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EL CENTENARIO DE LA CONSTITUCIÓN DE LA REPUBLICA

SOCIALISTA FEDERATIVA DE RUSIA (1918-2018). EL


CONSTITUCIONALISMO COMUNISTA EN LA HISTORIA
CONSTITUCIONAL GLOBAL
Resumen: La investigación trata de la Constitución soviética de 1918 como primera
Constitución comunista en la Historia del Derecho e Historia Constitucional
europea. Esta Carta inaugura una nueva forma política: ”dictadura del
proletariado” (Estado totalitario). La Declaración de los Derechos del Trabajador
que la precede es una respuesta a las Declaraciones de Derechos del
Constitucionalismo liberal. No existe en ella separación de poderes, sino una
concentración de los mismos en el Consejo Superior de los Soviets y en los
Comisariados. Esta constitución es una expresión del terror rojo. La traslación de
esta Carta fue mundial según la estrategia del Komintern (Weltrevolution). En
Chile sirvió de fundamentos al Proyecto Constitucional comunista de Recabarren
(1921), al Programa de Gobierno de la Unidad Popular (1969), y al Proyecto
Constitucional de la Unidad Popular (1973).
Palabras Claves: Comunismo, Constitucionalismo, Constitución, Terror, Estado
totalitario Revolución mundial
I. Introducción. El debate historiográfico
Según las nuevas tendencias epistémico-metodológicas de la historiografía del
derecho, historiografía constitucional e historiografía del pensamiento político,
podemos avanzar sobre los procesos del Constitucionalismo –derecho público- a
un nuevo proceso que los especialistas llaman Constitucionalismo Global1. Por
otro lado, el modelo de P.A. Schierra: el Constitucionalismo como discurso
político2, y los estudios de la Cambridge School de Q. Skinner y la respectiva
contextualización de los textos3, nos proporcionan una visión más completa del
discurso Constitucional. En el caso de las revoluciones liberales del siglo XVIII y
de las revoluciones comunistas del siglo XX el contexto es el mundo, pues la
recepción-traslación de los principios e instituciones de estos procesos
revolucionarios fueron globales.
La Historia del Constitucionalismo Global del siglo XX está caracterizada por los
siguientes procesos sociales: revoluciones, guerras mundiales, guerras civiles, crisis
económica y crisis medioambiental. La violencia política, cuyas expresiones
específicas se encuentran en los tópicos mencionados es la características principal
1
DUVE, THOMAS (ed.), Entanglements in Legal History: Conceptual Approaches, disponible en: https://www.rg.mpg.de/gplh 1, 2014
2 SCHIERRA, PIERRE ANGELO, El Constitucionalismo como discurso político, Universidad Carlos III, Madrid, 2012, disponible en:
https://hdl.handle.net/10016/13962
3 SKINNER, QUENTIN, Regarding Method. Vol I (Cambridge University Press, 2002)
del siglo XX, al punto que E. Hobsbawm ha propuesto una clasificación genérica
para la centuria pasada, siguiendo el esquema de su discurso historiográfico basado
en el concepto de “era”; el siglo XX sería “la era de la catástrofe”4. Para Nolte, en
cambio, el Comunismo fue la “fuerza determinante” del siglo XX, por consiguiente
se puede clasificar dicha etapa como la “Era del Comunismo”5
La Historia de Rusia del siglo XX está específicamente caracterizada por la
violencia en sus distintas expresiones: revolución de 1905, I Guerra Mundial (1914-
1918), Revolución Bolchevique (1917), Guerra Civil (1918-1921), II Guerra
Mundial (1939-1945), Guerra Fría (1945-1991). El Estado totalitario fundado por
Lenin y los bolcheviques es heredero de la violencia de los siglos precedentes de la
Monarquía absoluta del Zarismo. Sin embargo, es el bolchevismo el que establece
la violencia política de exterminio para los llamados enemigos de clase6. Esta es la
esencia del Comunismo y su teoría de la lucha de clases formulada por Marx en el
Manifiesto Comunista (1818), y completada por Lenin y Trotsky a partir de la
experiencia revolucionaria bolchevique triunfante de 1917, la guerra civil (1918-
1921) y la concreción del Estado totalitario hasta su extinción (1921-1991). La
violencia es la variable que destacan todos los estudiosos de los procesos
revolucionarios. La Guerra Civil es una de las expresiones de dicha variable. Así
ocurrió, por ejemplo, con las revoluciones liberales del siglo XVIII –Francia,
Estados Unidos-, con las revoluciones de la Independencia Iberoamericana del
siglo XIX, con la Revolución Mexicana del siglo XX, y por cierto, con las
revoluciones comunistas del siglo XX. Pero hay una gran diferencia entre dichos
procesos revolucionarios. En efecto, mientras en el caso de las revoluciones
liberales una vez concluida la violencia de la guerra civil, se desarrolla e instaura
paulatinamente el Estado de Derecho y la vigencia de una Constitución basada en
los Derechos Fundamentales cuyo núcleo es la libertad, su garantía y seguridad
jurídicas; en el caso de la Revolución bolchevique, por el contrario, luego de
concluido el proceso revolucionario, la política de violencia se perpetúa a partir de
la Constitución de 1918 y la legislación penal comunista. Se trata de la instauración
del terror, sustentado en una ideología político-jurídica –una meta teoría- que
establece el exterminio de clase y de los llamados enemigos del pueblo como
fundamento. Una vez logrado dicho exterminio se puede construir la sociedad
comunista, la sociedad sin clases. Los Juicio de Moscú de 1925, en contra de la
Iglesia y de los religiosos, y los Procesos de Moscú en contra de los enemigos del
Pueblo (1936-1938), son las expresiones de una praxis jurídica penal que sirve de

4 HOBSBAWM, ERIC, Historia del Siglo XX (1994, trad. Castellana Editorial Crítica, Buenos Aires, 1998)
5
NOLTE, ERNST, Después del Comunismo (1991, trad. Castellana Barcelona, Editorial Ariel, 1995)
6
SOROKIN, PITRIM, The Sociology of Revolution (Philadelphia, Lippincott-Company, 1925(
instrumento a lo que el fiscal de los “Juicios Farsa” (1925), Nikolai Krilenko, llamó
terror rojo7.
Ahora bien, de acuerdo con el fundamento metodológico de nuestra pesquisa, esto
es, el Constitucionalismo como pensamiento político, en otras palabras, una meta
teoría constitucional, la Constitución bolchevique de 1918 reconoce tres fuentes
ideológicas principales: Marx8, Lenin9, y Trotsky10. Por esta razón estimamos que
la Constitución soviética de 1918 no sólo inaugura el Constitucionalismo
Comunista, sino también lo que podríamos llamar el “Constitucionalismo del
Terror”. No existe en la Historia del Derecho como tampoco en la Historia
Constitucional un discurso jurídico que establezca la violencia y el odio como
objetivos políticos a concretar en una institucionalidad político – jurídica, esto es,
el Estado. Esto resulta un tanto sorprendente, pues tanto Marx como Lenin eran
juristas formados en el Derecho Romano, el Constitucionalismo y la Codificación
liberal. Y aun cuando su crítica del Derecho Romano pudiera considerarse legitima
(abolición de la propiedad privada y del derecho sucesorio), como lo es toda
propuesta social basada en una epistemología crítica y racional, no resulta
comprensible que el derecho se instrumentalice con el objetivo de exterminio de
una clase y de los considerados enemigos ideológicos y enemigos del pueblo. Esta
instrumentalización del derecho por la filosofía marxeana y por el
Constitucionalismo comunista de Lenin fue criticada por Kelsen11. Ni siquiera el
Derecho Público absolutista, con la expropiación del patrimonio de los
considerados sediciosos, llegó a los extremos y violencia del Derecho Público
soviético.
Finalmente, la traslación del Constitucionalismo Comunista. Todos los procesos
revolucionarios comunistas del siglo XX tuvieron la Constitución Soviética de
1918 como el canon constitucional del Comunismo. Empleamos aquí el término
“canon constitucional” en el sentido que B. Ackerman lo aplica al
Constitucionalismo y la Constitución norteamericana12. Sin embargo, a diferencia
de la Constitución norteamericana que aún está vigente, la Constitución soviética
de 1918 no sobrevivió a la muerte de su gestor y líder de la revolución. El fracaso
y derrumbe del sistema soviético privó también a la Constitución de Lenin de
convertirse en una “living Constitution” como la Carta norteamericana, según la
propuesta del constitucionalista J. Balkin13. Con todo, es la base constitucional de

