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Luis Guillermo Pérez Pérez, Ciencia Política, Universidad El Bosque

¿POR QUÉ COLOMBIA RECONOCIÓ A PALESTINA COMO UN ESTADO?:


EXPLICACIÓN A TRAVÉS DEL ANÁLISIS CONJUNTO DE LA HISTORIA DE LA
POLÍTICA EXTERIOR COLOMBIANA

En este ensayo me permito establecer un punto de descripción histórica que entrelaza el


desarrollo de Colombia como una nación resultante de una nueva política exterior
latinoamericana, buscando una respuesta al ¿Por qué Colombia reconoció a Palestina como
un Estado?, a través de interrogantes pertinentes al desarrollo de la política exterior, la cual
en su mayoría no expreso muchos cambios significativos a lo largo de la historia, pero que
moderaría una guía diplomática en la resolución de conflicto, vista desde determinantes
estratégicas. Por tal razón, en este ensayo me permito abordar el recorrido de la historia de la
política exterior Colombiana brindada por el libro “Relaciones internacionales y política
exterior de Colombia” siendo un compilado de profesores del Departamento de Ciencia
Política de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes, permitiendo
buscar una respuesta conforme a la estructura, forma, disposición resolutiva, legal,
económica, y diplomática de solucionar los conflictos de intereses de la nación Colombiana, y
su relación con el reconocimiento de Palestina como Estado.

Comenzando en los años setenta se consideraba a la nación colombiana como el Tíbet de


Suramérica, al mismo tiempo siendo relacionada con Estados Unidos en disposiciones
estratégicas y de poderío potencial, pero que se trataba de un “enanismo autoimpuesto”
(Bagley ,1982). Cabe resaltar que Colombia ha destacado en sus capacidades de negociación,
las cuales suscitan la integración de los convenios, sobre el espíritu ofensivo en sus tratados y
la adecuada preparación de sus recursos humanos (Mercado Jarrin, 1978:15). Al mismo
tiempo, Colombia, a través del ministerio de relaciones exteriores de Bogotá, le correspondió
particularmente el problema del territorio nacional, con las delimitaciones de fronteras con
los vecinos (Cavelier 1959 y Caicedo Castilla 1965), conjuntamente, a partir de los 70
desemboco una política exterior en posición de Laissez-faire, en una tradición fragmentada en
materia de política exterior (Vázquez Carrizosa 1972), con juridicidad estructural, desarrollo y
perfeccionamiento del derecho internacional, del derecho de asilo, del derecho del mar,
acentuación de la actuación colectiva en las organizaciones regionales y globales, defensa del
principio de la no intervención, de la solución pacifica de litigios internacionales y, de la
cooperación internacional, expresando un sistema en el cual el statu quo esté equilibrado. Un
ejemplo de ello es la experiencia de un arreglo fronterizo intrazonal en Leticia (1932-1933),
con Perú, resuelto a través de la liga de las naciones. (Báez, 1979). Por lo tanto, Colombia
expresó durante muchos años una posición neutra, pero, que dependía de Washington. Esta
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posición se desarrollaría consecuentemente, libre de tensiones y en términos amistosos.


(Parks 1935). Cabe resaltar el asunto con Panamá, el cual tendría un reflejo de indignación en
todos los colombianos, y, que suscitaría una noción de cambio pertinente al desarrollo de la
nación en algunos periodos, los cuales describiré mas adelante. (Rippy 1981).

Por la secuencia de desarrollo que se estableció en Colombia, Don Marco Fidel Suárez,
resaltaría el término Respice Polum, para orientar a Colombia por la “Estrella del Norte”, con
una lealtad incondicional frente a Washington, la cual surgió en los años veinte con base en el
Tratado Urrutia-Thompson y, por actos reparadores que sucedieron por parte de Estados
Unidos. Esta tradición ha mantenido sus elementos constitutivos hasta 1982, pero que, en
consecuencia, haría que Colombia renunciara a una política exterior propia y autónoma.
(Sandra B, A. B. Tickner. 2011:57).

