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La sanidad interior o sanidad del alma es el proceso mediante el cual el individuo es liberado de ataduras que
le impiden gozar de su nueva vida en Cristo y tener una plena realización como cristiano bíblico y como
individuo.
La obra redentora de Jesús.
La obra redentora de Jesús ofrece mucho mas que solamente el perdón; ofrece también la redención integral
y total del individuo en su Espíritu, Alma y Cuerpo. Siendo el hombre un ser tripartido (tres partes) tiene
necesidades en cada una de esas áreas, pero en Jesucristo hay provisión para cada una de ellas.
LA MENTE O EL ALMA
1) Nuestra mente o alma tiene 3 niveles, el consiente, el subconsciente y el inconsciente.
A. El consiente es todo conocimiento o pensamiento, que sabemos con claridad. A este nivel opera el carácter
social.
B. El subconsciente es el reino de oposición a la razón. Aquí opera sentimientos y deseos egoístas.
C. El inconsciente es el reino de los pensamientos descontrolados.
2) Nada se olvida. Nuestra mente es como una grabadora.
3) Heridas que permanecen sin sanar, afectan nuestra conciencia, cambian, controlan nuestro carácter y
permanecen hasta que tomamos acción para eliminarla.
Debido al pecado (heridas), el cuerpo gobierna al hombre, quedando sujetas el alma y el espíritu (Gálatas
5,16-17). Ver 2 Timoteo 1,7. “7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de
dominio propio”.
III. Efectos que tienen las experiencias dolorosas y traumáticas en nuestra vida.
Somos el producto de todas las experiencias de nuestra vida. Nuestras experiencias pasadas determinan
nuestras relaciones a las situaciones presentes. Si hubo heridas en el pasado, estas distorsionan lo que
percibimos en el presente. En la medida en que reaccionamos a un simple problema de manera muy violenta,
depresiva, etc. Podemos sacar la conclusión de que no respondemos normalmente a las situaciones actuales
porque hay ataduras en nuestra vida.
¿Cómo vienen y cuáles son las fuentes más comunes de heridas a nuestra vida?
Las necesidades emocionales básicas en el hombre se satisfacen por medio del amor y la comunicación. El
rechazo provoca que el individuo no pueda recibir amor, seguridad, aceptación e identidad. El rechazo es una
herida profunda que causa destrucción en el individuo. Las fuentes más comunes se dan a continuación:
A- Antes de nacer:
-Rechazo en el feto a causa de embarazo no deseado.
-Sexo no deseado
-Embarazo no planificado por la pareja; en medio de conflictos matrimoniales; por sexo prematrimonial o como
resultado de una violación.
-Enfermedades físicas de la madre. (niño nace enfermo).
B- En la niñez:
-Falta de cuidado y atención en la infancia y en la niñez.
-Comparación entre hermanos, que produce rivalidad o discordia.
-Sarcasmo, frases groseras o hirientes.
-Apodos o burlas por limitaciones o fracasos. Expresiones tales como: orejón, panzón, etc. Que produce temor
al fracaso, inadecuación, etc.
-Golpes, maltratos, brusquedad en el trato (ojo, no es que se corrija y/o discipline).
-Falta de interés en sus necesidades de ser escuchado, protegido, ayudado en sus tareas, provisto, etc.
-Abuso e imposición de trabajos y normas severas.
-Falta de amor expresado en ternura, caricias, alabanzas, etc.
-Falta de comunicación e interés, pasividad e indiferencia en las relaciones.
-Hijos adoptados.
-Sobreprotección; subestimación del niño en sus capacidades, fuerza física, etc.
-Excesiva dominación.
-Maltrato, abandono, escándalos, etc. Por parte de padres alcohólicos o drogadictos.
-Padres que han sufrido rechazo y que están incapacitados de dar y recibir amor.
-Critica, juicio, etc.
-Substitución de regalos por amor.
-Falta de hogar.
-Hogares destruidos.
C- En la adolescencia:
-Padres que establecen metas falsas o injustas.
-Relaciones paternas defectuosas.
-Malas relaciones familiares.
-Malas relaciones con compañeros.
-Amistades quebrantadas; sentirse defraudado o abandonado por aquel que consideraba amigo.
-Falta de logros.
-Abuso
-Ser excluidos de grupos; sentimientos de burla, menosprecio, incomprensión.
D- En el Matrimonio:
-Conflictos entre la pareja.
-Infidelidad de una o ambas partes.
-Maltrato, falta de respeto, palabras hirientes, insultos, ofensas, falta de confianza.
-Un cónyuge alcohólico, drogadicto, o con cualquier vicio (pornografía, agresor sexual, criminal).
-Menosprecio.
-Separación o Divorcio.
-Abuso físico, sexual o emocional.
E- En la sociedad en general.
-Falta de aceptación
-Comentarios crueles de compañeros y amigos
-Grupos que lo excluyeron (en la escuela, el colegio, trabajo, iglesia)
-Malos tratos.
-Competencia cruel y desleal.
-Amistades destruidas.
-Fraude y/o quebrantamiento de un noviazgo.
Proverbios 28,13-14 “13 El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta
alcanzará misericordia. 14 Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; Mas el que endurece su
corazón caerá en el mal”.
“El temor de Yahve es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Yahve son verdad, todos justos”
Salmos 19,9
Tu trono, OH Dios, es eterno y para siempre; Cetro de justicia es el cetro de tu reino” Salmos 45,6
“Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; Misericordia y verdad van delante de tu rostro”. Salmo 89,14.
“Mas Dios es el Juez; A éste humilla, y a aquél enaltece”. Salmo 75,7
A-Perdonar no es:
-Esforzarse por olvidar lo que paso
-Negar la ofensa recibida
-Dejar que el tiempo borre lo ocurrido
-Apartar al ofensor de su vida.
