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Universidad de Baja California

DOCTORADO EN EDUCACIÓN

Actividad 3
SUPERVISIÓN Y GERENCIA EDUCATIVA
NOMBRE DEL ALUMNO
Edgar Ivan Castro Zapata

NOMBRE DEL CATEDRÁTICO


Dr. GILBERTO NIETO LÓPEZ

Roldanillo, Valle del Cauca, Colombia


Septiembre de 2018.
Introducción

La sociedad como ser vivo y pensante constantemente busca formas, medios y


estrategias para preservarse en el tiempo y en el espacio, de allí que realice proceso
de investigación continua que le han permitido identificar aquello que le favorece, le
ayuda a crecer y ser totalmente mejor, de lo cual se rescata lo descubierto en torno
al papel que la educación tiene al interior de la sociedad.

La educación, entendida por ella como el proceso de formación integra que afecta
directamente las dimensiones del ser, saber y hacer del ser humano, se ha
convertido en un instrumento de gran peso y calibre en el desarrollo de la sociedad
debido a su influencia sobre la formación de la materia prima de la sociedad, es
decir, el capital humano; mediante la educación la sociedad condiciona el tipo de
ciudadano que desea a futuro, así como las capacidad, destrezas, valores,
actitudes, aptitudes y conocimientos que debe tener para desempeñarse
activamente en la sociedad, lo que tendría directamente efectos en aspectos
sociales como la cultura, la ciencia, el desarrollo tecnológico, la economía, etc.

Es por ello que a lo largo de los tiempos se han desarrollado procesos de


construcción, diseño y puesta en practica de diferentes tipos de políticas educativas,
empezándose este proceso con la universalización de la educación, continuando
con el desarrollo del concepto de calidad en el ámbito educativo, lo que dio paso a
considerar la equidad educativa y la descentralización educativa como medios para
garantizar un mejor servicio educativo que fuera capaz de dar respuesta a las
necesidades que el mundo globalizado, el desarrollo tecnológico, la época del
conocimiento y la misma sociedad demanda.

Es allí donde los roles de cada uno de los miembros de la comunidad educativa se
redefinen , resaltándose la labor del supervisor educativo en el proceso de gestión
del mejoramiento del sistema educativo y la consecución de la calidad educativa;
en este informe se da a conocer la importancia que posee la educación al interior
de la sociedad, de igual manera se mencionan algunos de los cambios mas
significativos que han tenido las políticas educativas mas significativas en el campo
de la educacion, también se resalta la labor del supervisor educativo,
demostrándose la importancia que este tiene en la gestión de la calidad educativa,
ademas se mencionan algunas de las principales dificultades que presentan los
supervisores en la actualidad y se hace un énfasis en los diferentes modelos de
supervisión educativa, dejándose claro que indiferente al tipo de modelo de
supervisión manejado, la función del supervisión será siempre la misma, buscar la
mejora del sistema educativo.

Marco teórico

La sociedad como realidad compleja, compuesta por diferentes aspectos,


dimensiones y elementos, los cuales están en constante interacción, e intercambio,
requiere de instituciones o formas para potenciarse continuamente, teniendo en
cuenta las necesidades y demandas que el entorno, el mundo y el ser humano
poseen, de allí que se vea en la necesidad de llevar a cabo procesos investigativos
en pos de identificar aquellos elementos que influyen directamente en su desarrollo.

A lo largo de los tiempos estos procesos de investigación han variado y han


facilitado distintas oportunidades de conocer y fomentar el desarrollo social,
permitiendo identificar aquello que posee directa influencia en el crecimiento y
mejoramiento no solo de la sociedad, sino del mismo ser humano, destacándose
así el papel de la educación en ello.

Tal como lo expresa la UNESCO citada por De Vincezi y Tudesco (2009) quien
afirma que la educación es un Instrumento que derriba los obstáculos sociales y
económicos que existen en la sociedad y su importancia para alcanzar las libertades
humanas. La educación es el medio de formación humana por excelencia, la forma
en la cual se construye el ser humano, medio por el cual la sociedad da a conocer
a sus ciudadanos lo que se espera de ellos a futuro, convirtiéndose a su vez en un
instrumento para moldear en cierta medida el ciudadano deseado, teniendo en
cuenta lo que necesita la sociedad para su desarrollo próspero y creciente , es decir,
mediante la educación se inculcan saberes, valores, actitudes, aptitudes,
competencias y destrezas para que en primer instancia el ser humano se
desenvuelva activamente en la sociedad, y a su vez fortalezca procesos de
mejoramiento y progreso social, teniendo en cuenta que no solo influiría en el ámbito
académico, sino en la interdisciplinariedad de la sociedad, es decir su aspecto
cultural, social, económico, ético, político, etc. , demostrándose así la importancia
de la educación para la sociedad y haciéndose necesario medios, formas, actores
e instrumentos para garantizar su excelente funcionamiento, resaltándose la labor
del supervisor en dicho proceso.

