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El origen de este libro se remonta a 1986, cuando estaba próximo a dejar la Infantería
de Marina y el Profesor Freedman me preguntó si investigaría y escribiría sobre el tema
de la logística y los conflictos armados en la edad moderna. Acepté rápidamente su ofre-
cimiento, el que, entre otras cosas, me daría la oportunidad de unirme al Departamento
de Estudios de Guerra del Real Colegio de Londres, una oportunidad que no debe ser
perdida. También era una posibilidad de escribir acerca de algo que había atraído la
atención de tan pocos autores, siendo tan determinante para el éxito o el fracaso de cual-
quier campaña. Era un tema sobre el que no sabía nada durante la primera parte de mi
carrera. Solamente después de mi graduación en la Escuela de Guerra del Ejército Britá-
nico, en Camberley, que me vi forzado a brindarle mi interés, en algo que hasta ese mo-
mento había considerado como un tema estrictamente de cuartel maestres o "cuenta po-
rotos". Fui destinado al cuartel general de las Fuerzas Terrestres del Lejano Oriente, ba-
sado en Singapur, en el estado mayor de Operaciones "Q", la rama del estado mayor
responsable de supervisar que los planes logísticos y las operaciones en el teatro, engra-
nan con los requerimientos de las operaciones y de dirigir los esfuerzos de todos los ser-
vicios logísticos, con ese fin. El coronel en Camberley, encargado de mi división, sintió
compasión por mí y por mi mala suerte al no haber aterrizado en una tarea más atractiva
en el área operaciones y estuve de acuerdo con él. No pude haber estado más equivoca-
do.
Aprendí una gran cantidad de cosas en ese destino, no solo la importancia crítica de
los abastecimientos y de los abastecedores, en cualquier operación. Nada de lo que he
visto desde entonces, ha cambiado ese punto de vista. Muchas veces los resultados del
trabajo de uno eran más tangibles, más fácilmente mensurables que los de otros depar-
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tamentos del estado mayor y por lo tanto una gran fuente de satisfacción.
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Mi intención original, con respecto a este libro, fue la de proseguir a partir de 1944,
donde el Profesor Martin van Creveld en su erudito trabajo Los Abastecimientos y la Gue-
rra, había terminado. Sin embargo, cuanto más leía e investigaba, más aumentaba mi
opinión que había mucho más que no había sido dicho acerca de la logística y el conflicto
armado desde la antigüedad hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, era mi punto
de partida original. Por ejemplo, había campañas que resultaban indicadoras para el futu-
ro, tales como la Guerra Civil Norteamericana y la Primera Guerra Mundial. Me interesó el
flanco marítimo y la ventaja que éste le brinda a los generales que quisieron o pudieron
hacer uso de él; desde Alejando Magno, más de 300 años antes de Cristo hasta el Maris-
cal de Campo Alexander, en Italia en1943/45. La campaña de Normandía en 1944 inclu-
ye la más grande operación anfibia de todos los tiempos y ha sido tratada con frecuencia,
pero había muchas enseñanzas logísticas aprendidas en los desembarcos Torch en el
norte de Africa en 1942. Traer los abastecimientos desde el mar, agrega otra dimensión
al problema logístico, no suficientemente apreciado por aquellos cuyo horizonte profesio-
nal está limitado por la experiencia profesional. Finalmente Birmania, probablemente el
triunfo logístico de la Segunda Guerra Mundial, en el terreno más desalentador, la cam-
paña terrestre más prolongada peleada por los aliados contra el Japón.
Las campañas y guerras posteriores a la Segunda Guerra Mundial, han sido selec-
cionadas teniendo en cuenta obtener determinadas lecciones. No hablo otro idioma que
el mío, por esa razón he elegido campañas que están bien documentadas en inglés.
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Vietnam, que abarca el capítulo más largo, brinda la oportunidad de observar cuatro
fases logísticas (referidas en el capítulo 5 como las etapas 1, 2, 3 y 4). La Fase Uno, la
campaña francesa, que fracasó en el aspecto militar principalmente debido a que no po-
seían los medios logísticos para satisfacer sus planes operativos. La Fase Dos, el período
entre la retirada francesa y el empeñamiento en fuerza de las fuerzas norteamericanas,
ii
que fue un presagio para el futuro, en lo que respecta a la falta de destreza administrativa
entre los sur vietnamitas, lo que sería una considerable desventaja hasta el período en
que intervinieron los norteamericanos y después. En la Fase Tres los norteamericanos
tuvieron problemas logísticos, pero tenían los medios para superarlos, tal como veremos,
su estrategia y por lo tanto sus métodos operacionales y tácticos eran defectuosos. Fi-
nalmente, en la Fase Cuatro, la continua reducción del apoyo logístico norteamericano a
Sur Vietnam, luego de 1973, fue un factor principal en la posterior derrota.
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La campaña Hindú en Bangla Desh, en 1971, brinda un buen ejemplo de los proble-
mas logísticos a encontrar en un país sub desarrollado, que es la razón por la cual está
ubicada fuera del contexto histórico, después de la Guerra del Yom Kippur en 1973 e in-
mediatamente antes de la Campaña de las Malvinas en 1982. La última, desde el punto
de vista de un soldado, fue combatida en un país aún más sub desarrollado que Bangla
Desh, con la complicación adicional de que cada poroto, proyectil y gota de combustible,
tenía que llegar desde 8.000 millas y una vez llegados, ser llevados a la batalla en las es-
paldas de los soldados, por helicóptero o en un puñado de vehículos a oruga capaces de
moverse sobre la turba pantanosa.
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Escribir sobre la guerra del futuro, en estos tiempos de cambios rápidos, es como re-
latar un partido en el cual los arcos se mueven todos los días y las reglas cambian todas
las noches. Aquí tuve que lanzarme y superar mi desconfianza hacia los que claman ser
capaces de predecir la tendencia de los hechos futuros. Sin embargo, me parece que hay
un mérito en ver donde podremos estar de aquí a veinte años o más, en términos de de-
fensa. Es altamente improbable que estemos en una situación que tenga una gran simili-
tud con el presente y casi nadie puede suponer que sea mejor que la persona que se tie-
ne al lado.
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Una de las guerras más largas de los tiempos modernos, el conflicto Irán/Iraq, ha fi-
nalizado hace muy poco como para permitir un estudio detallado de los aspectos logísti-
cos. Para hacerlo será necesario examinar informes, los que, además de estar escritos
en árabe y farseo respectivamente, dada la naturaleza de los dos regímenes involucra-
dos, es muy improbable que vean la luz del día durante un tiempo, si es que alguna vez lo
son. Lo que se sabe es que hubo, por parte de los dos bandos, un gran consumo de todo
tipo de recursos para la guerra. A este respecto, la guerra Irán/Iraq no difiere mayormente
con respecto a cualquier guerra moderna disputada por bandos de similares dimensio-
nes. Sin embargo, en el lado iraní, rápidamente descubrieron que habiendo prescindido
de sus asesores norteamericanos, los que habían operado sus inventarios de efectos
computarizados, eran incapaces de rastrear los repuestos vitales que necesitaban para
los tanques y aeronaves. Muy pronto, gran número de ambos yacían inoperantes porque
no podían ser reparados. La intensidad de esa guerra sirvió para destacar la necesidad
de mantener un acopio de gran número de material de guerra caro, si se prevé una gue-
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rra o se intenta disuadir a un agresor potencial. Generalmente esos acopios no resultan
atractivos a los políticos, con sus ojos puestos en el electorado, como tampoco a aquellos
que quieren recortar los gastos de defensa por razones morales o económicas o también
aquellos que desean ser vistos como teniendo los intereses de la defensa de su país, en
el corazón, construyendo las vidrieras con hombres y equipos. Muy frecuentemente esas
vidrieras tienen, detrás de ellas, acopios de materiales de guerra lamentablemente muy
pequeños, por el solo hecho de que recortar las reservas de materiales de guerra, repre-
senta una forma fácil e invisible para lograr economías. Pero, para disuadir, los acopios
no solo deben existir, sino que hay que demostrar que existen.
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Los logísticos navales y aéreos buscarán en vano alguna discusión sustancial sobre
la logística en sus ambientes operacionales. Ello es debido, tal como lo sostuvo el Profe-
sor Freedman, en su presentación a la Fundación Leverhulme, cuando procuraba recur-
sos para su proyecto, porque [aunque] es un arte práctico que debe ser dominado tanto
por las armadas como las fuerzas aéreas, hay algo distintivo en la logística terrestre y ello
es que requiere territorio, una vez tomado, durante un largo período de tiempo. Otra cosa
que además es distintiva y por lo tanto interesante, acerca de la logística en la guerra te-
rrestre, es la de que hay, para decirlo crudamente, más dificultades. Una operación anfi-
bia brinda un buen ejemplo. El transporte marítimo de los efectos al área de la cabeza de
playa, es relativamente simple, en puros términos de transporte, si bien la acción del
enemigo puede hacer las cosas un poco más complicadas. El verdadero problema co-
mienza cuando los abastecimientos tienen que ser desembarcados y transportados, a
veces cientos de millas tierra adentro. Aún sin interferencia enemiga, las dificultades pue-
den ser considerables. Espero que esto quede ilustrado en mi corta referencia a la logísti-
ca naval del capítulo 2 y las notas de los capítulos 3, 4 y 8. La logística en apoyo de la ba-
talla aérea, ha sido hasta hace poco, un gran problema naval y terrestre. El combustible,
las armas y los repuestos para las fuerzas aéreas, han sido transportados por mar por las
marinas y por tierra, por cortesía de los ejércitos. Porque era en interés de los soldados y
marineros tener apoyo aéreo, si eran inteligentes, destinaron los recursos necesarios pa-
ra el movimiento, a los aviadores. Pero el problema de la entrega, incluido el manteni-
miento de las rutas y su protección, ha sido en gran medida, naval o del ejército. Sin em-
bargo, se podrá decir que el apoyo aéreo, digamos de los ingleses en Birmania, fue un
problema de la fuerza aérea, actuaron, en efecto, conductores de camiones aéreos, en
respuesta a un requerimiento del ejército, como en efecto lo son hoy en día los helicópte-
ros y las aeronaves de transporte de ala fija. El transporte de combustibles, repuestos y
armamento al teatro de operaciones fue, y sigue siendo, una responsabilidad primaria de
las marinas y los ejércitos. Aún en la campaña de las Malvinas, donde la Real Fuerza Aé-
rea jugó un rol logístico tan importante, fue secundario y menos complicado que el papel
desempeñado por las otras dos fuerzas. Si esto seguirá siempre siendo así, está tratado
en el capítulo final.
Por último, no tengo razones para creer que la logística tenga mucho sexappeal mili-
tar, excepto para soldados serios, pero he escrito este libro con la esperanza de que esté
equivocado.
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General Nathaniel Green, cuando Gorge Washington le pidió que aceptara el cargo de Cuartelmaes-
tre General del Ejército Norteamericano, se le atribuye haber dicho: “Quienquiera ha escuchado en la
historia hablar de un Cuartelmaestre como tal”
Thorpe, en su libro "Pure Logistics" propone el punto de vista de que "la conclusión
es irresistible con respecto al hecho de que los militares saben algo cercano a la nada
acerca de la logística". Probablemente lo que pretendía era ganar la atención del lector y
de esa forma hacer más receptivo al mensaje que él presentaba en forma tan lúcida. De
esa forma, usando la palabra "saber" en el sentido de "persona idónea en" y como escri-
tor norteamericano que escribía para las fuerzas de los EEUU antes de que su país entra-
ra en la I Guerra Mundial, probablemente no estaba muy lejos de la realidad. Como las
experiencias de las guerras lo demuestran, con el paso de los tiempos, la logística tendió
a ocupar un asiento trasero con respecto a las más atrayentes táctica y estrategia. Los
militares experimentados, particularmente los exitosos, sabían algo y estaban todos ellos,
personalmente, muy familiarizados con la logística. Pese a que Napoleón puede haber
dicho "qu`on ne me parle pas des vivres" (que nadie me hable de las provisiones), no so-
lamente reorganizó el sistema logístico del Ejército Francés, sino que generalmente plani-
ficaba sus campañas de tal forma que fueran logísticamente factibles. Su sistema logísti-
co falló solamente dos veces; en España, donde él comandó en persona por un período
muy breve y en Rusia en 1812, donde su ejército sobrepasó a su estado mayor.
Clausewitz
De vez en cuando los militares o los ex-militares han incursionado en el tema; desde
Clausewitz: "no hay nada tan común como el encontrar que las consideraciones de los
abastecimientos afectaron las líneas de una campaña en una guerra", hasta Montgomery:
"durante la última guerra, el 80 por ciento de nuestros problemas eran de naturaleza
logística". Más que una falta de conocimiento, el problema puede estar en una resistencia
a reconocer la importancia de l logística en la guerra y en la necesidad de establecer fuer-
tes cimientos para los suministros en tiempo de guerra, durante la paz, incluyendo una
buena base de principios. Esto es parcialmente a lo que se refería Thorpe. Mientras
abundan los principios tácticos y estratégicos, no hay principios que guíen a los logísticos.
Algunos autores han criticado a Clausewitz por haberle brindado poca atención a la logís-
tica. Esto es poco realista. En "De la Guerra", escribió capítulos sobre: "Campamentos",
"Marchas", "Alojamientos", "Mantenimiento y Abastecimientos", "Bases de Operaciones" y
"Líneas de Comunicaciones". Estos, como casi toda la obra, se apoyan principalmente en
las experiencias de Federico El Grande y de Napoleón. Usa lecciones del pasado para
ilustrar problemas tales como el aumento porcentual de las enfermedades en los ejér-
citos, los que habían abandonado las carpas a fin de aumentar su movilidad y el cansan-
cio y las lágrimas de los soldados en las largas marchas y en las prolongadas guerras.
Puntualiza cuatro métodos de abastecimientos; la capacidad de pelear en el territorio de
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La Savia de la Guerra
otro y por lo tanto de comer a su costa y recomienda no permanecer mucho tiempo en un
mismo lugar debido a que se van a terminar los abastecimientos. Menciona la dependen-
cia del ejército de su base y que los abastecimientos son más fáciles en la defensa,
siempre que se hayan hecho las previsiones adecuadas. También merecen una línea o
dos la necesidad de hacer preparativos para el acopio de armas, munición y equipos. Es
entonces cuando comienza a filosofar con respecto a la relación entre los abastecimien-
tos y en lo que él llama el concepto de la operación.
"Hasta donde se extenderá su influencia y cuanto peso se dará al análisis final, estará
relacionado con las dificultades o las facilidades de los abastecimientos - estas son cues-
tiones que dependerán naturalmente de la forma en que se conducirá la guerra. Si la gue-
rra será desarrollada de acuerdo con su espíritu esencial, con la violencia descontrolada
que yace en su corazón, la determinación y la voluntad para la batalla y la decisión - en-
tonces, la alimentación de la tropa, si bien importante, es un asunto secundario. Por otra
parte, cuando se alcanza un estado de equilibrio, en el cual las tropas se mueven hacia
adelante y hacia atrás durante años en la misma provincia, probablemente la subsistencia
se transforme en un hecho de importancia principal. En ese caso, el Cuartel Maestre Ge-
neral se transformará en el comandante supremo y la conducción de la guerra consistirá
en organizar los trenes de carretas".
¡Su desprecio hacia los Comandantes que lleguen a permitir que ocurra una cosa así,
aparece también en la traducción del alemán al inglés!
Es realmente importante recordar que estos capítulos forman parte del Libro Tres y
que toda la obra, excepto el Libro Uno, debe ser leído como notas o borrador. Aún así, el
Capítulo 14 del Libro Uno es más específico con respecto a los problemas de los abaste-
cimientos que todo Jomini. Se puede suponer que de haber vivido Clausewitz lo suficien-
te como para completar su obra, los capítulos que tratan lo que nosotros llamamos logís-
tica, hubieran sido revisados y cambiado el énfasis. Tal vez le hubiera dado más espacio
a la logística y la hubiera provisto de una base más sólida. Pero esto solo puede ser es-
peculación y hay una velada sospecha de que la logística puede haber sido relegada por
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Principios: Las Disciplinas de la Guerra
Clausewitz a la condición de oscuro departamento; "... en mas o menos la misma relación
que hay entre el herrero y el arte de la esgrima"
Definición de Jomini
Jomini, que sirvió como Oficial de Estado Mayor de Ney en el ejército de Napoleón,
fue el primero que definió el arte de la logística. Estableció a la logística como una de las
seis área del arte de la guerra, siendo las otras cinco; el estadista en su relación con la
guerra, la estrategia o el arte de direccionar adecuadamente las masas en el teatro de
operaciones, táctica superior, fortificaciones (las fortificaciones en el ataque y la defensa)
y táctica inferior. Sin embargo, no usó la palabra en el sentido en que la usamos hoy en
día. Su definición: "logística es el arte de mover los ejércitos. Comprende el orden y los
detalles de las marchas y los campamentos y el alojamiento y abastecimientos de las tro-
pas; en una palabra, es la ejecución de las empresas estratégicas y tácticas", suena bas-
tante bien a los oídos modernos, hasta que leemos el capítulo sobre logística. Resulta
claro que se está hablando de las tareas más bajas del estado mayor con relación al de-
sarrollo de una campaña. De los dieciocho puntos principales que incluye, menos de la
mitad se refieren a lo que hoy llamaríamos logística. Cuando se extiende en algunos pun-
tos, es solamente cuando se refiere a los depósitos y al material, en los que trata temas
que un logístico moderno reconocería como pertenecientes a su departamento. En sus
ejemplos se extiende más allá de la logística, hasta la esfera de la estrategia y la táctica
superior o el arte operacional.
Las razones son bien visibles. Primero, al incluir la frase "es la ejecución de las em-
presas estratégicas y tácticas" en la definición de logística, queda enganchado en su pro-
pia definición. Segundo y más importante, en su tiempo la línea divisoria entre lo que
podríamos llamar el estado mayor operativo y el estado mayor logístico, no estaba tan
clara como apareció en la última mitad del siglo pasado. Para comenzar, el Jefe del Esta-
do Mayor y los oficiales subordinados del Estado Mayor, estaban casi enteramente dedi-
cados al abastecimiento y los movimientos de los ejércitos, de acuerdo a los planes es-
tratégicos, operacionales y tácticos del Comandante, generalmente desarrollados solo por
el comandante y frecuentemente desarrollados por él personalmente. El cuartelmaestre
general era, en los hechos, el jefe de estado mayor. Esto se mantuvo, solamente en el
nombre hasta este siglo. El título de Ludendorff como Jefe del Estado Mayor de Hinden-
burg fue el de Primer Cuartelmaestre General, porque en Alemania los cuartelmaestre
generales eran los directores de las operaciones militares. Tal como Jomini lo destaca:
Por lo tanto, pese a que Jomini incluye la logística como una de las seis áreas del ar-
te militar, debido al tratamiento que da al tema en su trabajo, en realidad confunde los
hechos al reunir la logística, como tarea de estado mayor, con las operaciones y la inteli-
3
La Savia de la Guerra
gencia. Por lo tanto, no es de sorprenderse por el hecho que los militares, en los años
que siguieron, se sintieran más impresionados por los consejos estratégicos y tácticos de
Jomini que por lo que tenía que decir sobre la logística, que en términos prácticos era ex-
traordinariamente poco, aún menos que Clausewitz.
Los Principios.
Previsión
Economía
Flexibilidad
Simplicidad
Cooperación
O puede ser que prefiera volcarse al Ejército de los EEUU, en el cual no hay menos
de nueve principios:
Inteligencia Logística
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Principios: Las Disciplinas de la Guerra
Objetivos
Logísticas Generativas
Interdependencia
Simplicidad
Líneas de Tiempo
Impetu
Costo-efectividad
Seguridad
Resulta claro que hay similitud entre los dos grupos de principios. Sin Inteligencia
Logística es difícil lograr la previsión en un planeamiento adelantado. De la misma mane-
ra, es necesario tener un objetivo claro y alcanzable, tal como el desarrollo de los planes
logísticos para la transición a la fase de guerra en Europa o el refuerzo del norte de No-
ruega en un período de tensión. La aplicación de la moderna tecnología para cubrir los
requerimientos de apoyo logístico de los ejércitos en el terreno, requiere Logística Gene-
rativa. El uso del transporte aéreo en un determinado número de campañas, desde la I
Guerra Mundial en adelante, es un ejemplo perfecto de este principio. Finalmente, aún en
el departamento "Previsión", la Interdependencia requiere que cada parte del sistema
logístico debe estar coordinada con el resto del sistema como un todo. Por ejemplo, un
diseñador debe concebir equipos que sean fáciles de ser apoyados desde el punto de
vista logístico. Por no haber seguido este principio, fracasó el tanque norteamericano
M47. Cuando el tanque hizo su primera aparición en el terreno, se encontró que tenía un
determinado número de errores de diseño desde el punto de vista logístico, no menos
que para cambiar las bujías, había que sacar el motor.
Las líneas rectoras imponen que el apoyo logístico debe ser provisto en la cantidad
adecuada, en el lugar correcto y en tiempo, para permitir que la unidad o la formación
cumplan su misión. Para lograr esto, en una batalla de rápidos movimientos o cuando se
producen grandes pérdidas materiales debido a la interdicción enemiga, el sistema debe
ser flexible y adaptarse en forma rápida y con sencillez a las nuevas circunstancias. De
allí el principio inglés de: Flexibilidad. Por Impetu, los norteamericanos entienden la nece-
sidad de brindar apoyo bien adelante, tanto dentro o inmediatamente detrás de las áreas
de las unidades de combate. Esto libera a las unidades empeñadas en combate, de tener
que mirar por encima de sus hombros en búsqueda de los abastecimientos y recursos,
sin los cuales no pueden continuar la lucha.
Los que nos lleva al Costo-efectividad o Economía. Esto puede abarcar desde un
programa o análisis para brindar una aproximación sistemática al problema de ubicar re-
cursos económicos limitados, cuando se necesita equipo, hasta decisiones en niveles de
acopio y prioridades logísticas.
Los ingleses no incluyen a la Seguridad como un principio logístico. Tal vez basados
en que es un principio de la guerra y que la seguridad del área de retaguardia surge sin
necesidad de ser mencionada. Esto puede ser así, pero el énfasis que ponen los soviéti-
cos en atacar instalaciones claves en las áreas de retaguardia, pone de manifiesto la ne-
cesidad de proteger las colas ante el peligro de que sean cortadas.
No se han tratado aquí los principios logísticos soviéticos. Son menos amplios que
los británicos o norteamericanos y su tratamiento encaja en forma más lógica en el capí-
tulo dedicado a la logística soviética.
Habiendo tratado brevemente los principios, el arte de la logística debe ser examina-
do introduciéndonos en la historia, avanzando rápidamente hacia la Segunda Guerra
Mundial, luego analizando casos de estudio posteriores a la Segunda Guerra Mundial,
tratando la logística en la OTAN y el Pacto de Varsovia, para finalizar echando una mira-
da a la logística en la guerra futura.
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Los ejércitos organizados tienen sus primeros orígenes con el advenimiento de las
bandas de cazadores y las partidas de salteadores, peleando por territorio, mujeres o
comida. A medida que se fueron haciendo más comunes otros impulsos tales como la
urgencia por dominar a otros o defender las casas y las villas de merodeadores o buscar
la independencia de la tiranía, surgió la necesidad de organizar grupos combatientes
cada vez más grandes y con ellos la necesidad de un sistema de abastecimientos. A
medida que las armas se volvían más sofisticadas y las flechas y jabalinas reemplazaron
a los palos y piedras, en la misma medida las armaduras de metal reemplazaron al
escudo de mimbre y apareció la necesidad de un artesano para forjar y reparar no solo
las armas sino los nuevos medios de hacer la guerra - carros y posteriormente máquinas
de asedio. El hoy universal caballo, las mulas y bueyes usados para tirar el transporte,
necesitaban forraje - el que últimamente se ha convertido en combustible con el
advenimiento de los vehículos mecánicos. Los hombres y las bestias requirieron un rango
cada vez mayor de equipo de guerra y abastecimientos y un sistema, al que hoy
llamamos logística, mediante el cual estos elementos esenciales podían ser provistos y
administrados.
Los Asirios
Alrededor del 700 AC, los asirios tuvieron el primer ejército permanente que se
conozca en la historia. Estaba equipado con carros, armas y armaduras de hierro que
reemplazaron al equipamiento de bronce de los soldados primitivos. Más o menos por la
misma época, el arte de las fortificaciones de las ciudades más grandes en lo que ahora
llamamos el Cercano Oriente, se había desarrollado en un grado tal que su asalto se
había transformado en una empresa considerable, incluyendo trenes de arietes, torres de
madera y una amplia provisión de flechas y otros misiles para llevar a cabo operaciones
de asedio. El ejército asirio tenía un alto grado de organización y habilidad para pelear
con éxito en cualquier clase de terreno. Se debe haber aproximado a los 50.000 hombres
y una formación de ese tamaño debe haber requerido un gran organismo de abas-
tecimiento, para las operaciones en el desierto o la montaña. También debe de haber
estado familiarizado con el problema de todos los ejércitos hasta la era del ferrocarril y
aún más allá, que expresado con crudeza, era: "para vivir, manténte en movimiento". Si
un ejército se detenía aún en un área populosa, rápidamente se consumían los víveres
disponibles; salvo que su comandante hubiera previsto hacer los arreglos para llevar los
alimentos con él o que se los hicieran llegar. Si un ejército se detenía en cualquier época
del año desde al fin de la primavera hasta la cosecha, había poca comida disponible, ya
que hasta los lugareños estaban en el nivel mínimo de subsistencia. El mejor momento,
para el ejército, era llegar justo después de la cosecha, si bien no lo era para la población
local; de esa forma la totalidad de la cosecha estaba disponible para ser requisada. Los
consumidores más voraces de los granos eran los animales, en número creciente,
principalmente los caballos y las mulas, pero a veces también los novillos, elefantes y
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La Savia de la Guerra
camellos que acompañaban a los ejércitos, a medida que crecían en tamaño y
sofisticación. En el verano, estos animales rápidamente agotaban el área inmediata del
ejército, creando la necesidad de enviar las patrullas de forraje cada vez más lejos. En
invierno el grano debe ser tomado de los recursos locales o traídos al lugar. En una de
las últimas guerras en que los animales jugaron un rol principal, la Primera Guerra
Mundial, mientras los británicos despacharon a Francia 5.253.538 toneladas de munición,
incluyendo más de 170.000.000 de granadas, el mayor efecto unitario despachado
consistió de 5.438.602 toneladas de avena y heno. A este respecto, la Primera Guerra
Mundial no fue diferente de las guerras de la antigüedad, si bien difiere grandemente en
otro aspecto logístico, un enorme incremento en el abastecimiento de munición y de ese
modo anunciando una nueva era de la guerra.
También hizo un uso extensivo de los buques para transportar el pienso, dado que un
buque mercante grande podía cargar unas 400 toneladas,7 mientras que un caballo de
carga llevando solo 90 Kg, comería 9 Kg de forraje diariamente y por lo tanto consumir su
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Desde los Asirios 700 AC hasta el Armisticio 1918 DC
propia carga en diez días. En realidad, Engels concluye que Alejandro nunca pasó un
invierno, ni siquiera unas pocas semanas, con la totalidad de su ejército en una región
alejada de un puerto de mar o de un río navegable. Además fue lo suficientemente astuto
como para sacar ventaja de la debilidad logística de los buques de guerra de sus
enemigos. Tal como lo puntualiza Robin Lane Fox en su estudio sobre Alejandro:
"Al igual que todos los buques de guerra del mundo antiguo, los buques de
combate persas tenían tan poco espacio bordo para acumular provisiones, que se
veían forzados a estar en contacto diario con una base terrestre. No se podía
cocinar en navegación y el agua dulce tenía que ser obtenida entrando a la
desembocadura del río más próximo. Astuto como siempre, Alejandro se les
anticipó y envió varias unidades por tierra para batirlos. Frustradas y sedientas las
tripulaciones persas zarparon hacia la isla de Samos, donde se aprovisionaron de
efectos, probablemente con la ayuda de los residentes atenienses. A su regreso a
Mileto no lo pasaron mejor a causa del agua y abandonaron la lucha en el interés
de sus estómagos y zarparon hacia el sur."
Habiendo usado estas tácticas en el Egeo, las usaría nuevamente para forzar a
rendirse y unírsele a los buques Chipriotas y Fenicios. Alejandro comprendió que el
alcance de la logística no estaba limitado solamente a asuntos de abastecimientos, sino
que abarcaba la moral y los refuerzos, tal como lo muestra Lane Fox.
En ninguna parte resulta más evidente el uso, por parte de Alejandro, de su flota
mercante para proveer apoyo logístico a su ejército, que al finalizar su campaña en la
India. Planificó marchar desde la boca del Indus en Pattala (190 kilómetros al nordeste de
donde hoy se encuentra Karachi) a lo largo de la costa hasta Pasni en la costa del
Makran en Baluchistan. Engels nos dice que Alejandro había acopiado cuatro meses de
provisiones para su ejército, totalizando unas 52.600 toneladas. Debe de haber llevado
poca agua porque los ríos que fluyen hacia la costa estarían llenos en la época del
monzón, que estaba casi por comenzar y se podrían cavar pozos en la costa. No podía
llevar por tierra las 52.000 toneladas de abastecimientos, porque luego de nueve días lo
animales las hubieran consumido en su totalidad y los 13,5 Kg. llevados por un hombre
también hubieran sido consumidas.8 Por ello, la masa de sus provisiones debe haber sido
transportada por la flota, la que debió haber navegado a lo largo de la costa siguiendo el
ritmo del ejército el que, a cambio, debe de haber provisto de agua a la flota. Alejandro
partió a mediados de julio, pero la flota nunca llegó a la costa. Sin saberlo Alejandro, los
monzones que proveían el agua habían impedido zarpar a los buques y los inmovilizaría
11
La Savia de la Guerra
hasta octubre. Alejandro no podía quedarse donde estaba con la esperanza de que los
buques se presentaran. El área y estaba desbastada y hasta donde se sabía, la flota des-
truida por los hindúes. No podía regresar a Pattala, un viaje de un 415Km.m por un
territorio que había sido asolado y no aportaría nada a un ejército de 87.000 infantes,
18.000 hombres de caballería y 52.000 seguidores. Marchó a través del interior
deshabitado, por las regiones donde estaba disponible algún forraje, pero perdió las tres
cuartas partes de su ejército en los desiertos de la depresión de Kolwa entre las cor-
dilleras central y costera de Makran. Finalmente llegó al Tugar donde los restos de su
ejército pudieron recoger suficientes abastecimientos para la marcha a la costa en Pasni.
De aquí marchó a Gwdar, cubriendo 189 Km en siete días. Ahora, por fin, se pudieron
reaprovisionar.
Logística la clave
1
Este avance da un promedio de 5,4 Km por día
12
Desde los Asirios 700 AC hasta el Armisticio 1918 DC
Keegan, el HMS Dreadnought, llevando 2.000 toneladas de carbón, tenía una autonomía
de cinco días a 20 nudos. Sin embargo, los buques de guerra aún eran capaces de llevar
la munición para sus cañones y víveres para sus tripulaciones, a distancias considerables
y a mayor velocidad que los ejércitos movidos por caballos y por lo tanto, pese a la
necesidad de estaciones carboneras, logísticamente eran más independientes que los
ejércitos. La conversión de las calderas a fuel oil aumentó la autonomía en un 40 por
ciento debido a su mayor eficiencia como fuente de energía. El advenimiento del Tren de
Flota y las técnicas de reaprovisionamiento en el mar de petroleros y buques depósito, en
la Segunda Guerra Mundial, dotó a las marinas de una gran autonomía. Algo similar que
en los tiempos de Nelson; excepto que estos buques podían estar en el mar durante
años, con largos intervalos entre mantenimiento en los astilleros. El reaprovisionamiento
en el mar de líquidos y sólidos, provee casi todos los efectos requeridos por una unidad
de combate, combustible para el buque y sus aeronaves, misiles, víveres, repuestos,
desde el chip de siliconas más pequeño para un sistema de control tiro hasta el equipo
completo de una turbina de gas para el sistema de propulsión del buque. El
reabastecimiento en el mar y la posibilidad de destilar agua para beber y otros usos, le
permite, aún a un complejo buque de guerra, permanecer en el mar durante meses,
siendo limitada su autonomía solo por la de su tripulación y por la de aquellas partes de
su maquinaria y casco que no pueden ser reparadas salvo en los astilleros.10 Desde el
Siglo XVI, las marinas han sido considerablemente más fáciles de mantener y son
logísticamente más flexibles que los ejércitos. Es por eso que este libro se concentra en
la logística de los ejércitos de tierra, porque es más difícil y para explicar el por qué, es
que la narración ha saltado 2.000 años. Es el momento de volver a él.
La Era de Carlomagno
El Imperio Bizantino
14
Desde los Asirios 700 AC hasta el Armisticio 1918 DC
cuando, principalmente mediante una traición, el ejército bizantino fue derrotado por los
Turcos Seljuk. La consiguiente pérdida de casi toda Anatolia fue un estupendo golpe. Los
turcos hicieron estragos en la campiña hasta que, lo que había sido la principal zona de
reclutamiento, se convirtió virtualmente en un desierto, la que casi todos los
sobrevivientes no turcos habían abandonado. Cuando parte de la provincia fue
reconquistada, de esa región, los bizantinos ya no fueron capaces de formar una fuerza
que valiera la pena. Por lo tanto se vieron forzados a recurrir a mercenarios de Europa
Occidental, Rusia, Escandinavia y las tribus de sus fronteras norte. Sin embargo, la
destreza profesional de ese ejército iba a asegurar la supervivencia de Bizancio por lo
menos por otros cuatrocientos años.
Las Cruzadas
La súplica, en 1095, por parte del Emperador Alexius al Papa para que lo asistiera en
limpiar Anatolia de turcos, probablemente con la esperanza a atraer unos miles de
mercenarios, iba a poner en marcha una serie de expediciones de Europa Occidental
hacia el Mediterráneo Oriental; las Cruzadas. Si bien hubo otras campañas peleadas bajo
el título de cruzadas, contra los eslavos y los moros, nos referiremos solo a las campañas
en Asia Menor y Palestina. No fue poca cosa, entre las muchas destrezas que los
europeos occidentales adquirieron en el Oriente, el significativo salto dado en las variadas
ramas del arte militar.
La Primera Cruzada
Desde el principio hubo fricción dentro del ejército y desconfianza de los bizantinos, lo
que era retribuido. Los cruzados no tenían ningún interés en ser usados para recuperar
los territorios bizantinos perdidos y a su vez, el emperador no tenía interés en volver a
capturar Jerusalén. Los mutuos puntos de vista divergentes habrían de tener efectos
adversos en esta y muchas de las cruzadas posteriores. La Primera Cruzada estuvo
cerca de terminar dolorosamente en dos oportunidades debido a la falta de un sistema de
abastecimientos. Mientras sitiaban Antioquía, los cruzados casi mueren de hambre,
siendo solo salvados por el arribo inesperado de pequeñas flotas de Inglaterra y de Pisa,
las que capturaron dos puertos y les llevaron provisiones. A su vez, después de capturar
la ciudad, los cruzados fueron sitiados y cortada la línea con sus puertos y casi mueren
15
La Savia de la Guerra
de hambre por segunda vez. Sin embargo, inspirados por el descubrimiento de una
reliquia sagrada, salieron y derrotaron al ejército sitiador.
Al año siguiente, un ejército mucho más reducido avanzó hacia el sur a lo largo de la
costa hasta Jaifa. Parece que habían aprendido las lecciones logísticas de las campañas
de los años precedentes. Hubo mucha más cooperación entre los contingentes
nacionales. Esta vez tenían el beneficio de la flota de Pisa que navegaba paralela a su
ruta para brindar apoyo logístico bien a la mano. Esto se dio hasta que se internaron
dentro del territorio en dirección a Jerusalén. Allí eran muy pocos en número como para
sitiar completamente la ciudad, de tal forma que los defensores, que eran numerosos, no
podían ser llevados a la rendición por el hambre. Además el gobernador de Jerusalén
había tomado la precaución de llevar al interior de la ciudad, desde el campo, los rebaños
de cabras y ovejas y los rodeos de ganado, así como también acumular grandes
cantidades de víveres. Mandó un mensaje urgente pidiendo ayuda al Califa de Egipto.
En ese momento, los Cruzados estaban desesperadamente escasos de agua, debido a
que el gobernador había envenenado la mayoría de los pozos que estaban fuera de la
cuidad. No había posibilidad de conseguir comida en los alrededores y su línea de
abastecimiento hasta Jaifa, a 42 Km en línea recta, era demasiado larga como para
controlarla constantemente. Por razones logísticas y tácticas, el tiempo no estaba del lado
de los cruzados. No está claro si fueron estas imperiosas razones o la urgencia de un
anciano ermitaño cristiano, que vivía cerca del Monte de los Olivos, lo que persuadió a los
Cruzados para montar un ataque lo antes posible, sin disponer de armas de asalto. Tal
vez creyeron en el pronunciamiento del ermitaño de que, armados con la fe en Dios,
lograrían la victoria, lo que fue suficiente para convencerlos que no tenían nada que
perder, haciendo el intento. Desgraciadamente solo la fe no es un sustituto del equipo
correcto y si bien el precipitado ataque de los cruzados rebasó rápidamente las defensas
exteriores, no fueron capaces de escalar las murallas interiores. Carecían de suficientes
escaleras como para colocar la cantidad necesaria de hombres para superar a los
defensores y tenían una cantidad insuficiente de poder de fuego, en la forma de
lanzadores de misiles, como para mantener a los defensores con la cabeza baja.
Después de aguantar tres horas bajo una granizada de flechas y piedras, los Cruzados
se retiraron.
Su tristeza por este revés se vio aligerada por la llegada de las flotas inglesa y
genovesa, a Jaifa, cargadas con víveres y material de guerra. Pero trasladar todo eso
hasta Jerusalén, era una operación consumidora de tiempo, cara en fuerza humana y
animales y los acopios solo alcanzaban para un corto tiempo. Más serio resultaba el
problema de encontrar cantidades suficientes de madera fuerte para construir torres de
asalto para escalar las murallas. Finalmente la madera apta más cercana fue encontrada
en las colinas boscosas cerca de Nablus, a setenta kilómetros al norte de Jerusalén.
Transportarla hasta la escena de las operaciones fue, todavía, otro drenaje de fuerza de
trabajo y animales. La dolorosa y lenta procesión de prisioneros musulmanes y animales
de carga, arrastrando los enormes troncos por el quebrado terreno, deben de haber sido
un blanco tentador para una emboscada. Alimentar los prisioneros, los animales de
carga, los caballos de la caballería y los soldados, durante los ciento cuarenta kilómetros
del viaje redondo, debe de haber agregado otro problema logístico a ser resuelto. Durante
los dos meses siguientes se construyeron tres torres de escalamiento y una cantidad de
16
Desde los Asirios 700 AC hasta el Armisticio 1918 DC
escaleras. Para entonces ya era la mitad del verano y soplaba el Khamsin, viento
caliente y quemante, levantando polvo que todo lo cubría. Los Cruzados tenían que
mandar partidas, en busca de agua, tan lejos como hasta el Río Jordán pero muy
raramente traían de vuelta la cantidad suficiente como para satisfacer todas las
necesidades. Los animales comenzaron a morir y todos sufrían de sed.
La Segunda Cruzada
La segunda Cruzada fue montada para recobrar Edessa de los musulmanes y estuvo
constituida por un ejército alemán comandando por el Emperador Conrado III de
Alemania y un ejército francés bajo las ordenes del Rey Luis VII de Francia. Fue un
desastre logístico. Al principio todo fue bien, hasta que el ejército de Conrado, el primero
en llegar a territorio de Bizancio, conmocionó a los habitantes de la zona, por el pillaje. El
ejército de Luis, que siguió la misma ruta, se comportó mejor y tuvo pocos problemas,
excepto que los alemanes habían consumido la mayoría de los víveres y el forraje y
amedrentado de tal manera a los campesinos, que éstos escondieron la poca comida que
les quedaba. Las relaciones entre los dos ejércitos no mejoraron cuando los franceses
llegaron a Constantinopla y se encontraron con que los alemanes se rehusaban a
venderles nada de los víveres que habían recolectado. En el único aspecto en que
coincidían era en su desagrado y desconfianza a los bizantinos. La hostilidad que existía
entre los dos ejércitos llevó a que Conrado tomara la desastrosa decisión de marchar a
17
La Savia de la Guerra
través de Anatolia, por una ruta diferente a la de Luis. El hecho de dividir las fuerzas ya
era muy grave pero Conrado aumentó el error dividiendo su propio ejército en dos,
planeando llevar un grupo a través de Anatolia Central y ordenándole al otro marchar a lo
largo del camino costero. Al momento que el grupo de Conrado alcanzó Dorylaeum, ya
habían consumido todos sus víveres. Allí encontraron un fuerte ejército turco que los
esperaba. El ejército alemán, exhausto y muerto de hambre, fue destruido: solo Conrado
y unos pocos seguidores pudieron escapar. El otro grupo alemán progresó bien, hasta
que giraron tierra adentro para acortar su viaje y fueron derrotados por los turcos en
Laodicea, la mayoría de los sobrevivientes murió de hambre en su camino al sur hacia la
costa.
La primera parte de la marcha de Luis a lo largo de la costa fue sin incidentes. Sin
embargo, él también giró tierra adentro y como los alemanes, sufrió grandes bajas en
Laodicea. Desesperadamente corto de víveres, Luis y sus caballeros marcharon al sur,
hacia la costa, a través de terreno montañoso y con un amargo tiempo invernal. Al llegar
a Attalia, en la costa, descubrieron, para su consternación, que los habitantes también
estaban escasos de alimentos y tomaban muy a mal la presencia de los Cruzados, una
situación que rápidamente atrajo a los turcos, quienes pusieron sito a la ciudad. Luis se
vio forzado a salir. El y su caballería viajaron por mar en dos traslados exitosos, dejando
que su infantería hiciera su propia marcha, por tierra, hasta Antioquía. Unos pocos solda-
dos de a pie, sumamente amargados, sobrevivieron a este pésimo ejemplo de liderazgo y
administración y finalmente llegaron a Antioquía, habiendo escapado a los estragos tanto
de los turcos, como del hambre. La última fase de esta Cruzada no fue una excepción
con respecto a la ineptitud táctica y logística que se había demostrado antes. Luis,
Conrado, que se le había unido y Baldwin de Jerusalén decidieron, contra los consejos,
sitiar Damasco. No solo ubicaron sus líneas de asedio opuestas a la parte más fuerte de
las defensas de la cuidad, sino que ubicaron su campamento en un área donde no había
agua cerca. No resulta una sorpresa que el sitio fracasó.
La Tercera Cruzada
Un año más tarde, después de haber pasado el invierno riñendo en Sicilia, primero
Felipe y luego Ricardo, llegaron a Acre, que había estado bajo el sitio de los ejércitos
cristianos por cerca de dos años. En veinticuatro horas, Ricardo había puesto un nuevo
corazón al ejército cristiano, habiendo asumido, a su llegada, el comando de toda la
fuerza. Sin embargo cayó enfermo apenas arribado y se vio forzado a comandar desde
18
Desde los Asirios 700 AC hasta el Armisticio 1918 DC
su tienda, era tal el poder de su personalidad que las operaciones de sitio fueron
conducidas con una energía mucho más considerable que bajo su predecesor, Felipe.
Los intentos de Saladino por levantar el sitio fueron derrotados y finalmente la ciudad se
rindió. Felipe regresó a Francia dejando a Ricardo como único encargado de las
operaciones subsiguientes. Inmediatamente comenzó el avance hacia Jerusalén,
marchando a lo largo de la costa, manteniendo contacto con su flota que le protegía el
flanco derecho. Su planeamiento y logística fueron muy superiores a los preparativos
fortuitos que eran algo común a muchos de los ejércitos occidentales de la época. Mantu-
vo sus marchas cortas para conservar las fuerzas de sus soldados, en el cegador calor
de agosto. Además organizó un sistema de lavaderos, para mantener la ropa limpia.
Después de derrotar a Saladino en Arsuf, perdiendo 700 hombres frente a los 7.000 de
Saladino, por un tiempo hizo un alto en Jaifa, antes de presionar en dirección a Jerusalén,
durante las lluvias de invierno. Sus hombres sufrieron miserablemente y tan pronto
reconoció su error, retrocedió hacia la costa en Ascalon.
Las Lecciones
Las Cruzadas, que brindaron ejemplos de lo mejor y peor del arte militar de Europa
Occidental, fueron importantes para la educación de los soldados Occidentales. Se
aprendieron varias lecciones sobre táctica y construcciones, pero el espacio impide el
tratamiento de todas ellas en este texto.
Una de las más perdurables fue la importancia de la logística, un arte que casi había
desaparecido en el Oeste, con la caída de Roma. Por centurias, los ejércitos de Europa
Occidental habían vivido del terreno y una vez consumido todo, se dispersaban o morían
de hambre. Generalmente las campañas eran cortas debido a que la duración del servicio
feudal estaba limitado por la cantidad de tiempo que los barones y sus siervos podían o
querían estar fuera de sus dominios. Los sitios ocasionalmente eran prolongados y en
algunos casos las campañas eran llevadas a cabo por pequeños ejércitos de merce-
narios, cuyo reducido número facilitaba el problema de mantenerlos. Al enfrentarse a las
tácticas turcas de tierra quemada, la mayoría de los ejércitos occidentales, con
desconocimiento del terreno y del clima, indisciplinados, sin un tren de carretas
adecuado, se desintegraban. En las prolongadas campañas en Asia Occidental, en el
estéril desierto o montañas, los generales tuvieron que reaprender las lecciones logísticas
que Alejandro había aprendido de su padre, catorce siglos antes de las Cruzadas;
"planifica bien o muere". En la primera y segunda cruzadas, más hombres y animales
murieron de hambre que por cualquier otra causa. Ricardo demostró que un buen
planeamiento logístico puede cambiar completamente el panorama. Estableció una base
logística en Chipre y líneas de comunicaciones marítimas de las que se aprovechó en su
marcha desde Acre a Ascalon. Su negativa a embarcarse en un largo sitio a Jerusalén, a
pesar de los deseos de los influyentes equivalentes medievales de los "G Snobs",
además de los más antiguos e influyentes de sus seguidores, es la característica de un
general que comprendía el problema logístico. Fue un corajudo combatiente, un brillante
táctico y un astuto logístico.
* * *
A medida que pasaron los siglos las características de la logística permanecieron sin
cambios frente a las modificaciones estratégicas y tácticas, el advenimiento de la pólvora
y la llegada de los ferrocarriles. El principal problema a que se enfrentaba un ejército en la
mayor parte de cualquier campaña seguía siendo no como combatir al enemigo, sino
como vivir en el terreno. Fue para resolver este problema que se inventó el estado mayor
y el trabajo de estado mayor.11 En los tiempos de Federico el Grande, según lo
consideraba Tempelhoff, un ejército de 100.000 hombres estaría acompañado de 48.000
caballos. El forraje seco era tan voluminoso que solamente podría ser transportado por
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Desde los Asirios 700 AC hasta el Armisticio 1918 DC
agua. Normalmente las campañas no comenzaban hasta que hubiera crecido el pasto
verde. Había largos intervalos en las campañas sin que sucediera nada. La mayor parte
de las instrucciones de Federico a sus generales se referían, no a las batallas o los altos
alcances de la estrategia, sino a la rutina de alimentar, mover y acampar el ejército. Si
bien Napoleón fue capaz de sacar ventaja del mejor sistema de caminos que comenzaba
a ser construido en Europa a fines del siglo dieciocho y a un aumento de la tasa de
natalidad y por ello a una mayor capacidad para apoyar los ejércitos, continuó acopiando
abastecimientos y forrajes. Clausewitz nos cuenta que los ejércitos abandonaron las
carpas durante las guerras de la Revolución Francesa, para disminuir el número de
animales para el transporte del bagaje, pero como estos fueron reemplazados por
caballería o más cañones, tirados por caballos, no se redujo el requerimiento de forraje ni
aumentó la velocidad de avance.12 En los tiempos de Clausewitz se consideraba, como
normal, un promedio de avance de veinte kilómetros por día, reduciéndose a diez durante
largos períodos a fin de dar tiempo para días de descanso durante los cuales se podían
llevar a cabo tareas de reparaciones y mantenimiento. La penalidad por el abandono de
las carpas, fue la pérdida de potencial humano por un aumento de la tasa de enfermedad.
Si bien, tal como lo puntualiza Clausewitz, esto no disminuyó el ritmo de las operaciones,
aumentó el problema logístico debido a la necesidad de establecer grandes hospitales
para los enfermos (los que a su vez tenían que ser abastecidos) y a acrecentar el sistema
de refuerzos.
21
La Savia de la Guerra
La Guerra Civil Norteamericana
El segundo punto, que surge del primero, es que después de la revolución industrial,
la lucha entre ejércitos de masas reclutados de grandes poblaciones, aún armados con
las armas relativamente toscas de mediados del siglo diecinueve, derivarían en grandes
bajas de personal y pérdidas de caballos y equipos. Si los arreglos para recolectar,
evacuar y cuidar a los heridos, incluyendo la provisión de drogas y a los equipos médicos
y de enfermería, no tenían en cuenta lo anterior, los servicios de sanidad se verían
abrumados y produciendo un efecto adverso en la moral. Fue el momento de establecer
sistemas para reemplazar todas estas bajas. Sin un planeamiento logístico anterior a la
guerra para hacer llegar los reemplazos al frente se verán demorados hasta que se
pongan en marcha los organismos necesarios. En los días de la Guerra Civil, esto
hubiera incluido un determinado número de medidas, por ejemplo: adiestramiento,
equipamiento y movimiento de los hombres frescos, un procedimiento de remonta,
provisión de nuevos caballos y mulas y de los arneses necesarios; la manufactura del
amplio espectro de los materiales de guerra, desde los grandes cañones al repuesto más
pequeño y los medios para hacerlos llegar a las manos de los soldados. Ahora, como
entonces, las demoras aumentarán mucho si la industria de los armamentos y equipos es
lenta para adecuarse al cumplimiento de las crecientes demandas; aún será peor si esa
industria no existe y debe ser creada desde la nada.
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Desde los Asirios 700 AC hasta el Armisticio 1918 DC
forraje, destruyendo y confiscando todos los recursos y propiedades que pudieran tener
algún valor militar para el Sur. Diseminado sobre una ancha faja de terreno de cultivos
aplastados, con cerca de una veintava parte de su ejército dedicado a forrajear el ganado
y con un número creciente de rezagados dedicados al saqueo, no estaba en posición de
combatir otra cosa que no fueran escaramuzas, ni tampoco tenía que hacerlo. La marcha
prácticamente sin oposición de Sherman a través de Georgia desde Atlanta a Savannah,
tan alabada por los apóstoles de la "aproximación indirecta" y considerada por algunos
como que decidió el resultado de la guerra, fue posible porque y estuvo subordinada a la
campaña principal en Virginia. Sin la persistente presión de Grant sobre el Ejército de
Virginia del Norte desde mayo de 1864 hasta abril de 1865, Lee se podría haber
concentrado contra Sherman y tal vez lo hubiese vencido.
Lo que nos lleva al cuarto punto, en ésta, la primera guerra importante en la cual los
ferrocarriles jugaron un papel preponderante, los comandantes de los dos lados
descubrieron que si bien el uso del ferrocarril aumentaba la velocidad del movimiento de
las tropas y abastecimientos, no siempre las líneas corrían en la dirección en la que los
comandantes lo hubieran querido. Los soldados no pueden pelear desde los vagones y
una vez desembarcados del tren su velocidad de movimiento era al ritmo de marcha a
pie. De la misma manera, los abastecimientos tenían que ser transportados desde la
punta de rieles hasta el consumidor. La cantidad que podía ser transportada hacia el
frente y la demora desde la terminal hasta el soldado, dependía de un número de
factores, incluyendo la distancia a ser cubierta, el sistema de caminos o la falta de ellos y
de la cantidad y capacidad de carga de las carretas y disponibilidad de los
transportadores primarios, los caballos. El Ejército del Potomac de McClellan en la
campaña de la Península de Richmond en 1862 intentó usar el Ferrocarril Richmond y
York River como la línea de comunicaciones para el avance sobre Richmond. Los
abastecimientos eran embarcados en White House en el York River y llevados por vía
férrea hasta el punto donde eran transferidos a las carretas, para abastecer el ejército. Al
principio las operaciones del ejército aproximadamente seguían las líneas del ferrocarril,
de tal forma que la punta de rieles se encontraba cerca y detrás de él. Cuando los
Confederados reaccionaron, especialmente después que Lee asumiera el comando y
llamó a Jackson con sus tropas del Valle Shenandoah, McClellan se encontró operando a
23
La Savia de la Guerra
un lado de su eje seleccionado, a caballo del ferrocarril. En algunos momentos sus tropas
estaban a un poco más de ocho kilómetros de la punta de rieles, una distancia modesta.
El Ejército del Potomac llegaba a 105.000 hombres y 25.000 animales. Había que
adelantar desde White House al frente, en forma diaria, seiscientas toneladas de
munición, víveres, forraje, medicamentos y otros abastecimientos. Después de un corto
viaje en ferrocarril, se desembarcaban los abastecimientos, sin los beneficios de equipos
mecánicos para el manipuleo, a las carretas para su traslado hacia el frente. Los caminos
eran pocos, casi senderos, muchas veces haciendo de canales para el drenaje del agua
de los pantanosos bosques que cubrían Virginia en 1862. Cuando McClellan se dio
cuenta que lejos de capturar Richmond, estaba siendo sobrepasado por Lee y Jackson y
que especialmente su base logística en White House estaba siendo amenazada, decidió
cambiar su base a Harrison Landing en el Río James. Se enfrentó con el problema de
mover algo del orden de los cincuenta a sesenta días de raciones, unas 25.000
toneladas, a la nueva ubicación. Para su mérito, tuvo éxito pero solo porque la Marina de
la Unión tenía el control completo del mar y los abastecimientos pudieron ser
transportados por mar.
24
Desde los Asirios 700 AC hasta el Armisticio 1918 DC
Si todos los que observaron la guerra, tanto de primera mano o estudiando los
informes, artículos y libros, leen estos hechos correctamente, ese es otro asunto. Hay
evidencias de que los europeos y los alemanes en particular, no asimilaron toda la
experiencia. El historiador norteamericano Jay Luvaas, en dos trabajos, brinda algunas
explicaciones. De acuerdo con el Capitán Scheibert, un observador del ejército prusiano,
los soldados europeos, mal impresionados por la confusión de la primera batalla de Bull
Run, muy temprano perdieron interés por esa guerra, sin duda imaginando que no tenían
nada que aprender de lo que ellos percibían una indisciplinada turba armada, la que en
ese momento, debido al poco adiestramiento, lo era. Sin embargo, Scheibert, un oficial
inteligente y enérgico, no perdió interés y publicó, a su regreso a Prusia, un número de
informes. Estaba particularmente impresionado por el apoyo brindado al ejército de la
Unión por parte de la Armada de la Unión, no solo en el aspecto táctico mediante fuego
de apoyo, sino también logístico, de esa forma permitiendo al ejército de la Unión resolver
formidables problemas de abastecimiento. Su informe y la forma en que los batallones de
reparaciones ferroviarias del ejército de la Unión (una innovación norteamericana)
25
La Savia de la Guerra
mantuvieron los ferrocarriles funcionando en forma tan eficiente, inspiraron a los
prusianos a crear sus similares Secciones Terrestres de Ferrocarriles, en 1866.
Probablemente vio más lucha que el resto de los observadores extranjeros y sus estudios
son muy amplios y no limitados a lo que había sido enviado a observar a los EEUU, el
efecto de la artillería sobre la mampostería y el hierro.
Reacciones Europeas
En Alemania
Sin embargo, en ese momento, los alemanes habían estado envueltos en dos
grandes guerras, las dos, desde su punto de vista, altamente exitosas; la Guerra Austro-
Prusiana de 1886 y la Guerra Franco-Prusiana de 1870. Ambas fueron cortas, la primera
duró cinco semanas y la última siete meses y medio. Una preparación considerable había
precedido ambas campañas, tan diferentes con respecto a la experiencia
norteamericana. Scheibert fracasó al no poder destacar ninguna lección de la Guerra Civil
que pudiera beneficiar al Ejército Alemán, el que a su vez llegó a la conclusión que no
necesitaba retrotraerse más allá de 1866, cuando, tal como ellos lo veían, el fusil de aguja
y la estrategia de Molke, habían revolucionado el arte de la guerra.17 Más aún, el
problema que obsesionaba en forma creciente al Estado Mayor General Alemán, era
como solucionar una guerra en dos frentes, muy probable en el futuro debido a la manera
en que las grandes potencias europeas estaban formando sus alianzas. Percibían que la
receta del éxito radicaba en la preparación, rápida movilización para derrotar al enemigo
rápidamente y una prosecución incansable de la campaña para quebrar la voluntad del
enemigo en una serie de batallas decisivas. Esto lo habían hecho, después de todo, dos
veces en un período de cinco años. Veían poco para aprender de una guerra que había
comenzado sin preparación y se había arrastrado durante cuatro años con una docena
de enfrentamientos sangrientos pero indecisos. Para 1880, la Guerra Civil ya no se
estudiaba en la Escuela de Guerra Alemana. Las energías de la Sección Historia del
Estado Mayor General estaban dedicadas en producir una historia de varios volúmenes
sobre las campañas de Federico el Grande. Este y Napoleón y por supuesto Molke, eran
profundamente estudiados por los oficiales alemanes. Los campos de batallas estaban
cercanos y accesibles para giras del estado mayor, el que era un ingrediente importante
en la formación de cualquier oficial alemán que aspirara a los altos rangos.
En Bélgica
En Gran Bretaña
Los británicos, junto con muchos otros, quedaron deslumbrados con la victoria de
Prusia sobre Francia y el estudio de la Guerra Civil Norteamericana fue sacado del
programa de la Escuela de Guerra. Solo volvió el interés con la llegada a la escena del
Coronel Henderson, a fines del siglo. Para comenzar, el empuje de los escritos de
Henderson trazaba similitudes entre la Guerra Civil Norteamericana, peleada principal-
mente por voluntarios no profesionales, con una leva de profesionales y la probable
experiencia inglesa en una guerra futura. Pretendía, con su trabajo, brindar una
experiencia práctica sobre táctica para los voluntarios, los precursores del Ejército
Territorial, de tal forma que en caso de guerra, pudieran, por lo menos, estar mentalmente
preparados para enfrentar un ejército de conscriptos del continente, mejor entrenados. Su
libro más conocido, Stonewall Jackson, continúa con este tema, si bien de un alcance
mucho mayor y abarcando las condiciones del general, estrategia, historia de las cam-
pañas, un tratado del arte de la guerra, además de ser una biografía de Jackson.
Continúa siendo, hasta nuestros días, uno de los mejores libros sobre la Guerra Civil. Fue
ampliamente estudiado en el ejército británico, lo que produjo el resurgimiento del interés
por la Guerra Civil, las que ésta y las que las cases de Henderson engendraron, habrían
de tener una influencia perceptible en el pensamiento militar en Gran Bretaña. Había un
problema, los escritos de Henderson se concentraron en la guerra en Virginia, con
exclusión de las campañas en el Oeste y en el período hasta la muerte de Jackson en
mayo de 1863. Grant y Sherman solo fueron mencionados de pasada, aún cuando el
último, si bien General en Jefe de los Ejércitos de la Unión en todos los teatros de guerra,
acompañó el Ejército del Potomac de Meade y dirigió sus esfuerzos durante un año, en el
mismo teatro en que se sitúa el libro de Henderson. Sin embargo, Henderson recomienda
a los oficiales de todas las jerarquías que estudien las campañas de Grant en Wilderness
ya que ellas brindan una idea sobre los combates del futuro, especialmente como una
lección sobre como la habilidad para maniobrar, había dejado de lado las trincheras de
Lee, el ejército británico brindó más atención a la primera mitad de la guerra, el período
anterior al cual los ejércitos comenzaron a atrincherarse para contrarrestar el creciente
poder de fuego de las armas contemporáneas; el período anterior al año de las
demoledoras batallas de cerco que llevaron a la rendición de Lee. De cualquier forma, la
doctrina de la ofensiva tradicional, que no hacía caso del empleo de las trincheras, tan
brillantemente demostrada por los prusianos, recibió la aprobación de los teóricos
militares de la época y los británicos no fueron una excepción. La guerra corta, peleada
con gran intensidad, era la guerra del futuro.
* * *
27
La Savia de la Guerra
Las Guerras Austro-Prusiana y Franco-Prusiana
Antes de ir a la guerra que habría de dar por tierra con tantas de las teorías
sostenidas por la mayoría de los ejércitos antes de 1914, vale la pena echar una mirada a
las dos guerras que tanto hechizaron a los pensadores militares, casi hasta excluir la
mucho más prolongada Guerra Civil Norteamericana, la que precedió a la última solo seis
años; las guerras Austro-Prusiana y la Franco-Prusiana, para ver si contienen algunos
indicadores logísticos para el futuro. Los aspectos logísticos ya han sido cubiertos en el
magnífico libro de van Creveld, Supplyng War y si bien no es la intención tratar todos los
aspectos similares, será provechoso destacar dos puntos en particular, el efecto de los
ferrocarriles en las campañas y los niveles de consumo de munición.
Ambas y en particular la guerra Franco-Prusiana, han sido llamadas las "Guerras del
Ferrocarril", lo que configura un cuadro mental de los ejércitos, con sus abastecimientos
recorriendo suavemente el camino hacia las batallas, peleando y desplazándose
nuevamente. Pero tal como ya lo hemos visto en los EEUU, los ferrocarriles tienen un
número de inconvenientes. Los soldados no pueden pelear desde el tren, una vez que
desembarcan, su movimiento es a la velocidad del paso. Las líneas, que demandan
mucho tiempo para construir, puede ser que no corran en la dirección que le gustaría al
general. Una vez que los abastecimientos alcanzan las puntas de rieles, lo que puede ser
a kilómetros del área de operaciones, éstos tienen que ser transferidos a carretas, en
aquellos días tiradas por caballos o mulas, los que consumen forraje y le puede
demandar días alcanzar al ejército, especialmente si está avanzando en alejamiento de la
punta de riel. Lo que los ferrocarriles estaban en condiciones de brindar, era una rápida
movilización. A Napoleón le demandó cuatro meses levantar y equipar un ejército en el
sur de Francia y desplazarlo a Italia. En 1866, contra los austríacos, los prusianos
movilizaron 280.000 hombres y los destacaron al área de la frontera en menos de seis
semanas. No había suficientes líneas, las que tampoco corrían a los destinos necesarios
para cumplir con el plan de Molke, pero debido a que aún era más rápido mover los
hombres por tren, él corrió el riesgo, lo que terminó con el ejército prusiano repartido entre
la punta de riel más al oeste en Zeitz y la más al este en Neisse, una distancia de 400
kilómetros. Afortunadamente los austríacos no sacaron ventaja de esto y a través de su
estrategia pasiva y mala conducción, más que por la brillantez de Molke, perdieron la
guerra. En 1870 los alemanes destacaron 400.000 hombres en 11 días. Por entonces
había nueve líneas disponibles para que los alemanes movieran sus tropas hacia la
frontera francesa, comparadas con las tres y media disponibles contra Austria. Debido a
que las redes ferroviarias, dentro de Alemania después de 1866, fueron construidas con
un ojo puesto en su utilidad para la guerra y los franceses eran los enemigos potenciales,
las líneas corrían hacia donde los comandantes querían ir, dentro de Alemania. Sin
embargo, en Francia, el asunto era diferente. Los ferrocarriles franceses no siempre
corrían en la dirección deseada por los prusianos, algunas veces lo hacían y otras no.
Esto tuvo un efecto considerable en las capacidades de abastecimiento y refuerzo
prusianas. Los ferrocarriles franceses eran eficientes (de acuerdo con van Creveld, eran
mejores que los prusianos), pero su plan de movilización no lo era. El letargo de los
comandantes franceses completó su caída. La conducción general de Molke era mejor,
cometió muy pocos errores. Tácticamente los alemanes no eran mejores que los
franceses, excepto quizá en el uso bien adelantado de su móvil artillería de retrocarga de
28
Desde los Asirios 700 AC hasta el Armisticio 1918 DC
tiro rápido para neutralizar la superioridad del rifle Chassepot. Así, aunque los
ferrocarriles aceleraron la movilización y los movimientos iniciales de los ejércitos, una
vez que las operaciones habían comenzado, la velocidad con que las tropas se
desplazaban y sus métodos de abastecimiento desde las puntas de rieles, no eran
diferentes a los de los ejércitos del pasado.
La guerra de 1870 fue similar a las anteriores en otro aspecto. Pese a la gran
sofisticación del armamento, aún era más fácil abastecer las tropas con munición, que
mantenerlas alimentadas. La munición era menos del 1 por ciento de todos los
abastecimientos. Los regimientos de infantería prusianos llevaban 200 tiros de munición
por rifle, divididos entre los hombres y los trenes de carretas que acompañaban al regi-
miento (en lenguaje moderno, transporte de primera línea). En seis meses solo se
gastaron cincuenta y seis tiros por rifle, un poco más de la mitad de lo que llevaba cada
hombre. En la Batalla de Sedán, la artillería prusiana desplegó 606 cañones, disparando
un total de 33.134 tiros, un promedio de un poco más de cincuenta y cuatro tiros por
cañón. Para poner esto en perspectiva, en una de las batallas nocturnas de la campaña
de las Malvinas en 1982, 30 cañones ingleses dispararon un promedio de 450 tiros por
cañón (similar al consumo diario en barreras de artillería en la Primera Guerra Mundial),
un total de 13.500 tiros mucho más de un tercio del número disparado por todo el ejército
prusiano en el mismo período de tiempo.
Si bien no había excusas para unos preparativos improvisados con respecto a los
víveres y el forraje, después de todo el problema era tan antiguo como la guerra misma,
no había precedente para el aún mayor con respecto al abastecimiento de munición. Los
alemanes, como todos los demás, habían subestimado el ritmo con que se consumiría la
munición y menospreciado el problema de reaprovisionar munición a un ejército que se
movía rápidamente, usando una mezcla de transporte movido por caballos y por primera
vez en una guerra, camiones movidos por motores de combustión interna. Antes de la
guerra, habían calculado que el consumo de munición de las armas pequeñas sería doce
veces que el de 1870, mientras que la munición de artillería sería disparada a un ritmo
solo cuatro veces mayor. Basados en esto, asumieron que las reservas transportadas por
cada cuerpo tendrían que ser reaprovisionadas solo una vez durante la campaña. A
medida que las tropas avanzaban, aumentaban las distancias con respecto a las puntas
de rieles y si bien se abrieron otras puntas de rieles en la estela del avance, la munición
ya había sido acumulada en depósitos situados muy atrás. Para la batalla del Marne,
durante la cual la munición se consumió más rápido que durante el avance, los ejércitos
alemanes estaban en el punto más lejano con respecto a sus puntas de rieles y en
realidad más allá del punto con respecto al cual era posible apoyar un gran consumo, no
solo de munición, sino también de repuestos para los cañones y otros equipos. Si bien no
hay evidencias de que la batalla fuera perdida por los alemanes debido a fallas logísticas,
si hubieran ganado en el Marne, se hubiera comprobado que era imposible abastecer sus
ejércitos y el avance hubiera llegado a un alto.
Todos los combatientes encontraron que consumían sus acopios de munición unas
diez veces más rápido que las estimaciones de pre guerra; en especial la munición de
artillería. La producción en la retaguardia tenía que ser aumentada para cumplirla. En el
ejército británico, la escasez de munición llevó al escándalo de las granadas de 1915. La
30
Desde los Asirios 700 AC hasta el Armisticio 1918 DC
culpa fue echada al gobierno en el poder, si bien era, por supuesto, el resultado de un
planeamiento defectuoso muy anterior a la guerra lo que llevó a que los británicos
tomaran parte en la campaña del centro de Europa, para la cual no estaban
logísticamente preparados.
A medida que la guerra en el oeste se volvió de trincheras, por falta de medios para
superar el punto muerto, los ejércitos seguían dependiendo del caballo para la mayor
parte de su transporte, con lo que rápidamente consumieron todo el forraje local y
tuvieron que recurrir a traerlo desde grandes distancias, en el caso del ejército británico, a
través del Canal de la Mancha desde Gran Bretaña, si bien hay que destacar que los
ingleses marcaron la ruta en el empleo del transporte mecánico y que, a medida que
progresaba la guerra, disminuyó el uso de la carreta tirada por caballos. Agregado a esto
había efectos de ingenieros, tales como alambre de púas, postes para colocar los
alambrados, bolsas de arena, obstáculos, kilómetros de cable telefónico y maderas y
vigas para revestir y techar trincheras y pozos. Había que perforar pozos para brindar
agua a millones de hombres y animales y bombearla a los puntos de distribución. Un
abastecimiento dispuesto para proveer repuestos y partes completas de cañones, armas
menores, la creciente flota de vehículos y aviones y para 1916, tanques y eran esenciales
equipos de todo tipo. Ya no era posible hacer uso de armas o equipo capturado como
había sido el caso cincuenta años antes cuando el Ejército Confederado pudo
suplementar su propia inadecuada industria de armamentos, a costa del Ejército de la
Unión.18 En el siglo veinte, la munición y los repuestos usados por un bando, muy
raramente servirán para las armas y equipos del otro. A medida que las armas se
volvieron más complicadas, demandó más tiempo adiestrar al hombre en su empleo. Por
ejemplo, los sistemas de puntería y espoletas de las piezas de artillería, no pueden ser
rápidamente asimiladas por los artilleros del bando opuesto como para detener la
infantería que asalta la posición.
Pero por lejos, el efecto más importante era la munición, especialmente las granadas.
El mortero y las preparaciones artilleras que preparan el camino para el asalto de la
infantería, la apoyan en su objetivo y golpea los asaltos enemigos y las áreas de la
artillería, consumen bombas y granadas en forma voraz. Aún después de la llegada del
tanque, el fuego de la artillería y morteros era, por lejos, la mejor forma de dominar el
terreno, especialmente si el terreno o las distancias eran tales que no se podían empeñar
armas de tiro directo. A pesar de los mitos asociados con la ametralladora, la artillería y
los morteros causaron, por mucho, el mayor número de bajas militares en la Primera
Guerra Mundial y desde entonces, en muchas de las guerras.19 Demandaba semanas y a
veces meses, efectuar los acopios para una gran ofensiva. Las grandes pilas de
proyectiles y granadas eran difíciles de ocultar y podían ser vistas mediante la fotografía
aérea, poniendo de manifiesto al enemigo, la intención del comandante. Una vez que se
habían establecido los depósitos de munición, el esfuerzo requerido para moverlos era
también prodigioso. El cambiar un sector en el cual se realizaría un empuje importante,
significaba una postergación debido al movimiento y a su vez, ese movimiento podía ser
31
La Savia de la Guerra
detectado por el reconocimiento enemigo.
Una vez que había comenzado el asalto y si se penetraban las defensas enemigas
una distancia apreciable, las tropas a la cabeza quedarían fuera del alcance de la artillería
propia. Esta, con su munición, debía ser adelantada sobre un terreno salpicado por hoyos
de granadas y cubierto por un barro resbaladizo. Sin transportadores a oruga, los que
aparecieron únicamente en el ejército inglés y solo en los últimos meses de la guerra, el
redespliegue dependía de los caballos y mulas de carga, arrastrando cañones, cureñas,
tropezando en los pantanos. Por esta razón los ataques eran lentos y pesados, con
grandes pausas entre las fases a fin de arrastrar los abastecimientos. Cuando el ataque
perdía el ímpetu, el enemigo quedaba más cerca de sus depósitos logísticos y su sistema
de abastecimiento, operando sobre caminos y ferrocarriles intactos pudiendo reaccionar y
atacar las salientes, generalmente haciendo retroceder al atacante.
32
Desde los Asirios 700 AC hasta el Armisticio 1918 DC
Había quedado para los británicos el demostrar como se debe ejecutar una ofensiva.
En las batallas de Los Cien Días, que comenzaron en agosto y terminaron en noviembre
de 1918, incluyendo la penetración de la formidable línea Hindenburg, los ejércitos
británicos avanzaron entre 95 y 130 Km, capturando más prisioneros que los ejércitos
francés y norteamericano en conjunto. Aprendiendo las lecciones de los últimos cuatro
años, los tanques anticuados arrastraban trineos cargados con abastecimientos, tanques
especialmente diseñados llevaban abastecimientos dentro de su casco y los tanques
artilleros movían piezas de artillería; todos ellos jugaron un papel vital en el
33
La Savia de la Guerra
mantenimiento del ímpetu del avance de Haig. Aún así, si los alemanes no hubieran
solicitado un armisticio, se hubiera hecho necesaria una pausa, los ejércitos británicos
estaban sobrepasando su logística.20 Sin embargo la idea había sido lanzada, por lo
menos en el ejército británico. El brillantemente imaginativo programa de tanques de
Fuller, para 1919, pedía 7.700 tanques de combate y 3.282 administrativos.