7 KRILENKO, NIKOLAI, Terror Rojo y Terror Blanco, disponible en: https://www.marxists.org


8 MARX, KARL, Manifiesto Comunista (1848), disponible en: https://www.marxists.org
9 LENIN, VLADIMIR, El Estado y la Revolución (1917), disponible en: https://www.marxists.org
10 Trotsky, León, Terrorism and Communism (1920), disponible en: https://marxists.org
11 KELSEN, HANS, Sozialismus und Staat. Eine Untersuchung der politischen Theorien des Marxismus (Lepizig, C.L. Hirschfeld Verlag,

1923)
12 ACKERMAN, BRUCE, We the People (Harvard University Press, 1993)
13 BALKIN, JACK, The Roots of the living Constitution, en Boston University Law Review, vol 12, 2012; Yale Law School Public Law

Working Paper N° 249, disponible en https://ssrn.com/abstrct=2049498


la Revolución China (1919), Revolución Cubana (1959), Revolución Nicaraguense
(1979). En Chile, Recabaren propuso la adopción de la Constitución bolchevique
con su Proyecto Constitucional de 1921. Esto tuvo un impacto directo en los
redactores de la Carta de 1925 y del Código del Trabajo de 1931, que escribieron
con el fantasma del Comunismo ya en América.
Finalmente, el Constitucionalismo comunista inaugurado con la Constitución de
Lenin, colapsó y se derrumbó con las crisis de 1989 y 1991. Comenzó a partir de
ese momento a conocerse los detalles del terror comunista. Cuando la URSS inicia
el camino sin retorno con las reformas de Gorbatchov –también abogado de
formación como Marx y Lenin- , se puso en práctica un instrumento típico de la
justicia penal soviética. En efecto, algunos de los millones de asesinados por el
derecho soviético fueron rehabilitados por un decreto de Gorbatchov. El mismo
Estado totalitario que asesinó en masa e instauró campos de concentración para
los llamados enemigos de pueblo, el llamado GULAG, procedió “masivamente” a
exculparlos.
II. La Constitución soviética (sovetskaya konstitutsiya) de 1918
La Constitución de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR)
(Konstitutsiya sovetskoy sotsialitischeskoy Respubliki Rossii) es la primera
constitución comunista en la Historia del Constitucionalismo global. Todo proceso
revolucionario se encauza finalmente por una vía de formalización jurídica
constitucional. Así, por ejemplo, la revolución norteamericana (1787), la
revolución francesa (1791, 1793, 1795), las revoluciones de la Independencia
Iberoamericana, la revolución mexicana (1917), la revolución alemana (1919), la
revolución china (1952). En el caso de Rusia, aun cuando su desarrollo jurídico es
distinto al de la Historia del Derecho y la Historia Constitucional de Occidente, sí
hay procesos de Constitucionalismo y Codificación, aunque más tardíos14. La
Monarquía zarista fue el último reducto del Absolutismo europeo15 Y a pesar de
los proceso de reformas de zares como Pedro el Grande y Catalina la Grande en
el siglo XVIII, en congruencia con los ideales filosófico - jurídicos de la Ilustración,
dichos principios no cristalizaron en textos concretos, imposibilitando la creación
de una institucionalidad según la filosofía de la Aufklärung. Por el contrario, en la
medida que las tensiones sociales se acrecentaron en el siglo XIX y comienzos del
XX, el zarismo se radicalizó aún más en su autocracia. En esta perspectiva, el
Manifiesto de 1905, la Asamblea Constituyente y la Constitución de 1906 –Leyes
Fundamentales- no lograron canalizar los procesos sociales ni siquiera satisfacer
las demandas más urgentes de la población del Imperio ruso. Prueba de ello es la