Es debido a la importancia que tiene la educación al interior de la sociedad que esta


se ve inmersa en distintos procesos de definición, teniendo en cuenta las
necesidades sociales que la época demanda, es por ello que en los años 60´s se
empezó el proceso de mejoramiento de la educación considerando las ventajas que
esta acarrearía para la ciudadanía y su entorno en general, aumentándose así la
matrícula y comenzándose una etapa de globalización de la educación con el fin
llevar la educación a cada rincón de cada país, brindando a cada ciudadano la
posibilidad de acceder a un sistema de educación, aunque no fue mucho tiempo
después que la sociedad se vio en la necesidad de redefinir las políticas educativas,
considerando un nuevo concepto y fenómeno que estaba floreciendo a nivel
mundial, surgiendo por primera vez a principios de los años 70´s en el discurso
político la palabra de calidad educativa.

Aunque el concepto de calidad educativa ha sido muy complicado de comprender y


abarcar en el ámbito educativo, y más cuando se reconoce que es un concepto que
surge en el ámbito industrial como tal y no en la educación, lo que implica cierta
cantidad de preconceptos y procesos complicados al momento de relacionarlo al
interior de los sistemas educativos, ha tomado gran fuerza y popularidad a nivel
mundial con respecto a los beneficios obtenidos por esta.

Cabe resaltar que debido a que el concepto de calidad educativa se considera un


concepto historio, fruto de la constante construcción y deconstrucción del mismo, se
destaca su carácter polisémico, al igual que la multidimensionalidad que lo
constituye, superándose así el concepto erróneo que en la mayoría de las
sociedades se ha manejado, relacionándolo únicamente con resultados de pruebas
externas o desempeño estudiantil, es por ello que Orozco, Olaya y Villate (2009),
sustentan que:

“A diferencia del enfoque predominante en la política de calidad de la educación,


pensar una educación de calidad no se circunscribe exclusivamente a estudiar
los logros cognitivos de los estudiantes, o a la adecuación de los procesos de
enseñanza-aprendizaje a los objetivos previstos desde un determinado modelo
pedagógico y en consonancia con una determinada propuesta curricular.”

Dejando claro que cuando se habla de calidad educativa se va más allá de del
proceso de enseñanza y aprendizaje y sus posibles resultados y se abarca el
fenómeno educativo de manera tanto general como específica, influyendo en cada
uno de los elementos que lo conforman, así como en la generalidad conformada por
sus relaciones, es decir considera las instalaciones educativas, la labor de los
docentes, los directivos docentes y los administrativos, la influencia del contexto y
la sociedad, la eficiencia y eficacia tanto de las políticas educativas como el
desempeño de los pertenecientes de la comunidad educativa.
Es dentro de este concepto de calidad educativa que surgen algunos aspectos
ligados ella como lo es el desempeño del supervisor y el concepto de equidad, la
cual más que una educación igualitaria, consiste en un proceso de superación de
barreras económicas, sociales y culturales, entre los diferentes ciudadanos, siendo
la educación el medio por el cual se brinda igualdad de oportunidades a todos y
todas, no homogenizando las comunidades para que todos sean iguales y por ende
puedan acceder a igualdad de procesos y beneficios, sino rescatando
características propias de las comunidades así como valorando la diversidad y
erradicando todo indicio de discriminación.

En el auge del concepto de calidad y equidad educativa que ha regido la educación


desde finales de los años 70´s y principios 80´s hasta la actualidad surge un nuevo
grupo de políticas educativas que buscan garantizar la mejor educación para todos
y todas, las cuales giran al proceso de descentralización de la educación, que
consiste en un proceso mediante el cual Se delega tanto el poder como las
funciones de un nivel superior a uno inferior, por lo que se asocia al concepto de
autonomía para la toma de decisiones sobre aspectos importantes (Soto y
Castellanos, 2016). Es decir, que la descentralización educativa gira entorno a
brindar mayor autoridad en procesos administrativos y de gestión de la educación a
las comunidades, escuela, colegios, centros educativos, universidades, entre otros,
fomentando la autonomía, la libertad de expresión, el desarrollo de la libre
personalidad, el fomento de las características, el diseño de proyectos educativos
contextualizados, así como aprendizajes significativos no solo para los estudiantes
sino para la comunidad en general, permitiendo el desarrollo de habilidades y
destrezas necesarias para la gestión y aprovechamiento de recursos de la región.

Según Alvarado citado por Alvarado citado Álvarez (2010) la descentralización se


puede conocer:

“Como un proceso sociopolítico, económico, administrativo y pedagógico, de


cambios generales o parciales, en algunos casos rápidos, en otros progresivos,
en la forma de gestionar el sistema educativo del país, por lo menos hasta el
nivel no universitario, ello con el fin de erradicar el centralismo y el burocratismo
para transformarlo en un sistema más democrático, regionalizado, transparente
y eficiente.”

Brindando un papel activo a la escuela en el mismo proceso de gestión educativa,


en el desarrollo de la calidad educativa y en el auto mejoramiento, la construcción
de un currículo y un PEI contextualizado, evitándose procesos de discriminación,
marginación y fomentando la eficacia y eficiencia del sistema educativo, en donde
cada uno de los actores educativos tiene un papel esencial, en especial el del
supervisor educativo como gestor principal del sistema educativo.

La importancia de la educación, de la calidad educativa, la equidad de la misma y


la buena descentralización se acentúa aún más cuando se trae a colación temas
como la globalización, el desarrollo tecnológico, los medios de comunicación
masiva, el continuo intercambio cultural, el desarrollo científico, la apertura al
mercado económico y demás fenómenos a los cuales la sociedad debe hacer frente
y conquistar para poder ser considerada como un país desarrollado.