Cabe resaltar el papel fundamental que cumplió la Universidad de Princeton en 1923,


estableciendo una cooperación técnica y política en cuanto al desarrollo, permitiendo
reorganizar el sistema bancario y financiero. (Drake 1980). En estos términos las inversiones
desde 1913-1929, representaron un acérrimo incremento por parte de los Estadounidense, los
cuales poseían un 12,927%, por encima del 10% de los británicos, y con un incremento del
520% en comercio Estadounidense, en comparación del 269% de los británicos. (Drake
1980:8). En consecuencia de la segunda guerra mundial, Estados unidos represento una
relación de partenaire, en la cual se dio una institucionalización de ámbito regional, la cual
seria solidificada en la Organización de los Estados Americanos (OEA), y que trataría una
dependencia consentida de acuerdo a la afinidad con la posición de Estados Unidos, por
parte del presidente Alberto Lleras Camargo, que muchos años representaría la salida
ecuánime en materia de política exterior, como lo afirma el autor Gerhard Drekonja:

“La máxima del respice polum le dio así a Colombia una consistencia extraordinaria en materia
de política exterior y le ahorró al país riesgos y gastos, pero de ahí se derivó el curioso perfil bajo
que ha bloqueado la maximización de los intereses nacionales en el ámbito internacional”.
(Sandra B, A. B. Tickner. 2011:61).

Cabe resaltar que Colombia disponía de una exitosa política de comercio exterior que se
ejecutaba y cumplía a través de nuevos organismos estatales autónomos, los cuales no tenían
nada que ver con el ministerio de relaciones exteriores, permitiendo ejecutar características y
capacidades propias de una tecnocracia modernizada, encargada del aperturismo que
modificaría por completo el paradigma económico de la nación. En (1968-1970), Alfonso
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López Michelsen promovería el lema de réspice similia: mira a tus semejantes (MRE 1970:31).
La cual promovería la inducción de la libertad de actuación sobre la autonomía periférica,
esto en consecuencia de la promoción de una praxis de la política exterior, la cual contemplo
los siguientes elementos expresados y aplicados por López Michelsen:

“1. Universalizar las relaciones diplomáticas, 2. Desempeñar un papel dentro del grupo de
países que en 1974-1975 rompieron el bloqueo frente a Cuba, 3. Reforzar el desempeño de
Colombia en los No Alienados, 4. Delimitar las áreas marinas y submarinas con los vecinos;
Panamá, Costa Rica, Haití, Republica Dominicana y Ecuador, 5. Participar en la discusión y
construcción del nuevo orden económico internacional, 6. Aprovechar el creciente poder
negociador de América Latina para defender los derechos del canal de Panamá, en asocio con
Venezuela y Costa Rica: En este punto cabe resaltar, la mediación y la forma en que Colombia
resolvió el Conflicto, proporcionando pistas claves en el conflicto Palestino-Israelí, 7.
Incrementar el papel de Colombia en la UNCTAD y en el grupo de los 77, 8. Intensificar el
papel de Colombia en el consejo de las naciones unidas para África Sudoccidental, “Namibia””.
(Naciones Unidas 1980), (López Michelsen 1978, 376). Otro aspecto trascendental de
López Michelsen fue el hecho de que renuncio en 1975 a la ayuda financiera Bilateral
de Estados Unidos.

En continuidad del desarrollo del modelo de política exterior de apertura consolidado por
Michelsen, el siguiente presidente ejerció sus fuerzas en detener la apertura: Julio César
Turbay Ayala (1978-1982). El cual conto con una euforia suscitada por la apertura en materia
de política exterior de 1979, lo cual daría paso al trauma diplomático y geográfico causado
por Nicaragua, que brindaría los pasos necesarios para renunciar a la experiencia política en
el exterior, orientada hacia el cambio en Centroamérica. Al mismo tiempo, contando con
diversas tensiones sociales y la guerrilla del M-19 en el plano nacional, Colombia regreso a su
intuitivo vinculo de lealtad con Estados Unidos, el cual seria expresado en concordancia con
diversas decisiones de plano internacional con tensiones que salpicaban a Colombia, y que
Estados Unidos saldría a su apoyo.

