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María es una niña de 5 años y 6 meses que fue enviada a evaluación por prescripción
de su pediatra. A pesar de ser una niña aparentemente normal y charlatana en casa,
siempre había sido tímida y reticente en contextos de grupos más amplios [...] Su
madre la trajo a la clínica porque desde hacía 6 meses, la situación era desbordante.
En cuanto a su contexto, María tenía una familia normal. Su padre era ingeniero y
su madre ama de casa. Antes de nacer María, sus padres habían intentado tener
niños, pero siempre acababan sufriendo abortos, por lo que el nacimiento de María
fue un milagro para la familia. Su madre sufrió una depresión derivada de estos
acontecimientos, pero fue tratada con Prozac y mejoró sustancialmente. A los 42
años de la madre, consideraron que eran demasiado mayores como para afrontar el
riesgo de un nuevo embarazo, y abandonaron la idea.
En el nacimiento María fue normal, pero durante los primeros días surgieron
complicaciones como un taponamiento de las vías nasales que derivaron en una
intervención quirúrgica. Su madre sufrió ataques de ansiedad por la delicada
situación de su única hija.
Durante los primeros años, María sufrió crisis de ansiedad, cólicos y vómitos, que
según el doctor eran manifestación de un sistema digestivo sensible e inmaduro. A
partir de este momento, la niña se vuelve quisquillosa con la comida, y apenas
realiza las comidas estipuladas. Su desarrollo cognitivo fue normal.
Su madre se describe como reservada, pero tiene una muy buena amiga que tiene
una hija de la edad de María. Pasaban mucho tiempo juntas, pero [...] por motivos
de trabajo, tuvieron que mudarse de la ciudad. Para que María no echara en falta a
su única amiga, la madre optó por inscribirla en la ludoteca por las mañanas. Sin
embargo, cuando fue a dejarla, María tuvo un fuerte berrinche, agarrada a la pierna
de su madre se agarró a su pierna sin poder contenerse [...], cuando parecía que
pasaba y su madre trató de alejarse de nuevo, María empezó a llorar con más
intensidad, esta vez acompañado de chillidos y pidiendo que su madre no se fuese.
Durante los siguientes 3 meses el ritual se repitió, pero acabó sentándose junto a la
ventana mientras se quejaba para ver cuándo volvía su madre.