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AMEBIASIS

ETIOLOGIA
Perteneciente al Reino Protista y al filo Amoebozoa en clase Archamoebae y orden
Mastigamoebida de la familia Entamoebidae, dentro del género Entamoeba, con su
especie Entamoeba histolytica

El parásito que provoca la enfermedad de Amebiasis (Entamoeba histolytica) es un


protozoo unicelular que habita las criptas del ciego y del colon ascendente, donde el
contenido fecal es líquido. Sólo algunas variedades de la E. histolytica son patógenas.
Se conocen dos amebas morfológicamente idénticas a E. histolytica, que son la E.
dispar y la E. moshkovskii, que también pueden contribuir al desarrollo de la
enfermedad.

El trofozoíto o forma vegetativa mide de 20 a 40 micras de diámetro; cuando esta


móvil, emite un seudópodo amplio, hialino y transparente que se proyecta como un
saco herniario hacia el exterior de la célula, muy fácilmente distinguible del resto
del citoplasma que es granuloso.

Este seudópodo es unidireccional, se forma a partir del ectoplasma y mediante este,


el trofozoíto se desplaza ejerciendo tracción sobre el resto de la célula. Es fácil
observar que todo el endoplasma se dirige hacia el seudópodo hasta llenarlo.
Nuevamente y en la misma dirección, se produce otro seudópodo que va a realizar
las mismas funciones del anterior y así sucesivamente, dando por resultado final el
desplazamiento activo del parasito. En el citoplasma se encuentran vacuolas
digestivas, eritrocitos y rara vez otros elementos fagocitados.

Los quistes de la ameba son los que transmiten la enfermedad, puesto que los
trofozoítos son destruidos en el estómago.

La transmisión es fundamentalmente por la ruta fecal oral a través de alimentos


manipulados o regados con aguas residuales. Después de la ingestión de los quistes,
la cápsula se digiere en el intestino delgado liberando cuatro trofozoítos móviles.
Estos trofozoítos se alojan en las criptas del ciego y el intestino grueso inmersos en
líquido con abundantes bacterias necesarias para su supervivencia. Si el contenido
intestinal se vuelve más sólido, el parásito entra en un estado pre quístico seguido
del enquistamiento.

Características
Entamoeba histolytica es un protozoo que pertenece al filo Sarcomastigophora.

El reservorio es el ser humano (intestino), suelo húmedo, aguas residuales, alimentos


y fómites
-Los quistes son sensibles a la desecación, por lo que no sobreviven mucho tiempo en
los suelos o superficies secas.

-Los trofozoitos apenas sobreviven en el ambiente exterior

-Su forma de resistencia son los quistes

-Sus vías de entrada son digestiva, parenteral (muy excepcionalmente)

-Distribución geográfica: áreas tropicales y subtropicales con condiciones higiénico


sanitarias deficientes, siendo endémica en: México, india, indonesia, regiones
tropicales de áfrica y partes de américa central y de américa del sur.

-Infección: Suele ser una infección intestinal relativamente frecuente en adultos


jóvenes, en la mayoría de los casos es asintomática debido a que los trofozoítos
permanecen confinados en el lumen intestinal, se la denomina amebiasis luminal
(forma no invasiva). En el caso de producirse síntomas estos aparecen tras un periodo
de incubación de dos a cuatro semanas y son debidos a que los trofozoítos invaden
la mucosa intestinal (forma invasiva) dando lugar a la conocida como colitis invasiva
aguda o disentería amebiana, que consiste en una diarrea simple con moco y sangre
o síndrome disentérico y con dolor abdominal.

-La infección por E. histolytica se transmite a través de agua, alimentos y manos


contaminadas con los quistes, donde los manipuladores de alimentos y los vectores
mecánicos son posibles fuentes de infección. La relación sexual oro-anal ha sido
reconocida como un modo de transmisión.

-Estos quistes son resistentes a la cloración del agua y a la congelación, pero son
destruidos a temperaturas sobre los 60° C por dos minutos.