* * *
Conclusión
La Primera Guerra Mundial fue una vertiente en la logística militar. Nunca más fue
posible sostener que el abastecimiento era más fácil mientras los ejércitos se movieran,
porque cuando se paraban rápidamente agotaban la comida y el forraje, que eran el
combustible para los que permitían el movimiento y para las máquinas de guerra, los
animales y el hombre. Desde 1914 es de aplicación lo inverso, la razón, el tremendo
consumo de munición y la consecuente expansión del transporte para hacerla llegar
adelante, a los consumidores; siendo el más voraz, la artillería. Un ejército en
movimiento, aún con la llegada del vehículo a motor, es ahora mucho más difícil de
abastecer. Los recursos de las naciones industrializadas pueden manufacturar las
cantidades masivas de material requerido para la guerra moderna, en un tiempo
sorprendentemente corto. El mayor problema es el de mantener el flujo de
abastecimientos hacia el frente y esto se ve grandemente dificultado cuando los clientes
avanzan.
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Desde los Asirios 700 AC hasta el Armisticio 1918 DC
2. Engels Alexander the Great and The Logistics of the Macedonian Army.pgs. 23
y 119. Mario redujo el número de animales haciendo que los soldados
transportaran sus propios utensilios de cocina y las provisiones y por ello se
los llamó Las Mulas de Mario. Los dos, Mario y Felipe introdujeron estas
reformas por las mismas razones; para aumentar la velocidad y movilidad de sus
ejércitos y para reducir el número de animales en regiones donde eran
difíciles de adquirir y darles combustible. (Edición del autor)
4.Engels, p. 24, Nota 39. Si los macedonios llevaban sus armas y armaduras en
animales de carga y el peso promedio de la panoplia de cada soldado era de 14
Kg. y había 50.000 hombres en el ejército, las panoplias combinadas deberían
pesar 680.000 kg. Esto hubiera requerido 6.000 animales para llevarlo y 240
animales adicionales para llevar las raciones de grano para un día. Alejandro
no requirió todos estos animales. dicionales o su equivalente en carretas.
5.Engels, p. 24, Nota 40. De acuerdo con Xenofonte, las carretas requerirían
no solo conductores, sino también un cantidad de maderos para reemplazar
partes, carpinteros hábiles y herramientas para repararlas y una pala y un
pico por carreta, probablemente para construir un camino. Solo una limitada
cantidad de ellas deben de haber sido necesarias para las fuerzas de
Alejandro.
6.Lane Fox, Alexandre the Great, p. 280. Antes de dejar Meshed en su marcha
hacia Afganistán y el Hindu Kush, Alejandro dio un ejemplo de la reducción de
la carga de bagaje: "todo exceso de bagaje fue amontonado en las carretas y
apilado en el centro del campamento; entonces Alejandro le puso fuego, su
propia carreta primero, después las otras, cuando su ejemplo había sido
observado. De ahora en más, los animales de carga servirían como transporte en
los caminos no aptos para los vehículos a ruedas. El ejército se conformó con
la repentina pérdida de su equipaje, sabiendo que Alejandro sufría también;
por lo menos habían sido autorizados a conservar sus concubinas nativas".
Comentario del Autor Parece que muchos ejércitos de la antigüedad han tenido
una aproximación de sentido común con respecto a las necesidades de los
soldados, teniendo en cuenta que es perfectamente normal que hombres jóvenes y
no tan jóvenes y sanos, requieren relaciones sexuales regulares con mujeres,
no solo por la variedad sexual sino por la especial camaradería que provee una
mujer, que enriquece y satisface. A este respecto, los ejércitos antiguos
estaban menos cargados por el bagaje de valores hipócritas que han sido y son
cargados por ejércitos posteriores.
35
La Savia de la Guerra
9.Keegan, J. The Price of Admiralty, pp. 46-47. "El HMS Victory estaba
diseñado para estibar suficientes bizcochos, carne y cerveza para 850 hombres
durante cuatro meses y la suficiente pólvora y balas para el consumo estimado
de una comisión de tres años. Un buena parte del mantenimiento necesario -
reparación de las velas y ajuste del aparejo - se realizaba diariamente en el
mar, como una rutina. Keegan continúa ilustrando lo rápidos, potentes y
logísticamente sustentables que eran los buques de guerra en comparación con
los ejércitos contemporáneos:
"El Ejército del Norte, de Napoleón, en 1815, destinado a dar la batalla
de Waterloo, en el terreno tenía 366 cañones de 6 a 12 libras. La fuerza
de artilleros necesaria para operar este parque de cañones llegaba a
9.000 y el tren de caballos para moverla, sus cureñas de munición y los
carros de abastecimientos a seis caballos hacían unos 5.000. El forraje
de estos, a 10 kg. por caballo por día, llegaba a 50 toneladas cortas
(toneladas de 907,2 kg. en lugar de la tonelada de 1.016 kg. - Nota del
autor), un abastecimiento que también debía ser recolectado y trans-
portado a costa de un pesado trabajo adicional, humano y animal. En
contraste con la fuerza de Napoleón, la Flota de Trafalgar, de
veintisiete buques, montaba 2.232 cañones, de lo cuales el más liviano
era de un calibre de 12 lbs. y el más pesado de 68 lbs. La cantidad de
hombres necesaria para operar este parque de cañones, a doce [hombres]
cada dos cañones (dado que solo se disparaba de a una banda por vez),
era de unos 14.000, su alimento diario a 3 lbs. por hombre (los
líquidos, que deben ser llevados en el mar pero no en la tierra, agre-
gaban otras 8 lbs), mientras que la energía para mover esa fuerza
artillera y su tripulaciones (si bien no lo costos concomitantes), era
gratis. Resumiendo, el poder de fuego de Nelson en Trafalgar superaba al
de Napoleón en Waterloo en seis veces y si hubiese tenido que ser
transportada por tierra - a una velocidad seis veces menor - hubiese
requerido 50.000 artilleros y 30.000 caballos, así como también un abas-
tecimiento diario de unas 300 toneladas cortas de forraje y 75 toneladas
de víveres; el consumo comparativo de sólidos y líquidos a bordo de la
flota de Nelson era de 70 toneladas. Es decir, la flota de Nelson podía
transportar diariamente seis veces más cañones, de mucho mayor calibre
que el ejército de Napoleón, a un quinto del costo logístico y a una
velocidad cinco veces mayor.
10.Esta capacidad puede ser útil aún en tiempo de paz; por ejemplo, solo de la
experiencia del autor, en 1967/68, después que los británicos se retiraran de
36
Desde los Asirios 700 AC hasta el Armisticio 1918 DC
15.¡Uno de sus soldados destacaba, años después de la guerra que mientras que
a Moisés le demandó cuarenta años llevar a los israelitas a través del
desierto, "el Viejo Jack" lo hubiera pasado en tres días y a media ración!
37
La Savia de la Guerra
20.The Story of the Fourth Army in the Battle of the Hundred Days,p.IX,
discutiendo lo aconsejable de la aceptación de un armisticio antes que los
alemanes retrocedieran sobre sus propias fronteras, endureciendo su
resistencia y prolongando la guerra; "era una imposibilidad física, por lo
menos para los ejércitos británicos, continuar rápidamente y en fuerza su
avance e inmediatamente explotar su éxito. Si lo hubieran hecho, hubieran
muerto de hambre."
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Desde los Asirios 700 AC hasta el Armisticio 1918 DC
21.Es difícil expresar esto, mejor de lo que lo ha hecho van Creveld, Command
in War, p.190, "Estratégicamente, la llegada de los vehículos propulsados con
gasolina, significó que los ejércitos se vieron ahora relevados de la tiranía
ejercida sobre ellos, por los ferrocarriles, desde los días de Mole y Gran. El
resultado fue una ganancia tremenda, no tanto en lo que hace a la velocidad
lineal o en el número de ton/km. transportadas (con respecto a las cuales los
ferrocarriles, mientras se encuentren libres de la interdicción aérea, aún
mantienen la superioridad hasta nuestros días), sino por la flexibilidad que
brindan.
39
3
La Segunda Guerra Mundial de, 1939 a 1945, fue global, mientras que su anteceso-
ra, la Gran Guerra de 1914-18 para darle el nombre por el que se la conoció hasta que
fuera seguida por una mayor, no lo fue. Con la excepción de campañas menores en las
colonias africanas de Alemania, algunas batallas inconclusas entre las flotas alemana y
británica en el Mar del Norte y la campaña de los submarinos alemanes en el Atlántico
Norte, la lucha en la Primera Guerra Mundial tuvo lugar en Europa occidental y oriental.
Involucró enormes ejércitos en esos dos teatros, en el norte de Italia, los Dardanelos, los
Balcanes, en el Cercano y en el Medio Oriente. La mayoría de los teatros de operaciones
hubieran resultado familiares a un soldado del ejército de Napoleón, como lo fueron a los
hombres que se encontraron combatiendo allí a comienzos del Siglo XX.
Como hemos visto en el último capítulo, la clave para librarse de la tiranía de los fe-
rrocarriles está en los vehículos movidos por motores de combustión interna y para 1939,
la era de los ejércitos mecanizados en masa ya había llegado, pero solo para una parte
de ellos, no en su totalidad. El ejército alemán comenzó la guerra con 103 divisiones, de
las cuales solo 16 eran blindadas o mecanizadas. El resto marchaba a pie y pese a que
había 942 vehículos en el inventario de cada división de infantería, en cada división la
masa de los abastecimientos era transportada por 1.200 carros tirados por caballos. En
este contexto resulta interesante que para la operación LEON MARINO, la invasión a
Gran Bretaña, el ejército alemán requirió que se transportaran 4.500 caballos en la prime-
ra ola de embarcaciones de asalto. Todos estos vehículos a motor y tracción a sangre
eran orgánicos de las divisiones para ser empleados en la zona de operaciones. Para el
movimiento de abastecimientos en la zona de comunicaciones, detrás de los cuerpos, pa-
ra todo el ejército había solo tres regimientos de transporte motor con una capacidad total
de 19.500 toneladas. Por el otro lado, en 1944 los aliados en el noroeste europeo tenían
un transporte motor con una capacidad de 69.400 toneladas para apoyar 47 divisiones y
aún así estaban escasos. Si bien a medida que la guerra progresaba los alemanes au-
46
Tres Campañas en una Guerra Global
mentaron en forma importante el número de sus divisiones blindadas, mecanizadas y
vehículos, emplearon el transporte tirado por caballos hasta el mismo final, el que, con el
tiempo, habría de resultar en una grave desventaja debido a que tal como lo puntualiza
Van Creveld:
Hoy en día poca gente se da cuenta lo dependiente que era el ejército alemán del
transporte tirado por caballos. El fracaso de Hitler para lograr la capacidad necesaria de
transporte, esencial para una guerra de movimiento, fue una de las principales razones
de la falta de éxito de la invasión alemana a la Unión Soviética (Operación Barbarrosa).
En el ataque inicial en dirección al corazón de Rusia, no solamente los Grupos Panzer
dejaron muy atrás a su infantería de apoyo, sino que, cuando llegó el invierno, se perdían
cerca de 1.000 caballos por día, los que tenían que ser reemplazados. Los problemas de
proveer el forraje necesario en esas condiciones son difíciles de comprender, especial-
mente cuando se tienen en cuenta las enormes distancias involucradas y la lentitud de los
ferrocarriles disponibles. No ha sido posible tratar en este libro la Operación Barbarrosa,
debido a que ella merece un estudio en si misma, pero si alguna vez ha habido una cam-
paña en la cual el factor logístico eclipsó casi todo lo demás, fue esta.
En contraste los británicos, quienes si bien poseían un ejército mucho más pequeño y
menos preparado en otros aspectos, enviaron a Francia en 1939 una fuerza expediciona-
ria que estaba totalmente mecanizada. Desdichadamente en mayo de 1940, casi todos
los vehículos ingleses fueron abandonados después de la retirada hacia los puertos del
Canal de la Mancha y los que escaparon de la destrucción en combate o por parte de los
ingleses antes de retirarse, cayeron en manos de los alemanes.
Norte de Africa
Una forma de aumentar y en algunos casos acelerar el movimiento por riel, ha sido y
aún lo es, el empleo del flanco marítimo para acortar la distancia total que los abasteci-
mientos tienen que ser transportados por ferrocarril. Esto es particularmente valioso si el
ferrocarril es de vía única en la mayor parte de su trazado o si existen estrechamientos a
intervalos de su ruta. Solo en este contexto es interesante examinar la campaña en el
Norte de Africa en Argelia y Túnez. Sin embargo la campaña también es de interés por
otras razones, todas las cuales tienen que ver con la logística. Fue la primera operación
combinada llevada a cabo por británicos y norteamericanos, su primera operación anfibia
en gran escala y su primera operación aerotransportada que superó el nivel de la com-
pañía. Por ser de una escala enormemente vasta, en todas estas áreas probó ser un
47
La Savia de la Guerra
campo de pruebas para operaciones posteriores. Es de destacar que cuando llegó el
momento que los convoyes aliados zarparan de sus respectivos puertos en Norte Améri-
ca e Inglaterra, desde junio de 1941 (seis meses antes de que los Estados Unidos en-
traran en la guerra) los británicos disponían de un organismo de movimientos en Washin-
gton y desde septiembre de 1941, representantes en tres puertos de cada costa. Esta or-
ganización era responsable, no solo del envío vía marítima de abastecimientos y equipos
al Reino Unido, sino también a todos los otros teatros de guerra en los cuales estuvieran
operando las tropas inglesas o del imperio. En 1942 se enviaron desde Norteamérica
2.717.733 toneladas de carga, alcanzando las 3.832.264 toneladas en 1943, con un pico
de 4.246.196 toneladas en 1945. Por eso, desde un principio, la organización de transpor-
te fue integrada en el más alto nivel. El Cuartel General Aliado (AFHQ) nació en agosto
de 1942, tres meses antes de los desembarcos en Africa del Norte. Se decidió que los
departamentos del estado mayor combinado debían ser encabezados por los oficiales
disponibles más experimentados de cualquier nacionalidad y que debían ser organizados
de acuerdo al sistema de estado mayor norteamericano. Para la operación, el AFHQ dis-
puso del 1er. Ejército Británico y del II Cuerpo de los Estados Unidos.
En ese momento, Marruecos, Argelia y Túnez, eran colonias francesas, pero no es-
taban ocupadas por los alemanes. El terreno en el cual tuvo lugar la campaña consiste en
una franja costera, un interior montañoso y más allá el desierto. Las rutas principales es-
taban asfaltadas pero con banquinas flojas y muy resbaladizas con tiempo lluvioso. Los
caminos secundarios eran un poco más que senderos sucios. Cientos de cursos de agua
eran cruzados por pequeños puentes. Era necesario realizar desvíos y buscar vados en
los lugares en que no eran lo suficientemente fuertes como para permitir el paso de los
vehículos pesados.
El Asalto
48
Tres Campañas en una Guerra Global
mostrar el sentido común que dictara esas acciones.
Los departamentos logística de los estados mayores británicos habían dispuesto sufi-
cientes abastecimientos para mantener todas las tropas en el asalto, durante siete días.
El primer convoy que seguía transportaba efectos para catorce días de abastecimiento
para todas las tropas en el teatro, incluyendo todas aquellas que arribarían al mismo des-
pués que atracara el segundo convoy. El primer convoy posterior al asalto también llevar-
ía reservas para catorce días a ser desembarcadas en Bougie y Argelia y seis días de re-
servas a ser desembarcadas en Philippeville y Bone. Se había planificado que, para el
día D+90, se tendrían 45 días de nivel de seguridad en tierra para la totalidad de la fuer-
za. Las tropas desembarcarían con raciones de combate individual para dos días. Poste-
riormente serían alimentadas con las raciones compuestas para 14 hombres, recien-
temente implementadas. El planeamiento de la Categoría III (combustible) también había
sido detallado. Un problema importante al que se habían enfrentado los departamentos
logística durante el planeamiento de la operación fue el de la escasez de buques para el
transporte de los vehículos motorizados. Progresivamente se había recortado más y más
la cantidad de vehículos a ser transportados en el primer convoy y en los que le seguían.
Sin vehículos en tierra para mover los abastecimientos, éstos permanecerían en los mue-
lles o en las cabeceras ferroviarias. La situación fue tan comprometida que el Subjefe de
Abastecimientos y Transporte del 1er. Ejército manifestó a los departamentos operacio-
nes que sería imposible mantener la fuerza a una distancia mayor de 160 kilómetros al
este de Bone hasta que el convoy del día D+32 trajera más transporte.2 Posteriormente
se demostró que tenía razón. Por suerte se encontró una débil resistencia a los asaltos,
porque se cometieron muchos errores elementales que demoraron el desembarco de los
vehículos norteamericanos, tales como, en algunos buques, dificultad para encontrar a
los conductores, pérdida de las llaves de contacto y baterías descargadas. No hubo pro-
blemas para encontrar las llaves en los buques que transportaban los vehículos ingleses,
debido a que se le había ordenado a los conductores que las ataran al volante. Sin em-
bargo, esto llevó a que muchas cajas de herramientas de los vehículos fueran hurtadas,
lo que tuvo, durante meses, un efecto adverso en el mantenimiento. En la Playa Y en
Oran, un inesperado banco de arena frente al lugar de desembarco hizo que un número
de vehículos se hundiera. El caos aumentó en dicha playa cuando la fuerte marejada im-
pulsó al oficial naval más antiguo a ordenar que todas las embarcaciones usaran el cer-
cano puerto de Arzeu. Desdichadamente los muelles se congestionaron rápido debido a
la falta de una organización de transporte adecuada y de medios. Durante un tiempo to-
das las embarcaciones debieron ser derivadas nuevamente a las playas. Es conveniente
echar una mirada a los valores alcanzados en la descarga en las tres playas X, Y y Z de
la Fuerza de Tareas Central, porque ellas muestran que se había logrado un nivel básico
en las técnicas de desembarco y era necesario hacer mucho más en un número conside-
rable de áreas, desde el trabajo de estado mayor hasta el desarrollo de embarcaciones y
buques adecuados, antes de encarar un asalto en una playa fuertemente defendida. En
seis días la Playa Z alcanzó a descargar 11.245 toneladas, en el mismo período la Playa
Y logró 1.204 toneladas, mientras que la Playa X manipuló solo 429 toneladas. En cuatro
días, en las tres playas la capacidad total de desembarco promedió las 2.183 toneladas
por día. En los primeros seis días de la campaña de Normandía, antes que entraran en
operación los puertos artificiales Mulberry en Port en Bessin y Courseulles, se desem-
barcó un promedio de 5.871 toneladas en las tres playas británicas, una demostración del
progreso hecho en los dieciocho meses que hubo entre las dos operaciones.3
49
La Savia de la Guerra
Fueron exitosos los desembarcos en las tres playas de más al este, cuyos nombres
código eran Apples, Beer y Charlie, que tenían el objetivo de capturar el puerto de Argel
si era posible, sin provocarle daños. Luego de dieciocho horas de haber varado la primera
lancha la lucha había terminado y Argelia fue ocupada al amanecer del día siguiente.
Nuevamente fue una suerte que los franceses no estuvieran inclinados a ofrecer mucha
resistencia porque la unidad de combate que tenía la tarea de asaltar la Playa Beer, fi-
nalmente desembarcó en la Playa Apples. El primer hombre que llegó a la Playa Beer fue
el oficial responsable del control de los movimientos (el que generalmente no desembarca
en la primera ola de lanchas). Había desembarcado a kilómetros de allí y habiendo usado
a Playa Apples para tomar sus marcaciones, caminó hasta Playa Beer; seguido tres
horas después por su ayudante y el grupo de servicio de costa, quienes habían hecho lo
mismo. La confusión en esa playa empeoró debido a la orden de "dar prioridad absoluta
al desembarco de la artillería y cañones antitanques". El trastrocar la secuencia de des-
carga en el último minuto, como resultado normal, demoró la descarga de todos los bu-
ques, sin apurar el desembarco de los "equipos absolutamente prioritarios". Por fortuna,
la única oposición en esta playa era una gran muchedumbre de espectadores entusias-
tas, cuyos mal dirigidos esfuerzos por ayudar, estorbó la tarea de desarrollar y mejorar las
salidas de playa.
La reacción alemana a los desembarcos fue, como siempre, rápida. Su primera mani-
festación fue el día D+1 con el bombardeo de los buques aliados en la Bahía de Argelia,
muy pronto después que habían entrado. El Buque Comando de la Fuerza de Tareas
Oriental fue uno de los pocos que entraron a puerto ese día debido a que el empeora-
miento del tiempo mantuvo a la mayoría de los buques fuera, en la bahía. Debido al esta-
do del mar, las embarcaciones de desembarco no podían llegar hasta ellos, por eso la
descarga se pospuso hasta el día siguiente cuando el tiempo mejoró. Para ese entonces
era fundamental llevar combustible de aviación a los cazas, los que habían volado hasta
Maison Blanche desde Gibraltar. Sin combustible no habría cobertura aérea sobre la bah-
ía de Argelia y su puerto. Finalmente, en la tarde del día D+2 se enviaron 100 toneladas
de combustible.4 Los contramovimientos alemanes no se limitaron a los ataques aéreos.
Los aliados habían esperado que con la inminente rendición de todas las fuerzas france-
sas en Africa del Norte, que cada vez estaba más cercana, la totalidad del Africa del Nor-
te Francesa, desde Casablanca hasta Túnez, quedaría bajo el control aliado. Esperaron
en vano. Mientras el 8º Ejército Inglés combatía a miles de kilómetros hacia el este, podr-
ía haberle dicho al Cuartel General Aliado, si se le hubiera preguntado, que si bien la es-
cena parecía pacífica y libre de alemanes, como habían actuado en un área importante
para ellos su respuesta fue rápida y violenta. Inmediatamente llevaron tropas por avión a
Túnez y Bizerta en un intento de prevenir que los franceses se entregaran a los aliados.5
Este movimiento, por parte de los alemanes, transformó la campaña de prácticamente un
picnic, en una dura contienda en la lluvia, barro y montañas de Túnez.
Para hacer frente a los alemanes se decidió mover la 78ª División Británica a toda ve-
locidad hacia el este en dirección a Túnez, comenzando el 11 de noviembre (D+3). Esto
tuvo un efecto inmediato en la descarga de los abastecimientos en Argelia. Dos seccio-
nes de vehículos de transporte, que estaban trabajando en los muelles, fueron reasigna-
50
Tres Campañas en una Guerra Global
das a la 78ª División para asistirla en su movimiento. El único reemplazo disponible eran
camiones comerciales franceses de tracción a cadena y cuyo combustible era carbón ve-
getal. Se rompían continuamente y eran muy peligrosos trabajando en medio de pilas de
combustible y munición debido a que regaban en forma indiscriminada chispas al rojo.
Más seria era la limitación impuesta al mantenimiento y refuerzo de la 78ª División debido
a la distancia desde Argelia y el ferrocarril de una vía que corría hacia el este dentro de
Túnez. El 11 de noviembre ya se habían hecho planes para conquistar el puerto de Bou-
gie a 240 kilómetros al este de Argelia. Pero esto no estaba alejado lo suficientemente al
este como para sacar la presión del ferrocarril. Por ello el General Anderson, Comandan-
te del 1er. Ejército Inglés, quien era el responsable de esta fase de la operación, decidió
abrir el puerto de Bone. El 12 de noviembre, adelantándose a una operación aerotrans-
portada alemana planificada para ese día, ocuparon Bone sin problemas en un asalto
combinado: tropas especiales británicas y norteamericanas desembarcadas desde dos
destructores y un batallón de paracaidistas ingleses que se lanzó en el aeródromo.
Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos, los aliados fracasaron en la carrera pa-
ra acumular efectivos suficientes en Túnez para desalojar a los alemanes mientras éstos
fueran numéricamente pocos. Si bien, elementos de la 78º División Británica, 1ª Brigada
Aerotransportada Británica y el II Cuerpo Norteamericano, todos bajo el comando del V
Cuerpo Británico, llegaron a la vista de Túnez, se encontraron con una resistencia alema-
na creciente porque éstos llevaron una corriente de refuerzos por vía aérea a esta ciudad
y Bizerta. Este despliegue alemán nunca fue impedido ni interferido por parte de las tro-
pas francesas en Túnez. Los alemanes, con capacidad para reforzar su poder aéreo des-
de Sicilia, Cerdeña e Italia, basaron sus cazas y bombarderos tácticos en Túnez y Bizerta
y en algunas pistas adelantadas. Llevaron allí el caza FW 190, superior a cualquier caza
aliado de la época, excepto el Spitfire Mark IX y al Mustang Mark II. Sus aviones opera-
ban en apoyo de sus tropas terrestres, en abrupto contraste con las aliadas, las que,
combatiendo en el límite del radio de acción de su cobertura aérea, estaban fuertemente
presionadas para mantener sus propias posiciones con inadecuado apoyo aéreo. Desde
el Cuartel General de las Fuerzas Aliadas para abajo, se ignoraron todas las lecciones
aprendidas en el Desierto Oriental sobre la cooperación ejército/fuerza aérea y estas tu-
vieron que ser aprendidas nuevamente en forma dolorosa. El V Cuerpo fue detenido,
obligado a retroceder y pronto se encontró a sí mismo combatiendo en una batalla defen-
siva.
51
La Savia de la Guerra
Algunas Razones
Entre las razones del fracaso están: insuficientes fuerzas terrestres y aéreas, trans-
porte inadecuado6 y el mal tiempo. Una de las razones principales fue el problema de
apoyar un rápido avance a lo largo de una larga línea de comunicaciones. Constantemen-
te las unidades sobrepasaban la capacidad de las unidades logísticas para abastecerlos.
Túnez está a 960 kilómetros de Argelia, la base británica y cerca de 1600 kilómetros de
Orán, la base norteamericana. Vale la pena dar una mirada con algo de detalle a las líne-
as de comunicaciones. En el Desierto Occidental y posteriormente en Italia, el avance se
efectuó con un flanco apoyado en la costa (flanco marítimo), con la ventaja que esto brin-
da al que controla el mar. El flanco marítimo se estableció desde Argelia a Bone, con
puertos intermedios en Bougie y Philippeville. Un ferrocarril de trocha standard y vía única
corre hacia el este desde Argelia a través de Sétif, Ouled Rahmoun (unos pocos kilóme-
tros al sudeste de Constantine), Duvivier y Souk Ahras hasta el norte de Túnez, con ra-
males que se le unen desde los puertos de Bougie, Philippeville y Bone. Esta línea de
trocha standard estaba suplementada por una de trocha de un metro que corre hacia el
sudeste desde Ouled Rahmoun a través de Tebessa hacia el sur de Túnez. Tebessa
también estaba conectada al ramal principal en Ouled Kebrit, al sur de Souk Ahras, por
una línea de trocha de un metro. La única línea de alguna importancia de trocha de un
metro, era la que corría hacia el este desde Bone hacia La Calle.
Tanto el ferrocarril como la ruta principal se elevan desde el nivel del mar, al este de
Argelia, a más de 1.200 metros en Sétif. Después de haber corrido por la meseta hasta
Constantine, seguía a través de las montañas hasta por lo menos la mitad del trayecto
dentro de Túnez, para por último descender en la planicie tunecina. Los principales aeró-
dromos al este de Argelia estaban en el área de Constantine, que era la base avanzada
del 1er. Ejército. Excepto por esos aeródromos, Tebessa y otro al este de Bone, hasta
llegar a la planicie de Túnez no había pistas aptas para el abastecimiento aéreo emple-
ando los aviones de la época, El terreno era demasiado montañoso para la construcción
de aeródromos. La geografía imponía una única ruta marítima, una sola línea ferroviaria,
una única ruta carretera y la falta de aeródromos en la zona donde tendría lugar la mayor
parte de los combates. De la misma manera, la geografía restringía el establecimiento de
bases avanzadas para los cazas aliados. Los alemanes, operando cerca de sus bases en
Túnez y Bizerta y reteniendo la planicie con numerosos aeródromos, estaban en una po-
sición muy fuerte, tanto táctica como logística.
A parte de la geografía, era escasa la existencia de material rodante como para hacer
un uso completo de la limitada capacidad de la línea férrea. Gran parte de ésta estaba en
mal estado de conservación. Las escaseces se agravaron cuanto más y más unidades
norteamericanas entraron en combate y sus abastecimientos eran transportados desde
bases tan lejanas como Casablanca a 1.800 kilómetros de Constantine. Las grandes dis-
tancias requerían muchas locomotoras y aumentaban mucho el tiempo de los viajes re-
dondos de los pocos vagones. Además, había problemas por la escasez de carbón y falta
de operadores adiestrados. A las locomotoras, vagones, carbón y unidades de ferrocarri-
les les demandaría semanas llegar al Norte de Africa desde Gran Bretaña o los EEUU,
aún cuando se los había requerido tan pronto como se reconoció el problema. Afortuna-
damente dos meses antes del primer desembarco, el Departamento Transporte del Esta-
do Mayor Británico había pedido a los norteamericanos que solicitaran 250 locomotoras y
5.000 vagones a fin de que la producción en los EEUU se pusiera en marcha. Habían
trabajado con la suposición de que la mitad de las locomotoras en el Africa del Norte
Francesa serían saboteadas en forma irreparable. A ese respecto sus temores fueron in-
fundados, pero el estado del ferrocarril, en lo que hace a su operatividad, era mucho peor
de lo que los informes de inteligencia habían sugerido. Gracias a la sabia previsión, los
Departamentos Transporte de los Estados Mayores habían tomado la precaución de que
se llevara tempranamente algo de carbón a Argelia y otras 8.000 toneladas en cada con-
voy cada catorce días, lo que probo ser invalorable. En los primeros días de la campaña
los cazas alemanes ametrallaron los trenes que corrían en las líneas de trocha angosta
desde Bone a La Calle y desde Ouled Rahmoun hasta Tebessa. Esto llevó a que las
compañías inglesas de Operación de Ferrocarriles, de los Ingenieros Reales, se hicieran
cargo de estas líneas, así como también en algunos otros sectores.
53
La Savia de la Guerra
En los dos primeros meses de la campaña las capacidades de los puertos y ferroca-
rriles habrían de imponer al 1er. Ejército, limitaciones en la conducción de las operacio-
nes. Argelia disponía de muelles para 18 buques de transporte de vehículos o abasteci-
mientos militares, pero su capacidad estaba limitada a unas 3.500 toneladas por día de-
bido a la escasez de camiones, grúas y vagones para despejar el puerto. Este tenía un
gran potencial pero en un futuro cercano había pocas esperanzas de incrementarlo. Bou-
gie estaba despejando 1.200 toneladas por día, pero era poco lo que podía hacer llegar al
frente debido al cuello de botella. Philippeville despejaba 1.100 toneladas por día. Tenía
un potencial de por lo menos el doble de este valor, pero el factor limitante era encontrar
los buques con el calado adecuado. Bone, con la mitad de sus muelles fuera de servicio
debido a los bombardeos aéreos e interrupciones frecuentes por los ataques aéreos,
movía solo 2.500 toneladas por día. Tres meses después despejaba entre 4.000 y 5.000
toneladas por día.
Al este de Argelia, durante los dos primeros meses de la campaña, la capacidad fe-
rroviaria estaba limitada a siete u ocho trenes por día. De éstos, solo cinco con una carga
de 250 toneladas cada uno (1.250 toneladas en total) podían ser cargados con abasteci-
mientos. El resto se empleaba en mover tropas y vehículos a oruga. Más allá de Duvivier,
el límite también eran 1.250 toneladas por día y por lo tanto, esto era el máximo que se
podía enviar a las puntas de rieles de los cuerpos en Túnez desde Bone y los otros puer-
tos. La trocha angosta desde Ouled Rahmoun hasta Tebessa era capaz de transportar
entre 750 y 1.000 toneladas por día y podía ser alimentado por carretera o ferrocarril de
trocha normal desde Philippeville. Desde Bone hasta La Calle y más allá, la carretera, el
ferrocarril de trocha angosta y el transporte de cabotaje a cargo de embarcaciones de
desembarco de tanques y buques de la zona, se podían hacer cargo de otras 500 tonela-
das por día7. La totalidad de lo enviado al frente era 250 toneladas por día menos que los
requerimientos, aún cuando hasta mediados de enero de 1943 el II Cuerpo de los EEUU
estaba bien por debajo de sus efectivos normales y equivalía a un poco más de una divi-
sión. A lo largo de este período y bien entrado el año 1943, para hacer llegar los abaste-
cimientos al frente, la capacidad de los puertos superó ampliamente, en un factor de dos
veces y media, la de las carreteras y ferrocarriles. En algunos momentos fue aguda la es-
casez de combustible y munición de artillería y consecuentemente se demoró la acumu-
lación de fuerzas en el frente, especialmente de las formaciones norteamericanas.
La intensión inicial había sido que la ofensiva hacia Túnez debería ser una demostra-
ción enteramente británica, con las fuerzas norteamericanas guarneciendo Argelia. Sin
embargo, el V Cuerpo fue más y más presionado por los alemanes, quienes atacaron
agresivamente y con gran pericia, por lo que requirió más unidades para sostener el an-
cho frente y apoyo aéreo que lo asistiera. La respuesta fue desplazar más unidades te-
rrestres y aéreas norteamericanas hacia el este de Argelia y Túnez. Al principio éstas
consistían en unidades individuales, especialmente artillería, pero posteriormente unida-
des de combate completas (el equivalente de las brigadas británicas). El movimiento y el
abastecimiento de los elementos de los EEUU, que quedaron bajo el comando del 1er.
Ejército Británico, significó un problema considerable que el Estado Mayor de enlace nor-
teamericano destacado en el 1er. Ejército, no estaba organizado para resolver. Se esta-
bleció un arreglo ad hoc bajo las órdenes del Subjefe del Comando en Jefe Supremo, pe-
ro esto tampoco resolvió el problema. Aumentó la confusión porque el Estado Mayor del
54
Tres Campañas en una Guerra Global
1er. Ejército estaba dividido en tres partes, con el Cuartel General en Constantine, el
Cuartel General de Retaguardia en Maison Carree, a dieciséis kilómetros fuera de Argelia
y el Estado Mayor de Transporte permaneciendo en Argelia, donde estaban en una mejor
posición para supervisar los ferrocarriles y el movimiento marítimo. Por lo tanto, los mo-
vimientos del 1er. Ejército estaban controlados desde tres lugares al mismo tiempo, con
comunicaciones no muy confiables. La situación se agravó aún más cuando el Cuartel
General de las Fuerzas Aliadas (AFHQ) se distribuyó en cuatro lugares. El Segundo Co-
mandante en Jefe Norteamericano estaba basado en Argelia, pero no cerca del Cuartel
General de Retaguardia del 1er. Ejército. El puesto de comando, incluyendo al General
Eisenhower que era el Comandante Supremo, estaba en Gibraltar. El Cuerpo Principal,
incluyendo el Oficial Jefe Administrativo el Mayor General Británico Humgrey Gale de
quien se hablará posteriormente, estaba en Londres. El Cuartel General del contingente
británico del AFHQ estaba en Maison Carree, con el Cuartel General de Retaguardia del
1er. Ejército. Las operaciones y la logística pasaron ahora a ser un asunto aliado, pero el
Cuartel General Aliado que tenía esa responsabilidad, no estaba en condiciones de hacer
nada constructivo en lo que respecta a ellas, especialmente con la última.
Mientras el estado mayor operacional del 1er. Ejército en Constantine estaba inmerso
en los detalles de la batalla en Túnez, su estado mayor administrativo en Maison Carree
también estaba sumergido en los problemas de la logística aliada. Inevitablemente, en al-
gunos momentos, las tareas eran contradictorias y los estados mayores operativos orde-
naron movimientos que no estaban bajo el adecuado control de los logísticos. Lo mismo
sucedía con los abastecimientos. Tan pronto como comenzó a ponerse orden, el 1er.
Ejército sufrió reveses en Túnez, lo que llevó a requerimientos de refuerzos, munición y
especialmente combustible de aviación. Se alcanzó el clímax cuando llegaron órdenes
del 1er. Ejército de dar prioridad absoluta a la munición de artillería de 25 libras y que
hasta nueva orden, ninguna otra cosa debía ser descargada de los buques, trasladada o
descargada de los vagones. La situación presentada frente a Argelia el día D se repitió en
una escala mucho mayor. Los buques que no estaban cargados con munición de 25 li-
bras permanecieron llenos, los vagones en tránsito fueron desenganchados y dejados,
lentamente se paralizó toda la línea de comunicaciones. Oficiales superiores, sin anun-
ciarse, bajaron a los puertos preguntando las razones por las cuales un buque o un
vagón que no estaba cargado con munición de 25 libras era descargado o movido. En
Duvivier, a un oficial de transporte ferroviario se le ordenó reintegrarse a su regimiento
por haber desobedecido la orden que establecía la prioridad absoluta. Reinó el caos, lo
que afectó no solo a los británicos, sino también a las fuerzas terrestres y aéreas nortea-
mericanas en el área del frente.
Se Restablece el Control
Afortunadamente una mano firme habría de tomar el timón logístico. El Mayor Gene-
ral Gale, Jefe Administrativo de Eisenhower, llegó a Argelia a principios de diciembre y si
bien no estaba previsto que el AFHQ asumiera el comando total hasta el 1º de diciembre,
Gale se dio cuenta que la crisis era demasiado seria como para ignorarla, se hizo cargo y
ordenó que su estado mayor tomara las medidas para poner las cosas en su lugar.
Inmediatamente ordenaron que todos los vagones fueran descargados cuando llega-
ran a las puntas de rieles, independientemente de su contenido o para quién estaba con-
signada la carga. De la misma manera, todos los buques debían ser descargados sin te-
55
La Savia de la Guerra
ner en cuenta la prioridad de su carga. Durante cuatro días ningún vagón debería ser
cargado en la base y todos los que estuvieran cargados deberían ser enviados a su punta
de riel de destino lo antes posible. Se esperaba que el plazo de cuatro días tendía que
ser aumentado pero, para el caso, se probó que no era necesario gracias al duro trabajo
de todos los estados mayores involucrados. El Departamento Logística del AFHQ, bajo la
dirección de Gale, no tomó el control en el momento adecuado. Este colapso en la logísti-
ca no fue lo único que contribuyó al fracaso de la captura de Túnez "sobre la marcha". En
realidad, al momento en que la crisis se hizo evidente, ya era demasiado tarde. Solo se
podría haber capturado rápidamente Túnez sí una serie de acontecimientos se hubieran
desarrollado en forma diferente, entre ellos: tal vez un empleo audaz de las fuerzas aero-
transportadas y especiales para capturar los aeródromos claves y negárselos a los ale-
manes, una reacción más lenta por parte de éstos últimos, mejor meteorología y una ac-
ción más rápida y positiva por parte de los franceses. La crisis demostró que se requería
una considerable reorganización logística para hacer frente a la ofensiva en gran escala
que ahora sería necesaria para desalojar a los alemanes.
* * *
En enero y febrero las unidades de combate aliadas sostenían la línea del frente en el
espantoso clima de las montañas. Las fuerzas aéreas aliadas, operando en pistas en te-
rreno montañoso y afectadas por la meteorología, no podían competir con los alemanes
que usaban aeródromos secos en la meseta de Túnez. Se sufrieron algunos reveses y
las mejores formaciones tales como la 1ª Brigada Paracaidista Británica y la 1ª Brigada
de Guardias, se encontraron corriendo a tapar brechas o reforzando a sus debilitados
hermanos. Mientras tanto seguía adelante la reorganización y el redespliegue de las fuer-
zas aliadas en el Norte de Africa. Estaba claro que el asalto final a Túnez sería un esfuer-
zo combinado por parte de las fuerzas aliadas en el Norte de Africa y el 8º Ejército
aproximándose desde Tripolitania. Se estableció que el Cuartel General del 18º Grupo de
Ejércitos tendría el comando del 1er. y 8º Ejército. Pero resultó evidente que con bases y
líneas de comunicaciones completamente independientes, una estirándose hacia atrás
hasta Argelia, la otra hasta Trípoli y aún más allá, el Cuartel General del Grupo de Ejérci-
tos no tenía posibilidades de asumir la responsabilidad de la logística de los dos ejércitos
y por lo tanto, no se lo intentó. Este relato hace lo mismo y se limita a la logística de las
fuerzas aliadas en Argelia y Túnez.
Para febrero no solo se había realizado un arduo trabajo para mejorar algunos de
los caminos, sino que estaban llegando a Orán las locomotoras y vagones norteamerica-
nos ordenados antes de la campaña. Fueron adelantados hacia Argelia Oriental, alivian-
do la carga del saturado y poco mantenido material rodante francés. Las unidades opera-
56
Tres Campañas en una Guerra Global
doras ferroviarias británicas y norteamericanas se hicieron cargo de secciones completas
de las líneas y las unidades de construcciones ferroviarias británicas fueron responsables
de la mayor parte de la reparación y renovación de los rieles y del tendido de algunas lí-
neas nuevas. También tenían que reparar puentes. Hacia fines de 1942 los alemanes
habían montado una serie de incursiones para destruir los puentes en la línea de un me-
tro de trocha, al sur y este de Tebessa. La técnica del grupo incursor era la de aterrizar en
noches de luna desde aviones livianos cerca del blanco seleccionado, dispersar la guar-
dia árabe, volar el puente y retirarse. La policía y guardias locales desbarataron los inten-
tos de grupos pequeños de paracaidistas alemanes lanzados cerca de puentes de la
línea principal al este de Argelia. Si bien no se dieron cuenta en ese momento, estas in-
cursiones fueron probablemente en preparación para su ataque sobre el paso de Kasse-
rine. Cuando se produjo esta ofensiva, casi ocurre un desastre. Los alemanes irrumpieron
a través del II Cuerpo de los EEUU y casi alcanzaron el importante centro de abas-
tecimientos en Tebessa. Este hecho negativo se produjo, por lo menos en parte, por la
forma en que las formaciones y las nacionalidades habían sido destacadas en fracciones
por parte del General Anderson, comandante del 1er. Ejército.
Reorganización
Sin embargo, el resultado después que el ataque fue detenido, fue una mejora en dos
aspectos determinantes. El comandante del II Cuerpo Norteamericano fue reemplazado
por el dinámico Patton y el 18º Grupo de Ejército puso en orden los remanentes de la tro-
pa desplegada, concentrando al 1er. Ejército Británico en el norte de Túnez y al II Cuerpo
de los EEUU en el sur. El nuevo despliegue permitió que se simplificara la cadena logísti-
ca. La línea de comunicaciones británica ahora corría desde Argelia y Bone hasta Souk
Ahras y desde allí hacia el este; mientras que la línea de comunicaciones norteamericana
lo hacía desde Oran y Philippeville a través de Constantine y Tebessa.
57
La Savia de la Guerra
tratar de alcanzar, lo más rápido posible, las formaciones requeridas y los niveles de
abastecimientos necesarios para las batallas finales en Túnez.
Los buques que llevaban los vehículos de transporte y equipos de las formaciones
británicas para la campaña tunecina eran descargados en Argelia, Bone o Philippeville.
Lo máximo posible en los dos últimos para reducir la distancia al frente. Pero los buques
transporte de tropas, más grandes y rápidos, no podían ir más al este de Argelia debido a
la amenaza aérea alemana. Para aliviar la presión sobre los ferrocarriles y debido a que
no había suficientes camiones para el transporte de personal, las tropas eran enviadas al
frente en cuatro buques de asalto pequeños y rápidos, los que fueron conocidos como el
"ferry de la luz de luna", debido a que navegaban de noche la mayor parte de la peligrosa
ruta. A fines de marzo, habían transportado 45.000 hombres, sin una sola baja. La ma-
yoría de los vehículos a rueda eran enviados por sus propios medios desde los puertos
hasta el área donde se incorporaban a sus unidades, pero los vehículos a oruga viajaban
en ferrocarril en vagones playos, para prolongar la vida de las orugas. Para fines de mar-
zo, el 1er. Ejército Británico había sido llevado a dos Cuerpos Británicos, el V que había
estado en Túnez desde el principio y el IX. En la misma época el II Cuerpo de los EEUU
había sido reforzado a su plena capacidad, con tres divisiones.
Durante abril se aumentó aún más la carga que se enviaba por el flanco marítimo.
Buques requisados en la zona, con una capacidad de 10 a 60 toneladas, operados por
tripulaciones del Ejército Británico, navegaban desde La Calle hasta el inicio de la carrete-
ra en Tabarka. Transportaron 1.300 toneladas de abastecimientos, incluyendo combusti-
bles, lubricantes y munición, contribuyendo a aliviar el transporte en un tramo malo de la
carretera. Se logró efectuar en tiempo el acopio logístico para la batalla final. La única
gran preocupación a que tuvieron que enfrentarse los departamentos logística fue una
escasez de 640.000 litros de nafta, diesel y lubricantes, enviados a las cabezas de rieles
la última semana. Al mismo tiempo el consumo había aumentado en 960.000 litros debido
a que las operaciones se habían intensificado. El material ferroviario francés estaba co-
menzando a colapsar debido al intenso uso. Finalmente un tren especial llevando com-
bustible de aviación fue enviado hacia el frente a Souk el Arba, donde se encontró con
58
Tres Campañas en una Guerra Global
una cola de camiones de la RAF y de la Fuerza Aérea norteamericana de los aeródromos
de toda Túnez.
El Dividendo de la Experiencia
59
La Savia de la Guerra
blindadas, dos brigadas de tanques, una brigada independiente, un grupo de artillería in-
glesa y dos puestos de comando de cuerpo, con tropas del cuerpo - totalizando 80.000
vehículos - fueron trasladados por dos caminos de montaña, los que en su mayor parte
eran de un carril.
Al igual que en el Norte de Africa, los flancos marítimos tuvieron una parte importante
en la campaña de Italia, tanto logística como táctica. Pero había más puertos pequeños
en Italia y ahora se disponía de mejores buques, especialmente construidos. No había
necesidad de una verdadera línea de comunicaciones por carretera entre Nápoles y Bari
y los 5º y 8º Ejércitos más allá de estos puertos. Se usó el tráfico de cabotaje con una ca-
pacidad de carga mucho mayor, así como el ferrocarril. Sin embargo, en una oportunidad
los puentes en una sección de la costa este fueron cubiertos por el agua, necesitándose
que las compañías de camiones cruzaran, con ferrys, 2.500 toneladas por día en una
brecha de 25 kilómetros. A medida que los aliados avanzaban el daño a los ferrocarriles a
que se hizo referencia más arriba se hizo mucho más grave, por ejemplo, para el verano
de 1944 el 8º Ejército estaba a 320 kilómetros por delante de su punta de rieles. Durante
la batalla de Anzio, un servicio de ferry efectuado por 40 Buques Desembarco de Tan-
ques (BDT) y un conjunto de 1.700 toneladas de camiones de 3 y 10 toneladas corrían
desde Nápoles a la cabeza de playa. Cada día se cargaban 300 camiones en los BDT, 50
en cada buque. Las cargas de los camiones estaban divididas en un 60 por ciento de
munición, 20 por ciento de víveres y otro tanto de nafta, diesel y lubricantes. Los ca-
miones eran desembarcados de los buques en Anzio y una vez descargados, regresa-
ban vacíos a los BDT.10
Los ejércitos también volvieron a una forma de transporte que hubiera sido familiar a
los de la antigüedad; mulas de carga. Era la única forma de transporte que podía en-
frentarse al mal tiempo en las montañas. Para aumentar las pocas existentes, rápidamen-
te se formaron y adiestraron compañías de transporte hipomóvil de carga. Para comen-
zar, su eficiencia se vio muy perjudicada por los errores cometidos por los arrieros y ofi-
ciales novicios. El arte del manejo y mantenimiento de las mulas de carga, no es una
habilidad que se pueda adquirir en un adiestramiento de unas pocas semanas. Los malos
hábitos, tales como cargar las mulas mucho antes de comenzar la marcha, el no descar-
garlas en los descansos de más de media hora, sobrecargarlas y una distribución no
equilibrada de los pesos, dañaba los lomos. Para complicar el problema, había una esca-
sez mundial de mulas.
60
Tres Campañas en una Guerra Global
era el Comandante en Jefe de la RAF para el Mediterráneo y Cercano Oriente, habiendo
descripto en que forma se había mantenido la interdicción casi constante, dijo:
"En un todo, es probable que los alemanes no sufrieran serias falencias de recursos
durante la fase estática." (antes de DIADEM).
Después de comentar los serios efectos que el invierno italiano tuvo sobre las opera-
ciones de vuelo, continúa de este modo:
En junio de 1944 Slessor cristalizó sus puntos de vista en una Apreciación sobre el
Poder Aéreo, entregada a los generales norteamericanos Marshall y Arnold, cuando lo vi-
sitaron:
"Probablemente aclare el tema si se menciona primero las cosas que el poder aéreo
no está en condiciones de efectuar en una campaña terrestre de esta naturaleza:
d. Resumiendo, de ninguna manera puede aislar el campo de batalla para los abas-
tecimientos o refuerzos enemigos. “ 11(Cursiva del autor)
Las batallas en Normandía, que entonces estaban alcanzando su punto más violento,
61
La Savia de la Guerra
habrían de demostrar tanto los enormes dividendos que se obtienen mediante la correcta
aplicación del poder aéreo sobre las líneas de comunicaciones del enemigo como las limi-
taciones puestas de manifiesto por Slessor. Sus "sabias palabras", como las llamó Te-
rraine, debieron haber sido tenidas en cuenta con ventaja, por los poseedores de la abru-
madora superioridad aérea que pelearían otras dos guerras, Corea y Vietnam, seis y
veinte años después, respectivamente.
* * *
Si la guerra en el Mediterráneo fue difícil desde el punto de vista logístico, la del Su-
deste Asiático lo fue infinitamente más. Efectivamente, es difícil encontrar cualquier otro
teatro de guerra que tenga tantas incógnitas logísticas o que los abastecimientos jueguen
una parte tan determinante, para ambos bandos, en la decisión del resultado. Antes de
tratar la campaña es necesario observar la totalidad del cuadro estratégico de la guerra
contra Japón, debido a que, por parte del Estado Mayor Conjunto Británico, en un caso
las decisiones y las indecisiones en el otro, tendrían que ver con la estrategia para derro-
tar al Japón y por ende, afectarían la logística.
63
La Savia de la Guerra
habrían de ejercer la prerrogativa que tienen “los que pagan al gaitero”, la de poder elegir
la melodía. Sin embargo, si bien el plan estratégico nunca fue cambiado en forma radical
y el modo de acción Birmania siguió adelante en la forma originalmente prevista, las in-
certidumbres en los más altos niveles de planeamiento habrían de tener implicancias
logísticas, en especial en lo que hace a la decisión sobre la asignación de los recursos
para el teatro de operaciones del sudeste asiático.
Había un número de argumentos en favor de continuar con los planes para invadir
Birmania y finalmente Malasia. En Assam y Birmania los japoneses ya estaban empeña-
dos en mayor escala que en cualquier otro teatro; cualquier disminución del esfuerzo en
esta área sería percibida por los chinos como una retirada del apoyo y podría llevarlos a
hacer una paz por separado. Serían reconquistados de Birmania y Malasia valiosos bie-
nes como el arroz, petróleo, estaño y caucho. Finalmente, de interés enteramente británi-
co y no apoyado por los norteamericanos, la recaptura de antiguas posesiones inglesas
por parte de sus fuerzas, era de suma importancia. El principal factor en favor del "Plan
Pacífico" era la esperanza de intercambiar un prolongado esfuerzo que comprendía gran-
des efectivos y una logística complicada a través del inhóspito suelo de Birmania, contra
un enemigo duro en un terreno a su elección y por la captura de las islas con una guerra
aire - mar en el Pacífico, que maximizaba las ventajas aliadas de supremacías en estos
medios. En la conferencia de El Cairo los Jefes de Estado Mayor Combinado no tomaron
otra decisión que la de: en principio, aprobar el Plan Pacífico como una base para futuras
investigaciones y preparaciones, sujeto a una aprobación final. Si bien la decisión fue di-
ferida, debían continuar los preparativos para llevar a cabo tanto la estrategia del Pacífico
como la del sudeste asiático. La demora continuó durante otros once meses, hasta sep-
tiembre de 1944 y habría de llevar a una serie de problemas administrativos, culminando
con el riesgo de que si no se tomaba una decisión, los necesarios preparativos logísticos,
para cualquiera de los modos de acción, no serían llevados a cabo en tiempo.13
El meollo del problema era que las dos estrategias eran mutuamente excluyentes y el
apoyo logístico para una, no era aplicable a la otra. El tiempo y los recursos eran limita-
dos. El tiempo para construir la base en Australia o India y los recursos, en particular los
buques especializados, embarcaciones de desembarco y equipos. En Australia las facili-
dades portuarias eran buenas, pero las distancias enormes. Las intercomunicaciones
eran complicadas debido a las diferentes trochas de los ferrocarriles de los EEUU y los
64
Tres Campañas en una Guerra Global
alojamientos de las tropas y depósitos de efectos debían ser provistos y construidos con
recursos británicos debido a que, para esa época, la poca población australiana estaba
completamente movilizada y ya había considerables fuerzas norteamericanas basadas
allí. Tal como veremos enseguida, la India tenía problemas de otro tipo. A principios de
1944 el Ministro de Transportes de Guerra informó a los Jefes de Estado Mayor Conjunto
Británico que aún después de la derrota de Alemania, entonces prevista para octubre de
1944, no habría suficientes buques liberados como para llevar a cabo el Plan Pacífico de-
bido a la gran distancia hasta Australia y el largo viaje redondo. No fue sino hasta la con-
ferencia OCTAGON, en septiembre de 1944, que los Jefes de Estado Mayor Combinado
le dieran las órdenes a Mountbatten para llevar adelante el plan para el sudeste asiático.
En ese momento los británicos estaban siguiendo la retirada japonesa en las fronteras oc-
cidentales de Birmania. Es interesante el momento elegido para la decisión, justo antes
de la Operación MARKET GARDEN, con respecto a la cual y seguro de si mismo, Mont-
gomery predijo que esta llevaría a finalizar la guerra en Europa en 1944.
Debemos volver ahora a la campaña en Assam y Birmania, la que estaba siendo lle-
vada a cabo por más de dos años, mientras los Estado Mayores Combinados planifica-
ban y sus Jefes deliberaban.
La base principal de esta campaña era la India. La Primera Guerra Mundial, excepto
por haber provisto un gran número de soldados voluntarios para el Ejército Hindú, no la
afectó. Para comenzar, parecía que la situación más o menos se repetiría en la Segunda
Guerra Mundial. Las formaciones estacionadas en la India, tanto británicas como hindúes,
fueron enviadas por vía marítima al Teatro del Medio Oriente (Egipto e Irak) y a Malasia,
el punto de partida de la guerra anterior. Una buena parte de los requerimientos logísticos
de las formaciones enviadas desde la India al Medio Oriente fueron satisfechos por ese
teatro, cuyas líneas de comunicaciones se estiraban hasta Gran Bretaña, rodeando el
Cabo de Buena Esperanza, pero que no incluían a la India. Lo mismo sucedía con las
tropas hindúes estacionadas en Malasia. La mayoría de los efectos, especialmente pesa-
dos, como la munición, eran enviados directamente desde Inglaterra teniendo en cuenta
que hasta que comenzó la lucha el consumo era bajo. Con pequeñas excepciones la In-
dia solo encajó en el marco logístico cuando proveyó las tropas estacionadas en la fronte-
ra noroeste y la división menos en Birmania y aquí también el consumo era reducido.
Históricamente la amenaza para la India ha sido percibida como viniendo del noroes-
te. Los ferrocarriles estaban orientados para abastecer ese frente. Antes de la Segunda
Guerra Mundial no se había pensado en la India como una base para operaciones en otro
lugar y menos que nada, hacia el este. A principios de la guerra se habían construido ba-
ses para servir a Bombay y la frontera noroeste. Pero no había ese tipo de infraestructura
como para abastecer las actividades militares en la frontera oriental.
El comienzo de la guerra con Japón produjo un cambio fundamental. Como una con-
secuencia, por ser la India la base para el Comando del Sudeste Asiático (South East
Asia Command - SEAC) y llevando adelante la campaña contra Japón en Assam, Bir-
mania y el Lejano Oriente, el sistema logístico debió ser completamente reorientado y
substancialmente expandido. Como siempre, la geografía era crucial y resulta necesario
65
La Savia de la Guerra
examinar con algún detalle el terreno y el clima en Assam Occidental, Birmania y las co-
municaciones en la India para comprender cabalmente los problemas, especialmente
logísticos, a que tenían que hacer frente los aliados.
Justo debajo del gran Río Brahmaputra, que corre a través de Assam en una direc-
ción general sudoeste, están las colinas Naga, donde Kohima es el centro administrativo
del área. Más al sur está el Estado de Manipur, cuya capital es Imphal y más al sur aún
están las colinas Chin. Entre el valle del Brahmaputra y el Río Chindwin existe un ancho
cordón montañoso que alcanza los 3.950 metros. Imphal está situada en una gran me-
seta de 65 kilómetros de norte a sur y 32 kilómetros de este a oeste, rodeada de altas co-
linas. En la época de los monzones, de mayo a septiembre, la mayor parte de la meseta
se convierte en un pantano. Las colinas al oeste de la carretera que va de Kohima a Imp-
hal y luego al sur, son altas y forman una barrera natural para las operaciones militares.
El este de esta carretera el terreno es bajo y más abierto. Las características de la zona
son notables. Las colinas son elevadas y la mayoría cubiertas de una jungla densa, los
valles son profundos. Aún los vehículos a oruga tenían que transitar por la ruta hasta que
se efectuaron trabajos de ingeniería. Hasta que se construyeron senderos para los jeeps,
las cargas solo podían ser transportadas en mulas u hombres, lo que hacía que los movi-
mientos fueran muy lentos. En 1943, por ejemplo, a la fuerza de penetración profunda
Chindit a las ordenes del Mayor General Orde Wingate, marchando por el corazón del
país incluyendo algunos combates no muy prolongados, le llevó cinco semanas cubrir
225 kilómetros (6,5 Km por día).
En Birmania, debido a que la pendiente del terreno corre de norte a sur, las comuni-
caciones siguen la misma dirección. Las vías de agua eran el principal medio de transpor-
te. Antes de la guerra los vapores llegaban tan arriba como Bhamo y hasta Homalin en el
Chindwin. Un ferrocarril corría por el centro del país desde Rangoon a Mandalay, de don-
66
Tres Campañas en una Guerra Global
de salían ramales a Lashio, Myitkyina y Ye-U. También corrían líneas desde Rangoon a
Bassein, Prome y el sur de Birmania. Dos carreteras iban desde Rangoon a Mandalay,
una a lo largo del ferrocarril y la otra por la margen oriental del Irrawaddy. Otra corría
desde Mandalay a Lashio y hacia el norte para unirse al Camino de Birmania. Este fue
utilizado por los aliados para enviar abastecimientos a los chinos hasta que los japoneses
lo cortaron, pero como vimos, los norteamericanos lo habían utilizado intensamente. Des-
de Mandalay, una ruta apta en todo tiempo llevaba a Myitkyina y caminos sin pavimentar
a Sumprabum y Mogaung. Además de estas dos, solo había huellas en el norte de Bir-
mania. No había conexión ferroviaria entre Birmania y la India, existiendo solo un camino
no consolidado. Desde 1887 se habían discutido planes para mejorar esta ruta, pero na-
da se había hecho hasta el último otoño de 1941. Para la época de la invasión japonesa
el camino desde la Ruta de Manipur (Manipur) hasta Imphal había sido ensanchado para
hacerlo de dos carriles. La sección desde Imphal a Tamur (104 kilómetros) era solo una
huella en herradura y la de Tamur a Kalewa (190 kilómetros), una huella para carretas.
En el Arakan el ferrocarril llegaba solo hasta Chittagong.
Si bien Calcuta continuó siendo la base principal durante la mayor parte de la campa-
ña,14 en la costa oeste los puertos de Karachi y Bombay tuvieron una participación impor-
tante, especialmente en el movimiento de tropas y algunos efectos. En menor medida
también se emplearon los puertos de Madras: Cochin y Vizgapatam, ambos como reser-
va de Calcuta y a que eran los más cercanos a las importantes áreas de adiestramiento y
acopios en el sur de la India. Sin embargo la capacidad total de todos los puertos de la
India no era mayor que la del puerto de Southampton. Las distancias involucradas eran
enormes. Desde Delhi a Myitkyina, en el norte de Birmania, hay la misma distancia que
de Londres a Helsinki; de Karachi a Calcuta, la que hay desde León en el norte de Espa-
ña a Gdansk; de Karachi al noroeste de Assam, equivale a la de León a Finlandia. Era
común que a las tropas les demandara una semana completar el viaje en ferrocarril de un
extremo al otro de la India. En 1942 la longitud total de las vías férreas en la India era la
misma que la de Gran Bretaña (el segundo con un territorio que es la décima parte del
primero) pero con solo un tercio de la cantidad de vagones de carga. La ruta principal de
la India, el Gran Camino Troncal (inmortalizado por Kipling), corre 2.400 kilómetros desde
la frontera noroeste hasta Calcuta. En el tramo Allahabad y Delhi, se le une la ruta que
viene de Bombay. Estas rutas están abiertas casi siempre, excepto durante épocas de
muy mala meteorología. La ruta desde Madras a Calcuta era un asunto totalmente dife-
rente. Cruza muchos ríos anchos, los que en la época de los monzones desbordan por
las crecientes cortando secciones importantes. Por suerte corre paralela y cerca a la vía
férrea y los puentes de ésta son de todo tiempo. Para mantener la carretera abierta a los
vehículos se estableció un enlace ferroviario en cada una de las secciones más compro-
metidas. Se cargaban los convoyes de vehículos en la estación más próxima a un lado de
67
La Savia de la Guerra
la parte inundada, se los cruzaba al otro lado en vagones playos y eran descargados en
una estación adecuada en la otra margen. Las demoras eran considerables dado que se
hacía necesario hacer esto varias veces en un mismo viaje.
No había un camino hacia Assam desde Calcuta. Los vehículos a rueda tenían que
ser llevados en ferrocarril 375 kilómetros hasta Siliguri, antes de encontrar la ruta a As-
sam. Este camino cruza el Brahmaputra en el ferry de Jogighopa y se divide en Jorhat.
Un ramal corre hacia el sudeste a Manipur, la base del 14º Ejército, continuando hacia
Kohima, Imphal y Birmania. El otro corre hacia el nordeste hasta Ledo, la base nor-
teamericana que apoyaba a los chinos. Desde Ledo, como ya hemos visto, los abasteci-
mientos se enviaban por avión, debiendo éstos elevarse hasta una altura de 7.600 metros
sobre el extremo oriental de la cadena del Himalaya, conocido como la "Joroba", una
hazaña extraordinaria en los Dakotas y Liberators no presurizados y que carecían de la
potencia necesaria como para trepar tan alto con mala meteorología. Finalmente se cons-
truyó un camino desde Ledo hasta China, pero el trabajo demandó dos años en uno de
los parajes más inhóspitos del mundo.
68
Tres Campañas en una Guerra Global
El ferrocarril que corría hacia el norte desde Calcuta hasta Siliguri era de trocha an-
cha (1,67 metros). Cerca de 320 kilómetros al norte de Calcuta se unía a un sistema de
trocha métrica. Un ramal que servía a Assam corría hacia el norte del Brahmaputra hasta
Amingaon, donde los vagones eran cruzados en un ferry ferroviario hasta Pandu. Desde
allí la línea de trocha métrica corría hasta Manipur y Ledo. Otro ramal servía a Bengala
Oriental (hoy Bangla Desh). Este, antes de dividirse, también tenía que cruzar el Bra-
hamaputra mediante un ferry ferroviario. Una línea corría hacia el sudeste a Chittagong,
la base del frente en Arakan; el otro hacia el nordeste a Manipur. Para reducir a un míni-
mo su movimiento por caminos, la línea de trocha métrica no solo se usaba para el trans-
porte de efectos y tropas sino también de vehículos tales como tanques y material de in-
genieros. Las rutas, para la mayoría de los movimientos terrestres desde Calcuta en di-
rección a los caminos y terminales ferroviarias, debido a la geografía describían por lo
menos tres lados de un cuadrado y un cruce importante por ferry. Los trenes que debían
cruzar los ríos en ferry debían ser desacoplados antes de su embarque y nuevamente
armados en la otra orilla. El ferry desde Amingaon era capaz de mover solo 125 vagones
ferroviarios por día. Más aún, en las líneas de trocha métrica cada kilogramo de efectos
en marcha hacia cualquier destino debía ser cambiado de vagones de trocha ancha a los
de trocha métrica, un proceso consumidor de mucho tiempo en los días anteriores a los
equipos mecánicos de manipuleo de cargas (cargadores frontales y pallets). Muchos de
los efectos enviados al frente eran pesados y poco manejables: puentes Bailey, remolca-
dores y embarcaciones de río, locomotoras encajonadas para los ferrocarriles de Birma-
nia, excavadoras y material pesado para la ruta de Ledo. También eran demasiado pe-
queñas, muy pocas o no existentes, las grúas en las playas de carga ferroviarias y en los
puertos de los ríos. Como si esto no fuera suficiente, también había algunos problemas
con el nivel gerencial de los ferrocarriles. En mayo de 1942 la estación ferroviaria de Ma-
nipur recibió una Alarma Roja de Ataque aéreo. La gerencia desertó inmediatamente. Es-
te y otros incidentes llevaron a la formación de unidades de Defensa de la India, com-
puestas por voluntarios de las gerencias de los ferrocarriles, sirviendo bajo el Código de
Justicia Militar, pero estacionados en sus propios distritos.
El Clima
* * *
La Campaña
Sin embargo todas las mejoras en el sistema logístico representaban un largo ca-
mino desde mayo de 1942, cuando los soldados exhaustos y enfermos de malaria de
lo que entonces se conocía como el Cuerpo de Birmania llegaron a Assam a través del
sendero desde Kalewa a Imphal. Afortunadamente, con el comienzo de los monzones,
los japoneses no los siguieron presionando en su retirada. Tenían sus propios proble-
mas logísticos. Vivirían confortablemente bien permaneciendo en Birmania, con sus
bases en la zona libre de malaria, empleando las comunicaciones propias del país y
comiendo las generosas cosechas de arroz. Cualquier intento de su parte de invadir la
India con una fuerza del tamaño suficiente como para tener posibilidades de éxito
hubiera requerido una importante mejora de sus líneas de comunicaciones más allá del
río Chindwin. Más aún, sus líneas de comunicaciones para los repuestos, munición y
equipos corrían hacia atrás hasta Japón. Era muy improbable un mejoramiento en la sa-
tisfacción de las necesidades requeridas para apoyar una ofensiva importante, a menos y
71
La Savia de la Guerra
hasta que los japoneses hicieron una radical reapreciación de sus prioridades estraté-
gicas, con la reasignación de los medios necesarios para apoyarlas. Sencillamente se
habían sobreextendido. Hacían frente al clásico dilema logístico, si avanzaban consumir-
ían sus abastecimientos en forma creciente y cada vez estarían más débiles salvo que
pudieran reabastecerse a costa de sus oponentes. Los británicos, retrocediendo en direc-
ción a sus propias bases, se tornaban cada vez más fuertes. Con tal que no tuvieran en
cuenta sus propios temores, como lo habían hecho en Malasia y Singapur, donde habían
cedido terreno y se habían rendido a un enemigo que era más débil tanto en número
como logísticamente, los japoneses no prevalecerían. Estratégicamente los japoneses
estaban a la defensiva pero montaron una serie de ataques para conseguir una buena
posición defensiva desde la cual conservar mejor Birmania. La actitud aliada era ofensiva
para retomar Birmania y alcanzar la ruta directamente a China. En este caso se estarían
alejando de sus bases y tendrían que mejorar sus líneas de comunicaciones. Pero prime-
ro tendrían que aumentar su fuerza mientras contenían los ataques japoneses, tal como
lo hace un boxeador muy dolido cuando mantiene a raya a su oponente mientras se re-
cobra lo suficiente para pasar al ataque.
Por lo tanto, en términos generales, las fuerzas británicas en Assam y Arakan perma-
necieron a la defensiva desde mayo de 1942 hasta mayo de 1944. Si bien hubo opera-
ciones ofensivas, comparativamente estas fueron de un carácter menor. Las operaciones
activas virtualmente cesaron durante el monzón de 1942/43. Naturalmente esta situación
estática hizo que el abastecimiento de la fuerza fuera más fácil y brindó tiempo para el
mejoramiento del sistema logístico que se trató más arriba. Otra característica de la pri-
mera parte de la campaña fue la tendencia, por parte de las unidades amenazadas de ser
cortadas por las tácticas de infiltración de los japoneses, a retirarse para mantener abier-
tas sus líneas de comunicaciones. El abastecimiento aéreo, al principio el único medio
para mantener abiertos estos cordones umbilicales no estaba disponible pero cuando
llegó, habría de cambiar tan radicalmente el panorama logístico que se lo puede juzgar
individualmente como la razón más importante de la victoria final.
72
Tres Campañas en una Guerra Global
y las cabras fueron mantenidas en Imphal donde abundaba la paja del arroz como forraje
y se cultivaron 7.300 hectáreas de hortalizas.
Pese a estas medidas de auto ayuda, las que demandaron tiempo para ser imple-
mentadas, las dificultades del abastecimiento fueron enormes. En Assam, para mantener
una división de 1.500 efectivos desplegada en el frente, se requerían 36.700 hombres, de
los cuales 5.000 estaban en las tareas de transporte y abastecimiento. En Arakan las co-
sas no eran mejores, antes que alcanzara el área de los cuerpos el 50 por ciento del to-
nelaje que dejaba Chittagong en dirección a las áreas adelantadas era consumido por el
personal de la línea de comunicaciones y servicios.
Penetración Profunda
* * *
El Plan Aliado
73
La Savia de la Guerra
kan, asistiendo a Stilwell a alcanzar sus objetivos.
Los informes de inteligencia aliados dieron a Slim un aviso oportuno sobre las inten-
ciones japonesas y por lo tanto enmendó sus propios planes. Juzgando que el frente cen-
tral era vital, decidió retirar el 4º Cuerpo a la meseta de Imphal y allí recibir el ataque ja-
ponés en la mejor posición defensiva. Logísticamente esto le daría una ventaja, se acor-
tarían sus líneas de comunicaciones desde sus terminales ferroviarias, aeródromos, ba-
ses y depósitos de abastecimientos a las tropas en el frente. Ordenó al 15º Cuerpo, en el
Arakan, sostener su terreno, alertando al comandante del cuerpo que no solo no sería re-
forzado, sino que además debía estar listo a enviar refuerzos hacia el norte a Imphal, una
vez que la ofensiva japonesa en el sur se detuviera. Stilwell y Wingate deberían proceder
como se había establecido.
74
Tres Campañas en una Guerra Global
que hizo esa postura posible. Los hombres sabían que si se quedaban y combatían ser-
ían abastecidos con víveres y munición. Durante los 17 días del sitio se lanzaron 3.000
toneladas de efectos. Basándose en la inteligencia y anticipándose al ataque, cerca de
los aeródromos se habían acumulado abastecimientos para 40.000 hombres y se habían
alistado los aviones para la tarea. A los japoneses les costó unos 8.000 hombres y para el
momento en que los hambrientos sobrevivientes se retiraron, se había terminado el mito
de que podían vivir largos períodos con unos puñados de arroz y el sostenimiento local.
* * *
Mientras tanto los planes aliados siguieron adelante. La parte que en ellos le corres-
pondía a Wingate era la captura y dominio de la totalidad del área Indaw - Katha hasta el
paralelo 24º, la que debería conservar hasta ser relevado por los chinos a las órdenes de
Stilwell y por el 14º Ejército. Vale la pena prestar atención a estas operaciones con el su-
ficiente detalle como para ver como encajan con la totalidad de los planes aliados, como
en la realidad se revelaron ya que pondrían de manifiesto un número de lecciones, des-
tacándose una referente a las prioridades logísticas.
El Traslado Aéreo
La primera fase se desarrolló bien. El primer traslado de la segunda fase debería ser
el 5 de marzo de 1944, consistente en el transporte de la primera ola de la 77ª Brigada a
Piccadilly y Broadway mediante 80 planeadores. A último momento se descubrió que Pic-
cadilly estaba cubierto por grandes árboles caídos, entonces se pensó que era obra del
enemigo. Pero en realidad se trataba de normales trabajos de tala. Se redujo el número
de planeadores a 60 y la 77ª comenzó su traslado a Broadway. A pesar de algunos mo-
mentos excitantes y unas pocas bajas, al crepúsculo de esa tarde la pista estaba lista pa-
ra recibir los Dakotas. Dos volaron esa noche, el segundo con una carga completa de
2.700 kilogramos. Esa noche se repitió la secuencia en Chowringhee y dentro de las 24
horas se recibían los Dakotas. Entonces Wingate resolvió cambiar el esfuerzo principal a
Broadway y evacuar Chowringhee, la que estaba cerca de una ruta de transporte motor y
un aeródromo. A mediados de marzo de 1944 tres brigadas estaban detrás de las líneas
japonesas, bien ubicadas para interrumpir las líneas de comunicaciones de cuatro divi-
siones enemigas. Wingate ordenó que se estableciera un nuevo bloqueo, nombre código
Aberdeen. Los planeadores llevaron equipo de ingenieros para construir una pista para
75
La Savia de la Guerra
los Dakotas. A continuación, para completar el movimiento de la división Chindit, se plani-
ficaron 360 salidas de Dakotas a efectuarse durante seis noches. En esta coyuntura co-
menzó la ofensiva japonesa contra el 4º Cuerpo al sur de Imphal, un poco antes de lo que
se había anticipado. Todas las unidades del 4º Cuerpo estaban de regreso en sus posi-
ciones planeadas, pero solo justo a tiempo. A medida que el ataque ganaba ímpetu, el
14º Ejército necesitada todos los aviones lanzadores de cargas disponibles para mante-
ner al fuertemente presionado 4º Cuerpo. El número de Dakotas disponibles para los
Chindits fue cortado a 25 y el transporte de las dos brigadas que siguieron demandó 20
días.
