Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Circulan en las redes sociales, Facebook, WhatsApp, foros, etc., una leyenda urbana un poco
falsa donde mezcla realidad con ficción de como fue realmente la ayuda peruana respecto a
los aviones Mirage M5P que generosamente vendieron a la Argentina en un momento crítico
cuando era muy difícil poder adquirir material bélico de los países del bloque de la OTAN
(NATO en inglés)
Pero debo decir la verdad de esta historia siempre mal contada, en beneficio justamente de la
verdad histórica.
Digo esto para ser bien gráfico y repito, sin ánimo de ofender.
Que quede bien claro: Agradezco INFINITAMENTE LA AYUDA DADA POR NUESTROS
HERMANOS PERUANOS, pero digamos la verdad, que no les quita ningún merito sino todo lo
contrario…
NUNCA, repito, NUNCA pudimos utilizar los aviones Mirage 5P entregados por Perú en junio de
1982 durante la batalla aérea por las Islas Malvinas.
NUNCA ningún piloto o técnico de la Fuerza Aérea Peruana (FAP) viajó a alguna base de
combate de la FAA de la Patagonia o de Malvinas.
NUNCA un piloto de la FAP voló un avión de combate en el teatro de operaciones de guerra.
Paso a contarles un poco como fue esta historia, que no me la contaron, la viví yo…
El 6 de junio de 1982 me transfieren desde frente de combate, la BAM San Julián, asiento del II
Escuadrón Aeromóvil Dagger a la VI Brigada Aérea, porque según me dicen el 4 de junio habían
llegado 10 Mirage M 5P del Perú y querían que me hiciera cargo de armar el “III Escuadrón
Aeromóvil Dagger” del cual sería el Jefe de Mantenimiento.
Los aviones habían llegado, el mismo día o el anterior, con un equipo de personal técnico de la
FAP, formado por un Capitán y aproximadamente 10 suboficiales (no recuerdo exactamente)
los cuales nos asesorarían respecto a las diferencias entre los M5 Dagger y los M5P y su
mantenimiento.
Ni bien me presento al Jefe del Grupo Técnico 6 el Com. Pedro Martínez, debido a la urgencia
del caso y sin muchas vueltas me ordena que en no más de 3 a 5 días tenga listo los 10 aviones
para desplegar al sur.
Hago intervenir también al personal de técnicos israelíes, cuya ayuda fue invalorable.
En la primera inspección y muy por arriba, notamos que las patas de tren de aterrizaje tenían
mucha corrosión, enorme fue nuestra sorpresa al constatar que esa corrosión era tan grande
que algunas de las patas se podían llegar a romper en el próximo aterrizaje… estaban
totalmente fuera de los limites permitido en los manuales de inspección, esto nos alertó de
que algo no andaba bien y así seguimos inspeccionando más a fondo y luego de estas
inspecciones el resultado fue que prácticamente todos los aviones estaba totalmente fuera de
servicio, sus sistemas eléctricos, hidráulicos, etc… la corrosión que invadía todo era la falla más
común.
Creo que este problema se debió al lugar donde operaban en Perú, la Base Aérea de Chiclayo,
muy cercana a la costa del Pacífico y donde la humedad del aire debe estar cargada de salitre
muy corrosivo especialmente para las aleaciones de magnesio o aluminio.
Estas novedades que descubrimos en los aviones, algunas de ellas muy serias, nos obligó a
tener que prácticamente desarmarlos parcial o totalmente como para una inspección mayor o
intermedia dependiendo de su grado de corrosión.
Hable con el Comodoro Martínez y le dije que era imposible poner los aviones en servicio para
combate ni en una semana o un mes, necesitaba por lo menos 3 meses y casi todos los
repuestos de reserva que teníamos.
En realidad los aviones fueron entrando en servicio a medida que los terminábamos pero en
total nos llevó casi 6 meses o más.
Y no nos alcanzaron las patas de tren de aterrizaje que teníamos de repuesto para nuestros
aviones y lo mismo ocurrió con otros componentes.
Junto con los aviones nos entregaron misiles AS30, también obsoletos para el combate
aeronaval en que estábamos empeñados.
El Grupo Aéreo 6 evaluó el misil con pilotos que habían estado en combate y llegaron a la
conclusión que era imposible de usar en la guerra moderna [de 1982].
Era un misil filo guiado, el piloto tenía que lanzar el misil y luego con una especie de joystick
debía guiar el misil hasta el blanco y además volar el avión en una actitud determinada y en
línea recta durante varios segundos donde era muy fácilmente presa de misiles o cañones de
los buques.
EN RESUMEN:
Ningún avión Mirage M5P pasó de la VI Brigada Aérea con asiento en la ciudad de Tandil.
Ningún técnico o piloto peruano intervino en la batalla por aérea por Malvinas.
¡Viva la Patria!!
Durante la guerra fue el Jefe de Mantenimiento del II Escuadrón Aeromóvil Dagger, en San
Julián.