Tal como lo expresa Cordera (2006):

“Si reconocemos el hecho de la globalización como un dato objetivo de la


realidad, la pregunta acerca de cómo transformarnos para convivir con ella,
pasa obligatoriamente por la reflexión serena y profunda sobre qué esperamos
de la educación hoy día.”

Con lo que concuerda Melendro (2003) al afirmar que:


“El reciente fenómeno de la globalización parece abocado a plantear serias
transformaciones en los procesos de enseñanza y el aprendizaje, en el sistema
educativo que hemos construido y ha constituido un referente social
fundamental a lo largo del pasado siglo veinte.”

Especificándose la influencia que ha tenido el papel de la globalización y el


desarrollo científico, tecnológico y mundial en la educación, ya que ha demarcado
que se redefinan procesos, formas, medios y metodologías de enseñanza, así como
políticas educativas e incluso la labor de cada uno de los miembros de la comunidad
educativa, requiriéndose cada día una mejor educación que forme de la manera
más adecuada a la sociedad y que la perfile para que esta sea competente a nivel
mundial.

Considerando así la importancia que tiene la educación es que se hace necesario


repensar los papeles de cada uno de los miembros o inmersos en este proceso,
desde el estado hasta los padres de familia y los estudiantes, resaltándose así el
papel del supervisor al interior del sistema educativo debido al rol que cumple con
respecto a la innovación, mejora y continuo mejoramiento del sistema educativo, así
como la consecución de la calidad educativa.

En palabras de Ayala citado por Ocando (2017):


“La supervisión educativa es un medio de apoyo a la gestión institucional y
pedagógica, concebida y desarrollada con el propósito de acompañar,
monitorear, dar seguimiento a las tareas del centro educativo y centralizar la
función de control sobre los resultados de los aprendizajes.”

La supervisión gira entorno al desarrollo de una evaluación formativa del sistema


educativo en pos de conseguir el mejoramiento continuo del mismo, promoviendo
el cambio, así como el asesoramiento y transformación de procesos.

La supervisión a lo largo de los tiempos ha evolucionado de un concepto de


inspección, control y regulación, hasta un concepto de mejora y mediación, sin que
esto implique que deje a un lado la inspección, esto quiere decir que la labor del
supervisor radica en la evaluación del sistema educativo, desde las diferentes
dimensiones que lo conforman, estudiando no solo los resultados de aprendizaje
de los estudiantes o la pertinencia frente al cumplimiento de políticas educativas
vigentes sino el aglomerado de situaciones que se ven al interior de la escuela, así
como brindar apoyo a cada una de las gestiones de la comunidad educativa entre
ellas el desempeño docente.

Es por ello que Bravo, Zinga, Paulo, Sousa, y Guimarães (2011) afirmar que

“Las modernas concepciones de supervisión pedagógica alejan al supervisor


del limitado papel de ‘fiscal’ y lo colocan en la posición de un formador que
ayuda a los docentes con quien trabaja, creando ambientes innovadores con
calidad, que ellos deben explorar (discentes y docentes) en el proceso de
enseñanza – aprendizaje.”

El supervisor debe ser una persona idónea, con la formación y características


necesarias para poder llevar a cabo el proceso de reflexión, análisis y mejora del
sistema educativo desde diferentes puntos de encuentro o acción, así como
manejar las competencias, los conocimientos actitudes y aptitudes para ello,
teniendo en cuenta que entre sus funciones están la de inspección, evaluación,
coordinación, administración, asesoramiento y mediación, las cuales, desarrolladas
en conjunto, logran llevar a la escuela a un nuevo nivel de mejoramiento, en donde
el inspector es un guía y apoyo para la comunidad educativa en general,
promoviendo posesos de comunicación, auto reflexión, crecimiento profesional,
dialogo, y liderazgo pedagógico.

Teniendo en cuenta que la actividad de supervisión es filosófica, ya que busca la


comprensión de la realidad a la vez que estudia y busca conocer la realidad y un
grupo de personas; cooperativa, pues implica la participación de todos los miembros
de la comunidad educativa no solo de unos cuantos; creadora, ya que su meta final
es la mejora del sistema educativo mediante la innovación y creación de nuevas
formas de concebir los procesos desarrollados al interior del sistema educativo;
científica pues se vale del método científico para la construcción del conocimiento y
democrática, ya que no es una simple imposición de autoridad, en el que el
supervisor es un ser omnipotente y omnisciente que lo sabe, lo ve y lo resuelve todo,
surgen distintos modelo de supervisión a lo largo de los diferentes sistemas sociales
mundiales.

De estos modelos se destaca la supervisión correctica, cuyo interés es identificar


problemas y corregirlos sin necesidad de ahondar en sus causas o la raíz del
problema, brindándole poder total al supervisor sobre el proceso de mejora,
evitando escuchar a los demás integrantes de la comunidad educativa; la
supervisión constructiva, que basa su acción en la solución de problemáticas
educativas de manera integral, centrándose únicamente en las soluciones; la
supervisión creativa, en la cual se da mayor participación a la comunidad de
docentes en el proceso de formulación de soluciones promoviendo procesos de
estudio e investigación y por último la supervisión preventiva, que como su nombre
lo dice busca que la comunidad educativa, los docentes y directivos docentes
formulen constantemente procesos de búsqueda de solución a posibles problemas
que se pueden presentar en el ámbito educativo, promoviendo así la
constantemente la investigación.