-Ignorar lo que paso o ser indiferente hacia ello.
-Simplemente disculpar a alguien.
-Decir te perdono, sin haber perdonado de corazón, sanar la herida.
5) Todo resentimiento es pecado ¿Que debemos hacer para deshacernos de ese pecado?
Lucas 6,37 « "No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les
perdonará. »
CONCLUSION:
Marcos 16,17-18
«17 Y estas señales seguirán á los que creyeren: En mi nombre echarán fuera demonios; hablaran nuevas
lenguas; 18 Quitarán serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les dañará; sobre los enfermos pondrán sus
manos, y sanarán.»
Santiago 5,16 « Confesaos vuestras faltas unos á otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos;
la oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho.»
Dentro de la Iglesia Cristiana se desarrollan estos ministerios, pero muchas veces por
desconocimiento, se cometen errores en la forma de ministración, y en lugar de traer paz y
libertad a la persona que busca a Dios, confunden y empeoran su situación espiritual y
emocional.
Por eso, es importante conocer cuáles son las diferencias y las necesidades que hacen que estos
ministerios estén estrechamente relacionados y sean parte de la restauración.
Es necesario recordar y tener claro que el ser humano está formado de cuerpo, alma y espíritu y
las tres áreas trabajan en forma integral: Si un área está dañada, afectará negativamente las
otras áreas.
Desde el punto de vista espiritual una persona poseída bajo el dominio de un espíritu maligno;
manifestará también un comportamiento emocional trastornado y sufrirá en su cuerpo. Esta
persona debe ser ministrada en oración de liberación de acuerdo al poder que Jesucristo dio a su
Iglesia (Lucas 10:19).
En esta acción las fuerzas del mal dejan de operar ante el Poder del Espíritu Santo en la oración
y la palabra de Dios .El tiempo requerido para esto puede ser corto o instantáneo según la
necesidad que se establece en la lucha espiritual.
Como la persona está bajo el dominio total de la opresión demoniaca, está imposibilitada a
liberarse por sí solo; necesita de los siervos de Dios. Sin embargo es consciente de su situación
y en su área emocional (alma) siente temor, angustia, vergüenza, ira. Los siervos deben ser
discretos, sabios y operar en amor; no hacer de la ministración un espectáculo público porque
esto afectará la imagen y concepto de la persona dentro de la congregación. Además, debe
tenerse en cuenta que toda persona liberada debe continuar en el ministerio de sanidad interior
para llevarlo a su restauración, pero… ¿qué es sanidad interior?.
La sanidad interior abarca la curación de las emociones y sentimientos dañinos que traen
depresión, ansiedad, angustia y falta de paz, debido a recuerdos dolorosos no sanados que
distorsionan también los pensamientos y crea mentiras propias para justificar la experiencia o
reprimirla.
La palabra para la mente enferma y el amor para el corazón herido lleno de odio y rencor a
causa del dolor del pasado.
Todas las personas necesitamos sanidad interior porque todos estamos heridos, mas no todos
necesitamos liberación demoníaca. Sin embargo, en ambos casos se pueden dar manifestaciones
como ira, ansiedad, depresión, angustia pero no siempre son por causas espirituales. La mayoría
de veces se debe a los frutos de los recuerdos dolorosos del pasado no resuelto, por tanto los
siervos de Dios deben tener cuidado en la forma de ministrar.
En este aspecto se cometen muchos errores que empeoran la situación de la persona. Veamos
los siguientes ejemplos:
Una persona que ha sufrido depresión por mucho tiempo, busca de Dios y es liberada de un
espíritu de depresión. La persona regresa a casa y la depresión empeora. Entonces, siente que
Dios la ha abandonado, que su última esperanza no existe, o que es indigna y hay pecado en su
vida. Esta situación la hace caer en una depresión más profunda y pierde confianza en el poder
de Dios. El problema es que esta persona necesita ser ministrada en sanidad interior y no
liberación y guiarla hacia su restauración. Errores similares se producen cuando sé ministra
liberación demoníaca a una persona que sufre de la enfermedad epilepsia.
Esta enfermedad presenta manifestaciones similares a las del muchacho del espíritu mudo
(Marcos 9:17-22): Se apodera de él, lo derriba, echa espumarajos, cruje los dientes y se va
consumiendo. Se puede mencionar también el caso de personas con trastornos hormonales que
manifiestan ansiedad severa o depresión por causas físicas. ¿Cuántos niños también no habrán
sufrido traumas que en su edad adulta les impedirá confiar en el “Padre”, o temerán se
ministrados con la “sangre” de Cristo? …Porque en los recuerdos dolorosos la persona también
crea imágenes que le causan temor y están distorsionadas de la realidad. Es lógico que todas
estas personas necesiten ministración; pero no siempre se debe a que están poseídos por un
espíritu inmundo. Por supuesto Satanás usa estas situaciones para oprimir a la persona, pero no
es lo mismo opresión que posesión.
En conclusión toda persona que necesita liberación deberá tener un seguimiento de sanidad
interior y restauración, pero no toda persona que necesita sanidad interior necesita ser
ministrada como una persona endemoniada. Cualquiera que sea la situación, se debe recalcar en
forma auténtica el amor de Dios, a través de los actos de los siervos de Dios que necesitan
comprensión, sabiduría y sobre todo haber sido llamados por Dios a cada ministerio. Porque Dios
al que llama, prepara, a través de su propia experiencia (2 Corintios 1:4).
“He aquí estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta yo entraré,
cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
Jesús quiere entrar con su ministerio de salvación, liberación, sanidad interior, restauración.
Pero en cada área la persona debe abrirle la puerta por medio de la honestidad, humildad y fe.