14 PASTUCHOVA, NADEZDA, Entstehung der Verfassung der Russischen Föderation, 2014, disponible en https://publisup.uni-
postdam.de
15 Mousnier, Roland, La Monarchie absolue en Europe du V siècle a nos jours (Paris, Presses Universitaires de France, 1982)
abolición de la servidumbre por el Zar Alejandro II (1861), pero sin afectar el
dominio de la tierra, manteniendo la gran propiedad en manos de una reducida
nobleza. La Guerra Mundial de 1914-1918, cuyo inicio militarmente fue una
catástrofe para Rusia debido al aniquilamiento del Segundo Ejercito zarista por
los alemanes, muy superiores en tecnología, estrategia, logística y mando. De
hecho, el General A. Samsonov, comandante del ejército zarista aniquilado, se
suicida. Una masa considerable del contingente militar era de origen campesino, y
otra de procedencia obrera. Este fue el escenario ideal para la propaganda
bolchevique contra la guerra y la monarquía zarista. La revolución de febrero de
1917 liderada por A. Kerensky, liberal – socialdemócrata, convocó a una Asamblea
Constituyen cuyo objetivo era la redacción de una Constitución16. Sin embargo, la
dinámica del conflicto hizo imposible tal proceso. Los bolcheviques, cuyos
dirigentes en su mayoría se encontraban en el exilio con nulas posibilidades de
retorno, adhirieron en un principio a la propuesta de Kerensky. Pero el Estado
Mayor Alemán tenía otros planes. En una de las operaciones de inteligencia militar
más exitosa de la Historia Contemporánea, planificó el regreso de Lenin a Rusia,
apoyando sus planes revolucionarios17. A cambio, Lenin, si resultaba victorioso
con la revolución bolchevique, debía sacar el Ejército ruso de la contienda. De este
modo Alemania tendría el problema del frente oriental resuelto18. Además, los
alemanes impusieron a Lenin unas condiciones de renuncia territorial durísimas
con el Tratado de Brest-Litovks. Llegado Lenin a Petrogrado, divulga el panfleto
“Las tesis de abril” en contra del Gobierno Provisional de Kerensky, saboteando
de este modo la Asamblea Constituyente y su proyecto de Constitución. Lo que
sigue es parte de la tragedia de Rusia. La revolución bolchevique no era inexorable.
De hecho, no tenía posibilidad de triunfar de no haber sido por el Estado Mayor
Alemán. Inmediatamente alcanzado el poder en noviembre de 1917, al menos en
Moscú y Petrogrado, Lenin rechazó los resultados de una votación para una
Asamblea Constituyente y la redacción de una Constitución entre noviembre de
1917 y enero de 1918.
Como indicamos más arriba, Lenin como abogado y jurista tenía claro que los
principles problemas del Constitucionalismo comunista eran: la cuestión agraria,
la cuestión religiosa, la cuestión de la propiedad, la justicia comunista, la cuestión
del Estado, la educación del pueblo, el trabajo y las Relaciones Internacionales. La
Constitución de 1918 está precedida de una Declaración de los Derechos del
Trabajador. Al igual que Marx, Lenin rechazaba los derechos liberales y burgueses
por considerarlos derechos de clase (libertad, propiedad). El rerchazo de la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), constituye una
16 KERENSKY, ALEXANDER, The Catastrophe (1927), disponible en: https://www.marxists.org
17 HAHLWEG, WERNER, Lenins Reise durch Deutschland im abril 1917, en Vierteljahrshefte für Zeitgeschichte, 5 Jahrgang 1957,
4. Heft /Oktober, disponible en https://www.ifz-muenchen.de
18 LUDENDORFF, ERICH, Meine Kriegserinnerungen 1914-1918 (Berlin, Ritter & Sohn Verlagsbuchhandlung, 1919)
primera y fundamental diferenciación entre las revoluciones liberales del siglo
XVIII (norteamericana y francesa) y la revolución comunista rusa (1917). De
hecho, para Lenin el único derecho de la clase trabajadora es el trabajo (rabota) .
De ahí pues que la “Declaración de los Derechos del Trabajador” debía cumplir la
función ideológica de la “Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano de 1789”. Incluso en el tema del Terror la revolución rusa se diferencia
cualitativamente de la revolución francesa19
La Historia del Constituconalismo ruso es más tardía que la del Constituconalismo
occidental. Este hecho, nos permite contextualizar adecuadamente la Constitución
de 1918. En efecto, a diferecia de occidente, donde el derecho romano realiza un
largo proceso de recepción –glosadores, comentaristas, canonistas, humanistas,
codificadores, constitucionalistas-, especialmente del Humanismo a la Ilustración,
inspirados en la filosofía política cristiana y liberal. No ocurre lo mismo en la
Historia del Derecho ruso. La recepción romanista se hizo a través del modelo
bizantino, pero careció de los movimientos y escuelas que se desarrollaron en
Occidente arriba citados. Por el contrario, la Iglesia ortodoxa se mantuvo incólume
en su relación con el poder político, a diferencia de Occidente donde sucede la
Reforma Protestante y la Ilustración. El liberalismo fue debil como filosofía
política en Rusia. Los movimiento constitucionalistas y codificadores de los Zares
Alejo, Pedro el Grande y Catalina la Grande fueron débiles y no prosperaron. El
Manifiesto de 1905 y la Constitución de 1906 –Leyes Fundamentales- también
fueron débiles como propuesta liberal. De hecho, la Constitución de 1906, una
Constitución dada por el Zar, mantenía la estructura absolutista del poder
monárquico. El Zar siempre receló de la Duma y de la autonomía del Poder
Legsslativo. Sólo con la revolución de febrero de 1917, bajo el gobienro liberal –
socialdemócrata de Kerensky se logró convocar a una Asamblea Constituyente
para redactar una Constitución democrática, con el ejercicio pleno del poder
constituyente de la comunidad. Sin embargo, la dinámica revolucionaria abortó el
proyecto de Kerensky, y aun acuando Lenin y los bolcheviques habían apoyado en
un principio la propuesta de Kerensky, fue desechada por Lenin en las “Tesis de
Abril”. Para ese entonces el lider bolchevique había cerrado un acuerdo con el
Estado Mayor Alemán. Hasta el presente está abierta la controversia si Lenin fue
un agente de la inteligencia alemana. Si bien los documentos no son concluyentes
a favor de esta interpretación, tampoco lo liberan de un compromiso con la
Inteliugencia militar alemana, y sin cuyo apoyo logístico la revolución bochevique
no habría tenido éxito. Pero el fantasma de la Asamblea Constituyente y de la
Constitución no habían desparecido. En efecto, Lenin enfrentó nuevamente el
problema a fines de 1917 comienzos de 1918, esta vez ya triunfante y a medio
consolidar la revolución bolchevique en todo el territoiro del imperio. Los
19 MAYER, ARNO, The Furies. Violence and Terror in the French and Russian Revolutions (Princeton University Press, 2000)
resultados de la elección celebrada en esas semanas, única en la Historia rusa,
fueron una derrota significativa para los bolcheviques. Cabe señalar que Lenin y
los dirigentes bolcheviques consideraban la Asamblea Cnstitituyente y la
Constitución como una expresión del derecho burgués, de clase, que había que
combatir. La votación de la Asamblea Constituyente ponía en entredicho el poder
de los bolcheviques, por consiguiente Lenin, a pesar de minoría obtenida en la
votación, y basada sólo en la fuerza de las armas de un ejercito revolucionario
parcialmente victorioso, disolvió la Asamblea Constituyente y el proyecto de
Constitución se esfumó20. Inmediatamnete, promulgó la “Declaración de los
Derechos del Trabajador y Pueblo Explotado”, y luego se formó una Comisión
para redactar la que sería la primera Constitución soviética y primera constitución
comunista del mundo, promulgada en julio de 1918. Lenin fue el padre indiscutible
de la Constitución de 1918. La comisión redactora estaba formada por Sverdlov
(Presidente), Stalin (Comisario de las Nacionalidades), Bujarin (editor de Pravda),
Pokrovskii (Profesor), Stelkov (editor de Izvetia).
El historiador británico E. H. Carr compara la actitud de Lenin hacia la Asamblea
Constituyente con la de Cromwell y Napoleón, los cuales una vez tomado el poder
procedieron a eliminar el Parlamento y la Asamblea, sedes del Poder Legislativo, y
perseguir a la oposición21. La “Declaración de los Derechos del Trabajador” era la
respuesta comunista a la “Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano” de 1789, que encarnaba los ideales del constitucionalismo liberal
burgués. La guerra civil (1918-1921), que era la opción política de los bolcheviques
sobre la opción constitucional, significaba el exterminio de los terratenmientes y
burgueses22. En otras palabras, el exterminio de clase. A pesar de la vigencia de la
Constitución de 1918, el período de la guerra civil es la etapa del Comunismo de
Guerra y del Terror. Y esta va a ser una de las caracteristicas de la “legalidad
revolucionaria” y de la “justicia revolucionaria”, demostrando con ello que el
Constitucionalismo ruso era formalmente en cuanto a discurso partidario de una
Constitución escrita, pero en la práctica la Constitución significaba una
concentración del poder, esta vez en manos del Partido bolchevique, y una justicia
que estaba basada en la Policía secreta, juicios sumarios, un sistema carcelario que
se extendió por toda la geografía del imperio –GULAG- y una represión y terror
masivos. De hecho, como señala el Jurista e Historiador del Derecho, R.