-Su ciclo de vida: comprende 2 estadios: la forma invasiva vegetativa ameboide


(trofozoito) y la forma de resistencia e infectante (quiste)

-El trofozoito es anaerobio facultativo, con forma irregular ameboide alargada y


puede medir de 10 a 60 micras de diámetro, aunque el tamaño más habitual es de 12
a 15 micras. En el citoplasma tiene un único núcleo con un cariosoma central,
cromatina periférica fina distribuida regularmente y vacuolas que pueden contener
los eritrocitos fagocitados del huésped. A partir del citoplasma se forman
prolongaciones o pseudópodos con los que se desplaza.

-Los quistes son de forma esférica u oval, con una pared resistente de quitina y
miden de 10 a 15 micras. En el citoplasma tienen barras cromatoides de bordes
curvos (menos de 10) y una masa de glucógeno cuando son inmaduros. Se dividen por
mitosis sucesivas por lo que al alcanzar la madurez tienen cuatro núcleos.
-Su ciclo de vida es directo (un solo hospedador). Cuando los quistes maduros son
ingeridos por un hospedador, estos se desenquistan en el intestino delgado dando
lugar a los trofozoítos. Los trofozoítos se multiplican por fisión binaria y se
desplazan hacia el intestino grueso; en la luz del intestino los trofozoitos eliminan
las vacuolasalimenticis y demás inclusiones intracitoplasmaticas, se inmovilizan y
forman pre quistes; estos adquieren un cubierta y dan origen a quistes inmaduro con
núcleo, los cuales continúan su desarrollo hasta los típicos quistes tetra nucleados.
La formación de quistes sucede exclusivamente en la luz del colon y nunca en el
medio ambiente.

En las materias fecales humanas se pueden encontrar trofozoitos, pre quistes y


quistes; sin embargo, los dos primeros mueren por acción de los agentes físicos
externos y en caso de ser ingeridos son destruidos por el jugo gástrico; solamente
el quiste es infectante por vía oral. En el medio externo los quistes permanecen
viables en condiciones apropiadas durante semanas o meses y son diseminados por
agua, manos, artrópodos, alimentos y objetos contaminados. Finalmente los quistes
llegan a la boca para iniciar la infección, una vez ingeridos sufren la acción de los
jugos digestivos, los cuales debilitan su pared y en el intestino delgado se rompen y
dan origen a trofozoitos, que conservan el mismo número de núcleos de los quistes;
en posterior evolución cada núcleo se divide en dos y resulta un segundo trofozoítos
metacíclico, con 8 núcleos. En la luz del colon cada núcleo se rodea de una porción d
citoplasma y resultan 8 trofozoítos pequeños que crecen y se multiplican por división
binaria

Los trofozoitos se sitúan en la luz del intestino, sobre la superficie de las glándulas
de lieberkuhn o invaden la mucosa. El periodo prepatente varía entre 2 y 4 días

-Mecanismo de propagación y transmisión: El principal foco de transmisión de la


infección es el enfermo crónico o portador sano, que excreta con las heces formadas
los quistes, mientras que el enfermo con diarrea aguda elimina con las heces
diarreicas los trofozoítos.

Diagnostico
Diagnóstico diferencial

La Amibiasis intestinal debe diferenciarse clínicamente con muchas enfermedades


que presentan sintomatología semejante, en especial con las que producen diarrea.
Por los grandes avances en el diagnóstico del laboratorio puede reconocerse el
agente etiológico de las diarreas en más del 70% de los casos, a diferencia de lo que
sucedía hace algunos años, cuando este mismo porcentaje correspondía a diarreas
de etiología desconocida.
Se acepta que aproximadamente la mitad de los casos de diarrea infecciosa son
producidos por Rotavirus y Escherichia Coli enteropatogenico, enterotoxino y entero
invasivo.

La diferencia clínica de la disentería amebiana, debe hacerse con la disentería


basilar o Shigelosis. El estudio microscópico de las materias fecales define
diagnóstico, al demostrar la presencia de trofozoítos en la disentería amebiana, o la
abundancia de leucocitos macrófagos en la Shigelosis, en la cual el coprocultivo
confirma el agente etiológico. El coproanalisis contribuye al diagnóstico de las
diarreas.