Indiferente al tipo de supervisión que se maneje, todas tienen un punto en común y


es Propiciar el mejoramiento de la calidad de la enseñanza y estimular la superación
profesional de los docentes, mediante su participación en el asesoramiento, control
y evaluación del proceso educativo y de los servicios correspondientes. (Mora,
Martínez, Jiménez, Maluenga, Gonzales, Hernández, Orozco y Lobo, 2012).
Surgiendo entonces una de las principales metas del proceso de supervisión, la cual
es la consecución de un sistema educativo de calidad y equidad para todos.

La labor del supervisor radica constantemente en el mejoramiento del sistema


educativo, su actuar influye directamente no solo en el proceso de enseñanza-
aprendizaje sino en toda la dinámica escolar, permitiendo avanzar constantemente
en procesos y dinámicas escolares, es por ello que González (2005) afirma que Los
supervisores y supervisoras requieren cumplir funciones de aseguramiento de la
calidad. Algo con lo que en cierta medida concuerda López citado por Ocando
(2017), al definir a la supervisión educativa como:

“Un proceso continuo y dinámico, cuyo objetivo primordial es contribuir al


mejoramiento de la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje de una
organización educativa, por medio de un plan de acción desarrollado mediante
el establecimiento de unas buenas relaciones humanas.”

Siendo entonces la búsqueda de la calidad una de las principales metas del proceso
de supervisor, el cual mediante una autoevaluación formativa, totalmente subjetiva
y centrada en el mejoramiento del desempeño de todos los integrantes de la
comunidad educativa, genera procesos que permiten mejorar considerablemente la
educación en general, convirtiéndose en protagonista del proceso de la acción
mejoradora de la educación, desde sus funciones de inspección, control,
administración, evaluación, asesoramiento, coordinación, y mediación, los cuales
forman un todo y están entrelazados con el fin de lograr que la educación cumpla
con los requisitos establecidos por el estado y a su vez de respuesta a las
necesidades que posee la sociedad.

Surge entonces una doble función del inspector, por un lado, sirven como
instrumento de evaluación y mejoramiento de las instituciones con respecto al
cumplimiento de normas, leyes y políticas educativos, y a su vez los supervisores
poseen La capacidad y el espacio para aportar decisiones que suelen modificar
aspectos sustantivos de las políticas educativas, redefiniéndolas y adaptando sus
objetivos a los diversos contextos de aplicación. (Dufour citado por Aguerrondo,
2011). Es decir, los supervisores se convierten en un tipo de puente de
comunicación entre el estado y la escuela, en donde el éxito de la acción y
mejoramiento de la educación consistirá en facilitar una comunicación efectiva entre
ambas partes con el fin de lograr constituir procesos, medios, formas y políticas
educativas que velen por el bienestar de toda la comunidad educativa y por
supuesto por la consecución de una educación de calidad para todos.

Surgiendo entonces grandes dificultades con respecto al mismo proceso de


supervisión, en especial si se tiene en cuenta que El espacio de supervisión tiene
que diseñarse como un lugar de articulación entre teoría y práctica, como espacio
de diálogo y encuentro entre la teoría pedagógica y la práctica educativa, entre el
hacer y el pensar. (Moyano, 2010). A lo que se le agrega lo expuesto por Reyzábal
(2015), quien dice que Con objeto de que resulten beneficiosos para el sistema, los
servicios de supervisión tienen que partir de las necesidades de hoy e, incluso,
estando abiertos a las de mañana. La supervisión se ha convertido en un espacio
espinoso para muchos sistemas educativos en el sentido que de sus supervisores
han confundido muchas de sus labores, se han centrado únicamente en el aspecto
administrativo, de control y de inspección, olvidando su labor de mediación y
asesoramiento.
De igual manera se ha perdido la participación de la supervisión en el diseño de las
políticas educativa, se ha obstaculizados los procesos de mejora educativa, se ha
presentado ausencia de la labor pedagógica de la supervisión en los diferentes
niveles en los cuales influye, además falta continuidad de procesos de supervisión
en los establecimientos educativos, y falta capacitación de los supervisores, lo que
ha generado que la actividad propia de supervisión pierda su sentido innovador, y
se convierta en una actividad rígida y sin sentido pedagógico que en la mayoría de
casos solo sustenta el poder y el control del estado frente a la escuela, no generando
la mejora del sistema educativo y su calidad sino por el contrario su estancamiento
y deterioro.

Se debe entender que La supervisión, no sólo se empeña en conocer el sistema


escolar sino también en programar como cambiarlo, ella incide directamente en la
calidad de la educación por ser, como se conoce, uno de los factores que más
claramente influye en su núcleo básico, la escuela. (Martínez y Hernández, 2014).
De allí que se sustente que tiene relación directa con la calidad educativa y la
equidad de la misma, en los hombros de los supervisores recae la responsabilidad
de evaluar el sistema educativo minuciosamente, identificando problemáticas de
diferentes indoles, no con el fin de castigar e imponer un comportamiento
determinado o la normatividad vigente sino con la intención de buscar posibles
soluciones que favorezcan a toda la comunidad educativa, permitiendo garantizar
el mejor sistema educativo en constante mejoramiento y perfeccionamiento de cada
una de sus acciones y a su vez servir como instrumento mediador y de dialogo
constructivo entre la macropolítica educativa, las necesidades sociales, actuales y
mundiales y la micropolítica así como las necesidades, características y demandas
del sistema educativo .