A principios de abril la 77ª Brigada había establecido un bloqueo muy exitoso, nom-
bre código White City, firmemente establecido sobre las comunicaciones por carretera y
ferroviarias de la 18ª División Japonesa enfrentada a Stilwell. Lentaigne, que ahora co-
mandaba los Chindits después de la muerte de Wingate en un accidente aéreo, cerró
Aberdeen y reforzó White City. Si bien los Chindits dominaban el área de las líneas de
comunicaciones japonesas, Stilwell estaba tan inactivo que la 18ª División no necesitó re-
currir a su tercera línea de municiones y abastecimientos. Al mismo tiempo estaba claro
que los Chindits eran una carga logística para el 14º Ejército. Los japoneses, habiendo
cortado por detrás al 4º Cuerpo en Imphal y atacando con coraje fanático, mantuvieron el
cerco por más de dos meses. Pero tal como en los Arakanes un mes antes, mantenién-
dose firmes los defensores negaron los abastecimientos a los japoneses que tan deses-
peradamente los necesitaban. El 4º Cuerpo era totalmente abastecido por aire. Por día se
hacían llegar a las pistas quinientas cuarenta toneladas. El principal problema no eran los
víveres, sino la munición y otros efectos necesarios para pelear la batalla. Nuevamente,
lo mismo que en el Arakan, los japoneses no pudieron sostener logísticamente su ofensi-
va y los exhaustos sobrevivientes retrocedieron a través del Chindwin. Aunque el monzón
estaba por comenzar, tal como se lo mencionó anteriormente, con el total apoyo de Slim
Mountbatten resolvió continuar con las operaciones. Al 4º Cuerpo se le ordenó perseguir
a los japoneses en retirada. Fuertemente debilitados por las pérdidas en combate y por el
hambre debida a una logística inadecuada, ahora los japoneses encontraron al 14º Ejérci-
to en sus talones.
Mientras tanto se ordenó a los Chindits que evacuaran todos los puestos de bloqueo
existentes y operar en apoyo de Stilwell. Se estableció uno nuevo más cerca de este,
Blackpool. Pero para entonces se había perdido la sorpresa, el monzón había comenza-
do y los lanzamientos nocturnos eran muy peligrosos. Los japoneses llevaron cañones
antiaéreos así como también artillería y pronto los lanzamientos diurnos, durante las pau-
sas de los aguaceros del monzón, se volvieron mucho más difíciles. Blackpool, que esta-
ba escaso de municiones y abastecimientos, fue evacuado el 25 de mayo. Los hombres
gravemente heridos como para ser acarreados en mulas, el único medio de evacuación
de bajas, fueron ultimados por los de su propio bando. Finalmente los severamente redu-
cidos Chindits capturaron Mogaung y se conectaron con Stilwell. En agosto, poco des-
pués de la captura de Mogaung y Myitkyina, los Chindits fueron retirados. Muchos esta-
ban debilitados por la tensión debida a operar en un terreno tan cruel, con un mínimo de
apoyo y luego de exámenes médicos una gran proporción de la fuerza fue declarada no
76
Tres Campañas en una Guerra Global
apta para la acción hasta después de un período de descanso y recuperación. Si bien
con limitados éxitos, la segunda operación de Wingate fue extremadamente costosa para
cinco brigadas bien adiestradas, la sexta fue empleada en un rol convencional. El esfuer-
zo aéreo para mantener abastecida una fuerza tan grande, especialmente en contacto
con el enemigo lo que representaba un gran consumo de munición, estuvo fuera de toda
proporción con respecto al efecto que tuvo en la batalla. Cuando los japoneses atacaron
el centro, Slim se vio enfrentado a una elección logística. Mantener el abastecimiento aé-
reo a los Chindits en el nivel originalmente planeado a costa de los aviones necesarios
para abastecer el 4º Cuerpo en su batalla crucial para mantener a los japoneses fuera de
la meseta de Imphal, o vice versa. Para él, difícilmente debe haber sido una fiesta arribar
a la solución que escogió.
* * *
A medida que el avance ganaba ímpetu17 y el ejército se alejaba más y más de sus
bases en la meseta de Imphal, se hizo necesario establecer la línea de comunicaciones
del Norte de Birmania, la que será descrita en su totalidad en esta parte. Evidentemente
se podía emplear cada sección solo después de haberla limpiado de enemigos. Era una
combinación de camino, agua y ferrocarril. Desde el Camino de Manipur, 510 kilómetros
por ruta hasta Kalewa en la orilla oeste del Chindwin, luego por río 385 kilómetros hasta
Myingyan y los 690 kilómetros hasta Rangoon por carretera o ferrocarril. Un total de 1.585
kilómetros, más del doble de la distancia que tenían que cubrir los alemanes para abaste-
cer su embestida sobre Moscú en 1941 y solo un poco más corta que las líneas de co-
municaciones del Deutche Afrika Korps de Rommel en el desierto y del Grupo de Ejército
B de Hoth avanzando sobre Stalingrado. Estos valores no tienen en cuenta las distancias
y dificultades que presentaban las líneas de comunicaciones que corrían desde Gran Bre-
taña y los EEUU hasta Calcuta y desde allí hasta el Camino de Manipur. Pero la sola
mención de las distancias no presenta el panorama total de la campaña de Birmania.
Como siempre, la meteorología y el terreno tienen un efecto dramático en la logística así
como también en la táctica. Por ejemplo, el tiempo que demandaba el viaje redondo des-
de el Camino de Manipur a Kelawa, una distancia total de 1.025 kilómetros era de 7 días
en la temporada seca, en el monzón 14-16. El abastecimiento aéreo jugó una parte cada
77
La Savia de la Guerra
vez más importante para cubrir estas distancias. Para abril de 1945, de un total de reque-
rimientos diarios de abastecimientos de todo tipo del 14º Ejército de 2.090 toneladas, un
promedio del 88 por ciento (1.845 ton.) fueron enviadas por aire. La distancia económica
de los Dakotas era de 400 kilómetros, más allá de la cual la carga útil disminuía en pro-
porción a la distancia volada. Por eso, cuando era posible, la descarga se realizaba en
tierra en lugar de lanzarla18y como una regla del dedo, solo las tropas que se encontra-
ban más allá de la distancia económica del transporte por camión desde un aeródromo u
operando fuera del eje, eran abastecidas por paracaídas. En enero de 1945 el objetivo de
15 Cuerpos en la campaña del Arakan era la captura de lugares aptos para la construc-
ción de aeródromos desde los cuales mantener al resto del 14º Ejército, ahora compuesto
por dos cuerpos, 4º y 33º, en la reconquista de Birmania. Mientras el 33º Cuerpo liberaba
los campos petrolíferos de Yenangyaung y luego avanzaba paralelo al Irrawaddy, el 4º
Cuerpo compuesto por unos 70.000 hombres, 250 vehículos a oruga y 8.000 a rueda,
empujaba a lo largo de la ruta Mandalay-Toungoo-Rangoon.
El 4 de abril, con 480 kilómetros por delante hasta Rangoon, los imperativos logísti-
cos comenzaron a dictar la estrategia. En junio los Dakotas norteamericanos, que brinda-
ban la maza del transporte aéreo, serían retirados a China. La mayor parte de la red ca-
rretera solo era apta con buen tiempo y el monzón era esperado para principios de mayo.
A cualquier costo se hizo necesario capturar Rangoon antes del monzón. Se decidió que
debería montarse una operación combinada naval y aérea por parte del 15º Cuerpo des-
de el Arakan para conquistar el puerto. El 3 de mayo las tropas de asalto del 15º Cuerpo
capturaron Rangoon mientras que la división de vanguardia del 4º Cuerpo, la 17ª División
Hindú, aún estaba a 50 kilómetros de la ciudad, retenida por las demoliciones, las minas y
el barro. El 4º Cuerpo, en su carrera de 480 kilómetros hacia Rangoon, había sido com-
pletamente abastecido por aire lo que, teniendo en cuenta el apoyo por aire de los otros
dos cuerpos, constituye la mayor operación apoyada por aire en cualquier teatro en la
Segunda Guerra Mundial.19 En ningún caso se demoró el avance por falta de munición o
efectos para la batalla. Las tropas de vanguardia estaban con raciones reducidas debido
a la necesidad de transportar el mayor número de víveres diarios en camiones entre los
aeródromos, para evitar los lanzamientos aéreos. En la última etapa del avance y hasta
que Rangoon fue restituido a su condición de puerto activo, debido a la combinación de
que el monzón llegó dos semanas más temprano dejando inoperables todos los aeró-
dromos al sur de Meiktila y a un aumento en el consumo de munición y combustible, to-
das las tropas estuvieron a media ración durante 34 días. La imposibilidad de usar los
aeródromos significó que por un período el 4º Cuerpo vivió del abastecimiento por para-
caídas de 175 toneladas por día, en lugar de las 450 necesarias.
* * *
78
Tres Campañas en una Guerra Global
abastecimientos en los lanzamientos aéreos por la falta de aeródromos, llevaron a impor-
tantes faltas. En el 4º Cuerpo las raciones estaban a menos de la mitad y aún así queda-
ba poco tonelaje disponible para combustible y municiones. Por suerte solo una de las di-
visiones de los Cuerpos se empeñó efectivamente y con poca intensidad. Pese a la
enorme capacidad de transporte aéreo, superioridad aérea y todas las otras ventajas de
que disfrutaron los aliados, estos llevaron la campaña de Birmania a su exitosa finaliza-
ción solo mediante la rigurosa aplicación de los principios logísticos. También debe decir-
se que el 14º Ejército fue afortunado por el comandante que tuvo, el General Slim, a
quienes muchos consideran como el general combatiente más exitoso del Ejército Inglés
desde Wellington. Durante tres años y medio su ejército combatió la más larga y continua
campaña contra el por lejos mayor cuerpo del enemigo en la guerra contra Japón. Al
hacerlo así le infligió a los japoneses la más grande derrota en una batalla terrestre que
jamás hayan sufrido. Más japoneses murieron en Birmania que en toda la campaña del
Pacífico. El 14º Ejército fue el más notable ejército jamás visto por la variedad de razas
que representaban sus soldados. Fue un triunfo logístico por si mismo la provisión de ra-
ciones aceptables por parte de la plétora de diferentes religiones y castas solamente en-
tre las tropas hindúes. Pero esto representa una fracción de los tantos logros logísticos
del Ejército de Slim.
* * *
CONCLUSIONES
Cuando el 9 de agosto de 1945 la Segunda Guerra Mundial llegó a su fin después del
lanzamiento de la bomba atómica sobre Nagasaki, los logísticos podían felicitarse por sus
logros, tal vez sin los cuales nunca se hubiera alcanzado la victoria pero no debían dor-
mirse sobre sus laureles. Mientras los departamentos operaciones se relajaban un poco,
los logísticos, entre otras cosas, tenían que proveer combustible y víveres a las pobla-
ciones civiles así como también a las tropas de ocupación; mover grandes cantidades de
hombres a las bases y finalmente a sus países de origen, enviar los efectos a casa o pro-
ceder a su disposición. Los logísticos aliados triunfaron sobre las dificultades mediante la
firme aplicación de los principios de Previsión, Economía, Flexibilidad, Simplicidad y Co-
ordinación. Si no lo hubieran hecho así, el innegable superior potencial logístico de los
aliados con respecto a las fuerzas del Eje, en términos de transporte y abastecimiento, no
podría haber sido aplicado tan efectivamente.
79
La Savia de la Guerra
abandonado en caso de apuro sin poner en peligro el resultado final total mientras que,
por lo menos para los británicos, eran cruciales para la conducción de la guerra. Sin em-
bargo el costo sufrido por Hitler, en términos de pérdidas humanas debido a la rendición
en el norte de Africa, en ninguna manera fue despreciable.
Como resultado de estar frente a un dilema logístico expresado por Paul Kennedy,
los japoneses estaban en una posición diferente con respecto a sus aliados del Eje; im-
pulsados a expandirse hacia el sur dentro del Pacifico, hacia el sudoeste y hacia el Su-
deste Asiático:
Logísticamente como en muchas otras la Segunda Guerra Mundial fue, por lejos, la
guerra de mayores pruebas de la historia. Los combatientes habían aprendido mucho en
los cinco años que siguieron al comentario del entonces Mayor General Paget en 1940:
80
Tres Campañas en una Guerra Global
embarcaciones, aviones de transporte y vehículos a motor (tanto a oruga como a rueda)
y siempre que existiera la cantidad suficiente de estos medios, en la Segunda Guerra
Mundial se podrían hacer llegar al frente los abastecimientos como para mantener el
ímpetu de las operaciones, de una forma que era inalcanzable en la Primera. La tecno-
logía aún no había progresado hasta la etapa en que los equipos fueran tan complejos y
caros que el costo fuera una limitación en el número en que pudieran ser producidos. La
cantidad de tanques, cañones y aeronaves que una nación podía producir era un factor
del estado de sus industrias, sumado a su acceso a las materias primas. La experiencia
ha demostrado que las naciones industrializadas, aún cuando están siendo sometidas a
intensos bombardeos, pueden producir lo suficiente como para mantenerse por delante
del consumo de sus abastecimientos (siendo el más importante la munición) y reemplazar
las pérdidas en equipos. A este respecto los EEUU, que por mucho poseen la mayor ba-
se industrial y nunca fueron bombardeados, superaron a todas las demás. El ritmo de
agotamiento de sus abastecimientos nunca fue un problema para los EEUU ni para sus
aliados. Tampoco disminuyó el poder de combate de los alemanes por su enorme con-
sumo de munición y equipos hasta el punto en que no pudieran continuar la guerra. Es
más, al finalizar la guerra la producción aún estaba creciendo. Sin ayuda material de
ningún otro estuvieron en condiciones de conducir, durante dos años y medio, una estra-
tegia defensiva tenaz y generalmente brillante. Tanto como la estrategia ofensiva de bom-
bardeo aliada fue menos exitosa para poner de rodillas a las potencias del Eje, tal como
se lo había esperado, de la misma manera la interdicción aérea de las líneas de comuni-
caciones terrestres, por si misma, no fue suficiente como para cortar el flujo de abasteci-
mientos hasta el punto en que el enemigo fuera incapaz de resistir.
El legado logístico de la Segunda Guerra Mundial no fue solo una insuperable pericia
en la forma de abastecer operaciones lejanas, especialmente en el caso de los aliados,
sino una lección para todos los participantes en el arte de lo logísticamente posible. Ve-
remos ahora hasta donde se recordó esta lección en algunos cuarteles.
1. Terraine. The Right of the Line, p. 263, menciona a Richards y Saunders, The Royal Air Force 1939-45 (HMSO
1974)
"...con la cercanía del Día-D, una rápida parálisis se fue extendiendo como una enredadera sobre la red ferro-
viaria de la región norte. Cuando amaneció el día, los aviones británicos y norteamericanos habían arrojado
un total de 66.517 toneladas de bombas sobre ochenta blancos seleccionados. Por eso, el movimiento por fe-
rrocarril de tropas y materiales alemanes se había vuelto algo muy difícil y peligroso y ello mucho antes de
que comenzara ningún desembarco. Los trenes que se movían lo hacían muy despacio, se veían obligados a
realizar largos desvíos y viajar solo de noche. En una gran parte de Francia y Bélgica, el enemigo no tenía li-
bertad de movimientos."
2. Archivo de la Oficina de Guerra The Second World War, 1939-1945, Army Supplies and Transport, Vol. 1 p. 221.
La asignación inicial de tropas en el convoy de asalto, fue:
Argelia:
Dos secciones de camiones de 2,5 ton. para movimiento temporario en la playa (p.ej. remover de efectos de
la playa) luego hacia Philippeville y Bone cuando fueran conquistadas.
Dos pelotones de camiones de 5 ton. para operar en el puerto de Argelia.
Dos secciones, menos tres grupos, de camiones livianos para llevar combustible al aeropuerto y luego a ser
empleados en mantenimiento de aeródromos y caminos.
Una sección de ambulancias.
Una sección de puentes Bailey.
Bougie:
Una sección de camiones de 3 ton. para movimientos temporarios en la playa y puerto.
81
La Savia de la Guerra
3. Movements, p. 372, manifiesta que las playas usadas en Normandía eran las peores para una operación combi-
nada, desde el punto de vista del gradiente de playa. Debido a que los buques completamente cargados de efec-
tos tenían que permanecer hasta cinco millas de la costa, aumentando considerablemente el tiempo de los viajes
redondos de las embarcaciones y tractores anfibios. Los tonelajes fueron:
Día D Nada debido al mal tiempo
D+1 4.600
D+2 Nada debido al mal tiempo
D+3 2.964
D+4 6.049
D+5 9.911
Total 23.484 toneladas desembarcadas en 4 días = un promedio de 5.871 ton. por día en los que fue
posible la descarga.
4. Terraine, p. 389. En la campaña de Cirenaica y Tripolitania, la Fuerza Aérea del Desierto resolvió rápidamente el
problema de llevar el combustible hacia adelante a los aeródromos recientemente capturados.
"...la valiosa ayuda brindada por el 316º Comando de Transporte de Tropas de los EEUU, con sus
admirables DC-3, los famosos Dakotas, los que transformarían el problema aliado de transporte.
Era imposible transportar dentro de un avión las absolutamente ineficientes latas comerciales ingle-
sas normalizadas de estaño de 14,4 litros (ver nota 2). La alternativa eran los tambores de acero de
160 litros, pero la RAF no disponía de la capacidad de transporte para ellos. Los Dakotas podían
hacerlo y lo hicieron al punto de transportar, a mediados de diciembre, 468.000 litros con destino a
la Fuerza Aérea del Desierto para la operación El Agheila y 550.000 litros de combustible junto con
34.200 litros de lubricantes llevados al aeródromo de Marble Arch, solamente en diciembre y enero
- el equivalente a la capacidad total de los tanques de 1.575 Hurricanes o 1.240 Kittyhawks o 355
Bostons (el tipo de aviones en apoyo aéreo cercano del 8º Ejército.
Las lecciones aprendidas por parte del 8º Ejército y la Fuerza Aérea del Desierto acerca de la cooperación tie-
rra/aire tomaron algún tiempo en ser aceptadas por sus contrapartes de planeamiento y operaciones, en el otro
extremo del litoral del Atlántico Norte.
Sin embargo, los alemanes estaban muy adelantados con respecto a los aliados en lo que hace a las técnicas del
reabastecimiento aéreo. Terraine, p. 751.
En enero (1942), cuando Rommel lanzó su contra ofensiva, la Luftwaffe tenía combustible solo para dos se-
manas en operaciones ofensivas. "Si el transporte aéreo no hubiera llevado el combustible suficiente como
para satisfacer el consumo diario, las unidades aéreas hubieran quedado en tierra en quince días" (Air Histori-
cal Brunch/H/117/8(B) pp.290-291). Aún cuando después de los ataques desde Malta contra las rutas maríti-
mas hacia Africa del Norte las habían reducido a casi nada, los alemanes efectuaron un gran empleo de sus
numerosos aviones de transporte para llevar hombres y efectos desde Creta a Cirenaica". (Playfair, Official
History, The Mediterranean and the Middle East (HMSO), 1954) Ver también nota 5.
Gracias al defectuoso pensamiento táctico y estratégico en la Real Fuerza Aérea antes de la Segunda Guerra
82
Tres Campañas en una Guerra Global
Mundial, convincentemente expresado por Terraine en The Right of the Line, los británicos no poseían nada que
se pudiera comparar con el transporte aéreo alemán o norteamericano.
5. Terraine, op. cit. p. 115. En 1940, ya en la invasión de Noruega, los alemanes habían demostrado en que forma
habían dejado atrás a los británicos en lo que hace al empleo audaz e imaginativo del transporte aéreo.
"Para la invasión inicial la Luftwaffe destacó 500 aviones de combate y otros 571 Ju 52/3M de
transporte. Fueron los últimos los que llevaron las seis compañías de tropas aerotransportadas que
capturaron la capital de Noruega, con sus 250.000 habitantes; nuevamente fueron los JU 52 los que
lanzaron los 120 paracaidistas que conquistaron el aeródromo de Stavanger poco antes de las ocho de
la mañana del primer día. Para esa tarde 180 Ju 52, arribando con regularidad cronométrica, se habían
posado en Stavanger. En el transcurso de toda la campaña (pero su empleo principal fue en las prime-
ras etapas) este invalorable avión efectuó 3.018 salidas, transportando 29.280 hombres, 933.000 litros
de combustible 2.376 toneladas de abastecimientos" Tomado de William Green, Warplanes of the Third
Reich, p.410
6. S. & T., Vol. I,pp. 229 y 230. La situación se agravó debido a que en el último momento un total de 400 vehículos
no fueron embarcados en los convoyes que debían llegar, incluyendo el del día D+18, debido a la limitada canti-
dad de buques mercantes capaces de transportar una carga importante de camiones que mereciera la pena. En
1942, había pocos buques especializados disponibles para operaciones posteriores, capaces de mover una gran
cantidad de camiones. Además, no solo las compañías de transporte de segunda línea operaban a escala redu-
cida, sino que algunas unidades a ser apoyadas, tales como batallones de infantería de marina y paracaidistas,
operando en el rol de infantería convencional, prácticamente carecían de transporte de primera línea y mucho
menos de segunda. (La primera línea de transporte se compone de los vehículos orgánicos de la unidad. La se-
gunda línea de transporte es enviada hacia el frente desde la brigada o la división, dependiendo del sistema que
se aplique en el teatro para apoyar unidades para una tarea específica)
Agregado a esto estaba el flujo, constantemente en aumento, de tropas de combate de los EEUU, sin el con-
secuente aumento del transporte en la misma proporción. Por ejemplo: dos compañías de transporte de la briga-
da de infantería, designadas para mantener 9.000 hombres, se encontraron apoyando 17.000 a 20.000 hombres
a unos 130 kilómetros más allá de la punta de rieles, con solo una sola compañía de transportadores de tanques
para colaborar. La compañía de tercera línea de la 78ª División no llegó sino a principios de diciembre y la com-
pañía de tercera línea de la 6ª División Blindada no lo hizo sino mucho después de esto.
Toneladas
por día
Hacia Túnez
Hacia el este desde Bone por carretera,
ferrocarril y barcos 500
Hacia el este a través de Souk Arhas por
ferrocarril:
a. Desde Bone 750
b. Desde Argelia 500
Hacia el este a través de Tebessa por
ferrocarril de trocha de un metro 750
2.500 ton.
8. Diario de Guerra del Oficial Administrativo del Cuartel General de las Fuerzas Aliadas (Centro Liddell Hart de los
Archivos Militares, King's College, Londres).
5 de enero de 1943:
"En general, este cuartel general está mejorando, pero está lejos de ser la máquina perfecta que
debería ser. El combinar las organizaciones de estado mayor norteamericana y británica, es como
atornillar una tuerca métrica en un tornillo Whitworth - sin embargo, tal vez logramos que las roscas
queden lo suficientemente bien cruzadas como para lograr la seguridad."
83
La Savia de la Guerra
26 de febrero de 1943:
"Las visitas a las áreas adelantadas han revelado las siguientes indicaciones acerca de la acti-
tud de nuestros aliados con respecto a los abastecimientos:
(a) El pillaje en OULED RAHMOUN se ha vuelto tan serio que se hizo necesaria una redada en
fuerza por parte de la Policía Militar. De ella resultaron varias Cortes Marciales. En un caso, el ba-
tallón norteamericano de locomotoras retiró, a punta de pistola, 42 cajas de raciones compuestas
(embaladas de tal forma que cada caja provee raciones para 14 hombres por día).
(b) En TEBESSA, la 85ª Compañía de QM retuvo 1.000.000 de raciones. Lo describen como 21
días para 23.000 hombres ¡o dos raciones por hombre por día!
(c) Para explicar lo que pasó, en lo que entendemos como el sentido de la palabra, no hay ex-
plicaciones. Para entender lo que sucedió, es necesario recordar, primero, que los nortea-
mericanos en los EEUU, nunca han conocido las carencias, privaciones o la real pobreza.
Siempre hay "mucho más allí donde esto viene". Requerirles que tengan en cuenta el espa-
cio en los buques o las necesidades de otros, es en vano, porque nunca les ha sucedido en
sus hogares.
Segundo, consideran muy seriamente a TEBESSA como estando "en la línea del frente."
(El Autor - tal vez Gale está siendo un poco mordaz. Si bien del 14 al 22 de febrero de 1943 los
alemanes rompieron en Kasserine, no alcanzaron Tebessa aunque estuvieron cerca del éxito y
los norteamericanos, de Eisenhower para bajo, estuvieron muy alarmados. En la retirada del II
Cuerpo de los EEUU fueron capturadas o destruidas 10.000 toneladas de municiones y com-
bustible.) El resultado de estos dos principios, si así se los puede llamar, es que ellos actúan
cumpliendo la siguiente máxima. "Nuestros muchachos están peleando la batalla por la causa
aliada. Hay que darles todo lo que quieran. Si tienen hambre, entonces debemos darles todas
las raciones que podamos. Seguro que los muchachos pueden comer una barbaridad de una
montaña de ellas." Para ellos, no tiene sentido una merma de racionamiento.
En el ejército norteamericano a un oficial de abastecimiento - Quartermaster para ellos - se lo califica, por so-
bre todas las cosas, por su habilidad para, por cualquier medio, acumular la mayor cantidad que sea posible de abas-
tecimientos y efectos. Su valor como oficial será juzgado por la cantidad de "basura" que produzca. Son de destacar los
siguientes ejemplos:
El representante de una unidad concurrió a hacer un pedido y presentó un parte como que su unidad tuviera
84 hombres. Se le entregaron 84 cajas de víveres compuestos (suficientes para alimentar 1.176 hombres). Otra unidad
solicitó combustible suficiente para cinco días. A los dos días la unidad informó que no le quedaba más. Una inspección
al asiento de la unidad mostró que los hombres estaban durmiendo en cobertizos cuyas paredes eran tambores llenos
de combustible. A la recriminación respondieron, "está bien, pero estos muchachos no fuman".
El vicio de esta actitud es tan obvio como para no tener que explayarse más. No importaba si teníamos dificul-
tades con el transporte marítimo, ferroviario o terrestre.
Después de cenar tuve una nueva discusión sobre nuestros problemas con el General Miller (Mayor General,
Administración del 18º Grupo de Ejército) y el Brigadier Philipe. Creo que tenemos que acumular nuestras reservas pa-
ra la batalla, pero significará una gran presión, especialmente para la parte norteamericana.
Los británicos, si bien mejor disciplinados, también podían exagerar, tal como lo demuestra el memorándum produci-
do por el Mayor General de Administración del 18º Grupo de Ejército, el 7 de abril de 1943, un mes antes de la finaliza-
ción de la campaña (en los papeles de Gale):
"(a) Los requerimientos del Primer Ejército como acopio en su Zona de Apoyo Logístico (ZAL), antes de
la acción ofensiva están basados en 2.500 tiros por cada cañón de 25 libras en la ZAL, por sobre lo que
tenía la primera y segunda líneas. Estas eran las estimaciones hechas por el Departamento "G" (ope-
raciones) y "Q" (logística) y aceptadas por este último, si bien con algunas objeciones. En la batalla de
Alamein se combatió durante un período de más de 10 días, con un consumo bien por debajo de los
1.000 tiros por cañón de 25 libras. Por supuesto que resulta fantástica, para una acción de 10 días, una
estimación de 2.500 tiros por cañón. (Sin duda los lectores recordarán, del capítulo 2, que el consumo
que Miller considera tan fantástico, 250 tiros por cañón por día, fue superado con creces durante las
batallas de la campaña de las Malvinas. Pero en Alamein, así como también durante el desarrollo de la
mayoría de las grandes batallas que duraron varios días y sobre un área grande (en Alamein un frente
de 40 kilómetros, todos los cañones no tiran al mismo tiempo)...
(c)En el pasado, la RAF ha sido una gran infractora. La Fuerza Aérea Norteamericana, en el presente,
no parece hacer otra cosa que formular una amplia gama de suposiciones. En un caso en este teatro,
se llevó a las bases avanzadas suficiente munición para aviones de caza ¡cómo para abastecer a los
escuadrones de la fuerza durante un año, en empleo intensivo!. En otra oportunidad se me solicitó que
proveyera transporte para retirar 5.000 toneladas de nafta de 100 octanos desde un aeródromo avan-
zado, cuando éste estuvo amenazado por un avance enemigo. Estos dos ejemplos, que demuestran
una falta total de apreciación de la situación logística con relación a los requerimientos operacionales y
la situación, produjeron una escasez de los medios de transporte y demostró que no había un adecua-
do control de las prioridades por parte del estado mayor.
Gale, que luego fue el jefe de logística de Eisenhower en el Cuartel General Supremo de la Fuerza Expediciona-
84
Tres Campañas en una Guerra Global
ria Aliada (SHAEF) para la invasión del Noroeste de Europa y la siguiente campaña, no era antinorteamericano, pese a
que los tonos de las anotaciones en su diario sugieren lo contrario. Como un destacado logístico, quedó escandalizado
por lo que vio. En conjunto, los norteamericanos eran los mayores infractores. Pero en esta etapa de la guerra su ejér-
cito, constituido en su mayoría por reclutas no especialmente bien adiestrados y disciplinados, bajo las órdenes de ofi-
ciales sin experiencia, tenía mucho que aprender acerca de las realidades de la táctica y la logística. Tácticamente me-
joraron hasta llegar a ser tan buenos como cualquiera bajo sobresalientes generales como Patton, Collins, Ridgeway y
Gavin, para mencionar solo algunos. Esto no siempre fue el caso de la logística. Mucho después en 1944 hubo casos,
especialmente en el 3er. Ejército de Patton, de empleo de métodos completamente fuera de la ortodoxia para obtener
recursos, incluyendo apropiarse de camiones para sacarle el combustible, ver Van Creveld, Supplyng War, op. cit. p
221 para comentarios sobre el derroche.
9. Consumo diario de mantenimiento significa exactamente: la munición, combustible, víveres y otras categorías ne-
cesarias para mantener diariamente las operaciones. Estará basada en el tamaño de la fuerza (en términos logís-
ticos técnicos: "la dependencia") y la intensidad y tipo previstos de las operaciones y por lo tanto la velocidad a la
cual se gastará la munición, se consumirá el combustible y los vehículos y equipos requerirán reparaciones o re-
emplazos. Por razones obvias, la única categoría que casi se puede garantir con seguridad su ritmo de consumo
son los víveres. Algunos efectos escasearán y se consumirán las reservas, si es que las hay, si los estados ma-
yores subestiman la intensidad de las operaciones y hay errores en cuanto a la forma que tendrán. La velocidad a
la cual se pueden acumular los acopios de reservas, para cumplir con los más altos consumos debidos a opera-
ciones intensas asociadas con una ofensiva, será afectada en forma crítica si no hay margen suficiente en el sis-
tema de transporte que permita hacer llegar al frente, todos los días, tanto la demanda diaria de mantenimiento
como los efectos de las reservas de acopio. De allí la importancia de mejorar las líneas de comunicaciones a par-
tir de la situación en los primeros tres meses de la campaña, cuando solo se podían hacer llegar al frente, en
abril, 3.750 toneladas por día, 1.750 toneladas menos que el menor requerimiento de demanda diaria de mante-
nimiento, sin hablar de la necesidad de mover, al mismo tiempo hacia el frente, un promedio diario de 2.040 tone-
ladas de reservas.
10. S&T Vol.1, p. 283. Por un lado es interesante que el reabastecimiento normal de la 17ª División Aerotransporta-
da de los EEUU en el cruce del Rin en marzo de 1945 era de 270,54 toneladas, de las cuales la munición de
todo tipo, incluyendo morteros y cañones de hasta 105mm llegaba a las 214,94 toneladas, por lo tanto 79 por
ciento era munición. (Informe del Cuartel General 1er. Ejército Aerotransportado de los EEUU en la operación
VARSITY, El Cruce del Rin - apéndice 9 - Reabastecimiento y Evacuación de Bajas)
11. Terraine, p. 594 y p. 598. Cita aquí Air Historical Board/II/116/22 p.111 y Appendix to Air Historical Bo-
ard/II/117/11(A), así como también a Slessor, The Central Blue. Una reciente reapreciación de los efectos de la
Operación STRANGLE (Edward Males, New Look en Strangle, Military Affairs, Vol. 52 Nº 4, octubre de 1988,
pp. 176-184)no hecha por tierra los argumentos de Slessor, resumidos en su último sub párrafo. La investiga-
ción de Male demuestra que los alemanes se enfrentaron a serios problemas logísticos, pero admite que
STARNGLE no alcanzó su objetivo de forzar a los alemanes a abandonar Roma por falta de abastecimientos.
Brinda las siguientes razones:
(a) Los aliados (ni por primera o última vez - comentario del autor) subestimaron la reac-
ción alemana, lo que incluía efectuar la mayoría de sus desplazamientos de noche. En
una oportunidad Von Senger movió la totalidad de sus Cuerpos a través de todo el frente
del 14º Ejército Alemán para detener el avance del V Cuerpo de los EEUU. En otro caso,
la división Herman Goering efectuó un movimiento a la luz del día en respuesta a una si-
tuación operacional urgente y el ataque aéreo fracasó en su intento de detenerla.
(b) Los aliados sobrestimaron los requerimientos de abastecimiento de los alemanes, los
que estaban en condiciones de aplicar medidas de economía, especialmente en las uni-
dades de retaguardia.
(c) No hubo coordinación entre las operaciones terrestres aliadas (DIADEM) y las opera-
ciones aéreas (STRANGLE) para asegurar que se ejerciera la máxima presión en el mo-
mento en que el enemigo tenía las mayores dificultades logísticas.
(d) Los aliados subestimaron el transporte terrestre disponible por los alemanes. Los mo-
vimientos de transporte de regreso pasados por radio y descifrados por ULTRA solo inclu-
ían los valores del transporte divisional y de cuerpos. Los regresos que daban los valores
del transporte terrestre bajo el control de los cuarteles generales de los dos ejércitos, el
10ª y el 14º, no se enviaban por radio y por lo tanto no eran objeto de la interceptación.
(e) La mala meteorología mantuvo en tierra a los bombarderos medianos, por lo menos la
mitad del tiempo.
(f) Finalmente, el terreno favorecía la defensa y demoraba las acciones, las que pudieron
85
La Savia de la Guerra
12. Los británicos se encontraron en la misma posición en el frente occidental en el período 1914-17 y en realidad en
un poco menor medida hasta la finalización de la Primera Guerra Mundial. Para comenzar, numéricamente eran
tan inferiores a los franceses que no había posibilidad de seguir una estrategia privada, simplemente carecían de
los medios. Desde 1917, luego de los motines franceses y la necesidad de los británicos de cargar con el mayor
peso de las ofensivas en el frente oriental, tuvieron más que decir en cuanto a estrategia, pero de ninguna mane-
ra estaban en condiciones de conducirla en forma aislada.
13. Admin. Planning, p. 40. "La falta de una decisión durante la mayor parte de 1944 habría de presentar una serie de
problemas administrativos (logísticos), que parecían casi insolubles. De hecho, durante este período y en más de
una oportunidad, el Comité Principal de Oficiales Administrativos creyó necesario alertar a los Jefes de Estado
Mayor que, salvo que se diera una decisión, había peligro que los necesarios aprestos administrativos no podrían
ser efectuados en tiempo, para cualquiera de los modos de acción. El Comité Principal de Oficiales Administrati-
vos era un sub comité de los Jefes de estado Mayor Británicos, integrado por el Cuarto Lord del Mar, el Cuartel-
maestre General, el Miembro del Aire para Abastecimientos y Organización y un representante de los ministerios
civiles. Tenían la responsabilidad de asesorar a los Jefes de Estado Mayor en todo lo que hacía a los asuntos
logísticos ínter fuerzas armadas, excepto personal, sanidad y legales.
14. Transportation, p.183. A principios de 1942, debido a la amenaza japonesa, durante un tiempo Calcuta fue prácti-
camente cerrado como puerto, trasladando una carga adicional sobre otros puertos y ferrocarriles en la India.
15
Admin. Planning, p. 79. Los caminos hacia el frente de Arakan también eran difíciles de construir. Hay un
cuento, probablemente apócrifo pero que lo mismo destaca el hecho, que dice que cuando el Cuartelmaestre
General (un general de cuatro estrellas), en 1944 visitó el frente de Arakan, al bajar de su automóvil en el ex-
tremo del camino, el Comandante del Cuerpo lo puso en conocimiento de la orden que establecía que cual-
quiera que se dirigiera hacia adelante debía llevar una canasta de ladrillos para colaborar con la construcción
del camino y que aquél así lo hizo.
16. Se dice que Wingate ordenó que: "ninguna patrulla debía informar que la jungla era impenetrable, hasta que la
hubiese penetrado".
17. S. & T., Vol. II, p. 93 da las siguientes fechas del progreso del 14º Ejército:
20. Terreine, p. 365. En octubre de 1941, en vísperas de la CRUSADER británica, Rommel había perdido el 63 por
ciento de sus abastecimientos en el cruce del Mediterráneo.
21. Kennedy. The Rise and Fall of The Great Powers, pp.443-444
86
4
FALTA DE PREPARACION Y RAPIDA RECUPERACION:
COREA 1950-53
"Sólo usted puede mantener su puerta trasera abierta. Usted puede vivir sin comida, pero no durará mu-
cho sin municiones"
Teniente General Walker Comandante del 8º Ejército en Corea
"La historia de las guerras demuestra que nueve de cada diez veces un ejército ha sido destruido porque
fueron cortadas sus líneas de comunicaciones...Debemos desembarcar en Inchon y los aplastaré.
Douglas MacArthur
Años después de haber terminado la Guerra de Corea, había un tanque T-34 en una
esquina en una calle de Taejon en el sudoeste de Corea. En su torreta estaba pintado
"Abatido el 20 de julio de 1950 bajo la supervisión del Mayor General W. F. Dean". No es
común que un comandante de división tome parte de una cacería de tanques. Que él sin-
tiera que era necesario que lo hiciera a fin de restaurar la confianza de sus hombres en
sus equipos y en ellos mismos, era un síntoma de la falta de preparación del Ejército de
los EEUU. al estallar la guerra.
Desarmado y no preparado
El Ejército de Corea del Norte invadió Corea del Sur a las 0400 horas del 25 de junio
de 1950, atacando sin preaviso en la media luz previa a la salida del sol, alcanzando una
sorpresa táctica completa. Los servicios de inteligencia de los EEUU habían fracasado al
no haber prevenido el ataque. Si bien se había recibido alguna información en Washing-
ton que insinuaba la gran posibilidad de movimientos en Corea del Norte en junio, una
evaluación incorrecta y una mala diseminación dieron por resultado que no llegara a las
personas que debían haber tomado algunas medidas. Aunque se habían producido in-
cursiones en la frontera y las referencias a una invasión eran frecuentes en reuniones de
inteligencia en el Cuartel General del Comando del Lejano Oriente en Japón, los EEUU
estaban mucho más preocupados por las actividades comunistas en el resto del mundo,
especialmente en el Sudeste Asiático y particularmente en Indochina. Debido a que el
panorama de inteligencia respecto a la creación de tropas por parte de Corea del Norte
no encajaba con las ideas preconcebidas sostenidas por el gobierno de los EEUU. y sus
asesores militares, éstas fueron desestimadas, como muchas veces sucede en este tipo
de situaciones, llenas de racionalizaciones. Las razones eran desde que los surcoreanos
eran propensos a asustarse con el cuento del lobo, hasta la valoración de que los norco-
reanos continuarían empleando las guerras de guerrillas y psicológica, junto con presio-
nes políticas, antes que el empleo abierto de la fuerza militar.1 Por último, era un hecho
académico que hubo una falla de inteligencia porque los EEUU no tenían planes para
contrarrestar una invasión. El único plan de contingencia era para evacuar a los ciudada-
nos norteamericanos de Corea del Sur.2
Las Fuerzas Armadas de Corea del Sur no estaban en condiciones de parar una in-
vasión llevada a cabo por siete divisiones norcoreanas bien adiestradas y equipadas, in-
cluyendo 150 tanques T-34 y apoyadas por una pequeña fuerza aérea táctica. Los surco-
101
La Savia de la Guerra
reanos no tenían tanques, ni artillería mediana, ni morteros pesados, ni armas antitan-
ques ni aviones de caza, ni bombarderos. Ese mes se habían enviado diez viejos aviones
Mustang F-51, pero ningún piloto surcoreano estaba aún adiestrado para volar misiones
de combate. Las disponibilidades de munición de artillería y morteros del ejército surco-
reano se habrían acabado en unos pocos días. Como un último punto de desilusión, los
militares norteamericanos no reconocían la inferioridad de las Fuerzas Armadas de Corea
del Sur y hasta el día de la invasión creían que si los norcoreanos atacaban, serían fácil-
mente rechazados por el ejército surcoreano. Este punto de vista era sostenido nada me-
nos que por el Jefe del Grupo Norteamericano de Asistencia a Corea del Sur.
No son de nuestro interés las discusiones políticas y militares que finalmente cambia-
ron la política de los EEUU de no mantenerse a pie firme en Corea, que siguieron a un
reconocimiento personal e informe por parte del General MacArthur, Comandante en Jefe
del Lejano Oriente. Finalmente se dio autorización para destacar fuerzas terrestres de las
tropas de ocupación de los EEUU en Japón, como así también unidades navales y aére-
as ya enviadas para cubrir la evacuación de norteamericanos de Seúl e Inchon.
"...el comando era fofo y blando, afectado por una lasitud infecciosa, no preparado
para responder rápida y decisivamente a una emergencia militar en gran escala".3
La situación logística era igualmente seria. De los 226 cañones sin retroceso del in-
ventario del Octavo Ejército, había sólo 21. De los 18.000 jeeps y camiones 4 x 4, 10.000
estaban inservibles y de los 13.800 camiones 6 x 6, sólo 4.441 estaban en condiciones
de uso.4 Los abastecimientos que se encontraban disponibles en el Lejano Oriente sólo
eran suficientes para sostener las tropas en actividades de tiempo de paz durante sesen-
ta días. Los niveles en varias categorías variaban de 45 a 180 días, con la mayoría ca-
yendo al rango de 45 a 60 días. Los abastecimientos que se encontraban en la línea de
comunicaciones eran sólo un goteo. Si bien se disponía de grandes cantidades de mate-
rial de unidades desactivadas, la mayoría de él era inservible y las tareas de reparación
podían hacer poco más que abastecer las necesidades corrientes de las fuerzas de ocu-
pación. Una porción significativa del equipo en condiciones de ser reparado debió ser to-
mado del Ministerio Japonés de Comercio Internacional e Industria, a quien el gobierno
de los EEUU le había dado grandes cantidades de material de rezago como un estímulo
a la economía japonesa. Rectificar esta situación se hizo muy difícil por la suposición, re-
petidamente adoptada por los conductores de la política norteamericana, de que la Gue-
rra de Corea duraría sólo seis meses. Se puede resumir la actitud mental de muchos fun-
cionarios en los EEUU por lo expresado por un experto en presupuesto del Pentágono,
cuando se le preguntó cuanto tiempo duraría la guerra y cuanto costaría. "Oh, unos dos o
tres meses o algo así. Es difícil hablar de costos en este momento pero diría que será
aproximadamente el costo de uno o dos ejercicios militares." Si bien no se puede encon-
trar la fuente de esta afirmación y ella puede ser apócrifa, no obstante es exacta en un
aspecto: la edad y el estado de conservación de la munición y el equipo con que las pri-
meras tropas norteamericanas entraron en combate en Corea. La falta de preparación y
la mala voluntad para corregir las cosas con la mínima demora yacía en la suposición, por
parte de los estados mayores militares después de 1945, que la próxima guerra sería una
repetición de la Segunda Guerra Mundial. Los acopios serían lentos y los grandes envíos
102
Falta de Preparación y Rápida Recuperación
y despliegues a ultramar comenzarían dos años después del día de inicio de la moviliza-
ción. Para decirlo crudamente, debido a que la guerra de Corea no encajaba en la idea
preconcebida de cómo sería el próximo conflicto, no se la reconoció como siendo "la
próxima guerra".
El Terreno
El país en el cual los norteamericanos y sus aliados de la ONU deberían pelear en los
próximos tres años no era familiar para la mayoría de los ejércitos occidentales. Un sol-
dado inglés lo describió así:
Había muy pocos caminos o huellas. El terreno es montañoso; muchas cimas tienen
alturas superiores a los 1.000 metros, son mayoritariamente rocosas y sin vegetación en
su parte superior; las pendientes inferiores están cubiertas con arbustos y árboles peque-
ños. En verano el crecimiento exuberante de la vegetación en las empinadas laderas difi-
cultaba la trepada de los soldados sudorosos, que generalmente acarreaban grandes pe-
sos. Los arrozales salpicaban los anchos valles. Generalmente los lados de los angostos
desfiladeros eran precipicios. Abundaban los mosquitos transmisores de la malaria y las
ratas que diseminaban muchas otras enfermedades. Los alimentos de producción local
no podían ser comidos en forma cruda debido al extensivo uso, como fertilizantes, de
heces humanas. En el reluciente calor del verano, toda la campiña despedía un fuerte
hedor.
El Enemigo
A medida que la Fuerza de Tareas avanzaba, por tren y camión, se encontraba con
la tarea realizada por pilotos australianos y norteamericanos demasiado entusiastas que
ametrallaban depósitos de munición y combustible, trenes y columnas de tropas surco-
reanas, causando un daño enorme, matando varios cientos de soldados surcoreanos, así
como también civiles. El 5 de julio las tropas de la Fuerza de Tareas Smith comenzaron a
cavar al norte de Osan una posición escogida por Smith en persona. Se les había unido
una batería de seis obuses de 105 mm con 73 vehículos y 108 hombres al comando del
Teniente Coronel Perry. En la posición de la batería, cerca de 1.600 m detrás de la infan-
tería, había 1.200 tiros (200 por cañón, una escasa provisión para comenzar una batalla
sin posibilidad de reabastecimiento). Pero más serio aún, había sólo seis tiros de muni-
ción antitanque que representaba un tercio de ese tipo de munición disponible en Japón.
Una granada de alto explosivo de un cañón de 105 mm tiene una posibilidad muy remota
de parar un tanque tan bien blindado como un T-34, aún logrando un impacto directo. Las
minas antitanques hubieran sido útiles, pero no había ninguna.
Había estado lloviendo toda la noche. A eso de las siete de la mañana aún llovía. Se
podía ver claramente a los tanques norcoreanos avanzando a lo largo del camino, hacia
la posición de la fuerza de tareas. Se pidió una misión de fuego a la batería de 105 mm.,
pero los tanques siguieron avanzando. Cuando éstos se aproximaron a unos 640 m de
los norteamericanos, se les disparó con los cañones sin retroceso de 75 mm. , pero si
bien se observaron impactos, los tanques no pararon. Continuaron haciendo ruido y llega-
ron al alcance de los equipos lanzacohetes antitanques de 2,36 pulgadas. Esto tampoco
los detuvo. Un oficial lanzó 22 tiros a una distancia de unos 14 m contra la cola de los
tanques, donde el blindaje es más débil, pero sin efecto. Finalmente los dos tanques de
vanguardia fueron detenidos por un sólo disparo directo de munición de alto explosivo de
obús de 105 mm. que se encontraba adelantado con respecto a la posición de la batería.
Por último los seis tiros de antitanque se consumieron rápidamente y el tercer tanque pu-
so fuera de acción al cañón adelantado. En una hora 33 tanques pasaron a través de la
posición de la Fuerza de Tareas en dos olas. La primera ola cortó la línea telefónica entre
la infantería y los cañones. Las radios estaban mojadas, funcionando mal y a eso de las
once de la mañana todas dejaron de operar.
Los tanques se aproximaron a la batería con sus torretas cerradas, pero por suerte
no dejaron el camino para envolver la posición. Los obuses de 105 mm dispararon a dis-
tancias de 140 a 280 m a medida que los tanques pasaban, pero las granadas tenían
muy poco efecto. Tres equipos de lanzacohetes se jugaron frente a los tanques pero no
produjeron daños. Por fin un tanque fue inmovilizado cuando una granada de 105 mm
pegó en su oruga. Para ese momento la segunda ola de tanques se aproximó a la bater-
ía; muchos de los artilleros estaban temblando fuerte y comenzaron a correr abandonan-
do la posición, dejando sólo a los oficiales y suboficiales para operar los cañones. Nue-
104
Falta de Preparación y Rápida Recuperación
vamente, excepto por haber puesto fuera de combate otro tanque al pegarle en su oruga,
los tiros de alto explosivo tenían muy poco efecto sobre los blindados. Sin embargo en
ese momento la infantería estaba montada sobre algunos de los tanques y las granadas
de alto explosivo fueron muy efectivas al explotar, matando o hiriendo a la mayoría de
ellos. Cerca de las 10:15 la mayoría de los tanques había pasado la posición de la bater-
ía. Posteriormente se supo que pertenecían al 107º Regimiento de Tanques de la 105º
División Blindada, en apoyo de la 4ª División de Infantería del Ejército Norcoreano. Me-
diante una buena conducción, Perry persuadió a la mayoría de sus artilleros para que re-
gresaran a la posición de la batería. Esta había destruido o inmovilizado cuatro tanques
de 33, lo que es muy meritorio teniendo en cuenta la poca cantidad de munición antitan-
que con que contaban y la falta de fectividad de los lanzacohetes. Los tanques habían
destruido un cañón y averiado otro, muerto o herido veinte infantes y destruido todos los
vehículos que estaban detrás de las posiciones de la infantería. Sólo Perry y otro hombre
fueron heridos en la posición de la batería.
Cerca de una hora después una columna de unos nueve kilómetros y medio de largo,
compuesta por camiones e infantería a pie, encabezada por tres tanques, se aproximó a
la posición de la Fuerza de Tareas. Posteriormente se confirmó que se trataba de los Re-
gimientos de Infantería Nros. 16 y 18 de la 4ª División de Infantería. Cuando llegaron a
unos 900 m los norteamericanos abrieron fuego con morteros y ametralladoras, provo-
cando gran daño y muchas bajas. El fuego de la artillería hubiera sido mucho más efecti-
vo, pero no había comunicaciones con los cañones y Smith supuso que la batería había
sido destruida. Después de intentar un ataque frontal los norcoreanos comenzaron a ope-
rar por los flancos. Smith decidió que, estando escaso de munición, no le quedaba otra
posibilidad más que retirarse.
Una retirada diurna en contacto, en el mejor de los casos, es una operación muy difi-
cultosa y en esta oportunidad no fue una excepción. La Fuerza de Tareas Smith sufrió
sus mayores bajas durante esta retirada. Sin apoyo de artillería como para impedir al
enemigo el hostigamiento de las tropas mientras retrocedían, la retirada se transformó en
una confusión. Cuando Smith llegó a la posición de la batería se sintió asombrado al ob-
servar tan pocas bajas y todos, excepto uno de los cañones, en condiciones de tirar. Al
serle ordenada la retirada, la batería abandonó los cañones, si bien los vehículos dejados
bien lejos en el camino estaban intactos. Algunos de los infantes se sacaron las botas y
abandonaron sus armas para poder correr más rápido. Al principio, 185 de los 440 infan-
tes de la Fuerza de Tareas y la mayoría de los artilleros regresaron a las líneas norteame-
ricanas. Unos pocos, como en cuentagotas, los hicieron los días siguientes.
El Precio de la Autosatisfacción
Al igual que el resto del Octavo Ejército, la Fuerza de Tareas Smith no estaba ni men-
tal ni físicamente preparada para el combate y esa responsabilidad recae en el coman-
dante del batallón y llega, hacia arriba, hasta MacArthur, el Comandante en Jefe. En el
verano de 1949 Walker había instituido un programa de adiestramiento para el Octavo
Ejército en Japón, en un intento de sacudir a las tropas de las cómodas prácticas que
habían adquirido con las tareas de ocupación. Cuando comenzó la Guerra de Corea la
mayoría de las unidades había efectuado adiestramiento de batallón, si bien algunas no
habían aprobado las inspecciones. No se habían efectuado adiestramientos de mayor ni-
vel. La Fuerza de Tareas tampoco estaba logísticamente preparada. No sólo la mayoría
de su equipo era obsoleto, sino que no se habían efectuado previsiones para reabastecer
105
La Savia de la Guerra
munición del armamento menor ni de artillería. Se necesita un soldado bravo, bien adies-
trado y motivado para enfrentarse a los blindados, si no dispone del apoyo de sus propios
tanques. Si sus armas antitanque le fallan frecuentemente, muy pronto no verá razones
para sostener su posición. La responsabilidad de haberle ordenado a la Fuerza cumplir
una tarea tan imposible, careciendo de sostén, con tan poco apoyo, recae en los coman-
dantes en Corea de ese momento. La responsabilidad por haber permitido que el equipo
del Ejército de los Estados Unidos llegara a un estado tan peligroso, llega al Departamen-
to de Ejército y hasta el mismo Congreso.
Fue durante una de las acciones retardantes, en Taejon, que el General Dean, Co-
mandante de la 24ª División de Infantería, dirigió al grupo de cazadores de tanques men-
cionado anteriormente. Walker le había pedido que produjera la mayor demora posible al
avance norcoreano en el eje principal Seúl - Pusan, ya que tenía pensado retirarse a una
posición defensiva detrás del Río Naktong, alrededor de Pusan y mantenerse allí mien-
tras reforzaba suficientemente al 8° Ejército como para pasar a la ofensiva. Taejon, la
sexta ciudad de Corea en aquella época, se encuentra a 160 Km. al sur de Seúl y 210
Km. al noroeste de Pusan. Ocho días antes la 24ª División había recibido el primer envío
del nuevo lanzacohetes antitanque de 3,5 pulgadas, que habían entrado en producción
sólo quince días antes de empezar la guerra. A los cinco días de haber solicitado MacArt-
hur los nuevos lanzadores, el primer envío fue transportado por vía aérea a Corea, junto
con los instructores, hecho que da una idea de la velocidad con que los norteamericanos
pueden reaccionar. El 20 de julio, segundo día de la batalla, un grupo de tanques norco-
reanos entró en la ciudad sin apoyo de infantería. Los lanzacohetes, usados en combate
por primera vez, se acreditaron 8 tanques, uno de ellos por parte del General Dean. La
razón que tuvo para destruirlo personalmente fue un intento calculado para persuadir a
sus tropas - sacudidas por los reveses y los cuentos sobre la invulnerabilidad de los T-34
- de que "un tanque no escoltado, en una ciudad defendida por infantería armada con
lanzacohetes de 3,5 pulgadas, sería un pato muerto". Fue un esfuerzo valiente pero
hubiera estado mejor empleado comandando su división y en especial tratando de saber
qué estaba sucediendo en el resto de su área de responsabilidad. No sabía que su infan-
106
Falta de Preparación y Rápida Recuperación
tería había sido desalojada o se encontraba a la deriva; pensaba que aún continuaba
manteniendo las posiciones principales que dominaban el río hacia el oeste de la ciudad.
En lugar de bajar a la ciudad, donde podría haber sido reunida para colaborar con la reti-
rada, deambuló hacia las montañas. Se culpó de esto a las malas comunicaciones por
radio, pero si éstas son malas, es tarea del comandante y su estado mayor averiguar
cómo está la situación mediante el reconocimiento personal. Pero de acuerdo con algu-
nos informes, Dean estaba muy mal apoyado por su estado mayor y el comando de la di-
visión estaba desorganizado. Finalmente los norcoreanos se abrieron paso por detrás de
la división y en el caos de la retirada Dean fue rodeado y tomado prisionero.
En los primeros días de agosto también fue caótica la retirada de la 25ª División de
Infantería, seguida de un cambio en su eje de retirada ordenado por Walker, para llevarlo
de la esquina nordeste del perímetro envolvente de Pusan, a la esquina sudoeste alrede-
dor de Masan. Esto implicaba un viaje de 245 Km., primero por una ruta de un sólo carril
y luego por tren. Tanto la ruta como el ferrocarril eran las arterias principales de abaste-
cimientos hacia el frente y el desplazamiento de la división cortó el trayecto de otras for-
maciones también en movimiento. El tránsito por la ruta era suficientemente malo, pero el
del ferrocarril resultó peor:
"La congestión en las playas del ferrocarril era casi indescriptible. Las unidades
buscando transporte requisaban locomotoras, vagones, embotellaban las vías,
los refugiados nativos se amontonaban en los vagones y amenazaba un caos
general. El 17º Regimiento de Corea del Sur, moviéndose en ese momento hacia
el sudoeste...en mucho complicaba el problema de tráfico"5
Para el 4 de agosto el 8º Ejército y el Ejército Surcoreano estaban bien detrás del Río
Naktong y habían establecido el perímetro de Pusan; un área rectangular de unos 160
Km. de norte a sur y unos 80Km. de este a oeste. Cada uno mantenía cerca de la mitad
de la línea, con el 8° Ejército a la izquierda y los surcoreanos a la derecha. Pese a que los
norcoreanos llevaron a cabo varios intentos para perforar el perímetro y dirigirse a Pusan,
la línea se mantuvo pero con algunos problemas. Walker, al dirigirse al Estado Mayor de
la 25ª División de Infantería, dijo que el 8º Ejército no se retiraría más allá y que para eso
cada hombre debería "mantenerse o morir". El parar a los norcoreanos fue un hecho de-
terminante en la guerra. Fue un clásico ejemplo de cómo un ejército en retirada hacia una
posición defensiva natural, se volvía más fuerte al acortar sus propias líneas de comuni-
caciones y abastecimiento terrestres y acercándose a un puerto a través del cual recibía
abastecimientos. A la inversa, el ejército que avanza encuentra que sus líneas de comu-
nicaciones y abastecimiento se vuelven más tenues y por ello queda debilitado su poder
de combate.6 Mientras el 8° Ejército, hasta ahora compuesto por tres divisiones fuerte-
mente magulladas, se preparaba para retroceder hasta detrás del Río Naktong, justo a
tiempo llegaban refuerzos desde los EEUU y Hawai. En agosto y septiembre los norco-
reanos sufrieron fuertes pérdidas en hombres y material durante el avance y los intentos
por abrirse paso a través del perímetro. Aunque la interdicción norteamericana de las
líneas de comunicaciones norcoreanas no fue particularmente exitosa, era un largo tra-
yecto por tierra desde Wonsan, donde llegaban por mar los abastecimientos rusos que
salían de Vladivostok, hasta el perímetro de Pusan.
La Acumulación
107
La Savia de la Guerra
El mantener el puerto de Pusan era la clave del éxito para la defensa del perímetro.
Se encontraba a sólo unos veinticuatro kilómetros detrás de los cruciales sectores del pe-
rímetro de Naktong y Masan. Durante el período del 2 al 31 de julio en Pusan se des-
cargaron un total de 309.314 ton de abastecimientos y equipos; un promedio diario de
10.666 ton. Durante la última mitad del mes llegaron 230 buques y zarparon 214.7 Se re-
dujeron los requerimientos de transporte aéreo de ítems críticos a medida que el trans-
porte marítimo comenzó a cumplir con las demandas. Los ferrocarriles también tuvieron
un papel vital. Se organizó el "Expreso Pelota Roja", empleando trenes expresos para el
transporte de ítems requeridos con urgencia, que corría de Yokohama a Sasebo en poco
más de treinta horas. Allí los abastecimientos eran cargados en buques que llegaban a
Pusan a la mañana siguiente, en menos de dos días y medio después que los abasteci-
mientos habían salido de Yokohama. Desde Pusan corrían dos líneas férreas principales
que llegaban a las puntas de rieles detrás de las líneas del frente. En julio corrieron 350
trenes mixtos hacia el frente llevando carga y hombres y 71 trenes sólo con tropas. Los
trenes que regresaban incluían 38 trenes hospital que llevaron 2.581 heridos o enfermos
y 158 vagones cargados con efectos personales que fueron decomisados a los hombres
por sus comandantes en un esfuerzo por recortar las cargas a las necesidades esencia-
les en combate.8 Los ferrocarriles coreanos habían sido construidos por los japoneses, un
factor importante cuando se trató de reparaciones y reemplazos. Los repuestos y reem-
plazos, incluyendo locomotoras, podían ser traídos por mar desde Japón.
El Expreso Pelota Roja tuvo tanto éxito (el 25 de agosto transportó 949 toneladas),
que eliminó la necesidad de casi todo el transporte aéreo de abastecimientos desde
Japón a Corea. No era mucho más barato pero sí más confiable. Sin embargo, esto puso
a la nariz de la Fuerza Aérea tan fuera de lo conjunto, que el Comandante de la Fuerza
Aérea del Lejano Oriente se quejó al Ejército porque ellos no usaban la capacidad de
transporte diario de 200 toneladas. Luego de algunas negociaciones, se llegó a una
fórmula de acuerdo por la cual el Expreso Pelota Roja transportaría la carga que no pu-
diera ser enviada por avión.9 Un ejército, tan pródigo en recursos de transporte, en el cual
los organismos riñen acerca de quién tendrá el privilegio de llevar los recursos hacia el
frente, ¡realmente tiene suerte!
Las primeras tropas de las Naciones Unidas, excepto las norteamericanas, que llega-
ron a Corea el 25 de agosto, fueron las que componían la 27ª Brigada de Infantería Britá-
nica, desde Hong Kong. Durante su tiempo en Corea, la 27ª Brigada de Infantería estuvo
corta de respaldo administrativo; especialmente crítica fue la segunda línea de transporte,
que sólo fue provista, en forma intermitente, por los norteamericanos. Sin embargo la 29ª
Brigada de Infantería que llegó después, fue espléndidamente apoyada e incluía una or-
ganización hecha a medida, la Base Británica y del Commonwealth en Corea. Las Briga-
das Británicas y del Commonwealth a lo largo de la guerra de Corea habrían de estable-
cer una reputación de firmeza, eficiencia y cualidades de combate. En este aspecto fue
igualada, pero nunca sobrepasada, sólo por una formación norteamericana: la 1ª División
de I.M.
Debido a que Corea del Sur no era miembro de la Naciones Unidas, sus fuerzas ar-
madas eran llamadas "aliadas", una designación simpática. Afortunadamente los nortea-
mericanos tenían una preponderancia tan aplastante, que todas las fuerzas de las Nacio-
108
Falta de Preparación y Rápida Recuperación
nes Unidas fueron puestas bajo el comando norteamericano, evitando de tal forma el co-
mando por comités, lo que hasta entonces había complicado todas las operaciones de las
Naciones Unidas. Este acuerdo tenía también enormes beneficios logísticos. Las fuerzas
surcoreanas usaban exclusivamente equipo norteamericano. Finalmente muchos, si bien
no todos, de los contingentes de las Naciones Unidas fueron provistos con equipos y ar-
mas norteamericanos. Aún aquéllos, como los británicos que mantuvieron sus propias
armas, cañones y tanques, finalmente también usaron efectos de los uniformes estadou-
nidenses. La mayoría de los contingentes usaron el ambivalente jeep y otros camiones de
los EEUU. Esta normalización simplificó el problema del abastecimiento.
Cuando la guerra tenía apenas una semana de duración, el General MacArthur ins-
truyó a su Jefe de Estado Mayor, el Mayor General Almond, para que comenzara el pla-
neamiento de una operación anfibia para golpear el centro de comunicaciones norcorea-
no de Seúl. Para MacArthur pensar en términos de un desembarco anfibio en la reta-
guardia del enemigo para ganar la guerra de Corea era muy natural.10 Muchas de sus
campañas durante la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico Sud Occidental habían co-
menzado con un envolvimiento anfibio, rodeando islas o líneas costeras en poder del
enemigo. Los norteamericanos poseían dos preciosas capacidades estratégicas: dominio
del mar y los medios para proyectar el poder militar desde el mar, en forma de buques y
embarcaciones anfibias. Usados correctamente, aplicando los dos grandes y duraderos
principios de la guerra, sacar ventaja de las propias fortalezas y de las debilidades del
enemigo y la sorpresa, las operaciones anfibias dan lugar a que la movilidad y la manio-
bra sean aplicadas en el nivel operacional de la guerra evitando el estancamiento. A lo
largo de todo julio y agosto, a pesar de otras distracciones, tuvieron lugar el planeamiento
y las discusiones en el Cuartel General de MacArthur referidos a un desembarco anfibio
detrás de las líneas enemigas. Los planificadores acotaron las opciones a dos cabezas
de playa: Inchon, 29 Km. al sur de Seúl y Kunsan, 160Km. al sur de Inchon. MacArthur se
inclinaba por Inchon, la Marina y los Infantes preferían Kunsan. Desde el punto de vista
de la Marina, la falta de playas adecuadas en Inchon, la gran amplitud de marea y pro-
blemas de navegación lo hacían mucho menos atractivo.11
109
La Savia de la Guerra
Un desembarco en Kunsan nunca cortaría la línea de abastecimientos de Corea del
Norte ni tendría éxito en la destrucción de su ejército.12 Debido a que no se llevó a cabo
un desembarco en Kunsan es difícil desaprobar el argumento de MacArthur respecto a
que tal acción no lograría el corte de la línea de comunicación norcoreana. Sin embargo,
una mirada a un mapa muestra que la distancia de Kunsan a Taejon, el centro carretero y
ferroviario en las líneas de comunicaciones norcoreanas a Kunsan, está a 80 Km. en
línea recta y 110 Km. más cerca por el camino zigzagueante. Taejon mismo está un poco
más lejos de las posiciones norcoreanas que de Kunsan. Era razonable que los norco-
reanos podrían haber movido tropas para contener la captura de Taejon, una vez que se
hubiera llevado a cabo el desembarco en Kunsan y embotellar a la fuerza de desembarco
en un segundo perímetro. Estando Inchon mucho más lejos, demandaría más tiempo pa-
ra ser reforzada. En este caso le demandó trece días a la fuerza de desembarco capturar
Seúl, a sólo treinta Km. de las playas.
Después de la conexión del 8º Ejército y el X Cuerpo hubiera sido lógico colocar a es-
te último a las órdenes de Walker. Aparentemente Walker pensó lo mismo porque poco
después de la conexión envió un mensaje a MacArthur solicitándole ser mantenido infor-
mado de los movimientos y planes del X Cuerpo de tal forma que él pudiera planificar los
empalmes. Entonces se hizo evidente que MacArthur tenía planes para otro envolvimien-
110
Falta de Preparación y Rápida Recuperación
to anfibio por parte del X Cuerpo, en esta oportunidad en la costa este en Wonsan, mien-
tras el Octavo Ejército continuaba con el avance principal en el oeste. Por parte de Ma-
cArthur este plan estaba casi enteramente impulsado por argumentos logísticos en apoyo
a su plan de avanzar en un amplio frente, hasta la frontera con Corea del Norte. Razona-
ba que tenía que capturar un puerto a través del cual pudiera abastecer sus fuerzas ope-
rando en el lado este de Corea. Dos corredores corren hacia Wonsan desde la costa oes-
te: uno desde Seúl, otro desde Pyongyang, la Capital de Corea del Norte. Un ferrocarril y
una ruta corren a lo largo de cada corredor. Al norte del corredor de Pyongyang no hay
comunicaciones laterales satisfactorias. Por lo tanto cualquier operación en las acciden-
tadas montañas del interior de Corea del Norte, que se extienden hasta Manchuria, sería
extremadamente difícil de sostener. Debido a que la principal Base de Apoyo para la gue-
rra de Corea era Japón, la cosa resultaba tan simple como mandar directamente los
abastecimientos por barco hasta Wonsan, lo mismo que con Inchon, reduciendo de esta
forma la distancia terrestre. Al llegar a esta conclusión, MacArthur tuvo en cuenta el esta-
do de las comunicaciones entre el Perímetro de Pusan hasta el paralelo 38º. La interdic-
ción aérea y las demoliciones norcoreanas habían destruido casi todos los caminos y
puentes ferroviarios, al norte del Perímetro de Pusan. El sistema de comunicaciones, en
Corea del Norte, presentaba un estado similar.
MacArthur tenía una segunda razón para el desembarco en Wonsan subsidiario del
logístico, pero sin embargo importante. Avanzando hacia el oeste desde Wonsan, el X
Cuerpo podía tomar Pyongyang desde el norte, mientras el Octavo Ejército avanzaba
desde el sur.
La decisión de continuar con el desembarco en Wonsan por parte del X Cuerpo, pese
a la captura del puerto por parte del 1er. Cuerpo del Ejército de Corea del Sur el 10 de oc-
tubre, habría de tener repercusiones logísticas en el Octavo Ejército. Durante la primera
mitad de octubre casi todas las facilidades del puerto de Inchon estuvieron ocupadas em-
barcando a la 1ª División de IM e incapacitadas de descargar buques para el Octavo
Ejército. Por lo tanto los abastecimientos debían continuar llegando desde Pusan. En al-
111
La Savia de la Guerra
gunos momentos los niveles de abastecimiento se vieron reducidos a un día. Las unida-
des blindadas operaban en la zona de combate sin saber si habría combustible disponible
para continuar al día siguiente. Esta situación se mantuvo hasta después de mediados de
noviembre. El Octavo Ejército necesitaba 4.000 toneladas de abastecimientos por día pa-
ra operaciones ofensivas y este nivel de aprovisionamiento no se alcanzó hasta el 20 de
noviembre. Walker se vio forzado a avanzar dentro de Corea del Norte sólo con el I Cuer-
po, dejando al IX Cuerpo detrás hasta que mejoró la situación logística. A medida que el
ejército avanzaba el antiguo problema del estiramiento de las líneas de comunicaciones y
abastecimiento se presentó nuevamente. El punto logístico crítico estaba, como tantas
veces anteriormente, en el ferrocarril. Pero a pesar de los prodigiosos esfuerzos de los
ingenieros para reconstruir los puentes sobre los numerosos ríos y en el reemplazo de los
rieles, en general las terminales ferroviarias, durante todo el mes de octubre de 1950,
quedaban a unos 320 kilómetros detrás de las líneas de avance del Octavo Ejército.14
La distancia desde las puntas de rieles hasta el frente requirió un considerable es-
fuerzo de las compañías de camiones, quienes movían los abastecimientos hacia adelan-
te a lo largo de caminos quebrados. Cuanto más se movían los camiones por estos cami-
nos, más cantidad de ellos quedaban fuera de servicio debido a que los repuestos eran
escasos. Se presentaba como probable un quebrantamiento del sistema logístico. A fines
de octubre se tendió una tubería para combustible de aviación desde Inchon hasta Kim-
po, aeropuerto al este de Seúl, lo que alivió la presión sobre el transporte terrestre. El Oc-
tavo Ejército había capturado Pyongyang antes que Inchon estuviera disponible para su
apoyo logístico. Tan pronto como cayó Pyongyang los abastecimientos comenzaron a ser
aerotransportados desde Japón y Kimpo. La mayoría de la carga consistía en munición;
en un sólo día, el 28 de octubre, 1.037 ton de municiones se llevaron desde Kimpo a
Pyongyang.
Precauciones de Soldado
Almond había estado haciendo planes para avanzar y destruir las fuerzas de Corea
del Norte y de China en el área del Embalse de Chosin, amenazando cortar las líneas de
comunicaciones chinas en la zona del Octavo Ejército. La ausencia de contactos con el
enemigo en el frente de este ejército produjo optimismo en el Cuartel General de MacArt-
hur, haciendo suponer que los ataques aéreos habían tenido éxito en cortar el flujo de
abastecimientos al Ejército Chino. Apreció que si trataban de parar el avance de las tro-
pas de Walker, se encontrarían en desventaja. Le manifestó a los Jefes de Estado Mayor
Conjunto en Washington que: " en algunos casos los chinos se habían embarcado en su
aventura en Corea con sólo raciones para tres días y que sus enfrentamientos constantes
con las fuerzas terrestres de las Naciones Unidas, sin duda habían reducido sus reservas
de munición". El Mayor General Willoughby, Jefe de Inteligencia de MacArthur, no consi-
deraba que el Alto Comando Chino fuera a efectuar ningún esfuerzo considerable para
aliviar la escasez de abastecimientos de sus fuerzas,..." como siempre habían sido los
chinos, comparados con las normas occidentales, notoriamente pobres proveedores de
sus soldados."
RIDGWAY
Para la Navidad de 1950 el Octavo Ejército y el Ejército de Corea del Sur estaban
nuevamente en la línea general del paralelo 38º. Mientras huían hacia el sur, cercanos al
pánico, abandonaron entre 8.000 a 10.000 toneladas de abastecimientos en Pyongyang y
destruyeron otras 2.000 toneladas que no pudieron salvar en Chinnampo. Tenían un nue-
vo comandante, el Teniente General Ridgway; Walker había muerto en un accidente de
tránsito. El X Cuerpo y el 1er. Cuerpo de Corea del Sur habían completado su retirada
desde Hungnam y estaban bajo el comando del Octavo Ejército. Debido principalmente a
que ni los chinos ni las fuerzas de Corea del Norte intentaron ningún desbaratamiento se-
rio de la operación, la retirada desde Hungnam fue un modelo de organización. En total
105.000 tropas, 98.000 civiles coreanos, 17.500 vehículos y 350.000 ton de cargas a gra-
nel fueron evacuados en 193 buques.