Mas adelante, el gobierno del presidente Belisario Betancur (1982-1986), “recalco la importancia
de que Colombia no quería ser un satélite de Estados Unidos”. (Newsweek, 1982). Iniciando así
mismo la nueva política exterior Colombiana, la cual esta íntimamente relacionada con la
política de la paz y de amnistía en Colombia, evitando de cierta manera la centro
americanización, lo cual pretendía crear un repertorio de decisiones en los planos nacional e
internacional, los cuales se anticiparían en el pre establecimiento de un comportamiento a
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futuro en la política internacional. El réspice similia garantizó que Colombia sea una potencia
moral dispuesta en la practica exterior de la administración Betancur, y que por consiguiente
genero una política internacional progresista. (Tirado Mejía, 1983).

Es notable que, durante los largos años del Frente Nacional los colombianos olvidaron que
existe todavía una diferencia en cuanto a la visión histórica del mundo entre liberales y
conservadores. Brindando una relación dispuesta por el liberalismo Colombiano, con una
estrecha cooperación con Estados Unidos, al mismo tiempo los conservadores mantenían su
preferencia por la “hispanidad” y elementos afines a un campo conjunto en américa latina.

“Siendo característico el polo de autonomía por parte de Belisario Betancur, el cual se desarrollo
a partir de 1982, y el mismo polo de dependencia conformado por Julio César Turbay Ayala
desde 1978 hasta 1982”. (Sandra B, A. B. Tickner. 2011:73).

Continuando con el marco histórico y determinista de la política exterior Colombiana,


aplicada y consolidada en un modelo dependiente con Estados Unidos, cabe resaltar la
política exterior de Colombia durante la década de los ochenta, la cual nos brinda pistas
importantes en la relación y resolución del conflicto Palestino-Israelí, con un hilo conductor a
partir de Turbay, el cual expreso un enfoque de bajo perfil, con una identificación estrecha
con la administración Reagan, por otro lado, Belisario Betancur se distancio del Gobierno de
Ronald Reagan respecto de América Central, permitiendo desarrollar una integración de los
problemas centrales con relación a la región, promoviendo no solo la participación de
Colombia como miembro del Movimiento de Países No Alineados e insto a una
reestructuración del sistema interamericano luego de la crisis de las Malvinas. Y resaltando la
actitud de “desdén” adoptada por Estado Unidos, con Colombia. (Sandra B, A. B. Tickner.
2011:82).

Permitiendo establecer una política exterior de mayor autonomía sin una dependencia directa
de las decisiones que tomaba la nación, por parte de Estados Unidos, estableciendo no solo un
precedente, sino una nueva ruta a lo sucedido. Cabe resaltar la dependencia que tenia
Colombia concierne a Estados Unidos por la exportación de sus productos primarios, los
cuales han sido el motor central de la economía Colombiana durante muchos años,
representando no solo un mercado con fuentes de créditos externos e inversión privada
directa, sino un indudable abastecedor de tecnología industrial y tecnológica, este ultimo
siendo el caso dependiente de Estados Unidos, al mismo tiempo el resurgimiento de los
reclamos nicaragüenses con relación a San Andrés, determinaron un campo cerrado en el
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accionar de la política exterior, que por parte de Estados Unidos, se brindaría un apoyo
incondicional, como también, por parte de la resolución de las denuncias sobre el apoyo
cubano al movimiento guerrillero del M-19, pero que en consecuencia del actuar por parte del
gobierno Reagan, determinaría una intensa cooperación entre los gobiernos, lo que incluiría
un desarrollo de la legitimidad política colombiana, resaltando la orientación ideológica de
Turbay; anticomunista y proestadounidense. Un ejemplo de las acciones de Estados Unidos
con relación a Colombia según el autor:

“El 31 de julio de 1981, el senado de Estados Unidos renuncio finalmente a cualquier reclamo
sobre los cayos de Roncador, Serrana y Quitasueño. Con esta acción, Estados Unidos,
efectivamente, libero el camino para que Colombia afirmara su completa soberanía sobre estas
posesiones”. (Sandra B, A. B. Tickner. 2011:86).

