Atentos a lo Improbable PUNTO DE PARTIDA ¿Alguna vez recibiste una buena noticia la cual fue inesperada? Comenta.
LECTURA: JUAN 1:14 (NVI)
14 Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
PARA MEDITAR Y APLICAR
Es en esta época que podemos tomar un tiempo para meditar y celebrar el milagro del nacimiento del Señor Jesús; en la importancia que tiene el poder ver las cosas en la perspectiva de Dios en contraste o comparación de lo que nosotros alcancemos a ver o, entender (Is. 55:8-9). El Libro de Max Lucado, titulado “Dios se Acercó”, entre otras cosas, hace referencia que en muchas ocasiones, cuando más lo necesitamos y cuando menos lo esperamos…Dios se acerca y se hace presente. Que mejor ejemplo de aquella noche en la cual nació Jesús. Cuando Dios se hizo feto, bebé, niño, joven, varón e hijo… Hijo de Hombre sin dejar de ser por un solo momento Hijo de Dios. Esta enseñanza nos va a servir para tres cosas: 1) Conocer más y mejor a nuestro Padre Celestial, 2) Saber que hacer o cómo reaccionar ante las diferentes circunstancias que se nos presentan. Especialmente la parte de poder ver oportunidades que están ahí pero que no se ven a simple vista. 3) Mantener la calma; no perder la fe (Ef. 1:18-20). Con tres escenas que parecen no estar relacionadas entre sí; pero cuya moraleja es precisamente: “Mantente atento…porque Dios no sólo esta en control y…sabe lo que hace…sino que seguramente aquello que parece improbable…esta por suceder…Dios va a intervenir, Dios se hará presente una vez más…Él lo hará otra vez”. Vamos a ver este tema como una obra de teatro que consiste de tres actos: Primer Acto: Su plan perfecto. Es la iniciativa de Dios. Fue El quien te escogió a ti y no al revés. Fue El quien tuvo la iniciativa de enviar a Su hijo a la tierra para reconciliarnos con El, de una vez y para siempre. Sólo unos cuantos en esa noche de Navidad estaban atentos a lo improbable. Y Dios se acercó (Lc. 1:26-33). Segundo Acto: El asombro ante Su poder. Este acto se lleva a cabo en el Antiguo Testamento. Unos profetas, mas bien a unos aprendices de profetas, bajo la tutoría de Eliseo. Él si estaba atento a lo improbable, pero el resto de su equipo no; sin embargo Dios se hace presente y muestra Su poder; primero en un milagro pequeño: ¿Floto el hacha?, ¿Te alcanzó la quincena? Dios te guardó de una situación, Dios guardó tu vida. Y después en uno más grande: Ahora si Dios mío…”estamos rodeados. escucha las palabras del criado…”que vamos a hacer?”…tu nada, Dios todo. Eliseo sólo dijo…”abre sus ojos”…que pueda ver lo improbable (2 R. 6:1-7; 13b-17). Tercer Acto: La victoria manifestada en nosotros. La escena se lleva a cabo en el lugar mas improbable, los co-protagonistas: Una viuda. Y un cadáver; el de su propio hijo. Esperar una resurrección en un funeral es una vez mas…lo mas improbable. Sin embargo, Jesús se hace presente. Pero esta vez nos envía un mensaje muy claro: Jesús obtuvo la victoria. Sobre el pecado, sobre las pruebas de esta vida; pero mas importante sobre la muerte física y espiritual de cualquier persona. Puede ser tu cónyuge, tu hijo, o puedes ser tu mismo. Y es en este tercer y último acto, que descansa la esperanza de cada uno de nosotros y de toda la humanidad (Lc. 7:11-17). ¿Estamos atentos a lo improbable? ORACIÓN: Dios Padre gracias por lo que tu has hecho en tu plan perfecto, en el cual nos asombramos ante tu poder y confiados en la victoria manifestada en Cristo, estamos seguros de que en cualquier situación, Tú lo hará otra vez. En Jesús amén