20 LENIN, VLADIMIR, Draft Decree on The Dissolution of The Constituent Assamble (1918), disponible en: https://www.marxists.org
21 CARR, EDWARD HALLET, La Revolución bolchevique 1917-1923. I. La conquista y organización del poder. Segunda parte. La estructura
constitucional, pp. 119-268(1950, trad.castellana Alianza Universidad, Madrid, 1979)
22 SUMPF, ALEXANDRE, Russian Civil War, disponible en https://www.1914-1918-online.net/ International Encyclopedia of the

First World War


Ludwikowski, el primer acto inmediatamente promulgada la Constitución
bolchevique de 1918 es el asesinato del Zar y su familia23.
El III Congreso de los Soviets de enero de 1918 recepcionó y aprobó la propuesta
de Lenin, concretamente el texto de la Declaración de los Derechos del
Trabajador”. Luego, el V Congreso de los Sovietes de julio de 1918 aprobó el texto
constitucional íntegro. La “Declaración de los Derechos del Trabajador” puede ser
considerad como la “Declaración de Principios” de la revolución y del gobierno
bolchevique. Es un conjunto de principios de política interna y externa
estructurada brevemente en un Título, cuatro Capítulos, ocho Artículos. Esta
“Declaración de los Derechos del Trabajador”, como indicamos, fue concebida
para oponerla a las Declaraciones de Derechos del siglo XVIII, liberales –
burguesas. El trabajo fue uno de los temas principales desarrollado por el
marxismo el siglo XIX. Fue uno de los temas ignorados u “olvidados” del
Constitucionalismo liberal, con la excepción de la Constitución francesa de 1793
que se refiere explicitamente al trabajo (art.21). Para Marx el trabajo asalariado era
lo único que el trabajador poseía como propiedad24. Este trabajo se realizaba en
condiciones de extrema preacariedad y sin una regulación jurídica que protegiera,
garantizara y proveyera certezas y seguridades para el trabajador (salarios, seguros,
protección social, organizaciones sindicales, trabajo femenino, trabajo infantil)
como lo hacían las “Declaraciones de Derechos” del siglo XVIII para los derechos
burguesas (propiedad, libertad). Esta precariedad implicaba abandono total de los
trabajadores y una restricción, cuando no prohibición y persecución de sus
instituciones –sindicatos-. Tal era la situación de “abandono” de la clase obrera
que la Iglesia Católica formula un cuerpo doctrinal fuerte en defensa de los
derechos de los trabajadores, dando inicio así a la llamada “Doctrina Social de la
Iglesia”, cuyo núcleo fue la “cuestión obrera”. Las Encíclicas del Papa León XIII
abordan este tema y otros derivados del Constitucionalismo liberal del siglo XVIII
y XIX25. Con todo, fue el Marxismo el que enfrentó primeramente lasituación del
trabajo y de la clase obrera como resultado del proceso de la Revolución
Industrial26. Y si bien con la Revolución bolchevique se avanzó en una mejora de
las condiciones laborales, el trabajo fue parte de la retórica revolucionaria. Lenin y
Trotsky, como autócratas comunistas, introducen el “trabajo obligatorio”, el
“trabajo forzado”, el “trabajo esclavo”. Toda una contradicón con las directrices
de Marx sobre el trabajo y la emancipación de la clase obrera. Peor todavía, el
23 Ludwikowski, Rett, Searching for a new Constitutional model for East-Central Europe, en Syracuse Journal of International Law and
Commerce, vol 17 (1991), Disponible en: https://surface.syr.edu/vol17/iss1/4 : “The adoption of the constitution was
followed by the killing of the former Tsar and his wife, children, members of his family, his personal physician and three servants
on July 17, 1918, in Ekaterinburg. Two days later, the constitution, incorporating the Declaration of Rights of the Laboring and
Exploited People (hereinafeter Declaration of Rights of People), approved in January 1918, was formally promulgated”, p.106
24 MARX, KARL, Das Kapital, disponible en: https://www.socialhistory.org
25 LEÓN XIII, Inmortale Dei (1885); Libertas Praestantissimum (1888); Rerum Novarum (1891), disponible en: https://www.vatican.va

26 NOLTE, ERNST, Marxismus und Industrielle Revolution (Stuttgart Klett-Cotta, 1983)


“trabajo forzado”, el “trabajo esclavo” será la modalidad del sistema penal
soviético, y su exprsión institucional serán los campos de concentración del
GULAG. El trabajo, en sus modalidades de “obligatorio”, “forzado” y “esclavo”
fue resultado del experimento de la primera etapa de la revolución bolcheviqie
conocida como “Comunismo de Guerra” (1918-1921)27. Bajo la NEP (Lenin), los
Planes Quinquenales (Stalin-Brezhnev), incluso bajo la Perestroika de Gorbatchov,
concretamente en los inicios de la reforma del último líder de la URSS, el GULAG
como sistema de trabajo forzado siguió vigente. Distinta fue la situación con el
Constitucionalismo socialdemocrata que se inaugura en 1919 con la Constitución
de Weimar, el modelo de socialismo democrático que se opone a la experiencia
comunista totalitaria de República Soviética28. Por otro lado, como resultado del
Tatado de Versalles (1919), la creación de la Sociedad de las Naciones (1920) tuvo
una preocupación especial por el trabajo. La fundación de la Organización
Internacional del Trabajo (1919) cristalizó en la Constitución de la Organización.
En el Preámbulo de la Constitución de la OIT se establecen las directrices que
permanecen vigentes hasta hoy. Cuando se comparan la “Declaración de los
Derechos de los Trabajadores” bolchevique y la “Constitución del Trabajo” de la
OIT las diferencias resultan evidentes y definitivas entre la concepción soviética
del trabajo y la concepción socialdemócrata. Al menos entre 1919 y 1990, para
situar la etapa de oro del Derecho del Trabajo (Arbeitsrehct) en el mundo no
comunista, y que corresponde con la existencia del Estado Social democrático de
derecho29.
A primera vista la Constitución rusa de 1918 parece un texto de un evidente
progreso político – jurídico en la Historia del Derecho rusa. Sin embargo, la
Constitución bolchevique de 1918 define con claridad uno de los principios
rectores del Comunismo: la “desparicición” y el “exterminio de la clase burguesa”,
elevado a norma constitucional: “Proponiéndose como el objeto esencial la
abolición de toda explotación del hombre por su prójimo, el aniquilamiento total
de la división de la sociedad en clases, el aplastamiento sin piedad de los
explotadores, el establecimiento de la organización socialista de la sociedad y el
triunfo del socialismo en todos los Estados…” (Constitución Soviética de 1918,
art. 3). Este artículo, en sus tres componentes: exterminio de la burguesía,
eliminación de la división de clase y revolución mundial no fue meramente una
declaración formulada en el fervor del proceso revolucionario. Fue la base sobre
la cual se edificó el Estado y la sociedad soviética: el terror político como sistema30.