Es también necesario diferenciar la amibiasis de otras parasitosis que pueden causar


síndrome disentérico, como tricocefalosis, balantidiasis y esquistosomiasis; y de las
diarreas por intoxicación alimentaria que generalmente son de iniciación abrupta con
deposiciones liquidas sin moco. Esta intoxicación tiene una duración autolimitada de
una a dos días.

También con otras enfermedades no infecciosas que producen colitis con diarrea,
como son: Colitis ulcerativa idiopática, Colon irritable, Diverticulitis,
Adenocarcinoma, etc. Cuando se sospecha colitis ulcerativa idiopática debe
descartarse amibiasis, pues el tratamiento de la primera con corticoides puede
producir complicaciones grabes en casos de amibiasis

Diagnóstico de laboratorio

Recolección y conservación de la muestra fecal: la materia fecal reciente, emitida


espontáneamente, es la más apropiada para el estudio.

Cuando esa muestra es líquida, se supone que tenga trofozoítos y debe examinarse
lo más rápido posible. Es indiferente el momento del día en que se recoge la muestra.
Esta no debe estar contaminada con orina y debe recolectarse en un frasco o una
caja de cartón impermeable, limpio y necesariamente estéril.

Es muestra inapropiada la tomada después de haberse ingerido Bario, utilizado para


radiografías para el tracto digestivo. Es frecuente que el paciente requiera estos
dos exámenes concomitantemente.

A sido creencia que una muestra fecal para investigación de amibas debe obtenerse
con lacsante previo, lo cual no es cierto, debido que se aumenta el volumen de agua
y el número de parásitos queda más diluido. La indicación principal de lacsante es en
pacientes constipados. El lacsante debe ser siempre salino, de presencia sulfato de
sodio que por tener PH: 8 hace que los trofozoítos conserven sus características. El
lacsante aceitoso no es apropiado, porque es eliminado en pequeñas gotas
refringentes que dificultan la identificación de quistes.

En pacientes en los cuales está contraindicado el lacsante, se puede obtener la


muestra por medio de un enema evacuante con solución salina, también se puede
obtener directamente la muestra por medio de tacto rectal, cucharillas, escobillones
y directamente de la mucosa por medio de rectosigmoidoscopia o colonoscopia total.

Las materias fecales solidas sirven para la búsqueda de quistes, aun después de 24
horas, preferiblemente con refrigeración de 4°C

-Examen coprológico: el examen macroscópico permite la visualización de sangre y


moco, que aunque no son absolutamente característicos de amibiasis, si hacen
sospechar esta enfermedad. También tiene importancia esta observación para tomar
la porción mucosa para el examen microscópico. La consistencia de la materia fecal
debe observarse y anotarse si es sólida como blanda o liquida. Los trofozoítos se
encuentran más frecuente en las heces liquidas con moco y en material obtenido por
endoscopia, que se deben examinar con solución salina en las primeras horas
siguientes a su recolección, pues posteriormente se inmoviliza y su identificación es
difícil. Al visualizar un trofozoítos se estudia su tamaño , diferenciación de ecto y
endoplasma ,el tipo de movimiento ,las características del núcleo y la presencia de
eritrocitos fagocitados, este último hallazgo permite diferenciar la E. histolytica de
E. dispar al examen microscópico.

Los trofozoítos deben diferenciarse de los macrófagos que abundan en las colitis,
especialmente en la basilar y en la ulcerativa idiopática. Estos últimos pueden tener
pequeños seudópodos, pero se diferencia de los trofozoítos por la falta de
movimiento y por la presencia de citoplasma granuloso.

Es factible reconocer el estado trofozoitico en las preparaciones con lugol, por la


forma ,por observar en algunos casos la diferencia entre ecto y endo plasma y por
las características del núcleo ,que resaltan con esta coloración; sin embargo se
pierden algunos caracteres diferenciales principales, como son el movimiento y la
emisión de seudópodos

En preparaciones coloradas con Hematoxilina férrica o con colación tricomica, se


puede estudiar con mayor detalle las características de los trofozoítos,
especialmente la morfología nuclear. Esta última es la más importante para la
clasificación de género y especie, tanto en trofozoítos como en quistes.

