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Homilética y Oratoria William Paredes

PROEMIO
La situación que está viviendo la iglesia cristiana es
apremiante. Estamos en las postrimerías del suceso más
trascendente que experimentarán no sólo los que la integran,
sino todo el mundo: El levantamiento del Cuerpo de Cristo. La
novia por ser la que se va, y la gente que forman el concierto
de naciones porque se asombrarán ante el desaparecimiento
masivo de personas de todas las etnias.
Razón suficiente para acelerar la preparación de
predicadores de la Palabra de Dios, a efecto de que, por su
medio, muchas personas conozcan a Cristo, y así, una vez
injertadas en su Cuerpo, participen en ese arrebatamiento
glorioso.
Ese es el propósito de este sencillo volumen, aunque
queremos dejar claro que no pretendemos con este modesto
estudio haber inventado el agua azucarada. Hay suficiente
literatura cristiana y secular que abordan el tema, nosotros
mismos hemos consultado algunas obras en la preparación de
este trabajo. Pero, creemos que no está demás externar
nuestras propias experiencias, queriendo con ello aportar un
granito de arena. Por lo que para dicha tarea hemos
preparado, lo más didácticamente posible, y con las técnicas
básicas, este trabajo de Homilética y Oratoria intitulado
“Abordando el Púlpito”, que esperamos sea útil, tanto para
maestros, como para estudiantes de Escuelas Bíblicas.
Estamos conscientes de que el predicador no nace, se hace,
pero para formarse, se requiere ser visionario y fijarse metas.
Visionario en cuanto a anhelar llevar las buenas nuevas sobre
los montes (Nahum 1.15). Fijarse metas implica, no ser
conformista, sino pagar el precio esforzándose, con el fin de
adquirir la formación necesaria para hacerlo de la mejor

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manera: procurar ser aprobado ante Dios y trazar bien la


Palabra (2 Timoteo 2.15).
En este trabajo, tratamos lo concerniente a las cualidades
que debe tener el predicador para tener éxito en su cometido,
es decir, lo relacionado con su preparación en las seis áreas de
la vida: Espiritual, Familiar, Física, Intelectual, Social y Mental.
Tocamos también lo concerniente al Sermón en cuanto a las
clases más importantes, así como las partes invariables de que
está integrado.
Instruimos básicamente acerca de como debe actuar,
antes, en el desarrollo del sermón, y al bajar del púlpito.
Contamos con que usted, como estudiante aplicado, lea y
ponga en práctica las instrucciones contenidas en este tratado.
Reconocemos, sin embargo, que cualquier libro o manual
por muy excelente que sea, no le dará más que el diez por
ciento de lo requerido para predicar, ya que el noventa por
ciento restantes se lo dará la Unción del Espíritu Santo, la cual
debe buscar en oración, ayuno y meditación.
Esperamos que usted se esfuerce por darle a quienes les
escucharán el cien por ciento.

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INSTRUCCIONES EN CUANTO A COMO IMPARTIR


HOMILÉTICA Y ORATORIA CON EL PRESENTE
VOLUMEN
Se deben asignar tres trimestres de 30 horas cada uno, de la
siguiente manera:
1- En la primera fase (Homilética), el maestro debe de impartir
totalmente el libro al estudiante, dándole las explicaciones
pertinentes en cada lección.
2- Luego, en la segunda fase (Oratoria I), debe de estudiarse de
nuevo a partir de la lección número 8. El maestro irá explicando y
aplicando, detalladamente, cada una de las partes invariables del
mensaje, tales como, introducción, presentación, aplicación, y
conclusión. Para, en seguida, hacer que cada alumno, sin
excepción, vaya abordando el púlpito practicando cada parte, y no
pasar a la siguiente, hasta que se dominen todas las que se están
aplicando. Lo cual ha de llevarse a cabo de acuerdo a los
siguientes pasos:
a) El maestro, por sorteo, le asignará al alumno un pasaje de la
Biblia.
b) El educando debe de elaborar por lo menos quince temas sobre
los versículos asignados y a continuación en el margen izquierdo
le pondrá número en el orden de su preferencia y luego presentará
dicha tarea a su maestro.
Una vez seleccionado el tema preferido, deberá utilizarlo como
parte del sermón que preparará y expondrá cuando llegue a la
tercera etapa.
Cada uno de los estudiantes que integran la clase y después el
maestro hará ver los errores en que haya incurrido el alumno, no
con el fin de zaherirlo, sino con el ánimo de depurar su oratoria.
3- En la tercera etapa (Oratoria II), se enseñará al estudiante como
elaborar un bosquejo, siguiendo los lineamientos del que se

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encuentra en las páginas 49 y 58, y luego continuar con el


siguiente proceso:
Una vez el alumno haya hecho su bosquejo sobre el tema
que eligió, y haya sido aprobado por el maestro, según el inciso de
la fase anterior, expondrá su prédica en un lapso mínimo de 15
minutos y máximo de 20, dependiendo de la cantidad de alumnos,
si son más de 25 se reduciría a 8 y 10 minutos.
El maestro le hará saber cuando llegue al tiempo mínimo y que
sólo cuenta con cinco más para concluir su mensaje.
En seguida el alumno disertante hará tres llamamientos:
 Para aceptar al Señor.
 Para reconciliarse, y
 Para sanidad divina.

Sus compañeros deberán colaborar acudiendo hacia adelante,


uno por cada llamamiento, y el predicador-alumno debe de hacer las
siguientes oraciones:
 Por el que acepta: la oración del penitente. Este la repite.
 Por el que se reconcilia: Hacerle saber que Dios le recibe de
nuevo y en seguida orar por él.
 Por el enfermo: Preguntarle que dolor le aflige y luego orar por
él, poniéndole las manos sobre la cabeza.
Por último, cuando ya se esté en la tercera parte de la materia, el
maestro hablará con pastores amigos para que les den oportunidad a
los alumnos, con el fin de que prediquen en sus iglesias, pidiéndole al
pastor que observe y califique la predicación y luego le reporte su
apreciación. Es aconsejable que por lo menos a una de las iglesias a
las que irá el predicador a servir su sermón, el maestro vaya a oírlo,
como práctica supervisada.

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PREFACIO
Consideramos que la Homilética y la Oratoria están estrechamente
relacionadas. La primera es teórica, porque tiene que ver con la
correcta preparación y presentación del sermón, es decir, que consiste
en el proceso de arreglar un sermón, que comienza con la selección
de una porción de la Biblia, o perícopa, la cual será el área o territorio
bíblico dentro del que se moverá el predicador, y la segunda es
práctica, porque, como parte de la retórica, es el arte de la elocuencia,
y que tiene como fin persuadir o convencer por medio de la Palabra.
Por lo que conceptuamos a estas disciplinas como: "La preparación
y el adiestramiento adecuado del mensajero antes de predicar, y
la manera de exponer los sermones al abordar el púlpito". Por tal
razón en este curso fusionamos ambas artes.
En la Biblia se destacan por la fuerza y penetración de sus
discursos hombres como Aarón, Moisés, Josué y muchos otros,
sobresaliendo como el mejor exponente de este arte en el Antiguo
Testamento el profeta Amós. Este profeta fue el primero en dirigirse
a las masas al estilo de los oradores actuales.
En el Nuevo Testamento nos impresionan por su elocuencia y
lucidez los discursos expuestos por Esteban, Pedro, y ante todo Pablo,
quien haciendo acopio de conocimiento humano, pero en mayor nivel
de sabiduría dada por el Espíritu Santo, supo llegar hasta lo más
profundo de la mente de sus oyentes, a tal grado, que el rey Herodes
Agripa, uno de los tiranos de la época, exclama: "Pablo, por poco me
persuades a ser cristiano" Hechos 26.28.
En la cuna de la civilización y cultura antigua (Grecia), a Pablo,
como a ningún otro de los apóstoles, se le permite el acceso al "nido"
de juristas, famosos por su sapiencia, oratoria e imparcialidad en la
ventilación de juicios, como lo era el Areópago, tribunal superior
ubicado en la ciudad de Atenas, y allí le vemos exponer ante tan
egregios y elocuentes hombres, la existencia del Dios que para ellos
era desconocido, siendo su mensaje tan agudo y convincente que la
Sagrada Escritura asienta lo que sucedió con estos estudiosos

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jurisconsultos: "Mas algunos creyeron, juntándose con él, entre los


cuales estaba Dionisio, el areopagita, una mujer llamada Damaris y
otros con ellos" Hechos. 17.34.
En los últimos tiempos el Evangelio ha tenido grandes exponentes,
entre los que podemos mencionar a Moody, Spurgeon, Juan Wesley,
Luís Palau.
Admitimos de nuevo, que la preparación homilética del predicador
puede ser muy "académica" y su palabra muy florida, pero, el
ingrediente principal es la Unción del Espíritu Santo, en otras
palabras, el mensajero podrá elaborar mil buenos bosquejos, pero si a
su prédica le falta tal ingrediente, su discurso sólo hará el ruido de
una sonaja.
Actualmente sentimos que es de suma necesidad preparar
predicadores que siembren la semilla del Evangelio con denuedo por
ser el tiempo del fin: "Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque
están blancos para la siega" Juan. 4.35.

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LECCIÓN 1
LA CAPACIDAD ORATORIA
El instrumento por excelencia para la comunicación oral
entre seres humanos es la palabra, vehículo con el cual
expresamos nuestros pensamientos. Cuando tenemos pláticas
informales con otras personas no hay problema, cualquiera lo
puede hacer. Pero no basta con poder hablar para expresar
las ideas con debida propiedad cuando nos dirigimos, en
nuestro caso, a un conglomerado que se reúne en un templo,
porque para eso es necesario que adquiramos la capacidad
oratoria para enseñar, deleitar y conmover al mismo tiempo.
Para lograr ese objetivo necesitamos educar las cualidades de
las que Dios nos ha dotado, y “no hablar, sólo porque tenemos
boca” como dice el aforismo popular. El físico y astrónomo
italiano Galileo Galilei decía que cualquiera habla con poca
claridad, pero que son muy pocos los que hablan claramente.
Aquellos que anhelamos ser disertantes eclesiásticos, es
importante que tomemos conciencia plena de que nuestro
verdadero valor no estriba únicamente en lo que conozcamos
de la Palabra de Dios, sino en que vivamos al tenor de lo que
ésta nos ordena, recordemos que: “hablan más fuerte nuestros
hechos que nuestros dichos”. Con lo que queremos decir, que
tampoco, es cuestión sólo de lograr elocuencia y estilo para
exponer los sermones, sino de una vida consagrada al Señor.
La capacidad en este arte es una condición y una técnica
que podemos adquirir cuando nos propongamos escudriñar y
vivir a conciencia la Biblia. Acordémonos que a diferencia del
poeta, el orador no nace, se hace, pero es necesario hacerlo,
por lo que debemos de forjar las siguientes cualidades en el
yunque del estudio:
 Conocimiento sobre Teología y Ética.
 Conocimiento sobre cultura general.

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 Poseer sensibilidad para exaltar y conmover al auditorio.


 Imaginación, la cual debe de ser muy rica, para que
comprendamos con colorido, los pasajes que serán empleados
en nuestro sermón.
 Memoria motriz, auditiva y visual: Para retener y reproducir
los aspectos más importantes.
 Humildad, y sobre todo, práctica, mucha practica.
A pesar de las dificultades que conlleva llegar a ser un
expositor de la Palabra de Dios, no cejemos en nuestro
empeño. Podemos alistarnos en el ejército de las personas
que luchan hasta lograr sus metas, cueste lo que cueste.
Digámonos así mismos: --Si otros han podido, por qué no voy a
poder yo. Recordemos que, “el que no hace planes para triunfar,
automáticamente hace planes para fracasar.”
CLASES DE ORATORIA
Este arte de la oratoria se clasifica en: Sagrada, política,
forense y académica.
El enfoque de nuestro estudio estará en la oratoria sagrada,
la que tiene por objeto manifestar la doctrina de la salvación y
la moral del cristianismo.
EL PREDICADOR
El predicador es la persona que proclama, y
anuncia las buenas nuevas de salvación.
También se le llama orador, mensajero,
heraldo, conferenciante, disertador, rétor,
ponente o proclamador.

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RAZONES QUE LO IMPULSAN A PREDICAR EL


EVANGELIO
1- Porque Cristo lo mandó: “...id por todo el mundo y predicad el
evangelio a toda criatura.” Marcos. 16.15.
Fijémonos bien que en el verso anterior, no se nos da una
opción, sino un imperativo categórico, en otras palabras, no es
una cuestión de si queremos ir, sino que debemos ir. Esta es,
ante todo, la voluntad del Altísimo: que salvemos las almas del
infierno: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que
no creyere, será condenado.” Marcos 16.16.
Por supuesto que esta orden es para todo aquel que ha
nacido de nuevo, pero en nuestro caso, no nos referimos al
hecho de evangelizar de persona a persona, sino de llevarlo a
cabo abordando un púlpito para predicar a grupos pequeños o
numerosos.
2- Porque estamos convencidos que la gente sin Cristo está
perdida. “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro
nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser
salvos.” Hechos 4.1. Como cristianos estamos conscientes,
como ya expusimos, de que la humanidad va al infierno. Esa
cantidad de gente que vemos transitar en cualquier calle, la
mayoría va a ese lugar, a menos que nosotros les demos el
mensaje para que cambien de ruta: del averno, al cielo.
3- Porque reconocemos la necesidad que tiene la persona de
ser animada y edificada en todas las áreas de su vida. “Por lo
cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros…” 1ª.
Tesalonicenses 5.11.
4- Porque sabemos cuánta necesidad tienen las personas de
recibir salud interna y física y no ignoramos que el Señor
Jesucristo nos ha conferido la autoridad suficiente para hacer
maravillas: Marcos 16.17-18: 17Y estas señales seguirán a los que
creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas
lenguas; 18tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa

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mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus


manos, y sanarán.
De ahí que el dominio que nos ha delegado es sobre:
-El reino de Satanás: “echarán fuera demonios.” Verso 17.
-El Reino Espiritual: “hablarán nuevas lenguas.” Verso 17.
-El reino animal: “tomarán serpientes con las manos y no les harán
daño.” Verso 18.
-El reino vegetal y mineral, que es la materia prima de donde
se procesan los tóxicos: “beberán cosa mortífera y no les
dañará.” Verso 18.
-El reino espiritual y viral: “sobre los enfermos pondrán las manos
sanarán.” Verso 18.
CLASES DE PREDICADORES
Arriba anotamos las clases de oratoria, pero ahora nos
referiremos a la personalidad del orador, es decir que no al
arte, sino al artista. Al respecto, muchos expertos en retórica
clasifican a los oradores en flemáticos y tribunos, desde el
punto de vista de su carácter.
Sin embargo, si usted es novato en estas lides, le
recomendamos que aún no se catalogue dentro de los
primeros, por la particularidad de esta clase de expositor,
porque puede ser que con el fogueo, se de cuenta que esta
equivocado.
FLEMÁTICO o ACADÉMICO
Es aquel que es introvertido o tímido, delicado, tardo y
pausado en accionar. Los temas los aborda hablando con voz
baja, suave, pausada, y claramente. Piensa primero lo que va
a decir, dando la impresión de que una palabra le pide
permiso a la otra para exteriorizarla. No es una desventaja
porque eso le favorece para tener claridad, orden, nitidez y
exactitud en sus sermones, tratando de ser muy florido o

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exquisito en el lenguaje. Casi no hace uso de ademanes y de


humor en su exposición, no apela a la emoción, o sea que,
adopta una actitud rígida o de "estatua" tras el púlpito. Escuché
a uno, que reconociendo su peculiaridad, dijo al empezar su
sermón: “En esto de predicar, yo le gano a Pablo… porque
él durmió a uno, y yo los duerno a todos.”
Sin embargo, su sermón tuvo mucha enseñanza, las
personas que lo escuchamos con atención fuimos edificados
en la Palabra.
Esta clase de expositores no se atreven a predicar si no se
ha preparado previamente, porque no son partidarios de las
improvisaciones. Si en algún culto le invitan a predicar por
ausencia del asignado, se niega a hacerlo, argumentando que
a él hay que avisarle por lo menos con ocho días de
anticipación. No es partidario de ser “suplefaltas”
TRIBUNO o FORENSE
Es extrovertido, dinámico, habla con voz fuerte, es resuelto
en sus ademanes, muy expresivo, se mueve en torno a la
plataforma, se baja y sube de la misma, exagera los gestos,
dosifica de humor su prédica, no tiene problemas para
despertar el interés y la atención de la congregación, su voz es
fuerte y emotiva porque pone en juego las profundas y
delicadas fibras del corazón, aunque su prédica tiene una
dosis muy pequeña de enseñanza. Si tiene que improvisar no
le importa, se impone a la situación. Él sí es “suplefaltas”. Si tal
caso se le presenta domina la situación con la frase siguiente:
--“Lamentablemente el predicador de esta noche no pudo estar
con nosotros, pero con mi poco conocimiento sobre el tema
previamente programado, haré todo lo posible por estar a su
altura.”
La ventaja del orador "tribuno" es que, cuando es
necesario, puede ser "flemático", por ejemplo, cuando imparte

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un seminario o enseñanza. A diferencia del flemático, que no


puede ser tribuno.
Sin embargo, debemos de dejar claro que ya sea el
predicador académico o forense, no debe de dejar de estudiar,
ademanes, poses y actitudes a emplear cuando esté en
acción, las cuales, veremos más adelante.

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LECCIÓN 2
CUALIDADES NECESARIAS DEL PREDICADOR
Cada hombre o mujer que desee predicar a congregaciones
grandes o pequeñas, necesita perseverar para obtener las
cualidades siguientes:
ORIGINALIDAD
El predicador debe ser original, no imitador. Tiene que
crear su propio estilo. No necesita copiar a otro, ni en la voz,
ni en la mímica, porque si lo hace se despersonaliza,
perdiendo su individualidad y su propia manera de ser.
Recuerde que Dios le llamó a usted, quiere usarlo como usted
es, con su propia manera de ser, por lo tanto sea original, no
sea una copia, no imite a nadie.
VERDAD
Está obligado a anunciar siempre la verdad, éste es su fin
principal. La Biblia es la verdad absoluta: Proverbios 12.17:
“Porque mi boca hablará verdad…” Proverbios 8.7: “El que habla
verdad declara justicia…” 2ª. Timoteo 2.15: “…que traza bien la
palabra de verdad.”
Verdad que debe exponer con elegancia y elocuencia, no
con groserías o palabras altisonantes. La verdad hay que
“vestirla” con la unción del Espíritu Santo, no lanzarla desnuda
con el pretexto de que somos muy francos para hablar. Ningún
leñador sería tan ingenuo de querer cortar un árbol con el lomo
del hacha, y menos aún, tomar ésta de la hoja y darle con el
maneral o mango, porque sólo lograría herirse las manos y
magullar el árbol, pero no talarlo. Empero, si afila
cuidadosamente el hacha, derribará la planta en pocos
minutos. Lo mismo hace el predicador que se jacta de
“sincero”, únicamente herirá al que lo escucha y no obtendrá
resultados. Sin embargo, si su sermón va ungido del Espíritu y
dice la verdad con suavidad y sabiduría, logrará convencer,

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redargüir y consolar, dejando a la gente con deseos de volver


a oírlo.
Leamos, a continuación, las metáforas que la Biblia aplica
acerca del que dice las cosas con “el hacha afilada”, Génesis
49.21: “Neftalí, cierva suelta, que pronunciará dichos hermosos.”
Proverbios 25.11: “Manzanas de oro con figuras de plata es la
palabra dicha como conviene.”
SINCERIDAD
Este vocablo tomó su nombre de los términos “sin cera”. Si
recordamos, los actores de la Grecia antigua para lograr bien
sus caracterizaciones en el teatro usaban máscaras
confeccionadas de cera, con dos propósitos: el primero para
hacerse oír a través de la acústica que se alcanzaba al
usarlas, y en segundo, para representar al personaje que les
asignaban. De ahí que, cuando se tenía duda acerca de la
actitud de una persona, se le preguntaba: ¿Eres una persona
sincera?, en otras palabras: “¿Dices la verdad o estás
fingiendo?”
Es evidente, que no se le tiene confianza a un predicador
que por mucho que tenga los atributos de elocuencia,
entonación en la voz y claridad de pensamiento, carece de
sinceridad. Un sermón expresado por un orador falso, que no
viva lo que predica, jamás podrá convencer a quien le oye. No
es cuestión de: “hagan lo que yo digo… no lo que yo hago."
Desde que el estudiante se prepara en homilética y
oratoria, debe ser sincero y vivir al tenor de la Palabra de Dios,
es decir dentro de la verdad y la justicia. Su sinceridad logrará
que su expresión sea brillante y atractiva.
Otra cosa importante es que no debe de envolverse en
sociedades secretas, ya que las actividades cristianas son
diáfanas, cristalinas, sin misterios. El escritor británico William
Shakespeare decía: “Por encima de todo, sé sincero consigo
mismo.”

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Las Sagradas escrituras, apuntan al respeto, Job 33.3: “Mis


razones declaran la rectitud de mi corazón y lo que saben mis
labios, lo hablarán con sinceridad.” 2ª. Corintios 2.17: “Pues no
somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios,
sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios,
hablamos en Cristo”
HONRADEZ
El predicador debe de tener un alto concepto de las
cualidades morales, debe ser íntegro en el fondo, decente y
honrado, no debe tener actitudes o intereses mezquinos:
“Procurando hacer las cosas honradamente, no solamente delante
del Señor sino también delante de los hombres” 2ª. Corintios 8.21.
MORAL
Debe tener sumo cuidado en el trato con el sexo opuesto.
Tiene que ser atento y cortés con las damas, pero, guardando
la distancia.
Si es casado, debe de tener un alto concepto del
matrimonio, y mantener a sus hijos en sujeción. Ser un buen
sacerdote, tanto en la iglesia grande como en la pequeña.
Cuando necesite hacer visitas irá acompañado de su esposa.
Si es soltero, visitará con otro hermano.
Refiriéndonos al ministro o predicador soltero, diremos que
debe tener sumo cuidado en la elección de su pareja, ya que
no sólo será su compañera en el hogar sino también de su
ministerio. No debe contraer matrimonio antes de tiempo y
debe de pedirle al Señor la dirección divina en la elección de
su pareja: “No os unáis en yugo desigual con los infieles; porque
¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué
comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con
Belial? ¿O que parte el creyente con el incrédulo?” 2ª. Corintios
6.14, 15.