27 PIRANI, SIMON, The Russian Revolution in Retrat, 1920-1924. Soviet workers and the new communist elite (Oxon, Routledge, 2008)
28 CARVAJAL, PATRICIO H, La República de Weimar y su significado para la Historia política Contemporánea de Europa, en Notas Histórica
y Geográficas N° 5-6 1994-1995, pp. 307-315
29 RITTER, GERHARD, El Estado Social, su origen y desarrollo en una comparación internacional (1989, trad. Castellana Ministerio del

Trabajo y Seguridad Social, Madrid 1991)


30 MELGUNOV, SERGEI, Der rote Terror in Russland 1918-1923 (1924, Ostereuropazentrum Berlin Verlag, 2008)
En efecto, la creación de la CHEKA en 1917, cuyo mentor y jefe, Felix
Dzerzhinski, fue el encargado de implemantar el terror político como sistema. La
Constitución Soviética de 1918, por medio del Comisariato, creó los ministerios
del Estado. El Comisariado para la Justicia es parte de la estructura del poder del
Estado, pero no hay una separación de poderes o funciones como en el
Constutucionalismo liberal. Como la Guerra Civil y el Comunismo de Guerra
exigían medidas extraordinarias, pronto el Comisariado de Justicia se vió superado
por las facultades omnímodas y secretas entregadas a la CHEKA, entre las cuales
destacaban la capacidad para realizar jucios sumarios y ejecuciones en masa.
Incluso el Código Penal soviético de 1927 se concibió según los procedimientos
de la CHEKA como expresión de la “Justicia Revolucionaria y Popular”. Los
Fiscales del Estado, los Comisarios de Justicia, Lenin y sus camaradas más íntimos
fueron los artífices del terror y de la modalidad de los juicios sumarios y ejecuciones
masivas. Los principios del Derecho Penal liberal, resultado de las revoluciones
liberales del siglo XVIII tales como el debido proceso, la irretroactividad de la ley
penal, la prohibición de la tortura, y la tipificación de los delitos en una norma y
sólo bajo dicha norma la aplicación de la justicia penal son temas que no tuvieron
cabida en el Constitucionalismo como tampoco en el Derecho Penal Soviético,
especialmente en la primera fase de instauración del socialismo o período de Lenin
(1917-1924). No se puede comprender el desarrollo del Constitucionalismo
comunista sin precisar las caracteristicas del “Terror Rojo” (krasnny terror) como
núcleo del Estado Totalitario (= “dictadura del proletariado”). Para ello los
comunistas sovíéticos crearon nuevas figuras penales: “enemigo del pueblo”,
“saboteadores”, “contrarrevolucionarios” (Código Penal de la RSFS de Rusia, art.
58, 1927). Estas no fueron abstracciones ideológico – jurídicas sino una
identificación concreta del llamado enemigo de clase. En el curso de la Guerra Civil
(1918-1921) la CHEKA ofició de tribunal paralelo. No será hasta la primera
persecución religiosa –“Juicios Farsa”- de 1925 cuando la justicia revolucionaria
bolchevique, ahora bajo la dirección de los sucesores de Lenin, llevará a la práctica
sistemática el ateísmo militante estbablecido en la Constitución de 1918. Y en este
punto entroca la praxis política con la Constitución de 1918. La cuestión religiosa
fue uno de los temas centrales de las revoluciones liberales del siglo XVIII y de sus
Constituciones. El resultado fue en Francia la “libertad religiosa”, la “libertad de
pensamiento”, la separación Iglesia – Estado y la “Constitución Civil del Clero”.
Si hubo una cierta práctica anti cristiana esta fue acotada, y luego se encauzó a
través de una legislación laica que limitaba la religión a la esfera privada. En cuanto
a la Iglesia Católica, ésta fue rápidamente subordinada al poder civil de acuerdo
con la experiencia politico – juridica del Gallicanismo. En los Estados Unidos la
“libertad religiosa” constituyó el fundamento de la República (Constitución de
1787, enmienda 1). En la Unión Soviética, en cambio, el ateísmo se definió como
un derecho fundamental y una política de terror y persecución de lo religioso y de
la Iglesia Ortodoxa. La Carta de 1918 establecía: “Con el fin de garantizar a los
trabajadores la verdadera libertad de conciencia, la Iglesia está separada del Estado
y la escuela, de la Iglesia; y se reconoce a todos los ciudadanos la libertad de
propaganda reliugiosa y antirreligiosa” (art. 13). El primer acto de la política atea
oficial de la Revolución bolchevique se ejecutó en Moscú en el llamado “Juicio a
Dios”. El Comisario para la Educación Pública A. Lunacharschi, un escritor y
crítico literario de cierto prestigio, escribió una obra teatral con el nombre referido.
Dios fue juzgado in absentia; condenado a muerte por genocidio contra la
civilización, la pena se ejecutó al amancer del día siguiente. La ejecución se
materializó diparando ráfagas de ametralladoras sobre el cielo de Moscú. Luego
siguieron representaciones obsecenas y hasta pornográficas sobre la vida
eclesiástica. Todo esto con el objeto de sacar de la conciencia y del corazón de los
rusos el sentimiento religioso. Como el efecto de este tipo de actos administrativos
del Estado provocó el efecto contrario, el mismo Lenin recomendó a Lunacharski
prescindir de ellos porque efectaban la sensibilidfad popular y podía resultar
contrario a la adhesión que buscaban los bolcheviques. El segundo acto
administrativo del ateísmo, mejor concebido, fueron los llamados “Juicios Farsa”
en contra del Cristianismo, la Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Católica. El año 1925,
se puede afirmar, comienza la persecución del Estado comunista en contra del
Cristianismo. La Jerarquía Eclesiástica Ortodoxa y Católica es procesada y una
parte significativa de sus miembros son fusilados. Los restantes miembros del clero
son deportados a distintos lugares de la geografía rusa, inaugurando así el GULAG.
De hecho, el monasterio de las Islas Solovosky, narrado con detalle por A.
Solzhenitsyn es el primer campo de concentración para los “enemigos del
pueblo”31. A los “Juicios Farsa” siguió la práctica de la persecución diaria de
religiosos, la quema de Iglesias, la profanación de los espacios sagrados y el despojo
de los bienes eclesiásticos. La estadística existente señala que los religiosos
asesinados fueron entre 300. 000 y 500.000 entre 1925 y 194032. Durante la Gran
Guerra Patria, “guerra sagrada”, Stalin otorga ciertas libertades a la Iglesia
Ortodoxa y permite ciertos ritos en el contexto de la lucha contra la fuerzas de la
Alemanaia Nazi. Pero finalizada la guerra, se vuelven a las persecuciones religiosas,
aunque son de menor intensidad en comparación con la década de 1920. La
persecución religiosa, la quema de Iglesias, la profanación de lugares sagrados y la
enajenación de bienes eclesiásticos será una de las prácticas realizadas por los
comunistas españoles y las CHEKAS españolas durante la Guerra Civil (1936-
1939)33. La descripción de las persecuciones religiosas durante los “Juicios Farsas”
y la instrumentalización ideológica del derecho al servicio de una política criminal
de exterminio de clase las conocemos por los escritos de conspicuos abogados