El reconocimiento de especies en el pre quistes se hacen únicamente por las


características nucleares, observar en preparaciones coloreadas. Los quistes se
encuentran más frecuentemente en materias fecales sólidas y blandas.

En solución salina es posible reconocer su forma redondeada y su tamaño de 10 – 18


micras, características que por sí solas no son suficientes para hacer el diagnóstico
de especie, pues los quistes de otras amibas humanas adoptan formas similares y
pueden tener las mismas dimensiones; los núcleos no siempre se observan
claramente, Con lugol resaltan los núcleos que van de 1 en los quistes jóvenes, hasta
4 en los maduros. Los quistes pueden presentar vacuola idiofila principalmente los
inmaduros, en los cuales se ocupan gran parte del citoplasma. Los cuerpo
cromatoidales, formaciones con aspecto de rodillo, con extremos redondeados, de
los quistes jóvenes, son blancos refringentes en solución salina y negros cuando se
colorean con hematoxilina férrica.

Cuando se observan solo quistes y el paciente tiene anticuerpos cericos, se puede


presumir que correspondan a amebas invasoras, especialmente si esto sucede en
áreas no endémicas, pues en zonas endémicas estos anticuerpos pueden
corresponder a infecciones invasoras antiguas.

Como la eliminación de los parásitos no es constante, la posibilidad de encontrarlos


se aumenta cuando se estudian grandes muestras o se repiten los exámenes en vías
diferentes. También se obtiene resultados mejores empleando los métodos de
concentración, que son efectivos para el hallazgo e quistes, pero no de trofozoítos.

Biopsia: En cortes histológicas de ulceras amebianas intestinales es posible


identificas la E. histolytica con una coloración corriente de hematoxilina eosina,
aunque esa no permite detallar las estructuras nucleares, se han descrito
coloraciones especiales para ese fin, que hacen buena diferenciación de las amibas
con macrófagos e histiocitos, como es el método tricomico y las técnicas
inmunofluorescentes. En tejidos se encuentra la E. histolytica únicamente en forma
de trofozoito. Debemos resaltar que siempre la presencia de estos trofozoítos en
tejidos confirma que sea E. histolytica y no dispar.

Pruebas inmunológicas en materia fecal: desde hace algunos años se ha realizado


pruebas que identifican la presencia de anticuerpos, enzimas o antígenos amibianos,
que no diferencian las dos especies.

Pruebas serológicas: Las dificultades en la preparación de un antígeno purificado y


libre de bacterias, hicieron que inicialmente las diversas reacciones utilizadas
fueran poco específicas.

Son de difícil interpretación en zonas endémicas, existiendo 3 posibilidades:

 Casos con amibas en las materias fecales y ausencia de anticuerpos, que muy
probablemente correspondan a E. dispar
 Casos sin amibas al coprológico y presencia de anticuerpos circulantes,
correspondientes a infecciones pasadas
 Casos a la vez se presentan en parásitos, materias fecales y anticuerpos
séricos.

Esta última circunstancia puede corresponder a E. histolytica, que este causando


invasión tisular o puede también presentarse en una persona que tenga los
anticuerpos por infecciones previas y en ese momento las amibas correspondan a E.
histolytica que no han invadido el colon o en una E. dispar que nunca invaden.
Los anticuerpos circulantes persisten en un año o más, aunque las amibas hayan
desaparecido de las materias fecales, indicando invasión tisular presente o pasada.

Las principales reacciones para el estudio de los anticuerpos en el suero y su


interpretación, se discutirán al tratar el absceso hepático amebiano, en el cual tiene
mayor aplicación por el diagnostico.

Cultivos e inoculaciones: no es un procedimiento diagnóstico de rutina, se utiliza en


laboratorios especializados para presentar antígenos y para estudios bioquímicos,
farmacológicos, inmunológicos, etc. las inoculaciones en animales tampoco son
procedimientos corrientes para el diagnóstico; se usan principalmente para
investigaciones de patogenia, virulencia y quimioterapia; los animales más utilizados
son cobayos, ratas, ratones y cricetos.

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