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Sustentamos que tres son las decisiones transcendentales


en la vida del ser humano:
1- Aceptar a Cristo cono Salvador,
2- Obtener una profesión u oficio, y
3- Contraer matrimonio.
ESTUDIO
El predicador tiene que ser estudioso. Sus
prédicas deben ser fruto de una preparación
intelectual cuidadosa. Si no predica bien, es
porque no estudia esmeradamente, y pronto
llegará al fracaso por predicar naderías. Dale
Carnegie, dice: “Para hacer un buen discurso hay
que tener acumulado mucho más material del que se
necesita.”
El siervo de Dios que se cree un "sabelotodo" y no se
prepara se engaña así mismo. Lo mismo es con aquel que
cree que ya estando en el púlpito el Espíritu Santo le inspirará
no sólo el sermón, sino el mensaje. Esto sería similar al
alumno de cualquier nivel que no estudie diariamente y piense
que, por ser cristiano, el Espíritu Santo en el preciso momento
de los exámenes le “soplará” las respuestas. El Espíritu de
Dios jamás se prestaría para ese juego porque caería en el
papel de deshonesto. Igual es con el mensaje, si no nos
preparamos Él no nos “soplará”.
En una ocasión, uno de tales “predicadores”, llegó al templo
a donde había sido invitado a exponer la Palabra de Dios y
dándole vueltas a la Biblia puso el dedo en cualquier parte de
ésta, porque esa era la manera, según decía, como Dios le
mostraba su voluntad. El dedo cayó en Mateo 27.5: “Judas fue
y se ahorcó.” Luego, no le satisfizo la cita por lo que volvió a
hacer la misma operación, darle vueltas a la Biblia, y ahora su
dedo se deslizó a Lucas 10.37: “Ve y haz tu lo mismo”, Se

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sorprendió y dijo para sí: --de plano que hoy, no estoy a tono
con el Señor. En seguida, cerró la Biblia y también los ojos,
para darle vueltas con más ahínco y de nuevo la abrió
cayéndole el dedo en Juan 13.27: “Lo que haz de hacer, hazlo
pronto”. Aprendió la lección, y como corolario, nunca más
volvió a hacer tal maniobra.
Después de la narración anterior, en la que creemos que
nunca se había hecho más patente la voluntad de Dios,
continuaremos con la importancia del estudio, de ahí que,
tiene que hacer de los libros sus amigos, los cuales deben de
cuidar con esmero. Al presente traigo a colación lo que leía en
un viejo manual de taquigrafía, impreso en 1955, el cual a
continuación traduzco:
LO QUE DICE EL LIBRO AL LECTOR
No me abras sólo para ver mi contenido.
Ni me humedezcas con la yema de los dedos
para mover mis hojas; no tosas sobre mí; y no me
tientes sino con las manos limpias. Me sentiría si
sucio me presta a otro para leer.
No me cojas por las tapas y cuando me leas
no te apoyes sobre mí, ni con los codos, ni con los
brazos, me harías mal.
No me dejes besar con las hojas la mesa o el
sofá.
No pongas nunca entre mis hojas un cabo de
pluma o lápiz u otra cosa que sea más grueso que
una hoja de papel, cansarías mi lomo.
Si cuando acabes de leer, quieres acordarte
donde quedaste no pliegues la hoja, emplea una
cinta o una tira de papel, son mis mejores

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amigos. Entonces ciérrame y déjame sobre la


mesa hasta que quieras leerme otra vez.
Acuérdate que sólo debo de esta contigo
cuando me leas, pues talvez sea buscado para
otro a quien quieras complacer.
Cuídame mucho, pues quizá algún día llegue
a tus manos otra vez y no te gustaría verme
viejo, sucio y manchado.
Tenme siempre limpio y bien cuidado. En
cambio yo te ayudaré a ser feliz y te daré más
ánimo para librar tu futuro.
Es necesario que posea una biblioteca, en la que por
supuesto, su Biblia debe ocupar el primer lugar. Pablo nos da
un ejemplo de su interés por la lectura: “Trae, cuando vengas, el
capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente
los pergaminos.” 2ª. Timoteo 4.13.
Tenga siempre presente que el cerebro es un músculo, el
cual como cualquier otro, si no se ejercita se atrofia. Tenemos
que romper el estereotipo de que el latino no lee, no se
prepara, al grado que dicen que el cerebro de un gringo vale
dos centavos, el de un oriental 3, pero el de un latino un millón
de dólares, porque esta nuevo.
ORACIÓN
El intérprete de la Palabra de Dios debe orar
mucho más que el cristiano común, porque este es
el secreto de su éxito. Lutero decía: “mientras más
ocupado estoy, más tengo que orar”.
Requiere comunicarse constantemente con Dios,
porque necesita poder sobrenatural para hacer la
obra de Él (por favor, no se trata de darle vueltas a la
Biblia). El mensaje que dará lo recibirá en la presencia del

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Homilética y Oratoria William Paredes

Señor. Esto significa que en cualquier lugar debe de estar en


contacto con Él: en la casa, en la calle, en el carro, en el
trabajo: “… ora a tu Padre que está en secreto y tu Padre que te ve
en lo secreto te recompensará en público.” Mateo 6.6.
No se puede desligar la oración del estudio de la Sagrada
Escritura: “Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio
de la palabra” Hechos 6.4.
FINANZAS
El mensajero debe de ser un buen administrador de su
dinero, jamás gastar más de lo que gana, menos ser
comprador impulsivo. Debe separar el diezmo del Señor de
cada ingreso: “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en
mi casa, y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si
no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros
bendiciones hasta que sobreabunde.” Malaquías 3.10.
EN CUANTO A LAS OFRENDAS QUE LE COMPARTEN
Nunca deje de recibir las ofrendas que le dan por muy
pequeñas que sean, es suprimir la bendición al dador, porque
lo que él está haciendo es sembrar. Recuerdo lo que un
predicador me comentaba: que en un templo muy sencillo de
un país centroamericano, una hermana se le acercó junto a
tres de sus niñitos, quienes iban con sus caritas sucias, ropas
raídas y los pies desnudos. La hermana estirando la mano le
estaba ofrendando cincuenta centavos. Al ver el siervo de Dios
la situación de aquella familia, se negó a recibir la ofrenda,
pensando que podía servirle para algún alimento de sus hijos,
y aquella mujer sencilla, muy triste, le reprochó su gesto
diciéndole: --“Hermano, el mensaje que usted nos trajo bendijo
mucho mi vida y quise bendecirlo con mi ofrendita. Estoy segura
que porque es muy poquito no me la recibe, pero la verdad es que es
todo lo que traigo”.

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EL PREDICADOR A TIEMPO COMPLETO


Otra cosa importante es que cuando el mensajero se
dedique a tiempo completo al Evangelio, no debe involucrarse
en negocios seculares. El predicador no es comerciante. El
que quiera dedicarse de lleno a predicar y hacer negocios va a
fallar en el trabajo espiritual. El deseo de hacer negocios con
el fin de enriquecerse ha matado la vocación de más de un
siervo de Dios.
Si vive del púlpito, tampoco evalúe económicamente sus
prédicas, en otras palabras no les ponga tarifa. Los sermones
se externan con el propósito ya enunciado anteriormente.
Además de que si en una iglesia no le bendicen con una
ofrenda, no se altere, porque el Señor se lo proveerá
multiplicadamente en otra. Dios es un excelente patrón.
LEALTAD
El predicador debe estar sujeto a un Pastor. No
concebimos mensajero independiente. Es más, sostenemos
que los pastores no deberían de cederle el púlpito a un
evangelista sin cobertura pastoral, por más que este
recomendado. Todo expositor de la Palabra de Dios debe de
ser responsable no sólo ante el que le concede el privilegio,
sino también frente el pastor cuya iglesia representa. Tiene que
estar sometido a un pastor y ser íntegro: “Obedeced a vuestros
pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas,
como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y
no quejándose, porque esto no es provechoso.” Hebreos 13.17.
Por lo tanto ha de portar una identificación vigente extendida
por la iglesia en la cual es miembro.
PUNTUALIDAD
Sea puntual en todos sus compromisos. Llegue cinco
minutos antes a sus citas, es preferible esperar y no que lo
esperen. Además de ser falta de seriedad y formalidad.

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Homilética y Oratoria William Paredes

Esta cualidad la encontrará con más detenimiento en la


lección 14, con el subtítulo “La importancia de la agenda”.

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Homilética y Oratoria William Paredes

LECCIÓN 3
LA PREPARACIÓN DEL PREDICADOR
Veremos a continuación de que manera
usted, como estudiante de homilética y oratoria
debe prepararse. No olvide que se adiestra para
exponer, no sus propias opiniones, sino
transmitir fielmente por medio de su sermón, el
mensaje que el Señor le dará en cada ocasión
que le otorguen el privilegio de abordar un púlpito, porque
desde ese preciso momento se convierte en un intérprete de la
Palabra y en el enlace entre Dios y quienes lo escuchan. El
Señor es el que dará su Mensaje por medio de usted, que
también es un profeta, llamando al pecador a considerar sus
caminos: “Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien
sobre vuestros caminos.” Hageo 1.5.
RAZONES POR LAS QUE DEBE PREPARARSE
Son muchas las razones que requieren que un predicador
se instruya con esmero, pero mencionaremos las que
consideramos son más significativas:
1. Conminar al arrepentimiento a los perdidos, con el objeto de
que salven su alma:
Isaías 55.6-8: “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado,
llamadle en tanto que esta cercano. Deje el impío su camino, y el
hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual
tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en
perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos,
ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.”
2. Se reconcilien los cristianos que se han apartado del redil:
Isaías 1.18: “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si
vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán
emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser
como blanca lana.”

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Homilética y Oratoria William Paredes

3. Sanen los enfermos:


Marcos 16.18: “…sobre los enfermos pondrán sus manos, y
sanarán.”
4. Dar aliento al rebaño que está perseverando:
Eclesiastés 12.l0-11: “Procuró el predicador hallar palabras
agradables, y escribir rectamente palabras de verdad. Las palabras
de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las
de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor.”
Estas son razones suficientes para que su preparación sea
llevar un Evangelio Aplicado, es decir teórico-práctico. Teórico:
en cuanto a la doctrina asentada en la Palabra. Práctico: las
señales y milagros.
Dicho adiestramiento conlleva, en primer lugar, que se
someta enteramente al Señor, es decir, que abandone en sus
brazos: cuerpo, alma y espíritu, ya que debe de vivir acorde
con lo que predica. Debe de aprender a depender de quien lo
llamó para este menester. --“¿Cómo saber si en verdad Dios me
llamó?” quizá se pregunte usted en este momento. Bueno,
estamos seguros que desde el momento en que sintió en su
corazón el deseo de inscribirse en el establecimiento donde
estudia, percibió el llamado de Dios, para predicar su Palabra,
no importando la educación o méritos que posea, además, no
olvide que fue escogido desde antes de la fundación del
mundo para esta labor: “9Dándonos a conocer el misterio de su
voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí
mismo, 10de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del
cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como
las que están en la tierra.” “10para que la multiforme sabiduría de
Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los
principados y potestades en los lugares celestiales, 11conforme al
propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor.” Efesios
1.9-10; 3.10-11.

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Homilética y Oratoria William Paredes

El predicador, es pues, el enlace o intérprete entre el Dios


viviente y los que lo escuchan, por lo que debe de proponerse
a servir en ese gran propósito.
LAS ACTITUDES
Nos referiremos a continuación a las diferentes actitudes o
disposiciones que deben de ser propias del servidor del Señor.
Por encontrarse el púlpito a la vista de todos, tenga mucho
cuidado también con sus actitudes. Todo el mundo tiene la
vista puesta en usted, por lo que sea respetuoso y humilde,
teniendo siempre en mente que, aún cuando usted es la figura
principal (pero no la estrella) de la congregación, es sólo un
instrumento en las manos del Señor.
Permítame contarle una anécdota al respecto: Un famoso
violinista estaba ejecutando su instrumento en un concierto
como solista de la orquesta sinfónica y lo hacía tan
magistralmente que el auditorio exclamaba: --“qué violín, qué
caja de resonancia. Ha de ser un Stradivarius”.
Al oír el violinista estos elogios al instrumento, dijo a otro
músico: --“Por favor, préstame tu violín”
Y lo ejecutó con la misma maestría que el primero, lo que
hizo gritar al público: -- “¡Qué violinista!"
Moraleja: La alabanza debe de ser para quien toca el violín
y no para el instrumento.

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Homilética y Oratoria William Paredes

ACTITUD MENTAL
En primer lugar tiene que estar consciente que cualquier
cristiano con deseos, aspiraciones, visión y decisión, puede
llegar a servir al Señor en el área de la predicación, ya que
este arte Dios lo ha puesto al alcance de todos, por ser la
razón de la existencia de la iglesia en este mundo. Es un
servicio que el siervo rinde a la causa de Cristo, teniendo
asimismo, el carácter de alabanza y gratitud: “Así, pues,
téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores
de los misterios de Dios.” 1ª. Corintios 4.1.
La actitud mental del predicador ha de ser lo más serena
posible, para poder despertar emoción no sólo en la palabra,
sino también con el timbre, el volumen de su voz, los gestos y
ademanes. Poniendo todo esto en juego.
Su estado de salud también tiene que ver con la actitud
mental, por lo que debe de cuidar mucho de su área física.
Otros aspectos importantes son las emociones y los
sentimientos, ya que incidirán en el mensaje. Un sentimiento
de paz, de alegría, o uno negativo de preocupación, de
dolencia física o de cansancio tiene mucho que ver. Por lo que
el predicador debe de tratar de aprender a dominarse, a
autocontrolarse, en otras palabras, a ser dueño de sí, tanto en
las situaciones favorables como en las adversas.
Si lo asalta la preocupación le recomendamos hacer lo
siguiente para buscar la solución. Medite sobre:
1. Cual es el motivo que provoca la inquietud y preocupación,
2. Averiguar el grado de importancia que pueden tener en
relación a sus ocupaciones y aspiraciones comunes, y
3. Procurar una solución inmediata a las mismas.
Alguien decía: --“Los cristianos debemos de matar a una vieja.
Vieja desdentada y horrible que no nos abandona ni a sol ni a
sombra. Si estamos durmiendo ahí esta con nosotros al lado de la

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Homilética y Oratoria William Paredes

cama causándonos insomnio. Si estamos en el culto, ahí a nuestro


lado se sienta. Si estamos orando, no nos deja tranquilos, sino que a
cada momento nos codea. Va con nosotros en el bus, en el auto, en
fin, no nos abandona. Por tal razón, debemos de “matarla” y hacerla
añicos, y luego enterrarla profundamente para que no pueda salirse.
Esa vieja horrible, narizona, desdentada e impertinente es la vieja
preocupación. Por favor, hermanos, démosle muerte, y cuando quiera
resucitar, rechácela en el nombre de Jesús, y devuélvala a la tumba
que es donde debe estar.”
Cuando nos preocupamos dejamos de depender de Dios, lo
cual es un pecado. Pablo, a pesar de sufrir por el evangelio los
más pesados vejámenes, jamás confesó estar preocupado:
“8que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros,
mas no desesperados; 9perseguidos, mas no desamparados;
derribados, pero no destruidos.” 2ª. Corintios 4: 8-9.
LA SERENIDAD
Consiste en el equilibrio, el dominio interior que nos dan las
técnicas que nos permiten hablar en público. Se clasifican en:
Espiritual, psicológica, y fisiológica.
SERENIDAD ESPIRITUAL
Para obtener serenidad espiritual es necesario mantener
una buena relación con el Señor. Estar en paz con la
conciencia, estar en sujeción y obediencia a Él. No tener nada
que reprocharse.
Esta serenidad hará que días antes del sermón, en sus
oraciones, tenga momentos de revelación en la que Dios le
dictará la necesidad del pueblo para que el mensaje que Él
quiera dar a través de su sermón, aliente, consuele, y
redarguya los corazones de quienes lo escuchen. Recuerde:
con desasosiego espiritual no podrá lograr un buen mensaje,
“Porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo
12.34).

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Homilética y Oratoria William Paredes

SERENIDAD PSICOLÓGICA
Esta es absolutamente necesaria para todo el que quiera
ser un buen predicador, ya que le ayudará a no perder el
equilibrio en el momento en que alguien surja oponiéndose a
sus argumentos. Por ejemplo, puede ser que, en el momento
en que usted da la prédica, surja un adversario que quiera
interrumpirlo burlándose o contradiciendo sus puntos de vista.
La mejor manera de estar psicológicamente sereno es
manteniendo desde el principio, un estado de quietud,
tranquilidad espiritual, mental y física.
La meditación previa prepara por una parte a la mente, la
que se mantendrá alerta y pronta a responder cualquier ataque
verbal del adversario. Si se produjera este ataque no deberá
de responder en seguida a las preguntas capciosas que le
hagan, menos a tontas y a locas, sino que debe escuchar con
la mayor tranquilidad posible sin interrumpir al interlocutor
hasta que termine. Mientras tanto, si no tiene en mente aún la
respuesta, pídale que le vuelva a repetir la pregunta, en tanto
él la reitera, lo cual se le hará más difícil y lo pondrá nervioso,
usted aproveche para pensar tranquilamente en la respuesta.
Esta clase de controversias se dan muy poco cuando se
predica, pero, cuando se enseña en la escuela dominical o
seminarios suelen ser muy frecuentes.
Queremos dejar claro que, cuando nos referimos a la
meditación, no hablamos de la práctica de métodos de
meditación trascendental o pasiva, que deja la mente en
blanco, ya que ésta es puerta para el enemigo. Más bien nos
referimos a la meditación activa, la que nos mantiene en
contacto con el Señor a través de la oración y la abstracción
en su grandeza, plasmada en la revelación especial: su
Palabra.

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Homilética y Oratoria William Paredes

SERENIDAD FISIOLÓGICA
Puede suceder que predicando en algún lugar se den casos
de violencia, como ataques a mano armada, golpes o insultos;
la pregunta sería: ¿Cómo reaccionar ante situaciones? Pues,
sólo la serenidad más extrema puede salvar al predicador.
Nada, ni el dolor, ni la vista de su propia sangre deben
impedirle continuar haciendo uso de la palabra con la mayor
tranquilidad, altura en la expresión, y mesura en el tono.
Si le acusan alborotadores, en lugar de ponerse nervioso,
míreles, haga una pausa y conserve el equilibrio. Cuanto
mayor sea el alboroto y la confusión creada por las
interrupciones, más importante debe de ser para usted mostrar
a la congregación que no perderá la serenidad. Luego,
continúe con su exposición.
LA SEGURIDAD EN SÍ MISMO
Para alcanzar la seguridad o confianza en uno mismo hay
que prepararse lo suficiente y practicar, entre más disciplina
tengamos en practicar producirá mejores resultados. Además
el predicador debe estar seguro de que los fundamentos del
sermón que expresará provienen de la Palabra de Dios. La
preparación le hará tener la seguridad de conocer bien lo que
está exponiendo, para ello, con anticipación, debe de leer y
releer el pasaje o pasajes de la Escritura que serán objeto de
su disertación. No tener conocimiento de lo que dice es lo peor
que le pueda pasar, tenga siempre en cuenta que a nadie le
gustará oír a alguien que no sepa de lo que habla. No nos
involucremos en temas que no dominemos. Reconozcamos
nuestras limitaciones.
El estudio de su sermón debe de ir acompañado de oración
y meditación, como ya anotamos, para obtener revelación.
Cuando oramos manifestamos nuestra total dependencia del
Espíritu Santo. Pero, es necesario expresar que jamás nos
debemos sentir tan seguros, al grado que creamos que “ya nos

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Homilética y Oratoria William Paredes

las podemos todas”, porque esta es una manifestación de un


espíritu vanidoso que nos perjudica en gran manera. Me viene
a la memoria una situación bochornosa en la que me vi
envueltos en cierta ocasión. Fui invitado a dar una serie de
sermones en cierta iglesia aprovechando los tres días de
asueto de la Semana Santa, que son jueves, viernes y sábado.
Mi compromiso era dos sermones por día. El jueves y el
viernes los mensajes del Señor fluyeron en los sermones de
una manera tan especial que hubo fruto. Pero el sábado,
momentos antes de abordar el púlpito perdí la serenidad
fisiológica y psicológica, la adrenalina fluía a torrentes porque
las manos me sudaban, la cara la sentía roja del rubor y la
mente me quedó completamente en blanco, a pesar de que
había preparado lo suficiente el sermón, del cual leía y releía el
bosquejo, pero el mensaje no fluía. El encargado de las
alabanzas estaba dirigiendo el último coro previo a que el
pastor ocupara el púlpito para los anuncios correspondientes y
luego entregarme el micrófono.
Aproveché ese momento para decirle muy vacilante y
angustiado, al siervo de Dios –Pastor, no se lo que me esta
pasando, estoy totalmente en blanco, no se ni por donde voy a
empezar el sermón”
--“¡Aja!, me dijo sonriendo, -como crees que ‘tienes colmillo’
estás confiando tanto en tu talento que ya sientes que las puedes.
Oye, -Agregó, muy circunspecto. Cuando me den el púlpito voy a
entonar otros dos coros, mientras te arrodillas y le pides perdón a
Dios por ese espíritu vanidoso que hizo presa de ti”.
Me puse de rodillas y le pedí perdón al Señor, sintiendo
casi de inmediato la unción del Espíritu Santo.
Narro esta dolorosa experiencia con el fin de que a pesar
de que debemos de tener seguridad en nosotros mismos no
debe de ser al grado que dejemos de depender del que nos
dará su mensaje.

