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Leyenda 3 –La Beata y el Diablo-

Personajes:

Narrador(a) (N): Traje formal negro.


La Beata Piedad (B): Falda, Blusa, Chal, sandalias, pañoleta.
Caballero elegante (C): Smoking, terno negro, sombrero, bastón.
Niña (N): Shorts o bermudas, camiseta, gorra.
Papá (P): Pantalón de pana, camisa, corbata, chaqueta.
Amiga de Piedad Rosita (R): Falda, Blusa, sandalias.
Doña Sofía (S): Falda, Blusa, sandalias.

Escena 1

N: Sin el afán de ofender, la siguiente leyenda está dedicada a todos


los curuchupas y mojigatos. Cuenta la historia que hace mucho tiempo
en un pueblito no muy lejos de aquí, vivía la Señora Piedad.

-Se abre el telón revelando a una mujer arrodillada santiguándose y


dándose golpes en el pecho.-

N: Piedacita era una beata, y como cualquier beata vivía rezando y


golpeándose el pecho, pensando que todo el mundo era pecaminoso. Le
encantaba el chisme y vivía pensando que ella solita era santa,
criticando a sus vecinos y amigos, de los cuales solo quedaba Doña
rosita.

-Sale Narrador(a) de escena-

B: Ayayay Diosito Santo que horrores que veo cada día, la perversión
de la gente, el único lugar dónde encuentro paz es en mi capillita
o en la misita. Es mejor que nadie, nadie, me vea, porque los
pecadores hacen de menos a la gente que intenta que conozcan a
Diosito y así tratar de salvar sus almas, pero, ojos que no ven
corazón que no siente, si los ignoro será mejor. ¡Además yo sé que
en tu gloria, tienes reservado mi puestito y el de nadie más en este
pueblo de pecadores! Amén… (Se santigua)

B: Bueno voy a ver a Rosita que de seguro tiene algún nuevo chismecito
del nuevo vecino que de seguro es un pecador como todos…

R: Buenos días Piedacita.


B: Buenos días Rosita como le va…
R: Ay Piedacita creo que mi marido anda con mosa…
B: Y eso por qué Rosita, aunque no me sorprende
R: Bueno es que ya no llega temprano las noches y ya no me mira, me
trata feo, en fin. Debe darle todo lo que ya no me da a otra mujer.
B: Era de esperarse Rosita, no hay lugar en el cielo para viejos
verdes, además es todo su culpa, por andarse poniendo esos perfumes
y comprando esa ropa “Provocativa”.
R: Pero si eso es lo que a un hombre le gusta, usted no entiende.
B: No, usted no entiende que si su marido Eustemio se fue con otra
es un castigo de Dios por haber sido usted una lujuriosa…
R: Definitivamente no entiende Piedad.
B: ¡Hm! Usted es quien no entiende que Dios nos pone pruebas y
castigos a nuestros pecados.
R: A veces me canso de hablarle Piedacita, por que debe ser tan… ay,
ya, ya, no pasa nada cambiemos mejor de tema. ¿Va a ir a la boda de
la hija de Doña Sofía el viernes por la tarde?
B: Quizá, no lo sé…
R: Se dice por ahí que la niña se casa tan temprano porque lleva
niño.
B: ¿Y se piensa casar por la iglesia?
R: Si, la invitación empieza en la iglesia.
B: Ay, me da algo Rosita, me da algo (se agarra la cabeza)
R: Tranquila Piedacita, que le pasa.
B: El pecado, eso es lo que me pasa, la mujer se casa de blanco por
una razón, si esta muchachita consorte de satán ha pecado antes de
casarse es sólo eso, una consorte de Satán, quizá ni siquiera
deberían dejarle casarse por el civil, que vergüenza sus pobres
padres.
R: No lo tome tan en serio Piedacita, al menos es bueno que el hombre
quiera hacerse cargo de la criatura, diferente fuera que le dejara
a la pobre muchacha criar a niño sola.
B: ¡Bah! Con ese antecedente mejor no voy a asistir a esa fiesta
pagana.
R: Pero es misita Piedad.
B: Fiesta de pecadores disfrazada de Eucaristía, nada más.
R: Bueno Piedacita como diga, eh, me avisa si se anima a ir ¿está
bien?
B: Le aviso desde ya, ¡no voy!
R: Hasta luego Piedacita.
B: Hasta Luego.

-Rosita sale de escena-

B: Vaya que chismorrorrón es este… ya tengo de que hablar en el club


de lectura bíblica esta tarde, si hay algo que sé hacer mejor es
poner en su sitio a los pecadores.

