Este documento analiza la obra del escritor estadounidense Raymond Carver y su estilo literario en el cuento corto. Discute cómo Carver logra capturar la "velocidad y reiteración de los golpes" en sus cuentos cortos de manera que generan un "vértigo". También examina cómo Carver empuja los límites de la literatura moderna a través de su uso del lenguaje coloquial y acciones pausadas en sus cuentos. Finalmente, analiza el cuento favorito de Carver "Gazebo" y cómo su final depende completamente
Descrição original:
Reflexiones en torno a dos cuentos de Raymond Carver
Este documento analiza la obra del escritor estadounidense Raymond Carver y su estilo literario en el cuento corto. Discute cómo Carver logra capturar la "velocidad y reiteración de los golpes" en sus cuentos cortos de manera que generan un "vértigo". También examina cómo Carver empuja los límites de la literatura moderna a través de su uso del lenguaje coloquial y acciones pausadas en sus cuentos. Finalmente, analiza el cuento favorito de Carver "Gazebo" y cómo su final depende completamente
Este documento analiza la obra del escritor estadounidense Raymond Carver y su estilo literario en el cuento corto. Discute cómo Carver logra capturar la "velocidad y reiteración de los golpes" en sus cuentos cortos de manera que generan un "vértigo". También examina cómo Carver empuja los límites de la literatura moderna a través de su uso del lenguaje coloquial y acciones pausadas en sus cuentos. Finalmente, analiza el cuento favorito de Carver "Gazebo" y cómo su final depende completamente
-Reflexión de Cortázar: La novela gana por puntos, el cuento por
K.O. La reflexión que hace Cortázar me indica que en realidad la narrativa guarda relación con el tiempo. Hay que pensar los siguiente: En esencia no se trata tanto del golpe dado. Sino más bien con la velocidad y reiteración de los golpes, el vértigo que pudiera generar un relato. El cuento gana por K.O. porque su desenlace tiene algo de sorpresivo, intempestivo como de interrupción. A su vez, el cuento carga con todo su peso. A diferencia de una novela, un cuento necesita articular todos sus elementos para poder dar cuenta correctamente de sí mismo en el desenlace. La novela va clausurando por capítulos o fragmentos sus acciones. Todas las acciones de un cuento están necesariamente concatenadas y si bien, pudiera un fragmento no hacer sentido en su unicidad; cuando deviene en el cuerpo del cuento es capaz de encerrarse sobre sí mismo. Hay una suerte de manifiesto en la forma de la escritura de Carver. Porque hay que recordar que cuando Baudelaire, quien es quien define la “modernidad” una de sus características es precisamente la premura, la prisa con que la modernidad está- siendo. Carver, sin embargo caracteriza todos sus cuentos por una secuencia pausada. Es capaz de poder sacar del vertigo moderno una situación en la que se plantea un universo en micro y dar cuenta de un tiempo otro que se desarrolla con-en las acciones. -Lo anterior empuja obviamente a la estructura del cuento de Carver. Los cuentos de Carver, son pequeñas construcciones en demasía complejas para poder ser desmembradas sin alterarlas. Carver empuja a un lugar más lejos la literatura desde su heredad moderna. Claro, el romanticismo, el sueño de Coolridge, de Woodwroth, era poder escribir en el lenguaje del hombre de a pie, el lenguaje que está vivo. Carver, empuja ese paradigma hasta sus últimas consecuencias. ¿Por qué decir sus últimas consecuencias? Porque el sentido de las acciones que están siendo relatadas se juegan se anudan precisamente con el lenguaje. Les pongo un ejemplo: Mi cuento favorito de Carver, es de "What we talk about when we talk about love”, es el que se llama “Gazebo”. “I move over to the window and look out from behind the curtain. Someone say something below and rattles the door to the office. I stay there. I pray for a sign from Holly. I pray for Holly to show me. I hear a car start. Then another. They turn on their lights against the building and, one after the other, they pull away and go into the traffic. “Duane”, Holly goes In this too, she was right,” (146) Este es el final del cuento. ¿Qué pasó? En otro punto del cuento, Carver sembró una pista para el lector. Señalando la procedencia social de sus personajes, además de el posible lugar donde vivirían. Ello decanta en pensar que el inglés que están hablando los personajes no es precisamente un inglés culto, de protestante, antes bien es un ingles de red-neck o white-trash, en suma un inglés mal hablado. Entonces, cuando ella pronuncia “Duane”, lo más probable es que se pudiera oír como “Do it”, hazlo. Es un texto que se lanza y se lee desde el cuerpo. El sentido aparece solo con el sonido. Pero a su vez, demuestra la tesis señalada anteriormente. Es decir, este pequeño gesto puede demostrar fehacientemente aquello de lo calculado y pensado que es cada cuento. Porque claro, esto en su concepción estaba pensado, atado al lenguaje en ningún momento fue pensado de otra manera. E