se deberían recordar los siguientes puntos:

 controlar químicamente los cultivos previos en los casos en que esto sea más
simple (remolachas, zanahorias, apio, espinaca);
 esta maleza es más importante en los tomates trasplantados que en los de siembra
directa;
 es recomendable la preparación de falsas camas de semilla;
 aplicación de herbicidas (pendimethalin, oxifluorfen) al suelo en el momento de
la siembra, integrados con carpidas entre los surcos y/o por tratamientos a bajas
dosis divididas de metribuzin + rimsulfuron contra S. nigrum en sus primeras
etapas (hasta dos hojas) (Tei et al., 1999).
BIBLIOGRAFÍA

Arsenovic, M. y Kunkel, D.L. 2001. The IR-4 Project. A US National Agricultural


Program for Pest Management Solutions, EWRS Working Group, Meeting on Weed
Management Systems in Vegetables, Zaragoza, España. p. 1. (también disponible
en http://aesop.rutgers.edu/ir4).

Campiglia, E., Temperini, O., Mancinelli, R., Saccardo, F., Stoffella, P., Cantliffe,
D. y Damato, G. 2000. Effects of soil solarization on the weed control of vegetable crops
and on cauliflower and fennel production in the open air. 8th Int. Symp. on Timing of
Field Production in Vegetable Crops. Bari, Italia. Acta Horticulturae, n° 533: 249-255.

De Liñán, C. 2002. Vademecum de Productos Fitosanitarios y Nutricionales. 18ª Ed.


Agrotécnicas S.L. Madrid. pp. 196-275.

Eurostat. 2001. Agricultural Statistics. Quarterly Bulletin n° 4. European Commission.


Theme 5. Agriculture and Fisheries, 25.

Forcella, F. 2000. Rotary hoeing substitutes for two-thirds rate of soil-applied


herbicide. Weed Tech. 14: 298-303.

García-Torres, L. 1993. Biología y Control de Especies Parásitas. ed. Agrícola


Española S.A. Madrid. pp. 94.

Kempen, H.M. 1989. Weed management in vegetable crops. Growers Weed


Management Guide. Thomson Publication. Fresno, CA, Estados Unidos de América, pp.
82-158.

Laber H., Stutzel, H., Haas, H.U. y Hurle, K. 2000. Side effects of mechanical weed
control in vegetable production. Proc. 20th German Conference on Weed Biology and
Control. Stuttgart-Hohenheim, Alemania. 17: 653-660.

Labrada, R. 1996. Manejo de malezas en hortalizas. En Labrada, R., Caseley, J.C.,


Parker, C. Manejo de malezas para países en desarrollo. Estudio FAO Producción y
Protección Vegetal 120. FAO, Roma. pp. 298-308.

Medina, A. 1995. Estudio de la flora arvense y su competencia en los cultivos de


transplante y siembra directa de pimiento (Capsicum annuum L.), pp. 209.Escuela T.S.
de Ingeniería Agraria. Univ. de Lérida, España. (Tesis Ph.D.)

Monserrat, A. 2001. Conclusiones de las experiencias sobre solarización/biofumigación


en el control de hierbas. XX Reunión del Grupo de Trabajo de Malas Hierbas y
Herbicidas. Consejería de Agricultura. Junta de Andalucía. Scio. de Sanidad Vegetal.
Jerez, España. pp. 117-120.

Nogueroles-Andreu, C. y Zaragoza, C. 1999. Buenas prácticas para el control de malas


hierbas en agricultura ecológica. En: Fernández-Quintanilla, C., Garrido, M., Zaragoza,
C. eds., Control Integrado de las Malas Hierbas. Phytoma-España. C. S. Jacinto, 1.
Valencia, España. pp. 185-206.
Tei, F., Baumann, D.T., Dobrzanski, A., Giovinazzo, R., Kleifeld, Y., Roche, F.,
Rzozi, S.B., Sanseovic, T. y Zaragoza, C. 1999. Weeds and Weed Management in
Tomato. A review. 11thEuropean Weed Research Society Symposium, Basel, Suiza. 132
pp.

Tei, F., Baumann, D.T., Bleeker, P., Dobrzanski, A., Economou, G., Fogelberg, F.,
Froud-Williams, R., Hoek, H., Melander, B., Rocha, F., Ruuttunen, P., Rzozi, S.B.,
Sanseovic T., Simonzic, A., Torma, M., Uygur, F., Van der Weide, R., Verschwele,
A., Villeneuve F. y Zaragoza, C. 2002. Weeds and Weed Managements in Carrots. A
review. 12th European Weed Research Symposium, Wageningen, Países Bajos (en
prensa).

Webster, T. M. 2002. Nutsedge (Cyperus spp.) Management in Cucurbits. (disponible


en http://www.epa.gov/ozone/mbr/almet00/64webster).

William, R.D., Ball, D., Miller, T.L., Parker, R., Yenish, J.P., Miller, T.W.,
Morishita, D.W. y Hutchinson, P. 2000. Weed management in vegetable crops. Pacific
Northwest Weed Control Handbook. Extension Services of Oregon St. Univ.,
Washington State Univ. And Univ. of Idaho. Estados Unidos de América. pp. 244-274.
(También disponible en http://weeds.ippc.orst.edu/pnw/weeds).

Zaragoza, C., Branthome, X., Portugal, J.M., Pardo, A., Suso, M., Rodríguez, A.,
Monserrat A., Tiebas, A., Fernández, S. y Gutiérrez, M. 1994. Itineraires techniques
compares pour le controle des mauvaises herbes chez la tomate en differentes
regions europeennes. 5th EWRS Mediterranean Symposium. Perugia, Italia. pp. 179-186.

Zaragoza, C. 2001. Uso de herbicidas en cultivos hortícolas. En: Uso de Herbicidas en


la Agricultura del Siglo XXI, editado por De Prado, R. & Jarrín, J., Cap.15. Servicio de
Publicaciones. Universidad de Córdoba, España. Pp.169-182.

Você também pode gostar