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Homilética y Oratoria William Paredes

LOS ESTADOS DE ÁNIMO


El predicador, debe momentos antes del sermón,
encontrarse en un estado de ánimo optimista, entusiasta, (el
vocablo entusiasmo se deriva de las voces griegas: en, que
significa: “entre” y Theos: “Dios”, lo que quiere decir: "con
Dios" o "en Dios", o sea, “entusiasmado”: Dios en mí), por
lo que debe tenerse la confianza plena que será un intérprete
de la Palabra de Dios, es decir, seguro que Dios le asistirá en
el momento preciso de externar el mensaje. Luego, contagie
su entusiasmo a quienes lo escuchan. No olvide que, nadie
puede entusiasmar sino esta entusiasmado. Dicho de otra
manera, si quiere provocar entusiasmo en sus oyentes, tiene
que transmitirlo con sus palabras y manifestarlo con su
sonrisa, la cual produce fruto hacia fuera, su público se sentirá
contento, y hacia adentro, la sonrisa transmitirá confianza.
Por lo que debe de despojarse de toda preocupación que
pueda menoscabar la exposición. La serenidad de mente y de
espíritu es condición indispensable en el desarrollo del
sermón, de otra manera, si esta preocupado y lleno de pesares
resultará un fracaso. Si va camino hacia la iglesia a donde
predicará y va junto a su esposa, amablemente, pídale que
durante el trayecto no le refiera ningún problema, para que no
interfiera con lo que será el sermón, porque lo influenciará
negativamente. Si es pastor y le corresponde predicar, eduque
a sus líderes para que no le expongan ninguna dificultad antes
del mensaje, sino hasta una vez concluido el culto.
Pero, no solamente los estados de ánimo pueden perjudicar
al emisario de la Palabra de Dios, también hay estados de
naturaleza física que puede experimentar, como alteración
nerviosa, dolor de cabeza, dolor muscular, agotamiento y otros
malestares, los cuales debe de aprender a vencer.

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Homilética y Oratoria William Paredes

La alteración nerviosa puede provocar que se inhiba o bien


exagere los gestos, ademanes y voz. Esta alteración en la
mayoría de los casos se debe al temor de hacer el ridículo o a
equivocarse. Cuando eso suceda, respire profundo, y ore
dándole gracias a Dios por la oportunidad que le otorga de ser
usted portavoz de su Palabra y tenga la seguridad que Él
estará allí para usarle. Dígale al Señor: --“Gracias Jesús, por
permitir que sea yo el vaso que vas a usar para externar tu Palabra
a este pueblo. Gracias, porque estoy seguro que éste va a ser el
mejor de los mensajes”. Ore de esa manera y deseche el temor,
y por supuesto, la preocupación.

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Homilética y Oratoria William Paredes

LECCIÓN 4
LA VOZ
Esta es una de sus grandes cualidades, como
acotamos ya en otra parte, es su herramienta. Es el
instrumento musical que tiene a su disposición y que
puede emplear de muchas maneras, pero es
necesario educarla para darle esplendor a las
palabras. Le recomendamos leer varios párrafos de
un libro en voz alta, al mismo tiempo que grava lo que
lee, ¡por favor... no se asuste! usted puede mejorar
esa voz que escuchó.
El sonido, la inflexión, la modulación y la
resonancia de su voz son las llaves por medio de las
que se logra atraer el interés y la atención de quienes lo
escuchan, motivo por el cual importa educarla para poder
hablar como niño o como anciano, cuando haya necesidad de
impostar o fijar la voz en la cuerdas vocales, para emitir el
sonido con más plenitud, sin variación ni temblor. La verdad es
que la voz nos da a conocer el carácter y la personalidad de
cualquier individuo, por lo que el predicador debe de darle
fuerza y entonación, ya que si lo hace sin pasión y en tono
grave o tan aprisa que atropella las palabras, por muy bueno
que pueda ser el mensaje no logrará despertar el interés del
auditorio, menos aún si es estruendosa o chillona. Por tal
razón, cuando predique hable como si estuviera dirigiéndose
sólo a las personas que están sentadas en los últimos asientos
y hasta haga de caso que están medio sordas. Por lo que es
recomendable, reiteramos, que trate de seguir todos los cursos
de vocalización posible.
La voz es el instrumento más delicado del que nos ha
dotado el Señor, y que bueno es saber que se puede cultivar.
Podemos lograr darle la inflexión, el acento y la entonación
conveniente. Cuando este predicando modúlela con altibajos

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Homilética y Oratoria William Paredes

para que no sea monótona. Alzándola cuando sea necesario,


pero sin gritar de balde. Al respecto Dale Carnegie solía decir:
“Nadie es dueño del público, sino cuando es dueño de sí mismo,
sino cuando es dueño de su voz.”
Tenga siempre presente que sus pulmones son los "globos"
que surten de aire a sus cuerdas vocales a través de la
traquearteria, que consiste en el tubo que forma la faringe, la
boca, y las fosas nasales, son los medios que modifican los
sonidos.
La traquearteria entra en comunicación con la boca por una
abertura llamada glotis. A cada lado de esta abertura y
siguiendo la dirección de adelante hacia atrás, se hallan unas
membranas compuestas de tejido fibroso con algunas
filamentos elásticos que son las cuerdas vocales. Estas
cuerdas son cuatro: dos superiores conocidas como falsas
cuerdas o bandas ventriculares, las que ejercen poca
influencia en la producción de la voz y están cubiertas por una
membrana mucosa muy delgada y adherida con fuerza al
tejido subyacente, y dos inferiores, las que son las verdaderas
cuerdas vocales, que se encuentran situadas precisamente
debajo de las superiores, son más largas que éstas y la acción
de ciertos músculos modifica su tensión y permite que la glotis
pueda abrirse o cerrarse. Están cubiertas por una membrana
bastante delgada y provistas de gran número de fibras
elásticas. Sin embargo, las directamente relacionadas con la
producción de la voz son las cuerdas vocales inferiores.

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Homilética y Oratoria William Paredes

CUERDAS VOCALES

En estado de fonación vibran. En estado de reposo se cierran.


La voz puede sufrir diversas alteraciones, ya sea, por
causas de salud o por el uso de tabaco y el licor, además, la
práctica de estos vicios es sucia, resta dignidad, prestancia,
fuerza intelectual y nerviosa al siervo de Dios.
Los estados de ánimo, como la timidez, pueden también
causar modificaciones en la voz. Otros factores que pueden
dañar su voz son: beber líquidos muy fríos que le pueden
producir afonía. Le sugerimos abstenerse de tomar líquidos
con hielo, es preferirle tomarlos al tiempo, no importando que
haya calor. Por lo que más quiera, después de predicar evite
bebidas frías, sus cuerdas con el uso se han puesto al rojo
vivo y si ingiere refrescos con hielo se templarán y por lo tanto
se atrofiarán, sucede lo mismo que calentar al rojo vivo una
varilla de hierro y después introducirla en agua fría, se
cristaliza y se quiebra, el mismo fenómeno pasará con sus
cuerdas vocales. Durante su sermón no acepte agua helada,
sino a la temperatura ambiente, y mejor si es templada y con
un poquito de miel de abeja. Cuando concluya su prédica
cúbrase bien la garganta. Es su herramienta más útil.

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Homilética y Oratoria William Paredes

Veamos las siguientes gráficas de los órganos de fonación:

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Homilética y Oratoria William Paredes

En seguida estudiaremos algunos ejercicios que le


ayudarán a desarrollar una mejor función de los pulmones, las
cuerdas vocales, la laringe, los labios, la lengua, y los demás
órganos de fonación.
EJERCICIOS DE DICCIÓN
Cantar o declamar los siguientes versos del poeta español
Gustavo Adolfo Becker. Debe de abrir bien la boca para
pronunciar cada palabra:
"Volverán, volverán, volverán,
las oscuras golondrinas volverán,
pero aquellas que escribieron nuestros nombres,
partirán, partirán, partirán."
Repetir el ejercicio cambiando todas las vocales por la “a”,
después por la “e”, por la “i”, por la “o” y por la “u”,
pronunciándolas correctamente.
EJERCICIOS DE VOCALIZACIÓN
Si deseamos ser buenos oradores necesitamos adquirir la
capacidad de vocalizar, lo que se logra practicando los
vocablos que se nos hacen más difíciles.
A continuación encontrará una serie de ejercicios básicos,
los cuales aprendimos cuando dábamos clases de Cultura
General, en la Escuela de Comunicación “Roma”, en
Hollywood, California, y que son muy útiles para obtener una
buena emisión de la voz. Tales ejercicios le ayudarán a
desarrollar una buena voz. Deben practicarse hasta lograr
decirlos en los segundos que aparecen al margen izquierdo.
Es importante la flexión de los labios para la correcta
articulación de vocales entre consonantes, en otra palabras,
debe de abrir bien la boca al pronunciarlas.

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Homilética y Oratoria William Paredes

PRONUNCIACIÓN DE LA A
6” Cansadas, cargadas, rapadas, marchaban las pavas; calladas,
calmadas, manadas de ratas las gatas cazaban; las ranas cantaban y
al saltar sanaban de su mal astral.
8” En la mañana, la mamá de Ana Zavala va a la plaza a cambiar
cáscaras de naranja por manzanas, bananas, patatas y calabazas,
para lavarlas, aplastarlas, amarrarlas, empacarlas, cargarlas y
mandarlas a Canadá.
PRONUNCIACIÓN DE LA E
5” Que el bebé cese de beber leche frente a la tele, que bese al
pelele, que me dé ese eje que le dejé, y que no se entere de lo que
pensé.
PRONUNCIACIÓN DE LA I
5" Mimí y Lilí quisieron vivir en el Mississipi sin límite vil, militar ni
civil, sin mini bikinis ni cínicos hippies, sin bilis visibles ni tinte viril.

PRONUNCIACIÓN DE LA U
7” El muy tumultuoso Frufrú del cucurucho de Uruchurtu, un gutural
zulú del sur, sucumbió ante el muy usual susurro de las burbujas de
púrpura del tul de Lulú.
PRONUNCIACIÓN DE LA M
6” Memo Medina mimaba melosamente al minino de su mamá
Manuela, mientras Modesto, muchacho moreno, remontaba las
cumbres a lomo de mula, comiendo y mascando.
6” Melesio Moreno mandaba monedas. Manolo Morales mataba
mosquitos y Amparo Mendoza comía empanadas con Mari y su
hermana en el Mesquital.

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Homilética y Oratoria William Paredes

PRONUNCIACIÓN DE LA N
6” Nació normal la nena de Nina, anunció notoriamente la nana en
un instante angustioso, aunque nunca necesitara ni ponderar
ansiosamente tan interesante nueva.
7” Nadie nota nunca que no necesariamente se entiende la noción de
nación, aunque continuamente se tengan tendencias a enderezar
endechas naturales a la nación de su nacimiento.
5” German el Matón, yendo en su camión camino a Belén, se le dio
un cerrón sin tener buen fin el panzón don Juan, según relación de
Joaquín Cancún.
PRONUNCIACIÓN DE LA L
6” Con olorosas lociones se logró calmar las maldades locas de
Lucha y Lucía, que lucían los velos y las largas colas de lóbregas
telas luengas y luctuosas.
7” Ese Lolo es un lelo, le dijo la Lola a don Lalo, pero don Lalo le
dijo a Lola: No, Lola, ese Lolo no es lelo, es un lila. ¿Es un lila, don
Lalo, ese Lolo, en vez de ser lelo? Si, Lola, es un lila y no un lelo ese
Lolo, le dijo don Lalo a la Lola.
4” La piel del jovial Manuel, siempre fiel a la ley local, luce tal, cual
la miel de un panal singular.
PRONUNCIACIÓN DE LA R
Esta letra tanto en su forma simple “ere”, como en la
compuesta “erre”, es para los latinos, la más difícil de
pronunciar, por lo que hay que practicarla para evitar el siseo.
5” Erre con erre cigarro, erre con erre barril; rápido corren y
ruedan las rápidas ruedas de los carros cargados de azúcar del
ferrocarril.
8” Un ruin relato retorcidamente redactado replica rebatiendo
rotundamente el retorno retrógrado del rebelde Ramiro Ramírez
Ramos, ratificando la reforma revolucionaria de su rutilante ruta
republicana.

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Homilética y Oratoria William Paredes

8” Recia la rajada rueda, rueda rugiendo rudamente rauda; rauda


rueda rugiendo rudamente la rajada rueda. Rueda rauda, recia
rueda, rauda reciamente rueda. Rueda recia, rauda rueda, rugiente,
rajada rueda.
5” ¡Señor, qué calor, sin par, rendidor, que por dar sabor de color
local, provoca un hedor de puro sudor! ¡Señor, qué calor!

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Homilética y Oratoria William Paredes

LECCIÓN 5
RESPIRACIÓN
En esta lección veremos ejercicios de respiración correcta,
de respiración purificadora, y de oxigenación que debe
practicar constantemente para lograr resultados. Estos
ejercicios también le beneficiarán a su aparato circulatorio.
La respiración es el principal alimento del cuerpo, se puede
vivir dos días sin beber aguar y varios sin ingerir alimento, pero
sin respirar apenas muy pocos segundos. Su práctica mejora
nuestro rendimiento físico, mental y espiritual. La respiración
da la pauta de cómo nos encontramos anímicamente,
Goraksashatakam, dice: “Cuando la respiración es inestable,
todo es inestable, pero cuando esta tranquila, todo esta
tranquilo. Por eso debemos de controlarla cuidadosamente”
EJERCICIOS
RESPIRACIÓN CORRECTA
Calma los nervios, dando consigo seguridad.
Respiremos siempre por la nariz para evitar que se
introduzcan microbios a nuestro cuerpo que nos provoquen
enfermedades respiratorias. La nariz posee bellos y mucosidad
que impide la penetración de estos
microorganismos al cuerpo. Cuando estos se
acumulan en las fosas nasales, automáticamente,
el cuerpo reacciona estornudando para
expelerlos. Si respiramos por la boca no filtramos
los microbios.
Ubíquese en un lugar espacioso y aireado,
puede ser en el patio de la casa o en cualquier
ambiente de su apartamento, siempre y cuando
tenga las ventanas abiertas. Fíjese de que estén

41
Homilética y Oratoria William Paredes

bien cerradas las válvulas de la estufa o cualquier otro aparato


o recipiente que contenga substancias volátiles contaminantes,
como thinner, gas, gasolina, alcohol, pintura, laca u otros.
Cierre bien la boca y trate de dilatar las ventanas de la nariz
y aspire lentamente mientras cuenta 1…2…3…4…5,
levantando las manos (No haga pausas mientras cuenta
mentalmente, sino hágalo sin interrupción).
Contenga el aliento contando hasta 3 (mientras contiene el
aliento, hágalo de manera natural, no haciendo un "nudo" o
"tapón" en la garganta).
Exhale lentamente el aire contando hasta 5 mientras baja
las manos.
Este ejercicio también lo puede practicar mientras camina
por la calle, cada paso hasta 5 aspire... hasta 3...contenga el
aire... hasta 5 expire y así sucesivamente.
Después de una semana, sin esfuerzo, trate de contar
aspirando hasta 7, hasta 4 conteniendo el aire y hasta 7
expirando o sacando el aire.
Repita este ejercicio hasta llegar a los 7.
RESPIRACIÓN PURIFICADORA
Este ejercicio combate la fatiga y aclara las
ideas, además de dar serenidad.
Abra ligeramente los pies y ponga las
manos juntas hacia arriba. Ahora respire
profundamente y... Vaya bajando las manos,
por intervalos, mientras va exhalando por
"golpes" el aire, hasta tratar de tocarse con la
punta de los dedos de las manos las puntas de los dedos de
los pies.

42
Homilética y Oratoria William Paredes

DE OXIGENACIÓN
Respire profundamente, y con las yemas de los dedos dese
golpecitos en el pecho mientras aspira y expira lentamente,
contando de la misma manera que el ejercicio de respiración
correcta. A esta respiración se le conoce como diafragmática,
porque cuando se logra enviar el aire a esa base de los
pulmones, el diafragma se mueve necesariamente, por lo
tanto, respiremos enviando el aire hacia esa cavidad que esta
en la parte baja de los pulmones, como aparece en la grafíca.
Puede ser que estos ejercicios al principio le mareen un
poco, le den sensación de calor y se le ruboricen las mejillas,
lo que se debe a la oxigenación de la sangre.
Recomendamos que haga lo posible por asistir a un
gimnasio, o en su lugar, caminar diariamente por lo menos
media hora, para mantener buena circulación y oxigenación en
la sangre.
Los ejercicios, antes formulados, le ayudarán a ejercitar el
diafragma, que consiste en un músculo, como un filete de un
centímetro y medio, ubicado en la cavidad toráxica del
abdomen y que sirve para guardar aire.

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Homilética y Oratoria William Paredes

EL DIAFRAGMA Y SU FUNCIÓN

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Homilética y Oratoria William Paredes

LECCIÓN 6
LA MÍMICA
LA EXPRESIÓN CORPORAL
El predicador de la Palabra de Dios debe de predisponer
mentalmente a quienes le escuchan, y luego estar dispuesto a
actuar con libertad y variedad de movimientos, usando todo su
cuerpo para apoyar lo que expone.
LOS GESTOS Y ADEMANES
Nuestro cuerpo también debe de tener expresión, porque
también hablamos con las manos y brazos, son palabras en
movimiento. Si faltan hay ausencia de ánimo.
Por tal razón, desde el momento que empieza a elaborar su
homilía, piense en la mímica que pueda darle énfasis a cada
parte del sermón, y que le serán útiles para reforzarlo. Es
recomendable que aprenda poemas y los declame frente al
espejo, para de esa forma, ejercitar gestos y ademanes.
Memorice el siguiente poema del bardo nicaragüense
Rubén Darío, y luego declámelo una, viéndose de cuerpo
entero en el espejo, haciendo las gesticulaciones tanto de
Francisco de Asís, como del lobo.
LOS MOTIVOS DEL LOBO
El varón que tiene corazón de lis,
alma de querube lengua celestial.
El mínimo y dulce Francisco de Asís,
está con un rudo y torvo animal;
bestia temerosa, de sangre y de robo,
las fauces de furia, los ojos de mal:
El lobo de Gubia, el terrible lobo.
Rabioso ha asolado los alrededores,
cruel ha deshecho todos los rebaños;
devoró corderos, devoro pastores,
y son incontables sus muertes y daños.

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Homilética y Oratoria William Paredes

Fuertes cazadores armados de hierros


fueron destrozados. Los duros colmillos
dieron cuenta de los más bravos perros
como de cabritos y de corderillos.
Francisco salió.
Al lobo buscó en su madriguera.
Cerca de la cueva encontró a la fiera enorme,
que al verle se lanzó feroz contra él.
Francisco, con su dulce voz, alzando la mano,
al lobo furioso le dijo: “¡Paz, hermano lobo!”

El animal contempló al varón de tosco sayal;


dejó su aire arisco,
cerró las abiertas fauces agresivas,
y dijo: - “¡Está bien, hermano Francisco!”
- “¡Cómo!, exclamó el santo, “¿Es ley que tu
vivas de horror y de muerte?
La sangre que vierte tu hocico diabólico,
el duelo y espanto que esparces,
el llanto de los campesinos, el grito, el dolor
de tanta criatura de nuestro Señor,
¿no han de contener tu encono infernal?
¿Vienes del infierno?
¿Te ha infundido acaso su rencor eterno
Luzbel o Belial?
Y el gran lobo, humilde: -¡Es duro el invierno
y es horrible el hambre! En el bosque helado
no halle que comer: y busqué el ganado
y a veces comí ganado y pastor.
¿La sangre?
Yo vi más de un cazador sobre su caballo,
llevando el azor al puño; o correr tras el jabalí,
el oso o el ciervo; y a más de uno vi
mancharse de sangre, herir, torturar,
a los animales de Nuestro Señor,

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Homilética y Oratoria William Paredes

y no era por hambre que iban a cazar.


Francisco responde:
- En el hombre existe mala levadura.
cuando nace viene con pecado. Es triste.
Mas el alma simple de la bestia es pura.
Tú vas a tener desde hoy que comer.
Dejarás en paz rebaños y gente de este país.
¡Que Dios melifique tu ser montaraz!
- Está bien, hermano Francisco de Asís,
- Ante el Señor, que todo ata y desata,
en fe de promesa tiéndeme la pata.
El lobo tendió la pata al hermano
de Asís, quien a su vez le alargó la mano.
Fueron a la aldea.
La gente veía y lo que miraba casi no creía.
Tras el religioso iba el lobo fiero,
y baja la testa, quieto le seguía
como un can de casa, o como un cordero.
Francisco llamó la gente a la plaza y allí predicó,
Y dijo – He aquí una amable caza.
El hermano lobo se viene conmigo;
me juró no ser ya vuestro enemigo
y no repetir su ataque sangriento.
Vosotros, en cambio, daréis su alimento
a la pobre bestia de Dios.
- ¡Así sea! Contestó la gente toda de la aldea.
Y luego, en señal de contentamiento,
movió testa y cola el buen animal
y entró con Francisco de Asís al convento.
Algún tiempo estuvo el lobo tranquilo
en el santo asilo. Sus vastas orejas los salmos
oían y los claros ojos se le humedecían.

Aprendió mil gracias y hacía mil juegos


cuando a la cocina iba con los legos.

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Homilética y Oratoria William Paredes

Y cuando Francisco su oración hacia,


el lobo las pobres sandalias lamía.
Salía a la calle, iba por el monte, descendía al valle,
entraba a las casas y le daban algo de comer.
Mirábanle como a un manso galgo...
Un día, Francisco se ausentó.
Y el lobo probo, desapareció.
Torno a la montaña
y recomenzaron su aullido y su saña.
Otra vez sintióse el temor, la alarma
entre los vecinos y entre los pastores;
colmaba el espanto los alrededores,
de nada servían el valor y el arma,
pues la bestia fiera no dio tregua a su furor jamás,
como si tuviera fuego de Moloch y de Satanás.

Cuando volvió al pueblo el divino santo,


todos lo buscaron con quejas y llanto,
y con mil querellas dieron testimonio
de lo que sufrían y perdían tanto
por aquel infame lobo del demonio.
Francisco de Asís se puso severo.
Se fue a la montaña a buscar al falso lobo carnicero.
Y junto a su cueva halló a la alimaña.

-“En nombre del Padre del sacro Universo,


conjurote, dijo, ¡oh lobo perverso!
A que me respondas: ¿Por qué has vuelto al mal?
Contesta, te escucho.
Como en sorda lucha hablo el animal,
La boca espumosa y el ojo fatal:
-“Hermano Francisco, no te acerques mucho...
yo estaba tranquilo allá en el convento;
al pueblo salía y si algo me daba estaba contento y
manso comía.