Dicha acción representaría el apoyo incondicional por parte de Estados Unidos para con
Colombia, cabe resaltar que dicha acción no fue gratuita, ya que por parte de Colombia se
suscito el envió de tropas al Sinaí-cerca de 800 soldados-, lo que significaría el cierre por parte
del Senado de Estados Unidos, ratificando el tratado pendiente desde 1972, siendo una
prueba veraz de las intenciones de un quita y afloja por parte de los dos gobiernos, que se
presentaría en su mayoría, con gran conveniencia para los dos Estados. Siendo resaltadas
acciones por parte de Turbay, que en 1979 Uniría a Colombia sobre el hecho de oponerse a la
proposición de Estados Unidos de formar una fuerza de paz de la OEA en Nicaragua, como
también condenar el golpe militar en 1980 que tuvo lugar en Bolivia y que interrumpió el
proceso de democratización en ese país, generando una contraproducencia al modelo
Estadunidense, pero que en consecuencia no dejaría atrás la integración bilateral entre
Estados Unidos y Colombia, en otra ocasión Turbay cerraría filas con el resto de América
Latina durante la crisis de las Malvinas en 1982, ya que se abstuvo de votar en la OEA para la
aplicación del Tratado de Río, en misma medida que Estados Unidos, lo que le valdría el
mote de: “El Caín de las Américas, una expresión que graficaba el creciente aislamiento de Colombia
de la Familia de naciones de América Latina en 1982”. (Sandra B, A. B. Tickner. 2011:95). Ahora
bien, a pesar de tener una clara integración estratégica con Estados Unidos, el gobierno de
Turbay estableció un tratamiento equitativo sobre los intereses económicos colombianos, el
cual no se representaba de forma preferencial en algunos casos. Y, el conflicto armado generó
un arraigo de complementariedad conforme a la seguridad nacional para implementar la
campaña antiguerrillera.
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Por otro lado, Belisario Betancur fue muy critico conforme a las políticas de la administración
Reagan sobre comercio, créditos y narcóticos. Temas álgidos en la agenda internacional del
país, argumentando la negativa estadunidense de aumentar sus contribuciones al Fondo
Monetario Internacional (FMI) y al Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Al mismo
tiempo, las diferencias representadas y recalcadas de la política exterior según el autor:

“Por parte de Turbay con afiliación liberal, el cual era un ferviente anticomunista que
consideraba ventajoso estrechar lazos con Estados Unidos. Mientras que Betancur, a pesar de
pertenecer al partido Conservador, era un político no ortodoxo y un modernizador con
tendencias mas populistas que anticomunistas que su predecesor”. (Sandra B, A. B. Tickner.
2011:109).

Por el lado de Belisario Betancur, se represento la reorientación de la política exterior de la


nación permitiendo otorgarle un énfasis con relación al conflicto de las Malvinas, el
movimiento de No Alienados, los problemas con Cuba y Nicaragua, Contadora y la crisis de
la deuda externa latinoamericana, en contraposición de los intereses propios de reestructurar
la deuda que tenia Colombia, siendo discutida en el consenso de Cartagena, a través de una
conferencia que abogaba una coordinación regional entorno a la cuestión de la deuda y la
solución política que debería establecerse, que en consecuencia le permitió a Betancur
desarrollar un pragmatismo de mayor cooperación y solidaridad con América Latina sobre la
cuestión de la deuda, y en sentido político una coherente y prudente percepción de los
intereses nacionales de Colombia con las aprobaciones del FMI para sus políticas económicas,
las dificultades que suscito la dependencia estructural con Estados Unidos por muchos años
atrás, esto mejoraría sustancialmente la imagen internacional de la nación, generando elogios
importantes en el plano internacional, con una renovada cooperación con América Latina,
contado y el consenso de Cartagena, implicando la funcional racional de la realidad política y
estratégica de incrementar la influencia y autonomía de Colombia en distintas áreas claves a
nivel internacional. En consecuencia del Gobierno de Virgilio Barco Vargas se expresaría un
retroceso del gran avance propuesto por Belisario Betancur, ya que modifico por completo las
relaciones económicas con Estados Unidos, que reforzarían una tendencia política exterior
moderada y menos confrontada de Colombia con Estados Unidos.