Habiéndosele dado carta blanca a Ridgway para que empleara el Ejército en la forma
que él considerara mejor, se puso a restaurar la moral, que estaba próxima a sufrir un
nuevo choque cuando los chinos montaron una ofensiva en Año Nuevo.
No podía evitar comparar esto con la forma de ser de un joven subalterno inglés:
" cuando vio la insignia de mi jeep trotó bajando de una elevación para saludarme. Lo
hizo marcialmente y se identificó"
Ridgway sabía que la Brigada Inglesa tenía sólo unos pocos hombres para cubrir un
amplio frente y que se esperaba un ataque chino en las próximas horas. Le preguntó al
114
Falta de Preparación y Rápida Recuperación
subalterno qué le parecía la situación:
"Casi muy buena, señor", contestó rápidamente. Luego agregó con una agradable sonri-
sa, "Hay un poco de corriente de aire allá arriba."
"Corriente de aire era una buena expresión, con brechas suficientemente anchas en la
línea como para que pasara un ejército por ellas."
Ridgway se puso a trabajar para poner las cosas en su lugar. Al mismo tiempo en
que insistía en las formas correctas y relevaba a los comandantes que no cumplían con
los requisitos, llevó a cabo cambios que los soldados, particularmente en el tiempo crudo
del invierno, pudieron apreciar. Ordenó que se enviaran comidas calientes lo más adelan-
te posible. Acostumbraba a llevar una cantidad de guantes con él que entregaba a los
soldados que habían perdido o rasgados los de ellos.
Durante los próximos seis meses, mientras las ofensivas eran seguidas por contra-
ofensivas, la línea de las Naciones Unidas16 se movía hacia adelante y atrás, tan al sur
como Osan y nuevamente un poco al norte del paralelo 38º. Desde fines de junio de
1951, a pesar de violentos pero esporádicos combates excepto por pequeñas ganancias
y pérdidas de terreno, la línea permaneció estática mientras las negociaciones de armisti-
cio se arrastraron durante dos años. En junio de 1951 Ridgway había presentado a la
logística como una de sus razones para no perseguir a los chinos más al norte, los que
estaban nuevamente cerca del Yalú, cuando pareció que estaban en retirada y cortos de
abastecimientos. Estaba seguro que el Octavo Ejército podría haber empujado a los chi-
nos hacia atrás; sin embargo, "ello habría acortado significativamente las líneas de abas-
tecimiento del enemigo y también alargado significativamente las nuestras."
Una vez que las posiciones se estabilizaron el abastecimiento de las fuerzas de las
Naciones Unidas se hizo más fácil, si bien continuó habiendo problemas. El esfuerzo en
Corea dependía de los ferrocarriles y en cualquier día dado en 1951 era probable que
hubiera más de treinta trenes despachados desde Pusan, cerca de tres cuartos de ellos
llevando abastecimientos a las terminales ferroviarias adelantadas. Cada tren consistía
de veinte a cuarenta vagones, llevando una carga de unas 500 toneladas a una distancia
promedio de 160 km. Cerca de 40 a 50 Km. detrás de cada división había un punto de
acopio que mantenía de tres a cinco días de abastecimientos. Detrás de éstos había un
punto de seguridad que también tenía acopios para tres a cinco días. Aún más atrás hab-
ía un punto de regulación que mantenía dos días de acopios en vagones de ferrocarril.
Los movimientos hacia el frente desde los puntos de abastecimiento a los depósitos de
las divisiones estaban bajo el control de éstas, mediante camiones o ferrocarril. El pro-
blema que enfrentaba el Servicio Militar de Ferrocarriles tenía dos aspectos: escasez de
vagones ferroviarios y un tercio de ellos inmóviles, a veces durante semanas, en varios
puntos entre Pusan y las puntas de rieles. El haber establecido depósitos intermedios en-
tre Pusan y la línea del frente hubiera aliviado esta situación, pero nunca se llevó a cabo.
Hubiera ayudado un mayor empleo del transporte por carretera, pero era difícil de im-
plementar. La red carretera en Corea es pobre y permaneció así pese a los esfuerzos de
los ingenieros. También al Octavo Ejército se le asignaron menos camiones de los que
115
La Savia de la Guerra
aconsejaba la experiencia de la Segunda Guerra Mundial. Más camiones hubiesen cos-
tado más en términos de combustible y mantenimiento; el transporte ferroviario era más
económico. Sin embargo en algunas oportunidades se usaron convoyes de camiones
como un "sistema informal de distribución", saliendo de los depósitos en o cerca de Pu-
san, rodeando el sistema regular de distribución en un esfuerzo por obtener los abasteci-
mientos en forma más rápida. Estas expediciones llevaron a exceso en los acopios y
desperdicios.
Adelante de las puntas de rieles, generalmente bien detrás de la línea del frente, los
abastecimientos eran transportados por porteadores coreanos. Usando una mochila se
esperaba que cada uno podría llevar 23 Kg 16 Km. por día. Había pocos helicópteros dis-
ponibles antes de 1953 y sólo podían levantar cargas livianas. Se efectuaron algunos
lanzamientos por paracaídas, la mayoría por parte de aviones basados en Japón, debido
a que había muy pocos aeródromos en Corea y éstos probaron ser muy caros. Los ani-
males de carga hubieran solucionado algunos de los problemas de aprovisionar las uni-
dades adelantadas, pero había muy pocos disponibles en el teatro y nuevamente los cos-
tos obstaculizaron la importación.
Este sistema logístico inflexible, con una sobredependencia en el ferrocarril, era ade-
cuado para la situación que abarcó el período de estabilización a mediados de 1951. Pe-
ro de acuerdo con la opinión del General Taylor, quien asumió el comando a principios de
1953, si bien el Octavo Ejército "alcanzó una movilidad táctica que le permitió trasladar
sus reservas listas para enfrentar los puntos amenazados a lo largo del frente inmediato,
dependía para su movilidad de un elaborado sistema de abastecimientos que hubiera si-
do mucho más difícil de desplazar si nuestras fuerzas hubieran requerido moverse rápi-
damente hacia adelante a distancias considerables dentro del territorio enemigo". Tal vez
por eso fue afortunado que los objetivos del gobierno de los EEUU, en lo que hace a Co-
rea, no incluían un avance desde la línea alcanzada a mediados de 1951; es probable
que el sistema logístico del Octavo Ejército no habría estado preparado para hacer frente
a ello.
Operación ESTRANGULAMIENTO
Es interesante echar una mirada a los esfuerzos de las Naciones Unidas para inte-
rrumpir el sistema de abastecimientos chinos en este mismo período de dos años entre
julio de 1951 y la firma del armisticio. Comenzando en agosto de 1951 la 5ª Fuerza Aé-
rea, bajo el comando del General Everest, concentró sus esfuerzos en la interdicción de
los ferrocarriles, puentes, caminos, áreas de adiestramiento y puntos de abastecimiento
en un intento de demorar el flujo de tropas y equipos chinos y norcoreanos. Al programa
de interdicción ferroviaria se le dio el nombre código de ESTRANGULAMIENTO. Se des-
conoce si la selección de este nombre en particular fue una decisión consciente o no. Pe-
ro de cualquier forma fue una selección desafortunada, pues había sido el nombre código
idéntico al usado en 1944 para la operación de interdicción en Italia, acerca de la cual
Slessor ha expresado sus dudas. Para octubre la inteligencia norteamericana informó que
las líneas estaban siendo destruidas más rápido que lo que las fuerzas comunistas pod-
ían repararlas. Al principio el primer esfuerzo de bombardeo fue dirigido a los puentes fe-
rroviarios, pero los comunistas se volvieron adeptos a repararlos o bypasear lo dañado.
Para acelerar los trabajos de reparación acumularon secciones en los lugares claves. Los
norteamericanos reaccionaron cortando la línea en varios puntos a lo largo de su exten-
sión, lo que tuvo el efecto de demorar las reparaciones. Las marinas de los EEUU y britá-
116
Falta de Preparación y Rápida Recuperación
nica también colaboraron en la operación de corte de las líneas férreas empleando aero-
naves embarcadas, ataques de fuerzas especiales y fuego naval, esto último principal-
mente en la costa este donde muchos kilómetros de líneas corrían cerca de la costa. A
medida que aumentó el esfuerzo, a las fuerzas comunistas le llegó a demandar tanto co-
mo tres días la reparación de cortes que previamente les habían requerido sólo uno.
El Enemigo Ingenioso
La capacidad de ingenio de los comunistas no fue la única razón del éxito parcial de
la Operación ESTRANGULAMIENTO. En un período de defensa estática el consumo de
munición y abastecimientos era lo suficientemente bajo como para que los comunistas no
sólo abastecieran adecuadamente sus tropas, sino que también pudieran acopiar efectos
y aumentar la fuerza de sus unidades. A principios de enero de 1952 el General Ridgway
sostuvo que salvo que se forzara a los comunistas a consumir sus abastecimientos en
forma más rápida, mediante un cambio en la situación de la batalla, estarían en condicio-
nes de montar y sostener una ofensiva principal. Por eso se aceleraron las operaciones
de corte de la red ferroviaria para poner fuera de servicio aún más trechos de la línea. Al
comienzo esto tomó de sorpresa a los comunistas y en algunos casos las líneas estuvie-
ron fuera de uso tanto como diez a catorce días. Sin embargo los comunistas reacciona-
ron moviendo cañones antiaéreos a las áreas amenazadas, derribando cada vez más
aviones atacantes. Para enfrentar la amenaza también fue movilizada la fuerza de trabajo
comunista. Los norcoreanos tenían tres brigadas de 7.700 hombres cada una encargadas
exclusivamente de las reparaciones de los ferrocarriles. En cada estación principal había
posicionados 50 hombres para llevar a cabo el trabajo específico y 10 equipos estaban
espaciados a intervalos de seis kilómetros a lo largo de la vía. Cuando un trabajador fe-
rroviario informaba una ruptura, estos equipos corrían a la escena. Mano de obra local no
calificada era llevada de inmediato para rellenar los agujeros y reparar los terraplenes. De
noche los expertos colocaban los durmientes y los rieles. La inteligencia norteamericana
estimaba que cerca de medio millón de tropas y civiles estaban comprometidos con los
trabajos de reparación de los ferrocarriles. De esta forma, en una línea vital, "los comu-
nistas estuvieron constantemente en condiciones de reparar un determinado tramo de
vías en doce horas o menos. De acuerdo con informes de pilotos navales, “en algunos
casos se encontraron equipos de reparaciones trabajando en cortes cuando los ataques
aún eran llevados a cabo". Los comunistas también ocultaban sus trenes, durante las
horas de luz, en los numerosos túneles de ese país montañoso. Los vagones que lleva-
ban abastecimientos importantes, tales como combustible o munición, eran ubicados en
la parte central del tren. Los intentos de los pilotos de las Naciones Unidas de tirar bom-
bas dentro de las bocas de los túneles sólo bloqueaba la entrada de éstos. Mano de obra
local no calificada podía quitar los escombros a la luz del día y el tren continuaba su ca-
117
La Savia de la Guerra
mino tan pronto como oscurecía. A medida que se aproximaba la primavera de 1952,
ESTRANGULAMIENTO perdía más y más en costo - efectividad. Aún una operación co-
nocida como SATURACION, que consistía en concentrarse en forma constante en un
tramo particular de terraplén, probó ser decepcionante. Los comunistas repararon la sec-
ción en seis días. Mientras tanto, durante SATURACION, otras partes de la red ferroviaria
quedaron libres de ataques. El poder del músculo y herramientas simples hicieron frustrar
todos los esfuerzos del poder aéreo resumido en una frase del estudio histórico de la
Fuerza Aérea de los EEUU: " en efecto, continuar los ataques aéreos sería enfrentar pilo-
tos adiestrados, equipados con aviones modernos y caros contra mano de obra no califi-
cada de los coolies orientales armados con picos y palas". Este extracto inconsciente-
mente revela una falta de entendimiento y un desprecio hacia el campesino asiático; un
sentimiento que habría de persistir en la próxima guerra en que los EEUU se verían invo-
lucrados en Asia, con calamitosas consecuencias. Se debe destacar que las fuerzas aé-
reas de las Naciones Unidas eran incapaces de bombardear de noche o con mal tiempo,
períodos en los cuales se podían efectuar las reparaciones y movilizar los trenes. A fines
de abril de 1950 la campaña de interdicción había llegado a un empate. En mayo la com-
prensión de esto llevó a un cambio significativo en los métodos de interdicción empleados
por las Naciones Unidas.
Sin embargo, todos los esfuerzos no habían sido en vano; un informe del Octavo
Ejército a Ridgway, de mediados de marzo, incluye este párrafo:
"El programa de interdicción aérea no ha sido capaz de impedir que, en una si-
tuación estática, el enemigo acumule abastecimientos en el frente. Sin embargo
ha sido un factor importante al impedir que el enemigo alcanzara una igualdad o
superioridad en artillería y otras armas empleadas en el frente. De este modo
también ha disminuido las capacidades ofensiva y defensiva de este."
Las nuevas tácticas consistían en los aviones de ataque atacando los abastecimien-
tos comunistas, equipos y tropas acumuladas detrás de sus líneas, mientras que los
bombarderos medianos se dedicaban a los aeródromos, sistemas ferroviarios y centros
de abastecimiento y comunicaciones. Además se montaron ataques contra los sistemas
hidroeléctricos en el norte de Corea del Norte, lo que llevó a un corte total de energía de
dos semanas de duración en todo el país, con sólo restauraciones parciales durante las
semanas siguientes. Esto fue seguido de posteriores ataques sobre blancos industriales y
estratégicos, los que continuaron hasta la finalización de la guerra, procurando aplicar
presión al bando comunista en las negociaciones de armisticio, como así también reducir
la voluntad de lucha de los norcoreanos. La finalización del programa de interdicción fe-
rroviaria dejó disponibles más aeronaves para el apoyo aéreo cercano de las tropas te-
rrestres, particularmente alentador durante las sangrientas batallas del invierno de 1952 y
la primavera de 1953. Estas batallas comenzaban generalmente con ataques en masa de
los chinos, seguidos por contraataques de las Naciones Unidas, generalmente con el re-
sultado de luchas cuerpo a cuerpo, caracterizados con nombres como Porkchop (Cerdo
Picado), Old Baldy (Viejo Pelado), Spud Hill (Colina Limpiapiojos), Reno, Vegas y Hook
(Gancho), que cambiaron de manos o fueron sostenidas en luchas desesperadas. Pese
al esfuerzo aéreo contra el sistema de abastecimientos, los comunistas continuaron es-
tando en condiciones de acopiar lo suficiente en las áreas adelantadas como para soste-
nerse entre treinta y cuarenta y cinco días.
LAS LECCIONES
118
Falta de Preparación y Rápida Recuperación
En los últimos meses de la guerra las fuerzas comunistas eran más fuertes que nun-
ca, tanto en términos numéricos como logísticos. En julio de 1953, en un día de un perío-
do de diez, emplearon 197.550 tiros de artillería y durante todo el mes dispararon más
granadas que en cualquier otro mes de la guerra. Aún después de las grandes pérdidas
en junio y julio, había más de un millón de soldados chinos y norcoreanos en Corea, bien
alimentados y vestidos. A lo largo de la guerra las líneas de comunicaciones comunistas
habían sido bombardeadas y atacadas con artillería, pero la gran disponibilidad de mano
de obra, el engaño y los subterfugios, permitieron que suficientes abastecimientos llega-
ran al frente como para mantener sus fuerzas y para crear reservas. Les resultó una ayu-
da considerable la condición estática de la campaña en los dos últimos años, un resultado
de la falta de voluntad comprensible por parte de las Naciones Unidas, de pagar el costo
en vidas y dinero resultantes de montar una campaña ofensiva con el objeto de avanzar
en una guerra de maniobras. Si tal ofensiva hubiese tenido lugar, debido a su dominio del
mar y del aire, la mayoría de las cartas logísticas hubiesen estado en las manos de las
Naciones Unidas. Sin embargo, tal como se expresó anteriormente, hubiese sido un con-
siderable obstáculo el inflexible sistema logístico de las Naciones Unidas, debido princi-
palmente a su parsimonia.
Logísticamente los dos períodos críticos de la guerra, desde un punto de vista nor-
teamericano y surcoreano, fueron: primero, durante la retirada hacia y la batalla por, el
Perímetro de Pusan y segundo durante el avance hacia el Yalú. En el primer período la
situación se salvó por la habilidad de los norteamericanos para reaccionar rápidamente
empleando sus enormes recursos en el transporte aéreo y marítimo para mover grandes
cantidades de abastecimientos hacia Pusan. Observando el segundo, con la ventaja que
da la retrospectiva, si MacArthur no hubiese insistido con el desembarco en Wonsan,
demorando tanto el avance de Walker hacia el norte de Seúl y limitándolo inicialmente a
un cuerpo, es concebible que el Octavo Ejército podría haber estado mejor balanceado y
capaz de resistir la ofensiva china. Sin embargo el concepto operacional también era fal-
so. En lugar de un avance en un frente ancho hacia el Yalú, para conquistar terreno de
cualquier forma y sin importancia, hubiera sido mejor permanecer concentrados y de este
modo en posición de golpear a los chinos una vez que éstos hubieran mostrado su juego.
En realidad, con este despliegue disperso, MacArthur estaba invitando al ataque. Sin em-
bargo, esto sólo pudo haber demostrado su bondad después de haber sido puesto a
prueba. Lo que está claro es que si las divisiones de ocupación en Japón hubieran estado
adecuadamente equipadas, adiestradas y logísticamente apoyadas, hubieran sido más
capaces de detener y aún derrotar a los invasores norcoreanos en la fase inicial de la
guerra. El adiestramiento es sólo uno de los ingredientes que se requieren para alcanzar
un estado de alistamiento para la guerra. La logística juega un rol importante, cubriendo
una amplia gama de requerimientos: la disponibilidad de armas modernas, equipos y la
capacidad de su reparación, cantidades de repuestos confiables y facilidades eficientes
de reparaciones, acopios adecuados de combustibles y munición, un sistema de abaste-
cimientos adecuadamente probado, recursos de transporte capaces de operar sobre una
gran variedad de terrenos y en condiciones de mover la cantidad de toneladas requeridas
para sostener la fuerza empeñada en la batalla. Lleva más tiempo obtener todo esto que
adiestrar un ejército y requiere mucho planeamiento, previsión y gastos. Pese a que los
EEUU no estaban logísticamente preparados para la Guerra de Corea, su enorme capa-
cidad industrial, energía y optimismo, que eran una herencia de la Segunda Guerra Mun-
dial, les permitió cerrar la brecha. La brecha se pudo haber cerrado más rápido si los
119
La Savia de la Guerra
EEUU no hubiesen empleado el tiempo entre los años 1945 y 1950 preparándose para
pelear la última guerra, en lugar de la próxima. Pero no fueron los primeros en caer en la
trampa y muy probablemente no serán los últimos.
La Guerra de Corea también demostró las ventajas que acumula el bando que domi-
na el mar y tiene la capacidad de proyectar su poder hacia tierra mediante operaciones
anfibias, en una situación en que hay un flanco marítimo; en este caso, dos. Tal poder no
sólo permite a su poseedor salir de una situación estabilizada y volver a la guerra de ma-
niobras, sino también usar la mayor capacidad de carga de los buques y acortar las líne-
as de comunicaciones terrestres.
Nuevamente la guerra en Corea mostró, a aquellos que lo quieren ver, que ubicarse
con una fuerza respetable a horcajadas de la serpenteante cola logística del enemigo, es
una forma más segura de negarle los abastecimientos que el bombardeo aéreo o la arti-
llería. Esto fue convincentemente demostrado en Inchon debido a que los norteamerica-
nos poseían la capacidad de maniobrar alrededor del enemigo mediante el imaginativo
uso del poder de proyección desde el mar. Donde no existen las condiciones para tales
operaciones y procurando otras formas, hay una tentación a emplear el poder aéreo por-
que éste es más barato, remoto y el esfuerzo puede ser cambiado de un lado a otro. Es
probable que sea menos que efectivo. Además si hay una subestimación de la efectividad
del "primitivo" sistema logístico del enemigo, todo ello combinado con mala voluntad o in-
capacidad, por cualquier razón, tanto política como militar, de llevarle la batalla a él, de tal
forma que no esté obligado a consumir los abastecimientos de manera más rápida de la
que los puede reponer, entonces es improbable que una interdicción pueda cortar com-
pletamente su sistema de abastecimientos. Expresándonos crudamente, si su oponente
está en condiciones de "administrar los disparos", porque es capaz, por razones geográfi-
cas o políticas de establecer el ímpetu de las operaciones, también será capaz de cortar
su capacidad operacional de acuerdo con la cantidad de tela logística de que disponga.
Buscando un comentario final respecto a los aspectos logísticos de una guerra lucha-
da contra una nación asiática, uno puede encontrar muy pocos más adecuados que la
opinión expuesta en el cuarto volumen de la Historia Oficial de la Guerra de Corea del
Ejército de los EEUU, publicado en 1966:
" En la Segunda Guerra Mundial, por falta de equipo de construcciones, Chiang Kai-
Shek había usado mano de obra para construir los aeródromos para los avio-
nes norteamericanos, habiendo completado exitosamente la enorme tarea.
Nuevamente en Corea los chinos demostraron cómo se puede usar la fuerza de
trabajo, en cantidad, para ocupar el lugar de la máquinas. Si bien en principio,
este proceso puede ser antieconómico y derrochador, resultó efectivo como re-
curso y como contramedida. En este caso, una tecnología superior lejos de lle-
var a una fácil victoria, no produjo, al final, ninguna victoria...Sería desgraciado
si debido a la falta de una victoria, las lecciones duramente aprendidas en la
Guerra de Corea, tanto en el campo de batalla como en las negociaciones, fue-
ran ignoradas u olvidadas."
120
Falta de Preparación y Rápida Recuperación
Para 1966, los EEUU. se habían enfrentado nuevamente con una nación asiática.
121
La Savia de la Guerra
1
Gough,J., US Army Mobilization and Logistics in the Korean War, p.24, sin em-
bargo, cita una reivindicación por parte del Cnel. (Ret.) Curtis del Ejército
de los EEUU quien estaba en la división planes del G-4 (Logística) del Estado
Mayor General del Ejército, sosteniendo que en 1948 se prepararon una serie de
estudios logísticos que incluían uno para una invasión de Corea del Sur a
través del paralelo 38. De acuerdo con Curtis, él preparó un concepto estraté-
gico que se basaba en una "retirada hacia y la defensa del perímetro de Pusan,
preparación y ejecución de un desembarco anfibio en Inchon para cortar las
líneas de comunicaciones del enemigo. El propósito de estos estudios estraté-
gicos logísticos era "determinar con anticipación cuales serían los requeri-
mientos logísticos no usuales que se podrían esperar en varios teatros de ope-
raciones potenciales". Curtis sostiene que otras secciones del Estado Mayor
coincidían con su concepto estratégico, pero no aclara si se hicieron planes
logísticos para apoyarlo. Sólo mediante una búsqueda en los archivos se podrá
probar si existieron planes logísticos para la guerra de Corea. Si los hubo,
resulta extraño que no se los hubiera sacado y quitado el polvo. Más aún, si
hubieran existido esos planes, planes operacionales o por lo menos planes es-
quemáticos, primero debieron haber sido escritos. Como una regla general, los
logísticos no planifican en un vacío operacional.
2
Lessons from Korea, 1954 (Escuela de Infantería, Fort Benning, Georgia, TDRC
Nº 4259), comienza:
"La infantería ha aprendido muchas lecciones de sus operaciones militares en
Corea. Estas lecciones fueron aprendidas, principalmente, a través de errores
cometidos en el campo de batalla. Es de destacar - y desalentador - poner de
manifiesto que generalmente esos errores son los mismos que se describen en
los informes de combate de la II Guerra Mundial, lo que sugiere que este artí-
culo tendría un título mejor si lo llamáramos "Lecciones reaprendidas en Co-
rea."
Y continúa catalogando las deficiencias de la infantería de los EEUU en Corea,
incluyendo: bajo nivel de adiestramiento; un desagrado universal por las ope-
raciones nocturnas (una deficiencia rápidamente reconocida y aprovechada por
los ejércitos norcoreanos y chino); falta de disciplina; falta de patrulla-
miento agresivo y pobre conservación de la munición. También destaca la esca-
sez de repuestos, la disponibilidad de helicópteros era baja, algunas aerona-
ves tuvieron que quedar en tierra durante meses, por lo cual de los cinco
helicópteros por división, era normal que sólo dos estuvieran disponibles.
3
Schnabel, p.60, Appelman, p.180, también destacan lo mismo pero con más deta-
lles, cuando tratan el desempeño de la 24ª División de Infantería, durante los
primeros meses de la guerra.
"El hecho básico es el de que las divisiones de ocupación no estaban
adiestradas, equipadas o listas para la batalla. La gran mayoría de los
hombres enlistados eran jóvenes y sin interés por ser soldados. Los car-
teles de publicidad para el reclutamiento que habían inducido a la ma-
yoría de estos hombres a entrar al Ejército mencionaban todas las venta-
jas imaginables y prometían muchas cosas buenas, pero nunca sugerían que
la principal función de un ejército es la de combatir."
El comentario del autor respecto a esto es que los carteles de publicidad muy
raramente muestran la verdad al respecto. Aquí se presenta un problema poten-
cial con la mayoría de los voluntarios de los ejércitos y armadas al respecto.
Cierto número de personal subalterno de la marina británica, cuando la guerra
de las Malvinas, manifestó en 1982 en una forma parecida que ¡no habían entra-
do a la Armada para ir a la guerra!. Esta expresión no se presentó en los ba-
tallones de Infantería de Marina y paracaidistas. Por lo tanto, de ello deduz-
co que el síndrome de: "estoy acá sólo por la cerveza" puede ser superado con
122
Falta de Preparación y Rápida Recuperación
4
Schnabel, op.cit., p.59. También Appelman, op.cit.pp.113/115, para ejemplos
del estado de pacotilla del equipo del Ejército de los EEUU y la falta de aco-
pios.
Algunos vehículos no arrancaban y tuvieron que ser remolcados a los BDT cuando
las unidades cargaban para Corea. Las cubiertas y cámaras usadas se destruían
rápidamente debido a las características de los caminos en Corea. El Regimien-
to 25 de Infantería informó que tenía sólo el 60 por ciento de su inventario
de radios y que cuatro quintos de ellos estaban operativos. El 1er. Batallón
del 35 de Infantería tenía sólo un cañón sin retroceso, en lugar de seis; nin-
guna de sus compañías tenía cañones de repuesto para ametralladoras y la ma-
yoría de sus fusiles y carabinas estaban fuera de servicio. Algunos tipos de
munición estaban disponibles en muy pocas cantidades.
No había Raciones "C" (paquete de raciones diseñados para ser estibados en el
equipo del soldado, que provee un día de ración para un hombre) en Corea y muy
pequeños acopios en Japón. Se tomaron las medidas para enviar urgentemente ra-
ciones desde los EEUU. Mientras tanto, las tropas de los EEUU en Corea se sos-
tuvieron con raciones "K" de la Segunda Guerra.
5
Appleman, pp.248-249
6
Por ejemplo, en octubre de 1810, Wellington retrocediendo deliberadamente en
las líneas de Torres Vedras y abastecido a través del puerto de Lisboa. Y Rom-
mel, operando en el extremo de una larga línea de comunicaciones contra el Oc-
tavo Ejército Británico, en la posición de El Alamein en julio de 1942.
7
Gough, p.17. Pusan era un puerto excelente, con facilidades portuarias de
aguas profundas. Podía amarrar cerca de treinta buques de gran calado y des-
cargar de doce a quince BDT al mismo tiempo. Esto hacía un potencial de des-
carga diario de 40.000 a 50.000 toneladas, pero problemas en el manipuleo de
la carga y su transporte hacia el interior, reducían la capacidad real a
28.000 toneladas diarias. Durante el período de un año, 1951, el puerto des-
cargó un promedio de 14.000 toneladas diarias (Huston). Masan a 32 kilómetros
de Pusan podía brindar muelle de aguas profundas para sólo dos buques. Inchon,
cuando fue capturado, fue el segundo puerto más activo usado por las Naciones
Unidas (ver más abajo acerca de sus características poco atractivas). Los mue-
lles afectados por la marea, construidos por los japoneses, podían albergar
hasta nueve buques de poco calado, pero los de gran calado debían ser alijados
a buques menores fuera de la costa. Los otros puertos coreanos no se acercaban
a la capacidad de Inchon.
8
Las tropas mal adiestradas o sin experiencia, con frecuencia cargarán con
demasiadas cosas cuando van a comprometerse en el combate. La costumbre de
tiempo de paz de no llevar la carga completa de munición durante los adiestra-
mientos en el terreno, tiene mucha culpa de esto. Sin el peso de la munición
de combate, de la cual la de fogueo es un pobre sustituto, porque es más li-
viana, el soldado se hace una idea equivocada de cuanto es el espacio de que
dispone para los efectos personales, en contraposición de los esenciales. A
medida que se curte en condiciones operacionales, encuentra lo que puede hacer
con menos y menos extras, aprendiendo a vivir con lo mínimo - comida, agua,
armas y munición y la suficiente ropa y protección contra la meteorología como
para sobrevivir; esto último variará con el clima.
9
Appleman, pp. 259-261
123
La Savia de la Guerra
10
Gough, p.24. Como se dijo más arriba, el Coronel Curtis sostiene que él lo
pensó primero. Sin embargo, si el desembarco en Inchon hubiese sido estudiado,
tal como lo afirma Curtis, debieron estar disponibles para los planificadores
todos los factores para su selección, obviando la discusión que tuvo lugar en
varios niveles cuando MacArthur propuso el envolvimiento anfibio. Salvo, por
supuesto, que el estudio se hubiese perdido entre la masa de papeles en Was-
hington, lo que hubiese indicado una gran ineficiencia, pero no algo más allá
de los límites de las posibilidades y no sólo en el Pentágono.
11
Appleman, pp. 498-499. No hay playas en la zona de desembarco, sólo bajíos
de barro en baja mar y algunos paredones de piedra en pleamar. Los bajíos no
podían soportar un hombre de pie. La aproximación principal desde el mar es a
través de dos canales de 50 millas de largo y sólo 36-60 pies de profundidad.
El canal Pez Volador, usado por buques grandes, es angosto y serpenteante, pe-
ligroso aún en horas de día. Las mareas, en las aguas restringidas del canal y
del puerto, tienen una amplitud máxima de 31 pies. Algunas de las embarcacio-
nes de asalto requerían 23 pies de agua para sortear los bajíos. Los buques de
asalto más grandes BDT necesitaban 29 pies. La Marina estableció un estado de
marea de 23 pies como el punto crítico requerido para que las embarcaciones de
desembarco sortearan los bajíos de barro y alcanzaran los puntos de desembar-
co. Esto significaba que los hombres y los abastecimientos podían ser desem-
barcados sólo cuando la marea creciente alcanzara los 23 pies y hasta que la
bajante alcanzara nuevamente ese valor, un período de sólo unas tres horas.
Las tropas en tierra no estarían en condiciones de ser reforzadas hasta la
próxima marea, unas once a doce horas después.
La combinación de la marea correcta y la luz del día, necesaria para el trán-
sito por el canal se daba sólo el 15 de septiembre, el 27 de septiembre y del
11 al 13 de octubre. Las paredes de piedra que enfrentaban los lugares de
desembarco tenían 5,60 metros por encima de los bajíos de barro. Excepto en la
pleamar, presentaban un problema de escalamiento. Debido a que las primeras
olas desembarcarían antes de la pela mar, a fin de emplear las dos últimas
horas de luz diurna, se necesitarían escaleras, así como grampines, cabos y
redes de carga.
El objetivo inicial de la fuerza de desembarco era conquistar una cabeza de
playa en la ciudad de Inchon (población de 250.000 habitantes). A las 0630
hs., un batallón desembarcaría en la isla de Wolmido, que domina los accesos a
los principales puntos de desembarco. Seguiría una pausa de once horas para
alcanzar las condiciones de marea apropiadas, antes de los desembarcos princi-
pales a las 1730 hs. El área de Inchon estaba construida con materiales fuer-
tes y era fácilmente defendible.
12
Appleman, pp. 493/495. un mensaje de MacArthur a Washington del 8 de sep-
tiembre, incluye lo siguiente:
"El envolvimiento desde el norte instantáneamente aliviará la presión en el
perímetro sur y en realidad es la única forma en que esto se puede lograr...
La captura del corazón del sistema de distribución del enemigo en el área de
Seúl dislocará completamente el abastecimiento logístico de sus fuerzas que
ahora operan en Corea del Sur y por eso, por último se llegará a su desinte-
gración. En realidad, éste es el principal propósito del movimiento. Aferrado
entre nuestras fuerzas del norte y del sur, cada una de ellas están completa-
mente auto sostenidas debido a nuestro absoluto dominio del aire y del mar, el
enemigo no puede correr el riesgo de ser aniquilado debido a la interrupción
de su apoyo logístico..."
13
Huston, pp. 156-157. Probablemente ningún ítem en particular recibió más
atención, en lo que hace al apoyo de las operaciones en Corea, que la muni-
124
Falta de Preparación y Rápida Recuperación
ción. Los niveles totales de esta categoría frecuentemente caían por debajo de
los noventa días del nivel operativo y en algunas oportunidades, bien por de-
bajo del nivel de seguridad de sesenta días. Había tres factores que contribu-
ían:
El alto nivel de fuego requerido para romper los ataques en maza.
Que no había líneas de producción, con ninguna consecuencia, en los EEUU. Por
ejemplo: no se había producido munición de 105 mm desde 1945.
Demandaba unos 18 meses establecer las líneas de producción.
14
Appleman, pp.639-640. Por ejemplo, el puente ferroviario sobre el Río Imjin,
cruzaba un río de 560 metros de ancho y requería una longitud de varios cien-
tos de metros de tierra terraplenada en sus extremos. Para establecer un puen-
te carretero sobre el Río Han, setenta aeronaves C-119 transportaron un puen-
te de pontones desde Japón. Esto permitió hacer un puente de pontones de 50
toneladas y 260 metros de largo.
15
Schnabel, pp.260-261. El Estado Mayor del X Cuerpo había preparado un estu-
dio que trataba del avance de la Infantería de Marina y que decía:
"Mientras el 1º de Infantería de Marina avanza hacia Changiin (Chosin),
tendrán tendencia a extenderse. El flanco izquierdo de los infantes de marina
estará en las laderas montañosas que dividen las cuencas acuáticas de la
península. Estas son, generalmente, infranqueables por parte del tráfico mili-
tar pesado. Sin embargo, informes de prisioneros muestran que la 124ª División
de las Fuerzas Comunistas entró a Corea en Manpojin y se encuentra ahora en el
área del Embalse de Chosin. Si la 1ª División de IM ataca hacia el norte, más
allá de esta ruta, bien al frente del Octavo Ejército, será vulnerable a ata-
ques por sus flancos y retaguardia".
A la vista de este asesoramiento, es difícil comprender por que Almond pre-
sionó a Smith para que avanzara sin la debida precaución.
Smith no se hacía ilusiones. Hablando con el Contraalmirante Morehouse, Jefe
del Estado Mayor del Comando de las Fuerzas Navales del Lejano Oriente, le ex-
presó francamente su preocupación sobre lo que él consideraba un planeamiento
no realista del General Almond y su tendencia a ignorar las capacidades del
enemigo, cuando quería un avance rápido. En una nota al Comandante de la IM
admitió que le parecía que las ordenes de Almond estaban equivocadas. "Nues-
tras ordenes establecen que avancemos hacia la frontera de Manchuria. Sin em-
bargo, somos la división del flanco izquierdo del Cuerpo y nuestro flanco iz-
quierdo está ampliamente abierto." Ponía de manifiesto que no había ninguna
unidad del Octavo Ejército más cerca de su flanco que ciento treinta kilóme-
tros al sudoeste. Mientras el X Cuerpo, de acuerdo con Smith, podría asegurar-
lo, "cuando fuera conveniente", de que no había chinos en su flanco, observó,
"si ello fuera cierto, no habría nada que impidiera al Octavo Ejército pasar
al frente nuestro. Esto no lo están haciendo".
16
En este punto es conveniente referirse a las fuerzas no comunistas en Corea,
como las Fuerzas de las Naciones Unidas. Para junio de 1951, todas las forma-
ciones del Ejército de Corea del Sur estaban bajo el comando del Octavo Ejér-
cito. La única gran formación no perteneciente a los EEUU o a Corea del Sur
era la División del Commonwealth, con formaciones de británicos, australianos,
canadienses, nezeolandeses e hindúes; de 24.000 hombres en su máximo. Con
efectivos entre 4.602 y 5.455, el contingente turco era el que le seguía a la
División del Commonwealth. Es conveniente, por razones similares, referirse a
los norcoreanos y chinos como las Fuerzas Comunistas, salvo que sea necesario
distinguir entre ellas.
125
5
INSUFICIENCIA Y SUPER-ABUNDANCIA:
El 7 de mayo de 1954, luego de un asedio que duró tres meses, los exhaustos
sobrevivientes de la guarnición francesa de la posición central en Dien Bien Phu se
rindieron a las fuerzas de la Liga Vietnamita por la Independencia (el Vietminth). Durante
los días anteriores, olas sucesivas de ataques habían rebasado las distintas posiciones
defensivas que, con el apoyo mutuo brindaban un sistema interconectado de defensa
alrededor de la posición central. Con un panorama que recordaba la Tercera Batalla de
Ypres, ambos bandos habían luchado en trincheras batidas por la artillería e inundadas
hasta la altura de las cinturas. Las operaciones de colocación de cargas explosivas del
Vietminth hicieron colapsar las trincheras francesas y en un caso volaron una posición
completa. Los heridos de los dos bandos yacían en el barro. La suciedad de los hos-
pitales de campaña, sin medicinas, hacía que muchos de ellos murieran de gangrena. El
hedor de cientos de cadáveres en descomposición impregnaba el aire. Algunas de las
mejores unidades de combate del ejército francés habían sido destruidas, sus oficiales y
soldados muertos, heridos o tomados prisioneros. Cuando comenzó la batalla, la
guarnición estaba constituida por doce batallones de infantería, incluyendo batallones
paracaidistas de elite y batallones de la Legión Extranjera, el equivalente a dos grupos de
artillería y diez tanques livianos. Durante el desarrollo de la batalla, para reforzar la
guarnición, fueron lanzados cinco batallones adicionales de paracaidistas, tres Equipos
Médicos Aerotransportados completos y 1530 voluntarios se lanzaron como reemplazos
individuales de especialistas que se habían transformado en bajas. El último grupo de 94
voluntarios se lanzó un día antes de que cayera la posición central. Solo setenta
hombres, del total de la guarnición, lograron reunirse con las fuerzas francesas en Laos.
La primera fase de la lucha vietnamita por su independencia, había terminado. El General
Giap había obtenido una victoria aplastante y conquistado una parte de su país. Los
franceses habían perdido la totalidad de Indochina1 a manos de un hombre que, diez
años antes, había guiado un pelotón de guerrilleros andrajosos en las junglas al sur de la
frontera de China con Vietnam. Un hombre que, a pesar de su alarde frente a Le Clerc en
1945 de: "He concurrido a una academia militar - la del monte y la guerra de guerrillas
contra los japoneses", tenía poca experiencia pero aprendía rápido.2
Giap nació en 1912 y sus primeros años estuvieron influenciados por el odio que sus
padres sentían por los franceses. En 1924, como reconocimiento a su intelecto, entró al
Lycée National en Hue. A los 14 años se exiló en China debido a sus actividades
revolucionarias, donde enseguida conoció a Ho Chi Minh (ver más abajo). A los dieciséis
años regresó a Hue como miembro clandestino del partido Tan Viet, en el que muchos
eran comunistas. Su participación en una rebelión le significó un período en la cárcel. Allí
conoció a la niña que luego sería su primera esposa. En 1932 los franceses lo autorizaron
a cursar el bachillerato en Hue y luego entró a la universidad de Hanoi, donde se graduó
de bachiller en leyes. Un ávido lector de la historia militar y de la teoría comunista, en
esos días era considerado uno de los más brillantes estudiantes de la universidad.
1
La Savia de la Guerra
A principios de junio de 1940 Giap se encontró nuevamente con Ho Chi Minh, quién
lo mandó a la cede central del Partido Comunista Chino, en Yenan, a estudiar política y
las técnicas militares. Pero antes de llegar se le cambiaron las ordenes. Creyendo Ho Chi
Minh que la derrota del ejército francés en Francia cambiaría la situación en Indochina, le
dijo a Giap y a otros comunistas vietnamitas que se encontraban en China, que
regresaran a Vietnam. Allí estableció su primera "unidad de auto defensa", emboscando
unas pocas patrullas francesas, asesinando funcionarios vietnamitas reaccionarios y
distribuyendo propaganda.
Ho Chi Minh era un miembro fundador del partido comunista francés en 1920 y viajó
para formar la Liga Juvenil Revolucionaria Vietnamita, partiendo de un grupo de exilados
vietnamitas que vivían en Cantón. De esa escuela de formación de activistas, establecida
por él en Cantón, los graduados volvían a Vietnam para organizar las células en sus
distritos de origen. En 1930, el primer intento de derrocar el régimen colonial francés en
Vietnam fue aplastado con gran brutalidad. En 1941, en una cueva en una remota parte
del nordeste de Vietnam, Ho Chi Minh fundó la Liga por la Independencia de Vietnam
(Viet Nam Doc Lap Dong Minh Hoi o Vietminh), procurando atraerse a todos los que se
opusieran a franceses y japoneses. Estos últimos, habían tomado el control de Indochina
luego de la caída de Francia. Después de un período en una prisión china, Ho Chi Minh
fue dejado en libertad para que se hiciera cargo de todos los exilados vietnamitas en
2
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
China. En marzo de 1945, la Fuerza Aérea del Ejército de los EEUU se puso en contacto
con él para pedirle que brindara inteligencia y asistencia que permitieran rescatar a los
pilotos aliados derribados, a cambio de equipos de comunicaciones, abastecimientos
médicos y armas menores. Este contacto inicial fue ampliado hacia el final de la guerra
con Japón, para incluir cooperación entre el Vietminh y la Oficina Norteamericana de
Organismos Estratégicos (United States Office of Strategic Services OSS), la antecesora
de la CIA y de las fuerzas especiales. Esta cooperación entre la OSS y el Vietminh, que
considerada en su totalidad no fue un éxito, llevaría a la afirmación francesa respecto a
que si los EEUU no hubieran armado al Vietminh, la guerra de guerrillas hubiera sido más
fácil de controlar; lo que no es sencillo de probar, pero que contiene un giro irónico a la
luz de la posterior intervención norteamericana en Indochina.
Los Vietminh eran numéricamente superiores en Vietnam del Norte, el área vital en la
primera fase, si bien el tamaño de sus fuerzas nunca se conoció con exactitud, ni
entonces, ni hasta el final de la cuarta fase en 1975. Pero probablemente tenían unos 30-
50.000 hombres en las Fuerzas Regionales y las guerrillas.3 Pese a su superioridad
numérica, el Vietminh, desde Giap hasta el guerrillero más novato, tenían poca expe-
riencia y estaban pobremente equipados. Carecían de artillería, fuerza aérea, blindados,
organización de comunicaciones y por sobre todo, de sistema de apoyo logístico. La
unidad mayor era un batallón de unos 1.000 hombres. El Vietminh tenía poco
adiestramiento en operaciones más allá del nivel de batallón, como también sus
comandantes en al conducción de más de una unidad. Tenían cuatro grandes ventajas.
3
La Savia de la Guerra
Primero, peleaban por su propia independencia y contaban con la mayoría de la
población de su lado. Esto, combinado con una excelente propaganda y adoctrinamiento,
le dio al Vietminh una alta moral. Segundo, el gran tamaño del área y la falta de voluntad,
por parte del gobierno francés de suministrar suficientes tropas, hizo muy difícil el control
de la zona no urbana. Si los franceses intentaban controlar la totalidad del país, se
tendrían que dividir en pequeños reductos, los que serían derrotados de a uno. Si se
concentraban alrededor de las áreas clave, abandonaban el campo al Vietminh. Tercero,
tenían una base en un área adyacente a China, el Viet Bac. Allí tenían un área de a-
diestramiento, una base logística en potencia y una zona segura para el gobierno del
Vietminh. Cuarto, el terreno y el clima favorecían las operaciones de guerrilla y la defen-
sa. El Vietminh conocía el terreno y estaba aclimatado. Por un momento es conveniente
apartarse de las operaciones para echar una breve ojeada a la geografía, los aspectos
físicos y el clima característicos del país, no solo porque ellos tuvieron efecto en las
tácticas, sino también en la logística.
El Teatro de Guerra
Indochina (en ninguna de las fases la lucha estuvo limitada a solo el Vietnam del Sur
o del Norte), es más grande que Birmania. La yuxtaposición de Vietnam (donde tuvo
lugar la mayor parte de la lucha), con Laos, Camboya y China, le brindó al Vietminh
inapreciables ventajas. En la fase uno, Giap pudo sacar a las tropas francesas de
Vietnam, amenazando Laos y Camboya. En las fases dos y tres, la incapacidad o poca
voluntad de esos dos países para negar el uso de su territorio a los norvietnamitas, le
brindó a Giap bases como refugio y dos líneas de comunicaciones a lo largo de las
cuales, el Vietcong y los norvietnamitas que operaban en Vietnam del Sur, podían recibir
grandes cantidades de abastecimientos - la ruta de Ho Chi Minh corriendo hacia el sur
por el lado este de Laos y el norte de Camboya y la menos conocida Ruta Sihanouk,
desde el puerto camboyano de Sihanoukville, donde los buques del bloque oriental
descargaban los efectos, que luego eran transportados vía Phnom Penh a grandes áreas
de depósito dentro de Camboya. Más importante aún, fue la proximidad de China en la
frontera norte de Vietnam y en especial cuando llegaron los comunistas, a partir de fines
de 1949. China es un enemigo mortal de Vietnam, tal como lo había sido a lo largo de
casi toda la historia, pero en el período 1949 a 1975, Aquella estuvo muy contenta al
poder apoyar al Vietminh y posteriormente a los vietnamitas del norte, si eso significaba
debilitar a occidente y en particular a los odiados norteamericanos. Los soviéticos
apreciaron de la misma forma, con el incentivo adicional que un Vietnam fuerte e
independiente y pro ruso actuaría como una distracción efectiva para China.
Geografía
Vietnam tiene cerca de 1360 kilómetros de norte a sur y su ancho varía de 80 a 480
kilómetros. Su aspecto ha sido descripto por Giap: "se estira como una inmensa "S" a lo
largo del borde del Pacífico, incluye Bac Bo o Vietnam del Norte, el cual, junto con el delta
del Río Rojo, es una región rica en lo que hace a sus posibilidades agrícolas e
industriales; Nam Bo o Vietnam del Sur, una vasta planicie aluvional, surcada por los
brazos del Mekong y especialmente favorable para la agricultura y Trung Bo o Vietnam
Central un largo y angosto cinturón de tierra que las une.4 Más de la mitad de Vietnam
4
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
Clima
El clima es sub tropical, con elevada humedad a lo largo de todo el año. El Monzón
del sudoeste comienza cerca de mediados de mayo y finaliza aproximadamente a
mediados de octubre. El Monzón del nordeste comienza para mediados de septiembre
finalizando para fines de diciembre. De los dos, el primero es, por mucho, el que tiene el
mayor impacto en las operaciones. El segundo afecta solamente las áreas costeras en el
centro del país con llovizna, niebla (conocida por los franceses como Crachin, escupida) y
lluvia. Muchas, aunque no todas las operaciones principales del Vietminh y del Viet Cong
norvietnamita, tuvieron lugar en la estación seca, de principios de enero a mediados de
mayo; entre las excepciones, Dien Bien Phu.
Terreno
Más del 80 por ciento del terreno está cubierto por bosques. El triple toldo de la jungla
brinda cobertura a las posiciones defensivas, movimientos, líneas de comunicaciones y
depósitos; cobertura que el Vietminh, el Viet Cong y el Ejército de Vietnam del Norte
emplearon para su ventaja. El bambú, arbustos y el pasto, aún en las áreas más abiertas,
brindaban numerosas y excelentes posiciones para emboscar, dificultando los
movimientos. La Península de Ca Mau, en la punta sur del país, es una extensión
cubierta de pantanos estancados cubiertos de una vegetación baja, intransitable excepto
para pequeños botes y fue ese el lugar de ocultamiento de las guerrillas durante casi toda
las fases uno, dos, tres y cuatro. Las enfermedades están a la orden del día,
principalmente la malaria, el dengue, cólera, hepatitis y el tifus. Entre 1950 y 1954, cerca
5
La Savia de la Guerra
del 25 por ciento de las tropas de la Unión Francesa estuvieron debilitadas por causa de
la sistosomiasis y la leptoporosis.
Comunicaciones
Vietnam tenía un cierto número de puertos, si bien, tal como se explicará más
adelante, no todos estaban completamente desarrollados. Durante la fase uno el más
importante era el complejo portuario de Haiphong, que abastecía a los franceses. Durante
la fase tres la dependencia por parte de Vietnam del Norte de un solo complejo portuario,
representaba un importante factor de debilidad listo a ser explotado por parte de un
enemigo. El sistema de carreteras estaba sub desarrollado, siendo en su mayoría
senderos. Las pocas rutas principales se encontraban cortadas por puentes demolidos,
en las montañas por desmoronamientos y en todos lados invadidas por la vegetación y
llenas de baches. Había una línea férrea, construida por los franceses, corriendo de
Saigón a Hanoi y hacia China. Los caminos sin terraplenes, rápidamente se
transformaban en lodazales con las lluvias. En las áreas bajas, las inundaciones que
seguían a las lluvias impedían el tránsito a campo traviesa de los vehículos a rueda y aún
los a oruga se empantanaban. Los tifones ponían en peligro a los buques en los
fondeaderos expuestos, quebrando las tuberías de descarga de combustibles e
interrumpiendo las descargas. La estación seca traía nubes de polvo producidas por
helicópteros, vehículos, plantas fabriles y aviones. Estas penetraban en todos lados,
especialmente en las tomas de aire de los motores y en las partes móviles de los
equipos, atascándolos u produciendo daños.
* * *
Este no es el lugar adecuado para tratar los años que llevaron a la iniciación de la
fase uno, la guerra Franco-Vietminh. Hasta diciembre de 1946, abiertamente el Vietminh,
había mantenido grandes fuerzas de auto defensa en Hanoi y las principales ciudades y
pueblos y habiendo actuado en un frente más político que militar. Basta decir que
después de la ruptura de las negociaciones políticas, debido a que los franceses no
estaban preparados para darle a los vietnamitas su independencia total, aquellos sacaron
al Vietminh de las ciudades y pueblos, haciéndolos ir a las montañas y junglas. Los
franceses conservaban las tierras pobladas, mientras el Vietminh se retiró al Viet Bac,
procuraban derrotar al Vietminh antes que el desgaste producido por la guerra en
Francia, la débil economía y la opinión pública mundial, los obligara a abandonar la
empresa. Al final, la guerra era del tipo de reconquista colonial. Por lo tanto dañaba a los
franceses a los ojos de sus propios aliados, especialmente los norteamericanos, que
recelaban del colonialismo. La guerra se volvió respetable, hasta "santificada", para usar
la expresión de Fall5, cuando los norcoreanos invadieron Corea del Sur y la batalla de los
franceses contra un enemigo comunista podía ser presentada como parte de una amplia
estrategia en Asia: derrotar al comunismo desde Corea a Malasia, donde los británicos
estaban combatiendo a las guerrillas comunistas chinas. Este cambio de percepción, que
los políticos franceses no dudaron en explotar, presentando al fantasma comunista
dominando el sudeste asiático hasta Australia, llevó a un enorme flujo de equipo
6
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
norteamericano. Esto no alteró los factores clave tales como el terreno y la geografía,
especialmente la capacidad del Vietminh para adiestrar su gente y a partir de 1949,
encontrar asilo en China. En 1953, el cese del fuego en Corea permitió que la totalidad
del esfuerzo de guerra comunista asiático, se concentrara en la lucha en Indochina.
El Vietminh quería una guerra larga para explotar los factores de debilidad franceses
y con ello lograr tiempo para crear y equipar sus fuerzas. Al seleccionar esta estrategia, el
Vietminh había optado por seguir un clásico principio de la guerra, tal vez para sorpresa,
uno de los dos principios claves: "Saca ventaja de tu propia fortaleza y de las debili-
dades del enemigo, mientras niegas tu propia debilidad y las fortalezas al
enemigo." A partir de 1947 el Vietminh trató de evitar las acciones de envergadura que
involucraran unidades de la Fuerza Principal, mientras las unidades Regionales y
guerrilleras hostigaban a los franceses. Por otro lado, la estrategia francesa siempre
estuvo orientada a producir una gran batalla que les permitiría deshacerse de las Fuerzas
Principales del Vietminh, de una vez por todas. En la fase uno el principal campo de
batalla fue Vietnam del Norte, el delta del Río Rojo y el área hacia el norte y el oeste.
Es importante echar una mirada al primer intento de los franceses para destruir la
Fuerza Principal del Vietminh, en octubre de 1947, porque muestra las fallas en la
estrategia y tácticas francesas, las que, con el tiempo, serían repetidas nuevamente. El
Comandante en Jefe francés, Teniente General Valluy estaba bajo presión del gobierno
para que lograra un resultado rápido. Pero aún más presión representaba la perspectiva
del derrumbe de la China Nacionalista y la llegada de fuerzas comunistas a la frontera
norte de Vietnam. El objetivo de Valluy era capturar el gobierno del Vietminh y el cuartel
general de sus fuerzas en la villa de Bac Kan, en el Viet Bac. El concepto de la operación,
denominada LEA, eran dos pinzas y una punta. La punta estría constituida por la
Agrupación S, dos batallones paracaidistas al comando del Teniente Coronel Sauvagnac,
lanzándose en Bac Kan y dos villas que se encontraban en el sendero que conduce a ese
lugar: Cho Don, a veinte kilómetros y Cho Moi, distante treinta y cinco kilómetros, ¡qué
dispersión para una fuerza de 1.100 hombres!. Mientras tanto, la Agrupación B, al
comando del Coronel Beauffre, compuesta por tres batallones de infantería apoyados por
tres escuadrones blindados y tres grupos de artillería, uno de ingenieros y uno de
transporte, constituirían la pinza norte. Partiendo de Lang Son debían avanzar 225
kilómetros por el camino vía Cao Bang y Nguyen Binh, para unirse a la fuerza
paracaidista. La pinza sur, Agrupación C, compuesta por tres batallones de infantería
apoyados por un grupo de artillería al comando del Teniente Coronel Communal, sería
transportada en embarcaciones de desembarco desde Hanoi subiendo por el Río Rojo, el
Río Clear hasta Tuyen Quang y de allí, si fuera posible, remontando el Río Sing Gam,
para asaltar el área de Bac Kan desde el sur y el oeste. El apoyo aéreo cercano sería
provisto por todos los aviones Spitfire IX del 4º Grupo de Ataque. Los batallones de
paracaidistas saltarían de los C-47 norteamericanos (Dakotas) y los Junkers 52s
alemanes (el mismo tipo que había transportado los paracaidistas alemanes a Creta, seis
años antes); el equipo tenía una apariencia que lo caracterizaba como de la Segunda
7
La Savia de la Guerra
Guerra Mundial, lo que era por demás suficiente ya que ésta había finalizado casi dos
años y medio antes. Sin embargo, las tácticas también eran de la Segunda Guerra y esto
casi lleva al desastre.
Fue seguida por otra operación de más de un mes, al noroeste de Hanoi, con el
mismo estilo, realizada por una fuerza de tamaño similar, con el mismo resultado. El
único éxito de ese año fue logrado por dos batallones de montaña T'ai. Luchando en sus
propias montañas, que conocían mucho mejor que el Vietminh y recibiendo inteligencia
de sus compatriotas tribales, eliminaron al Vietminh de su territorio entre los Ríos Rojo y
Negro y los mantuvieron alejados por cerca de cinco años.
Los franceses se retiraron a las tierras bajas dejando una cadena de fuertes
fronterizos que no lograron nada sino mantener la ilusión sobre el control de Francia a lo
largo de la frontera con China. Incluso mantuvieron la guarnición en Bac Kan hasta
agosto de 1948. Era una carga logística y no contribuyó en nada a la conducción de la
campaña. Más allá del alcance de sus cañones, éstos no controlaban nada. Las
unidades de la Fuerza Principal se retiraron dentro del Viet Bac, si bien las guerrillas del
Vietminh continuaban hostigando a los franceses en el delta del Tonkin y llevando a cabo
una campaña de terror y propaganda para ganarse la población local. Giap se dio cuenta
8
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
que las unidades de la Fuerza Principal serían el instrumento primordial para derrotar a
los franceses. Aunque se habían desempeñado bien hasta ese momento, tenían deficien-
cias manifiestas en organización, comando y sobre todo, logística. Agrupó los batallones
entre sí en regimientos y finalmente en divisiones. Creó un sistema de estado mayor
copiando a los estados mayores generales de los franceses y norteamericanos, con sus
cuatro divisiones principales.6 Pero sin un aumento de la capacidad logística y ejecutores
de la misma, esta reorganización sería desperdiciada.
El equipamiento de las unidades del Vietminh, en todos los niveles, era una
mezcolanza de material francés, japonés y norteamericano (este último lanzado con
paracaídas durante la Segunda Guerra Mundial). Había pocos repuestos y escasas muni-
ciones. Disponía de un puñado de camiones capturados pero sin repuestos ni forma de
mantenerlos. La solución de Giap fue establecer fábricas en el Viet Bac. Partiendo de la
producción de granadas, munición de fusil, minas y unas pocas ametralladoras livianas,
progresaron hasta fabricar algunos morteros de 120 mm. Sin embargo el equipo pesado,
tales como camiones y cañones de todos los calibres y tipos y la munición necesaria para
ellos, estaban más allá de la capacidad de esta "industria casera". Si en 1949 los
comunistas chinos no hubiesen llegado a la frontera, la campaña en Vietnam hubiese
tenido un rumbo diferente. Los chinos proveyeron la maza del equipamiento y la
munición, pero solo hasta la frontera. La distribución era problema de Giap y lo resolvió
empleando el recurso que disponía, si no inacabable, por lo menos en grandes cantida-
des: los porteadores humanos. Se ha dicho que la magnitud de este esfuerzo no ha sido
completamente comprendido por occidente. Puede haber sido así, pero dada la magnitud
del tiempo que duraron las dos campañas, es difícil de entender el por qué. Era bien
sabido que Giap estaba empleando porteadores en enorme escala, medido el esfuerzo
en términos humanos. La libre expresión "miles de porteadores" era un ingrediente cons-
tante en las reuniones informativas, especialmente en la fase tres, cuando los
norteamericanos ya estaban luchando en la guerra.7
Alessandri se puso a pacificar un área pequeña por vez, un parche primero, luego
varios parches; uniéndolos y constantemente aumentando la extensión de éstos. Las
tropas francesas contuvieron al Vietminh mientras los vietnamitas no comunistas locales
liberaban el área. Giap respondió con guerra de guerrillas en el Delta. Campesinos de día
y guerrilleros de noche, las fuerzas locales establecieron emboscadas, llevaron a cabo
pequeños ataques, aterrorizaron a la población, eliminaron "traidores" y nunca se
quedaron para combatir. Si bien al principio pareció que el programa de pacificación, el
primero de muchos en Vietnam, daba resultado, fracasó. Primero, no había suficientes
tropas francesas como para evitar que las guerrillas del Vietminh se infiltraran dentro de
un parche libre y el gobierno francés se negó a proveer refuerzos. Segundo, los franceses
no hicieron ningún intento para ganarse el apoyo, los corazones y las mentes del pueblo
vietnamita. Para ellos los tonkineses eran productores de arroz, una fuente de impuestos
y reclutas. Los franceses no tenían nada para ofrecerles, excepto continuar siendo
“objetos” en una colonia francesa. El Vietminh tenía mucho para ofrecer, en el largo
plazo, independencia, pero aquí y ahora ayuda con la cosecha, afirmada con un flujo
constante de propaganda y como última persuasión, amenazas, secuestros y asesinatos.
La estrategia de Alessandri llegó a estar muy cerca del objetivo de desplazar la Fuerza
Principal Vietnamita. Los refuerzos para la Fuerza Principal se secaron hasta ser un
chorrillo y los abastecimientos de arroz para el Vietminh, fuera del Delta, fueron cortados
a la mitad. En algunas áreas, las raciones fueron reducidas a tal extremo que el Vietminh
se enfrentó al hambre. Pese a que tenía pocas probabilidades de éxito, Giap y Ho
comenzaron a pensar que deberían montar una ofensiva importante en el Delta, pero
aguardaron con la esperanza de que la situación mejorara. Se salvaron por el hecho que
habían resuelto muchos de los otros problemas logísticos: los comunistas chinos acer-
cándose a la frontera norte de Vietnam.
Derrota Ignominiosa
10
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
Los franceses aún añoraban la gran batalla en la que pudieran cañonear al Vietminh,
pero en lugar de eso, a fines de 1950 habían perdido o evacuado todos los puestos a lo
largo de la frontera norte de Vietnam. Al hacerlo le brindaron a Giap un premio logístico,
enormes cantidades de víveres, ropa, y abastecimientos médicos, toneladas de munición,
trece obuses, 125 morteros, 940 ametralladoras, 450 camiones, 4.000 pistolas
ametralladoras, más de 8.000 rifles y miles de litros de combustible.9 Por su lado, los
franceses perdieron 6.000 hombres y dejado a Giap equipo suficiente como para equipar
completamente una división del Vietminh.10 "Cuando se disipó el humo, dice Fall, "los
franceses habían sufrido su mayor derrota colonial desde que Montcalm murió en
Quebec".11
A fines del año Giap estableció una amenaza sobre el Delta de Tonkin, moviendo sus
divisiones hacia el sur. Carpentier, con su moral debilitada después de los desastres sufri-
dos durante el año, contempló la posibilidad de retirarse hacia el paralelo dieciocho, solo
a noventa y seis kilómetros al norte de la frontera que finalmente se establecería entre
Vietnam del Norte y del Sur. En realidad Giap también estaba considerando un rápido
ataque en el Delta, pero se dio cuenta que su sistema logístico, basado en coolies, no
sería capaz de acumular efectos en las nuevas bases avanzadas necesarias para una
ofensiva para fines de 1950. Por lo tanto pospuso la ofensiva. El 13 de enero de 1951
finalizó la primera etapa con una derrota para Giap. A pesar de la asistencia china, sus
hombres disponían de poco arroz y su ejército necesitaba reclutas. La solución para
ambos problemas estaba en el control de un área importante del Delta. Otros dos
factores lo llevaron a realizar un ataque en la posición clave francesa de Vinh Yen: la
llegada de un nuevo y dinámico Comandante en Jefe, el General de Lattre de Tassigny y
el creciente flujo de material norteamericano a los franceses. Al final, el poder aéreo fran-
cés, incluyendo el uso de napalm y la capacidad de hacer llegar refuerzos por aire y tal
vez, la intervención personal en un momento crítico de la batalla por parte de Lattre,
inclinó la lucha a su favor, pero solo por poco. También Giap perdió varias oportunidades
y no asumió el comando y control de sus divisiones en forma suficientemente firme; para
la batalla, aún le faltaba práctica en la coordinación de sus múltiples formaciones.
Pese a estas dos derrotas Giap decidió montar otra ofensiva antes que apareciera el
monzón. Nuevamente la logística fue la fuerza impulsora detrás de esta decisión: la
necesidad de arroz y su percepción que, con la ayuda norteamericana, los franceses se
estaba haciendo cada vez más fuertes. Su objetivo, la línea del Río Day a lo largo del
lado sudoeste de la Línea de Lattre, estaba orientado a lograr el control de las provincias
de Ninh Binh y Nam Ha. Estas tienen tres cosechas de arroz por año y estaban
densamente pobladas. La última era importante no solo como fuente de mano de obra,
sino también porque el Vietminh sería visto como controlando una cantidad creciente de
la población. Hasta ese momento la campaña del Río Day fue la más ambiciosa de las
encaradas por Giap. Su plan contemplaba el empleo de cuatro divisiones, la 312ª para
atacar como diversión la punta oeste de la Línea de Lattre en Vinh Yen. Las otras tres
debían montar el asalto principal a través del Río Day. Dos divisiones (304ª y 308ª)
apoyadas por dos regimientos independientes atacando desde bases guerrilleras dentro
del Delta, debían ocupar objetivos tendientes a aferrar las reservas francesas, mientras
que la tercera (320ª) atacar en dirección a Phat Diem y Ninh Binh en el centro de
gravedad sur de la Línea de Lattre. El empleo de una fuerza de tal magnitud, que
comprendía el movimiento de alrededor del Delta con unos 10.000 hombres y 40.000
porteadores, fue una enorme empresa logística.
Al principio la ofensiva fue un éxito, pero de Lattre reaccionó con gran velocidad para
llevar las reservar a la batalla. El Vietminh se encontró en arrozales inundados y abiertos,
sometidos a intenso bombardeo de artillería y la milicia católica vietnamita demoró a la
320ª división hasta que llegaron los franceses. La milicia católica también hostigó los
movimientos de los regimientos independientes del Vietminh. Por eso no estuvieron en
capacidad para operar en unión con las divisiones de asalto en el ataque a las posiciones
de retaguardia de la Línea de Lattre. En ese momento Giap se encontró teniendo que
abastecer tres divisiones a través del Río Day. Embarcaciones fluviales francesas
(dinassaut, abreviatura de Division Navale d'Assaut) apoyadas por la fuerza aérea
francesa, cortaron esta línea de comunicaciones hundiendo los botes. El avance del
12
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
Vietminh se detuvo por falta de munición y víveres. Para mediados de junio, Giap había
retirado sus apaleadas divisiones nuevamente a través del Río Day. El haber
seleccionado un plan que llevaba a que todas sus líneas de comunicaciones cruzaran un
río importante, demostró que aún no entendía como el empleo de los poderes aéreo y
naval podían afectar sus planes, especialmente la capacidad de éste último de separar a
los combatientes de sus abastecimientos.
Se ha dicho que Giap, en lugar de montar una serie de ataques (tres en los primeros
cinco meses de 1951), debería haber realizado una fuerte y coordinada ofensiva con la
totalidad de las cinco divisiones, en forma simultánea alrededor del perímetro de la Línea
de Lattre. Es probable que la respuesta se base en las limitaciones logísticas del
Vietminh. Se ha calculado13 que demandaba un mes, por cada división atacante del
Vietminh, acopiar efectos en su base logística. De tal forma que lo más temprano que una
ofensiva coordinada de cinco divisiones se hubiese podido lanzar, era a principios de
mayo de 1951. Giap consideró que él no podía darle ese tiempo a la logística francesa
que hubiera significado más recursos, especialmente con el dinámico de Lattre en el
comando.
Después del monzón Giap intentó nuevamente; esta vez no contra la Línea de Lattre
sino contra la cuidad de Nghia-Lo, capital del pueblo T'ai, el que brindaba fuerte apoyo a
los franceses. La ciudad estaba a ciento cinco kilómetros fuera de la Línea de Lattre. Una
vez más los franceses lanzaron batallones paracaidistas para reforzar la guarnición, esto
y los ataques aéreos hicieron que Giap se retirara. Sin embargo, aprendió una lección
importante; podía tentar a los franceses a salir a un terreno de su propia elección,
amenazando áreas, ciudades o a los aliados de los franceses.
Salan decidió reabrir la Route Coloniale 6 y eliminar la maleza del costado del
camino. Demandó once días a doce batallones de infantería y tres grupos de artillería
limpiar cuarenta kilómetros de ruta. En ese momento Salan decidió retirarse de Hoa Binh,
que se había transformado en una trampa. Por otro lado necesitaba las tropas para hacer
frente a las dos divisiones del Vietminh que se habían infiltrado exitosamente en el Delta.
Tuvo éxito en la evacuación de la guarnición de Hoa Binh en una operación convencional
y faseada, retirando las unidades unas a través de las otras, de una posición defensiva a
la siguiente. El primer día Giap fue tomado por sorpresa, permitiendo que los franceses y
1.000 civiles Muong pudieran llegar al río durante la noche, sin ser molestados. Atacó a la
mañana siguiente y se entabló una feroz lucha a la carrera. El último en llegar a la
seguridad brindada por la Línea de Lattre, fue un batallón de la Legión Extranjera. La
artillería francesa había disparado más de 30.000 tiros en tres días y la Fuerza Aérea
Francesa había brindado apoyo aéreo cercano continuo. Los franceses perdieron 5.000
hombres y el Vietminh, por lo menos, la misma cantidad. La batalla de Hoa Binh fue un
anticipo del futuro, que los franceses prefirieron ignorar. Pese ha que se había
demostrado claramente que disponían de poca capacidad ofensiva fuera del Delta, muy
especialmente por razones logísticas, insistieron en lo que Fall ha llamado, "persistieron
en la búsqueda de la batalla en gran escala en la que podrían superar al enemigo con la
maniobra y el apoyo de fuego."14
Hoa Binh también subrayó las dificultades a que se enfrentaba Giap cuando se veía
forzado a reaccionar frente a un cambio rápido en la situación táctica, tal como la bien
ejecutada y sorpresiva retirada francesa, de la que no tuvo ningún aviso porque los
habitantes, los Muongs, le eran hostiles. Estaba limitado por la falta de buenos equipos
de radio y la propensión del Vietminh a planear con gran detalle y ensayo. Pero por sobre
todo, estaba limitado por un sistema logístico que no podía responder a un cambio de eje
con poco preaviso, es decir, que no era flexible.
14
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
* * *
En septiembre de 1952, para la época en que finalizan los monzones, Giap había
aumentado el número de su Fuerza Principal a seis divisiones, cuatro regimientos y seis
batallones, todos ellos de infantería y todos independientes. Los chinos habían equipado
a todas estas unidades con gran cantidad de ametralladoras y morteros. Giap también
formó una división pesada que brindaba apoyo a las formaciones de infantería. A estos
fines la división estaba equipada con morteros de 120 mm, obuses de 105 mm y cañones
antiaéreos de 20 y 40 mm. Las unidades de su Fuerza Principal totalizaban unos 120.000
hombres. Los efectivos de las tropas regionales eran unos 75.000 hombres y las
guerrillas cerca de 200.000. Los franceses, incluyendo la fuerza aérea y la marina,
alcanzaban a unos 90.000 hombres. El Ejército Nacional Vietnamita tenía cerca de
100.000, pero de muy poca utilidad. Giap podía emplear la totalidad de su Fuerza
Principal de 120.000 hombres, en acciones ofensivas, mientras que los franceses,
aferrados por tener que ocuparse de las guerrillas en su retaguardia y muchos afectados
a defender la Línea de Lattre, podían reunir solamente unos 50.000 hombres para un
ataque.
16
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
Ataca nuevamente
Giap había aprendido de sus reveses del año anterior y de la batalla de Hoa Binh. Lo
más importante, no debía intentar atacar la Línea de Lattre, donde los franceses
disponían de todas las ventajas. tenía que explotar los factores de debilidad franceses: su
incapacidad para apoyar una fuerza importante más allá de unos pocos kilómetros de la
Línea de Lattre; la imposición política de defender las tribus amigas, tales como los T'ais y
los Muongs y a quienes los apoyaban, como los católicos. A medida que aumentaban las
distancias del Delta, de la misma forma disminuía la efectividad de su apoyo aéreo y
finalmente, de todos los soldados destacados a lo largo de Vietnam, podían disponer de
menos de la mitad para una ofensiva. Con estos factores de debilidad en mente, Giap
seleccionó como su primer objetivo la cadena de fuertes a lo largo de la cordillera de
montañas bajas de Fan Si Pan, entre los Ríos Rojo y Negro. La capital de la tribu de los
T'ais en Nghia Lo era el puesto clave a lo largo de las crestas. Al sur del Río Negro, los
franceses tenían otra cadena de fuertes. Estos tendrían que reaccionar ante cualquier
movimiento de Giap en esta área. Tan pronto como determinaban la dirección de su
ofensiva, lanzaban un batallón de paracaidistas coloniales para cubrir la retirada de los
dispersos destacamentos que constituían los fuertes hacia el Río Negro. En la siguiente
batalla, Nghia Lo fue ocupada y si bien el batallón paracaidista luchó con gran bravura y
destreza, fue destruido. Afortunadamente para los puestos franceses en el lado sur del
Río Negro, la ofensiva del Vietmingh comenzó a perder ímpetu, debido a que el sistema
logístico de Giap no podía mantener el ritmo de su avance. Se detuvo y rodeó los fuertes
para ocupar la pequeña guarnición en un lugar llamado Dien Bien Phu.
Después de haber reforzado los fuertes rodeados por Giap, los franceses atacaron
en procura de su base de abastecimientos en el Viet Bac, empleando todas las fuerzas
móviles de que disponían, unos 30.000 hombres. Esperaban obligarlo a retirarse
amenazando con cortarle su línea de comunicaciones. El plan francés era complicado e
involucraba un número de movimientos interconectados, por tierra, río y paracaídas.