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Homilética y Oratoria William Paredes

Mas empecé a ver que en todas las casas


estaban la envidia, la saña, la ira,
y en todos los rostros ardían las brazas
de odio, de lujuria, de infamia y mentira.
Hermanos a hermanos hacían la guerra,
perdían lo débiles, ganaban los malos,
hembra y macho eran como perro y perra,
y un buen día todos me dieron de palos.
me vieron humilde, lamía las manos y los pies.
Seguía tus sagradas leyes,
todas las criaturas eran mis hermanos,
los hermanos hombres, los hermanos bueyes,
hermanas estrellas y hermanos gusanos.
Y así, me apalearon y me echaron fuera,
y su risa fue como agua hirviente,
y entre mis entrañas revivió la fiera,
y me sentí lobo malo de repente:
Mas siempre mejor que esa mala gente.
y recomencé a luchar aquí,
a mi defender y a m alimentar,
como el oso hace, como el jabalí,
que para vivir tiene que matar.
Déjame en el monte, déjame en el risco,
déjame existir en mi libertad,
vete a tu convento, hermano Francisco,
sigue tu camino y tu santidad.
El santo de Asís no le dijo nada.
Lo miró con una profunda mirada,
y partió con lágrimas y con desconsuelos,
y habló al Dios eterno con su corazón.
El viento del bosque llevó su oración,
Que era: ¡Padre nuestro, que estás en los cielos...!

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Homilética y Oratoria William Paredes

Los predicadores sin experiencia saben que lo que más se


dificulta, al hacer uso de la palabra en público, es qué hacer
con las manos. Quisieran ser un pinocho para destornillarlas,
atarlas, y guardarlas en cualquier rincón, o colgarlas en
cualquier clavo de la pared, olvidando que estos miembros con
sus movimientos acordes con lo expresamos son muy útiles.
Sirven tanto, que se cuenta que en una ocasión un predicador
en lo más álgido de su sermón se le llenó la nariz de un humor
espeso y pegajoso, que pugnaba por bajar, y cuando se llevó
la mano a la bolsa que debía portar el pañuelo, se dio cuenta
que no lo tenía, ante el apremio se dirige a la caja
dispensadora de toallitas que estaba junto al púlpito y para su
sorpresa estaba vacía. No sabiendo que hacer ante tal
emergencia, optó por exclamar:
-“¡Créanme, hermanos, que cuando venía hacia acá, vi un pajarote
con un gran pico! -Diciendo esto, pasó la manga del saco por la
nariz, arrastrando con ella tan molesta flema, y luego agregó: -
“¡Tal pájaro, tenía una gran cola! -Al expresar esto último, pasó
con fuerza la mano por detrás del saco. Con tales ademanes,
salió del apuro.
Sin embargo, no se recomienda el manoteo excesivo,
porque da la idea de la falta de capacidad del orador para
convencer. Si sucede tal situación, es bueno que no se tenga
ningún papel en las manos porque se notará la alteración
nerviosa con más énfasis.
La cara nos ayuda al control y complementa a las palabras,
pero los gestos deben ser sobrios, sencillos, sin exageración,
tampoco cómicos ni ridículos. Use la cara, las manos y los
pies, con mesura, ¡pero úselos! Es necesario que reflejemos
en el rostro el estado de ánimo del momento.

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Homilética y Oratoria William Paredes

Alegre Compungido Tímido Enojado Triste Abochornado


Los ademanes dan énfasis a las palabras y ayudan también
a aplacar sus nervios. No mantengamos las manos cogiendo
con fuerza el púlpito como si este o nosotros nos fuéramos a
caer, ni tampoco movamos las manos de tal manera que
pareciéramos volar, tampoco hay que moverse en torno a la
plataforma como león enjaulado. Es necesaria la moderación o
sobriedad. Guardar el punto de equilibrio.
Cuando usted predica todo su ser debe de entrar en acción,
por lo que ha de tener vivacidad en los movimientos.
 La expresión de los ojos debe de manifestar, según sea el
caso, alegría, tristeza, entusiasmo, frialdad, entereza o temor.
 Los músculos de la boca sonriendo, la risa es una
comunicación no verbal. Si le dirigimos una sonrisa a la gente,
nos la devuelve con creces. Cuando reímos se contraen los
músculos del abdomen y del pecho, y las pulsaciones del
corazón aumentan, logrando que el cuerpo se sienta bien.
 Los brazos, manos y pies accionan dando énfasis a las
palabras, por lo que si es necesario salte, camine o corra. La
facultad de expresión de nuestros miembros superiores e
inferiores es extraordinaria.
 Mueva el cuerpo al compás de la expresión, hacia adelante,
atrás o a los lados. Pero, con moderación. No olvide que Dios
predica por medio de nuestro cuerpo.

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Homilética y Oratoria William Paredes

EL HUMOR EN LA PREDICACIÓN
Hay que tener en cuenta que el humor es parte de nuestro
diario vivir. Escuchamos anécdotas divertidas desde que
somos niños, hasta nuestra etapa final de la vida.
El expositor de la Palabra de Dios, puede hacer uso de esta
función, siempre y cuando no caiga en la vulgaridad. Tener
siempre presente la máxima que dice: “si te valorizas, no se
vulgariza.” No hay excusa para lo procaz, ni para las
chabacanerías con el fin de hacer reír porque causan ofensas,
teniendo siempre en cuenta que no es un comediante, por lo
que debe de usar el humor con sabiduría a fin de que su
prédica sea más efectiva. Sin embargo, debe de ponerlo en
juego en sus sermones, ya que el humor viene a responder a
la necesidad que sentimos de vez en cuando de escapar a la
seriedad del pensamiento que exteriorizamos, además de que,
una buena ocurrencia, hace reír espontáneamente a sus
oyentes y les relaja el cuerpo. Pero, si no tiene capacidad para
ello no debe de hacerlo.
Es válido comenzar un sermón contando una historia
jocosa, para que se ponga a trabajar a la catecolamina, a la
que se suele llamar la “hormona de la risa”, la cual es
segregada cuando logramos que las personas reían, lo que
hará que tengan mejor capacidad de respuesta.
Si les damos una pizca de humor a nuestras exposiciones
traerán descanso y deleite a quienes los escuchan, lo cual
también levanta la atención. Es bueno agregar que nunca
deberá bromearse de la oración, ni de la Cena de Señor. El
humor ha de ser únicamente para ponerle condimento al
sermón.

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Homilética y Oratoria William Paredes

LECCIÓN 7
LA ELOCUENCIA
Esta aptitud tiene que ver con el habla, la cual es la más
singular expresión del ser humano, y que le diferencia de los
demás seres creados. De manera general, la elocuencia es el
arte del bien decir o sea saber hablar bien, con serenidad,
empleando solamente los términos más apropiados y
convincentes, dando al acento y a la voz la adecuada medida
para persuadir y conmover, con energía, las emociones que
agitan nuestro propio ánimo. Es un don humano que se
perfecciona con ingenio y ejercicio.
Concepto: Es el arte de hablar en público con sencillez y
corrección, y con la capacidad de convencer, persuadir,
instruir, conmover y hasta divertir a nuestros oyentes, por
medio del contacto de nuestras ideas y sentimientos.
Dentro de esta tenemos la palabra, el elemento más eficaz
para transmitir el mensaje. Por lo tanto, la elocuencia, es el
arte que más deben de ejercitar los heraldos de Dios, para
lograr un buen manejo expresivo. De ahí que es indispensable
que hagamos uso de la misma con entusiasmo, con el ánimo
de contagiar a quienes nos escuchan.
Hablar con entusiasmo, expresándonos con fervor, pero sin
desgañitarse, sin gritar, tampoco expresarnos con desgano o
indiferencia, y ya que nos referimos a convencer y persuadir,
es bueno que indiquemos que significan éstas capacidades:
1. Convencer: Es la facultad que se dirige a la inteligencia,
haciendo que la mente de quien nos escucha, entienda la
verdad del evangelio y se posesione de él.
2- Persuadir: Consiste en la habilidad que tiene el predicador
para lograr que los oyentes asimilen lo expuesto en el
mensaje.

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Homilética y Oratoria William Paredes

Elementos: Lógico e intelectual. Va hacia la inteligencia con


razonamientos que prueban las verdades reveladas.
Patético o sentimental: Son aquellos medios de que se vale
el predicador para despertar la emoción.
EL VALOR DE LA ELOCUENCIA
La elocuencia de un mensajero de Dios es importante para
la causa del evangelio. Sin ésta el mensajero no tendría éxito,
y sus palabras no irían inspiradas por el Espíritu Divino. No
podría ser un portavoz de Dios.
ELOCUCIÓN
Concepto: Es la manera de distribuir las palabras y los
pensamientos en un discurso, dicho en otros términos, la
elocución es la manifestación de los pensamientos y
sentimientos por medio del lenguaje oral, o sea, que se refiere
a las propiedades o cualidades que debe tener el sermón.
El vocablo “elocución” se deriva de la voz latina “locus” que
significa “palabra”, y encierra dos partes importantes:
pensamiento y lenguaje.
El pensamiento: Consiste en la capacidad de comparar,
combinar y estudiar las ideas, y el Lenguaje: en el vehículo por
el cual se expresan las ideas por medio de vocablos, que
constan de dos o más sílabas.
Las palabras, también se forman por derivación, lo cual se
da cuando toman su origen de otra palabra del mismo idioma,
o por medio de otros signos convencionales. La gramática
considera a las palabras como partes del discurso y las
clasifica y designa con diversos nombres, según las distintas
especies de ideas que expresen.

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Homilética y Oratoria William Paredes

Las dicciones o conjunto de palabras que expresan una


idea, un pensamiento o un sentimiento, se dividen en frases y
oraciones. Son oraciones cuando llevan verbo y frases cuando
carecen de éste. Ejemplo: Frase: La casa blanca. Oración: La
casa es blanca.
En otra parte dijimos que predicar es un arte y una ciencia.
El arte en el sermón lo aporta el predicador, y el cual consiste
en utilizar apropiadamente las palabras y el rhema, mensaje o
ciencia lo inspira el Espíritu Santo.
Para adquirir un vocabulario aceptable es necesario
conocer el significado de las palabras, lo cual se alcanza por
medio de diccionarios y escritos de autores connotados.
UNIDAD DEL LENGUAJE O ILACIÓN
Dentro del lenguaje hablado es importante referirse a la
ilación, es decir la elección y combinación de las palabras
distribuidas entre acentos y pausas, para que resulten
agradables en su sonido y armonía, Para Lucio Séneca,
escritor hispanolatino “el lenguaje es el espejo del alma, cual es la
vida, tal es el hablar”. (como lo veremos detenidamente en el
bosquejo en la página 61).
El dominio de la idea principal o foco del mensaje debe de
mantenerse hasta la conclusión del sermón, por ningún motivo
hay que separarse, aún cuando tengamos que recurrir a
contextos Póngase un “bip” o chicharra en el cerebro, para que
cuando se de cuenta que se ha apartado, le suene y retorne
inmediatamente al quid.

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Homilética y Oratoria William Paredes

LECCIÓN 8
EL SERMÓN Y EL MENSAJE
COMUNICACIÓN CRISTIANA
En general el vocablo comunicación se deriva del latín
comunicare, que significa poner en común, relacionarse con,
compartir, estar en comunión, siendo sus herramientas el
cuerpo y el vestuario, tanto como la palabra y la escritura.
Elementos de la comunicación cristiana:
 Emisor.
 Interprete.
 Sermón.
 Receptor.
 Respuesta
Es un proceso de relación entre Dios que inspira el mensaje
(emisor), el predicador que lo sirve (intérprete) y la
congregación que lo recibe (receptor), quien emite una
respuesta.

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Homilética y Oratoria William Paredes

EMISOR
(MENSAJE)
INTERPRETE

SERMÓN

RESPUESTA

RECEPTOR
MENSAJE
El sermón, es pues, la pieza homilética que elabora el
predicador, pero el mensaje lo construye Dios, y es por medio
del cual manifiesta su gracia, caridad y enternecimiento por las
almas, así como, nos muestra sus promesas. Pero también,
donde hace ver la conducta que espera de nosotros.
Es el rhema o inspiración del Espíritu Santo que fluye hacia
el hombre de Dios que predica.
Por medio del mensaje, Dios por nuestro medio, hace algo
que perdurará en el tiempo y por la eternidad. Por lo que debe
de ser inspirado por Él: “Vive Jehová, que lo que Jehová hablare,
eso diré.” 1ª. Reyes 22.14. Denunciando el pecado o
transgresión a la ética cristiana, y los resultados que trae
consigo: cadenas de opresión, angustia, dolores, pesares,
muerte física, espiritual y eterna.

Debe ante todo, ensalzar a Jesucristo, quien es el centro,


como Dios de dioses y Señor de señores. Ha de referirse a su

57
Homilética y Oratoria William Paredes

preexistencia, nacimiento, vida, palabras, y la cruz donde el


pecador encuentra la solución a sus inquietudes y la
cristalización de sus metas.
Para Salomón, rey sabio que tuvo todo lo que un ser
humano puede desear, al final de su existencia nos enuncia
cual ha de ser la cristalización de la meta de metas: “El fin de
todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus
mandamientos; porque esto es el todo del hombre.” Eclesiastés
12.13.
Por lo que el mensaje debe de pronunciarse con pasión,
convencidos de que en ese momento están en juego cosas
trascendentales en la vida de muchos oyentes: Habrán
quienes estén pensando en el suicidio, porque están
desvalorizados; en abandonar su hogar, en el divorcio, o en
tantas otras vicisitudes por las que el hombre atraviesa.
SERMÓN
Consiste en la prédica que tiene por objeto la exposición de
un tópico de la Palabra de Dios (perícopa), con el fin ya
enunciado en otra parte, de convencer, persuadir e ilustrar,
deleitando a los oyentes. En la exposición del sermón debe de
haber armonía entre cada una de sus partes, como un motor
en cuyos engranajes hay sincronía para su buen
funcionamiento.
El sermón es el atuendo o vestuario del mensaje, en el que
se ponen en juego el gusto refinado y las habilidades
humanas, tales como la imaginación, y la retórica.
En cuanto al sermón evangelístico, diremos, que este
consiste en la proclamación del Evangelio en el Poder del
Espíritu Santo, con el propósito de llevar a las personas a una
decisión por Cristo, a fin de producir cambios y
transformaciones, por lo que las palabras con las que se
exponga deben de ir cargadas de dinamismo. No se trata de
entretener a la gente, sino de confrontarla con la Palabra de

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Homilética y Oratoria William Paredes

Dios, y luego cuando se sientan “fotografiados” en la Palabra,


consolarles diciéndoles que hay perdón si nos arrepentimos, y
convertimos. Jamás olvide anunciar el precioso misterio del
perdón de Dios para el corazón contrito y humillado.
Ningún otro tipo de comunicación tiene la importancia de la
predicación evangélica: “Porque no me avergüenzo del evangelio,
porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree; al
judío primeramente, y también al griego.” Romanos 1.16.
Los requisitos son: Sencillez. Adecuar la predicación al
lenguaje de quines nos oyen y conocimiento, hablar de lo que
se sabe, se siente, y se ha vivido.
EL INTÉRPRETE
Es el instrumento que Dios utiliza para que en su sermón
de a conocer el mensaje.
EL RECEPTOR
Lo constituye quienes escuchan al predicador, y están
integrados por una iglesia pequeña o numerosa, que pueden
reunirse en un templo, carpa, o a la intemperie si se trata de
una campaña evangélica al aire libre.
RESPUESTA
Esta viene de parte del receptor, siempre y cuando el
predicador haya sido lo suficientemente entendido en su
exposición. La verdadera respuesta no siempre se manifiesta
cuando el receptor, a requerimiento del emisor, acude hacia el
frente, ya que, puede ser que no haya entendido mucho y
accione de esa manera movido por una invitación. La
verdadera respuesta puede ser omisa, en otras palabras, el
receptor no acude al frente, pero, la Palabra queda sembrada
de tal manera que le ha edificado y hecho impacto en su alma,
haciéndole estar seguro en su fe, y a la vez, le conmina a
seguir escudriñando.
LA PREDICACIÓN

59
Homilética y Oratoria William Paredes

La predicación, entonces, viene a ser la exposición de la


pieza oratoria en donde se conjugan el aporte del predicador
(sermón) y el rhema del Espíritu Santo (mensaje). Por lo que
no debe de hacerse con desgano, ni negligencia, sino
despertando el interés de la grey.
La predicación a la vez que es un arte, es una ciencia. El
arte en cuando al sermón, y la ciencia en cuanto al mensaje.
La predicación es la que distingue a la iglesia evangélica de
las sectas. Es la que le da vida, la que le da connotación en
medio de un mundo sin esperanza, sin ésta no podría subsistir.
Según Kart Barth, el Creador se reveló al mundo de tres
maneras: con la Palabra proclamada, escrita y revelada. Para
Cerril R. Abber, la predicación es la manifestación divina-
humana que conmina a los hombres al arrepentimiento. A un
encuentro con Dios, en labios de un testigo convencido.
Dicho de otro modo, es la comunicación de la verdad por un
hombre a toda la humanidad.
No olvidemos que predicar es proclamar el Evangelio al
pueblo con el propósito de enseñar, persuadir, consolar, y
exhortar, teniendo siempre en mente que el mensajero y el
mensaje se experimentan juntos y así como el predicador se
prepara espiritual, mental, emocional y físicamente, también
debe de predicarse así mismo antes que a la congregación,
como ya dijimos: escribiendo y leyendo, siendo su voz y oído
al mismo tiempo. El que predica aprende dos veces: cuando
estudia y cuando expone, y tomando en cuenta que Dios nos
confeccionó con intelecto y emociones, por lo que hay que
recurrir a ellos en cada exposición. Para Blackwood, predicar
“es la verdad de Dios proclamada por una persona escogida, con el
fin de satisfacer las necesidades humanas.”
En todas las épocas el Señor ha hablado al mundo por
medio de la predicación de hombres y mujeres por igual.

60
Homilética y Oratoria William Paredes

ELEMENTOS BÁSICOS QUE DEBE CUBRIR TODA


PREDICACIÓN
A- Enseñar: Un mensaje sin enseñanza es vana palabrería. El
predicador tiene la obligación de enseñar para salvar a sus
oyentes por la locura de la predicación, y no por la predicación
alocada. Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció
a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes
por la locura de la predicación. (1ª. Corintios 1.21). Es en esencia
enseñar las cosas desconocidas, por lo que es sumamente
necesario que conozca el tema que expone.
B- Persuadir: Debe de llegar a la mente y al corazón de quien
escucha. Tener la seguridad que hará una diferencia: Nunca
la palabra regresará atrás vacía, hará la obra para la cual fue
enviada. Isaías 55.11: Así será mi palabra que sale de mi boca; no
volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será
prosperada en aquello para que la envié.
2ª. Timoteo 4.1-2: 1Te encarezco delante de Dios y del Señor
Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su
manifestación y en su reino, 2que prediques la palabra; que instes a
tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda
paciencia y doctrina.
C- Exhortar: Motivar a los hermanos a que vivan conforme a la
voluntad del Señor, a que lean la Biblia, oren, y asistan a los
cultos. Tomando en cuenta que exhortar no es regañar. No ha
sido enviado a pelear con las personas. Tras el púlpito debe
de haber dulzura y amabilidad. El famoso predicador
Spurgeon solía decir: “una gota de miel atrae más moscas que una
taza de vinagre”.

Resumiendo, las cuatro cosas que la predicación logra con


relación a la iglesia son:

61
Homilética y Oratoria William Paredes

1- Transmitir la Palabra de Dios para su edificación.


2- Es la base fundamental, porque es el órgano que le da vida.
3- Es la que la mantiene unida.
4- La hace crecer en calidad y cantidad.
En los principios de la iglesia evangélica, (Hechos 6.4,7).
Vemos, con pena, que los apóstoles descuidaron los asuntos
eclesiásticos por labores seculares, servir a las mesas, y por
tal razón surgió el descontento entre griegos y hebreos, sin
embargo, al darse cuenta de la situación, la subsanaron,
eligiendo a personas para servir a las mesas y ellos se
dedicaron a lo que les correspondía: 4Y nosotros persistiremos en
la oración y en el ministerio de la palabra.
Lo que trajo consigo un gran fenómeno espiritual: 7Y crecía
la palabra del Señor.
Significa que tuvieron tiempo para orar y escudriñar las
Escrituras, lo que redundó en alcance de almas salvadas: Y el
número de los discípulos se multiplicaba grandemente en
Jerusalén.
Al grado que permearon al campo enemigo: También
muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.

LECCIÓN 9
ESTUDIO PREVIO DE LO QUE SERÁ EL SERMÓN

62
Homilética y Oratoria William Paredes

Antes de comenzar el estudio de su


próxima prédica, procure estar solo, sin que
nadie le interrumpa, ubicándose en un lugar
conveniente, mejor si es en un escritorio, pero
si carece de ese mueble puede hacerlo en la
mesa del comedor, y teniendo a mano, como
mínimo, los siguientes materiales:

o Una Biblia de estudio, preferiblemente de letra grande y de


márgenes amplios, para hacer anotaciones sobre ellos, con
letra pequeña y legible,
o Un Diccionario Bíblico,
o Un Diccionario de la Lengua Española,
o Un Comentario Bíblico, mejor si es
exegético,
o Un libro de ilustraciones y anécdotas,
o Recortes de periódicos y revistas.
o Lápiz, bolígrafo y marcadores de colores, para textos,
o Un cuaderno para apuntes.
Reiteramos que dicho material lo debe tener a mano, sobre
su escritorio, cualquier interrupción en busca de un libro o de
un lápiz, le hará perder la concentración sobre el trabajo. Hay
que ser ordenado.
Si ya tiene el tema, es decir, el asunto o materia que va a
desarrollar, debe de buscar el pasaje o versículos que se
adecuen al mismo. Por el contrario si lo que tiene es esto
último, entonces de los mismos debe de entresacar el título y
el tema.
Antes de usar el material descrito, se recomienda que se
estudie el pasaje base del mensaje varias veces.