Discusión de ideas

El desarrollo social, el crecimiento de la comunidad, y la formación de los


ciudadanos y ciudadanas es prioridad de cualquier nación o país, y más aún si se
reconoce que la materia prima con la cual puede contar una sociedad es su capital
humano, el cual más que mano de obra cualificada para el desenvolvimiento en el
trabajo y dinamizadora del sistema económico de un país, abarca la integralidad
del ser humano, su aspecto cognitivo, ético y cultural y su formacion.

Es debido a la importancia que posee el capital humano al interior de la sociedad


que surge la necesidad de buscar medios, formas y estrategias que garanticen su
excelente desarrollo y próspero crecimiento, considerando las ventajas que esto
puede tener para un sistema social, es así como la educación se posesiona como
una de las herramientas más sustanciosas en el proceso de formación del ser
humano, teniendo en cuenta que este no solo abarca la memorización de
información, sino también el desarrollo de habilidades, destrezas, actitudes,
aptitudes, valores, conocimientos, capacidades y competencias optimas que le
permitan al ser humano desenvolverse activamente en la sociedad transformándola
de manera positiva.

Según Bodero (2011) Si el producto educativo es de calidad, se producirá un efecto


favorable sobre dicho entorno: comportamiento cívico, clima de respeto y tolerancia
social, colaboración y participación ciudadana, nivel cultural, mejora del medio
ambiente, desarrollo de actividades físico-deportivas, etc. Dejando claro que un
buen sistema educativo no solo benéfica al ser humano , pues tiene incidencia
directa en el entorno en el cual se da el proceso educativo, en la realidad social,
cultural y científica de cada una de las personas y en el mismo sistema educativo,
más aun si se reconoce que La educación debe favorecer el acceso a la
información, el desarrollo de las habilidades para la vida, la identificación de
posibilidades de elección saludables y el empoderamiento de los individuos y la
comunidad para actuar en defensa de su salud (De Vincezi y Tudesco, 2009).

Es por ello que durante años la educación ha sido objeto de estudio, lo que ha
permitido identificarla, caracterizar y reconocer cada uno de los aspectos que la
consolidan, reflejándose esto en la constitución, reconstrucción e innovación
continua de diferentes corrientes normativas o políticas educativas que pretenden
una educación buena y beneficiosa para la sociedad por parte del estado,
empezándose este proceso de transformación de la educación con las políticas
educativas de los años sesentas, cuyo mayor logro, innegable de por sí, es lograr
la universalización de la educación y el aumento de la matrícula, lo que en un
principio se reconoce como bueno, pero luego generó mayores incógnitas y
problemas al interior de los diferentes sistemas educativos, y más aún cuando en el
mundo se empezó un fenómeno que no solo ha afectado a la educación, sino a las
diferentes organizaciones sociales, es decir el fenómeno de la calidad.

Teniendo en cuenta que La educación incrementa tanto el bienestar de la persona


que la recibe como de las personas a su alrededor (Hanushek, 2005). La calidad
de la educación se vuelve un tema de vital importancia al interior de la sociedad, al
igual que todos los medios para garantizarla, en especial el papel que cumple cada
uno de los actores inmersos en el sistema educativo, desde los estudiantes hasta
los docentes, directivos docentes, los supervisores y el mismo estado, razón por el
cual a partir de los años 70´s se empieza un movimiento educativo con el fin de
conseguirla, pero aun reconociendo su importancia y grandes beneficios que puede
acarrear se han presentado muchas dificultades en la consecución de sistemas
educativos de calidad a lo largo del mundo.

Dificultades que incluso se vuelven mayor cuando se analiza el panorama de la


educación y la calidad de misma en la actualidad, donde la palabra calidad se ha
vuelto un adjetivo vacío en el compendio de políticas educativas y a su vez un
sustantivo de validación para el discurso de mandatarios o regentes mundiales,
quienes a manera pública expresan su preocupación con respecto a la consecución
de una educación de calidad, pero aun así es muy poco lo que hacen con relación
a ella.

La calidad, más que un sustantivo en un verbo, implica acción, movimiento, mejora,


innovación, avance en los sistemas educativos, rompiendo paradigmas y
solucionando problemas que van más allá de los resultados de los estudiantes en
alguna prueba por lo general descontextualizada, homogeneizadora y
estandarizada, pues la búsqueda de la calidad educativa implica la evaluación del
desempeño docente y de los directivos docentes, el análisis de las condiciones del
establecimiento donde se da el acto educativo, la distribución de recursos en las
diferentes escuelas, entre otros aspectos que en conjunto constituyen el sistema
educativo.

Es allí donde surge un nuevo aspecto determinante de la calidad educativa que se


debe tener en cuenta para su consecución y es la equidad del mismo,
reconociéndose que cuando se habla de equidad no se hace énfasis ni referencia a
un proceso de homogenización de todos los seres humanos de tal manera que
todos tengan las mismas características y por ende oportunidades sociales, sino
por el contrario, mediante la valoración de la diferencia cultural, social, étnica y
económica, se requiere que se lleven a cabo procesos de formación humana desde
el ser, hacer y saber para todos y todas sin ningún tipo de discriminación, brindando
a si la posibilidad de que todos los seres humanos adquieran un sistema de
educación de calidad que le permita romper con barreras sociales, culturales, y
económicas.