Doce días después de haber comenzado la operación (llamada LORRAINE) la fuerza
paracaidista compuesta por tres batallones fue lanzada en las zonas previstas del otro
lado del río donde estaba su objetivo, Phu Doan. Las embarcaciones fluviales llegaron al
lugar y comenzaron a cruzar a los paracaidistas para ocupar el objetivo no defendido. Los
tanques guía del elemento terrestre llegaron dos horas después. Hasta ese momento
todo se había desarrollado asombrosamente bien. Los franceses, después de una
minuciosa búsqueda, encontraron una cantidad moderada de equipo, pero no lo
suficiente como para justificar una operación que involucraba a dos divisiones.18 Luego
Salan formó una fuerza de tareas compuesta por cinco batallones con fuerte apoyo de
blindados y artillería para seguir el avance, con la esperanza de poder capturar un gran
depósito de abastecimientos y así obligar a Giap a retirarse.
La fuerza de tareas francesa avanzó, con poca oposición, hasta la unión de dos
caminos a unos veinticuatro kilómetros de Yen Bai. Como bloqueo, en la unión de los
caminos, dejó a un grupo de batalla compuesto por blindados e infantería y avanzó
alcanzando finalmente Phu Yen Binh, a 64 kilómetros de Phu Doan y a casi 160
kilómetros al norte de la Línea de Lattre. En ese momento Salan ordenó, a toda la fuerza
LORRAINE, retirarse a la Línea de Lattre. Al rodear Yen Bai, los franceses estaban
admitiendo que no disponían de la fuerza ni de los recursos como para tomar el pueblo y
que, por lo tanto, la Operación LORRAINE era un fracaso. Solo tomando Yen Bai podrían
haber forzado a Giap a retirarse, al no hacerlo, le dieron a entender que toda la operación
había sido una finta que no le imponía cambiar sus planes. Una vez más fueron los
imperativos de la logística los que determinaron, en gran parte, la decisión francesa. El
abastecimiento de 30.000 hombres acompañados por un gran número de vehículos,
comprometió a casi toda la fuerza de transporte aéreo en Indochina (unos 100 C-47
Dakotas) y como consecuencia, otras áreas, particularmente los fuertes al sur del Río
Negro estaban ansiosos de reabastecimiento. La toma de Yen Bai hubiese requerido más
medios que la fuerza de tareas de más de cinco batallones y hubiera sido dificultoso, si
no imposible, haber movido la fuerza remanente de la Operación LORRAINE hacia el
norte desde Phu Doan, además de haber aumentado la distancia a la cual tenía que
operar el reabastecimiento aéreo y con ello agravando el problema logístico. Por otro
lado, Salan no podía hacer frente al hecho de tener una parte tan grande de su reserva
móvil comprometida en una sangrienta y prolongada batalla tan lejos del Delta y del país
T'ai.
La retirada habría de mostrar lo que hubiese sido esta batalla. La parte más
sangrienta se produjo en el valle de Chan-Muong, comprendiendo un convoy pesado
protegido por dos grupos móviles. Astutamente el Regimiento 36 de la Fuerza Principal
del Vietminh, aisló la columna de tres kilómetros de vehículos sin blindaje que viajaban en
el centro, aferrando la infantería de la cabeza y evitando que los blindados de retaguardia
se pudieran mover para asistirlos, inmovilizando un tanque que obstruyó el camino. Como
los franceses no tenían ni un solo tractor blindado en toda Indochina, bajo fuego, era
imposible la recuperación de vehículos blindados. El Vietminh masacró a los conductores
y tropas logísticas antes de volar los vehículos. Afortunadamente los comandantes
franceses no perdieron la cabeza y rápidamente se pusieron a sacar la fuerza. Luego de
una dura lucha cuerpo a cuerpo, con la ayuda de apoyo aéreo y fuego de artillería, los
franceses tuvieron éxito al limpiar la ruta de Vietminhs. El problema siguiente era despejar
las colinas a cada lado del camino para permitir que la columna se moviera. Se asignó la
tarea al 2º Batallón del 2º Regimiento de la Legión Extranjera y al Battalion de Marche
18
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
* * *
Giap, habiéndose rehusado a abandonar sus planes, procedió a capturar uno de los
fuertes en el Río Negro. Su nuevo intento de ocupar Na San fue un fracaso. Operando en
el inamistoso país T'ai, su inteligencia era escasa, tenía la información que Na San
estaba defendida por cinco batallones menos, mientras que lo era por diez batallones
completos y bien atrincherados, con apoyo aéreo y de artillería. Cuando finalmente
desistió del ataque dejó 1.000 muertos frente a Na San y la ofensiva le causó 7.000
bajas. Después de este fracaso, volvió a la estrategia de llevar a los franceses a áreas
distantes las cuales, por razones políticas u otras, tenían que defender. Rodeando los
fuertes remanentes en el Río Negro, se dirigió a Laos. Pese a que encontró poca
oposición, por razones logísticas se vio forzado a detenerse cerca de su objetivo. En esta
oportunidad su problema era la necesidad de reclutar a los T'ais para suplementar a los
porteadores vietnamitas. Los T'ais, para evitar la leva, se ocultaban en la jungla o bien,
cuando podían, tiraban sus cargas y se desvanecían. Giap se retiró al noroeste de
Vietnam.
Giap avanzó en tres ejes, una división en cada uno. En tres semanas los franceses
habían abandonado todos los puestos pequeños al paso de su avance en tres puntas y
rodeado: la capital laosiana de Louang Phrabang, una fuerte guarnición francesa en Jars
Camp en la planicie de Jars y una unidad pequeña en Muong Khoua. Al principio los
franceses habían manifestado su deseo de abandonar Louang Phrabang, pero el rey
laosiano se negó a moverse. Para evitar el desprestigio, los franceses llevaron por avión
tres batallones de legionarios y marroquíes, artillería y efectos para la defensa.
Nuevamente la logística decidió el resultado. Giap no fue capaz de reclutar porteadores
entre los laosianos, quienes eran haraganes y odiaban a los vietnamitas. A principios de
mayo se retiró a Vietnam debido a que la llegada del monzón aumentaría sus dificultades
logísticas y la falta de abrigo contra las lluvias pondría en peligro la salud de sus tropas.
Dejó elementos de una división para mantener ocupados a los franceses, reclutar guías
laosianos y acopiar arroz. Si hubiese sido capaz de capturar Na San, la que había
planeado sería su base avanzada para la invasión de Laos, es probable que hubiera
tenido menos problemas logísticos. Pero no fue más allá del este de Moo Chau, la que
finalmente se vio forzado a usar con este propósito. Sin embargo, la invasión no solo fue
un éxito estratégico, sino también un considerable logro logístico. Sus regimientos cu-
brieron unos treinta y dos kilómetros por día en los senderos montañosos de Laos. Para
mantenerse en contacto y apoyarlos, 200.000 porteadores marcharon por los mismos
pasos tortuosos. Frente a este asombroso ritmo de avance, los franceses vacilaron y lo
que Montgomery hubiese llamado "acerca de la gallina mojada" no les permitió decidir
sobre lo que debía ser mantenido en Laos y qué debía ser abandonado.
* * *
20
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
Además de las tropas de la Fuerza Principal, Giap tenía a su disposición unas 75.000
tropas Regionales y entre 150.000 y 300.000 de la milicia de la Fuerza Local, esta última
en su mayoría mal adiestrada y equipada compuesta por hombres, mujeres y niños. Si
embargo, las tropas Regionales y la milicia era una fuerza multiplicadora indispensable
para el Vietminh. Controlaban la mayoría de las aldeas en el Delta del Tonkin, asistidos
por regimientos y batallones independientes de la Fuerza Principal, algunos de los cuales
operaban dentro de la Línea de Lattre. Estos y la amenaza de una ofensiva por parte de
la Fuerza Principal, aferraban cerca de 100.000 tropas francesas en tareas defensivas de
un total de 175.000 en Indochina. Lo que quedaba disponible para operaciones móviles
era el equivalente a tres divisiones, constituidos por siete grupos móviles y ocho
batallones paracaidistas. Giap podía descontar el Ejército Nacional Vietnamita de 150.000
hombres. Su baja moral y falta de motivación lo hacían totalmente inoperante; como se
demostró en mayo de 1953 cuando la escuela para futuros líderes en Nam Dinh fue
atacada por tres compañías del Vietminh. Fueron capturados los 600 alumnos y la
totalidad de las armas de la escuela, sin que perdiera la vida de un solo soldado del
Vietminh.
Navarre encontró que no había planes para operaciones en Indochina desde que de
Lattre había salido, dieciocho meses antes. Los franceses se limitaban a reaccionar ante
los movimientos del Vietminh. Se puso a trazar un plan abarcativo que lograra lo que él
apreciaba era su misión, crear en Indochina las condiciones necesarias para lograr una
solución política honorable. Habiendo analizado las capacidades de que disponía Giap,
concluyó que la que significaba el mayor riesgo era una nueva invasión a Laos, porque
sería la más difícil de enfrentar; la distancia desde el delta y los consiguientes problemas
logísticos eran los factores principales. El espacio no nos permite una revisión completa
del plan de Navarre para el cumplimiento de su misión pero, en resumen, excepto por
limitados ataques para interrumpir los movimientos de Giap, procuró evitar una batalla
importante con el Vietminh hasta la temporada 1954-55. Lanzaría una ofensiva en Annan
y las Mesetas Centrales, donde las condiciones tácticas y logísticas eran más favorables
a los franceses. Apresurando el adiestramiento del Ejército Nacional Vietnamita y
haciendo avanzar el programa de pacificación en el Delta y considerando que el Ejército
Francés en Europa podría enviar refuerzos equivalentes a dos divisiones, estaría en
condiciones de llevar su fuerza de ataque a un total de seis o siete divisiones móviles.
Con esta fuerza, igual o ligeramente superior que la que disponía el Vietminh para
ofensivas, buscaría una batalla importante en Vietnam del Norte. A su entender, la
victoria estaba a su alcance, pero solo si se lograba un empate éste brindaría las bases
para un acuerdo negociado honorable.
Los ataques de perturbación que tuvieron lugar entre julio y septiembre fueron
aceptablemente exitosos; el último de ellos evitando una ofensiva importante por parte de
Giap. La operación en Annam, entre Hue y Quang Tri no lo fue tanto. Sin embargo,
durante este período los franceses llevaron a cabo una retirada altamente exitosa de Na
San. Un hábil plan de engaño tomó al Vietminh por sorpresa y la totalidad de la guar-
nición de 12.000 hombres fue evacuada por aire. Esto convenció a Navarre que se
podían sostener aeródromos fortificados y luego retirarse a voluntad.
Mientras tanto, en julio de 1953, Navarre había ido a París a presentar su plan al
gobierno, en el transcurso de las conversaciones preguntó si se le requería que
defendiera Laos, porque claramente su tarea sería mucho más fácil si pudiera ignorar los
movimientos que Giap efectuara en esa dirección.
22
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
* * *
DIEN BIEN PHU
Dien Bien Phu es una larga planicie de 18 kilómetros de largo y entre seis y ocho
kilómetros de ancho, en la zona montañosa del noroeste. Es la más grande y rica
de las cuatro planicies en esta región accidentada, cercana a la frontera Vietnam-
Laos. Está situada en la intersección de importantes caminos que corren hacia el
nordeste hacia Lai Chau, hacia el sudeste a Tuan Giao, Son La, Na San; hacia el
oeste a Louang Phrabang y hacia el sur a Sam Neua. En el teatro de operaciones
de Bac Lo (Tonkin) y Laos superior, Dien Bien Phu es una posición estratégica de
primordial importancia, capaz de ser una base para la infantería y para la
aviación, de extrema eficiencia en su esquema de agresión en el sudeste
asiático.19
24
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
El desembarco de los batallones de vanguardia salió bien, a pesar del caos normal
de los asaltos aerotransportados. Sin embargo, ambos batallones tenían experiencia de
combate y estaban a las ordenes de formidables comandantes, lo que fue para bien,
pues el Vietminh tenía una fuerza superior a la que habían esperado los franceses. Esa
tarde el 1 BPC se lanzó para reforzar al 6 BPC y juntos atacaron el pueblo de Dien Bien
Phu, defendido por un batallón del 148º Regimiento Vietminh, un grupo de artillería, una
compañía de morteros y una compañía de infantería de otro batallón. Debido a que el 2/1
RPC tuvo un lanzamiento disperso y perdió la mayoría de sus radios, no pudo cortar las
rutas de escape a tiempo para impedir que la mayoría del Vietminh escapara, pero
dejaron casi noventa muertos en el pueblo. Al día siguiente se lanzaron en la ZL de Dien
Bien Phu el 1er. Batallón de Paracaidistas de la Legión Extranjera (1 BEP), 8 BPC, un
grupo de artillería, equipo pesado, el Brigadier General Gilles, comandante de la fuerza
paracaidista. Al tercer día se lanzó el último batallón paracaidista de la fuerza de asalto, el
5º Batallón Paracaidista Vietnamita (5 BPVN).20
La Directiva de Navarre
Navarre emitió una directiva en la que incluía su aceptación de una batalla que sería
librada en el noroeste de Vietnam, con centro en Dien Bien Phu, el que ordenó debería
ser sostenido "a cualquier costo". Al hacerlo así demostró claramente que seguía
sosteniendo la opinión de que, por razones logísticas, solo una división del Vietminh
podría atacar Dien Bien Phu, lo que no constituiría ninguna amenaza grave para la
guarnición, lo mismo que para Na San, a principios del año. Por lo tanto, no se apartaría
25
La Savia de la Guerra
de su estrategia de evitar una batalla decisiva en el norte, en esa temporada apta para
operar. Tal como vio las cosas, simplemente estaba defendiendo Laos con sus puntos de
apoyo fortificados, mientras continuaba con su plan para una ofensiva importante,
Operación ATLANTE, entre Nha Trang y Da Nang en Annam.
Para construir una posición que pueda resistir un ataque prolongado por parte de la
artillería se requieren grandes cantidades de materiales de construcción. La madera
obtenida de todos los edificios del valle proveyó solo el 5 por ciento de los refuerzos
necesarios. Las partidas enviadas a la colinas de los alrededores a cortar madera, fueron
rechazadas por el Vietminh. El transporte aéreo francés ya estaba comprometido con los
abastecimientos para el consumo diario de la guarnición y no tenía ninguna capacidad
para transportar las bolsas de arena, concreto, acero y tirantes de madera, sin mencionar
las maquinarias, topadoras, cavadoras y mezcladoras de concreto, que serían necesarias
para establecer una posición fuertemente organizada. Debido a la falta de maquinaria
para cavar y sin la suficiente cobertura, el suelo liviano y débil solo permitía la
construcción de posiciones poco profundas. Bajo el fuego de la artillería, la tierra pronto
se transformaba en polvo, haciendo imposible profundizar la posición. La napa de agua
poco profunda ablandaba el terreno, haciendo que muchos bunkers colapsaran y que se
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Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
inundaran otros. Las lluvias monzónicas, que llegaron en abril, más temprano que lo
normal, inundaron áreas enteras de la posición defensiva.
Debido a que los árboles del valle debieron ser cortados para la construcción de
bunkers y a que la madera remanente rápidamente fue empleada como combustible para
los fuegos de las cocinas, pronto las posiciones francesas quedaron sin camuflaje natural.
El movimiento en la zona, de cientos de hombres, dentro y entre las posiciones, en poco
tiempo creó una telaraña de sendas, las que combinadas a la tierra fresca removida para
los bunkers y las posiciones de la artillería, le permitieron al Vietminh, que ocupaba las
alturas circundantes, determinar exactamente la ubicación de cada posición. Este estado
de cosas revela una falta de conducción por parte de los comandantes, desde Castries
para bajo. Parece que no hubo ningún intento de cavar posiciones de engaño, imponer
una disciplina en los senderos, transportar por avión redes de camuflaje o prohibir el
empleo de leña en los fuegos de las cocinas. Para 1954, la mayoría de los ejércitos
habían equipado a sus soldados con pequeños hornillos portátiles que empleaban
pequeñas pastillas combustibles que no producían humo, que evitaban la tarea de
cocinar con leña que demandaba tiempo y revelaba las posiciones. Las redes de
camuflaje son de construcción barata y se podrían haber producido en Indochina, Si bien
ocupan bastante espacio, también son livianas y se puede lanzar una cantidad
considerable en fardos, desde grandes formaciones de aviones volando a baja altura sin
la necesidad de paracaídas. Este método de envío es rápido, evitando la necesidad de
mantener los aviones en tierra, ocupando espacio valioso en una pista limitada, mientras
son descargados.
Si bien el plan defensivo francés, como cualquier otro, establecía contra ataques para
rechazar penetraciones por parte de los atacantes, se hicieron muy pocos planes y
ninguno fue ensayado. Valiosos espacios del transporte aéreo fueron ocupados para
llevar tanques livianos, una jugada sensata teniendo en cuenta la superioridad numérica
del Vietminh, pero con poco blindaje. Pero no se llevó a cabo ningún adiestramiento en la
cooperación tanque/infantería. Este descuido se extendió a la preparación de los planes
de fuego de la artillería. Había insuficientes cañones, una pobre coordinación y los
emplazamientos, abiertos y sin camuflaje, se transformaron en trampas mortales para sus
dotaciones.
Había tiempo para reemplazar los poco confiables batallones T'ai y las once
compañías del Grupo Móvil T'ai que estaban en Dien Bien Phu, por tropas en cuya moral,
adiestramiento y confiabilidad se pudiera apoyar en los duros días por venir. No se lo
hizo.
Era un área importante, poblada por dos millones y medio de personas, productora
de grandes cantidades de arroz y pescado. El transferirla al control del gobierno Nacional
Vietnamita sería un estímulo importante para la moral. Además de los beneficios políticos,
las fuerzas del Vietminh en el área totalizaban unos 30.000 hombres. Si bien menos
formidables que las formaciones Norvietnamitas de Giap, estaban aumentando rá-
pidamente y significarían una seria amenaza en 1954 o 1955, lo que aferraría, por lo
menos, cinco o seis grupos móviles franceses. En su opinión, había mucho más para
ganar con una operación ofensiva en Annam que con operaciones defensivas en Tonkin.
Navarre ha sido criticado por montar esta operación y comprometer tropas y apoyo
logístico en una región de mucho menor importancia que el Delta del Tonkin o Dien Bien
Phu. Sin embargo, cuatro de los seis grupos móviles en Annam estaban compuestos por
tropas de Vietnam Central que no podrían ser empleadas fuera de su área de origen. Las
familias de los soldados survietnamitas vivían en los campamentos del ejército o en los
poblados adyacentes. Si las unidades se desplazaban las familias quedarían sin
protección y sin apoyo económico. Esto siempre terminaba en deserciones en maza o
tropas que regresaban para tomar cuenta de sus parientes. Emplear soldados en sus
lugares de origen brinda algunas ventajas: conocen el territorio, hablan el dialecto local y
tienen la motivación de proteger sus hogares y familias; sin preocuparse por defender
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Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
otra parte del país. Esta limitación en el empleo de tropas survietnamitas habría de limitar
las operaciones hasta la finalización de la cuarta fase en 1975.
No contento con esto, Giap se las arregló para mantener a Navarre ocupado
mediante ofensivas en el centro y sur de Laos y en las Alturas Centrales. Hasta desplazó
la 308º División de Dien Bien Phu unos 40 kilómetros a Muong Khoua, donde aniquiló la
guarnición, un batallón francés. Estos movimientos tenían el propósito de forzar a Navarre
a destacar sus reservas móviles en el frente más ancho posible, las que entonces serían
un drenaje para sus preciosos medios aéreos de abastecimiento, impidiendo así el acopio
logístico en Dien Bien Phu.
Logística, la clave
Navarre y Giap sabían muy bien que la clave para Dien Bien Phu era ganar la batalla
logística. Cada uno se dio cuenta que mientras acopiada abastecimientos para su propia
fuerza, tenía que reducir el flujo de los abastecimientos que pudieran llegar a su
oponente.
El mejorar los senderos de mulas que cruzaban cerca de 100 arroyos pequeños o
importantes, serpenteaban hacia arriba y abajo escarpadas laderas desde Tuan Giao
hasta Dien Bien Phu y hacerlos transitables para camiones, representó una verdadera
reconstrucción. El trabajo demandó 100.000 coolies, dos regimientos de ingenieros de la
Fuerza Principal, un regimiento de infantería y 7.000 reclutas del ejército. Una vez
construidos, éste y otros caminos, debían ser mantenidos abiertos frente a la interdicción
aérea francesa. Tan pronto como los aviones atacantes se habían alejado luego de una
corrida de bombardeo, mazas de campesinos equipados con herramientas de mano y el
pequeño canasto de mimbre común a los trabajadores asiáticos, descendían sobre la
sección dañada para rellenar los cráteres o construir un desvío. Después de un tiempo el
Vietminh identificó cerca de cuarenta puntos claves sobre los cuales la aviación francesa
regresaba de tiempo en tiempo. Se estacionaron coolies en forma permanente en esos
lugares y era muy raro que la ruta quedara cortada por más de veinticuatro horas. El
Vietminh transformó la línea de comunicaciones primaria en un corredor de artillería
antiaérea, estacionando cañones antiaéreos a lo largo de ella, concentrándola en los
puntos clave y en las líneas de comunicaciones secundarias. Finalmente, la mayor
cantidad posible de la ruta fue camuflada entrelazando las ramas de los árboles para
formar un túnel, de tal forma que la detección desde el aire, tanto visual como fotográfica,
era muy difícil en los días anteriores a la tecnología de la imagen térmica. El sistema
logístico del Vietminh fue capaz de mantener abastecida una fuerza de 49.000 hombres
en Dien Bien Phu, así como 40.000 a 50.000 tropas logísticas a lo largo de las líneas de
comunicaciones. Ello fue un triunfo de la organización, disciplina y motivación, que
resistió todos los esfuerzos franceses por interrumpirlo.
El esfuerzo francés fracasó por varias razones. Primero y fundamental, tal como
Slessor lo había puesto de manifiesto en Italia diez años antes, una campaña de
interdicción no puede impedir que el enemigo lleve sus abastecimientos hacia el frente.
30
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
Para atacar las líneas de comunicaciones del Vietminh y proveer apoyo aéreo
cercano a sus fuerzas en Dien Bien Phu y en el resto de Indochina, los franceses
disponían de una débil y obsoleta fuerza aérea de ataque, treinta y dos cazas, cuarenta y
cinco cazas bombarderos entre treinta y cuarenta y siete bombarderos livianos B-26, seis
C-119 de transporte convertidos para lanzar napalm y cinco bombarderos anti submari-
nos cada uno de los cuales podía transportar cuatro toneladas de bombas. Estos valores
son totales y ni aún la fuerza aérea mejor mantenida del mundo cuenta con el 100 por
ciento de disponibilidad, más aún cuando tiene que hacer frente a los daños de combate.
Los franceses mantenían un 75 por ciento de operacionalidad en cualquier momento, lo
cual, pese a lo manifestado anteriormente acerca de la capacidad de reparación france-
sa, es muy creíble considerando que el personal de mantenimiento era un tercio menos
de lo previsto y que a finales de la guerra debió ser aumentado con técnicos
norteamericanos.
El Vietminh fue más exitoso en sus esfuerzos por cortar la línea de comunicaciones
francesa a Dien Bien Phu. A su favor jugaba lo inadecuado de la flota de transporte aéreo
francesa. El número de los aviones de transporte que poseían los franceses en Indochina
varía, pero no por mucho y Davidson llega a la conclusión que estaban disponibles para
apoyar Dien Bien Phu, un máximo entre setenta y cinco a cien aviones, dando una
disponibilidad de entre cincuenta y seis a setenta y cinco por ciento.22 Algunas fuentes no
están de acuerdo en la proporción de los C-119 con respecto a los C-47. Sin embargo,
está claro que había un número considerable de C-47, el gran caballito de batalla para
operaciones aerotransportadas y de abastecimiento de la Segunda Guerra Mundial, que
estaba obsoleto aún para los estándares de 1954 y a diferencia del C-119, carecía de
una puerta de carga en la cola. Con solo una puerta lateral, el C-47 era lento en las
operaciones de carga y descarga en tierra y por lo tanto sus viajes de ida y vuelta
demoraban más tiempo. Cuando se trataba de lanzar abastecimientos con paracaídas, la
disparidad se hacía aún más marcada, estaba restringido a cargas mucho más pequeñas
y livianas. Esto resultaría determinante en los días por venir en Dien Bien Phu.
La Batalla
El Vietminh logró que sus abastecimientos llegaran, los franceses no. Este es el
momento de redondear la historia de Dien Bien Phu, relatando en forma breve la
32
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
Además de la pista en Dien Bien Phu, los franceses construyeron una secundaria
justo al norte de Isabelle. Nunca fue usada. En la pista principal fueron basados seis
cazas Hellcat y seis aviones de observación. Esta estaba en condiciones de recibir C-47 y
C-119, hasta que la artillería del Vietminh la cerró.
El concepto de la defensa
Castries tenía un plan de defensa de libro; fuego de contra batería sobre la artillería
enemiga para debilitar su fuego de apoyo, misiones de fuego de artillería y morteros
sobre el enemigo mientras formaba para el ataque, continuándolo e intensificándolo
mientras asaltaban y comenzaban a producir brechas en los campos minados y
alambradas de púas. Mientras tanto, los defensores debían permanecer a cubierto para
protegerse del bombardeo enemigo que apoyaba el ataque. Cuando el enemigo se
acercara a los bunkers y su propia artillería cesara el fuego, los defensores, hasta
entonces agachados y a cubierto, deberían cubrir sus ametralladoras y armas menores
para colocar olas de proyectiles en las raleadas filas de cualquier enemigo que hubiese
sobrevivido a la artillería y los morteros. El enemigo que lograra penetrar las posiciones
franceses sería batido por fuego de artillería, seguido de un rápido contraataque cuando
aún se estuviera reorganizando.
Sus defectos
33
La Savia de la Guerra
No hay nada equivocado en esta receta para la defensa, si todos los ingredientes
están a la mano. En esa oportunidad algunos faltaban. Por las razones que ya se han
expuesto, los bunkers franceses no tenían la protección adecuada en el techo. Por ello,
los defensores eran pulverizados por el fuego de artillería y morteros del Vietminh, el que
causó muchas bajas y aturdía a la gran mayoría de los sobrevivientes, reduciendo su
efectividad cuando se acercaban los atacantes. Más aún, sin la adecuada cubierta
superior, los franceses no podían recurrir a la práctica muy usada de dirigir su propio
fuego de artillería y morteros justo encima de sus propias posiciones, para batir a los
atacantes cuando se arremolinaban buscando la entrada a los refugios, una actividad que
demanda tiempo de lucha para limpiar las posiciones. Ahora, el trazado y la disposición
que seleccionó Castries, especialmente la amplia dispersión de su artillería, no siempre le
permitía concentrar el fuego donde fuera necesario ni montar contraataques con la
rapidez adecuada para batir al enemigo cuando aún estaba con balance de fuerzas a su
favor. Finalmente, el fuego de contra batería francés no fue efectivo debido a que el
Vietminh no ubicó sus cañones en grupo, detrás de las elevaciones, de la manera
convencional. Contraviniendo todos los principios que se enseñan en la totalidad de los
ejércitos del mundo, los habían enterrado en las pendientes adelantadas, en
emplazamientos de un solo cañón en casamatas de tierra, las que siempre pueden ser
alcanzadas desde el otro lado de la colina, mediante un túnel. Pero en casi todos los
casos el cañón puede ser retirado desde su posición de fuego, si se encuentra bajo fuego
o ataque aéreo. Las posiciones estaban bien camufladas por la maleza, arbustos y
árboles, los que habían sido dejados intactos. Grupos de cañones estaban defendidos
por posiciones antiaéreas, ubicadas y camufladas en forma similar. Los cañones así
posicionados podían ser apuntados directamente a sus blancos. Solo un ejército con una
maza tal de mano de obra podría hacer frente a la construcción que Navarre llamó poste-
riormente "la montaña de hormigas humanas" y hacer trizas todas las estimaciones de
nuestros artilleros. Fue la mayor sorpresa de la batalla.25
Beatrice
Gabrielle
34
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
un hueso duro de roer. Por un momento pareció que los franceses habían contenido el
ataque llevado a cabo por dos regimientos de la 308ª División, los que cavaron al borde
de la posición. Luego de un furioso bombardeo de la posición francesa, el Vietminh
reasumió el ataque haciendo retroceder a las dos compañías argelinas adelantadas, las
que habían tenido serias bajas y perdido todos sus oficiales. En ese momento una
granada mató o hirió al comandante del batallón, a su segundo y a todo el estado mayor
del batallón, destruyendo las radios que comunicaban con las compañías y con Castries.
Dos compañías argelinas combatieron aferrándose a la mitad sur de la posición. Antes
del amanecer, Castries le ordenó a Langlais, quien comandaba todos los batallones
paracaidistas y estaba al mando de la reserva y de la posición principal, montar un
contraataque combinado de blindados e infantería. Langlais ordenó a una compañía del 1
BEP, su antiguo batallón, encabezar el contraataque apoyado por los tanques. Escogió al
5 BPVN como la fuerza principal. Esto fue un gran error. El día anterior, luego de un
lanzamiento poco placentero, el batallón había pasado la mayor parte de la noche
cavando en Elaine. Para llegar a la posición de partida para el contraataque debieron
moverse en la oscuridad a través de la totalidad de la posición central, una maza de
bunkers, campos minados y alambres, que les era totalmente desconocida. Finalmente,
tenían mucha menos experiencia que los otros dos batallones de la reserva.
Cuando la fuerza contraatacante estaba avanzado fue batida por una fuerte
concentración de fuego de artillería y morteros y por fuego de armas menores de un
batallón que estaba atrincherado en su frente izquierdo. La compañía 1 BEP y los
tanques salieron de la zona batida. La mayor parte del 5 BPVN hizo lo que la mayoría de
las tropas sin experiencia hacen cuando se encuentran por primera vez bajo fuego,
cuerpo a tierra. Fueron batidos y sufrieron muchas bajas. Por si mismos, los tanques y la
compañía del 1 BEP, no podían mantener el ímpetu y el contraataque llegó a detenerse
al sur de Gabrielle. Allí se les unieron los remanentes de los Tiradores Argelinos que se
habían retirado de Gabrielle. Esta fuerza reunida se abrió paso hostigada por el fuego y
finalmente alcanzó la posición principal. En Gabrielle y en el contraataque los franceses
perdieron unos 1.000 hombres muertos, heridos o prisioneros. Giap tuvo entre 1.000 y
2.000 muertos y heridos, cerca del doble de los franceses.
Para el 16 de marzo los artilleros franceses en Dien Bien Phu sabían que eran
inferiores en número y cañones. Los días por venir probarían que la fuerza aérea no sería
capaz de brindar mucha ayuda. Era muy difícil ubicar los cañones del Vietminh bajo la
cubierta del follaje. Los aviones de ataque tenían que volar directamente en la dirección
conveniente para bombardear las posiciones de los cañones, transformándose en un
buen banco para la artillería antiaérea de las vecindades. Las pérdidas eran grandes. Una
vez que comenzaron los monzones el follaje mojado era prácticamente impermeable al
napalm. La fuerza aérea francesa no estaba en condiciones de sostener la ofensiva
necesaria para destruir el anillo de cañones del Vietminh. El Coronel Piroth, comandante
de la artillería de Castries, cargando la culpa del fracaso de su comando y consciente de
lo desacertado de sus consejos, se suicidó la noche antes a la caída de Gabrielle.
Entre el 17 y el 30 de marzo hubo una tregua en el combate que le vino muy bien a
los franceses, quienes habían comenzado con un acopio de seis días de munición en
Dien Bien Phu y al segundo día ya habían empleado la mayoría de ella. Este no será el
primero ni el último ejemplo, en este libro, de una subestimación del gasto de munición
por parte de los comandantes y sus estados mayores. Pero un comandante con tres
meses de tiempo para prepararse antes de ser rodeado, que acopia solo seis días de
munición, merece ser censurado en los términos más duros. Navarre y Cogny también
tienen su culpa. Resulta una medida de las deficiencias del sistema logístico francés, que
cosas así pudieran suceder. El reaprovisionamiento aéreo permitió aumentar los acopios
nuevamente, pero desde entonces, fue necesario establecer una cuidadosa política de
conservación.
* * *
El Vietminh utilizó ese período de tiempo para cavar unos 100 kilómetros de
trincheras, rodeando la posición principal y aislando Isabelle, Dominique y Huguette, que
eran los próximos objetivos de Giap. De acuerdo con algunos informes, Castries se retiró
a su bunker y abandonó efectivamente su comando, si bien permaneció en el canal a
través del cual las ordenes e informaciones pasaban hacia y desde la guarnición y Hanoi.
Langlais tomó a su cargo la conducción diaria de la batalla asistido, según se afirma, por
una “mafia" de oficiales paracaidistas y de la Legión, de los cuales el principal era Bige-
ard, comandante del 6 BPC. Cogny, alertado ahora de las deficiencias de Castries y con
una agonía de culpa por su participación en ese concepto chapucero que estaba llevando
al desastre, consideró la posibilidad de lanzarse en paracaídas en Dien Bien Phu para
asumir el comando. Fue correctamente disuadido por su estado mayor.
Bigeard ataca
No todo eran tinieblas en Dien Bien Phu en ese momento. Bigeard recibió la orden de
Castries de destruir algunos nidos de artillería antiaérea hacia el oeste de Dien Bien Phu.
Probablemente esto se debía a la insistencia de Cogny o de Nicot, el comandante aéreo
en Hanoi. Para esta tarea Bigeard seleccionó la crema de la guarnición, el 6 y 8 BPC, 1
BEP y un batallón de infantería de la Legión Extranjera, apoyados por todos los tanques y
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Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
artillería de la posición principal y apoyo aéreo. El ataque fue un éxito brillante, diecisiete
cañones antiaéreos fueron destruidos, 250 Vietminh muertos y diez capturados; contra la
pérdida de veinte franceses muertos y noventa heridos. La sorpresa, uno de los dos
principios de la guerra que tienen efecto, fue la clave del éxito. El Vietminh, creyendo que
la guarnición estaba totalmente desmoralizada, fue tomado en pañales. Sin embargo, si
bien la salida hizo muy bien a la moral, para el Vietminh las pérdidas fueron una gota en
el océano. Alrededor de Dien Bien Phu, disponían de un total de ochenta cañones
antiaéreos de 37 mm y cien de media pulgada.
37
La Savia de la Guerra
Ahora Giap volvió su atención hacia Huguette, en el lado oeste de la posición
principal. Para el 22 de abril la mitad del área había sido rebasada. Esto redujo el tamaño
del campamento a unos dos kilómetros cuadrados. La artillería antiaérea del Vietminh
cubría toda el área y muchos de los hombres y abastecimientos lanzados dentro de la
guarnición, caían en manos enemigas. Para entonces el 2 BEP, la última unidad que se
uniría al campo principal, había sido lanzada en paracaídas. Fue durante este período,
con la ZL batida por el fuego y con cada vez menos y menos vehículos para mover las
cargas, el sistema logístico francés dentro del campo, se quebró. Desde el 30 de marzo el
punto fuerte Isabelle había sido aislado del campo principal y debía valerse por las suyas.
La situación allí era una versión en miniatura de las del campo principal, excepto que las
condiciones eran más severas. Isabelle estaba situado en un pantano, sufría peores
inundaciones y disponía de una ZL más pequeña, por lo que perdió una gran parte de los
abastecimientos que pasaron a manos del enemigo. La lucha seguía el mismo esquema;
las trincheras enemigas que rodeaban la posición, operaciones de zapadores y contra
zapadores, ataques, contraataques, fuego aplastante de artillería y morteros del Vietminh
y barro, excrementos, cuerpos pudriéndose y el persistente hedor de la muerte.
Inicialmente la posición estaba sostenida por el 3er. Batallón del 3er. Regimiento de
Infantería de la Legión Extranjera y el 2º Batallón del 1er. Regimiento de Tiradores
Argelinos, dos baterías de obuses de 105 mm y tres tanques livianos. Langlais lo reforzó
enviando los remanentes de los argelinos de Gabrielle y los T'ais de Anne-Marie. A fines
de mayo 1.700 hombres se sostenían allí mugrientos, pese a haber consumido todos sus
víveres y casi toda la munición de artillería.
* * *
Conclusiones
Los franceses perdieron la guerra debido a que no dispusieron de los recursos para
aplicar los medios de fuerza necesarios en el primer paso a la victoria para aplastar al
Vietminh. Es motivo de conjeturas si después del primer paso tenían la voluntad o eran
capaces de formular y llevar adelante las políticas necesarias para seguir avanzando por
el camino trazado. Lo que interesa es que perdieron, luchando el tipo de batalla que
pensaban era la clave para un éxito final. Mientras que Giap era capaz de trasladar
fuerzas superiores para emplearlas en el lugar vital gracias a su arreglo logístico, los
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Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
franceses pese a los medios a su disposición, fracasaron totalmente. Si los hombres y los
equipos militares constituyen el vehículo que aplica la fuerza necesaria para ganar la
guerra, la logística es el motor y el combustible que los mueve. Al final, los franceses
carecían tanto del "vehículo" como del motor, con una excepción; el coraje de sus
soldados de muchas razas. Las bajas totales francesas en Indochina fueron de 140.992,
incluyendo 75.867 muertos o desaparecidos.26 Los norteamericanos, que habrían de
sufrir 25.000 muertos menos en la misma área durante un período más prolongado, dis-
ponían de ambos elementos: el vehículo y el motor. ¿Cómo los usaron?
GUERRA DE HELICOPTEROS
Pasaron once años entre la Conferencia de Ginebra, la que puso fin a la fase uno y estableció
Vietnam del Sur y del Norte divididos por el paralelo 17º y el despliegue de las fuerzas norteamericanas en
Vietnam del Sur solo con un rol de consejeros. La primera parte de esos años vieron la reorganización del
Ejército de Vietnam del Norte (EVN), en el que se transformó la Fuerza Principal y el Ejército de Vietnam del
Sur (EVS). Entre otras medidas, incluyendo el adiestramiento, Giap encaró una reestructuración total de su
sistema logístico. Tuvo éxito en algunas áreas, pero no en todas. Mediante el reemplazo de la diversidad de
equipo francés, japonés, chino y norteamericano, por el chino y el soviético, redujo el problema de proveer
una gran cantidad de repuestos y munición para una panoplia de diferentes armas y otros sistemas, así
como también facilitando la carga que representan las tareas de instrucción y adiestramiento. Aumentó la
cantidad de camiones y conductores. Reconstruyó caminos, ferrocarriles y los puertos de Haipong, Hong
Gay y Ban Thuy. No tuvo el mismo éxito en la reorganización de su sistema de apoyo en el campo de batal-
la. Seguía siendo pesado y lo continuaría siendo durante la mayor parte de la fase dos. Esta era en gran
parte una función del tipo de guerra que Giap se vería forzado a hacer debido a la capacidad del poder
aéreo norteamericano, en lo que hace al ataque y la movilidad. En una situación así, en la zona de combate,
un sistema logístico convencional será vulnerable al ataque y la interdicción. Giap hizo acopiar
abastecimientos para acercarlos a los consumidores en cantidades suficientes como para apoyar grandes
concentraciones de tropas empeñadas en la batalla, a pesar que eso estaba más allá de sus posibilidades.
La misma limitación se aplica si deseaba cambiar la dirección de su esfuerzo o la de reagruparse
rápidamente. Sus acopios podían encontrarse en el lugar equivocado y debían ser reconstituidos en otro
lugar. Esto explica claramente la división en etapas de sus ofensivas hasta principios de 1970, ataques
seguidos de pausas, muchas veces de larga duración, mientras se acumulaban efectos para el próximo
movimiento.
Mientras el EVN estaba siendo reorganizado, en Vietnam del Norte tenía lugar un debate acerca de
la estrategia correcta para conquistar Vietnam del Sur. En los años por venir, el resultado tendría un efecto
profundo en la logística del EVN. Una fracción, dirigida por Le Duan, un survietnamita, apoyaba grandes
acciones militares regulares en Vietnam del Sur. Giap y otros seguidores se inclinaban por una larga cam-
paña de guerrillas. En 1959 Ho Chi Minh se inclinó para el lado de los survietnamitas, decidiendo que la
campaña tomaría la forma de una revuelta armada apoyada por Vietnam del Norte. Cerca de 4.500
survietnamitas comunistas, que se habían trasladado al norte después de la partición de 1954, se infiltraron
nuevamente para formar el núcleo de los batallones y regimientos del Viet Cong (Viet Cong o VC, derivado
de Viet Con Son, que significa Comunista Vietnamita). En respuesta a esto se formó un grupo de transporte
del EVN para brindar apoyo logístico al Viet Cong, su línea de comunicaciones era a través de Laos, la Ruta
de Ho Chi Minh.
En Vietnam del Sur el EVS también se reequipaba y adiestraba. Por cerca de un año ésta había
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La Savia de la Guerra
sido una tarea conjunta francesa/norteamericana. A los norteamericanos no les entusiasmaba una completa
retirada francesa de Vietnam del Sur, especialmente porque el EVS no estaba ni equipado ni adiestrado
para hacer frente a un ataque por parte del EVN. Sugirieron un número de formas mediante las cuales los
franceses podían mantener una cantidad importante de fuerzas en el país sin ofender a Diem, el Presidente
de Vietnam del Sur, incluyendo el artificio de mantenerlas bajo los términos de la Organización del Tratado
del Sudeste Asiático (SEATO), lo que haría a los franceses subordinados del comandante de la SEATO.
Pero un número de factores frustraron los deseos norteamericanos, entre ellos, el deseo de Diem de librarse
de los franceses a toda costa y lo más rápido posible. Esto coincidía con el deseo francés de desentenderse
de Vietnam en general y de Diem en particular, por lo que ellos apreciaban su traición e irresponsabilidad y
para concentrar sus energías en la creciente insurrección en Argelia.
La amargura que sintieron los franceses por su derrota y la descarada actitud de los inexpertos
norteamericanos se pusieron ampliamente de manifiesto cuando se trató de la asignación del equipo
norteamericano entregado al ejército francés durante los últimos cuatro años de la fase uno. Los términos
del tratado bajo el cual el equipo había sido provisto, estipulaba que todo debía ser devuelto a los
norteamericanos al finalizar la guerra. Sin embargo, el pequeño USMAAG no había sido capaz de seguir el
rastro a los equipos que habían traído los franceses y el que había sido provisto según el tratado. Los
franceses estaban decididos a quedarse con lo mejor y llevárselo, borrando las marcas que los identificaban
como provistos por el programa de asistencia y en algunas oportunidades rehusándose a que los equipos
de inspección norteamericanos examinaran los depósitos y puertos. Al mismo tiempo le tiraban al EVS
grandes cantidades de equipo inservible. Como a esos materiales los franceses les habían sacado la mayor
parte de los elementos, no podían ser reparados hasta que llegaran nuevos repuestos desde los EEUU. El
EVS no estaba en condiciones de hacer frente a esa pesada carga logística. Formado a partir del
remanente del ineficaz Ejército Nacional Vietnamita, que tenía poca capacidad logística, el EVS estaba
aplastado por un diluvio de equipos, la mayoría del cual era solo un montón de chatarra. La tensión que
sufrían los servicios logísticos se vio agravada por la renuencia de Diem y sus comandantes del ejército a
27
prescindir de ningún elemento. Para salvar una inversión estimada en U$S 500 millones, los
norteamericanos se vieron inexorablemente obligados a asesorar en el planeamiento y ejecución de la
logística del EVS.
El espacio no permite una revisión completa de los años previos a la intervención total de los EEUU
en Vietnam. Suficiente es decir que se enfrentaron a desalentadores problemas al intentar asistir a la
instrucción y adiestramiento de un ejército que desde los generales para abajo estaba plagado de
corrupción en todos los niveles. Las consideraciones políticas eran las que más preocupaban a Diem
cuando tenía que seleccionar a los jefes más antiguos y a su vez muchos de ellos, en respuesta a este
cinismo, respondían aumentando sus ingresos haciendo negocios con la droga, el mercado negro, la pros-
titución, desfalcando las cuentas públicas y en las áreas remotas, actuando como señores de la guerra y
cobrando impuestos. Tomando el ejemplo de sus superiores, en los distritos alejados los oficiales modernos
recurrieron a la extorsión y el robo contra la población local. En Vietnam del Sur había falta de motivación en
todos los niveles de la población. Los estudiantes llamados a prestar servicios por la movilización, se
presentaban voluntarios en la Armada, no por el deseo de servir en el mar, sino para no hacerlo en el ejér-
cito. De cualquier manera, pocas veces los buques se hacían al mar, porque no había incentivo para ello
debido a que se pagaba un adicional en la forma de "suplemento por navegación", que lo cobraba todo el
mundo en la Armada, sin tener en cuenta si navegaban o no.
En estas condiciones generalmente el adiestramiento era una farsa. El director de la escuela básica
de adiestramiento del EVS, por la que pasaban todos los reclutas del Ejército tanto de las unidades
regulares como de la reserva, fue descripto por el Agregado Militar Norteamericano en Saigón como "un
gordo estúpido y pomposo...capaz de hacer cualquier cosa para incrementar su fortuna personal". Se
informó que financiaba un burdel regenteado por su amante. Sus camaradas generales estaban
escandalizados, no por involucrarse en negocios con prostitutas ya que eso era una cosa común, sino
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Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
porque hacía ostentación de su relación con la madama. No es de sorprenderse que en los niveles más
bajos los principios que los oficiales vietnamitas habían aprendido en las escuelas norteamericanas, fueran
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dejados de lado cuando regresaban a Vietnam del Sur.
Las dificultades para equipar y adiestrar el EVS se vieron agravadas por las diferentes opiniones
sobre su rol y por lo tanto en su organización. El problema estaba en que había dos tipos diferentes de
adversarios: un enemigo potencial, el EVN que mejoraba su organización siguiendo las líneas conven-
cionales y un enemigo presente, el Viet Cong, en ese momento una fuerza guerrillera. El General Williams,
jefe del USMAAG, era de la opinión que la contra insurgencia no era un objetivo primario del EVS. El
resultado era que pese a que Williams negara que las divisiones del EVS fueran una copia fiel de sus
contrapartes norteamericanas, en realidad eran muy similares en su organización. Aunque estaba previsto
que las divisiones tuvieran superioridad de fuego con respecto a las formaciones del EVN, estaban
destinadas a combatir en la jungla, pantanos y montañas. De este modo, Williams sostenía que los soldados
de las divisiones debían tener la misma movilidad a pie que la guerrilla. Esto era un engaño porque si bien
los tiradores se pueden desplazar a pie fuera de los caminos, sus cañones, morteros y munición para éstos
y su apoyo logístico en general, no lo pueden hacerlo así. Esta organización a nivel de división y el
asesoramiento en que se basaba, era un síntoma de una seria deficiencia; la falta de una doctrina de Contra
Insurgencia en el Ejército Norteamericano en los años cincuenta. Cuando finalmente el EVS, en contra del
asesoramiento de Williams, se desplegó contra el Viet Cong, a pesar de efectuar operaciones chapuceras y
pesadas, fue capaz de aplicarle algunos golpes fuertes y afectar seriamente su organización y moral. Fue
en ese momento, con la organización del Viet Cong seriamente debilitada en algunas áreas, que Ho Chi
Minh impartió la directiva a que se hizo referencia más arriba sobre el futuro rumbo de la guerra. A pesar de
ser esta una de las tantas decisiones políticas clave en el transcurso de la guerra de treinta años en
Indochina, la insurgencia era aún controlable. Para marzo de 1960, en todo el país los combatientes
29
armados del Viet Cong, eran solo tres a cuatro mil. La insurgencia no pudo ser contenida porque el EVS
era incompetente, corrupto, mal comandado, sin motivaciones y había sido infiltrado por agentes del Viet
Cong y su moral era baja. Como la mayoría de los ejércitos, el EVS era el fiel reflejo de la sociedad de la
que proviene, en este caso el régimen corrupto de Diem, que estaba mal dotado moral y políticamente para
hacer frente a una naciente revolución social a lo largo de todo el país.
A fines de 1961 había alguna posibilidad de victoria del Viet Cong en Vietnam del Sur. En ese
momento el Presidente Kennedy tomó la decisión de enviar compañías norteamericanas de helicópteros a
Vietnam del Sur. Había dudado sobre el envío de tropas terrestres y finalmente se decidió por la opción de
mandar solo los helicópteros. Este fue una decisión que finalmente llevó al empleo de las tropas terrestres
norteamericanas en la guerra. Para comenzar, la introducción de los helicópteros en el combate tomó por
sorpresa al Viet Cong y durante varios meses el EVS le infligió una serie de graves reveses. Estas
operaciones estaban en el extremo más bajo de la escala de las operaciones aeromóviles. Los helicópteros
fueron usados como "taxis de batalla", no se disponía de helicópteros pesados para mover cañones y
cargas logísticas ni de helicópteros armados para dar apoyo de fuego. Las reacciones frente a la inteligencia
eran lentas y ésta también era defectuosa. Los asesores norteamericanos pasaban mucho tiempo
adiestrando las tropas survietnamitas en el comando y control de las operaciones aerotransportadas, la
coordinación de los apoyos de fuego y la necesaria destreza de los soldados en las operaciones
aeromóviles. Los soldados el EVS vacilaban y su conducción era pobre, pero una vez más Giap fue tomado
desprevenido, tal como lo había estado ante las operaciones de los paracaidistas franceses, enfrentado a
un arma con la que no tenía experiencia personal. Este estado de cosas no duró mucho. Rápidamente el
Viet Cong aprendió lo vulnerable que son los helicópteros al fuego terrestre, especialmente si no están
apoyados por helicópteros armados. En lugar de correr, hacían fuego sobre las tropas llevadas en los
helicópteros, emboscaban las zonas de desembarco o se retiraban a las montañas y áreas de jungla fuera
del radio operativo de los obsoletos helicópteros H-21. Sin embargo, por un tiempo pareció que la batalla se
desarrollaba favorable el EVS. Para ese entonces el USMAAG ahora redesignado como USMACV (United
41
La Savia de la Guerra
States Military Assistence Command Vietnam), comenzó a sentirse optimista acerca de la finalización de la
guerra. Pero bajo la superficie, la situación se deterioraba rápidamente, había tres razones para ello.
La situación se deteriora
El EVS ejemplificaba el dicho que dice que no hay malos soldados, solo malos oficiales. El
resistente campesino vietnamita brinda buenos soldados, que combatieron bien en el Ejército Francés, en el
Vietminh y el Viet Cong. En su conjunto, por las razones que ya se explicaron, sus oficiales eran deficientes.
Pese a los informes optimistas acerca del desempeño del EVS enviados a Washington por Harkins, jefe del
USMACV, muchos de ellos no reflejaban la situación real en el terreno. Por ejemplo, la batalla de Ap Bac,
que tuvo lugar el 2 de enero de 1963, fue informada a Washington como un éxito. Mientras que el asesor del
ejército norteamericano asignado a la 7ª División de Infantería del EVS, que había montado la operación, la
informó como un fracaso deprimente. El pueblo de Ap Bac, ubicado a 65 kilómetros al sudoeste de Saigón,
estuvo ocupado durante un día por 350 guerrilleros del Viet Cong equipados con armas menores y un
mortero de 60 mm, enfrentados a una fuerza cuatro veces superior compuesta por un batallón del EVS, dos
batallones de la Guardia Civil, un batallón de paracaidistas y una compañía de infantería motorizada con los
vehículos blindados de transporte de personal M-113, apoyados por morteros, artillería y aeronaves de
ataque (los batallones de infantería y de infantería de marina del EVS eran más pequeños que los
británicos, generalmente de unos 350 efectivos). Los ataques del EVS eran vacilantes y los jefes, del
comandante de la división para abajo, no se destacaban por su valentía. Finalmente habiendo aferrado al
EVS durante todo el día, los guerrilleros se deslizaron bajo la cobertura de la oscuridad. Durante todo este
desgraciado episodio el asesor norteamericano, un oficial excepcionalmente bravo y enérgico, trató en vano
de convencer al comandante de la división del EVS para que montara un ataque. A la mañana siguiente la
7ª División bombardeó el pueblo vacío y a esto siguió un leve ataque de prueba. Los soldados del EVS
nunca entraron al poblado y durante muchos días Harkins creyó y así lo anunció a la prensa, que los
guerrilleros estaban rodeados. Esta demostración pusilánime fue un hecho característico de muchas ope-
raciones llevadas a cabo por el EVS. Diem no hizo nada para mejorar las cosas. En lugar de eso, deseando
conservar intacto el EVS como el principal baluarte contra un golpe de estado, exhortaba constantemente a
sus comandantes para que evitaran las bajas.
Segundo, el esquema estratégico de aldea que confinaba a los habitantes de las villas en áreas
dentro de las cuales, en teoría serían inmunes a las intimidaciones del Viet Cong, probó con holgura ser un
derroche de esfuerzo. Con facilidad el Viet Cong infiltraba los villorrios, la mayoría de las veces siendo
bienvenidos por sus habitantes quienes se encontraban profundamente resentidos por haber sido
reubicados lejos de sus hogares ancestrales. Los guardias civiles o bien se escapaban de su guardia de
vigilancia en el mangruyo, eran desarmados o ya eran miembros del Viet Cong. Además de la destrucción
de las aldeas, sus ocupantes rápidamente regresaban a sus antiguas áreas con la ayuda de este, el
esquema tenía otro efecto no previsto. Contribuyó mucho a proveer de armas al Viet Cong. Para enero de
1963 los norteamericanos habían provisto a los Guardias Civiles y a los milicianos de los Cuerpos de Auto
Defensa más de 130.000 armas menores, ametralladoras, morteros y cañones sin retroceso. A mediados de
1963 esos valores habían aumentado a un cuarto de millón de armas distribuidas en aldeas y puestos
avanzados estratégicos. Este bagaje constituía un importante acopio de armamento para el Viet Cong, el
que rápidamente sacó ventaja. En enero de 1963, ampliamente equipado a costa de los norteamericanos,
los efectivos regulares y provinciales del Viet Cong habían aumentado a unos 23.000 hombres apoyados
por una milicia de otros 100.000, un salto importante en solo tres años.
Por último Diem se excedió en su reacción ante las demandas de la comunidad budista para tener
mayor participación en la conducción del estado en Vietnam del Sur, la que en su mayoría se encontraban
en manos de los vietnamitas católicos. Finalmente Diem fue derrocado con la connivencia del gobierno de
los EEUU y asesinado por un grupo de oficiales. Si bien al principio la gente apoyó la caída de Diem con
entusiasmo y los soldados del EVS fueron agasajados en las calles de Saigón, pronto la novedad se
eclipsó.
Las esperanzas norteamericanas con respecto a que la caída de Diem marcaría un punto de
inflexión en la guerra, rápidamente se desvanecieron. En el plazo de una semana el Viet Cong lanzó
42
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
ofensivas al norte de Saigón. Solo en una provincia cayeron veinticinco puestos avanzados en una semana.
A los pocos días de la muerte de Diem el Presidente Kennedy también había muerto. Había ahora 17.000
efectivos militares norteamericanos en Vietnam del Sur. Si bien desde el comienzo de su intervención los
norteamericanos habían sufrido 370 bajas incluyendo 120 muertos, se había invertido suficiente sangre y
mucho dinero y se había gastado bastante retórica como para asegurar que el prestigio norteamericano
estaba en juego.
1964 y crisis
A fines de 1964 la situación en Vietnam del Sur había alcanzado las proporciones de crisis, las
fuerzas principales y provinciales del Viet Cong de 23.000 efectivos habían aumentado a 56.000.
Comenzaban a parecerse un ejército organizado en regimientos, con unidades de apoyo de combate de
ingenieros y comunicaciones. El 31 de diciembre de 1964 la 9ª División del Viet Cong, primera en formarse,
le aplicó un golpe mortal a dos unidades de elite del EVS. Un batallón de infantería de marina sobre un total
de 326 efectivos, tuvo cerca de 200 muertos, heridos o capturados, 29 oficiales muertos sobre un total de
35. Uno de los nuevos batallones de tropas especiales, formado por el General Westmoreland, ahora jefe
del USMACV, fue completamente destruido.
A mediados de junio de 1965 el Viet Cong parecía estar en fuerza como para luchar hasta el final.
Pero ahora estaban por hacer frente al poder militar de los EEUU en una confrontación directa. Para
comenzar, en marzo de 1965 desembarcó una brigada de infantería de marina para defender el enclave de
Da Nang, el despliegue de las fuerzas norteamericanas continuó con el envío de una brigada
aerotransportada desde Okinawa para proteger el aeropuerto de Saigón y se aceleró constantemente hasta
30
alcanzar 184.300 hombres al finalizar ese año.
Se le requirió al sistema logístico apoyar una fuerza que alcanzó un máximo de más de medio
millón de hombres en el extremo de una línea de comunicaciones que tenía entre 14.000 y 17.600
kilómetros de largo, en un país que carecía de muchas de las facilidades necesarias para apoyar una fuerza
de esa magnitud y con un súbito incremento en la cantidad de tropas. La situación logística era totalmente
diferente a aquella para la cual las fuerzas norteamericanas se había adiestrado y adquirido experiencia en
la Segunda Guerra Mundial y en Corea. No había áreas claras en las que se pudieran establecer las
instalaciones logísticas, en el sentido convencional no había un frente ni una retaguardia. No había avances
o retiradas según ejes lineales a través de los cuales la savia de la guerra pudiera fluir. La mayoría de las
operaciones estaban montadas desde campamentos base aislados desparramados sobre todo el país.
Había muy pocos objetivos fijos en el terreno. No existía el patrón convencional de zona de combate y zona
de comunicaciones.
Los refuerzos eran desequilibrados, de tal forma que los efectivos de tropa casi siempre superaban
los acopios logísticos. Por eso los planes desarrollados por el 1er. Comando Logístico siempre estaban
atrasados y había mucho planeamiento ad hoc. El 1er. Comando Logístico, creado en abril de 1965, tenía la
responsabilidad de abastecer todas las fuerzas de los EEUU en Vietnam del Sur, excepto las dos Divisiones
de la Infantería de Marina y sus dos alas aéreas que estaban en el I Cuerpo, los dos cuerpos situados más
al norte; estos eran una responsabilidad del Cuerpo de IM y de la Marina. En 1968, después de la ofensiva
del Tet llevada a cabo por el Viet Cong, cuando efectivos importantes del Ejército se desplazaron al norte, el
1er. Comando Logístico aumentó sus responsabilidades incluyendo el área del I Cuerpo.
Caos en el despliegue
43
La Savia de la Guerra
En ese primer año el desplazamiento de las tropas fue tan rápido que superó todas las marcas de
una operación "improvisada". Las ordenes y contra ordenes que recibió la 1ª División de Caballería
Aerotransportada pueden haber sido una excepción, pero ilustran los problemas logísticos presentados al
trasladar a un destino que no ha sido adecuadamente reconocido, una formación sin el transporte adecuado
y sin brindar la información completa a todos los involucrados. La división, compuesta de más de 400
aeronaves, en su mayoría helicópteros, cerca de 16.000 hombres y más de 1.600 vehículos fue transpor-
tada a Vietnam en el portaaviones USS Boxer, tres buques del Servicio de Transporte Marítimo Militar
(MATS) y varias naves Liberty. Pese a las protestas presentadas al Comando de la División por los
comandantes más antiguos en el sentido de que la carga debía ser táctica, la División fue cargada adminis-
trativamente para ahorrar buques, con hombres y equipo atestados en cualquier lugar en que hubiera un
espacio. (La carga táctica requiere que los hombres y su equipo, tanques, cañones, helicópteros, vehículos,
etc., viajen en el mismo buque para permitir que la descarga se haga en una secuencia tal que le permita a
cada unidad comenzar a combatir minutos después de haber llegado a la playa). A mitad de camino en el
Pacífico, el comandante del Escuadrón de Caballería Aerotransportada (un batallón helitransportado
compuesto por novecientos hombres), recibió un mensaje del comandante divisional de la fuerza de tareas,
quien ya se encontraba en Vietnam, ordenándole prepararse para que combatiera poco después de su
desembarco en asalto debido a la orden dada por alguien en el Cuartel General de las Fuerzas de los
EEUU en Vietnam. Los 90 helicópteros del escuadrón estaban en el Boxer y en otros tres buques del
MATS. Todos los vehículos y el personal administrativo estaban distribuidos en media docena de Libertys,
cuya posición era desconocida y con los que no tenía forma de comunicarse. Todo lo que contaba eran 600
hombres y su armamento individual. Se puso a hacer los planes que podía.
Cuando le pidió al capitán del buque que largara las redes de desembarco para que la gente
pudiera practicar, se le informó que no solo no había redes abordo sino que el capitán no sabía el destino de
su travesía. Cualquiera que este fuera, estaba convencido que estaría en condiciones de descargar por el
costado. Finalmente el comandante del Escuadrón de Caballería Aerotransportada pudo convencer al
capitán que su destino era Vietnam y su puerto de descarga Qui Nhon, que carecía de facilidades para
descargar un buque de ese tamaño. Por suerte para el Escuadrón de Caballería Aerotransportada, no
existió oposición en la playa ni nunca la hubo. Se emplearon lanchas para desembarcar desde los buques
31
en sus fondeaderos.
No sería antes de 1967 que los diez puertos empleados por las fuerzas de los EEUU lograron estar
plenamente operativos. En 1965, en el momento más crítico del refuerzo de tropas, los buques de gran
calado podían llegar a esperar muelle hasta 20 días, tres años después el promedio era de menos de dos
días.
Pese a los muchos problemas a que se enfrentaron los logísticos y a algunos reclamos durante el
despliegue en 1965, no existen informes sobre operaciones que hayan sufrido limitaciones por escasez de
recursos logísticos. Más aún, los abastecimientos fueron abundantes y el capítulo sobre el nivel de vida en
el volumen Apoyo Logístico de los Estudios sobre Vietnam, orgullosamente dice: "Los soldados
norteamericanos en Vietnam comían bien. No eran raros ítems tales como los helados y huevos a pedido en
las bases de apoyo de fuego. El empleo intensivo de grandes heladeras, acoplados refrigerados y
helicópteros permitían que casi en forma rutinaria las tropas en el terreno disfrutaran de raciones de cuartel".
44
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
con la amenaza de los aviones de caza. Por eso las aeronaves, incluyendo los helicópteros, debían volar
alto para eludir el fuego antiaéreo de tal forma que no había ningún lugar en Vietnam del Sur sobre el cual
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los norteamericanos o sus aliados no pudieran volar.
Pese a que se presenta a ésta como una guerra de helicópteros, los caminos y ferrocarriles también
jugaron su parte. Para mediados de 1966 Westmoreland ordenó que debía hacerse más uso de los
caminos. Por ejemplo, en 1968 el transporte automotor movió unas diez veces el tonelaje transportado por
helicóptero. Pese a que el sistema ferroviario había sido seriamente dañado por el Viet Cong, los
norteamericanos hicieron considerables esfuerzos para repararlo y aumentar su capacidad. Se
transportaron por ferrocarril cientos de miles de toneladas de roca y grava para la construcción de
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aeródromos, puertos y para mejorar los caminos.
Problemas de ajuste
Para comenzar, hubo algunos contratiempos de los cuales el peor fue el abastecimiento de
munición. Nuevamente se debió al apuro con que se enviaron los efectivos de todos los niveles y al
planeamiento de estados mayores que carecían de oficiales de estado mayor logísticos, en un país con muy
pocas facilidades para el sostenimiento local. En Vietnam la munición era provista en "paquetes de ataque",
35
así como también otros efectos. Estos eran paquetes normalizados hechos varios años antes y basados
en las experiencias de la Segunda Guerra Mundial y en Corea. Los paquetes de munición contenían una
variedad de ésta, prevista para cubrir un consumo pre determinado. Otros paquetes contenían repuestos,
víveres, ropa y así siguiendo. Cada paquete estaba configurado a la medida de cada unidad o formación en
particular. Como lo indica su nombre, estos paquetes eran llevados al frente para cumplir con la demanda
prevista. Las desventajas del sistema estaban en que si la demanda superaba la que se había planeado
había escasez y si el consumo de alguna munición en particular o cualquier otro ítem era menor del previsto,
existía la probabilidad de que los depósitos se vieran inundados con abastecimientos no deseados. Estos
problemas se vieron agravados en el caso de los paquetes de ataque de munición en los primeros días del
despliegue norteamericano. Cuando la 173ª Brigada Aerotransportada llegó al aeropuerto de Tan Son Nhut
e inmediatamente comenzó a operar, se encontró con que no solo el consumo de munición era mayor que
el que había sido previsto en el diseño de los paquetes, sino que éstos contenían ítems de munición
obsoleta tales como cohetes de 3,5 pulgadas y munición anti tanque para cañones que ya no estaban en
servicio en el Ejército de los EEUU. Para subsanarlo se transportaron por vía aérea 255 toneladas de
munición directamente desde Okinawa a Tan Son Nhut empleando, durante siete días, todas las aeronaves
de transporte disponibles en el teatro.
Desde abril a julio de 1965 la situación de la munición fue "caótica". Los paquetes de ataque
llegaban antes que las unidades y estas eran enviadas a cualquier lado desde su punto de desembarco,
mientras que la munición se apilaba en la playa o en el Río Saigón en sampanes alquilados. El problema se
debía al arribo tardío de las unidades logísticas necesarias para que se encargaran de los procedimientos
para recibir, acopiar, distribuir y cumplir los pedidos de munición. Finalmente en julio de 1965, con el
36
establecimiento del Cuartel General del Ejército de los EEUU en Vietnam, comenzó a imperar el orden.
En los primeros días había un desacuerdo, especialmente dentro del Ejército de los EEUU, con
respecto hasta que punto hacia el frente debía llevar los abastecimientos la Fuerza Aérea de los EEUU.
Esto salió a la luz durante las operaciones de la 1ª División de Caballería Aerotransportada para socorrer la
base del EVS en Plei Me en las alturas que rodean Pleiku, que culminaron con las batallas en el Río Drang
(Ia Drang), cerca de la frontera con Camboya. El primer enfrentamiento entre las tropas norteamericanas y
las fuerzas regulares del EVN. Al principio el comandante de la división, Mayor General Kinnard, solicitó
45
La Savia de la Guerra
prioridad para que la FA de los EEUU llevara los abastecimientos directamente a la base de la división en
An Khe (distribución de unidad). Pero Westmoreland ordenó que la división debía emplear el sistema normal
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por puntos de distribución. Privado del apoyo logístico de la Fuerza Aérea, Kinnard se vio forzado a enviar
sus propios helicópteros de carga y aviones Caribous a Qui Nhon y Nah Trang respectivamente, a 80 y 210
kilómetros de distancia, cuando los necesitaba a todos para adelantar los efectos a Pleiku, donde sus tropas
estaban empeñadas en el combate.
El sistema logístico centralizado, bajo el 1er. Comando Logístico en Vietnam, ha sido criticado
39
especialmente por el General Starry en su monografía Mounted Combat in Vietnam. La razón de la queja:
que las unidades logísticas estaban alejadas de las formaciones, eran centralizadas y que vivían en los
campamentos base. Si bien la primera de las críticas es verdad, la segunda que sostiene que las unidades
logísticas nunca se movieron, no lo es. Para operaciones específicas, normalmente del tamaño de la
brigada o mayor, se establecieron Zonas de Apoyo Logístico avanzadas (ZAL), adyacentes a una pista
aérea capaz de recibir los C-130. Las ZAL fueron transferidas del 1er. Comando Logístico y proveía todas
las categorías de abastecimientos. Desde las ZAL los helicópteros transportaban los efectos hasta las
posiciones de apoyo de fuego y a los batallones y compañías operando en el terreno. Para 1966 como
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máximo casi todos en Vietnam estaban a unos 40 kilómetros de una pista capaz de operar C-130.
Dadas las características de esta guerra es difícil ver que otra cosa se pudiera haber hecho. En una
guerra convencional generalmente las unidades logísticas forman parte de casi todas las formaciones, de la
brigada para arriba. Operan como una parte de la formación y para brindar los servicios para apoyo de
combate necesarios tienen sus posiciones en la retaguardia de la formación y ocupan terreno con talleres
de mantenimiento, puntos de abastecimiento, terminales, depósitos de combustible y así siguiendo. Se
mueven empleando sus propios medios de transporte a fin de adecuarse a los movimientos de sus
consumidores, siguiendo el flujo y reflujo de la batalla. En Vietnam, tal como se lo explicó anteriormente, no
había áreas de retaguardia detrás de los consumidores, que eran las formaciones y unidades empeñadas
46
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
en la batalla. Tampoco, tal como se trató más arriba las operaciones, las operaciones se realizaron según el
esquema "normal" durante el período en que estuvieron involucrados los norteamericanos. Las unidades y
formaciones vivían en bases desde las cuales salían, normalmente por unos pocos días, en helicópteros, a
pie o en vehículos blindados y con los cuales se replegaban al completarse la operación. Raramente los
objetivos eran siempre los mismos. No había posibilidad que las unidades logísticas se movieran con ellos
para establecer un sistema de auto sostenimiento. El drenaje en transporte y elementos de defensa hubiese
sido prohibitivo. El haberse establecido las unidades logísticas con las unidades y formaciones de combate
hubiese aumentado la dependencia: más bocas para alimentar y la necesidad de equipo, repuestos y
munición para el armamento personal; hubieran aumentado la necesidad de reaprovisionamiento y los
medios de transporte para llevar los efectos adicionales. La presencia de unidades logísticas y el terreno
que requieren para su función aumentaría el área a proteger, significando una carga extra para la unidad
acantonada. Las unidades logísticas, si se las adiestra, pueden asumir y lo han hecho, la responsabilidad de
su propia defensa pero cada hora empleada en la trinchera defendiendo el perímetro es una hora menos
dedicada a las tareas que le son propias; brindar apoyo. Fue mejor dejarlas centralizadas o desde ZAL para
operaciones específicas. Las unidades que pueden ser basadas bien a vanguardia son aquellas cuya tarea
es la de mantener y reparar los equipos más pesados y los helicópteros. En muchos casos así se hizo;
aplicando el principio de que generalmente es más fácil mover los técnicos que el equipo pesado.
¿Cuales eran la estrategia y las tácticas para las cuales fueron diseñados los arreglos logísticos? La
directiva dada a Westmoreland establecía seis tareas:
1. Desgastar (sic), para el final del año (1966), las fuerzas del Viet Cong y Nor Vietnamitas a una velocidad
mayor que su capacidad para poner hombres en el terreno.
2. Aumentar el porcentaje de bases negadas al Viet Cong y al EVN del 10/20 por ciento al 40/50 por ciento.
3. Aumentar las rutas y ferrocarriles críticos (importantes) abiertos, del 30 al 50 por ciento.
6. Asegurar la defensa de todas las bases militares, centros políticos de la población y áreas productoras de
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alimentos, ahora bajo control gubernamental.
Sigue siendo motivo de discusión, generalmente acalorada, si esta fue la estrategia correcta y es
probable que lo siga siendo en el futuro previsible. Cualquier discusión, incluso de los puntos principales del
razonamiento de aquellos que se oponen a la estrategia adoptada, es irrelevante en el contexto de este
libro. El punto es que en ningún momento el General Westmoreland o su sucesor, General Abrams, se
sintieron limitados por alguna debilidad de la logística norteamericana, como tampoco es posible identificar
algún punto en el cual su estrategia estuviera diseñada teniendo en cuenta lo que era o no era
logísticamente factible. De la misma forma la estrategia propuesta por aquellos que eran partidarios de una
acción diferente, también era apoyable logísticamente. Viene al caso destacar que los norteamericanos
nunca tuvieron ningún problema logístico en el nivel táctico, pero en contraste con la fase uno, las
escaseces logísticas no fueron los grillos que tanto inhibieron a los franceses y que por último fueron la
causa principal de su derrota militar.
Suprimiendo la mitología
47
La Savia de la Guerra
Uno de los ejemplos más impresionantes del empleo de los recursos logísticos de que disponían los
norteamericanos, incluyendo el exitoso uso del poder aéreo para el ataque y abastecimiento, fue la batalla
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de Khe Sanh. Como dice Davidson se han escrito y televisado más tonterías acerca del sitio de Khe Sanh
que de cualquier otro episodio de la II Guerra de Indochina (su término para la fase tres). Finalmente
muchas de estas tonterías llegaron a los hogares con los siguientes conceptos erróneos: que Khe Sanh era
una diversión para sacar a las tropas norteamericanas de los reales objetivos de Giap: las ciudades en la
ofensiva del Tet o que el cerco era un segundo Dien Bien Phu y que los defensores estaban sentenciados a
muerte. El primer mito puede ser rápidamente refutado diciendo que nunca ha habido una evidencia de que
hubiese sido una diversión, tanto en ese momento como en los informes publicados desde entonces por
Vietnam del Norte. Más aún, el EVN continuó reforzando sus unidades alrededor de la base y construyendo
obras de sitio mucho después que la lucha relacionada con la ofensiva del Tet hubiera terminado. Si
hubiese sido una diversión, hubiera sido una muy cara, aferrando cuatro divisiones del EVN (dos
directamente empeñadas y dos en apoyo), un total de 40.000 hombres de primera línea, para asediar cuatro
batallones de infantería de marina y un batallón de comandos del EVS, un total de 6.000 hombres.