63
Homilética y Oratoria William Paredes

Hay predicadores que leen muchas veces el trozo de la


Palabra sobre el que van a dar el mensaje antes de empezar a
usar su material. Varias lecturas le ayudarán a concentrarse
en el tema y el título. Se dice que Moody, leía cincuenta veces
el pasaje, antes de exponer su próximo sermón.
La concentración es indispensable cuando se quiere tener
un buen entendimiento del contenido de lo que será el sermón
que se va a exponer y le ayudará a obtener profundos
conocimientos.
Para alcanzar un buen grado de concentración se necesita
detención y atención. Le recomendamos los siguientes pasos
para lograrlo:
1. Trate de estar, como ya apuntamos, a solas y en silencio.
2. Regule su respiración, ejercitándola como ya se le indicó.
3. Adopte una postura tranquila, siéntese ligeramente inclinado
hacia su Biblia.
Mantenga los pies levemente abiertos, sin entrelazarlos ni
cruzar las piernas.
En seguida hágase y responda las siguientes preguntas:
- ¿Por qué voy a predicar? o ¿Qué objetivos voy a alcanzar?
Qué me motivo lo impulsa.
- ¿A quiénes?
Niños, jóvenes o adultos, militares,
universitarios.
- ¿Alusivo a qué es la reunión?
Casamiento, aniversario de la iglesia, servio
fúnebre.
- ¿Qué voy a predicar?

64
Homilética y Oratoria William Paredes

Qué perícopa voy a escoger. Cuál será el tema. Tiene que ser
de lo que conozco, pienso y vivo. ¿Qué quiero que la los que
me oyen recuerden?
- ¿Cuándo?
La fecha que tiene en la agenda.
- ¿Dónde?
Auditorio, templo grande, o pequeño. El lugar es tan
importante como el sermón.
Según el recinto así será mi gesticulación.
A la intemperie, puede haber según la estación, frío, lluvia,
calor, viento, los cuales pueden ser enemigos o aliados.
- ¿A qué horas?
Mañana, tarde o noche.
- ¿Qué resultados voy a alcanzar?
En una ocasión cuando Moody iba a predicar a Inglaterra se
le preguntó ¿a qué va a ese país? El respondió: a ganar diez
mil almas para Cristo. Y, efectivamente, cuando se hicieron
números, diez mil aceptaron en esa semana de campaña.
No se conformó, como alguien que dijo: --Noé predicó ciento
veinte años y ni uno se convirtió. Que puedo esperar yo, por lo menos
cumplo con mi responsabilidad.
4. Lea varias veces su porción bíblica detenidamente y con
atención.
5. Imagine los personajes, ámbito y sucesos que aparecen en
el pasaje. Viva los acontecimientos. “Póngase dentro de los
zapatos del protagonista”. Viva con ellos y experimente como
Dios les hablaba, y logrará que quienes lo escuchan también
sientan lo mismo. Que la historia invada nuestra vida y nos
ilumine. El predicador posee el texto cuando el texto lo posee a
él.

65
Homilética y Oratoria William Paredes

6- Presénteles con su mensaje el evangelio a los inconversos


y edifique a los creyentes. Aproveche a enfatizar los estados
de ánimo tanto mentales, como físicos, de los personajes
principales de su sermón, ya sean estos enfermedad, miedo,
esperanza ante la desesperanza, guerra, desintegración
familiar, inmoralidad, abandono, corrupción. Así como, la
reacción de un ser humano frente al dolor de sus semejantes,
y la acción salvadora de Dios. Muéstreles como cuando los
recursos humanos se agotan viene la oportunidad del Altísimo.
7. Extracte los siguientes elementos que aparezcan en el trozo
bíblico seleccionado:
a) Personajes principales: Estos son los protagonistas de la
historia, sin ellos no podría narrarse. Si le quitamos el lobo al
cuento de la Caperucita Roja, no podría relatarse la fábula.
Por ejemplo, en la historia de Zaqueo que aparece en los
siguientes versos: 1Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba
pasando por la ciudad. 2Y sucedió que un varón llamado Zaqueo,
que era jefe de los publicanos, y rico, 3procuraba ver quién era
Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de
estatura. 4Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para
verle; porque había de pasar por allí. 5Cuando Jesús llegó a aquel
lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa,
desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.
6
Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. 7Al ver esto, todos
murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre
pecador. 8Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí,
Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he
defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. 9Jesús le dijo:
Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es
hijo de Abraham. 10Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a
salvar lo que se había perdido. Lucas 19.1-10.

66
Homilética y Oratoria William Paredes

Los personajes principales son únicamente dos: Jesús y


Zaqueo.
b) Personajes secundarios: Los murmuradores y la
muchedumbre que seguía a Jesús.
c) Ámbito o lugar (territorio: ciudad, pueblo, aldea, casa, río,
lago), en este caso la calle principal de Jericó y el árbol
sicómoro.
d) La trama o nudo, es el "suspense" o expectación de la
historia: ¿Logrará
Zaqueo su objetivo? y si lo alcanza ¿Qué hará Jesús con
él?
e) El desenlace o resultado: Zaqueo no sólo es perdonado de
sus pecados, sino el mismo Señor se hospeda en su casa.
7. Pídale al Señor inspiración y revelación, El se la dará.
8. Cuando vaya a la cama, continúe meditando sobre lo
mismo.
9. Piense también en cómo va a comenzar, desarrollar y
terminar el mensaje.
Dramatice la situación por las siguientes razones:
 Porque estimula la imaginación de los oyentes para lograr
el mayor índice de comprensión.
 Refuerza la credibilidad, ya que la audiencia “siente” la
historia.
 La gente se identifica con los personajes de la historia.
Luego, el material que tiene a su disposición le servirá para
lo siguiente:
a) En la Biblia de estudio localizará los versículos o pasaje que
será objeto del mensaje.

67
Homilética y Oratoria William Paredes

b) Si se encuentra con personajes o ámbitos (lugares) que le


son desconocidos, remítase al Diccionario Bíblico.
c) Si hay palabras de las que no sabe su significado,
búsquelas en dicho diccionario, por ejemplo: adarga, basilisco,
mandrágora, maná, anatema.
Si algunas palabras no aparecen en el Diccionario Bíblico,
las encontrará en el Diccionario de la Lengua Española, en
donde también, si es un buen diccionario, le describirá los
sinónimos y antónimos y de que voces se deriva, si del latín,
griego, hebreo.
e) Si se encuentra en la Biblia con pasajes que le son
incomprensibles recurra al Comentario Bíblico, ahí encontrará
una buena explicación.
f) Recortes de periódicos y revistas, le serán útiles para
enriquecer más sus conocimientos y le pondrán a tono con la
situación mundial en todos los órdenes.
g) El libro de ilustraciones y anécdotas lo consultará para
buscar algunas que se ajusten a la prédica, éstas le pondrán
las gráficas y la harán más amena.
El Señor Jesús hizo mucho uso de esta técnica.
Acuérdese de que predicar es un acto divino y humano, por
lo que además de la Biblia, hay que recurrir a otros campos del
pensamiento.
ILUSTRACIONES
La palabra ilustrar, significa dar luz. Abrir las ventanas para
ver mejor lo que nos rodea. La fuente de donde las podemos
extraer son: nuestra propia observación y el archivo. Sin
embargo, le sugerimos no abusar de éstas, dos o tres a lo
largo del mensaje son recomendables.

68
Homilética y Oratoria William Paredes

Ventajas de su uso:
1- Le da vida al sermón al recurrir a la imaginación.
2- Refuerza el argumento,
3- Ayuda a retener lo expuesto,
4- Le da un toque de buen humor,
5- Atrae la atención de las personas de todas las edades.

69
Homilética y Oratoria William Paredes

LECCIÓN 10
EL TEMA
El tema consiste en la materia que se abordará en el
sermón, el que, por supuesto, debe de conocer bien el
expositor. Debe de conocer el tema mejor que aquellos que le
oirán. Debe de ser conciso, necesitando a lo sumo de tres a
cuatro palabras, y por supuesto, que debe de tener relación
con la perícopa. Término que se deriva de las voces griegas
peri, que significa “alrededor” y copa “contenido”. Esta consiste
en trozos bíblicos que contienen unidad independiente, es
decir, que unos cuantos textos abarcan en su totalidad la
historia, leyenda, o parábola que será objeto de la predica.
Una vez seleccionada se debe recabar más datos para
enriquecerla.
El tema ayuda al predicador cuando hace su homilía, y
cuando lo expone (oratoria), también ayuda a los oyentes a
entender el sermón por llevar secuencia.
Las ventajas del tema en cuanto al predicador: lo hace
sentir motivado al externar su sermón y le economiza tiempo.
En cuanto a la congregación: se ubica con facilidad al saber de
que está hablando el expositor.
CLASES DE SERMONES
Hay varios tipos de sermones, de acuerdo a nuestro criterio.
En este manual trataremos de deslindar los más comunes:
A- Textual,
B- De lectura bíblica, y
C- Expositivo.

70
Homilética y Oratoria William Paredes

TEXTUAL
Se da cuando la predicación va a basarse en un solo texto,
al que es necesario que le de una recta interpretación, y
dividirlo de acuerdo a la enseñanza general de la Biblia,
aplicándolo a las necesidades de la congregación.
Consideramos que es el mensaje más complicado, por requerir
minuciosidad en la preparación.
Para el caso se escoge un texto, luego se estudia
exhaustivamente palabra por palabra en el Diccionario Bíblico
y en el de la Lengua Española, así como en los Comentarios
Bíblicos a efecto de encontrar la exégesis o interpretación de
esas palabras y su semántica u origen y significado. Una de
las ventajas es que ayuda a los oyentes en su madurez, en la
gracia, y en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 2ª.
Pedro 3.18: Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Ejemplo: “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva
de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos
6.23).
Tratemos de desglosar los siguientes vocablos: Paga,
pecado, muerte, dádiva, Dios, vida, eterno, Cristo, Jesús, Señor.
Paga: De acuerdo al Derecho Laboral, un convenio de
trabajo liga a dos personas por medio de un contrato: el
empleador y el empleado. Ambos tienen derechos y
obligaciones. El empleado tiene la obligación de trabajar para
quien lo contrato, pero al mismo tiempo le asiste el derecho de
reclamar un pago por las horas laboradas. El empleador, por
su parte, tiene el derecho de exigir al empleado que trabaje
para él, pero también tiene la obligación de pagarle cuando
aquel ha cumplido con su faena.

71
Homilética y Oratoria William Paredes

En el verso que emplea Pablo, nos habla de paga, por lo


que también relaciona un contrato entre dos personas:
Empleador, Satanás y empleado, el pecador. Satanás espera
que el pecador viva quebrantado la ley de Dios,
continuamente, porque ese es su trabajo, para lo cual él
(Satanás) como patrono le retribuirá con creces su tarea,
pagándole con un cheque cuya figura siniestra tiene una
calavera y dos fémur cruzados, es decir, que el empleado
recibirá como salario muerte: La paga del pecado, es muerte.
Nos sólo muerte física, sino también espiritual y eterna.
El término “pecado” es griego, cuya palabra en español es
errar, no atinar, no dar en el blanco.
ERRAR EL BLANCO
Existía antiguamente en Grecia, cuna de la cultura de
aquel tiempo, una manera de expresarse entre
los que practicaban el deporte de "sagitario", es
decir, lanzar flechas al blanco, utilizando para el
efecto un arco. Costumbre que aún se practica en
Francia. Cuando el arquero erraba el blanco se
decía que pecó, lo que equivale a errar.
Muerte: Resuena en todos los oídos la pregunta del millón
externada por el paradigma, o modelo de la paciencia, Job:
(14.14): Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?
Para dar respuesta ante tan importante interrogante,
debemos de referirnos a lo que es la muerte:
I- Muerte, entendida de manera común: “la cesación de la
vida”.
a) Paga por la transgresión, de acuerdo a la Biblia:
Romanos 5.12: Por tanto, como el pecado entró en el mundo por
un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los
hombres, por cuanto todos pecaron.
Romanos 6.23: Porque la paga del pecado es muerte...

72
Homilética y Oratoria William Paredes

II- Clases de muerte:


1- Física: Retornar al polvo: Génesis 3.19: pues polvo eres, y
al polvo volverás. Esta es inevitable la experimentará todo
humano.
2- Espiritual: El hombre esta fuera de la presencia de Dios.
Privado de su comunión: Génesis 3.22-24: 22Y dijo Jehová Dios:
He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el
mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del
árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. 23Y lo sacó Jehová del
huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.
24
Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén
querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados,
para guardar el camino del árbol de la vida.
Esta muerte es causa por los delitos y pecados: Efesios
2.1: Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros
delitos y pecados.
El hijo pródigo: muerto en delitos y pecados.
¡Se puede evitar!: Por la regeneración: Lucas 15.24: porque
este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es
hallado. Y comenzaron a regocijarse.
Se puede pasar de la vida espiritual a la eterna, con sólo
dar un paso, naciendo otra vez: Juan 3.38: 3Respondió Jesús y le
dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no
puede ver el reino de Dios. 4Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un
hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez
en el vientre de su madre, y nacer? 5Respondió Jesús: De cierto, de
cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no
puede entrar en el reino de Dios. 6Lo que es nacido de la carne,
carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 7No te
maravilles de que

73
Homilética y Oratoria William Paredes

te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 8El viento sopla de donde


quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde
va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
Colosenses 12.13: 12sepultados con él en el bautismo, en el cual
fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de
Dios que le levantó de los muertos. 13Y a vosotros, estando muertos
en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida
juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.
3- Eterna: Horrible expectativa de juicio y futuro hervor de
fuego: Hebreos 10.27: Sino una horrenda expectación de juicio, y
de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.
Es la que espera a los que no se arrepienten: Apocalipsis
20.14: 14Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno
sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una
corona de oro, y en la mano una hoz aguda.
Apocalipsis 21.8: Pero los cobardes e incrédulos, los abominables
y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los
mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre,
que es la muerte segunda.
III- Pero... Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?
La respuesta del millón es ¡sí! Ezequiel 18.23,31-32:
23
¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá,
si se apartare de sus caminos? 31Echad de vosotros todas vuestras
transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y
un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel? 32Porque no
quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos,
pues, y viviréis.
Juan 10.10: El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir;
yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia.
Juan 3.16: 16Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se

74
Homilética y Oratoria William Paredes

pierda, mas tenga vida eterna. 17Porque no envió Dios a su Hijo al


mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo
por él. 18El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya
ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito
Hijo de Dios. 19Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y
los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras
eran malas. 20Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y
no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21Mas el
que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que
sus obras son hechas en Dios.
Dádiva: La siguiente palabra es dádiva. Ahora, ya no se
nos habla de pago, sino de regalo, de obsequio, porque no
existe una relación laboral, y por lo tanto, no hay obligaciones
por parte de ninguno. Pero, Dios en su infinito amor, nos
regala la dicha de la vida eterna en los cielos, pero no por
méritos personales, sino por el puro afecto de su voluntad, al
haber nosotros entregado nuestro corazón a su Hijo, nuestro
Señor Jesucristo.
Vida: Esta no solamente es existencia como la piedra, o los
vegetales, que nacen, crecen, se reproducen y mueren. Las
personas que no han entregado su corazón a Jesús
únicamente existen, no saben de donde vienen, por qué están
aquí, y menos a donde van. Cuando se les pregunta al
respecto, muchos dicen que se encuentran en este mundo por
azar del destino o porque les falló el control natal a sus padres,
y acerca de adónde van, algunos responden que quien sabe y
otros que a ningún sitio, “porque muerto el perro, se acabo la
rabia.” Sin embargo, cuando se le pregunta a un cristiano,
contesta que está en esta tierra por disposición divina, ya que
fue elegido aún antes de la fundación del mundo: 3Bendito sea
el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con
toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4según
nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5en amor habiéndonos

75
Homilética y Oratoria William Paredes

predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de


Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6para alabanza de la
gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7en
quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según
las riquezas de su gracia.
Efesios 1.3-7. Y si se les inquiere sobre con que propósito Dios los
envió al mundo, saben responder con la Biblia, que de la misma
manera en que fue llamado Pablo, nosotros también: 8A mí, que soy
menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta
gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las
inescrutables riquezas de Cristo, 9y de aclarar a todos cuál sea la
dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que
creó todas las cosas; 10para que la multiforme sabiduría de Dios sea
ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y
potestades en los lugares celestiales, 11conforme al propósito eterno
que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, 12en quien tenemos
seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él. De igual
manera también contestan a la interrogante ¿Y hacia donde van
después de la vida física?: Mas nuestra ciudadanía está en los
cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor
Jesucristo. Filipenses 3.20.
Eterna: Por los siglos de los siglos en gozo y paz: 6el cual
pagará a cada uno conforme a sus obras: 7vida eterna a los que,
perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad.
Romanos 2.6,7.
Cristo: Dios hecho carne, la Palabra Viva. Cristo no es un
nombre es un título que significa el “Mesías”, el “Ungido” de
Dios. Quien no tuvo reparo en dejar su gloria para venir al
mundo y encarnarse en Jesús, para salvar al mundo del
pecado: 6el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a
Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y
estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,

76
Homilética y Oratoria William Paredes

haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Filipenses


2.6.
Jesús: Este fue su nombre como humano: Y dará a luz un
hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Mateo 1.21.
Señor: Vocablo que significa “amo” o “dueño”.
Vemos, pues, que una vez conocido el significado de cada
palabra, se necesita correlacionarlas para después trabajar el
bosquejo.
LECTURA BÍBLICA
En este caso el mensaje se basa en muchos textos afines o
paralelos de la Biblia. Partiendo de un tópico se hace un
recorrido a través de ella, por ejemplo, el amor, la alabanza, la
paciencia, el arrebatamiento de la iglesia, la gran tribulación, y
otros.
Para exponer esta clase de sermón se requiere mucha
práctica en el manejo de la Escritura.
Otro atributo que el predicador debe de tener para lograr
una buena exposición de esta clase de sermón, es ser ameno
para poder mantener la atención del auditorio, de otra manera
el sermón se tornará aburrido al estar continuamente hojeando
la Biblia.
EXPOSITIVO
Este, a nuestro juicio, es el sermón más fácil de servir y el
que mejor pueden aprovechar los oyentes, cuyas mentes
deben de ser penetradas por la luz que irradia la perícopa o
trozo bíblico. Se basa en un pasaje completo, que puede ser
una historia o parábola, la cual explicamos y definimos con
todo detalle, o sea que, lo explicamos con claridad y lógica.
Influye mucho en la voluntad del oyente porque va orientado a
persuadirlo.

77
Homilética y Oratoria William Paredes

Para el estudio del trozo bíblico, es necesario leer una y


otra vez la narración hasta dominar todos los detalles, luego
escarbar o escudriñar para descubrir la gran idea, es decir, la
veta en la mina del texto, por ejemplo: en la parábola del hijo
perdido que encontramos en Lucas 15.11-24, vemos un
interesante relato, narrado por nuestro Señor Jesucristo,
acerca de un muchacho insolente, que cansado del gobierno
de su padre, quiso largarse lo más lejos posible para evitar ser
controlado. Toda la trama nos inquieta porque nos hace ver el
amor del padre, que siempre atisbaba hacia el horizonte,
esperando al hijo perdido y de cómo cuando este regresa
fracasado, concluye perdonándolo.
A nuestro juicio la gran idea del trozo bíblico la
encontramos en el verso 17, cuando dice: “Y volviendo en sí.”
Lo que implica que los argumentos de los posibles amigos del
joven lo enloquecieron y por eso pidió la parte que le
correspondía en la herencia y luego la malgastó viviendo
perdidamente, eso es entre vicios y rameras. En otras
palabras, una vida disoluta.
Entre paréntesis queremos apuntar, que cuando por
primera vez quisimos predicar ese sermón, nos intrigó la parte
del bloque bíblico que dice: “… y les repartió los bienes.” Verso
12. Como estudiantes de Derecho, en ese entonces, sabíamos
que de acuerdo a la legislación, en la institución de la herencia,
los bienes heredados pueden entregarse a los beneficiarios
únicamente cuando el sucesor fallece. De ahí que, creyendo
que el traductor de la versión que consultábamos pudo
equivocarse revisamos otras, pero anotaban lo mismo.
Entonces pensamos que quizá el Señor “jaló de los pelos” la
parábola para narrarla. Ante tal duda acudimos al catedrático
que nos impartía Derecho Civil para hacerle saber nuestra
inquietud. Cuando le planteamos la interrogante dijo: --“Con
relación a este pasaje de la Biblia, necesitamos hacer un estudio de
derecho comparado, entre la legislación del Derecho Judío de la

78
Homilética y Oratoria William Paredes

época y nuestra legislación latina actual, y nos encontraremos que en


aquel tiempo y en aquellos países, al llegar los hijos a la mayoría de
edad, les asistía el derecho de reclamar lo que les correspondía del
haber del padre, que fue precisamente, lo que hizo el hijo de este
padre que aparece en la parábola. De ahí que, ni la traducción esta
equivocada, ni el Señor “jala de las greñas” lo expuesto.
Después de esa somera explicación, pudimos predicar
sobre este segmento de la Sagrada Escritura.
Por lo tanto, si algo no lo entendemos bien, no lo
prediquemos hasta no investigarlo exhaustivamente.
Después de localizar la gran idea destaque los hechos más
sobresalientes y subráyelos para enfatizarlos y hacer la
aplicación en el momento de la predica. Extraiga en seguida el
título y el tema de esa idea central o medular.
Ejemplo: Mateo 8.1-4: 1Cuando descendió Jesús del monte, le
seguía mucha gente. 2Y he aquí vino un leproso y se postró ante él,
diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. 3Jesús extendió la
mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra
desapareció. 4Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino
ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés,
para testimonio a ellos.
En este pasaje se destacan los siguientes hechos, que
deben de tomarse en cuenta:
1- Jesús no esquivó al leproso cuando se le acercó, como de
seguro lo hicieron los que lo seguían, por tratarse de un
inmundo. Recuerde que observaban la ley a pie juntillas: 45Y el
leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza
descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo! 46Todo
el tiempo que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro,
y habitará solo; fuera del campamento será su morada. Levítico
13.44.