31 SOLZHENITSYN, ALEXANDR, L’ Archipel du GOULAG (Paris, Sueil, 1973)


32
LUXMOORE, JONATHAN, The God of the GULAG. Martyrs in an Age of Revolution (Gracewing Publishing, 2016)
33 MORENO, ANTONIO CÉSAR, Checas. Miedo y odio en la España de la Guerra Civil (Ediciones Trea, 2017)
bolcheviques: Isaac Steinberg34 –Comisario de Justicia- y Nicolai Krilenko35, Fiscal
General de la URSS. Entre los “Juicios Farsa” (1925) y los “Procesos de Moscú
(1936-1938) hubo también una gran número de víctimas36
El otro momento de persecucuión, ahora bajo el imperio de la Constitución de
Stalin (1936), que en parte recoge el artículado de la Constitución de Lenin (1918),
se centra en la purga de comunistas, izquierdista y miembros del Ejército. La
tipificación del delito es la misma empleada en los “Juicios Farsas”: “enemigos del
pueblo”, “contrarrevolucionarios”, “saboteadores”. Los “Procesos de Moscú”
(1936-1938), confirman que el terror político es esencial al Estado totalitario
soviético. En estos juicios destacará la figura del Fiscal General de la URSS: Andrei
Vyshinski, quien fue el Prosecutor General en los Juicios de Moscú. Se caracterizó
por la violencia del lenguaje utilizado en contra de los condenados. Al leer las
acusaciuones y las sentencias de muerte lo hacía mirando hacia el segundo piso del
tribunal, donde se situaba Stalin como obsevador. Vyshinski será luego el Fiscal
soviético en el Juicio de Nüremberg en contra de los líderes nazis (1946). Al igual
que sus predecesores Steinberg y Krilenko, dejó un conjunto de escritos de
dogmática jurídica comunista.
Finalizada la II Guerra Mundial, y aun depués de la muerte de Stalin, las
persecuciones y ejecuciones masivas continuaron. Sólo a partir del gobienro de
Gorbatchov (1985-1991), con la GLASNOT y PERESTROIKA, se introdujo un
revisionismo histórico que tuvo un impacto jurídico significativo, aunque
simbólico, sobre las victimas de la “justicia revolucionaria” bolchevique: la
“rehabilitación masiva” 37. Gorbatchov,. Abogado igual que Lenin, entendía que
de alguna manera debía existir un desagravio para las miles de víctimas de la
violencia totalitaria y de una justicia siempre servil del Estado soviético.
Otro de los grandes temas del Constitucionalismo moderno ha sido la “cuestión
agraria”. Tanto la Revolución francesa como la Revolución rusa debieron enfrentar
el tema de la propiedad de la tierra, su expropiación y reparto. Pero no se trata de
un tema constitucional moderno, sino tal vez uno de los temas recurrentes en la
Historia del Derecho, desde la sociedad griega y romana hasta la sociedad moderna
e incluso contemporánea. La Constitución de 1918 señala: “Con el fin de realizar
la socialización de la tierra, queda anulada la propiedad individual sobre la tierra y
todas las propiedades rústicas son declaradas de dominio público y transferidas sin
indemnización a las masas trabajadoras, sobre la base de igualdad en el usufructo
34 STEINBERG, ISAAC, In the Workshop of the Revolution (1955), Moral Face of the Revolution (1923), Memoirs of People’s Commisaar (1931),
disponible en https://www.yivoinstitute.org
35 KRILENKO, NIKOLAI, Terror Rojo y Terror Blanco (1928), disponibe en: https://www.marxists.org
36 GETTY, ARCH; RITTERSPORN, GABOR; ZEMSKOV, VICTOR, Victims of the Soviet Penal System en the Pre –war years: A First Approach

on the Basis of Archival Evidence, en The American Historical Review, vol 98, N° 4 (oct.1993), pp. 1017-1049
37 Feofanov, Yuri; Barry, Donald, Abitrary Justice: Courts and Politics in Post Stalin Russia. Report. 9. Part VI: Political

Rehabilitation and Political Justice, Washington, 1995, disponible en: https://ucis.pitt.edu


de la tierra” (Art. 3. a). Aquí surge una primera y fudamental diferencia entre el
derecho revolucionario liberal del siglo XVIII y el derecho revolucionaruo y la
legalidad soviética del siglo XX. Mientras las expropiaciones en el derecho liberal
se pueden llevar a cabo pagando una “indemnización justa”, el derecho soviético
niega toda indemnización. Pero no sólo se trata de la posesión y dominio de la
propiedad rústica, sino de la existencia histórica y biológica de los campesinos,
especialmente de los propietarios, pequeños, mediano y terratenientes. El texto
precedente del artículo 3 de la Constitución de 1918, ya comentado, nos da la clave
para comprender la política de exterminio llevada a cabo por los bolcheviques en
contra de los propietarios de la tierra, independientemente del tamaño del dominio:
“..el aplastamiento sin piedad de los explotadores”. El Comunismo de Guerra
arrasó con el campo y sus propietarios, pero se trató todavía de una política de
represión desordenada. Con la NEP Lenin intentó una pequeña propiedad agraria
privada y la existencia de mecanismos de mercado, como los precios, aunque
siempe limitada y controlada por la CHEKA. Una vez eliminada la NEP por Stalin,
y reemplazada por los Planes Quinquenales, la aniquilación de los kulaks fue parte
del terror sistemático del régimen soviético. Ahora bien, si para el exterminio de
religiosos y enemigos políticos se emplearon balas y campos de concentración, para
el exterminio del campesinado los bolcheviques recurrieron a uno de los
procedimientos más brutales de tortura: las hambrunas masivas. En uno de sus
escritos más destemplados por el odio que instiga en contra de los campesinos,
Lenin proclama: “¡Guerra despiada contra los kulaks! Muerte a todos ellos”. Los
argumentos ideológicos del terror para el exterminio de clases fueron formulados
por Lenin38. Stalin será en los próximos quinquenios, para emplear la expresión de
su reforma del campo, sólo su ejecutor más eficiente. La crueldad con la que
actuaron los bolcheviques supera la capacidad de toda narrativa. Antes de la
introducción de la hambruna en Ucrania (1933-1934), conocida como Genocidio
ucrananiano u “Holodomor”, Stalin probó a escala su experimento de hambrunas
masivas en la Isla de Nazino. Allí fueron deportados más de seis mil prisioneros
marginales, vagabundos y delincuentes comunes, sin alimentos y sin herramientas
para labrar la tierra. El canibalismo fue una de las consecuencias de dicho