-Piedad sale de escena-

N: Así se pasaba todos los días Piedad, hurgando en la vida ajena y


criticando los hábitos o problemas de los demás, pero como ella
aseguraba que su puesto estaba asegurado en el cielo por no hacer
nada de lo que hacía el resto, ella vivía feliz…

-Entra piedad nuevamente a escena con un rosario en la mano-

B: Diosito perdóname por eso te prometo que nunca más lo volveré a


hacer, es que ese vecino si ha estado guapo (se coge el pecho y
estremece), pero no, no, que estoy diciendo no hay lugar para
lujuriosos en el paraíso, espero me perdones Diosito. Amén.
Bueno estuvo lindo el club de lectura bíblica de hoy, pasado mañana
es la boda de esa muchacha, y mis amiguitos del club no van a ir,
¿cómo se supone que sepa los detalles de este acontecimiento? ¿Será
que voy? Si igual ni me gusta tomar, nunca pero nunca de los nunca
me voy a pegar una copa, es decir, eso es pecado.

¡Bah! Por otro lado si voy tendré los detalles y de que hablar por
el resto del mes… Uy si, mejor me voy y ahí escondidita no ha de
pasar nada.

-Piedad sale de escena-

N: (Mientras se cierra el telón) Es así como Piedad se decidió a ir


a la boda de la hija de Doña Sofía. Llegó viernes.

-Se abre el telón revelando a un hombre de traje elegante en el


escenario, como si estuviera esperando a alguien en la calle-

Escena 2

N: Naturalmente Piedad era Señora de principios, y como todo ser


humano está sujeta a tentaciones, mismas que según sus principios no
surtirán efecto alguno.

C: Buenas noches bella dama.


B: (Vestida elegante, con mirada indiferente) Buenas noches señor,
(pasa por su lado sin darle mucha importancia)
C: No debería ir sola por estos lugares a estas horas de la noche.
B: No sea exagerado, son sólo las seis además estoy tarde a un
compromiso.
C: La boda de la hija de doña Sofía…
B: ¿Cómo lo supo?
C: Soy uno de los invitados, soy uno de los hombres más ricos del
norte y pues el papá de la que se va a casar es mi socio.
B: (acercándose coquetamente a él) ¿Más rico del norte dijo?
C: Efectivamente, el segundo para ser exacto.
B: (Jugando con su corbata coquetamente) ¿En serio? (ríe)
C: Así es, pues bien, insisto en que una bella dama como usted no
debe ir, por lo menos sola a un compromiso así. (Acercándose a su
boca) Después podría invitarla a mis cabañas privadas una bella cena
y después quien sabe…
B: (Acercándose a su boca) ¿Segundo más rico del norte?
C: Segundo corazón.

-Piedad y el caballero se besan, pasan cinco segundos y Piedad se


aleja, se acomoda su vestido y su labial-

B: Este… nadie debe saber esto, ¿de acuerdo?


C: Eh, claro, no se preocupe, ¿vamos? (le ofrece su brazo)
B: Solo hasta llegar, una cuadra antes me suelta, que dirán los demás
si me ven llegar con usted del brazo, uy, así mejor digo que solo
me lo encontré llegando nada más.
C: Como desee bella dama.

-Los dos caminan por el plano medio del escenario de lado izquierdo
al derecho de ida y de vuelta por el plano anterior-
Casi al llegar a terminar su recorrido, Piedad suelta el brazo del
caballero-

B: Bueno señor hasta aquí nomás, quizá nos veamos después.


C: Por supuesto.

-Entra Rosita con vestido, al lado doña Sofía y de su brazo su


marido, el hombre saluda con el caballero y conversan en voz baja,
y Rosita y Sofía saludan a Piedad-

R: Piedacita, le presento a Doña Sofía.


S: Un gusto Piedad.
B: El gusto es todo mío Sofía, se dice que su hija se va a casar de
blanco ¿no?
S: Este… sí, ¿por qué?
B: (ríe) por nada, por nada, (tose mientras se distingue la palabra
“Promiscua”)
S: ¿Qué dijo?
R: Este… nada nada doña Sofía, mejor vamos a la iglesia…

N: (Mientras se cierra el telón) Creo que me equivoqué al decir que


Piedad no sucumbiría a la tentación del demonio, pero naturalmente
pensaba que después de la fiesta le esperaría una sesión de
arrepentimiento y azotes en su casa. Sin el caballero cabe aclarar
(ríe)

Escena 3

-Se abre el telón con música blues movida, revelan a dos parejas
bailando y a varios hombres detrás (incluido el niño y su padre)
sentados en sillas dispuestas elípticamente por el escenario.
Parejas: (Caballero elegante con Rosita, Sofía con su marido y Piedad
sentada en una silla aburrida.
Cuando termina la canción las parejas se sientan en las sillas
vacías. EL caballero elegante besa la mano de Rosita esta se tapa la
boca coquetamente y se sienta al lado de Piedad mientras que el
caballero elegante se añeja misteriosamente a un lado del escenario.
Se oye música suave de fondo dejando escuchar a Rosita y Piedad-