79
Homilética y Oratoria William Paredes

2- El leproso se postró ante Él reconociéndolo como Dios, se


humilló ante su presencia. 2Y he aquí vino un leproso y se postró
ante él,
3- Tuvo fe al decir “Si quieres...” Parafraseando: yo sé que
puedes, todo está en que quieras.
4- Cristo lo tocó, no le importó la condición de inmundo de
aquel hombre o el temor de contaminarse o contagiarse:
3
Jesús extendió la mano y le tocó.
5- Lo sanó al instante: al instante su lepra desapareció.
6- Lo mandó, respetando la ley vigente en la época, a que el
Sacerdote certificará la curación: 4Entonces Jesús le dijo: Mira,
no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la
ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos. (Debe de
estudiarte el capítulo 14 de Levítico).
Bien, pero en dónde encontramos la gran idea en esta
historia. Consideramos que cuando le dice: “si quieres, puedes
limpiarme”. Que previamente subrayamos, porque esa
confesión implica que lo esta reconociendo como Dios y como
Médico divino, y que en su voluntad estriba el milagro.
El título podría ser: “NADIE QUE ACUDE AL SEÑOR ES DEFRAUDADO”
y el tema: “LA FE, FUNCIONA”, en base a la gran idea.
Otros patrones de la gran idea podrían ser, en el caso del
libro de Ester, el argumento que encontramos en la
interrogante de Mardoqueo: ¿Y quién sabe si para esta hora has
llegado al reino? (Ester 4.14).
A nuestro humilde juicio creemos que la parte medular del
capítulo 3 de Daniel la encontramos en los versos del 17-18:
17
He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno
de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. 18Y si no,
sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco
adoraremos la estatua que has levantado.

80
Homilética y Oratoria William Paredes

El sermón, pues, se va hilvanando paso a paso, es decir,


punto por punto, como desenredar una madeja.
CLASIFICACIÓN
Dentro de la clasificación de los sermones podemos incluir
los siguientes tipos:
 Congregacional: Motiva al cristiano a servir al Señor con
ahínco y en todas las áreas de la vida: física, mental, social,
económica, familiar, y espiritual.
 Doctrinal: Tiene por objeto enseñar al cristiano la
importancia de la fe y a prevenirlo con relación a las sectas o
falsas doctrinas.
 Ético: Incita al hijo de Dios a que permanezca fiel,
mostrando al mundo una conducta ejemplar.
 Devocional: Educa al creyente acerca de cómo debe de
adorar y alabar al Señor, no sólo en el templo, sino en
cualquier lugar. Levantar un altar a donde quiera que se
encuentre.
 Evangelístico: Orientado a alcanzar a los perdidos. Muestra
el gran amor de Dios hacia toda la humanidad, al no escatimar
en entregar a su Hijo, el postrer Adán, para entablar de nuevo
la relación con Él, y que se perdió con primero.
FIGURAS DE DICCIÓN
Estas ponen en relieve el poder de una palabra o
expresión. Hay muchas, pero las principales y que debe de
estudiar, son:
Alegoría: Es una ficción en virtud de la cual una cosa o una
idea simbolizan otras diferentes. Isaías 5.1-6: 1Ahora cantaré
por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado
una viña en una ladera fértil. 2La había cercado y despedregado y
plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una
torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas,

81
Homilética y Oratoria William Paredes

y dio uvas silvestres. 3Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones


de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña. 4¿Qué más se podía hacer
a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que
diese uvas, ha dado uvas silvestres? 5Os mostraré, pues, ahora lo
que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida;
aportillaré su cerca, y será hollada. 6Haré que quede desierta; no
será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las
nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella.
Onomatopeya: Imitación del sonido de alguna cosa en el
vocablo que se forma para significarla: el mugido de la vaca:
¡mu!, el piar de los pollos: ¡pío.
Hipérbole: Aumenta o disminuye excesivamente la verdad
de aquello que se habla: Números 13.33: También vimos allí
gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a
nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.
Metáfora: Se dirigen a la emoción, tales como fábulas,
historietas o parábolas: Isaías 40.6: Voz que decía: Da voces. Y
yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es
hierba, y toda su gloria como flor del campo.
Parábola: Colocar una cosa al lado de otra. Se refiere a
historia imaginada que contiene un significado oculto: Ezequiel
20.47-49: 47Y dirás al bosque del Neguev: Oye la palabra de
Jehová: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que yo enciendo en
ti fuego, el cual consumirá en ti todo árbol verde y todo árbol seco;
no se apagará la llama del fuego; y serán quemados en ella todos
los rostros, desde el sur hasta el norte. 48Y verá toda carne que yo
Jehová lo encendí; no se apagará. 49Y dije: ¡Ah, Señor Jehová! ellos
dicen de mí: ¿No profiere éste parábolas?
Proverbio: Dicho común: 2ª. Pedro 2.22: Pero les ha
acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito,
y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.

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Homilética y Oratoria William Paredes

Símil: Expresa algo que guarda cierta semejanza con otra:


Salmo. 1.3: Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
que da su fruto en su tiempo,y su hoja no cae; y todo lo que hace,
prosperará.
Tipo: Significa una sombra o anticipo figurativo de algo
futuro, más o menos profético: 1ª. Corintios 10.6: Mas estas
cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no
codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.
CONTEXTO
Ningún texto debe de ir separado, por lo que de acuerdo a
la perícopa, tiene que analizar los que se encuentran antes
(contexto anterior) y después de ésta (contexto posterior), o
sea, su situación histórica. No olvide que “un texto sin su
contexto, es un pretexto”.
ARCHIVO
Es bueno tener un archivo en el que se
ordene el material y que esté a mano cuando
se necesita, puede tenerlo en forma de
tarjetas o fichas en las que recopile
anécdotas, ilustraciones, leyendas, recortes
de periódicos y revistas, y fotografías, con el
fin de usarlos en el momento preciso.
Al respecto, le sugerimos lo que hacia el Rev. Moody:
Tenía varios sobres, escribiendo en la cara principal el tema, y
en ellos archivaba los recortes para consultarlos e insertarlos
en sus mensajes.
Continuando con el material que ha de tener el alcance,
exponemos:
h) Use sus marcadores para subrayar las palabras importantes
de los versículos o pasajes, pero sobre todo la idea central.

83
Homilética y Oratoria William Paredes

i) Con su bolígrafo anote en los márgenes de su Biblia, lo de


interés que encuentre en los libros de consulta. (Trate de
adquirir lapiceros de punto fino).
j) En su cuaderno de apuntes, anote las palabras que
desconozca y que haya localizado en sus diccionarios y
memorícelas.
Asimismo en su cuaderno de notas irá escribiendo las ideas
que vayan siendo inspiradas, sin descuidar ninguna, pueda ser
que cuando elabore su bosquejo, tenga que desechar muchas,
pero por el momento anótelas.
En el mismo cuaderno deberá elaborar una planificación del
mensaje en torno del cual va a girar la idea central o tema.

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Homilética y Oratoria William Paredes

LECCIÓN 11
METODOLOGÍA
En toda planeación deben de utilizarse los métodos
pertinentes, por lo que en la preparación de su sermón, su uso
es indispensable. No se pueden evitar. Sin método la labor se
dificulta, por lo que a continuación haremos un ligero estudio.
ETIMOLOGÍA DE LA PALABRA MÉTODO
El término método se deriva del griego methodos que
significa: “meta” y othos, “vía”, en otras palabras: “es un
camino a seguir para lograr determinados propósitos.”
El método nos hace llegar con más
facilidad a lo que nos proponemos, como
el principio matemático que asienta que
“la distancia más cercana entre dos
puntos es la línea recta”. En otras
palabras, el método es el puente que nos
abrevia el trabajo para alcanzar las
metas.
Para predicar eficientemente es necesario conocer la
metodología indispensable, o sea, estar al corriente de los
mejores métodos. Dicho de otra manera, es trazar planes que
estén en armonía, para el trabajo que se tiene por delante.
Concepto: Modos de hacer o decir con orden una cosa. El
Dr. Cliford Anderson, acotó: “Los métodos pueden compararse con
puentes o caminos que son utilizados por personas que se preocupan
por educar a otros y conseguir un objetivo.” Son pues, medios
para lograr un fin.
Cada siervo de Dios que se dedica a predicar, debe de usar
aquellos que considere más eficientes para sus sermones.
El problema central consiste en la elección de los métodos
a aplicar, debido a que la diversidad es casi ilimitada, pero
pueden agruparse por categorías para facilitar su aplicación.

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Homilética y Oratoria William Paredes

Se utilizan, en la predicación, para establecer la


comunicación mensajero-congregación.
A continuación consideraremos algunos que los más usados
por los portadores de la Palabra:
MÉTODO ANALÍTICO O INDUCTIVO
Consiste en ir de lo fácil a lo difícil, o sea, de lo simple a lo
complejo. Por ejemplo, en la predicación tienen el propósito de
analizar los detalles de un pasaje bíblico para llegar a una
conclusión, aplicando principios éticos o morales
MÉTODO GLOBAL O DEDUCTIVO
Desarrollar una teología sistemática partiendo de varios
textos. Comienza con generalidades, luego a lo particular en
busca de apoyo: Se comienza con lo que se toma como
doctrina y luego se busca apoyo en el material bíblico. Es el
que utiliza el buen predicador cuando estudia todos los
detalles de su sermón, tales como: el tema, personajes
principales o primarios, secundarios, ámbito, trama, nudo o
suspense y conclusión, para luego, como un rompecabezas,
armar su bosquejo.
MÉTODO MIXTO
Es la combinación que se hace entre el método inductivo-
deductivo, o sea, desmenuzar el tema para luego ir armando el
bosquejo desde lo más fácil, hasta lo difícil, para en seguida
relacionarlos con los demás métodos a aplicar.
MÉTODO HISTÓRICO O NARRATIVO
El propósito de este método consiste en que durante esta
parte del sermón se de a conocer la historia de cuya parte
puede ser la perícopa.
Concepto de historia: Es la relación de sucesos
trascendentales ocurridos en el pasado.

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Homilética y Oratoria William Paredes

LA HISTORIA DESPIERTA EL INTERÉS AL INFLUIR EN


LAS EMOCIONES
El valor supremo de la historia esta en poder crear interés y
producir principios.
La lección moral se va introduciendo por medio de una
puerta posterior de la mente, por decirlo así, y antes de que el
oyente se de cuenta ha sido ya persuadido.
El despertar el interés crea simpatía, tocan el corazón. El
estudiante es movido a admirar la rectitud, a simpatizar con el
Misericordioso y a detestar el pecado. El corazón humano
esta lleno de emociones. Por medio de las historias de la
Biblia estas emociones pueden alistarse al reto de Dios y por
ende a la rectitud y darle la victoria contra el diablo y contra
todo lo malo.
La historia reproduce la verdad despertando los sentidos.
La historia hace realidad la enseñanza espiritual porque ella
representa los principios morales y espirituales en acción en
movimiento.
Inspirada en la historia influye en la conducta. El resultado
es una sensación de la realidad que tiende a hacer que
aquellas verdades actúen en la conducta del alumno.
COMO NARRAR UNA HISTORIA
Para narrar una historia, eficazmente, tenemos que:
 Conocerla
 Verla
 Sentirla
CONOCERLA
a) Debe prepararla y practicarla: El relator de la historia
necesita tener una clara visión mental de cada escena, de sus
personajes principales, de sus costumbres y diferenciaciones
en todos los detalles más importantes.

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Homilética y Oratoria William Paredes

b) Debe simplificarla: Eliminando los detalles inútiles,


incidentes insignificantes y personajes menores o secundarios
que pueden impedir el suave y ordenado desarrollo de la trama
principal
“VERLA”
El maestro debe de “ver” la historia como si estuviera
sucediendo en ese momento, ya que, no sólo debe de estar en
su memoria, sino también en su imaginación.
SENTIRLA
El predicador debe sentir la historia, vivirla. Debe de ser
conmovido y emocionado por lo que ve, porque el
desbordamiento del corazón riegue los lugares secretos de
otros corazones. Su propia imaginación y pasión tienen que
estar despiertos, a fin de sacudir las emociones de otros, para
que vean, sientan y vivan las escenas por sí mismos.
Para narrar una historia hay que estar seguro de que sabe
contarla con maestría.
Es la forma más antigua de transmitir conocimiento.
Para nosotros, los hijos de Dios, la historia de Cristo es el
clímax de toda narrativa, por lo que, como predicadores de la
iglesia, debemos de conocerla exhaustivamente y enseñarla
tanto a la iglesia del presente como a la del futuro.
Este método proporciona placer, desarrollando un
sentimiento de afinidad y comunión y profesar el acercamiento
entre los oyentes, al mismo tiempo que fomenta el control
social y producen entusiasmo, haciendo que la imaginación se
despierte y cumpla con los propósitos de instruir.
La historia debe de ser exacta y honesta, no debe de
contener detalles adornados con exceso que distraigan la
atención sobre el meollo de la situación que nos interesa que
la gente asimile, a fin de que se edifiquen espiritualmente.

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Homilética y Oratoria William Paredes

CARACTERÍSTICAS DE ESTE MÉTODO


1- Despierta el interés y la atención, siempre que su narración
se haga con emoción.
2- Toca el corazón: El drama, modo o suspense fascina al que
escucha, moldea sus ideales, afecta el carácter e influye en las
acciones.
3- Produce sentimientos: Toma el corazón. En la aplicación se
presentan principios morales y espirituales en acción.
4- Influye en la conducta: ya que:
a) Moldea ideales.
b) Afecta el carácter.
c) Influye en la acción.
5- Aclara y da fuerza al argumento: más que todo cuando se
exponen buenas ilustraciones y anécdotas.
MÉTODO ANALÓGICO O COMPARATIVO
Es en esta fase del sermón cuando se termina la
información, o sea, la narración de la historia bíblica, para
pasar a la formación espiritual de sus oyentes, ya que, dará a
conocer el objeto fundamental de la prédica retrotrayendo la
situación pasada al tiempo actual, a fin de darle vida al
mensaje. Ver a Moisés frente a la zarza que arde y no se
consume. Con este sistema mostramos que la zarza, un
humilde arbusto espinoso que no servía para nada, somos
nosotros, quienes una vez puestos en la mano poderosa de
Dios, no nos consumimos y podemos hacer proezas. Si
luchamos y perseveramos en la oración obtendremos grandes
resultados. Que el príncipe del ejército de Jehová esta con
nosotros. Que al igual que a la viuda, el Señor sigue
cuidándonos y que es poderoso para traer prosperidad a
nuestros hogares, multiplicando nuestros haberes.

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Homilética y Oratoria William Paredes

Si le damos dramatismo a esas situaciones lograremos que


los oyentes también se sumerjan en el caso. Dicho de otro
modo, el predicador debe, como ya hemos señalado, vivir el
mensaje, para que el que escucha también lo experimente.
Esta es la ventaja de este procedimiento, el cual nos sirve
como ya expusimos, para comparar los hechos sucesivos
miles de años antes con la misma fuerza y poder de aquel
entonces, en el nivel que los hermanos entienden.
En otro caso, si estuviéramos predicando sobre el pasaje
que encontramos en el capítulo 17 de 1º. Samuel, vemos que
Saúl con todos sus soldados le temían al gigante Goliat,
porque no estaban en armonía con Dios y por tanto carecían
de fe, por esa razón, el Espíritu Santo no les asistía. En
cambio David vivía constantemente con el Señor a través de la
alabanza y la oración, por lo que cuando vio quien desafiaba al
pueblo de Dios, supo que aunque el enemigo era grande, más
era el poder del Altísimo.
Hagámosles saber a los oyentes que el hombre sin fe en
Dios, ve las cosas con los simples ojos humanos, por eso el
rey Saúl y su ejército veían al gigante de abajo hacia arriba por
ser un hombre corpulento de gran estatura, ojos grandes y
profundos, un largo bigote que se le unía a la barba y los
cabellos que desordenados salín de su casco de guerrero. En
su mano derecha portada una descomunal lanza, dispuesta a
lanzarla en cualquier momento. En izquierda el pesado escudo
de metal. Los soldados israelitas veían más grande de lo que
realmente era, porque el miedo tiende a exagerar las cosas. A
diferencia de David, un muchacho menudito, que no veía al
gran hombre con sus propios ojos, sino con los ojos de Dios,
por medio de la fe, de ahí que lo veía de arriba para abajo y lo
miraba como un mosco, como cuando volamos en avión que
vemos pequeñitas las cosas de la tierra, y por esa fe puesta en
Jehová pudo vencer al enemigo.

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Homilética y Oratoria William Paredes

Ahora, aplicamos el método analógico o comparativo: En la


misma forma nosotros, si estamos en armonía con Dios, la
cual es producto de nuestra obediencia, podemos vencer a
cualquier enemigo por muy grande que sea, tales como, los
deseos de la carne, y la inclinación al pecado, que son
gigantes tratando de derrotarnos sin piedad cada momento de
nuestra vida.
Asimismo, debemos de hacerles ver como un individuo
verdaderamente capaz, puede, generalmente, abrirse camino
hasta la cima con sus esfuerzos, a pesar de que proceda de
un ambiente desventajoso.
INFORMAR Y FORMAR
INFORMAR
La base de la labor del sermón, es a lo que se le llama
información, que significa “formar por dentro”. Se alcanza
cuando se despierta el interés y la atención del receptor. Sin
este elemento el sermón no daría resultado.
Decimos tal cosa porque nuestro oyente aprende, usando
el proceso activo que implica: leer, observar, oír, y pensar,
utilizando los sentidos de manera activa, y tomando en cuenta
dos elementos muy importantes en el individuo:
1- El crecimiento, y
2- Los valores sociales, intelectuales y morales en los que el
expositor de la Palabra de Dios esta encargado de iniciarle.
FORMAR
Formar es instruir, vocablo cuya etimología deviene del latín
“instruo” que significa: “construir”: Dando la idea de levantar
estructuras y edificios en el interior de la persona.
Los demás métodos nos sirven para informar a la gente
acerca de los sucesos que se dieron en el pasado, pero, con el
método analógico formamos a quienes nos escuchan porque

91
Homilética y Oratoria William Paredes

comparamos aquellos hechos con lo que esta pasando en la


actualidad, tanto de manera general, como individualmente
hablando. Haciendo conocer que de la misma manera que
Dios se manifestó en el decurso de las épocas de antaño, se
sigue manifestado hoy, salvando, sanando y supliendo todas
las necesidades: Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién
temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de
atemorizarme? Salmo 27.1.
He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se
ha agravado su oído para oír. Isaías 59.1.
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. Hebreos 13.8.

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Homilética y Oratoria William Paredes

LECCIÓN 12
Antes de codificar o bosquejar lo que será el sermón ha de
conocer primero cada una de las partes invariables.
PARTES INVARIABLES DEL SERMÓN
Todo mensaje tiene partes invariables, es decir, que no
cambian, y estas son:
a) Introducción.
b) Presentación o declaración.
c) Aplicación.
f) Conclusión.
g) Llamamiento (parte suplementaria).
Tales partes las podemos comparar con el esqueleto
humano en el que cada hueso va armónicamente unido al otro,
o bien a la siguiente pirámide:

APLICACIÓN
(Columna vertebral del sermón)

PRESENTACIÓN CONCLUSIÓN

INTRODUCCIÓN LLAMAMIENTO

Antes de explicar en que consiste cada una de estas


facetas del sermón, haremos un bosquejo sobre el versículo
relacionado en el capítulo anterior (Josué 24.15).

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Homilética y Oratoria William Paredes

EL BOSQUEJO
ELABORANDO EL BOSQUEJO DEL SERMÓN
De la misma manera como comparamos a las partes
invariables del mensaje con el esqueleto, cuyos huesos van
encajados unos con otros, de la misma manera deben de
empalmar los puntos del bosquejo, o sea que, deben de llevar
armonía para que el sermón sea efectivo. El bosquejo, pues,
es el plan, trazo, proyecto o esbozo de lo que será el sermón.
Hay que romper el texto y luego analizar cada oración. Es aquí
cuando obligamos a nuestro intelecto a poner en orden el
pensamiento, en otras palabras a elaborar la secuencia. La
Biblia nos ordena trazar bien la Palabra: “… que traza bien la
palabra de verdad.” (2ª. Timoteo 2.15). También de tener orden
que se debe de cumplir para facilitarle a la audiencia el
seguimiento de nuestra idea.
CONTEXTURA DEL BOSQUEJO
Cada parte debe de formarse por oraciones cortas que
deben de seguir, paso a paso, un “itinerario” a través de la
perícopa, para captar la atención. De la misma manera que un
arquitecto antes de construir un edificio planifica una y otra vez
hasta quedar satisfecho, el bosquejo hay que elaborarlo una y
otra vez hasta que quede lo mejor posible.
Por analogía diremos que el bosquejo es semejante a los
músculos y órganos que le dan forma y hacen funcionar un
cuerpo.
Consiste, pues, en las partes del mensaje, las cuales deben
de seguir una estructura, de otra manera, los pensamientos se
dislocan y la prédica perdería sentido. De ahí que, para evitar
pobreza en la expresión debemos de anotar las fases en orden
lógico, o sea, exponerlos unos a continuación de otros,
partiendo del tema general.

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Homilética y Oratoria William Paredes

El bosquejo es el “itinerario” que seguirá la predicación a


través de la perícopa y cuyo destino será la culminación.
Para el buen arreglo del sermón deberán colocarse las
divisiones de acuerdo a su orden de importancia.
Requisitos:
1- El título debe de ser conciso y que llame la atención a efecto
de despertar el interés de escucharlo.
2- Tema: Uno sólo que contenga una lección enfática, con un
móvil determinado, para que la congregación no tenga
dificultad en entenderlo y al predicador se le haga sencillo
hilvanarlo.
3- Orden en cada una de sus partes. Debe de ser lógico para
que a la gente se le haga fácil entenderlo.
Esta tarea es sumamente importante, porque es aquí
cuando se van ordenando los detalles de las generalidades del
mensaje, es decir, el momento de ir hilvanando los
pensamientos en un bosquejo.
Por ejemplo: Si el presidente de Sociedad Juvenil de su
iglesia le invita a predicar en el próximo servicio de esa
sociedad, usted deberá preparar un sermón adecuado, y para
lo cual deberá dar los siguientes pasos:
1- Orar al Señor para que le dé el tema o el pasaje apropiado.
2- Colocar en su lugar de estudio, los materiales ya indicados.
3- Suponiendo que va a abordar el verso que se encuentra en
Josué 24.15: “Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a
quien sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres,
cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos
en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.”
4- Lea detenidamente los contextos anteriores y posteriores
para tener una panorámica general del pasaje escogido.