El segundo error de concepto fue la aparición de un rasgo discernible de tiempo en tiempo en algunas
partes de los medios de prensa, que es la mofa que se hace de los periodistas, equivalente a la que dice
que los generales "pelean la última guerra"; siendo que los medios "escriben la última guerra". En este caso
la presentación selectiva de evidencias para apoyar una idea preconcebida se hizo tan evidente que los
periodistas cayeron en su propia trampa y fracasaron en darse cuenta que las diferencias entre las
situaciones de Dien Bien Phu y Khe Sanh sobrepasaban a las similitudes. Los infantes de marina en Khe
Sanh estaban rodeados por una fuerza superior que podía dirigir el fuego de la artillería y los morteros a
cualquier parte de la base. Aquí terminan las similitudes. Los franceses fueron batidos porque tenían pocos
cañones y aunque se hubieran dado las condiciones ideales, p. ej. la capacidad de aterrizar aviones en Dien
Bien Phu, logísticamente no estaban en condiciones de mantener el ritmo de la batalla. El Vietminh solo
aceleró el fin negándoles el uso de la pista y obligándolos a depender totalmente de los abastecimientos
lanzados con paracaídas, transportados por una fuerza aérea de transporte inadecuada y ampliamente
obsoleta. En ningún momento el EVN tuvo superioridad de fuego en Khe Sanh. Los norteamericanos tenía
una enorme superioridad de fuego dada por los B-52, aviones de ataque, obuses de 175 mm y cañones de
8 pulgadas fuera de la base y cañones de 105 mm y morteros de 81 mm dentro del perímetro. Durante los
77 días del sitio los norteamericanos lanzaron más de 100.000 toneladas de bombas y 150.000 tiros de artil-
43
lería sobre el EVN.
Más importante aún, el EVN nunca cortó o comprometió seriamente el abastecimiento aéreo en Khe
Sanh.
Las técnicas para el reabastecimiento aéreo habían recorrido un largo camino desde Dien Bien Phu.
Cuando unas seis semanas después de haber comenzado la batalla, un C-130 fue destruido en la pista por
fuego de mortero del EVN, el reabastecimiento aéreo pasó a ser ejecutado mediante:
- El Sistema de Extracción por Paracaídas a Baja Altitud (Low Altitude Parachute Extraction System)
(LAPES)
- El Sistema de Extracción por Aproximación a Tierra (Ground Proximity Extraction System) (GPES)
- Helicópteros.
Cuando de realizaba una corrida de LAPES, el C-130 efectuaba una pasada a cinco pies sobre la pista
con la puerta de cola abierta. En el punto de extracción el piloto oprimía un botón electrónico que operaba
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Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
un paracaídas unido a los pallets montados sobre rodillos en el fuselaje del avión. Al abrirse el paracaídas la
carga se deslizaba por la cola del avión y patinaba hasta que paraba en la pista. Rápidamente los infantes
de marina la retiraban mediante cargadores frontales. Con el sistema GPES, el C-130 volaba el mismo perfil
pero atado a la carga había un largo gancho con el cual el piloto trataba de enganchar un cable en tierra,
similar al que se emplea en los portaaviones. Si tenía éxito la carga era extraída y caía en la pista. Una vez
que se resolvieron los problemas iniciales, este sistema fue tan exitoso que una carga conteniendo 30
docenas de huevos fue extraída sin que se rompiera ninguno. Sin embargo durante el sitio se efectuaron 15
GPES, comparados con 52 LAPES. Ambos sistemas requerían buena visibilidad, la baja altura de las nubes
y el crachin del monzón de nordeste impidieron su empleo durante mucho tiempo. Por eso la mayoría de los
abastecimientos fueron lanzados con paracaídas. Para 1968 las técnicas para el lanzamiento aéreo de
abastecimientos habían mejorado mucho desde Dien Bien Phu, así como la sofisticación de las ayudas a la
navegación. En el punto previsto para el lanzamiento el piloto asistido por la Unidad de IM de Control de
Tráfico Aéreo, colocaba el C-130 en una actitud de nariz arriba y 16 paracaídas atados a los fardos
conteniendo 15 toneladas de abastecimiento se deslizaban por la puerta trasera. Con los paracaídas la
carga flotaba a través de la neblina. Lanzando por instrumentos el error promedio era de 133 metros. Si el
piloto podía ver la ZL, era aún menor: 95 metros.
Los helicópteros y los C-123 continuaron aterrizando en Khe Sanh pese a los morteros y granadas y el
derribo de un C-123 en la aproximación, donde murieron cuatro de la tripulación y 44 pasajeros. Los C-123
requerían menos de la mitad de la longitud de la pista para el aterrizaje y despegue y resultaron invalorables
para la evacuación de bajas y hacer llegar refuerzos. Los helicópteros no solo podían aterrizar en Khe Sanh
sino que también fueron usados para abastecer los puestos en las alturas, aislados de la base principal y
muy pequeños para lanzarles abastecimientos con paracaídas. Durante el sitio se enviaron 12.430
toneladas de abastecimientos mediante los C-132 y C-130 de la Fuerza Aérea (8.120 toneladas con
paracaídas, LAPES y GPES y 4.310 con aeronaves aterrizadas en la pista). Estas no son las cifras totales
de los envíos efectuados por aeronaves de transporte porque los C-130 de la Infantería de Marina también
tuvieron una participación vital, pero sus registros muestran los tonelajes llevados a través del área del I
Cuerpo y no discriminan las cantidades como para indicar los volúmenes enviados a determinadas bases en
particular, como Khe Sanh. Además los helicópteros de la IM llevaron 4.661 toneladas de abastecimientos,
la mayoría de las cuales fue mandada directamente a los puestos avanzados desde la Zona de Apoyo
Logístico en Dong Ha.
El "Super Gaggle"
Los envíos por helicóptero a los puestos avanzados en las alturas fue un triunfo de la organización y un
ejemplo de la cerrada cooperación que se produce cuando una fuerza dispone de su propia fuerza aérea.
Las alas aéreas de la Infantería de Marina de los EEUU (USMC), a diferencia de otras fuerzas aéreas en el
pasado, no malgastaba su poderío conduciendo una guerra privada que no tenía ninguna relación con lo
que estaba sucediendo en el terreno. Una misión de reabastecimiento típica incluiría 12 helicópteros CH-46,
llevando cada uno 1.800 kilogramos de abastecimientos colgadas en un chinguillo. La supresión de la
artillería antiaérea era provista por 12 reactores de ataque A-4 Skyhawk. Cuatro UH-1E armados con caño-
nes volaban a tiro de cañón detrás de los CH-46. El control lo daba un TA-4 en altura. Todas las aeronaves
eran voladas por infantes de marina y el esfuerzo total tenía el sobrenombre de "Super Gaggle".
Los tiempos de un "Super Gaggle" eran críticos. El piloto del TA-4 comenzaba la corrida. Una vez en la
zona de descenso y en caso de que la base de las nubes permitiera a los A-4 hacer fuego de supresión,
daba el "adelante". Se establecía la hora H y comenzaba el "Super Gaggle". Doce A-4 despegaban de Chu
Lai, entre 12 a 16 helicópteros salían simultáneamente de Quan Tri, 160 kilómetros al norte. Los
helicópteros volaban hasta Dong Ha y recogían las cargas, las que ya estaban colocadas en los chinguillos.
El punto era que todas las aeronaves llegaran sobre el objetivo a tiempo. Primero los A-4 atacaban las
posiciones antiaéreas enemigas con napalm y bombas de fragmentación. Seguían más A-4 lanzando gas
lacrimógeno. Justo antes de la corrida final de los helicópteros, dos A-4 tendían un corredor con una cortina
49
La Savia de la Guerra
de humo. Mientras los helicópteros entraban a la zona de aterrizaje, cuatro A-4 con bombas, cohetes y
cañones, brindaban supresión antiaérea. Generalmente debido a la visibilidad y el terreno ondulado, una
vez que los helicópteros pesadamente cargados entraban en la corrida final, no había posibilidad de
regresar si la artillería antiaérea no había sido completamente suprimida. Pero los tripulantes se podían
conformar sabiendo que detrás de ellos, pisándoles los talones, estaban los helicópteros armados, listos a
recogerlos si sobrevivían al ser derribados. Estas tácticas fueron tan exitosas que solo dos CH-46 fueron
derribados en la aproximación en las misiones "Super Gaggle" y sus tripulaciones fueron inmediatamente
rescatadas por los helicópteros de escolta armados.
"Solo aquellos que han experimentado los peligros de volar con el monzón pueden apreciar
completamente el loquero que se produce cuando un gran número de aeronaves se ven confinadas a un
reducido espacio debajo de una baja capa de nubes. Junto a esto, rodeando Khe Sanh, había una nube
que parecía cubierta de plumas y montañas que llegaban a los 915 metros...Si bien, aunque las misiones
estaban tan bien coordinadas y ejecutadas con un alto grado de profesionalismo, generalmente parecía
que la confusión reinaba porque había aviones por todos lados. Los A-4 perforaban en los flancos de las
rutas de aproximación, atacando con cargas explosivas las posiciones artilleras enemigas y esparciendo
humo protector; los CH-46 salían de la neblina tratando de encontrar las zonas de aterrizaje, los UH-1E
armados, con su aspecto de avispa, se precipitaban desde la retaguardia para el caso de que alguien
fuera derribado; el solitario TA-4 volaba en círculos por encima, tratando que su rebaño no se
44
enloqueciera."
Pero loquero o no, el abastecimiento aéreo de Khe Sanh fue algo muy distinto a los valientes pero
desesperados esfuerzos de la Fuerza Aérea Francesa, lanzando pequeñas cantidades desde los C-119 y
crujientes C-47 cada vez a alturas mayores sobre Dien Bien Phu. El poder logístico norteamericano, unido al
espíritu de lucha de los infantes de marina, le permitió a los defensores mantenerse en Khe Sanh hasta ser
relevados, sin haber perdido ningún puesto avanzado y confundir a los mensajeros de la muerte de los
medios de comunicación y a otros generales amateur. En Khe Sanh los norteamericanos sufrieron 205
muertos y 852 heridos, ganando la batalla; los franceses perdieron cerca de 10.000 hombres muertos,
heridos y tomados prisioneros en Dien Bien Phu.
¿Descuido de Giap?
Aún persiste un misterio no resuelto acerca de Khe Sanh. El agua para la base era ampliamente
proporcionada por el pequeño Río Quan, que nace en colinas al norte de la base, las que estaban en poder
del EVN. De acuerdo a los términos de la Convención de Ginebra el EVN podría haber envenenado el agua
obligando a los infantes de marina a llevarla por modo aéreo, aumentando en gran forma el problema
logístico. Tal vez simplemente Giap y los comandantes del EVN en el terreno pasaron por alto la
vulnerabilidad del abastecimiento de agua a la base. Esta es la opinión del Mayor General Tompkins,
comandante de la 3ª División de Infantería de Marina, quien visitó la base casi todos los días. También ha
sostenido que creía que la base podría haber sido abastecida de agua.
La ofensiva del Tet prácticamente destruyó al Viet Cong y dejó debilitado al EVN, fue una gran derrota
militar para Giap, quien había estado en contra del concepto desde el principio. El resultado inmediato fue
una drástica desescalada de las operaciones volviéndose a incrementar las incursiones de la guerrilla. No
se planearon ofensivas importantes y eran raras las operaciones a nivel de batallón o mayor. Pero
inconscientemente el Viet Cong y el EVN iban ganando una importante victoria política. En los EEUU estaba
aumentando la desilusión con la guerra. Estaba sembrada de predicciones de fracaso por algunas de las
personalidades más respetables de los medios de comunicación norteamericanos, quienes presentaban las
batallas del Tet y el sitio a Khe Sanh como derrotas. Crecían las presiones en el gobierno de los EEUU para
desvincularse. Finalmente el nuevo Presidente de los EEUU, Nixon, anunció una nueva política de guerra
basada en cuatro pilares: Vietnamización : reconstrucción y modernizando el EVS, de la marina y la fuerza
aérea, de tal forma que pudieran hacerse cargo del esfuerzo principal de la lucha; negociaciones con
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Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
Vietnam del Norte en procura de una paz honorable; pacificación de las áreas rurales en Vietnam del Sur y
retiro de las tropas norteamericanas. Esto cayó perfecto en las manos de Giap, quién solo tenía que
sostener la suficiente actividad como para permitir que los cajones con cadáveres siguieran llegando a los
EEUU mientras mantenía sus propias bajas en lo mínimo posible, hasta que los norteamericanos se
retiraran. El tiempo estaba de su lado, como siempre lo había estado.
Camboya
A principios de 1970 la situación política en Camboya llevó a las fuerzas combinadas de los EEUU y el
EVS a aplicar un fuerte golpe a los planes comunistas en el sur de Vietnam del Sur. Durante años el
soberano de Camboya, Príncipe Sihanouk, había permitido a los vietnamitas comunistas llevar abasteci-
mientos a través del puerto de Sihanoukville. Desde allí la ruta Sihanouk corría hacia un complejo de bases
logísticas y áreas de concentración de tropas justo dentro de la frontera entre Camboya y Vietnam del Sur,
las que sostenían todo el esfuerzo de guerra comunista en el sur de Vietnam del Sur. Estas bases estaban
concentradas en dos salientes donde la frontera de Camboya entra en Vietnam del Sur, apodados el
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"Anzuelo" (Fish Hook) y "Pico de Loro" (Parrot's Beak) . En sus esfuerzos de “correr con el zorro y cazar
con los perros”, Sihanouk cerró los ojos al bombardeo norteamericano de esas bases. En marzo de 1970 el
primer ministro de Camboya, Lon Nol, encabezó un golpe exitoso contra Sihanouk, quien se encontraba
fuera del país. Lon Nol cerró inmediatamente el puerto de Sihanoukville y tontamente anunció que
desalojaría a los comunistas vietnamitas de sus bases en la frontera entre Camboya y Vietnam. El Viet
Cong y el EVN reaccionaron rápidamente avanzando sobre Phnom Penh, la capital de Camboya, haciendo
retroceder al débil ejército camboyano. Rápidamente se hizo claro que si los EEUU no asistían a Lon Nol,
los vietnamitas comunistas muy pronto controlarían la totalidad de Camboya reabriendo Sihanoukville y
transformando la totalidad del país en una base flanqueando a Vietnam del Sur.
Luego de cerca de seis semanas de indecisión Nixon dio la autorización para que las tropas
norteamericanas fueran empleadas en una incursión sobre Camboya; el General Abrams había dicho que
no podía garantizar el éxito si no intervenían los norteamericanos. El 1º de mayo de 1970 los norteame-
ricanos, con una brigada aerotransportada del EVS, atacaron la saliente norte, el "Anzuelo" y el EVS la sur,
el "Pico de Loro". Ambas salientes fueron atacadas mediante movimientos de envolvimiento, con una
combinación de blindados, infantería y en el caso del "Anzuelo" por tropas aerotransportadas lanzadas en la
retaguardia enemiga. La mayor parte del enemigo huyó y no se materializó la gran batalla. Después de tres
días la lucha había terminado. La Oficina Central para Vietnam del Sur, que se había pensado estaba en el
"Anzuelo", se había retirado a mediados de marzo, tal vez anticipándose a la invasión de Camboya, pero se
descubrieron enormes cantidades de efectos y hectáreas de campamentos, hospitales y bunkers. Esta zona
había sido un santuario durante años a la que se retiraban el Viet Cong y el EVN cuando las cosas se
ponían muy calientes en Vietnam del Sur. Abundaban las evidencias sobre campos de adiestramiento y
centros de adoctrinamiento político, con registros, salones de clase, panfletos y otros materiales didácticos.
51
La Savia de la Guerra
Un complejo, similar a varios otros, fue descubierto por una unidad de caballería aerotransportada nor-
teamericana. Tenía 182 bunkers destinados a depósitos, cada uno de 36 metros cúbicos, 18 comedores, un
área de adiestramiento y una pequeña granja con animales. Cubría aproximadamente tres kilómetros
cuadrados y el depósito era capaz de recibir y entregar rápidamente grandes cantidades de efectos. De
documentos capturados resultó aparente que la "Ciudad" había estado en operación por lo menos por dos
años y medio. La cantidad de armas que contenía era suficiente como para equipar un regimiento del
46
EVN.
Los norteamericanos se retiraron a fines de junio y las fuerzas del EVS permanecieron un poco más.
Las bases en la frontera fueron arrasadas mediante vuelos de helicópteros pesados norteamericanos y C-
130 operando desde pistas construidas rápidamente. La cantidad total de armas capturadas fue inmensa,
47
sorprendiendo hasta a los norteamericanos. La incursión en Camboya fue un éxito. Le dio tiempo a Lon
Not para armar sus fuerzas y la pérdida de equipo y el desbaratamiento del sistema logístico, incluyendo la
48
pérdida del uso de Sihanoukville, demoró el cronograma de invasión del EVN en unos dos años. La Ruta
de Ho Chi Minh pasó entonces a ser la única línea de comunicaciones para el EVN desde Vietnam del
Norte, a través de Laos, hacia Vietnam del Sur.
Si bien durante la incursión las unidades del EVS se habían desempeñado mejor de lo esperado, había
signos perturbadores en algunas áreas. Dependían mucho de la artillería norteamericana y de los ataques
aéreos y sin los últimos, es dudoso que hubieran tenido éxito. Pero lo más significativo de todo, su pobre
logística llevó a paralizar sus blindados por falta de combustible, repuestos y capacidad de reparación en el
frente. Los vehículos blindados operables fueron destinados a remolcar los averiados, reduciendo además
su disponibilidad como incursores y muchas veces averiando las torretas, produciendo dos vehículos
averiados por el precio de uno.
Después del éxito en la destrucción de las bases en Camboya, Abrams se dio cuenta que se
obtendrían enormes ventajas con una acción similar sobre la Ruta de Ho Chi Minh. El éxito significaría la
ruptura de la única línea de comunicaciones del EVN hacia el sur. La parte terrestre de la operación debería
ser un esfuerzo solo del EVS debido a que una resolución reciente del Senado prohibía a las tropas
norteamericanas entrar a Camboya o Laos, sin aprobación del Congreso. Los norvietnamitas no demoraron
en detectar su vulnerabilidad. La operación en Camboya parecía indicar que los norteamericanos por fin
habían movido los arcos de este juego y bien podrían invadir Laos o también Vietnam del Norte. Tal vez
Giap no creía que el Congreso estuviera dispuesto a hacer cumplir su prohibición. Por eso ordenó que el
Cuerpo 70B tomara el comando de las tres divisiones del EVN en Laos, la zona desmilitarizada (ZDM) y el
sur de Vietnam del Norte. La Ruta 9, que corría desde Khe Sanh a través de la frontera de Laos con
Vietnam del Sur, llevaba a Tchepone, el centro logístico del EVN en Laos. Dentro de Laos el EVN preparó la
ruta para emboscadas y demoliciones, predeterminó zonas posibles de aterrizaje de helicópteros como
blancos de la artillería y trasladó la gran mayoría de sus abastecimientos fuera del área.
52
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
Se planificó una operación cuyo nombre código era Lam Son 719, comprendiendo tres divisiones del
EVS avanzando por la Ruta 9 hacia Tchepone y los norteamericanos para limpiar y sostener la sección
desde Khe Sanh hasta la frontera con Laos. La misión era ocupar las bases del EVN durante noventa días y
destruir las instalaciones y los abastecimientos. La prohibición para que las tropas norteamericanas
cruzaran hacia Laos, incluía los asesores de las unidades del EVS, observadores adelantados de artillería y
controladores aéreos. Esto habría de tener un efecto severo en el resultado. A medida que progresó, fue
una suerte que la prohibición no se extendiera a los helicópteros. El Comando de Apoyo del Ejército de los
EEUU en Da Nang le brindó un considerable apoyo logístico al Comando de la 1ª Area Logística del EVS (1
ALC) y a la Base Avanzada en Khe Sanh. En un clásico ejemplo de "esnobismo de estado mayor", si bien la
expresión no significaría nada para él, el Comandante del Cuerpo del EVS, Teniente General Hoang Xuan
Lam, no vio la necesidad de hacerle tomar conocimiento de la operación, hasta muy poco antes que ésta
49
comenzara, al 1 ALC que era el responsable de toda la logística del EVS.
La operación fue un desastre. Fue un Ap Bac ampliado. La corrupta estructura de comando del EVS
colapsó bajo la presión de una batalla para la cual la mayoría de los soldados estaban inadecuadamente
adiestrados. Sin sus asesores norteamericanos, muchos de los comandantes del EVS se sintieron perdidos.
Por primera vez se encontraron reglando el fuego, pidiendo apoyo aéreo y controlando helicópteros. La
cooperación tanque/infantería era pobre. El adiestramiento podría haber solucionado estas deficiencias,
pero en el EVS los niveles de aquél habían mejorado muy poco con respecto a los de mediados de la
década del 50. Era muy tarde para comenzar a aprender las triquiñuelas del oficio cuando se estaba
combatiendo con las veteranas formaciones del EVN. Habiendo avanzado cerca de la mitad del camino a
Tchepone, Thieu, el Presidente de Vietnam del Sur le ordenó al comandante del cuerpo que se detuviera.
Temía sufrir serias bajas antes de las elecciones que pronto se debían llevar a cabo, especialmente porque
dos de las divisiones, la aerotransportada y la de infantería de marina, eran su reaseguro contra un golpe.
Resultó ser nuevamente Diem en Ap Bac. Thieu interfirió constantemente y por último ordenó, en forma
alocada, transportar por aire dos batallones 65 kilómetros hasta Tchepone, como un acto publicitario.
Tuvieron que ser retirados al día siguiente para evitar que fueran barridos por el EVN.
Mientras las tropas del EVS esperaban, se perdió todo el ímpetu y el EVN se movió rápido para
destruirlos, agrupando finalmente cuatro divisiones con tanques, artillería y gran número de cañones
antiaéreos. Cuando el EVS comenzó a retirarse, las pérdidas fueron importantes en los dos lados. El EVS
fue emboscado y los helicópteros derribados cuando evacuaban las tropas. Los norteamericanos perdieron
108 helicópteros destruidos y 618 dañados. Las pérdidas en el EVN fueron enormes debidas a los B-52
norteamericanos y los aviones de ataque. La Ruta de Ho Chi Minh estaba en plena operación una semana
después de la retirada del EVS.
Culpabilidad norteamericana
Aparte de las fallas del EVS, los norteamericanos también deben cargar con parte de las culpas por el
fracaso de Lam Son 719. Los informes de inteligencia fueron demasiado optimistas, a pesar de haber
habido indicaciones de que el EVN había sido alertado sobre un avance sobre Laos o la ZDM. Aún antes
que el EVN comenzara a mover refuerzos, había suficientes fuerzas en el área (22.000 hombres) como para
ofrecer una resistencia formidable a las tres débiles divisiones del EVS, de dudosa capacidad de combate.
La Ruta 9, sobre la que se había informado ser un eje apto para los blindados, resultó ser un camino
descuidado durante cuarenta años, de un solo carril con altos espaldones a ambos lados y sin espacio para
maniobrar. Al avanzar las unidades, encontraban el área sembrada con grandes cráteres de bombas que no
habían sido detectados debido al pasto tupido o al bambú. Por eso los vehículos blindados estaban
restringidos a la ruta. Otra vez las operaciones resultaban parecidas a las montadas por los franceses.
Es posible que ninguno de los errores y deficiencias mencionados más arriba haya sido determinante.
53
La Savia de la Guerra
El mayor error de los norteamericanos y del EVS, fue su incapacidad para apreciar que, por razones
logísticas, el EVN estaba obligado a luchar para defender sus bases en Laos. Hay una razón para esta falla
en la apreciación. Nunca antes, en la fase dos o tres, el EVN o el Viet Cong habían luchado resueltamente
para defender sus bases. Pero en todos los casos anteriores, si bien éstas habían sido importantes, no
habían sido absolutamente vitales para la continuidad de las operaciones del EVN o del Viet Cong en
Vietnam del Sur. La Ruta de Ho Chi Minh era la única línea de comunicaciones a Camboya, el sur de Laos y
Vietnam del Sur. Si el EVS hubiera tenido éxito en cortar este cordón umbilical, destruyendo los acopios
existentes y deteniendo el flujo de abastecimientos durante tres meses, el acopio logístico para la ofensiva
del EVN, planeada para la primavera de 1972, hubiera sido tan afectado que la ofensiva no hubiera sido
factible. De haber tenido éxito, el EVS hubiese infligido una aplastante derrota al EVN y hubiera ganado
tiempo. Tiempo para continuar con la vietnamización, tiempo para mantener a las fuerzas comunistas con
poder relativo de combate desfavorable mientras la retirada de las tropas norteamericanas continuaba
ininterrumpidamente. Giap no podía soportar un retroceso de estas dimensiones; los imperativos logísticos
lo llevaron a defender su línea de comunicaciones y sus acopios con toda la capacidad que podía montar.
La ofensiva de primavera o Pascua de 1972 del EVN comenzó el 30 de marzo. Destacó un ejército
convencional de cerca de 120.000 hombres en catorce divisiones y veintiséis regimientos independientes
apoyados por masas de tanques y artillería, una fuerza equivalente a veinte divisiones. El Viet Cong
prácticamente no jugó ningún papel. En el EVN se había instituido un programa masivo de reequipamiento.
Habían fluido a Vietnam del Norte tanques rusos T-34 y T-52, misiles superficie aire y cañones de 130 mm.
Las formaciones del EVN en Laos habían sido retiradas, reforzadas, reequipadas y readiestradas antes de
regresar a sus posiciones de partida para la ofensiva. Giap planeó una guerra moderna de rápidos
movimientos, empleando tanques, artillería e infantería. Carecía de apoyo aéreo. Su concepto eran tres
ataques simultáneos. En el norte sus objetivos eran la ciudad de Quang Tri y Hue, con el propósito de
expulsar las tropas y las autoridades de Vietnam del Sur de las tres provincias norteñas de Vietnam. Si tenía
éxito extendería la frontera de Vietnam del Norte hasta Da Nang. En el centro, planeó cortar en dos a
Vietnam del Sur a lo largo de la línea Kontum-Hoai Nhon. En el sur, tres divisiones avanzarían sobre el eje
Loc Ninh/An Loc para amenazar Saigón, mientras otra división atacaba en el Delta del Mekong para obtener
territorio con su arroz, mientras aferraba tropas del EVS y les impedía reforzar otros puntos.
Errores de Giap
El EVN colaboró cometiendo errores. Era la primera vez que peleaban una batalla de blindados en esta
escala. Su comando y control eran lentos y elemental el empleo táctico de los blindados y la infantería. Al
combatir en tres frentes y no coordinar sus ataques, Giap le permitió al EVS trasladar tropas y a los
54
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
norteamericanos mover su poder aéreo para hacerles frente. En realidad no tenía alternativas. No podía
emplear su ejército en masa en un único frente porque no podía apoyar tal despliegue. Si hubiese acopiado
efectos para un único asalto masivo, no poseía la capacidad para hacer llegar los abastecimientos hacia el
frente desde donde estaban acopiados, en la escala (miles de toneladas por día) requerida para alimentar
una batalla de gran intensidad combatida por la totalidad de su ejército. Aunque hubiese poseído los
medios, las grandes concentraciones de abastecimientos y los largos convoyes de camiones necesarios
para apoyar una guerra móvil en masa, hubiesen sido afectados por los ataques aéreos norteamericanos.
Debido al tiempo requerido para montar tales ataques, se vio forzado a recurrir a un esquema de ataque-
tregua, ataque-tregua que había sido empleado con anterioridad en esta guerra. Giap hacía frente a una
nueva situación operacional; debido a que atacaba empleando blindados, estaba obligado a consumir sus
abastecimientos a un ritmo mayor del que podía reponerlos. Estaba intentando lo imposible, llevar a cabo
una guerra de movimiento con gran consumo de munición y combustible y la necesidad de reaprovisionarse
diariamente, bien al frente si se quería mantener el ímpetu, contra a la superioridad aérea. Esto era
totalmente diferente a la situación observada por Slessor en Italia y los intentos norteamericanos de cortar la
Ruta de Ho Chi Minh. En la primera, los norteamericanos estaban atacando. En la última, Giap podía
balancear sus operaciones teniendo en cuenta la situación de sus abastecimientos.
Cuando la ofensiva de Pascuas llegó a un alto, hubo mucha euforia en los niveles políticos de los EEUU
acerca del éxito de la vietnamización. Ocultaron las deficiencias que yacían debajo de la superficie en la
estructura del EVS, que eran: deficiente liderazgo, mala organización y falta de movilidad; el poder aéreo
norteamericano, incluyendo la vital capacidad de transporte de la logística y de tropas y la parte crucial
desempeñada por los asesores. La próxima vez, el EVN estaría a sus anchas.
En diciembre de 1972, después de inútiles negociaciones llevadas a cabo durante la mayor parte del
año, los norteamericanos "bombardearon a los norvietnamitas a la mesa de conferencias". Por fin el poder
aéreo norteamericano fue autorizado a ser ejercido sin restricciones y golpear a Vietnam del Norte donde
lograría el efecto mayor sobre su economía, industria y potencial militar. Su base logística, el puerto de Hai-
phong fue minado, no por primera vez, con el propósito de cortar los abastecimientos soviéticos. Pero aún
más importante, en lugar de los ataques restringidos de los años anteriores, frecuentemente a kilómetros de
Hanoi, los ataques fueron dirigidos a donde podían doler. Anteriormente había habido grandes áreas de
bombardeo libre, especialmente alrededor de Hanoi y Haiphong por lo que los norvietnamitas habían
desplazado sus instalaciones militares y depósitos logísticos hacia los santuarios. Esta vez, habría un
máximo esfuerzo dirigido a todas las instalaciones militares en el área Hanoi/Haiphong, así como también
playas de ferrocarriles, puentes, caminos, centrales eléctricas y acerías. No fueron atacados los diques del
Río Rojo, cuya destrucción hubiese inundado en algunos lugares el área hasta una altura de 3,40 metros.
Las técnicas modernas mejoraban la exactitud. Ese año en una campaña de bombardeo anterior, el puente
ferroviario en Thanh Hoa, donde la Marina de los EEUU había perdido 97 aviones entre 1965 y 1968 sin
lograr destruirlo, fue derrumbado en una sola corrida en mayo de 1972 mediante una bomba "inteligente" de
2.000 libras guiada por láser. Luego de 12 días el potencial militar de Vietnam del Norte, su industria y
economía, estaban totalmente destruidos. Durante los últimos tres días los aviones norteamericanos fueron
apenas atacados, no había más munición y más importante, no había más misiles superficie-aire. Por
primera vez en esta guerra Nixon había demostrado, más que cualquier otro presidente, su voluntad de
vencer. Al hacerlo así había empleado uno de los dos principios reales de la guerra, la sorpresa. Pocos
esperaban que desafiara a los medios de comunicación norteamericanos, quienes habían predicho que una
campaña de bombardeo haría más rígida la resistencia o los reclamos de condena a lo largo de todo el
mundo. El próximo paso en el programa de bombardeo podrían ser los diques del Río Rojo. El politburo en
Hanoi aceptó conversar.
55
La Savia de la Guerra
Los acuerdos resultantes incluyeron, entre otras cosas, la retirada de todas las fuerzas
norteamericanas de Vietnam. El propósito era suspender las operaciones hasta que los norvietnamitas se
pudieran preparar para el desenlace final en Vietnam del Sur. Como un paliativo los EEUU volcaron equipo
en Vietnam del Sur, pero el sistema logístico y el adiestramiento de las fuerzas survietnamitas no podían
hacer frente al flujo. Tenían aeronaves que no podían volar, buques, tanques y otros equipos que no podían
tripular o mantener. Los defectos en la estructura de las fuerzas armadas no habían cambiado. Los
survietnamitas se aferraban a la esperanza de que si Vietnam del Norte atacaba, los norteamericanos irían
en su ayuda. El Congreso no tenía intenciones de permitir una cosa así.
En 1973 y 1974 el EVN, ahora bajo el comando del General Van Tien Dung, se reorganizó y reequipó.
Grandes avances se hicieron para mejorar el sistema logístico como para apoyar un ejército convencional
grande y móvil. Se ensanchó la Ruta de Ho Chi Minh y se le dio una superficie dura. Se construyó un nuevo
camino por el lado este de la cadena Annamite, desde Khe Sanh a Loc Ninh, de ocho metros de ancho y
transitable en todo tiempo. El EVN construyó un total de 19.200 kilómetros de caminos en las áreas que
50
ocupaba en Vietnam del Sur. Se tendió un oleoducto desde Vietnam del Norte hasta Loc Ninh. En Vietnam
del Sur el EVN instaló un extenso sistema telefónico militar, que abarcaba 20.000 kilómetros de líneas.
También construyó trece aeródromos en Vietnam del Sur. En las bases en Camboya, Laos y Vietnam del
Sur, se construyeron o ampliaron enormes depósitos, incluyendo hospitales, centros de adiestramiento y
talleres de reparaciones. La comprensión, por parte de los norvietnamitas, de que la logística siempre había
sido el talón de Aquiles del EVN y que un ejército convencional necesita un sistema logístico efectivo, fue la
clave de su éxito en el campo de batalla. A este enorme incremento de su capacidad logística, el EVN
agregó una importante reorganización, agrupando sus divisiones en cuatro cuerpos. Con eso el sistema de
comando fue modernizado y racionalizado. Para mejorar su posición en preparación para la campaña final,
el EVN montó una serie de "incursiones estratégicas" por todo Vietnam del Sur. Uno de los principales
objetivos de éstas era el de ensanchar su corredor logístico al este de las Annamites. Además, estas
incursiones tenían la iniciativa, recuperaban territorio y población perdidos con el Programa de Pacificación,
producían bajas al EVS y minaba su moral, mientras que aumentaba el fogueo del EVN.
El EVS tenía enormes problemas, El Congreso de los EEUU, en forma drástica, cortó la asistencia
militar a Vietnam del Sur. La primera en sentir el efecto fue la Fuerza Aérea de la República de Vietnam
(FARV), la que había sido adiestrada en los cánones norteamericanos de ser pródigo en combustible, mu-
nición y repuestos. De golpe se vieron forzados a “cortar sus ropas de acuerdo a la tela que disponían” y
ésta era muy poca. Para ahorrar recursos la FARV eliminó el adiestramiento. La escasez de repuestos
disminuyó la movilidad estratégica del EVS, en lo que hace al empleo de aviones y helicópteros, en un 70
por ciento. Esa misma escasez hacía que las aeronaves permanecieran en tierra y se las canibalizara.
Disminuyeron los acopios de combustible y no fueron reemplazados. Se racionaron todos los tipos de
municiones. Las granadas de mano debieron ser contabilizadas, los planes de fuego restringidos y la mu-
nición de fusil reducida en un 50 por ciento. El impacto en la moral del EVS fue desbastador. Menos
munición significaba más bajas. Frecuentemente la evacuación de bajas se realizaba en motocicletas
Honda o mediante una cadena de ambulancias con los tanques de combustible vacíos, arrastradas por
camiones y aún en sampanes. Si un herido llegaba vivo al hospital, se encontraba con que había escasez
de vendas, medicamentos, antibióticos y fluidos intravenosos. A medida que se acercaba la estación de la
malaria, se acabaron los repelentes de insectos.
La provisión de botas y ropa era muy escasa. El salario no alcanzaba para compensar la inflación. Para
cuidar de sus familias los hombres desertaban a un ritmo de 15.000 a 20.000 por mes. Otros hacían
arreglos con sus comandantes para tener otro trabajo. Los comandantes modernos hacían dinero a través
de la corrupción y mediante la venta de equipo. Los antiguos se volvían ricos alimentando la corrupción. A
medida que la lucha aumentó, los comandantes evitaban el campo de batalla. El fantasma de la derrota se
51
extendía.
56
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
FASE CUATRO
La fase cuatro de la guerra en Indochina recibió el puntapié inicial definitivo el 26 de diciembre de 1974,
con la batalla por las provincias de Don Luan y Phuoc Long. Finalizó con la campaña de Ho Chi Minh para
tomar Saigón que comenzó el 26 de abril de 1975. El EVN atacó con el equivalente de dieciocho divisiones,
organizadas en cinco cuerpos, apoyados por ingenieros, artillería, tanques, unidades de artillería antiaérea y
una fuerza aérea reunida de a pedazos y deprisa; un largo camino desde el andrajoso pelotón de Giap en el
Viet Bac en 1945. El EVN entró a la ciudad el 30 de abril de 1975. Finalmente habían aprendido que la
logística era la clave del éxito, los dos años de preparación logística y acopios daban sus frutos. No fue un
paseo en su conjunto. La 18ª División del EVS, atacada por la totalidad de IV Cuerpo del EVN, perdió el 30
por ciento de sus efectivos, destruyendo 37 tanques norvietnamitas y matando más de 5.000 hombres.
Nuevamente demostraron que los soldados survietnamitas podían pelear y una vez más se demostró la
verdad del dicho: "no hay malos soldados, solo malos oficiales".
CONCLUSION
No es el propósito de este capítulo defender o criticar el hecho que los franceses o los norteamericanos
se involucraran en Indochina o emitir opinión sobre actos correctos o incorrectos. Lamentablemente, estar
en lo "correcto" no siempre garantiza la victoria, además frecuentemente los "chicos buenos" llegan últimos.
Como soldado profesional, el autor está solo interesado en la factibilidad de las operaciones militares que
siempre están vinculadas con la logística. Los franceses nunca fueron lo suficientemente poderosos
logísticamente como para ganar; los norteamericanos si, pero seleccionaron la estrategia equivocada. Los
franceses disponían de los abastecimientos y casi todo el equipo necesario como para lograr la victoria, la
mayoría de éstos provistos por los EEUU, pero carecían de los medios para hacerlos llegar donde eran
necesarios y sostenerlos en la batalla. Los EEUU disponían tanto de los equipos como de los medios para
desplazarlos. Una vez que se lo privó del apoyo y abastecimientos de los EEUU, el EVS nunca dispuso de
los recursos que le permitieran ganar. A pesar de su poder logístico, los norteamericanos cayeron en el
juego de los norvietnamitas, empleando tácticas para una guerra prolongada, sin tener en su país el apoyo
para tal estrategia. Fallaron en maximizar su poderío, poder aéreo masivo y junto a éste, una invasión al
Norte para aplastar a Vietnam del Norte a mediados de los sesenta; tal como lo demostraron que podían
52
con su campaña de bombardeo en diciembre de 1972. Al no aplicar una presión implacable tanto en el
aire como en tierra, le permitieron al EVN dictar el ritmo de la guerra y diseñar sus operaciones de acuerdo a
las capacidades de sus recursos y su logística. Una vez más, no es el propósito de este libro sugerir que los
norteamericanos hubieran estado moralmente bien habiendo invadido Vietnam del Norte y
bombardeándolos para obligarlos a sentarse mucho antes a la mesa de conferencias, sino solo para sugerir
como tal vez podrían haber ganado la guerra, si valía la pena ganarla de esa forma. Al final tuvieron lo peor
de todo en el mundo, tuvieron más bajas y perdieron más prestigio por su estrategia, perdiendo la guerra en
el proceso. Las cicatrices quedan.
11
La indochina Francesa estaba constituida por los actuales países de Laos, Camboya y Vietnam.
2
El ejército francés en Indochina era una muestra colorida, reflejo de su herencia particular y tradición en el servicio
colonial. Históricamente los conscriptos franceses servían solamente en la defensa de su país. Las fuerzas que
servían fuera de la Francia Metropolitana se constituían tanto con franceses y en el caso de la Legión Extranjera,
también otros europeos, especialmente voluntarios para servir en ultramar o con voluntarios de las numerosas
colonias francesas. No necesitan ser presentados los regimientos de la Legión Extranjera: Régiment Etranger
d'Infanterie (REI) y Regiment Etranger Parachutiste (REP). Pero, por ejemplo: Batallions de Parachutistes Coloniaux
(BPC), estaban constituidos por franceses; Régiment d'Infanterie Coloniale du Maroc, por marroquíes; Infanterie de
la Marine, por franceses sirviendo en un regimiento que hacía mucho tiempo había perdido su contacto con el mar y
reclutado exclusivamente para servir en ultramar. Los oficiales de esas fuerzas "coloniales", incluyendo la Legión,
eran exclusivamente franceses de carrera, producto de la Academia Militar de St.Cyr. En este libro, el término
"tropas francesas" incluye a los hombres, de todas las nacionalidades, sirviendo en el ejército colonial francés,
57
La Savia de la Guerra
desde marroquíes, vietnamitas, laosianos, camboyanos, europeos de todas las razas, incluyendo ex SS alemanes,
hasta franceses. El término "tropas vietnamitas" hace referencia al Ejército Nacional Vietnamita.
3
El Vietminh y posteriormente los norvietnamitas y el Viet Cong, tenían tres categorías de unidades de combate. Si
bien las proporciones de las cantidades de hombres y mujeres asignados a cada grupo habrían de cambiar a
medida que pasaron los años, los agrupamientos nunca lo hicieron. Estos eran:
(a) Las unidades de la Fuerza Principal, en la fase uno, las unidades regulares del Vietminh que combatían a los
franceses. En la fase dos, las fuerzas regulares del Ejército de Vietnam del Norte y del Viet Cong, empeñadas
contra los norteamericanos y los survietnamitas. Estas unidades estaban bien conducidas, bien adiestradas y
eran aguerridas. Su tamaño creció desde la sección, en 1944, a divisiones, cuerpos y Frentes (una expresión
soviética designando un grupo de ejércitos operando en un frente en particular). Finalmente fueron equipados
con artillería, blindados, aeronaves, cañones y misiles antiaéreos. Siempre estaban directamente bajo las
ordenes del comandante en jefe del ejército o de un comandante de Frente o área.
(b) Las fuerzas Regionales o Locales, eran tropas de segunda línea organizadas en una provincia o distrito.
Posteriormente las fuerzas Regionales fueron subdivididas:
(1)Fuerzas provinciales, del tamaño cercano al del batallón, razonablemente bien armadas, reclutadas y operando en
su provincia.
(2) Fuerzas Distritales, no tan bien armadas, reclutadas y operando en sus distritos.
Las Fuerzas Locales estaban a las ordenes del Comandante en Jefe y controladas a través del Interzonal,
que incluía varias provincias. Al principio de la fase uno, el Vietminh tenía cinco Interzonales, pero después las
redesignó Regiones Militares (RMs); cuatro en Vietnam del Norte y una, la RM V, en el norte de Vietnam del
Sur. En la fase dos, se establecieron otras nueve RM en el resto de Vietnam del Sur. Las Fuerzas Regionales
variaban en sus características, pero básicamente eran infantería ligera, cumpliendo tareas de reconocimiento y
encubrimiento para las unidades de la Fuerza Principal y emboscando y atacando las tropas enemigas cuando
invadían su área táctica.
(c) Guerrillas de las Fuerzas Populares, reclutadas en aldeas y villas, subdivididas en:
(1) El Dan Quan, conformadas por los dos sexos y todas las edades y sin ninguna capacidad de combate.
(2) El Dan Quan Du Kich, reclutado entre los hombres de 18 a 45 años de edad, que llevaba a cabo operaciones
de combate. No vestían uniforme y estaban pobremente equipados. De día trabajaban en los campos y
ocasionalmente atacaban puestos avanzados enemigos de noche.
Controlados por el Comandante en Jefe a través de los RM Interzonales, provinciales o distritales, la
principal tarea de ambos grupos era la de colocar "trampas cazabobos" y actuar como recolectores de
inteligencia y porteadores para las unidades de la Fuerza Principal y Regionales.
El sistema de reclutamiento y adiestramiento era interesante e innovador. Todos los soldados comenzaban
como guerrilleros. Los mejores hombres eran enviados a las Fuerzas Regionales para un mayor "fogueo" y
posteriormente, los más capaces ascendidos a las Fuerzas Principales. De tal forma, las Fuerzas Principales
recibían un recluta adiestrado y generalmente muy experimentado. La desventaja residía en que, cuando las
fuerzas Regionales o Principales habían sufrido fuertes bajas, las unidades guerrilleras eran "exprimidas"
para proveer reemplazos, en algunos casos a costa de su propia capacidad de combate.
4
Davidson, p. 35, The Military Art, p.79
5
Fall, Street Without Joy, p.17
6
Personal-G1; Inteligencia-G2; Operaciones-G3; Logística G4.
7
Por lo menos en aquellas a las que concurrió el autor, tanto como oficial logístico del Estado Mayor en el Cuartel
General del Ejército Británico de Tierra del Lejano Oriente en el período 1966/67, como Secretario Adjunto del
Comité de los Jefes de Estado Mayor Británico en 1970/71
8
Davidson, pp 59-60. Son interesantes las cifras de carga de Giap, de acuerdo a O'Niell General Giap-Político y
Estratega, p.72:
"Un hombre puede transportar...25 kilogramos de arroz o 15-20 kilogramos de armas y municiones, 25
kilómetros por día en terreno fácil o 20 kilómetros de noche; 12,5 kilogramos de arroz o 10-15 kilogramos
de munición 14,5 kilómetros en terreno montañoso de día o 12 kilómetros de noche. Una carreta de
bueyes puede mover 350 kilogramos 12 kilómetros por día y una de caballos 215 kilogramos 20 kilómetros
por día.
58
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
9
O'Ballance, The Indochina War 1945-54: A Study in Guerrilla Warfare, p.118 y Fall, Street Without Joy, p. 33 quien
da el número de morteros.
10
Davidson, pp 76-77, indica fines de 1949 como la época en que Giap organizó sus regimientos en divisiones. Sin
embargo, el autor quiere destacar respetuosamente que la afirmación de Davison respecto a que la división es
la menor unidad que combina todas las armas terrestres, que se mantiene a sí misma y que combate
independientemente, no es estrictamente correcto; una brigada puede hacer todas esas cosas. Giap formó cinco
divisiones, de las cuales la 308 fue, en términos de Davidson fue "una de las divisiones élite en el mundo
militar."
11
Fall, Street Without Joy, p.33.
12
La estrategia de Lattre estaba apuntada a incrementar el poder ofensivo francés de forma tal de permitirle a él
quitarle la iniciativa a Giap. Debido a que el Gobierno Francés no estaba dispuesto a proveer tropas adicionales,
debió reducir el número de tropas francesas en posiciones defensivas estáticas dentro del delta. Su plan era
establecer una línea fortificada (la línea de Lattre) a lo largo del perímetro del Delta y aumentar las operaciones de
pacificación dentro del área abarcada. Propuso transferir las tareas de defensa estática al Ejército Nacional
Vietnamita a las ordenes del Emperador Bao Dai. Junto con esto, procuró aumentar la ayuda militar
norteamericana. La Línea de Lattre corría desde el mar al norte de Haipong, hacia el oeste a Viet Tri y luego al
sudeste hacia el mar, cerca de Phat Diem. Incluía una saliente de unos 120 kilómetros de ancho donde se
apoyaba en el mar, unos 25 kilómetros en su parte más angosta alrededor de Viet Tri y de unos 175 kilómetros de
largo. Su defensa consistía de pequeñas posiciones fortificadas de infantería que se apoyaban mutuamente. Para
mediados de 1951 se habían completado 600 puestos y otros 600 al terminar el año.
Al final, el concepto total nunca funcionó adecuadamente debido a que dependía de las tropas del Ejército Nacional
Vietnamita para hacerse cargo de la línea - muy cara en hombres (la cantidad equivalente a dos divisiones de
infantería) para pacificar exitosamente el área. Desafortunadamente el Ejército Vietnamita nunca fue efectivo
13
Davidson, p. 124, brinda las razones para estos tiempos.
14
Fall, Street Without Joy, p. 31
15
Spector, Advice and Support: The Early Years: The US Army in Vietnam 1941-1960, pp.142-143 cita el informe de
la reunión del 20 de septiembre de 1951, con de Lattre diciendo:
"Si ustedes pierden Corea, Asia no estará perdida; pero si yo pierdo Indochina, Asia estará perdida. Tonkin
es la llave al sudeste asiático, si el sudeste asiático se pierde, la India "arderá como un fósforo" y no habrá
una barrera para contener el avance del comunismo antes de Suez y Africa. Si el mundo musulmán, de este
modo, se hunde, los musulmanes en Africa del Norte pronto caerán en una línea y Europa misma será
flanqueada".
¡Esta era una versión extrema de la Teoría del Dominó, aún para los cánones de la época! Sí bien, de acuerdo con
Spector, p. 144,
"los líderes norteamericanos deseaban aceptar el concepto de Lattre de una guerra, pero no estaban
entusiasmados sobre la toma de ningún paso práctico en el sentido de establecer un esfuerzo de guerra
unificado Franco-Norteamericano.
16
Spector, p. 145: solo 444 jeeps de 968 y 393 camiones 6x6 de 906 fueron enviados en el verano de 1951. Ver p.
153 para las características del mantenimiento.
17
Spector, p. 148 y p. 118 donde brinda el ejemplo del Brigadier General Brink, Comandante del USMAAG, volando
al Cuartel General Norteamericano del Lejano Oriente en Tokio para obtener abastecimientos críticos para los
franceses durante la batalla de Vinh Yen, en enero de 1951, Nuevamente en junio de ese año, cuando los
franceses se encontraban peligrosamente escasos de munición para los cañones de 105 mm, en la batalla de
Phat Diem, durante la ofensiva de Giap en el Río Day, Brink acordó que los franceses obtuvieran munición
directamente de los acopios del Comando Norteamericano del Lejano Oriente.
59
La Savia de la Guerra
18
Fall, Street Without Joy, p. 94, indica las cantidades como 2 camiones soviéticos Molotava, un jeep norteamericano,
150 toneladas de munición, 500 fusiles, 100 fusiles ametralladora, 22 ametralladoras, 30 fusiles automáticos
Browning, 40 morteros livianos, 14 morteros medianos, 2 morteros pesados de 120 mm, 23 bazucas y 3
cañones sin retroceso anti tanques. Davison brinda valores más altos, que son los mismos que los brindados en
la nota de pie p. 94, donde menciona al Capitán Marion, del Ejército Francés. Pero ninguna de las cantidades
constituyen un botín que justifique el esfuerzo realizado por los franceses. Lo que era significativo y un presagio
para el futuro, eran los camiones rusos, tal como lo sostiene Fall, una prueba positiva de que el bloque soviético
estaba comenzando a hacer llegar equipos a Vietnam del Norte. Para 1954, cerca de 800 Molotavas habían sido
entregados al Vietminh, que resultaron un factor vital en la batalla que decidió el resultado de la guerra. Estos
camiones eran de mejor diseño, para ese tipo de terreno, que los modelos norteamericanos usados por los
franceses. Los camiones, piezas de artillería y otros equipos suministrados por los soviéticos, cerraron, en forma
continua, la brecha tecnológica entre los franceses y el Vietminh.
19
Davidson, p. 188.
20
Este batallón no pertenecía al ineficiente Ejército Nacional Vietnamita, si no a las tropas coloniales, comandadas
por oficiales franceses. Eran excelentes soldados que, en general, pelearon bien.
21
En 1954, aún los helicópteros más grandes carecían de la capacidad de trasladar un gran número de hombres, a lo largo de las
cortas distancias a que se combatía en Indochina. Tampoco disponían de una capacidad mediana de transporte,
sin mencionar la pesada. Hasta que entró en servicio la nueva generación de helicópteros, hubo ninguna
posibilidad de operaciones aeromóviles.
22
Davidson, citando el estudio de la Junta de Jefes de Estado Mayor, el estudio de Khe Sanh, Anexo B p. 4 y el
estudio MACV sobre las Comparaciones Entre la Batalla de Dien Bien Phu y la Situación Análoga en Khe San,
de marzo de 1968, llega al número de 60-70 aviones, pero el autor ha decidido aplicar un valor de disponibilidad
del 75 por ciento. Por lo tanto, este número menor es más bajo que el de Davidson.
23
En la batalla de Arnhem, la fuerza aérea envió a la 1ª División Aerotransportada en un período de ocho días, 1.431
toneladas de abastecimientos en 601 salidas; fueron derribados 84 aviones y solo se recuperaron 106
toneladas.
24
Davidson, p. 219.
25
Fall, Street Without Joy, p. 322.
26
Fall, Street Without Joy, p.385.
27
Spector, pp. 258/259. Por ejemplo, en el arsenal principal de mantenimiento cerca de Saigón, miles de toneladas
de equipo estaban esparcidas en desorden en trece hectáreas de terreno abierto, donde estaban sometidos a
los estragos de la humedad del clima del sudeste asiático, donde el deterioro tomaba rápida cuenta de los
efectos.
28
Spector, pp. 285/286, en 1956 el centro de adiestramiento básico de Quang Trung era capaz de absorber más de
9.000 reclutas al mismo tiempo, en un curso de dieciséis meses y también se dictaba un curso de ocho semanas
para reservistas.
Un asesor norteamericano informó:
"Un día durante una práctica de fuego con mortero de 60 mm, quedé muy horrorizado por la falta de
organización en la clase. Por ejemplo, había mujeres con sus grandes sombreros cónicos de paja,
vendiendo cuencos de sopa y otras cosas para picar en el momento, justo en medio de la clase...ese tipo de
cosas". "Cuando el oficial vietnamita a cargo fue observado por el asesor norteamericano, por éste y otros
malos hábitos y se le preguntó cuál era mejor, si la forma en que había encarado la instrucción o la que
había visto en Fort Benning, de donde recién había llegado, contestó, "Oh, es mucho mejor en Fort
Benning". Al preguntarle por qué, dijo, "Bien señor, aquello era Fort Benning y esto en Vietnam."
29
Spector, p. 354.
60
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
30
Heiser, Logistic Support, Vietnam Studies, p. 14.
31
Heisler, Airmobility 1961-1971, Vietnam Studies, pp. 70-71.
32
Heisler, p. 154; en 1967, los helicópteros transportaron un total de 828.000 toneladas. Las aeronaves de ala fija
780.000 toneladas. En 1968, los valores fueron 1.123.032 toneladas por helicópteros y 997.174 toneladas por
aeronaves de ala fija.
33
Cochran, First Strike at the River Drang, p. 50 menciona a Kinnard dando las pérdidas de helicópteros durante el
período en que comandó la 1ª División de Caballería Aerotransportada. Sus helicópteros volaron en combate más
de 161.000 horas (400.000 salidas individuales) y un helicóptero era alcanzado cada 274 horas, uno derribado cada
4.500 horas, uno alcanzado y destruido cada 11.500 horas, un miembro de la tripulación muerto cada 6.000 horas,
uno herido cada 1.200 horas. Más del 60 por ciento de la totalidad de los helicópteros derribados era recuperado y
reparado.
Comentario del autor: Estos valores demuestran lo favorable que era el ambiente aéreo en el cual operaban
las fuerzas de los EEUU sobre Vietnam del Sur. Tampoco había amenaza de misiles superficie-aire móviles.
Si hubiese existido, los norteamericanos no podrían haber operado en la forma en que lo hicieron.
34
Ploger, US Army Engineers 1965, Vietnam Studies, pp. 115 y 124. En 1969 los ingenieros del Ejército de los EEUU
emplearon 70.000 toneladas de rocas por semana. Este valor más que se duplicó en 1970. Ver también Dunn,
Desarrollo de Bases en Vietnam del Sur 1965-1970, pp. 99-112. El Ejército de los EEUU llevó adelante un trabajo
considerable para mejorar el sistema ferroviario. Para 1971, cerca del 60 por ciento del sistema original estaba
nuevamente en servicio. Cada año aumentaban las cantidades de cargas transportadas, hasta que los EEUU se
retiraron.
35
Heiser, Ob.cit., p.41. Había, por ejemplo, tres paquetes de ataque y quince incrementos para una brigada
aerotransportada. Cada uno tenía 24.000 ítems separados y las cantidades de ítems variaban dependiendo del
consumo estimado. En conjunto se calculaba proveer abastecimientos para 240 días. En 1965, el costo de uno
de esos paquetes era de más de U$S 19 millones.
36
Heiser, p. 107.
37
Bowers, Tactical Airlift in the United States Air Force in South East Asia, p. 209, admite que: El apoyo de transporte
aéreo de la Fuerza Aérea a la división de caballería en las primeras semanas de An Khe, no fue adecuado.
38
Bowers, pp. 213-214.
39
Burke, Corps Logistic planning in Vietnam, pp. 3-9.
40
Burke, Corps Logistic planning in Vietnam, pp.3-9.
41
Davidson, p. 400.
42
Davidson, p. 551.
43
Shore, The Battle for Khe Sanh. Particularmente los B-52 ejercieron un imponente poder. Cada uno llevaba una
carga de 27 toneladas de bombas compuestas por las de 108, 500 y 750 libras. Las bombas batían franjas de
terreno de varios miles de metros de largo y a varios kilómetros a la redonda la tierra se estremecía por las
concusiones. En algunos casos, luego de ataques de los B-52, soldados del EVN fueron encontrados
deambulando aturdidos con sangre saliendo de sus bocas y narices. Generalmente las hemorragias internas
producidas por la concusión eran tan graves que derivaban en la muerte. Para encontrar a los sobrevivientes
sobre el terreno, los artilleros dentro de la base, llevaban a cabo misiones de fuego sobre el área del blanco
durante 10 a 15 minutos después que se hubiera retirado el último B-52.
61
La Savia de la Guerra
44
Shore, pp.85-87. Muchas veces hasta 16 helicópteros fueron usados cuatro veces en el mismo día, durante el Super
Gaggle, sin pérdidas. Antes de la introducción de esta técnica, hasta tres helicópteros fueron derribados en el día,
alrededor de Khe Sanh.
45
Ver Mapa V - pág.22
46
Tolson, pp. 226-227. Los documentos capturados indicaban que la "Ciudad" apoyaba la 7ª División del EVN.
47
Davidson, p. 627. El botín total incluía: 23.000 armas personales, suficientes para equipar en su totalidad 74
batallones del EVN; 2.500 armas servidas por dotación, como para 25 batallones; 16.700.000 tiros para armas
menores - un año de consumo; 6.350 toneladas de arroz; 143.000 proyectiles de mortero, cohetes y fusiles sin
retroceso y cerca de 200.000 proyectiles de munición antiaérea.
48
Thompson, Peace Is Not At Hand, p. 77.
49
Khuyen, RVNAF Logistics, p. 200.
50
Khuyen, p. 238. Los refuerzos del EVN podían estar en Vietnam del Sur en tres días. Día y noche, grandes
convoyes de camiones se movían lo largo de esta ruta y los corredores de infiltración hacia Vietnam del Sur. La
inteligencia del EVS estimaba que la cantidad de efectos acopiados en las bases de retaguardia del EVN,
realmente en Vietnam del Sur, eran suficientes como para apoyar sus tropas durante 13 a 18 meses con el ritmo
de actividad de 1972.
51
Khuyen, pp.264, 346, 376 y 418. El efecto del corte de la ayuda norteamericana en 1973/74 puede ser observado
de los ejemplos en la tabla que sigue, la que muestra parte por parte el reemplazo de equipo crítico. Estos son solo
extractos, la tabla completa contiene ocho ítems y el nivel
promedio es un sexto de lo solicitado:
También Khuyen, pp. 414, 416 y 420. "La historia es que el Congreso de los EEUU eligió ignorar el paquete de
supervivencia y optó por la ayuda humanitaria para aquellos que sobrevivían". Khuyen hace alusión a los últimos
pedidos de ayuda como los paquetes de supervivencia para la FARV. El tiempo de uso de la ropa individual y botas
para la jungla fue aumentado de 6 meses a 9-18 meses para las tropas de combate. De acuerdo con la experiencia
del autor como logístico en el Lejano Oriente, un par de botas para jungla pueden ser usadas una vez en una
patrulla de diez días. El estado de ánimo en el Congreso de los EEUU puede ser juzgado por el hecho que
brindaron un salón de conferencias en el congreso a Jane Fonda y su esposo Tom Hayden, donde podían trabajar
para promocionar el programa de agitación norvietnamita. Estas dos personas daban clases en el mismo Capitolio,
a las que asistían por lo menos sesenta asesores de congresistas. Un grupo de treinta y cinco de éstos asesores
formó el Comité de Coordinación de Capitol Hill, cuya finalidad era la de terminar con toda ayuda a Vietnam del Sur.
52
Sharp, Strategy for Defeat, Vietnam in Retrospect, pp. 256-258 tiene un informe de lo que quiere decir con "la
voluntad de vencer", tal como lo relata un piloto naval norteamericano, prisionero en el "Hanoi Hilton" durante
siete años:
"Si nuestra escalada, nuestra humillación con bombardeos graduales, nuestras pausas en los bombardeos
tenían algún mensaje para el enemigo, eran una falta de compromiso...Los guardias estaban con los ojos
bien abiertos y eran especialmente hostiles después del raid, pero la ciudad volvía a la normalidad en
minutos. Las calles sonaban colmadas, sonaban marchas patrióticas en los altavoces de cada esquina.
Los interrogadores se pavoneaban desafiantes en los patios de la prisión. Al caer la noche se sentía una
62
Ineficiencia y Superabundancia Indochina - Vietnam
atmósfera que recordaba el carnaval. Aires festivos se escuchaban, como estaba programado, en los
cuartos de guardias y en los parques de la ciudad...Así sucedió en la última mitad del 66, 67 y 68, hasta
que finalizaron los bombardeos. Estos fueron los días más negros para los prisioneros - cuando la
brutalidad era del tipo de la que usted había leído.
Una atmósfera totalmente distinta cubrió la ciudad esa noche de diciembre de 1972, cuando los raids no
duraban diez minutos pero se sucedían uno a otro - cuando las columnas de B-52 redoblaban y las
grandes bombas hacían impacto y seguían impactando a la distancia - cuando la tierra temblaba y se
caía el techo y los prisioneros vitoreaban con fuerza y los guardias se cubrían a sotavento de las
paredes, las mejillas tan pálidas que se las podía ver a pesar de la luz del cielo ardiente. Algo de estas
luces eran de los ardientes B-52 (se me dijo que las pérdidas fueron casi las previstas - bajas, pero el
hecho importante era que seguían viniendo). Esto era un mensaje. Esto era victoria para los EEUU y el
juicio final para Vietnam del Norte, nosotros lo sabíamos y ellos lo sabían. Durante el día, los
interrogadores y los guardias nos preguntaban solícitamente sobre lo que necesitábamos. Las calles
estaban silenciosas. El centro de Hanoi estaba muerto, de la misma forma que nuestras prisiones, a
miles de metros de las zonas de lanzamiento. Sabíamos que los bombarderos sabían donde estábamos
y nos sentíamos no solo contentos sino también confiados. Los vietnamitas no. Noche tras noche los
aviones siguieron viniendo - y noche tras noche los MAS que cruzaban el cielo eran menos y menos (el
bloqueo naval funcionó). El impacto estaba allí - el mensaje estaba allí - la voluntad del enemigo estaba
rota. Se lo podía ver en cada cara vietnamita. Sabían que habían vivido la noche anterior, pero también
sabían que si nuestras fuerzas movían su línea de bombas unos pocos miles de metros, ellos no
pasarían la noche. Nuestros aviones estaban transmitiendo el mensaje de la total inutilidad de mayor
resistencia".
63
6
HACIA EL INTERIOR DE AFRICA – DEL SINAÍ A SUEZ
El cruce del Canal de Suez por parte del ejército egipcio y el asalto de las alturas del
Golan por los sirios el 6 de octubre de 1973, tomaron por sorpresa a los israelíes; un
caso clásico de disonancia cognitiva1. Una grave y mala percepción acerca de las
intenciones árabes, en parte atribuible a un exceso de confianza que los llevó a no
creer lo que la inteligencia estaba viendo. El mismo exceso de confianza, combinado
con procedimientos errados de comando, llevaron a que el contra ataque israelí del 8
de octubre, finalizara con lo que ha sido llamada la peor derrota en la historia del
Ejército Israelita. Como broche a lo anterior, hay un comentario con respecto a los
extraordinarios valores en el ejército israelí y el hasta ahora invicto récord de
aplastantes victorias. La mayoría de los ejércitos hubieran llamado los sucesos del 8 de
octubre, un revés; serio pero no catastrófico. Finalmente, luego de ganar una batalla de
tanques en el Sinaí, la mayor de todas desde la Segunda Guerra Mundial2, los
israelitas cruzaron el Canal hacia “Africa”, como siempre han llamado la orilla
occidental del canal. Una sangrienta batalla defensiva en el Golan, seguida de un
rápido avance, finalizó con los sirios siendo empujados tan a retaguardia de su frontera
original, que la misma Damasco pareció amenazada.
Este capítulo se centrará en la campaña del Sinaí debido a que logísticamente el
frente sirio presentó pocos problemas, por lo menos en lo que concierne a los
israelíes.3
La guerra es interesante, desde el punto de vista logístico, por dos razones, ambas
relacionadas con los ritmos de consumo de personal y material. En 19 días de guerra,
los israelíes sufrieron más de 11.000 bajas de combate, incluyendo cerca de 3.000
muertos. Se ha calculado que teniendo en cuenta las diferencias en la población, esto
representa una relación de pérdidas 30 veces mayor que la relación de pérdidas
norteamericanas en la Segunda Guerra Mundial; sí bien la israelí en el campo de
batalla por cada unidad por día, fueron considerablemente más bajas que los valores
comparables norteamericanos. No es un consuelo que las relaciones de pérdidas
árabes fueran el doble de las israelíes. Un estado pequeño con poca población no
puede darse el lujo de perder recursos humanos a ese ritmo por mucho tiempo. El
efecto en el contexto comercial y social de la sociedad israelí, de tener tantos recursos
humanos atados a la defensa, es suficientemente profundo como para agregarle la
carga de cuantiosas bajas.4-5 Prolongar el período del conflicto y con ello el drenaje de
un recurso nacional crítico, como es la mano de obra, puede llegar a ser muy difícil de
soportar. Esto siempre le ha ofrecido a los estados árabes una estrategia posible;
pelear una guerra larga con el propósito de alcanzar sus objetivos quebrando la
voluntad de resistencia israelí – una posibilidad que los israelíes no han dejado de
reconocer. Por lo tanto, su estrategia implica una rápida movilización y buscar llevar la
guerra hacia el territorio enemigo procurando conseguir una victoria rápida.
Un Plan Cuestionable
217
La Savia de la Guerra
Teniendo esto en cuenta, el plan de operaciones adoptado por los israelíes para el
teatro del Sinaí, después de la guerra de 1967, era cuestionable. La Línea Bar Lev,
llamada así por el entonces Jefe del Estado Mayor Israelí, no era ni de alambre de
púas ni un sistema fuertemente fortificado con posiciones que se apoyaran
mutuamente.6 Buscando combatir lo más lejos posible en el Sinaí (en la frontera siria
no tenían posibilidad) los israelíes estaban contraviniendo uno de los dos grandes
principios de la guerra, al que se aludió anteriormente: la necesidad de sacar ventajas
de los factores de fuerza propios y de los de debilidad del enemigo. Los egipcios,
aplicaron brillantemente el otro principio rector, la sorpresa, cruzando el canal y
quedándose para combatir. Los israelíes se vieron así forzados a abastecer sus
fuerzas en el Sinaí empleando una línea de comunicaciones de 320 kilómetros de
largo. Después de la movilización sus reservistas tenían que recorrer una distancia aún
mayor y por lo tanto demandó más tiempo llegar a la zona de combate del que
preveían sus planes de movilización.
En esta batalla lejana, los israelíes se vieron privados de una de las hasta ahora
armas decisivas, el apoyo aéreo cercano. Los misiles tierra-aire de gran alcance
egipcios estaban en condiciones de empeñarse con las aeronaves israelíes desde la
rivera occidental del canal, fuera del alcance de la artillería israelí. Los misiles tierra-
aire de corto alcance desplegados en la rivera oriental, detrás de una cortina de misiles
soviéticos antitanque filoguiados y armas antitanque portátiles, también produjeron
bajas a la aviación israelí. Contra un telón de armas antitanque, sin apoyo aéreo
cercano y fracasando en el empleo de la artillería para neutralizar esas armas, los
israelíes perdieron 100 tanques en el contraataque del primer día y más o menos el
mismo número el día siguiente.7 Por ello, la pérdida de recursos humanos fue alta. Su
estrategia los podría haber condenado a una guerra de desgaste si los egipcios
hubieran aplicado una actitud retardante detrás de sus defensas. Las razones por las
cuales los israelíes seleccionaron tal concepto operacional, están más allá del alcance
de este libro como para ser tratadas, como lo son las ramificaciones tanto de la
movilización tardía y el envío al frente de las reservas en el Sinaí. Al respecto, estos
temas están bien tratados en el documento de la Escuela de Estado Mayor de
Camberley.8
La construcción de la Línea Bar Lev también llevó a la destrucción de un elemento
que Herzog sostiene que hubiera sido útil durante el período de la movilización.
Cuando en 1967 capturaron el Sinaí, corría un ferrocarril desde Gaza a El Arish.
Levantaron la línea para emplear los durmientes y los rieles en las defensas de la
Línea Bar Lev. Si hubieran dejado la línea férrea y la hubiesen extendido con ramales,
de cuerdo con Herzog, hubieran ahorrado muchos desgastes y averías en las orugas y
motores de los vehículos blindados, los que, ante la falta de líneas férreas, tuvieron
que desplazarse por sus propios medios, todo el camino hasta sus posiciones de
batalla. Algunos de los blindados se descompusieron y bloquearon las rutas, más aún,
demoraron la llegada de las unidades de reserva al Sinaí.9 Sin embargo, se puede
sostener que tal sistema ferroviario hubiera sido vulnerable al ataque de fuerzas
especiales árabes y su protección, una responsabilidad más pesada que su utilidad;
además de imponer la dependencia del ferrocarril.10
Operación STRONGHEART
A grandes rasgos, el plan de Sharon para el cruce, cuyo nombre código era
STRONGHEART, consistía en ataques de diversión por parte de la maza de dos
brigadas blindadas contra el flanco sur de las posiciones del Segundo Ejército Egipcio,
justo al norte del Gran Lago Salado; con el objeto de engañarlos y llevarlos a pensar
que el objetivo israelí era el de aplastar la línea de defensa desde el sur. Estos ataques
también abrirían el paso hacia la ribera occidental del canal. Esto permitiría a la brigada
paracaidista, que vendría detrás en vehículos semioruga, cruzar en botes de goma el
canal y el Canal de Agua Dulce, que corre paralelo unos pocos cientos de metros hacia
el oeste. Posteriormente los tanques cruzarían en secciones de pontones. La brigada
paracaidista establecería una cabeza de puente de unos cinco kilómetros cuadrados.
Las secciones de pontones y el puente pre fabricado serían remolcadas por tanques
los 20 kilómetros que median entre Yukon y el canal.
Para agregar a los problemas israelíes, las demoras producidas por estos dos
factores se vieron agravadas por el potente fuego de la artillería egipcia sobre el
camino y los cruces, los que tenían atascamientos de tráfico debido al inadecuado
control sobre el tráfico por parte de los israelíes.19 Sin embargo, al amanecer del 16 de
octubre, la brigada paracaidista había cruzado el canal sin oposición; no había tropas
egipcias en el lado opuesto al punto de cruce y los tanques de una brigada blindada
comenzaron a ser cruzados en las barcazas. Pero el duro combate de los blindados,
durante la noche, para despejar el camino y mantener abierto el corredor en la margen
este, había producido 300 israelíes muertos y destruidos 70 de los 280 tanques de
Sharon. Los egipcios perdieron cerca de 150 tanques. Durante la mañana Sharon
sugirió que Adan ahora debería seguirlo a través del canal, aparentemente ignorando
la precaria situación detrás de él. En forma brusca Gonen rechazó la sugerencia de
220
Hacia el interior de Africa – del Sinaí a Suez
Sharon. En las presentes circunstancias, los requerimientos logísticos de dos
divisiones combatiendo al oeste del canal estarían más allá de la capacidad de los
ferrys y de cualquier transporte aéreo preparado como reserva. En realidad, salvo que
el corredor pudiera ser ensanchado y mantenido abierto, era dudoso que Sharon, con
menos de la mitad de su división, pudiera seguir siendo abastecido. Esto llevó a Bar
Lev a ordenar que no cruzarían el canal más hombres o tanques hasta que mejorara la
situación. Cerca del medio día los egipcios bloquearon los dos caminos hacia el punto
de cruce. Sharon quedó cortado. Envió una incursión para neutralizar los puestos de
los misiles aire-superficie y destruir los depósitos de abastecimientos en su lado del
canal.
Durante todo ese día y casi toda la noche, la división de Adan combatió para
controlar dos corredores hacia el punto de cruce para hacer avanzar los puentes. A las
tres de la mañana del día 17, los puentes no se habían movido durante 24 horas. La
brigada paracaidista agregada a Adan, enviada por él para abrir la ruta, había sido
detenida al norte de la ruta intentando eliminar a los egipcios de un grupo de edificios
conocidos por los israelíes como la Granja China.20 Justo cuando toda la operación
parecía cercana al fracaso, con Sharon aislado, una patrulla de reconocimiento
enviada hacia delante por Adan, informó que el terreno en el punto de cruce estaba
libre de enemigos. Los egipcios, distraídos por el combate alrededor de la Granja
China, habían omitido ocupar el lugar. Al amanecer del 17, las secciones de pontones
llegaron al lugar y los zapadores de Sharon comenzaron a construir un puente. El
puente prefabricado debería esperar a que la segunda ruta estuviera abierta.
Los posteriores ataques egipcios en el corredor, finalizaron cerca del medio día del
17, cuando un intento final fue sangrientamente rechazado y los remanentes de la
brigada egipcia se retiraron al terreno alto hacia el norte para lamer sus heridas. Aún
mantenían la Granja China y desde allí y las alturas podían batir el corredor con su
fuego. Pero por lo menos la ruta hacia el canal estaba asegurada. En las 36 horas de
combate, unos 250 tanques habían sido destruidos, dos tercios de ellos egipcios, en un
área de aproximadamente siete kilómetros por tres.