Es en este proceso de la búsqueda de una educación de calidad y equidad para


todos que surge una nueva corriente de políticas educativas en los años 80´s
buscando la descentralización de la educación, la cual, según Filmus citado por
Candia (2004) busca:

“La transferencia de las decisiones y la asignación de recursos a los


administradores escolares, a los docentes, a los padres y a otros actores de la
comunidad educativa local, pero ya no por criterios eficientistas sino por las
nociones de compromiso comunitario y de participación ciudadana.”

Con lo que concuerda Calvo (2003) al afirmar que los procesos de descentralización
desde sus comienzos:

“Significaban la transferencia del poder central o federal a las colectividades


regionales (estados, provincias, departamentos, municipios, según el país que
se trate); a su vez, esta descentralización del poder iba acompañada de una
nueva forma de autonomía que transitaría desde lo nacional hasta lo local.”

Según el discurso político la descentralización educativa pretende dar mayor


autonomía en el proceso de gestión de la educación a los diferentes estamentos de
la comunidad educativa, rescatándose así valores como el compromiso con el
desarrollo de la educación local, fomentando la participación y autonomía de
docentes, directivos docentes, supervisores, estudiantes y padres de familia,
promoviendo la constitución de currículos, PEI y diseño de clases contextualizados,
desarrollando y protegiendo la cultura de la comunidad en el lugar donde se da el
acto educativo, potenciando sus característica únicas y sobre todo permitiendo a las
localidades administrar recursos basados en principios de eficiencia y eficacia .

Aunque también se ha de resaltar la otra cara de la moneda de la descentralización


educativa, en la cual se encuentra la constante competencia educativa que genera
con relación a los diferentes sistemas educativos, al igual que se genera la
desigualdad con relación a la administración de recursos, en especial, para aquellas
comunidades donde sus recursos son pocos o casi nulos, favoreciendo así a las
comunidades educativas con mayor cantidad de los mismos, sin olvidar el impacto
que esto tiene con respecto a la calidad del mismo sistema educativo, generando
en cierta medida discriminación por parte de la comunidad, siendo este un reto al
cual se debe enfrentar la comunidad educativa, en especial aquellos encargados de
gestionar los sistemas educativos es decir los supervisores educativos.

Un reto que se vuelve aun mayor cuando a esto se le suma las constantes y
variables demandas que el mundo moderno demarca, pues cada día los avances
científicos, el desarrollo tecnológico, el crecimiento económico, la apretura mundial
del mercado, la competitividad entre los diferentes estados, la innovación, el
internet, los medios de comunicación masiva, el intercambio cultural, la era del
conocimiento y la tecnología, entre otros fenómenos, determinan ciertos aspectos o
cualidades necesarias para que las diferentes sociedades se puedan considerar
desarrolladas, algo que tiene influencia directa en los sistemas educativos como tal.
Según Castells citado por Cordera (2006) si no se sabe o no se puede hacer una
adopción exitosa de las condiciones que caracterizan a la era de la información y
su proceso de crecimiento, difícilmente se podrá incorporar al conjunto de la
población. Hemos entrado a ser parte de una era de conocimiento en donde el saber
es el tesoro más valioso para el desarrollo y crecimiento tanto del ser humano como
de la sociedad, este se ha posicionado como necesario y esencial para el desarrollo
de la vida diaria del ser humano e influye directamente en cada una de las
actividades que este desarrolla, haciéndose obligatorio entonces que la educación
asuma su papel como formadora de seres íntegros para la sociedad de una manera
más responsable, así como que se gestione una educación de calidad para todos
que permita esto.

Tal como lo dice Imbemon citado por Melendro (2013):

“El crecimiento de una «educación para la ciudadanía mundial» se convierte


en un instrumento capaz de aportar, desde las instituciones educativas locales,
nacionales y transnacionales, la conciencia crítica necesaria para dar a
conocer y ayudar a tomar decisiones sobre las consecuencias deseadas y no
deseadas del fenómeno de la globalización.”

Siendo entonces la educación la herramienta por medio de la cual la sociedad se


defiende frete a las necesidades globales, las acepta o rechaza y alcanza un estado
de conquista frente a ellas, permitiéndole el título de desarrollada frente a las demás
sociedades, destacándose por un lado la competitividad que surge entonces con
respecto a los diferentes países y su desarrollo propio y por el otro lado el hecho de
que al hablar de educación no solo se ha de mencionar la preparación para el trabajo
y el potenciamiento del aspecto económico social.

Siendo de tan gran peso el papel de la educación de calidad al interior de la sociedad


y su desarrollo, es que se empiezan a repensar los roles y funciones de cada uno
de los miembros de la comunidad educativa, en especial el desempeñado por los
supervisores educativos en la consecución de una educación de calidad,
descentralizada y equitativa para todos.

