ocasión un campesino luchó cuerpo a cuerpo contra el Oso Ucumari. En aquella ocasión el hombre estaba rozando el campo, una técnica que consiste en quemar pastizales. Como el Ucumari se percató de lo sucedido, se manifestó ante el agricultor tratando de ahuyentarlo. Sin embargo, el granjero era muy valiente y no le tuvo miedo. Ante este hecho, el oso se irguió en dos patas para comenzar a luchar. Una violenta batalla dio lugar: el pobre hombre recibía poderosos zarpazos en su cara. Aunque estuvo a punto de morir, salvó su vida al pegarle con un garrote. Después de recibir el garrotazo en la nariz, el Oso Ucumari escapó muy malherido. Probablemente ese agricultor conocía bien que la nariz de los osos es muy vulnerable. Así que la partió una vara en la zona, provocando una herida espantosa en el animal. Sólo de esta forma se pudo establecer una gran zona de cultivo. De lo contrario, si hubiera ganado el Ucumari, el bosque hoy sería más grande. Pero la deforestación avanza y no hay nadie que pueda hacerle frente al ser humano. Ni si quiera los guardianes del bosque como el Oso Ucumari.