Cerca de las once de la mañana se reunieron en el cuartel general de Adan el
Ministro de Defensa Dayan, el Jefe del Estado Mayor Elazar, Bar Lev y posteriormente
Sharon. Allí Adan fue capaz de seguir comandando su división pese a distraerlo la
conferencia, lo que es un tributo a sus poderes de concentración y habilidad como
comandante, una cualidad que nuevamente pronto volvería a demostrar. Los visitantes
llegaron completamente convencidos que la operación de cruce debería ser cancelada
pero de golpe se encontraron con que la situación era mucho más brillante. Un puente
estaba casi tendido y el otro estaría llegando a la rivera del canal muy pronto. Luego de
un breve altercado sobre si sería la división de Sharon o la de Adan la que irrumpiría
por la cabeza de puente, una vez que las dos hubieran completado el cruce – se
resolvió a favor de Adan – una nueva distracción lo apartó de la reunión.
Rechazo en Suez
Sin embargo, los intentos de Adam para capturar Suez, fueron rechazados. Si bien
dos de sus brigadas blindadas lucharon por su camino en el centro de la ciudad, otra
cosa era conquistarla. Había una gran diferencia entre profundos ataques y cargas
masivas de tanques en el abierto desierto, con el combate disperso casa a casa, donde
un puñado puede mantenerse contra una multitud, causando graves pérdidas. Por otra
parte, una batalla para la cual el ejército israelí nunca se había adiestrado y de la cual
no tenía experiencia. Finalmente, los israelíes resolvieron sitiar la ciudad desde el
desierto.
Ahora los israelíes volcaron su atención en ejercer presión sobre el Tercer Ejército
Egipcio hasta su rendición. El éxito compensaría con creces las derrotas que ellos
habían sufrido inicialmente. Como el cese del fuego finalmente fue impuesto antes que
el redespliegue israelí se hubiera completado, solo se puede especular con los
resultados. Sin embargo, pese a la posición del Tercer Ejército, éste contaba con
grandes acopios de víveres y municiones y el agua estaba disponible de pozos en
Suez. Los egipcios también estaban en condiciones de organizar una línea de
comunicaciones a través del Golfo de Suez.23 La moral del Tercer Ejército era alta ya
que repetidamente habían rechazado ataques israelíes en su flanco norte. Para lograr
la presión suficiente como para doblegar al Tercer Ejército, los israelíes ordenaron a
Adan retroceder hacia la rivera este, dejando solo dos divisiones en la saliente de la
rivera oeste. Los egipcios sellaron esta saliente. Para que los israelíes pudieran
concentrar sus esfuerzos en el ataque al Tercer Ejército en la rivera este, debían dejar
muy dispersas sus tropas en la saliente, invitando a los egipcios a la ofensiva, logrando
que se hubieran enfrentado a través de Suez. Sin embargo, es posible que si no
hubiera existido el cese del fuego, los israelíes, con su abrumadora superioridad aérea
y mayor destreza en el combate de blindados, finalmente podrían haber tenido éxito en
forzar a rendirse al Tercer Ejército.
Sin embargo, la guerra mostró que los altos consumos son una consecuencia de la
confrontación entre dos bandos cuando poseen armas modernas y están dispuestos a
ganar. Los valores exactos no han sido publicados, pero hay un acuerdo general en
cuanto a que los israelíes perdieron entre 97 a 102 aeronaves de combate. Las pérdidas
combinadas entre egipcios y sirios llegan a ser entre 347 a 387 aeronaves de combate y
41 helicópteros. Todas las aeronaves israelíes, excepto tres, fueron derribadas por
misiles superficie-aire o fuego antiaéreo. Los egipcios y los sirios perdieron 334
aeronaves en combate aire-aire con la Fuerza Aérea Israelí. Los egipcios perdieron 900
vehículos blindados, los sirios 1.050 y los israelíes 810.29 30 Existe un acuerdo
generalizado en cuanto a que las magnitudes de las pérdidas, particularmente en tanques
y aeronaves, tomó a todos por sorpresa.31 A lo largo de la historia, un choque entre
ejércitos de masas ha producido una gran cantidad de bajas de hombres y pérdida de
material. El grado de desgaste en la guerra Arabe-Israelí de 1973 plantea la pregunta
sobre cuanto tiempo se podría sostener una guerra importante entre las super potencias
y sus aliados, teniendo en cuenta las pérdidas que se producirían debido a las grandes
magnitudes empeñadas. Seguramente serían mayores en términos absolutos a lo que
fijan las estadísticas.
Herzog sostiene32 que en 1973 la producción de tanques en los EEUU era de 30
unidades al mes, 360 por año. Los soviéticos fueron capaces de reabastecer Siria con
todos los tanques perdidos durante la guerra (1.050). Esto seguido o concurrente con los
envíos de tanques a Egipto, Irak, Argelia, Somalia, India y los dos Yemen, que totalizaron
más de 1.000. Los rusos, con una aproximación matemática y analítica a la estrategia y al
arte operacional, probablemente están más preparados para hacer frente a altos niveles
de consumo que el oeste, cuyas estimaciones no están basadas en la amenaza, sino en
lo que sus presupuestos de defensa puedan asignar. Sin embargo, está por verse si los
soviéticos son capaces de mantener su ímpetu en las operaciones, contra una defensa
fuertemente organizada. Esto será tratado en un capítulo posterior. Pero la guerra Arabe-
Israelí representa un importante momento crítico en el estudio de la logística y de los
conflictos armados y pone de manifiesto que los sistemas de armas sofisticados, que
permiten que las operaciones puedan ser llevadas a cabo con un alto ritmo, son tan caras
que los abastecimientos no son virtualmente ilimitados, como lo eran en las guerras
anteriores. El ímpetu, en sí mismo, es un consumidor voraz de todos los sistemas que lo
hacen posible.
225
La Savia de la Guerra
1
Perimutter, Israel’s Fourth War, October 1973; Political and Military Misperceptions. Quienes deben tomar
decisiones perciben erróneamente los hechos cuando tratan de acomodar la información que les llega, con las teorías
existentes, especialmente cuando las últimas tienen una gran influencia en la determinación de lo que se espera.
Bajo estas circunstancias la realidad se oculta y la persona percibe lo que espera. Por ello, la mayoría de los errores
de percepción, aunque no todos, pueden ser definidos como casos de disonancia cognitiva. La disonancia en el
conocimiento se produce, de acuerdo con Leon Festinger, en su trabajo A Theory of Cognitive Dissonance, cuando
el comportamiento es incompatible con los valores de una persona. Entonces el error de percepción se vuelve un
proceso cognitivo que presenta erróneamente el estado actual de los hechos y modelando los sucesos de acuerdo con
la opinión personal. La realidad queda mal presentada a fin de adaptar dichos sucesos al mapa cognitivo de la
persona.
2
Herzog, The Middle East War, 1973, p. 11
3
Kiesewetter, Golan Tank Graveyard, Wehrkunde 2/74 (TDRC Nº 2314), p. 7.
4
Dupuy, Elisive Victory, p. 501.
5
Van Creveld, Dos Años Después: Las Fuerzas de Defensa Israelíes 1973-75, p. 31, refiriéndose a Israel, “...los
recursos de la nación se han estirado hasta el punto de ruptura...” y más adelante, en la página 34, Israel mantiene
“550 aeronaves de primera línea y más tanques que Gran Bretaña y Francia en conjunto”. Este estado de cosas
subsiste hoy en día – ver The Military Balance 1989-1990 (IISS y Brassey’s (UK)). Francia pp. 59-62, Reino Unido
pp. 78-82 e Israel pp. 102-104. Ver también Corddry, The Yom Kippur War: Lessons Old and New, p. 506. La
guerra le costó a Israel U$S 250 millones por día. Los israelíes gastan el 40 por ciento del PBI en defensa.
6
Alford, The Israeli Approach to Defensive Tactics. A Study of the 1973 Arab-Israeli War (TDRC Nº 3977), p. 245
“...nunca hubo más de 600 soldados en el Canal mismo y el 6 de octubre de 1973 el número se redujo a cerca
de 450 debido a una tregua aparente en la lucha a lo largo del Canal. Eran de una brigada de reserva
(JERUSALEN) y esparcidos en 20 fuertes dominando el agua. De hecho, parece que hubo muy pocos
intentos para pensar exactamente qué era lo que la línea Bar Lev podía lograr en el caso de un importante
cruce del canal, por parte de los egipcios, en una guerra abierta. Probablemente era muy débil como para
impedir un intento de forzar el cruce llevado a cabo con determinación y solo se podía esperar que dirigiera
el fuego de la artillería. Las fortificaciones, bastante separadas, fueron fácilmente cubiertas con humo y
neutralizadas por la artillería egipcia. Si todos los tanques de apoyo hubieran alcanzado sus posiciones
preparadas (muchos se movieron demasiado tarde y fueron alcanzados en su desplazamiento por las primeras
olas de tripulaciones antitanque, hubieran llevado un considerable poder de fuego como para hacer frente al
obstáculo, pero es difícil imaginar como 20 hombres, cada 8 kilómetros, aún con apoyo blindado, en
conjunto pudieran desbaratar los planes egipcios ...No se habían efectuado previsiones para evacuar los
puestos que habían identificado la agresión y estaban cerca de ser rebasados. Continuaron siendo una fuente
de desconciertos durante muchos días, desviando fuerzas en su auxilio y confundiendo los altos escalones del
comando...los israelíes – apartándose de su característica – fracasaron cuando pensaron en los roles de los
puestos en la guerra”.
7
Sellers, The Defeat of 25 Egyptian Armoured Brigade by 162 Armoured Division 17 October 1973 (TDRC), p. 10
8
Alford, ibid.
9
Herzog, War of Atonement, p. 272, dice que los israelíes harían bien si desarrollaran el sistema interno de
ferrocarriles a fin de acelerar los refuerzos y la movilización.
10
Van Creveld, Command in War, p. 190.
11
Shazly, The Crossing of Suez, p. 31 y pp. 165-169
12
Alford explica por qué no lo hicieron.
13
The Military Balance 1989-1990, pp. 78-82 y 102-104. Por ejemplo, en el presente, el Reino Unido en una
movilización completa (lo que no ha sucedido desde la Segunda Guerra Mundial) podrá poner 1,12 por ciento de
su población bajo bandera (para una población de 57.013.000, la movilización de la totalidad de las fuerzas
armadas asciende a 636.650, consistiendo 311.0650 de personal en actividad y 325.800 de reservistas). La
Fuerza de Defensa Israelí, en movilización completa consiste de 645.000 hombres y mujeres, los que, para una
población de 4.542.000, representa el 14,20 por ciento.
14 Dupuy, p. 369
“Elevándose abruptamente en el borde este del canal, el sur de Kantara, había un alto terraplén a todo lo
largo de su margen oriental. Este estaba formado por el refulado de cerca de un siglo, el que los israelíes
habían hecho más alto y más ancho...En primer lugar, debía ocultar los movimientos israelíes justo al este
del canal. En segundo lugar, su pendiente de 45 grados desde el agua, aseguraba que ningún vehículo anfibio
pudiera treparla. Ver también diagramas en Shazly, pp. 208-9
15
Dupuy, p. 480, basado en entrevistas con los Generales Bar Lev, Gonen, Sharon y Adan.
16
Alford, p. 244.
17
Shazly, pp.170-174, de cuerdo con Shazly no todos fueron engañados. Dice que él reconoció el ataque tal como
era y quiso retirar blindados y misiles antitanque de la rivera este a fin de aplicar presión sobre las
concentraciones israelíes. Fue desautorizado por Sadat e Ismail. Los ataques fragmentados que siguieron, por
parte del ejército egipcio fueron, de acuerdo con Shazly, el resultado inevitable de la decisión de Sadat.
226
Hacia el interior de Africa – del Sinaí a Suez
18
Heikal, The Road to Ramadan , p. 220, sostiene que los egipcios fueron engañados por lo menos durante cuatro
días
19
Monroe y Farrar-Hockley, The Arab-Israeli War, October 1973; Backgrounds Events, p. 28.
20
Esta granja había sido construida antes de 1967 por una misión agrícola japonesa en Egipto y abandonada cuando
los israelíes ocuparon el Sinaí. Estos confundieron las inscripciones en las paredes creyendo que eran chinas, de
allí el nombre.
21
Shazly, pp. 173-175, no está de acuerdo con respecto a la forma en que la 25ª Brigada Blindada efectuó este
ataque, pronosticando su destrucción. Es difícil decir, de aceptarse o no, si esto es retrospectivo de su parte. En
su libro, dice que Adan armó la trampa con tres brigadas blindadas, mientras que en realidad empleó dos.
22
Sellers, p. 4, en forma poco amable describe este puente como “una típica locura de zapadores”
23
Shazly, p. 191, sostiene que el 3er. Ejército necesitaba 150 toneladas de abastecimientos por día para “estar vivo”.
Este es un valor muy bajo para un ejército en contacto y uno se pregunta qué es lo que quiere decir por “estar
vivo”. El incomparablemente más eficiente Ejército Alemán de 1944, cuando estaba en contacto, requería 200
toneladas por día por división; las divisiones norteamericanas y británicas mucho más (700 por día). El Tercer
Ejército Egipcio estaba compuesto por ocho brigadas de infantería, una brigada blindada y diez batallones de
tanques, el equivalente de tres o cuatro divisiones.
24.
Viksne, The Yom Kippur War in Retrospect, p. 28 brinda los siguientes valores:
Notas:
(a) La discrepancia posiblemente se pueda explicar porque la mayoría de los vuelos israelíes fueron dirigidos a la costa
este de los EEUU.
(b) Como una indicación de la capacidad de transporte brindada por los aviones construidos al efecto, los 145 C-5
movieron el doble de ton/km que los 140 aviones de aerolíneas civiles. La ton/km es una medida para expresar la
capacidad de cualquier medio de transporte, camión, tren, etc. para transportar una tonelada (2.000 libras), un kilómetro.
25.
Dupuy, pp.501-502
26.
Keisewetter, p. 7.
27.
Dupuy, pp. 566/571.
28.
Van Creveld, Command in War, p. 30, y en conversación con el autor. Esto concuerda con la observación de Herzog
en War of Atonement, p. 279, que además había una falta de disciplina administrativa en el ejército israelí. Van Creveld
dice que en un intento por hacer que el sistema logístico funcionara bien durante la invasión del Líbano de 1982, los
israelíes se sobrepasaron al extremo que las rutas angostas estaban atascadas con vehículos con munición en detrimento
de las unidades que se encontraban detrás tratando de avanzar para mantener el ímpetu del avance. Esta era una, pero no
la única razón del fracaso israelí en el Líbano en alcanzar sus objetivos, antes que se impusiera el cese del fuego.
29.
Corddry, p. 508
30.
Chari, Military Lessons of the Arab-Israeli War of 1973; a Re-Evaluation, p.564
31.
Herzog, War of Atonement, p.277.
32.
Herzog, War of Atonement, pp. 289/290.
227
7
GUERRA EN UN DELTA:
"Mientras Bangla Desh puede ser un paraíso para la caza acuática, también puede ser una pesadilla
para el planificador de una campaña"
El gobierno hindú reconoció que la situación podía dar lugar a una intervención, sin
embargo había una serie de factores que aconsejaban demorar cualquier acción hasta
mediados de noviembre.
Tercero, había que desarrollar bases aéreas para operar en Bangla Desh.
Cuarto, cualquier intento por parte de la India de llevar adelante aún acciones limita-
das en Bangla Desh, en el oeste podrían invitar a una respuesta por parte de Paquistán,
probablemente atacando Cachemira. Por lo tanto, las acciones por parte de la India
debían ser demoradas hasta que se pudieran mover refuerzos por las líneas de comuni-
caciones, particularmente hacia las áreas especialmente sensibles de los sectores de
Jemmu y Cachemira.
Quinto, los Combatientes Libres de Bangla Desh, los Mukti Bahini, estaban algo des-
articulados luego de las operaciones llevadas a cabo por el ejército paquistaní tenientes a
su eliminación. Se requería tiempo para reequipar y reentrenar a los Mukti Bahini, si
fueran a ser empleados como adjuntos a las operaciones hindúes.
Sexto y más importante, los monzones, especialmente en abril o mayo, harían prácti-
camente imposibles las operaciones aéreas y terrestres en Bangla Desh y al mismo
tiempo, al derretir la nieve en los pasos montañosos de la frontera Chino - Hindú,
presentaban el riesgo de una intervención china mientras la India se encontraba empe-
ñada en otro sector.
233
La Savia de la Guerra
El terreno en Bangla Desh no se seca lo suficiente como para permitir las operacio-
nes móviles hasta mediados de noviembre. Los pasos en la frontera norte no se bloquean
por la nieve hasta algún tiempo después. Por lo tanto, como fecha más temprana India
tenía que esperar hasta noviembre de 1971.
Durante un tiempo hubo esperanzas que los Mukti Bahini, con apoyo hindú en la
forma de santuarios cerca de sus fronteras, armas y adiestramiento, pudieran derrotar al
ejército paquistaní y liberar Bangla Desh.
El valor de los Mukti Bahini, consistió en que crearon las condiciones que llevaron a
una brutal represión paquistaní, lo que en cambio permitió la intervención hindú en
Bangla Desh, con un beneficio mutuo para los bengalíes y los hindúes. Cuando el ejército
de la India comenzó a moverse, el mayor servicio que le prestaron los Mutki Bahini fue
como guías y agentes de inteligencia.
Los objetivos políticos que se le dieron a los Jefes de Estados Mayores Hindúes, para
el caso de una intervención en Bangla Desh, fueron:
Cuando llegó la guerra los hindúes alcanzaron los tres. Pero este capítulo se concen-
trará en el primero ya que es el más interesante desde el punto de vista logístico.
Como lo indica la cita inicial, Bangla Desh es un país poco apto para operar. La ma-
yor parte del país consiste en una meseta aluvional formada por los depósitos de tres
grandes ríos, el Ganges, el Brahmaputra/Jumana y el Meghna y sus numerosos tributa-
rios.
En la época de los monzones los principales ríos son tan anchos que se parecen más
a vastos y fluentes lagos, en algunos lugares demasiado anchos como para ver una
ribera desde la otra. Aún en época de sequía pueden llegar a tener ocho kilómetros de
ancho. El terreno está entrecruzado por un laberinto de pequeños canales o nullahs, tal
como se los conoce en el sub continente. Aún después de los monzones, cuando los
grandes ríos corre dentro de su cause, un ejército que se desplace por el país se enfrenta
con lo que aparenta ser un infinito número de obstáculos de agua a ser cruzados.
En el mapa, el laberinto de los ríos se presenta tan confuso como la forma en que
cambian de nombre.
Aparte de las sierras en el distrito de Chittagong, que alcanzan los 420 metros, la
única altura es la meseta al norte de Dacca, que varía de 14 a 35 metros de altura.
Los ríos en Bengala Oriental tuvieron un rol vital en el apoyo logístico británico duran-
te la campaña de Birmania y poco había cambiado en el intervalo de 29 años.
La población local depende de botes y ferrys para sus movimientos normales. Las
235
La Savia de la Guerra
carretas de bueyes pueden cruzar los ríos y nullahs por vados cuidadosamente seleccio-
nados. La mayor cantidad de movimientos se efectuaba mediante carretas de bueyes,
bicicletas y motocicletas.
Fue necesario un considerable reagrupamiento por parte del ejército hindú antes de
poder lanzar la campaña en Bangla Desh. El Comando Oriental, quien sería el responsa-
ble de conducir las operaciones, estaba conformado casi totalmente para operaciones en
montaña en la región de frontera del Himalaya o para tareas de seguridad interna en la
frontera N-E.
Pero más importante, el Comando Oriental no disponía del suficiente transporte para
el apoyo logístico de operaciones en terreno ribereño. Debilitando otros frentes fueron
asignados al Comando Oriental blindados, incluyendo dos regimientos de tanques
anfibios livianos rusos PT-76 y artillería mediana y de campaña. Se construyeron
elementos de puentes como para permitir, al Comando Oriental, tender 3.000 metros de
ellos.
Un comando conjunto
236
La Guerra en un Pantano
En noviembre la lucha entre los Mutki Bahini y el ejército paquistaní en Bangla Desh,
llevó a una serie de incursiones en la frontera hindú por parte de tropas paquistaníes,
tanto en persecución en contacto de las guerrillas o durante el ataque a bases adya-
centes a la frontera hindú.
El General Aurora, comandante del Comando Oriental Hindú, disponía de tres cuer-
pos para atacar: 2º Cuerpo entre Calcuta y la frontera occidental de Bangla Desh, 33º
Cuerpo en la frontera noroccidental y el 4º Cuerpo en la frontera oriental. Además tenía
un comando de la zona de comunicaciones en la frontera nordeste al que esperaba
utilizar como una fuerza operacional móvil.
Para los hindúes estaba claro que la velocidad era determinante, el ejército paquis-
taní en Bangla Desh tenía que ser derrotado antes que se produjeran intervenciones
diplomáticas o efectivas por parte de sus dos aliados, los EEUU y China.
El mayor peligro estaba en los sectores occidental y norte debido a las avenidas de
aproximación desde la India y a la dirección en que corren los ríos. Además los hindúes
habían ubicado la mayor infraestructura logística y de comunicaciones en el oeste y el
noroeste. Las comunicaciones, del lado hindú de la frontera, no facilitan una penetración
por el noreste de Bangla Desh.
Las comunicaciones por ferrocarril y por rutas eran casi las mismas que habían deja-
do los británicos, las que se describen en el Caso de Estudio Nº 18 que se refiere a la
campaña de Birmania y los mejores de aquellos, estaban dentro de Bangla Desh.
Sin embargo, siendo desconocido por la inteligencia paquistaní hasta fines de octu-
bre, el Comando Oriental había mejorado los caminos y senderos existentes y construido
nuevos, acopiando abastecimientos y desplazando unidades logísticas.
El Plan Hindú
Los hindúes sabían muy bien que el tiempo no estaba de su lado, tenían que atacar
con tal velocidad de manera que los paquistaníes no fueran capaces de retroceder hasta
los obstáculos de los grandes ríos y en particular hasta Dacca. Los ríos Jamuna, Ganges
y Meghna eran muy anchos y las aproximaciones difíciles. Si se les permitía a los paquis-
taníes retirarse en forma ordenada, podían hacer de Dacca una fortaleza insular.
Los hindúes tenían además una razón adicional para procurar una rápida finalización
de la campaña en Bangla Desh; las divisiones de montaña tenían que regresar a la
frontera con China lo antes posible.
Pero el Teniente General Aurora decidió que tenía que llegar a Dacca en 15 días,
238
La Guerra en un Pantano
antes que los paquistaníes pudieran retroceder y formar una fuerte posición defensiva. Su
plan era contener los puntos fuertes paquistaníes en la frontera y rodearlos con embes-
tidas móviles. Cada cuerpo debía abrir su camino y llevar a cabo una embestida menor
en el nordeste.
El objetivo de los tres cuerpos era Dacca. No existiría un plan rígido, explotaría cual-
quier eje que se le presentara promisorio. Era un concepto atrevido para ser puesto en
práctica en un terreno tan desfavorable para las operaciones móviles.
Los paquistaníes eran un enemigo formidable, por lo menos tan buenos como los
hindúes. El éxito requería de los más altos niveles de conducción, pericia y una logística
experta.
Jessore, un punto fuerte sostenido por una brigada de infantería apoyada por tan-
ques, fue rodeada de esta forma. Para sorpresa de todos, la guarnición huyó.
En el frente del 33º Cuerpo Hindú, dos brigadas atacaron hacia el sur, en dirección a
Dinajpur y Rangpur, un nudo carretero y ferroviario crítico. La 20ª División de Montaña
Hindú empujó hacia el este a través de la saliente opuesta a la villa paquistaní de Hilli. Se
presentó en el sector del 33º Cuerpo una de las más fuertes resistencias por parte de las
tropas paquistaníes. En particular, mientras parte de la 10ª División de Montaña, habien-
do rodeado Hilli, avanzaba rápidamente, le demandó cuatro días de dura lucha capturar
el complejo de bunkers y casamatas. Los paquistaníes habían dotado a sus puntos
fuertes con munición, combustible y víveres para cuatro semanas y no tenían planes para
reabastecerlos.
Problemas Logísticos
El rumbo de la campaña
Para el 14 de diciembre esta división estaba luchando por el pueblo de Bogra y había
destacado una brigada hacia el norte para unirse a la batalla por Rangpur.
Se fragmenta la defensa
Para esta época el grueso del ejército paquistaní había sido cortado de Dacca, ex-
cepto en lo que se refiere una brigada comandada por el Brigadier Qadir, al este del río
Jamuna al nordeste de Dacca. Esta brigada, junto con las fuerzas paquistaníes que se
retiraban del frente del 4º Cuerpo cruzando en Ashuganj, sería un considerable refuerzo
para la guarnición de Dacca. Si bien la caída de Dacca era ahora una cuestión de tiempo,
el General Aurora estaba preocupado por la gran destrucción y pérdida de vidas civiles
que se producirían como resultado de una batalla en la cuidad y a juzgar por el compor-
tamiento anterior de los paquistaníes, estos podrían desatar una represión salvaje.
Los paquistaníes hicieron cuatro intentos de cruzar el río y finalmente, con otra bri-
gada hindú pisándole los talones, los hombres de Qadir se dispersaron en el terreno.
Esta no fue la única operación conjunta realizada por las fueras hindúes en el frente
oriental. El primer día de la guerra las aeronaves del portaaviones hindú Vikrant bom-
bardearon el aeropuerto de Cox's Bazaar y el puerto de Chittagong y su aeropuerto.
Entonces se percibió que grupos paquistaníes estaban escapando por tierra hacia
Birmania a través de Cox's Bazaar. Rápidamente se montó una operación anfibia
empleando un batallón reforzado tomado del 2º Cuerpo y transportado en un mercante
hindú, el SS Vishwavijaya, que se encontraba fondeado en el río Hoogly. Frente a Cox's
Bazaar el batallón fue transferido al único buque de desembarco (BDT) disponible y que
ya se encontraba en el mar y desembarcado en Cox's Bazaar; la primera operación
anfibia jamás realizada por las fuerzas armadas hindúes.
Rendición
El 16 de diciembre, con Dacca rodeada por el ejército hindú, el General Niazi se rin-
dió. Le había demandado 12 días a las siete divisiones reforzadas hindúes liberar Bangla
Desh, enfrentadas a cuatro divisiones reforzadas paquistaníes, quienes habían dispuesto
de mucho tiempo para preparar la defensa en un terreno que les era favorable.
El mayor mérito por el éxito de estos extraordinarios logros es del General Aurora,
por su amplio concepto y de sus comandantes de cuerpos y divisiones por mantener el
ritmo de las operaciones.
El mérito también fue de la Fuerza Aérea y de la Marina Hindúes, por haber brindado
241
La Savia de la Guerra
El éxito de muchas de las operaciones de rodeo efectuadas por los hindúes, fue un
resultado directo de la rapidez con que se podían identificar las rutas alrededor de las po-
siciones paquistaníes, gracias a los Mukti Bahini. Pero lo más crítico de todo, los hindúes
tuvieron tiempo de planificar y ejecutar los necesarios arreglos logísticos.
Conclusiones
En 1971 el ejército hindú era principalmente una fuerza de infantería; para treinta
divisiones había solamente 1.500 tanques, 500 transportes blindados de personal,
carecía de artillería autopropulsada y disponía de 250 helicópteros.
Los blindados, la infantería y los cañones se pueden mover con relativa rapidez sin
emplear la red principal de caminos para enfrentar lo imprevisto o para realizar despla-
zamientos en respuesta a la situación operacional.
Pero sin munición y combustible, rápidamente no serán efectivos. Por eso su apoyo
logístico debe ser capaz de mantenerse junto a ellos en el terreno, aún con pocos o
ningún camino.
dientes de la fuerza.
243
8
Pronto el comando fue desechado. Sin embargo parte de las Tropas de Defensa
Aérea del Comando de la Brigada de I.M., con sus lanzadores sobre el hombro de misiles
tierra-aire Blowpipe, fueron advertidas que podrían ser necesarias. También quedó sin re-
solver el problema del medio de transporte a las Malvinas, llevando a especulaciones
graciosas tales como que podrían viajar en aviones civiles argentinos, pasando por
músicos, con sus Blow-Pipe escondidos en cajas con doble fondo.
Para el 31 de marzo, el día en que la Primer Ministro tenía su reunión, las Tropas de
Defensa Aérea fueron puestas en alerta. Ese día el Comandante de la 3ª Brigada de I.M.
volvía de un reconocimiento en Dinamarca para un ejercicio de la OTAN y por primera
vez fue informado de las ordenes y contra ordenes dadas a algunas de sus unidades los
dos días anteriores y que no se requería nada de su brigada. El EM de la Brigada,
también sin conocimiento de lo que se estaba haciendo en Inglaterra, permanecía en
Dinamarca completando el reconocimiento.
Ya fuera debido a una política deliberada o por descuido, fue imperdonable la falla
debida al hecho de no transmitir ningún tipo de advertencia a la 3ª Brigada de Comandos
de I.M.. Por lo menos si se hubiera alertado a algún personal clave, los cuatro días
posteriores a la invasión argentina podrían haber sido de gran utilidad y hubieran evitado
algunos de los entuertos que se produjeron, especialmente logísticos.
hasta bastante después del desembarco el 21 de mayo. No había planes elaborados que
tuvieran en cuenta la posibilidad de tener que retomar las Islas Malvinas o algo similar,
después de su ocupación por la Argentina.
Un plan de contingencia es útil porque si bien no brinda a los planificadores todos los
datos necesarios, cuando llega la emergencia resulta más rápido adaptar un plan
existente que hacer uno comenzando por el borrador. Esto se aplica especialmente
cuando el tiempo es breve, tal como era el caso de la 3ª Brigada de Comandos de I.M.,
cuyos miembros claves del EM no regresaron de Dinamarca hasta la tarde del 2 de abril.
A falta de algo mejor se usó como guía en el planeamiento el plan de refuerzo del
Norte de Noruega para tiempo de tensión. Pero a medida que se agregaban unidades al
orden de batalla de la 3ª Brigada de Comandos de la I.M., surgió la necesidad de más
buques de los que en principio habían sido asignados por el Cuartel General de la Flota.
En la primera parte del planeamiento se tomó una importante decisión logística y fue
la de llevar un mínimo de vehículos a rueda, como resultado de un estudio del terreno en
el área de operaciones prevista.
Las montañas, si bien no son altas, semejan a cerros (la más alta, Monte Usborne de
730 m) están casi todas coronadas con grandes y escarpados castillos de rocas que se
alzan como el espinazo de un gran reptil prehistórico. Estos bastiones almenados, con
profundas fisuras de pendientes pronunciadas y grandes salientes, son un obstáculo para
cualquier tipo de vehículo, tanto a rueda como a oruga. Pocos tienen menos de 500 m de
largo y algunos bastante más de 2.000 m. En 1982, salvo en las cercanías de Puerto
Argentino y una huella hasta Fitzroy, no había otros caminos o huellas.
Un Landrover muy cargado tendría suerte si pudiera cubrir seis kilómetros y medio en
una hora y ello si sorteaba los cortes de las elevaciones y piedras y no seguía la huella de
su antecesor quien habría roto la débil corteza y transformado la senda en una mancha
250
Logística Anfibia – Malvinas 1982
En Gran Bretaña la Brigada tenía setenta y seis de estos BV202, vehículos a rueda
para nieve y el resto acopiados en Noruega. Si bien fueron diseñados para operar en la
nieve, se evaluó que con una presión en el suelo de solo alrededor de 4,39 kg/cm2, cerca
de la presión ejercida por un hombre con esquís, sería capaz de cruzar los turbales. Se
los llevó a todos.
El Factor Meteorológico
Normalmente se hacen todos los esfuerzos para llevar junta la carga de asalto de la
unidad en el mismo buque. Eso no sucedió en esta oportunidad. Cuando llegaban a los
muelles eran difíciles de identificar los tipos de munición y de raciones y en algunos casos
251
La Savia de la Guerra
se cargaron en los buques equivocados. Una vez abordo no era posible establecer
exactamente qué se había cargado y donde. En un esfuerzo para lograr un listado
comprensible de la carga de cada buque, el Comandante del Regimiento Logístico
destacó un suboficial del regimiento en cada buque con la orden de completar un
detallado estado de la carga y enviarlo por mensaje al Cuartel General del Regimiento.
Convertir buques mercantes para la guerra requiere una amplia gama de efectos,
desde equipos de comunicaciones, chalecos salvavidas, equipos anti-llama, claves; hasta
cubiertas para helicópteros y sistemas de reaprovisionamiento en el mar. Las
conversiones normalmente abarcaban más que el simple hecho de proveer los equipos.
Por ejemplo, colocar una cubierta de acero en la cual un helicóptero se pudiera posar
en un buque, es solamente una parte del trabajo. Se deben instalar equipos de
comunicaciones para permitir al buque comunicarse con el helicóptero y una pequeña
dotación de cubierta de vuelo para dirigirlo y si es necesario, trincarlo cuando el buque
rola o cabecea.
Muchos ferrys diseñados para cortos viajes de 24 horas no tenían destiladores para
producir agua potable pues llevan lo que necesitan en tanques. Estos no cubrían las
necesidades de los buques para un viaje largo, pasando semanas en el mar y
generalmente transportando mucha más gente que su dotación de pasajeros de tiempo
de paz. Casi todos los buques que necesitaban esa facilidad fueron equipados con
plantas de osmosis reversible.
De la misma manera los ferrys diseñados para viajes cortos no necesitan llevar una
gran cantidad de combustible. Para evitar la necesidad de tener que hacer un
reaprovisionamiento diario en el mar, en algunos ferrys se transformaron los tanques de
lastre para llevar combustible, lo que significó un agregado importante de tuberías para
permitir el embarque de combustible en el mar y poder transferirlo a las máquinas.
En el caso de los buques que serían usados en sus mismos roles que en la paz,
algunos tanqueros y buques para cargas secas, la conversión se limitó a equipos de radio
y sistemas de reaprovisionamiento en el mar. Cuando se modificaban los roles la
conversión era más compleja y casi todas se efectuaron en los Astilleros Reales. Al
252
Logística Anfibia – Malvinas 1982
Uno de los buques más raros de los que fueron convertidos fue el Stena Seaspread,
de 9.000 toneladas, diseñado como buque multi-propósito de apoyo a las plataformas
petroleras del Mar del Norte. Su nuevo papel fue el de buque de reparaciones
adelantado, para lo que fue equipado con talleres, máquinas y una grúa móvil en cubierta,
generadores suplementarios, compresores de aire, repuestos y otros efectos. Se
agregaron alojamientos para los Equipos de Mantenimiento de la Flota que se sumaron a
la dotación del buque y lugares de rancho para 500 hombres. Se instalaron dos
plataformas para helicópteros y 100 toneladas de lastre adicional. Fue tal la velocidad de
la operación que llegó a Portsmouth, desde el Mar del Norte, con buzos aún en la cámara
de descompresión.
Transportadores de aeronaves
Se convirtieron otros tres buques en forma similar, Altantic Causeway, gemelo del
Conveyor, Contender Bezant (18.500 toneladas) y Astronomer (28.000 toneladas), pero
con facilidades más completas y sofisticadas.
Sin embargo, la Fuerza Aérea también jugó una parte vital. El primer problema que
requirió su asistencia fue completar, a nivel de tiempo de guerra, los efectos de los
buques de combate que ya estaban en el mar y que fueron substraídos de otras tareas. A
este efecto se estableció una base avanzada en la Isla Ascensión, a más de 3.700 millas
del Reino Unido y a 3.300 de la Islas Malvinas. Era posible enviar un ítem urgente a un
buque en 24 horas, si estaba dentro del radio de acción de los helicópteros operando
desde Ascensión y para aquellos que se encontraban más al sur se les podía entregar en
dos días mediante lanzamientos aéreos. Este servicio se efectuaba con los C-130 y VC-
10 de la Fuerza Aérea operando desde el Reino Unido, los helicópteros de la Marina
desde sus buques y finalmente Chinooks de la Fuerza Aérea basados en la Isla
Ascensión.
Desde fines de la década del 60 la Fuerza Aérea, junto con las otras fuerzas, había
reducido su capacidad para hacer operaciones de intervención a larga distancia de
acuerdo con la política de sucesivos gobiernos, quienes habían orientado los reque-
rimientos de defensa de la nación a la OTAN, con la eliminación de casi todo lo demás.
Sin embargo se retuvo una pequeña fuerza de aviones tanque, su tarea era aumentar la
autonomía y el alcance de los cazas de defensa aérea. No existió un requerimiento de la
OTAN para reaprovisionar en el aire los aviones de largo alcance. Los bombarderos
Vulcan tenían la capacidad de recibir combustible en vuelo en la década del 60, pero no
se la había mantenido desde algunos años antes de 1982, a partir del momento en que
se cambió el rol de la aeronave de ataque atómico al de bombardero de baja cota. Todos
los Vulcan estaban a tres meses de ser retirados del servicio. De tal manera que cuando
se vislumbró que el aeródromo disponible más cercano a las Islas Malvinas era el de
Wideawake en la Isla Ascensión, la Fuerza Aérea se enfrentó a un desafío considerable.
Estaba claro que la Fuerza Aérea podía colaborar de tres formas.
255
La Savia de la Guerra
Chinooks
Probablemente el ejemplo más importante haya sido el envío, por este medio, de un
cojinete de uno de los ejes de hélice del HMS Invincible. Era un secreto celosamente
256
Logística Anfibia – Malvinas 1982
guardado que este buque tenía un cojinete defectuoso en un eje de hélice, lo que limitaba
su velocidad. Las reparaciones se efectuaron en navegación. El haber tenido que hacer
regresar a puerto al Invincible, arrastrándose, después de la eufórica salida de la Fuerza
de Tareas de Portaaviones de Portsmouth, hubiera sido mortificante tanto para la Marina
como para el gobierno, además de demorar su viaje al sur.
Los vuelos de vigilancia de los Nimrod duraban entre diecisiete a diecinueve horas y
requerían hasta doce tanqueros Victor para dar combustible dos veces en la ida y un
completamiento total en el regreso. Los Nimrod podían permanecer unas cuatro horas en
estación. Los aviones tanqueros probaron ser un significativo multiplicador de fuerzas.
Habiendo dado una mirada a las logísticas naval y aérea, es el momento de volver a
la Fuerza de Desembarco y sus problemas logísticos.
3. La Brigada de Comando debía ser reforzada y las medidas para esto ya estaban en
marcha. Estos refuerzos incluían otro batallón de paracaidistas, otra batería de
cañones livianos, más médicos, otra tropa de ingenieros, más Blowpipe y otro grupo
de helicópteros livianos. Los efectivos de la Brigada, con estos refuerzos, serían de
unos 5.000 hombres incluyendo cinco comandos o batallones, veinticuatro cañones
livianos de 105 mm, ocho vehículos de exploración blindados a oruga, una batería del
misil superficie-aire Rapier, quince helicópteros livianos y un regimiento logístico6.
4. Se debía lograr la superioridad aérea antes que tuviera lugar la operación anfibia. Esto
fue sostenido en forma categórica por parte del Comandante de la Fuerza de Tareas,
Almirante Fieldhouse y no era la primera vez.
Se acordó que:
1. El Grupo Anfibio necesitaba más buques, algunos de los cuales ya estaban en viaje,
pero otros, tales como un Buque de Desembarco Dique, debían ser enviados al sur.
2. Como se asumía que las fuerzas argentinas en las islas eran de unos 10.000 efectivos,
de los cuales cerca de 7.500 se creía que estaban en la zona de Puerto Argentino,
por lo menos se necesitaba otra brigada para igualar los números. Esto requería que
viajara al sur un Comando de División para asumir el comando de las dos brigadas.
La segunda brigada era la 5ª Brigada de Infantería, estacionada en el Reino Unido.
La Cadena de Comando
258
Logística Anfibia – Malvinas 1982
Para esta época la cadena de comando había quedado establecida como sigue:
El cuadro que sigue no muestra los otros dos grupos de tareas que no nos
conciernen: el Grupo de Tareas de Geórgicas del Sur y el Grupo de Tareas Submarino.
CFT 317
Almirante Fieldhouse en Northwood
(durante toda la operación)
Uno de los problemas logísticos que apareció de inmediato tenía que ver con la
organización administrativa en la Isla Ascensión. Un Grupo de la Marina, bien
predispuesto pero agobiado de trabajo, estaba dedicado a asegurar que a los buques que
pasaban por allí no les faltara nada.
259
La Savia de la Guerra
Los efectos para la Brigada de Comando de I.M., en respuesta a demandas hechas
por mensaje, comenzaron a desbordar. Estos se fueron apilando y no se los distribuyó a
las unidades interesadas, por dos razones.
Segundo, como sucede con frecuencia, había pocos reclamos de envíos, con lo que
el Grupo de la Marina quedó aún más perplejo. En ambos casos ellos generalmente no
hacían nada o para salir del apuro, despachaban el ítem a un buque cualquiera.
Pero eso no antes que algunos efectos se perdieran por completo, incluyendo
munición y armas especiales para la brigada, de las que se habían apropiado un pelotón
de fuerzas especiales que pasó por Ascensión en viaje a Geórgicas del Sur, los que,
viéndolas depositadas por allí, se hicieron de ellas a su antojo. Con posterioridad se
enviaron más, pero llegaron después de la zarpada de la Fuerza Anfibia. El caos en las
prácticas logísticas conduce a actos de cuasi piratería y en "tomo lo que quiero", que se
traduce en una pérdida de esfuerzos.
Ascensión: la redistribución
260
Logística Anfibia – Malvinas 1982
Los suboficiales del Regimiento Logístico embarcados en los buques que llevaban
efectos, durante los diez días de viaje entre Gran Bretaña y Ascensión, hicieron un
considerable esfuerzo para ubicar los abastecimientos en sus buques.
Algunos capitanes no permitieron que nadie entrara a los espacios de carga estando
en navegación, impidiendo a los suboficiales del Regimiento Logístico cumplir su tarea de
confeccionar un inventario. En algunos buques la carga estaba estibada tan apretada que
solamente se podía identificar la capa superior.
Una rigurosa investigación llevada a cabo por parte de los oficiales más antiguos de
la Fuerza de Desembarco, embarcados en cada buque, reveló que en ellos había espacio
para más gente, que había sido celosamente ocultado en interés del confort. Los rincones
vacíos fueron ocupados sin compasión, aún si había que quebrantar las normas del
Comité Asegurador referidas a la máxima cantidad permitida de pasajeros civiles,
invocadas como último recurso.
Sin embargo, las partes electrónicas y otros equipos sensibles del sistema de control
tiro asociado a cada uno de los Rapier estarían expuestos a dañarse seriamente por la
261
La Savia de la Guerra
salpicadura de agua de mar, por lo tanto la batería fue estibada en la cubierta baja de
vehículos. En la cubierta superior de vehículos no había espacio suficiente como para
dejar una zona libre que permitiera apurar la descarga de los Rapier, ya que estaba
ocupada por una batería liviana, la que tendría que ser llevada a tierra primero, sin tener
en cuenta su baja prioridad.
Esto permitiría a la pluma del buque colocarse sobre la escotilla de la cubierta baja de
vehículos para izar cada estación de fuego a la cubierta alta. Los helicópteros no podrían
acercares hasta que se hubiera vuelto a trincar la pluma. Se describe en detalle este
laborioso proceso consumidor de tiempo, para dar una idea de los problemas que se
enfrentan en el planeamiento de una operación anfibia cuando hay insuficiente número
de buques especialmente diseñados para este tipo de operaciones y elementos de
desembarco7.
Se usaron los helicópteros para las cargas livianas y accesibles, pero su uso fue
restringido por dos razones.
desde un buque anfibio diseñado para ello. Pero nadie sabía cuanto demandaría
trasladar, digamos un batallón, desde las dos cubiertas de vuelo recientemente instaladas
en el Canberra, cada una con un punto de aterrizaje9.
Había que establecer, para cada STUFT, los tiempos y caminos para que los
hombres y materiales llegaran a las cubiertas de vuelo. Por la misma razón se hacían
necesarios ensayos con las embarcaciones de desembarco, especialmente porque
algunas tropas, en particular los dos batallones de paracaidistas, no tenían experiencia
con embarcaciones de desembarco. Sin embargo los requerimientos logísticos tenían
prioridad y los ensayos y ejercicios se redujeron a un mínimo; cada comando y batallón
realizó uno diurno y uno nocturno, excepto del 2 de Paracaidistas, que llegó a Ascensión
sin tiempo para nada, excepto una práctica diurna de embarco en las embarcaciones de
desembarco.
No hubo tiempo para un ensayo en gran escala ni para uno de movimiento buque-
costa. De cualquier manera no había una playa suficientemente grande y la única zona
para aterrizaje de helicópteros era el saturado aeródromo de Wideawake, ya que los
demás tenían el problema de ingestión de polvo.
Finalmente, para frustración de los logísticos por impedirles el trabajo nocturno, todos
los buques levaban y navegaban durante la noche como una precaución contra un
ataque de submarinos argentinos o como se pensaba más probable, por parte de buzos
tácticos enviados en un buque mercante.
En la zona era difícil encontrar un terreno duro con espacio suficiente, aún en la
ubicación más promisoria, la Bahía Ajax. Además, para disminuir los traslados en
helicóptero, era la intención del Comandante de Brigada hacer el máximo uso del flanco
marítimo para el movimiento de los abastecimientos.
Como una parte de la re-estiba, el Regimiento Logístico cargó dos Buques Logísticos
de Asalto (LSL) "Sir Galahad" y "Sir Percivale" con un acopio para dos días de
abastecimientos de combate para la Brigada, especialmente munición de toda clase,
tambores de combustible y raciones. (Un día de abastecimientos de la Brigada estaba
basado en el Régimen de Abastecimientos Diario de Combate, que tiene un peso de 95
ton.)
* * *
* * *
La amenaza aérea
Todo hubiera sido mucho más claro si el concepto de que la operación se llevaría a
cabo de todos modos se hubiese planteado desde el principio; ya que obviamente esta
era la intención. Con preaviso, Thompson, quien era perfectamente capaz de realizar esto
por su cuenta, también se hubiera asegurado que los planes logísticos previeran una
descarga en la playa al arribar, lo que en realidad fue lo que sucedió.
265
La Savia de la Guerra
Sin embargo, por lo menos la amenaza de superficie contra la FTA fue inexistente. El
hundimiento del Belgrano llevó a la Flota Argentina a volver a puerto por el resto de la
guerra.
Día D: 21 de mayo
Mientras tanto el día 13 de mayo el Comandante de la Brigada de I.M. había dado las
ordenes para un desembarco en tres playas dentro de la Bahía San Carlos, en una fecha
y hora a confirmar. El día 16 de mayo estas órdenes fueron repetidas al Comandante del
Regimiento Logístico de la Brigada de I.M., cuando el cuerpo principal de la FTA se
reunió con los Buques de Desembarco Logístico.
La Bahía Ajax fue designada la Zona de Apoyo de Playa (ZAP) de la Brigada de I.M.
porque había más espacio detrás de esa playa que atrás de cualquiera de las otras en la
Bahía San Carlos. Una atracción adicional era el frigorífico abandonado, que daría
cobertura de los elementos de los talleres adelantados, destacamentos de arsenales y a
otros abastecimientos técnicos. El día 19 de mayo se confirmó el día D para el 21 de
mayo y la hora H como las 0230 de la hora local.
Con algunas demoras los desembarcos anduvieron bien. No hubo oposición en tierra
y todos los objetivos fueron conquistados antes de la media mañana.
Sin embargo el número de ataques aéreos argentinos a lo largo del día llevó a la
decisión de que todos los buques no esenciales, incluyendo el Canberra y el Norland
fueran enviados bajo la cobertura de la oscuridad, fuera del fondeadero para reunirse al
Grupo de Batalla de Portaaviones, bien al este.
Felizmente el primer día la Fuerza Aérea Argentina concentró sus ataques en los
buques de guerra en la Bahía San Carlos y el Estrecho San Carlos11. No fue alcanzado
ningún buque logístico, STUFT o transporte de tropas; si los argentinos hubiesen hundido
varios de ellos, la situación logística se hubiera puesto muy seria, si bien es difícil ser
categórico acerca del efecto que dichos hundimientos hubieran tenido en el resultado
final12.
En este caso los principales factores a tener en cuenta en esta evaluación serían: los
tipos de buques hundidos o destruidos, cantidad de bajas, cantidad y tipo de
abastecimientos perdidos, cuantas embarcaciones de desembarco y Mexeflote fueran
dañadas o destruidas y el efecto que estas pérdidas tuvieran en la opinión pública
británica y por lo tanto el efecto en la determinación de los gobernantes de continuar la
guerra (lo más peligroso para las fuerzas de desembarco hubiese sido una pérdida
significativa de combustible).
Una vez que el grueso de los hombres, equipos, misiles tierra-aire y artillería
estuvieron en tierra, con suficiente munición como para defender la cabeza de playa y
con apoyo de fuego naval y aéreo, los argentinos hubieran encontrado difícil desalojarlos.
Por lo tanto, dependiendo de la magnitud de las pérdidas y considerando que esa
magnitud no llevara a una vacilación tanto al nivel político como militar, los británicos aún
hubieran tenido alguna probabilidad de ganar. Pero no hay ninguna duda que una
situación como esa hubiera llevado a una guerra mucho más larga mientras más
abastecimientos, que estaban bien atrás en la línea de comunicaciones, se llevaban a la
playa y se desembarcaban.
Los helicópteros no podían operar de noche desde los STUFT, por lo que la descarga
tenía que ser con Mexeflotes o LCU. En la oscuridad, con una onda de hasta un metro
267
La Savia de la Guerra
ochenta de altura, se hicieron bien palpables las dificultades para descargar los buques
que no habían sido diseñados para operaciones anfibias.
En muchos casos la altura de las rampas de los Ro-Ro no coincidía con los
Mexeflotes y a veces, cuando el buque cabeceaba, un extremo de la balsa era levantado
del agua por la rampa del Ro-Ro; poniendo en peligro los vehículos, hombres y cargado-
res frontales cuando dificultosamente pasaban del buque a la balsa.
Esta situación se vio agravada por el cambio de cargas entre buques que había
hecho la Marina, sin el conocimiento del Regimiento Logístico. Esto llevó a que se
llamaran buques porque se pensaba que tenían abordo un efecto determinado, solo para
posteriormente descubrir que estaban en cualquier otro lado.
El Regimiento Logístico terminó por mandar personal a los STUFT tan pronto como
llegaban al fondeadero para verificar lo que había abordo e interrogar al Primer Oficial
sobre si algo y en ese caso qué cosa, se había transferido a otro buque y a cual. Esto era
tanto un perdedero de tiempo como extremadamente frustrante para los logísticos.
Para agregar uno más a sus problemas, los buques que se había requerido no
siempre llegaban al fondeadero. Cada noche el Comandante del Regimiento Logístico de
la Brigada de I.M. visitaba al Comodoro Clapp a bordo del Fearless y le daba una lista de
los buques que debían ser enviados al fondeadero la noche siguiente, desde la posición
de espera al este de Malvinas. Clapp, siempre cooperador, enviaba un mensaje a
Woodword pidiéndole que los mandara.
A partir del día D se disputaban dos batallas diferentes en forma simultánea y cuando
la Fuerza de Desembarco se alejara de la zona inmediata de la cabecera de playa, tres.
La cadena de comando se hizo aún más confusa cuando se la cambió por la que se
muestra más abajo, para dar lugar al inminente arribo del General Moore con otra
brigada.
268
Logística Anfibia – Malvinas 1982
CFT 317
Almirante Fieldhouse en Northwood
3ªBrigada de 5ª Brigada de
Comandos Infantería
Brigadier Brigadier
Thompson Wilson
CUT 317.1.1 *CUT 317.1.2
*Unidad de tareas, una forma curiosa de describir una formación de 5.500 hombres, con ocho
grandes unidades y dieciséis sub-unidades subordinadas.
Felizmente los mensajes a Moore fueron enviados también a Thompson, quién actuó
como si fuera el destinatario ejecutivo y no el que realmente era, informativo. El cambio
de orgánica se efectuó el día D-1 cuando Moore embarcó en el Queen Elizabeth en
Ascensión. Con anterioridad Moore pensaba que él y un pequeño Estado Mayor táctico
deberían reunirse con la FTA viajando en C-130 y saltando en paracaídas, justo antes del
día D. En este caso podría haber usado las facilidades de comando disponibles en el otro
BDD HMS Intrepid.
El cambio en la estructura del comando lo llevó a dirigir una batalla terrestre a 4.000
millas de distancia, desde un buque de pasajeros sin facilidades para conducirla, si bien
cada día se acercaba a la zona de la batalla.
269
La Savia de la Guerra
Probablemente este concepto pueda ser aplicable al comando de unidades navales
por control remoto, diseñado para operaciones en el mar, pero resultó menos que
satisfactorio en una batalla terrestre.
Durante los cinco primeros días la disponibilidad de helicópteros fue limitada. De los
once Sea King y cinco Wessex con que arribó la FTA, un Sea King estaba
permanentemente dedicado a apoyar con combustible a los generadores de los doce
lanzadores Rapier y trasladar el personal de mantenimiento inmediato para mantenerlos
en servicio.
De los restantes Sea King, cuatro fueron equipados con el sistema pasivo de vuelo
nocturno Goggle, para permitirles la operación de noche. Pasaban la mayor parte de las
horas nocturnas infiltrando Fuerzas Especiales y otras patrullas y excepto en
emergencias, no se los usaba de día para permitir el descanso de las tripulaciones y el
mantenimiento. Esto dejaba, por día, un total de seis Sea King y cinco Wessex para
tareas logísticas y tácticas.
Sin embargo, de haber dispuesto muchos más helicópteros en esta etapa temprana,
se nos hubiera presentado otro problema. Hasta que se pudo instalar en tierra el Equipo
de Manipuleo de Combustible de Emergencia, los helicópteros tenían restringida su
maniobra de reaprovisionamiento en el fondeadero a las cubiertas de un punto de los
Buques de Desembarco Logístico o a la de dos puntos de los dos BDD. Esto
demandaba tiempo y frecuentes interrupciones por ataques aéreos. Los 21 helicópteros
livianos del Escuadrón Aéreo de la Brigada también se disputaban este combustible.
sistema de tanques flexibles en tierra a los que se podía bombear el combustible desde
los Dracones y acopiarlo.
Cuando se instaló la pista aérea en San Carlos, esta facilidad entregaba 50.000
galones diarios de combustible de aviación (AVCAT) a los Harrier y helicópteros. Sin
embargo no bastó alcanzar esta cantidad de reaprovisionamiento y mantenerlo durante
algún tiempo ya que todos los combustibles, no solo el de aviación, formaron el "cuello de
botella" en el modelo del abastecimiento de la batalla terrestre.
Pese a la acertada medida del Comandante del Regimiento Logístico, quien insistió
en llevar 4.000 bidones adicionales del depósito de West Moors antes de salir del Reino
Unido, se presentó una aguda escasez de estos recipientes lo que fue un obstáculo más
al que hubo que enfrentarse en la lucha por mantener abastecidas las fuerzas terrestres.
Los vehículos de transporte, usados para una gran cantidad de tareas principalmente
tácticas sin que estas fueran las únicas, requieren reaprovisionamiento frecuente. Hay
que mantener en marcha el generador de cada uno de los doce lanzadores Rapier para
que el sistema estuviera listo a lanzar. Todos estos, los BV, transportes y los Rapiers,
solamente podían ser abastecidos por medio de bidones.
La capacidad para mantener los depósitos de nafta y diesel en la bahía Ajax se vio
muy limitada cuando el único pillow-tank de 10.000 litros disponible fue agujereado por
fuego del cañón de una aeronave, de la misma forma en que lo había sido el Mexeflote
que lo llevaba.
271
La Savia de la Guerra
Otro problema fue la escasez de elementos apropiados para mover los
abastecimientos. La organización del Regimiento Logístico y también todos los planes
para el empleo de la Brigada de I.M. en el flanco norte de la OTAN, habían asumido que
sería posible el transporte de los abastecimientos por carretera. El sistema de
abastecimientos estaba basado en el uso de camiones, todos bajo el control directo de
Regimiento Logístico y por lo tanto del Comandante de la Brigada. Los helicópteros y
embarcaciones eran una yapa o un agregado.
Ahora eran todo lo que estaba disponible pero quedaron, durante toda la guerra, bajo
el control del Comodoro de Guerra Anfibia (COMAW) y arbitrariamente se podía cambiar
su tarea sin previo aviso aunque fuera durante la ejecución de una misión. Más aún,
había insuficientes Pelotones Móviles de Operaciones Aéreas como para asignarle uno al
Regimiento Logístico. Por eso no había forma de cubrir la red de control de helicópteros
como para recibir el aviso de su llegada y así decirles que pasaran a la frecuencia de
VHF del Regimiento Logístico a fin de dirigirlos a los lugares en que estaban las cargas y
darles instrucciones sobre su tarea.
Había que luchar a brazo partido para conseguir los medios para mover cada pallet
de munición, caja de raciones y tambor de combustible frente a otros requerimientos
contrapuestos. El resultado fue que la munición, especialmente la de artillería, tuvo una
prioridad absoluta con respecto a todas las demás cargas. Frecuentemente las tropas
estuvieron faltas de víveres o se encontraron sin sus bolsas de dormir y ropa seca de
recambio debido a la escasez de helicópteros para mover hacia adelante sus grandes
mochilas. Como dijo un experimentado Comandante de Compañía de Tiradores:
En ese terreno el único medio de transporte era el helicóptero y había una cantidad
insuficiente como para mantener una fuerza considerable en contacto con el enemigo,
con las distancias a cubrir14. Se podía reducir la distancia llevando los efectos a Teal Inlet
en Puerto Salvador, con los Buques de Desembarco Logístico y hubo varias intenciones
de hacerlo así.
Pero Puerto Salvador está a la vista de las elevaciones que también dominan Puerto
Argentino. Hasta que esas elevaciones estuvieran en manos amigas, cualquier buque
que usara Puerto Salvador sería visto y por lo menos estaría expuesto a ataques aéreos.
272
Logística Anfibia – Malvinas 1982
Ese helicóptero pasó la noche en el HMS Hermes y voló a la cabeza de playa al día
siguiente; sin embargo no estuvo disponible como para realizar tareas de desembarco de
fuerzas hasta el 29 de mayo.
Con este Chinook llegó un equipo para apoyarlo y mantenerlo. Pero el mantenimiento
que podían hacerle era mínimo ya que llegó sin repuestos, herramientas ni manuales;
todo estaba en el fondo del mar.
Por ejemplo, un Chinook en una salida puede levantar tres cañones de 105 mm y 22
soldados. Otras cargas incluyen 81 hombres parados como en el subterráneo en la hora
pico y en otros casos 64 bajas. Cuatro de estas aeronaves hubieran significado una
enorme diferencia en el sostenimiento de la batalla terrestre.
El hundimiento del Atlantic Conveyor fue la pérdida más seria de la guerra. Debido al
problema de la sustentabilidad de los buques a que se hizo referencia anteriormente y a
los efectos de la meteorología en la Fuerza de Desembarco, era esencial llevar la
campaña a un final exitoso lo antes posible.
Los medios para lograrlo, triplicando los transportes por helicóptero y llevando la
maquinaria y materiales para una pista aérea avanzada se esfumaron de golpe, así como
gran cantidad de carpas que hubieran proporcionado abrigo de los elementos a la Fuerza
de Desembarco. Por último hubiera proporcionado una cubierta de auxilio de respeto
para el caso de que uno de los portaaviones sufriera algún daño o quedara con
limitaciones o actuar como portaaviones si el Hermes o Invincible fueran hundidos.
De tal manera que su pérdida, al privarnos de los medios parra acelerar la operación,
hizo que se volviera aún más imperiosa una finalización rápida del conflicto.
última vez.
El apoyo logístico a la batalla de Prado del Ganso se vio interrumpido por un ataque
aéreo a la ZAP el que, además de matar 7 hombres y herir otros 32, demolió todos los
misiles Milan del 45 de Comando de la I.M. y sus puestos de lanzamiento.
El resultado fue que los morteros del batallón se quedaran sin munición en una etapa
crucial de la batalla y hubo una grave escasez de munición de 105 mm en las posiciones
de artillería y como resultado, una disminución del volumen de fuego a un nivel muy por
debajo del necesario como para ser efectivo.
A la luz del día no se pudo superar esa escasez durante la batalla porque los aviones
Pucará, basados en Malvinas, dominaron el espacio aéreo sobre la línea de
comunicación logística durante unas pocas horas vitales, mientras la bruma en el mar
mantenía los Harriers británicos en cubierta.
La Batalla de Prado del Ganso demostró que los niveles de consumo de munición,
sobre la base de los cuales se habían acopiado las reservas de la brigada, eran muy
bajos y fuera de la realidad. En honor a la verdad esto se sabía desde hacía algunos
años, pero una parsimonia del Tesoro había impedido un aumento de los acopios.
Como una limitación desde sus días en el Lejano Oriente y aún antes, la Brigada de
I.M. había sido provista con un Nivel de Guerra Limitada de munición perfectamente
adecuado a las guerras tipo escaramuzas en que se había visto empeñada en el pasado
reciente.
La munición menor consumida en Prado del Ganso y Darwin fue cuatro veces el nivel
diario permitido para una guerra limitada y la de 105 mm y morteros de 81 mm, cinco
veces. Esto representó un consumo mayor dado por el factor 25 por ciento con respecto
a lo previsto en los Niveles de Guerra General (el nivel para las operaciones más intensas
275
La Savia de la Guerra
previstas en una guerra contra el Pacto de Varsovia). No era la primera vez que la
medida en que se consumía la munición superaba las expectativas.
Por suerte el Comandante del Regimiento Logístico del Comando de I.M., Hellberg y
Baxter Jefe de Logística de Moore, en la reunión que tuvieron en Ascensión el 17 de abril,
habían estado de acuerdo con respecto a que la cantidad de 30 días de munición de
Nivel de Guerra Limitada podría no ser suficiente.
Este sistema ahorraba una gran cantidad de transporte por helicóptero y resultó en
un mejor servicio para la Brigada que si se hubiese aprovisionado directamente desde la
Bahía Ajax.
compañías de Arsenales, pero muy poco más; fueron sin vehículos tanque, no llevaron
mas embarcaciones ni camiones cargadores frontales, en resumen, nada como para
solucionar el problema central: la distribución.
Aún sus acopios no eran suficientes, sus 5.000 bidones fueron embarcados vacíos
porque en Inglaterra se invocaron reglamentaciones de tiempo de paz. Si bien las normas
del Ente Asegurador fueron dejadas de lado para permitir que los efectos de la primera
línea fueran llevados por las tropas en buques de pasajeros. Pero la mayoría de la carga
no había sido embarcada como carga de combate, habiendo sido estibada en el orden en
que había llegado al muelle15.
Este "Rol de Intervención" era un vistazo en la dirección de reconocer que algo podía
ocurrir fuera del área de la OTAN, que requiriera una intervención por parte de los
británicos.
Pero, para ser francos, hay evidencias que antes de la guerra de Malvinas, el
Ministerio de Defensa había estado planificando medidas para aumentar las capacidades
de la 5ª Brigada de Infantería, pero para mayo de 1982 estas no habían sido
implementadas.
Sin embargo hubo mucho tiempo como para subsanar las deficiencias en la
organización y el equipo de la Brigada, obteniéndolo prestado de otras formaciones. Pero
otro factor salió a la luz, posiblemente ligado a la confianza de algunos en su capacidad
profesional en lo que hace a consultar la bola de cristal y tal vez en el descreimiento
sintomático en algunos recintos, de que podía producirse una guerra que no estuviera
legislada en algún plan de contingencia.
277
La Savia de la Guerra
Aparentemente cuando la formación zarpó, había dudas sobre si se la usaría para
pelear. Era un punto de vista sostenido por algunos, pero nadie en la Fuerza de
Desembarco, originalmente destacada, pensó que la 5ª Brigada de Infantería sería
empleada solamente para cubrir el rol de unidad de protección.
Por que podría haber sido así, es un misterio que solo será develado cuando se
abran los archivos al público, lo que no sucederá antes de 22 años de que se escribió
esto.
El resultado final de este pensamiento tonto fue que el Regimiento Logístico del
Comando de I.M., originalmente previsto para apoyar la Brigada de I.M. de algo más de
3.000 hombres y que en ese momento estaba reforzada llegando a más de 5.500, de
golpe se encontró apoyando una formación de dos brigadas de 9.000 hombres con
menos elementos de transporte y personal de los que se necesitarían para la tarea de
apoyar fuerzas de un tercio de ese tamaño.
Fitzroy
Los abastecimientos para esta ZAL avanzada se enviaron por buque en dos Buques
de Desembarco Logísticos dando la vuelta a Fitzroy. Los buques permanecieron allí a la
luz del día, sin otra defensa antiaérea que las ametralladoras de la tropa en tierra.
278
Logística Anfibia – Malvinas 1982
El "manejo desde el asiento de atrás" realizado desde Northwood fue un factor que
contribuyó a las pérdidas sufridas. Desde allí se le prohibió a Clapp enviar un Buque de
Desembarco Dique en un tercer viaje al sur de Fitzroy para descargar de noche con
embarcaciones. Si hubiese existido un comando superior cerca de la escena de las
operaciones, se podrían haber evitado muchas de estas cosas.
La preparación logística para las batallas finales apuntaron, entre otras cosas, a
acopiar en las posiciones de artillería entre 480 a 500 tiros por cañón.
De hecho una batería se quedó casi sin munición durante el ataque en la noche del
13 al 14 de junio y solamente el experto vuelo realizado por el Comandante del
Escuadrón de Helicópteros Livianos de la 3ª Brigada de Comando de I.M., quien
liderando el vuelo de los Sea King con carga de munición a la pendura de noche y con
279
La Savia de la Guerra
tormenta de nieve, permitió que la batería entrara en acción nuevamente.
Esa noche, antes que comenzaran los ataques, el único puente sobre el río Murrell se
desplomó bajo el peso de un vehículo de recuperación blindado cargado con munición,
cerrando la principal ruta terrestre de abastecimiento de la 3ª Brigada de Comando de la
I.M. y mediante la cual los BV podían alcanzar las unidades del frente.
Los Ingenieros Reales montaron una operación ingeniosa que consistió en construir
un puente, transportable por aire, en Fitzroy y llevarlo bajo un Chinook para reemplazar el
puente dañado y reabrir la ruta.
Durante algún tiempo después de la rendición de los argentinos, el combustible
continuó dominando la escena logística porque a su llegada a Puerto Argentino la 3ª
Brigada de Comando de la I.M. requisó todo el transporte argentino para tareas logísticas
en la red de caminos y huellas en y alrededor del pueblo.
Los generadores de los Rapier también eran unos voraces consumidores de nafta y
en Puerto Argentino en una oportunidad se dispuso solamente de 90 bidones de
combustible, de los cuales 85 estaban asignados a los Rapier. Nuevamente la
distribución y no la disponibilidad a granel fue el problema.
Cuatro lecciones
Con respecto a la primera y segunda lo único que podemos comentar es que son
productos de la ceguera debida al deslumbramiento de un departamento obvio, al ser
lecciones que no necesitan ser "aprendidas" ya que hay gran cantidad de ejemplos en el
pasado a los cuales recurrir, pero como dijo Hegel:
"Lo que la experiencia y la historia nos enseñan es esto - que los pueblos y los
gobiernos nunca han aprendido nada de la historia o actuado de acuerdo a
principios deducidos de ella."
De la tercera lección, el comentario puede ser "suficientemente claro" pero "idem que
arriba". Con respecto a la cuarta lección, al momento de escribir esto se ha permitido a la
marina mercante reducirse a un extremo tal que sería imposible repetir una operación del
tipo de la de Malvinas, sin tener que recurrir a buques con bandera de conveniencia.
En verdad no hay ningún armador que preste su buque para ser usado como buque
hospital. También es difícil encontrar la cantidad suficiente de buques mercantes
adecuados como para cubrir las demandas, comparativamente modestas, de los
ejercicios de la OTAN. Nuevamente "ídem que arriba".
280
Logística Anfibia – Malvinas 1982
La 5ª lección perdida
El informe del Ministerio de Defensa hace referencia a las fallas anteriores para
ignorar la lección más importante de todas; la relación entre la logística y las operaciones.
Porque todo eso es tan obvio que muy frecuentemente se lo olvida, si es que alguna vez
se las aprendió.
Ya fueron explicadas las razones por las cuales la 3ª Brigada de Comando de I.M.
fue incapaz de avanzar partiendo de la cabeza de playa el día D y aún durante varios
días después, sobre todo eran razones logísticas. Aparentemente estas razones no
fueron completamente comprendidas en Northwood y Whitehall, en parte debido a la
estructura del comando. Pero también teníamos que lidiar porque había poca gente, aún
entre los más antiguos militares por ejemplo de una estrella y civiles del Reino Unido, con
experiencia en operaciones anfibias de alto nivel.
La mayoría de los oficiales de alto rango y sus E.M. estaban incapacitados para
opinar debido a una estrechez de comprensión sobre las realidades logísticas en el
combate de una guerra convencional. Las guerras tipo escaramuzas y en Irlanda del
Norte habían dado pocos problemas logísticos y la mayoría de los ejercicios de tiempo de
paz, con su énfasis en los movimientos tácticos, enseñan falsas lecciones logísticas.
281
La Savia de la Guerra
En estos ejercicios los comandantes en raras oportunidades tienen que enfrentar la
elección entre mover hombres o mover porotos y balas o combustible. En la guerra, si los
helicópteros son pocos y por alguna razón no están disponibles o no se pueden usar
otros medios de transporte, los hombres tendrán que caminar cargando algunos porotos
y balas y los helicópteros serán empleados, casi con exclusividad, para cargar el resto.
Debido a que Gran Bretaña no estaba empeñada en una guerra en otra parte, se
pudieron derivar recursos destinados a otras formaciones para apoyar la campaña.
Los valores de los consumos totales serían muy superiores en una guerra
generalizada o en un conflicto de la magnitud de la guerra Iran/Iraq. La falta de
preparación logística que se trató en el capítulo de Corea, debida a una falla de
percepción del conflicto futuro, se repitió en las Malvinas en el caso de la 5ª Brigada de
Infantería. Pese a que ha habido tiempo como para subsanar esta falencia, se ha hecho
muy poco.
282
Logística Anfibia – Malvinas 1982
1
(N. del T.) Equivale a Comandante de Operaciones Navales
2
(N. del T.) En la terminología inglesa, “Comandos” son unidades de IM y no
tropas especiales.
283
La Savia de la Guerra
Notas:
(a)Cinco era el máximo número disponible. El día D se ensamblaron 5 balsas de
120 pies, posteriormente una fue perforada por fuego de cañón y quedó
inservible. Otra balsa, la única Mexeflote que poseía Inglaterra en todo el
mundo, llegó a la cabeza de playa el 4 de junio. Las Mexeflote pueden ser
ensambladas como balsas de 60 o 120 pies. Se mueven con dos grandes motores
fuera de borda.
(b)Esto se puede sobrepasar para movimientos cortos, dependiendo de la carga
de cada hombre y del combustible cargado en el helicóptero, pero 20 infantes
con su carga es el valor para planeamiento.
(c)Puede llevar hasta 15 hombres, dependiendo de la carga de combustible y la
carga de los infantes. El dato de planeamiento es el que se indica.
8
Mexeflote: Pontones huecos de metal los que, cuando se los adosa, forman una
balsa plana de 120 o 60 pies (36,5 ó 18, 3 metros) impulsada por grandes
motores fuera de borda. Las balsas también pueden ser unidas para formar
una rampa.
9.Las cubiertas de vuelo están marcadas con un círculo para indicar donde
deben posarse los helicópteros. Una cubierta de un punto, indica que solamente
se puede posar un helicóptero por vez. Los BDD tienen cubiertas con tres
puntos, sin embargo, la carga en cubierta generalmente permite operar solo con
dos puntos.
284
Logística Anfibia – Malvinas 1982
13
Subrayados de la Cátedra de Logística de la ESGN.
14.La disponibilidad de transporte por helicópteros medianos, todos
controlados por COMAW, en el período 21 de mayo al 1º de junio de 1982 era la
siguiente:
21-26 de Mayo
11 x SEA KING menos: 1xSEA KING asignado al apoyo de los Rapier con
combustible y repuestos.
4xSEA KING para uso nocturno. De día
descanso de las tripulaciones y
mantenimiento, uso diurno solo en emergen-
cias.
5 x WESSEX
26 de mayo-1º de junio
Ejemplo de carga
Para mover una batería de 6 x 105mm cañones livianos con munición (480 tiros
x cañón), vehículo 2 x ½ ton. para carga de la batería y hombres, lleva:
82 salidas x SEA KING
Llevar 480 tiros por cañón lleva:
60 salidas x SEA KING
o
120 salidas x WESSEX
o
20 salidas x CHINOOK
Un pellet de munición de cañón liviano de 105mm contiene 24 tiros completos.
SEA KING puede llevar 2 pellets = 48 tiros
WESSEX puede llevar 2 pellet = 24 tiros
CHINOOK puede llevar 6 pellets = 144 tiros
285
La Savia de la Guerra
7 Salidas
(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7)
0630 0800 0930 1100 1230 1400 1530 1700
6 Salidas
(1) (2) (3) (4) (5) (6)
0630 0800 0930 1100 1230 1400 1530
286
9
ABASTECIENDO LA GUERRA QUE
NUNCA SE PRODUJO
- AUN
"No sé que es esa porquería de logística sobre la que Marshall siempre está hablando, pero quiero
un poco de ella."