R: Piedacita que caballero aquel, es el segundo hombre más rico del


norte.
B: Lo sé
R: ¿Y usted cómo lo supo?
B: Este… no, no, por nada, sólo lo supuse, por su traje y todo eso.
R: Ah, ya, ya. Pero en fin ¡qué hombre! Justo como me gustan.
B: (Mostrando celos) Pero usted está casada.
R: Igual ese hombre me engaña, mejor yo me busco mi mozo igual, y
creo que ya lo encontré. (Regresa a ver al caballero, lo saluda
coquetamente y este responde el saludo)
B: (sigue celosa) Mejor ya no hable Rosita que ya está borracha.
R: No si estoy bi… (Se tapa la boca y se va a vomitar-sale de escena-
)

-El caballero después del saludo sale de escena y se prepara para


salir del otro lado de escena al lado de Piedad-

B: Este es mío, vieja bruja… Ay que dije, Diosito no era mi intención.


C: ¿Dios? Déjeme reír.
B: Que susto me ha dado, ¿pero que está diciendo?
C: Como puede hablar de Dios si usted se muere por ser como el resto,
por disfrutar de la vida, es solo que usted tiene miedo de vivir,
piensa que todo es pecado y piensa que esa conjetura la vuelve santa,
pero usted es igual de pecadora que el resto pero es una cobarde
para admitirlo y se siente superior a los demás por eso los critica.
Además Dios no existe…
B: ¿Qué?
C: Ehm… nada nada, mejor beba un trago.
B: Pero eso es pecado.
C: Confíe en mí, no le pasará nada.

-El caballero le ofrece una botella de licor y Piedad se la lleva a


la boca-

B: Pero solo un traguito ¿está bien?


C: (en tono burlón) Claro, claro… (Ríe maléficamente mientras suena
una música de misterio)

-Se cierra el telón. Aparece el niño de la fiesta con un letrero que


dice “3 horas después”-

-Se abre el telón (con música suave) revelando a los invitados


dormidos en las sillas. Piedad está bailando ebria con el caballero
en el plano posterior derecho del escenario, ambos ríen, el caballero
susurra a su oído y ella ríe y lo besa en la mejilla.
El niño y su padre se encuentran en el plano anterior izquierdo del
escenario-

N: Papá ya estoy casado son las dos de la mañana, quiero ir a casa.


P: Yo también estoy cansado pero hay que esperar a tu madre.
N: Entonces llévame a casa y vuelves por ella.
P: Veinte minutos más ¿Está bien?
N: ¡Hash! De acuerdo… (Regresa a ver al caballero elegante este lleva
una cola) ¿Papá?
P: (con ojos adormitados) Hjmmm…
N: Eh, ¿papa?
P: (despertándose) ¿Eh? ¿Qué? ¡Que!
N: Mira… (Señala al caballero)
P: Si es ese hombre rico bailando con la beata odiosa esa…
N: Si pero no es eso mírale el trasero.
P: Si debo admitir que está guapa la vieja…
N: No papá, al tipo…
P: Yo no le voy a ese equipo hijo…
N: ¡Hash! Sólo hazlo ¿ok?

-El papá regresa a ver y se horroriza, toma al niño de la mano y


sale corriendo con él, gritando “¡Es el Diablo!”-
-El caballero y Piedad toman el plano medio del escenario cuando el
niño y su padre salen-

C: Bueno bella dama es hora de irnos a la cabaña de la que le hablé.


B: (Habla como ebria) Claro papacito, vamos y hazme tuya, pero sé
gentil porque soy virgen.
C: Me lo imaginaba, pero no se preocupe seré gentil.

-El caballero toma a Piedad y la lleva abrazada mientras sale poco


del escenario con ella-

B: ¿No nos tomará mucho tiempo llegar allá?


C: No bella dama, un brinco y llegamos.
B: ¿Dónde es?
C: Abajo.
B: ¿Abajo?
C: Si hermosa pero debo advertirle que hace calor.
B: ¿Hace calor?
C: Mucho calor, como llamas ardiendo.

-El caballero cubre con sus brazos a Piedad. Se apagan las luces, y
se oye el grito desesperado de Piedad y se cierra el telón-

N: (Sale en frente del telón cerrado en el plano medio del escenario)


Nadie extrañó a la beata Piedad, sus chismes, críticas y su
hipocresía, ni siquiera Rosita quien pensó que Piedad se había ido
con aquel caballero y que por fin iba a vivir su vida…
Bueno, para terminar quiero agradecer su presencia, cuídense de las
malas compañías, de los enanos y de los extraños. No cometan pecado
esta noche y que tengan dulces, dulces sueños… (Sale del escenario
con una risa burlona y maléfica)

-Fin-

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