38 FIGES, ORLANDO, La Revolución rusa (1891-1924). La tragedia de un pueblo (1996, trad. Cast. Barcelona, Editorial EDHESA,
Primera reimpresión, 2014). Señala Figges: “Bajo el regimen de Lenin, y no de Stalin, la Cheka se iba a convertir en un inmenso
estado policial. Tenía su propia infraestructura de Leviatán, desde los comités caseros a los campos de concentración, y
proporcionaba empleo a más de un cuarto de millán de personas. Éstos eran los oprichniki bolcheviques, la policía detestada de
Iván el Terrible. Durante la guerra civil fueron ellos los que aseguraron la supervivencia del régimen en el denominado “frente
interno”. El Terror se convirtió en un elemento integral del sistema bolchevique durante la guerra civil. Nadie sabrá nunca el
número exacto de personas reprimidas y asdesinadas por la Cheka en aquellos años. Pero sin duda fueron varios centenares de
miles , si se incluyen a todos los que estuvieron en sus campos de concventración y en prisiones y a aquellos que fueron ejecutados
o asesinados por tropas de la Cheka en la represión de huelgas y rvueltas. Aunque nadie conoce las cifras exactas, es posible que
fueran asesinadas más personas por la Cheka de las que murieron en las batallas de la guerra civil”, p. 709.
experimento. La Isla paso a ser conocida en la memoria histórica soviética como
la “Isla de los Canibales”39.
En el Constitucionalismo liberal clásico moderno la Constitución es un
instrumento de límite del poder. Como se trata originariamente de un pacto o
contrato social, esto es, poder constituyente originario, deberes y derechos,
representación, división de poderes, derecho de resistencia contra la tiranía,
soberanía limitada por la Constitución y por las instituciones del Estado de derecho
que se originan a partir de ella; en el Constituconalismo comunista, en cambio, y
en concreto la Constitución de 1918 que aquí nos ocupa, nada de ello existe. De
hecho, la Constitución bolchevique inaugura una nueva forma de gobierno, la
“dictadura del proletariado”,. formulada por Marx en el “Manifiesto Comunista”
de 1848, como una etapa intermedia entre la sociedad capitalista y la sociedad
comunista. En la historia del pensamiento marxeano es Lenin el que mayormente
ha teorizado sobre esta tipología estatal. La Constitución Soviética de 1918 señala
la modalidad que debe asumir la dictadura del proletariado: “Con el objeto de
destruir todas las clases parasitarias de la sociedad y para organizar el régimen
económico, ha sido instituido el trabajo obligatorio para todos. A fin de garantizar
la plenitud del Poder a favor de las masas trabajadoras y de eliminar toda
posibilidad de restablecimiento del Poder de los explotadores, el Congreso decreta
el armamento de los trabajadores, la formación del Ejército Rojo socialista de los
obreros y campesinos y el desarme completo de las clases posesoras” (Art. 3, f, g).
La formulación más explícita de esta “dictadura del proletariado” se encuentra en
el siguiente texto de la Constitución de 1918:”Durante la actual fase de transición,
el objeto principal de la Constitución de la RSFSR consiste en el establecimiento,
mediante un fuerte poder soviético en toda Rusia, de la dictadura del proletariado
de las ciudades y del campesinado más pobre, a fin de conseguir el aplastamiento
completo de la burguesía, la abolición de la explotación del hombre por el hombre
y la instauración del socialismo, bajo el cual no habrá ni división de clases ni poder
del Estado” (art.9). Este artículo en sí constituye una meta teoría del
Constitucionalismo comunista y a la vez un criterio de dogmática constitucional –
no hay lugar para una interpretación constitucional- de la teoría de la Constitución
comunista. La Historia del Derecho Comunista y la Historia Constitucional del
Comunismo global se remiten a este principio dogmático. No es el caso aquí de
revisar las Constituciones de los Estados comunistas, pero todos los Estados
socialistas de la era soviética, y los que perduran hoy como Corea del Norte, Cuba,
China Comunista se remiten a este principio. Como señaló el Fiscal Vyshinsky, el
Partido es el único intérprete del Derecho40.

39 WERTH, NICOLÁS, Cannibal Island. Death in a Siberian GULAG (Princeton University Press, 2007)
40
VYSHINSKI, ANDREI, The Law of the Soviet State (Macmillan, New York, 1948)
El Congreso de los Soviets es la institución principal del poder soberano en la
URSS. Pero la membresía a dicho poder está cooptada por un régimen electoral de
partido único –una de las características del Estado totalitario- (Tit. III. Del Poder
Soviético. Cap. VI Del Congreso de los Sovites, arts. 24-30). Una de las novedades
de la Constitución de 1918 fue la creación de la llamada “democracia comisarial”,
cuyo objetivo es la administración del Estado (Cap. VIII. Del Consejo de los
Comisarios del Pueblo, arts. 37- 48). Se crean un total de 18 Comisariados –
Ministerios, en la teoría constitucional occidental-. No existe en la Constitución de
1918, como hemos indicado, una división de poderes –funciones- cono en la teoría
constitucional liberal. Es el Congreso de los Soviets el que concentra las tres
funciones : Ejecutiva, Legislativa, Judicial (art. 49-51). Hay un elemento
democrático indiscutible en la Constitución Soviética de 1918, que de acuerdo con
el cumplimiento de ciertos requisitos son en principio elegibles para los cargos
todos los ciudadanos, incluidos los militares (Tit. Cuarto. Del Derecho a elegir y a
ser elegidos. Cap. XIII. Arts. 64-78).
La Constitución bolchevique de 1918, como pimera Constitución comunista de la
Historia, fue una Constitución programática, y en este sentido tenía que reafirmar
las directrices políticas de la “Declaración de los Derechos del Trabajador” que la
precede. El Derecho Presupuestario, Cap. XVI, arts. 79-88). En el artículo 79
dispone: “La política financiera de la RSFSR, en el momento actual de dictadura
de los trabajadores, contribuirá al objeto esencial de la expropiación de la burguesía
y la preparación de condiciones de igualdad general de los ciudadanos de la
República en materia de producción y reparto de bienes. Para estos fines se
establece la tarea de asegurar al poder soviético el derecho a disponer de todos los
medios necesarios para la satisfacción de las necesidades locales y generales de la
República soviética por encima del derecho a la propiedad privada”
La Constitución de 1918 determinó el camino a seguir al experimento social del
comunismo soviético entre 1918 y 1991. Las reformas económicas fueron las
siguientes: Comunismo de Guerra, NEP, Planes Quinquenales, Perestroika.
Ninguna de estos programas económicos logró llevar a la URSS a desarrollar una
ventaja competitiva, una economía eficiente, una adecuada asignación de resursos,
una producción de bienes básicos para sus ciudadanos. Y si bien llevaron a cabo
en cuarenta años (1917-1957) la revolución industrial – tecnológica, que en
Occidente se desarrolló en trescientes años, llegando incluso a liderar la carrera
espacial, la economía soviética fue siempre un experimento de reformas y
contrarreformas, según el plan trazado por la Constitución de 1918. El fracaso del
Comunismo soviético, el colapso, desintegración y disolución de la URSS (1989-
1991) prueban el fracaso de la utopía comunista y la perversión ideológica del
derecho comunista, que en definitiva en vez de permitir la justicia social fue el
instrumento de una iniquidad cuya estadística está formada por millones de
víctimas en todo el mundo. El fracaso de la revolución y de sus objetivos fue
advertido por R. Luxemburg en el momengto mismo de la promulgación de la
Constitución de 191841. A ella se sumarían las críticas de algunos bolcheviques:
Trostky42, Radek43, Serge44. Éstos últimos ajusticiados y asesinados por orden de
Stalin. Desde la perspectiva del pensamiento jurídico la crítica de Kelsen al derecho
soviético que surgió de la Constitución de 1918 es demoledora45. Otro tanto cabe
decir de la crítica proveniente de la ciencia económica representada por la figura
de von Mises, en el célebre debate: “Wirtschaftsrechnung im Sozialismus”, cuando
formula empíricamente la imposibilidad del socialismo al negar el mercado, como
lo establecía la Constitución de 191846.
III. La Constitución soviética de 1918 y la Weltrevolution. El
Constutucionalismo comunista y la traslación de su derecho
De acuerdo a la premisa de investigación propuesta, esto es, el Constitucionalismo
como discurso político, cabe ahora sumariamente referirnos a la traslación de la
Constitución bolchevique, especialmente a Chile. L. E. Recabarren publica en 1921
un Proyecto Constitucional47. Este discurso es el primer programa comunista que
se formula en el naciente movimiento comunista chileno, siguiendo las directrices
de la III Internacional y del Komintern. El impacto de las ideas comunistas, pero
especialmente de la Revolución bolchevique, de sus métodos y consecuencias fue
significativo en Iberoamérica48 y Chile49. La Constitución de 1925 –liberal,
socialdemócrata- fue una respuesta al temor comunista. Así lo manifiesta el jurista
J. Guerra, uno de sus primeros intérpretes50. Otro tanto cabe decir del Código de
Trabajo de 1931 que recoge los fundamentos de la Constitución del Trabajo de la
OIT. El Código del Trabajo chileno de 1931, paradigma de la Codificación laboral
en Iberoamérica, es una respuesta hasta cierto punto al temor del fantasma del
Comunismo, según indica su redactor, el jurista M. Poblete, pues el sindicalismo