"Sin el alistamiento para el combate de los Servicios de Retaguardia de las Fuerzas Armadas So-
viéticas, no hay alistamiento para el combate de las tropas. La guerra podrá comenzar, pero sin una
retaguardia bien preparada, sin un apoyo preciso y comprensivo en la retaguardia, aquella termi-
nará en forma lamentable en pocos días. Es por eso que debemos hacer todos los esfuerzos para
lograr que los Servicios de Retaguardia de las Fuerzas Armadas Soviéticas estén siempre listos pa-
ra el combate, de la misma forma que las fuerzas de combate."
Mariscal Grechko1
"Esa es la razón por la que ellos las llaman lecciones, remarcó el Grifón: "porque se reducen día a
2
día"
Tal como el autor lo dijo en el prefacio, algunos lectores se preguntarán por que se in-
cluye este capítulo. La razón está en la última cita de más arriba. Las memorias colecti-
vas y las individuales, son frágiles y se deben destacar dos puntos en el pantallazo de la
victoria del oeste sobre la URSS, sin que se hubiera disparado un tiro.
"En la práctica, hay suficiente evidencia de que la tarea ha sido encarada por la mayoría de los
planificadores operativos (por no mencionar los anteriores al Siglo XX). Más aún, parece que la
mayoría de los ejércitos han preparado sus campañas, de la mejor forma que pudieron, con
una base ad hoc, haciendo grandes, si bien no coordinados esfuerzos para hacerse del mayor
número de vehículos tácticos, camiones de todo tipo, tropas de ferrocarriles, etc., mientras que
daban poco o ningún espacio a la combinación "ideal", la cual, en teoría, los hubiera llevado
4
más lejos."
Por eso, la guerra estática es, generalmente, más fácil de abastecer que la guerra de
movimiento, porque se puede almacenar la munición y reducir el consumo de combusti-
ble. Esto fue cierto en las Malvinas como en las Primera y Segunda Guerra Mundiales y
en Corea. Un avance rápido o una persecución requerirá combustible, pero el consumo
de munición generalmente disminuirá. Por otra parte, un avance lento, medido, general-
mente requerirá de ambos en grandes cantidades. Los ejércitos blindados Soviéticos
avanzando a un promedio entre 16 y 45 Km por día en 1944-45, sufrieron solamente un
tercio de las bajas en hombres y dos tercios de las pérdidas en tanques, con respecto
ejércitos blindados que avanzaban solamente 4,5 a 13Km. por día y consumían un tercio
del combustible y un sexto de la munición.6 Y por supuesto, debemos recordar a Clause-
witz y su "fricción": meteorología, terreno, nieve, polvo, heladas y el "General Barro", el
que tenderá a empantanar las ruedas, tanto en sentido figurado como literal, dejando sin
sentido los cálculos logísticos del estado mayor y sin ningún esfuerzo por parte del ene-
migo. Una previsión errónea sobre la naturaleza de la batalla, podrá también tener efec-
tos catastróficos. Si por ejemplo, habiéndose preparado logísticamente para una batalla
de movimiento, sucede lo contrario. Este fue el caso en Rusia en julio de 1941 cuando el
Grupo de Ejército Sud de von Rundstedt, habiendo cargado sus vehículos de abasteci-
miento con munición y combustible en una relación de 1:2, se encontraron luchando du-
293
La Savia de la Guerra
ramente y moviéndose despacio, lo que llevó a una escasez drástica de munición. Al 1ro.
de agosto, este Grupo de Ejércitos tenía solamente un sexto o un séptimo de su carga
básica de munición.7 Por otra parte, el Comandante del Ejército Soviético de Retaguardia,
quién despachó sus vehículos a la ruta cargados con munición para un tiro de barrera
planificado como preparación para una irrupción, aparecería como un tonto si, a último
momento no fuera necesaria la irrupción y en cambio el enemigo se retira y comienza una
rápida persecución, con necesidad de más combustible como le pasó al 6to. Ejército
Blindado de la Guardia en Manchuria en 1945.8
Comando y Control
"El planeamiento operativo consiste en una mezcla íntima de pensamiento táctico y logístico, para
llevar adelante conceptos estratégicos. Esta unidad y coherencia es esencial para rápidamente apli-
car la acción militar decisiva en cualquier tipo de conflicto humano... en combate, el apoyo logístico
que puede ser considerado inadecuado por un comandante tímido o mediocre, puede ser correcto
para un comandante arrojado y competente que entiende la naturaleza y las fuentes de la flexibili-
11
dad, siempre que tenga el control de un sistema logístico flexible"
Primera oración: "La responsabilidad del apoyo logístico de las fuerzas componentes nacionales, en
general, quedará bajo la responsabilidad de las autoridades nacionales concernientes."
Segunda oración: "La responsabilidad de coordinación será, sin embargo, del Comandante Supremo
y en los principales comandantes subordinados, en los niveles apropiados"
A primera vista estas palabras resultan agradables porque cualquier dificultad que se
pudiera presentar con la primera oración, con la interpretación de que las autoridades na-
cionales tienen manos libres para decidir en el nivel de apoyo de sus componentes, que-
295
La Savia de la Guerra
da salvada con la mención de la palabra coordinación en la segunda oración y es a ello
que nos queremos referir primero. Coordinación puede significar muchas cosas para
cualquier persona: desde el simple paso de información, hasta el hecho de una decisión
firme, pero como dice el manual de la OTAN, ambas están equivocadas. De acuerdo con
la definición de coordinación compatibilizada de la OTAN, el coordinador tiene la auto-
ridad para requerir la consulta de los organismos involucrados, pero no tiene auto-
ridad para forzar un acuerdo. Por lo tanto, no es de sorprenderse que sin el poder ne-
cesario para forzar un acuerdo, la coordinación logística es, en el mejor de los casos, un
parche y en el peor, directamente inexistente. Y la logística es, después de todo, la crea-
ción y el mantenimiento sostenido de fuerzas y armas para ser empleadas por la táctica a
fin de lograr objetivos estratégicos.13
Solamente los comandantes de los cuerpos nacionales tienen los medios vitales ne-
cesarios para planificar y conducir su parte de la batalla terrestre. Los Comandantes de
Grupos de Ejércitos pueden ser forzados más a reaccionar que a actuar. Por otra parte,
los Comandantes de Grupos de Ejércitos puede ser que lleguen a decisiones conside-
rando solamente hechos tácticos, sin entrada de datos logísticos o tal vez obtengan in-
formación de los Comandos de Apoyo Logístico Nacionales, los que no pueden aplicar
ningún peso táctico a su asesoramiento y a sus datos. El resultado a esperar es el de que
el reemplazamiento de formaciones para mantener un balance coherente o montar un
contra ataque, por ejemplo, pueden llegar a ser casi imposibles porque los comandantes
superiores, que son los Comandantes aliados, no tienen la adecuada información logísti-
ca en la cual basar las decisiones sobre redespligues y refuerzos y si disponen de ella,
carecen de los medios y como veremos en breve, del sistema y de los acopios.
296
Abasteciendo la Guerra que no se produjo - Aún
Problemas de incompatibilidad.
Hay dos puntos de vista y un área gris. El primer punto de vista es apoyado por aque-
llos que consideran a la logística tan íntimamente ligada a los recursos nacionales de di-
nero y materiales, que ella nunca puede ser colectivizada. Al segundo adhieren aquellos
que concuerdan en que la doctrina de la responsabilidad nacional de la logística "hace
tiempo que ha demostrado su ineficiencia y derroche en un área como el Frente Central
en Europa, donde las fuerzas de países vecinos están conminadas a pelear lado a lado y
donde las líneas de comunicaciones pasan a través de los territorios de los otros países y
en algunos casos se cruzan.15
“Cambios fundamentales en los acuerdos para financiar la obtención de los equipos y tam-
bién alcanzar la mayor normalización de las armas y equipos, de lo que existe al presente.”
Pero la logística tradicionalmente ha sido la Cenicienta de la ciencia militar. Los Planes Operaciona-
les quedan en el papel y no significan consumos hasta que comienza la emergencia, que es cuando
16
los planes logísticos requieren ser traducidos inmediatamente en materiales y dinero".
El resultado es que los cuerpos nacionales operan en sus propias "líneas de tranv-
ías". Cruzar los límites logísticos entre los cuerpos es, en el mejor de los casos difícil y en
el peor, imposible. Las rutas entre los límites de los cuerpos para llevar refuerzos, han si-
do previamente pre planificadas y se habrán establecido centros de control de tráfico. Pe-
ro por ejemplo: hay tres tipos diferentes de munición para cañones de tanques; algunas
granadas de artillería son iguales, pero las espoletas y las cargas impulsivas son diferen-
tes, por lo que requieren tablas distintas y parámetros de computación. Los combustibles
con intercambiables, pero los métodos de reabastecimiento son diferentes; los EEUU e
Inglaterra usan un sistema de abastecimiento a granel, mientras que los belgas usan un
297
La Savia de la Guerra
sistema de conjunto de tambores. Y no hay planes para un sistema de apoyo logístico in-
teroperable para operaciones aeromóviles, que tanto se aplican en el presente; se puede
detectar la mano de los tácticos con sus rápidos movimientos a campo traviesa, en el tra-
zo de un lápiz graso. Nuevamente, tomando como ejemplo el Grupo de Ejército del Norte,
hay diferencias en todos los Cuerpos en cuanto al sistema de distribución que aplica el
concepto de apoyo logístico de push/pull. Por ejemplo, ¿cuanto se adelantarán automáti-
camente los abastecimientos y cuánto hacia atrás tendrán que ir las unidades a buscar-
los?. Además hay otras diferencias.17
Todo esto conspira contra una batalla coherente del Grupo de Ejército, dejando solos
en la batalla al Frente Central, al Norte o al Flanco Sur.
Sustentabilidad
¿Cuánto hubiera durado la guerra y con qué intensidad hubiera sido peleada? No hay
un pronunciamiento oficial de la OTAN sobre este tema pero, como quedará claro más
adelante, los niveles en que efectuaron sus acopios los miembros de la alianza muestran
una idea o tal vez una esperanza de que la guerra sería corta. Tal vez pueda surgir una
respuesta mirando al otro lado. ¡El enemigo también piensa! ¿Cuánto cree él que tal vez
hubiera durado? Hay indicadores en los escritos militares soviéticos que ellos avizoraron
una guerra más larga de lo que algunos en la OTAN pudieran imaginar. El Coronel Gene-
ral Garayev, en 1985, entonces Jefe del Directorio de Ciencia Militar del Estado Mayor
General, criticó la anterior teoría militar soviética que establecía la inevitable escalada
hasta el uso masivo del poder nuclear. Sostuvo que los escritores soviéticos de los años
60 y 70 se habían equivocado al no predecir que "la acumulación y modernización" de los
arsenales nucleares alcanzaría tal proporción que un uso masivo de esas armas en una
guerra traería consecuencias catastróficas a ambos lados.19 Este hecho, avalado por los
esfuerzos de Occidente y de los Soviéticos de impulsar los desarrollos de sistemas de
298
Abasteciendo la Guerra que no se produjo - Aún
Factibilidad
Basados en sus experiencias pasadas, los soviéticos dividen sus acopios de reservas
en cuatro categorías: emergencia, movilización, estratégicas y reservas del estado. Las
reservas de emergencia están ubicadas junto a las fuerzas terrestres y están destinadas
para ser usadas en la conducción inmediata de las operaciones militares. La reservas de
movilización están destinadas a reemplazar las pérdidas de combate. Las reservas es-
tratégicas están bajo el control del Estado Mayor General y no están previstas para uso
inmediato. Las reservas del estado son aquellos recursos por encima de los acopios que
están bajo el control militar. Las reservas estratégicas y del estado deben ser adecuadas
para abastecer a las fuerzas armadas en forma continuada hasta que la industria sea ca-
paz de aumentar su producción y alcanzar el nivel de demandas de tiempos de guerra.
Basados en su experiencia de la Segunda Guerra Mundial, esto es algo así como 90 días
de abastecimiento de munición, combustible, repuestos técnicos y otros efectos.22 El co-
sto es enorme. Puesto en términos de la OTAN, el costo de un día de munición del 1er.
Cuerpo Británico es del orden de 200 millones de libras.
El Sistema de Abastecimientos.
"...entramos al camino principal y nos unimos a una corriente continua de camiones, tanques y cañones del
Ejército Rojo marchando hacia el norte, a la batalla. Una cosa en particular nos sorprendió, tal como nos
había sorprendido especialmente desde el principio y era que cada camión que veíamos contenía una de
dos cosas: combustible o munición. No había trazos de víveres, sábanas, botas de repuesto o ropa. La pre-
sunción fue que esos artículos, si eran requeridos serían provistos a expensas del enemigo o de la pobla-
ción local. Casi todos los hombres que veíamos era un soldado combatiente. Lo que llevaban consigo eran
materiales de guerra en el amplio sentido de la palabra. Eramos testigos de un regreso a los sistemas ad-
ministrativos de Atila y Ghengis Khan".23
Las divisiones soviéticas aún tienen una cola logística móvil y alargada. La maza de
los recursos logísticos está a cargo de los niveles de Ejército y de Frente, cuyos cuarteles
generales tienen la responsabilidad de abastecer hacia adelante, bien hacia adelante, si
es necesario. Pero este control centralizado le da al Comandante Superior una gran faci-
lidad para decidir que eje debe apoyar y cual abandonar y le permite, muy rápidamente,
concentrar su esfuerzo en el eje seleccionado - bien diferente de lo que le sucede a los
Comandantes de Grupos de Ejércitos de la OTAN. Las prioridades soviéticas de abas-
tecimientos son: munición, combustibles, aceites y lubricantes, repuestos y apoyo técnico,
víveres y abastecimientos médicos y equipo; en ese orden. Se refleja en su doctrina que
consideran al abastecimiento de combustible el mayor desafío y han desarrollado un sis-
tema de oleoductos tácticos para enfrentar el problema. Pero es interesante ver que ellos
continúan incluyendo en su doctrina de los servicios de retaguardia, que deben hacer el
máximo uso de los recursos locales. Particularmente, continúan considerando de gran
importancia la obtención de comida, combustibles y lubricantes, si la duración de la bata-
lla supera los períodos planeados. Los servicios de intendencia o de cuartelmaestre, dis-
300
Abasteciendo la Guerra que no se produjo - Aún
ponen de facilidades de frigorífico y depósitos de granos. Todas las unidades tienen coci-
neros bien adiestrados para vérselas con toda clase de alimentos no preparados, granos
sin moler, ganado vivo y cosas así. Sus ingenieros del servicio de combustibles están
equipados con bombas que pueden ser usadas para aspirar de los tanques de las esta-
ciones de servicio que fueran capturadas intactas. En este aspecto, retienen una capaci-
dad tan antigua como la guerra en sí misma. Como una consecuencia de su aproxima-
ción doctrinaria, la factibilidad no es una evaluación subjetiva. El Comandante Soviético
es capaz de fijar sus requerimientos de combate, antes que empiece la guerra. No tiene
que fijar un juicio subjetivo, o en castellano, suponer, si puede sostener la batalla. Tal vez
haya algún acuerdo que refleje que los soviéticos se están preocupando por el hecho de
que sus "sumas" puedan ser inadecuadas como para realizar una predicción exacta o
muy detalladas como para permitir una reacción rápida. Más aún, no siempre implemen-
tan su sistema muy bien, debido a la ineficiencia nacional.24
Sin embargo, el comandante soviético no tendrá todo como él lo quiera. Sujeto a una
doctrina que demanda un alto ímpetu en las operaciones, combatiendo fuerte y movién-
dose rápido, habrá estado consumiendo cantidades enormes de munición u combustible.
Se ha calculado que con el fin de brindar estos abastecimientos, el Ejército Soviético de-
bería usar cada bosque, villa y pueblo para esconderlos y todos las rutas y huellas para
moverlos. Estas áreas deberían ser bien conocidas por la OTAN y suponemos que ya es-
tarán marcadas como blancos. Algunas estimaciones predicen que, como resultado, las
formaciones soviéticas no serían capaces de mantener ese ritmo, alcanzando un avance
promedio de ochenta kilómetros diarios. Si bien, tal como lo ha señalado Donnelly, los va-
lores están basados en cálculos para determinar la capacidad de los caminos y otras ru-
tas. La saturación del campo de batalla y como resultante, la inmovilidad, es una fuerte
razón desde el punto de vista soviético para reducir la densidad de la fuerza en los dos
lados, a fin de retomar las ventajas de la ofensiva, para ellos.25 26 Los soviéticos han me-
ditado profundamente al respecto, con la guía del estudio histórico, incluyendo la guerra
del Yom Kippur de 1973 y es bueno asumir, la guerra Iran/Irak. Se trata más abajo el sis-
tema logístico que han previsto para hacer frente a la guerra.
301
La Savia de la Guerra
La descripción de Fitzroy Maclean, citada anteriormente, del sistema soviético es tan
correcta, en un sentido general, hoy en día como lo era cuarenta años atrás. El Ejército
Soviético aún mantiene un control estricto sobre las prioridades de los abastecimientos y
una despiadada determinación para mantener sus objetivos en cualquier operación. Sin
embargo, como las tácticas y los equipos han evolucionado, así lo han hecho sus servi-
cios de retaguardia. Los soviéticos creen que el éxito en una guerra futura contra un opo-
nente importante, la OTAN o China, dependerá de su habilidad para alcanzar la sorpresa
y mantener una ofensiva con alta velocidad. Para lograr el primer requerimiento, la sor-
presa, los objetivos principales deben ser alcanzados por las fuerzas constituidas, con un
mínimo de refuerzos de pre guerra. Para alcanzar el segundo requerimiento, los ejércitos
del primer escalón estratégico soviético deben ser capaces de llevar a cabo un combate
continuo y sostenido durante todo el período de la operación estratégica, dos semanas o
más. No subestiman las dificultades que eso implica y reconocen que ellas serán mayo-
res que en el pasado.
Han establecido amplias directivas para la organización del apoyo de retaguardia, las
que se detallan abajo. Si bien amplias son, sin embargo, considerablemente menos abar-
cativas comparadas con los principios británicos o norteamericanos (Capítulo Uno).
El primer principio puede parecer obvio pero, en el pasado, ha sido quebrado en nu-
merosas ocasiones por otros ejércitos. Como se verá, el Ejército Soviético estructuró su
organización logística especialmente a medida para la guerra en Afganistán.
Los principios quinto y sexto son la prueba que los soviéticos reconocen la naturaleza
de la batalla en la que van a combatir y se derivan del primer principio. La batalla que
buscan será peleada en ejes angostos. No habrá áreas de retaguardia seguras ni un lími-
te adelantado en el área de la batalla o línea del frente. Las penetraciones profundas tra-
erán como resultado grandes distancias entre la cabeza a las relativamente seguras ba-
ses de retaguardia, detrás de la línea de partida inicial. Por lo tanto, la respuesta soviética
es mover bien adelante los servicios de reparaciones y sanitarios. Se prestará atención
inmediata a aquellos hombres y equipos que solo están afectados ligeramente, de tal
forma que puedan regresar al combate lo más rápido posible. El equipo que requiera re-
paraciones más profundas será dejado para su recuperación por parte de los talleres de
formaciones mayores y los hombres gravemente heridos evacuados a los hospitales de
campaña avanzados. Es un concepto erróneo el pensar que el ejército soviético tiene una
actitud de “úselo y arrójelo” hacia sus hombres y equipo. Por el contrario, los soviéticos
constantemente tienden a reducir el nivel de agotamiento retornando a la batalla la mayor
cantidad de soldados con heridos leves y equipo fácilmente reparable, con el propósito de
mantener el mayor tiempo posible la fuerza de la formación. Sin embargo, cuando la for-
mación esté seriamente disminuida, será reemplazada por otra fresca; los soviéticos no
creen en “rellenar” con reemplazos. La actitud de los soviéticos hacia las bajas, tanto
humanas como de equipo y su incidencia en la factibilidad es tan importante, que volve-
remos sobre ella más adelante.
El último principio, haciendo uso de los recursos locales, ha sido tratado anteriormen-
te. El soviético ha de ser uno de los pocos ejércitos que lo incluyen como uno de los prin-
cipios de la logística; al hacerlo así, demuestran su profesionalismo y nivel de conducción
para el combate.27
Los soviéticos tienen claro en sus mentes que pese a la abundancia de vehículos de
carga y acopios a su disposición, que les brinda la posibilidad a apoyar una guerra pro-
303
La Savia de la Guerra
longada, el problema principal será el de llevar los abastecimientos a donde son necesa-
rios. Su propia experiencia de guerra, de los ejercicios y el estudio de las guerras Ara-
bes/Israelíes los han impresionado con respecto al voraz consumo de munición y com-
bustibles en una guerra moderna. Como una consecuencia de ello, están preparados pa-
ra el esfuerzo que eso significa. Esto está tenido en cuenta en sus tablas y estimaciones
diarias.28 Tal como se destacó anteriormente, los soviéticos aún tienen una gran depen-
dencia en el empleo de los ferrocarriles para contribuir con el enorme problema del mo-
vimiento. Reconocen que los ferrocarriles son vulnerables a la interdicción y disponen de
un sistema de reparaciones para hacer frente a los daños. Si bien la capacidad del Sis-
tema Aéreo de Transporte Militar (VTA), combinado con Aeroflot es considerable, el tone-
laje que puede mover, es una gota en el océano con respecto al vasto requerimiento
logístico, del orden de las 35.000 toneladas por día por frente;29 y es probable que la ma-
yor parte del VTA esté destinado a las operaciones aerotransportadas. Sin embargo, es
también probable que el transporte aéreo se emplee para transportar efectos vitales, tales
como combustible a las formaciones para mantener el ímpetu y donde no haya otra forma
posible. A este fin, el antiguo helicóptero MI-6 Hook, ha sido convertido en un tanquero
volante para el rápido reaprovisionamiento de las unidades móviles de vanguardia. Con la
finalidad de dispersar la carga y evitar poner todos los huevos en la misma canasta, los
comandantes soviéticos y sus estados mayores están adiestrados en el empleo de las
formulas que les permiten llegar al equilibrio correcto entre los caminos, el ferrocarril, el
transporte aéreo y el oleoducto para el movimiento de hombres y material de forma de
asegurar que lleguen al lugar correcto en tiempo.30
Abastecimiento de Combustible
Se dijo anteriormente que los soviéticos creen que el combustible significará bastante
más del 50 por ciento del peso de todos los abastecimientos en una ofensiva, unas
20.000 toneladas por día por frente. De acuerdo con los comentarios de la prensa soviéti-
ca, la pesadilla de un comandante soviético es que su exitoso avance o persecución se
vean detenidos en un momento crítico debido a que se ha quedado sin combustible. Para
hacer frente a este problema, los soviéticos disponen de un eficiente sistema que refleja
su preocupación con respecto a que el combustible o la falta de él, no sean un factor limi-
tante de su estilo de operar. Durante los últimos años han empleado una gama de de-
pósitos de goma de 4.000 a 260.000 litros de capacidad, que pueden ser cargados en
vehículos comunes. Algunos de los camiones más grandes pueden transportar diez ve-
ces más combustible en estos depósitos que si lo hicieran en latas o tambores. Si hay
una grúa disponible, el depósito puede ser descargado liberando al camión para otra ta-
rea. Se enseña la economía del combustible a todos los niveles, desde los conductores
de todo tipo de vehículo hasta los oficiales que planifican el envío de abastecimientos, pa-
ra asegurar que siempre que sea posible, los vehículos de menor consumo sean emplea-
dos para las cargas logísticas.31
efecto considerable en la velocidad con que el sistema pueda ser construido. En condi-
ciones favorables, un batallón de oleoductos, empleando un vehículo de tendido puede
establecer 25 kilómetros por día de cañería. Con tres o cuatro batallones apoyando un
ejército (una asignación típica), cada uno trabajando en su propio sector, se pueden al-
canzar los 75 a 100 kilómetros por día. Los soviéticos reconocen que el tendido, la opera-
ción y el mantenimiento de un oleoducto en un ambiente operacional son mucho más
difíciles de lo que puede parecer a primera vista. La acción del enemigo o el daño al
oleoducto por los propios vehículos, son unos de los pocos problemas a los que hay que
hacer frente. En terreno montañoso, las secciones del oleoducto deben ser más cortas y
las pendientes pronunciadas requieren técnicas especiales de bombeo. Peligros adicio-
nales incluyen las avalanchas de piedra o nieve, las secciones arrastradas por torrentes y
crecientes de los ríos y el congelamiento de las bombas. En otras circunstancias, la grava
y la arena podrán producir la falla de aquellas. Sin embargo, a pesar de estos y otros de-
safíos a ser enfrentados, el oleoducto puede transportar 90.000 litros de combustible por
hora a distancias considerables, dejando los caminos y otros medios de transporte libera-
dos para el transporte de otros abastecimientos. Donde los caminos son pocos y muy
congestionados, como sucede en el Flanco Norte, el esfuerzo aplicado en el tendido y
protección de un oleoducto, brindará beneficios.
Reparación y Mantenimiento
Sanidad
Lo mismo que con los equipos de reparaciones, los batallones de sanidad serán
enviados a las áreas con mayores bajas. Es una política soviética atender las bajas lo
más adelante que la cadena de evacuación lo permita. Si bien los abastecimientos de
sanidad tienen la prioridad más baja en el Ejército Soviético, no es verdad, tal como se lo
expresó más adelante, que las bajas sean abandonadas para morir por falta de un
sistema de atención. Hay enfermeros a nivel de compañía y personal médico en todos los
niveles superiores. Los rusos comprenden que es necesario atender a los heridos rápida
y eficientemente, no solo para mantener la moral, sino también para regresar el mayor
porcentaje posible de personal tratado a la batalla, lo antes posible.35 El sistema de
evacuación no es distinto del empleado en los ejércitos occidentales.
SUSTENTABILIDAD DE LA OTAN
El Problema de la Munición
Se podrá tener una idea de la magnitud del problema cuando se tiene en cuenta que
una división blindada británica requiere cerca de 4.000 toneladas de munición de todo
tipo por día, siendo por lejos la mayor proporción de munición de artillería. Se espera que
los cañones se desplacen varias veces por día para contrarrestar el fuego de
contrabatería. Si dejan munición detrás, en lo posible debe ser recogida. Esto aumenta el
ya tremendo problema que significa el transporte que estará sirviendo a la posición actual
de la batería y acopiando la próxima así como despejando la que quedó vacante. Con 48
baterías en el 1er. Cuerpo Británico, podrá haber hasta 940 posiciones por día para
servir. Cada cañón de 155 mm tiene que estar preparado para disparar 450 tiros por día.
Los cañones se mueven de punto con munición a punto con munición, algunos días unos
dispararán muy poco, por eso la situación de la munición se tornará desequilibrada. El
1er. Cuerpo Británico no está solo al enfrentar estos problemas de transporte.
Una guerra larga o aún una corta de gran intensidad, es probable que deje a los
miembros individuales de la Alianza escasos de abastecimientos e incapaces para
continuar combatiendo. La falta de interoperatividad, estandarización, coordinación y
sistemas comunes resultarán en la incapacidad de los Aliados de apoyarse unos a otros.
Uno se ve llevado a la conclusión que, tal como en los ejércitos del pasado, los de la
Alianza Atlántica, a diferencia de su enemigo potencial, se han preparado para una
probable campaña lo mejor que han podido y sobre una base ad hoc, haciendo grandes,
pero no coordinados esfuerzos para reunir entre todos el mayor número posible de
vehículos tácticos, camiones de todo tipo y otros equipos, mientras brindan poca, si es
que hay alguna atención a la combinación ideal, la que en teoría los llevaría más lejos o
durar lo máximo.
310
Abasteciendo la Guerra que no se produjo - Aún
Por esta razón, es de sumo interés para los soviéticos la opción cero en las armas
nucleares tácticas y químicas. Así como también la reducción de las fuerzas
convencionales. Como se expresó más adelante, la reducción mutua de fuerzas, reducirá
la densidad de las fuerzas en el campo de batalla a favor del atacante. Los soviéticos
pueden lograr la economía, al mismo tiempo que aumentan su capacidad relativa. Para
ellos podría no ser necesario construir más tanques. Sería mejor aplicar el tiempo,
investigación y desarrollo y los fondos en la búsqueda de armas y equipos nuevos;
helicópteros más rápidos y letales, munición guiada con precisión, mejores sistemas de
comando y control y así siguiendo. Al reducir la cantidad de hombres en las formaciones
de primera categoría totalmente desplegadas, estarán ahorrando en equipo. El acopio de
este equipo moderno les permitirá estar mejor equipadas a sus formaciones de 2º y 3º
categoría.
311
La Savia de la Guerra
312
Abasteciendo la Guerra que no se produjo - Aún
(Para reducir la longitud de estas notas, a los documentos SSRC y TDRC se les ha dado su título completo
la primera vez que aparecen, posteriormente solo se indica el número de página, por ejemplo: SRC C58, o
TDRC 4567)
1
Donnelly, The Sustainability of the Soviet Army in Battle, SSRC C 53,p.198
22
(N. del T.) Se trata de un juego de palabras en inglés, que no se puede
traducir ya que dice: "That's the reason they're called lessons" the Gryphon
remarked:"because they lessen form day to day." y lessons significa
"Lecciones, mientras que lessen quiere decir "disminuir, reducir"
3
Van Creveld, Supplying War, p. 231.
4
Van Creveld, Supplying War, p. 236.
5
Donnelly, Rear Support for Soviet Ground Forces, TDRC 4567, p. 28.
6
Donnelly, TDRC 4567, p. 20
7
Van Creveld, Supplying War, p. 163.
8
Donnelly, TDRC 4567, p. 163.
9
Supply problems of 21 Army Group and AEF 1944, Archivos Liddell Hart, car-
peta 15/15/48.
10
Alstead, Ten in Ten, a Study of the Cantral Region Transport Capability in
Crisis and War.
11
Skinner, NORTHAG, a Study of Organizational Structure.
12
NATO Logistics Handbook.
13
Skinner citando a Eccles, Military Concepts and Philosophy, p.69.
14
Compárese esto con la situación de un general soviético comandando un
frente – el equivalente de un grupo de ejércitos de la OTAN. Si bien el
ejemplo está tomado de la Segunda Guerra Mundial, aquellos que han
efectuado un profundo estudio de los métodos soviéticos, creen que hoy
operarían de la misma manera, con las necesarias adaptaciones como para
acomodarse a la situación. (Ver Mapa XIII – tomado de la Operativnaya
Maskirovka Voysk por Matsulenko, traducido por el Teniente Coronel Blandy).
Como una parte de la explotación de su victoria en Kursk (julio de
1943), al Comandante del Frente de Voronezh (Vatutin) se le ordenó atacar
en dirección sudoeste para irrumpir en la saliente alrededor de Kharkov,
sostenida por el Grupo de Ejércitos Sur Alemán. Si bien había gran cantidad
de vías férreas (un 856 Km) en el sector asignado a Vatutin, todas ellas
corrían lateralmente. No había ni una vía o camino que corriera
directamente hacia donde el frente de Vatutin, compuesto por ocho
ejércitos, debía montar su ataque. La única línea que corría en la
dirección correcta (Kastornaya – Kursk – L’gov) estaba fuera de su sector y
pertenecía al Frente Central de Rokossosvky. Sin embargo, mediante un
prodigioso esfuerzo de construcción de vías férreas y caminos, siendo el
más importante la unión del sistema férreo lateral entre Stariy Oskol y
Rzdava, se redujo un 184 Km la distancia desde las bases del ejército. Esto
acortó los tiempos de movimientos de los trenes de dos o tres días a 10 o
15 horas, duplicando la capacidad de abastecimiento hacia el frente. Al
avanzar el frente sobre terreno devastado por los alemanes, se construyeron
seis caminos detrás de los ejércitos, para asegurar que los abastecimientos
mantuvieran el ritmo.
Más destacable, Vatutin sacó ventaja del tendido lateral de los rieles,
para montar un elaborado plan de engaño. Durante varios días antes que
comenzara la operación, circularon trenes en dirección noroeste en la línea
313
La Savia de la Guerra
314
Abasteciendo la Guerra que no se produjo - Aún
29
Donnelly, SSRC C53, p. 231.
30
Donnelly, Appendices to the Sustainability of the Soviet Army in Bat-
tle, SSRC C54, pp. 604-618
31
Donnelly, SSRC C53, pp. 256-258.
32
Donnelly, SSRC C53, p. 265.
33.Donnelly, SSRC C53, pp. 266-267.
34.Donnelly, SSRC C53, pp. 272-274. De los 738 blindados pertenecientes al 1er.
Ejército Blindado de la Guardia que requerían reparaciones en la operación Vis-
la-Oder en enero-febrero de 1945, 294 fueron reparados inmediatamente por uni-
dades móviles de reparaciones de tanques, 356, luego de una inspección, lo fue-
ron en la base móvil de reparaciones de tanques y solo 88 fueron retirados a
los talleres del frente. (SSRC C54 pp. 624-625 y diagrama del mantenimiento
315
La Savia de la Guerra
37
Donnelly, SSCR C53, pp. 406-407.
38
Donnelly, SSRC C53, pp. 408-409.
39
Donnelly, SSRC C53, p. 410.
40
Donnelly, SSRC C53, p. 411.
41
Donnelly, SSRC C53, p. 411.
42
Donnelly, SSRC C53, pp. 413-414.
43
Donnelly, SSRC C53, p. 419.
316
10
"La preparación para la guerra en tiempo de paz, es impracticable para los diputados de las naciones
mercantilistas debido a que la gente, en general, no tendrá suficientemente en cuenta las necesidades
militares o a los problemas internacionales como para sentir la presión que produce el alistamiento"
Mahan
"Sería lindo decir que ganamos la guerra (la guerra fría) porque somos tan buenos, pero ganamos porque
el otro muchacho tuvo tantos problemas"
323
La Savia de la Guerra
De cualquier modo, la pregunta que merece respuesta es ¿cuál es la amenaza de la
Unión Soviética?. Las intenciones pueden cambiar rápidamente; la capacidad, tanto en
términos del material como del adiestramiento, demanda años alcanzarla, mientras que la
habilidad para desplegar las propias capacidades está sujeta a cambios que pueden
estar fuera del propio control. Como ejemplo de este último punto, debido a la situación
en el este de Europa, en cuestión de meses ha desaparecido la capacidad de la Unión
Soviética para desplegar sus ejércitos para un ataque sorpresivo en el oeste. No
obstante, vale la pena continuar con el tema de la capacidad en términos del material
porque habrá pocos argumentos con respecto a que lejos de reducir la producción y
modernización de los equipos, los soviéticos la han aumentado. Por ejemplo, la
producción soviética de tanques, para los años 1986-88 está en un promedio de 3.400
por año, comparada con los 2.800 por año para 1982-84.1 Si bien la producción de 1989
está estimada en 1.700 tanques,2 lo que se puede concluir, es que, o bien la carrera de la
modernización está casi completada o los soviéticos están disminuyendo la cantidad de
sus tanques; dependiendo en lo que uno quiera creer. El General Galvin, Comandante
Supremo Aliado en Europa, ha dicho que los soviéticos solo han reemplazado sus viejos
tanques por nuevos, así que si bien el número de tanques no se ha incrementado, la flota
de blindados ha sido modernizada y por lo tanto presenta una mayor amenaza potencial.
Por otro lado, el Jefe de la Directoría Principal del Estado Mayor Soviético, en octubre de
1989 rechazó estas argumentaciones, reclamando que ni un simple tanque nuevo había
sido entregado a las tropas soviéticas situadas en el territorio de Hungría, Alemania
Oriental, Polonia y Checoslovaquia.3 El Comandante Supremo Aliado en Europa no
replicó, pero sostuvo, en un discurso en mayo de 1989 que:
"Aproximadamente en los diez últimos años los soviéticos han encarado un programa muy
complejo de modernización de la totalidad de su fuerza de misiles de corto alcance. Han
continuado reemplazando al FROG por el SS-21; de hecho, han duplicado el número de SS-21
que estaban en Europa cuando el Presidente Gorbachev asumió el cargo. Han mejorado la
precisión y el alcance del SCUD. En realidad han incorporado mejoras en la precisión y el alcance
de todos sus sistemas de misiles. Además hay un número de otros sistemas que están siendo
desarrollados que han de tener un efecto significativo en la seguridad europea, tal como el AS-15
4
(un misil crucero lanzado desde el aire) y el SS-N-21 (un misil crucero lanzado por submarino).
Además está el caso de las 530.000 tropas soviéticas aún estacionadas en Europa
Oriental, de las cuales 300.000 están en Alemania Oriental solamente. Al tiempo de
escribir estas líneas (junio de 1990) la retirada de éstas ha cesado.
324
Echando una Mirada a la Bola de Cristal
Problemas para la OTAN con las Conversaciones sobre las Fuerzas
Convencionales en Europa1
La Amenaza
¿Qué hay acerca de las intenciones? Es difícil creer que al presente, la Unión
Soviética tenga algún deseo de ir a la guerra contra occidente. Aún el más rudo soldado
soviético tiene muchas más cosas que requieren su atención en el hogar. Abundan el
malestar y la violencia en las repúblicas no rusas. Se ha informado que está baja la moral
en el ejército. Personal militar británico, que recientemente visitó Rusia, detectó un
movimiento de resentimiento, entre los oficiales del grado de coronel para bajo, sobre la
creciente impopularidad del Ejército Soviético en su país, sumado a la percepción de que
1
En inglés: Talks on Conventional Forces in Europe (CFE).
325
La Savia de la Guerra
la Superioridad no toma medidas ante esta situación. A muchos oficiales de todas las
jerarquías les gustaría ver un ejército ruso, de voluntarios, más chico, purgado de
minorías étnicas. También es difícil de creer que si aún el dirigente de la línea leninista
más dura sucediera a Gorbachev (quien es reconocido como leninista), se embarcaría en
un ataque a occidente como una forma de distraer a la población de los crecientes
problemas económicos y sociales. Después de todo, tendría el ejemplo del mismo Lenin,
entregando, a cambio de la paz, grandes espacios de tierra a los alemanes en el Tratado
de Brest Litovsk en 1918 y de este modo ganando un respiro para hacer frente a los
problemas de su nación sin la indeseable carga de una guerra con una potencia
extranjera. La forma en que Gorbachev permitió a las naciones de Europa Oriental, que le
brindaban una “ribera expuesta a los misiles” contra occidente, salir del control soviético,
es un movimiento pragmático similar. Así, él o un sucesor, es poco probable que ataque a
través del amortiguador que representan los estados neutrales, que han reemplazado la
“ribera expuesta a los misiles”. Esto es con tal que el oeste mantenga un nivel de
disuasión que Gorbachev o cualquiera de la línea dura que lo reemplace, perciba lo
suficientemente alto como para disuadirlo.
La Respuesta
En la escena uno, las conversaciones sobre las FCE han llevado a la retirada de
algunas tropas, de la OTAN y del Pacto de Varsovia, de Europa Central. Por
conveniencia, las llamaremos FCE I. Hasta en lo que a los británicos concierne, esto llega
a una división blindada que regresa al Reino Unido, donde es desactivada. Hay planes
para posteriores retiradas. En la escena dos, han tenido lugar retiradas posteriores de las
FCE II. La nueva Alemania Unida ha permanecido en la OTAN y el Mercado Común.
Como una medida de confianza mutua, las tropas de la OTAN están estacionadas en el
suelo de Alemania Occidental, al oeste de la antigua frontera interior alemana. Solo
tropas alemanas están ubicadas en la antigua Alemania Oriental. Por un tiempo, algunas
tropas soviéticas están en lo que fue Alemania Oriental. El tiempo que durará esta
situación permanecerá abierto a la duda. Ambos bandos poseen un número limitado de
armas nucleares. Aún cuando llegue el momento en que todas las tropas extranjeras
están ubicadas en su propio suelo, todos los miembros de la OTAN están obligados, por
tratado, a ir en la ayuda de cualquier otro si éste está amenazado por un agresor en el
continente europeo y las islas británicas. El compromiso británico incluye una contribución
a las Fuerzas de Cobertura y de Reacción Rápida en la región central y a la Fuerza de
Maniobra, así como reforzar el continente europeo en las regiones norte y sur. El canto
de sirena de los que opinan que la estrategia es Solo Marítima, ha sido resistido y Gran
Bretaña ha reconocido la necesidad de aportar sus recursos entre los requerimientos de
las Estrategias Continental y Marítima.
Todos estos factores han llevado a la OTAN a rediseñar algunos de los planes de
contingencia de la alianza hacia un eje norte-sur, manteniendo la capacidad de hacer
frente a una amenaza este-oeste.
La Reacción Británica
Para hacer frente al escenario descripto más arriba, los británicos comenzaron a
reestructurar su ejército de acuerdo a los lineamientos sugeridos por Richard Simpkin.6
Resultará aparente para cualquiera que haya leído a Simpkin, que el autor ha calado
hondo en su trabajo. No pide perdón por haber actuado así. Al examinar el apoyo
requerido por la guerra del futuro, se debe partir de una base y Simpkin ha producido, por
lejos, la mejor apreciación del probable aspecto de la guerra futura. La reorganización
británica ha comenzado tan pronto como una división blindada fue retirada de Alemania,
el planeamiento requerido había sido efectuado mucho antes. La oportunidad para un
completo análisis del tamaño y aspecto del Ejército y también de la Marina y la Fuerza
Aérea, en este momento de la historia era demasiado bueno como para dejarlo pasar.
Afortunadamente estaban en sus puestos los militares, funcionarios y políticos con el
coraje y la capacidad intelectual requeridos para adoptar los pasos necesarios. La nueva
organización sugerida se tratará, a grandes rasgos, más adelante. Los cambios son
radicales, pero no tiene sentido imaginar que si nos retiramos de Alemania, el ejército que
tenemos hoy en día pueda ser mantenido intacto. Simplemente no existe el espacio
suficiente en el Reino Unido para otras 55.000 tropas y su equipo en las barracas y
campos, sin mencionar las áreas para el adiestramiento. La total imposibilidad de
330
Echando una Mirada a la Bola de Cristal
mantener un Cuerpo de formaciones blindadas y mecanizadas, solo en el Reino Unido,
por si sola requiere una organización diferente. Teniendo en cuanta la Escena Dos, no se
vislumbra una retirada final de Alemania, pero aún existe la necesidad de reestructurar el
Ejército para lograr ventajas del creciente poder y potencial brindado por el empleo
imaginativo del helicóptero.
Pensando en lo Impensable
La Armada Real retendrá sus actuales roles, pero podrá aparecer un movimiento
para lograr más buques, incluyendo finalmente portaaviones y buques de asalto a ser
construidos con la capacidad de navegar bajo la superficie. El personal naval será
reducido disponiendo de tripulaciones más pequeñas en los buques de combate,
siguiendo la tendencia que aún continúa a medida que mejora la tecnología y los buques
progresivamente van requiriendo menos personal. Tal como lo sugerido por Simpkin,
habrá dos brigadas de Infantería de Marina, si bien no aumentará la cantidad total de
hombres en ella. Cada brigada consistirá de un regimiento de asalto por helicópteros, un
regimiento mecanizado liviano (caballería de ejército), un regimiento liviano, un regimiento
de artillería (ejército), una compañía de ingenieros (ejército) y un regimiento logístico
(conjunto infantería de marina/ejército). El personal para la brigada adicional se logrará
con la racionalización del adiestramiento, prescindiendo de las tripulaciones de las
embarcaciones de desembarco cuando ya no sean requeridas, disolviendo las bandas y
reduciendo el número de oficiales en las unidades. Todos los helicópteros, excepto
aquellos con un estricto rol marítimo, serán volados por la Caballería Aérea del Ejército
(ver más abajo). Se puede sostener que la Infantería de Marina debería pasar a ser parte
del ejército y esta posibilidad no puede ser desechada, especialmente si se pueden lograr
economías, especialmente en el adiestramiento y se incrementan las oportunidades de
carrera.
La Fuerza Aérea deberá mantener sus roles actuales, excepto que deberá entregar
todos sus helicópteros a la Caballería Aérea del Ejército. Sería necesario modernizar las
aeronaves de transporte táctico, con el tipo previsto por el Gran Futuro Grupo Aéreo
332
Echando una Mirada a la Bola de Cristal
Europeo (EUROFLAG)2, el transporte táctico FLA (tactran), sobre el que volveremos
después.
El Ejército Regular
• Un cuerpo de helicópteros.
• Tres cuarteles generales de división.
• Una Brigada de Fuerzas Especiales, compuestas por un regimiento SAS y un
regimiento SBS, el último de la Infantería de Marina.
• Dos brigadas de paracaidistas.
• Brigadas de helicópteros de asalto (en número a ser decidido pero una provista por los
Guardias a Pié).
• Brigadas de infantería ligera (el número a ser decidido pero una provista por la División
Ligera).
• Tras brigadas mecanizadas ligeras (una de la Caballería).
• Tres brigadas de artillería.
• Cuatro brigadas de ingenieros.
• Grupos logísticos.
Definiciones
Reorganización
Las brigadas deberían tener artillería, ingenieros y apoyo logístico orgánicos. Los
batallones de infantería deberían ser mucho más pequeños que en la actualidad pero con
mayor poder de fuego brindado por misiles lance y olvídese, todo tiempo y portátiles. Los
regimientos de caballería, no incluidos en las formaciones mecanizadas livianas,
formarán parte de la nueva Caballería Aérea del Ejército, la que absorberá los Cuerpos
Aéreos del Ejército y cambiará su nombre, (pero por pura coincidencia no sus iniciales).
La Caballería Aérea del Ejército volará y mantendrá todos los helicópteros involucrados
en las batallas terrestre y anfibia. No proveerán, como en el Ejército de los EEUU, las
tropas de caballería. Estas se formarán con aquellos regimientos de guardias y de
infantería conservados de la institución regular. Los servicios logísticos se concentrarán
en Cuerpos Logísticos.
2
En ingles: European Large Aircraft Group (EUROFLAG)
333
La Savia de la Guerra
Oficiales
Nuevamente, tal como lo sugerido por Simpkin, el cuerpo de oficiales de las Fuerzas
Armadas, en especial el Ejército y la Infantería de Marina, será reducido drásticamente al
5 o 6 por ciento de su cantidad total, en lugar del 15 por ciento o más. El traspaso de
todos los helicópteros al Ejército no reducirá el número total de tripulaciones. Sin
embargo, a condición que el Ejército retenga la categoría de suboficial piloto, se reducirá
el número de oficiales en la Fuerza Aérea y de un solo golpe el número total de pilotos.
Se deberá abandonar la garantía de carrera hasta los cincuenta y cinco años de edad. Ya
está aceptada como “normal” en toda la nación la idea de una segunda, tercera, cuarta y
así siguiendo, carrera. Debería haber más “despidos” por fallas culposas o
incompetencia. Esto permitiría un ascenso más rápido para aquellos realmente capaces.
Un cuerpo de oficiales más chico y carreras más cortas, dejaría disponibles fondos para
pagar sueldos competitivos con la industria y el comercio y con ello atrayendo hombres y
mujeres de primer nivel. También debería haber menos generales y sus equivalentes. Por
ejemplo, todas las brigadas podrían ser comandadas por coroneles, como en los ejércitos
israelí y alemán. Un argumento expuesto para mantener una proporción tan alta de
oficiales generales o sus equivalentes (con “estrellas”) es, primero, brindar una amplia
estructura de carrera en términos de status y salario, para contribuir al reclutamiento y
segundo, persuadir a los mejores oficiales para que se queden. El primer punto
probablemente pierde fuerza en el reclutamiento de los potenciales oficiales, pocos de los
cuales se incorporan con la vista puesta en los altos rangos. Mientras que los ascensos
rápidos para los pocos elegidos y los buenos sueldos para todos, dejarán satisfechos
tanto a aquellos que dan mucho valor a los “cobres” en el bolsillo antes que en el hombro
o el brazo y a los que ponen la satisfacción en el deber cumplido sobre la recompensa
monetaria.
Reducción de Estrellas
Todas las formaciones descriptas más abajo y los comandos de Infantería de Marina,
deben estar en condiciones de llevar a cabo operaciones de cualquier nivel de intensidad.
Es de destacar que no hay tropas especializadas “Fuera del Area”. El concepto de
formaciones destinadas y equipadas solamente para operaciones de baja intensidad es
una reliquia de los días post-coloniales y no es adecuado frente a los enemigos
potenciales con ejércitos bien adiestrados y equipados con holgura. Una formación con
los lineamientos de la 5ª Brigada de Infantería Británica pre 1982 (ver capítulo 8), tiene
una atracción política debido a que es barata. No tiene ninguna otra aplicación que en
una situación de seguridad interna; por falta de equipamiento y apoyo logístico carece de
capacidad para golpear y permanecer.
335
La Savia de la Guerra
Las brigadas de asalto aéreo pueden constar de unos dos mil hombres (incluyendo
las armas de apoyo), con cerca de 130 helicópteros. La fuerza de helicópteros compuesta
de sesenta aparatos de ataque (equivalentes a tanques), cuarenta aparatos de asalto
(equivalentes al vehículo de combate de infantería) y veinte helicópteros de apoyo de
fuego. Al principio el helicóptero de ataque debería ser el Apache AH-64 o su equivalente.
Sin embargo, esta aeronave solo está a mitad de camino para alcanzar el requerimiento
de reemplazar los tanques por helicópteros. Finalmente será reemplazado por el
“Vehículo Aéreo Principal de Combate3, un verdadero sustituto del blindado. Tal como lo
explica Simpkin8, la tecnología moderna en la forma del rotor centrífugo contra rotativo,
para reducir el diámetro de éste y eliminar el rotor de cola y la creciente capacidad de
carga de los helicópteros, que permite un armamento selectivo, harán del Vehículo Aéreo
Principal de Combate algo más que un sueño de ciencia-ficción, al comenzar el próximo
siglo. La tarea principal de la brigada de ataque aéreo será la de encabezar contra
ataques, capturar terrenos de importancia táctica y montar operaciones en la profundidad.
3
En inglés: Main Battle Air Vehicle (MBAV).
336
Echando una Mirada a la Bola de Cristal
Otra solución podría ser una pieza remolcada, que pueda ser levantada por un Chinook,
como un medio alternativo para colocarlo en posición.
Artillería
Las brigadas de artillería, necesarias para incrementar el poder de fuego de las otras
brigadas, serán equipadas con el Sistema Múltiple Lanzador de Cohetes4. Los cohetes
incluirán munición “inteligente”, capaz de destruir blindados. La munición inteligente
también formará parte de una proporción del inventario de granadas y bombas de toda la
artillería y morteros orgánicos de las brigadas. Los MLRS pueden ser transportados en
los Chinook.
Ingenieros
El reclamo “en la guerra nunca hay suficientes zapadores” es algo más que un cliché.
En todos los conflictos, cualquiera sea su intensidad, los ingenieros son un premio. Se
podría sostener que con el creciente empleo de los helicópteros, se reducirá la necesidad
de equipo para el transporte acuático, construcción de puentes y antiminado. Ello es así y
es por eso que los ahorros a ser efectuados mediante la reducción de las unidades
blindadas pesadas, incluirá el equipo que les brinda movilidad, incluyendo los
transportadores de tanques. Sin embargo, existirá la necesidad de colocar minas y de su
limpieza y se necesitarán zapadores y maquinaria para las rápidas construcciones, sitios
de ocultamiento de helicópteros y aeronaves de despegue vertical, pistas cortas,
instalaciones para combustible y logística, construcción rápida de puentes livianos (del
tipo Puente Mediano Girder, que puede ser colgado de un Chinook), limpieza de trampas
caza-bobos y fuera del área de operaciones, perforación de pozos para agua y tareas de
construcción, tal vez en apoyo de la población civil. Las brigadas de ingenieros estarán
equipadas con sistemas para el sembrado, eliminación y limpieza rápidos de minas.
Dentro de lo posible, estos equipos deberían ser capaces de ser transportados colgando
de un helicóptero pesado o en los FLA tactran.
Transporte Pesado
El requerimiento total de helicópteros para las Fuerzas Británicas será de unos 1.000,
comparados con cerca de 700 al presente.9 Como se financiará este incremento, está
más allá del alcance de este libro, pero las áreas sugeridas para hacerlos incluyen:
eliminación de todos los principales tanques de batalla; reducción del tamaño del Ejército
4
En inglés: Multiple Launched Rocket System (MLRS).
5
En inglés: Royal Logistic Corps (RLC).
337
La Savia de la Guerra
Regular, incluso de todas las unidades Gurkas; reducción de la real Fuerza Aérea al
sacarle todos los helicópteros y dando un nuevo rol a la caballería para que vuelen
helicópteros; acortando la carrera de los oficiales, dentro de un ejército reducido, menos
oficiales como un porcentaje del total y menos oficiales antiguos; reducción del personal
de la marina. Si Gran Bretaña tuviera una fuerza de unos 1.000 helicópteros, sin contar
los 60 Chinook que no se toman en cuenta como helicópteros de combate, ésta
representaría el 49 por ciento (1.900) del número de helicópteros de combate que cada
grupo de países pertenecientes al mismo tratado de alianza, tiene permitido estacionar en
Europa bajo las propuestas de les Conversaciones para la Reducción de las Fuerzas
Convencionales en Europa, sometidas por las naciones miembro de la Alianza NATO en
Viena el 13 de julio de 1989.10 La cuota final dependerá, entre otras cosas, de la posición
política y militar en la Alemania reunificada; los acuerdos sobre el tamaño de sus fuerzas
armadas y sus roles.
Lo que también está claro es que la doctrina de que “logística es una responsabilidad
nacional”, debe cambiar lo antes posible. Por las razones expuestas en los capítulos
anteriores, nunca tuvo sentido militar. Si se adopta el concepto operacional del pastel de
grosella, las formaciones nacionales podrán confiar en las otras para su apoyo, incluso el
logístico, el que, tal como se demostró anteriormente, es imposible como están las cosas
en el presente. Para rectificar esto, se necesita un camino de aproximación de doble vía.
Estandarización y Compatibilidad
6
En inglés: “Follow-on-Forces-attack” (FOFA).
339
La Savia de la Guerra
Combustible
Munición
En el Area
Guerrillas y Terroristas
Logística Terrorista
En este capítulo sobre la logística de las guerras del futuro, vale la pena echar una
mirada sobre la logística terrorista. Debido a que los terroristas han sido, son y serán un
enemigo de la armonía y por lo tanto un ingrediente de las guerras futuras. Así como
examinamos la logística de otro enemigo potencial, la Unión Soviética; una mirada sobre
el sistema logístico terrorista y sus problemas, tal vez nos brinde una indicación que
pueda valer la pena aplicar con mayor detalle como una parte de la batalla para derrotar o
al menos contener al terrorismo en un nivel aceptable. Ni el espacio ni el tiempo permiten
un análisis de la logística terrorista, aún uno que se equipare al breve tratamiento dado en
este libro al abastecimiento soviético. Estamos enfrentados a una multitud de
organizaciones terroristas con gran cantidad de variados objetivos y áreas de
operaciones. Sin embargo, parece que hay algunos temas comunes.
“Los terroristas modernos, a diferencia de sus antecesores, no viven solo del entusiasmo
solamente; requieren una gran cantidad de dinero. La preparación para operaciones
importantes, generalmente es cara; se requiere dinero para los fines logísticos, para armas,
para información y hablando en general, para pagar los gastos de los militantes que no
tienen otros ingresos. Los automóviles pueden ser robados, pero es menos peligroso
comprarlos. Las casas seguras no pueden ser robadas y también se necesita dinero para el
344
Echando una Mirada a la Bola de Cristal
soborno y otras emergencias variadas.”16
Los fondos necesarios pueden ser obtenidos de una variedad de fuentes, desde el
robo de bancos y correos, de donaciones de simpatizantes y gobiernos amigos y del
tráfico de drogas. El Ejército Provisional Republicano Irlandés (PIRA) es un ejemplo
típico. El Comité de Ayuda de Irlanda del Norte (NORAID) en los EEUU es el más
conocido, sí bien no siempre el más generoso, proveedor de fondos del PIRA. Hay
evidencias de que han encontrado apoyo en más de otros veinte países, incluyendo
Alemania Occidental, Holanda y Escandinavia. El apoyo va desde dinero en efectivo
hasta adiestramiento. Además el PIRA realiza una cantidad de operaciones comerciales,
algunas legales, otras no: una flota de taxis en Belfast, estafas con protección bajo la
apariencia de “custodia” de edificios y obras en construcción, “retornos” de los contratistas
a cambio de amenazar a los otros oferentes en las licitaciones, impuestos no oficiales por
beber en lugares públicos en las áreas católicas, para mencionar solo algunas. Las
opiniones varían significativamente con respecto a cuanto recaudan las organizaciones
terroristas en todo el mundo. Pero no hay dudas de que el PIRA está en un nivel bajo
comparado con el Abu Nidal, cuyos ingresos en 1985 fueron estimados en 30 a 40
millones de dólares a precios de 1980, en cambio, este parece pequeño comparado con
los terroristas pagados por la droga (narco-terroristas) del grupo colombiano M-19, cuyos
ingresos en 1985 fueron estimados en 50 a 150 millones de dólares a precios de
1980.17La obtención de fondos puede, por sí misma, ser un indicador de que un grupo
terrorista está planeando una operación. Por ejemplo, La Facción del Ejército Rojo
Alemán, una de las organizaciones no muy rica, antes de cada operación tenía que
asaltar bancos para obtener los fondos para comprar armas, explosivos y satisfacer otros
requerimientos. Si se ven forzados a robar explosivos, podrán dar una pista a las
autoridades de que se están preparando para una operación. La necesidad de los
terroristas de esconder las armas y explosivos y posteriormente reunirlas antes de su
empleo, también puede ser una debilidad de su sistema logístico, que algunas veces
lleva a su captura.
Montar una operación terrorista requiere, entre otras, una gran preparación logística y
tiempo. Es por eso que los temores de algunos círculos con respecto a que los libios
podrían reaccionar inmediatamente al bombardeo norteamericano de Trípoli con una
campaña terrorista masiva, eran ridículos. Salvo que los medios requeridos para tal
campaña ya hubieran estado en su lugar, el problema planteado por el enorme esfuerzo
logístico requerido, hacía tal reacción imposible. La logística determinará la escala y
complejidad de las operaciones que una organización terrorista pueda intentar. Por
ejemplo, después que el secuestro de Mogadisio fracasó, la Facción del Ejército Rojo
nunca más lo intentó. Requiere armas especiales, partidarios (posiblemente en más de
un país) y lugares para ocultarse, por eso, solo las grandes organizaciones tales como el
PLO y otros grupos árabes intentan los secuestros. Algunas veces los grupos más
pequeños se ayudarán logísticamente entre sí. El grupo francés Actiona Directe montó un
frente logístico para proveer armas, documentos, dinero y casas seguras que no solo las
empleaban ellos sino que brindó asistencia a las Brigadas Rojas Italianas que se
escondían en Francia. Antes que el grupo belga Células Comunistas Combatientes
(CCC) entrara en acción por su cuenta, proveyó armamento y explosivos a otros grupos
más agresivos.18 El apoyo a las operaciones terroristas, por parte de los gobiernos, está
en el otro extremo de la escala. A este respecto, en los últimos tiempos los líderes han
345
La Savia de la Guerra
sido Siria, Irán y Libia. Siria ha provisto al Hizbollah los misiles soviéticos antitanque
Sagger, los Grad y lanzadores. Sin embargo, los estados que apoyan el terrorismo no
son un fenómeno nuevo; por ejemplo, el asesinato del Rey Alejandro de Yugoslavia en
Marsella en 1934 fue preparado por los italianos y el de Trotsky en México en 1940, por la
Unión Soviética. Es probable que continúe así de violento en el futuro previsible, en lugar
de disminuir, si aquellos que lo practican pertenecen a sectas que no tienen en cuenta
sus vidas, así como las de sus víctimas.
Los barones de la droga apoyan a las organizaciones terroristas, por el provecho que
obtienen de ellas. Generalmente las fuerzas que tienen a su disposición son mucho
mayores que las que muchos grupos terroristas pueden reunir, tanto en términos de
tamaño como en calidad del equipo; en algunas áreas controlando gran parte del campo
y operando abiertamente, lo que coloca a algunas de ellas como puntales de la guerrilla.
Existen evidencias de que los traficantes de drogas y los grupos guerrilleros en América
Central Y Sur han sido equipados con gran cantidad de armas y municiones por parte de
Cuba, gran parte de aquél es equipo norteamericano abandonado en el Sudeste Asiático
o capturado al Ejército de Vietnam del Sur en 1975 y posteriormente adquirido por Cuba
a la República Socialista de Vietnam a cambio de productos agrícolas y mariscos. Este
armamento totalizaba más de 2 millones de armas menores de diferentes tipos. Además
Cuba distribuyó una amplia gama de armas del Bloque Oriental a los grupos insurgentes
en Nicaragua, entre ellas, armas portuguesas abandonadas en Mozambique y Angola.19
Para aplastar grupos tan poderosos, es probable se requiera una respuesta armada,
salvo que se adopte la sutil y más barata aproximación a la legalización de las drogas.
RESUMEN
Sería conveniente, para la nueva agrupación o para la vieja Alianza, examinar desde
346
Echando una Mirada a la Bola de Cristal
el principio sus requerimientos y organización logística en concordancia con sus
objetivos operacionales; comenzando por la base industrial y trabajar hacia delante hasta
la línea del frente. De esta manera, la aproximación ad hoc que adopte la OTAN desde el
principio, pueda ser evitada en el futuro. Los patrones cambiantes de la amenaza y la
forma y tamaño de las fuerzas para enfrentarla, brindan la oportunidad de dar a los
logísticos lo que realmente hay que apoyar para el nivel de fuerzas requerido.
Comenzamos con la lista de los principios logísticos. Los cinco principios de
administración: previsión, economía, flexibilidad, simplicidad y cooperación continúan
brindando un conjunto de puntos a seguir cuando se planifiquen todo el tema logístico en
las próximas décadas, si en el ámbito de la Alianza (o su reemplazante) su
sustentabilidad estratégica y las organizaciones operacionales y tácticas a abastecer en
una amplia gama de situaciones o niveles de fuerzas.
APENDICE
Cuando este libro estaba por ser enviado a la imprenta, hemos visto una
demostración sensacional del poder de proyección de los EEUU y sus aliados en el
Golfo. La demostración de alistamiento por parte de los militares norteamericanos,
basada en años de planeamiento meticuloso, comparada favorablemente con la incierta
dirección política del Departamento de Estado. Este último fue ampliamente responsable
de haber enviado las “señales” políticas equivocadas a Saddam Hussein, que
precipitaron la invasión.
Finalmente los Estados Unidos llevaron los acopios suficientes para que duraran los
60 días de combate previstos; precaviéndose de lo que el Comandante en Jefe Aliado
General Schwartzkopf llamó la “fiesta del zángano”. En este aspecto, como en otros, se
mostró como un digno sucesor de los grandes capitanes del pasado. Los logísticos del
gran movimiento de flanqueo estaban suficientemente desalentados. Sin embargo, se
dice que el General Schwartzkopf predominó sobre los dubitativos de su estado mayor
sosteniendo que se podía hacer. Solo un comandante que entiende de logística puede
empujar a la máquina militar hasta el límite, sin el riesgo de un descalabro total. Sin
embargo, hay que destacar que el consumo de munición de los tanques y posiblemente
de salvas de artillería fue menor de los que hubiese sido si el ejército iraquí hubiera
combatido más fuerte. Pero la provisión de combustible para un cuerpo blindado que
totalizaba seis divisiones, recorriendo 325 kilómetros a través del desierto en dos días,
fue una hazaña en sí misma, sin mencionar el combustible para el ataque
aerotransportado hacia el oeste.
347
La Savia de la Guerra
La concepción y conducción de lo que Simkin llamó “la batalla del sándwich de palo”,
fueron clásicas por sí mismas. Incluyó la captura de una base avanzada bien dentro del
territorio iraquí por parte de las tropas aerotransportadas de la 101 División
Aerotransportada. Esto brindó la bisagra para el brazo basculante de las fuerzas
blindadas, mecanizadas y aeromóviles para taponar las rutas de retirada iraquíes a través
del Eufrates. Sobre esta capa, una maza de blindados corrió para empeñarse con la
Guardia republicana Iraquí.
Lo genial del plan de Schwartzkopf fue reconocer que Saddam Hussein había puesto
su ejército en el Teatro de Operaciones Kuwaití, incluyendo el sur de Iraq, en una bolsa.
Por un lado estaba el mar, el fondo eran defensas que había creado para mantener
alejados a los aliados. El lado occidental estaba abierto. La trampa era simular un
desembarco anfibio, aferrando seis divisiones iraquíes y pegar fuerte en la derecha y el
centro para mantenerlo mirando en esa dirección. El VII Cuerpo cerró el lado oeste y
aplicó presión. La salida de la bolsa quedaba del lado de los puentes del Eufrates,
dañados por los ataques aéreos. El brazo que pivoteó, apretó el cuello.
El poder aéreo era indispensable. Estuvo más cerca de alcanzar la victoria sin apoyo,
que en cualquier otro momento de la historia. Pese a los esfuerzos de los aviadores,
parece que los logísticos del ejército iraquí continuaron trabajando. Hasta que fueron
llevados a la batalla en el terreno, podrían haber sobrevivido, aún en posesión de Kuwait.
Las palabras de Slessor (ves capítulo 3) “Finalmente éste (el poder aéreo) de ninguna
manera puede aislar el campo de batalla del enemigo con respecto a los abastecimientos
y refuerzos”, continúan siendo, en 1991 tan verdaderas como en 1944.
Primero, el empleo imaginativo de la artillería como brigada. Por eso el general Smith
fue capaz de minimizar su debilidad táctica, solo dos brigadas blindadas y maximizar el
poder destructivo de su artillería, especialmente el Sistema Múltiple de Lanzadores de
348
Echando una Mirada a la Bola de Cristal
9
Cohetes. Se ha informado que los prisioneros iraquíes dijeron que el bombardeo era
suficientemente dañino, pero que la artillería era devastadora.
También es demasiado pronto para hacer una lista de todas las lecciones logísticas.
Pero una ya se destaca. Gracias a la parsimonia británica con respecto a los recursos
militares en la década pasada, se necesitó la mitad de los recursos logísticos del 1er.
Cuerpo Británico y una parte de los del Ejército en el Reino Unido hacer la División apta
para la batalla. En todo el Ejército del Rin no quedaron tanques Warrior y solo 10
Challengers en condiciones, sin mencionar la enorme cantidad de otros equipos dejados
inútiles debido a la canibalización. Aquí yace una lección para el futuro. Solo aquellas
fuerzas que realmente son capaces de apoyar operaciones en el extremo de una larga
línea de comunicaciones, serán las más inteligentemente empleadas en la disuasión de
las amenazas planteadas por los actuales aventureros de la escena internacional.
Esta ha sido un nuevo tipo de guerra. Una guerra en que la tecnología trajo niveles
sin precedentes de precisión tanto en las armas aéreas como en las terrestres, nuevos
niveles de poder destructivo y por sobre todo, una revolución en la disponibilidad de
información por parte de los comandantes aliados. Finalmente, lo que muchos temían
fuera una debilidad, el desarrollo de planes estratégicos y tácticos para el comando y
control de una fuerza compuesta por elementos de tantas naciones, probaría ser un
triunfo – el mérito de lo cual finalmente debe ir para su dinámico comandante – descripto
por el Teniente General Sir Peter de la Billiere como “el hombre del partido”. Sin embargo,
detrás de todo esto está la necesidad de un inmenso esfuerzo logístico – la savia de la
guerra.
9
En inglés: Multi-Launched Rocket System (MLRS).
349
La Savia de la Guerra
”
1.Jane's Defense Weekly, 14 de octubre de 1989, p. 767.
4.Journal of the Royal United Services Institute for Defense Studies, otoño de
1989, p. 15, el General Galvin, en presencia del General Lushev, Comandante en Jefe
de las Fuerzas Armadas Conjuntas del Pacto de Varsovia.
5
Simpkin, Race to the Swift.
6
Simpkin.
7
Van Creveld, Supplying War, pp. 234/235.
8
Simpkin, p. 122.
9
Una regla del dedo, para la asignación de helicópteros, podría ser la
siguiente:
Ejército/Infantería de Marina
helicópteros por
Formación Tipo de helicóptero formación Total
2 x Brigada de Helicópteros de ataque(¿MBAV?) 20 40
I.M. Hel. de Comb. De Infantería 20 40
Hel. de apoyo de fuego 20 40
Recce 10 20
Blackhawk 20 40
Total todos los tipos 90 180
2 x Brigada de Helicópteros de ataque(¿MBAV?) 60 120
Asalto Hel. de Comb. De Infantería 40 80
Hel. de apoyo de fuego 20 40
Recce 10 20
Total todos los tipos 130 260
3 X Brigadas de Blackhawk tipo infantería 40 120
Infantería Artillería tipo Blackhawk 40 120
Ligera Reece 10 30
Total todos los tipos 90 270
3 x Brigada Recee 10 30
Mecanizada
Ligera Total todos los tipos 10 30
4 x Brigada de Recee 6 24
Artillería Total todos los tipos 6 24
Logística Carguero pesado (Chinook)(a) -- 60
Total todos los tipos -- 60
350
Echando una Mirada a la Bola de Cristal
14
La flexibilidad de las fuerzas aerotransportadas equipadas con el Tactran
FLA y una mezcla de los actuales y las futuras generaciones de helicópteros
podrá ser presentada brevemente si concebimos el siguiente escenario:
(a) Una brigada a ser llevada por vía aérea 2.350 millas náuticas desde
el reino Unido (por ejemplo a Turquía Occidental), a la que
llamaremos Aerotransporte 1.
(b) Tres días después llega el requerimiento de un rápido refuerzo de
Europa Continental. La primera fase de este refuerzo incluye la
inserción de una fuerza aerotransportada desde el reino Unido hasta
un radio de acción de 800 millas náuticas, para capturar una pista
que está en poder de fuerzas helitransportadas de un ejército
enemigo que avanza, designado Aerotransporte 2.
(c) Simultáneamente con el Aerotransporte 1, se necesita llevar por aire
efectos desde el Reino Unido a Europa hasta un radio de acción de
400 millas náuticas, designado Aerotransporte 3.
Aerotransporte 1
A los fines de este escenario, la brigada en movimiento no está configurada
como está previsto en la Nota 9 más arriba, sino que se parece a una
brigada aerotransportada del tipo de 1990. Esto permite que los números
sean convalidados por el Aeroespacio Británico empleando datos basados en
equipos en servicio o existentes. La brigada, compuesta por 2.500 hombres,
5 helicópteros livianos, 12 helicópteros de ataque, 3.915 toneladas de
carga y 1.000 vehículos (incluyendo remolques y vehículos livianos de
transporte de personal) podrá estar completa en Turquía el Día D + 3 y 18
horas requiriendo 362 salidas. En comparación, aún empleando el C-130 J aún
en el tablero de dibujo, pero una versión mejorada del actual C-130 H, este
351
La Savia de la Guerra
Aerotransporte 2
En esta operación la organización de la brigada paracaidista es casi la
concebida por el autor, pero tiene menos vehículos mecanizados ligeros y
más a rueda y equipos remolcados, para permitir que las cifras tengan
validez. Está compuesta por:
2.000 hombres
25 vehículos mecanizados ligeros
70 vehículos a rueda
55 remolques y equipo remolcado
2 helicópteros livianos
12 AH-64ª Apache
128 toneladas de munición y pallets
73 toneladas de efectos y pallets
con un abastecimiento diario requerido de 64 toneladas de munición y 37
toneladas de otros efectos.
El asalto será en tres fases:
Fase Uno
Asalto de paracaidistas con dos batallones totalizando 600 hombres para
capturar una pista de 3.000 pies
Fase Dos
En la pista capturada en la Fase Uno, aterrizaje de 10 vehículos
mecanizados ligeros (tipo Scimitar) y sus tripulaciones y 2
helicópteros livianos. Los AH-64ª comienzan a llegar directamente desde
el Reino Unido, cada uno equipado con 2 tanques de combustible
externos, 8 misiles Hellfire, 4 misiles Stinger y 1.200 tiros de 30 mm.
Fase Tres
Comenzando a H más 45 minutos, aterrizaje de:
1.400 hombres
15 vehículos mecanizados ligeros
70 vehículos a rueda
55 remolques/equipos remolcados
32 pallets de munición
36 pallets de efectos
Las Fases Dos y Tres deberán estar completadas dentro de las 2 horas y
50 minutos desde el lanzamiento de la Fase Uno, empleando 52 salidas de
Tactran FLA. En comparación, el C130-J hubiera requerido 102 salidas y 8
horas 46 minutos para realizar la misma tarea.
Fase Cuatro
Vuelos diarios de 101 toneladas de munición y efectos, requiriendo 5
salidas de Tactran FLA, comparadas con 7 salidas de C-130J.
Aerotransporte 3
Este requiere un transporte aéreo diario de 400 toneladas de efectos
352
Echando una Mirada a la Bola de Cristal
353
ÍNDICE DEL LIBRO:
Prefacio…………………………………………………………………………………….i
Listado de ilustraciones
hacia el Africa - Del Sinaí a Suez. La guerra del Yom Kippur, 1973…………….….217
Una breve consulta a la bola de cristal. El apoyo a las guerras del futuro…………323
Notas.
Bibliografía.
Índice alfabético.