En primer instancia , se ha de reconocer que este rol del supervisor ha evolucionado


a la par con el concepto del sistema educativo, al igual que con las formulación de
políticas, dejando de ser únicamente el aseguramiento del cumplimiento de normas
o leyes, es decir inspección, control y de alguna manera castigo, para convertirse
en algo más, en un proceso de acompañamiento y mejora del sistema educativo,
basándose en un proceso de diagnóstico de dificultades mediante una evaluación
formativa que desembocaría en una mejora substanciosa del sistema educativo y la
adquisición de la calidad del mismo.

Todo ello teniendo en cuenta que:

“Ejercer una supervisión orientada a la consecución de la mejora supone


priorizar el desarrollo de la función de asesoramiento y apoyo a los centros y
al profesorado para conseguir crear en los centros escolares unas condiciones
organizativas, sociales y culturales que faciliten el desarrollo de propuestas de
innovación y cambio. (Miranda, 2002)”

Es decir, la labor del supervisor y su buen desempeño es la clave para la


consecución de un mejor sistema educativo, ya que influye directamente en cada
uno de los niveles que lo constituye, desde el desempeño docente hasta la labor de
las directivas y administrativos del sistema educativo, al igual que en la participación
de los padres de familia y el estado en la escuela y por supuesto el desempeño y
formación de los estudiantes.

De allí que se mencione que la labor de supervisión no se debe realizar por cualquier
persona, sino por el contrario debe ser desarrollada por una persona idónea, quien
con su capacidad de reflexión y critica puede llevar a la comunidad educativa a la
auto evaluación con fin de identificar problemas o posibles dificultades y desarrollar
de manera conjunta con toda la comunidad educativa acciones de mejoramiento
del sistema educativo, realizando así acciones de inspección, administración,
diagnostico, control, asesoramiento y mediación de manera equilibrada para poder
obtener los mejores y más completos resultados positivos posibles.

Es debido a la gran responsabilidad que posee el supervisor que se vuelve muy


compleja su actividad al interior de los sistemas educativos, es por ello que surgen
entonces diferentes modelos de supervisión o corrientes de supervisión que brindan
un rol o papel distinto al supervisor, destacándose así la supervisión correctiva, cuyo
fin es únicamente la búsqueda de soluciones, dejando a un lado la búsqueda de
información con relación al motivo del problema y su posible prevención, siendo esta
totalmente autoritaria en la que la decisión o palabra final la posee el supervisor; la
supervisión constructiva, la cual busca una solución a problemas de manera
integral, aun sin prestar importancia al proceso de investigación de las razones por
la cuales la situación se está presentado; la supervisión creativa, en la cual el
supervisor abandona su rol de autoridad máxima y empieza un dialogo con la
comunidad educativa en pos de identificar problemas y soluciones posibles al
interior del sistema educativo, y la supervisión preventiva, en la cual, todo gira
entorno a identificar posibles causas de problemas en el sistema educativo y
generar soluciones frente a estas.

Viéndose así claramente diferencias sustanciales entre los diferentes modelos de


supervisión, pues mientras unos se centran en el problema, otros se centran en la
solución al igual que mientras unos buscan la participación de toda la comunidad
educativa otros brindan total autoridad en el proceso de gestión del sistema
educativo al supervisor, pero aun así se resalta el punto de encuentro entre ellos, el
cual es la búsqueda de la mejora de la calidad educativa, para lo cual incluso se
puede usar los diferentes modelos de supervisión tal como lo menciona Caseiro
citado por Bravo, Zinga, Paulo, Sousa, y Guimarães (2011) quien dice que:

“Sin abandonar sus funciones, la supervisión debe convertirse en factor de


calidad, pasar de la fase de la supervisión fiscalizadora, e incluso de la llamada
supervisión constructiva o democrática, hasta alcanzar la fase de la supervisión
creativa, que pone el acento en el desarrollo del talento creador del docente,
centra su preocupación en el estímulo y la promoción de las potencialidades de
los educadores sin dejar de controlar y evaluar la actividad educativa.”

Con lo que concuerda Ocando (2017) al afirmar que La supervisión educativa es el


medio para fortalecer de manera oportuna los problemas educativos, coordinando
y estimulando los elementos interrelacionados, ejecutando y haciendo efectivo los
procesos que se requieren para lograr la calidad educativa. Siendo así claro el
papel que cumple el supervisor al interior del sistema educativo como garante de
mejora, innovación, cambio, además de medio por el cual el sistema educativo sana
sus heridas y puede aspirar cada día mejor.

Mediante la acción de un buen supervisor la comunidad educativa identifica lo que


es incorrecto en su acción y produce planes de mejoramiento teniendo en cuenta el
conjunto de políticas educativas que rigen el sistema educativo, convirtiéndose así
el supervisor en un punto de referencia con respecto al cumplimiento de la
normatividad educativa vigente.

Tal como lo menciona García (2014) un supervisor Monitorea la ejecución de


políticas establecidas para tal fin e introduce los cambios que la sociedad moderna
demanda de la educación. Aunque dicho monitoreo no solo implica la actividad de
inspección, sino que también incluye procesos de administración, coordinación,
dirección, evaluación, asesoramiento y mediación, en donde el asesor en primer
instancia identifica los posibles problemas que se presentan en el sistema
educativo, luego con ayuda de la comunidad educativa, el dialogo, la comunicación
y el trabajo en equipo busca soluciones a dichos problemas y a su vez realiza una
actividad de mediación entre el estado sus políticas y normatividad y leyes y la
escuela.