41 LUXEMBURG, ROSA, Zur russischen Revolution (1922), disponible en: https://marxists.org


42 TROTSKY, LEÓN, La Revolución traicionada ¿Qué es y adónde va la URSS? (1936), disponible en:
https://www.fundaciónfedericoengels.net
43 RADEK, KARl, Los senderos de la Revolución Rusa (1922), disponible en: https://www.marxist.org
44 SERGE, VICTOR, Memorias de un revolucionario (1947, trad. Castellana Veintisieteletras, Madrid, 2011)
45 KELSEN, HANS, Sozialismus und Staat. Eine Untersuchung der politischen Theorie des Marxismus (Leipzig, Hirschfeld Verlagm 1923)
46 VON MISES, LUDVIG, Die Gemeinwirtschaft. Untersuchungen über den Sozialismus (Jena, Verlag von Gustav Fischer, 1922), disponible

en https://www.mises.de
47 RECABARREN, LUIS, Proyecto de Constitución para la República Socialista de Chile (Santiago, 1921)
48 LOWY, MICHAEL, El Marxismo en América Latina (Santiago, LOM Ediciones, 2007)
49 FERMANDOIS, JOAQUÍN, La Revolución inconclusa. La izquierda chilena y el gobierno de la Unidad Popular (Santiago, Centro de Estudios

Públicos, 2013)
50 GUERRA, JOSÉ, La Constitución de 1925 (Santiago de Chile, Gráficos, Balcells & Co., 1929). Señala Guerra: “Si el comunismo

ha prendido en Chile con la rapidez de un incendio, no es tan sólo por la propaganda de elementos adventicios, sino también
porque el terreno estaba preparado para hacer germinar la simiente importada de luengas tierras. Aunque duela decirlo, hay que
reconocer que si el comunismo no hubiera llegado desde Rusia hasta Chile, el tiempo nos habría podido reservar la sorpresa de
que fuera desde Chile hasta Rusia”, p. 128
chileno estaba alineado con la III Internacional Comunista51. El contexto de la
Constitución de 1925 y del Código del Trabajo de 1931 son la respuesta del país a
la crisis internacional que se desata a partir de 1929 y cuyo impacto en la economía
chilena será demoledor, alcanzando la mayor caída del comercio internacional de
los países del mundo52. Tal fue la magnitud de la crisis social chilena, que la
Marinería se subleva en 1931, en principio por las bajas remuneraciones, y luego
se transforma en una fuerza insurgente que declara la República socialista chilena
de los Soviets. Este intento revolucionario fue planificado por el Partido
Comunista chileno como objetivo de la estrategia de la Weltrevolution del
Komintern soviético.
A fines de la década de 1960 la crisis constitucional chilena era evidente. Si la
Constitución de 1925 y el Código del Trabajo de 1931 habían logrado neutralizar
parcialmente el fantasma comunista, la institucionalidad creada por ambos Códigos
no fue suficiente para encauzar por la vía de la negociación democrática algunas
demandas sociales, como la reforma agraria. Juristas de distintas lineas ideológicas
manifestaban su disconformidad frente a la realidad social. En efecto, E. Novoa,
desde una perspectiva crítica marxista, que tiene como referente la revolución
bolchevique y su derecho, aunque discrepe de algunas de sus formalidades, formula
uno de los discursos jurídicos ideológicos más radicales de la época, lo que
constituye un anticipo de su actividad como asesor jurídico del Gobieno de la
Unidad Popular53. El Programa de Gobierno de la Unidad Popular también
contemplaba una reforma constitucional desde la óptica del Constitucionalismo
soviético de 191854. Finalmente, se puede afirmar que el Proyecto Constitucional
del Presidente Allende de septiembre de 1973 era un paso definitivo para la
instauración de un Estado socialista totalitario, basado en los principios jurídicos
ideológicos de la Constitución de Lenin de 191855.
Conclusión
La II Revolución Rusa 1917 fue un experimento social como nunca había ocurrido
en la Historia. Esta fue la percepción de partidarios y críticos de los bolcheviques.
La Constitución soviética de 1917 inauguró el Constitucionalismo comunista
mundial. La traslación de los principios constitucionales del comunismo fue global.

51 POBLETE, MOISÉS, Evolución del Derecho Social en América (Santiago, Editorial Nascimento, 1941). Señala Poblete:”Pero el
movimiento sindical alcanza un considerable desarrollo principalmente en Argentina, Brasil, Chile, México y Uruguay. En estos
países hay núcleos, más o menos fuertes, que se inspiran en la II Internacional de Amsterdam; otros, en la Internacional
Demócrata Cristiana, y, principalmente, en Chile, un grupo poderoso que sigue a la Tercera Internacional Roja de Moscú”, p.
127
52 ORTÍZ, EDUARDO, La Gran Depresión. 1929. El impacto en Chile (Santiago, LIBERALIA Ediciones, 2014)
53 NOVOA, EDUARDO, La Renovación del Derecho, en Revista de Derecho Universidad de Concepción. N° 144, año XXXVI (abr-

ju), 1968, pp, 2-27


54 Programa de Gobierno de la Unidad Popular. Un nuevo orden institucional: El Estado Popular (Santiago, 1969)
55 Constitución Política chilena de 1973. Propuesta del Gobierno de la Unidad Popular, disponible en www.editorialsangria.com
De este modo la Constitución de 1917 se convirtió en el “canon constitucional”
del Comunismo
La Declaración de los Derechos del Trabajador que precede a la Constitución fue
obra directa de Lenin. La Constitución en sí también es de su autoría, aunque se
nombró una comisión para su redacción.
Tres tópicos nuevos propone dicha Carta: El ateísmo como derecho fundamental,
el exterminio de clase y la instauración de una tipología estatal llamada “Dictadura
del Proletariado”. Se trata de una Constitución Programa basada en en el
Manifiesto Comunista (1848) y en los escritos de Lenin. Estos principios son la
base del Estado totalitario comunista y del terror como política de Estado. Las
consecuencias fueron el GULAG y millones de victimas asesinadas, entre las que
se cuentan miles de comunistas.
La traslación de la Constitución bolchevique fue global. En el caso chileno fue
recepcionada en el Proyecto Constitucional de Recabarren (1921), en el Programa
de Gobierno de la Unidad Popular (1969) y en Proyecto Constitucional de Allende
(1973)
La abrogación de la Constitución de Lenin de 1918 por Stalin, y su reemplazo por
la Constitución de 1936, tiene un significado profundo en cuanto al destino final
de la URSS y su desaparición. No obstante ser el canon del Constitucionalismo
comunista, nunca alcanzó el significado histórico de ser la mayor herencia
ideológica e institucional de la revolución bolchevique, como ocurrió con las
Constituciones francesas (1791, 1793, 1795), norteamericana (1787, vigente),
mexicana (1917, vigente) y alemana (1919).

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