insisto pone en juego la lectura con el cuerpo. Se despega completamente de una lectura que incluye solo a la capacidad de abstracción del sujeto. Está pensado en un espacio donde el lenguaje es operativo y se relaciona con los sujetos. A la caída del macro relato, característica que entre otras tantas, enarbola sobre su unicidad la posmodernidad, se pierde ese lector ideal. En ese sentido, la lectura se democratiza. Es decir, a la experiencia estética que propone Carver podemos acceder yo, que estoy haciendo esta lectura psicópata y un lector que lo hace sin menos escrupulosidad y background. Los dos la disfrutaremos. Sobre What we talk about when we talk about love. Sobre lo anterior, es decir esa crítica social aunada a ciertos aspectos de la misma el autor abre el texto What we talk about when we talk about love, precisándola, cito: “My friend Mel McGinnis was talking. Mel McGinnis is a cardiologist, and sometimes that gives him the right.” (170) En principio en este gesto, afirmación, enunciación, habría que ver, al menos desde mi punto de vista, dos cosas: -La primera: En el “metro cuadrado” que es un cuento, Carver puede expoliarse y hacer convivir voces diferentes. Dar cuenta de una polifonía. Nick, el personaje que está dando cuenta de la conversación, de lo sucedido en esa instancia, marca completamente distancia de la posición que adopta Mel, desliza una crítica. -La segunda cosa: es precisamente ese deslizar de una crítica. Claro, cuando Nick menciona que Mel está hablando lo hace a partir de entender que la sociedad le brinda ese espacio porque es precisamente un profesional médico y con el prestigio que eso le brinda, le brinda también una voz. El texto, no el cuento, What we talk about when we talk about love, es en esencia una serie de variaciones concretas sobre el mismo tema: El amor. Pero no el amor como una categoría mística; sino precisamente cómo este está materializado en distintos tipos de relaciones. En el cuento homónimo, se explicita esto, a través de una pregunta de Mel: “What do any of us really know about love?” (176) Ahí mismo está la concantenación del sin- sentido: partir una conversación, una reflexión desde la pregunta. Alguien me preguntaba sobre Kierkegaard hace unos días; es esto mismo. Kierkegaard no es filósofo porque el filósofo no puede conocer el final o la respuesta desde el principio y anunciarla. Mencionaba el Profesor González que los escritores de la posmodernidad están profundamente influido por la variación absurdista de Camus. Lo interesante es que Carver, abraza el absurdismo, pero aún así no deja de preguntarse. “De acuerdo, partimos del absurdo y vamos camino al abismo, pero hay una serie de experiencias que bien vale la pena reflexionar” Aquí es donde, nuevamente, Carver da cuenta de su posmodernidad. Hace la pregunta, pero no muestra la más mínima intención de responderla. Entonces, ¿ante qué estamos?. El lenguaje es nuevamente la clave. El cuento estructura una conversación entre un grupo de amigos, Terri, Mel, Nick y Laura. No sabemos más que Mel es un médico, como dirá Nick, un matasanos. Hay una serie de pistas desperdigadas que nos dan a entender que proceden antes bien, de una clase media. Esta instancia, como decía permite ver cómo se despeja el “discurso universitario”, como diría Lacan de los sujetos que intervienen en la conversación. Ello clausura la gran reflexión metafísica de la que de un modo u otro dan cuenta los personajes de la gran literatura moderna. Piensen en las reflexiones que hacían el Rastignac de Balzac o el Raskolnikov de Dostoievsky. Cuando se están preguntando por el amor, no lo hacen como el filósofo; lo hacen como personas de a pie. Es por eso que para dar cuenta de lo que entienden por amor, apelan antes bien a la ejemplificación, a la ejecución de lo que consideran un espacio antes bien más “real”. Tener en cuenta que la ironía es el registro por excelencia de la modernidad, pero también la ironía es la forma retórica que sigue siendo preferida en la posmodernidad, el profesor González mencionaba la parodia que realiza Austen, en cierto momento, Carver tiene la sutiliza de deslizar una ironía similar. Fíjense en lo siguiente: “Vassals”, Terri said./ “What?” Mel said./ “Vassals,” Terri said. “They were called vassals, not vessels.” (181). Nuevamente, aquí se puede ver la importancia de la sonoridad del lenguaje hablado, el espacio otorgado por Carver al lenguaje plenamente enunciado, porque además ese error, que pareciera antes bien un error, de la pronunciación esconde una ironía ahí donde “Vessels” podría ser traducido como vasija, como contenedor, recipiente, apelando a esa figura dentro del cristianismo donde Dios o Jesús juegan a ser el alfarero que le dan forma y contenido a la vasija, al hombre. Pero a su vez conjuga la doblemente a desentenderse de esa lógica y parodiarla con la frase a renglón seguido: “what the fuck’s the difference? you Knew what I meant anyway. All right,” (181) es decir, entre esta idea de Vasija (Vessel), conformada