95
Homilética y Oratoria William Paredes

5- En su Comentario Bíblico y Diccionarios, Investigue todo lo


que pueda sobre Josué, por ejemplo:
- Qué significa su nombre,
- Quiénes eran sus padres,
- Qué edad tenía cuando tomó la decisión del versículo,
- Si era casado o soltero, si tenía hijos.
- Qué clases de dioses adoraban sus antepasados,
- Ubique el río y el ámbito: aquél y éste lado del Jordán,
- Quiénes eran los amorreos y cuáles eran sus dioses.
En seguida para la aplicación, utilizando el método
analógico o comparativo, (del cual nos ocupamos
anteriormente, averigüé:
 A quién tipifica Josué,
 Con quién o quiénes podemos comparar a Josué,
 Con qué personas de la actualidad podemos comparar a los
padres de los israelitas,
 A qué dioses actuales podemos relacionar a los de los
israelitas y de los amorreos,
 A quién representan los israelitas y los amorreos en este
tiempo,
 Qué valor tiene para nosotros la decisión de Josué.
Investigue todo lo que sea posible y que le ayudará a la
aplicación del mensaje.
Ahora puede usted pensar en el tema de su mensaje. El
pasaje nos da a entender que los israelitas tenían una fuerte
afición por los ídolos. ¿No le parece? Se deja entrever al
decirles Josué en el contexto del verso 14, que

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Homilética y Oratoria William Paredes

viene a ser la gran idea: “... quitad de entre vosotros los dioses a
los cuales sirvieron vuestros padres.”
Deducimos que el tema del mensaje podría centrarse y
girar en torno a la idolatría del cristiano y la cual es
abominación para Dios. No hay actitud del hombre que Dios
odie tanto como la idolatría y más en quien le conoce en
Espíritu y en verdad.
¿Cuáles ídolos adoramos aún algunos cristianos?: La
esposa, los hijos, el trabajo, las cosas.
Buscando en su Diccionario de la Lengua Española
encontrará que la palabra "latría", proviene del griego
"latreia" que significa culto, adoración. De ahí que, el
cristiano puede ser esposólatra, hijólatra, cosólatra, y tantas
latras más.
Se nos ocurre que el título para este sermón, tomando en
cuenta la actitud de Josué, podría ser: “UNA RESOLUCIÓN
INALTERABLE”.
Ahora debe de armar el rompecabezas, hilvanando o
entrelazando las ideas en sucesión lógica, procurando no tener
demasiados puntos que tratar.

Exponemos a continuación el ejemplo de un bosquejo. Es,


reiteramos, únicamente un ejemplo, para que note la
secuencia que llevará el sermón. Queremos dejar claro que
no somos partidarios de que se prediquen sermones con
bosquejos elaborados por otros, eso sería como comer
alimentos que otros han masticado. Es bueno que cada
predicador haga los suyos, no importa lo simple que parezcan,
al fin y al cabo, que son únicamente para usted, serán sólo
para objeto de su sermón y no para que los demás los vean.

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Homilética y Oratoria William Paredes

TÍTULO: “UNA RESOLUCIÓN INALTERABLE”


TEMA: “LA IDOLATRÍA EN EL CRISTIANO”
TEXTO: Josué 24.15
INTRODUCCIÓN. Los israelitas fueron salvados por Jehová
del yugo de esclavitud al que los tenían sometidos los egipcios
y los bendijo en gran manera durante su peregrinaje en el
desierto.
I) Semblanza sobre Egipto:
a) Era el pueblo más civilizado del antiguo mundo.
b) Era un pueblo idólatra y supersticioso.
c) La civilización y el pecado son hermanos gemelos.

II) Israel era el pueblo escogido de Dios


a) Por su rebeldía Dios permitió que los esclavizaran.
c) Los israelitas se contagiaron de la idolatría egipcia.
b) Sin embargo, el Señor siempre estuvo pendiente de ellos.

III) Antes de su muerte Moisés dejó como sustituto a


Josué.
a) Josué era un joven de probada valentía.
b) Su nombre significa “Jehová salva”.
c) Su fe en Jehová era absoluta.

IV) Los creyentes debemos de amar a Dios como Josué


a) Debemos abandonar cualquier clase de idolatría.
b) Debemos involucrar a la familia en la adoración a Dios
c) Nuestra resolución de obedecer y servir al Señor debe ser
inalterable: pase lo que pase, cueste lo que cueste y pese a
quien le pese.

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Homilética y Oratoria William Paredes

CONCLUSIÓN: La idolatría es una trampa eficaz de


Satanás con la que siempre quiere hacer presa del creyente.
Pero, no tendrá poder sobre éste, siempre y cuando tome una
resolución inalterable.
Explicaremos ahora que tenemos que hacer en cada una
de las partes inalterables del mensaje:
LA INTRODUCCIÓN
A la introducción también se le llama exordio o introito. Es la
parte más importante de su exposición, porque de ésta
depende la atención que le preste la congregación, o sea que
por medio preparamos el ánimo de los oyentes para que nos
presten interés. Por tal razón, deberá de hacerlo con sencillez
y tranquilidad para quedar bien con la congregación, por lo
que, un buen principio es indispensable. Hablémosles de
manera fuerte y a la vez atractiva, para causar impacto y
darles a entender que nuestra participación va a ser
convincente.
Es bueno que tenga en cuenta que las primeras palabras
que expresemos son contundentes para obtener la atención de
la congregación.
CLASES DE EXORDIO:
 Simple.
 Insinuativo.
 Pomposo.
 Vehemente.
Simple: es sencillo y tranquilo,
Por insinuación: Se llega directamente al asunto a través de
anécdotas o ilustraciones.
Pomposo: Con este exordio se usan palabras rebuscadas
para impresionar a los oyentes.

99
Homilética y Oratoria William Paredes

Vehemente o exabrupto: se vale del énfasis en el sentido y


en tono para conmover a la congregación
ASPECTOS QUE INCLUYE LA INTRODUCCIÓN DEL
MENSAJE
SALUDO
Saludo cordial a la congregación:
“Buenos días”
“Buenas tardes”,
“Buenas noches”
Según sea el momento en que abordemos el púlpito.
AGRADECIMIENTO
Agradecimiento al hermano o hermana que nos invitó y al
Pastor de la iglesia, por dispensarnos su confianza al cedernos
el púlpito, por ejemplo:
“Buenas noches, hermanos y amigos que están presentes
en este servicio. Agradezco al Señor y al presidente de los
jóvenes el privilegio que me conceden de ser yo el portavoz de
la Palabra de Dios en esta oportunidad. También quiero hacer
extensivo mi agradecimiento al pastor de la iglesia por la
confianza que me dispensa de ocupar este santo lugar”
LECTURA DEL PASAJE O VERSÍCULO, BASE DEL
MENSAJE
Lleve siempre su Biblia, es la fuente de autoridad, además
el mensaje lo basaremos en ella, porque Dios respalda
únicamente su Palabra. Usted, como ya apuntamos, es sólo el
instrumento. Si no porta su Biblia y dice de memoria los
versos, usted será el centro de atención. Es muy bueno
memorizar textos, pero cuando de dar el mensaje se trata,
siempre léalos en su Biblia.
En esta parte de la introducción se necesita:

100
Homilética y Oratoria William Paredes

Pedirle gentilmente a la congregación que se ponga de pie,


si no lo ha hecho, e indicarle el pasaje o texto base del
sermón. Repita despacio el libro, capítulo y versículo, hasta
cerciorarse de que todos lo hayan localizado.
Ejemplo: “Por favor, hermanos, tengan la amabilidad de
ponerse de pie en reverencia a la Palabra de Dios y abran sus
Biblias al capítulo 24 y verso 15 del libro de Josué”
Note si hay alguien que tiene dificultad para encontrarlo, lo
más probable es que sea recién convertido, pida que alguien le
ayude a ubicarlo, es importante que el nuevo hermano
participe de la lectura de la Biblia.
Ejemplo: “Observo que aun hay hermanos que no han
podido localizar el pasaje que será objeto del mensaje, le
ruego a los vecinos de asiento que por favor le presten su
ayuda, por mi parte esperaré hasta que todos lo encuentren”
Lea despacio. Debe de hacerlo bien, deteniéndose en los
signos de puntuación,
Ejemplo de las pausas en los signos de puntuación, si de
alguna manera lo podemos graficar:
Coma(,) una pausa corta: __
Punto y coma ( ; ), pausa más larga que la coma: ____
Punto y seguido ( . ), pausa más larga que el punto y coma:
________
Punto y aparte ( .- ), pausa igual a la del punto y seguido:
_________
Puntos suspensivos (... ), la pausa más larga:__________
Haga énfasis en las palabras claves esto lo logrará si
previamente las subraya.
Para lograr una buena lectura, lleve a cabo previamente los
ejercicios de vocalización, y luego, Leyendo mucho en voz
alta, sin atropellar las palabras, logrará obtener claridad en la
expresión.

101
Homilética y Oratoria William Paredes

Cuando ya se encuentre en el púlpito nunca lea más de


diez versículos. Lea de cuatro a cinco, incluyendo la gran idea,
en la que hará énfasis. Luego, ore para que Dios le utilice
como portavoz de su Palabra, hágalo en voz alta y clara. La
oración debe ser corta. Nunca ceda esta oración a un
hermano, al respecto Spurgeon dice: “Yo cedería primero el
sermón, pero nunca esta oración”
Pídale amablemente a la congregación que se siente,
luego, anuncie con fuerza y determinación el título del sermón.
Ejemplo: “Por favor, tomen asiento. Mi tema está noche es:
“Una resolución inalterable.”
Lea la Introducción transcrita en su bosquejo, si no logra
aprenderla de memoria.
PRESENTACIÓN O DECLARACIÓN
En esta parte invariable del mensaje externará que razones
o motivos le inducen a exponerlo.
Dará a conocer los antecedentes de toda cuestión,
refiriéndose a los personajes, tanto primarios como
secundarios y al ámbito que aparece en la fracción bíblica
objeto de la prédica.
En esta pieza también tiene que aportar pruebas que
contribuyan a demostrar la verdad de los extremos a exponer y
del por qué escogió ese tema, ya que toda persona asiste al
culto con el propósito de ser edificada espiritualmente.
Es en esta etapa del mensaje cuando el predicador se
identifica con los hermanos en la necesidad de conocer más la
Palabra de Dios. Esta identificación ayudará al predicador a
comprender a la congregación y esta apreciará los esfuerzos
que aquél ha hecho para edificarlo más espiritualmente.

102
Homilética y Oratoria William Paredes

LA APLICACIÓN
Esta es la columna vertebral del mensaje. Como ya hemos
expuesto, es acá donde usted va a comparar los hechos
sucedidos en el pasaje objeto del sermón con la situación
actual, que de alguna manera será un parangón, con quienes
le escuchan, ese es el milagro de la homilía: Decir la Palabra
que fue escrita miles de años atrás, con la misma fuerza y
poder de aquel entonces, en el nivel que la audiencia entiende,
sin adulterarla. Es aquí donde usted va a confrontar a cada
individuo de la congregación en la posición en que se
encuentra con relación a la armonía con el Señor. Use la
imaginación para que esta parte del mensaje no produzca
sueño.
Es en esta porción cuando comienza el sermón. Cuando
debe de hacer ver el propósito, y objeto fundamental de su
disertación.
“He escogido este tema porque veo la necesidad que los
cristianos tenemos, en estos tiempos cruciales, de acercarnos
más íntimamente al Señor. Porque a pesar de conocerle y
haber experimentado sus grandes bendiciones, aun nos
distraen cosas que posiblemente hemos convertido en ídolos,
los cuales nos han apartado la mirada de El, tal como les
sucedía a los israelitas en los tiempos de Josué…”
CONCLUSIÓN
Es la parte más difícil del sermón, pero todo lo que tiene
que hacer es basarse en la que lleva escrita en el bosquejo
ampliándola con un resumen o repaso de los puntos tratados
en el mensaje, haciendo énfasis en el punto base de la
enseñanza.
Los oradores griegos le llamaban a ésta parte “el esfuerzo
final del cual depende el resultado de la lucha”. Ya que, las

103
Homilética y Oratoria William Paredes

palabras finales, son las que los oyentes retienen del sermón,
por lo que éste debe de terminarlo bien.
Finalícelo en el tiempo preciso que le han asignado, o
cuando vea que las personas comiencen a sentirse inquietos,
estén bostezando continuamente o viendo con frecuencia el
reloj.
Nunca diga, repetidamente: “para concluir”, “finalmente”,
“por último” haciendo creer una y otra vez que por fin va a
terminar el mensaje y sin embargo, sigue hablando. ¡Qué
pena! Dicen que ésta es la mentira más frecuente del
predicador. Por lo que tenga en cuenta, que decir que ha
llegado al final, y sin embargo, continua, fastidia a todo el
mundo.
Tenga siempre en mente que la conclusión de su
predicación debe de ser tan compacta como la introducción.
LA EXTENSIÓN DE CADA PARTE DEL SERMÓN
Este aspecto, es absolutamente necesario, que el
estudiante de oratoria lo tenga siempre presente.
o La introducción debe ser breve, debe de darse en un tiempo
máximo de 3 minutos.
o La Declaración esta puede ser expuesta en 3 minutos
o La Presentación puede ocupar otros 3 minutos
o La Aplicación, como parte medular del mensaje, puede
ocupar entre 15 a 20 minutos.
o La conclusión ocupará un máximo de 3 minutos.
Es un abuso hacia los hermanos que componen la
congregación no saber como terminar un mensaje. Hay
muchos predicadores que continuamente hacen el anuncio
que ya van a culminar, sin embargo siguen hablando como ya
anotamos. Muchas veces eso sucede porque aunque quiere
terminar no sabe cómo hacerlo y luego se pierde

104
Homilética y Oratoria William Paredes

extendiéndose en nuevas consideraciones que lo alargan


innecesariamente.
Esto pasa con frecuencia con el predicador novato, o con
aquel que nunca ha estudiado homilética y oratoria, no sabe
como concluir el mensaje, no se decide a decir la última
palabra, enredándose, por lo tanto, cada vez más y torturando
a sus oyentes. (Como el piloto inexperto, cuando hace su
primer aterrizaje, va de tumbo en tumbo hasta detenerse por
pura inercia).
Para concluir el mensaje hágalo con una frase, alrededor
de la cual, girarán sus últimas palabras.
EL LLAMAMIENTO O INVITACIÓN
El llamamiento, es la parte más importante en todo el orden
del servicio, porque es cuando se va luchar, primordialmente,
para arrebatar las almas de los lazos del enemigo.
Es más que una invitación, es una exhortación al
inconverso a que obedezca y se arrepienta, si no quiere sufrir
eternamente en el Lago de Fuego. Al perdido a que reflexione
sobre el grave riesgo que corre fuera del Camino y al enfermo
a ser sanado.
Reiteramos que el llamamiento debe ser de tres clases:
1) Para que el inconverso abra su corazón al Señor y sea
salvo,
2) Para que el hermano descuidado vuelva a hacer las pases
con el Señor, o sea, que se reconcilie con El, como el hijo
perdido que vuelve al hogar.
3) Para ministrar sanidad, tanto interna o espiritual, como
externa o física.

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Homilética y Oratoria William Paredes

Invite al necesitado a que concurra al altar, para que usted


ponga las manos sobre él y atar y echar fuera la enfermedad
de cualquier índole y desatar salud divina, apoyándose en los
versículos siguientes:
“De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado
en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en
cielo” (Mateo. 18.18).
“… sobre los enfermos podrán sus manos, y sanaran” (Marcos
16.18).
En este momento, debe de hacer conciencia en el pueblo a
efecto de que le ayude en ésta batalla. Hágales saber que
esta es la oración más importante de todo el orden del servicio.
Ínsteles a rogar al Espíritu Santo para que penetre en los
corazones y los redarguya de pecado. El tiene poder para
desentrañar el pecado. Dígales que nadie debe abrir los ojos
para curiosear a quienes levantan la mano, ya sea, para
aceptar o reconciliar, todos deben de estar reclamando las
almas para Cristo.
Ahora haga una oración corta, apelando a la reflexión del
inconverso, rogando al Espíritu Santo para qué le redarguya
de pecado, luego, incite al pecador para que acepte la orden
de arrepentirse para alcanzar la salvación. Expóngales que
desde el momento que abra su corazón, lo que puede
manifestar alzando la mano, Cristo le injerta en su Cuerpo, lo
hace parte de la Iglesia y le inscribe instantáneamente en el
Libro de la Vida. Luego haga pasar al frente a los que aceptan
y se reconcilian, pídale a un diácono o diaconisa, según sea el
sexo de los que se encaminan, que les acompañen. Haga que
el recién convertido repita la oración del penitente, que usted
dirigirá. Trate con la misma solicitud al que se reconcilia.

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Homilética y Oratoria William Paredes

Después, llame a los que necesitan oración por sanidad


divina y ministre salud, poniéndoles la mano como ya
indicamos.
No olvide: El llamado a una decisión hace la diferencia
entre una conferencia y una predicación, por lo que le
recomendamos: Nunca deje de hacer éste llamado.
Si el culto o campaña, en la que predicará es de
avivamiento o restauración espiritual, tendrá que hacer una
cuarta invitación y es para ministrar bautismo en el Espíritu
Santo.
Por último, agradezca a todos la atención prestada, y
entregue el micrófono al Pastor o a quien le corresponda
continuar con el orden del culto.
BAJANDO DEL PODIO
Ahora, descienda de la plataforma de manera humilde, sin
mostrarse satisfecho del sermón. Recuerde que nunca se
predica como debiera y que siempre hay muchas faltas que
conviene corregir. Si Dios le ha usado poderosamente, no
olvide, la gloria es para El, no se envanezca, usted, sólo es un
instrumento.
No pida opiniones sobre como les pareció su sermón, a
excepción de su esposa o de dos amigos previamente
elegidos, para que le señalen los errores en que incurrió.
No se "hinche" por las felicitaciones que reciba,
agradézcalas y déle la gloria a Dios.
Trate de localizar a los nuevos conversos, salúdelos
cortésmente y felicítelos por la decisión tomada y aliéntelos
para continuar adelante. Anote sus nombres para interceder
por ellos.

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Homilética y Oratoria William Paredes

LECCIÓN 13
ABORDANDO EL PÚLPITO
EL ORADOR FRENTE A LA CONGREGACIÓN
Este es el momento culminante, el más difícil
para el predicador, más aún para el novato: el
contacto con el público. Desde que Adán pecó el
miedo hizo presa del hombre por primera vez:
“…Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo.” Génesis
3.10. Desde ese momento los seres humanos le
tememos a muchas cosas, pero el temor más
acendrado es la lalofobia, o pavor de hablar en
público, o a lo que se denomina miedo escénico
y el cual no se supera más que con la práctica. Recuerde que
el orador se hace hablando en público. La experiencia hace al
maestro.
La mayoría de predicadores, cuando llega el momento de
desempeñar ese privilegio en una iglesia que no es la suya,
por mucha experiencia que tengan, se sentirán en alguna
medida nerviosos. Esto me trae a la memoria lo que decía un
paracaidista: “He saltado mil veces y a la mil una, me sentiré
nervioso.” Es buena una dosis de alteración nerviosa, nos
acicatea para hacer mejor las cosas, ya que, gracias a la
tensión se produce la segregación de adrenalina, la cual
constituye una maravillosa sustancia que tonifica las funciones
del cuerpo y la mente, cuyo efectos es el de hacernos más
capaces para enfrentar el peligro, añade fuerza y resistencia a
los nervios. Estas hormonas se segregan cuando nos
enfrentamos a una situación que nos da miedo o angustia,
como hablar en público, aunque viene acompañada de
sudoración excesiva, movimientos corporales, como temblor
de piernas y manos, parálisis total o parcial y una sensación de
asfixia, los cuales son normales.

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Homilética y Oratoria William Paredes

Esas maripositas que se siente revolotear en el vientre,


previo a nuestra intervención, son necesarias, todos los
oradores las experimentan. Pero, no se preocupe que una vez
empieza su acción se irá serenando, cuando sus cuerdas
vocales se suavicen. Además de que tal sensación únicamente
la siente usted, por lo tanto, nunca diga: –
Discúlpenme, por favor, pero estoy muy nervioso”. No revele
su estado de ánimo.
Decimos que es buena una dosis de nervios, siempre y que
no sea tanto, que lo inhiba, si es así, ponga en juego los
ejercicios de respiración profunda indicados en este manual,
además, se dará cuenta que una vez haya empezado su
exposición la tensión era disminuyendo, ya que, sus cuerdas
vocales se templan y la inquietud desaparece.
Desde el momento que aborda el púlpito, el predicador,
asume una inmensa responsabilidad, debe sentir al pueblo de
Dios como sí fuera una sola persona, es cierto que al principio
no verá muchas personas, sino muchos ojos que lo fulminan.
Pero, debe superar esta situación y tratar de establecer con la
congregación una comunión espiritual, debe de hablar con
naturalidad, sin prisa ni afectación, mirando siempre a su
público, por la importancia esencial que esto conlleva, por lo
que, no baje la mirada.
Cosas que no debe hacer:
 Meter las manos entre las bolsas del pantalón o saco,
pasarlas continuamente por el pelo, o atusarse el bigote.
 Tamborilear con los dedos sobre el púlpito, cruzarlos y
entrecruzarlos, pasarlos por el cuello de la camisa, como si a
cada momento siente que se ahoga o rascarse la nuca.
 Golpear bruscamente el púlpito con las manos.
 Entrelazar los pies.

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Homilética y Oratoria William Paredes

 Inclinar la cabeza o moverla como péndulo, sino tenerla


erguida.
 Jamás ignorar a la grey mirando hacia el piso, el techo, las
paredes o las ventanas.
 Comerse las uñas, o hurgarse la nariz u oídos, frotarse los
ojos.
 No abrochar y desabrochar el saco.
El contacto visual, tiene una gran importancia cuando se
predica, por lo que, como ya dijimos, mire a los asistentes para
“leerlos”. Fíjese en que amigos hay a su mano izquierda y
derecha. Comuníquese con ellos con los ojos. Hábleles
directamente.
Más perjudicial es aún ser presuntuoso o vanidoso. Por
favor, hermano estudiante, recuerde que usted se esta
preparando para ministro, voz griega que se deriva de "minus"
y que significa "menor", por lo tanto debe de tomar en cuenta,
que cuando aborda el púlpito, no lo debe hacer con una pose
de orgullo o de afectación, mirando a los demás sobre el
hombro. Al contrario, recuerde que usted será el mesero que
va a servir el alimento: la Palabra, a su auditorio que en este
caso son los comensales, por lo tanto al abordar el púlpito y
después de haber respirado profundamente varias veces, para
relajarse y soltar toda la tensión nerviosa, hágase la siguiente
imagen mental:
Póngase la "servilleta" en un brazo y en la otra mano la
bandeja y vea a la congregación como las personas a quienes
va a servir, sírvales bien, se lo merecen. El Señor Jesús dice:
“Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”, “Porque el
Hijo del Hombre no vino para ser servido sino, para servir.”
(Mateo 11.20; Marcos 10.45).