En el gobierno de Cesar Gaviria (1990-1994). Se generaría una continuidad en la idea


perceptible en la relación general frente a Estados Unidos, la cual seria un reflejo de la
administración de Virgilio Barco, que establecería un mínimo margen de autonomía en el
manejo del problema del negocios de las drogas, como también de los disensos y consensos
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puntuales, evitando claro esta, roces y fricciones innecesarios con Estados Unidos, al mismo
tiempo, los asuntos económicos externos se ubicaron conforme a una perspectiva mas
estratégica y planificada con relación a la política exterior colombiana, confrontando una
realidad internacional vertiginosamente cambiante, y de lo que se trataba era de buscar una
inserción en los mercados mundiales a la mayor brevedad posible, conforme a la apertura
económica impuesta por el presidente Gaviria, cabe resaltar el comentario dispuesto por el
autor conforme al modelo económico, que resulta importante para entender la política
exterior Colombiana:

“Colombia emergió como país “medio” en los años setenta, se proyecto en los años ochenta y
puede consolidarse como tal en los años noventa, gracias, al menor deterioro relativo de su
economía y a su diversificación productiva y exportadora”. (Sandra B, A. B. Tickner.
2011:157).

Ahora bien, el esfuerzo Colombiano ha estado encaminado a establecer una relación de


intereses con los distintos países, sobre el hecho de evitar conflictos estériles que erosionen el
compromiso de batallar con las drogas y de predisponer el escenario a la cooperación
multinacional, que permite pre establecer un precedente de autonomía de sus intereses
nacionales, con beneficios conjuntos y generando razones practicas de eficacia, simetría y
operatividad. Esto resulto viable a favor de los logros del “Mainstream” continental, con
reformas económicas que propiciaron la estabilización de la economía, el control de la
inflación y los avances en carácter democrático, un ejemplo de ello es la constitución del 91.
(Sandra B, A. B. Tickner. 2011:166).

Sobre el Gobierno de Ernesto Samper (1994-1998). No hay mucho que resaltar, ya que los
aportes del cartel de Cali para la campaña presidencial representaron una desconfianza
suscita por parte del presidente Bill Clinton, generando que se presentara un consenso débil,
sobre el establecimiento de una condición necesaria por parte de Colombia, para normalizar
las relaciones con Estados Unidos, la cual se resumía en “poner la casa en orden” lo cual
suponía la construcción de una nueva sociedad y de replantear la forma de inserción externa
sobre una perspectiva audaz y menos defensiva, estableciendo un compromiso sobre la
superación de los graves problemas estructurales que se presentaban en el país. (Comisión de
análisis y recomendaciones sobre las relaciones entre Colombia y Estados Unidos 1997, 15).

En cuanto al proceso de paz de la administración Pastrana Arango, cabe resaltar la iniciativa


diplomática para la paz, que fue muy bien acogida al principio por parte de Estados Unidos,
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posibilitando el dialogo con la insurgencia de las FARC, propiciando el fomento de vínculos


considerables sobre la administración Clinton, lo que permitiría impulsar una aplicabilidad
del modelo del Plan Marshall Europeo, dispuesto claro esta, para Colombia, esto se traduciría
en el Plan Colombia, el cual presento una estrategia global, tangible y precisa de apoyo al
proceso de paz por parte de Estados Unidos. Cabe resaltar que en la administración Pastrana
se constituyo un hecho frente a la resolución del conflicto Palestino-Israelí el cual nos interesa
establecer en este ensayo, acentuando un precedente en abril de 2001, dado que Colombia
votaría a favor de aprobar la presencia de observadores internacionales en las áreas palestinas
de Gaza y Cisjordania, generando que Estados Unidos acudiera al derecho al veto para frenar
la resolución, siendo tenido en cuenta como un precedente sin igual conforme a medio
oriente, y su contraposición con Estados Unidos. (Sandra B, A. B. Tickner. 2011:211).