y llenada por un Dios, una figura religiosa y ser un vasallo (Vassal), sujeto a otra persona no varía mucho. La oposición a idealizar el amor, o entender las distintas formas se da a través del relato de Terri y su relación con Ed. Es bastante interesante que se haya extremado el relato, recuerden cómo comienza su narración de ser arrastrada por el piso por Ed, y que le insistía que la amaba. Errand. Otra característica interesante de la posmodernidad es lo que conceptualmente podía denominarse a falta de instancia mejor, como la autonomía de la obra. Es decir cómo la obra de arte da cuenta de sí misma, de sus operaciones y artificios. Una meta- literatura, una meta-reflexión. Creo que el cuento Errand es precisamente eso. Les leo un fragmento: “Llegó el doctor Schwörer, pronunció un comentario afectuoso y abrazó a Antón Pávlovich, que se incorporó con insólita seguridad, se sentó y dijo con voz fuerte y clara: “Ich sterbe” (“Me muero”, en alemán). El médico lo calmó, cogió una jeringuilla, le puso una inyección de alcanfor y ordenó que le dieran champán. Antón Pávlovich tomó la copa llena, miró a su alrededor, me dirigió una sonrisa y dijo: “Hacía tiempo que no bebía champán”. Apuró la copa hasta el fondo y se volvió hacia la izquierda; apenas tuve tiempo de acercarme, de inclinarme sobre el lecho y de llamarle: ya no respiraba, se había quedado dormido como un niño… Cuando Antón Pávlovich dejó de existir, una polilla gris, de dimensiones enormes, entró por la ventana y, con un ruido desagradable, empezó a chocar contra las paredes, el techo y la lámpara, como en una agonía de muerte.” Olga Knipper (Cartas, 1902-1904) La muerte de Anton Chejov es el suceso literario más grande de la historia de la literatura. De eso no hay duda. Uno de los grandes dramaturgos se despide con una copa de Champagne, entendiendo que está muriendo, Me muero, señalan que dice. Es interesante porque en realidad no existe una versión exacta de cómo murió Chejov, lo que tenemos de ese momento es el fragmento que escribió Olga Knipper. Siempre nos repiten que la referencialidad es más que la ficción. Ficcionando la muerte de Chejov, pareciera que Knipper quería convertirse en literata. Hay algunas referencias que se manejan de este hecho. Pero, para ser sinceros, ha perturbado a escritores y literatos alrededor del mundo. Uno de los que intenta dar cuenta del mismo hecho, y tal vez una de las mejores logradas, es la que realiza Carver. Tengo que decir que no tengo la más absoluta idea en qué criterios se basó el editor de Anagrama para nombrar este cuento como “Tres rosas amarillas”, es cierto, existe la escena con las tres rosas amarillas; pero en el mismo texto aparece también la comparación entre el gesto de sostener una vasija llena de flores y el recado - mensaje - encargo (Errand). Pero aún así la figura principal es textual en ese punto cuando Knipper le pide al joven que le haga un encargo. Entonces no sé porqué se decidió por ese título. En fin, ese no es el punto. Hay que ver la manera en que se desenvuelve Carver en este punto, nuevamente, el texto se caracteriza por un trabajo con el tiempo. Pero además, trabaja una serie de referencias literarias y reformula la realidad, para signarla. Es decir, las referencias que recoge efectivamente existen: por ejemplo cuando Hace escribir a Tolstoi ”I am glad I love… Chekhov” (514) realmente eso escribió Tolstoi en su diario. Ahora bien, no lo hizo después de visitar en su lecho de muerte a Chejov, lo escribo cuando Maximo Gorky y Chejov lo visitaron en unas vacaciones. Insisto en la figura del entramado complejo y la sutileza de Carver al tener este dote de torcer la verdad, no mentir para desarrollar y mostrar un punto, apropiarse de una referencialidad; su Chejov no dice Ich Sterbe, su Chejov nos señala “It’s been so long since I’ve had Champagne” (520). El manejo que no quiebra lo plausible. La calma escritural. Mencionaba la metaliteratura implícita con la posmodernidad. Creo que este es uno de los cuentos más meta literarios y autoreferentes que recuerde: comparación entre estilos, de Chejov Lo que me impresionó desde el principio fue la simplicidad de su escritura, el cuidado exacto de los detalles, el fabuloso interés por la cotidianidad de la gente -exactamente, de la gente modesta, pobre, gris, misteriosa (sin misterio apreciable), aduladora, envidiosa, que nace, vive y muere. haya precedentes: el alcoholismo, la superstición, el convencionalismo, la ignorancia, la sensualidad, el aburrimiento, el tedio, la manía de hablar, de filosofar, la pasión de la labia inseparablemente unida a la incapacidad para la acción, a la gandulería, a la inutilidad de la cultura, al patrimonio ficticio, a la ineluctabilidad del clima, al criticismo ciudadano, a la sucesión de los éxitos y los fracasos. A la nada absoluta y total. Chéjov es el notario vastísimo de la Rusia de su tiempo. Fabuloso escritor, de un gusto exquisito, de una expresividad eficaz, cultísimo, sencillo, simple, real, que es lo más difícil.