110
Homilética y Oratoria William Paredes

También creo necesario hacer énfasis en lo siguiente:


Jamás se aproveche del púlpito para venganzas personales.
Este es un lugar designado dentro del santuario para
proclamar el Evangelio, las buenas nuevas de salvación, por lo
tanto, no lo confunda con una cloaca donde puede desaguar
sus pasiones o desbarajustes emocionales, o denunciar
públicamente pecados de los que se ha enterado que cometió
algún hermano que esta presente, ni menos se atreva a decir,
cuando le ha llegado un chisme: "El Señor me ha revelado ...” ,
porque la Palabra de Dios nos recrimina tal acción: “El profeta
que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien
yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses
ajenos, el tal profeta morirá.” Deuteronomio 18.20.
“Me dijo entonces Jehová: Falsamente profetizaron los profetas en
mi nombre; no los envié, ni les mandé, ni les hablé; visión
mentirosa, adivinación, vanidad, engaño de su corazón os
profetizarán.” (Jeremías 14.14).
“MULETILLAS”
Otra cosa que debe evitar son las llamadas "muletillas" o
sea, los insistentes estribillos de palabras para rellenar los
argumentos, por ejemplo:
 ¿Eh?…Ah?
 ¿Aló?
 ¿Me entienden?
 Déjeme decirle
 En realidad
 Entonces
 ¡Gloria a Dios!, aleluya!
 ¡Amén hermanos!
 ¡Cuantos dicen amén!

111
Homilética y Oratoria William Paredes

Estas "muletas" cansan a los oyentes, prográmese de tal


manera que cuando se de cuenta que anda “cojeando” se le
dispare un aviso.
Tampoco use regionalismo o vocablos propios de una
región, porque lo que no es palabra obscena para un lugar, sí
lo es para otro. Esto se lo recomendamos, especialmente, al
predicador que viaja hacia otros países. También le
recomendamos evitar el uso de términos técnicos o
rebuscados, excepto de que se expliquen. Como hemos
anotado en otra parte de este folleto, no nos interesa hablar
con elegancia, sino informar y formar convenciendo y
motivando. Pero, por favor, también evite a toda costa las
expresiones incorrectas tales como íbanos, por íbamos;
andábanos, por andábamos; corrianos, por corríamos; la calor,
por el calor; dentrábamos, por entrábamos; me se olvidó, por,
se me olvidó; te se olvidó, por se te olvidó, y por supuesto, los
consabidos pleonasmos: Súbelo para arriba, sácalo para
afuera; mételo para adentro; caía para abajo, y muchos otros.
LO QUE PORTARÁ AL SUBIR AL PÚLPITO
En cuanto al material que debe llevar al púlpito están: Su
Biblia y el bosquejo, (no es pecado usar bosquejo) éste debe
ser manejable, nos es para que la gente lo lea, sino para
usted.
Si va a impartir un seminario agregue: transparencias y su
proyector, tiza, franelógrafo, rotafolio. Todo el material
necesario.
EL PREDICADOR DEBE RESPETAR A SU AUDITORIO
No se envanezca, recuerde que es un servidor, un mesero.
Permítame contarle una historia: En una sencilla provincia
de un país latinoamericano, vivía un abogado muy elocuente,
quien había escogido aquel humilde pueblo para su residencia,
por la tranquilidad prevaleciente. Todas las noches al regresar

112
Homilética y Oratoria William Paredes

de sus labores en la capital, pasaba por un templo en cuyo


cobijo se reunía una iglesia compuesta por campesinos,
algunas veces se detenía en la puerta para observar al Pastor
cuando predicaba, y luego decía para sí: - “Pobre hombre, que
léxico más escaso, ojala yo fuese quien les pronunciara el
discurso”.
Pasado un tiempo, el abogado quiso darles una lección.
Entró al pequeño templo y cuando el Pastor hizo el
llamamiento para aceptar al Señor, aquel profesional,
simulando entregarse a Cristo, levantó la mano. Continúo
asistiendo y a los tres meses lo bautizaron en agua y a la
semana siguiente lo invitaron a predicar. Esa era la
oportunidad que estaba esperando. Prestó una Biblia y
escogió un pasaje cualquiera para el sermón. Ahora, pensó: -
“Les voy a dar una cátedra de religión a estos hermanitos.”
Llegó el día señalado, se vistió con su mejor traje para
impresionar a la congregación y en el momento preciso se le
concedió el tiempo para el mensaje, subió con prestancia y
altanería. Pero... al momento de abordar el púlpito, perdió el
pasaje escogido en la Biblia y con el pasaje también perdió el
aplomo, de tal manera, que no supo por dónde empezar y
apenas alcanzó a decir unas cuantas palabras y bajó sudoroso
y abochornado.
Entonces el sencillo pastor de la iglesia le dijo: -“Licenciado,
si hubiera subido como bajó, hubiera bajado como subió.”
Por lo que, para evitar situaciones embarazosas como la
anterior, desde que lo pasan a la plataforma regálele a la
congregación con una sonrisa de simpatía, de identificación
entre ellos y usted. Mientras continúa respirando lenta y
profundamente vea a todo el auditorio, desde los músicos
hasta los que están en la última fila de asientos, observe a los
hermanos que ocupan los diversos sectores, trate de ubicar a
los que conoce, imprégnese de todo lo que le rodea.

113
Homilética y Oratoria William Paredes

Un buen ejercicio es, cuando está en casa y antes de ir a la


iglesia donde tiene el privilegio de predicar, verse en un
espejo. Obsérvese de cuerpo entero. Mírese con atención de
pies a cabeza, tal como lo verá la iglesia, muévase
resueltamente y diga: “en el nombre del Señor ato y hecho
fuera toda timidez, porque: “Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece.” Filipenses 4.13.
Creemos conveniente, en esta parte del manual,
recomendarle, que no debe por ningún motivo, ser
desconsiderado con la congregación, sino tener respeto hacia
ella, los humildes campesinos y los encumbrados
profesionales, merecen igual consideración. En Cristo no hay
raza, sexo o nivel socioeconómico.
Nada hay más ofensivo que un predicador que valiéndose
de su grado académico o posición social, vea a su auditorio
con evidente menosprecio, por más sencilla o humilde que sea
su condición.
En las personas, al margen de la relación social, hay un
principio de propia estimación que nadie debe vulnerar. Por
pobre y humilde que sea la congregación, usted, como
predicador esta obligado a respetarla. Tenga presente que en
la iglesia no hay estratos sociales. El verdadero valor que
tenemos es el de ser lavados en la Sangre preciosa de nuestro
Señor Jesucristo. Antes de la cruz hay diferencias de toda
índole. Después de la cruz todos somos iguales.
Lo que si tiene que hacer es bajar o subir al nivel de con
quien habla. El filósofo griego Aristóteles recomendaba: “Hay
que pensar como sabios y saber hablar como del pueblo”. La
regla es que nuestro lenguaje debe de contener un vocabulario
que todo el mundo entienda. No tratemos de deslumbrar a la
gente con términos eruditos, que son agradables y dan
impresión de una gran sabiduría, pero, es preferible utilizar
palabras que todo el público entienda. Sin embargo, si utiliza

114
Homilética y Oratoria William Paredes

un vocablo técnico, explíquela en seguida. Por lo tanto, no sea


pretencioso hablándole con palabras refinadas a un auditorio
humilde de provincia. Un ejemplo claro nos lo da el más
grande de los Oradores:
Cuando habló con pescadores les dijo: “Os haré pescadores
de hombres." Mateo 4.19
Al hacerlo a campesinos: “El sembrador salió a sembrar.”
Mateo 13.3.
Dirigiéndose a pastores: "Yo soy el buen Pastor..."Juan
10.11.
Recuerdo que en una ocasión fui con mi esposa a una
iglesia, invitados a un casamiento. La mayoría de los
asistentes era gente sencilla, muchos de ellos inconversos.
Cuando se le dio el púlpito al predicador, éste como
introducción a su sermón dijo: -“Esta noche me referiré al
homo sapiens, desde el punto de vista de su tricotomía
y como un ser eminentemente gregario”
Y así por el estilo fueron los 60 minutos del mensaje.
La mayoría de los oyentes se quedaron "en ayunas” de
Palabra aquella noche, no pudieron "comer" lo que sirvió aquel
orador. Al final le pregunté a una anciana: - “¿Qué entendió del
mensaje abuelita?”
A lo que ella me contestó: -“Nada... pero me gustó que
mencionó a Gregorio”.
Porqué, aquel predicador, no dijo sencillamente: - “Esta noche
hablaré del hombre, tomando en cuenta su cuerpo, alma y
espíritu y como un ser, que para vivir necesita de sus
semejantes”.

115
Homilética y Oratoria William Paredes

Creemos pertinente agregar lo siguiente: Si el Señor le


envía a un pueblo o caserío sea acomodadizo, es decir, una
persona que se aviene a cualquier situación. Hay regiones en
las que no pueden brindarle comodidades, por lo que coma lo
que le sirvan y duerma en cualquier lugar.

116
Homilética y Oratoria William Paredes

LECCIÓN 14
LA PUNTUALIDAD
Cuando le inviten a predicar no pregunte a que horas
se da el tiempo para el mensaje, con la intención de
llegar en ese momento preciso, creyendo usted ser la
celebridad o estrella del culto, en vez de eso, preséntese
a la hora en que el servicio comienza con el objeto de
observar: En cuanto al templo: Las dimensiones, los muebles,
si hay o no aire acondicionado o calefacción de acuerdo a la
estación, ya que la temperatura puede afectar el grado de
atención de las personas, lo que le dará la pauta para la
duración del sermón.
Los muebles: Su ubicación, tamaño y altura de la plataforma,
la distancia entre el púlpito y las personas.
 Si hay equipo de sonido y la clase de micrófonos, ya que
todo esto puede afectar la exposición de la prédica. Si hay
micrófonos inalámbricos, puede haber mejor contacto con la
gente.
 La liturgia ya que, un canto o un testimonio podrán darle
más material para el sermón, tenga presente que el mensaje
es parte de la adoración.
Otra ventaja que le reportará llegar temprano es que se
dará cuenta de la situación anímica de la iglesia, además de
que no predicará "en frío".
Es bueno que se entere de estos pormenores, aunque el
sermón nunca dependerá de las variables presentes en el
servicio, porque el predicador debe de estar en control de la
situación. Pero, es aconsejable estar al tanto de lo que nos
rodea.

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Homilética y Oratoria William Paredes

LA IMPORTANCIA DE LA AGENDA
Este objeto es de suma importancia para
cualquier líder cristiano y más aún para el
predicador.
En ella anotará, por la noche, los asuntos
importantes que tenga que hacer al día
siguiente, así como los compromisos que
adquiera, no se confíe en la memoria,
puede fallarnos, es preferible usar agenda.
No escriba sus citas y obligaciones en cualquier papelito
porque corre el riesgo de perderlo y éstas quedarán en el
vacío.
Quedar mal en un compromiso por olvido, es muy nocivo,
deja entrever una total falta de responsabilidad y seriedad,
además de que por informal le puedan cerrar cualquier
oportunidad en el futuro.
EL CUIDADO PERSONAL
El arreglo personal del emisario de Dios es muy
importante, porque lo que primero verá el auditorio es su
imagen y ésta será la que les cause la primera impresión,
negativa o positiva. Por lo tanto el vestuario lo debemos
de usar con moderación, o sea una ropa que le permita
la comodidad. Cuando predicamos en países tropicales y
al aire libre podemos ponernos una guayabera, la cual
sustituye al traje y corbata.
Pero en otros lugares se usará el traje, camisa, y
corbata, esta no tiene que ser tan larga, ni corta que se vea la
camisa entre la punta y el cinturón del pantalón, los zapatos
deben armonizar en los colores, los cuales han de ser sobrios,
no llamativos. Por supuesto, hay que tomar en cuenta el
clima, si éste es cálido, puede prescindir del saco, pero mejor
si aborda con este el púlpito y solicitar permiso a la
congregación para quitárselo.

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Homilética y Oratoria William Paredes

No necesita adquirir mucha ropa, sin embargo, de ser


posible, sería bueno que tuviera siete trajes, igual número de
camisas, calcetines y corbatas (con relación a éstas últimas si
quieren que le duren, deshágales el nudo antes de guardarlas)
y dos pares de zapatos, color negro y café (siempre bien
lustrados). De esa manera vestirá ropa diferente cada día de
la semana.
LA HIGIENE
Guardémonos de vigilar muy especialmente nuestra imagen
y por ende la higiene, por ser otro factor muy importante,
báñese diariamente al levantarse, lávese los dientes,
lociónose, desodorícese y péinese. (Evite a toda costa la
caspa, más cuando use un traje oscuro).
La noche que tenga el privilegio de predicar, repita esta
operación, para presentarse fresco ante la iglesia, recuerde
que le toca ministrar y los olores orgánicos son repulsivos.
Cuídese también de no comer antes del mensaje, un
estómago lleno, embotado, estorba la lucidez mental. Si
tuviera mucha hambre coma alimentos livianos.
Ocúpese de su buena salud, duerma bien, coma en horas
fijas, mejor si lo hace tres veces al día a intervalos de cinco a
seis horas. No coma en exceso y menos durante la noche,
atienda la recomendación del rey Salomón: "Pon cuchillo a tu
garganta si tienes gran apetito." Prov. 23.2:
Cuide bien su dentadura, cepíllese después de cada
comida, visite al odontólogo por lo menos una vez al año para
hacerse limpieza.
Es recomendable que después de predicar, desodorice su
boca con un aerosol bucal, pastillas o goma de mascar, ya que
la saliva emanada continuamente cuando hablamos y al
contacto con el aire, se vuelve fétida.

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Homilética y Oratoria William Paredes

LECCIÓN 15
LOS ABUSOS EN CUANTO A LA EXTENSIÓN DE LA
PRÉDICA
Los mensajes no deben ser extensos. Debe de preguntar el
tiempo de que dispone para su disertación y ajustarse al que le
indican. El predicador debe de tener capacidad de síntesis, ya
que la extensión causa daños o inconvenientes en la
congregación, que redundan en perjuicio del mismo
mensajero, porque no querrán oírle de nuevo. Por esa razón le
recomendamos dar mensajes breves y substanciosos, para el
caso, leamos lo que nos recomiendan Antón Chejov: “La
brevedad es el alma del talento” y Baltasar Gracian: “Lo bueno,
cuando es breve, es dos veces bueno.”, y el refrán popular que
dice: “Breve, conciso, y preciso”, pero si por la naturaleza del
sermón, éste tiene que ser extenso, (lo que debe ser la
excepción) matícelo con anécdotas, ilustraciones y referencias,
que al mismo tiempo que dan más luz a los oyentes, harán que
el tiempo pase amenizado (pero repetimos, no abuse). Cuando
una prédica es muy larga, monótona y aburrida, los oyentes se
fastidian, se sienten torturados. Es cierto que no pueden
protestar verbalmente, pero manifestarán su disgusto saliendo
y entrando de la nave, bostezando y durmiéndose, al mismo
tiempo que hace oídos sordos al mensaje, o bien platica con el
vecino de asiento.
LA REPETICIÓN:
Esta es una cosa que alarga el discurso innecesariamente,
es decir la reiteración de los fundamentos o las
recomendaciones, esa machacante insistencia sobre una
misma cosa fastidia y cansa al que lo escucha. Es enfadoso
para la audiencia que el predicador caiga en un círculo vicioso.
Para el caso es bueno que tome en cuenta la siguiente:

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Homilética y Oratoria William Paredes

REGLA ORATORIA
El que predica de 20 a 30 minutos, sabe lo que dice.
El que predica de 30 a 45 minutos, dice todo lo que sabe.
Y el que predica más de 45 minutos, no sabe lo que dice.
Hay otra que señala lo siguiente:
El que predica de 20 a 30 minutos, le predica al corazón.
El que predica de 30 a 45 minutos, le predica a la mente.
El que predica más de 45 minutos, le predica a nadie.
LA IMPROVISACIÓN:
Basta que se enteren que cualquier hermano estudia en
una Escuela Bíblica, para que sea invitado cuando asista a un
servicio espiritual a que predique y se espera que no se
niegue. En efecto, aunque las precipitaciones no son buenas,
no debe rechazar el privilegio. Por lo que le damos las
siguientes sugerencias para cuando se presente el caso:
1- Sobreponerse a la sorpresa reaccionando con rapidez y
adaptarse a las circunstancias.
2- Estar siempre listo, poniéndose inmediatamente en oración,
pidiéndole al Señor que le inspire el pasaje o texto bíblico y
luego esbozar mentalmente la idea general de lo que va a
predicar, que por supuesto debe de ser un tema que domine.
3- Dividir el pasaje o texto bíblico en dos, tres, o cuatro partes.
4- Procurar mantener la calma, haciendo los ejercicios de
respiración.
5- Marcar cada parte.
6- Pensar en ilustraciones o anécdotas que le servirán para
hacer más rica su improvisación.
7- En caso de confusión mental o turbación, cuando ya se
encuentre en la exposición del mensaje, y se salga del tema o
se extravíe, vuelva con cualquier palabra o frase alusiva.

121
Homilética y Oratoria William Paredes

Sin embargo, es recomendable que siempre tenga


reparados dos o tres mensajes, para evitar tales
improvisaciones.

122
Homilética y Oratoria William Paredes

CUESTIONARIOS

- ¿Cuál es el instrumento por excelencia del predicador?


- ¿Por qué es necesario el talento oratorio?
- ¿En qué consiste el verdadero valor del orador eclesiástico?
- ¿Cuál es la ocupación del predicador?
- ¿Qué razones impulsan a un predicador a dar el mensaje?
- ¿Sobre qué reinos le ha conferido el Señor autoridad al
predicador?
- ¿Cuáles son las dos clases de predicadores analizados?
- ¿Cuáles son las cualidades del predicador?
- ¿Qué debe de hacer el predicador como profeta de Dios?
- ¿Cuáles son las actitudes que debe de tener el predicador?
- ¿Cómo debe de ser la actitud mental de un predicador?
- ¿Qué se recomienda hacer cuando al predicador lo asalta la
preocupación?
- ¿Qué se necesita para obtener serenidad espiritual?
- ¿Cuál es la mejor manera de obtener serenidad psicológica?
- ¿Porqué es necesario la serenidad fisiológica?
- ¿Qué es lo que le da seguridad en sí mismo al predicador?
- ¿De qué voces se deriva la palabra entusiasta y que
significa?
- ¿Qué condición es indispensable para desarrollar el sermón?
- ¿Qué importancia tiene la voz para el predicador?
- ¿Cuáles son las llaves que atraen el interés y la atención de
los oyentes?
- ¿Qué medios dan énfasis a las palabras?
- ¿Qué deben manifestar la expresión de los ojos?
- ¿En qué consiste la elocuencia?
- ¿Cómo se puede perfeccionar la elocuencia?
- ¿En qué consiste la elocución?
- ¿Cuáles son las dos partes importantes de la elocución?
- ¿Cuál es el vehículo por el que se expresan las palabras?
- ¿En qué consiste la ilación?
- ¿Qué entendemos por sermón evangelístico?

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Homilética y Oratoria William Paredes

- ¿A quién debe de ensalzar el sermón?


- ¿Con qué propósito se proclama el Evangelio?
- ¿Cuáles son las 4 cosas que logra la predicación con relación
a la iglesia?
- ¿Cuáles son los tipos de sermones y en qué se basa cada
uno?
- ¿Qué materiales debe tener a mano cuando estudia el
sermón?
- ¿Por qué es indispensable la concentración?
- ¿Cuáles son los 4 pasos que necesitamos para
concentrarnos
- ¿Cuáles son las preguntas que debe de hacerse cuando
estudia el sermón?
- ¿Qué ventajas tiene el uso de las ilustraciones?
- ¿Cuáles son las partes invariables del mensaje?
¿Con qué otros nombres se conoce a la introducción?
- ¿Cuántas clases de exordio hay?. Explique cada uno de
ellos.
- ¿De cuántas partes se compone la introducción?
- ¿En qué consiste la presentación?
- ¿Qué pruebas debe de aportar en la presentación?
- ¿Qué objeto tiene la aplicación?
- ¿Cómo le llamaban los oradores griegos a la presentación?
- ¿Cuántos llamamientos tiene que hacer después de concluir
el mensaje?
- ¿Qué material debe llevar siempre que aborde el púlpito?
- ¿Con relación al respeto al auditorio, qué recomendaba
Aristóteles?
- ¿Qué hacer con las personas que levantan la mano, para
aceptar, reconciliar o ser sanadas?
- ¿De qué manera debe de bajar del podio?
- ¿Con relación al tiempo, qué nos recomienda la regla
oratoria?
- ¿Qué pasos debe de seguir cuando tenga que improvisar un
sermón?

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Homilética y Oratoria William Paredes

BIBLIOGRAFÍA

ARRASTÍA, Cecilio. “Teoría y Práctica de la Predicación”.


Editorial Caribe. 1978.
EDITORIAL BRUGUERA, “Cómo ser Orador”. 1968.
HAWKINS, Tomas. "Homilética Práctica". Editorial Mundo
Hispano
JANNER, Greville. “Cómo Hablar en Público” Ediciones
Deusto. 1993
LUCE, Alice E. "El Mensajero y su Mensaje" Edit. Vida.
MORALES, Néstor. "Libro de oro del Orador" Edit. Latino
Americana, S. A.
MUÑOZ MEANY, Enrique. “Preceptiva Literaria”. Ed.
Serviprensa Centroamericana. 1995.
PANTOJA, Rafael. “Los 18 Secretos de Cómo Hablar en
Público”. Artemis. 1986.
G. JANNER, “Como Hablar en Público”. Ediciones Deusto, S.
A. 1993.
 Experiencias personales del autor como maestro de éstas
materias por aproximadamente 40 años.

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