Sobre la internacionalización positiva y negativa que estableció la función de las variables que
determinaron la capacidad de negociación del país con relación a sus compromisos
estratégicos e injerencia internacional en la mediación, se determinaría en un liderazgo, con
fortaleza interna y comunicación, que establecerían una agenda de cooperación y
diversificación de la política exterior hasta la actualidad.

Ahora bien, ya que contamos con un contexto histórico plausible en el análisis de la política
exterior Colombia, que en su mayoría se presenta de forma dependiente al modelo de
integración colombo-estadunidense desde el problema de Panamá, generando una
interdependencia integral en la constitución exterior del país, demarcada no solo en un
contexto de funcionalidad económica, dependiente al modelo, sino que enmarco la
disposición internacional conforme a sus intereses, que disponían un buen socio de
integridad, pero el tema contado, es el conflicto Palestino-Israelí, el cual busco por medio del
contexto histórico de integración, una salida a entender porque Colombia tomo la decisión de
reconocer a Palestina como un Estado a nivel internacional, ya que analizándolo de forma
congruente y a favor de la conexidad de los intereses económicos con Estados Unidos, no nos
convenía en lo más mínimo dicha acción, animada por ningún motivo que garantizara el
análisis de costo-Beneficio sobre las alternativas de Palestina, complementaria para con
Colombia.

Debemos, primero que todo, reconocer diversas aristas, que nos estableció el precedente
histórico colombiano, conforme a la política exterior; una de ellas es la fiel lealtad que
Colombia le ha brindado a Estados Unidos conforme a situaciones dispuestas en el ámbito
estratégico, que brinda una disposición de negociación costo-beneficio de las alternativas
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resolutivas; la siguiente se establece sobre la capacidad diplomática de solucionar los


conflictos políticos e internacionales conforme a una apacigüe alternativa de no generar
conflictos irrelevantes, esto en disposición de las diferentes formas en que escalaron los
conflictos históricos internacionales, con resoluciones diplomáticas propias a un buen vecino;
por ultimo, Colombia a pesar de no tener autonomía propia conforme a sus decisiones, que
en su mayoría son dependientes del criterio analítico y racional de Estados Unidos, que en
definitiva es entorno a sus intereses, y no a los de Colombia, a pesar de esto, se permite
engendrar una acciona de ruta exitosa conforme a su economía estable, que no a presentado
muchos contratiempos conforme a otras naciones latinoamericanas, y que no implicaría un
apego total a los veredictos de Estados Unidos, he aquí la decisión de Colombia de reconocer
a Palestina como un Estado.

Ahora bien, ¿De que le sirve a Colombia el reconocimiento de Palestina como Estado?, en
pocas palabras el reconocimiento es un apoyo para la paz en Palestina y también por la
simple necesidad de tener unas fronteras en paz, definidas sobre criterios geográficos ya
conferidos y delimitados, en disposición del fortalecimiento de su estatus en el escenario
internacional, ya que Colombia era el único Estado latinoamericano que faltaba en reconocer
a Palestina, esta decisión no va en contra de Israel como Estado, sino contra la ocupación en
Palestina, generando un apoyo diplomático en consideración de los Palestinos, que tiene
también derecho a un Estado, y que debe garantizarse la solución de las controversias por las
vías de legalidad internacional, lo cual seria prudente en concordancia del nuevo escenario
que vive Colombia, con un pos-conflicto en disposición de un cambio radical, y la salvedad
de la resolución diplomática de los conflictos como la mejor alternativa generada en el país, y
que posiblemente favorecerá a Palestina en un futuro, en consecuencia esta decisión no
afectara, en su mayoría, los intereses económicos de Estados Unidos en Colombia, ya que se
encuentran en mayor arraigo y disposición de inversión, para un presente en ejecución.
Luis Guillermo Pérez Pérez, Ciencia Política, Universidad El Bosque

BIBLIOGRAFÍA

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