Destacándose así el doble papel que cumple el asesor, en primer lugar como
instrumento para la mejora educativa y en segundo lugar como aquello que fomenta
la interacción entre el estado y la escuela con el fin de diseñar proceso y políticas
educativas de mejora, aunque en la actualidad se han vivido diferentes dificultades
con respecto al desempeño de los distintos supervisores, en primer lugar por la falta
de compromiso de estos con su labor, ya que en muchos de los casos no entienden
la importancia que su buen desempeño posee al interior del sistema educativo y la
consecución de la calidad del mismo.

De igual manera se resalta la falta de capacitación que poseen algunos supervisores


con relación al trabajo que deben realizar, lo que se traduce en una confusión con
relación a su función que desempeñan , centrándose únicamente en el aspecto
administrativo o incluso solo en la labor de inspección, no produciendo mejoras en
el proceso educativo sino castigos y retrocesos en proceso de innovación, tal como
lo menciona Cortés y Lorente (2013), quienes afirman que muchos supervisores
latinoamericanos durante varios año Primaban las tareas de control y de índole
administrativa de tal manera que estas no les permitían cumplir con el verdadero
objetivo de asesoría y orientación que los centros educativos esperaban y
necesitaban de ellos. Siendo esto un problema que no solo se ve en Latinoamérica
sino en el mundo entero.

A esto se le puede sumar la falta de continuidad de los proceso de supervisión de


diferentes proceso educativos, al igual que la poca participación de los supervisores
en los proceso de diseño de políticas educativas, lo que genera que la voz de la
comunidad educativa se vea apagada a su vez y que las políticas educativas sean
totalmente descontextualizadas ya que el supervisor no estaría cumpliendo su
función de brindar información sobre la realidad educativa al estado, sin olvidar el
hecho de que al confundir su labor el supervisor también confunde el tipo de relación
de poder que debe tener tanto con el estado como con el sistema educativo,
convirtiéndose en un líder autoritario en el sistema educativo y en un tipo de verdugo
del estado.

Según el MINEDUC: División de Educación General citado por González (2005) Se


solicita a los supervisores capacidades para “diagnosticar, evaluar y promover la
autoevaluación de los establecimientos, y a partir de estos resultados, discernir los
apoyos apropiados al establecimiento educacional. La labor de la supervisión es
esencial para la consecución del mejoramiento del sistema educativo y por ende la
calidad educativo, es por ello que requiere que este comprenda a la perfección su
labor, y los procesos que debe adelantar, al igual que lleve a cabo continuamente
actividades de autoevaluación formativa, en donde mediante el trabajo en equipo,
la reflexión, la critica y su actuar creativo logre llevar al sistema educativo
continuamente hacia el próximo nivel, permitiéndole ser capaz de responder a las
necesidades que la globalización , la sociedad e incluso el mismo sistema educativo
demanda.

Conclusiones.

Las políticas educativas no se pueden considerar como camisas de fuerza,


inmutable e invariables, pues estas están propensas a cambios, algunas
demarcadas por la necesidad de la época en la cual se desarrollan y otras por la
variación de conceptos que caracterizan al sistema educativo.

La globalización, el desarrollo científico, tecnológico, y cultural, así como la apertura


del mercado mundial, el internet, y los medios de comunicación masiva, han
caracterizado una nueva forma de ver la realidad, y actuar con respecto a ello,
donde es labor de la educación preparar a los diferentes ciudadanos mundiales para
hacer frente a ello, brindándoles todas las herramientas, conocimientos, actitudes,
aptitudes, destrezas y habilidades necesarias para esto, algo que influye
directamente en el desarrollo del mismo ser humano y de la sociedad en la cual es
participe.

Es importante resaltar la necesidad de participación de los diferentes miembros o


constituyentes de la comunidad educativa en la constitución de políticas educativas
ya que muchas de las que se ven en la actualidad son poco contextualizadas a la
realidad educativa y por lo general solo benefician a alguno no a todos, es por ello
que se reconoce la labor del supervisor como puente de comunicación y fuente de
información entre el sistema educativo y los encargados del diseño de políticas
educativas.

Si un supervisor realiza o lleva a cabo correctamente su labor, teniendo en cuenta


los diferentes procesos que debe desarrollar en perfecta armonía , entre los cuales
están la evaluación, la administración, la dirección, la coordinación, el
asesoramiento y la mediación, puede lograr que el sistema educativo mejore
considerablemente e incluso alcanzar la calidad educativa, pero si el supervisor no
comprende la importancia de su labor, no lleva un proceso continuo de
asesoramiento y sobre todo confunde su labor con algo únicamente administrativo
y de inspección generaría que el sistema educativo se vea perjudicado, a tal punto
que se estanque en el proceso de mejoramiento educacional, no solo afectando a
los estudiantes sino a la comunidad educativa en general e incluso la misma
sociedad.

Al hablar de calidad surgen gran inquietudes con respecto a la definición del


concepto y la forma en la cual se aplica en el ámbito educativo, aun así se ha de
reconocer que este no solo es un sustantivo o un adjetivo que se usa para decorar
un discurso político o educativo, sino que implica acciones, procedimientos,
investigación y mejora continua, en donde no solo se debe concebir los resultados
de pruebas o el desempeño de los estudiantes como único referente sino que debe
abarcar la totalidad del sistema educativo desde sus diferentes niveles y
dimensiones.

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